David perdona a Saúl
Julio 7, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 24:10-11 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Abramos la biblia en 1 Samuel 24:1, el texto dice: “Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. El título del estudio de esta noche es “David perdona a Saúl”; el rey se había convertido en el enemigo número uno de David y este no había hecho nada para merecer esa violenta enemistad que había, el rey había querido matar a David en varias oportunidades, en una ocasión le tiró una lanza con la intención de matarlo y lo había perseguido por todo el desierto, de una cueva para la otra; algunos estudiosos dicen que esta persecución duró años, esto le causó cansancio, depresión, frustración y lo hartó de estar huyendo.
Saúl estaba en su palacio y luego llego la noticia de que David estaba en En-gadi, por esto decidió ir a buscarlo; tan solo por un hombre escogió a un ejército, el versículo 2: “Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.” Es lugar se llama el cerro de las cabras, ahí fue en su búsqueda, por cada una de las cuevas, porque estaba obsesionado con la idea de asesinarlo.
Luego, el versículo 3 dice: “Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.” La versión RVR 1960 delicadamente describe que Saúl entró a cubrir sus pies, pero en realidad lo que quiere decir es que él fue a hacer sus necesidades. El versículo 3 también es interesante porque habiendo tantas cuevas, el rey se fue a meter a la cueva en donde estaba escondido David con sus 400 hombres; otro aspecto curioso es lo siguiente: aquellas personas que hemos vivido en el campo sabemos cómo es el asunto; cada año yo salía de la escuela en noviembre y al siguiente día mi madre me subía a un tren y me iba a dejar a la casa de mi abuelo en un lugar que se llama Sitio del Niño en Joya de Cerén, es un área rural donde las personas no tienen acceso a servicios sanitarios, sino que hacen sus necesidades en pozos, y para ahuyentar a cualquier tipo de animal se utiliza una vara, esto es muy similar a la condición en la que se encontraba Saúl.
Saúl en la cueva creía que estaba solo, pero tenía los ojos de 400 hombres atrás de él viéndolo; en ese lugar también era donde guardaban las ovejas. Algunos escritores han considerado el hecho de que Saúl entró a hacer sus necesidades y después durmió un rato, mientras, su ejército está afuera de la cueva, este era el momento para David, para vengarse y terminar esa desgracia de huir, con la tristeza de cada día de saber hacia dónde tenía huir.
El versículo 4 dice: “Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.” Luego, el versículo 5 añade: “Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.” David era una persona tan sensible y desde que comenzamos estos estudios acerca de David yo mencioné que veríamos esos aspectos por los cuales a él se le conoce como el hombre conforme al corazón de Dios.
A Saúl no le importaba nada, ni siquiera la vida de su propio hijo, mató a 85 sacerdotes de El Señor y no le importó; era un hombre tan egoísta, lo único que le importaba a Saúl era su misma persona, quedar bien con el pueblo, hacer bien las cosas, tenía celos en contra David, pero David era todo lo contrario y se sintió mal y se acongojó por cortar el manto del rey. Sin embargo, en el versículo 6 se menciona: “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.”
David tenía un respeto extremo por todas las cosas que tienen que ver con Dios y esta es una lección muy linda. David todavía no era rey, probablemente estaba pensando quizá en aquel momento cuando Samuel entró a la casa de él y derramó aceite sobre su cabeza; Saúl es el hombre que Dios escogió, Saúl fue ungido por Dios, ¿quién soy yo para venir a tocar al ungido de El Señor? más de alguno de los estudiosos han dicho que tal vez no era tanto el respeto de David por la persona de Saúl pero sí por su oficio, él pensaba “si Dios lo ha escogido y si Dios lo ha puesto en ese lugar, entonces hay que respetarlo”.
En el versículo 7 dice: “Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.” Estos hombres eran los que estaban en la cueva de Adulam, estos eran los afligidos, endeudados amargados de espíritu. Probablemente ellos le decían “David, ahora es la oportunidad, terminemos ya con esta persecución, ya estamos cansados, mira, tomemos y matemos a Saúl”. Yo creo que, si hubieran matado a Saúl en ese momento y hubieran salido con su cabeza, el ejército se hubiera rendido, porque la mayoría sus hombres sabía que lo que Saúl estaba haciendo no era correcto, que David no había hecho nada; además a David se le consideraba un héroe nacional por haber matado a Goliat.
Me encanta el carácter de David en este versículo, y mira lo que hizo en el versículo 8: “También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.” Esta situación es complicada, porque tenemos aquí a dos hombres con un carácter diferente, a dos personas que actúan de una manera distinta.
Una de las cosas que me encantan del versículo 8 es la lección de que la malicia en el corazón de una persona nunca debe de afectarnos y permearnos a nosotros, no debemos imitar las malas actitudes, esto me recuerda a aquella ilustración viejísima de un escorpión que se estaba ahogando y un hombre quiso salvar al escorpión, entonces le metió la mano para levantar al escorpión del agua y cuando sacó lo sacó del agua y lo puso en tierra el escorpión mordió al hombre y lo picó, y su compañero le dice “¿pero por qué hiciste semejante estupidez? ¿que no te das cuenta de que la naturaleza del escorpión es picar?” pero el hombre le dijo “si, la naturaleza del escorpión es morder, pero la mía es de salvar, y no voy a permitir que la su naturaleza pueda cambiar la mía”.
Cada vez que hay malos entendidos entre dos personas muchos vienen conmigo y me dicen “no sé qué hacer…”, ante esta situación mi respuesta siempre ha sido la misma “no se ponga usted igual de malcriado como la otra persona” porque si usted se pone igual entonces ya son dos malcriados peleando, por esto Dios se aparta y los deja pelear a ver quién gana; pero cuando hay una persona que pasa por alto la ofensa aunque lo ultrajen y maldigan, y encomienda a su ofensor al Señor, esto le agrada a Dios, debemos recordar que “a paz nos ha llamado El Señor” y que “la blanda respuesta quita la ira, mas la respuesta áspera hace subir el furor” así dice la escritura; si usted quiere terminar un pleito dentro del hogar la mejor manera es quedarse callado, es difícil por el orgullo y los malos impulsos, pero eso es lo que la biblia nos manda.
Saúl era malo, la maldad la llevaba en su naturaleza, Dios se había apartado ya de Saúl quería matar a David quien lo tuvo enfrente y lo pudo haber matado, sin embargo, le cortó un pedazo de su vestido y lo perdonó; ahora yo me imagino a David salir de la cueva y pegar el grito a Saúl diciendo “mi señor el rey, y cuando Saul vuelve a ver, David se postra en tierra en respeto como diciendo “yo reconozco que usted es el rey de Israel, yo reconozco que usted es el ungido de El Señor”.
Veamos el versículo 9: “Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?” yo no creo que Saúl haya prestado atención a lo que otras personas habían dicho, no, Saúl estaba obsesionado con matar a David, simple y sencillamente, ¿por qué? porque hay personas que no pueden ver ojos bonitos en cara ajena; Saul era un envidioso de primera, era un celoso y no podía ver a otras personas prosperar; esa canción que llegó a ser el hit número uno en Israel la cual decía: “Saúl mató a sus miles y David a sus diez miles” lo había enfurecido, no quería que nadie la cantara porque él estaba interesado en su propia persona, lo cual es una enfermedad, porque nadie debe creerse ni mas ni menos que nadie, somo hijos de Dios los que hemos sido lavados con la sangre preciosa del cordero del Señor. Es complicado cuando una persona exige pleitesía y autoridad, porque estas atenciones se deben ganan, y para ganarse todo eso se requiere de muchos años de trabajo y servicio, no se pueden exigir como Saúl lo hacía, simplemente porque él era el rey.
El versículo 10 dice: “He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová. 11 Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela. 12 Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. 13 Como dice el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.”
Hermanos, acerca del deseo de venganza la biblia dice en Romanos 12:17: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.” ¿Sabe usted que un cristiano no se debe vengar de nadie? Es difícil de entender para alguien que por ejemplo está pasando por un divorcio; a la hora de hacer los votos todo es felicidad, pero a la hora de separarse las personas son capaces hasta de jurar venganza.
Cuando la biblia dice “no paguéis a nadie mal por mal” no significa que usted no debe exigir sus derechos, usted debe hacerlo por así hace cumplir la ley, y es justo, usted debe exigir lo que le corresponde, pero irse al extremo de desear el mal al prójimo, no es lo correcto, es más en el versículo 18 hay una orden, la cual dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”, esto significa que yo tengo que estar en paz con usted, si usted no quiere estar en paz conmigo ya es problema suyo; y luego en el versículo 19 se añade otra orden la cual dice: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
Cuando alguien te ha dañado es natural esa reacción de querer pagar con el doble de daño, y en su corazón entra el deseo venganza; con todo respeto a las hermanas, pero si en algún momento yo he visto un deseo vivo de venganza, lo he visto en una mujer a quien le han dañado su orgullo, reaccionan como una leona a quien le han robado sus cachorros, en todos niveles, en noviazgos o matrimonios, luego viene el arrepentimiento y muchas se sorprenden de lo que fueron capaces de hacer. Respetar lo que dice el versículo 19 es difícil, ¿Cómo decir: que sea Dios quien pague?” cuando tienes el corazón herido, traicionado y mentido.
Luego el versículo 20 indica: “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” El Señor Jesús habló mucho acerca de la venganza y esto as algo de lo más difícil de aceptar porque el deseo de venganza surge de una frustración, porque queremos que la otra persona pague por lo que nos hizo; muchas personas han matado cuando se alimenta el deseo de venganza en el corazón, estas personas van a parar la cárcel y no les importa.
Regresando al texto base, 1 Samuel 24:16 dice: “Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró,”; esto me recuerda a que a mí me cuesta creerles a las personas que son demasiado emocionales y lloronas; vemos el caso de Saúl, quien llegó con tres mil hombres con la intención de matarlo, y cuando escucha la voz de David se echó a llorar.
Ahora, veamos esto bíblicamente, el problema de una persona emocional es que decide con sus emociones y no con la razón, su estado de ánimo y sus decisiones dependen incluso de cómo está el día, y de cómo se sienten emocionalmente, viven sus vidas en base a sus emociones, por momentos se sienten contentos y al rato están molestos, un momento te dicen que te aman entrañablemente y al llegar la noche te están sacando del cuarto y de la cama, te están sacando en cara las cosas malas que has hecho en los últimos 20 años y te dicen que te odian.
En el versículo 17-18 el hombre como que llega un momento de cordura y dice: “y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal. 18 Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano.” En el capítulo 26:1-2, vemos cómo esto fue falso y Saul lo volvió a traicionar: Vinieron los zifeos a Saúl en Gabaa, diciendo: ¿No está David escondido en el collado de Haquila, al oriente del desierto? 2 Saúl entonces se levantó y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.” ¿Que pasó aquellas lagrimitas que echó Saúl? Y es que así funcionan estas personas emocionales, no razonan, obran en base a cómo se sienten, así hablan, así dañan y así ofenden.
Continuando en 1 Samuel 24:19 “Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.” Aquí sigue hablando Saul, diciendo que David era bueno, pudiéndolo matar no lo hizo; David era quien tocaba el arpa para el rey y este se tranquilizaba, pero cuando se le metía el diablo le tiraba una lanza para enclavarlo a la pared; yo creo que David tenía que haberse aprendido las canciones de memoria, ¿Quién va a andar leyendo una partitura teniendo a un loco en frente? Al solo agachar la cabeza para leer le podía tirar la lanza encima.
El versículo 20 dice: “Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,” este versículo refleja los desvaríos de una persona que ha perdido el discernimiento espiritual, la pregunta clave es ¿sabia Saul lo que estaba haciendo? Claro que sí, ¿Quién pone y quita reyes? Es Jehová; acá Saul esta descubriendo su corazón, es tan tremendo Saul porque hace jurar a David y así se aprovecha de él, no podemos negar que hay gente noble en este mundo, pero la nobleza está muy cerca de la torpeza, me recuerda a la expresión que dice “a esta persona le das la mano y te agarra el codo” y hay otro dicho que dice “esta persona a la bondad le llama tontera” y es porque hay muchas personas que son buena gente, pero se aprovechan de ellos, les dan libertades pero toman más, por ejemplo la madre que se compromete a cuidar a sus nietos por dos horas, pero la hija vuelve hasta el siguiente día.
Así mismo, hay que tener mucho en no caer en este error, David ya conoce el historial de Saul y son tantos años de andar huyendo, y aun así le pide que jure por Jehová, estas personas son vivas y pícaros, Saul estaba anticipándose a las consecuencias que vendrían, dado que en el versículo 21 dice: “júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre”, esto es lo que se hacía con los reyes malos, lo que quería decir es que si Saul no lograba matar a David, por lo menos que David no lo matara a él.
Luego, en el versículo 22 dice: “Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.” En el juramento de David se podía confiar, pero hay personas como Saul en las que no se puede confiar; ya pasaron aquellos dorados tiempos donde con una palabra se hacían acuerdos, se llamaba “palabra de hombre” y lo que se hablaba se hacía, hoy en cambio hay que buscar tres abogados para poder firmar un papel porque nunca se sabe. Dos capítulos más tarde Saul agarra tres mil hombres y se va en busca de David para matarlo; ¿Cómo se puede confiar en personas así? Durante mi vida he conocido personas así, con el trato que te dan estas personas te dejan ver quiénes son realmente, y es triste conocer personas así, sin transparencia.
¿Qué dice la palabra del Señor con relación al perdón? Una de las razones por las cuales Dios insta a perdonar no es tanto para liberar a la otra persona, sino para liberarlo a usted, porque toda persona que guarda rencor contra alguien es un esclavo de sus pensamientos y de sus emociones, no puede vivir su vida en plenitud porque hay algo que lo mortifica, y esclaviza, estos pensamientos no lo dejan dormir en paz, piensa en lo que le hicieron, y espera que algún día se las van a pagar. Esto se puede aplicar al divorcio, algunas veces este proceso camina bien y fluido, pero otras veces yo he percibido que uno de los dos, al pasar los años ya ha rehecho su vida, ya se volvió a casar, ya tiene otros hijos con la otra persona, pero la otra persona se quedó encerrada en un mundo lleno de amargura, de malos recuerdos, de tristeza, y a la hora de dar consejos lo hace, así como le fue a él o ella, con desprecio y amargura, mientras que la otra persona vive su vida al máximo. Por eso Dios te dice: “aprende a perdonar” porque si tú no perdonas te quedaras encerrado emocionalmente en una cárcel.
Como último punto, si usted tiene peticiones difíciles delante de Dios, algo por lo cual ruega constantemente, pero tiene algo en contra de su prójimo, agarre un número y siéntese a esperar, porque lo que dice Marcos 11:25 nos dice: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” Lo que Dios nos dice acá es: “si tu no perdonas a tu hermano, yo tampoco te perdono a ti”, porque “de gracia recibiste, de gracia tienes que dar”, una vez un señor me dijo: “si me tengo que ir al infierno, pues me voy sin perdonar”, yo le desee un buen viaje porque tenia que cambiar su actitud, lo más difícil es que era su hermano de sangre, y este era un tema de herencia; yo he visto cosas terribles cuando se deja dinero, los hijos dejan de ser hijos y se vuelven enemigos, porque “principio de todos los males es el amor al dinero”.
La biblia no nos dice en ningún versículo que vivimos en un mundo justo, al contrario, en el mundo hay aflicción, tristeza, hay dolor y lágrimas; hay cosas injustas, muchísima violencia, es algo terrible; esta mañana escuchaba el testimonio de una señora salvadoreña quien vivía en Tulum, Quintana Roo, y a quien le mataron a su hija hace unos tres meses, los vídeos están en internet, y ahí se ve cuando la policía brutalmente atacó está señora; nada le va a devolver a su hija. Vivimos en un mundo difícil, lleno de violencia, donde de la noche para la mañana te arrebatan a quien más amas; y claro, alguien le pregunto a esta señora si ha perdonado el agravio y a quienes hicieron eso con su hija, en el momento se descompuso y contesto: “yo le mentiría si digo que sí, lo que quiero es justicia”.
Con Jesús no fueron justos, El vino a hacer milagros, a darle de comer a la gente, a sanar a los enfermos, a liberar a los cautivos, a dar libertad a los endemoniados, a traer paz, y gozo, a proclamar el año agradable del Señor, y aun así lo golpearon, lo llevaron a una cruz y lo mataron; este es el mundo en el que vivimos, pero bendito sea Dios que El coloca su Santo Espíritu en nuestro corazón, y ese Espíritu produce el fruto que es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y dominio propio; tal vez en el instante que recibimos el agravio podemos sentirnos muy mal y puede surgir ese deseo de venganza dentro de nosotros, pero ahí es donde en realidad tenemos que demostrar que conocemos a Dios como el Señor y Salvador de nuestras vidas; David tuvo a Saúl en sus propias manos, pudo haberse vengado, pudo haberlo tomado en sus manos y hacerlo pagar por todo lo que le había hecho, por quererlo matar tantas veces, por buscado de desierto en desierto, y por llevarlo de cueva en cueva ahora, pero no, la naturaleza de David no cambió, y eso hace que David sea el hombre conforme al corazón de Dios.
Padre, gracias por tu palabra, entendemos en este pasaje maravilloso cómo nuestro carácter es probado, David tuvo la oportunidad en esa cueva de liberar toda esa ira que tenía en contra de Saúl debido a tanto agravio, daño y tanto mal, sin embargo fue en ese momento cuando David demuestra de qué estaba hecho; Señor ayúdanos, Santo Espíritu de Dios, sana nuestras heridas nuestros malos pensamientos, nuestros deseos de venganza; quita de nosotros todo rencor y toda amargura y que podamos decir como tu palabra dice: [yo dejo la venganza al Señor.
Si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo en esta noche no quisiéramos irnos a casa sin darle a usted la oportunidad de tener un encuentro personal con Jesús, pero quisieras hacerlo hoy, te invito a que abras tu corazón a Jesús, repite esta oración: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados, reconozco lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa; en este día, yo te recibo como el Señor y Salvador de mi alma”. Si hiciste esta oración, quiero animarte a crecer en el conocimiento de Dios y de su santa y bendita palabra, Amen.
David perdona a Saúl
Julio 7, 2021 – 7:00PM | 1 Samuel 24:10-11 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Abramos la biblia en 1 Samuel 24:1, el texto dice: “Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. El título del estudio de esta noche es “David perdona a Saúl”; el rey se había convertido en el enemigo número uno de David y este no había hecho nada para merecer esa violenta enemistad que había, el rey había querido matar a David en varias oportunidades, en una ocasión le tiró una lanza con la intención de matarlo y lo había perseguido por todo el desierto, de una cueva para la otra; algunos estudiosos dicen que esta persecución duró años, esto le causó cansancio, depresión, frustración y lo hartó de estar huyendo.
Saúl estaba en su palacio y luego llego la noticia de que David estaba en En-gadi, por esto decidió ir a buscarlo; tan solo por un hombre escogió a un ejército, el versículo 2: “Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.” Es lugar se llama el cerro de las cabras, ahí fue en su búsqueda, por cada una de las cuevas, porque estaba obsesionado con la idea de asesinarlo.
Luego, el versículo 3 dice: “Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.” La versión RVR 1960 delicadamente describe que Saúl entró a cubrir sus pies, pero en realidad lo que quiere decir es que él fue a hacer sus necesidades. El versículo 3 también es interesante porque habiendo tantas cuevas, el rey se fue a meter a la cueva en donde estaba escondido David con sus 400 hombres; otro aspecto curioso es lo siguiente: aquellas personas que hemos vivido en el campo sabemos cómo es el asunto; cada año yo salía de la escuela en noviembre y al siguiente día mi madre me subía a un tren y me iba a dejar a la casa de mi abuelo en un lugar que se llama Sitio del Niño en Joya de Cerén, es un área rural donde las personas no tienen acceso a servicios sanitarios, sino que hacen sus necesidades en pozos, y para ahuyentar a cualquier tipo de animal se utiliza una vara, esto es muy similar a la condición en la que se encontraba Saúl.
Saúl en la cueva creía que estaba solo, pero tenía los ojos de 400 hombres atrás de él viéndolo; en ese lugar también era donde guardaban las ovejas. Algunos escritores han considerado el hecho de que Saúl entró a hacer sus necesidades y después durmió un rato, mientras, su ejército está afuera de la cueva, este era el momento para David, para vengarse y terminar esa desgracia de huir, con la tristeza de cada día de saber hacia dónde tenía huir.
El versículo 4 dice: “Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.” Luego, el versículo 5 añade: “Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.” David era una persona tan sensible y desde que comenzamos estos estudios acerca de David yo mencioné que veríamos esos aspectos por los cuales a él se le conoce como el hombre conforme al corazón de Dios.
A Saúl no le importaba nada, ni siquiera la vida de su propio hijo, mató a 85 sacerdotes de El Señor y no le importó; era un hombre tan egoísta, lo único que le importaba a Saúl era su misma persona, quedar bien con el pueblo, hacer bien las cosas, tenía celos en contra David, pero David era todo lo contrario y se sintió mal y se acongojó por cortar el manto del rey. Sin embargo, en el versículo 6 se menciona: “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.”
David tenía un respeto extremo por todas las cosas que tienen que ver con Dios y esta es una lección muy linda. David todavía no era rey, probablemente estaba pensando quizá en aquel momento cuando Samuel entró a la casa de él y derramó aceite sobre su cabeza; Saúl es el hombre que Dios escogió, Saúl fue ungido por Dios, ¿quién soy yo para venir a tocar al ungido de El Señor? más de alguno de los estudiosos han dicho que tal vez no era tanto el respeto de David por la persona de Saúl pero sí por su oficio, él pensaba “si Dios lo ha escogido y si Dios lo ha puesto en ese lugar, entonces hay que respetarlo”.
En el versículo 7 dice: “Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.” Estos hombres eran los que estaban en la cueva de Adulam, estos eran los afligidos, endeudados amargados de espíritu. Probablemente ellos le decían “David, ahora es la oportunidad, terminemos ya con esta persecución, ya estamos cansados, mira, tomemos y matemos a Saúl”. Yo creo que, si hubieran matado a Saúl en ese momento y hubieran salido con su cabeza, el ejército se hubiera rendido, porque la mayoría sus hombres sabía que lo que Saúl estaba haciendo no era correcto, que David no había hecho nada; además a David se le consideraba un héroe nacional por haber matado a Goliat.
Me encanta el carácter de David en este versículo, y mira lo que hizo en el versículo 8: “También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.” Esta situación es complicada, porque tenemos aquí a dos hombres con un carácter diferente, a dos personas que actúan de una manera distinta.
Una de las cosas que me encantan del versículo 8 es la lección de que la malicia en el corazón de una persona nunca debe de afectarnos y permearnos a nosotros, no debemos imitar las malas actitudes, esto me recuerda a aquella ilustración viejísima de un escorpión que se estaba ahogando y un hombre quiso salvar al escorpión, entonces le metió la mano para levantar al escorpión del agua y cuando sacó lo sacó del agua y lo puso en tierra el escorpión mordió al hombre y lo picó, y su compañero le dice “¿pero por qué hiciste semejante estupidez? ¿que no te das cuenta de que la naturaleza del escorpión es picar?” pero el hombre le dijo “si, la naturaleza del escorpión es morder, pero la mía es de salvar, y no voy a permitir que la su naturaleza pueda cambiar la mía”.
Cada vez que hay malos entendidos entre dos personas muchos vienen conmigo y me dicen “no sé qué hacer…”, ante esta situación mi respuesta siempre ha sido la misma “no se ponga usted igual de malcriado como la otra persona” porque si usted se pone igual entonces ya son dos malcriados peleando, por esto Dios se aparta y los deja pelear a ver quién gana; pero cuando hay una persona que pasa por alto la ofensa aunque lo ultrajen y maldigan, y encomienda a su ofensor al Señor, esto le agrada a Dios, debemos recordar que “a paz nos ha llamado El Señor” y que “la blanda respuesta quita la ira, mas la respuesta áspera hace subir el furor” así dice la escritura; si usted quiere terminar un pleito dentro del hogar la mejor manera es quedarse callado, es difícil por el orgullo y los malos impulsos, pero eso es lo que la biblia nos manda.
Saúl era malo, la maldad la llevaba en su naturaleza, Dios se había apartado ya de Saúl quería matar a David quien lo tuvo enfrente y lo pudo haber matado, sin embargo, le cortó un pedazo de su vestido y lo perdonó; ahora yo me imagino a David salir de la cueva y pegar el grito a Saúl diciendo “mi señor el rey, y cuando Saul vuelve a ver, David se postra en tierra en respeto como diciendo “yo reconozco que usted es el rey de Israel, yo reconozco que usted es el ungido de El Señor”.
Veamos el versículo 9: “Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?” yo no creo que Saúl haya prestado atención a lo que otras personas habían dicho, no, Saúl estaba obsesionado con matar a David, simple y sencillamente, ¿por qué? porque hay personas que no pueden ver ojos bonitos en cara ajena; Saul era un envidioso de primera, era un celoso y no podía ver a otras personas prosperar; esa canción que llegó a ser el hit número uno en Israel la cual decía: “Saúl mató a sus miles y David a sus diez miles” lo había enfurecido, no quería que nadie la cantara porque él estaba interesado en su propia persona, lo cual es una enfermedad, porque nadie debe creerse ni mas ni menos que nadie, somo hijos de Dios los que hemos sido lavados con la sangre preciosa del cordero del Señor. Es complicado cuando una persona exige pleitesía y autoridad, porque estas atenciones se deben ganan, y para ganarse todo eso se requiere de muchos años de trabajo y servicio, no se pueden exigir como Saúl lo hacía, simplemente porque él era el rey.
El versículo 10 dice: “He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová. 11 Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela. 12 Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. 13 Como dice el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.”
Hermanos, acerca del deseo de venganza la biblia dice en Romanos 12:17: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.” ¿Sabe usted que un cristiano no se debe vengar de nadie? Es difícil de entender para alguien que por ejemplo está pasando por un divorcio; a la hora de hacer los votos todo es felicidad, pero a la hora de separarse las personas son capaces hasta de jurar venganza.
Cuando la biblia dice “no paguéis a nadie mal por mal” no significa que usted no debe exigir sus derechos, usted debe hacerlo por así hace cumplir la ley, y es justo, usted debe exigir lo que le corresponde, pero irse al extremo de desear el mal al prójimo, no es lo correcto, es más en el versículo 18 hay una orden, la cual dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”, esto significa que yo tengo que estar en paz con usted, si usted no quiere estar en paz conmigo ya es problema suyo; y luego en el versículo 19 se añade otra orden la cual dice: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
Cuando alguien te ha dañado es natural esa reacción de querer pagar con el doble de daño, y en su corazón entra el deseo venganza; con todo respeto a las hermanas, pero si en algún momento yo he visto un deseo vivo de venganza, lo he visto en una mujer a quien le han dañado su orgullo, reaccionan como una leona a quien le han robado sus cachorros, en todos niveles, en noviazgos o matrimonios, luego viene el arrepentimiento y muchas se sorprenden de lo que fueron capaces de hacer. Respetar lo que dice el versículo 19 es difícil, ¿Cómo decir: que sea Dios quien pague?” cuando tienes el corazón herido, traicionado y mentido.
Luego el versículo 20 indica: “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” El Señor Jesús habló mucho acerca de la venganza y esto as algo de lo más difícil de aceptar porque el deseo de venganza surge de una frustración, porque queremos que la otra persona pague por lo que nos hizo; muchas personas han matado cuando se alimenta el deseo de venganza en el corazón, estas personas van a parar la cárcel y no les importa.
Regresando al texto base, 1 Samuel 24:16 dice: “Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró,”; esto me recuerda a que a mí me cuesta creerles a las personas que son demasiado emocionales y lloronas; vemos el caso de Saúl, quien llegó con tres mil hombres con la intención de matarlo, y cuando escucha la voz de David se echó a llorar.
Ahora, veamos esto bíblicamente, el problema de una persona emocional es que decide con sus emociones y no con la razón, su estado de ánimo y sus decisiones dependen incluso de cómo está el día, y de cómo se sienten emocionalmente, viven sus vidas en base a sus emociones, por momentos se sienten contentos y al rato están molestos, un momento te dicen que te aman entrañablemente y al llegar la noche te están sacando del cuarto y de la cama, te están sacando en cara las cosas malas que has hecho en los últimos 20 años y te dicen que te odian.
En el versículo 17-18 el hombre como que llega un momento de cordura y dice: “y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal. 18 Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano.” En el capítulo 26:1-2, vemos cómo esto fue falso y Saul lo volvió a traicionar: Vinieron los zifeos a Saúl en Gabaa, diciendo: ¿No está David escondido en el collado de Haquila, al oriente del desierto? 2 Saúl entonces se levantó y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.” ¿Que pasó aquellas lagrimitas que echó Saúl? Y es que así funcionan estas personas emocionales, no razonan, obran en base a cómo se sienten, así hablan, así dañan y así ofenden.
Continuando en 1 Samuel 24:19 “Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.” Aquí sigue hablando Saul, diciendo que David era bueno, pudiéndolo matar no lo hizo; David era quien tocaba el arpa para el rey y este se tranquilizaba, pero cuando se le metía el diablo le tiraba una lanza para enclavarlo a la pared; yo creo que David tenía que haberse aprendido las canciones de memoria, ¿Quién va a andar leyendo una partitura teniendo a un loco en frente? Al solo agachar la cabeza para leer le podía tirar la lanza encima.
El versículo 20 dice: “Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,” este versículo refleja los desvaríos de una persona que ha perdido el discernimiento espiritual, la pregunta clave es ¿sabia Saul lo que estaba haciendo? Claro que sí, ¿Quién pone y quita reyes? Es Jehová; acá Saul esta descubriendo su corazón, es tan tremendo Saul porque hace jurar a David y así se aprovecha de él, no podemos negar que hay gente noble en este mundo, pero la nobleza está muy cerca de la torpeza, me recuerda a la expresión que dice “a esta persona le das la mano y te agarra el codo” y hay otro dicho que dice “esta persona a la bondad le llama tontera” y es porque hay muchas personas que son buena gente, pero se aprovechan de ellos, les dan libertades pero toman más, por ejemplo la madre que se compromete a cuidar a sus nietos por dos horas, pero la hija vuelve hasta el siguiente día.
Así mismo, hay que tener mucho en no caer en este error, David ya conoce el historial de Saul y son tantos años de andar huyendo, y aun así le pide que jure por Jehová, estas personas son vivas y pícaros, Saul estaba anticipándose a las consecuencias que vendrían, dado que en el versículo 21 dice: “júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre”, esto es lo que se hacía con los reyes malos, lo que quería decir es que si Saul no lograba matar a David, por lo menos que David no lo matara a él.
Luego, en el versículo 22 dice: “Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.” En el juramento de David se podía confiar, pero hay personas como Saul en las que no se puede confiar; ya pasaron aquellos dorados tiempos donde con una palabra se hacían acuerdos, se llamaba “palabra de hombre” y lo que se hablaba se hacía, hoy en cambio hay que buscar tres abogados para poder firmar un papel porque nunca se sabe. Dos capítulos más tarde Saul agarra tres mil hombres y se va en busca de David para matarlo; ¿Cómo se puede confiar en personas así? Durante mi vida he conocido personas así, con el trato que te dan estas personas te dejan ver quiénes son realmente, y es triste conocer personas así, sin transparencia.
¿Qué dice la palabra del Señor con relación al perdón? Una de las razones por las cuales Dios insta a perdonar no es tanto para liberar a la otra persona, sino para liberarlo a usted, porque toda persona que guarda rencor contra alguien es un esclavo de sus pensamientos y de sus emociones, no puede vivir su vida en plenitud porque hay algo que lo mortifica, y esclaviza, estos pensamientos no lo dejan dormir en paz, piensa en lo que le hicieron, y espera que algún día se las van a pagar. Esto se puede aplicar al divorcio, algunas veces este proceso camina bien y fluido, pero otras veces yo he percibido que uno de los dos, al pasar los años ya ha rehecho su vida, ya se volvió a casar, ya tiene otros hijos con la otra persona, pero la otra persona se quedó encerrada en un mundo lleno de amargura, de malos recuerdos, de tristeza, y a la hora de dar consejos lo hace, así como le fue a él o ella, con desprecio y amargura, mientras que la otra persona vive su vida al máximo. Por eso Dios te dice: “aprende a perdonar” porque si tú no perdonas te quedaras encerrado emocionalmente en una cárcel.
Como último punto, si usted tiene peticiones difíciles delante de Dios, algo por lo cual ruega constantemente, pero tiene algo en contra de su prójimo, agarre un número y siéntese a esperar, porque lo que dice Marcos 11:25 nos dice: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” Lo que Dios nos dice acá es: “si tu no perdonas a tu hermano, yo tampoco te perdono a ti”, porque “de gracia recibiste, de gracia tienes que dar”, una vez un señor me dijo: “si me tengo que ir al infierno, pues me voy sin perdonar”, yo le desee un buen viaje porque tenia que cambiar su actitud, lo más difícil es que era su hermano de sangre, y este era un tema de herencia; yo he visto cosas terribles cuando se deja dinero, los hijos dejan de ser hijos y se vuelven enemigos, porque “principio de todos los males es el amor al dinero”.
La biblia no nos dice en ningún versículo que vivimos en un mundo justo, al contrario, en el mundo hay aflicción, tristeza, hay dolor y lágrimas; hay cosas injustas, muchísima violencia, es algo terrible; esta mañana escuchaba el testimonio de una señora salvadoreña quien vivía en Tulum, Quintana Roo, y a quien le mataron a su hija hace unos tres meses, los vídeos están en internet, y ahí se ve cuando la policía brutalmente atacó está señora; nada le va a devolver a su hija. Vivimos en un mundo difícil, lleno de violencia, donde de la noche para la mañana te arrebatan a quien más amas; y claro, alguien le pregunto a esta señora si ha perdonado el agravio y a quienes hicieron eso con su hija, en el momento se descompuso y contesto: “yo le mentiría si digo que sí, lo que quiero es justicia”.
Con Jesús no fueron justos, El vino a hacer milagros, a darle de comer a la gente, a sanar a los enfermos, a liberar a los cautivos, a dar libertad a los endemoniados, a traer paz, y gozo, a proclamar el año agradable del Señor, y aun así lo golpearon, lo llevaron a una cruz y lo mataron; este es el mundo en el que vivimos, pero bendito sea Dios que El coloca su Santo Espíritu en nuestro corazón, y ese Espíritu produce el fruto que es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y dominio propio; tal vez en el instante que recibimos el agravio podemos sentirnos muy mal y puede surgir ese deseo de venganza dentro de nosotros, pero ahí es donde en realidad tenemos que demostrar que conocemos a Dios como el Señor y Salvador de nuestras vidas; David tuvo a Saúl en sus propias manos, pudo haberse vengado, pudo haberlo tomado en sus manos y hacerlo pagar por todo lo que le había hecho, por quererlo matar tantas veces, por buscado de desierto en desierto, y por llevarlo de cueva en cueva ahora, pero no, la naturaleza de David no cambió, y eso hace que David sea el hombre conforme al corazón de Dios.
Padre, gracias por tu palabra, entendemos en este pasaje maravilloso cómo nuestro carácter es probado, David tuvo la oportunidad en esa cueva de liberar toda esa ira que tenía en contra de Saúl debido a tanto agravio, daño y tanto mal, sin embargo fue en ese momento cuando David demuestra de qué estaba hecho; Señor ayúdanos, Santo Espíritu de Dios, sana nuestras heridas nuestros malos pensamientos, nuestros deseos de venganza; quita de nosotros todo rencor y toda amargura y que podamos decir como tu palabra dice: [yo dejo la venganza al Señor.
Si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo en esta noche no quisiéramos irnos a casa sin darle a usted la oportunidad de tener un encuentro personal con Jesús, pero quisieras hacerlo hoy, te invito a que abras tu corazón a Jesús, repite esta oración: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados, reconozco lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa; en este día, yo te recibo como el Señor y Salvador de mi alma”. Si hiciste esta oración, quiero animarte a crecer en el conocimiento de Dios y de su santa y bendita palabra, Amen.