Hace unos días observaba un video en internet, este contenía como son las celebraciones de navidad en muchos países de Latinoamérica, en el aparecían muchos fuegos pirotécnicos, mesas llenas de comida, fiestas, familia, amigos y más.

A veces por el entusiasmo de la temporada, por la emoción de arreglar nuestra casa, por escoger los regalos de nuestros hijos, familia o conocidos, por saber que vamos a comer ese día o que vamos a vestir, por pensar si estaremos o no acompañados, olvidamos en que radica verdaderamente la Navidad.

Si nos detenemos a pensar un poco, al final de todo, te das cuenta que el verdadero significado, no está en ninguna de las cosas o actividades que realizamos, sino más bien en el más grande y único acto de amor que el ser humano ha conocido, y que lastimosamente muchos, en este tiempo no le dan la importancia que se merece.

Ya sea que seamos creyentes o no de un Dios, caemos en el error de llenar nuestro corazón con todas estas celebraciones, intentando llenar vacíos, para tener un ápice de felicidad y dependemos de ellas como si fueran a darnos vida, cuando el único que puede darnos vida es nuestro Señor Jesucristo.

Cuando entendemos que Dios en su infinita misericordia nos proveyó de un Salvador, para rescatarnos de nuestros pecados, podemos comenzar a visualizar en donde radica la verdadera importancia de la Navidad.

Nosotros siendo imperfectos, inclinados al mal, desechando ese amor que da vida, Dios mismo se despojó de su hijo amado, por una humanidad pecadora, que necesitaba ser reconciliada, y tener vida eterna.

Como dice su palabra en Juan 3:16-17 “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” El verdadero significado de la Navidad es la celebración de este increíble acto de amor.

Podremos preguntarnos: ¿Porque hizo Dios esto? ¿Porque Él nos ama tanto? Es necesario que tengamos un Salvador? Sabes cuál es la respuesta a todas estas preguntas: Porque el mismo es amor, como dice su palabra en 1 Juan 4:8 “El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor”. 

El verdadero significado de la Navidad es amor puro. Dios amó a los suyos y proveyó el camino, el único Camino, para que pasemos la eternidad con Él. Dios dio a Su único Hijo para ejecutar en Él el castigo por nuestros pecados. Él pagó el precio completo y por eso estamos libres de condenación cuando aceptamos este regalo gratuito de amor. “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8).

Hoy podremos darnos cuenta que, si dejamos entrar ese amor a nuestro corazón, tendremos vida y la tendremos en abundancia, toda gratitud, toda felicidad, debe estar en torno a que Cristo fue a la Cruz para rescatarnos y justificarnos, cuando no lo merecíamos.

Nos podrá faltar la llamada de un buen amigo, nos podrá faltar compartir con alguien un buen platillo, nos podrá faltar un regalo debajo del árbol, podremos estar sin dinero, pero que no nos falte tener a Cristo en nuestros corazones, porque con Él lo tenemos todo.

Es nuestro deber transmitir a las nuevas generaciones, que la Navidad es mucho más que una temporada bonita, debemos sellar en sus mentes y corazones, la verdadera esencia, al resaltar la gratitud hacia Dios por lo que hizo por nosotros, conmemorando y celebrando su nacimiento, para adorarlo.

¡FELIZ NAVIDAD a todos, que Dios los bendiga!