Cuando Dios dice no
Septiembre 29, 2021 – 7:00PM | 1 Cronicas 17:1-12| Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra, por favor, en el 1er libro de Crónicas capítulo 17. El estudio de esta noche es el número 27 de La vida del rey David, llamado: “Cuando Dios dice no.”
David quería construir el templo de Jehová, ¿y qué le dijo Dios? No.
1 Crónicas 17: 1-12 (RV-60): Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. 2Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo. 3En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. 5Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6Por dondequiera que anduve con todo de Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro? 7Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel; 8y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. 9Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; más humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.
1 Crónicas 22: 7 (RV-60): 7Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. 8Más vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras, no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.
1 Crónicas 28: 3 (RV-60): Más Dios me dijo: Tú no edificarás casa mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.
¡Bueno que Dios bendiga esta palabra!
Hay varias cosas que tenemos que considerar en este pasaje (1 Crónicas 17: 1-12)
A medida que vamos caminando en el estudio, de La vida del rey David, vamos encontrando varias cosas, por ejemplo: ¿cómo era David? ¿Qué había en el corazón de David? ¿Cómo pensaba David? Recuerden que David es la única persona de la que Dios dice: “que es el hombre conforme a su corazón.” Cuando comencé el estudio La vida del rey David, hice la pregunta: Si nosotros queremos saber, ¿por qué David es el hombre conforme al corazón de Dios?, ¿qué es lo que debemos estudiar, el corazón de David o deberíamos estudiar el corazón de Dios? Yo creo que el estudio es una mezcla estas dos situaciones. A medida que vamos estudiando todos los episodios, todas las cosas acerca de la vida del rey, vamos conociendo ¿cómo era David? ¿Qué había en el corazón de David? ¿Cómo pensaba?
Tenemos que recordar que, para David, la casa de Dios tenía mucho significado.
1 Crónicas 29:3 (RV-60): 3Además de esto, por cuanto tengo mí efecto en la casa de Dios… Aquí está hablando el rey David.
1 Crónicas 29:3 (NVI): 3Además, aparte de lo que ya he conseguido, por amor al templo de mi Dios…
1 Crónicas 29:3 (NTV): Ahora, debido a la devoción que tengo por el templo de mi Dios…
Volviendo a nuestro pasaje principal, 1Crónicas 17: 1-12 (RV-60), quiero que noten algo. Si usted lee todos los pasajes que tienen que ver con lo que estamos estudiando, la escritura dice que ya había paz en Israel, porque Dios se había encargado de todos los enemigos de David. Es una situación bien interesante el rey hablando con el profeta. Yo me metí en el pasaje, y si lo lleva a la vida nuestra, cuando se nos ocurre una gran idea en la noche, o piensa: ¿qué podría hacer yo por el evangelio? Recordemos que David era un gran estratega militar, yo me imagino que había pensado en todo antes de mandar a llamar al profeta. Observen la preocupación de David, ¿cómo él va a vivir en una casa de cedro y el arca de Jehová, la presencia de Dios, esté debajo de cortinas? Hermanos ese era el lujo más grande de aquellos tiempos, en ese lugar. Piense y dígame: ¿Qué ser humano piensa así? ¿Quién dice: antes de comprarme esto para mí, voy a bendecir a mi Dios? Es que tiene que salir del alma, tiene que salir del corazón. Y le surgió a David, por eso manda a llamar al profeta y le plantea su pensamiento, su conclusión.
En el siguiente versículo de nuestro texto en estudio está la respuesta de nuestro querido profeta, 1 Crónicas 17:2 (RV-60): Y Natán le dijo a David: Haz todo lo que estén en tu corazón, porque Dios está contigo. Yo a esto le he llamado: El consejo apresurado de un profeta. Cualquiera hubiese dado el mismo consejo, yo hubiese hecho lo mismo ¿por qué? Porque el profeta Natán, había visto todo lo que Dios había hecho con David. Le pareció que David estaba haciendo la voluntad de Dios, le pareció que lo había guardado, que le había cuidado, que había librado de sus enemigos, que lo había prosperado en todo. Entonces, obviamente el profeta dice: Claro, hazlo. Y qué bueno es cuando uno busca al pastor, le cuenta su idea y el pastor está de acuerdo con usted.
Yo me imagino que ese día, el pobre David no durmió, seguro pensó en todos los detalles. Hermanos, David tenía dinero hasta para empedrar, tenía dinero hasta decir: “ya no”. Seguro ya David había pensado hasta en los constructores que iban a edificar el templo, y pensaba además que ya tenía la aprobación del profeta.
1 Crónicas 17:3-4 (RV-60): En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4Ve y di a mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.
Me imagino que cuando Dios, desde el cielo, vio a David haciendo planes, mandando a llamar a todos los arquitectos, a todos los sabios; envió palabra a Natán. David quería lo mejor para Dios, y si él tenía una casa maravillosa, él quería algo especial para Dios.
Yo creo que este profeta, seguro quiso en ese momento que se lo tragara la tierra. ¡Es el rey! ¿Cómo se le dice ahora que no?
El profeta era la voz de Dios. Quiero que tenga en mente la triangulación: Dios-el profeta-David. ¿Podía Dios hablar directamente con David? Por supuesto que sí. Dios siempre ha usado a sus profetas, o a sus pastores, para comunicarse con el pueblo. Hoy en día, en el tiempo de la gracia, sabemos que podemos hablar con Dios y que no necesitamos de ningún tipo de intermediario. Sin embargo, desde los tiempos antiguos Dios utilizó a sus siervos para mostrar la voluntad de Dios a su pueblo. Dios podía hablar directamente con el rey Saúl, sin embargo; utilizó al profeta Samuel. Dios podía hablar directamente con David, pero Dios utilizó al profeta Natán. Dios utilizó al profeta Elías para hablar con los reyes de Israel. Dios utilizó al profeta Eliseo; Dios siempre ha utilizado este tipo de personas.
Quiero que razonamos un poco al respecto. Recuérdese que los siervos de Dios, los profetas, eran personas dedicadas, única y exclusivamente, al estudio de las sagradas escrituras, al estudio del carácter de Dios, al estudio de la voluntad de Dios. Una persona como el rey David tenía muchas cosas en su cabeza, a tal grado, que iba a cometer un error.
Hoy en día hermanos, hay mucha gente que comete, tantos y tantos, errores por no consultar cosas. Hay también personas que consultan, pero, les entra por un oído le sale por el otro; y terminan pagando precios bien elevados por sus decisiones.
Yo entiendo que no podemos volver a los tiempos de Moisés, que todo lo que se hacía se debía consultar con él. Hoy día todos atravesamos por momentos de confusión, decisiones que no tenemos claridad en ¿qué hacer? Y ahí es donde vienen personas, que tienen el conocimiento de Dios y que nos indican, que nos dicen, ¿de qué forma se pueden ser las cosas? A eso agréguele usted la experiencia, por supuesto. Porque en el mundo que nos movemos nosotros, todo tiene que ver con la experiencia y con la conducta. Por eso dice la escritura que imitemos la fe de nuestros pastores, y que pongamos a prueba su conducta. Hoy en día las personas tomaron un cursito y ya se creen mini-profetas. Si usted está comenzando ahora a dar sus primeros pasos en la fe, que hace dando consejos o diciendo lo que usted cree, o lo que usted piensa. Es por eso que hay tanta gente, hoy en día, que anda rodando de iglesia en iglesia, porque aprendieron 2 o 3 cositas, y ahora se cree que ellos tienen la autoridad. Yo pregunto: ¿si ellos tienen la autoridad, entonces para qué levanto Dios pastores? El caso de Saúl con el profeta Samuel, dígame usted. Saúl hizo las cosas, creyendo que él las podía hacer a su manera. ¿Qué pasó con Saúl? Dios lo desechó completamente; no hay ninguno de sus hijos en el trono. De igual manera, uno necesita el consejo de personas, necesita el consejo de otra gente, bajo cualquier circunstancia. Ahora, yo insisto que, usted puede hablar directamente con Dios y pedirle consejo al Señor; pero hay personas que toman decisiones tan triviales, tan inconsistente y que están fuera de la voluntad del Señor.
Y me encanta esta situación, porque David manda a llamar al profeta para comentarle su sueño, su idea. El profeta le había dado su opinión, pero ¿sabe qué? El profeta fue fiel a la voz de Dios. A pesar que podía enojarse el rey, porque primero le dijo que si y luego que no; pero al final del día David tenía que entender que, la última palabra es de Dios.
Otra cosa que me encanta en este pasaje de la escritura, es que Dios comienza a hablar con el profeta; es que tenemos a un Dios que habla.
1 Crónicas 17: 5 (RV-60): Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo.
Dios sabe todas las cosas, sabía que había estado de tienda en tienda, de tabernáculo en tabernáculo, de lugar en el lugar; donde quiera que se detenían ahí estaba Dios. Y esto lo está platicando con el profeta, y me imagino que no es un diálogo; porque el profeta solo escucha.
1 Crónicas 17: 6 (RV-60): ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro? Estaba hablando con el profeta, y el profeta escuchando. Imagino al profeta diciendo: ¿y por qué me está diciendo esto Dios a mí? Le dice Dios: quiero que vayas y le digas estas cosas a David.
1 Crónicas 17: 7 (RV-60): Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel. Hermanos, recordemos que David comenzó a reinar a los 30 años, reinó 40 años y murió a los 70 años más o menos. A estas alturas del partido, aquí David ya está llegando al ocaso, y Dios le lanza su memoria a cuando él era un niño.
Es que eso fue un momento inolvidable, David era un niño que cuidaba las ovejas cuando el profeta Samuel lo ungió, porque Dios lo escogió. Y Dios le dice ahora: Yo puse mis ojos sobre ti, yo sé dónde estabas, yo sé quién eras; y te puse príncipe sobre mi pueblo Israel. Es como si le dijera: A lo largo de tu vida yo te he sostenido.
Por eso mi hermano, es que es bien importante entender que no somos víctimas, no somos víctimas. No importa que haya pasado cuando usted era un(a) niño(a), lamentamos lo que pasó, porque una vida desagradable, muchas veces, te llena de sufrimiento. Aquellas personas que fueron forzadas a tener sexo, aquellas personas que fueron violadas, aquellas personas que fueron secuestradas, aquellas personas que estuvieron a punto de matarlos; es difícil todo eso, pero ahora lo importante es que aquí estamos, y Dios te dice: Si yo te vi, yo te cuidé, yo te he protegido todo este tiempo. Y Dios tenía un propósito, Él tiene propósitos en la vida.
1 Crónicas 17: 8 (RV-60): y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. David, yo sé que tú te acuerdas de la cueva, pero mira dónde estás ahora; en una casa de cedro. Yo sé que anduviste de desierto en desierto, pero mira dónde estás ahora. Porque hay algo, que es esencial entender en la vida cristiana: todas las cosas que pasan, todo, Dios lo hace para que usted crezca, para que usted eche raíces, para que crezca en convicciones. Hay personas que han atravesado por la vida con tantas y tantas pruebas, pero nunca aprendieron nada.
¿Cómo cree usted hermano, que va a ser posible que David se va a ir a meter a la tierra de Gat después de haber matado al gigante, y no le hicieron nada? Aquí tiene la respuesta, porque Dios había estado con él todo el tiempo.
Todas aquellas personas que han pensado hacerte mal, todas aquellas personas que ha empezado a hacerte daño, los he cortado de delante de ti David; fui yo. ¿Y sabes qué? Te haré un gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.
1 Crónicas 17: 9 (RV-60): Asimismo he dispuesto el lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10y desde el tiempo que puse los jueces sobre el pueblo Israel; más humillaré y a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.
¿Qué me querías edificar tú, una casa? Pues te tengo una sorpresa para ti: yo te voy a edificar una casa. Mire hermano, en el milenio se va a restaurar el reino; el reino davídico. Dios le dio y todo por un solo pensamiento, por tener un deseo. ¿Qué hizo Dios? Le da muchas promesas a David.
1 Crónicas 17: 11 (RV-60): Y cuando tú días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré tu reino. Cosa que no sucedió con Saúl.
Hay un versículo en la sagrada escritura que todos conocemos, y nos aprendemos de memoria que es Jeremías 33: 3 (RV-60): Clama a mí y yo te responderé. Dios siempre responde, Dios siempre contesta; indiscutiblemente te contesta que sí, te contesta que no; y también una respuesta puede ser: Espérate. Todavía no, te aviso, más adelante. Pero le digo más, no responder, es una respuesta.
Piense en su papá o en su mamá, cuando usted preguntó algo y, solamente lo miró sin darle ninguna respuesta. Entonces usted solito le dijo: No me diga nada. Es decir, aún sin contestar, sin hablar, y es una respuesta de parte de Dios.
Mira cuando Dios dice que no, cuando Dios dice no; es no.
Moisés, lidió con un pueblo de dos millones y medio. Un pueblo rebelde, un pueblo provocador, la verdad. Un día decían: “serviremos a Jehová” y el siguiente día: “para qué nos han traído a morir en este desierto.” Y Moisés los soportó a todos ellos.
Deuteronomio 3:25 (RV-60): Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.
27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán. Y Dios había dicho: ya no quiero hablar más del asunto, no más.
Pablo dijo: tengo un aguijón. Nadie sabe cuál es el aguijón, si alguien le dice es esto, aquello; nadie sabe porque no lo dice la Biblia. Se imaginan cosas la gente. Pero Pablo tiene un aguijón, que le llama mensajero de Satanás. 2Corintios 12:7 (RV-60): Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera, 8respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Pablo tenía un problema de temperamento fuerte. La experiencia me ha enseñado, que personas de temperamento fuerte sufren mucho; porque Dios tiene que tirar (jalar) de la soga (como a un caballo), sino se saltan la cerca (barda). Entonces, Pablo tenía ese problema y no le importó pelearse con Bernabé, que era una buena persona, una persona tranquila. La gente que tiene mecha corta (mal carácter), las personas que se encienden, Dios los mantienes tranquilos (con un aguijón). Y Pablo era tan sabio, pero tan sabio, que él entendía. Las personas soberbias sufren, personas altaneras sufren; por eso mejor bajarse uno solito y acordarse de Pablo. Hasta contada tenía Pablo, las veces que había hablado con el Señor, tres veces. Y Dios le contestó: 2Corintios 12:9 (RV-60): Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Como diciendo: ¿y qué más quieres? Ya te salvé hijo.
A David le dijo: No construirás el templo. Pero más adelante, vamos a estudiar cuando David se metió con Betsabé, y se enfermó el bebé. Y David ayunó, se tiró en tierra para pedir a Dios: que no se muera el niño. Sí, el dulce cantor de Israel, El hombre conforme al corazón de Dios. El mensaje de hoy es: Cuando Dios dice: No. Cuando el niño había muerto se acercaron los siervos al rey, y al verlo dijeron: mira, si aun sabiendo que el niño estaba vivo mira cómo se puso, ahora si le decimos que se murió ¿cómo se va a poner? Y dice la escritura que David vio a los siervos que estaban hablando entre ellos y entendió que el niño había muerto. Les hizo la pregunta: – ¿se murió el niño? Y le dijeron: –si, se murió. Se levantó, fíjese.
Hermanos, es que tenemos que confiar en Dios, tenemos que confiar en su soberanía. Cuando nosotros le pedimos a Dios que no se muera una persona, eso habla del gran deseo de nuestro corazón, de nuestra alma; pero Dios sabe lo mejor.
¿Qué podemos hacer cuando Dios dice que no? Debemos entender que no vamos a recibir todo lo que pedimos. Los hijos que reciben todo de parte de los padres, son hijos malcriados.
Debemos aprender a confiar en la sabiduría divina. Hay un propósito en todas las cosas que suceden, y ese propósito: solo Dios lo sabe. Nosotros porque tenemos la Biblia, y entendemos un poco mejor las cosas; pero hay situaciones que nos pasan donde Dios te dice no, y sólo Él sabe. Lo que nosotros queremos, no siempre es lo que más nos conviene.
Dios es un Padre amoroso que quiere lo mejor para nosotros, por eso dice: mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos. ¿De cuántas cosas no nos ha librado el Señor, porque un día nos dijo no? Y a nosotros nos encantan las gratificaciones a corto plazo, pero Dios quiere bendiciones a largo plazo.
1ª de Crónicas 17: 19 (RV-60): Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias tus grandezas. 20Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.
David aceptó el “No” en adoración, esto hace diferente a mi querido David. No dice que tiró al suelo, nos dice que se puso a llorar como un niño. No hay semejante a ti. No hay otro como tú. Cuando Dios le dijo que no.
Si hubiese sido a Saúl, es capaz que le diga al profeta: Ve y dile a Dios, que lo siento, pero, que ya comenzaron a echar los cimientos. Esos son aquellas personas que, aun conociendo la voluntad de Dios, viven vidas en contra de Dios. Dios les dice que no, pero ellos siguen buscando; es como hacer las cosas incorrectas aun teniendo conocimiento que están mal.
Quiero terminar con estos versículos.
2do Crónicas 6: 7 (RV-60): Y David mi padre todo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 8Más Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón deseo de edificar casa a mi nombre, bien has hecho haber tenido este en tu corazón. Aquí está hablando Salomón, hijo de David, contándole al pueblo.
En nuestros días es Dios diciéndole a David: “Wow, en cuatrocientos años nadie me había dicho que me quería construir casa.”
Esto es para revolcarse uno solito cuando está allí en su devocional. Nos queremos meter a la mente y el corazón de David, pero esto explica cuando David dice: “Es que yo tengo mi afecto en la casa de Jehová. Es que yo amo la casa del Señor. Es que yo sé de dónde vengo. Es que yo sé de dónde me sacó, y mira todo lo que tengo.”
Escuche esto, Dios no le permitió construir casa, pero, ¿de dónde cree que salió la mayoría de las riquezas para construir el templo de Jehová?
Salomón, tú vas a construir el templo (dice David), y aquí tienes todo mi tesoro que es para mí Señor. Yo no pude construir el templo, pero con estas riquezas no me quedo; porque mi afecto está en la casa de Dios. Cuando David dice: “Mi afecto está en la casa de Dios. Mi amor está en la casa Dios.” No es el aspecto físico, está hablando del corazón. Dice Dios: “David, el hombre conforme a mi corazón.”
Vamos a orar, demos gracias al Señor.
Padre gracias por tu palabra en esta noche. Gracias por las enseñanzas que recibimos de este gran hombre de Dios en tu palabra. Por ese cariño y afecto especial, por esa relación tan cercana, por esa comunión tan especial, que hubo entre tú y David. Gracias Padre porque, a medida que vamos caminando vamos conociendo el corazón de este hombre el amor tan grande que tenía por ti Señor. Eso nos hace elevar nuestra imaginación para recordar aquellos pasajes maravillosos de la pluma del rey, de experiencias vividas contigo. Jehová es mi pastor nada me faltará. Recordando cuando él era pastor de ovejas, los salmos, las escrituras de David. Su clamor en medio de la calamidad, del dolor, del sufrimiento. Y ahora, de pastor de ovejas a príncipe sobre tu pueblo. Y no sólo eso, sino las promesas que le hiciste a David, promesas eternas. David tenía su afecto en tu casa. David amaba tu casa. David te amaba a ti. Padre, por lo que más quieras, nunca permitas que veamos a Dios ya tu casa con indiferencia. Sabemos que escudriñas el corazón, tú dijiste en tu palabra que te agradó el pensamiento de David, te gustó que David haya pensado en tu casa. Gracias por cada una de estas enseñanzas y especialmente Señor al reconocer que, no siempre vamos a tener un sí, a las peticiones en nuestra vida.
Mientras todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón. es el deseo nuestro que usted le entregue su vida a Dios y comience una vida nueva. ¿Hay alguien que nunca ha recibido a Cristo en el corazón y quisiera hacerlo en esta noche? Yo le quiero hacer la invitación a usted, hay alguna persona que dice: Pastor yo no he recibido al Señor todavía, pero, me gustaría entregarle mi corazón a Cristo porque tengo necesidad de Dios. Si hay alguien, ahí donde está levanten su mano, póngase de pie y déjenos orar por usted.
Usted que está en su casa y nos mira por las redes sociales, si quiere recibir al Señor dígale: “Señor en este día, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Me arrepiento de mis pecados, soy pecador. Gracias Señor por salvarme hoy.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor bendice a tu pueblo, en el nombre de Jesús: amén.
Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. ¡Dios me los bendiga!
Cuando Dios dice no
Septiembre 29, 2021 – 7:00PM | 1 Cronicas 17:1-12| Dr. David Rodríguez
Etiquetas: 1 cronicas, pastor david rodriguez, septiembre 2021, transcripcion, vida del rey david
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra, por favor, en el 1er libro de Crónicas capítulo 17. El estudio de esta noche es el número 27 de La vida del rey David, llamado: “Cuando Dios dice no.”
David quería construir el templo de Jehová, ¿y qué le dijo Dios? No.
1 Crónicas 17: 1-12 (RV-60): Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. 2Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo. 3En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. 5Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6Por dondequiera que anduve con todo de Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro? 7Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel; 8y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. 9Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; más humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.
1 Crónicas 22: 7 (RV-60): 7Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. 8Más vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras, no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.
1 Crónicas 28: 3 (RV-60): Más Dios me dijo: Tú no edificarás casa mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.
¡Bueno que Dios bendiga esta palabra!
Hay varias cosas que tenemos que considerar en este pasaje (1 Crónicas 17: 1-12)
A medida que vamos caminando en el estudio, de La vida del rey David, vamos encontrando varias cosas, por ejemplo: ¿cómo era David? ¿Qué había en el corazón de David? ¿Cómo pensaba David? Recuerden que David es la única persona de la que Dios dice: “que es el hombre conforme a su corazón.” Cuando comencé el estudio La vida del rey David, hice la pregunta: Si nosotros queremos saber, ¿por qué David es el hombre conforme al corazón de Dios?, ¿qué es lo que debemos estudiar, el corazón de David o deberíamos estudiar el corazón de Dios? Yo creo que el estudio es una mezcla estas dos situaciones. A medida que vamos estudiando todos los episodios, todas las cosas acerca de la vida del rey, vamos conociendo ¿cómo era David? ¿Qué había en el corazón de David? ¿Cómo pensaba?
Tenemos que recordar que, para David, la casa de Dios tenía mucho significado.
1 Crónicas 29:3 (RV-60): 3Además de esto, por cuanto tengo mí efecto en la casa de Dios… Aquí está hablando el rey David.
1 Crónicas 29:3 (NVI): 3Además, aparte de lo que ya he conseguido, por amor al templo de mi Dios…
1 Crónicas 29:3 (NTV): Ahora, debido a la devoción que tengo por el templo de mi Dios…
Volviendo a nuestro pasaje principal, 1Crónicas 17: 1-12 (RV-60), quiero que noten algo. Si usted lee todos los pasajes que tienen que ver con lo que estamos estudiando, la escritura dice que ya había paz en Israel, porque Dios se había encargado de todos los enemigos de David. Es una situación bien interesante el rey hablando con el profeta. Yo me metí en el pasaje, y si lo lleva a la vida nuestra, cuando se nos ocurre una gran idea en la noche, o piensa: ¿qué podría hacer yo por el evangelio? Recordemos que David era un gran estratega militar, yo me imagino que había pensado en todo antes de mandar a llamar al profeta. Observen la preocupación de David, ¿cómo él va a vivir en una casa de cedro y el arca de Jehová, la presencia de Dios, esté debajo de cortinas? Hermanos ese era el lujo más grande de aquellos tiempos, en ese lugar. Piense y dígame: ¿Qué ser humano piensa así? ¿Quién dice: antes de comprarme esto para mí, voy a bendecir a mi Dios? Es que tiene que salir del alma, tiene que salir del corazón. Y le surgió a David, por eso manda a llamar al profeta y le plantea su pensamiento, su conclusión.
En el siguiente versículo de nuestro texto en estudio está la respuesta de nuestro querido profeta, 1 Crónicas 17:2 (RV-60): Y Natán le dijo a David: Haz todo lo que estén en tu corazón, porque Dios está contigo. Yo a esto le he llamado: El consejo apresurado de un profeta. Cualquiera hubiese dado el mismo consejo, yo hubiese hecho lo mismo ¿por qué? Porque el profeta Natán, había visto todo lo que Dios había hecho con David. Le pareció que David estaba haciendo la voluntad de Dios, le pareció que lo había guardado, que le había cuidado, que había librado de sus enemigos, que lo había prosperado en todo. Entonces, obviamente el profeta dice: Claro, hazlo. Y qué bueno es cuando uno busca al pastor, le cuenta su idea y el pastor está de acuerdo con usted.
Yo me imagino que ese día, el pobre David no durmió, seguro pensó en todos los detalles. Hermanos, David tenía dinero hasta para empedrar, tenía dinero hasta decir: “ya no”. Seguro ya David había pensado hasta en los constructores que iban a edificar el templo, y pensaba además que ya tenía la aprobación del profeta.
1 Crónicas 17:3-4 (RV-60): En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4Ve y di a mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.
Me imagino que cuando Dios, desde el cielo, vio a David haciendo planes, mandando a llamar a todos los arquitectos, a todos los sabios; envió palabra a Natán. David quería lo mejor para Dios, y si él tenía una casa maravillosa, él quería algo especial para Dios.
Yo creo que este profeta, seguro quiso en ese momento que se lo tragara la tierra. ¡Es el rey! ¿Cómo se le dice ahora que no?
El profeta era la voz de Dios. Quiero que tenga en mente la triangulación: Dios-el profeta-David. ¿Podía Dios hablar directamente con David? Por supuesto que sí. Dios siempre ha usado a sus profetas, o a sus pastores, para comunicarse con el pueblo. Hoy en día, en el tiempo de la gracia, sabemos que podemos hablar con Dios y que no necesitamos de ningún tipo de intermediario. Sin embargo, desde los tiempos antiguos Dios utilizó a sus siervos para mostrar la voluntad de Dios a su pueblo. Dios podía hablar directamente con el rey Saúl, sin embargo; utilizó al profeta Samuel. Dios podía hablar directamente con David, pero Dios utilizó al profeta Natán. Dios utilizó al profeta Elías para hablar con los reyes de Israel. Dios utilizó al profeta Eliseo; Dios siempre ha utilizado este tipo de personas.
Quiero que razonamos un poco al respecto. Recuérdese que los siervos de Dios, los profetas, eran personas dedicadas, única y exclusivamente, al estudio de las sagradas escrituras, al estudio del carácter de Dios, al estudio de la voluntad de Dios. Una persona como el rey David tenía muchas cosas en su cabeza, a tal grado, que iba a cometer un error.
Hoy en día hermanos, hay mucha gente que comete, tantos y tantos, errores por no consultar cosas. Hay también personas que consultan, pero, les entra por un oído le sale por el otro; y terminan pagando precios bien elevados por sus decisiones.
Yo entiendo que no podemos volver a los tiempos de Moisés, que todo lo que se hacía se debía consultar con él. Hoy día todos atravesamos por momentos de confusión, decisiones que no tenemos claridad en ¿qué hacer? Y ahí es donde vienen personas, que tienen el conocimiento de Dios y que nos indican, que nos dicen, ¿de qué forma se pueden ser las cosas? A eso agréguele usted la experiencia, por supuesto. Porque en el mundo que nos movemos nosotros, todo tiene que ver con la experiencia y con la conducta. Por eso dice la escritura que imitemos la fe de nuestros pastores, y que pongamos a prueba su conducta. Hoy en día las personas tomaron un cursito y ya se creen mini-profetas. Si usted está comenzando ahora a dar sus primeros pasos en la fe, que hace dando consejos o diciendo lo que usted cree, o lo que usted piensa. Es por eso que hay tanta gente, hoy en día, que anda rodando de iglesia en iglesia, porque aprendieron 2 o 3 cositas, y ahora se cree que ellos tienen la autoridad. Yo pregunto: ¿si ellos tienen la autoridad, entonces para qué levanto Dios pastores? El caso de Saúl con el profeta Samuel, dígame usted. Saúl hizo las cosas, creyendo que él las podía hacer a su manera. ¿Qué pasó con Saúl? Dios lo desechó completamente; no hay ninguno de sus hijos en el trono. De igual manera, uno necesita el consejo de personas, necesita el consejo de otra gente, bajo cualquier circunstancia. Ahora, yo insisto que, usted puede hablar directamente con Dios y pedirle consejo al Señor; pero hay personas que toman decisiones tan triviales, tan inconsistente y que están fuera de la voluntad del Señor.
Y me encanta esta situación, porque David manda a llamar al profeta para comentarle su sueño, su idea. El profeta le había dado su opinión, pero ¿sabe qué? El profeta fue fiel a la voz de Dios. A pesar que podía enojarse el rey, porque primero le dijo que si y luego que no; pero al final del día David tenía que entender que, la última palabra es de Dios.
Otra cosa que me encanta en este pasaje de la escritura, es que Dios comienza a hablar con el profeta; es que tenemos a un Dios que habla.
1 Crónicas 17: 5 (RV-60): Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo.
Dios sabe todas las cosas, sabía que había estado de tienda en tienda, de tabernáculo en tabernáculo, de lugar en el lugar; donde quiera que se detenían ahí estaba Dios. Y esto lo está platicando con el profeta, y me imagino que no es un diálogo; porque el profeta solo escucha.
1 Crónicas 17: 6 (RV-60): ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro? Estaba hablando con el profeta, y el profeta escuchando. Imagino al profeta diciendo: ¿y por qué me está diciendo esto Dios a mí? Le dice Dios: quiero que vayas y le digas estas cosas a David.
1 Crónicas 17: 7 (RV-60): Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel. Hermanos, recordemos que David comenzó a reinar a los 30 años, reinó 40 años y murió a los 70 años más o menos. A estas alturas del partido, aquí David ya está llegando al ocaso, y Dios le lanza su memoria a cuando él era un niño.
Es que eso fue un momento inolvidable, David era un niño que cuidaba las ovejas cuando el profeta Samuel lo ungió, porque Dios lo escogió. Y Dios le dice ahora: Yo puse mis ojos sobre ti, yo sé dónde estabas, yo sé quién eras; y te puse príncipe sobre mi pueblo Israel. Es como si le dijera: A lo largo de tu vida yo te he sostenido.
Por eso mi hermano, es que es bien importante entender que no somos víctimas, no somos víctimas. No importa que haya pasado cuando usted era un(a) niño(a), lamentamos lo que pasó, porque una vida desagradable, muchas veces, te llena de sufrimiento. Aquellas personas que fueron forzadas a tener sexo, aquellas personas que fueron violadas, aquellas personas que fueron secuestradas, aquellas personas que estuvieron a punto de matarlos; es difícil todo eso, pero ahora lo importante es que aquí estamos, y Dios te dice: Si yo te vi, yo te cuidé, yo te he protegido todo este tiempo. Y Dios tenía un propósito, Él tiene propósitos en la vida.
1 Crónicas 17: 8 (RV-60): y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. David, yo sé que tú te acuerdas de la cueva, pero mira dónde estás ahora; en una casa de cedro. Yo sé que anduviste de desierto en desierto, pero mira dónde estás ahora. Porque hay algo, que es esencial entender en la vida cristiana: todas las cosas que pasan, todo, Dios lo hace para que usted crezca, para que usted eche raíces, para que crezca en convicciones. Hay personas que han atravesado por la vida con tantas y tantas pruebas, pero nunca aprendieron nada.
¿Cómo cree usted hermano, que va a ser posible que David se va a ir a meter a la tierra de Gat después de haber matado al gigante, y no le hicieron nada? Aquí tiene la respuesta, porque Dios había estado con él todo el tiempo.
Todas aquellas personas que han pensado hacerte mal, todas aquellas personas que ha empezado a hacerte daño, los he cortado de delante de ti David; fui yo. ¿Y sabes qué? Te haré un gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.
1 Crónicas 17: 9 (RV-60): Asimismo he dispuesto el lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10y desde el tiempo que puse los jueces sobre el pueblo Israel; más humillaré y a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.
¿Qué me querías edificar tú, una casa? Pues te tengo una sorpresa para ti: yo te voy a edificar una casa. Mire hermano, en el milenio se va a restaurar el reino; el reino davídico. Dios le dio y todo por un solo pensamiento, por tener un deseo. ¿Qué hizo Dios? Le da muchas promesas a David.
1 Crónicas 17: 11 (RV-60): Y cuando tú días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré tu reino. Cosa que no sucedió con Saúl.
Hay un versículo en la sagrada escritura que todos conocemos, y nos aprendemos de memoria que es Jeremías 33: 3 (RV-60): Clama a mí y yo te responderé. Dios siempre responde, Dios siempre contesta; indiscutiblemente te contesta que sí, te contesta que no; y también una respuesta puede ser: Espérate. Todavía no, te aviso, más adelante. Pero le digo más, no responder, es una respuesta.
Piense en su papá o en su mamá, cuando usted preguntó algo y, solamente lo miró sin darle ninguna respuesta. Entonces usted solito le dijo: No me diga nada. Es decir, aún sin contestar, sin hablar, y es una respuesta de parte de Dios.
Mira cuando Dios dice que no, cuando Dios dice no; es no.
Moisés, lidió con un pueblo de dos millones y medio. Un pueblo rebelde, un pueblo provocador, la verdad. Un día decían: “serviremos a Jehová” y el siguiente día: “para qué nos han traído a morir en este desierto.” Y Moisés los soportó a todos ellos.
Deuteronomio 3:25 (RV-60): Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.
27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán. Y Dios había dicho: ya no quiero hablar más del asunto, no más.
Pablo dijo: tengo un aguijón. Nadie sabe cuál es el aguijón, si alguien le dice es esto, aquello; nadie sabe porque no lo dice la Biblia. Se imaginan cosas la gente. Pero Pablo tiene un aguijón, que le llama mensajero de Satanás. 2Corintios 12:7 (RV-60): Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera, 8respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Pablo tenía un problema de temperamento fuerte. La experiencia me ha enseñado, que personas de temperamento fuerte sufren mucho; porque Dios tiene que tirar (jalar) de la soga (como a un caballo), sino se saltan la cerca (barda). Entonces, Pablo tenía ese problema y no le importó pelearse con Bernabé, que era una buena persona, una persona tranquila. La gente que tiene mecha corta (mal carácter), las personas que se encienden, Dios los mantienes tranquilos (con un aguijón). Y Pablo era tan sabio, pero tan sabio, que él entendía. Las personas soberbias sufren, personas altaneras sufren; por eso mejor bajarse uno solito y acordarse de Pablo. Hasta contada tenía Pablo, las veces que había hablado con el Señor, tres veces. Y Dios le contestó: 2Corintios 12:9 (RV-60): Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Como diciendo: ¿y qué más quieres? Ya te salvé hijo.
A David le dijo: No construirás el templo. Pero más adelante, vamos a estudiar cuando David se metió con Betsabé, y se enfermó el bebé. Y David ayunó, se tiró en tierra para pedir a Dios: que no se muera el niño. Sí, el dulce cantor de Israel, El hombre conforme al corazón de Dios. El mensaje de hoy es: Cuando Dios dice: No. Cuando el niño había muerto se acercaron los siervos al rey, y al verlo dijeron: mira, si aun sabiendo que el niño estaba vivo mira cómo se puso, ahora si le decimos que se murió ¿cómo se va a poner? Y dice la escritura que David vio a los siervos que estaban hablando entre ellos y entendió que el niño había muerto. Les hizo la pregunta: – ¿se murió el niño? Y le dijeron: –si, se murió. Se levantó, fíjese.
Hermanos, es que tenemos que confiar en Dios, tenemos que confiar en su soberanía. Cuando nosotros le pedimos a Dios que no se muera una persona, eso habla del gran deseo de nuestro corazón, de nuestra alma; pero Dios sabe lo mejor.
¿Qué podemos hacer cuando Dios dice que no? Debemos entender que no vamos a recibir todo lo que pedimos. Los hijos que reciben todo de parte de los padres, son hijos malcriados.
Debemos aprender a confiar en la sabiduría divina. Hay un propósito en todas las cosas que suceden, y ese propósito: solo Dios lo sabe. Nosotros porque tenemos la Biblia, y entendemos un poco mejor las cosas; pero hay situaciones que nos pasan donde Dios te dice no, y sólo Él sabe. Lo que nosotros queremos, no siempre es lo que más nos conviene.
Dios es un Padre amoroso que quiere lo mejor para nosotros, por eso dice: mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos. ¿De cuántas cosas no nos ha librado el Señor, porque un día nos dijo no? Y a nosotros nos encantan las gratificaciones a corto plazo, pero Dios quiere bendiciones a largo plazo.
1ª de Crónicas 17: 19 (RV-60): Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias tus grandezas. 20Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.
David aceptó el “No” en adoración, esto hace diferente a mi querido David. No dice que tiró al suelo, nos dice que se puso a llorar como un niño. No hay semejante a ti. No hay otro como tú. Cuando Dios le dijo que no.
Si hubiese sido a Saúl, es capaz que le diga al profeta: Ve y dile a Dios, que lo siento, pero, que ya comenzaron a echar los cimientos. Esos son aquellas personas que, aun conociendo la voluntad de Dios, viven vidas en contra de Dios. Dios les dice que no, pero ellos siguen buscando; es como hacer las cosas incorrectas aun teniendo conocimiento que están mal.
Quiero terminar con estos versículos.
2do Crónicas 6: 7 (RV-60): Y David mi padre todo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 8Más Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón deseo de edificar casa a mi nombre, bien has hecho haber tenido este en tu corazón. Aquí está hablando Salomón, hijo de David, contándole al pueblo.
En nuestros días es Dios diciéndole a David: “Wow, en cuatrocientos años nadie me había dicho que me quería construir casa.”
Esto es para revolcarse uno solito cuando está allí en su devocional. Nos queremos meter a la mente y el corazón de David, pero esto explica cuando David dice: “Es que yo tengo mi afecto en la casa de Jehová. Es que yo amo la casa del Señor. Es que yo sé de dónde vengo. Es que yo sé de dónde me sacó, y mira todo lo que tengo.”
Escuche esto, Dios no le permitió construir casa, pero, ¿de dónde cree que salió la mayoría de las riquezas para construir el templo de Jehová?
Salomón, tú vas a construir el templo (dice David), y aquí tienes todo mi tesoro que es para mí Señor. Yo no pude construir el templo, pero con estas riquezas no me quedo; porque mi afecto está en la casa de Dios. Cuando David dice: “Mi afecto está en la casa de Dios. Mi amor está en la casa Dios.” No es el aspecto físico, está hablando del corazón. Dice Dios: “David, el hombre conforme a mi corazón.”
Vamos a orar, demos gracias al Señor.
Padre gracias por tu palabra en esta noche. Gracias por las enseñanzas que recibimos de este gran hombre de Dios en tu palabra. Por ese cariño y afecto especial, por esa relación tan cercana, por esa comunión tan especial, que hubo entre tú y David. Gracias Padre porque, a medida que vamos caminando vamos conociendo el corazón de este hombre el amor tan grande que tenía por ti Señor. Eso nos hace elevar nuestra imaginación para recordar aquellos pasajes maravillosos de la pluma del rey, de experiencias vividas contigo. Jehová es mi pastor nada me faltará. Recordando cuando él era pastor de ovejas, los salmos, las escrituras de David. Su clamor en medio de la calamidad, del dolor, del sufrimiento. Y ahora, de pastor de ovejas a príncipe sobre tu pueblo. Y no sólo eso, sino las promesas que le hiciste a David, promesas eternas. David tenía su afecto en tu casa. David amaba tu casa. David te amaba a ti. Padre, por lo que más quieras, nunca permitas que veamos a Dios ya tu casa con indiferencia. Sabemos que escudriñas el corazón, tú dijiste en tu palabra que te agradó el pensamiento de David, te gustó que David haya pensado en tu casa. Gracias por cada una de estas enseñanzas y especialmente Señor al reconocer que, no siempre vamos a tener un sí, a las peticiones en nuestra vida.
Mientras todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón. es el deseo nuestro que usted le entregue su vida a Dios y comience una vida nueva. ¿Hay alguien que nunca ha recibido a Cristo en el corazón y quisiera hacerlo en esta noche? Yo le quiero hacer la invitación a usted, hay alguna persona que dice: Pastor yo no he recibido al Señor todavía, pero, me gustaría entregarle mi corazón a Cristo porque tengo necesidad de Dios. Si hay alguien, ahí donde está levanten su mano, póngase de pie y déjenos orar por usted.
Usted que está en su casa y nos mira por las redes sociales, si quiere recibir al Señor dígale: “Señor en este día, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Me arrepiento de mis pecados, soy pecador. Gracias Señor por salvarme hoy.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor bendice a tu pueblo, en el nombre de Jesús: amén.
Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. ¡Dios me los bendiga!