El profeta Eliseo: ¿Coincidencias o Dios trabajando?
mar 13, 2024 – 7:00PM | 2 Reyes 8:1-6 | Dr. David Rodríguez
El sermón pronto estará disponible para ser descargado en formatos de audio y PDF.
Eliseo había aconsejado a la mujer sunamita, cuyo hijo él había hecho vivir, a que dejara su casa y sus bienes, y se fuera adonde pudiera, pues vendría una gran hambruna, de parte de Jehová, a Israel, por siete largos años. La mujer, confiando en el varón de Dios, partió con los suyos a la tierra de los filisteos.
Sin embargo, al regresarse, después de los 7 años, se encontró con que había perdido su casa y sus tierras.
De manera osada esta mujer fue ante el rey a implorar que intercediera para que lo suyo le fuera devuelto.
Ella y su esposo eran personas generosas y temerosas de Dios que habían ayudado siempre al profeta Eliseo y, Jehová, a través de Eliseo, también los había ayudado a ellos, haciéndoles grandes milagros.
El rey seguramente había oído sobre todos estos milagros y, teniendo harta curiosidad, por conocer la historia privada del profeta de primera mano, buscó al siervo de Eliseo, y lo cuestionó sobre tan increíbles cosas.
Giezi, el siervo de Eliseo, estaba contándole al rey sobre los milagros asociados con la Sunamita, cuando la mujer entró a hacer su petición al rey. Entonces, el rey hizo que se le devolviera todo lo que era suyo, e incluso, todos los frutos de sus tierras desde que ella había dejado el país.
Este fue un tiempo perfectamente designado e hilvanado por Dios.
TRANSCRIPCIÓN
TEXTO DE LA TRANSCRIPCIÓN DEL SERMÓN VA EN ESTA ÁREA
El profeta Eliseo: ¿Coincidencias o Dios trabajando?
marzo 13, 2024 – 7:00PM | 2 Reyes 8:1-6
Dr. David Rodríguez
Etiquetas: 2 reyes, marzo 2024, pastor david rodriguez
El sermón pronto estará disponible para ser descargado en formatos de audio y PDF.
Eliseo había aconsejado a la mujer sunamita, cuyo hijo él había hecho vivir, a que dejara su casa y sus bienes, y se fuera adonde pudiera, pues vendría una gran hambruna, de parte de Jehová, a Israel, por siete largos años. La mujer, confiando en el varón de Dios, partió con los suyos a la tierra de los filisteos.
Sin embargo, al regresarse, después de los 7 años, se encontró con que había perdido su casa y sus tierras.
De manera osada esta mujer fue ante el rey a implorar que intercediera para que lo suyo le fuera devuelto.
Ella y su esposo eran personas generosas y temerosas de Dios que habían ayudado siempre al profeta Eliseo y, Jehová, a través de Eliseo, también los había ayudado a ellos, haciéndoles grandes milagros.
El rey seguramente había oído sobre todos estos milagros y, teniendo harta curiosidad, por conocer la historia privada del profeta de primera mano, buscó al siervo de Eliseo, y lo cuestionó sobre tan increíbles cosas.
Giezi, el siervo de Eliseo, estaba contándole al rey sobre los milagros asociados con la Sunamita, cuando la mujer entró a hacer su petición al rey. Entonces, el rey hizo que se le devolviera todo lo que era suyo, e incluso, todos los frutos de sus tierras desde que ella había dejado el país.
Este fue un tiempo perfectamente designado e hilvanado por Dios.
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