El precio de la grandeza
Abril 14, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 18: 6-30 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Continuamos con el estudio de: “La vida del rey David.” Hoy el estudio número 5, lo he titulado “El precio de la grandeza” o El precio del éxito. Quiero invitarles a ir a 1er Samuel 18.
De acuerdo a la secuencia que llevamos todavía no es rey, ya lo ungieron pero todavía no. Yo les animo a prestar mucha atención porque vamos a aprender todo sobre el rey David, no tenemos prisa; yo por lo menos no la tengo, pues todos los aspectos son importantes.
En el ámbito evangélico se habla muchísimo que: no deberíamos de hablar de éxito, porque la verdad es que todos nuestros éxitos se lo debemos al Señor, lo cual eso es muy cierto.
Leo para ustedes 1er Samuel 18: 6–30 (RV-60): 6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. 7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David sus diez miles. 8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. 9 Y desde aquel día Saúl no miro con buenos ojos a David. 10Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y el desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. 11Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. 12Más Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl; 13por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo. 14Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. 15Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. 16Más todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos. 17Entonces dijo Saúl a David: He aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer, con tal que me seas hombre valiente, y pelees las batallas de Jehová. Más Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él la mano de los filisteos. 18Pero David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel, para que ello sea yerno del rey? 19Y llegando el tiempo en que Merab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada por mujer a Adriel meholatita. 20Pero Mical la otra hija de Saúl amaba David; y fue dicho a Saúl, y le pareció bien a sus ojos. 21Y Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. 22Y mando Saúl a sus siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del rey. 23Los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima? 24Y los criados de Saúl le dieron la respuesta, diciendo: Tales palabras ha dicho David. 25Y Saúl dijo: Decid así a David: El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Pero Saúl pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos. 26Cuando sus siervos declararon a David estas palabras, pareció bien la cosa a los ojos de David, para ser yerno del rey. Y antes que el plazo se cumpliese, 27se levantó David y se fue con su gente, y mató a doscientos hombres de los filisteos; y trajo David los prepucios de ellos y los entregó todos al rey, a fin de hacerse yerno del rey. Y Saúl le dio su hija Mical por mujer. 28Pero Saúl, viendo y considerando que Jehová estaba con David, y que su hija Mical lo amaba, 29tuvo más temor de David; y fue Saúl enemigo de David todos los días. 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre.
Que el Señor bendiga la lectura de esta palabra.
Quiero, por favor, llamar su atención en algunos pasajes de este mismo capítulo. La razón por la que he llamado al estudio “El precio de la grandeza”, es precisamente por estos textos que vamos a ver. En primer lugar, 1er Samuel 18:30 (RV-60), el versículo que tenemos enfrente dice: 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito.
Si vamos a 1er Samuel 18:5 (RV-60) dice: 5Y salía David a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente. Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl. Si usted nota en este versículo, 5, no aparece la palabra éxito.
Pero me gustaría que nos fuéramos a la Nueva Versión Internacional y veamos los cuatro versículos que le voy a mostrar.
1 Samuel 18:5 (NVI): 5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta sus oficiales. Ahí tenemos la palabra éxito. Por eso quiero hablar de la grandeza, quiero hablar del éxito, quiero hablar de la superación, de la promoción.
1 Samuel 18: 14-15 (NVI): 14 David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él. 15 Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor. Aquí tenemos otra vez la palabra éxito, quiero que sepa que en la versión 60 no aparece, pero ese es el significado, eso es lo que nos quiere decir.
1 Samuel 18: 30 (NVI): Además, cada vez que los jefes filisteos salían a campaña, David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso.
Las manos de David todavía tenía la sangre de la cabeza del gigante que había matado en el valle de Ela, donde se había realizado esa guerra, esa batalla. Recuerde que los filisteos estaban en un monte, el ejército Israelí estaba en otro monte, y en el valle de Ela es donde se llevó a cabo esta pelea entre David y Goliat. Habían ganado la batalla y entonces el rey Saúl, juntamente con todo su séquito, su ejército y sus oficiales, comenzaron a caminar desde el valle de Ela hacia Jerusalén, ya de regreso para la casa, para el palacio real. Y resulta que todas las ciudades se regocijaron del gran triunfo de Israel.
Yo decía la semana pasada que, por la Gracia de Dios, algunas personas nunca han experimentado lo que significa vivir en guerra. Porque vivir en guerra es una zozobra en realidad, es una incertidumbre increíble. El país estaba en guerra, de hecho Israel toda la vida estuvo en guerra, toda la vida estuvo cuidándose de los enemigos, y hasta la fecha actual la situación sigue igual. De tal manera que cuando ganó la guerra contra los filisteos, recuerde usted que David con su onda mató al gigante Goliat y luego el ejército Israelí, fue en contra de todos los filisteos, los persiguieron y los mataron, entonces había fiesta en todo Israel. Y como había fiesta, dice la palabra del Señor, que las mujeres salieron de todas las ciudades, dice al principio del capítulo 18, en el versículo 6 dice: 6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Aquí comienza la situación. Lo que pasa es que la canción no le gustó a Saúl, la canción lo incomodó, porque escuchó algo que él no quería escuchar. “Saúl mató a sus miles y David a sus diez miles”. Estas palabras encendieron una parte de Saúl que no conocíamos. Tiene mucho sentido ese dicho que nunca se termina de conocer a una persona.
Yo quiero dividir el capítulo 18 en tres partes:
- Quiero hablar primeramente acerca del alto costo de la grandeza o el alto costo del éxito.
- Hablar acerca de los celos del rey Saúl.
- Hablar de David como un hombre de guerra.
1- El alto costo de la grandeza o el alto costo del éxito.
Todos sabemos que para llegar a triunfar en la vida hay que atravesar por una gran cantidad de situaciones, de preparación, de entrenamiento; pero en este caso a David, con menos de 20 años, le cambió la vida de la noche para la mañana. A David le cambió la vida, porque él fue hasta el valle Ela a dejar comida a sus hermanos y de repente se encuentra con una situación, pregunta ¿qué es lo que está pasando aquí? Le cuentan lo que está sucediendo y ahí comienza toda la historia.
A partir de ese momento David se hizo grande. A partir de ese instante y de esa oportunidad, David mostró todas las habilidades, que Dios mismo le había dado. Llegó al palacio real, llegó al conocimiento de Saúl, llegó a lo más alto que se podía llegar. Y bueno, venía de la batalla, venía de matar al gigante. Comienzan a entrar por la ciudad. David ni cuenta se dio. La gente estaba cantando, la gente estaba gritando, pero el rey escuchó unas palabras, que en realidad, encendieron algo dentro de su corazón, dentro de su ser. El rey Saúl escuchó palabras, que nunca hubiera querido escuchar, porque él quería ser elogiado, él quería pararse sobre la alfombra roja, él quería que la gente ser considerado como estaba siendo considerado David, por el pueblo en ese momento. La gente decía en pocas palabras “Que bueno nuestro rey Saúl que mató a miles, pero mucho mejor David que mató a diez miles”. “Gracias rey Saúl porque usted nos representó, pero muchísimas gracias a David que nos libró de esta batalla.” Y estas cosas crearon esa incomodidad.
- La grandeza crea molestias en otras personas.
Esto se aplica a todos los niveles. En el trabajo, si uno de los principales ejecutivos o uno de los principales jefes se retira y usted está con otras tres personas en su trabajo creyendo que es a usted que le van a dar la promoción. Pero si hay varios intentando ser promovido y la compañía pone los ojos en usted; créame que va a ser difícil mantener de amigos a muchas personas después que le otorgan la promoción a usted. ¿Por qué? Porque eso es grandeza, porque eso es éxito, y todo eso crea molestias en otras personas. Crea molestias por el hecho de que hay una situación de celos y de envidia.
Saúl no había entendido lo que Dios mismo ya le había dicho por medio del profeta Samuel. Tú fuiste rey pero tú desobedeciste. Tú fuiste rey o sigues siendo rey, pero fuiste rebelde, entonces Dios ya no está contigo. Cuando Dios estaba contigo tú experimentaste el máximo de la grandeza, pero como no le hiciste caso a Dios, ya Él (Dios) no está contigo.
Entonces, Dios escoge a David y pone a David. Eso nos enseña un principio tan claro que yo no sé por qué razón nosotros hermanos nos peleamos tanto por eso. Nosotros, los hijos del Señor, sabemos que Dios es el que da las promociones. Es Dios el que te tiene en el lugar que tú estás hermano. Si te dieron a ti la promoción, Gloria a Dios, bendito el nombre del Señor. Si se la dieron a otro, no te convenía, porque los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. No tenemos por qué tener celos, por qué tener envidia de otra persona. Tenemos que confiar en el Señor. Yo estoy en la posición donde Dios me ha puesto. Si Dios quiere que usted sea el primero, Gracias a Dios. Si Dios quiere que usted sea el segundo, Gracias a Dios. Si quiere que sea el tercero, Gracias a Dios. Usted podrá decir: “Pastor, de aquí que se llegue a morir el jefe para que me pongan a mí, eso está verde.” Mañana se puede morir si Dios te quiere dar esa posición. Nosotros nos movemos en ese mundo.
Saúl no entendió esto. Saúl quería seguir siendo él, sabe usted que hay gente que es así. Uno de los principales problemas en el mundo, especialmente en el mundo cristiano, en el ministerio, es el hecho de querer obtener a la fuerza lo que en realidad podemos ganarnos simple sencillamente por la confianza. Nosotros no podemos exigir autoridad. Es que el problema más grande es este, colocar a una persona en una posición de autoridad.
Ayer mismo estaba escribiéndole a alguien que me decía: “pastor fíjese que a mí me han colocado en esta posición de autoridad en la iglesia. Entonces yo tengo que mantener el orden, el problema es que nunca me enseñaron. Y si viera cuántas personas que estaban antes que nosotros, se han molestado porque nos han dado a nosotros esta posición”. Claro, le estoy diciendo este es el alto costo de la grandeza, el alto costo del éxito. Habrán personas molestas, habrán personas inconformes. El éxito genera mucha hipocresía a su alrededor. General falsedad, personas que no son sinceras, que lo saludan de frente y le dan una sonrisa; y en la noche van para su casa a planificar en contra de usted.
Estamos estudiando la vida de David, y cualquiera preguntaría y diría: ¿Pero qué culpas tiene el muchacho? Si el nunca pidió que lo ungieran, él estaba cuidando las ovejas de su padre, el no pidió esa promoción. Él no pidió llegar a palacio, a él lo llamaron por ser buen músico. Él no pidió a esas mujeres que le cantaran un corito, ellas cantaron solas; y aun así se encendió la ira, el ardor, el celo, la envidia dentro de Saúl. La grandeza de unos, crea molestia en otras personas. Para algunas personas la grandeza les es impuesta y para otras la grandeza les queda muy grande.
- Habrán personas que no te miran con buenos ojos.
1er Samuel 18:9 (RV-60): Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Van a ver personas que no te van a ver con buenos ojos, por el éxito. Esto que te digo, es en todos los ámbitos hermano, eso a nivel de empresa, a nivel de iglesia, en la propia familia, es así.
Mira hace un tiempo, yo conocía a un hermano que era el pastor de una iglesia, tenía dos hijos que estaban en el ministerio colaborando con el papá, con el pastor. Resulta que de un ataque al corazón murió el pastor y quedaron los dos hijos. No es un secreto que un cuerpo con dos cabezas es fenómeno, es así. Llevaron a votación la situación, para seleccionar ¿cuál de los hijos, del difunto pastor, sería el pastor de la iglesia? Eso generó división en la iglesia, porque los amigos de cada hermano querían que ese fuera el pastor. Hicieron un día de ayuno y oración. Hicieron una vigilia y por último terminaron metiendo el nombre en un frasco para escoger uno. Mucha gente se molestó y dejaron la iglesia; los hermanos estuvieron años sin hablarse. ¡Imagínese! Gracias a Dios, ya se han calmado.
¿Recuerda a José? Los celos y la envidia de los hermanos con José ellos lo querían matar y terminaron vendiéndolo, por celos.
Estoy hablando del costo de la grandeza, del costo del éxito. Y usted dirá, pues pastor si así es la cosa yo no me meto en nada. Un momento, acuérdate que juntamente con la grandeza, Dios te da dones y habilidades. Y uno de ellos es ese maravilloso don de lidiar con la presión, de lidiar con la crítica, de lidiar con el descontento, porque en la vida llegas al momento de aprender una cosa, entre tantas, nunca se tiene contento a todo el mundo. Que no te quepa la menor duda. Si no es una cosa, es otra. Si usted hace bien una cosa, hay quien se molesta porque la hizo de esa manera. Eso es así. Es una regla hasta cierto punto general.
Entonces mire a David. La primera cosa que vemos acá es que el rey se molesta. ¡Y usted sabe lo que significa estar con una persona molesta! En segundo lugar, no lo vio con buenos ojos y hasta este momento David no ha hecho nada, todo está dentro del corazón de Saúl, todo está dentro de la mente de Saúl. Fíjate, el versículo dice que no lo vio con buenos ojos. Otras versiones, como la Nueva Versión Internacional dice “recelo”. 9Y partir de esa ocasión Saúl empezó a mirar David con recelo. Se da cuenta
- Hay personas que buscarán la manera de causarte daño.
Se acuerda usted de ese espíritu malo que atormentaba Saúl. Se enferma Saúl otra vez y ahora el muchacho, que le está tocando el arpa para tranquilizarlo, como un hombre que tenía a Dios de su lado, de su parte, ya debe haber sabido usar la psicología del rey Saúl. Entonces, David está tocando el arpa con un ojo en el arpa y con el otro en la salida, pues el Señor se daba unas enojadas de momento que uno nunca sabe ni por qué. Entonces David estaba tocando y mira el versículo 10 dice: 10Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa… Ahora, qué culpa tiene David. David tocaba con su mano como los otros días y Saúl tenía la lanza en la mano. Usted cree que cuando David le vio la lanza en la mano al jefe dijo: No, es que, no más para quitarse el estrés.
El versículo 11 lo tenemos claramente: 11Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. Mire hermano, si no es porque David debió ser ágil no hubiese escapado, porque en dos oportunidades evadió las lanzas. Ahora fíjate, en dos oportunidades hermano,
Hay personas que van a buscar la manera de ocasionarte daño porque ellos entienden que la única forma de ellos poder ser grandes, es quitándote a ti del camino. Y en el ministerio, cuando no te pueden hacer daño de esa manera quitándote a ti del camino, ¿sabe qué es lo que te hacen?, una revolución en la iglesia. Como han hecho en un montón de lugares, hermanos míos. Personas que lastimosamente el “cacumen” nunca les dio para entender: que si este nuestro lugar, Dios tiene un lugar para ti en otro lado del mundo. ¡Que no te quepa la menor duda! Si así nos movemos nosotros. Hermanos si este no es mi lugar, Dios tiene un lugarcito para mí en otro lado en el mundo. Porque jamás vamos a poder lograr el máximo de nuestras habilidades, de nuestros sueños, de nuestros valores y objetivos, mientras no estemos en el lugar que es la voluntad de nuestro Señor. Y entonces aquí tenemos nosotros que hay personas que te van a querer ocasionar daño, como lo estaba haciendo Saúl en este momento.
- Beneficios envueltos de malas intenciones.
Esta es una de las cosas que a mí más me molesta en realidad, cuando suceden alrededor nuestro.
Vamos a irnos 1er Samuel 18: 16 (RV-60): 16Más todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos. 17Entonces dijo Saúl a David: He aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer… ¿Cómo es posible que esté enojado con él? ¿Cómo es posible que no lo vea con buenos ojos? A ver, piensen todos los suegros. Cómo es posible que lo ha querido matar dos veces y ahora lo manda a llamar y le dice: “David, discúlpame ese pequeño incidente de la lanza hombre. Verdad que vos sabes que yo me pongo loco de vez en cuando, pero discúlpame. Mira, he estado pensando y sabes qué, yo quiero que te cases con una de mis hijas. Te vas a casar con mi hija mayor porque yo quiero que tú seas el yerno del rey. ¿Qué te parece?” Hermano, tenga cuidado con el diablo porque se disfraza de palabras bonitas con intenciones macabras.
En ese versículo: “Quiero que te cases con mi hija mayor con tal que seas mi guardaespaldas, es lo que le está diciendo. Con tal que me seas hombre valiente. Vas a ser mi guardaespaldas, porque un hombre como tú que mató un gigante, pues, qué más quiero yo.” Mire usted esta parte de aquí: “Y que pelees las batallas de Jehová.” Embustero. Farsante. Por eso es que a mí claramente me molestan aquellas personas que me vienen a decir: Pastor yo tuve un sueño y Dios me dijo esto que aquí. Mire, deje la carnalidad y mejor tenga usted la hombría de decir: “Mire pastor, eso es lo que yo pienso. Eso es lo que yo creo.” ¡Pero no meta a Dios hombre! ¡No me está Dios en esto! Hay personas que vienen y le dicen usted: “A mi Dios me dijo que no sé qué, que no sé cuánto, que dejara la iglesia”. No hermano, las cosas no son así. Mejor sea honesto.
Entonces ahora regresemos a Saúl. 17…con tal que me seas hombre valiente, y pelee las batallas de Jehová. Mas Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él la mano de los filisteos. ¡Mira lo que tenía en su mente!
Por eso hermano a este punto aquí le he puesto beneficios envueltos de malas intenciones, palabras envueltas con malas intenciones. Yo quiero que tú seas mi yerno. Pero por dentro sabe que decía: “Así es que no soy yo quien peleará con los filisteos sino tú. Te voy a mandar al frente para que no regreses.” Hipócrita, mal amigo, mala persona. Y eso es parte del precio de la grandeza, beneficios envueltos de malas intenciones.
Pero en el versículo 21 mira lo que dice: 21Y Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. Hermano, dígame si tiene sentido querer matarlo y al mismo tiempo que sea su yerno. Había maldad de por medio. La hipocresía de personas que te quieren causar daño.
- Siempre hay personas que se dejan manipular como cómplices para crear un daño.
22Y mandó Saúl a sus siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del rey. ¿Sabe qué significa eso? Mira Davisito, venid para acá, si vieras cómo te quiere el rey. Mire lo que dijeron mi hermano: “El rey te ama”, hay gente que se presta para esas cosas. Cuidado con personas que se unen para causarte daño. y en el versículo 29 lo dice, de una manera clara, la escritura. Dice: 29tuvo más temor David; y fue Saúl enemigo de David todos los días.
2- Los celos del rey Saúl.
Los celos son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera propio.
Dice el diccionario que, comúnmente se denomina así, a crear una posibilidad que induce sospecha o inquietud de que la persona amada preste atención en favor de otra, generando incomodidad.
Otro diccionario dice que se trata de pensamientos, sentimientos de inseguridad, miedo, de preocupación y ansiedad, con respecto a la pérdida anticipada de estatus o de algo de gran valor personal, particularmente en referencia a una conexión humana. Acá vemos lo anticipado porque no se ha perdido nada todavía. Saúl sigue siendo rey. David sigue tocando el arpa. En este caso la pérdida anticipada.
Hermanos yo he conocido pastores tan, pero tan, inseguros como usted no tiene idea. Es algo enfermizo. Hay gente que se quiere apoderar a su púlpito, apoderar de su pequeño reino, su pequeño imperio y cuando ven a una persona que quiere surgir por ahí, ellos buscan la manera de ponerle el pie encima. Pero si debemos de alegrarnos cuando la gente hace bien. Si alguien viene y predica un buen sermón, ¡Gloria a Dios, qué bueno! Alegrémonos que aparezcan personas que hacen buen ministerio, que hacen buenas cosas, porque al fin y al cabo, todos somos parte del mismo reino, el reino de Dios y cada quien ocupa lo suyo hermanos. Cada quien en la parte que Dios le ha encomendado, porque todos somos miembros de un solo cuerpo.
Esto es delicado. Los celos son como la muerte mi hermano. Fíjate que Caín tuvo celos de Abel y lo mató. Los hermanos de José tuvieron celos de José y lo vendieron. Los celos fueron la razón por la que el rey Saúl quería matar a David. Los celos son tremendos, son terribles. Los celos son crueles y Saúl se enfermó.
¿Cuál es la gran obsesión de querer tener algo que no quiere estar con usted? Yo entiendo que tenemos que luchar, pero si eso es a nivel de pareja.
Ahora, ¿Cuál es la gran obsesión de querer sostener algo que no me pertenece? Yo he visto iglesias destrozadas, tengo una en mente que se destrozó por completo por un pastor que no quería soltar el liderazgo. El pastor cometió un grave error, una situación de inmoralidad en la iglesia, y se aferró a la iglesia y al púlpito. Y habían unos cuántos que se quedaron para apoyar al pastor. Hermanos, todo tiene su tiempo. Ahora repito, lastimosamente los celos del rey Saúl lo llevaron a una situación terrible, querer matar a David.
3- David como un hombre de guerra.
En 1er Samuel 18:13 (RV-60) dice: 13y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña. Saúl llegó a alejarlo de sí, lo cual yo considero que fue la mano de Dios puesta ahí, porque si hubiera seguido cerquita de Saúl, quien sabe qué habría pasado. David había matado leones, osos, al gigante y Saúl le hizo jefe de mil.
Más adelante, el rey Saúl le dice a David: “quiero que seas mi yerno”. Usted ha escuchado de las famosas dotes, verdad. Que es la garantía, las arras a la hora de casarse. Ya Saúl había dicho que el que matara al gigante le daría una de sus hijas, lo que implica que no era necesario que David tuviera que darle arras al papá de la novia. Es por eso que, en la picardía del rey Saúl, le manda a decir con sus siervos: díganle que tiene que ser mi yerno, que yo quiero que sea mi yerno. Entonces David dijo: ¿Cómo voy a hacer yo yerno del rey si yo soy pobre? Ese era el pensamiento de David. Yo no tengo nada, unas cuantas ovejitas raquíticas que están muriendo son las que estaba cuidando. Entonces, ¿Quién soy yo para ser yerno del rey? Entonces viene el rey Saúl y dice: Díganle que no esté pensando en la dote, que no esté pensando en las arras, que no me tiene que dar nada.
Mire la otra maldad del rey David: lo único que me tiene que dar, son 100 prepucios, de 100 filisteos. Tenía que matar a 100 filisteos y hacerle la circuncisión a cada uno de ellos. No sé qué era más difícil para David, si matarlos o tener que cortar el pedazo de piel que estaba pidiendo el rey. Estoy hablando de David como un hombre de guerra. Entonces Saúl le dice: para que te puedas casar con mi hija quiero que me traigas cien prepucios. Y David dice: ¡Ah nombre, eso es fácil! Hay hermanos, esa es la línea fina que divide una situación de la otra cuando se trata de entender a Dios y comprender el plan de Dios para tu vida. En aquel entonces era algo muy normal las guerras que tenían los filisteos contra los Israelitas. Morían por miles. Pero David va y le dice: No hombre, eso es fácil para mí. Y va, y no solamente mató a 100, mató a 200 filisteos.
En el versículo 30 nos da a entender: 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre. Mira lo que dice la escritura. ¿Qué significa esto que tenía más éxito? ¿Sabe qué significa? Que mataba más gente.
Quiero terminar con un versículo en 1er Crónicas 22:7 (RV-60). Esto fue ya un momento cuando David estaba a punto de partir (morir) y está hablando con su hijo Salomón. 7Y le dijo a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. 8Más vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. Miren ustedes, este es un deseo que David tenía en el alma, un deseo que David tenía en el corazón y que Dios no se lo permitió. David era un hombre de guerra, pero un hombre de guerra también puede tener un corazón tierno; esto lo iremos descubriendo durante todo el estudio. Veremos cómo un hombre de guerra puede ser, al mismo tiempo, el hombre conforme al corazón de Dios. Como un hombre de guerra puede tener este vigor, esa fortaleza, esa fiereza para ir a luchar, a pelear y al mismo tiempo ser el dulce cantor de Israel.
Amados míos, la grandeza y el éxito a todos los niveles tiene un precio bien elevado. Y cuando Dios te lleva a esos niveles, cuando Dios te lleva a esas proporciones, debemos pedir muchísima sabiduría al Señor, para que lo mantenga a usted en esa posición a donde le ha llevado.
Vamos a ver, más adelante también, una linda amistad que surgió en medio de todo esto entre David y Jonathan. Una amistad sincera, una amistad pura entre estos dos personajes.
Pero para el día de hoy, es el costo y el precio de la grandeza. En el nombre del Señor, que Dios te pueda llevar tan alto, que Dios pueda elevar tu horizonte de tal forma que podamos todos, en cualquier forma, en cualquier momento, en cualquier circunstancia, en cualquier situación, utilizar esa grandeza donde Dios te ha puesto para la honra y la gloria, del Dios que te puso en ese lugar.
Inclinen sus rostros. Oremos al Señor.
Padre querido te damos gracias por tu bendita palabra en esta noche. Agradecidos por las enseñanzas y las aplicaciones que aprendemos de la vida del rey David. Señor, gracias porque nos preparas para enfrentarnos a situaciones para las cuales, aún no estamos preparados, pero tu ayuda, tu fuerza, tu sabiduría y las habilidades que tú nos das en ese momento determinado, pueden llevarnos a la grandeza como lo hiciste con David. Ayúdanos Señor a cuidarnos también de personas alrededor nuestro con malas intenciones. Guardarnos Padre Santo. Padre también yo te pido que nos des sensibilidad en nuestro diario caminar. David fue un hombre de guerra y nosotros hemos sido llamados a ser hombres de paz. Bendice en nuestras almas. Bendice en nuestras vidas.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, déjeme decirle que Dios le ama. Dios le quiere salvar. Es por eso que Dios mandó a su hijo, nuestro Señor Jesucristo, a la cruz del Calvario a morir por nosotros. Si usted todavía no conoce a Cristo de una manera personal, déjeme decirle que a través de una oración sencilla de fe, usted puede comenzar una relación con Dios. Invite a Jesucristo a venir a su vida, a venir a su corazón. La Biblia dice: que todos hemos pecado y por cuanto hemos pecado estamos destituidos de la gloria de Dios. Pero también dice la Palabra: que Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Dios le ama. Dios quiere salvarle. Dios quiere perdonar sus pecados. Reconozca que usted ha pecado y pídale perdón, arrepiéntanse de sus faltas e invite al Señor Jesucristo a venir a su corazón y ser parte de su vida. Usted puede decirle: “Señor en este día te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. Te doy gracias por tu muerte en la cruz, te doy gracias Señor por tu sangre preciosa derramada en el calvario para el perdón de mis pecados. En este día te entrego mi vida, te entrego mi corazón, te entrego mi ser.” Si usted ha hecho esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa y Bendita Palabra.
Amado míos, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Que Dios me los bendiga! ¡Hasta la próxima!
El precio de la grandeza
Abril 14, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 18: 6-30 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Continuamos con el estudio de: “La vida del rey David.” Hoy el estudio número 5, lo he titulado “El precio de la grandeza” o El precio del éxito. Quiero invitarles a ir a 1er Samuel 18.
De acuerdo a la secuencia que llevamos todavía no es rey, ya lo ungieron pero todavía no. Yo les animo a prestar mucha atención porque vamos a aprender todo sobre el rey David, no tenemos prisa; yo por lo menos no la tengo, pues todos los aspectos son importantes.
En el ámbito evangélico se habla muchísimo que: no deberíamos de hablar de éxito, porque la verdad es que todos nuestros éxitos se lo debemos al Señor, lo cual eso es muy cierto.
Leo para ustedes 1er Samuel 18: 6–30 (RV-60): 6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. 7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David sus diez miles. 8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. 9 Y desde aquel día Saúl no miro con buenos ojos a David. 10Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y el desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. 11Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. 12Más Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl; 13por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo. 14Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. 15Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. 16Más todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos. 17Entonces dijo Saúl a David: He aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer, con tal que me seas hombre valiente, y pelees las batallas de Jehová. Más Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él la mano de los filisteos. 18Pero David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel, para que ello sea yerno del rey? 19Y llegando el tiempo en que Merab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada por mujer a Adriel meholatita. 20Pero Mical la otra hija de Saúl amaba David; y fue dicho a Saúl, y le pareció bien a sus ojos. 21Y Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. 22Y mando Saúl a sus siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del rey. 23Los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima? 24Y los criados de Saúl le dieron la respuesta, diciendo: Tales palabras ha dicho David. 25Y Saúl dijo: Decid así a David: El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Pero Saúl pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos. 26Cuando sus siervos declararon a David estas palabras, pareció bien la cosa a los ojos de David, para ser yerno del rey. Y antes que el plazo se cumpliese, 27se levantó David y se fue con su gente, y mató a doscientos hombres de los filisteos; y trajo David los prepucios de ellos y los entregó todos al rey, a fin de hacerse yerno del rey. Y Saúl le dio su hija Mical por mujer. 28Pero Saúl, viendo y considerando que Jehová estaba con David, y que su hija Mical lo amaba, 29tuvo más temor de David; y fue Saúl enemigo de David todos los días. 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre.
Que el Señor bendiga la lectura de esta palabra.
Quiero, por favor, llamar su atención en algunos pasajes de este mismo capítulo. La razón por la que he llamado al estudio “El precio de la grandeza”, es precisamente por estos textos que vamos a ver. En primer lugar, 1er Samuel 18:30 (RV-60), el versículo que tenemos enfrente dice: 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito.
Si vamos a 1er Samuel 18:5 (RV-60) dice: 5Y salía David a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente. Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl. Si usted nota en este versículo, 5, no aparece la palabra éxito.
Pero me gustaría que nos fuéramos a la Nueva Versión Internacional y veamos los cuatro versículos que le voy a mostrar.
1 Samuel 18:5 (NVI): 5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta sus oficiales. Ahí tenemos la palabra éxito. Por eso quiero hablar de la grandeza, quiero hablar del éxito, quiero hablar de la superación, de la promoción.
1 Samuel 18: 14-15 (NVI): 14 David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él. 15 Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor. Aquí tenemos otra vez la palabra éxito, quiero que sepa que en la versión 60 no aparece, pero ese es el significado, eso es lo que nos quiere decir.
1 Samuel 18: 30 (NVI): Además, cada vez que los jefes filisteos salían a campaña, David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso.
Las manos de David todavía tenía la sangre de la cabeza del gigante que había matado en el valle de Ela, donde se había realizado esa guerra, esa batalla. Recuerde que los filisteos estaban en un monte, el ejército Israelí estaba en otro monte, y en el valle de Ela es donde se llevó a cabo esta pelea entre David y Goliat. Habían ganado la batalla y entonces el rey Saúl, juntamente con todo su séquito, su ejército y sus oficiales, comenzaron a caminar desde el valle de Ela hacia Jerusalén, ya de regreso para la casa, para el palacio real. Y resulta que todas las ciudades se regocijaron del gran triunfo de Israel.
Yo decía la semana pasada que, por la Gracia de Dios, algunas personas nunca han experimentado lo que significa vivir en guerra. Porque vivir en guerra es una zozobra en realidad, es una incertidumbre increíble. El país estaba en guerra, de hecho Israel toda la vida estuvo en guerra, toda la vida estuvo cuidándose de los enemigos, y hasta la fecha actual la situación sigue igual. De tal manera que cuando ganó la guerra contra los filisteos, recuerde usted que David con su onda mató al gigante Goliat y luego el ejército Israelí, fue en contra de todos los filisteos, los persiguieron y los mataron, entonces había fiesta en todo Israel. Y como había fiesta, dice la palabra del Señor, que las mujeres salieron de todas las ciudades, dice al principio del capítulo 18, en el versículo 6 dice: 6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Aquí comienza la situación. Lo que pasa es que la canción no le gustó a Saúl, la canción lo incomodó, porque escuchó algo que él no quería escuchar. “Saúl mató a sus miles y David a sus diez miles”. Estas palabras encendieron una parte de Saúl que no conocíamos. Tiene mucho sentido ese dicho que nunca se termina de conocer a una persona.
Yo quiero dividir el capítulo 18 en tres partes:
- Quiero hablar primeramente acerca del alto costo de la grandeza o el alto costo del éxito.
- Hablar acerca de los celos del rey Saúl.
- Hablar de David como un hombre de guerra.
1- El alto costo de la grandeza o el alto costo del éxito.
Todos sabemos que para llegar a triunfar en la vida hay que atravesar por una gran cantidad de situaciones, de preparación, de entrenamiento; pero en este caso a David, con menos de 20 años, le cambió la vida de la noche para la mañana. A David le cambió la vida, porque él fue hasta el valle Ela a dejar comida a sus hermanos y de repente se encuentra con una situación, pregunta ¿qué es lo que está pasando aquí? Le cuentan lo que está sucediendo y ahí comienza toda la historia.
A partir de ese momento David se hizo grande. A partir de ese instante y de esa oportunidad, David mostró todas las habilidades, que Dios mismo le había dado. Llegó al palacio real, llegó al conocimiento de Saúl, llegó a lo más alto que se podía llegar. Y bueno, venía de la batalla, venía de matar al gigante. Comienzan a entrar por la ciudad. David ni cuenta se dio. La gente estaba cantando, la gente estaba gritando, pero el rey escuchó unas palabras, que en realidad, encendieron algo dentro de su corazón, dentro de su ser. El rey Saúl escuchó palabras, que nunca hubiera querido escuchar, porque él quería ser elogiado, él quería pararse sobre la alfombra roja, él quería que la gente ser considerado como estaba siendo considerado David, por el pueblo en ese momento. La gente decía en pocas palabras “Que bueno nuestro rey Saúl que mató a miles, pero mucho mejor David que mató a diez miles”. “Gracias rey Saúl porque usted nos representó, pero muchísimas gracias a David que nos libró de esta batalla.” Y estas cosas crearon esa incomodidad.
- La grandeza crea molestias en otras personas.
Esto se aplica a todos los niveles. En el trabajo, si uno de los principales ejecutivos o uno de los principales jefes se retira y usted está con otras tres personas en su trabajo creyendo que es a usted que le van a dar la promoción. Pero si hay varios intentando ser promovido y la compañía pone los ojos en usted; créame que va a ser difícil mantener de amigos a muchas personas después que le otorgan la promoción a usted. ¿Por qué? Porque eso es grandeza, porque eso es éxito, y todo eso crea molestias en otras personas. Crea molestias por el hecho de que hay una situación de celos y de envidia.
Saúl no había entendido lo que Dios mismo ya le había dicho por medio del profeta Samuel. Tú fuiste rey pero tú desobedeciste. Tú fuiste rey o sigues siendo rey, pero fuiste rebelde, entonces Dios ya no está contigo. Cuando Dios estaba contigo tú experimentaste el máximo de la grandeza, pero como no le hiciste caso a Dios, ya Él (Dios) no está contigo.
Entonces, Dios escoge a David y pone a David. Eso nos enseña un principio tan claro que yo no sé por qué razón nosotros hermanos nos peleamos tanto por eso. Nosotros, los hijos del Señor, sabemos que Dios es el que da las promociones. Es Dios el que te tiene en el lugar que tú estás hermano. Si te dieron a ti la promoción, Gloria a Dios, bendito el nombre del Señor. Si se la dieron a otro, no te convenía, porque los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. No tenemos por qué tener celos, por qué tener envidia de otra persona. Tenemos que confiar en el Señor. Yo estoy en la posición donde Dios me ha puesto. Si Dios quiere que usted sea el primero, Gracias a Dios. Si Dios quiere que usted sea el segundo, Gracias a Dios. Si quiere que sea el tercero, Gracias a Dios. Usted podrá decir: “Pastor, de aquí que se llegue a morir el jefe para que me pongan a mí, eso está verde.” Mañana se puede morir si Dios te quiere dar esa posición. Nosotros nos movemos en ese mundo.
Saúl no entendió esto. Saúl quería seguir siendo él, sabe usted que hay gente que es así. Uno de los principales problemas en el mundo, especialmente en el mundo cristiano, en el ministerio, es el hecho de querer obtener a la fuerza lo que en realidad podemos ganarnos simple sencillamente por la confianza. Nosotros no podemos exigir autoridad. Es que el problema más grande es este, colocar a una persona en una posición de autoridad.
Ayer mismo estaba escribiéndole a alguien que me decía: “pastor fíjese que a mí me han colocado en esta posición de autoridad en la iglesia. Entonces yo tengo que mantener el orden, el problema es que nunca me enseñaron. Y si viera cuántas personas que estaban antes que nosotros, se han molestado porque nos han dado a nosotros esta posición”. Claro, le estoy diciendo este es el alto costo de la grandeza, el alto costo del éxito. Habrán personas molestas, habrán personas inconformes. El éxito genera mucha hipocresía a su alrededor. General falsedad, personas que no son sinceras, que lo saludan de frente y le dan una sonrisa; y en la noche van para su casa a planificar en contra de usted.
Estamos estudiando la vida de David, y cualquiera preguntaría y diría: ¿Pero qué culpas tiene el muchacho? Si el nunca pidió que lo ungieran, él estaba cuidando las ovejas de su padre, el no pidió esa promoción. Él no pidió llegar a palacio, a él lo llamaron por ser buen músico. Él no pidió a esas mujeres que le cantaran un corito, ellas cantaron solas; y aun así se encendió la ira, el ardor, el celo, la envidia dentro de Saúl. La grandeza de unos, crea molestia en otras personas. Para algunas personas la grandeza les es impuesta y para otras la grandeza les queda muy grande.
- Habrán personas que no te miran con buenos ojos.
1er Samuel 18:9 (RV-60): Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Van a ver personas que no te van a ver con buenos ojos, por el éxito. Esto que te digo, es en todos los ámbitos hermano, eso a nivel de empresa, a nivel de iglesia, en la propia familia, es así.
Mira hace un tiempo, yo conocía a un hermano que era el pastor de una iglesia, tenía dos hijos que estaban en el ministerio colaborando con el papá, con el pastor. Resulta que de un ataque al corazón murió el pastor y quedaron los dos hijos. No es un secreto que un cuerpo con dos cabezas es fenómeno, es así. Llevaron a votación la situación, para seleccionar ¿cuál de los hijos, del difunto pastor, sería el pastor de la iglesia? Eso generó división en la iglesia, porque los amigos de cada hermano querían que ese fuera el pastor. Hicieron un día de ayuno y oración. Hicieron una vigilia y por último terminaron metiendo el nombre en un frasco para escoger uno. Mucha gente se molestó y dejaron la iglesia; los hermanos estuvieron años sin hablarse. ¡Imagínese! Gracias a Dios, ya se han calmado.
¿Recuerda a José? Los celos y la envidia de los hermanos con José ellos lo querían matar y terminaron vendiéndolo, por celos.
Estoy hablando del costo de la grandeza, del costo del éxito. Y usted dirá, pues pastor si así es la cosa yo no me meto en nada. Un momento, acuérdate que juntamente con la grandeza, Dios te da dones y habilidades. Y uno de ellos es ese maravilloso don de lidiar con la presión, de lidiar con la crítica, de lidiar con el descontento, porque en la vida llegas al momento de aprender una cosa, entre tantas, nunca se tiene contento a todo el mundo. Que no te quepa la menor duda. Si no es una cosa, es otra. Si usted hace bien una cosa, hay quien se molesta porque la hizo de esa manera. Eso es así. Es una regla hasta cierto punto general.
Entonces mire a David. La primera cosa que vemos acá es que el rey se molesta. ¡Y usted sabe lo que significa estar con una persona molesta! En segundo lugar, no lo vio con buenos ojos y hasta este momento David no ha hecho nada, todo está dentro del corazón de Saúl, todo está dentro de la mente de Saúl. Fíjate, el versículo dice que no lo vio con buenos ojos. Otras versiones, como la Nueva Versión Internacional dice “recelo”. 9Y partir de esa ocasión Saúl empezó a mirar David con recelo. Se da cuenta
- Hay personas que buscarán la manera de causarte daño.
Se acuerda usted de ese espíritu malo que atormentaba Saúl. Se enferma Saúl otra vez y ahora el muchacho, que le está tocando el arpa para tranquilizarlo, como un hombre que tenía a Dios de su lado, de su parte, ya debe haber sabido usar la psicología del rey Saúl. Entonces, David está tocando el arpa con un ojo en el arpa y con el otro en la salida, pues el Señor se daba unas enojadas de momento que uno nunca sabe ni por qué. Entonces David estaba tocando y mira el versículo 10 dice: 10Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa… Ahora, qué culpa tiene David. David tocaba con su mano como los otros días y Saúl tenía la lanza en la mano. Usted cree que cuando David le vio la lanza en la mano al jefe dijo: No, es que, no más para quitarse el estrés.
El versículo 11 lo tenemos claramente: 11Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. Mire hermano, si no es porque David debió ser ágil no hubiese escapado, porque en dos oportunidades evadió las lanzas. Ahora fíjate, en dos oportunidades hermano,
Hay personas que van a buscar la manera de ocasionarte daño porque ellos entienden que la única forma de ellos poder ser grandes, es quitándote a ti del camino. Y en el ministerio, cuando no te pueden hacer daño de esa manera quitándote a ti del camino, ¿sabe qué es lo que te hacen?, una revolución en la iglesia. Como han hecho en un montón de lugares, hermanos míos. Personas que lastimosamente el “cacumen” nunca les dio para entender: que si este nuestro lugar, Dios tiene un lugar para ti en otro lado del mundo. ¡Que no te quepa la menor duda! Si así nos movemos nosotros. Hermanos si este no es mi lugar, Dios tiene un lugarcito para mí en otro lado en el mundo. Porque jamás vamos a poder lograr el máximo de nuestras habilidades, de nuestros sueños, de nuestros valores y objetivos, mientras no estemos en el lugar que es la voluntad de nuestro Señor. Y entonces aquí tenemos nosotros que hay personas que te van a querer ocasionar daño, como lo estaba haciendo Saúl en este momento.
- Beneficios envueltos de malas intenciones.
Esta es una de las cosas que a mí más me molesta en realidad, cuando suceden alrededor nuestro.
Vamos a irnos 1er Samuel 18: 16 (RV-60): 16Más todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos. 17Entonces dijo Saúl a David: He aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer… ¿Cómo es posible que esté enojado con él? ¿Cómo es posible que no lo vea con buenos ojos? A ver, piensen todos los suegros. Cómo es posible que lo ha querido matar dos veces y ahora lo manda a llamar y le dice: “David, discúlpame ese pequeño incidente de la lanza hombre. Verdad que vos sabes que yo me pongo loco de vez en cuando, pero discúlpame. Mira, he estado pensando y sabes qué, yo quiero que te cases con una de mis hijas. Te vas a casar con mi hija mayor porque yo quiero que tú seas el yerno del rey. ¿Qué te parece?” Hermano, tenga cuidado con el diablo porque se disfraza de palabras bonitas con intenciones macabras.
En ese versículo: “Quiero que te cases con mi hija mayor con tal que seas mi guardaespaldas, es lo que le está diciendo. Con tal que me seas hombre valiente. Vas a ser mi guardaespaldas, porque un hombre como tú que mató un gigante, pues, qué más quiero yo.” Mire usted esta parte de aquí: “Y que pelees las batallas de Jehová.” Embustero. Farsante. Por eso es que a mí claramente me molestan aquellas personas que me vienen a decir: Pastor yo tuve un sueño y Dios me dijo esto que aquí. Mire, deje la carnalidad y mejor tenga usted la hombría de decir: “Mire pastor, eso es lo que yo pienso. Eso es lo que yo creo.” ¡Pero no meta a Dios hombre! ¡No me está Dios en esto! Hay personas que vienen y le dicen usted: “A mi Dios me dijo que no sé qué, que no sé cuánto, que dejara la iglesia”. No hermano, las cosas no son así. Mejor sea honesto.
Entonces ahora regresemos a Saúl. 17…con tal que me seas hombre valiente, y pelee las batallas de Jehová. Mas Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él la mano de los filisteos. ¡Mira lo que tenía en su mente!
Por eso hermano a este punto aquí le he puesto beneficios envueltos de malas intenciones, palabras envueltas con malas intenciones. Yo quiero que tú seas mi yerno. Pero por dentro sabe que decía: “Así es que no soy yo quien peleará con los filisteos sino tú. Te voy a mandar al frente para que no regreses.” Hipócrita, mal amigo, mala persona. Y eso es parte del precio de la grandeza, beneficios envueltos de malas intenciones.
Pero en el versículo 21 mira lo que dice: 21Y Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. Hermano, dígame si tiene sentido querer matarlo y al mismo tiempo que sea su yerno. Había maldad de por medio. La hipocresía de personas que te quieren causar daño.
- Siempre hay personas que se dejan manipular como cómplices para crear un daño.
22Y mandó Saúl a sus siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del rey. ¿Sabe qué significa eso? Mira Davisito, venid para acá, si vieras cómo te quiere el rey. Mire lo que dijeron mi hermano: “El rey te ama”, hay gente que se presta para esas cosas. Cuidado con personas que se unen para causarte daño. y en el versículo 29 lo dice, de una manera clara, la escritura. Dice: 29tuvo más temor David; y fue Saúl enemigo de David todos los días.
2- Los celos del rey Saúl.
Los celos son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera propio.
Dice el diccionario que, comúnmente se denomina así, a crear una posibilidad que induce sospecha o inquietud de que la persona amada preste atención en favor de otra, generando incomodidad.
Otro diccionario dice que se trata de pensamientos, sentimientos de inseguridad, miedo, de preocupación y ansiedad, con respecto a la pérdida anticipada de estatus o de algo de gran valor personal, particularmente en referencia a una conexión humana. Acá vemos lo anticipado porque no se ha perdido nada todavía. Saúl sigue siendo rey. David sigue tocando el arpa. En este caso la pérdida anticipada.
Hermanos yo he conocido pastores tan, pero tan, inseguros como usted no tiene idea. Es algo enfermizo. Hay gente que se quiere apoderar a su púlpito, apoderar de su pequeño reino, su pequeño imperio y cuando ven a una persona que quiere surgir por ahí, ellos buscan la manera de ponerle el pie encima. Pero si debemos de alegrarnos cuando la gente hace bien. Si alguien viene y predica un buen sermón, ¡Gloria a Dios, qué bueno! Alegrémonos que aparezcan personas que hacen buen ministerio, que hacen buenas cosas, porque al fin y al cabo, todos somos parte del mismo reino, el reino de Dios y cada quien ocupa lo suyo hermanos. Cada quien en la parte que Dios le ha encomendado, porque todos somos miembros de un solo cuerpo.
Esto es delicado. Los celos son como la muerte mi hermano. Fíjate que Caín tuvo celos de Abel y lo mató. Los hermanos de José tuvieron celos de José y lo vendieron. Los celos fueron la razón por la que el rey Saúl quería matar a David. Los celos son tremendos, son terribles. Los celos son crueles y Saúl se enfermó.
¿Cuál es la gran obsesión de querer tener algo que no quiere estar con usted? Yo entiendo que tenemos que luchar, pero si eso es a nivel de pareja.
Ahora, ¿Cuál es la gran obsesión de querer sostener algo que no me pertenece? Yo he visto iglesias destrozadas, tengo una en mente que se destrozó por completo por un pastor que no quería soltar el liderazgo. El pastor cometió un grave error, una situación de inmoralidad en la iglesia, y se aferró a la iglesia y al púlpito. Y habían unos cuántos que se quedaron para apoyar al pastor. Hermanos, todo tiene su tiempo. Ahora repito, lastimosamente los celos del rey Saúl lo llevaron a una situación terrible, querer matar a David.
3- David como un hombre de guerra.
En 1er Samuel 18:13 (RV-60) dice: 13y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña. Saúl llegó a alejarlo de sí, lo cual yo considero que fue la mano de Dios puesta ahí, porque si hubiera seguido cerquita de Saúl, quien sabe qué habría pasado. David había matado leones, osos, al gigante y Saúl le hizo jefe de mil.
Más adelante, el rey Saúl le dice a David: “quiero que seas mi yerno”. Usted ha escuchado de las famosas dotes, verdad. Que es la garantía, las arras a la hora de casarse. Ya Saúl había dicho que el que matara al gigante le daría una de sus hijas, lo que implica que no era necesario que David tuviera que darle arras al papá de la novia. Es por eso que, en la picardía del rey Saúl, le manda a decir con sus siervos: díganle que tiene que ser mi yerno, que yo quiero que sea mi yerno. Entonces David dijo: ¿Cómo voy a hacer yo yerno del rey si yo soy pobre? Ese era el pensamiento de David. Yo no tengo nada, unas cuantas ovejitas raquíticas que están muriendo son las que estaba cuidando. Entonces, ¿Quién soy yo para ser yerno del rey? Entonces viene el rey Saúl y dice: Díganle que no esté pensando en la dote, que no esté pensando en las arras, que no me tiene que dar nada.
Mire la otra maldad del rey David: lo único que me tiene que dar, son 100 prepucios, de 100 filisteos. Tenía que matar a 100 filisteos y hacerle la circuncisión a cada uno de ellos. No sé qué era más difícil para David, si matarlos o tener que cortar el pedazo de piel que estaba pidiendo el rey. Estoy hablando de David como un hombre de guerra. Entonces Saúl le dice: para que te puedas casar con mi hija quiero que me traigas cien prepucios. Y David dice: ¡Ah nombre, eso es fácil! Hay hermanos, esa es la línea fina que divide una situación de la otra cuando se trata de entender a Dios y comprender el plan de Dios para tu vida. En aquel entonces era algo muy normal las guerras que tenían los filisteos contra los Israelitas. Morían por miles. Pero David va y le dice: No hombre, eso es fácil para mí. Y va, y no solamente mató a 100, mató a 200 filisteos.
En el versículo 30 nos da a entender: 30Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre. Mira lo que dice la escritura. ¿Qué significa esto que tenía más éxito? ¿Sabe qué significa? Que mataba más gente.
Quiero terminar con un versículo en 1er Crónicas 22:7 (RV-60). Esto fue ya un momento cuando David estaba a punto de partir (morir) y está hablando con su hijo Salomón. 7Y le dijo a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. 8Más vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. Miren ustedes, este es un deseo que David tenía en el alma, un deseo que David tenía en el corazón y que Dios no se lo permitió. David era un hombre de guerra, pero un hombre de guerra también puede tener un corazón tierno; esto lo iremos descubriendo durante todo el estudio. Veremos cómo un hombre de guerra puede ser, al mismo tiempo, el hombre conforme al corazón de Dios. Como un hombre de guerra puede tener este vigor, esa fortaleza, esa fiereza para ir a luchar, a pelear y al mismo tiempo ser el dulce cantor de Israel.
Amados míos, la grandeza y el éxito a todos los niveles tiene un precio bien elevado. Y cuando Dios te lleva a esos niveles, cuando Dios te lleva a esas proporciones, debemos pedir muchísima sabiduría al Señor, para que lo mantenga a usted en esa posición a donde le ha llevado.
Vamos a ver, más adelante también, una linda amistad que surgió en medio de todo esto entre David y Jonathan. Una amistad sincera, una amistad pura entre estos dos personajes.
Pero para el día de hoy, es el costo y el precio de la grandeza. En el nombre del Señor, que Dios te pueda llevar tan alto, que Dios pueda elevar tu horizonte de tal forma que podamos todos, en cualquier forma, en cualquier momento, en cualquier circunstancia, en cualquier situación, utilizar esa grandeza donde Dios te ha puesto para la honra y la gloria, del Dios que te puso en ese lugar.
Inclinen sus rostros. Oremos al Señor.
Padre querido te damos gracias por tu bendita palabra en esta noche. Agradecidos por las enseñanzas y las aplicaciones que aprendemos de la vida del rey David. Señor, gracias porque nos preparas para enfrentarnos a situaciones para las cuales, aún no estamos preparados, pero tu ayuda, tu fuerza, tu sabiduría y las habilidades que tú nos das en ese momento determinado, pueden llevarnos a la grandeza como lo hiciste con David. Ayúdanos Señor a cuidarnos también de personas alrededor nuestro con malas intenciones. Guardarnos Padre Santo. Padre también yo te pido que nos des sensibilidad en nuestro diario caminar. David fue un hombre de guerra y nosotros hemos sido llamados a ser hombres de paz. Bendice en nuestras almas. Bendice en nuestras vidas.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, déjeme decirle que Dios le ama. Dios le quiere salvar. Es por eso que Dios mandó a su hijo, nuestro Señor Jesucristo, a la cruz del Calvario a morir por nosotros. Si usted todavía no conoce a Cristo de una manera personal, déjeme decirle que a través de una oración sencilla de fe, usted puede comenzar una relación con Dios. Invite a Jesucristo a venir a su vida, a venir a su corazón. La Biblia dice: que todos hemos pecado y por cuanto hemos pecado estamos destituidos de la gloria de Dios. Pero también dice la Palabra: que Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Dios le ama. Dios quiere salvarle. Dios quiere perdonar sus pecados. Reconozca que usted ha pecado y pídale perdón, arrepiéntanse de sus faltas e invite al Señor Jesucristo a venir a su corazón y ser parte de su vida. Usted puede decirle: “Señor en este día te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. Te doy gracias por tu muerte en la cruz, te doy gracias Señor por tu sangre preciosa derramada en el calvario para el perdón de mis pecados. En este día te entrego mi vida, te entrego mi corazón, te entrego mi ser.” Si usted ha hecho esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa y Bendita Palabra.
Amado míos, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Que Dios me los bendiga! ¡Hasta la próxima!