¿Qué dicen los titulares de noticias más recientes?
Veamos algunos ejemplos:
- Récord mundial de contagios y muertes diarias en India
- “Que el mundo sepa que en Colombia nos están matando”
- Un nuevo secuestro de estudiantes sacude a Nigeria
- Desmantelan una enorme red virtual de pornografía infantil en Alemania
- La Cámara de diputados de Chile aprobó la eutanasia
- Experimentan con animales para crear productos para humanos
Sería un alivio que estos fueran los nombres de las próximas películas de ficción de Marvel Studios, o los títulos para una nueva saga de libros de horror de un autor intrépido y con gran imaginación. La triste realidad es que cada uno de estos titulares, es la cortina de antesala a un mundo que sufre, llora, muere y que clama desesperadamente por justicia, paz y consuelo. Sabiendo que esta es la realidad que nos rodea, es muy probable que nuestros corazones estén profundamente dolidos y conmovidos. Puede también, que nuestra mente no logre reconciliar el momento en el que tanta maldad e injusticia, se apoderaron de los rincones de la tierra. Peor aún, puede que no logremos percibir algún asomo de esperanza. Me atrevo a suponer todo esto, porque frecuentemente me cuesta hallar consuelo ante tan cruel panorama.
Pero también hay buenas noticias. Hay una persona que brinda justicia, paz y consuelo. Es más… hay alguien que es justicia, paz y consuelo, en sí mismo. Es decir, no solo brinda esto, sino que además lo es. Su nombre es Jesús y espera por nosotros pacientemente, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vayamos al arrepentimiento.
¿Arrepentimiento de qué? ¿Por qué debemos arrepentirnos cuando las atrocidades del mundo no están pasando por cuenta de nuestras manos?
Debemos arrepentirnos, porque las atrocidades del mundo están sucediendo por cuenta de nuestros corazones. Pero las palabras que ustedes dicen provienen del corazón; eso es lo que los contamina. Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia. Mateo 15: 18-19
¿Cómo afectaría al mundo nuestro arrepentimiento?
Nos deleitaríamos en los más grandes mandamientos que Jesús nos ha ordenado: Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:37-40. Si amáramos al Señor Dios con todo nuestro corazón, los seres humanos alinearíamos nuestras decisiones con sus expectativas y no con las nuestras. Si fuese así, los titulares de noticias más recientes serían muy diferentes.
Algo así como: “Récord mundial de ayuda internacional para India” o tal vez “Que el mundo sepa que estamos orando en Colombia” o a lo mejor “Un nuevo programa de inversión para estudiantes ocurre en Nigeria” por mencionar solo algunos ejemplos. El arrepentimiento no nos libraría del infortunio social, sino que nos daría un nuevo corazón para reconocer nuestro rol en el lugar exacto en el que El Señor nos ha plantado y la importancia de llevar a cabo la obra que nos ha encomendado: amarle y amarnos.
¿Y dónde queda la justicia y cuál es la esperanza que tenemos?
Respecto a la justicia: No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo! Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños. ¡Veneno de víbora hay en sus labios! Llena está su boca de maldiciones y de amargura. Veloces son sus pies para ir a derramar sangre; dejan ruina y miseria en sus caminos, y no conocen la senda de la paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Romanos 3: 10-18
Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados. Salmos 37:28
Respecto a nuestra esperanza: Si está basada en que un familiar, el gobernante, los que hacen el mal, o las naciones cambien, estaríamos depositando toda nuestra confianza en el corazón del hombre, y por lo que vimos en Mateo 15: 18-19, sería conveniente que replanteáramos esta osadía. Nuestra esperanza se encuentra en:
- La misericordia del Señor que está disponible para todos los impíos que deseemos volvernos a Él. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16
- El único que puede restaurarnos, convencernos de pecado y darnos un corazón de carne para que andemos en sus caminos. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Ezequiel 36:26-28.
- Quien ha prometido acompañarnos todos los días de la vida, hasta que seamos llevados a su presencia a deleitarnos en su Gloria, en una nueva tierra donde ya no habrá injusticia, dolor ni llanto. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir. Apocalipsis 21:4
Amados hermanos: Las noticias del mundo dicen que estamos condenados a la desesperanza y a la esclavitud de nuestros propios pecados. El Señor dice que sus mandamientos son dignos de confianza y que Él ha vencido. En su amor nos ha revelado su palabra para que confiemos y seamos fortalecidos aun en medio de las circunstancias más difíciles.
Acuérdate de la palabra que diste a este siervo tuyo, palabra con la que me infundiste esperanza. Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida. Salmos 119: 49-50