David llora la muerte del rey Saúl
Agosto 18, 2021 – 7:00PM | 2 Samuel 1:1-20 | Dr. David Rodriguez
TRANSCRIPCIÓN
En esta oportunidad vamos a abrir la Biblia en 2do libro de Samuel, capítulo 1. Vamos a aprender cosas que están escondidas en este pasaje. El título del estudio de esta noche es: David llora la muerte del rey Saúl. David llora, David hace luto; y no solamente él, sino sus hombres también.
El último capítulo 1er Samuel nos presenta la muerte del rey Saúl, ese fue el estudio de la semana pasada. Saúl y tres de sus hijos, vimos la trágica muerte del rey.
Ahora, 2do Samuel capítulo 1, se nos narra cómo llegó la noticia a David y cuan profundo afectó la muerte del hombre que lo persiguió toda su vida. Vamos a ir despacio y rescatando algunas cosas que son vitales y son importantes.
En 2 Samuel 1:1 (RV-60) dice: 1Aconteció después de la muerte de Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos días en Siclag. 2Al tercer día tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia.
Vimos en el estudio pasado que el rey David iba a ir a pelear con los filisteos, pero ellos le dijeron que no podía, porque a la hora de la batalla se podía voltear contra los mismos filisteos. Entonces dijeron: ¡Tú no vas! Cuando se regresa encuentra que los amalecitas habían llegado a Siclag, le habían puesto fuego y se llevaron a las mujeres. Nos dimos cuenta también en el capítulo 31, el rey David va con sus hombres rescata todas las cosas, y traen las mujeres, de regreso a Siclag. Ya habían pasado dos días desde que David había regresado de recuperar todo lo que los amalecitas les había robado.
Quiero que note algo, para que se lleve la imagen a ese entonces. Imagine que usted es David o los hombres que lo cuidan, son valientes como se les conocen. Y va llegando una persona y habla con los valientes. (Esta es la manera como yo me lo imagino). Y los valientes dicen: “¿Qué será lo que quiere hablar con David? Bueno, vamos a llevarte a David para que le cuentes lo que ha pasado”. Porque supongo que el hombre dijo: “Yo quiero hablar con David”. Desde el momento que David ve que el hombre trae sus vestidos rotos, que tiene tierra sobre su cabeza; sospecha que no trae buenas noticias; porque eso era una señal de luto. Entonces David observa, y cuando el hombre llega a David hizo reverencia ante David.
2 Samuel 1:3-10 (RV-60): 3Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel. 4David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron. 5Dijo David a aquel joven que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su hijo? 6El joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. 7Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí. 8Y me preguntó: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita. 9El me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. 10Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
La pregunta que nos deja este pasaje, que es una pregunta obligada es: ¿Fueron así las cosas? ¿Será que este amalecita fue el que mató verdaderamente a Saúl o será que el amalecita dijo esto para congraciarse con el futuro rey de Israel? ¿Qué habrá pasado? Echemos un vistazo a lo que dice la Biblia que pasó y comparemos las dos cosas.
1 Samuel 31:3-6 (RV-60) dice: 3Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. 4Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Más su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 5Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 6Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
Es muy probable que el amalecita observó lo que había pasado, pero él no mató a Saúl, nos damos cuenta por la escritura. Lo que él quería era congraciarse con David diciéndole: “Yo maté al rey Saúl”.
2 Samuel 1:11-16 (RV-60): 11Entonces David, asiendo de sus vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada. 13Y David dijo a aquel joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, amalecita. 14Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová? 15Entonces llamó David a uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió. 16Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.
Quiero mencionar una situación en este pasaje, que espero al explicarles, me puedan entender. En una gran cantidad de oportunidades, cuando David se refiere a Saúl, se refiere como: “El ungido de Jehová”. A pesar de que Saúl intentó matar a David cantidad de veces, David tuvo un respeto supremo por Saúl, el ungido de Jehová. Pudo haberlo matado en varias oportunidades, pero David no lo hizo por el respeto que tenía. Los reyes, recuerden ustedes, al igual que los profetas, también al igual que los sacerdotes, eran ungidos en aquel entonces con una redoma de aceite y ese era un símbolo de la presencia de Dios en la vida de estas personas. Y una de las cosas que me llaman la atención de David, ya que estamos estudiando la vida de David, es el respeto inmenso que tenía por el ungido de Jehová. A tal grado, que nos damos cuenta en este pasaje que este pobre amalecita que quería congraciarse con el futuro rey, terminó muriendo, lo mató. David dijo: “Maten a este hombre por haber matado al ungido de Jehová”.
Tengo la impresión que hoy en día, miles de años más tarde, como que no existe en mucha gente el respeto por las personas a quien Dios ha llamado al ministerio. Yo no soy el tipo de pastor que exijo respeto de nadie, yo respeto para que la gente respete también. Pero me refiero al hecho de que a lo largo de la historia las personas que Dios ha llamado al ministerio, son personas que a lo mejor hacemos cosas que personalmente quizás no las haríamos, si no fuera porque Dios hubiera llamado a la persona. Yo no le pido tampoco a ninguno de ustedes, ni a las personas que están ahorita viéndonos por las redes sociales, de que deben aceptar ciegamente todas las cosas que los pastores decimos. No, eso es equivocado. Pero las ovejas deben considerar si la persona que tienen al frente en sus púlpitos son personas que Dios ha llamado, son personas que tienen el corazón por el evangelio, son personas que usted, si es que tiene sensibilidad espiritual, puede apreciar que es un hombre de Dios; el que tiene usted allá enfrente. Me encanta este respeto absoluto que le tuvo David a Saúl.
Yo sé que es complicado, pero las ovejas tenemos que someternos a la autoridad de las personas que Dios ha puesto en las congregaciones. Hay ovejas que parecen más cabros que ovejas, estas son personas que tienen un problema muy serio con someterse a una autoridad espiritual. Yo siempre he dicho a los pastores que han estado acá conmigo: Yo no tuviera ningún problema de ser el número dos (copastor), porque fui por casi 10 años el número dos allá en El Salvador y nunca tuve ningún problema; porque yo entiendo la posición que Dios me ha dado. Es difícil someterse. Por ejemplo, hay ovejas que están en una congregación y si hay algo que no les parece, si hay algo que no les gusta, agarran camino y dicen: “Yo voy por otro lado”. De esos hay muchos, y si se van a ese lado y allá encuentran alguna cosa que no les parece o que no le gusta, cierran la puerta y agarran camino y se van para otra iglesia. ¿Por qué? Porque el problema está en el corazón. Ellos adquieren un poquitito de autoridad espiritual y porque ya tienen ese conocimiento, piensan que pueden hacer lo que les ronca su gana con su alma, lo que se le ronca su gana con su vida cristiana y no se someten a nadie; cuando la Biblia en todas sus formas nos habla de someterse a la autoridad. Por ejemplo: sus padres. La biblia no le da usted opción, no dice: “si usted quiere sométase a su papá”. No, la Biblia dice que los hijos se tienen que someter a sus padres. Entonces eso es una autoridad, Dios no te dice: “si quieres, si te gusta, si te parece”. Los oficiales, dentro de una iglesia, son autoridad en una congregación. Hay mucha gente que tiene un corazón rebelde en cuanto al sometimiento. Si yo le contara a usted la cantidad de personas que vienen a pedir consejo y terminan haciendo lo que se le da la gana. Nosotros somos seres humanos como cualquier otro, pero si yo le contara la cantidad de gente que dice: “Yo no estoy de acuerdo con el pastor”. Claro no tienen el valor de venir y discutir las situaciones. ¿Por qué? Porque no es lo de ellos.
Hace un tiempo ya, vino una persona a recoger el sobre de diezmo de otro (no recuerdo de quién) y nos encontramos, y platicamos. Esta persona se fue para otra iglesia hace un tiempo y nos saludamos; me dice: “No se ofenda, pero es que el pastor de aquella iglesia es un pastor joven”. Para nada, ninguna ofensa; pero yo dije por dentro: “En el ministerio, la experiencia no la venden en el mercado de allá enfrente, la experiencia se vive.” Yo no le dije nada a esa persona, porque es que hay ciertas personas que el problema lo tienen en el corazón, por más explicaciones que usted le quiera dar, aunque se lo diga en griego, en hebreo, aunque se lo diga en arameo; van a seguir haciendo lo que se le ronca su santa y regalada gana.
Me encanta, me gusta el respeto del rey David, me gusta por la posición que asume.
Y escúcheme esto, no me vaya mal a entender, no hay que endiosar a ningún pastor, no hay que endiosar a nadie; porque entonces vamos a terminar como un montón de personas que han terminado haciendo desgracias. Uno tiene que abrir bien los ojos, pero entender, reconocer, quién es la persona que Dios ha puesto en ese lugar y someterse a la autoridad de esa persona. En mi caso, jamás en la vida yo le he dicho a una persona: “Es que tienes que hacer lo que yo digo”. Primero me he ganado el cariño de ellos, la confianza de ellos, la admiración de ellos, por generaciones y luego platicamos; luego las personas hacen las cosas por voluntad propia, porque trabajamos todos para el mismo Señor, para el mismo reino.
Quiero mostrarles otra enseñanza que me parece fantástica, maravillosa.
Si usted se da cuenta, hay un problema bastante serio con los amalecitas ¿Quién era Amalec? Era un hijo de Esaú. Quiere decir que es un sobrino de Jacobo. Resulta que Amalec, a pesar de que venía de la descendencia de Esaú, tenía mal corazón.
Dios saca al pueblo de Israel de Egipto. Quiero que veamos Éxodo 17, (RV-60), fíjese hermano que Dios saca a Israel de Egipto y lo lleva por el desierto, entonces tuvieron sed y no había agua, eso fue en un lugar que se llama Refidim. Dios habló a Moisés y le dijo qué hacer. Entonces el pueblo estaba cansado, el pueblo tenía sed, el pueblo tenía hambre, el pueblo estaba quejándose, murmurando esto y lo otro; y en medio de todo eso, mire quién apareció. Éxodo 17: 8 (RV-60): 8Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Siendo familiares, sobrinos, peleó contra Israel. ¿Y sabe que digo Amalec? Ahorita es tiempo, porque están cansados, tienen sed, tienen hambre y están peleando entre ellos. Entonces viene Amalec y dijo: Ahora vamos en contra de Israel. Pero hay gente que piensa que Dios es ciego. Entonces mire: Éxodo 17:14 (RV-60): 14Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. O sea, Dios está diciendo: Este me la debe y me la va a pagar. Y para que no se le olvide a nadie, escríbelo y se lo vas a decir a Josué para que se vengue de este pueblo. Dice en Éxodo 17:16 (RV-60): 16y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación. Eso estaba metido en la mente. Y eso se lo dijeron a un pueblo completo: Tenemos problemas con Amalec y Dios dice que lo escribamos y que todos ustedes sepan que Amalec es nuestro enemigo. Vino en contra de nosotros cuando estábamos cansados, cuando teníamos sed.
Sigamos revisando Deuteronomio 25:17-19 (RV-60): 17Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides. ¿Qué está diciendo Dios? No se me ha olvidado mi hijo. No se me ha olvidado. ¿Por qué dice esto de la retaguardia? Porque en la pelea ponían a los hombres de guerra en frente y atrás a las mujeres y a los niños (las personas más vulnerables). Entonces miren los términos de Amalec; dijeron los vamos a atacar por atrás porque ahí llevan a la gente más débil.
Años más tarde, resulta que Saúl es el rey de Israel y mire mi hermano, ya pasaron generaciones. ¿Usted cree que se le olvidó a Dios? Miremos 1 Samuel 15:1 (RV-60): 1Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Pero en ese momento Saúl tenía ya tenía años siendo rey. Si usted revisa los capítulos anteriores se da cuenta de esto. Lo que está haciendo Samuel es un recuento de las cosas. ¿Sabe que quiso decir con “pues, está atentos”? Que Dios estaba en los cielos y dijo: Bueno, ahí está un pueblito que me las debe, porque no tuvieron temor de mí, porque pecaron en contra del trono de Jehová, porque yo les valgo nada. Entonces hoy el momento de arreglar cuentas, así es que, Samuel (profeta), ve y habla con Saúl y dile que ahora es tiempo de resolver este problema.
Saúl está atento a las palabras de Jehová. Mire 1 Samuel 15:2-11 (RV-60): 2Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 3Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. 4Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. 5Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. 6Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec. 7Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. 8Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. 9Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron. 10Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.
¿Qué pasó? Dios mandó a una misión al rey Saúl y le dijo termina con todos. Saúl no lo hizo. Saúl perdonó lo mejor. Él hizo su propia voluntad, desobedeció a Dios. Mi hermano ya usted conoce el resto, viene Samuel y le reclama a Saúl lo que había hecho, y miren 1 Samuel 15:23 (RV-60) lo que dice: 23Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. Aquí, en este versículo comienza el declive del rey de Israel (Saúl), porque Dios quería arreglar cuentas con Amalec, Dios quería arreglar cuenta con los amalecitas y el rey Saúl no lo hizo.
¿Quién le dio fuego a la ciudad de Siclag? En 1 Samuel 30:1 (RV-60) dice: 1Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se llevaron a las mujeres. ¿Quiénes hicieron esto? Los de Amalec. Quienes habían hecho todas estas cosas que estamos viendo, cuando Dios había dicho: “voy a destruir a este pueblo, lo voy a destruir porque mire el daño que nos ha causado”.
Miren usted el sufrimiento que tuvo David, si Saúl hubiera cumplido con lo que Dios le mandó, no hubiera pasado este episodio. Y no solamente eso, ¿Quién fue el hombre que vino a darle la noticia a David, para decirle: yo maté a Saúl? ¿Era de dónde? Amalec, era amalecita. ¡Qué curioso, no es cierto!
Amalec es una figura de nuestra naturaleza carnal. Si Dios te dice que tienes que matar algo en tu vida, no estoy hablando de matar a su marido o a su mujer, si Dios le dice que hay que deshacerse de algo en tu vida, pero usted lo tiene guardadito porque dice: “A mí me gusta esto. A mí esto me fascina. No, porque esto es mío. No, porque yo quiero…” ¡Pero Dios dice que lo mate! Hay pero mire qué bonito está, miren las ovejas qué hermosas están, mire estos terneros. Y usted siempre se busca excusas religiosas, porque cuando le preguntaron al rey Saúl, dijo: “No, es para sacrificar todo esto a Jehová, para eso le hemos guardado”. ¿Usted cree que Dios no conoce el corazón? ¡Claro que sí! Amalec es una figura de nuestra naturaleza carnal. Si no terminamos con aquellas cosas que nos destruyen, eso terminará destruyéndonos. Pruebe, pruebe ese pecado que tiene guardado usted desde hace tanto tiempo y que regresa de vez en cuando. Te va a terminar destruyendo. Y un día vas a llorar, lo vas a lamentar, vas a llorar con amargura y vas a decir: “¿Para qué me metí en esto? ¡Qué estúpido fui! ¿Por qué hice tal cosa?” Y luego regreso a lo mismo, regreso a lo mismo y regreso a lo mismo, porque Dios te viene diciendo desde hace tanto tiempo: “destrúyelo, destrúyelo”. Por eso dijo Dios: “No dejes niños, ni de los de los que están de pecho tampoco”. ¿Por qué? Porque son idólatras, porque no tienen temor de Jehová, porque van a crecer con odio en contra de ustedes. No van a pensar dos veces en darle fuego a una ciudad. No van a pensar dos veces en llevarse a unas mujeres cautivas. Y ya explicamos que la única razón por la que no hicieron nada con la mujer es porque Dios no se los permitió.
Hay situaciones de nuestra vida (yo no sé cuál es la suya exactamente) que Dios le viene diciendo por algún tiempo: “Destruye eso hombre, destrúyelo”; pero usted está apegado a esa situación y eso terminará destruyéndote. Porque Amalec es ese tipo de cosas, es un tipo de gente que no tiene temor de Dios, es un tipo de persona que es un enemigo eterno; que cuando estés cansado, cuando tengas sed o cuando tengas hambre, Amalec será el primero que va a estar ahí enfrente para destruirte. Y no tiene compasión, te va a atacar por la retaguardia. Por donde están los niños, donde está la esposa, donde están las embarazadas, por ahí te va a atacar, porque no tiene compasión. ¿Las veces que hemos llorado como niños no han sido las veces que Dios te ha tocado lo que usted más ama? ¿Y qué te dice Dios? Cuánto tiempo tengo diciéndote, pero eres necio, si hubieran destruido esta situación desde un principio no hubiera llegado hasta acá. No hubieras sufrido.
David se lamenta por Saúl y luego en 2 Samuel 1:17-20 (RV-60): 17Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha, 18y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro de Jaser. 19¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes! 20No lo anunciéis en Gat, Ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón; Para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo los incircuncisos.
Hermanos, el libro de Jaser es un libro que es mencionado también en Josué y contenía una colección de poesía hebrea antigua. No es un libro inspirado por Dios, no es que falte en la Biblia.
Miremos este último verso en la NTV, donde vemos una de las tantas cosas que me encantan a mí de David. 2 Samuel 1:20 (NTV): 20No lo anuncian en Gat, ni lo proclamen en las calles de Ascalón, o las hijas de los filisteos se alegrarán y los paganos se reirán con aires de triunfo. Y otra versión dice: 20No lo anuncien en Gat, ni lo cuenten en las calles de Ascalón, esas ciudades filisteas se legrarían y los infieles lo celebrarán.
Mis queridos y amados hermanos, la tendencia de nuestro mundo es publicar las cosas negativas. El rey David nos da una gran lección en este versículo. No lo anuncien, no lo cuenten, no se lo digan a nadie, quédense con la boca callada. Porque si ustedes lo hacen, el enemigo lo va a escuchar y se va a regocijar.
¿Dígame una cosa? ¿No es eso lo que hace el diablo? ¿No es eso lo que hace la gente inconversa cuando nos ve caer? ¡A mire, y eso que es cristiano! ¡Mira el pobrecito! Mire, las caídas que han tenido muchas personas en el evangelio lo que han hecho es crear daño al evangelio, a los ministerios. Hermanos, no publiquen las batallas. Amado mío, por lo que más quiera, no publique acerca de las iglesias que están en batallas. Los jóvenes hoy en día han perdido la confianza en las iglesias al escuchar a los padres. Padres, tengan un poquito de sensibilidad, ¡por amor de Dios! No se ponga a discutir estupideces delante de sus hijos porque se quedan callados pero son una máquina que está guardando todo lo que usted dice. Cuando esos chamaquitos (niños) crezcan van a tener aversión contra la iglesia por cosas que usted como padre se puso a discutir. Es que a mí esa familia, es que esa señora, es que ese hermano. Usted no ha entendido todavía lo que es el cuerpo de Jesucristo. No ha entendido que esto es un hospital, no ha entendido que aquí estamos los enfermos, no ha entendido que la razón por la que estamos aquí es porque necesitamos de Dios, amado mío.
Cada vez que yo atiendo a una persona que está en dificultades, cada vez que yo atiendo a una persona que está en problemas, yo siempre termino diciendo lo mismo: “Bueno, si esto no existiera, para que habría iglesia. Si esto no existiera para que habríamos pastores.” Para eso estamos los pastores, por todas las cosas que hay, pero no ande publicando. David lo está diciendo. Murió Saúl, murió Jonatán y murieron sus hermanos; por favor, que no se den cuenta el resto de los filisteos. No ande por las plazas diciendo: “¿Ya se dio cuenta lo que pasó en la iglesia?” Usted ha visto que hay gente que habla por teléfono sólo para eso. ¿Sabe usted que hay mujeres de la iglesia que lo hacen? Piensa por un instante ¿cuándo una vieja chismosa de la iglesia te ha llamado para decir: Oremos? No, la vieja le dice: Ah, ya se dio cuenta usted de tal cosa. ¡David te está diciendo no lo anuncies hombre! Hermano, en ningún momento David dijo algo malo de Saúl.
Fíjate que un pastor estaba comentando que un día se murió un hermano de la iglesia que era bien amigo de él (del pastor). Murió de un agrandamiento del corazón (tengo entendido) y murió joven, además un hombre de negocios. Y a la hora del servicio funeral este pastor habló maravillas del hombre: “Este hombre que hemos sido amigos, que hemos compartido tanto tiempo, que es un hombre íntegro, que es un hombre afable, que es un hombre aquí, que es un hombre allá.” Y dijo tantas cosas del hombre, pero al siguiente día aparece en los periódicos el hombre que era un gran mañoso (ladrón) de primera marca. Bueno, dice que hasta demandas tenía el hombre, o sea todo lo contrario de lo que el pastor había dicho el día del funeral. Claro, lo mismo digo yo cuando la gente me habla para pedirme referencias de alguno de ustedes. Yo le digo: “Yo encantado, pero quiero que sepa que yo soy el pastor de la iglesia. Delante de mí nadie saca un cigarro, delante de mí nadie dice una mala palabra, delante de mí la gente sonríe”. ¿Dígame usted cómo podría testificar del mal carácter de alguien? ¿Cómo puedo yo testificar de la borrachera de alguien? Delante del pastor la gente es bien tranquilita, es naturaleza humana.
Les cuento algo: El pastor general, el hermano Toby, con el que yo trabajé por casi 10 años en El Salvador. Toda la vida lo dijo, se lo dijo al pueblo, él lo decía a los cuatro vientos, cuando la gente le preguntaba: ¿Y usted en que trabaja? Él decía: Yo soy coyote. (Coyote en mi rancho significa que el compraba una casa a un precio y la vendía a otro más alto). Eso significaba que él hacía préstamos a la gente, eso lo vi yo. No solamente lo vi, sino que yo llevaba dinero. Me decía: “mira lleva 30 mil pesos a fulano de tal”. A hombres de negocios de la iglesia él le prestaba dinero con un interés y la gente le pagaba y con el interés. Entonces todo esto, como él lo decía en el púlpito, traía una de murmuraciones en la iglesia. Y él siempre fue el tipo de persona que le valía absolutamente todo (no le importaba nada), no le prestaba atención a esos comentarios. Yo era el copastor, yo sabía todo, yo jamás en mi vida le falté el respeto al pastor. Yo me hice el propósito de que sus defectos jamás interfirieran para que yo pudiera aprender de sus grandes virtudes. Yo fui leal, aún el día que estuve en el hospital, ya faltándole horas a él para pasar a la presencia del Señor, hasta ese momento, un hombre de Dios. Yo lo acepté a él como el ciervo, que Dios puso en ese lugar. Trabaje con él, trabajé con la directiva y en más de alguna oportunidad la directiva le quiso hacer la camita, como decimos nosotros y no pasó una vez, pasaron varias veces. De hecho, una vez hubo un co-pastor que se llevó la mitad de la congregación, yo estaba en ese lugar. Ese hombre que se fue, que se llevó la mitad, me habló y me dijo: “lo espero el domingo vamos a cantar este himno, y quiero que usted ayude”. Y yo le dije: “No, yo no voy para ningún lado. Esta mi iglesia y aquí me quedo, esta es la iglesia donde Dios me trajo, aquí estoy feliz, aquí estoy contento, yo aquí me quedo en este lugar.”
En otra oportunidad que el pastor salió de viaje y la directiva le ofreció la iglesia a otro pastor. Dijeron: “no estamos de acuerdo con el hermano Toby, así es que lo queremos quitar y nosotros somos los que mandamos aquí en este lugar, así es que ¿si tú aceptas?”. Y el otro el otro pastor como era joven, inexperto, aceptó. El pastor estaba en Europa y el siguiente día agarro un avión de regreso y se presentó frente a la congregación y dijo: “Bueno, aquí estoy, la directiva cometió un error: Se reunieron en mi ausencia. Y en los estatutos está escrito que aquí, no se pueden reunir sin el pastor y lo hicieron. Y no solamente eso, le ofrecieron la iglesia a otra persona. Así es que todos los que estén de acuerdo conmigo en que yo cambie la directiva de la iglesia, levanten su mano derecha. Era en ese entonces la congregación de unas cinco mil personas. Tenía cinco mil manos levantadas y dijo: En la tarde les presento la nueva directiva.” Ahora, ¿Sabe cuál era el asunto? Que la directiva eran dueños de gasolineras, dueños de empresas de cemento, gente política, gente de plata, entre ellos el que era el dueño del terreno en que se había construido la iglesia. Todos se fueron hermanos, y después hubo un lío legal con el dueño del terreno. Por eso es que yo cuando me consultan y digo: “Jamás, pastores, se les ocurra construir algo en un terreno ajeno, nunca”. Ese día ese hombre dijo que quería su espacio y la iglesia había construido el edificio en ese terreno que no era de la iglesia. Fue una cosa increíble todo lo que pasó.
Por eso me encanta este pasaje, si usted en su casita lee el resto del pasaje, se va a dar cuenta que jamás David dijo ninguna cosa fuera del lugar de Saúl. Al contrario, a las mujeres les dice: “Miren, si van a cantar, no cantemos aquello de que Saúl mató a sus miles y David a sus diez mil. No, porque hoy ha caído un valiente”. ¡Qué corazón más libre! ¡Qué corazón más libre de resentimiento! ¡Qué corazón! No hizo fiesta hermano. No dijo: Vengan y celebremos por un mes porque se murió ese malvado, no. Él siempre lo consideró como el ungido de Jehová y lo respetó hasta ese día. Esta es otra razón por la que Dios le dice a David: Que es el hombre conforme al corazón de Dios.
Incline su rostro hermano. Vamos a orar.
Padre querido, en esta noche, te damos gracias por las enseñanzas preciosas que encontramos en tu palabra. Señor, nos gozamos al leer estas cosas lindas que están acá, al darnos cuenta Señor cómo se pagan consecuencias terribles cuando se desobedece tu palabra. Ayúdanos Señor con estas luchas continuas, ayúdanos con estos malos deseos, con nuestra carnalidad. Te pido que bendigas a tu pueblo. Ayúdanos a crecer cada día, y que las cosas que escuchamos acá en tu casa las podamos poner en práctica Señor; que no sean solamente nuestras emociones las que se muevan, sino nuestra voluntad, de tal manera que podamos hacer lo que tu palabra nos manda.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, esta noche es un buen momento para abrir el corazón, para recibir a Jesús como el Señor de su vida. Si hay alguien en esta hora que me dice: “Pastor yo tengo necesidad de Dios; yo quiero recibir a Cristo en mi corazón”. Si hay alguien que nunca antes lo ha hecho, pero quiere recibir al Señor, ahí donde está yo le invito para que levante su mano o se ponga de pie y le entregue su vida Jesús. Usted que nos mira por internet, también usted puede comenzar una vida nueva en este mismo instante. Haga conmigo esta oración y dígale al Señor: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. En este día Señor, yo te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, por poner tu cuerpo, por derramar tu sangre para el perdón de mis pecados. Reconozco que soy pecador y me arrepiento, y en este día te recibo como el Señor de mi vida”.
Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor, gracias por este tiempo especial en tu casa. Bendice a tu pueblo. Llévanos a nuestros hogares en paz. Protégenos de todo mal Señor. Te lo pedimos, en el nombre de Jesús, Amén
Iglesia que la paz de Cristo les acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!
David llora la muerte del rey Saúl
Agosto 18, 2021 – 7:00PM | 2 Samuel 1:1-20 | Dr. David Rodriguez
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TRANSCRIPCIÓN
En esta oportunidad vamos a abrir la Biblia en 2do libro de Samuel, capítulo 1. Vamos a aprender cosas que están escondidas en este pasaje. El título del estudio de esta noche es: David llora la muerte del rey Saúl. David llora, David hace luto; y no solamente él, sino sus hombres también.
El último capítulo 1er Samuel nos presenta la muerte del rey Saúl, ese fue el estudio de la semana pasada. Saúl y tres de sus hijos, vimos la trágica muerte del rey.
Ahora, 2do Samuel capítulo 1, se nos narra cómo llegó la noticia a David y cuan profundo afectó la muerte del hombre que lo persiguió toda su vida. Vamos a ir despacio y rescatando algunas cosas que son vitales y son importantes.
En 2 Samuel 1:1 (RV-60) dice: 1Aconteció después de la muerte de Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos días en Siclag. 2Al tercer día tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia.
Vimos en el estudio pasado que el rey David iba a ir a pelear con los filisteos, pero ellos le dijeron que no podía, porque a la hora de la batalla se podía voltear contra los mismos filisteos. Entonces dijeron: ¡Tú no vas! Cuando se regresa encuentra que los amalecitas habían llegado a Siclag, le habían puesto fuego y se llevaron a las mujeres. Nos dimos cuenta también en el capítulo 31, el rey David va con sus hombres rescata todas las cosas, y traen las mujeres, de regreso a Siclag. Ya habían pasado dos días desde que David había regresado de recuperar todo lo que los amalecitas les había robado.
Quiero que note algo, para que se lleve la imagen a ese entonces. Imagine que usted es David o los hombres que lo cuidan, son valientes como se les conocen. Y va llegando una persona y habla con los valientes. (Esta es la manera como yo me lo imagino). Y los valientes dicen: “¿Qué será lo que quiere hablar con David? Bueno, vamos a llevarte a David para que le cuentes lo que ha pasado”. Porque supongo que el hombre dijo: “Yo quiero hablar con David”. Desde el momento que David ve que el hombre trae sus vestidos rotos, que tiene tierra sobre su cabeza; sospecha que no trae buenas noticias; porque eso era una señal de luto. Entonces David observa, y cuando el hombre llega a David hizo reverencia ante David.
2 Samuel 1:3-10 (RV-60): 3Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel. 4David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron. 5Dijo David a aquel joven que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su hijo? 6El joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. 7Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí. 8Y me preguntó: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita. 9El me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. 10Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
La pregunta que nos deja este pasaje, que es una pregunta obligada es: ¿Fueron así las cosas? ¿Será que este amalecita fue el que mató verdaderamente a Saúl o será que el amalecita dijo esto para congraciarse con el futuro rey de Israel? ¿Qué habrá pasado? Echemos un vistazo a lo que dice la Biblia que pasó y comparemos las dos cosas.
1 Samuel 31:3-6 (RV-60) dice: 3Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. 4Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Más su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 5Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 6Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
Es muy probable que el amalecita observó lo que había pasado, pero él no mató a Saúl, nos damos cuenta por la escritura. Lo que él quería era congraciarse con David diciéndole: “Yo maté al rey Saúl”.
2 Samuel 1:11-16 (RV-60): 11Entonces David, asiendo de sus vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada. 13Y David dijo a aquel joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, amalecita. 14Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová? 15Entonces llamó David a uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió. 16Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.
Quiero mencionar una situación en este pasaje, que espero al explicarles, me puedan entender. En una gran cantidad de oportunidades, cuando David se refiere a Saúl, se refiere como: “El ungido de Jehová”. A pesar de que Saúl intentó matar a David cantidad de veces, David tuvo un respeto supremo por Saúl, el ungido de Jehová. Pudo haberlo matado en varias oportunidades, pero David no lo hizo por el respeto que tenía. Los reyes, recuerden ustedes, al igual que los profetas, también al igual que los sacerdotes, eran ungidos en aquel entonces con una redoma de aceite y ese era un símbolo de la presencia de Dios en la vida de estas personas. Y una de las cosas que me llaman la atención de David, ya que estamos estudiando la vida de David, es el respeto inmenso que tenía por el ungido de Jehová. A tal grado, que nos damos cuenta en este pasaje que este pobre amalecita que quería congraciarse con el futuro rey, terminó muriendo, lo mató. David dijo: “Maten a este hombre por haber matado al ungido de Jehová”.
Tengo la impresión que hoy en día, miles de años más tarde, como que no existe en mucha gente el respeto por las personas a quien Dios ha llamado al ministerio. Yo no soy el tipo de pastor que exijo respeto de nadie, yo respeto para que la gente respete también. Pero me refiero al hecho de que a lo largo de la historia las personas que Dios ha llamado al ministerio, son personas que a lo mejor hacemos cosas que personalmente quizás no las haríamos, si no fuera porque Dios hubiera llamado a la persona. Yo no le pido tampoco a ninguno de ustedes, ni a las personas que están ahorita viéndonos por las redes sociales, de que deben aceptar ciegamente todas las cosas que los pastores decimos. No, eso es equivocado. Pero las ovejas deben considerar si la persona que tienen al frente en sus púlpitos son personas que Dios ha llamado, son personas que tienen el corazón por el evangelio, son personas que usted, si es que tiene sensibilidad espiritual, puede apreciar que es un hombre de Dios; el que tiene usted allá enfrente. Me encanta este respeto absoluto que le tuvo David a Saúl.
Yo sé que es complicado, pero las ovejas tenemos que someternos a la autoridad de las personas que Dios ha puesto en las congregaciones. Hay ovejas que parecen más cabros que ovejas, estas son personas que tienen un problema muy serio con someterse a una autoridad espiritual. Yo siempre he dicho a los pastores que han estado acá conmigo: Yo no tuviera ningún problema de ser el número dos (copastor), porque fui por casi 10 años el número dos allá en El Salvador y nunca tuve ningún problema; porque yo entiendo la posición que Dios me ha dado. Es difícil someterse. Por ejemplo, hay ovejas que están en una congregación y si hay algo que no les parece, si hay algo que no les gusta, agarran camino y dicen: “Yo voy por otro lado”. De esos hay muchos, y si se van a ese lado y allá encuentran alguna cosa que no les parece o que no le gusta, cierran la puerta y agarran camino y se van para otra iglesia. ¿Por qué? Porque el problema está en el corazón. Ellos adquieren un poquitito de autoridad espiritual y porque ya tienen ese conocimiento, piensan que pueden hacer lo que les ronca su gana con su alma, lo que se le ronca su gana con su vida cristiana y no se someten a nadie; cuando la Biblia en todas sus formas nos habla de someterse a la autoridad. Por ejemplo: sus padres. La biblia no le da usted opción, no dice: “si usted quiere sométase a su papá”. No, la Biblia dice que los hijos se tienen que someter a sus padres. Entonces eso es una autoridad, Dios no te dice: “si quieres, si te gusta, si te parece”. Los oficiales, dentro de una iglesia, son autoridad en una congregación. Hay mucha gente que tiene un corazón rebelde en cuanto al sometimiento. Si yo le contara a usted la cantidad de personas que vienen a pedir consejo y terminan haciendo lo que se le da la gana. Nosotros somos seres humanos como cualquier otro, pero si yo le contara la cantidad de gente que dice: “Yo no estoy de acuerdo con el pastor”. Claro no tienen el valor de venir y discutir las situaciones. ¿Por qué? Porque no es lo de ellos.
Hace un tiempo ya, vino una persona a recoger el sobre de diezmo de otro (no recuerdo de quién) y nos encontramos, y platicamos. Esta persona se fue para otra iglesia hace un tiempo y nos saludamos; me dice: “No se ofenda, pero es que el pastor de aquella iglesia es un pastor joven”. Para nada, ninguna ofensa; pero yo dije por dentro: “En el ministerio, la experiencia no la venden en el mercado de allá enfrente, la experiencia se vive.” Yo no le dije nada a esa persona, porque es que hay ciertas personas que el problema lo tienen en el corazón, por más explicaciones que usted le quiera dar, aunque se lo diga en griego, en hebreo, aunque se lo diga en arameo; van a seguir haciendo lo que se le ronca su santa y regalada gana.
Me encanta, me gusta el respeto del rey David, me gusta por la posición que asume.
Y escúcheme esto, no me vaya mal a entender, no hay que endiosar a ningún pastor, no hay que endiosar a nadie; porque entonces vamos a terminar como un montón de personas que han terminado haciendo desgracias. Uno tiene que abrir bien los ojos, pero entender, reconocer, quién es la persona que Dios ha puesto en ese lugar y someterse a la autoridad de esa persona. En mi caso, jamás en la vida yo le he dicho a una persona: “Es que tienes que hacer lo que yo digo”. Primero me he ganado el cariño de ellos, la confianza de ellos, la admiración de ellos, por generaciones y luego platicamos; luego las personas hacen las cosas por voluntad propia, porque trabajamos todos para el mismo Señor, para el mismo reino.
Quiero mostrarles otra enseñanza que me parece fantástica, maravillosa.
Si usted se da cuenta, hay un problema bastante serio con los amalecitas ¿Quién era Amalec? Era un hijo de Esaú. Quiere decir que es un sobrino de Jacobo. Resulta que Amalec, a pesar de que venía de la descendencia de Esaú, tenía mal corazón.
Dios saca al pueblo de Israel de Egipto. Quiero que veamos Éxodo 17, (RV-60), fíjese hermano que Dios saca a Israel de Egipto y lo lleva por el desierto, entonces tuvieron sed y no había agua, eso fue en un lugar que se llama Refidim. Dios habló a Moisés y le dijo qué hacer. Entonces el pueblo estaba cansado, el pueblo tenía sed, el pueblo tenía hambre, el pueblo estaba quejándose, murmurando esto y lo otro; y en medio de todo eso, mire quién apareció. Éxodo 17: 8 (RV-60): 8Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Siendo familiares, sobrinos, peleó contra Israel. ¿Y sabe que digo Amalec? Ahorita es tiempo, porque están cansados, tienen sed, tienen hambre y están peleando entre ellos. Entonces viene Amalec y dijo: Ahora vamos en contra de Israel. Pero hay gente que piensa que Dios es ciego. Entonces mire: Éxodo 17:14 (RV-60): 14Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. O sea, Dios está diciendo: Este me la debe y me la va a pagar. Y para que no se le olvide a nadie, escríbelo y se lo vas a decir a Josué para que se vengue de este pueblo. Dice en Éxodo 17:16 (RV-60): 16y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación. Eso estaba metido en la mente. Y eso se lo dijeron a un pueblo completo: Tenemos problemas con Amalec y Dios dice que lo escribamos y que todos ustedes sepan que Amalec es nuestro enemigo. Vino en contra de nosotros cuando estábamos cansados, cuando teníamos sed.
Sigamos revisando Deuteronomio 25:17-19 (RV-60): 17Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides. ¿Qué está diciendo Dios? No se me ha olvidado mi hijo. No se me ha olvidado. ¿Por qué dice esto de la retaguardia? Porque en la pelea ponían a los hombres de guerra en frente y atrás a las mujeres y a los niños (las personas más vulnerables). Entonces miren los términos de Amalec; dijeron los vamos a atacar por atrás porque ahí llevan a la gente más débil.
Años más tarde, resulta que Saúl es el rey de Israel y mire mi hermano, ya pasaron generaciones. ¿Usted cree que se le olvidó a Dios? Miremos 1 Samuel 15:1 (RV-60): 1Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Pero en ese momento Saúl tenía ya tenía años siendo rey. Si usted revisa los capítulos anteriores se da cuenta de esto. Lo que está haciendo Samuel es un recuento de las cosas. ¿Sabe que quiso decir con “pues, está atentos”? Que Dios estaba en los cielos y dijo: Bueno, ahí está un pueblito que me las debe, porque no tuvieron temor de mí, porque pecaron en contra del trono de Jehová, porque yo les valgo nada. Entonces hoy el momento de arreglar cuentas, así es que, Samuel (profeta), ve y habla con Saúl y dile que ahora es tiempo de resolver este problema.
Saúl está atento a las palabras de Jehová. Mire 1 Samuel 15:2-11 (RV-60): 2Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 3Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. 4Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. 5Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. 6Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec. 7Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. 8Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. 9Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron. 10Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.
¿Qué pasó? Dios mandó a una misión al rey Saúl y le dijo termina con todos. Saúl no lo hizo. Saúl perdonó lo mejor. Él hizo su propia voluntad, desobedeció a Dios. Mi hermano ya usted conoce el resto, viene Samuel y le reclama a Saúl lo que había hecho, y miren 1 Samuel 15:23 (RV-60) lo que dice: 23Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. Aquí, en este versículo comienza el declive del rey de Israel (Saúl), porque Dios quería arreglar cuentas con Amalec, Dios quería arreglar cuenta con los amalecitas y el rey Saúl no lo hizo.
¿Quién le dio fuego a la ciudad de Siclag? En 1 Samuel 30:1 (RV-60) dice: 1Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se llevaron a las mujeres. ¿Quiénes hicieron esto? Los de Amalec. Quienes habían hecho todas estas cosas que estamos viendo, cuando Dios había dicho: “voy a destruir a este pueblo, lo voy a destruir porque mire el daño que nos ha causado”.
Miren usted el sufrimiento que tuvo David, si Saúl hubiera cumplido con lo que Dios le mandó, no hubiera pasado este episodio. Y no solamente eso, ¿Quién fue el hombre que vino a darle la noticia a David, para decirle: yo maté a Saúl? ¿Era de dónde? Amalec, era amalecita. ¡Qué curioso, no es cierto!
Amalec es una figura de nuestra naturaleza carnal. Si Dios te dice que tienes que matar algo en tu vida, no estoy hablando de matar a su marido o a su mujer, si Dios le dice que hay que deshacerse de algo en tu vida, pero usted lo tiene guardadito porque dice: “A mí me gusta esto. A mí esto me fascina. No, porque esto es mío. No, porque yo quiero…” ¡Pero Dios dice que lo mate! Hay pero mire qué bonito está, miren las ovejas qué hermosas están, mire estos terneros. Y usted siempre se busca excusas religiosas, porque cuando le preguntaron al rey Saúl, dijo: “No, es para sacrificar todo esto a Jehová, para eso le hemos guardado”. ¿Usted cree que Dios no conoce el corazón? ¡Claro que sí! Amalec es una figura de nuestra naturaleza carnal. Si no terminamos con aquellas cosas que nos destruyen, eso terminará destruyéndonos. Pruebe, pruebe ese pecado que tiene guardado usted desde hace tanto tiempo y que regresa de vez en cuando. Te va a terminar destruyendo. Y un día vas a llorar, lo vas a lamentar, vas a llorar con amargura y vas a decir: “¿Para qué me metí en esto? ¡Qué estúpido fui! ¿Por qué hice tal cosa?” Y luego regreso a lo mismo, regreso a lo mismo y regreso a lo mismo, porque Dios te viene diciendo desde hace tanto tiempo: “destrúyelo, destrúyelo”. Por eso dijo Dios: “No dejes niños, ni de los de los que están de pecho tampoco”. ¿Por qué? Porque son idólatras, porque no tienen temor de Jehová, porque van a crecer con odio en contra de ustedes. No van a pensar dos veces en darle fuego a una ciudad. No van a pensar dos veces en llevarse a unas mujeres cautivas. Y ya explicamos que la única razón por la que no hicieron nada con la mujer es porque Dios no se los permitió.
Hay situaciones de nuestra vida (yo no sé cuál es la suya exactamente) que Dios le viene diciendo por algún tiempo: “Destruye eso hombre, destrúyelo”; pero usted está apegado a esa situación y eso terminará destruyéndote. Porque Amalec es ese tipo de cosas, es un tipo de gente que no tiene temor de Dios, es un tipo de persona que es un enemigo eterno; que cuando estés cansado, cuando tengas sed o cuando tengas hambre, Amalec será el primero que va a estar ahí enfrente para destruirte. Y no tiene compasión, te va a atacar por la retaguardia. Por donde están los niños, donde está la esposa, donde están las embarazadas, por ahí te va a atacar, porque no tiene compasión. ¿Las veces que hemos llorado como niños no han sido las veces que Dios te ha tocado lo que usted más ama? ¿Y qué te dice Dios? Cuánto tiempo tengo diciéndote, pero eres necio, si hubieran destruido esta situación desde un principio no hubiera llegado hasta acá. No hubieras sufrido.
David se lamenta por Saúl y luego en 2 Samuel 1:17-20 (RV-60): 17Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha, 18y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro de Jaser. 19¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes! 20No lo anunciéis en Gat, Ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón; Para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo los incircuncisos.
Hermanos, el libro de Jaser es un libro que es mencionado también en Josué y contenía una colección de poesía hebrea antigua. No es un libro inspirado por Dios, no es que falte en la Biblia.
Miremos este último verso en la NTV, donde vemos una de las tantas cosas que me encantan a mí de David. 2 Samuel 1:20 (NTV): 20No lo anuncian en Gat, ni lo proclamen en las calles de Ascalón, o las hijas de los filisteos se alegrarán y los paganos se reirán con aires de triunfo. Y otra versión dice: 20No lo anuncien en Gat, ni lo cuenten en las calles de Ascalón, esas ciudades filisteas se legrarían y los infieles lo celebrarán.
Mis queridos y amados hermanos, la tendencia de nuestro mundo es publicar las cosas negativas. El rey David nos da una gran lección en este versículo. No lo anuncien, no lo cuenten, no se lo digan a nadie, quédense con la boca callada. Porque si ustedes lo hacen, el enemigo lo va a escuchar y se va a regocijar.
¿Dígame una cosa? ¿No es eso lo que hace el diablo? ¿No es eso lo que hace la gente inconversa cuando nos ve caer? ¡A mire, y eso que es cristiano! ¡Mira el pobrecito! Mire, las caídas que han tenido muchas personas en el evangelio lo que han hecho es crear daño al evangelio, a los ministerios. Hermanos, no publiquen las batallas. Amado mío, por lo que más quiera, no publique acerca de las iglesias que están en batallas. Los jóvenes hoy en día han perdido la confianza en las iglesias al escuchar a los padres. Padres, tengan un poquito de sensibilidad, ¡por amor de Dios! No se ponga a discutir estupideces delante de sus hijos porque se quedan callados pero son una máquina que está guardando todo lo que usted dice. Cuando esos chamaquitos (niños) crezcan van a tener aversión contra la iglesia por cosas que usted como padre se puso a discutir. Es que a mí esa familia, es que esa señora, es que ese hermano. Usted no ha entendido todavía lo que es el cuerpo de Jesucristo. No ha entendido que esto es un hospital, no ha entendido que aquí estamos los enfermos, no ha entendido que la razón por la que estamos aquí es porque necesitamos de Dios, amado mío.
Cada vez que yo atiendo a una persona que está en dificultades, cada vez que yo atiendo a una persona que está en problemas, yo siempre termino diciendo lo mismo: “Bueno, si esto no existiera, para que habría iglesia. Si esto no existiera para que habríamos pastores.” Para eso estamos los pastores, por todas las cosas que hay, pero no ande publicando. David lo está diciendo. Murió Saúl, murió Jonatán y murieron sus hermanos; por favor, que no se den cuenta el resto de los filisteos. No ande por las plazas diciendo: “¿Ya se dio cuenta lo que pasó en la iglesia?” Usted ha visto que hay gente que habla por teléfono sólo para eso. ¿Sabe usted que hay mujeres de la iglesia que lo hacen? Piensa por un instante ¿cuándo una vieja chismosa de la iglesia te ha llamado para decir: Oremos? No, la vieja le dice: Ah, ya se dio cuenta usted de tal cosa. ¡David te está diciendo no lo anuncies hombre! Hermano, en ningún momento David dijo algo malo de Saúl.
Fíjate que un pastor estaba comentando que un día se murió un hermano de la iglesia que era bien amigo de él (del pastor). Murió de un agrandamiento del corazón (tengo entendido) y murió joven, además un hombre de negocios. Y a la hora del servicio funeral este pastor habló maravillas del hombre: “Este hombre que hemos sido amigos, que hemos compartido tanto tiempo, que es un hombre íntegro, que es un hombre afable, que es un hombre aquí, que es un hombre allá.” Y dijo tantas cosas del hombre, pero al siguiente día aparece en los periódicos el hombre que era un gran mañoso (ladrón) de primera marca. Bueno, dice que hasta demandas tenía el hombre, o sea todo lo contrario de lo que el pastor había dicho el día del funeral. Claro, lo mismo digo yo cuando la gente me habla para pedirme referencias de alguno de ustedes. Yo le digo: “Yo encantado, pero quiero que sepa que yo soy el pastor de la iglesia. Delante de mí nadie saca un cigarro, delante de mí nadie dice una mala palabra, delante de mí la gente sonríe”. ¿Dígame usted cómo podría testificar del mal carácter de alguien? ¿Cómo puedo yo testificar de la borrachera de alguien? Delante del pastor la gente es bien tranquilita, es naturaleza humana.
Les cuento algo: El pastor general, el hermano Toby, con el que yo trabajé por casi 10 años en El Salvador. Toda la vida lo dijo, se lo dijo al pueblo, él lo decía a los cuatro vientos, cuando la gente le preguntaba: ¿Y usted en que trabaja? Él decía: Yo soy coyote. (Coyote en mi rancho significa que el compraba una casa a un precio y la vendía a otro más alto). Eso significaba que él hacía préstamos a la gente, eso lo vi yo. No solamente lo vi, sino que yo llevaba dinero. Me decía: “mira lleva 30 mil pesos a fulano de tal”. A hombres de negocios de la iglesia él le prestaba dinero con un interés y la gente le pagaba y con el interés. Entonces todo esto, como él lo decía en el púlpito, traía una de murmuraciones en la iglesia. Y él siempre fue el tipo de persona que le valía absolutamente todo (no le importaba nada), no le prestaba atención a esos comentarios. Yo era el copastor, yo sabía todo, yo jamás en mi vida le falté el respeto al pastor. Yo me hice el propósito de que sus defectos jamás interfirieran para que yo pudiera aprender de sus grandes virtudes. Yo fui leal, aún el día que estuve en el hospital, ya faltándole horas a él para pasar a la presencia del Señor, hasta ese momento, un hombre de Dios. Yo lo acepté a él como el ciervo, que Dios puso en ese lugar. Trabaje con él, trabajé con la directiva y en más de alguna oportunidad la directiva le quiso hacer la camita, como decimos nosotros y no pasó una vez, pasaron varias veces. De hecho, una vez hubo un co-pastor que se llevó la mitad de la congregación, yo estaba en ese lugar. Ese hombre que se fue, que se llevó la mitad, me habló y me dijo: “lo espero el domingo vamos a cantar este himno, y quiero que usted ayude”. Y yo le dije: “No, yo no voy para ningún lado. Esta mi iglesia y aquí me quedo, esta es la iglesia donde Dios me trajo, aquí estoy feliz, aquí estoy contento, yo aquí me quedo en este lugar.”
En otra oportunidad que el pastor salió de viaje y la directiva le ofreció la iglesia a otro pastor. Dijeron: “no estamos de acuerdo con el hermano Toby, así es que lo queremos quitar y nosotros somos los que mandamos aquí en este lugar, así es que ¿si tú aceptas?”. Y el otro el otro pastor como era joven, inexperto, aceptó. El pastor estaba en Europa y el siguiente día agarro un avión de regreso y se presentó frente a la congregación y dijo: “Bueno, aquí estoy, la directiva cometió un error: Se reunieron en mi ausencia. Y en los estatutos está escrito que aquí, no se pueden reunir sin el pastor y lo hicieron. Y no solamente eso, le ofrecieron la iglesia a otra persona. Así es que todos los que estén de acuerdo conmigo en que yo cambie la directiva de la iglesia, levanten su mano derecha. Era en ese entonces la congregación de unas cinco mil personas. Tenía cinco mil manos levantadas y dijo: En la tarde les presento la nueva directiva.” Ahora, ¿Sabe cuál era el asunto? Que la directiva eran dueños de gasolineras, dueños de empresas de cemento, gente política, gente de plata, entre ellos el que era el dueño del terreno en que se había construido la iglesia. Todos se fueron hermanos, y después hubo un lío legal con el dueño del terreno. Por eso es que yo cuando me consultan y digo: “Jamás, pastores, se les ocurra construir algo en un terreno ajeno, nunca”. Ese día ese hombre dijo que quería su espacio y la iglesia había construido el edificio en ese terreno que no era de la iglesia. Fue una cosa increíble todo lo que pasó.
Por eso me encanta este pasaje, si usted en su casita lee el resto del pasaje, se va a dar cuenta que jamás David dijo ninguna cosa fuera del lugar de Saúl. Al contrario, a las mujeres les dice: “Miren, si van a cantar, no cantemos aquello de que Saúl mató a sus miles y David a sus diez mil. No, porque hoy ha caído un valiente”. ¡Qué corazón más libre! ¡Qué corazón más libre de resentimiento! ¡Qué corazón! No hizo fiesta hermano. No dijo: Vengan y celebremos por un mes porque se murió ese malvado, no. Él siempre lo consideró como el ungido de Jehová y lo respetó hasta ese día. Esta es otra razón por la que Dios le dice a David: Que es el hombre conforme al corazón de Dios.
Incline su rostro hermano. Vamos a orar.
Padre querido, en esta noche, te damos gracias por las enseñanzas preciosas que encontramos en tu palabra. Señor, nos gozamos al leer estas cosas lindas que están acá, al darnos cuenta Señor cómo se pagan consecuencias terribles cuando se desobedece tu palabra. Ayúdanos Señor con estas luchas continuas, ayúdanos con estos malos deseos, con nuestra carnalidad. Te pido que bendigas a tu pueblo. Ayúdanos a crecer cada día, y que las cosas que escuchamos acá en tu casa las podamos poner en práctica Señor; que no sean solamente nuestras emociones las que se muevan, sino nuestra voluntad, de tal manera que podamos hacer lo que tu palabra nos manda.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, esta noche es un buen momento para abrir el corazón, para recibir a Jesús como el Señor de su vida. Si hay alguien en esta hora que me dice: “Pastor yo tengo necesidad de Dios; yo quiero recibir a Cristo en mi corazón”. Si hay alguien que nunca antes lo ha hecho, pero quiere recibir al Señor, ahí donde está yo le invito para que levante su mano o se ponga de pie y le entregue su vida Jesús. Usted que nos mira por internet, también usted puede comenzar una vida nueva en este mismo instante. Haga conmigo esta oración y dígale al Señor: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. En este día Señor, yo te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, por poner tu cuerpo, por derramar tu sangre para el perdón de mis pecados. Reconozco que soy pecador y me arrepiento, y en este día te recibo como el Señor de mi vida”.
Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor, gracias por este tiempo especial en tu casa. Bendice a tu pueblo. Llévanos a nuestros hogares en paz. Protégenos de todo mal Señor. Te lo pedimos, en el nombre de Jesús, Amén
Iglesia que la paz de Cristo les acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!