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TRANSCRIPCIÓN

Gracias, mi pastor. Póngase de pie. Sea bienvenido a la casa del Señor. Abra la Biblia en el libro de la conquista, el libro de Josué capítulo 1. Vamos a hablar de: Los valientes de Jehová. 

Muchas personas vivimos con complejos por el hecho de creer que no tenemos cualidades ni características. La diferencia entre los valientes de Dios, o de Jehová, y los valientes de las películas es que las cualidades y características las da Dios. Dios solo necesita voluntarios; y si usted es un voluntario, usted puede ser un valiente para honra y gloria de Jehová, nuestro Dios.

Josué 1:9 (RV 1960): 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Oremos al Señor. Padre y buen Dios, gracias por esta fiesta de 37 aniversario. Gracias, Señor, por todos aquellos que lo han hecho posible. ¡Qué gozo nos da ver que la semilla de tu evangelio ha dado fruto Señor! Las alabanzas que hemos escuchado hablan bien de ti y de tu gracia. Oramos por la familia del dúo Esperanza Nueva Generación, que puedan llegar a otros países con ese mensaje tuyo. El día de hoy nos acompañan amigos por quienes oramos para que muevas sus corazones. Y a nosotros, los que tenemos ratos en los caminos tuyos, quebrántanos, toca y muévenos el espíritu para recibir tu palabra. Te lo suplicamos en acción de gracias en Cristo Jesús, nuestro Salvador, y la iglesia dice, Amén.

Amigo y hermano, en esta generación se requiere ser valiente para seguir en los caminos de Dios. Una persona que no es valiente no podrá continuar porque el primer problema que aparezca lo va a amedrentar, le va a hacer retroceder, le va a hacer creer que Dios no está con usted.

Esta promesa que estamos leyendo también la encontramos en el Nuevo Testamento. Cuando Jesús resucita y después asciende a los cielos, nos dio una promesa. ¿Alguien recuerda cuál fue la promesa? (Juan 14: 15-31). 18 No os dejaré huérfanos. Y esto se reafirma hasta el día de hoy. 

Entonces, ¿Qué nos pasa que hemos dejado de ser valientes? ¿Nos hemos amedrentado? Para poder vivir el evangelio, vamos a necesitar apretarnos los pantalones. Le pongo un ejemplo, cuando usted comienza la transculturización, ¿qué sucede? Usted comienza a renunciar a las cosas que desde pequeño le enseñaron. ¿Y por qué lo hace? Para ser aceptado. Jamás, jamás niegue el nombre de Cristo por nadie ni por nada. Amén. 

Ese día que lo entrevistan para el empleo, si el que lo está entrevistando tiene otra fe o tiene otro tipo de actitud y le dice: ¿Y tú eres cristiano? ¿Cómo contestaba el promedio latino hace 30 años? Por gracia de Dios. Antes respondían así porque su mente dice: yo no vine aquí a evangelizarte, yo vine a trabajar; y mi trabajo lo va a terminar evangelizando. ¿Por qué? Porque soy un valiente de Jehová, porque soy un escogido de Dios; y usted no es escogido para que usted conquiste, para que usted convenza, para que usted induzca; usted solo es un instrumento, deje que el Señor haga lo suyo. Usted tiene que ser un valiente y dejar que el Señor obre no por sus cualidades físicas, no por su capacidad intelectual, sino por su misericordia a través de sus acciones. ¿Y qué debo de hacer, pastor? Sea un valiente del Señor y dígale: Aquí estoy, Señor. Yo sé que no soy el mejor de todos, pero aquí estoy, Señor. Hay personas que entendemos eso tarde en la vida.

Josué 1:9 (RV 1960): 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. 

Este versículo lleva varias cosas implícitas. 

1. Ánimo. 

A mí las personas que irradian ánimo me encantan, a mí me gusta el que va hablando solo; pero no abra su boca para hablar del prójimo, ni para comentar de cosas que no suman a nadie. Cuando usted abra su boca para hablar todo el día de las misericordias y la gloria de Dios, el ambiente en su casa va a ser diferente, el ambiente en sus hijos va a ser diferente. 

Salmos 32: 3 (RV 1960): Mientras callé, se envejecieron mis huesos. Los problemas se resuelven hablando. Las dificultades son menos cuando aprendemos a hablar, y en especial cuando nosotros hablamos con Dios.

Este versículo, Josué 1: 9, lo primero que nos da es ánimo. ¿Por qué? Porque no estamos solos, no estamos solos ni en la bendición ni en la prueba. Nos encanta la compañía de Dios en la prueba, pero no en la bendición. Hay personas que han estado orando por cosas que añoran y anhelan; le tengo una noticia: Dios no se las va a dar. ¿Por qué? Porque el día que lleguen esas cosas a tu vida, en su preconocimiento, Dios sabe que te vas a apartar de Él. Entonces, prefiere mantenerte con el pan diario. Esto es algo que lo aprendimos de un hombre llamado Salomón. ¡Qué inteligente! Y por haber sido así le dieron todo. 

Creo que la iglesia tiene que estar más tiempo con Dios en la bendición, porque n la necesidad cualquiera busca a Dios, todos nos comprometemos con el Señor. La cosa está en la bendición, cuando te sacaste la lotería, cuando te llegó tu pasaporte, cuando te llegó la residencia, cuando te llegaron los papeles y te olvidas de dónde Dios te sacó, te olvidas de aquel pastorcito, del misionero, de tu papá, de tu mamá.

En El Salvador estamos en la época de las graduaciones universitarias. Y ¿qué sucede? Las criaturas que están saliendo ahora salen muy jóvenes, se paran con el título, pero les da vergüenza decir: -Mi mamá, la de la colonia, fue la que me pagó la carrera y ella está acá-. Es triste que con Dios somos iguales, pero el Señor te está diciendo que a pesar de estas cosas, Él siempre estará contigo.

   2. Confianza. 

Yo si algo agradezco es que el pastor David, su familia, al equipo de trabajo, a la iglesia, a la directiva, es que a mí me han dado mucha confianza y oportunidad. No hay nada más feo que no tener confianza. El Señor nos da confianza. Él no está interesado en cambiar tu personalidad, Él quiere cambiar tu corazón. Cuando cambia tu corazón, cambia tu personalidad. Ese es el grave problema de la religión dentro de la iglesia, es que la iglesia te quiere cambiar tu personalidad. No te vistas así, no te cortes el cabello así, no te pintes la piel así, no te pongas el piercing así; te están cambiando la apariencia, pero no tu corazón. El Señor es especialista en transformar corazones. Es por eso por lo que, si usted quiere entender una evidencia de haber nacido de nuevo, es que las cosas que antes le agradaban ya no le agradan.

Hablé con un par de amigos, con los cuales almorzamos en estos últimos días, y uno de ellos me dijo: ¡Oye, lo que dijiste ayer me pegó bastante! Y le digo: Y, ¿qué fue lo que te pegó del sermón? Es que dijiste que si ya viniste a Cristo y tus gustos siguen siendo gustos de narcotraficante, algo no ha cambiado en ti. ¿Alguien está recibiendo palabra el día de hoy? Amén. El Señor te da confianza y un margen de error, pero el Señor va trabajando tu interior al punto que esas cosas que antes te gustaban tanto ya no te llaman la atención. No es una obligación, no es un requisito, solito el Espíritu Santo te va moldeando de tal manera que, hasta los amigotes te molestan, y no digo que se van a convertir en tus enemigos, pero ya te molestan. Entiendes que cuando nos alejamos del Señor, en lugar de convertirnos en valientes, nos acobardamos.

La palabra del Señor nos enseña el día de hoy que esa palabra de ánimo y confianza en Dios es la que Josué recibió para salir adelante. El Señor no mira tú edad, tu apariencia, ni tu porte; Él solo quiere que seas un instrumento portador de su gloria.

Recuerdo esta historia. No sé por qué me he casado con esta historia en los últimos tres meses, pero me llena de intriga y de alegría cada vez que la leo, porque cuando uno ha sido el de abajo, el no privilegiado, el no adinerado, el no inteligente, el que nunca tuvo muchas cosas, pues uno se acostumbra a apoyar ese tipo de personas. Esa persona, aunque no me lo crean, es el rey David. 

Estaba dando el discurso de despedir a nuestros bachilleres en el colegio y les hablaba de este personaje. Yo decía: -Qué triste es que ni los papás de David creían en él. Tenía hermanos que eran grandes, eran hombres de guerra, fuertes, valientes (en sentido de guerra), preparados. Y un día cuando llegaron a la casa del padre de David a buscar al que iba a ser el próximo rey de Israel, el profeta Samuel mandó a llamar a los hijos de Isaí. ¿A quiénes ustedes creen que mandó a llamar el padre de David? A los más bonitos, mandaron a llamar a los más robustos, a los que tenían mayor experiencia. Los mandaron a llamar para que pasaran frente al profeta, pero ninguno tenía lo que buscaba el profeta. Cuando pasan todos los hermanos, el profeta pregunta: ¿no tienes más hijos? Sí, tengo un hijo que cuida mis ovejas, es pastor; pero ese no es guerrero, no tiene porte, no ha ido a la guerra, ese no es preparado. Y cuando lo vio el profeta dijo: Ese es. Nadie lo podía creer, pero la palabra dice (1 Samuel 16: 7 NTV): No juzgues a las personas por su apariencia. El muchacho menos calificado, el cantante de ópera en la época, el hombre que no había ido a la guerra, fue el que Dios escogió. Amén. Eso nos prueba el día de hoy que al igual que Josué, todos podemos ser parte de la glorificación de Dios en nuestras vidas. Todos.

Hay una hermana preciosa, su nombre es Marta, vivió en España por más de 23 años. Salió huyendo del Salvador porque las extorsiones y los pandilleros terminaron con su panadería. Se fue para España y estando allá, comenzó a trabajar en la casa de unos musulmanes. Dice que eran super respetuosos, pero había un problema, el hombre mucho le gritaba. Y lo aguantó por 11 años. Y ella en su español salvadoreño me cuenta y me dice: -Es que yo le decía, Don “fulano” no me grite. Entonces la esposa decía: -Es que él así habla. Pues a la señora un día le topó la cuerda y la desesperó tanto el señor que le dijo: -Don “fulano” el fin de semana próximo yo me retiro de su casa, y no vuelvo a trabajar aquí. Y el señor, por ver el esfuerzo que ella había hecho, la recomendó con una amiga de la familia, que era viuda. Resulta que Martita se va a trabajar a la casa de la viuda y le sirve a la señora durante 12 años creo, no quiero mentir. Terminando sus días la dueña de esa casa no tenía herederos, y cuando muere la señora, había dejado escrito legalmente que el piso (apartamento), su plata y sus bienes eran para la hermana Martita. La primera vez que llegó a nuestra iglesia, hace unos tres meses, después de volver de Europa de tantos años, llevaba una ofrenda y ella insistió mucho en hablar conmigo. Me decía: Pastor, ¿quién lo iba a creer? Que por haber servido bien a quien mal me trataba, Dios al final del camino me bendijo. 

   3. El valiente de Jehová asume el liderazgo que le corresponde. 

¿Y cuál me corresponde? Primero el de su casa, ese es el que le corresponde, no el de la iglesia, el de su casa. Mi papá ya no puede, yo ayudo. Mi mamá ya no puede, yo ayudo. Mi hermano no puede, yo ayudo. Ese es el liderazgo que Dios honra. Y como este ejemplo que le estoy dando, hay mucho más en la palabra del Señor, no solamente el de Josué cuando recibe la palabra que estamos viendo hoy.

Josué 1:9 (RV 1960): 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Significa que el camino es largo, no es para mañana la cosa. Usted que anda queriendo dinero fácil, déjeme decirle que se va fácil. El camino de la vida del creyente es largo, pero cada día de ese trayecto Dios estará contigo. Cada día de ese trayecto Dios te dará un consejo. Cada día de ese trayecto Dios te dará una palmadita: -Dele, mi hijo que vamos bien. Y ¿cómo se logra? un día a la vez. 

Dentro de la palabra del Señor, no solo se habla de David, no solo se habla de Josué, sino que se habla de un caballero llamado Daniel. ¡Hay que ser valiente! Daniel tenía un jefe que era un déspota, lo amaba, pero era un déspota. Y le dijo: ¿O cumples o vas a pagar con tu vida? Pero Daniel fue valiente. Y ¿qué es ser valiente? Es ser comprometido, no dejar sus principios.

Cuando era yo el hijo del pastor de la iglesia, joven 15 o 17 años, andaba siempre de corbata, cosas que no se veía un muchacho vestido así. Yo trataba de llegar los domingos en la tarde donde mis amigos, pero la verdad es que ellos venían San Diego, cuando San Diego eran grandes ranchos y solo gente importante, mientras nosotros estábamos en la iglesia sirviendo, jugando con los amigos. Pero pasaron los años, y todos esos muchachos que yo vi tener las cosas tan grandes y hermosas, con respeto lo digo hoy, no tienen ya ni esperanza; porque confiaron en lo que tenían y no confiaron en Dios. Hay un corito clásico que decía: Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre. Y Daniel fue uno de esos. Cuando Daniel supo lo dicho por su superior, que lo había firmado y lo había sellado, entró en su casa y abiertas las ventanas de su habitación que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día. ¿Por qué? Porque para mí vivir es Cristo y morir a mí mismo es ganancia. No se avergüence.

Acabado de suceder los atentados del 9/11, me tocó viajar para Washington. Eso para mí era nuevo, quien viajaba era mi jefe no yo. A la hora de llegar al aeropuerto, me llamó la atención que, en aquel momento, mucha gente agarró partido y dijo: -Esta etnia no, esta etnia sí, estos son malos, estos son buenos. Pero cerca del lugar donde yo estaba sentado esperando el vuelo, había un moreno alto con un atuendo normal. Sacó su alfombra de oración en el aeropuerto y ese hombre comenzó a hacer sus oraciones y prácticas religiosas ahí, como estaba la situación de tensa. ¿Cómo es posible que estos me enseñen a mí, que soy hijos del Dios vivo, a no tener vergüenza de mi fe?

En El Salvador que tenemos amigos de todas las etnias y religiones, uno de ellos me dice: – ¿Sabes cuál es el problema de ustedes los cristianos? Es que han diluido demasiado el evangelio para que a todo el mundo le guste. En mi fe, nosotros no diluimos nada, o eres o no eres; o sea, nosotros no andamos diciendo: ¿quién quiere? Sino que la gente que viene a nosotros y adopta esta religión, se convierte porque quiere. Y no estoy exaltando su convicción, solo les digo. 

Imagínese un día usted entra al baño de su casa, quiere cepillarse los dientes, pero de repente ve que hay un brillo de labios ahí. Cuando lo ve, lo agarra y se lo aplica. Pegado al brillo de labios hay protector solar, y se lo pone. De repente, aparte de eso, encuentra una lima para las uñas y comienza a usarla, al rato ya usted está dudando qué es. Así les pasa a los hijos de Dios que se van a jugar con el mundo. Comienzan a convivir con el mundo, luego comienzan a dudar; y al final dicen: – Es que al final de todo yo no sé si Dios existe. Por eso la Biblia le llama necios.

Daniel fue un valiente del Señor y no lo demostró luchando, lo demostró orando. Cuando venga la enfermedad, párese. Cuando venga el temor, párese. Cuando venga la crítica, párese y demuestre que es un valiente del Señor.

Así también hay otros jóvenes en la palabra, Sadrac, Mesac, Abednego, atravesaron situación difícil. Jóvenes que habían sido encomendados para algo, se les había señalado que tenían que hacer y no lo hicieron para no deshonrar a Dios. ¿Y qué sucedió al final? Dios los exaltó. Porque si algo Dios bendice, son aquellos que exaltan su nombre y hablan de su reino.

Josué 1:9 (RV 1960): 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

   4. El valiente de Jehová confía en Dios en todo tiempo. 

Amigo y hermano, usted tiene que entender que en el Señor sí se puede confiar. Es tan hermoso que siempre nos sorprende. 

Un día en el Nuevo Testamento le están cobrando impuestos al Señor, alguien llegó intentando humillar al Señor. Y ¿qué le dijo a uno de sus discípulos? Ve agarra un pez y saca de su vientre una moneda para que pagues tus impuestos y los míos. ¿Cómo es eso, hermano? En el Antiguo Testamente el pueblo llegó a otro lugar difícil, no había agua, tenían sed. ¿Qué dijo Dios? Háblale a la roca. No, no puede ser eso. Es que eso no es lógico. Moisés, queremos las sandías, los melones, las cebollas, añoramos lo que teníamos cuando estábamos en Egipto. ¿Quieren carne? Ahorita les mando carne y les va a salir hasta por la nariz, el Señor envió el maná y las codornices. Yo no escuché a nadie decirle al Señor: Sálvame. Nadie le dijo: Quiero ser salvo. Nadie le dijo: Quiero conocerte. Todos querían un favor, como muchos de nosotros. Pero qué lindo es que, a pesar de ello, Dios nos envía bendición y nos pone su mano. Y dice la palabra (Juan 3: 16 NTV): Para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Estábamos en una reunión hace muchos años, les voy a contar la locura más grande. El presidente Obama llegó al Salvador e hicieron una cena con todo, pero la invitación no era para el gato, era para el león (para mi jefe); él no quiso ir y me mandó a mí. Se imaginan entrar a la cena con el hombre más poderoso del mundo de aquella época, ¡tremendo! Yo me vestí, fui, tuve el privilegio de estar, lo saludan a uno y todo, porque esas fueron las cosas bonitas, pero también hubo cosas feas. Pero bueno, de eso no se trata; el papá de quien ahora gobierna en El Salvador estaba en esa reunión. Un hombre muy próspero, una familia muy próspera de siempre, no es algo nuevo, ha sido próspero siempre. Y él era el imán, el imán para los musulmanes en todo Centroamérica. Y en esa reunión el hombre con su voz característica dice: -Bueno, si alguien tiene que enojarse aquí eso soy yo, porque voy a perder millones de dólares de ventas de mis almacenes”. El tema es que querían regalar muchísimas cosas, trayéndole perdidas a él. -Pero voy a dar un consejo-, dijo este hombre: -Cuando no hay qué hacer en una situación, haz siempre lo correcto-. Y se cayó. Eso nunca lo olvidé. ¿No es eso lo que Dios premia? 

El Señor nos está diciendo el día de hoy, por raro que suene, el hombre que es valiente de Jehová obedece la palabra siempre, no los domingos, siempre. Y la palabra dice (Gálatas 6: 10 RV 1960): pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. O sea, que su victoria está garantizada. Los hombres del Señor, los que somos valientes de Dios, siempre confiamos en su palabra.

Deuteronomio 31: 6 (RV 1960): 6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

   5. El valiente de Jehová afronta las pruebas con fe. 

Repítalo conmigo: Afronta las pruebas con fe. Esta materia es fácil de llevarla a distancia, pero cuando se convierte en presencial las cosas se complican.

Este año 2025 en El Salvador, en la iglesia central le denominamos: El año de mi victoria; y es el año que más nos han apaleado, es que nos han pegado por todos lados. Pero estamos confiados en el Señor.

Les voy a hacer un planteamiento. Hay gente buena y hay gente regular, ¿me entiende? ¿Estamos bien ahí? Yo tengo una hermana que es gente buena, imagínese que la gran distracción de ella era tocar el piano. ¡Qué vida más aburrida! Yo nunca la vi tomar una cerveza, yo nunca la vi fumar un cigarrillo, nunca la vi bailando tango, yo no la vi de marido en marido. Toda la vida en el colegio, el seminario, en la iglesia. Y hace 4 meses me llama el odontólogo y me dice: Pastor, hoy llegó su hermana a la consulta y le vimos una lesión en su boca que no se ha podido atender, por cuestiones de trabajo. Pídale por favor que vaya al médico. Bueno, esa hora le hablo a mi hermana y le digo: Mira, me acaba hablar odontólogo y me dice que fuiste a consulta y que notaron que tenías una lesión que no debía estar en ese lugar. Al siguiente día hablamos, ella fue al doctor, le tomaron muestras y unos días más tarde la llaman y le dice: tienes cáncer en la lengua. ¿Y de dónde? En mi familia nunca lo han tenido. Para mí, ella es mi brazo derecho, es una persona de confianza. Es una persona que cuando tiene que decir algo malo de alguien, ella mejor se calla. Aquí había que tomar una decisión, o nos doblamos o nos paramos. Usted decide qué hacer cuando llegue la prueba.

Afronte las pruebas con fe. Va a venir un momento en tu vida. Cuando vas a escuchar una noticia que te va a dejar golpeado. Y ¿qué hace el valiente de Jehová? Se para en firme. Salmos 23: 4-5 (RV 1960): Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Amén. ¡Gloria al Señor! Llegará el momento en el que usted debe pararse en fe; el que no esté parado, quien no esté cimentado, puede perder la batalla.

   6. El valiente de Jehová se mantiene firme y se mantiene íntegro. 

¿Cómo se mantiene? Firme y se mantiene íntegro. 

Este mediodía, como es una tradición, los hermanos de la cafetería cocinan. El pastor ha tenido la misma dieta por mucho tiempo, yo aprendí a comer salmón aquí. Yo detestaba el salmón, lo odiaba. La cosa es que terminamos de comer el salmón y dijo la hermanita que no sirvió los alimentos: Les mandaron esto, un flan, hermano. No, eso no puede ser. Y me dice el pastor: Mira a ver qué haces con él, porque yo no como dulce. Yo ni lo destapé, porque donde está la miel termino mal yo. Entonces, ¿qué hago como valiente de Jehová? No se acerque, hombre. Si su problema es el guaro (la bebida), no vaya donde venden cerveza hombre. 

Amigo y hermano, valiente es aquel que el día de hoy diga: Señor, yo solo no puedo, pero a partir de hoy me voy a parar en la brecha y voy a confiar en lo que tu palabra dice. Lo mismo que le dijiste a Daniel y que le dijiste a David, yo lo recibo por fe Señor. A partir del día de hoy, entiendo que esto no se trata de mí, se trata de Él. 

El que tiene oídos para oír que oiga. Vamos a orar al Señor: Bendito sea tu nombre Dios todopoderoso. Gracias por el privilegio de poder predicar tu palabra. Gracias porque Josué 1:9 nos ha transportado a entender que necesitamos tener una palabra de ánimo y de confianza. Señor, necesitamos asumir el liderazgo donde nos has encomendado. El día de hoy hemos hablado y hemos citado tu palabra para entender que el valiente tiene cualidades y características, pero sobre todo el valiente te tiene a ti. Amigo y hermano, Dios no busca cualidades especiales. Dios busca corazones dispuestos. Dios no te pregunta de dónde vienes, siempre Dios te pregunta: ¿A dónde quieres llegar? El día de hoy sería maravilloso que usted y yo podamos entregar nuestra vida al Señor, que podamos nombrarlo a Él, nuestro Señor y Salvador.

Si nunca ha invitado a Jesús a su vida, ¿por qué no oramos juntos? Dígale al Señor: Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que tú eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y resucitaste al tercer día. Me arrepiento, Señor, soy pecador. Perdóname. Salva mi alma hoy, para cuando yo muera pueda estar en tu presencia para siempre. En Cristo Jesús hoy te declaro mi Señor y mi Salvador. Y la Iglesia dice, Amén. 

Le damos un aplauso a nuestros hermanos que están a la distancia. 

¡Que el Señor les bendiga!