Varon de Dolores
Abril 02, 2023 – 1:30PM | Isaias 53:1-7 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir las sagradas escrituras, por favor, en el libro de Isaías, capítulo 53. El mensaje de esta tarde: “Varón de dolores”. Vamos a hablar acerca de la muerte de Jesús y los beneficios que traen a nuestras vidas como creyentes, la muerte de Cristo. Voy a utilizar algunas expresiones bíblicas que, sería bueno y necesario que las entendamos.
Isaías 53: 1-7 (RV-60): 1¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Oremos: Padre al recordar lo que hiciste por nosotros en la cruz, nuestro corazón se llena de gratitud profunda y eterna. Gracias Señor. Gracias porque te hiciste carne, viniste a este mundo, habitaste entre nosotros, fuiste a la cruz, fuiste obediente al Padre, hasta la cruz. Ahora nosotros te damos honra y gloria, sabemos que tú no estás en la tumba, que estás sentado a la diestra de Dios Padre, que resucitaste al tercer día; pero para llegar a la resurrección fue necesario pasar por esa cruenta cruz. En este día Padre, recordamos ese momento y te damos gracias. Bendice esta palabra en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, amén.
La muerte y resurrección de Jesucristo son dos fundamentos principales del cristianismo, de nuestra fe. Jesús tenía que morir y derramar su sangre, porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Al mismo tiempo, esta es la maravilla del evangelio, hay que entender que Jesús es el autor de la vida; y como Él es el autor de la vida no puede morir. Es por eso que Jesús en Juan 10:17 dijo: “Yo pongo mi vida y la vuelvo a tomar.” Si Cristo muere, y no hubiera resucitado nosotros seríamos como cualquier otra religión en el mundo, que tienen a sus líderes muertos; pero Cristo resucitó, está vivo, y está sentado a la diestra de Dios Padre. (Amén).
Quiero hablar de algunos beneficios que nosotros los creyentes obtenemos con la muerte de Jesús.
- Expiación.
Curiosamente esa palabra no la encontramos, como tal, en el Nuevo Testamento (NT). En el Antiguo Testamento (AT) aparece más de 150 veces.
Hebreos 9:26 (RV-60): De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
¿Qué significa expiación? Remover el pecado y la culpa.
Cuando Juan El Bautista, estaba bautizando en el Jordán y apareció Jesús; Juan El Bautista dijo (Juan 1:29) esas palabras: He ahí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo. Tengamos en mente que: La expiación significa que él, Jesucristo, con su muerte quita de en medio el pecado.
En el pasaje que comenzamos Isaías 53:6 (RV-60): Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Yo pregunto: ¿Cómo es que Dios quita el pecado y la culpa de nosotros? Porque Jehová cargó en Jesús el pecado de todos nosotros. La palabra expiación quita el pecado y la culpa; eso hace la expiación de Jesús, la muerte de Cristo.
Mira el expresidente Donald Trump, ha sido acusado de un crimen, de un delito. Ser acusado es una cosa, y declararse culpable es otra. El hombre ahorita ha sido acusado, pero, ¿él que está diciendo? Él está diciendo: Yo no tengo culpa de lo que me están acusando. La corte, o el juez, tiene una acusación en contra de una persona y esa persona, aunque sea inocente, tiene que presentarse a la corte; se le van a presentar pruebas y al final se declara si usted cometió o no el crimen. La Biblia dice que la paga del pecado es muerte. Usted y yo estamos en la misma condición que está el expresidente Trump; pero con una gran diferencia. Yo no sé cómo él puede sentirse, pero yo no quiero que se presenten las pruebas en mi contra delante del Señor. ¿Qué pasa si nos presentamos delante del Señor? Hay dos cosas que están de por medio: el pecado y la culpa. La Biblia nos da una lista enorme de todos los pecados que hemos cometido. Pero este versículo que tenemos acá quiere decir que, con la muerte de Jesús, Dios lo que hizo fue que tomó la culpa y el pecado nuestro, y lo cargó sobre Jesús. Entonces Jesús llevó mi culpa y mi pecado.
Mira la palabra del Señor, categórica y específicamente, dice que justos no hay ni aún uno; es decir, todos somos culpables. ¿Sabe qué dijo Pablo? 1 Timoteo 1: 15 (RV-60): Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. ¡Alabado sea el nombre del Señor!
Las personas que estamos acá hemos venido porque creemos en Dios o porque alguien nos invitó; pero la gente que está allá afuera, las personas que no conocen al Señor, tienen delante de Dios la culpa y el pecado; y la tienen con ellos hermano. De que viene el juicio viene, nadie sabe qué es lo que va a pasar el martes con el expresidente Trump, ¿verdad? Conozco de personas que tienen que ir a una corte y he escuchado al abogado decirle a la persona (que niegan su culpabilidad cuando la tienen): Si usted se declara culpable el juez va a ser, con usted, más suave.
Tenemos la culpa y el pecado delante de nosotros por cualquier cosa que haya hecho en su vida, que a mí no me interesa pero que Dios mira y Él conoce todas las cosas. Dios sabe lo que usted se ha robado, sabe todas las veces que le ha sido infiel a su esposa, Dios sabe las malas palabras que hemos dicho, las mentiras, ¿qué es eso? Culpa y pecado.
La expiación te toma la culpa y el pecado para colocarlo en la cruz sobre Jesús, y nosotros los creyentes, por la gracia y misericordia del Señor, somos libres de esa culpa. ¡Bendito sea Dios, amado! Por eso mucha gente puede decir: “yo no entiendo como usted duerme tan tranquilo con todo lo tremendo que usted ha sido.” Es que yo puedo dormir tranquilo porque, mi culpa y mi pecado Dios lo puso sobre Jesucristo, ya no tengo más que andar cargando yo culpa y pecado, por la gracia del Señor, Dios tomó nuestra culpa.
- Propiciación.
Esta palabra es otro beneficio que tenemos los creyentes.
1 Juan 4:10 (RV-60) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
La propiciación remueve la ira de Dios. En el Antiguo Testamento (AT), ¿cómo se manifestó Dios? Hermano, en el (AT) Dios se enojaba y mandaba fuego del cielo, ¿se acuerda? ¿Recuerdan cuando el pueblo quería subir al monte; y comenzó a temblar el monte, a salir humo; se regresaron hermano? Se percataron que Dios estaba enojado. ¿Por qué? Porque habían quebrado sus mandamientos. Le acababan de dar los mandamientos y, al instante ya estaban adorando un becerro.
Hay una ira, de parte de Dios, contra todas aquellas personas que actúan impíamente, que quebrantan la ley, que quebrantan los mandamientos del Señor; hay una ira de parte de Dios en contra de toda esta gente. Dios está enojado, Dios está molesto. ¿Recuerdan como envió fuego y azufre a Sodoma y Gomorra? Nosotros también hemos quebrantado la ley de Dios, ¿sí o no? Claro que sí.
La palabra propiciación significa precisamente que: la muerte de Cristo remueve la ira de Dios sobre nosotros. ¡Alabado sea el Señor, amado mío! Si fuera por justicia, tendríamos que morir; porque hemos quebrantado la ley de Dios. La propiciación no solo remueve la ira de Dios, sino que la convierte en un favor hacia nosotros, ¡Qué maravilla!
Como creyentes nunca pida justicia, como creyente pida siempre misericordia; porque si Dios manda la justicia, acaba con usted hijo. ¿Por qué? Porque somos culpables. Eso hace la palabra propiciación, quita la ira de Dios sobre nosotros.
Apocalipsis 12:10 (RV-60): Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
¿Quién es ese acusador? El diablo. ¿Qué quiere decir ese versículo? Quiere decir que el diablo nos acusa delante del Padre constantemente. ¿Sabe que tenemos un intercesor? Pero Jesús intercede por nosotros, Él le muestra sus manos a Dios y dice: “Este hijo tuyo ha creído en mi sacrificio en la cruz del Calvario. Ha sido lavado con mi sangre preciosa, que derramé en la cruz”. Esto lo dice Romanos 8:34 (RV-60): ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¡Qué maravilla hermanos! Tenemos un acusador, pero también tenemos a alguien que intercede por nosotros.
Déjeme decirle algo más: la palabra del Señor dice que no tenemos a un sumo sacerdote que no se compadezca de nuestras debilidades. Cuando un niño está creciendo, usted sabe que se va a caer varias veces, porque es normal. Dios sabe que somos débiles, porque Él se hizo humano. Dice la escritura que Jesús padeció todas las tentaciones que padecemos nosotros los humanos, con la única diferencia que, sin pecado; pero Él se compadece de nosotros. Hermano, si Él no tuviera compasión de nosotros por cada pecado que cometemos, ya no tendría congregación. ¿Imagínese si Dios nos fulminara por cada error que cometemos? En primer lugar, no habría pastor y tampoco congregación, no habría nada; porque Dios nos hubiera fulminado, pero Él nos ve a nosotros con simpatía, ¿sabe por qué? Por lo que hizo Jesús en la cruz del calvario. Adán nos heredó a nosotros el pecado, el pecado entró por un hombre y luego pasó a todos los hombres.
Debemos entender que el pecado degrada al individuo, es una ofensa ante la santidad de Dios.
¿Por qué Dios no nos ha acabado? Por la propiciación, porque por el sacrificio de Cristo se remueve la ira de Dios de nosotros.
- Reconciliación.
Romanos 5:10 (RV-60): Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Recuerde que estoy hablando de los beneficios de la muerte de Jesús.
Colosenses 1: 21-22 (NTV): 21Eso los incluye a ustedes, que estaban lejos de Dios. Eran sus enemigos, estaban separados de él por sus malos pensamientos y acciones; 22pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa y pueden presentarse delante de él sin ninguna falta.
Es importante entender lo siguiente: En el evangelio no hay lugar para la imparcialidad, por ejemplo: hemos conocido nosotros la palabra ateísmo que son aquellas personas que no creen en Dios. Luego, tenemos a los agnósticos que dicen yo ni creo ni dejo de creer, eso es lo que dicen ellos; es decir, ¿usted cree que hay Dios? No sé. ¿Usted cree que no hay Dios? No sé, eso es lo que dicen ellos. Pero quiero que sepa que la Biblia no da lugar para imparcialidad, la Biblia es o no es, cabalmente.
Es por eso que Jesús dijo el que no es conmigo, contra mí es. Por tanto, usted está con Jesús o está con el diablo, una de dos. ¿Quién es el enemigo acérrimo del Evangelio? Satanás. Entonces no hay manera que usted pueda venir y decir: Mire, yo a la verdad ni estoy a favor de Dios, pero tampoco estoy en contra. Dice Dios: Si no estás conmigo, estás en contra mí. La palabra dice que la muerte de Cristo lo que logró fue una: reconciliación. ¡Qué lindo eso!
¿Alguna vez ha estado enemistad usted con alguien? ¿Se ha peleado con alguien usted? La Biblia dice que éramos enemigos de Dios, pero que la muerte de Cristo nos ha reconciliado con el Señor. Ahora somos amigos de Dios. ¡Qué lindo! Hermano no hay nada más maravilloso que estar en paz con Dios. El que está en paz con Dios, está en paz con uno mismo. El que está en paz con Dios, está en paz con su pasado. El que está en paz con Dios, está en paz con su presente. Personas que no están en paz con Dios, se pasan la madrugada con los ojos clavados en el techo, buscando algo que ni saben qué es. La reconciliación es un regalo maravilloso.
- Redención.
Tenemos que estar agradecidos por lo que Dios ha hecho por nosotros, la verdad que sí.
Tomando el ejemplo del expresidente Trump, así estábamos nosotros (siendo acusados) hasta que Cristo murió por nosotros. En esta semana santa eso es lo que se celebra, se celebra la muerte de Jesús. ¿Cómo no le vamos a dar honra y gloria a Dios por lo que hizo? Nosotros estábamos muertos hermano, fulminados estábamos, y él nos libró de eso.
Efesios 1:7 (RV-60): En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
El pecado se enseñorea de nosotros, eso quiere decir que nos mantiene cautivos, esclavos. El que practica pecado, esclavo es del pecado. Esclavo de nuestros pensamientos, esclavo de nuestros malos hábitos; por ejemplo: esa persona que ingiere droga (cualquier tipo de droga) es un esclavo de esa droga, lastimosamente es un esclavo. Una persona que tiene problemas con el alcohol, es un cautivo. La Biblia le llama: El poder del pecado. Usted puede llegar a ser cautivo de pornografía, cautivo de sus pensamientos. ¿Cuántas personas han llegado a considerar que no tienen propósito en la vida, y que como no tienen propósito en la vida que el suicidio es un deber? Y lo han intentado una vez, lo han intentado dos veces y lo han intentado tres veces; es complicada la situación. Eso es lo que hace el pecado, nos mantiene cautivos.
Entienda esto ahora: si yo soy cautivo del pecado y el pecado me tiene a mí esclavo, yo necesito que alguien venga y me libere; esa liberación se llama: Redención, rescate; esa es la palabra que estamos estudiando.
Efesios 1:7 (RV-60): En quien tenemos rescate por su sangre…
Redención (rescate) la paga, es el rescate. La muerte de Cristo logró esa redención para nosotros, la liberación. Cristo pagó el precio de nuestro rescate, por eso es que somos libres. Hermano, Dios hace libre al cautivo.
Acá en esta iglesia hay personas que han sido esclavos de algo o de alguien, y Cristo nos liberó. Por ejemplo: el resentimiento. Con todo el respeto, personas que se han divorciado de la manera más horrible. ¿Cuáles son sus pensamientos con relación a su expareja? No le dicen a Dios: “Señor ilumínala”; sino: “Señor elimínala.” Yo he conocido personas amargadísimas, porque el resentimiento produce amargura; pero Cristo te libera de todos esos pensamientos.
Todos hemos escuchado la noticia del asesinato en el colegio cristiano en Estados Unidos. Fíjate que, la persona que cometió ese acto, antes, le habló por teléfono a una amiga diciéndole: “he amanecido con ganas de matar”. ¿Te puedes imaginar eso? La amiga pensó que no, que no lo iba a hacer; hasta que ya habían muerto niños y profesores. ¿Qué es eso? Es una cautividad diabólica. Hay personas engañadas, hoy en día, creyendo que son una cosa, cuando son otra. Todo eso necesita liberación de Dios. Y Cristo nos libera porque hay un precio, el precio es: la sangre preciosa de Cristo. Y créeme que te libera hermano, te libera de ese mal, te libera de esa adicción.
Romanos 3:9 (NTV) Ahora bien, ¿llegamos a la conclusión de que los judíos somos mejores que los demás? ¡Para nada! Tal como acabamos de demostrar, todos -sean judíos o gentiles- están bajo el poder del pecado.
Por ejemplo, una señora chismosa, el chisme es pecado. ¿No me diga que nació chismosa? Se hizo chismosa porque se juntó con otras chismosas; y a las chismosas las alimenta el chisme. Y casi siempre son las mismas, en esos grupos no aceptan a una persona nueva; porque no saben si es o no es chismosa. Ese es el poder del pecado. Trate de decir: A partir de hoy ya no voy a chismear, no se aguanta, nada más pasa una hora y la desesperación que tiene de ir contando a la gente cualquier cosa es inmensa; porque es así. Pero la sangre de Cristo, la muerte de Cristo, te libera del poder del pecado.
¿Cuál es el poder que tiene el pecado sobre nosotros? Bueno nos hace esclavos, te mantiene en tinieblas. Pero no tiene que morir en tinieblas usted, para eso vino Cristo. Vivíamos en tinieblas y de ahí nos libró el Señor, nos sacó de las tinieblas. El pecado nos condena también, pero Cristo nos salva.
- Cristo nos libró la muerte segunda.
Ahora fíjate, quiero hablarte en estos minutitos de la muerte segunda.
Si usted es creyente en Jesús, no le tenga miedo a la muerte física, hermano; téngale miedo a la segunda muerte o muerte segunda (es lo mismo).
Apocalipsis 1:18 (RV-60) y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo mire las llaves de la muerte y del Hades. Las llaves de la tumba, la llave del infierno las tiene Dios.
¿Usted cree que todas las cosas fueron creadas por Dios verdad? Porque eso dice la Biblia, ¿es cierto? ¿Sabe usted que también Dios creó al diablo? ¿Sabe usted que Dios también creó el infierno? Todas estas cosas el diablo, el infierno y a la muerte, son creación de Dios. A primera vista la gente dice: ¿y Dios por qué creó esas cosas? Pero es que también creó la vida y también creó el cielo. El problema es que a la gente le gusta estar engañada. Hay quien dice: No, yo quiero ir al infierno porque allá va a haber una gran fiesta, ¡Imagínate! Y hasta te mencionan los artistas que van a estar ahí abajo. De que van a estar ahí, van a estar; pero te aseguro que no hay instrumentos. La Biblia dice que es un lugar de condenación, es un lugar de tormento enseña la escritura.
Apocalipsis 2:11 (RV-60): El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
Si hay que tenerle miedo a una muerte, es a la segunda muerte. Porque la muerte física, eso le guste a usted o no le guste mi hermano, le toca.
¿Por qué hay que tenerle miedo a la segunda muerte? Porque la primera muerte, la muerte física, es cuando se separa el cuerpo del alma; pero en la segunda muerte se separa el alma de Dios. A eso hay que tenerle miedo.
Apocalipsis 20:6 (RV-60): Bienaventurado y Santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Todos aquellos que tenemos a Cristo, por la misericordia de Dios, en nuestros corazones sabemos que Dios nos ha librado de esa segunda muerte. Que el día que nosotros cerremos los ojos aquí, lo vamos a abrir ante la gloria y la majestad de nuestro Señor Jesucristo; de eso nos ha librado el Señor.
Hay muchísimas personas que el día que se mueran y abran los ojos, lo que van a encontrarse es con fuego, con gusano, con tormento, con tristeza, con gritos alucinantes que van a escuchar, de personas que van a pelearse los unos con los otros. Gente gritando y diciendo: ¡Yo no tengo por qué estar aquí! El infierno va a ser una cosa terrible, y hay personas que cuando despierten van a amanecer ahí, en ese lugar. ¿Por qué? Porque vivieron una vida lejos de Dios. Porque vivieron para ellos mismos. Porque no le dieron honra a Dios, al contrario, en lugar de darle gloria y darle honra a Dios; anduvieron haciendo cosas completamente fuera de lugar, adorando imágenes, adorando santos; eso lo dice la palabra del Señor mi hermano.
¡Mira qué beneficio el que Dios ha hecho por nosotros, esto es una maravilla, esto es un regalo celestial! ¿Cómo no estar agradecido con Dios el resto de nuestra vida si Él nos ha librado de todo esto? ¡Qué lindo nuestro Señor! Nos quitó la culpa y nos quitó el pecado, nos apartó la ira de Dios, nos ha redimido, nos rescató cuando éramos cautivos y ahora nos libra de la muerte segunda, ¿qué más quiere hermano? Si con esto es para que lo adoremos mañana, tarde y noche.
Tenemos a un acusador, pero también tenemos a alguien que intercede por nosotros. Todo esto lo logró Jesús cuando estuvo en la cruz del calvario y expiró diciendo: “Consumado es”. Él hizo la obra perfecta, el sacrificio que satisfizo a Dios por los pecados del mundo; los pecados de todos aquellos que hemos puesto nuestra fe y confianza en el Señor. ¡Alabado sea Dios! ¡Bendito sea su nombre! No nos cansemos de decirle gracias, gracias Señor por todo lo que has hecho a mi beneficio sin merecerlo. Porque esto no es justicia, esto es gracia y misericordia mi hermano, esto es gracia y misericordia.
Él nos libró de esa muerte segunda, ¡Bendito sea su nombre! No solamente aparta la ira, sino que te favorece. ¡Qué maravilla! El juez no solamente aparta la ira, sino que te dice: aquí te voy a dar para el bus para tu casa, y te pone un favor: ¿cuál es ese favor? Te promete la vida eterna, y te dice (Juan 14: 2a-3): 2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
¡Bendito sea el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios! ¡Gracias al Señor!
Padre querido. Te alabamos, te bendecimos, te damos honra. Señor; ¿qué tantas cosas has hecho en beneficio nuestro? Verdaderamente Padre perdónanos, por no darte la honra y la gloria debida a tu nombre. Gracias Señor por todos estos regalos, por tanta misericordia, por tanta gracia de tu parte para nosotros. Señor te adoramos, te bendecimos, exaltamos tu glorioso nombre. Padre, gracias de todo corazón, gracias con el alma Padre. Nos compraste por precio, sabemos que el precio fue elevadísimo, fue tu sangre preciosa, fue tu sangre perfecta; ¡Bendito seas por siempre! Te alabamos Señor.
Ahora, Espíritu Santo de Dios, oramos por todas aquellas personas que no tienen la esperanza bendita de la vida eterna, por aquellas personas que todavía no conocen a Jesús como el Señor y Salvador de sus almas. ¡Señor, ten misericordia Padre Santo, ten misericordia!
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón. ¿Hay alguna persona que nunca antes le ha entregado su vida a Dios? Si usted reconoce que necesita al Señor en su alma, que necesito a Dios en su vida, y en este día quiere entregarle su corazón a Jesús; Yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. ¿Hay alguna persona que quiere venir a los pies de Cristo Jesús? ¡Venga los pies del Señor! ¡Entréguele su vida a Jesús! Comience una vida nueva en esta tarde. Usted que nos mira por las redes sociales, también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón. Te entrego mi vida. Señor te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, y te doy gracias por todos estos beneficios que obtenemos cuando ponemos nuestra fe y nuestra mirada en el autor y consumador de nuestra fe”. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Padre querido gracias, gracias, mil gracias Señor, por todo lo que nos has dado; y por todo lo que has hecho en nuestro beneficio, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amado mío, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Dios me los bendiga!
Varon de Dolores
Abril 02, 2023 – 1:30PM | Isaias 53:1-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir las sagradas escrituras, por favor, en el libro de Isaías, capítulo 53. El mensaje de esta tarde: “Varón de dolores”. Vamos a hablar acerca de la muerte de Jesús y los beneficios que traen a nuestras vidas como creyentes, la muerte de Cristo. Voy a utilizar algunas expresiones bíblicas que, sería bueno y necesario que las entendamos.
Isaías 53: 1-7 (RV-60): 1¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Oremos: Padre al recordar lo que hiciste por nosotros en la cruz, nuestro corazón se llena de gratitud profunda y eterna. Gracias Señor. Gracias porque te hiciste carne, viniste a este mundo, habitaste entre nosotros, fuiste a la cruz, fuiste obediente al Padre, hasta la cruz. Ahora nosotros te damos honra y gloria, sabemos que tú no estás en la tumba, que estás sentado a la diestra de Dios Padre, que resucitaste al tercer día; pero para llegar a la resurrección fue necesario pasar por esa cruenta cruz. En este día Padre, recordamos ese momento y te damos gracias. Bendice esta palabra en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, amén.
La muerte y resurrección de Jesucristo son dos fundamentos principales del cristianismo, de nuestra fe. Jesús tenía que morir y derramar su sangre, porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Al mismo tiempo, esta es la maravilla del evangelio, hay que entender que Jesús es el autor de la vida; y como Él es el autor de la vida no puede morir. Es por eso que Jesús en Juan 10:17 dijo: “Yo pongo mi vida y la vuelvo a tomar.” Si Cristo muere, y no hubiera resucitado nosotros seríamos como cualquier otra religión en el mundo, que tienen a sus líderes muertos; pero Cristo resucitó, está vivo, y está sentado a la diestra de Dios Padre. (Amén).
Quiero hablar de algunos beneficios que nosotros los creyentes obtenemos con la muerte de Jesús.
- Expiación.
Curiosamente esa palabra no la encontramos, como tal, en el Nuevo Testamento (NT). En el Antiguo Testamento (AT) aparece más de 150 veces.
Hebreos 9:26 (RV-60): De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
¿Qué significa expiación? Remover el pecado y la culpa.
Cuando Juan El Bautista, estaba bautizando en el Jordán y apareció Jesús; Juan El Bautista dijo (Juan 1:29) esas palabras: He ahí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo. Tengamos en mente que: La expiación significa que él, Jesucristo, con su muerte quita de en medio el pecado.
En el pasaje que comenzamos Isaías 53:6 (RV-60): Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Yo pregunto: ¿Cómo es que Dios quita el pecado y la culpa de nosotros? Porque Jehová cargó en Jesús el pecado de todos nosotros. La palabra expiación quita el pecado y la culpa; eso hace la expiación de Jesús, la muerte de Cristo.
Mira el expresidente Donald Trump, ha sido acusado de un crimen, de un delito. Ser acusado es una cosa, y declararse culpable es otra. El hombre ahorita ha sido acusado, pero, ¿él que está diciendo? Él está diciendo: Yo no tengo culpa de lo que me están acusando. La corte, o el juez, tiene una acusación en contra de una persona y esa persona, aunque sea inocente, tiene que presentarse a la corte; se le van a presentar pruebas y al final se declara si usted cometió o no el crimen. La Biblia dice que la paga del pecado es muerte. Usted y yo estamos en la misma condición que está el expresidente Trump; pero con una gran diferencia. Yo no sé cómo él puede sentirse, pero yo no quiero que se presenten las pruebas en mi contra delante del Señor. ¿Qué pasa si nos presentamos delante del Señor? Hay dos cosas que están de por medio: el pecado y la culpa. La Biblia nos da una lista enorme de todos los pecados que hemos cometido. Pero este versículo que tenemos acá quiere decir que, con la muerte de Jesús, Dios lo que hizo fue que tomó la culpa y el pecado nuestro, y lo cargó sobre Jesús. Entonces Jesús llevó mi culpa y mi pecado.
Mira la palabra del Señor, categórica y específicamente, dice que justos no hay ni aún uno; es decir, todos somos culpables. ¿Sabe qué dijo Pablo? 1 Timoteo 1: 15 (RV-60): Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. ¡Alabado sea el nombre del Señor!
Las personas que estamos acá hemos venido porque creemos en Dios o porque alguien nos invitó; pero la gente que está allá afuera, las personas que no conocen al Señor, tienen delante de Dios la culpa y el pecado; y la tienen con ellos hermano. De que viene el juicio viene, nadie sabe qué es lo que va a pasar el martes con el expresidente Trump, ¿verdad? Conozco de personas que tienen que ir a una corte y he escuchado al abogado decirle a la persona (que niegan su culpabilidad cuando la tienen): Si usted se declara culpable el juez va a ser, con usted, más suave.
Tenemos la culpa y el pecado delante de nosotros por cualquier cosa que haya hecho en su vida, que a mí no me interesa pero que Dios mira y Él conoce todas las cosas. Dios sabe lo que usted se ha robado, sabe todas las veces que le ha sido infiel a su esposa, Dios sabe las malas palabras que hemos dicho, las mentiras, ¿qué es eso? Culpa y pecado.
La expiación te toma la culpa y el pecado para colocarlo en la cruz sobre Jesús, y nosotros los creyentes, por la gracia y misericordia del Señor, somos libres de esa culpa. ¡Bendito sea Dios, amado! Por eso mucha gente puede decir: “yo no entiendo como usted duerme tan tranquilo con todo lo tremendo que usted ha sido.” Es que yo puedo dormir tranquilo porque, mi culpa y mi pecado Dios lo puso sobre Jesucristo, ya no tengo más que andar cargando yo culpa y pecado, por la gracia del Señor, Dios tomó nuestra culpa.
- Propiciación.
Esta palabra es otro beneficio que tenemos los creyentes.
1 Juan 4:10 (RV-60) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
La propiciación remueve la ira de Dios. En el Antiguo Testamento (AT), ¿cómo se manifestó Dios? Hermano, en el (AT) Dios se enojaba y mandaba fuego del cielo, ¿se acuerda? ¿Recuerdan cuando el pueblo quería subir al monte; y comenzó a temblar el monte, a salir humo; se regresaron hermano? Se percataron que Dios estaba enojado. ¿Por qué? Porque habían quebrado sus mandamientos. Le acababan de dar los mandamientos y, al instante ya estaban adorando un becerro.
Hay una ira, de parte de Dios, contra todas aquellas personas que actúan impíamente, que quebrantan la ley, que quebrantan los mandamientos del Señor; hay una ira de parte de Dios en contra de toda esta gente. Dios está enojado, Dios está molesto. ¿Recuerdan como envió fuego y azufre a Sodoma y Gomorra? Nosotros también hemos quebrantado la ley de Dios, ¿sí o no? Claro que sí.
La palabra propiciación significa precisamente que: la muerte de Cristo remueve la ira de Dios sobre nosotros. ¡Alabado sea el Señor, amado mío! Si fuera por justicia, tendríamos que morir; porque hemos quebrantado la ley de Dios. La propiciación no solo remueve la ira de Dios, sino que la convierte en un favor hacia nosotros, ¡Qué maravilla!
Como creyentes nunca pida justicia, como creyente pida siempre misericordia; porque si Dios manda la justicia, acaba con usted hijo. ¿Por qué? Porque somos culpables. Eso hace la palabra propiciación, quita la ira de Dios sobre nosotros.
Apocalipsis 12:10 (RV-60): Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
¿Quién es ese acusador? El diablo. ¿Qué quiere decir ese versículo? Quiere decir que el diablo nos acusa delante del Padre constantemente. ¿Sabe que tenemos un intercesor? Pero Jesús intercede por nosotros, Él le muestra sus manos a Dios y dice: “Este hijo tuyo ha creído en mi sacrificio en la cruz del Calvario. Ha sido lavado con mi sangre preciosa, que derramé en la cruz”. Esto lo dice Romanos 8:34 (RV-60): ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¡Qué maravilla hermanos! Tenemos un acusador, pero también tenemos a alguien que intercede por nosotros.
Déjeme decirle algo más: la palabra del Señor dice que no tenemos a un sumo sacerdote que no se compadezca de nuestras debilidades. Cuando un niño está creciendo, usted sabe que se va a caer varias veces, porque es normal. Dios sabe que somos débiles, porque Él se hizo humano. Dice la escritura que Jesús padeció todas las tentaciones que padecemos nosotros los humanos, con la única diferencia que, sin pecado; pero Él se compadece de nosotros. Hermano, si Él no tuviera compasión de nosotros por cada pecado que cometemos, ya no tendría congregación. ¿Imagínese si Dios nos fulminara por cada error que cometemos? En primer lugar, no habría pastor y tampoco congregación, no habría nada; porque Dios nos hubiera fulminado, pero Él nos ve a nosotros con simpatía, ¿sabe por qué? Por lo que hizo Jesús en la cruz del calvario. Adán nos heredó a nosotros el pecado, el pecado entró por un hombre y luego pasó a todos los hombres.
Debemos entender que el pecado degrada al individuo, es una ofensa ante la santidad de Dios.
¿Por qué Dios no nos ha acabado? Por la propiciación, porque por el sacrificio de Cristo se remueve la ira de Dios de nosotros.
- Reconciliación.
Romanos 5:10 (RV-60): Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Recuerde que estoy hablando de los beneficios de la muerte de Jesús.
Colosenses 1: 21-22 (NTV): 21Eso los incluye a ustedes, que estaban lejos de Dios. Eran sus enemigos, estaban separados de él por sus malos pensamientos y acciones; 22pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa y pueden presentarse delante de él sin ninguna falta.
Es importante entender lo siguiente: En el evangelio no hay lugar para la imparcialidad, por ejemplo: hemos conocido nosotros la palabra ateísmo que son aquellas personas que no creen en Dios. Luego, tenemos a los agnósticos que dicen yo ni creo ni dejo de creer, eso es lo que dicen ellos; es decir, ¿usted cree que hay Dios? No sé. ¿Usted cree que no hay Dios? No sé, eso es lo que dicen ellos. Pero quiero que sepa que la Biblia no da lugar para imparcialidad, la Biblia es o no es, cabalmente.
Es por eso que Jesús dijo el que no es conmigo, contra mí es. Por tanto, usted está con Jesús o está con el diablo, una de dos. ¿Quién es el enemigo acérrimo del Evangelio? Satanás. Entonces no hay manera que usted pueda venir y decir: Mire, yo a la verdad ni estoy a favor de Dios, pero tampoco estoy en contra. Dice Dios: Si no estás conmigo, estás en contra mí. La palabra dice que la muerte de Cristo lo que logró fue una: reconciliación. ¡Qué lindo eso!
¿Alguna vez ha estado enemistad usted con alguien? ¿Se ha peleado con alguien usted? La Biblia dice que éramos enemigos de Dios, pero que la muerte de Cristo nos ha reconciliado con el Señor. Ahora somos amigos de Dios. ¡Qué lindo! Hermano no hay nada más maravilloso que estar en paz con Dios. El que está en paz con Dios, está en paz con uno mismo. El que está en paz con Dios, está en paz con su pasado. El que está en paz con Dios, está en paz con su presente. Personas que no están en paz con Dios, se pasan la madrugada con los ojos clavados en el techo, buscando algo que ni saben qué es. La reconciliación es un regalo maravilloso.
- Redención.
Tenemos que estar agradecidos por lo que Dios ha hecho por nosotros, la verdad que sí.
Tomando el ejemplo del expresidente Trump, así estábamos nosotros (siendo acusados) hasta que Cristo murió por nosotros. En esta semana santa eso es lo que se celebra, se celebra la muerte de Jesús. ¿Cómo no le vamos a dar honra y gloria a Dios por lo que hizo? Nosotros estábamos muertos hermano, fulminados estábamos, y él nos libró de eso.
Efesios 1:7 (RV-60): En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
El pecado se enseñorea de nosotros, eso quiere decir que nos mantiene cautivos, esclavos. El que practica pecado, esclavo es del pecado. Esclavo de nuestros pensamientos, esclavo de nuestros malos hábitos; por ejemplo: esa persona que ingiere droga (cualquier tipo de droga) es un esclavo de esa droga, lastimosamente es un esclavo. Una persona que tiene problemas con el alcohol, es un cautivo. La Biblia le llama: El poder del pecado. Usted puede llegar a ser cautivo de pornografía, cautivo de sus pensamientos. ¿Cuántas personas han llegado a considerar que no tienen propósito en la vida, y que como no tienen propósito en la vida que el suicidio es un deber? Y lo han intentado una vez, lo han intentado dos veces y lo han intentado tres veces; es complicada la situación. Eso es lo que hace el pecado, nos mantiene cautivos.
Entienda esto ahora: si yo soy cautivo del pecado y el pecado me tiene a mí esclavo, yo necesito que alguien venga y me libere; esa liberación se llama: Redención, rescate; esa es la palabra que estamos estudiando.
Efesios 1:7 (RV-60): En quien tenemos rescate por su sangre…
Redención (rescate) la paga, es el rescate. La muerte de Cristo logró esa redención para nosotros, la liberación. Cristo pagó el precio de nuestro rescate, por eso es que somos libres. Hermano, Dios hace libre al cautivo.
Acá en esta iglesia hay personas que han sido esclavos de algo o de alguien, y Cristo nos liberó. Por ejemplo: el resentimiento. Con todo el respeto, personas que se han divorciado de la manera más horrible. ¿Cuáles son sus pensamientos con relación a su expareja? No le dicen a Dios: “Señor ilumínala”; sino: “Señor elimínala.” Yo he conocido personas amargadísimas, porque el resentimiento produce amargura; pero Cristo te libera de todos esos pensamientos.
Todos hemos escuchado la noticia del asesinato en el colegio cristiano en Estados Unidos. Fíjate que, la persona que cometió ese acto, antes, le habló por teléfono a una amiga diciéndole: “he amanecido con ganas de matar”. ¿Te puedes imaginar eso? La amiga pensó que no, que no lo iba a hacer; hasta que ya habían muerto niños y profesores. ¿Qué es eso? Es una cautividad diabólica. Hay personas engañadas, hoy en día, creyendo que son una cosa, cuando son otra. Todo eso necesita liberación de Dios. Y Cristo nos libera porque hay un precio, el precio es: la sangre preciosa de Cristo. Y créeme que te libera hermano, te libera de ese mal, te libera de esa adicción.
Romanos 3:9 (NTV) Ahora bien, ¿llegamos a la conclusión de que los judíos somos mejores que los demás? ¡Para nada! Tal como acabamos de demostrar, todos -sean judíos o gentiles- están bajo el poder del pecado.
Por ejemplo, una señora chismosa, el chisme es pecado. ¿No me diga que nació chismosa? Se hizo chismosa porque se juntó con otras chismosas; y a las chismosas las alimenta el chisme. Y casi siempre son las mismas, en esos grupos no aceptan a una persona nueva; porque no saben si es o no es chismosa. Ese es el poder del pecado. Trate de decir: A partir de hoy ya no voy a chismear, no se aguanta, nada más pasa una hora y la desesperación que tiene de ir contando a la gente cualquier cosa es inmensa; porque es así. Pero la sangre de Cristo, la muerte de Cristo, te libera del poder del pecado.
¿Cuál es el poder que tiene el pecado sobre nosotros? Bueno nos hace esclavos, te mantiene en tinieblas. Pero no tiene que morir en tinieblas usted, para eso vino Cristo. Vivíamos en tinieblas y de ahí nos libró el Señor, nos sacó de las tinieblas. El pecado nos condena también, pero Cristo nos salva.
- Cristo nos libró la muerte segunda.
Ahora fíjate, quiero hablarte en estos minutitos de la muerte segunda.
Si usted es creyente en Jesús, no le tenga miedo a la muerte física, hermano; téngale miedo a la segunda muerte o muerte segunda (es lo mismo).
Apocalipsis 1:18 (RV-60) y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo mire las llaves de la muerte y del Hades. Las llaves de la tumba, la llave del infierno las tiene Dios.
¿Usted cree que todas las cosas fueron creadas por Dios verdad? Porque eso dice la Biblia, ¿es cierto? ¿Sabe usted que también Dios creó al diablo? ¿Sabe usted que Dios también creó el infierno? Todas estas cosas el diablo, el infierno y a la muerte, son creación de Dios. A primera vista la gente dice: ¿y Dios por qué creó esas cosas? Pero es que también creó la vida y también creó el cielo. El problema es que a la gente le gusta estar engañada. Hay quien dice: No, yo quiero ir al infierno porque allá va a haber una gran fiesta, ¡Imagínate! Y hasta te mencionan los artistas que van a estar ahí abajo. De que van a estar ahí, van a estar; pero te aseguro que no hay instrumentos. La Biblia dice que es un lugar de condenación, es un lugar de tormento enseña la escritura.
Apocalipsis 2:11 (RV-60): El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
Si hay que tenerle miedo a una muerte, es a la segunda muerte. Porque la muerte física, eso le guste a usted o no le guste mi hermano, le toca.
¿Por qué hay que tenerle miedo a la segunda muerte? Porque la primera muerte, la muerte física, es cuando se separa el cuerpo del alma; pero en la segunda muerte se separa el alma de Dios. A eso hay que tenerle miedo.
Apocalipsis 20:6 (RV-60): Bienaventurado y Santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Todos aquellos que tenemos a Cristo, por la misericordia de Dios, en nuestros corazones sabemos que Dios nos ha librado de esa segunda muerte. Que el día que nosotros cerremos los ojos aquí, lo vamos a abrir ante la gloria y la majestad de nuestro Señor Jesucristo; de eso nos ha librado el Señor.
Hay muchísimas personas que el día que se mueran y abran los ojos, lo que van a encontrarse es con fuego, con gusano, con tormento, con tristeza, con gritos alucinantes que van a escuchar, de personas que van a pelearse los unos con los otros. Gente gritando y diciendo: ¡Yo no tengo por qué estar aquí! El infierno va a ser una cosa terrible, y hay personas que cuando despierten van a amanecer ahí, en ese lugar. ¿Por qué? Porque vivieron una vida lejos de Dios. Porque vivieron para ellos mismos. Porque no le dieron honra a Dios, al contrario, en lugar de darle gloria y darle honra a Dios; anduvieron haciendo cosas completamente fuera de lugar, adorando imágenes, adorando santos; eso lo dice la palabra del Señor mi hermano.
¡Mira qué beneficio el que Dios ha hecho por nosotros, esto es una maravilla, esto es un regalo celestial! ¿Cómo no estar agradecido con Dios el resto de nuestra vida si Él nos ha librado de todo esto? ¡Qué lindo nuestro Señor! Nos quitó la culpa y nos quitó el pecado, nos apartó la ira de Dios, nos ha redimido, nos rescató cuando éramos cautivos y ahora nos libra de la muerte segunda, ¿qué más quiere hermano? Si con esto es para que lo adoremos mañana, tarde y noche.
Tenemos a un acusador, pero también tenemos a alguien que intercede por nosotros. Todo esto lo logró Jesús cuando estuvo en la cruz del calvario y expiró diciendo: “Consumado es”. Él hizo la obra perfecta, el sacrificio que satisfizo a Dios por los pecados del mundo; los pecados de todos aquellos que hemos puesto nuestra fe y confianza en el Señor. ¡Alabado sea Dios! ¡Bendito sea su nombre! No nos cansemos de decirle gracias, gracias Señor por todo lo que has hecho a mi beneficio sin merecerlo. Porque esto no es justicia, esto es gracia y misericordia mi hermano, esto es gracia y misericordia.
Él nos libró de esa muerte segunda, ¡Bendito sea su nombre! No solamente aparta la ira, sino que te favorece. ¡Qué maravilla! El juez no solamente aparta la ira, sino que te dice: aquí te voy a dar para el bus para tu casa, y te pone un favor: ¿cuál es ese favor? Te promete la vida eterna, y te dice (Juan 14: 2a-3): 2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
¡Bendito sea el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios! ¡Gracias al Señor!
Padre querido. Te alabamos, te bendecimos, te damos honra. Señor; ¿qué tantas cosas has hecho en beneficio nuestro? Verdaderamente Padre perdónanos, por no darte la honra y la gloria debida a tu nombre. Gracias Señor por todos estos regalos, por tanta misericordia, por tanta gracia de tu parte para nosotros. Señor te adoramos, te bendecimos, exaltamos tu glorioso nombre. Padre, gracias de todo corazón, gracias con el alma Padre. Nos compraste por precio, sabemos que el precio fue elevadísimo, fue tu sangre preciosa, fue tu sangre perfecta; ¡Bendito seas por siempre! Te alabamos Señor.
Ahora, Espíritu Santo de Dios, oramos por todas aquellas personas que no tienen la esperanza bendita de la vida eterna, por aquellas personas que todavía no conocen a Jesús como el Señor y Salvador de sus almas. ¡Señor, ten misericordia Padre Santo, ten misericordia!
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón. ¿Hay alguna persona que nunca antes le ha entregado su vida a Dios? Si usted reconoce que necesita al Señor en su alma, que necesito a Dios en su vida, y en este día quiere entregarle su corazón a Jesús; Yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. ¿Hay alguna persona que quiere venir a los pies de Cristo Jesús? ¡Venga los pies del Señor! ¡Entréguele su vida a Jesús! Comience una vida nueva en esta tarde. Usted que nos mira por las redes sociales, también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón. Te entrego mi vida. Señor te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, y te doy gracias por todos estos beneficios que obtenemos cuando ponemos nuestra fe y nuestra mirada en el autor y consumador de nuestra fe”. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Padre querido gracias, gracias, mil gracias Señor, por todo lo que nos has dado; y por todo lo que has hecho en nuestro beneficio, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amado mío, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Dios me los bendiga!