Consejos de un Padre: ¡Joven, mantente firme, no desmayes!

La juventud, sin duda, es una de las etapas más bonitas de la vida. Llena de diversión, y para algunos, libre de grandes responsabilidades. Sin embargo, es un tiempo en el que hay que tomar decisiones, enfrentar riesgos, y experimentar aventuras, que pueden marcar el resto de tu vida.

Sin lugar a duda, somos testigos de que los tiempos actuales son difíciles para los jóvenes. La influencia de la sociedad moderna está enfocada en alejarlos cada vez más de Dios. Permanecer firme en la fe, en un mundo lleno de adversidades, no es fácil. Es un hecho que este mundo cada día empeora, y a causa de estos cambios podemos ver un endurecimiento y enfriamiento en el corazón de los jóvenes, para hacer la voluntad del Señor.

Al igual que nuestro Padre celestial desea que permanezcamos en nuestra fe, también nosotros los padres terrenales deseamos que nuestros hijos permanezcan en el amor a Cristo. La juventud es la época de la vida de más cambios y crecimiento personal. Estás estudiando, tal vez practicando algún deporte, a lo mejor aprendiendo a tocar un instrumento, o alguna otra actividad. Todo esto parece importante, pero debes saber que también es importante crecer y madurar en tu relación con Dios.

Quisiera animarte a permanecer y crecer en tu relación con Dios a través de los siguientes consejos:

Primero, debes saber escoger tus amistades. Muchas veces estas nos pueden ser de tropiezo. Quizá tú tienes el deseo de hacer la voluntad de Dios, pero esas amistades, sin darte cuenta pueden apartarte de sus caminos. Proverbios 27:17 dice: “Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo”. Tus amistades deben ser personas que te insten a hacer la voluntad de Dios, quienes te apoyan y te animan cuando te sientes con desánimo. Recuerda que tus amistades pueden acercarte o alejarte de Dios. Reflexiona en qué clase de amigos tienes.

Segundo, mantente activo. Involúcrate lo más que puedas en la iglesia. Sirve a Dios con tus dones y busca mantenerte ocupado en la iglesia. Joven, en lo que mantengas ocupada tu mente es lo que determinará tus pasos en la vida. Romanos 12:11 “Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.”

Tercero, lee la Biblia. Así como los estudios son importantes para tu crecimiento y desarrollo, la lectura de la palabra de Dios es importante para tu crecimiento espiritual. Salmos 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. Cuanto más conoces la Biblia, más sabiduría tendrás para tomar mejores decisiones en tu diario vivir y así agradar a Dios.

Cuarto, habla con Dios. No descuides tu oración. Si no sabes cómo orar, solo recuerda que orar es hablar con nuestro Padre Celestial. La oración nos mantiene en comunión con Él. Es como una amistad, si no dedicas tiempo al amigo, la relación se termina. Si permaneces en la oración, gozarás de comunión con el Señor y serás más fuerte ante las tentaciones.

Termino recordándote las palabras de Salomón en Eclesiastés 12:1: “Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud…”.

El deseo de todo padre es que nuestros hijos busquen, amen y sirvan a Dios. Es mi deseo que te involucres en servir a Dios y mantenerte en comunión con Él, con la lectura de su palabra y siendo constante en la oración. Pues, el acordarnos de Dios no significa simplemente pensar en Él o asistir a la iglesia. Significa relacionarte con Él, caminar con Él, aprender a intimar con Él, aun más en la juventud. Recuerda que los placeres de este mundo son pasajeros, por lo tanto, busca agradar a Dios con tu vida, y recuerda que todo lo que hagas traerá consecuencias que marcarán tu futuro. No olvides que Dios honra a aquellos que le honran a Él.

Bendiciones.

Hno. Alex Hernández