La muerte del Rey Saul
Agosto 11, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 31:1-10 | Dr. David Rodriguez
TRANSCRIPCIÓN
Busquemos en nuestras Biblias, primer libro de Samuel capítulo 31. Hoy terminamos con el último capítulo del primer libro, Dios mediante la semana próxima pasamos al segundo libro de Samuel.
En el capítulo 30 se nos narra cómo los amalecitas le prendieron fuego a la ciudad de Siclag, se llevaron a las mujeres y los niños. El pueblo quería apedrear a David, dijimos que era evidente que ese sería el peor día de la vida de David, porque ahí no tenía a nadie, no tenía a su amigo Jonatán, no tenía a Saúl.
Ya habíamos visto en el capítulo 28, cómo fue esto de que se reunieron todas las fuerzas para pelear contra Israel. Quiero que notemos algo:
1er Samuel 28: 4 (RV-60): Se juntaron, pues, los filisteos y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel, y acamparon en Gilboa. Era tanto el temor de Saúl que juntó a todo Israel. Y obviamente como suele suceder en todas las campañas militares, acamparon en un lugar, ¿en qué el lugar acamparon? En Gilboa. Entonces ahí tenemos el campamento de los filisteos en Sunem, y el campamento de Israel en Gilboa.
Vamos al capítulo 31.
1er Samuel 31: 1 (RV-60) dice: Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa. Quiere decir que la batalla fue tan terrible, hermanos, pero tan terrible; que el ejército de Israel salió huyendo para su propio campamento, porque no pudieron soportar lo recio de la batalla. Y los filisteos siguieron a los israelitas y estos murieron, perseguidos hasta el monte del Gilboa donde ellos tenían su campamento.
Recordemos también que David estaba listo para pelear. Yo he venido hablando, hace varias semanas, sobre aquellas cositas que Dios tiene escondidas en la vida de todos nosotros. David no fue a pelear en contra de su propio pueblo, por pura providencia divina. ¿Se acuerda usted las veces que David tuvo la vida de Saúl en sus propias manos y no le hizo daño? Ahora, se puede imaginar usted ¿cómo se hubiera sentido David, si él hubiera participado en esta batalla? ¿Se da cuenta que no solamente muere el ungido de Jehová, sino que mueren sus tres hijos también? ¿Te das cuenta cómo Dios nos libra de tantas cosas? Hermanos, en la vida de nosotros los cristianos no hay casualidades, es la providencia divina. Es la mano del Señor la que te dice: “No, no vayas.” “Yo voy a arreglar esto.” Y muchas veces ni cuenta nos damos. Recuerda que David insistía en quedarse a pelear en contra de Israel; sin saber la desgracia que ocurriría al día siguiente.
1er Samuel 31: 2-3 (RV-60) 2Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. 3Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Esto que tenemos en estos versículos fue otro acto divino, a favor de David. ¿Qué hubiese pasado con Abinadab y Malquisúa cuando fueran a coronar a David? ¿Cómo se sentiría David, sabiendo que están vivos los herederos legales al trono? Ellos eran los herederos legales al trono, con Jonatán no había problemas porque era amigo de David, pero además, ya había entendido que David sería rey. Dios estaba en medio de esto. Este estudio es sobre David, pero estamos estudiando la muerte de Saúl y la de sus hijos, porque eso deja el camino libre para la coronación de David. Aunque todavía queda un heredero al trono, eso lo veremos más adelante.
La batalla estaba perdida, Saúl estaba herido, tuvo gran temor de los flecheros. Saúl tenía mucho miedo, de acuerdo a lo que estamos leyendo. Mire hermanos, cuando nosotros miramos a la vida de Saúl, nos damos cuenta que Saúl siempre quiso estar a la altura de David, y esto es una tristeza.
Nosotros crecimos como estudiantes, del Colegio de Teología de El Salvador, con la personalidad del hermano Toby, el papá del pastor Junior´s. Esa era nuestra máxima figura, mientras nos preparábamos para el ministerio. Entonces todos los chamaquitos (17, 18, 19 años) teníamos el buen deseo de ser igual que el pastor. Hermanos, nadie puede ser igual que nadie; podemos adoptar ciertas virtudes de determinados individuos; pero cada quien es diferente. Dentro del ministerio no puedo tratar de ser fulano, ni puedo tratar de ser mengano, ni puedo tratar de llegar a ser como aquel. Todos tenemos que esforzarnos por llegar a la estatura de nuestro Señor Jesucristo.
Uno de los graves errores que cometió el rey Saúl, es que se dio cuenta de la popularidad que tenía David, y quiso ser como él. Pero Saúl no era popular, por su temperamento, su carácter. Él era un hombre colérico, agresivo, nunca tuvo control de sí mismo, era orgulloso, soberbio y quería ser igual que David. Si usted quiere ser igual que una persona que sea noble como en este caso que David era una persona noble, pues entonces comencemos por cambiar el corazón.
Saúl siempre quiso estar a la altura de David, a tal grado que lo persiguió por todos lados.
1er Samuel 31:4-6 (RV-60): 4Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Más su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 5Y viendo su escudero a Saúl muero, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 6Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
Entremos bien en esta escena: Los flecheros tiraban las flechas, y ellos pues no sabían a quién le habían caído esas flechas. A tal grado, que se vinieron a dar cuenta al día siguiente que Saúl había muerto. Este pasaje que tenemos aquí enfrente se ha estudiado por toda una larga vida, con relación al suicidio del rey Saúl. Eso lleva a la pregunta de mucha gente: ¿Qué pasa con aquellos creyentes, o personas, que creen en Dios, en la Biblia y terminan quitándose su propia vida? ¿Será que son salvos?
Si leemos otras versiones dice: “Saúl fue herido de muerte.” La manera como yo le veo, es que Saúl estaba muy malherido, y él sabía que si los filisteos lo agarraban vivo, iban a hacer escarnio (burla cruel).
Hermanos terminaron haciendo cosas terribles con el cuerpo de Saúl, le cortaron la cabeza al primer Rey de Israel. Yo no creo el hecho de que este hombre se quitó la vida; sino que ya estaba muriendo y dijo: “Mira ¿sabes qué? Yo no quiero que caer en manos de estos que me vayan a torturar, que vayan a escarnecer mi cuerpo. Entonces por favor mejor quítame la vida. Su escudero no lo quiso hacer, al contrario cuando vio que Saúl se tiró sobre su propia espada, él hizo exactamente lo mismo (versículo 5).
Aquí quería llegar yo.
Le hago una pregunta a usted: Si Dios le manda a decir: “mañana estarás en el cielo.”
Me sorprende la vida de Saúl, me sorprende su necedad, me sorprende su soberbia, me sorprende su orgullo. A ver, ¿qué hubiera hecho usted? Samuel e dijo: “Vas a morir mañana.” ¿Usted se hubiera preparado para ir a una batalla el siguiente día? ¿Qué hubiera hecho usted? Yo me pongo a pensar y digo: Es tan fácil pedirle perdón a Dios. A mí me parece que Saúl llegó a tenerle más reverencia al profeta Samuel que a Dios mismo, ¿se da cuenta?, es como esa gente que le tiene más miedo al pastor que a Dios, los que dicen; “Que no se vaya a dar cuenta el pastor.” Si yo no voy a hacer nada. ¿Y Dios pues, quién lo engaña? A pesar de que Dios le dijo al rey Saúl que al día siguiente iba a morir, aun así el rey Saúl no se arrepintió, ¿por qué? Por su orgullo, por su soberbia. Es triste llegar a una posición como esa, eso es no conocer a Dios verdaderamente con el alma, no ha tenido una experiencia real con el Señor.
1er Samuel 31:7 (RV-60): Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
Si usted mira el mapa de Israel se da cuenta que el Jordán prácticamente divide el Israel, entre lo que sería el oeste y el este del país. Recuerden filisteos, Filistina, Palestina. La tierra primeramente pertenecía al pueblo de Israel. Dios le prometió la tierra al pueblo de Israel. Dios utilizó al pueblo filisteo para disciplinar a Israel. En este caso huyó Israel y aquí tenemos a los filisteos haciendo uso de la tierra para ellos. Cada vez que el pueblo de Israel perdía una batalla, el enemigo se alegraba y pensaban que en realidad Jehová no era un Dios todopoderoso.
1er Samuel 31:8-10 (RV-60): 8Aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa. 9Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo. 10Y pusieron sus armas en el templo Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán.
Era muy común en aquel entonces, que cuando mataban un montón de gente, al siguiente día iban a robarle todo con lo que andaban las personas en ese entonces. Ellos pensaban que habían ganado a Israel y que el rey había huido. Al hallar a Saúl ¿qué fue lo primero que le hicieron? le cortaron la cabeza y lo despojaron de sus armas. ¿Qué le recuerda esto a usted? Goliat, seguramente que por venganza. No le da curiosidad a usted saber ¿por qué llevar las buenas nuevas al templo? Porque la muerte de Saúl se usó para glorificar a los Dioses paganos y para burlarse de Dios. Esto es, lo que Saúl no quería que hicieran con él estando vivo, por eso le pidió el escudero que lo matara.
Cada vez que se habla mal de los cristianos, cada vez que se habla mal del pueblo de Dios, cada vez que alguien del pueblo de Dios comete un error, ¿quién cree usted que sé alegra? El mundo (el diablo).
1er Samuel 31:11-13 (RV-60): 11Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron a Saúl, 12todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. 13Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días.
Para aquellas personas que piensan que la cremación no es buena, en la Biblia no se dice nada en contra de eso. ¿Por qué los de Jabes de Galaad hicieron esto? ¿Por qué los de Jabes de Galaad fueron los únicos que, cuando se dieron cuenta que habían matado a Saúl ya sus hijos, decidieron ir a descolgar los cuerpos de esta gente y darles sepultura?
1er Samuel 11:1-4 (RV-60): 1Después subió Nahas amonitas, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: haz alianza con nosotros, y te serviremos. 2Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
Todos los enemigos del pueblo de Dios y de Dios, son personas sin escrúpulos. Cuando el rey Saúl se enteró que Nahas amonita quería que los de Galaad se quitaran el ojo derecho, no estuvo de acuerdo y fue para allá a defender a los de Galaad. En la mente de este pueblo quedó que Saúl los había defendido. Sintieron gratitud por Saúl y por eso recuperan su cuerpo y el de sus hijos.
Los estudiosos profundos de las sagradas escrituras dicen que si hubiera que poner un epitafio en la lápida de la tumba del rey Saúl, no habría dificultad porque prácticamente escribió su propio epitafio. ¿Cuál sería el epitafio? ¿Cuál sería la leyenda, la descripción, la inscripción que pondríamos? Yo no sé si usted alguna vez ha pensado en eso, quizás se siente joven para pensar en eso, pero, ¿qué le gustaría a usted que le pusieran encima de su tumba? Leamos las palabras de Saúl que definen su vida:
1er Samuel 26: 21 (RV-60): Entonces dijo Saúl: He pecado, vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más, porque mi vida ha sido estimada preciosa hoy a tus ojos. “He aquí yo he hecho neciamente y he errado en gran manera”. Dicen eso porque estas palabras verdaderamente definen la vida completa de Saúl.
En la Nueva Traducción Viviente (NTV), las últimas palabras de este versículo dicen: “He sido un tonto y he estado muy, pero muy equivocado.
En la Nueva Versión Internacional (NVI): En esta versión el capítulo termina: “Me he portado como un necio.”
Hay detalles en la vida nuestra, que usted piensa que Dios no los toma en cuenta. Hay un pasaje de la escritura, en el primer libro de Crónicas, donde se nos narra la muerte de Saúl, pero en ese pasaje Dios agrega un par de detalles más, que sería bueno que los viéramos.
1er Crónicas 10: 13-14 (RV-60): Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina 14y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.
La escritura dice seis cosas: fue rebelde, pecó contra Dios, pecó contra la palabra de Dios, no guardó la palabra, consultó con una adivina y no consultó con Jehová. Dios no dejó ningún detalle fuera. Es por eso, que cuando Saúl fue a consultar a Jehová, Dios no le contestó, seguro dijo: “No, estoy molesto contigo. No me has pedido perdón. No has confesado tus pecados. Eres un rebelde. Eres un desobediente.”
Proverbios 1: 24- (RV-60): 24Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, 25Sino que desecha todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis.
Y aun así usted quiere que, cada vez que usted dice: “Dios mío”, Dios bajé del cielo en el instante, y le conteste. ¿Quién es Dios para usted entonces?
Estaba leyendo, hace unos días, un libro dice que una señora estaba comiendo en un restaurant con su marido, y de repente comenzó una balacera. Al esposo de la señora le entró una bala en un oído. Se fueron para para el hospital, allí lo comenzaron a atender y las enfermeras al ver la señora tan tranquila, le preguntaron: ¿No está preocupada por su marido? La mujer respondió: No, porque a mi marido, todo lo que entra por un oído le sale por el otro. ¿Sabe usted que hay personas así en el evangelio? Hay gente que son simpatizantes del evangelio, y eso es una situación delicada en la vida de fe, mi hermano.
Hay una regla que mucha gente dice, pero no siempre es correcta: “Que todo lo que comienza mal, termina mal.” Yo conozco personas que han iniciado mal y han terminado bien, pero en el caso de Saúl fue al revés. Saúl comenzó bien y terminó mal. Y esto, en la vida cristiana, yo lo he visto un millón de veces, personas que comenzaron bien en la fe y han terminado muy mal en la fe.
Saúl se dio cuenta que Dios estaba con David, y en lugar de Saúl querer estar cerca de David, lo quería matar. ¿Qué significa eso? Nuestras amistades, hablan muchísimo de quién somos nosotros. Yo entiendo perfectamente bien, que muchas veces nosotros queremos estar cerca de aquellas personas que sabemos no nos causan ningún beneficio, sabemos eso, pero es que hay gente que tienen apego al mundo, tienen apego a las cosas del mundo.
¿Las amistades que usted tiene, verdaderamente, lo motiva a leer la palabra de Dios? ¿Se reúnen ustedes para discutir un versículo de la biblia? ¿Se motivan para asistir a una casa de oración con sus amistades? ¿O sus amistades son aquella persona que tienen los mismos placeres que tenía usted antes? ¿Se reúne con sus amistades para hacer trastadas? Si es así, ¿dónde está Dios?
¿Usted cree que Saúl pensó que por ser rey podía hacer lo que él quisiera? Pero estos versículos lo dicen claramente:
Proverbios 1: 24-25 (RV-60): 24Por cuanto llamé, y no quisiste oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese. 25Sino que desecha todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis. ¿A qué venimos a la iglesia? A recibir consejo de Dios, el consejo del Señor; pero terminamos viviendo la vida que más nos gusta.
Recuerden una cosa esto si que es un versículo bíblico, y es un principio celestial: “Amistad con el mundo es, directamente, enemistad con Dios”: Es decir; usted no puede durante la semana ser amigo del mundo y el día domingo ser amigo de Dios, no se puede dice el Señor. Dios terminó matando a Saúl. Atienda acá, Saúl fue el ungido de Jehová, ¿y usted?, ni con aceite de coco. La amistad con Dios solamente la puede lograr cuando usted ha tenido una relación con Dios. Saúl era un nombre bonito, guapo, guapetón. Dice la Biblia que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él, de hombros arriba, sobrepasaba cualquiera del pueblo dice de la escritura. Pero Saúl nunca venció su espíritu impetuoso, quiso matar a David, quiso matar a su propio hijo Jonatán, siempre dispuesto a rebelarse contra la autoridad divina. ¿Se acuerda usted que una vez mató a 85 sacerdotes? Hermano, eso ya es perder por completo cualquier fe, cualquier temor, cualquier respeto o dignidad, que se pueda tener contra Dios. Matar a 85 sacerdotes significa: ¡A mí no me importa lo que Dios piense, yo quiero hacer lo que yo desee! Eso es lo que lo que quiero y lo voy a hacer, le doy rienda suelta a mis pasiones, doy rienda suelta a mis deseos carnales, y bueno, mire cómo terminó.
A lo largo de la vida yo he conocido personas que son soberbias, son orgullosas, y estas personas mueren de la manera que no quisieran morir. Todos esperamos una muerte tranquila, de esas que las personas se acuestan y al amanecer, ya sucedió, ni cuenta se dieron. Pero yo he estado cerca de miles de gentes que han muerto sufriendo, y claman a Dios: “Señor, Señor, ¿por qué no me escuchas? Y dice Dios: “pero si pase todo una vida hablándote, dándote consejo y de nada te valió.” Ese fue el caso, directo, de Saúl.
En una oportunidad Saúl iba a pelear contra el pueblo filisteo y mandó a llamar a Samuel, estaba vivo todavía. Samuel le mandó a decir: “En siete días llego”. Pero Samuel no llegó y sabe ¿qué hizo Saúl? Ofreció él el sacrificio. Cuando llegó Samuel le dijo: “locamente has hecho”. Saben lo que le respondió: “Me esforcé para ofrecer el sacrificio.” ¡Qué pícaro ese Saúl! Esfuerzo no, pecado, lo que hiciste fue pecar. Nunca obedeció las instrucciones divinas. Dios le dijo que tenía que matar completamente los de Amalec y los perdonó, hasta los animales incluso. Cuando le dijeron: ¿por qué perdonaste a los animales? Les dijo: “es que fue el pueblo quien los perdonó y los perdonamos para ofrecer sacrificios.” Siempre ofreció argumentos religiosos, siempre. El profeta le dijo: “Obedecer, es mejor que los sacrificios.” El celo, sin control, contra David hizo que persiguiera a David como a una pulga en el desierto y se olvidó de gobernar.
Hay dos cosas que, verdaderamente, me causan mucha tristeza de parte de Saúl:
- Una de ellas es: La Biblia dice claramente: que Dios quitó su Santo Espíritu de él.
Esta es una situación que causa dificultad a muchas personas, porque en el antiguo testamento el Espíritu Santo venía, realizaba la obra, y luego volvía al Padre. Ahora el Espíritu Santo ha venido para quedarse. Por eso tiene tanta importancia permanecer y obedecer, son aspectos fundamentales en la vida cristiana. El evangelio no es para vivirlo como usted lo concibe, es por eso que tenemos la bendita palabra de Dios. No es como usted cree, como usted piensa, como usted lo quiera vivir.
- La otra cosa: Saúl nunca fue un hombre de valores espirituales.
Nosotros los hijos de Dios nos movemos en un mundo espiritual. En este mundo hay valores materiales y valores espirituales, dentro de los valores materiales están también los valores carnales, que son todo aquello donde yo soy el centro; lo que yo quiero, lo que a mí me gusta, lo que yo necesito. Todo eso está dentro de los valores materiales. Mi trabajo es primero, mi mujer es primero, mi marido es primero, mis hijos son primero, mi familia primero; es decir todos los valores terrenales.
Pero hay valores espirituales: “El amor a Dios, por encima de todas las cosas.” Eso no lo dice el pastor, eso lo dice Dios. Amarás a Jehová tú Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Venir a la iglesia es un valor espiritual, asistir a una casa de oración, ofrendar, pertenecer a un ministerio, leer la Biblia; entiéndame y discúlpeme: pero cada vez que usted elige ir a hacer un trabajito en lugar de venir a la iglesia, perdóneme pero usted está eligiendo entre un valor terrenal, por encima de un valor espiritual.
Saúl nunca tuvo valores espirituales. Si pudiéramos mencionar algo muy valioso, fundamental en el tiempo de Saúl, fue el Arca del Pacto y ¿cuándo ve usted a Saúl preguntando dónde está? ¿Por qué no traemos el Arca acá, cerca de mi casa? Nadie nace con esos valores, a medida que crecemos en la fe vamos alimentando los valores y luego llega el momento que no es necesario que nos estén dando cuerda para obedecer a los mandamientos divinos.
Yo tengo ejemplos, en esta congregación, de personas que le han dicho a sus empleadores: “Mire yo no trabajo día miércoles, mire yo no trabajo día domingo.” ¿Y quiere saber algo? Le ha ido de maravilla a esta gente. Déjeme decirle algo, por amor de Dios, entienda que su negocio no es conmigo; su negocio es con Dios. Recuerde que Dios mira el corazón. Yo no necesito que alguien me diga que tengo que leer la Biblia. No necesito que alguien me diga que tengo que diezmar, ni cuánto tengo que dar. No necesito que alguien me diga que tengo que predicar. Hubo algo que verdaderamente Saúl no tuvo son valores espirituales. Él sentía una gran atracción por su carnalidad y siempre buscaba satisfacer sus deseos.
Si usted es de esas personas que dice: No voy al culto porque tengo que salir con mi amiga, luego tomarse un vinito y no está dispuesto a dejar esa vida por nada del mundo, hermano(a) lindo(a) eso comienza a matar los valores espirituales. Si usted es ese tipo de persona difícilmente usted solo(a) lea este libro bendito (La Biblia), difícilmente un viernes buscará una casa de oración, difícilmente usted hablará con una persona encargada de ministerios para ver cómo puede servir. Porque su deseo de satisfacer su carnalidad, es mucho mas grande que el deseo de obedecer y seguir a Cristo. ¡Dios nos libre de eso!
Esa fue, lastimosamente, la muerte trágica de Saúl, en este estudio de la vida del rey David.
La próxima semana, si Dios nos presta la vida, vamos a hablar como David lloró a Saúl. ¿Cómo puede una persona amar a alguien que lo quiere matar?
Inclinen sus rostros amados míos, demos las gracias al Señor.
Padre querido; al estudiar tu palabra nos gozamos, nos alegramos, y vemos cómo es más cortante que todo espada de dos filos, que penetra hasta a partir del alma, los tuétanos las coyunturas; discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. ¡Padre que palabra más maravillosa es esta! ¡Qué palabra más linda! Tú palabra nos habla a la mente, al corazón; ella transforma, edifica, limpia mi Señor. Al estudiar la vida de este primer rey de Israel, queremos reflejarnos Señor en este personaje. Señor nos damos cuenta que este hombre fue desobediente, tuvo tan pocos valores espirituales, nunca buscó tener comunión contigo. Él prefería alimentar sus pasiones y deseos carnales, más que buscar la presencia del Dios de la gloria. Sin lugar a dudas, Padre, al hacer un contraste de la vida de Saúl con David, entendemos por qué David fue el hombre conforme al corazón de Dios. Su nobleza, su alabanza, su adoración, su entrega, su humildad, su disposición de adorarte, de bendecirte. La importancia de los valores espirituales en su vida. Padre, gracias por la enseñanza de esta noche, ahora te pido por aquellas personas que nunca antes han hecho una profesión de fe, aquellos que nunca te han entregado su corazón, que tu Espíritu Santo haga la obra en esta noche.
Mientras todos oramos, si hay alguna persona que quiere entregarle su corazón a Cristo, que dice: “Pastor yo siento la necesidad de Dios en mi vida”. La palabra del Señor dice: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios.” Si hay alguien con nosotros que dice: “Pastor yo quiero entregarle mi vida al Señor, yo quiero recibir a Cristo en mi corazón.” ¿Hay alguna persona? Yo quiero pedirle que ahí donde está levante su mano y nos deje acercarnos a usted, para orar con y por usted. Para decirle de qué forma usted puede invitar a Jesús a ser parte de su vida. Usted que nos mira a través de las redes sociales allá en su casita, también usted puede invitar a Jesús a su corazón, a través de una oración como esta: “Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario, al poner tu cuerpo, derramar tu sangre. En este día Señor, yo te recibo como mi Señor y Salvador personal. Reconozco que he pecado y me arrepiento de mis pecados. Te invito a venir a mi corazón”. Si usted hizo esta oración, queremos animarles a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús oramos, amén y amén.
Iglesia, que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.
La muerte del Rey Saul
Agosto 11, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 31:1-10 | Dr. David Rodriguez
Etiquetas: 1 samuel, agosto 2021, pastor david rodriguez, transcripcion, vida del rey david
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
Busquemos en nuestras Biblias, primer libro de Samuel capítulo 31. Hoy terminamos con el último capítulo del primer libro, Dios mediante la semana próxima pasamos al segundo libro de Samuel.
En el capítulo 30 se nos narra cómo los amalecitas le prendieron fuego a la ciudad de Siclag, se llevaron a las mujeres y los niños. El pueblo quería apedrear a David, dijimos que era evidente que ese sería el peor día de la vida de David, porque ahí no tenía a nadie, no tenía a su amigo Jonatán, no tenía a Saúl.
Ya habíamos visto en el capítulo 28, cómo fue esto de que se reunieron todas las fuerzas para pelear contra Israel. Quiero que notemos algo:
1er Samuel 28: 4 (RV-60): Se juntaron, pues, los filisteos y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel, y acamparon en Gilboa. Era tanto el temor de Saúl que juntó a todo Israel. Y obviamente como suele suceder en todas las campañas militares, acamparon en un lugar, ¿en qué el lugar acamparon? En Gilboa. Entonces ahí tenemos el campamento de los filisteos en Sunem, y el campamento de Israel en Gilboa.
Vamos al capítulo 31.
1er Samuel 31: 1 (RV-60) dice: Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa. Quiere decir que la batalla fue tan terrible, hermanos, pero tan terrible; que el ejército de Israel salió huyendo para su propio campamento, porque no pudieron soportar lo recio de la batalla. Y los filisteos siguieron a los israelitas y estos murieron, perseguidos hasta el monte del Gilboa donde ellos tenían su campamento.
Recordemos también que David estaba listo para pelear. Yo he venido hablando, hace varias semanas, sobre aquellas cositas que Dios tiene escondidas en la vida de todos nosotros. David no fue a pelear en contra de su propio pueblo, por pura providencia divina. ¿Se acuerda usted las veces que David tuvo la vida de Saúl en sus propias manos y no le hizo daño? Ahora, se puede imaginar usted ¿cómo se hubiera sentido David, si él hubiera participado en esta batalla? ¿Se da cuenta que no solamente muere el ungido de Jehová, sino que mueren sus tres hijos también? ¿Te das cuenta cómo Dios nos libra de tantas cosas? Hermanos, en la vida de nosotros los cristianos no hay casualidades, es la providencia divina. Es la mano del Señor la que te dice: “No, no vayas.” “Yo voy a arreglar esto.” Y muchas veces ni cuenta nos damos. Recuerda que David insistía en quedarse a pelear en contra de Israel; sin saber la desgracia que ocurriría al día siguiente.
1er Samuel 31: 2-3 (RV-60) 2Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. 3Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Esto que tenemos en estos versículos fue otro acto divino, a favor de David. ¿Qué hubiese pasado con Abinadab y Malquisúa cuando fueran a coronar a David? ¿Cómo se sentiría David, sabiendo que están vivos los herederos legales al trono? Ellos eran los herederos legales al trono, con Jonatán no había problemas porque era amigo de David, pero además, ya había entendido que David sería rey. Dios estaba en medio de esto. Este estudio es sobre David, pero estamos estudiando la muerte de Saúl y la de sus hijos, porque eso deja el camino libre para la coronación de David. Aunque todavía queda un heredero al trono, eso lo veremos más adelante.
La batalla estaba perdida, Saúl estaba herido, tuvo gran temor de los flecheros. Saúl tenía mucho miedo, de acuerdo a lo que estamos leyendo. Mire hermanos, cuando nosotros miramos a la vida de Saúl, nos damos cuenta que Saúl siempre quiso estar a la altura de David, y esto es una tristeza.
Nosotros crecimos como estudiantes, del Colegio de Teología de El Salvador, con la personalidad del hermano Toby, el papá del pastor Junior´s. Esa era nuestra máxima figura, mientras nos preparábamos para el ministerio. Entonces todos los chamaquitos (17, 18, 19 años) teníamos el buen deseo de ser igual que el pastor. Hermanos, nadie puede ser igual que nadie; podemos adoptar ciertas virtudes de determinados individuos; pero cada quien es diferente. Dentro del ministerio no puedo tratar de ser fulano, ni puedo tratar de ser mengano, ni puedo tratar de llegar a ser como aquel. Todos tenemos que esforzarnos por llegar a la estatura de nuestro Señor Jesucristo.
Uno de los graves errores que cometió el rey Saúl, es que se dio cuenta de la popularidad que tenía David, y quiso ser como él. Pero Saúl no era popular, por su temperamento, su carácter. Él era un hombre colérico, agresivo, nunca tuvo control de sí mismo, era orgulloso, soberbio y quería ser igual que David. Si usted quiere ser igual que una persona que sea noble como en este caso que David era una persona noble, pues entonces comencemos por cambiar el corazón.
Saúl siempre quiso estar a la altura de David, a tal grado que lo persiguió por todos lados.
1er Samuel 31:4-6 (RV-60): 4Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Más su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 5Y viendo su escudero a Saúl muero, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 6Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
Entremos bien en esta escena: Los flecheros tiraban las flechas, y ellos pues no sabían a quién le habían caído esas flechas. A tal grado, que se vinieron a dar cuenta al día siguiente que Saúl había muerto. Este pasaje que tenemos aquí enfrente se ha estudiado por toda una larga vida, con relación al suicidio del rey Saúl. Eso lleva a la pregunta de mucha gente: ¿Qué pasa con aquellos creyentes, o personas, que creen en Dios, en la Biblia y terminan quitándose su propia vida? ¿Será que son salvos?
Si leemos otras versiones dice: “Saúl fue herido de muerte.” La manera como yo le veo, es que Saúl estaba muy malherido, y él sabía que si los filisteos lo agarraban vivo, iban a hacer escarnio (burla cruel).
Hermanos terminaron haciendo cosas terribles con el cuerpo de Saúl, le cortaron la cabeza al primer Rey de Israel. Yo no creo el hecho de que este hombre se quitó la vida; sino que ya estaba muriendo y dijo: “Mira ¿sabes qué? Yo no quiero que caer en manos de estos que me vayan a torturar, que vayan a escarnecer mi cuerpo. Entonces por favor mejor quítame la vida. Su escudero no lo quiso hacer, al contrario cuando vio que Saúl se tiró sobre su propia espada, él hizo exactamente lo mismo (versículo 5).
Aquí quería llegar yo.
Le hago una pregunta a usted: Si Dios le manda a decir: “mañana estarás en el cielo.”
Me sorprende la vida de Saúl, me sorprende su necedad, me sorprende su soberbia, me sorprende su orgullo. A ver, ¿qué hubiera hecho usted? Samuel e dijo: “Vas a morir mañana.” ¿Usted se hubiera preparado para ir a una batalla el siguiente día? ¿Qué hubiera hecho usted? Yo me pongo a pensar y digo: Es tan fácil pedirle perdón a Dios. A mí me parece que Saúl llegó a tenerle más reverencia al profeta Samuel que a Dios mismo, ¿se da cuenta?, es como esa gente que le tiene más miedo al pastor que a Dios, los que dicen; “Que no se vaya a dar cuenta el pastor.” Si yo no voy a hacer nada. ¿Y Dios pues, quién lo engaña? A pesar de que Dios le dijo al rey Saúl que al día siguiente iba a morir, aun así el rey Saúl no se arrepintió, ¿por qué? Por su orgullo, por su soberbia. Es triste llegar a una posición como esa, eso es no conocer a Dios verdaderamente con el alma, no ha tenido una experiencia real con el Señor.
1er Samuel 31:7 (RV-60): Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
Si usted mira el mapa de Israel se da cuenta que el Jordán prácticamente divide el Israel, entre lo que sería el oeste y el este del país. Recuerden filisteos, Filistina, Palestina. La tierra primeramente pertenecía al pueblo de Israel. Dios le prometió la tierra al pueblo de Israel. Dios utilizó al pueblo filisteo para disciplinar a Israel. En este caso huyó Israel y aquí tenemos a los filisteos haciendo uso de la tierra para ellos. Cada vez que el pueblo de Israel perdía una batalla, el enemigo se alegraba y pensaban que en realidad Jehová no era un Dios todopoderoso.
1er Samuel 31:8-10 (RV-60): 8Aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa. 9Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo. 10Y pusieron sus armas en el templo Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán.
Era muy común en aquel entonces, que cuando mataban un montón de gente, al siguiente día iban a robarle todo con lo que andaban las personas en ese entonces. Ellos pensaban que habían ganado a Israel y que el rey había huido. Al hallar a Saúl ¿qué fue lo primero que le hicieron? le cortaron la cabeza y lo despojaron de sus armas. ¿Qué le recuerda esto a usted? Goliat, seguramente que por venganza. No le da curiosidad a usted saber ¿por qué llevar las buenas nuevas al templo? Porque la muerte de Saúl se usó para glorificar a los Dioses paganos y para burlarse de Dios. Esto es, lo que Saúl no quería que hicieran con él estando vivo, por eso le pidió el escudero que lo matara.
Cada vez que se habla mal de los cristianos, cada vez que se habla mal del pueblo de Dios, cada vez que alguien del pueblo de Dios comete un error, ¿quién cree usted que sé alegra? El mundo (el diablo).
1er Samuel 31:11-13 (RV-60): 11Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron a Saúl, 12todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. 13Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días.
Para aquellas personas que piensan que la cremación no es buena, en la Biblia no se dice nada en contra de eso. ¿Por qué los de Jabes de Galaad hicieron esto? ¿Por qué los de Jabes de Galaad fueron los únicos que, cuando se dieron cuenta que habían matado a Saúl ya sus hijos, decidieron ir a descolgar los cuerpos de esta gente y darles sepultura?
1er Samuel 11:1-4 (RV-60): 1Después subió Nahas amonitas, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: haz alianza con nosotros, y te serviremos. 2Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
Todos los enemigos del pueblo de Dios y de Dios, son personas sin escrúpulos. Cuando el rey Saúl se enteró que Nahas amonita quería que los de Galaad se quitaran el ojo derecho, no estuvo de acuerdo y fue para allá a defender a los de Galaad. En la mente de este pueblo quedó que Saúl los había defendido. Sintieron gratitud por Saúl y por eso recuperan su cuerpo y el de sus hijos.
Los estudiosos profundos de las sagradas escrituras dicen que si hubiera que poner un epitafio en la lápida de la tumba del rey Saúl, no habría dificultad porque prácticamente escribió su propio epitafio. ¿Cuál sería el epitafio? ¿Cuál sería la leyenda, la descripción, la inscripción que pondríamos? Yo no sé si usted alguna vez ha pensado en eso, quizás se siente joven para pensar en eso, pero, ¿qué le gustaría a usted que le pusieran encima de su tumba? Leamos las palabras de Saúl que definen su vida:
1er Samuel 26: 21 (RV-60): Entonces dijo Saúl: He pecado, vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más, porque mi vida ha sido estimada preciosa hoy a tus ojos. “He aquí yo he hecho neciamente y he errado en gran manera”. Dicen eso porque estas palabras verdaderamente definen la vida completa de Saúl.
En la Nueva Traducción Viviente (NTV), las últimas palabras de este versículo dicen: “He sido un tonto y he estado muy, pero muy equivocado.
En la Nueva Versión Internacional (NVI): En esta versión el capítulo termina: “Me he portado como un necio.”
Hay detalles en la vida nuestra, que usted piensa que Dios no los toma en cuenta. Hay un pasaje de la escritura, en el primer libro de Crónicas, donde se nos narra la muerte de Saúl, pero en ese pasaje Dios agrega un par de detalles más, que sería bueno que los viéramos.
1er Crónicas 10: 13-14 (RV-60): Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina 14y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.
La escritura dice seis cosas: fue rebelde, pecó contra Dios, pecó contra la palabra de Dios, no guardó la palabra, consultó con una adivina y no consultó con Jehová. Dios no dejó ningún detalle fuera. Es por eso, que cuando Saúl fue a consultar a Jehová, Dios no le contestó, seguro dijo: “No, estoy molesto contigo. No me has pedido perdón. No has confesado tus pecados. Eres un rebelde. Eres un desobediente.”
Proverbios 1: 24- (RV-60): 24Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, 25Sino que desecha todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis.
Y aun así usted quiere que, cada vez que usted dice: “Dios mío”, Dios bajé del cielo en el instante, y le conteste. ¿Quién es Dios para usted entonces?
Estaba leyendo, hace unos días, un libro dice que una señora estaba comiendo en un restaurant con su marido, y de repente comenzó una balacera. Al esposo de la señora le entró una bala en un oído. Se fueron para para el hospital, allí lo comenzaron a atender y las enfermeras al ver la señora tan tranquila, le preguntaron: ¿No está preocupada por su marido? La mujer respondió: No, porque a mi marido, todo lo que entra por un oído le sale por el otro. ¿Sabe usted que hay personas así en el evangelio? Hay gente que son simpatizantes del evangelio, y eso es una situación delicada en la vida de fe, mi hermano.
Hay una regla que mucha gente dice, pero no siempre es correcta: “Que todo lo que comienza mal, termina mal.” Yo conozco personas que han iniciado mal y han terminado bien, pero en el caso de Saúl fue al revés. Saúl comenzó bien y terminó mal. Y esto, en la vida cristiana, yo lo he visto un millón de veces, personas que comenzaron bien en la fe y han terminado muy mal en la fe.
Saúl se dio cuenta que Dios estaba con David, y en lugar de Saúl querer estar cerca de David, lo quería matar. ¿Qué significa eso? Nuestras amistades, hablan muchísimo de quién somos nosotros. Yo entiendo perfectamente bien, que muchas veces nosotros queremos estar cerca de aquellas personas que sabemos no nos causan ningún beneficio, sabemos eso, pero es que hay gente que tienen apego al mundo, tienen apego a las cosas del mundo.
¿Las amistades que usted tiene, verdaderamente, lo motiva a leer la palabra de Dios? ¿Se reúnen ustedes para discutir un versículo de la biblia? ¿Se motivan para asistir a una casa de oración con sus amistades? ¿O sus amistades son aquella persona que tienen los mismos placeres que tenía usted antes? ¿Se reúne con sus amistades para hacer trastadas? Si es así, ¿dónde está Dios?
¿Usted cree que Saúl pensó que por ser rey podía hacer lo que él quisiera? Pero estos versículos lo dicen claramente:
Proverbios 1: 24-25 (RV-60): 24Por cuanto llamé, y no quisiste oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese. 25Sino que desecha todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis. ¿A qué venimos a la iglesia? A recibir consejo de Dios, el consejo del Señor; pero terminamos viviendo la vida que más nos gusta.
Recuerden una cosa esto si que es un versículo bíblico, y es un principio celestial: “Amistad con el mundo es, directamente, enemistad con Dios”: Es decir; usted no puede durante la semana ser amigo del mundo y el día domingo ser amigo de Dios, no se puede dice el Señor. Dios terminó matando a Saúl. Atienda acá, Saúl fue el ungido de Jehová, ¿y usted?, ni con aceite de coco. La amistad con Dios solamente la puede lograr cuando usted ha tenido una relación con Dios. Saúl era un nombre bonito, guapo, guapetón. Dice la Biblia que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él, de hombros arriba, sobrepasaba cualquiera del pueblo dice de la escritura. Pero Saúl nunca venció su espíritu impetuoso, quiso matar a David, quiso matar a su propio hijo Jonatán, siempre dispuesto a rebelarse contra la autoridad divina. ¿Se acuerda usted que una vez mató a 85 sacerdotes? Hermano, eso ya es perder por completo cualquier fe, cualquier temor, cualquier respeto o dignidad, que se pueda tener contra Dios. Matar a 85 sacerdotes significa: ¡A mí no me importa lo que Dios piense, yo quiero hacer lo que yo desee! Eso es lo que lo que quiero y lo voy a hacer, le doy rienda suelta a mis pasiones, doy rienda suelta a mis deseos carnales, y bueno, mire cómo terminó.
A lo largo de la vida yo he conocido personas que son soberbias, son orgullosas, y estas personas mueren de la manera que no quisieran morir. Todos esperamos una muerte tranquila, de esas que las personas se acuestan y al amanecer, ya sucedió, ni cuenta se dieron. Pero yo he estado cerca de miles de gentes que han muerto sufriendo, y claman a Dios: “Señor, Señor, ¿por qué no me escuchas? Y dice Dios: “pero si pase todo una vida hablándote, dándote consejo y de nada te valió.” Ese fue el caso, directo, de Saúl.
En una oportunidad Saúl iba a pelear contra el pueblo filisteo y mandó a llamar a Samuel, estaba vivo todavía. Samuel le mandó a decir: “En siete días llego”. Pero Samuel no llegó y sabe ¿qué hizo Saúl? Ofreció él el sacrificio. Cuando llegó Samuel le dijo: “locamente has hecho”. Saben lo que le respondió: “Me esforcé para ofrecer el sacrificio.” ¡Qué pícaro ese Saúl! Esfuerzo no, pecado, lo que hiciste fue pecar. Nunca obedeció las instrucciones divinas. Dios le dijo que tenía que matar completamente los de Amalec y los perdonó, hasta los animales incluso. Cuando le dijeron: ¿por qué perdonaste a los animales? Les dijo: “es que fue el pueblo quien los perdonó y los perdonamos para ofrecer sacrificios.” Siempre ofreció argumentos religiosos, siempre. El profeta le dijo: “Obedecer, es mejor que los sacrificios.” El celo, sin control, contra David hizo que persiguiera a David como a una pulga en el desierto y se olvidó de gobernar.
Hay dos cosas que, verdaderamente, me causan mucha tristeza de parte de Saúl:
- Una de ellas es: La Biblia dice claramente: que Dios quitó su Santo Espíritu de él.
Esta es una situación que causa dificultad a muchas personas, porque en el antiguo testamento el Espíritu Santo venía, realizaba la obra, y luego volvía al Padre. Ahora el Espíritu Santo ha venido para quedarse. Por eso tiene tanta importancia permanecer y obedecer, son aspectos fundamentales en la vida cristiana. El evangelio no es para vivirlo como usted lo concibe, es por eso que tenemos la bendita palabra de Dios. No es como usted cree, como usted piensa, como usted lo quiera vivir.
- La otra cosa: Saúl nunca fue un hombre de valores espirituales.
Nosotros los hijos de Dios nos movemos en un mundo espiritual. En este mundo hay valores materiales y valores espirituales, dentro de los valores materiales están también los valores carnales, que son todo aquello donde yo soy el centro; lo que yo quiero, lo que a mí me gusta, lo que yo necesito. Todo eso está dentro de los valores materiales. Mi trabajo es primero, mi mujer es primero, mi marido es primero, mis hijos son primero, mi familia primero; es decir todos los valores terrenales.
Pero hay valores espirituales: “El amor a Dios, por encima de todas las cosas.” Eso no lo dice el pastor, eso lo dice Dios. Amarás a Jehová tú Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Venir a la iglesia es un valor espiritual, asistir a una casa de oración, ofrendar, pertenecer a un ministerio, leer la Biblia; entiéndame y discúlpeme: pero cada vez que usted elige ir a hacer un trabajito en lugar de venir a la iglesia, perdóneme pero usted está eligiendo entre un valor terrenal, por encima de un valor espiritual.
Saúl nunca tuvo valores espirituales. Si pudiéramos mencionar algo muy valioso, fundamental en el tiempo de Saúl, fue el Arca del Pacto y ¿cuándo ve usted a Saúl preguntando dónde está? ¿Por qué no traemos el Arca acá, cerca de mi casa? Nadie nace con esos valores, a medida que crecemos en la fe vamos alimentando los valores y luego llega el momento que no es necesario que nos estén dando cuerda para obedecer a los mandamientos divinos.
Yo tengo ejemplos, en esta congregación, de personas que le han dicho a sus empleadores: “Mire yo no trabajo día miércoles, mire yo no trabajo día domingo.” ¿Y quiere saber algo? Le ha ido de maravilla a esta gente. Déjeme decirle algo, por amor de Dios, entienda que su negocio no es conmigo; su negocio es con Dios. Recuerde que Dios mira el corazón. Yo no necesito que alguien me diga que tengo que leer la Biblia. No necesito que alguien me diga que tengo que diezmar, ni cuánto tengo que dar. No necesito que alguien me diga que tengo que predicar. Hubo algo que verdaderamente Saúl no tuvo son valores espirituales. Él sentía una gran atracción por su carnalidad y siempre buscaba satisfacer sus deseos.
Si usted es de esas personas que dice: No voy al culto porque tengo que salir con mi amiga, luego tomarse un vinito y no está dispuesto a dejar esa vida por nada del mundo, hermano(a) lindo(a) eso comienza a matar los valores espirituales. Si usted es ese tipo de persona difícilmente usted solo(a) lea este libro bendito (La Biblia), difícilmente un viernes buscará una casa de oración, difícilmente usted hablará con una persona encargada de ministerios para ver cómo puede servir. Porque su deseo de satisfacer su carnalidad, es mucho mas grande que el deseo de obedecer y seguir a Cristo. ¡Dios nos libre de eso!
Esa fue, lastimosamente, la muerte trágica de Saúl, en este estudio de la vida del rey David.
La próxima semana, si Dios nos presta la vida, vamos a hablar como David lloró a Saúl. ¿Cómo puede una persona amar a alguien que lo quiere matar?
Inclinen sus rostros amados míos, demos las gracias al Señor.
Padre querido; al estudiar tu palabra nos gozamos, nos alegramos, y vemos cómo es más cortante que todo espada de dos filos, que penetra hasta a partir del alma, los tuétanos las coyunturas; discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. ¡Padre que palabra más maravillosa es esta! ¡Qué palabra más linda! Tú palabra nos habla a la mente, al corazón; ella transforma, edifica, limpia mi Señor. Al estudiar la vida de este primer rey de Israel, queremos reflejarnos Señor en este personaje. Señor nos damos cuenta que este hombre fue desobediente, tuvo tan pocos valores espirituales, nunca buscó tener comunión contigo. Él prefería alimentar sus pasiones y deseos carnales, más que buscar la presencia del Dios de la gloria. Sin lugar a dudas, Padre, al hacer un contraste de la vida de Saúl con David, entendemos por qué David fue el hombre conforme al corazón de Dios. Su nobleza, su alabanza, su adoración, su entrega, su humildad, su disposición de adorarte, de bendecirte. La importancia de los valores espirituales en su vida. Padre, gracias por la enseñanza de esta noche, ahora te pido por aquellas personas que nunca antes han hecho una profesión de fe, aquellos que nunca te han entregado su corazón, que tu Espíritu Santo haga la obra en esta noche.
Mientras todos oramos, si hay alguna persona que quiere entregarle su corazón a Cristo, que dice: “Pastor yo siento la necesidad de Dios en mi vida”. La palabra del Señor dice: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios.” Si hay alguien con nosotros que dice: “Pastor yo quiero entregarle mi vida al Señor, yo quiero recibir a Cristo en mi corazón.” ¿Hay alguna persona? Yo quiero pedirle que ahí donde está levante su mano y nos deje acercarnos a usted, para orar con y por usted. Para decirle de qué forma usted puede invitar a Jesús a ser parte de su vida. Usted que nos mira a través de las redes sociales allá en su casita, también usted puede invitar a Jesús a su corazón, a través de una oración como esta: “Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario, al poner tu cuerpo, derramar tu sangre. En este día Señor, yo te recibo como mi Señor y Salvador personal. Reconozco que he pecado y me arrepiento de mis pecados. Te invito a venir a mi corazón”. Si usted hizo esta oración, queremos animarles a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús oramos, amén y amén.
Iglesia, que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.