Alegría en Israel
Septiembre 1, 2021 – 7:00PM | 2 Crónicas 12: 26 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Estamos estudiando la vida del rey David. Hemos estudiado 22 episodios, hoy corresponde el estudio 23. En la Biblia hay 62 capítulos que hablan de David y, es difícil meternos en cada uno de los detalles, sucedieron una gran cantidad de situaciones en la vida de este rey, que están vinculadas, que están enraizadas, en otros temas y con otros personajes; que estudiarlos todos nos llevarían casi cien estudios.
Ya entramos al segundo libro de Samuel, estudiaremos todo así no se preocupe. Vamos a hablar más adelante de ¿Por qué David tuvo tantas mujeres? ¿Qué es el pacto Davídico? ¿En qué se parece David con el Señor Jesús? ¿Por qué fue David el hombre conforme al corazón de Dios? También algunos detallitos importantes en la vida de este fascinante personaje de las sagradas escrituras.
En los capítulos estudiados, de Samuel, se nos presenta como David anduvo huyendo de desierto en desierto, de cueva en cueva; porque Saúl lo quería matar. Hablamos también de Abner.
Vamos a colocarnos en el contexto de la situación. Muere Saúl, Israel está dividido en dos partes: el norte que es Israel y el sur que es Judá. David está en Judá. Se muere el rey Saúl y David consulta a Dios para saber ¿qué hacer? Dios le dice que suba a Hebrón. Entronan a David como rey, pero, de la parte del sur de Judá. En el norte Abner (que era el que mandaba) puso, él mismo, a uno de los hijos de Saúl como rey (Is-boset). En los capítulos anteriores nos damos cuenta que David reinó en Judá siete años y medio.
2 Samuel 5: 1-5 (RV-60): 1Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. 2Y aún antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacaba Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. 3Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. Recuerde que esos ancianos vinieron desde Israel (el norte), hasta este versículo David es rey sobre todo Israel (norte y sur). 4Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, en Jerusalén reinó treinta y tres años, sobre todo Israel y Judá.
¡Que dios bendiga esta palabra!
En los capítulos anteriores, nos dimos cuenta que Abner era un tremendo estratega militar (debemos tenerlo en cuenta para estudiar estos pasajes); era el comandante, capitán, el jefe de la guardia del rey Saúl. Cuando muere Saúl, Abner dice: “A quien le corresponde ser rey aquí, no es a David; sino al hijo de Saúl. Entonces Abner pone a Is-boset como rey en el norte, que reinó siete años y medio. Pero un día, Is-boset le reclama a Abner que se estaba metiendo con una de las concubinas del rey Saúl (padre de Is-boset). Con ese reclamo se enoja Abner, y se va para el sur a hacer pacto con David. Y le dice a David: ¿Sabes qué? Yo te puede entregar el reino completo. (Traicionero el Abner, ¿verdad?)
La semana pasada terminamos leyendo que Is-boset (rey del norte) le tenía miedo a Abner que era su capitán. (Esto es un estudio hermano por eso yo he ido despacio, porque me interesa que usted entienda todo lo que sucede.)
2 Samuel 4:1 (NTV): 1Cuando Is-boset, el hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, se acobardó y todo Israel se quedó paralizado de miedo. (Is-boset estaba reinando en el norte, por siete años y medio, desde que murió Saúl hasta ahora.)
Quiero aprovechar esta instancia para hablar de un principio de liderazgo. No se debe colocar a una persona en una posición de liderazgo, si esta persona no tiene capacidad de serlo. Lo vemos hoy en día con los gobiernos del mundo, donde se elige a personas que no tienen la capacidad de ser líderes. Si traducimos esto a la iglesia; es igual. No se debe colocar a una persona en una posición de liderazgo si esta persona no tiene la capacidad de ser líderes. Hay gente que está enamorada de la posición de liderazgo, de la autoridad que posee el liderazgo, pero no tienen capacidad. Ser jefe es diferente de ser líder. Usted puede ser jefe porque el dueño de la empresa lo puso como jefe; pero que tenga la capacidad para que las cosas funcionen, para sacar adelante la empresa; son dos cosas completamente distintas.
Un líder no nace, se hace; pero debemos entender que hay personas que no tienen el deseo, ni la capacidad y no quieren ser líderes.
Digo todo esto porque Is-boset era el rey del norte, pero no tenía la capacidad para ser el rey. Pero como el jefe del ejército fue quien lo puso, él mismo era el que mandaba. Entonces cuando muere el jefe del ejército; el rey tuvo miedo, se acobardó.
Considero que hay una enseñanza grande acá; pídale a Dios sabiduría. Un líder es un visionario, es decir, tiene sentido de dirección. Un líder inspira a la gente, un líder motiva al pueblo a lograr objetivos en conjunto. Tiene iniciativa, es un buen estratega (tiene la habilidad de reconocer necesidades de cambios). Es astuto, previene conflictos, se gana la confianza de su gente. Todo esto yo se lo he sacado, simple y sencillamente, de cómo se comportó David todo el tiempo que estuvo metido en la cueva, en el desierto. Como David transformó a esas personas en los valientes de David, es decir; era un hombre inspirador, un hombre motivador, un hombre que transformaba la mentalidad de la gente. Un líder posee habilidades de comunicación, tiene carisma, es optimista, es un hombre de fe y confianza. Posee objetivos claros. Es un hombre de oración, es intuitivo, sabe mantener el orden y la lealtad sin infundir temor. Un buen líder muestra pasión, es justo, es íntegro, disciplinado. Tiene capacidad de análisis, tiene capacidad de decisión, tiene la capacidad de dirigir; y tiene un llamado evidente de parte de Dios. A un líder, la gente lo sigue voluntariamente, no anda obligando a nadie a hacer las cosas. Se gana la confianza, el cariño y la admiración de la gente que trabaja con ellos. Y todo eso lo hizo David.
¿Qué pasó con Is-boset? Tenemos a un rey que lo pusieron como rey sin tener capacidad, solo le dijeron: mira tú eres el rey ahora. Pero en realidad quien mandaba era Abner. Y cuando Abner se murió él tuvo miedo.
2 Samuel 4: 2 (NTV): Ahora bien, había dos hermanos, Baana y Recab, que eran capitanes de los destacamentos de asalto de Is-boset. Eran hijos de Rimón, un miembro de la tribu de Benjamín que vivía en Beerot. La ciudad de Beerot ahora forma parte del territorio de Benjamín.
Aquí pasó una cosa similar a la de Saúl, los propios capitanes del rey lo mataron.
2 Samuel 4: 7-8 (RV-60): 7Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá. 8Y trajeron la cabeza de Is-boset a David en Hebrón, y dijeron al rey: He aquí la cabeza de Is-boset hijo de Saúl tu enemigo, que procuraba matarte; y Jehová ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su linaje. 9David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda angustia, 10que cuando uno me dio nuevas, diciendo: He aquí Saúl ha muerto, imaginándose que traía buenas nuevas, yo lo prendí, y le maté en Siclag en pago de la nueva. 11 ¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? 12 Entonces David ordenó a sus servidores, y ellos los mataron, y les cortaron las manos y los pies, y los colgaron sobre el estanque en Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Is-boset, y la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
Al rey, al hijo del rey Saúl. ¿Se puede imaginar caminar toda una noche con la cabeza de un hombre en la mano? ¡Qué bobos estos! Yo creo que ellos no habían escuchado que cuando David se dio cuenta que aquel amalecita le dijo: yo maté al rey y aquí está su corona, David mandó a matar al amalecita. Y ahora, aquí tenemos a un par de traicioneros qué dicen: “Matemos a Is-boset para que quedemos bien con el rey David.” Mire hermano, hay gente que hace cosas por sus propios intereses y meten a Dios de por medio. La misma forma en que David había matado al amalecita, así hizo con estos hombres que mataron al rey del norte de Israel. Con tal de agradar a David fueron capaces de hacer lo malo para ganar el favor del nuevo rey, y murieron. Bueno de esa manera muere el rey del norte.
David es coronado rey sobre todo Israel.
2 Samuel 5: 1 (RV-60): Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Yo le tengo miedo al pueblo, porque no toman decisiones sabias. ¿Por qué vinieron a David, porque reconocieron que Jehová había escogido a David o porque se murió el rey? ¿Si Is-boset siguiera vivo, hubiesen venido a David todos esos ancianos de las tribus del norte?
2 Samuel 5: 2 (RV-60): Y aún antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. Aquí están diciendo, nosotros en realidad reconocemos que quien ha defendido a Israel siempre has sido tú David. Ah, pero, ¿por qué no vinieron antes, cuando eran más jovencitos? Si sabían lo que Jehová le había dicho a David, ¿por qué no vinieron antes? ¿Por qué el día que Abner les dijo de poner a Is-boset como rey, no se negaron? Si ya Dios había dicho que David iba a ser el rey sobre ellos. Ojo, el pueblo no siempre tiene la razón, a través de toda la escritura lo vemos.
2 Samuel 5: 3 (RV-60): Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel.
Esta situación a mí me emociona, el momento, la circunstancia; porque David no se ha movido de su lugar, David no ha matado a nadie para lograr que el pueblo lo ponga en el lugar. ¿Sabe por qué me emociona esto? Porque se junta la voluntad de Dios y la voluntad del pueblo, se une todo de una manera perfecta. David no ha logrado el trono a la fuerza, no ha matado a nadie, Dios va moviendo los corazones y ahora es el momento perfecto.
¿No cree usted que nuestro querido personaje David estará pensando, ahora con treinta años, en el momento que fue un viejo con barba (profeta Samuel) a su casa y lo ungió porque el Espíritu de Dios le dijo: “Este es el futuro rey de Israel”?
David es la única persona que fue ungido tres veces para ser rey. Fue ungido cuando era jovencito. Fue ungido sobre Judá, en Hebrón, siete años y medio. Y ahora, la tercera vez, es ungido como rey de todo Israel. ¡Dios mío, tres veces ungido!
2 Samuel 5: 4 (RV-60): Era David de 30 años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. ¡Me encanta, que en varias oportunidades nos dice eso la escritura!
En el libro de Crónicas (las crónicas de los reyes) se describe la gran asamblea que se reunió.
1ero Crónicas 12: 23-27 (RV-60): 23Y este es el número de los principales que estaba listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová: 24De los hijos de Judá que traían escudo y lanza seis mil ochocientos, listos para la guerra. 25De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra. 26De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos; 27asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos; 28y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre. Si seguimos leyendo, ¿sabe cuántos hombres vinieron a David? Más de trescientos cuarenta mil hombres. Vuelva su mirada al desierto, estos trescientos cuarenta mil hombres caminando a Hebrón para ungir a David, ¡Qué momento! ¡Qué majestuosidad! ¡Qué momento tan glorioso!
David sentado en el trono, recordando, ahora entendía todas aquellas cosas. Por eso digo en la vida cristiana nosotros no somos llamados a comprender las cosas que nos pasan amado mío. Porque las cosas que no entendemos hoy, la vamos a entender un día. ¿De qué sirve recordar aquellos momentos difíciles, tristes, cuando estaban en una cueva? ¿De qué sirve recordar cuando los amigos lo querían apedrear? ¿De qué sirve recordar todo lo que le pasó, si ahora David está sentado en el trono y está a punto de ser ungido delante de 340 mil hombres? No se está hablando de hombres cualquiera, se está hablando de hombres listos para la guerra, de hombres especializados en la guerra.
Una celebración tardía.
1 Crónicas 12: 38- (RV-60): 38Todos los hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey.39Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.
Esto demuestra que es mejor tarde que nunca, o podemos decir también: Una celebración tardía. ¿Sabe qué significa corazón perfecto? Que en medio del pueblo no había nadie, que mencionara el nombre de otra persona, que quisiera poner a otra persona como rey. Recordemos que David había reinado sobre Judá por siete años y medio. Esta celebración de la que estamos hablando llegó siete años y medio más tarde.
¿Por qué David, en siete años y medio, no le hizo guerra al reino del norte y lo tomó por la fuerza si ya Dios le había dicho que iba a ser el rey?
Yo tengo tres razones acá:
- Porque David sabía que Israel no era su enemigo.
Los filisteos eran su enemigo. Nosotros pensamos que nuestro enemigo es aquel hermano porque me vio mal, es aquella señora porque trató mal a mi hijo. Cuando la palabra del Señor dice que nuestro enemigo es Satanás el diablo. Que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra huestes.
- Porque David era un hombre paciente.
David sabía que el tiempo de Dios iba a llegar. Hermanos, tengo 40 años en el evangelio y yo soy testigo que las personas que saben tener paciencia, las personas que esperan el tiempo de Dios, siempre se llevan la mejor parte. Los arrebatados, los atrabancados, siempre se pasan el resto de la vida quejándose de su mala decisión. David supo esperar.
- Porque David era un hombre de palabra.
En 1 Samuel 24, había una cueva en En-gadi y resulta que el rey Saúl entró a la cueva a cubrirse los pies. ¿Sabe qué es eso? A hacer sus necesidades fisiológicas. Mientras, dentro de esa misma cueva estaba David, solamente con 400 hombres; detrás de él. Ahí fue donde David le cortó un pedazo a su túnica, sabiendo que lo pudo haber matado.
1Samuel 24: 20-22 (RV-60): 20Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable; 21júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre. 22Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.
David había hecho una promesa, David le juró a Saúl que no mataría a su descendencia. Iglesia David cumplió su promesa, por eso David no fue al norte. David hizo pacto también con su amigo Jonathan (1 Samuel 20). Jonathán le dijo: “David dime que no vas a borrar mi nombre de sobre la tierra. Dime que no vas a hacer guerra con mi descendencia.”
Hoy en día, ¡cómo hace falta eso! Como hacen falta hombres de palabra, hombres de compromiso, hoy es una desgracia. Las personas dicen una cosa hoy, y mañana lo cambian. Te prometen una cosa hoy y el día de mañana ya lo olvidan. David había prometido cosas y lo cumplió, como debe ser.
¿Usted se acuerda los tiempos que con un apretón de manos, uno hacía grandes contratos? En los tiempos antiguos, los tiempos de mi abuelo. Hoy la gente te promete cosas, y a la vuelta está hablando mal de usted.
Alegría en Israel.
1 Crónicas 12: 40 (RV-60): También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.
Quiero que piense por un instante, la visita que tuvo David fue de 340 mil personas. La Biblia no lo dice, pero una cosa yo le garantizo mis queridos y amados hermanos, no se le da de comer a trescientas cuarenta mil personas fácilmente, si usted no tiene gente inteligente y capacitada al lado suyo.
La gente rebelde y desobediente sufre bastante. En Israel, muy pocas veces va a encontrar usted que el pueblo tenía alegrías. Estuvieron cuatrocientos treinta años como esclavos en Egipto, los hicieron trabajar fuertemente, con rudeza, incrementaron los trabajos sobre Israel. Yo me imagino que las reuniones que había en la noche no eran reuniones para gozarse, no eran reuniones para reírse, ni para tener alegría; yo supongo que eran lamentos. Israel también fue esclavo allá en Babilonia. En tres oportunidades, vemos en las escrituras que había alegría de parte del pueblo, y casi siempre fueron lo que nosotros conocemos como “Las glorias de Israel”. Cuando ungieron a Saúl como rey, el pueblo se alegró. Ellos habían pedido un rey y Dios permitió que fuera Saúl, y hubo alegría en el pueblo. Ahora tenemos esa celebración durante tres días, trescientas cuarenta mil personas, donde hubo abundancia. Luego muere David, ponen a Salomón como rey y hubo fiesta en Israel; esas son “Las glorias de Israel.” Durante cuarenta años reinó Saúl. Durante cuarenta años reinó David. Cuarenta años reinó Salomón; 120 años que se conoció como “Las glorias de Israel” y en cada vez hubo alegría. Pero cuando el pueblo se desquiciaba, cuando el pueblo hacía lo que ellos querían, entonces venía la tristeza. La palabra del Señor dice: (Salmos 30:11) Has cambiado mi tristeza en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta. “Alegría en Jerusalén.”
Los Jebuseos vivían en Jerusalén, David tomó la ciudad y le puso nombre: “La ciudad de David.”
Allí hemos estado varias veces en Jerusalén, la ciudad de David. La torre de David, como se conoce.
Esta es parte, mis queridos y amados hermanos, de la vida de este hombre, que coronan como rey de toda la nación de Israel, al día siguiente de estos hechos que hemos estudiado en el día de hoy. Cuando los enemigos escucharon la alegría del pueblo, cuando los enemigos se dieron cuenta la cantidad de soldados que tenía Israel, temieron los beneficios de Jehová.
Demos gracias a Dios por su palabra:
Padre querido, nos gozamos leyendo a esta escritura maravillosa, recordando esos tiempos de gloria. El tiempo de los jueces fue un tiempo difícil, donde el pueblo se lanzaba al pecado, y tu palabra dice que cada quien hacía lo que quería; pero ahora ha llegado al trono de Israel un hombre conforme al corazón de Dios, el dulce cantor de Israel. Ese hombre Señor que tenía tu corazón, que te amaba y que te escribía canciones, te escribía Salmos. Ese hombre que escribió tantas cosas, que cantamos nosotros cuatro mil años más tarde, por ese amor y esa fascinación que tenía contigo el rey David. Gracias te damos Padre por tu palabra bendita, eterna, que nos alimenta, que nos edifica y que nos hace dar un recorrido por estas tierras maravillosas de Israel.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón hoy es un buen día. Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo a morir por los pecados del mundo. Puso su cuerpo en la cruz por usted y por mí. Derramó su sangre preciosa por usted y por mí. En este día no pierda la oportunidad de comenzar una vida nueva, eso hace Dios. Él transforma vida, transforma corazones y también transforma la tristeza en alegría. Dios nos quita esa ropa de luto y nos cambia por una ropa de fiesta espiritual; porque en Cristo hay gozo, hay libertad. En Cristo Jesús hay salvación.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, hoy es una buena noche para entregarle su vida al Señor. ¿Hay alguien con nosotros que quisiera entregarle su corazón a Cristo? Yo le invito, ahí donde está, para que se ponga de pie o levante su mano para orar por usted. Si hay alguien que dice: “Pastor, yo necesito a Dios en mi vida, quiero entregarle mi vida Cristo.”
Usted que nos mira por internet, también puede entregarle su vida al Señor a través de una oración de fe. Diga: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Te recibo como el Señor y Salvador de mi vida. Me arrepiento, soy pecador. Señor gracias por esta oportunidad de venir a mi corazón.” Si usted izo esta oración, nosotros queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita Palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús te lo pedimos: Amén y amén.
Mis amados hermanos, que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.
Alegría en Israel
Septiembre 1, 2021 – 7:00PM | 2 Crónicas 12: 26 | Dr. David Rodríguez
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
Estamos estudiando la vida del rey David. Hemos estudiado 22 episodios, hoy corresponde el estudio 23. En la Biblia hay 62 capítulos que hablan de David y, es difícil meternos en cada uno de los detalles, sucedieron una gran cantidad de situaciones en la vida de este rey, que están vinculadas, que están enraizadas, en otros temas y con otros personajes; que estudiarlos todos nos llevarían casi cien estudios.
Ya entramos al segundo libro de Samuel, estudiaremos todo así no se preocupe. Vamos a hablar más adelante de ¿Por qué David tuvo tantas mujeres? ¿Qué es el pacto Davídico? ¿En qué se parece David con el Señor Jesús? ¿Por qué fue David el hombre conforme al corazón de Dios? También algunos detallitos importantes en la vida de este fascinante personaje de las sagradas escrituras.
En los capítulos estudiados, de Samuel, se nos presenta como David anduvo huyendo de desierto en desierto, de cueva en cueva; porque Saúl lo quería matar. Hablamos también de Abner.
Vamos a colocarnos en el contexto de la situación. Muere Saúl, Israel está dividido en dos partes: el norte que es Israel y el sur que es Judá. David está en Judá. Se muere el rey Saúl y David consulta a Dios para saber ¿qué hacer? Dios le dice que suba a Hebrón. Entronan a David como rey, pero, de la parte del sur de Judá. En el norte Abner (que era el que mandaba) puso, él mismo, a uno de los hijos de Saúl como rey (Is-boset). En los capítulos anteriores nos damos cuenta que David reinó en Judá siete años y medio.
2 Samuel 5: 1-5 (RV-60): 1Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. 2Y aún antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacaba Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. 3Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. Recuerde que esos ancianos vinieron desde Israel (el norte), hasta este versículo David es rey sobre todo Israel (norte y sur). 4Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, en Jerusalén reinó treinta y tres años, sobre todo Israel y Judá.
¡Que dios bendiga esta palabra!
En los capítulos anteriores, nos dimos cuenta que Abner era un tremendo estratega militar (debemos tenerlo en cuenta para estudiar estos pasajes); era el comandante, capitán, el jefe de la guardia del rey Saúl. Cuando muere Saúl, Abner dice: “A quien le corresponde ser rey aquí, no es a David; sino al hijo de Saúl. Entonces Abner pone a Is-boset como rey en el norte, que reinó siete años y medio. Pero un día, Is-boset le reclama a Abner que se estaba metiendo con una de las concubinas del rey Saúl (padre de Is-boset). Con ese reclamo se enoja Abner, y se va para el sur a hacer pacto con David. Y le dice a David: ¿Sabes qué? Yo te puede entregar el reino completo. (Traicionero el Abner, ¿verdad?)
La semana pasada terminamos leyendo que Is-boset (rey del norte) le tenía miedo a Abner que era su capitán. (Esto es un estudio hermano por eso yo he ido despacio, porque me interesa que usted entienda todo lo que sucede.)
2 Samuel 4:1 (NTV): 1Cuando Is-boset, el hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, se acobardó y todo Israel se quedó paralizado de miedo. (Is-boset estaba reinando en el norte, por siete años y medio, desde que murió Saúl hasta ahora.)
Quiero aprovechar esta instancia para hablar de un principio de liderazgo. No se debe colocar a una persona en una posición de liderazgo, si esta persona no tiene capacidad de serlo. Lo vemos hoy en día con los gobiernos del mundo, donde se elige a personas que no tienen la capacidad de ser líderes. Si traducimos esto a la iglesia; es igual. No se debe colocar a una persona en una posición de liderazgo si esta persona no tiene la capacidad de ser líderes. Hay gente que está enamorada de la posición de liderazgo, de la autoridad que posee el liderazgo, pero no tienen capacidad. Ser jefe es diferente de ser líder. Usted puede ser jefe porque el dueño de la empresa lo puso como jefe; pero que tenga la capacidad para que las cosas funcionen, para sacar adelante la empresa; son dos cosas completamente distintas.
Un líder no nace, se hace; pero debemos entender que hay personas que no tienen el deseo, ni la capacidad y no quieren ser líderes.
Digo todo esto porque Is-boset era el rey del norte, pero no tenía la capacidad para ser el rey. Pero como el jefe del ejército fue quien lo puso, él mismo era el que mandaba. Entonces cuando muere el jefe del ejército; el rey tuvo miedo, se acobardó.
Considero que hay una enseñanza grande acá; pídale a Dios sabiduría. Un líder es un visionario, es decir, tiene sentido de dirección. Un líder inspira a la gente, un líder motiva al pueblo a lograr objetivos en conjunto. Tiene iniciativa, es un buen estratega (tiene la habilidad de reconocer necesidades de cambios). Es astuto, previene conflictos, se gana la confianza de su gente. Todo esto yo se lo he sacado, simple y sencillamente, de cómo se comportó David todo el tiempo que estuvo metido en la cueva, en el desierto. Como David transformó a esas personas en los valientes de David, es decir; era un hombre inspirador, un hombre motivador, un hombre que transformaba la mentalidad de la gente. Un líder posee habilidades de comunicación, tiene carisma, es optimista, es un hombre de fe y confianza. Posee objetivos claros. Es un hombre de oración, es intuitivo, sabe mantener el orden y la lealtad sin infundir temor. Un buen líder muestra pasión, es justo, es íntegro, disciplinado. Tiene capacidad de análisis, tiene capacidad de decisión, tiene la capacidad de dirigir; y tiene un llamado evidente de parte de Dios. A un líder, la gente lo sigue voluntariamente, no anda obligando a nadie a hacer las cosas. Se gana la confianza, el cariño y la admiración de la gente que trabaja con ellos. Y todo eso lo hizo David.
¿Qué pasó con Is-boset? Tenemos a un rey que lo pusieron como rey sin tener capacidad, solo le dijeron: mira tú eres el rey ahora. Pero en realidad quien mandaba era Abner. Y cuando Abner se murió él tuvo miedo.
2 Samuel 4: 2 (NTV): Ahora bien, había dos hermanos, Baana y Recab, que eran capitanes de los destacamentos de asalto de Is-boset. Eran hijos de Rimón, un miembro de la tribu de Benjamín que vivía en Beerot. La ciudad de Beerot ahora forma parte del territorio de Benjamín.
Aquí pasó una cosa similar a la de Saúl, los propios capitanes del rey lo mataron.
2 Samuel 4: 7-8 (RV-60): 7Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá. 8Y trajeron la cabeza de Is-boset a David en Hebrón, y dijeron al rey: He aquí la cabeza de Is-boset hijo de Saúl tu enemigo, que procuraba matarte; y Jehová ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su linaje. 9David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda angustia, 10que cuando uno me dio nuevas, diciendo: He aquí Saúl ha muerto, imaginándose que traía buenas nuevas, yo lo prendí, y le maté en Siclag en pago de la nueva. 11 ¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? 12 Entonces David ordenó a sus servidores, y ellos los mataron, y les cortaron las manos y los pies, y los colgaron sobre el estanque en Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Is-boset, y la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
Al rey, al hijo del rey Saúl. ¿Se puede imaginar caminar toda una noche con la cabeza de un hombre en la mano? ¡Qué bobos estos! Yo creo que ellos no habían escuchado que cuando David se dio cuenta que aquel amalecita le dijo: yo maté al rey y aquí está su corona, David mandó a matar al amalecita. Y ahora, aquí tenemos a un par de traicioneros qué dicen: “Matemos a Is-boset para que quedemos bien con el rey David.” Mire hermano, hay gente que hace cosas por sus propios intereses y meten a Dios de por medio. La misma forma en que David había matado al amalecita, así hizo con estos hombres que mataron al rey del norte de Israel. Con tal de agradar a David fueron capaces de hacer lo malo para ganar el favor del nuevo rey, y murieron. Bueno de esa manera muere el rey del norte.
David es coronado rey sobre todo Israel.
2 Samuel 5: 1 (RV-60): Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Yo le tengo miedo al pueblo, porque no toman decisiones sabias. ¿Por qué vinieron a David, porque reconocieron que Jehová había escogido a David o porque se murió el rey? ¿Si Is-boset siguiera vivo, hubiesen venido a David todos esos ancianos de las tribus del norte?
2 Samuel 5: 2 (RV-60): Y aún antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. Aquí están diciendo, nosotros en realidad reconocemos que quien ha defendido a Israel siempre has sido tú David. Ah, pero, ¿por qué no vinieron antes, cuando eran más jovencitos? Si sabían lo que Jehová le había dicho a David, ¿por qué no vinieron antes? ¿Por qué el día que Abner les dijo de poner a Is-boset como rey, no se negaron? Si ya Dios había dicho que David iba a ser el rey sobre ellos. Ojo, el pueblo no siempre tiene la razón, a través de toda la escritura lo vemos.
2 Samuel 5: 3 (RV-60): Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel.
Esta situación a mí me emociona, el momento, la circunstancia; porque David no se ha movido de su lugar, David no ha matado a nadie para lograr que el pueblo lo ponga en el lugar. ¿Sabe por qué me emociona esto? Porque se junta la voluntad de Dios y la voluntad del pueblo, se une todo de una manera perfecta. David no ha logrado el trono a la fuerza, no ha matado a nadie, Dios va moviendo los corazones y ahora es el momento perfecto.
¿No cree usted que nuestro querido personaje David estará pensando, ahora con treinta años, en el momento que fue un viejo con barba (profeta Samuel) a su casa y lo ungió porque el Espíritu de Dios le dijo: “Este es el futuro rey de Israel”?
David es la única persona que fue ungido tres veces para ser rey. Fue ungido cuando era jovencito. Fue ungido sobre Judá, en Hebrón, siete años y medio. Y ahora, la tercera vez, es ungido como rey de todo Israel. ¡Dios mío, tres veces ungido!
2 Samuel 5: 4 (RV-60): Era David de 30 años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. ¡Me encanta, que en varias oportunidades nos dice eso la escritura!
En el libro de Crónicas (las crónicas de los reyes) se describe la gran asamblea que se reunió.
1ero Crónicas 12: 23-27 (RV-60): 23Y este es el número de los principales que estaba listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová: 24De los hijos de Judá que traían escudo y lanza seis mil ochocientos, listos para la guerra. 25De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra. 26De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos; 27asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos; 28y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre. Si seguimos leyendo, ¿sabe cuántos hombres vinieron a David? Más de trescientos cuarenta mil hombres. Vuelva su mirada al desierto, estos trescientos cuarenta mil hombres caminando a Hebrón para ungir a David, ¡Qué momento! ¡Qué majestuosidad! ¡Qué momento tan glorioso!
David sentado en el trono, recordando, ahora entendía todas aquellas cosas. Por eso digo en la vida cristiana nosotros no somos llamados a comprender las cosas que nos pasan amado mío. Porque las cosas que no entendemos hoy, la vamos a entender un día. ¿De qué sirve recordar aquellos momentos difíciles, tristes, cuando estaban en una cueva? ¿De qué sirve recordar cuando los amigos lo querían apedrear? ¿De qué sirve recordar todo lo que le pasó, si ahora David está sentado en el trono y está a punto de ser ungido delante de 340 mil hombres? No se está hablando de hombres cualquiera, se está hablando de hombres listos para la guerra, de hombres especializados en la guerra.
Una celebración tardía.
1 Crónicas 12: 38- (RV-60): 38Todos los hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey.39Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.
Esto demuestra que es mejor tarde que nunca, o podemos decir también: Una celebración tardía. ¿Sabe qué significa corazón perfecto? Que en medio del pueblo no había nadie, que mencionara el nombre de otra persona, que quisiera poner a otra persona como rey. Recordemos que David había reinado sobre Judá por siete años y medio. Esta celebración de la que estamos hablando llegó siete años y medio más tarde.
¿Por qué David, en siete años y medio, no le hizo guerra al reino del norte y lo tomó por la fuerza si ya Dios le había dicho que iba a ser el rey?
Yo tengo tres razones acá:
- Porque David sabía que Israel no era su enemigo.
Los filisteos eran su enemigo. Nosotros pensamos que nuestro enemigo es aquel hermano porque me vio mal, es aquella señora porque trató mal a mi hijo. Cuando la palabra del Señor dice que nuestro enemigo es Satanás el diablo. Que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra huestes.
- Porque David era un hombre paciente.
David sabía que el tiempo de Dios iba a llegar. Hermanos, tengo 40 años en el evangelio y yo soy testigo que las personas que saben tener paciencia, las personas que esperan el tiempo de Dios, siempre se llevan la mejor parte. Los arrebatados, los atrabancados, siempre se pasan el resto de la vida quejándose de su mala decisión. David supo esperar.
- Porque David era un hombre de palabra.
En 1 Samuel 24, había una cueva en En-gadi y resulta que el rey Saúl entró a la cueva a cubrirse los pies. ¿Sabe qué es eso? A hacer sus necesidades fisiológicas. Mientras, dentro de esa misma cueva estaba David, solamente con 400 hombres; detrás de él. Ahí fue donde David le cortó un pedazo a su túnica, sabiendo que lo pudo haber matado.
1Samuel 24: 20-22 (RV-60): 20Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable; 21júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre. 22Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.
David había hecho una promesa, David le juró a Saúl que no mataría a su descendencia. Iglesia David cumplió su promesa, por eso David no fue al norte. David hizo pacto también con su amigo Jonathan (1 Samuel 20). Jonathán le dijo: “David dime que no vas a borrar mi nombre de sobre la tierra. Dime que no vas a hacer guerra con mi descendencia.”
Hoy en día, ¡cómo hace falta eso! Como hacen falta hombres de palabra, hombres de compromiso, hoy es una desgracia. Las personas dicen una cosa hoy, y mañana lo cambian. Te prometen una cosa hoy y el día de mañana ya lo olvidan. David había prometido cosas y lo cumplió, como debe ser.
¿Usted se acuerda los tiempos que con un apretón de manos, uno hacía grandes contratos? En los tiempos antiguos, los tiempos de mi abuelo. Hoy la gente te promete cosas, y a la vuelta está hablando mal de usted.
Alegría en Israel.
1 Crónicas 12: 40 (RV-60): También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.
Quiero que piense por un instante, la visita que tuvo David fue de 340 mil personas. La Biblia no lo dice, pero una cosa yo le garantizo mis queridos y amados hermanos, no se le da de comer a trescientas cuarenta mil personas fácilmente, si usted no tiene gente inteligente y capacitada al lado suyo.
La gente rebelde y desobediente sufre bastante. En Israel, muy pocas veces va a encontrar usted que el pueblo tenía alegrías. Estuvieron cuatrocientos treinta años como esclavos en Egipto, los hicieron trabajar fuertemente, con rudeza, incrementaron los trabajos sobre Israel. Yo me imagino que las reuniones que había en la noche no eran reuniones para gozarse, no eran reuniones para reírse, ni para tener alegría; yo supongo que eran lamentos. Israel también fue esclavo allá en Babilonia. En tres oportunidades, vemos en las escrituras que había alegría de parte del pueblo, y casi siempre fueron lo que nosotros conocemos como “Las glorias de Israel”. Cuando ungieron a Saúl como rey, el pueblo se alegró. Ellos habían pedido un rey y Dios permitió que fuera Saúl, y hubo alegría en el pueblo. Ahora tenemos esa celebración durante tres días, trescientas cuarenta mil personas, donde hubo abundancia. Luego muere David, ponen a Salomón como rey y hubo fiesta en Israel; esas son “Las glorias de Israel.” Durante cuarenta años reinó Saúl. Durante cuarenta años reinó David. Cuarenta años reinó Salomón; 120 años que se conoció como “Las glorias de Israel” y en cada vez hubo alegría. Pero cuando el pueblo se desquiciaba, cuando el pueblo hacía lo que ellos querían, entonces venía la tristeza. La palabra del Señor dice: (Salmos 30:11) Has cambiado mi tristeza en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta. “Alegría en Jerusalén.”
Los Jebuseos vivían en Jerusalén, David tomó la ciudad y le puso nombre: “La ciudad de David.”
Allí hemos estado varias veces en Jerusalén, la ciudad de David. La torre de David, como se conoce.
Esta es parte, mis queridos y amados hermanos, de la vida de este hombre, que coronan como rey de toda la nación de Israel, al día siguiente de estos hechos que hemos estudiado en el día de hoy. Cuando los enemigos escucharon la alegría del pueblo, cuando los enemigos se dieron cuenta la cantidad de soldados que tenía Israel, temieron los beneficios de Jehová.
Demos gracias a Dios por su palabra:
Padre querido, nos gozamos leyendo a esta escritura maravillosa, recordando esos tiempos de gloria. El tiempo de los jueces fue un tiempo difícil, donde el pueblo se lanzaba al pecado, y tu palabra dice que cada quien hacía lo que quería; pero ahora ha llegado al trono de Israel un hombre conforme al corazón de Dios, el dulce cantor de Israel. Ese hombre Señor que tenía tu corazón, que te amaba y que te escribía canciones, te escribía Salmos. Ese hombre que escribió tantas cosas, que cantamos nosotros cuatro mil años más tarde, por ese amor y esa fascinación que tenía contigo el rey David. Gracias te damos Padre por tu palabra bendita, eterna, que nos alimenta, que nos edifica y que nos hace dar un recorrido por estas tierras maravillosas de Israel.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón hoy es un buen día. Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo a morir por los pecados del mundo. Puso su cuerpo en la cruz por usted y por mí. Derramó su sangre preciosa por usted y por mí. En este día no pierda la oportunidad de comenzar una vida nueva, eso hace Dios. Él transforma vida, transforma corazones y también transforma la tristeza en alegría. Dios nos quita esa ropa de luto y nos cambia por una ropa de fiesta espiritual; porque en Cristo hay gozo, hay libertad. En Cristo Jesús hay salvación.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, hoy es una buena noche para entregarle su vida al Señor. ¿Hay alguien con nosotros que quisiera entregarle su corazón a Cristo? Yo le invito, ahí donde está, para que se ponga de pie o levante su mano para orar por usted. Si hay alguien que dice: “Pastor, yo necesito a Dios en mi vida, quiero entregarle mi vida Cristo.”
Usted que nos mira por internet, también puede entregarle su vida al Señor a través de una oración de fe. Diga: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Te recibo como el Señor y Salvador de mi vida. Me arrepiento, soy pecador. Señor gracias por esta oportunidad de venir a mi corazón.” Si usted izo esta oración, nosotros queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita Palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús te lo pedimos: Amén y amén.
Mis amados hermanos, que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.