La Singularidad de Dios
Abril 09, 2023 – 1:30PM | Hno. Noel Maldonado
TRANSCRIPCIÓN
Llevamos algunos meses estudiando: Los atributos de Dios.
Antes de empezar a hablar, de la palabra del Señor, quisiera que oráramos para poner este tiempo en las manos de Dios, porque Él es el único que nos da la vida eterna. Así es que, oremos al Señor: Padre bendito gracias te damos Señor porque nos permites estar reunidos este día, celebrando y recordando aquel momento en el que te levantaste de esa sepultura. Señor gracias, gracias por esa resurrección. Gracias por darnos esa esperanza Padre. Amado Jesús, te ruego que la palabra que vamos a leer ahora penetre en los corazones de cada uno de nosotros, en nuestras mentes, que la pongamos por obra Señor, que podamos acaparar tu palabra, que podamos abrazarla. Padre, que seas tú hablando por medio de este tu siervo. Ayúdame Señor a menguar, para que tú te seas exaltado siempre. Padre te alabamos y te bendecimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
Bueno es interesante este tiempo. Yo creo que todos sabemos que estamos en una época celebrando la semana mayor, es un tiempo especial en el que recordamos ese sacrificio maravilloso que hizo Jesús por nosotros. Quisiera hablar un poquito del tema que hemos estado viendo por semanas: Los atributos de Dios. Son temas de educación cristiana, aquellos que no están acostumbrados a escuchar mucha teoría o teología, esta es la iglesia y vamos a escuchar palabra de Dios. Voy a compartir algunos versículos y quisiera que por favor me vayan siguiendo. El atributo que estaremos estudiando hoy es: La singularidad de Dios. Usted se estará preguntando: ¿Singularidad? ¿Qué es eso? ¿Qué es la singularidad?
El miércoles pasado se hizo un resumen de todo lo que se ha venido viendo durante estos dos meses, y se hablaba acerca de los atributos estudiados. Lo interesante del sermón de hoy, a lo que quiero llegar es: ¿Cómo la singularidad de Dios, del Dios supremo, del Dios inmenso que conocemos, se manifestó también nuestro Señor Jesucristo el día de su resurrección?
Cuando el hermano Joel impartió su tema hizo una ilustración con sus abuelos. Él decía que nosotros como hijos de Dios no podemos conocer a Dios si lo vemos una vez cada cierto tiempo, por ejemplo: en navidad. ¿Verdad que cuando es navidad nos acordamos de Dios, vamos a la iglesia porque es el culto navideño? ¿Cómo podemos conocer a Dios si no estamos cerca de Él? Joel hablaba que uno de sus abuelos compartía con él, hablaba con él, compraba confituras y helado para él, jugaba con él; mientras el otro abuelo lo vio una vez cuando era un niño y lo volvió a ver cuando estaba más grande. Entonces, ¿a quién conoció mejor Joel? ¿A cuál de los dos abuelos? Obviamente, al abuelo que más compartió con él.
Igual pasa en las parejas. Para los que no saben, mi esposa y yo somos los líderes del Ministerio de parejas. Casi siempre, cuando estamos en reuniones, yo trato de enfocarlo todo en parejas, porque pienso en mi ministerio. Cuando una pareja se está conociendo, los muchachos quieren conocer más las muchachas, y ellas también a ellos. Entonces eso es lo que estamos haciendo en este tiempo, estamos conociendo a nuestro Dios; porque si somos hijos de Dios deberíamos de conocerlo mejor, y ese es el objetivo.
¿Qué tanto conocemos a Dios? ¿Qué sabemos de Él? Sabemos que es un Dios omnipresente porque está en todos lados. ¿Será que el Señor está en medio de nosotros cuando estamos haciendo cosas que no le son muy agradables? Sí, Él está viendo cuando estamos haciendo las cosas bien, y cuando las estamos haciendo mal. Él está en todo lugar. Con seguridad, entre más conozcamos a nuestro Señor, pues obviamente, vamos a estar más inspirados a adorarle.
He estado leyendo un libro que dice: “Cuando conocemos más al Señor, queremos adorarle más, queremos servirle mejor”. Muchos de ustedes cuando vienen y conocen al Señor y de repente están metidos en un servicio, en un ministerio, en otro ministerio; es decir están queriendo servirle al Señor. Eso es así, eso es natural.
¿Qué es eso, qué es singularidad?
Es la cualidad de lo que es singular y único. Quedamos igual ¿verdad? La singularidad de Dios es lo que es singular y único. Ejemplo: hay algunas voces, muy particulares en la farándula musical, cristiana o no cristianas, que solo al escuchar esa voz, usted puede reconocerla. Un ejemplo es, José Feliciano, el cantante ciego. Shakira, características particulares o singulares de los artistas.
Isaías 45: 5-6(RV-60): 5Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, 6para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo.
Ese es el Dios singular que nosotros tenemos. Es un Dios que no hay ningún otro como Él, es único en su ser. Es un Dios singular. Por eso es que el atributo de La Singularidad abarca muchas cosas, ¿cómo les compruebo yo que Dios es un Dios singular? Yo no voy a poder comprobarles a ustedes eso, pero les puedo dar algunos ejemplos. Comenzar con decirles que: Nuestro Dios es un ser único, que no se parece a nada ni a nadie. Ninguna de las otras religiones, ninguna de ellas, tiene un Dios como el que nosotros tenemos; ni que haya hecho lo que nuestro Dios ha hecho, ninguno.
Quisiera que pensáramos un poquito en esta pregunta: ¿En qué creemos nosotros los cristianos? ¿Creemos que nuestro Dios se nos reveló por medio de su palabra? ¿Creemos que cuando venimos a este lugar (la iglesia) y abrimos las sagradas escrituras, es el Señor el que nos habla? Eso es lo que nos hace a nosotros cristianos, eso es lo que nos convierte nosotros en seguidores del Señor.
1 Corintios 8: 5:6 (RV-60): 5Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), 6para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
¿Qué hemos aprendido en nuestra vida? ¿Qué sabemos de Dios? Sabemos que es un Dios omnipotente, es un Dios que está en todos lados, lo sabe todo; pero ¿Quién es nuestro Dios?
De todo esto que hemos escuchado yo les puedo confirmar que, es la palabra de Dios la única que nos puede instruir para alcanzar a tener un conocimiento que se aproxima a conocer a nuestro Dios, a conocer esa parte divina de Dios, a conocer su naturaleza y sus atributos. Eso lo tiene, ¿adivine quién? La Biblia. La Biblia está llena, está rebosada de todo lo que es nuestro Dios; y es aquí donde nosotros le conocemos a Él.
Dios es un Dios singular, es un Dios único, no hay nadie como Él. Estamos claros con eso, ¿verdad? ¿Por qué decimos que Dios es singular?
- Dios es antes de todas las cosas.
Lo dice la Biblia.
Génesis 1: 1 (RV-60) En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Antes de eso no había cielo, no había tierra, no había nada; pero Él ya estaba ahí, en la eternidad. ¡Qué interesante! ¿Por qué? Yo sé que nos cuesta, y a mí me cuesta mucho; pero antes de la creación Génesis nos dice ya estaba Dios. Antes de la creación, en ese antes del tiempo de la creación, que es la eternidad ya estaba Dios. Ese Dios todopoderoso que tenemos hoy, ya estaba ahí.
Antes de la creación, pues obviamente, no había cielo donde Dios manifestara su gloria. No había tierra para poder atraer la atención de Dios hacia la tierra. No había ángeles para cantarle alabanzas. No había creado el universo para ser sostenido por su poder, estaba solo en su unidad natural. Aunque existían tres personas divinas, autónomo, autosuficiente, satisfecho de sí mismo y sin necesidad de nada. El pastor mencionaba el viernes, de que: “No es que Dios necesitaba de nosotros, Él es autosuficiente, no necesita de nosotros; nosotros somos los que necesitamos de Él.” ¡Amén!
Vamos a ponernos un poco filosóficos: si la creación hubiera sido necesaria para Dios, todo lo que existe hubiera estado desde la eternidad con Él, porque la hubiera necesitado siempre; y si Él necesitara la creación entonces la creación fuera eterna igual que Él. Pero no, la creación tiene principio y es cuando Dios dijo: hagamos ahora esta creación.
El Señor no cambia, entonces si Él no cambia, eso quiere decir que la gloria esencial de Él no puede ser aumentada o disminuida. Él no necesita nada, es un Dios autosuficiente.
- Su voluntad es soberana.
Lastimosamente a veces pensamos que: si yo le sirvo más al Señor, si yo hago esto, yo hago lo otro; el Señor va a cambiar algo, va a hacer algo por mí. Les cuento que, si es la voluntad de Dios va a pasar; pero si no es la voluntad de Dios, no va a pasar.
Un ejemplo que sucedió en mi familia: Hace muchos años una sobrinita falleció. Yo me acuerdo de mi papá, tocándole la cabeza a la niña en el ataúd, diciendo: “hay que pedirle a Dios para que se levante la niña.” O sea, él no quería aceptar eso, él le pedía al Señor que la niña resucitara. Entonces cae la pregunta: ¿Por qué se murió la niña? ¿Qué pasó? La pura voluntad de Dios, la pura voluntad de Dios. No podemos hacer nada cuando el Señor dice hasta aquí. Yo creo que eso lo debemos tener claro, todos tenemos el tiempo contado y es el Señor el que sabe cuándo nos vamos a ir, Él es soberano.
Efesios 1:11(RV-60) En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Es su voluntad a la que nosotros tenemos que estar agarrados todo el tiempo.
Cuando nosotros vamos a una casa de oración, a adorar o a cantar, debemos agarrarnos de la voluntad de Él, debemos decirle: “Señor este es mi corazón, abierto para ti, esto es lo que yo quisiera y sé que lo puedes hacer, pero si es tu voluntad Señor.” Solamente si es su voluntad, porque Él tiene mejores cosas para nosotros que la que nosotros creemos tener. A veces yo quiero comprar una cosa para mí, pero dice el Señor: No, eso no es para ti; Él sabe porque lo hace.
Dios no tiene ninguna obligación. Dios no tenía la obligación de crear nada, lo hizo por su soberana voluntad. Él no tiene restricciones. Decidió hacer esta creación como un acto soberano, por su placer, para manifestar su gloria.
Algunos científicos atacan mucho la parte religiosa, tal vez han oído a Stephen Hawking un científico conocido que ya murió. Este científico se hizo una pregunta en uno de sus libros: ¿Por qué existe el universo? ¿Hay alguna razón? El libro se llama: La teoría del todo.El autor afirma en este libro que no era posible que un ser inteligente de la nada creara el universo, y que es el hombre el señor del cosmos. ¡Mire qué bonito! ¿Tenemos algún control nosotros en el cosmos? ¿Tenemos nosotros la posibilidad de decirle a algún planeta: “Anda más despacio”? Nuestro hermano Juan Carlos puso un video donde aparece el tamaño de los planetas comparativamente; ahí y en ese video aparece el tamaño de la Tierra; comparado con el sol o con la estrella Alfa Centauro, somos extremadamente pequeños. Y ha sido nuestro Señor quien ha puesto cada una de esas estrellas en un lugar específico, por su soberana voluntad. Él creó eso, lo hizo así; aquí no ha habido ninguna explosión. La palabra de Dios dice: En el principio Él fue quien creó todo, Él ha sido quien ha creado todo. Es Interesante como el hombre genera sus teorías, ¿verdad? Pero más interesante es como muchos lo siguen. Nosotros como hijos de Dios debemos saber que, Dios creó el universo por su soberana voluntad, Amén.
Efesios 1: 5-6 (RV-60): 5En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. ¿Para qué nos hizo? Para alabanza de la gloria de su gracia, para alabar su nombre, para glorificarle a Él.
Romanos 11: 34-35 (RV-60): 34Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? A nuestro Dios nadie le ha dado nada, Él es autosuficiente, Él es todopoderoso. Es imposible que nosotros podamos poner obligaciones a Dios, de ninguna forma. Nuestra conducta obviamente no le va a agregar nada a Él. Nosotros como siervos de Dios le servimos, pero le servimos por agradecimiento a Él, le servimos por alabarle a Él.
Lucas 17:10 (RV-60): Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Esos somos nosotros; estamos llamados a servir, no para que nos reconozcan nada, debemos servir a Dios.
- Es incomparable en todo lo que hace.
Es incomparable en todos los atributos, todos esos atributos que hemos visto hasta hoy, no hay nadie más como Él. ¿Quieres tú conocerle al Señor? ¿Queremos conocerle a Él realmente?
Hechos 17: 23 (RV-60): Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Muchos creemos conocer a Dios, pero lo seguimos tratando como ese Dios no conocido. Muchos, simplemente, sabemos que Dios existe, pero no nos esforzamos por aprender más de Él; y este es un buen tiempo para que aprendamos todos. El Señor es singular en su majestad, único en su excelencia e incomparable en sus perfecciones.
Un escritor de un libro dijo: “Él sostiene todo, pero es independiente de todos. Él nos da a todos, pero no necesita de ninguno.” El Señor es el que sostiene todo, pero es independiente de todos. Él no necesita nada de nosotros.
- La revelación de Dios.
Aquí no me voy a detener mucho porque, la mayoría de los que estamos acá sabemos que la palabra de Dios (la Biblia) es una de las revelaciones de Dios para todas las edades, para todos nosotros. A este libro (la Biblia) no le falta ni le sobra nada, está completo. Nuestra creencia no se basa en ningún otro libro, porque un ángel haya bajado del cielo y lo haya escrito, nosotros no creemos en la tradición, nosotros creemos en lo que dice este libro (La Biblia) porque aquí puso Dios lo que nos quería decir.
Los científicos quieren demostrar muchas cosas de la palabra de Dios, pero hay un punto muy importante aquí: nuestro Dios es Espíritu, y Él espera que nosotros le sirvamos en espíritu y en verdad como dice su palabra. Pero debemos saber que, si nosotros no tenemos el Espíritu Santo de Dios, no podemos interpretar las cosas espirituales, no podemos entender las cosas espirituales. Dios es revelado al corazón por el Santo Espíritu, y a través de su palabra. Es importante que entendamos que todos esos métodos científicos de investigación que el hombre ha querido aplicarle a la Biblia, aplicarle a Dios; siempre se basan en conceptos humanos intelectuales que dependen de nuestra cabeza. Por más inteligente que pueda ser el hombre, eso no significa que la mente humana puede ser superior a la mente de Dios, Amén.
Entonces, no se trata de si podemos probar o no la mano de Dios actuando en la creación; la singularidad de Dios es entendible solamente en forma espiritual y, sabemos que la misma naturaleza nos explica acerca de la grandeza de nuestro Dios.
Hay una ilustración llamada El relojero, donde dice que: Una persona va caminando por la arena en la playa y se encuentra un reloj de manecillas. De repente, la persona empieza a pensar: ¿será que un carpintero hizo el reloj? ¿O será que algún albañil? La conclusión lógica, a la que llega la persona, es que el que hizo el reloj fue un relojero, tuvo que haber sido un relojero. Pero, ¿puedo yo conocer el relojero por ver el reloj? ¿Sabré sus modales, sentimientos, habilidades, disposición, comportamiento; sólo de ver el reloj? No podemos hacerlo porque, igual no podemos conocer a Dios simplemente por buscarlo en Navidad. Tenemos que meternos más a fondo, tenemos que estudiar su palabra, para poder entenderla; y solo terminaremos de entenderla cuando le conozcamos cara a cara.
Juan 10:30 (RV-60) Yo y el Padre uno somos. Hemos visto la singularidad de Dios, pero también Jesús es un ser singular en su esencia.
El día de hoy justamente celebramos algo que, hace a nuestro Señor Jesucristo ser un ser singular, como lo es Dios. Hoy recordamos esa resurrección, la victoria de Jesús en la tumba y, nosotros también tenemos la esperanza que un día nos vamos a levantar, amén.
1 Corintios 15:20-23 (RV-60: 20Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Él es la primicia de la resurrección, ¿por qué? Porque el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo era un cuerpo glorificado; y ese es el cuerpo que nosotros un día vamos a tener, en el nombre del Señor. Vamos a tener ese cuerpo, para poder gozar con Él por la eternidad, y vamos a poder gozarle y alabarle para siempre, ¡Amén!
Juan 3: 3 (RV-60): Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nuestro Dios es un Dios singular, porque Él es desde antes de la creación. Porque Él es soberano en su voluntad. Porque Él se manifiesta como quiere y cuando quiere. Porque nuestro Señor tuvo una resurrección singular, saliendo de esa tumba con un cuerpo glorificado diferente a todos. Yo quiero que este Dios singular, este omnipotente Dios que hemos estado estudiando por esta semana esté más conmigo. Quiero servirle más a Él, quisiera que cada uno de nosotros estemos pensando en lo necesario que es servir a nuestro Dios, hablar a los que no le conocen. Porque por medio de nuestro Señor ha entrado la salvación al mundo.
Incline su rostro vamos a orar:
Padre celestial gracias te damos Señor por este tiempo. Gracias porque eres tú Padre, glorificado en todo lo que hacemos y decimos. Gracias amado Jesús porque sabemos que, sin ti, nada de lo que hacemos es posible. Señor queremos suplicarte una bendición por cada una de estas personas que están acá hoy, por aquellos que no te conocen; Señor que seas tú tocando esos corazones.
Gracias Padre por la enseñanza de este mediodía, por reconocer que tú eres único Señor. Sabemos que tú, el único Dios verdadero, resucitaste al tercer día; que fuiste a la cruz para perdón y remisión de los pecados, para que tuviésemos vida eterna. Porque, así como resucitaste tú, un día aquellos que ya partieron y los que vamos a partir, vamos a resucitar. Aquellos que hemos creído en ti, que hemos puesto nuestra esperanza, nuestra fe en ti, el único Dios verdadero.
Si usted está acá entre nosotros, y no le ha entregado su vida a Jesús, este es el día. Quiero decirle amigo que, usted no está aquí de casualidad, usted no está aquí porque no había otra cosa que hacer; usted está acá porque ese Dios singular, ese Dios único, quiere hacerlo partícipe a usted de la vida eterna. Para ello tiene que entregarle su vida, tiene que tomar la mejor decisión de su vida, una decisión eterna que va a cambiar el resto de su vida. No le estamos hablando de un cambio de religión, le estamos hablando de tener una relación con Jesucristo. Póngase de pie y reciba Cristo, mis hermanos diáconos están en los pasillos para orar con usted y por usted, porque la palabra dice que: Si confesares que Jesús es Dios y le entregares tu corazón, serás salvo.
Si usted está en casa y quiere hacer esta oración conmigo. Yo le invito a que repita, después de mí, esta oración de fe: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios, por enviar a Jesús a morir en mi lugar.” Si usted hizo esta oración, le invitamos a que busque una iglesia donde se predique la sana doctrina. Si vive aquí en Vancouver, Canadá; sería un privilegio que nos acompañe para que crezca en el conocimiento de las sagradas escrituras.
Amado Dios, gracias una vez más por haber ido a la cruz y poner tu vida en lugar de nosotros. Gracias por resucitar. Gracias porque cada promesa escrita, en la Santa Palabra, un día se hará realidad en nuestra vida y en la de nuestros seres queridos. Gracias por todo en Cristo Jesús, amén y amén.
¡Iglesia que Dios les bendiga a todos!
La Singularidad de Dios
Abril 09, 2023 – 1:30PM | Hno. Noel Maldonado
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TRANSCRIPCIÓN
Llevamos algunos meses estudiando: Los atributos de Dios.
Antes de empezar a hablar, de la palabra del Señor, quisiera que oráramos para poner este tiempo en las manos de Dios, porque Él es el único que nos da la vida eterna. Así es que, oremos al Señor: Padre bendito gracias te damos Señor porque nos permites estar reunidos este día, celebrando y recordando aquel momento en el que te levantaste de esa sepultura. Señor gracias, gracias por esa resurrección. Gracias por darnos esa esperanza Padre. Amado Jesús, te ruego que la palabra que vamos a leer ahora penetre en los corazones de cada uno de nosotros, en nuestras mentes, que la pongamos por obra Señor, que podamos acaparar tu palabra, que podamos abrazarla. Padre, que seas tú hablando por medio de este tu siervo. Ayúdame Señor a menguar, para que tú te seas exaltado siempre. Padre te alabamos y te bendecimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
Bueno es interesante este tiempo. Yo creo que todos sabemos que estamos en una época celebrando la semana mayor, es un tiempo especial en el que recordamos ese sacrificio maravilloso que hizo Jesús por nosotros. Quisiera hablar un poquito del tema que hemos estado viendo por semanas: Los atributos de Dios. Son temas de educación cristiana, aquellos que no están acostumbrados a escuchar mucha teoría o teología, esta es la iglesia y vamos a escuchar palabra de Dios. Voy a compartir algunos versículos y quisiera que por favor me vayan siguiendo. El atributo que estaremos estudiando hoy es: La singularidad de Dios. Usted se estará preguntando: ¿Singularidad? ¿Qué es eso? ¿Qué es la singularidad?
El miércoles pasado se hizo un resumen de todo lo que se ha venido viendo durante estos dos meses, y se hablaba acerca de los atributos estudiados. Lo interesante del sermón de hoy, a lo que quiero llegar es: ¿Cómo la singularidad de Dios, del Dios supremo, del Dios inmenso que conocemos, se manifestó también nuestro Señor Jesucristo el día de su resurrección?
Cuando el hermano Joel impartió su tema hizo una ilustración con sus abuelos. Él decía que nosotros como hijos de Dios no podemos conocer a Dios si lo vemos una vez cada cierto tiempo, por ejemplo: en navidad. ¿Verdad que cuando es navidad nos acordamos de Dios, vamos a la iglesia porque es el culto navideño? ¿Cómo podemos conocer a Dios si no estamos cerca de Él? Joel hablaba que uno de sus abuelos compartía con él, hablaba con él, compraba confituras y helado para él, jugaba con él; mientras el otro abuelo lo vio una vez cuando era un niño y lo volvió a ver cuando estaba más grande. Entonces, ¿a quién conoció mejor Joel? ¿A cuál de los dos abuelos? Obviamente, al abuelo que más compartió con él.
Igual pasa en las parejas. Para los que no saben, mi esposa y yo somos los líderes del Ministerio de parejas. Casi siempre, cuando estamos en reuniones, yo trato de enfocarlo todo en parejas, porque pienso en mi ministerio. Cuando una pareja se está conociendo, los muchachos quieren conocer más las muchachas, y ellas también a ellos. Entonces eso es lo que estamos haciendo en este tiempo, estamos conociendo a nuestro Dios; porque si somos hijos de Dios deberíamos de conocerlo mejor, y ese es el objetivo.
¿Qué tanto conocemos a Dios? ¿Qué sabemos de Él? Sabemos que es un Dios omnipresente porque está en todos lados. ¿Será que el Señor está en medio de nosotros cuando estamos haciendo cosas que no le son muy agradables? Sí, Él está viendo cuando estamos haciendo las cosas bien, y cuando las estamos haciendo mal. Él está en todo lugar. Con seguridad, entre más conozcamos a nuestro Señor, pues obviamente, vamos a estar más inspirados a adorarle.
He estado leyendo un libro que dice: “Cuando conocemos más al Señor, queremos adorarle más, queremos servirle mejor”. Muchos de ustedes cuando vienen y conocen al Señor y de repente están metidos en un servicio, en un ministerio, en otro ministerio; es decir están queriendo servirle al Señor. Eso es así, eso es natural.
¿Qué es eso, qué es singularidad?
Es la cualidad de lo que es singular y único. Quedamos igual ¿verdad? La singularidad de Dios es lo que es singular y único. Ejemplo: hay algunas voces, muy particulares en la farándula musical, cristiana o no cristianas, que solo al escuchar esa voz, usted puede reconocerla. Un ejemplo es, José Feliciano, el cantante ciego. Shakira, características particulares o singulares de los artistas.
Isaías 45: 5-6(RV-60): 5Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, 6para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo.
Ese es el Dios singular que nosotros tenemos. Es un Dios que no hay ningún otro como Él, es único en su ser. Es un Dios singular. Por eso es que el atributo de La Singularidad abarca muchas cosas, ¿cómo les compruebo yo que Dios es un Dios singular? Yo no voy a poder comprobarles a ustedes eso, pero les puedo dar algunos ejemplos. Comenzar con decirles que: Nuestro Dios es un ser único, que no se parece a nada ni a nadie. Ninguna de las otras religiones, ninguna de ellas, tiene un Dios como el que nosotros tenemos; ni que haya hecho lo que nuestro Dios ha hecho, ninguno.
Quisiera que pensáramos un poquito en esta pregunta: ¿En qué creemos nosotros los cristianos? ¿Creemos que nuestro Dios se nos reveló por medio de su palabra? ¿Creemos que cuando venimos a este lugar (la iglesia) y abrimos las sagradas escrituras, es el Señor el que nos habla? Eso es lo que nos hace a nosotros cristianos, eso es lo que nos convierte nosotros en seguidores del Señor.
1 Corintios 8: 5:6 (RV-60): 5Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), 6para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
¿Qué hemos aprendido en nuestra vida? ¿Qué sabemos de Dios? Sabemos que es un Dios omnipotente, es un Dios que está en todos lados, lo sabe todo; pero ¿Quién es nuestro Dios?
De todo esto que hemos escuchado yo les puedo confirmar que, es la palabra de Dios la única que nos puede instruir para alcanzar a tener un conocimiento que se aproxima a conocer a nuestro Dios, a conocer esa parte divina de Dios, a conocer su naturaleza y sus atributos. Eso lo tiene, ¿adivine quién? La Biblia. La Biblia está llena, está rebosada de todo lo que es nuestro Dios; y es aquí donde nosotros le conocemos a Él.
Dios es un Dios singular, es un Dios único, no hay nadie como Él. Estamos claros con eso, ¿verdad? ¿Por qué decimos que Dios es singular?
- Dios es antes de todas las cosas.
Lo dice la Biblia.
Génesis 1: 1 (RV-60) En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Antes de eso no había cielo, no había tierra, no había nada; pero Él ya estaba ahí, en la eternidad. ¡Qué interesante! ¿Por qué? Yo sé que nos cuesta, y a mí me cuesta mucho; pero antes de la creación Génesis nos dice ya estaba Dios. Antes de la creación, en ese antes del tiempo de la creación, que es la eternidad ya estaba Dios. Ese Dios todopoderoso que tenemos hoy, ya estaba ahí.
Antes de la creación, pues obviamente, no había cielo donde Dios manifestara su gloria. No había tierra para poder atraer la atención de Dios hacia la tierra. No había ángeles para cantarle alabanzas. No había creado el universo para ser sostenido por su poder, estaba solo en su unidad natural. Aunque existían tres personas divinas, autónomo, autosuficiente, satisfecho de sí mismo y sin necesidad de nada. El pastor mencionaba el viernes, de que: “No es que Dios necesitaba de nosotros, Él es autosuficiente, no necesita de nosotros; nosotros somos los que necesitamos de Él.” ¡Amén!
Vamos a ponernos un poco filosóficos: si la creación hubiera sido necesaria para Dios, todo lo que existe hubiera estado desde la eternidad con Él, porque la hubiera necesitado siempre; y si Él necesitara la creación entonces la creación fuera eterna igual que Él. Pero no, la creación tiene principio y es cuando Dios dijo: hagamos ahora esta creación.
El Señor no cambia, entonces si Él no cambia, eso quiere decir que la gloria esencial de Él no puede ser aumentada o disminuida. Él no necesita nada, es un Dios autosuficiente.
- Su voluntad es soberana.
Lastimosamente a veces pensamos que: si yo le sirvo más al Señor, si yo hago esto, yo hago lo otro; el Señor va a cambiar algo, va a hacer algo por mí. Les cuento que, si es la voluntad de Dios va a pasar; pero si no es la voluntad de Dios, no va a pasar.
Un ejemplo que sucedió en mi familia: Hace muchos años una sobrinita falleció. Yo me acuerdo de mi papá, tocándole la cabeza a la niña en el ataúd, diciendo: “hay que pedirle a Dios para que se levante la niña.” O sea, él no quería aceptar eso, él le pedía al Señor que la niña resucitara. Entonces cae la pregunta: ¿Por qué se murió la niña? ¿Qué pasó? La pura voluntad de Dios, la pura voluntad de Dios. No podemos hacer nada cuando el Señor dice hasta aquí. Yo creo que eso lo debemos tener claro, todos tenemos el tiempo contado y es el Señor el que sabe cuándo nos vamos a ir, Él es soberano.
Efesios 1:11(RV-60) En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Es su voluntad a la que nosotros tenemos que estar agarrados todo el tiempo.
Cuando nosotros vamos a una casa de oración, a adorar o a cantar, debemos agarrarnos de la voluntad de Él, debemos decirle: “Señor este es mi corazón, abierto para ti, esto es lo que yo quisiera y sé que lo puedes hacer, pero si es tu voluntad Señor.” Solamente si es su voluntad, porque Él tiene mejores cosas para nosotros que la que nosotros creemos tener. A veces yo quiero comprar una cosa para mí, pero dice el Señor: No, eso no es para ti; Él sabe porque lo hace.
Dios no tiene ninguna obligación. Dios no tenía la obligación de crear nada, lo hizo por su soberana voluntad. Él no tiene restricciones. Decidió hacer esta creación como un acto soberano, por su placer, para manifestar su gloria.
Algunos científicos atacan mucho la parte religiosa, tal vez han oído a Stephen Hawking un científico conocido que ya murió. Este científico se hizo una pregunta en uno de sus libros: ¿Por qué existe el universo? ¿Hay alguna razón? El libro se llama: La teoría del todo.El autor afirma en este libro que no era posible que un ser inteligente de la nada creara el universo, y que es el hombre el señor del cosmos. ¡Mire qué bonito! ¿Tenemos algún control nosotros en el cosmos? ¿Tenemos nosotros la posibilidad de decirle a algún planeta: “Anda más despacio”? Nuestro hermano Juan Carlos puso un video donde aparece el tamaño de los planetas comparativamente; ahí y en ese video aparece el tamaño de la Tierra; comparado con el sol o con la estrella Alfa Centauro, somos extremadamente pequeños. Y ha sido nuestro Señor quien ha puesto cada una de esas estrellas en un lugar específico, por su soberana voluntad. Él creó eso, lo hizo así; aquí no ha habido ninguna explosión. La palabra de Dios dice: En el principio Él fue quien creó todo, Él ha sido quien ha creado todo. Es Interesante como el hombre genera sus teorías, ¿verdad? Pero más interesante es como muchos lo siguen. Nosotros como hijos de Dios debemos saber que, Dios creó el universo por su soberana voluntad, Amén.
Efesios 1: 5-6 (RV-60): 5En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. ¿Para qué nos hizo? Para alabanza de la gloria de su gracia, para alabar su nombre, para glorificarle a Él.
Romanos 11: 34-35 (RV-60): 34Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? A nuestro Dios nadie le ha dado nada, Él es autosuficiente, Él es todopoderoso. Es imposible que nosotros podamos poner obligaciones a Dios, de ninguna forma. Nuestra conducta obviamente no le va a agregar nada a Él. Nosotros como siervos de Dios le servimos, pero le servimos por agradecimiento a Él, le servimos por alabarle a Él.
Lucas 17:10 (RV-60): Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Esos somos nosotros; estamos llamados a servir, no para que nos reconozcan nada, debemos servir a Dios.
- Es incomparable en todo lo que hace.
Es incomparable en todos los atributos, todos esos atributos que hemos visto hasta hoy, no hay nadie más como Él. ¿Quieres tú conocerle al Señor? ¿Queremos conocerle a Él realmente?
Hechos 17: 23 (RV-60): Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Muchos creemos conocer a Dios, pero lo seguimos tratando como ese Dios no conocido. Muchos, simplemente, sabemos que Dios existe, pero no nos esforzamos por aprender más de Él; y este es un buen tiempo para que aprendamos todos. El Señor es singular en su majestad, único en su excelencia e incomparable en sus perfecciones.
Un escritor de un libro dijo: “Él sostiene todo, pero es independiente de todos. Él nos da a todos, pero no necesita de ninguno.” El Señor es el que sostiene todo, pero es independiente de todos. Él no necesita nada de nosotros.
- La revelación de Dios.
Aquí no me voy a detener mucho porque, la mayoría de los que estamos acá sabemos que la palabra de Dios (la Biblia) es una de las revelaciones de Dios para todas las edades, para todos nosotros. A este libro (la Biblia) no le falta ni le sobra nada, está completo. Nuestra creencia no se basa en ningún otro libro, porque un ángel haya bajado del cielo y lo haya escrito, nosotros no creemos en la tradición, nosotros creemos en lo que dice este libro (La Biblia) porque aquí puso Dios lo que nos quería decir.
Los científicos quieren demostrar muchas cosas de la palabra de Dios, pero hay un punto muy importante aquí: nuestro Dios es Espíritu, y Él espera que nosotros le sirvamos en espíritu y en verdad como dice su palabra. Pero debemos saber que, si nosotros no tenemos el Espíritu Santo de Dios, no podemos interpretar las cosas espirituales, no podemos entender las cosas espirituales. Dios es revelado al corazón por el Santo Espíritu, y a través de su palabra. Es importante que entendamos que todos esos métodos científicos de investigación que el hombre ha querido aplicarle a la Biblia, aplicarle a Dios; siempre se basan en conceptos humanos intelectuales que dependen de nuestra cabeza. Por más inteligente que pueda ser el hombre, eso no significa que la mente humana puede ser superior a la mente de Dios, Amén.
Entonces, no se trata de si podemos probar o no la mano de Dios actuando en la creación; la singularidad de Dios es entendible solamente en forma espiritual y, sabemos que la misma naturaleza nos explica acerca de la grandeza de nuestro Dios.
Hay una ilustración llamada El relojero, donde dice que: Una persona va caminando por la arena en la playa y se encuentra un reloj de manecillas. De repente, la persona empieza a pensar: ¿será que un carpintero hizo el reloj? ¿O será que algún albañil? La conclusión lógica, a la que llega la persona, es que el que hizo el reloj fue un relojero, tuvo que haber sido un relojero. Pero, ¿puedo yo conocer el relojero por ver el reloj? ¿Sabré sus modales, sentimientos, habilidades, disposición, comportamiento; sólo de ver el reloj? No podemos hacerlo porque, igual no podemos conocer a Dios simplemente por buscarlo en Navidad. Tenemos que meternos más a fondo, tenemos que estudiar su palabra, para poder entenderla; y solo terminaremos de entenderla cuando le conozcamos cara a cara.
Juan 10:30 (RV-60) Yo y el Padre uno somos. Hemos visto la singularidad de Dios, pero también Jesús es un ser singular en su esencia.
El día de hoy justamente celebramos algo que, hace a nuestro Señor Jesucristo ser un ser singular, como lo es Dios. Hoy recordamos esa resurrección, la victoria de Jesús en la tumba y, nosotros también tenemos la esperanza que un día nos vamos a levantar, amén.
1 Corintios 15:20-23 (RV-60: 20Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Él es la primicia de la resurrección, ¿por qué? Porque el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo era un cuerpo glorificado; y ese es el cuerpo que nosotros un día vamos a tener, en el nombre del Señor. Vamos a tener ese cuerpo, para poder gozar con Él por la eternidad, y vamos a poder gozarle y alabarle para siempre, ¡Amén!
Juan 3: 3 (RV-60): Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nuestro Dios es un Dios singular, porque Él es desde antes de la creación. Porque Él es soberano en su voluntad. Porque Él se manifiesta como quiere y cuando quiere. Porque nuestro Señor tuvo una resurrección singular, saliendo de esa tumba con un cuerpo glorificado diferente a todos. Yo quiero que este Dios singular, este omnipotente Dios que hemos estado estudiando por esta semana esté más conmigo. Quiero servirle más a Él, quisiera que cada uno de nosotros estemos pensando en lo necesario que es servir a nuestro Dios, hablar a los que no le conocen. Porque por medio de nuestro Señor ha entrado la salvación al mundo.
Incline su rostro vamos a orar:
Padre celestial gracias te damos Señor por este tiempo. Gracias porque eres tú Padre, glorificado en todo lo que hacemos y decimos. Gracias amado Jesús porque sabemos que, sin ti, nada de lo que hacemos es posible. Señor queremos suplicarte una bendición por cada una de estas personas que están acá hoy, por aquellos que no te conocen; Señor que seas tú tocando esos corazones.
Gracias Padre por la enseñanza de este mediodía, por reconocer que tú eres único Señor. Sabemos que tú, el único Dios verdadero, resucitaste al tercer día; que fuiste a la cruz para perdón y remisión de los pecados, para que tuviésemos vida eterna. Porque, así como resucitaste tú, un día aquellos que ya partieron y los que vamos a partir, vamos a resucitar. Aquellos que hemos creído en ti, que hemos puesto nuestra esperanza, nuestra fe en ti, el único Dios verdadero.
Si usted está acá entre nosotros, y no le ha entregado su vida a Jesús, este es el día. Quiero decirle amigo que, usted no está aquí de casualidad, usted no está aquí porque no había otra cosa que hacer; usted está acá porque ese Dios singular, ese Dios único, quiere hacerlo partícipe a usted de la vida eterna. Para ello tiene que entregarle su vida, tiene que tomar la mejor decisión de su vida, una decisión eterna que va a cambiar el resto de su vida. No le estamos hablando de un cambio de religión, le estamos hablando de tener una relación con Jesucristo. Póngase de pie y reciba Cristo, mis hermanos diáconos están en los pasillos para orar con usted y por usted, porque la palabra dice que: Si confesares que Jesús es Dios y le entregares tu corazón, serás salvo.
Si usted está en casa y quiere hacer esta oración conmigo. Yo le invito a que repita, después de mí, esta oración de fe: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios, por enviar a Jesús a morir en mi lugar.” Si usted hizo esta oración, le invitamos a que busque una iglesia donde se predique la sana doctrina. Si vive aquí en Vancouver, Canadá; sería un privilegio que nos acompañe para que crezca en el conocimiento de las sagradas escrituras.
Amado Dios, gracias una vez más por haber ido a la cruz y poner tu vida en lugar de nosotros. Gracias por resucitar. Gracias porque cada promesa escrita, en la Santa Palabra, un día se hará realidad en nuestra vida y en la de nuestros seres queridos. Gracias por todo en Cristo Jesús, amén y amén.
¡Iglesia que Dios les bendiga a todos!