Leche y Miel
agosto 04, 2024 – 2:00 PM | Exodo 3:1-8 | Jocsan Díaz
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TRANSCRIPCIÓN
Bendiciones hermanos, espero que estén bien. Es un privilegio estar acá. En la tarde de hoy vamos a tener un estudio bíblico, a mí me parece, súper interesante; es sobre: cosas que uno lee de la palabra y les pasa por encima rápidamente, muchas veces, sin prestarle la atención necesaria y nos damos cuenta después, de toda la información que había allí. El sermón de hoy sería una continuación del sermón que prediqué anteriormente, que fue como testimonio.
En la actualidad estamos viviendo realmente tiempos difíciles, ustedes lo están viendo. En el mundo hay guerras, hay problemas económicos, las personas ponen en peligro sus vidas saliendo de su país (Yo siendo cubano, voy a hablar de Cuba porque me siento más libre al hablar de Cuba). En dos años, más o menos, se estima que han salido más de medio millón de personas a diferentes lugares de este mundo. Muchos cruzando ríos de Centroamérica, muriendo; o yendo a ver los volcanes en Nicaragua; pero siempre con el objetivo de llegar a Estados Unidos de América buscando una mejor tierra, aunque no fluya leche y miel. Precisamente ese es el título de este sermón: Leche y miel.
En la palabra aparece la frase en muchas oportunidades y no sabemos exactamente qué es lo que significa.
Comencemos orando: Señor que estás en los cielos te doy gracias por el privilegio que me das de predicar tu palabra Señor, de escudriñarla, de compartirla. Señor úsame, usa mi mente, mi corazón, mi lengua, este micrófono Señor para comunicar lo que tú quieres que nosotros comuniquemos. Padre que podamos llevarnos en nuestro corazón tu enseñanza, que podamos ponerla en práctica Señor y que podamos reconocer el gran Dios que eres en nosotros. En el nombre de Cristo Jesús, amén
La frase: la tierra que fluye leche y miel aparece múltiples veces en la palabra. Yo conté unas 20 veces, depende por supuesto de la traducción. Hay cantantes que han hecho alabanzas con esta frase, como Jesús Adrián Romero: “me sabe a leche, me sabe miel”. No sé si algunos la conocerán, pero, realmente es una frase que se utiliza en el cristianismo e incluso fuera del cristianismo. En lo secular (fuera de la iglesia) esta frase se usa para identificar un lugar donde hay recursos, donde hay bendición.
En el Antiguo Testamento (AT) sabemos que cuando se dice la frase: Leche y miel, o tierra que fluye leche y miel, se está refiriendo a la tierra prometida, la tierra que Dios le prometió a Abraham, a Isaac, a Jacob y, eventualmente pues a todo el pueblo de Israel. Es una metáfora que la palabra utiliza para referir un entorno próspero y lleno de vida.
Aparece la frase por primera vez en la Biblia en Éxodo.
Éxodo 3: 1-2 (RV-60): 1Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó a Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Solamente quise leer estos versículos para darle el contexto de la situación. Moisés fue el libertador de Israel, quien sacó al pueblo de Israel de Egipto. Se acuerdan que Israel estaba en Egipto esclavizado por muchísimos años, después que José murió, salió un faraón que no conocía de las cosas que José había hecho, no conocía de los milagros que habían sucedido en aquel entonces; y es por eso que el pueblo de Israel termina siendo esclavo. Dios selecciona a Moisés para sacar al pueblo de la esclavitud de Egipto, y llevarlo a esa tierra que Dios le había prometido.
Éxodo 3:7-8(RV-60): 7Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8y he descendido para librarlos de manos de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
Éxodo 3:17(RV-60): 17Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
Números 14:8 (RV-60): Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
Deuteronomio 26:9 (RV-60): Y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. Básicamente en el pentateuco, en los primeros libros de la Biblia, esa frase se repite muchísimo.
Yo quisiera que interactuaran un poco conmigo. La leche es indicación de bienestar. Si hay leche en un lugar es porque hay vacas, hay ganado; y si hay ganado ¿qué tiene que haber? Pasto, tiene que haber hierba, para que haya hierba tiene que haber agua ¿no es cierto? Lo que me viene a la mente es la película: El Gladiador, la escena donde él está caminando y se ven esos pastos gigantescos, eso inspira paz, tranquilidad.
Yo soy de un pueblo en Cuba llamado Jibacoa, que es campo, y es donde más yo he sentido tranquilidad. Si analizamos la miel, sabremos que en aquella época se usaba muchísimo y para muchas aplicaciones (endulzar la comida, tratar heridas). Si hay miel hay abejas, si hay abejas hay flores, porque necesita del néctar. Si hay flores, hay agua, además que indica o simboliza belleza. Que “fluye·, significa que es algo continuo, que no se termina, que no hay escasez, que hay misericordia de parte de Dios.
En la clase de seminario la profesora y hermana Rosmery, hablando de geografía bíblica, nos explicaba acerca de la media luna fértil, que eso abarca toda el área de Irak, pasando por Siria, la parte de Israel hasta llegar a Egipto, también la región de Mesopotamia. Esa área de ahí es básicamente la cuna de las primeras civilizaciones que se conocen, ¿por qué? Porque ahí había ríos, estaba el río Tigris, el río Éufrates y en Egipto el Nilo. Todo, absolutamente todo, dependía del río en Egipto, la transportación, la pesca, y cuando subía el nivel del río llenaba la tierra de agua y eso la convertía en tierra muy fértil.
Al punto que, según los historiadores cuentan que a la hora de sembrar simplemente caminaban, y con el pie abrían un hueco en el fango, ponían la semilla y con el mismo pie la tapaban; y así iban caminando. No tenían que agacharse, no tenían que arar, no tenían que hacer absolutamente nada, era bien fácil sembrar. Por otro lado, ellos también hacían surcos o zanjas para llevar el agua desde el río hasta tierra adentro. Todo lo que producía Egipto en aquel entonces, sobre todo alimentación, dependía precisamente del río Nilo. Los egipcios no sabían por qué el nivel subía, ellos no sabían por qué nivel bajaba. Ellos adoraban a dioses porque pensaban que eran los dioses quienes tenían el control de esa situación.
¿Qué nos dice la palabra acerca de esa tierra, la tierra que Dios le prometió a su pueblo?
Deuteronomio 11: 8-11 (RV-60): 8Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; 9y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel. 10La tierra a la cual entras para tomarla no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza. 11La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo. Aquellos que hemos estado en Israel, que hemos tenido la bendición de estar en Israel, sabemos que la tierra es árida, yo presencié la lluvia, y no se hace charco, el agua simplemente se desaparece. Entonces ¿cómo es posible que me están diciendo que me están sacando de un lugar donde puedo sembrar fácilmente a otro lugar donde las cosas, al parecer, no lucen muy bien. El terreno es irregular y no luce realmente como un buen lugar. Los israelitas fueron los que inventaron el regadillo por goteo, el agua es tan escasa que ellos tienen que hacer buen uso de ella, y darle a las plantas y a los árboles justo la cantidad de agua que ellos necesitan.
Deuteronomio 11: 12(RV-60): 12tierra de la cual Jehová Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin. 13Si obedecieres cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, 14yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. 15Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás. Los egipcios tenían que esperar a que lloviera, a no sé cuántos miles de kilómetros de distancia, para que llegara a la bendición de esa agua y ellos poder sembrar y hacer las cosas que ellos deseaban en la tierra prometida. Dice la palabra que esa bendición viene del cielo, viene de Dios, y damos Gloria a Dios por eso.
Entonces mi pregunta para ustedes es: ¿qué es una tierra en la que fluye leche y miel? Es una tierra a la que Dios cuida todo el tiempo.
Quisiera repasar dos historias relacionadas con la tierra prometida, con esta tierra donde fluye leche y miel, ver el contraste.
La primera historia es la de Lot y Abraham, para aplicar lo que estamos aprendiendo.
Génesis 13 (RV-60): 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abraham y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces la tierra. 10Y alzó Lot sus ojos y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 12Abraham acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
Voy a hacer una pausa aquí, en la tierra prometida como habíamos leído había montes y había llanura. La zona de donde está el río Jordán, que fluye de norte a sur, hacia lo que es el mar Mediterráneo hay abundante agua; de hecho está el río y ahí pues es plano, se parece a la tierra de Egipto. Comenzaron a existir problemas entre los trabajadores de Lot y los de Abraham. Entonces, Abraham le da la posibilidad a Lot de escoger hacia dónde quería ir; y Lot, que no era bobo, escogió la mejor parte. Y Abraham acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura que se consideraba buena y amplia, era tierra de bendición porque los ojos de Dios estaban sobre ella. Pero uno estando allí y mirándola, realmente no refleja la calidad inmediata de esa tierra.
Abraham, uno de los héroes de la fe, confía en Dios, no tenía temor, él no pensó dos veces; fíjate que le dejó a Lot que decidiera para dónde quería ir, simplemente Abraham se fue a la montaña donde era mucho más difícil producir. Abraham escogió vivir de una manera en la que él dependiera totalmente de Dios.
Una de las cosas que yo quiero hacerles ver a ustedes, y a los que me están viendo también por internet, es que no siempre lo que luce bien y próspero es lo mejor. Porque Lot realmente escogió lo mejor, lo próspero; pero era un lugar de guerras y conflictos. ¿Recuerda lo que Dios hizo con esas ciudades? Las destruyó con fuego y azufre que envió Jehová desde los cielos, Lot perdió todo: sus ovejas, ganado, y encima de eso perdió su mujer que se convirtió en estatua de sal. Usted cree que realmente para Lot, ¿esa era la tierra que fluye leche y miel?
Hemos sido testigos hermanos de lo que estamos viviendo, lo que se está viviendo en Canadá, cómo el gobierno provee la droga y es muy fácil morir por sobredosis. Mi pregunta es: ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar al venir a Canadá? Sabemos que las escuelas están enseñando a los niños cosas que van directamente en contra de los mandamientos de Dios, y la mayoría de nosotros no hacemos absolutamente nada acerca de eso, nos quedamos tranquilos. Lo peor para mí, sucedió esta semana con la inauguración de los Juegos Olímpicos donde se burlaron de nuestro Dios, hicieron una parodia con la última cena; y ¿qué hicimos? Nos quedamos callados. ¿Por qué no hacen eso con la religión musulmana? Porque estaría ardiendo Francia en este instante.
Vivimos en un mundo, en una sociedad, en decadencia; yo realmente me pongo a pensar y digo: Ya mis hijas gracias a Dios están bastante grandes, ya están casi que adultas, pero yo estaría bien preocupado si mis hijos fueran más jóvenes porque estaría aquí exponiendo a mis hijos a situaciones bien delicadas. Conozco una familia en la que la hija tiene problemas de identidad y les han prohibido a sus padres hablar sobre el tema. Los padres han pensado incluso regresar a su país, pero no pueden sacarla de Canadá; imagínese que el padre terminó preso porque simplemente no quiere que su hija empiece el tratamiento de las hormonas. Pero estamos viviendo en un país, en una sociedad, donde eso se permite, y los padres no tienen ningún tipo de control, no tienen ningún tipo de potestad. Mi pregunta para ustedes: ¿Es Canadá realmente una tierra en la que queremos estar viviendo? ¿Se puede llamar a Canadá tierra que fluye leche y miel?
La segunda historia, en contraste, es la de los espías. El pueblo de Israel ya había salido de Egipto, y Moisés envió dos espías a reconocer la tierra prometida
Números 13: 17-20(RV-60): 17Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Negev, y subid al monte, 18y observar la tierra cómo es y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; 19cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas. Hermanos aquí Moisés está enviando a doce espías a investigar la tierra que Dios ya le había prometido, ya le había dicho que le iba a entregar, una tierra donde fluye leche y miel; y a esta gente se le ocurre pensar que ellos tenían que supervisar lo que Dios había dicho.
Estos espías se fueron por 40 días, dice la palabra, recorrieron aproximadamente 400 km; y mire lo que dicen dos (Josué y Caleb), de los doce espías enviados.
Números 13: 27(RV-60): Y les contaron diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. (dice que la palabra que ellos traían un racismo de uva que era tan grande, que una sola persona no lo podía llevar, tenía que llevarlo entre dos personas).
Números 13: 32-34 (RV-60): 32Más los varones que subieron con él, dijeron: No podemos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 33Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 34También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. Por eso no se puede confiar en los testigos porque uno dice una cosa y los otros dicen otra.
Números 14: 1-5 (RV-60): Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y que nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 5Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
Una vez más, después que Dios los había sacado a todos ellos de Egipto, y había hecho el milagro de dividir el mar, los había guiado de día y de noche, les había dado de comer, y ahora que están ya a punto de entrar a la tierra prometida le dicen a Dios: ¡Ojalá hubiésemos muerto en Egipto! Tal fue la situación que realmente Dios perdió la paciencia con ellos.
Números 14: 36(RV-60): 36Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
Dos grupos de hombres pudieron ver las mismas cosas, las mismas uvas, los mismos cananeos, la misma tierra, las mismas ciudades; un grupo salió fortalecido en fe y los otros diez tuvieron sentido de fatalidad. Si a esta gente, a los 10, le prueban la fe en ese momento, ellos perderían completamente la batalla. ¿Cuántas veces nosotros nos encontramos en una situación en que hacemos exactamente lo mismo? Yo conozco de personas que Dios, literalmente, los ha sacado de Egipto, de una situación bien fea donde ellos han estado, y han llegado aquí a Canadá y por temores o no enfrentar los nuevos retos quieren tirar la toalla.
Los espías cuando salieron nunca pensaron que, como espías, los podían agarrar y matarlos, tenían ese riesgo de nunca regresar a la familia. Ellos sabían lo que iban a hacer, pero aún así Dios los cuidó, y regresaron. En el caso de Josué y Caleb regresaron fortalecidos, y creyeron que Dios podía darle esa tierra a Israel, como lo declara Dios en el pacto con Abraham e Isaac.
¿Qué es lo que hace que donde estemos fluya leche y miel? Es Dios hermano. No importa en qué lugar de este mundo estemos, si es en nuestros países, en Canadá, en Estados Unidos, es Dios que te dice: “Te voy a bendecir, no importa donde estés”. Las promesas de Dios son válidas, no importa la situación geográfica donde estés.
La clave es Dios, no dependemos de nuestra inteligencia, de nuestra capacidad, de nuestra buena suerte, de nuestros contactos, de nuestras amistades, del presidente; no hermano, es Dios la clave, es Dios. En el país que sea, sin importar las condiciones o el momento, sin importar las circunstancias, sin importar el gobierno o las leyes, sin importar la economía o el clima; Dios nos guardará y nos sustentará con bendición, protección y abundancia. Es promesa de Dios: cuidará de nosotros con el amor y la atención que un padre tiene por su hijo. Porque su propósito es inmutable, igual que cuando se presentó diciendo: Yo soy el que soy.
Hermano, si hay alguien que nos acompaña y que no tenga a Cristo en su corazón, Cristo es absolutamente todo lo que necesitamos en nuestras vidas.
Vamos a orar: Padre Señor que estás en los cielos te damos gracias por tu palabra. Contemplamos con asombro la promesa de una tierra que fluye leche y miel, un lugar de abundancia y bienaventuranza, nos habla de los recursos materiales que tú has dispuesto para nosotros Señor, de tu amor incondicional y providencia constante. Ayúdanos, Padre a no afanarnos a las cosas terrenales, a recordar que Cristo es nuestra verdadera tierra prometida, en manantial eterno de vida y de gracia, es nuestro Señor Jesús, que nos invita a participar de su mesa donde el pan de vida y el vino de su redención nos son ofrecidos gratuitamente. En Él encontramos la plenitud y la satisfacción verdadera para nuestras almas.
Si hay en este día alguien que no tenga a Cristo en su corazón déjeme decirle que necesitamos de Dios en nuestras vidas, sin Dios estamos perdidos. Si usted desea recibir a Cristo en su corazón en esta tarde, puede levantar su mano o ponerse de pie, que alguien se acercará a usted. Si usted nos mira por internet, repita conmigo esta oración: Señor Jesús reconozco que soy pecador, reconozco que te he fallado, qué he pecado contra Dios y contra ti Señor. Necesito de tu perdón públicamente. Te reconozco como mi señor y salvador. Si usted ha hecho esta oración yo le invito que busque una iglesia cristiana, que busque más de Dios, que lea su palabra, aprenda de su palabra y que pueda gozar de estas promesas que la Biblia nos habla. Que podamos vivir una vida con plenitud, sabiendo que vamos a tener problemas en esta tierra, vamos a sufrir, pero Dios nos promete cuidado.
Padre, nosotros anhelamos tu reino celestial, donde tu presencia reina, que nuestras vidas reflejen la gratitud de los dones recibidos y el compromiso de ser buenos administradores de esta creación que tú nos has confiado. Concédenos la sabiduría y el valor para vivir conforme a tu voluntad. Que podamos ser testigos vivos de tu amor y cuidado, en un mundo que tanto necesita de tu redención y restauración; en el nombre de Cristo Jesús, amén.
Leche y Miel
agosto 04, 2024 – 2:00 PM | Exodo 3:1-8 | Jocsan Díaz
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Bendiciones hermanos, espero que estén bien. Es un privilegio estar acá. En la tarde de hoy vamos a tener un estudio bíblico, a mí me parece, súper interesante; es sobre: cosas que uno lee de la palabra y les pasa por encima rápidamente, muchas veces, sin prestarle la atención necesaria y nos damos cuenta después, de toda la información que había allí. El sermón de hoy sería una continuación del sermón que prediqué anteriormente, que fue como testimonio.
En la actualidad estamos viviendo realmente tiempos difíciles, ustedes lo están viendo. En el mundo hay guerras, hay problemas económicos, las personas ponen en peligro sus vidas saliendo de su país (Yo siendo cubano, voy a hablar de Cuba porque me siento más libre al hablar de Cuba). En dos años, más o menos, se estima que han salido más de medio millón de personas a diferentes lugares de este mundo. Muchos cruzando ríos de Centroamérica, muriendo; o yendo a ver los volcanes en Nicaragua; pero siempre con el objetivo de llegar a Estados Unidos de América buscando una mejor tierra, aunque no fluya leche y miel. Precisamente ese es el título de este sermón: Leche y miel.
En la palabra aparece la frase en muchas oportunidades y no sabemos exactamente qué es lo que significa.
Comencemos orando: Señor que estás en los cielos te doy gracias por el privilegio que me das de predicar tu palabra Señor, de escudriñarla, de compartirla. Señor úsame, usa mi mente, mi corazón, mi lengua, este micrófono Señor para comunicar lo que tú quieres que nosotros comuniquemos. Padre que podamos llevarnos en nuestro corazón tu enseñanza, que podamos ponerla en práctica Señor y que podamos reconocer el gran Dios que eres en nosotros. En el nombre de Cristo Jesús, amén
La frase: la tierra que fluye leche y miel aparece múltiples veces en la palabra. Yo conté unas 20 veces, depende por supuesto de la traducción. Hay cantantes que han hecho alabanzas con esta frase, como Jesús Adrián Romero: “me sabe a leche, me sabe miel”. No sé si algunos la conocerán, pero, realmente es una frase que se utiliza en el cristianismo e incluso fuera del cristianismo. En lo secular (fuera de la iglesia) esta frase se usa para identificar un lugar donde hay recursos, donde hay bendición.
En el Antiguo Testamento (AT) sabemos que cuando se dice la frase: Leche y miel, o tierra que fluye leche y miel, se está refiriendo a la tierra prometida, la tierra que Dios le prometió a Abraham, a Isaac, a Jacob y, eventualmente pues a todo el pueblo de Israel. Es una metáfora que la palabra utiliza para referir un entorno próspero y lleno de vida.
Aparece la frase por primera vez en la Biblia en Éxodo.
Éxodo 3: 1-2 (RV-60): 1Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó a Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Solamente quise leer estos versículos para darle el contexto de la situación. Moisés fue el libertador de Israel, quien sacó al pueblo de Israel de Egipto. Se acuerdan que Israel estaba en Egipto esclavizado por muchísimos años, después que José murió, salió un faraón que no conocía de las cosas que José había hecho, no conocía de los milagros que habían sucedido en aquel entonces; y es por eso que el pueblo de Israel termina siendo esclavo. Dios selecciona a Moisés para sacar al pueblo de la esclavitud de Egipto, y llevarlo a esa tierra que Dios le había prometido.
Éxodo 3:7-8(RV-60): 7Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8y he descendido para librarlos de manos de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
Éxodo 3:17(RV-60): 17Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
Números 14:8 (RV-60): Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
Deuteronomio 26:9 (RV-60): Y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. Básicamente en el pentateuco, en los primeros libros de la Biblia, esa frase se repite muchísimo.
Yo quisiera que interactuaran un poco conmigo. La leche es indicación de bienestar. Si hay leche en un lugar es porque hay vacas, hay ganado; y si hay ganado ¿qué tiene que haber? Pasto, tiene que haber hierba, para que haya hierba tiene que haber agua ¿no es cierto? Lo que me viene a la mente es la película: El Gladiador, la escena donde él está caminando y se ven esos pastos gigantescos, eso inspira paz, tranquilidad.
Yo soy de un pueblo en Cuba llamado Jibacoa, que es campo, y es donde más yo he sentido tranquilidad. Si analizamos la miel, sabremos que en aquella época se usaba muchísimo y para muchas aplicaciones (endulzar la comida, tratar heridas). Si hay miel hay abejas, si hay abejas hay flores, porque necesita del néctar. Si hay flores, hay agua, además que indica o simboliza belleza. Que “fluye·, significa que es algo continuo, que no se termina, que no hay escasez, que hay misericordia de parte de Dios.
En la clase de seminario la profesora y hermana Rosmery, hablando de geografía bíblica, nos explicaba acerca de la media luna fértil, que eso abarca toda el área de Irak, pasando por Siria, la parte de Israel hasta llegar a Egipto, también la región de Mesopotamia. Esa área de ahí es básicamente la cuna de las primeras civilizaciones que se conocen, ¿por qué? Porque ahí había ríos, estaba el río Tigris, el río Éufrates y en Egipto el Nilo. Todo, absolutamente todo, dependía del río en Egipto, la transportación, la pesca, y cuando subía el nivel del río llenaba la tierra de agua y eso la convertía en tierra muy fértil.
Al punto que, según los historiadores cuentan que a la hora de sembrar simplemente caminaban, y con el pie abrían un hueco en el fango, ponían la semilla y con el mismo pie la tapaban; y así iban caminando. No tenían que agacharse, no tenían que arar, no tenían que hacer absolutamente nada, era bien fácil sembrar. Por otro lado, ellos también hacían surcos o zanjas para llevar el agua desde el río hasta tierra adentro. Todo lo que producía Egipto en aquel entonces, sobre todo alimentación, dependía precisamente del río Nilo. Los egipcios no sabían por qué el nivel subía, ellos no sabían por qué nivel bajaba. Ellos adoraban a dioses porque pensaban que eran los dioses quienes tenían el control de esa situación.
¿Qué nos dice la palabra acerca de esa tierra, la tierra que Dios le prometió a su pueblo?
Deuteronomio 11: 8-11 (RV-60): 8Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; 9y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel. 10La tierra a la cual entras para tomarla no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza. 11La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo. Aquellos que hemos estado en Israel, que hemos tenido la bendición de estar en Israel, sabemos que la tierra es árida, yo presencié la lluvia, y no se hace charco, el agua simplemente se desaparece. Entonces ¿cómo es posible que me están diciendo que me están sacando de un lugar donde puedo sembrar fácilmente a otro lugar donde las cosas, al parecer, no lucen muy bien. El terreno es irregular y no luce realmente como un buen lugar. Los israelitas fueron los que inventaron el regadillo por goteo, el agua es tan escasa que ellos tienen que hacer buen uso de ella, y darle a las plantas y a los árboles justo la cantidad de agua que ellos necesitan.
Deuteronomio 11: 12(RV-60): 12tierra de la cual Jehová Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin. 13Si obedecieres cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, 14yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. 15Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás. Los egipcios tenían que esperar a que lloviera, a no sé cuántos miles de kilómetros de distancia, para que llegara a la bendición de esa agua y ellos poder sembrar y hacer las cosas que ellos deseaban en la tierra prometida. Dice la palabra que esa bendición viene del cielo, viene de Dios, y damos Gloria a Dios por eso.
Entonces mi pregunta para ustedes es: ¿qué es una tierra en la que fluye leche y miel? Es una tierra a la que Dios cuida todo el tiempo.
Quisiera repasar dos historias relacionadas con la tierra prometida, con esta tierra donde fluye leche y miel, ver el contraste.
La primera historia es la de Lot y Abraham, para aplicar lo que estamos aprendiendo.
Génesis 13 (RV-60): 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abraham y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces la tierra. 10Y alzó Lot sus ojos y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 12Abraham acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
Voy a hacer una pausa aquí, en la tierra prometida como habíamos leído había montes y había llanura. La zona de donde está el río Jordán, que fluye de norte a sur, hacia lo que es el mar Mediterráneo hay abundante agua; de hecho está el río y ahí pues es plano, se parece a la tierra de Egipto. Comenzaron a existir problemas entre los trabajadores de Lot y los de Abraham. Entonces, Abraham le da la posibilidad a Lot de escoger hacia dónde quería ir; y Lot, que no era bobo, escogió la mejor parte. Y Abraham acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura que se consideraba buena y amplia, era tierra de bendición porque los ojos de Dios estaban sobre ella. Pero uno estando allí y mirándola, realmente no refleja la calidad inmediata de esa tierra.
Abraham, uno de los héroes de la fe, confía en Dios, no tenía temor, él no pensó dos veces; fíjate que le dejó a Lot que decidiera para dónde quería ir, simplemente Abraham se fue a la montaña donde era mucho más difícil producir. Abraham escogió vivir de una manera en la que él dependiera totalmente de Dios.
Una de las cosas que yo quiero hacerles ver a ustedes, y a los que me están viendo también por internet, es que no siempre lo que luce bien y próspero es lo mejor. Porque Lot realmente escogió lo mejor, lo próspero; pero era un lugar de guerras y conflictos. ¿Recuerda lo que Dios hizo con esas ciudades? Las destruyó con fuego y azufre que envió Jehová desde los cielos, Lot perdió todo: sus ovejas, ganado, y encima de eso perdió su mujer que se convirtió en estatua de sal. Usted cree que realmente para Lot, ¿esa era la tierra que fluye leche y miel?
Hemos sido testigos hermanos de lo que estamos viviendo, lo que se está viviendo en Canadá, cómo el gobierno provee la droga y es muy fácil morir por sobredosis. Mi pregunta es: ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar al venir a Canadá? Sabemos que las escuelas están enseñando a los niños cosas que van directamente en contra de los mandamientos de Dios, y la mayoría de nosotros no hacemos absolutamente nada acerca de eso, nos quedamos tranquilos. Lo peor para mí, sucedió esta semana con la inauguración de los Juegos Olímpicos donde se burlaron de nuestro Dios, hicieron una parodia con la última cena; y ¿qué hicimos? Nos quedamos callados. ¿Por qué no hacen eso con la religión musulmana? Porque estaría ardiendo Francia en este instante.
Vivimos en un mundo, en una sociedad, en decadencia; yo realmente me pongo a pensar y digo: Ya mis hijas gracias a Dios están bastante grandes, ya están casi que adultas, pero yo estaría bien preocupado si mis hijos fueran más jóvenes porque estaría aquí exponiendo a mis hijos a situaciones bien delicadas. Conozco una familia en la que la hija tiene problemas de identidad y les han prohibido a sus padres hablar sobre el tema. Los padres han pensado incluso regresar a su país, pero no pueden sacarla de Canadá; imagínese que el padre terminó preso porque simplemente no quiere que su hija empiece el tratamiento de las hormonas. Pero estamos viviendo en un país, en una sociedad, donde eso se permite, y los padres no tienen ningún tipo de control, no tienen ningún tipo de potestad. Mi pregunta para ustedes: ¿Es Canadá realmente una tierra en la que queremos estar viviendo? ¿Se puede llamar a Canadá tierra que fluye leche y miel?
La segunda historia, en contraste, es la de los espías. El pueblo de Israel ya había salido de Egipto, y Moisés envió dos espías a reconocer la tierra prometida
Números 13: 17-20(RV-60): 17Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Negev, y subid al monte, 18y observar la tierra cómo es y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; 19cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas. Hermanos aquí Moisés está enviando a doce espías a investigar la tierra que Dios ya le había prometido, ya le había dicho que le iba a entregar, una tierra donde fluye leche y miel; y a esta gente se le ocurre pensar que ellos tenían que supervisar lo que Dios había dicho.
Estos espías se fueron por 40 días, dice la palabra, recorrieron aproximadamente 400 km; y mire lo que dicen dos (Josué y Caleb), de los doce espías enviados.
Números 13: 27(RV-60): Y les contaron diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. (dice que la palabra que ellos traían un racismo de uva que era tan grande, que una sola persona no lo podía llevar, tenía que llevarlo entre dos personas).
Números 13: 32-34 (RV-60): 32Más los varones que subieron con él, dijeron: No podemos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 33Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 34También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. Por eso no se puede confiar en los testigos porque uno dice una cosa y los otros dicen otra.
Números 14: 1-5 (RV-60): Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y que nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 5Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
Una vez más, después que Dios los había sacado a todos ellos de Egipto, y había hecho el milagro de dividir el mar, los había guiado de día y de noche, les había dado de comer, y ahora que están ya a punto de entrar a la tierra prometida le dicen a Dios: ¡Ojalá hubiésemos muerto en Egipto! Tal fue la situación que realmente Dios perdió la paciencia con ellos.
Números 14: 36(RV-60): 36Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
Dos grupos de hombres pudieron ver las mismas cosas, las mismas uvas, los mismos cananeos, la misma tierra, las mismas ciudades; un grupo salió fortalecido en fe y los otros diez tuvieron sentido de fatalidad. Si a esta gente, a los 10, le prueban la fe en ese momento, ellos perderían completamente la batalla. ¿Cuántas veces nosotros nos encontramos en una situación en que hacemos exactamente lo mismo? Yo conozco de personas que Dios, literalmente, los ha sacado de Egipto, de una situación bien fea donde ellos han estado, y han llegado aquí a Canadá y por temores o no enfrentar los nuevos retos quieren tirar la toalla.
Los espías cuando salieron nunca pensaron que, como espías, los podían agarrar y matarlos, tenían ese riesgo de nunca regresar a la familia. Ellos sabían lo que iban a hacer, pero aún así Dios los cuidó, y regresaron. En el caso de Josué y Caleb regresaron fortalecidos, y creyeron que Dios podía darle esa tierra a Israel, como lo declara Dios en el pacto con Abraham e Isaac.
¿Qué es lo que hace que donde estemos fluya leche y miel? Es Dios hermano. No importa en qué lugar de este mundo estemos, si es en nuestros países, en Canadá, en Estados Unidos, es Dios que te dice: “Te voy a bendecir, no importa donde estés”. Las promesas de Dios son válidas, no importa la situación geográfica donde estés.
La clave es Dios, no dependemos de nuestra inteligencia, de nuestra capacidad, de nuestra buena suerte, de nuestros contactos, de nuestras amistades, del presidente; no hermano, es Dios la clave, es Dios. En el país que sea, sin importar las condiciones o el momento, sin importar las circunstancias, sin importar el gobierno o las leyes, sin importar la economía o el clima; Dios nos guardará y nos sustentará con bendición, protección y abundancia. Es promesa de Dios: cuidará de nosotros con el amor y la atención que un padre tiene por su hijo. Porque su propósito es inmutable, igual que cuando se presentó diciendo: Yo soy el que soy.
Hermano, si hay alguien que nos acompaña y que no tenga a Cristo en su corazón, Cristo es absolutamente todo lo que necesitamos en nuestras vidas.
Vamos a orar: Padre Señor que estás en los cielos te damos gracias por tu palabra. Contemplamos con asombro la promesa de una tierra que fluye leche y miel, un lugar de abundancia y bienaventuranza, nos habla de los recursos materiales que tú has dispuesto para nosotros Señor, de tu amor incondicional y providencia constante. Ayúdanos, Padre a no afanarnos a las cosas terrenales, a recordar que Cristo es nuestra verdadera tierra prometida, en manantial eterno de vida y de gracia, es nuestro Señor Jesús, que nos invita a participar de su mesa donde el pan de vida y el vino de su redención nos son ofrecidos gratuitamente. En Él encontramos la plenitud y la satisfacción verdadera para nuestras almas.
Si hay en este día alguien que no tenga a Cristo en su corazón déjeme decirle que necesitamos de Dios en nuestras vidas, sin Dios estamos perdidos. Si usted desea recibir a Cristo en su corazón en esta tarde, puede levantar su mano o ponerse de pie, que alguien se acercará a usted. Si usted nos mira por internet, repita conmigo esta oración: Señor Jesús reconozco que soy pecador, reconozco que te he fallado, qué he pecado contra Dios y contra ti Señor. Necesito de tu perdón públicamente. Te reconozco como mi señor y salvador. Si usted ha hecho esta oración yo le invito que busque una iglesia cristiana, que busque más de Dios, que lea su palabra, aprenda de su palabra y que pueda gozar de estas promesas que la Biblia nos habla. Que podamos vivir una vida con plenitud, sabiendo que vamos a tener problemas en esta tierra, vamos a sufrir, pero Dios nos promete cuidado.
Padre, nosotros anhelamos tu reino celestial, donde tu presencia reina, que nuestras vidas reflejen la gratitud de los dones recibidos y el compromiso de ser buenos administradores de esta creación que tú nos has confiado. Concédenos la sabiduría y el valor para vivir conforme a tu voluntad. Que podamos ser testigos vivos de tu amor y cuidado, en un mundo que tanto necesita de tu redención y restauración; en el nombre de Cristo Jesús, amén.