El Rey David y Mefiboset
Noviembre 3, 2021 – 7:00PM | 2 Samuel 8 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en 2do Samuel, capítulo 9. El estudio de esta noche es un estudio bien interesante. Es una de las historias en realidad que, llamó más mi atención cuando yo estaba creciendo en la vida cristiana, en la fe. En esta noche quiero hablar acerca de “David y Mefi- boset.”
En 2do Samuel 8:15 (RV-60): Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.
Vamos a leer el capítulo 9, versículos del 1 al 13. Leo para usted.
2 Samuel 9: 1-13 (RV-60): Dijo David: 1¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? 2Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. 3El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. 4Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba le respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. 5Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. 6Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre, y tú comerás siempre a mi mesa. 8Y él inclinándose dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. 10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. 12 Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. 13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
¡Qué Dios bendiga la lectura de esta maravillosa palabra!
El pasaje, de la Biblia, que hemos leído nos muestra con bastante claridad unas cualidades de David, que nos revelan las razones de ¿por qué David era un hombre conforme al corazón de Dios? Mis queridos y amados hermanos, al final del día, la expectativa de Dios es que tengamos un corazón como el de Él. La Biblia no nos pide, sino nos manda a crecer en nuestra fe, a crecer en el conocimiento hasta que todos lleguemos a la estatura de la fe, de nuestro Señor Jesucristo.
Comencemos por saber, ¿quién era Mefi-boset?
2 Samuel 4:4 (RV-60) Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
Mefi-boset era, nieto del rey Saúl, hijo de Jonatán; paralítico, lisiado de los pies, una persona imposibilitada. Con la noticia de que murió su abuelo, el rey de Israel, y juntamente con el rey muere también su papá Jonatán; entonces la muchacha lo agarra y sale corriendo para protegerlo.
Le explico algo: Mefi-boset era línea directa para el reino de Israel en aquel entonces. Esto quiere decir que, el cuidado que tenían del niño era un cuidado extremo, porque el niño un día iba a llegar a ser rey de Israel. Cuando, la muchacha que lo cuida, le llega la noticia que mataron al abuelo, que mataron al papá, entonces la mujer dice: el siguiente al trono es Mefi-boset, seguro vienen por él. Entonces la mujer, apresuradamente, agarro al niño y salió corriendo. Es ahí donde se le sale de los brazos y queda imposibilitado.
¿Dónde vivía Mefi-boset? Mefi-boset vivía en la casa de un hombre que se llamaba Maquir, hijo de Amiel, en un lugar llamado Lodebar. ¿Por qué son importantes esas cosas? Lo más seguro es que Mefi-boset vivía agregado (de arrimado) en la casa de este hombre y; no solamente vivía de arrimado, sino que, vivía escondido en la casa de este hombre. El nombre Lodebar significa: sin pasto, sin ovejas, es decir un lugar donde no se produce nada. Entiendan que Mefi-boset tenía que buscar un lugar donde lo escondieran, donde nadie pudiera imaginar que estuviese allí uno de los descendientes de Saúl.
Cuando yo reflexiono en la vida de Mefi-boset, se me ocurre algo nada más, y es el hecho, de que la vida te puede cambiar en un instante. Yo he visto situaciones, he visto circunstancias, donde la vida te cambia de un momento a otro. Usted habrá escuchado, en otras oportunidades, que alguien dijo: “Si quiere hacer reír a Dios, cuéntele sus planes.” ¿Cuántas veces nosotros tenemos planes de hacer esto, de hacer aquí, de hacer allá; y una noticia nos cambia la vida? Hemos escuchado de hombres muy ricos, que un día están disfrutando sus riquezas; y al siguiente día, están en una corte. Y el siguiente día, van de camino a una cárcel a pasar largos años. Porque hay situaciones en la vida, donde la gente piensa que esas cosas malas le puede pasar a cualquier otro, menos a mí. Le puede pasar, a cualquier persona menos a mí. La vida te da vuelta de un momento a otro.
Mefi-boset era un príncipe. Era hijo de Jonatán, el heredero al trono de Israel. Pensemos por un momento cuando Saúl era el rey de Israel, sentados a la mesa. Piense por un instante en eso, en la mesa real. Yo supongo, que en esa mesa real estaba el rey Saúl, estaba su hijo Jonatán y estaba es el niño, también sentado ahí a la mesa, llamado Mefi-boset. Ese niño había nacido en una cuna de oro, había gateado por los corredores del palacio real, porque él era el nietecito del rey. Saúl cometió muchos errores, y fue un error haber ido a una batalla, y llevarse a su hijo Jonatán. Aún los presidentes de las naciones nunca viajan en un solo avión. Si van a viajar a una reunión, en cualquier otra parte, el presidente va en un avión y el vicepresidente en otro. Precisamente, para evitar una situación como esta, que muera el presidente y el vicepresidente el mismo día. Y eso fue lo que pasó acá.
Entonces a Mefi-boset lo cuidaban como el futuro rey de Israel. Entonces uno dice: ¿cómo es posible que después de estar gateando por los pasillos del palacio del rey, ahora estás escondido en un lugar donde no crece ni la hierba? Estar arrimado, con miedo, pensando que en cualquier momento te van a tocar la puerta para que seas el siguiente.
Mefi-boset sabía que, lastimosamente, su abuelo había querido matar a David en muchas oportunidades. Mefi-boset sabía que lo primero que hacen los reyes cuando llegan al trono, es preguntar si hay familiares del rey anterior que puedan poner en peligro su reinado.
En esta situación vemos otra cosa de David. David fue un rey que cumplió sus promesas. En un encuentro que tienen David y Jonatán, su gran amigo, llegan a este arreglo, hacen un pacto.
1 Samuel 20: 14 (Rv-60): 14Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, 15 y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David.
¿Sabe qué, esto fue una promesa? Yo me pregunto: ¿cuántas promesas hemos quebrantado? ¿Cuántas cosas le prometimos a alguien, que no las hemos cumplido, a lo largo de nuestra vida?
Aquí tenemos a David que, primero estabilizó su reino y tenía control de todos sus enemigos. Y después de haber reflexionado durante toda la noche, en muchas cosas, y comenzamos a recordar personas, situaciones. Yo supongo que David en ese momento, seguro recordó todas las vicisitudes por las cuales atravesó, recordó la promesa que le hizo a su gran amigo Jonatán. Me imagino, que, al llegar la mañana, el rey David tuvo que preguntar: ¿Hay alguien de la casa de Saúl a quien yo haga misericordia? ¿Alguien de la familia de Saúl, de la familia de Jonatán?
David puso no corresponder a su promesa y haberse olvidado de ella. Hay personas así hermanos, personas que prometen cosas y nunca cumplen las cosas que prometen.
Esta porción nos presenta a un hombre que cumple lo que promete. ¿Por qué se parece a Dios? 1 Reyes 8: 56 (RV-60) Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. ¡Qué lindo Dios! Él es un Dios que cumple lo que promete. ¡Bendito sea Dios! Es que las promesas que Dios nos ha hecho, un día se van a cumplir, un día se van a cumplir. Porque Dios lo que promete, lo cumple.
David era un rey sin deseo de venganza de sus enemigos. El deseo de venganza, cuando nos han dañado, cuando nos han herido, está ahí en el corazón. ¡Esto es terrible! La pregunta que hacían los reyes cuando llegaban al trono, era, saber si había quedado algún familiar del rey anterior; ¿sabe para qué? Para matarlo. Nadie quería poner en riesgo su reinado, los buscan y los matan. Y la pregunta de David fue: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? No había deseo de venganza.
¿Cómo se siente usted cuando le han ocasionado un daño? Yo conozco personas malas, hay gente mala en el mundo, personas que ha destruido la vida de otras personas. Vivimos en un mundo malo, donde el príncipe de este mundo es Satanás el diablo. Nosotros no somos pecadores porque pecamos, somos pecadores porque nacimos pecadores. La maldad está en el corazón del hombre, y Dios es el único que puede aplacar todo ese tipo de maldad en el corazón del individuo. Vivimos en un mundo malo, y cosas malas pasan. El deseo de venganza es cruel, difícil, y anda buscando la manera de que me las pague el que me la debe.
David pudo haber pensado o pudo haber dicho: ¿Cómo es posible que yo le perdone la vida a esta persona, si a mí me quiso matar su abuelo tantas veces? Pero no, David era un rey sin deseo de venganza de sus enemigos. Tenemos a un rey que muestra gracia, misericordia, bondad. Es que, mi hermano, David es, el hombre conforme al corazón de Dios; un hombre excepcional. Estamos hablando de un hombre que se parecía a Dios.
Déjeme decirles algo: O nos parecemos a Dios, o nos parecemos al diablo, porque cosas intermedias en la fe no hay. Y un creyente lo que tiene que hacer es simple y sencillamente, aceptar la voluntad de Dios. Debemos decir: ¿Sabe qué? No me gusta lo que me pasó, no me gusta la experiencia que tuve, no me gusta lo que ese hombre me hizo, no me gusta lo que esa mujer me hizo, no me gusta lo que esa persona le hizo a mi hijo, no me gusta lo que esa persona le hizo a mi hija, no me gusta; he puesto mi causa delante del Señor. Y liberarnos de todo deseo de venganza. Hay que tener el corazón de Dios para poder hacer eso.
Yo les he contado a ustedes una experiencia que fue muy transformadora en mi vida. Una señora que yo conocí allá en El Salvador hace muchos años, yo pienso que ya la hermana debe estar en la presencia del Señor. La hermana de esta señora, vino desde los Estados Unidos (Nueva york) a visitarla a El Salvador. Mientras estuvo unos días en casa de su hermana, se involucró sexualmente con el esposo de su hermana, con su propio cuñado y salió embarazada. Esta señora que vino para El Salvador, había dejado en su país (EEUU) a su esposo. Ahí, hermanos, se armó tremendo problema. Pero esta señora cristiana, la de El Salvador, hizo todo lo posible para salvar la criatura. Llamó a su cuñado a Nueva York y le dijo que su hermana había enfermado y tenía que estar unos meses en El Salvador. Con esto ella quería dar tiempo a que tuviera el bebé, porque ella se quedaría a criarlo como su hijo, como si ella fuera su madre. Y miren hermanos ella crió a ese muchacho, que sabía que no era su hijo, que era su sobrino. Ese niño le cambió la vida a esta hermana, le cambió la vida por completo.
Usted dirá: “Pastor yo no…” Es que, o nos parecemos a Dios o nos parecemos al diablo. Y yo se lo he dicho, en el evangelio, Dios nunca te pide una cosa sencilla. Dios te pide sólo aquellas cosas que duelen hermano.
2 Samuel 9: 6 (RV-60): Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Imagínate que estaba en Lodebar, que era un lugar donde no crece absolutamente nada, estaba de arrimado y escondido. Y de repente, en esa ciudad, en ese pueblo que yo pienso nunca pasaba nada; cuando se escucha el ruido del carruaje. Yo me imagino que el pueblo completo se tuvo que haber asustado: ¿y qué es eso? Alguien que haya gritado: – “Son los soldados del rey David”.
2 Samuel 9: 7 (RV-60): 7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y tú comerás siempre a mi mesa. Un sermón completo podría hacer yo de eso. ¡Imagínense la escena! El rey David y en frente Mefi-boset, quien se había postrado delante de él, quien había hecho reverencia. Yo supongo que David pudo percibir el miedo de este joven, puedo percibir el temor de un muchacho que piensa que está a unos minutos de morir. ¿Quién sabe que le dijeron los que lo trajeron delante del rey? Sino por qué David le dice: No tengas miedo Esta palabra, Misericordia, hace a David parecerse a Dios. Por amor de Jonatán tu padre, eso es Gracia, porque Mefi-boset no había hecho nada para ganar semejante privilegio. Es más, escuche esto: David no le perdonó la vida por amor a él (Mefi-boset), se la perdonó por amor a Jonatán su papá. Misericordia, porque Mefi-boset debía morir y David le perdonó la vida. Bien dice la palabra del Señor que: nosotros seríamos consumidos si no fuera por la misericordia de Dios. Bondad, le regresó todo lo que era de su abuelo. Honor, exaltación, a partir de este día comerás a la mesa del rey. ¿Qué significa esto? Relación cercana con el rey.
En 1 Samuel 2:8 hablando Dios, dice: El levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. Y este ha sido el caso de muchos de nosotros hermanos. Muchas personas cuando llegamos a Canadá llegamos con una mano adelante y otra atrás. Con un mundo desconocido frente a nosotros. Con incertidumbres, sin saber ¿qué va a pasar con nosotros? Dejamos nuestro país, dejamos nuestros familiares, nuestras costumbres, nuestra cultura, dejamos todo. Algunos dejaron hijos, dejaron una esposa, con un sueño, con una promesa; y venimos a un lugar como éste. Un lugar donde, déjame decirle: si usted se agarra fuertemente de la mano del Dios todopoderoso, del Dios de la gloria, que no te quepa duda que Dios te va a llevar de triunfo en triunfo. Y cuando Dios te bendiga, cuando Dios te prospere, y cuando Dios haga de ti misericordia y sea un Dios bondadoso, y te exalte y te del honor de sentarse a la mesa del rey; nunca se te olvide que Dios es digno de alabanza y de adoración.
1 Samuel 2:8 (NVI) Y levanta al pobre del polvo, y al necesitado del basurero. Los pone entre los príncipes y los coloca en los asientos de honor. Pues toda la tierra pertenece al SEÑOR, y él puso en orden el mundo.
La vida te transforma y eso es algo, bien delicado hermano. No debemos de permitirle a las circunstancias de la vida, si pasaron eventos en nuestra vida que nos marcaron, eso no nos define, nunca. Un evento en nuestra vida, no nos define jamás.
A Mefi-boset, le fue tan mal al pobre hombre, que se transformó por completo.
2 Samuel 9:8 (RV-60): 8Y él inclinándose dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.
Amados míos, Mefi-boset era un príncipe, y ahora ¿qué se considera Mefi-boset? Un perro muerto. Estaba paralítico, escondido, viviendo de arrimado; y con el temor de que, en cualquier momento llegaran a tocar su puerta para matarlo. Todas estas cosas llevaron a Mefi-boset a creer que era un perro muerto.
Eso define a mucha gente. Es por eso que hoy en día encontramos personas que están deprimidas, encontramos personas que ven la vida de una manera oscura, de una manera negativa, negra. Que todo está en contra de ellos, que no pueden prosperar, que no pueden salir adelante, porque eso que les pasó los mató interiormente. De ninguna manera hermanos. Somos real sacerdocio, somos un pueblo santo, pueblo redimido por la sangre preciosa de Cristo Jesús. Si a usted le fue mal en la vida, si su marido terminó dejándola en última instancia, y usted ha tenido que batallar; recuerda: Dios sigue sentado en su trono, Él sigue siendo nuestro Padre, y nosotros seguimos siendo sus hijos.
Cuando las personas creen que el mundo se terminó, que quieren tirar la toalla o creen que nunca serán felices; esos son los momentos que te dan ganas de abrazar a alguien, de decirle de lo que se está perdiendo por no tener a Cristo en el corazón. Porque cuando Dios viene a tu vida te transforma. Cuando Dios viene a tu vida te cambia, y te cambia tu pensamiento. A usted le puede pasar una desgracia, usted puede pasar por un desliz, pero bendito sea el nombre del Señor, porque la mano de Dios está lista para ayudarlo, para levantarlo.
2 Samuel 9:8 (RV-60): 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. 10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. 12 Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. 13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies. Imagínate esto, mira aquí hay algo escondido; y es que, ese era el corazón de David. Porque David no dijo: ¿y qué está haciendo Siba aquí, si Siba era siervo del rey anterior? Siba había conocido a Saúl, porque fue siervo de Saúl, y tenía mucho conocimiento de Mefi-boset, a tal grado que fue quien pudo localizar a Mefi-boset. David de cierta manera, ya que Siba fue siervo de Saúl (abuelo de Mefi-boset) le dijo: A partir de hoy, te vas a encargar de tu señor, refiriéndose a Mefi-boset, y hasta en ese detalle tuvo cuidado. Hay que hay que tener el corazón de Dios para poder hacer algo así.
¡Qué privilegio, para Mefi-boset comer a la mesa del rey! Hay mucho de comparar aquí con lo que Dios ha hecho con nosotros.
Yo estaba reflexionando en estos días y dije, cada culto que tenemos en la iglesia que las personas se pierden, se pierden dos cosas. Se pierden una cita con Dios y se pierden un banquete. Se pierde una cita, porque la presencia de Dios está aquí en medio de su pueblo.
2 Samuel 9: 11 (RV-60) 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y yo puedo imaginarme esa mesa con David, el rey, sentado a un lado. Salomón, su hijo, sentado a un lado. Los hijos de David, venir a sentarse a la mesa. Y luego un espacio para una nueva persona. Y los hijos preguntar, ¿quién es? Y el rey decir: Este es Mefi-boset, el hijo de Jonatán mi amigo, que a partir de este día comerá a la mesa con nosotros. Hermano, es que hay que tener el corazón de Dios. ¡Hay que tener el corazón de Dios!
Hay dos cualidades de David que son bien importantes.
Hace unos capítulos leímos que David se hizo una pregunta. Llámeme al profeta, llegó el profeta y David hizo la pregunta: ¿qué puedo hacer por Dios? Yo tengo mi casa, pero Dios no tiene casa todavía. ¿Qué puedo hacer por Dios? A tal grado, que ustedes deben de recordar que estudiamos que Dios dijo nadie me había ofrecido a mí una casa.
La segunda pregunta que hizo David: ¿Qué puedo hacer por otra persona?
Esas dos preguntas hacen que David tenga un corazón semejante al corazón de Dios.
Oremos y demos gracias al Señor:
Padre, ¡Qué historia más maravillosa! ¡Qué historia Señor! Que derrama dulzura, que derrama miel, que derrama misericordia, bondad. Gracias Señor por el corazón de David. A medida que avanzamos en estos estudios, vamos descubriendo ¿por qué un hombre, un guerrero, tenía un corazón conforme al tuyo? Te damos gracias Padre bendito, porque tu Espíritu Santo cambia corazones de piedra y los convierte en corazones de carne. Gracias Señor, porque tu Santo Espíritu transforma vidas. Gracias Padre, porque las situaciones y circunstancias que hemos pasado en la vida no nos definen, no nos hacen pensar que somos un perro muerto; sino, que somos hijos del Gran Rey. Que somos perdonados con tu sangre, redimidos con tu sangre, salvos por tu sacrificio en la cruz, y con humildad Padre, podemos levantar el rostro para gloria de tu nombre. Gracias por esta historia maravillosa que nos habla de cuánto necesitamos cambiar nuestro corazón y que nos ayuda pensar ¿qué podemos hacer para Dios? ¿Y qué podemos hacer a beneficio de nuestros semejantes?
Mientras todos oramos, no quisiéramos irnos a casa sin antes darle a usted la oportunidad de tener un encuentro personal con Jesús. Si hay alguna persona en la iglesia esta noche que nunca antes haya recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo hoy, la invitación es para usted. Abra el corazón a Jesús y recíbalo como el Señor y el Salvador de su vida. ¿Hay alguna persona dice: Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle a Dios mi corazón? Póngase de pie, levante su mano. Usted que nos mira por las redes sociales, usted también puede recibir a Cristo en su alma, en su corazón, dígale: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. En este día te recibo como mi único y suficiente salvador personal.” Padre querido, bendice las personas que han tomado decisiones de comenzar una vida nueva. Llénalos de tu Santo Espíritu, y a nosotros bendícenos hasta la próxima vez que volvamos a reunirnos como un solo cuerpo para seguir adorando tu nombre, que es santo por la eternidad. En el nombre de Jesús amén y amén.
¡Amados míos que la paz de Cristo les acompañe! ¡Que Dios me los bendiga!
El Rey David y Mefiboset
Noviembre 3, 2021 – 7:00PM | 2 Samuel 8 | Dr. David Rodríguez
Etiquetas: 2 samuel, noviembre 2021, pastor david rodriguez, transcripcion, vida del rey david
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en 2do Samuel, capítulo 9. El estudio de esta noche es un estudio bien interesante. Es una de las historias en realidad que, llamó más mi atención cuando yo estaba creciendo en la vida cristiana, en la fe. En esta noche quiero hablar acerca de “David y Mefi- boset.”
En 2do Samuel 8:15 (RV-60): Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.
Vamos a leer el capítulo 9, versículos del 1 al 13. Leo para usted.
2 Samuel 9: 1-13 (RV-60): Dijo David: 1¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? 2Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. 3El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. 4Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba le respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. 5Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. 6Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre, y tú comerás siempre a mi mesa. 8Y él inclinándose dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. 10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. 12 Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. 13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
¡Qué Dios bendiga la lectura de esta maravillosa palabra!
El pasaje, de la Biblia, que hemos leído nos muestra con bastante claridad unas cualidades de David, que nos revelan las razones de ¿por qué David era un hombre conforme al corazón de Dios? Mis queridos y amados hermanos, al final del día, la expectativa de Dios es que tengamos un corazón como el de Él. La Biblia no nos pide, sino nos manda a crecer en nuestra fe, a crecer en el conocimiento hasta que todos lleguemos a la estatura de la fe, de nuestro Señor Jesucristo.
Comencemos por saber, ¿quién era Mefi-boset?
2 Samuel 4:4 (RV-60) Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
Mefi-boset era, nieto del rey Saúl, hijo de Jonatán; paralítico, lisiado de los pies, una persona imposibilitada. Con la noticia de que murió su abuelo, el rey de Israel, y juntamente con el rey muere también su papá Jonatán; entonces la muchacha lo agarra y sale corriendo para protegerlo.
Le explico algo: Mefi-boset era línea directa para el reino de Israel en aquel entonces. Esto quiere decir que, el cuidado que tenían del niño era un cuidado extremo, porque el niño un día iba a llegar a ser rey de Israel. Cuando, la muchacha que lo cuida, le llega la noticia que mataron al abuelo, que mataron al papá, entonces la mujer dice: el siguiente al trono es Mefi-boset, seguro vienen por él. Entonces la mujer, apresuradamente, agarro al niño y salió corriendo. Es ahí donde se le sale de los brazos y queda imposibilitado.
¿Dónde vivía Mefi-boset? Mefi-boset vivía en la casa de un hombre que se llamaba Maquir, hijo de Amiel, en un lugar llamado Lodebar. ¿Por qué son importantes esas cosas? Lo más seguro es que Mefi-boset vivía agregado (de arrimado) en la casa de este hombre y; no solamente vivía de arrimado, sino que, vivía escondido en la casa de este hombre. El nombre Lodebar significa: sin pasto, sin ovejas, es decir un lugar donde no se produce nada. Entiendan que Mefi-boset tenía que buscar un lugar donde lo escondieran, donde nadie pudiera imaginar que estuviese allí uno de los descendientes de Saúl.
Cuando yo reflexiono en la vida de Mefi-boset, se me ocurre algo nada más, y es el hecho, de que la vida te puede cambiar en un instante. Yo he visto situaciones, he visto circunstancias, donde la vida te cambia de un momento a otro. Usted habrá escuchado, en otras oportunidades, que alguien dijo: “Si quiere hacer reír a Dios, cuéntele sus planes.” ¿Cuántas veces nosotros tenemos planes de hacer esto, de hacer aquí, de hacer allá; y una noticia nos cambia la vida? Hemos escuchado de hombres muy ricos, que un día están disfrutando sus riquezas; y al siguiente día, están en una corte. Y el siguiente día, van de camino a una cárcel a pasar largos años. Porque hay situaciones en la vida, donde la gente piensa que esas cosas malas le puede pasar a cualquier otro, menos a mí. Le puede pasar, a cualquier persona menos a mí. La vida te da vuelta de un momento a otro.
Mefi-boset era un príncipe. Era hijo de Jonatán, el heredero al trono de Israel. Pensemos por un momento cuando Saúl era el rey de Israel, sentados a la mesa. Piense por un instante en eso, en la mesa real. Yo supongo, que en esa mesa real estaba el rey Saúl, estaba su hijo Jonatán y estaba es el niño, también sentado ahí a la mesa, llamado Mefi-boset. Ese niño había nacido en una cuna de oro, había gateado por los corredores del palacio real, porque él era el nietecito del rey. Saúl cometió muchos errores, y fue un error haber ido a una batalla, y llevarse a su hijo Jonatán. Aún los presidentes de las naciones nunca viajan en un solo avión. Si van a viajar a una reunión, en cualquier otra parte, el presidente va en un avión y el vicepresidente en otro. Precisamente, para evitar una situación como esta, que muera el presidente y el vicepresidente el mismo día. Y eso fue lo que pasó acá.
Entonces a Mefi-boset lo cuidaban como el futuro rey de Israel. Entonces uno dice: ¿cómo es posible que después de estar gateando por los pasillos del palacio del rey, ahora estás escondido en un lugar donde no crece ni la hierba? Estar arrimado, con miedo, pensando que en cualquier momento te van a tocar la puerta para que seas el siguiente.
Mefi-boset sabía que, lastimosamente, su abuelo había querido matar a David en muchas oportunidades. Mefi-boset sabía que lo primero que hacen los reyes cuando llegan al trono, es preguntar si hay familiares del rey anterior que puedan poner en peligro su reinado.
En esta situación vemos otra cosa de David. David fue un rey que cumplió sus promesas. En un encuentro que tienen David y Jonatán, su gran amigo, llegan a este arreglo, hacen un pacto.
1 Samuel 20: 14 (Rv-60): 14Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, 15 y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David.
¿Sabe qué, esto fue una promesa? Yo me pregunto: ¿cuántas promesas hemos quebrantado? ¿Cuántas cosas le prometimos a alguien, que no las hemos cumplido, a lo largo de nuestra vida?
Aquí tenemos a David que, primero estabilizó su reino y tenía control de todos sus enemigos. Y después de haber reflexionado durante toda la noche, en muchas cosas, y comenzamos a recordar personas, situaciones. Yo supongo que David en ese momento, seguro recordó todas las vicisitudes por las cuales atravesó, recordó la promesa que le hizo a su gran amigo Jonatán. Me imagino, que, al llegar la mañana, el rey David tuvo que preguntar: ¿Hay alguien de la casa de Saúl a quien yo haga misericordia? ¿Alguien de la familia de Saúl, de la familia de Jonatán?
David puso no corresponder a su promesa y haberse olvidado de ella. Hay personas así hermanos, personas que prometen cosas y nunca cumplen las cosas que prometen.
Esta porción nos presenta a un hombre que cumple lo que promete. ¿Por qué se parece a Dios? 1 Reyes 8: 56 (RV-60) Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. ¡Qué lindo Dios! Él es un Dios que cumple lo que promete. ¡Bendito sea Dios! Es que las promesas que Dios nos ha hecho, un día se van a cumplir, un día se van a cumplir. Porque Dios lo que promete, lo cumple.
David era un rey sin deseo de venganza de sus enemigos. El deseo de venganza, cuando nos han dañado, cuando nos han herido, está ahí en el corazón. ¡Esto es terrible! La pregunta que hacían los reyes cuando llegaban al trono, era, saber si había quedado algún familiar del rey anterior; ¿sabe para qué? Para matarlo. Nadie quería poner en riesgo su reinado, los buscan y los matan. Y la pregunta de David fue: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? No había deseo de venganza.
¿Cómo se siente usted cuando le han ocasionado un daño? Yo conozco personas malas, hay gente mala en el mundo, personas que ha destruido la vida de otras personas. Vivimos en un mundo malo, donde el príncipe de este mundo es Satanás el diablo. Nosotros no somos pecadores porque pecamos, somos pecadores porque nacimos pecadores. La maldad está en el corazón del hombre, y Dios es el único que puede aplacar todo ese tipo de maldad en el corazón del individuo. Vivimos en un mundo malo, y cosas malas pasan. El deseo de venganza es cruel, difícil, y anda buscando la manera de que me las pague el que me la debe.
David pudo haber pensado o pudo haber dicho: ¿Cómo es posible que yo le perdone la vida a esta persona, si a mí me quiso matar su abuelo tantas veces? Pero no, David era un rey sin deseo de venganza de sus enemigos. Tenemos a un rey que muestra gracia, misericordia, bondad. Es que, mi hermano, David es, el hombre conforme al corazón de Dios; un hombre excepcional. Estamos hablando de un hombre que se parecía a Dios.
Déjeme decirles algo: O nos parecemos a Dios, o nos parecemos al diablo, porque cosas intermedias en la fe no hay. Y un creyente lo que tiene que hacer es simple y sencillamente, aceptar la voluntad de Dios. Debemos decir: ¿Sabe qué? No me gusta lo que me pasó, no me gusta la experiencia que tuve, no me gusta lo que ese hombre me hizo, no me gusta lo que esa mujer me hizo, no me gusta lo que esa persona le hizo a mi hijo, no me gusta lo que esa persona le hizo a mi hija, no me gusta; he puesto mi causa delante del Señor. Y liberarnos de todo deseo de venganza. Hay que tener el corazón de Dios para poder hacer eso.
Yo les he contado a ustedes una experiencia que fue muy transformadora en mi vida. Una señora que yo conocí allá en El Salvador hace muchos años, yo pienso que ya la hermana debe estar en la presencia del Señor. La hermana de esta señora, vino desde los Estados Unidos (Nueva york) a visitarla a El Salvador. Mientras estuvo unos días en casa de su hermana, se involucró sexualmente con el esposo de su hermana, con su propio cuñado y salió embarazada. Esta señora que vino para El Salvador, había dejado en su país (EEUU) a su esposo. Ahí, hermanos, se armó tremendo problema. Pero esta señora cristiana, la de El Salvador, hizo todo lo posible para salvar la criatura. Llamó a su cuñado a Nueva York y le dijo que su hermana había enfermado y tenía que estar unos meses en El Salvador. Con esto ella quería dar tiempo a que tuviera el bebé, porque ella se quedaría a criarlo como su hijo, como si ella fuera su madre. Y miren hermanos ella crió a ese muchacho, que sabía que no era su hijo, que era su sobrino. Ese niño le cambió la vida a esta hermana, le cambió la vida por completo.
Usted dirá: “Pastor yo no…” Es que, o nos parecemos a Dios o nos parecemos al diablo. Y yo se lo he dicho, en el evangelio, Dios nunca te pide una cosa sencilla. Dios te pide sólo aquellas cosas que duelen hermano.
2 Samuel 9: 6 (RV-60): Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Imagínate que estaba en Lodebar, que era un lugar donde no crece absolutamente nada, estaba de arrimado y escondido. Y de repente, en esa ciudad, en ese pueblo que yo pienso nunca pasaba nada; cuando se escucha el ruido del carruaje. Yo me imagino que el pueblo completo se tuvo que haber asustado: ¿y qué es eso? Alguien que haya gritado: – “Son los soldados del rey David”.
2 Samuel 9: 7 (RV-60): 7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y tú comerás siempre a mi mesa. Un sermón completo podría hacer yo de eso. ¡Imagínense la escena! El rey David y en frente Mefi-boset, quien se había postrado delante de él, quien había hecho reverencia. Yo supongo que David pudo percibir el miedo de este joven, puedo percibir el temor de un muchacho que piensa que está a unos minutos de morir. ¿Quién sabe que le dijeron los que lo trajeron delante del rey? Sino por qué David le dice: No tengas miedo Esta palabra, Misericordia, hace a David parecerse a Dios. Por amor de Jonatán tu padre, eso es Gracia, porque Mefi-boset no había hecho nada para ganar semejante privilegio. Es más, escuche esto: David no le perdonó la vida por amor a él (Mefi-boset), se la perdonó por amor a Jonatán su papá. Misericordia, porque Mefi-boset debía morir y David le perdonó la vida. Bien dice la palabra del Señor que: nosotros seríamos consumidos si no fuera por la misericordia de Dios. Bondad, le regresó todo lo que era de su abuelo. Honor, exaltación, a partir de este día comerás a la mesa del rey. ¿Qué significa esto? Relación cercana con el rey.
En 1 Samuel 2:8 hablando Dios, dice: El levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. Y este ha sido el caso de muchos de nosotros hermanos. Muchas personas cuando llegamos a Canadá llegamos con una mano adelante y otra atrás. Con un mundo desconocido frente a nosotros. Con incertidumbres, sin saber ¿qué va a pasar con nosotros? Dejamos nuestro país, dejamos nuestros familiares, nuestras costumbres, nuestra cultura, dejamos todo. Algunos dejaron hijos, dejaron una esposa, con un sueño, con una promesa; y venimos a un lugar como éste. Un lugar donde, déjame decirle: si usted se agarra fuertemente de la mano del Dios todopoderoso, del Dios de la gloria, que no te quepa duda que Dios te va a llevar de triunfo en triunfo. Y cuando Dios te bendiga, cuando Dios te prospere, y cuando Dios haga de ti misericordia y sea un Dios bondadoso, y te exalte y te del honor de sentarse a la mesa del rey; nunca se te olvide que Dios es digno de alabanza y de adoración.
1 Samuel 2:8 (NVI) Y levanta al pobre del polvo, y al necesitado del basurero. Los pone entre los príncipes y los coloca en los asientos de honor. Pues toda la tierra pertenece al SEÑOR, y él puso en orden el mundo.
La vida te transforma y eso es algo, bien delicado hermano. No debemos de permitirle a las circunstancias de la vida, si pasaron eventos en nuestra vida que nos marcaron, eso no nos define, nunca. Un evento en nuestra vida, no nos define jamás.
A Mefi-boset, le fue tan mal al pobre hombre, que se transformó por completo.
2 Samuel 9:8 (RV-60): 8Y él inclinándose dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.
Amados míos, Mefi-boset era un príncipe, y ahora ¿qué se considera Mefi-boset? Un perro muerto. Estaba paralítico, escondido, viviendo de arrimado; y con el temor de que, en cualquier momento llegaran a tocar su puerta para matarlo. Todas estas cosas llevaron a Mefi-boset a creer que era un perro muerto.
Eso define a mucha gente. Es por eso que hoy en día encontramos personas que están deprimidas, encontramos personas que ven la vida de una manera oscura, de una manera negativa, negra. Que todo está en contra de ellos, que no pueden prosperar, que no pueden salir adelante, porque eso que les pasó los mató interiormente. De ninguna manera hermanos. Somos real sacerdocio, somos un pueblo santo, pueblo redimido por la sangre preciosa de Cristo Jesús. Si a usted le fue mal en la vida, si su marido terminó dejándola en última instancia, y usted ha tenido que batallar; recuerda: Dios sigue sentado en su trono, Él sigue siendo nuestro Padre, y nosotros seguimos siendo sus hijos.
Cuando las personas creen que el mundo se terminó, que quieren tirar la toalla o creen que nunca serán felices; esos son los momentos que te dan ganas de abrazar a alguien, de decirle de lo que se está perdiendo por no tener a Cristo en el corazón. Porque cuando Dios viene a tu vida te transforma. Cuando Dios viene a tu vida te cambia, y te cambia tu pensamiento. A usted le puede pasar una desgracia, usted puede pasar por un desliz, pero bendito sea el nombre del Señor, porque la mano de Dios está lista para ayudarlo, para levantarlo.
2 Samuel 9:8 (RV-60): 9Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. 10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. 12 Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. 13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies. Imagínate esto, mira aquí hay algo escondido; y es que, ese era el corazón de David. Porque David no dijo: ¿y qué está haciendo Siba aquí, si Siba era siervo del rey anterior? Siba había conocido a Saúl, porque fue siervo de Saúl, y tenía mucho conocimiento de Mefi-boset, a tal grado que fue quien pudo localizar a Mefi-boset. David de cierta manera, ya que Siba fue siervo de Saúl (abuelo de Mefi-boset) le dijo: A partir de hoy, te vas a encargar de tu señor, refiriéndose a Mefi-boset, y hasta en ese detalle tuvo cuidado. Hay que hay que tener el corazón de Dios para poder hacer algo así.
¡Qué privilegio, para Mefi-boset comer a la mesa del rey! Hay mucho de comparar aquí con lo que Dios ha hecho con nosotros.
Yo estaba reflexionando en estos días y dije, cada culto que tenemos en la iglesia que las personas se pierden, se pierden dos cosas. Se pierden una cita con Dios y se pierden un banquete. Se pierde una cita, porque la presencia de Dios está aquí en medio de su pueblo.
2 Samuel 9: 11 (RV-60) 11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y yo puedo imaginarme esa mesa con David, el rey, sentado a un lado. Salomón, su hijo, sentado a un lado. Los hijos de David, venir a sentarse a la mesa. Y luego un espacio para una nueva persona. Y los hijos preguntar, ¿quién es? Y el rey decir: Este es Mefi-boset, el hijo de Jonatán mi amigo, que a partir de este día comerá a la mesa con nosotros. Hermano, es que hay que tener el corazón de Dios. ¡Hay que tener el corazón de Dios!
Hay dos cualidades de David que son bien importantes.
Hace unos capítulos leímos que David se hizo una pregunta. Llámeme al profeta, llegó el profeta y David hizo la pregunta: ¿qué puedo hacer por Dios? Yo tengo mi casa, pero Dios no tiene casa todavía. ¿Qué puedo hacer por Dios? A tal grado, que ustedes deben de recordar que estudiamos que Dios dijo nadie me había ofrecido a mí una casa.
La segunda pregunta que hizo David: ¿Qué puedo hacer por otra persona?
Esas dos preguntas hacen que David tenga un corazón semejante al corazón de Dios.
Oremos y demos gracias al Señor:
Padre, ¡Qué historia más maravillosa! ¡Qué historia Señor! Que derrama dulzura, que derrama miel, que derrama misericordia, bondad. Gracias Señor por el corazón de David. A medida que avanzamos en estos estudios, vamos descubriendo ¿por qué un hombre, un guerrero, tenía un corazón conforme al tuyo? Te damos gracias Padre bendito, porque tu Espíritu Santo cambia corazones de piedra y los convierte en corazones de carne. Gracias Señor, porque tu Santo Espíritu transforma vidas. Gracias Padre, porque las situaciones y circunstancias que hemos pasado en la vida no nos definen, no nos hacen pensar que somos un perro muerto; sino, que somos hijos del Gran Rey. Que somos perdonados con tu sangre, redimidos con tu sangre, salvos por tu sacrificio en la cruz, y con humildad Padre, podemos levantar el rostro para gloria de tu nombre. Gracias por esta historia maravillosa que nos habla de cuánto necesitamos cambiar nuestro corazón y que nos ayuda pensar ¿qué podemos hacer para Dios? ¿Y qué podemos hacer a beneficio de nuestros semejantes?
Mientras todos oramos, no quisiéramos irnos a casa sin antes darle a usted la oportunidad de tener un encuentro personal con Jesús. Si hay alguna persona en la iglesia esta noche que nunca antes haya recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo hoy, la invitación es para usted. Abra el corazón a Jesús y recíbalo como el Señor y el Salvador de su vida. ¿Hay alguna persona dice: Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle a Dios mi corazón? Póngase de pie, levante su mano. Usted que nos mira por las redes sociales, usted también puede recibir a Cristo en su alma, en su corazón, dígale: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. En este día te recibo como mi único y suficiente salvador personal.” Padre querido, bendice las personas que han tomado decisiones de comenzar una vida nueva. Llénalos de tu Santo Espíritu, y a nosotros bendícenos hasta la próxima vez que volvamos a reunirnos como un solo cuerpo para seguir adorando tu nombre, que es santo por la eternidad. En el nombre de Jesús amén y amén.
¡Amados míos que la paz de Cristo les acompañe! ¡Que Dios me los bendiga!