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No sembremos entre espinas

Mayo 4, 2025 – 2:00PM | Jeremías 4:3-4 | Dr. David Rodríguez

Descargar Texto: Sermón en PDF

Etiquetas: abril 2025, jeremias, pastor david rodriguez, transcripcion

TRANSCRIPCIÓN

En esta oportunidad tengo un mensaje práctico para la iglesia. Vamos a buscar Jeremías capítulo 4 en la Nueva Traducción Viviente. El mensaje de esta hora se titula “No sembremos entre espinas”.

Jeremías 4: 3-4 (NTV): 3Esto dice el SEÑOR a la gente de Judá y de Jerusalén: ¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones! No desperdicien la buena semilla entre los espinos. 4Oh habitantes de Judá y de Jerusalén, renuncien a su orgullo y a su poder. Cambien la actitud del corazón ante el SEÑOR, o mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados.

Jeremías 4: 3 (RV 1960): Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos.

Pidamos la bendición del Señor: Padre, yo te ruego que tu Espíritu Santo pueda preparar nuestros corazones en esta tarde. Señor, que este mensaje pueda hacer la diferencia en nuestra vida. Háblanos el corazón, permite que podamos remover los escombros de cualquier situación a la que nosotros hemos le hemos brindado el permiso para actuar en nuestras vidas. Bendice cada persona que escucha en este momento, los que están en línea como también los que han de escuchar este mensaje más adelante. En el nombre de Jesús, amén.

Jeremías 4: 1 (RV 1960): Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá. Hablando de personas que no saben de dónde vienen, ni para dónde van en sus vidas. Este es un mensaje de arrepentimiento. Dios le dice al pueblo: “Vuélvete a mí“. 

Dios también le pide a su pueblo que se arrepienta, le dice: Si vas a sembrar buena semilla, no la siembres entre espinos. Si vas a sembrar buena semilla, no la siembres entre espinas. ¿A qué se refiere Dios cuando dice que no debemos sembrar entre espinas? Dios está diciendo: Si usted se arrepiente pero no remueve los escombros de su vida, usted está sembrando entre espinas. ¿A quién le gustan las espinas? A nadie. ¿Por qué el pueblo de Israel fue un pueblo tan rebelde? Porque nunca se deshicieron de los ídolos que Dios les había dicho que tenían que deshacerse, es porque nunca se deshicieron de cosas, de personas, de individuos que les estorbaban para buscar a Dios. Se convirtieron, seguían al Señor, pero ahí tenían las cosas todavía a un ladito. Dios te está diciendo: “Si te vas a arrepentir, tienes que remover los escombros”. Es decir, venir a la iglesia es bueno, leer la Biblia es bueno, asistir a una casa de oración es bueno; pero dice el Señor: “Si no removemos los escombros que nos impiden crecer como Dios quiere que crezcamos, estamos sembrando entre espinas”. Usted podrá decir: “Pastor, quiero comenzar otra vez”. Bueno, Dios es un Dios de oportunidades; pero repito, todas estas cosas que mencionamos son buenas, pero no es suficiente, no se debe sembrar entre espinos. En pocas palabras: hay que limpiar el terreno. Si vamos a invertir tiempo, energía, recursos, pero no limpiamos el terreno, no vamos a cosechar los frutos deseados.

Fíjate que en el versículo que comenzamos leyendo (Jeremías 4:3 NTV), dice el Señor: ¡Pasen el arado por el terreno endurecido de vuestros corazones! Imagínese usted, eso es como cuando usted va a sembrar pero la tierra está dura. No siembres ahí, dice Dios, primero tienes que quebrar la tierra, primero tienes que trabajar la tierra, tienes que arar la tierra para entonces poder sembrar. Sembrar sin haber limpiado el corazón de lo que impide nuestro crecimiento verdadero, es simplemente una religiosidad superficial.

No nos engañemos iglesia, usted podrá pasar 40 años sentado en una iglesia, y eso no demuestra que usted sea un creyente fiel al Señor. Sin importar qué es lo que usted piense, ni por qué piensa lo que piensa, porque al final del día lo que nosotros pensamos sobra. Lo que la Palabra (La Biblia) enseña, es la verdad.

Cuando una persona viene por primera vez al evangelio, o a la iglesia, no necesita irse para su casa a limpiar nada de su vida; usted le entrega su vida a Cristo, y el Señor va a comenzar a trabajar con usted. Pero en el caso de los creyentes, en el caso de aquellos que hemos depositado nuestra fe y confianza en el Señor, venimos al evangelio, nos acomodamos en el evangelio y dejamos todavía ciertas cosas allí sin remover. Nos acostumbramos a vivir de esa manera: venimos a la iglesia, eso es bueno; leemos la Biblia, eso es bueno; asistimos a una casa de oración, eso es bueno; diezmamos en la casa del Señor, eso es bueno; pero ¿sabe qué significa eso? Todo eso es sembrar entre espinas, si no removemos las cosas que afean nuestro testimonio no vamos a cambiar nada en nuestra vida. 

Personajes bíblicos que batallaron con una situación en su vida:

  • Caín: se lo comía la envidia por su hermano Abel. Si usted tiene un problema de envidia hacia alguien (su jefe, su compañero de trabajo, al que se quiere bajar usted para que le den la posición a usted), cualquier situación, hermano, mientras usted no trabaje su envidia, todas las demás cosas que usted haga, eso es sembrar entre espinas.
  • El rey Saúl: abusó de su autoridad. Era el rey y quería hacer las cosas, aún las religiosas, como a él se le antojara. ¿Sabe qué dijo Dios?: Me pesa haber puesto a Saúl como rey.
  • El rey más malo, Acab: corrupto, idólatra, quería tomar los terrenos a la fuerza. ¿Y qué dice Dios?:Ninguno fue como Acab que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, porque Jezabel su mujer lo incitaba. 
  • Jezabel, una mujer que seduce a los hombres casados.
  • La generación de Noé: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
  • El profeta Jonás: hermano, Jonás no podía sembrar entre espinas, Jonás tenía un problema serio de temperamento. Un día le dijo Dios: ¿Te enojas, Jonás? Y Jonás contestó: Me enojo mucho, hasta la muerte.

¿Usted tiene un problema de temperamento, usted tiene un problema de carácter? ¡Qué bueno que viene a la iglesia, hermano, eso es maravilloso. Qué bueno que usted asiste a la casa de oración, qué bueno, qué bueno, qué bueno que sirve! Pero Dios le está diciendo: Si te vas a arrepentir, tienes que remover los escombros. Tienes que remover todo aquello que no te deja crecer.

  • El siervo de Eliseo Giezi (esto lo estudiamos, ¿se acuerda?): Dios hizo el milagro a Naamán de la lepra, y le dijo a Eliseo: Dime qué es lo que quieres, que te voy a dar lo que sea. ¿Dime qué quieres? Eliseo dijo: “Yo no quiero tu dinero”. Y el siervo estaba escuchando, y cuando dio la media vuelta Naamán, salió corriendo detrás de Naamán: “Oiga, le dijo, mi jefe ya cambió de opinión”. Dice que sí, que le mande dinero, y todo era por robar. Si nosotros no trabajamos con la situación (la que sea) que nos está separando de Dios, estamos sembrando sobre espinos.
  • Sansón: Tenía un problema de lujuria. 

Si usted es el tipo de persona que cualquier mujer que mira ya la está desnudando, cualquier mujer que mira ya le está viendo el trasero, usted está en su trabajo en la construcción y siempre anda viendo: “Esta mujer qué bonita, aquella que está allí, la otra que está allá”, y hablando con los compañeros de trabajo acerca de las mujeres, mi querido y amado hermano, usted podrá venir a la iglesia 180 años si usted quiere, usted podrá asistir a todas las casas de oración que tenemos en la iglesia, usted podrá hacer todo lo que usted quiere y servir en lo que sea, pero déjeme decirle en esta tarde que usted está sembrando sobre espinas. ¿Qué significa eso? Que nunca va a poder comer del fruto. ¿Quién va a ir a buscar fruto en medio de los espinos?

  • Los escribas y los fariseos: (dije religiosidad superficial). ¿Sabe qué le dijo Jesús a esta gente? Hipócritas. ¿Sabe qué le dijo? Les dijo: Ustedes son semejantes a sepulcros blanqueados. 
  • Ananías y Safira: Era una parejita amante del dinero, tacaños. Ellos querían engañar al Espíritu Santo, vendieron en un precio la propiedad, y dijeron que había sido en menos de lo real. Es que no puedes, no debes, sembrar en medio de las espinas. Y esto es lo que ellos trataron de hacer, por eso murieron ambos.

Cuando Dios declara que alguien es malo, como los casos que hemos visto, generalmente está relacionado con desobediencia persistente. Usted se ha preguntado: ¿Por qué hay ciertos individuos en una congregación que nunca cambian? ¿Por qué hay personas en una iglesia que nunca cambian? Tienes 20 años, ya 30 años en una congregación: las mismas personas malcriadas, las mismas personas envidiosas, las mismas personas chismosas. Hermanos tenemos que permitirle al Espíritu Santo que transforme nuestras vidas, sino vamos a pasar 100 años aquí en la iglesia sembrando sobre espinos. Y, ¿qué te dice Dios? No, mijo, tienes que trabajar tu corazón. Desobediencia persistente, un corazón endurecido, hipocresía espiritual, rebelión consciente. 

Mateo 13: 7 (RV 1960): Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.  ¿Y qué es lo que pasa? Mira, cuando usted tira semilla entre las espinas, las espinas crecen y ahogan la palabra. Ahí tiene usted la respuesta al sermón.

¿Por qué la vida de muchas personas no es transformada? Por lo mismo, porque se la pasan sembrando entre espinos. Usted viene el domingo a la iglesia, pero la pregunta es: ¿Dónde va a estar durante la semana? ¿Con quién va a ir a compartir durante la semana? ¿A quién va a ir a ver? ¿Con quién va a estar pensando ya usted hacer cosas? Entonces eso es sembrar entre espinos. No vas a crecer jamás, hermano, nunca. Algunas personas vienen el domingo con su “negro”, ¿verdad?, para que al escuchar la palabra se lo ponga un poquito “gris” y no sentirse tan mal. Pero ese no es el objetivo de nuestra vida espiritual. Van a crecer los espinos, y los espinos van a ahogar la palabra.

Mateo 13:22 (RV 1960): El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Usted podrá venir todos los domingos que usted quiera, y ¿qué va a pasar? Nada. ¿Por qué? Porque no ha removido los escombros, porque no quitado de su camino aquellas cosas que no ayudan a nuestro crecimiento espiritual.

Mateo 13: 22 (TLA): Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Solo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos. 

¿Sabe cuáles son los escombros? Para muchos de nosotros, los escombros son el teléfono, esos textos o esas llamadas a personas indecentes, esas proposiciones indecentes en el teléfono, esos individuos que tenemos puestos ahí. Si usted no remueve escombros, le está dando al enemigo la oportunidad de echar a perder su vida. Las espinas ahogan la palabra.

Salmos 51: 16-17 (RV 1960): 16Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Esto es muy importante mi querido y amado hermano, si nosotros resolviéramos nuestros problemas con un cabrito, yo le aseguro que todos estuviéramos comprando uno. Yo le garantizo que en el parqueo no cabríamos todos con el montón de cabritos allá afuera. ¿Qué te dice Dios? Quédate con tu cabrito, cambia tu corazón. 

Salmos 51: 16-17 (TLA): 16Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres, eso no te complace. 17La mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente. ¿Te das cuenta? Entonces, ya no sigamos sembrando entre espinas, hermanos.

¿Cómo podemos remover los escombros? Antes de sembrar, tenemos que hacernos las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué, quién o quiénes no me dejan crecer espiritualmente?
  2. ¿Qué cosas estoy haciendo que yo sé que no me dejan crecer espiritualmente?

Quiero hablarte de: Decisiones de transformación de vida.

Mira, yo me gozo cuando voy a una iglesia a predicar y esa iglesia no publica nada por las redes sociales. Una inspiración que me da a mí en esas iglesias, que para qué contarles, me llueven todas las ilustraciones que yo conozco. Cosas que yo no puedo decir en una congregación donde estamos en línea. 

Ejemplos:

Mi amiga Marta siempre me está invitando a fiestas donde los hombres andan buscando mujeres. ¿Quién es el problema su amiga Marta o su corazón? Usted quiere acercarse a Dios, tiene que remover los escombros. Usted quiere acercarse a Dios, sepárese de su amiga Marta. Déjeme decirle: su problema no es su amiga Marta. El problema es usted. El problema es que usted no tiene una relación cercana con Dios. El problema es que usted no tiene una comunión íntima con el Señor. No, porque hace mucho que se hubiera deshecho de esta señora.

Mis amigos de infancia quieren que yo los acompañe a lugares donde, como cristiano, no me siento bien. Y me pone entre paréntesis: “antros”. Mire, yo entiendo que como seres humanos tenemos curiosidades, y sobre todo en la juventud. Es normal visitar un antro sin conocer al evangelio, sin conocer al Señor; pero si estamos en el evangelio, si conocemos a Dios, si conocemos la palabra bendita y eterna del Señor, usted lo que quiere es crecer en el conocimiento de Dios. Usted quiere conocer más al Señor, pero si usted no remueve los escombros, ¿cómo va a crecer?

Hay una palabra bien seria, hermano, pero bien seria. No la quiero sacar de contexto, pero veamos que dice la palabra:

Apocalipsis 3:15-16 (RV 1960):15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Llámele frío a un incrédulo y llámele caliente a una persona apasionada por el evangelio. ¿Qué significa ser tibio? Que no es ni una cosa ni la otra, hermano. ¿Sabe qué dice Dios? “Te vomitaré de mi boca”. Hermano, eso es feo, eso es horrible; o sea, que usted no es una cosa ni la otra. Porque usted juega con el mundo y juega con Dios.

Si usted quiere construir, si se quiere acercar a Dios, si quiere sembrar semilla; hay que remover los escombros.

“Vivo como pareja con una persona que no es creyente. No somos casados. Al principio no le molestaba, pero ahora cada vez que voy a la iglesia se enoja”. ¿Por qué? Porque la Biblia dice (2 Corintios 6:14 RV 1960): No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. Eso dice la palabra.

“Soy cristiano desde niño. En mi juventud me acerqué a personas equivocadas y he tenido problemas serios con el alcohol. Tengo hijos con tres mujeres y a mis 60 años me cuesta dedicarme a la vida cristiana”. Bueno, dice que se acercó a personas equivocadas. Volvemos otra vez a lo mismo. Es decir, venir a la iglesia es bueno, es fabuloso; pero tenemos que tomar decisiones que son drásticas en nuestra vida.

Yo dije las preguntas que tenemos que contestar: ¿Qué? ¿Quién es? ¿Qué situaciones? ¿Qué circunstancias?

Yo conozco personas que aún dejaron su trabajo porque no podían venir a la iglesia el domingo, y dijeron: “Pastor, no puedo. Ya hablé con mi jefe, ya le dije: Mire, yo necesito ir a la iglesia”. Me dijo que no, que no me daba los domingos. Entonces, como decimos bien los latinos, cuité (renuncié), porque a mí me hace falta venir a la casa del Señor. Es decir, se trata de tomar decisiones drásticas en nuestra vida. 

Hace mucho tiempo, muchos años, yo le puse los ojos a un hermano para que sirviera en un ministerio. “No puedo, pastor, no puedo, pastor, no puedo, pastor. Es que tengo una situación, es que tengo un asunto, pastor, que tengo que arreglar. Pero yo voy a lo voy a hacer un día, pastor. Al tiempo, lo volvía ver, y me respondió: No puedo, pastor. Y lo que resultó era que, simple y sencillamente, además de su linda familia tenía otra mujer, y la tenía embarazada. Yo entiendo que es su vida, que usted va a hacer lo que quiere. Pero el domingo aquí estaba, venía de traje con su corbatilla bien puesta, era muy amable. No quería servir, no quería involucrarse por esa situación que no se la había dicho a nadie. La mantuvo como un secreto hasta que explotó la bomba. Pero ¿qué es lo que estaba haciendo esta persona por todo ese tiempo? ¿Sabe qué es lo que estaba haciendo? Estaba sembrando entre espinas, y sembrando entre espinas no vas a cosechar nunca. ¿Por qué? Que te dice Dios: Hay que arar esa tierra dura de tu corazón para poder sembrar en él. No vas a crecer. ¿Quieres buscar al Señor? ¿Quieres acercarte a Dios? No vas a crecer si antes no remueves los escombros.

Una señora dice: “Me considero una mujer cristiana. Asisto a la iglesia cuando puedo. Tengo tres hijas adolescentes que no quieren nada con Dios y no me quieren acompañar a la iglesia. Me dicen que yo no soy un buen ejemplo para ellas porque salgo con mis amigos y me emborracho de vez en cuando. Yo les digo que divertirse de vez en cuando no es pecado”. ¿Qué debo hacer? Yo no entendí bien, porque cuando un hijo te dice que usted no es un buen testimonio, ya la regamos, hermano ya la regamos. Y entonces, ¿qué es lo que debo de hacer? Pero si es lo que están viendo ellas. 

Pero esta es la situación: ¿Qué cosas son las que me impiden que yo me acerque al Señor? ¿Qué amistades son las que no quiero dejar? ¿Por qué? Porque me divierto, porque me gusta, porque nos reímos, porque la pasamos bien, porque contamos chistes. Bueno, pues entonces quédese con sus chistes, pues entonces quédese con sus amistades; pero no me venga a decir que quiere tener una relación cercana con Dios, porque eso le afecta.

Es que no puede seguir sembrando entre espinas, hombre, no puede. Haga algo para estar bien delante del Señor, Dios honra a los que le honran. Es que el problema está en el corazón, hombre. 

Yo pienso que el mensaje es claro. Este no es un mensaje para regalar, es con usted el asunto. Veámonos en el espejo espiritual. No sembremos entre espinas. Dios es todopoderoso y nos quiere ayudar. Déjese ayudar, déjese ayudar hermano. ¿Fácil?, nadie ha dicho que sea. Pero de que se puede, se puede; porque todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza.

Vamos a orar: Padre querido, al escuchar esta palabra tuya y echar un vistazo de nuestro interior, podemos reconocer que muchos de nosotros hemos estado sembrando en medio de espinas, y por eso no hemos visto fruto, porque hay cosas que hay que remover. Es por eso por lo que la Biblia habla de la circuncisión del corazón, del alma. Es por eso por lo que la palabra habla de permitir al Espíritu Santo transformar nuestras vidas, cambiar nuestra manera de ver el mundo y de actuar con él. Señor, tu palabra dice que el que ama al mundo no ama a Dios, y nosotros queremos amarte a ti Padre Santo. Entendemos que el pasaje de Jeremías está hablando de arrepentimiento, pero de un arrepentimiento genuino, honesto, sincero, no de una religiosidad superficial donde el domingo nos comportamos de una manera y el resto de la semana nos comportamos de otra. Te pedimos perdón, Padre, y te pedimos que purifiques nuestro corazón, purifica nuestra vida. Ayúdanos a caminar de la mano contigo, Padre Santo.

Y si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón y quisiera hacerlo en esta tarde, haga esta oración conmigo ahí donde está, y dígale al Señor: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario al poner tu cuerpo y derramar tu preciosa sangre para el perdón de mis faltas. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, le animamos a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.

Señor, despídenos con tu paz y con tu bendición. Que podamos reflexionar acerca de las verdades que hemos escuchado. En el nombre de Jesús, amén y amén.

¡Que la paz de Cristo los acompañe!

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No sembremos entre espinas


Mayo 4, 2025 – 2:00PM | Jeremías 4:3-4 | Dr. David Rodríguez

Etiquetas: abril 2025, jeremias, pastor david rodriguez, transcripcion


Descargar Texto: Sermón en PDF

TRANSCRIPCIÓN

En esta oportunidad tengo un mensaje práctico para la iglesia. Vamos a buscar Jeremías capítulo 4 en la Nueva Traducción Viviente. El mensaje de esta hora se titula “No sembremos entre espinas”.

Jeremías 4: 3-4 (NTV): 3Esto dice el SEÑOR a la gente de Judá y de Jerusalén: ¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones! No desperdicien la buena semilla entre los espinos. 4Oh habitantes de Judá y de Jerusalén, renuncien a su orgullo y a su poder. Cambien la actitud del corazón ante el SEÑOR, o mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados.

Jeremías 4: 3 (RV 1960): Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos.

Pidamos la bendición del Señor: Padre, yo te ruego que tu Espíritu Santo pueda preparar nuestros corazones en esta tarde. Señor, que este mensaje pueda hacer la diferencia en nuestra vida. Háblanos el corazón, permite que podamos remover los escombros de cualquier situación a la que nosotros hemos le hemos brindado el permiso para actuar en nuestras vidas. Bendice cada persona que escucha en este momento, los que están en línea como también los que han de escuchar este mensaje más adelante. En el nombre de Jesús, amén.

Jeremías 4: 1 (RV 1960): Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá. Hablando de personas que no saben de dónde vienen, ni para dónde van en sus vidas. Este es un mensaje de arrepentimiento. Dios le dice al pueblo: “Vuélvete a mí“. 

Dios también le pide a su pueblo que se arrepienta, le dice: Si vas a sembrar buena semilla, no la siembres entre espinos. Si vas a sembrar buena semilla, no la siembres entre espinas. ¿A qué se refiere Dios cuando dice que no debemos sembrar entre espinas? Dios está diciendo: Si usted se arrepiente pero no remueve los escombros de su vida, usted está sembrando entre espinas. ¿A quién le gustan las espinas? A nadie. ¿Por qué el pueblo de Israel fue un pueblo tan rebelde? Porque nunca se deshicieron de los ídolos que Dios les había dicho que tenían que deshacerse, es porque nunca se deshicieron de cosas, de personas, de individuos que les estorbaban para buscar a Dios. Se convirtieron, seguían al Señor, pero ahí tenían las cosas todavía a un ladito. Dios te está diciendo: “Si te vas a arrepentir, tienes que remover los escombros”. Es decir, venir a la iglesia es bueno, leer la Biblia es bueno, asistir a una casa de oración es bueno; pero dice el Señor: “Si no removemos los escombros que nos impiden crecer como Dios quiere que crezcamos, estamos sembrando entre espinas”. Usted podrá decir: “Pastor, quiero comenzar otra vez”. Bueno, Dios es un Dios de oportunidades; pero repito, todas estas cosas que mencionamos son buenas, pero no es suficiente, no se debe sembrar entre espinos. En pocas palabras: hay que limpiar el terreno. Si vamos a invertir tiempo, energía, recursos, pero no limpiamos el terreno, no vamos a cosechar los frutos deseados.

Fíjate que en el versículo que comenzamos leyendo (Jeremías 4:3 NTV), dice el Señor: ¡Pasen el arado por el terreno endurecido de vuestros corazones! Imagínese usted, eso es como cuando usted va a sembrar pero la tierra está dura. No siembres ahí, dice Dios, primero tienes que quebrar la tierra, primero tienes que trabajar la tierra, tienes que arar la tierra para entonces poder sembrar. Sembrar sin haber limpiado el corazón de lo que impide nuestro crecimiento verdadero, es simplemente una religiosidad superficial.

No nos engañemos iglesia, usted podrá pasar 40 años sentado en una iglesia, y eso no demuestra que usted sea un creyente fiel al Señor. Sin importar qué es lo que usted piense, ni por qué piensa lo que piensa, porque al final del día lo que nosotros pensamos sobra. Lo que la Palabra (La Biblia) enseña, es la verdad.

Cuando una persona viene por primera vez al evangelio, o a la iglesia, no necesita irse para su casa a limpiar nada de su vida; usted le entrega su vida a Cristo, y el Señor va a comenzar a trabajar con usted. Pero en el caso de los creyentes, en el caso de aquellos que hemos depositado nuestra fe y confianza en el Señor, venimos al evangelio, nos acomodamos en el evangelio y dejamos todavía ciertas cosas allí sin remover. Nos acostumbramos a vivir de esa manera: venimos a la iglesia, eso es bueno; leemos la Biblia, eso es bueno; asistimos a una casa de oración, eso es bueno; diezmamos en la casa del Señor, eso es bueno; pero ¿sabe qué significa eso? Todo eso es sembrar entre espinas, si no removemos las cosas que afean nuestro testimonio no vamos a cambiar nada en nuestra vida. 

Personajes bíblicos que batallaron con una situación en su vida:

  • Caín: se lo comía la envidia por su hermano Abel. Si usted tiene un problema de envidia hacia alguien (su jefe, su compañero de trabajo, al que se quiere bajar usted para que le den la posición a usted), cualquier situación, hermano, mientras usted no trabaje su envidia, todas las demás cosas que usted haga, eso es sembrar entre espinas.
  • El rey Saúl: abusó de su autoridad. Era el rey y quería hacer las cosas, aún las religiosas, como a él se le antojara. ¿Sabe qué dijo Dios?: Me pesa haber puesto a Saúl como rey.
  • El rey más malo, Acab: corrupto, idólatra, quería tomar los terrenos a la fuerza. ¿Y qué dice Dios?:Ninguno fue como Acab que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, porque Jezabel su mujer lo incitaba. 
  • Jezabel, una mujer que seduce a los hombres casados.
  • La generación de Noé: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
  • El profeta Jonás: hermano, Jonás no podía sembrar entre espinas, Jonás tenía un problema serio de temperamento. Un día le dijo Dios: ¿Te enojas, Jonás? Y Jonás contestó: Me enojo mucho, hasta la muerte.

¿Usted tiene un problema de temperamento, usted tiene un problema de carácter? ¡Qué bueno que viene a la iglesia, hermano, eso es maravilloso. Qué bueno que usted asiste a la casa de oración, qué bueno, qué bueno, qué bueno que sirve! Pero Dios le está diciendo: Si te vas a arrepentir, tienes que remover los escombros. Tienes que remover todo aquello que no te deja crecer.

  • El siervo de Eliseo Giezi (esto lo estudiamos, ¿se acuerda?): Dios hizo el milagro a Naamán de la lepra, y le dijo a Eliseo: Dime qué es lo que quieres, que te voy a dar lo que sea. ¿Dime qué quieres? Eliseo dijo: “Yo no quiero tu dinero”. Y el siervo estaba escuchando, y cuando dio la media vuelta Naamán, salió corriendo detrás de Naamán: “Oiga, le dijo, mi jefe ya cambió de opinión”. Dice que sí, que le mande dinero, y todo era por robar. Si nosotros no trabajamos con la situación (la que sea) que nos está separando de Dios, estamos sembrando sobre espinos.
  • Sansón: Tenía un problema de lujuria. 

Si usted es el tipo de persona que cualquier mujer que mira ya la está desnudando, cualquier mujer que mira ya le está viendo el trasero, usted está en su trabajo en la construcción y siempre anda viendo: “Esta mujer qué bonita, aquella que está allí, la otra que está allá”, y hablando con los compañeros de trabajo acerca de las mujeres, mi querido y amado hermano, usted podrá venir a la iglesia 180 años si usted quiere, usted podrá asistir a todas las casas de oración que tenemos en la iglesia, usted podrá hacer todo lo que usted quiere y servir en lo que sea, pero déjeme decirle en esta tarde que usted está sembrando sobre espinas. ¿Qué significa eso? Que nunca va a poder comer del fruto. ¿Quién va a ir a buscar fruto en medio de los espinos?

  • Los escribas y los fariseos: (dije religiosidad superficial). ¿Sabe qué le dijo Jesús a esta gente? Hipócritas. ¿Sabe qué le dijo? Les dijo: Ustedes son semejantes a sepulcros blanqueados. 
  • Ananías y Safira: Era una parejita amante del dinero, tacaños. Ellos querían engañar al Espíritu Santo, vendieron en un precio la propiedad, y dijeron que había sido en menos de lo real. Es que no puedes, no debes, sembrar en medio de las espinas. Y esto es lo que ellos trataron de hacer, por eso murieron ambos.

Cuando Dios declara que alguien es malo, como los casos que hemos visto, generalmente está relacionado con desobediencia persistente. Usted se ha preguntado: ¿Por qué hay ciertos individuos en una congregación que nunca cambian? ¿Por qué hay personas en una iglesia que nunca cambian? Tienes 20 años, ya 30 años en una congregación: las mismas personas malcriadas, las mismas personas envidiosas, las mismas personas chismosas. Hermanos tenemos que permitirle al Espíritu Santo que transforme nuestras vidas, sino vamos a pasar 100 años aquí en la iglesia sembrando sobre espinos. Y, ¿qué te dice Dios? No, mijo, tienes que trabajar tu corazón. Desobediencia persistente, un corazón endurecido, hipocresía espiritual, rebelión consciente. 

Mateo 13: 7 (RV 1960): Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.  ¿Y qué es lo que pasa? Mira, cuando usted tira semilla entre las espinas, las espinas crecen y ahogan la palabra. Ahí tiene usted la respuesta al sermón.

¿Por qué la vida de muchas personas no es transformada? Por lo mismo, porque se la pasan sembrando entre espinos. Usted viene el domingo a la iglesia, pero la pregunta es: ¿Dónde va a estar durante la semana? ¿Con quién va a ir a compartir durante la semana? ¿A quién va a ir a ver? ¿Con quién va a estar pensando ya usted hacer cosas? Entonces eso es sembrar entre espinos. No vas a crecer jamás, hermano, nunca. Algunas personas vienen el domingo con su “negro”, ¿verdad?, para que al escuchar la palabra se lo ponga un poquito “gris” y no sentirse tan mal. Pero ese no es el objetivo de nuestra vida espiritual. Van a crecer los espinos, y los espinos van a ahogar la palabra.

Mateo 13:22 (RV 1960): El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Usted podrá venir todos los domingos que usted quiera, y ¿qué va a pasar? Nada. ¿Por qué? Porque no ha removido los escombros, porque no quitado de su camino aquellas cosas que no ayudan a nuestro crecimiento espiritual.

Mateo 13: 22 (TLA): Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Solo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos. 

¿Sabe cuáles son los escombros? Para muchos de nosotros, los escombros son el teléfono, esos textos o esas llamadas a personas indecentes, esas proposiciones indecentes en el teléfono, esos individuos que tenemos puestos ahí. Si usted no remueve escombros, le está dando al enemigo la oportunidad de echar a perder su vida. Las espinas ahogan la palabra.

Salmos 51: 16-17 (RV 1960): 16Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Esto es muy importante mi querido y amado hermano, si nosotros resolviéramos nuestros problemas con un cabrito, yo le aseguro que todos estuviéramos comprando uno. Yo le garantizo que en el parqueo no cabríamos todos con el montón de cabritos allá afuera. ¿Qué te dice Dios? Quédate con tu cabrito, cambia tu corazón. 

Salmos 51: 16-17 (TLA): 16Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres, eso no te complace. 17La mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente. ¿Te das cuenta? Entonces, ya no sigamos sembrando entre espinas, hermanos.

¿Cómo podemos remover los escombros? Antes de sembrar, tenemos que hacernos las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué, quién o quiénes no me dejan crecer espiritualmente?
  2. ¿Qué cosas estoy haciendo que yo sé que no me dejan crecer espiritualmente?

Quiero hablarte de: Decisiones de transformación de vida.

Mira, yo me gozo cuando voy a una iglesia a predicar y esa iglesia no publica nada por las redes sociales. Una inspiración que me da a mí en esas iglesias, que para qué contarles, me llueven todas las ilustraciones que yo conozco. Cosas que yo no puedo decir en una congregación donde estamos en línea. 

Ejemplos:

Mi amiga Marta siempre me está invitando a fiestas donde los hombres andan buscando mujeres. ¿Quién es el problema su amiga Marta o su corazón? Usted quiere acercarse a Dios, tiene que remover los escombros. Usted quiere acercarse a Dios, sepárese de su amiga Marta. Déjeme decirle: su problema no es su amiga Marta. El problema es usted. El problema es que usted no tiene una relación cercana con Dios. El problema es que usted no tiene una comunión íntima con el Señor. No, porque hace mucho que se hubiera deshecho de esta señora.

Mis amigos de infancia quieren que yo los acompañe a lugares donde, como cristiano, no me siento bien. Y me pone entre paréntesis: “antros”. Mire, yo entiendo que como seres humanos tenemos curiosidades, y sobre todo en la juventud. Es normal visitar un antro sin conocer al evangelio, sin conocer al Señor; pero si estamos en el evangelio, si conocemos a Dios, si conocemos la palabra bendita y eterna del Señor, usted lo que quiere es crecer en el conocimiento de Dios. Usted quiere conocer más al Señor, pero si usted no remueve los escombros, ¿cómo va a crecer?

Hay una palabra bien seria, hermano, pero bien seria. No la quiero sacar de contexto, pero veamos que dice la palabra:

Apocalipsis 3:15-16 (RV 1960):15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Llámele frío a un incrédulo y llámele caliente a una persona apasionada por el evangelio. ¿Qué significa ser tibio? Que no es ni una cosa ni la otra, hermano. ¿Sabe qué dice Dios? “Te vomitaré de mi boca”. Hermano, eso es feo, eso es horrible; o sea, que usted no es una cosa ni la otra. Porque usted juega con el mundo y juega con Dios.

Si usted quiere construir, si se quiere acercar a Dios, si quiere sembrar semilla; hay que remover los escombros.

“Vivo como pareja con una persona que no es creyente. No somos casados. Al principio no le molestaba, pero ahora cada vez que voy a la iglesia se enoja”. ¿Por qué? Porque la Biblia dice (2 Corintios 6:14 RV 1960): No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. Eso dice la palabra.

“Soy cristiano desde niño. En mi juventud me acerqué a personas equivocadas y he tenido problemas serios con el alcohol. Tengo hijos con tres mujeres y a mis 60 años me cuesta dedicarme a la vida cristiana”. Bueno, dice que se acercó a personas equivocadas. Volvemos otra vez a lo mismo. Es decir, venir a la iglesia es bueno, es fabuloso; pero tenemos que tomar decisiones que son drásticas en nuestra vida.

Yo dije las preguntas que tenemos que contestar: ¿Qué? ¿Quién es? ¿Qué situaciones? ¿Qué circunstancias?

Yo conozco personas que aún dejaron su trabajo porque no podían venir a la iglesia el domingo, y dijeron: “Pastor, no puedo. Ya hablé con mi jefe, ya le dije: Mire, yo necesito ir a la iglesia”. Me dijo que no, que no me daba los domingos. Entonces, como decimos bien los latinos, cuité (renuncié), porque a mí me hace falta venir a la casa del Señor. Es decir, se trata de tomar decisiones drásticas en nuestra vida. 

Hace mucho tiempo, muchos años, yo le puse los ojos a un hermano para que sirviera en un ministerio. “No puedo, pastor, no puedo, pastor, no puedo, pastor. Es que tengo una situación, es que tengo un asunto, pastor, que tengo que arreglar. Pero yo voy a lo voy a hacer un día, pastor. Al tiempo, lo volvía ver, y me respondió: No puedo, pastor. Y lo que resultó era que, simple y sencillamente, además de su linda familia tenía otra mujer, y la tenía embarazada. Yo entiendo que es su vida, que usted va a hacer lo que quiere. Pero el domingo aquí estaba, venía de traje con su corbatilla bien puesta, era muy amable. No quería servir, no quería involucrarse por esa situación que no se la había dicho a nadie. La mantuvo como un secreto hasta que explotó la bomba. Pero ¿qué es lo que estaba haciendo esta persona por todo ese tiempo? ¿Sabe qué es lo que estaba haciendo? Estaba sembrando entre espinas, y sembrando entre espinas no vas a cosechar nunca. ¿Por qué? Que te dice Dios: Hay que arar esa tierra dura de tu corazón para poder sembrar en él. No vas a crecer. ¿Quieres buscar al Señor? ¿Quieres acercarte a Dios? No vas a crecer si antes no remueves los escombros.

Una señora dice: “Me considero una mujer cristiana. Asisto a la iglesia cuando puedo. Tengo tres hijas adolescentes que no quieren nada con Dios y no me quieren acompañar a la iglesia. Me dicen que yo no soy un buen ejemplo para ellas porque salgo con mis amigos y me emborracho de vez en cuando. Yo les digo que divertirse de vez en cuando no es pecado”. ¿Qué debo hacer? Yo no entendí bien, porque cuando un hijo te dice que usted no es un buen testimonio, ya la regamos, hermano ya la regamos. Y entonces, ¿qué es lo que debo de hacer? Pero si es lo que están viendo ellas. 

Pero esta es la situación: ¿Qué cosas son las que me impiden que yo me acerque al Señor? ¿Qué amistades son las que no quiero dejar? ¿Por qué? Porque me divierto, porque me gusta, porque nos reímos, porque la pasamos bien, porque contamos chistes. Bueno, pues entonces quédese con sus chistes, pues entonces quédese con sus amistades; pero no me venga a decir que quiere tener una relación cercana con Dios, porque eso le afecta.

Es que no puede seguir sembrando entre espinas, hombre, no puede. Haga algo para estar bien delante del Señor, Dios honra a los que le honran. Es que el problema está en el corazón, hombre. 

Yo pienso que el mensaje es claro. Este no es un mensaje para regalar, es con usted el asunto. Veámonos en el espejo espiritual. No sembremos entre espinas. Dios es todopoderoso y nos quiere ayudar. Déjese ayudar, déjese ayudar hermano. ¿Fácil?, nadie ha dicho que sea. Pero de que se puede, se puede; porque todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza.

Vamos a orar: Padre querido, al escuchar esta palabra tuya y echar un vistazo de nuestro interior, podemos reconocer que muchos de nosotros hemos estado sembrando en medio de espinas, y por eso no hemos visto fruto, porque hay cosas que hay que remover. Es por eso por lo que la Biblia habla de la circuncisión del corazón, del alma. Es por eso por lo que la palabra habla de permitir al Espíritu Santo transformar nuestras vidas, cambiar nuestra manera de ver el mundo y de actuar con él. Señor, tu palabra dice que el que ama al mundo no ama a Dios, y nosotros queremos amarte a ti Padre Santo. Entendemos que el pasaje de Jeremías está hablando de arrepentimiento, pero de un arrepentimiento genuino, honesto, sincero, no de una religiosidad superficial donde el domingo nos comportamos de una manera y el resto de la semana nos comportamos de otra. Te pedimos perdón, Padre, y te pedimos que purifiques nuestro corazón, purifica nuestra vida. Ayúdanos a caminar de la mano contigo, Padre Santo.

Y si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón y quisiera hacerlo en esta tarde, haga esta oración conmigo ahí donde está, y dígale al Señor: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario al poner tu cuerpo y derramar tu preciosa sangre para el perdón de mis faltas. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, le animamos a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.

Señor, despídenos con tu paz y con tu bendición. Que podamos reflexionar acerca de las verdades que hemos escuchado. En el nombre de Jesús, amén y amén.

¡Que la paz de Cristo los acompañe!

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