Desgaste emocional
Abril 23, 2023 – 1:30PM | 1 Reyes 19:1-9 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra en el primer libro de Reyes, yo leeré para ustedes en el capítulo 19.
1 Reyes 19: 1-9 (RV-60) 1Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aún me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. 3Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua, y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el Monte de Dios. 9Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Vamos a orar: Padre, bendice el mensaje de tu palabra en nuestros corazones. Que tu palabra sea refrescante para nuestras vidas, que sea llena de esperanza; en el nombre de Jesús te lo pedimos: amén.
He titulado el mensaje de esta hora: “Desgaste emocional”.
Elías fue un gran profeta de Dios, un hombre usado por Dios en gran manera. En una oportunidad Elías oró para que no lloviera, y no llovió. En otra oportunidad Elías oró para que lloviera, y llovió. Oró para que cayera fuego del cielo, y cayó fuego del cielo. Se enfrentó a ochocientos cincuenta profetas, que no eran profetas de Dios, y los venció.
Quisiera hablar en esta oportunidad a personas que están cansadas emocionalmente desgastados por llevar cargas pesadas. Déjeme decirle que, aunque nos movemos en un mundo espiritual y escuchamos palabra de Dios, semana tras semana hay algunos que venimos a media semana a estudiar la palabra de Dios y vamos los viernes a una casa de oración, eso no nos exime de desgastarnos emocionalmente. El problema del desgaste emocional, del agotamiento emocional, es que produce una serie de síntomas en nuestra vida en todos los aspectos; no solamente en nuestra vida cristiana sino, en todos los aspectos.
Quisiera hablar al corazón de personas desanimadas, aquellas que están al borde de tirar la toalla, los que se sienten abatidos al punto de depresión si no logran controlar ese desgaste emocional. Personas que han caído en un estado de desánimo, personas cansadas de batallar con su entorno y no ven resultados, ni tampoco sienten ayuda de nadie. Impotencia de no poder resolver una situación en la que nos encontramos, un futuro inseguro porque no sabemos cuánto tiempo va a durar la situación en la que nos encontramos en ese momento determinado. Hace mucho tiempo una persona me dijo: Pastor no tire la toalla, arrástrela si es necesario pero no la tire.
¿Ha sentido alguna vez usted que se hunde o que se ahoga? ¿Se ha sentido usted con una profunda tristeza y no sabe por qué, o tal vez sí sabe por qué? ¿Ha sido usted siempre una persona fuerte, pero que tocó fondo, que siente que se desmorona? ¿Se siente débil y vulnerable en un momento determinado cuando usted ha sido la fuerza de su familia? ¿Usted ha sido la persona que mueve las cosas en su casa pero en un momento determinado se siente usted exhausto, fatigado, desalentado, extenuado? O en su defecto, otro de los síntomas, ¿está usted irritable? ¿Se siente enfadado? Algunos están en una batalla espiritual y han perdido el interés, sienten apatía por todo.
El profeta Elías desarrolló su ministerio en el tiempo del Rey Acab, que fue el rey más malo, que se casó con una mujer mala, con mucha maldad en su corazón. Esta mujer se llamaba Jezabel, estaba matando a los profetas de Dios. Esta mujer ejerció una gran influencia, en aquel entonces, para introducir cultos paganos a Baal. A tal grado que el Rey de Israel comenzó a construir templos a dioses paganos. ¡Imagínate, mató a los profetas de Dios!
En esa oportunidad que Elías le profetizó al rey Acab que no iba a llover por tres años y medio. En un capítulo anterior se nos habla que Elías había matado a 450 profetas de Baal y a cuatrocientos profetas de Acera; a tal grado que la mujer Jezabel se enojó y le mandó un mensaje al profeta: vayan a decirle a ese hombre que va a quedar igual que uno de los profetas que él mató. Elías salió huyendo, imagínate.
Ahí es donde vienen muchas de estas consecuencias cuando estamos desgastados emocionalmente. Somos seres humanos, atravesamos por situaciones complicadas, situaciones difíciles muchas veces, y el desgaste emocional a veces viene, porque hemos soportado estrés por largo tiempo, a niveles extremadamente altos, al punto de llegar a enfermarnos. En el caso de este profeta, este siervo de Dios (que no es el súper profeta, no es súper Elías) era un hombre como nosotros.
Santiago 5:17(RV-60) dice: Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras.
Santiago 5:17(NTV) dice: Elías era tan humano como cualquiera de nosotros. ¿Quién no se cansa?
Algunas veces, le decía a los hermanos, cuando hemos impartido la clase de consejería cristiana le decimos: los consejeros seculares tienen la ventaja que atienden a personas que no conocen. Una persona llega, busca un consejero (un psicólogo cristiano) y va, le lleva su problema, y el consejero escucha su problema; pero el consejero no sabe quién es usted. Pero en el caso de la iglesia, es mucho más complicado; porque son hermanos queridos, es gente que usted ha conocido por largos y largos años, y el dolor de un hermano, es el dolor suyo también.
¿Sabe qué pasó con Elías cuando se sintió con ese desgaste? ¿Sabe qué fue lo que buscó?
Estar solo, se aisló, se fue al desierto. Cuando estamos cansados, desanimados, desgastados emocionalmente buscamos a la soledad, y eso fue lo que hizo Elías. Cuando usted se mete a su cuarto y no quiere hablar con nadie, es un poquito irritable, está agotado, exhausto, se sintió solo; se aísla, no quiere hablar con nadie, no contesta el teléfono. Atraviesa por su mente el sentimiento de que usted está solo en este problema, que nadie le ayuda y nadie puede ayudarle. En ese momento sentimos conmiseración de nosotros mismos, porque Elías dijo: Yo no soy mejor que mis padres. Comenzamos a sentir como que no servimos para nada, que somos la causa de todo el mal a nuestro alrededor. Recordemos que nuestra carne en una situación como esta se vuelve consejera, pero es una mala consejera. Y la verdad es que no estamos solos. Lo que pasa es, que no les permitimos a otras personas ingresar a nuestro mundo cuando nos sentimos de esta manera.
Elías llegó al punto que ya no quería vivir; y esto es delicado. Cuando una persona piensa que ya no tiene más propósito en esta vida, cuando una persona llega al punto de decir estoy cansado, estoy exhausto. Una persona por ejemplo que ya ha batallado con una larga enfermedad, una persona que tiene que tomarse un cóctel de medicamento en la mañana, otro poco de medicamento en la noche y llega un punto de decir: ¡Ay, ya estoy cansado!
Elías no fue el único en la Biblia que se sintió en una situación como esta. En la palabra del Señor encontramos, por ejemplo: Job, le dijo un día al Señor (Job 13:24): ¿por qué escondes tu rostro y me cuentas por tu enemigo? Fíjate cómo se sentía en cierto momento Job, estoy orando, estoy clamando, estoy pidiendo; y siento que no me contestas, siento que no me oyes. Me siento solo en esta situación, ¿dónde estás Señor, dónde te has metido? El salmista dijo: ¿Por qué estás lejos oh Jehová, y te escondes en el tiempo de mi angustia? Es como si usted clama, clama y clama, pero le parece que nadie lo entiende.
Son muchas las causas que nos llevan a ese desgaste emocional. Algunas veces nos cansamos de las cosas que nos están pasando en la vida. Problemas por un lado, problemas por el otro.
- Un futuro incierto.
La gente ve un futuro incierto, por ejemplo: no todo el que viene acá a Vancouver le va bien. Muchas familias deciden regresar a su país de origen porque no le salieron las cosas como ellos pensaban; se les agota el dinero, no tienen para la renta, no consiguen trabajo y esto provoca un drenaje emocional.
- Problemas en casa.
Todas las parejas tenemos nuestras cosas, todas. Uno dice no y el otro dice sí, el problema está cuando uno de los dos quiere cambiar al otro. Él único que puede cambiar a un cónyuge es Dios, nadie más. Yo no puedo, nadie puede. Es normal tener algún que otro desacuerdo, o pleito, pero no es normal pelear todos los días, eso desgasta; no solo desgasta sino que enferma. Este desgaste emocional, que al que me estoy refiriendo, es la acumulación de estrés, de altos niveles de estrés en nuestra vida, de situaciones que no podemos resolver, de cosas que manejamos todos los días. Y si no logramos nosotros la manera de sacarlo de nuestro sistema nos vamos a enfermar y mientras más edad se tiene, es peor aún. Cuando en hogares hay pleitos, hay gritos, hay ofensas, maltratos e indiferencias son todos los días eso cansa, desanima, agota, desalienta a las personas.
- Vicios.
Hijos en vicios, que usted no sabe qué es lo que va a pasar, no sabe a cuándo le va a llegar la llamada para decirle: estamos llamando del hospital porque su hijo está aquí por una situación de un vicio.
Y venimos a la casa del Señor y escuchamos palabra; luego salimos de aquí para enfrentarnos a la misma situación, eso no es vida. Porque a paz nos ha llamado el Señor.
- La fatiga:
Personas que trabajan y trabajan, y nunca alcanza el dinero para nada, muy ocupados. A eso agreguemos los cambios significativos en la vida que, automáticamente, te meten a un desierto; y la vida en el desierto es cruel. La vida en ese desierto se siente solo, triste, abandonado. ¿Cuántas personas no están aquí porque andan huyendo de una situación? Y tal vez no es huyendo de la justicia, del sistema legal en su país; pero se hartaron de una situación. ¿Usted ha llegado un punto de decir: Ni un día más, no lo aguanto, se acabó esta cosa?
- Cambio significativo.
Un divorcio, terminar con su novia(o), por ejemplo. Eso puede meter a una persona al desierto. Personas que nunca pensaron en las consecuencias de sus actos y terminan en prisión; esto cambia la vida.
- Una larga enfermedad.
- Desempleo.
- La traición.
Problemas que se extienden demasiado, y aquellos que no tienen solución. Cansado de dar y no recibir nada. Las fuerzas, amados míos, están en Dios.
Lo lindo de todo esto, en el pasaje de la escritura que leímos (versículo 4):
1 Reyes 19: 4 (RV-60) 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. El basta ya, no es una falta de respeto hacia Dios, es un cansancio.
1 Reyes 19: 4 (NTV): Basta ya Señor, quítame la vida.
1 Reyes 19: 4 (NVI): Estoy harto Señor Estoy harto sí. Eso es un cansancio.
Lo peor de todo esto que hemos mencionado es que usted no puede cambiar a la persona que vive con usted. Usted no puede cambiar los vicios que tienen sus hijos, los hábitos que tienen sus hijos, usted no puede cambiar situaciones. Si usted tiene una hija que le va mal con su marido, usted no puede hacer nada, usted está sufriendo algo que usted no puede resolver; y todo esto causa son grandes gastes en realidad.
Repito, a veces los altos niveles de presión lo llevan hacia un camino incorrecto donde se comenten locuras, solo es cuestión de tiempo; muchas personas saben lo que estoy hablando porque lo han vivido. Dicen que uno se acostumbra a todas las circunstancias, a todas las situaciones, pero todo tiene su límite.
1 Reyes 19: 4-5 (RV-60): 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Echarse debajo, quiere decir que se quedó dormido, eso es cansancio hermano.
Aquí viene la maravilla del Evangelio, aquí viene la maravilla cuando conocemos a Dios: Es que la fuerza viene del cielo. Usted, entienda esto, se puede sentir solo pero no está solo. Porque las promesas de Dios son reales, Dios promete ayudarte, Él dice: “Yo te ayudo”.
Si usted no está viviendo esta situación de un desgaste emocional en su vida, si usted no está agotado física, espiritual ni emocionalmente, usted no está exhausto, no está fatigado, no está desalentado; es bueno que entienda esto: que cuando se sienta mal usted puede ubicarse dónde está. Entienda hermano que no hay tiempo para eso, no se puede dar el lujo de deprimirse. No se puede dar el lujo de desgastarse.
Hay personas que tienen los ojos puestos en usted; y sabemos, perfectamente bien, que la fuerza viene de arriba. Y cuando usted logra verse en el espejo espiritual y logra entender la situación, usted debe decir: yo no puedo permitir esto. Pase lo que pase, porque situaciones pasan en nuestra vida: la pérdida de un ser querido, como la esposa o el esposo. ¿Se da cuenta usted que en algunos casos muere la señora, mayor ya, y a la vuelta de un rato el señor ya se siente mal? Es ahí donde tenemos nosotros que entender nuestra posición, y no permitir que esos pensamientos vengan a nuestra cabeza.
Elías estaba sintiéndose solo en el desierto, y viene un ángel y le dice: Elías, levántate, come. Ya se le había quitado el hambre. Esa es la ayuda de Dios, que viene del cielo.
1Reyes 19: 6 (RV-60): 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua, y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. ¡Qué lindo!
Yo leo este versículo y veo gracia, veo la gracia de Dios, eso veo. ¿Estás cansado? Yo sé lo que tú necesitas y te lo voy a dar. Y te llega el ángel de Dios y lo deja dormir hermano, lo alimenta y lo deja descansar. No crea que Dios te va a dejar tirado. No piense que Dios te va a dejar abandonado con la situación por la que estás viviendo, ¡no señor! El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. El ángel de Dios está ahí, es que no estamos solos amados, no estamos solos, el Señor lo ha prometido. Él ha prometido ayudarnos, nunca te dejaré, nunca te desampararé.
Cuando la persona se quiere morir ¿sabe qué es lo que tiene en mente? Que se acabó el asunto, hasta aquí llegué, no hay más nada que hacer; pero ¿sabe qué dijo Dios? Te equivocas, 7porque largo camino te resta; es decir, no he terminado contigo, falta. Y, a veces, Dios tiene que enfermarte porque es la única manera como puedes descansar.
Elías, aquí quién dice ¿cuándo se acaba esto? No eres tú, soy yo, dice Dios. Lo que tú necesitas es fuerza. Tu problema es desgastes emocional, eso es tu problema; pero yo te voy a dar fuerza, yo te voy a animar, yo te voy a levantar. Las fuerzas del búfalo. Vas a seguir adelante, hay mucho que hacer todavía, tienes propósito en esta vida Elías.
Salmos 46: 1(RV-60): Dios es nuestro amparo y fortaleza nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. La fuerza viene del cielo.
Nahúm 1:7 (RV-60): Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
Salmos 55:22 (RV-60): Hecha sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Si estás cansado, Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
¿Te sientes quebrantado de corazón?
Salmos 147:3 (RV-60): El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. ¡Gloria a Dios! ¡Gloria al Señor! ¿Estás quebrantado de corazón? Él sana los quebrantados. ¿Tienes heridas emocionales? Él venda tus heridas. Es que no estás solo en este mundo, es que Dios está contigo. A lo mejor la persona física que estaba con usted, su esposo o su hijo, partieron; pero solo no estamos en este mundo Dios está con nosotros. Él te fortalece en el momento de necesidad.
Hermano, si te sientes desgastado eso no es el fin del mundo. Toma tu tiempo, descansa por un momento, quítate esas cosas de la cabeza de que: no, tú no puedes descansar. Somos hijos de Dios, amado, Él es un Padre; ¿cómo se siente usted cuando ve a sus hijos tomando vacaciones, y le manda fotografías de la playa? ¡Qué gran satisfacción! Jesús disfrutó con sus discípulos. No todo fue predicación, no todo fue vigilia, no todo fue oración. ¿Cree usted que uno no puede pasar buenos momentos con hermanos en Cristo y disfrutar buenas cosas? Claro que sí, eso no es pecado hermano.
Dios dice: No, no hemos terminado todavía Elías.
1Reyes 19: 8-9 (RV-60): 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el Monte de Dios. 9Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? Cando él (Elías) pensó que ya todo se había acabado, mire usted, cuarenta días y cuarenta noches más. Con la fuerza de Dios, con el poder del Señor.
Podemos tener momentos de tristeza, podemos tener momentos de desgaste; pero cuando una persona vuelve sus ojos al cielo, cuando tú te arrodillas y le cantas al Señor, y alabas su nombre, y glorificas el nombre del Señor; sucede un milagro. ¡Es que Él es la fuente de nuestra fortaleza!
Yo he pecado, y en algún momento le he dicho al Señor: “¿ya para qué, pues? Ya se acabó esta cosa. ¿Y qué va a pasar con la iglesia? Que vea Dios qué va a pasar con la iglesia. Y cuando el Señor te fortalece tú dices: ¡Señor gracias! Disculpa lo que te dije, qué bueno que tú no haces caso a lo que uno te pide Señor. ¡Bendito sea el nombre del Señor, Gracias a Dios!
Así es que, si estamos sufriendo por ese desgaste emocional, vuelva a sus ojos al cielo. (Salmos 121: 1-2) ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. ¡Aleluya!
Oremos: Padre querido. Muchos de los que estamos acá hemos atravesado por situaciones como ésta, múltiples veces. A tal grado Señor de ya no querer seguir caminando más, de decir quizás las mismas palabras de Elías ¿para qué vivir? Pero bendito sea tu nombre, eternamente y para siempre, que tú dices: largo camino te resta, descansa, come, porque largo camino te resta. Las cosas no han terminado, hay mucho que hacer por el reino, hay mucho que hacer para la gloria de Dios. Señor gracias porque en ese momento difícil de nuestra vida, cuando tocamos fondo, cuando estábamos vulnerables, sin esperanza, sin energía y sin fuerza; ahí llegó el ángel a fortalecernos, a levantarnos y a decir largo camino te resta. Gracias Señor, bendito seas por siempre. ¡Bendito seas por siempre!
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador hoy es un buen momento. Hay alguien que dice: Pastor, yo nunca he recibido a Cristo en mi corazón, yo nunca he abierto mi corazón al evangelio; pero yo necesito a Dios y quisiera recibir al Señor en mi corazón en este día. Si hay alguna persona quiere entregarle su vida a Jesucristo, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Un hermano de nuestra iglesia se va a acercar a usted para orar con usted y por usted. No tenga pena, no tenga miedo. ¡Venga a los pies de Jesús! Usted que nos mira por las redes sociales también puede hacer lo mismo. Dígale: Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te recibo como mi Señor y suficiente Salvador personal. Yo creo que tú eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. En este día te entrego mi vida, te entrego mi corazón.
Si usted hizo esta oración, nosotros queremos animarle a seguir creciendo en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, bendice esta palabra en nuestros corazones, en el nombre de Jesús amén y amén.
¡Dios los bendiga a todos!
Desgaste emocional
Abril 23, 2023 – 1:30PM | 1 Reyes 19:1-9 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra en el primer libro de Reyes, yo leeré para ustedes en el capítulo 19.
1 Reyes 19: 1-9 (RV-60) 1Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aún me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. 3Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua, y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el Monte de Dios. 9Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Vamos a orar: Padre, bendice el mensaje de tu palabra en nuestros corazones. Que tu palabra sea refrescante para nuestras vidas, que sea llena de esperanza; en el nombre de Jesús te lo pedimos: amén.
He titulado el mensaje de esta hora: “Desgaste emocional”.
Elías fue un gran profeta de Dios, un hombre usado por Dios en gran manera. En una oportunidad Elías oró para que no lloviera, y no llovió. En otra oportunidad Elías oró para que lloviera, y llovió. Oró para que cayera fuego del cielo, y cayó fuego del cielo. Se enfrentó a ochocientos cincuenta profetas, que no eran profetas de Dios, y los venció.
Quisiera hablar en esta oportunidad a personas que están cansadas emocionalmente desgastados por llevar cargas pesadas. Déjeme decirle que, aunque nos movemos en un mundo espiritual y escuchamos palabra de Dios, semana tras semana hay algunos que venimos a media semana a estudiar la palabra de Dios y vamos los viernes a una casa de oración, eso no nos exime de desgastarnos emocionalmente. El problema del desgaste emocional, del agotamiento emocional, es que produce una serie de síntomas en nuestra vida en todos los aspectos; no solamente en nuestra vida cristiana sino, en todos los aspectos.
Quisiera hablar al corazón de personas desanimadas, aquellas que están al borde de tirar la toalla, los que se sienten abatidos al punto de depresión si no logran controlar ese desgaste emocional. Personas que han caído en un estado de desánimo, personas cansadas de batallar con su entorno y no ven resultados, ni tampoco sienten ayuda de nadie. Impotencia de no poder resolver una situación en la que nos encontramos, un futuro inseguro porque no sabemos cuánto tiempo va a durar la situación en la que nos encontramos en ese momento determinado. Hace mucho tiempo una persona me dijo: Pastor no tire la toalla, arrástrela si es necesario pero no la tire.
¿Ha sentido alguna vez usted que se hunde o que se ahoga? ¿Se ha sentido usted con una profunda tristeza y no sabe por qué, o tal vez sí sabe por qué? ¿Ha sido usted siempre una persona fuerte, pero que tocó fondo, que siente que se desmorona? ¿Se siente débil y vulnerable en un momento determinado cuando usted ha sido la fuerza de su familia? ¿Usted ha sido la persona que mueve las cosas en su casa pero en un momento determinado se siente usted exhausto, fatigado, desalentado, extenuado? O en su defecto, otro de los síntomas, ¿está usted irritable? ¿Se siente enfadado? Algunos están en una batalla espiritual y han perdido el interés, sienten apatía por todo.
El profeta Elías desarrolló su ministerio en el tiempo del Rey Acab, que fue el rey más malo, que se casó con una mujer mala, con mucha maldad en su corazón. Esta mujer se llamaba Jezabel, estaba matando a los profetas de Dios. Esta mujer ejerció una gran influencia, en aquel entonces, para introducir cultos paganos a Baal. A tal grado que el Rey de Israel comenzó a construir templos a dioses paganos. ¡Imagínate, mató a los profetas de Dios!
En esa oportunidad que Elías le profetizó al rey Acab que no iba a llover por tres años y medio. En un capítulo anterior se nos habla que Elías había matado a 450 profetas de Baal y a cuatrocientos profetas de Acera; a tal grado que la mujer Jezabel se enojó y le mandó un mensaje al profeta: vayan a decirle a ese hombre que va a quedar igual que uno de los profetas que él mató. Elías salió huyendo, imagínate.
Ahí es donde vienen muchas de estas consecuencias cuando estamos desgastados emocionalmente. Somos seres humanos, atravesamos por situaciones complicadas, situaciones difíciles muchas veces, y el desgaste emocional a veces viene, porque hemos soportado estrés por largo tiempo, a niveles extremadamente altos, al punto de llegar a enfermarnos. En el caso de este profeta, este siervo de Dios (que no es el súper profeta, no es súper Elías) era un hombre como nosotros.
Santiago 5:17(RV-60) dice: Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras.
Santiago 5:17(NTV) dice: Elías era tan humano como cualquiera de nosotros. ¿Quién no se cansa?
Algunas veces, le decía a los hermanos, cuando hemos impartido la clase de consejería cristiana le decimos: los consejeros seculares tienen la ventaja que atienden a personas que no conocen. Una persona llega, busca un consejero (un psicólogo cristiano) y va, le lleva su problema, y el consejero escucha su problema; pero el consejero no sabe quién es usted. Pero en el caso de la iglesia, es mucho más complicado; porque son hermanos queridos, es gente que usted ha conocido por largos y largos años, y el dolor de un hermano, es el dolor suyo también.
¿Sabe qué pasó con Elías cuando se sintió con ese desgaste? ¿Sabe qué fue lo que buscó?
Estar solo, se aisló, se fue al desierto. Cuando estamos cansados, desanimados, desgastados emocionalmente buscamos a la soledad, y eso fue lo que hizo Elías. Cuando usted se mete a su cuarto y no quiere hablar con nadie, es un poquito irritable, está agotado, exhausto, se sintió solo; se aísla, no quiere hablar con nadie, no contesta el teléfono. Atraviesa por su mente el sentimiento de que usted está solo en este problema, que nadie le ayuda y nadie puede ayudarle. En ese momento sentimos conmiseración de nosotros mismos, porque Elías dijo: Yo no soy mejor que mis padres. Comenzamos a sentir como que no servimos para nada, que somos la causa de todo el mal a nuestro alrededor. Recordemos que nuestra carne en una situación como esta se vuelve consejera, pero es una mala consejera. Y la verdad es que no estamos solos. Lo que pasa es, que no les permitimos a otras personas ingresar a nuestro mundo cuando nos sentimos de esta manera.
Elías llegó al punto que ya no quería vivir; y esto es delicado. Cuando una persona piensa que ya no tiene más propósito en esta vida, cuando una persona llega al punto de decir estoy cansado, estoy exhausto. Una persona por ejemplo que ya ha batallado con una larga enfermedad, una persona que tiene que tomarse un cóctel de medicamento en la mañana, otro poco de medicamento en la noche y llega un punto de decir: ¡Ay, ya estoy cansado!
Elías no fue el único en la Biblia que se sintió en una situación como esta. En la palabra del Señor encontramos, por ejemplo: Job, le dijo un día al Señor (Job 13:24): ¿por qué escondes tu rostro y me cuentas por tu enemigo? Fíjate cómo se sentía en cierto momento Job, estoy orando, estoy clamando, estoy pidiendo; y siento que no me contestas, siento que no me oyes. Me siento solo en esta situación, ¿dónde estás Señor, dónde te has metido? El salmista dijo: ¿Por qué estás lejos oh Jehová, y te escondes en el tiempo de mi angustia? Es como si usted clama, clama y clama, pero le parece que nadie lo entiende.
Son muchas las causas que nos llevan a ese desgaste emocional. Algunas veces nos cansamos de las cosas que nos están pasando en la vida. Problemas por un lado, problemas por el otro.
- Un futuro incierto.
La gente ve un futuro incierto, por ejemplo: no todo el que viene acá a Vancouver le va bien. Muchas familias deciden regresar a su país de origen porque no le salieron las cosas como ellos pensaban; se les agota el dinero, no tienen para la renta, no consiguen trabajo y esto provoca un drenaje emocional.
- Problemas en casa.
Todas las parejas tenemos nuestras cosas, todas. Uno dice no y el otro dice sí, el problema está cuando uno de los dos quiere cambiar al otro. Él único que puede cambiar a un cónyuge es Dios, nadie más. Yo no puedo, nadie puede. Es normal tener algún que otro desacuerdo, o pleito, pero no es normal pelear todos los días, eso desgasta; no solo desgasta sino que enferma. Este desgaste emocional, que al que me estoy refiriendo, es la acumulación de estrés, de altos niveles de estrés en nuestra vida, de situaciones que no podemos resolver, de cosas que manejamos todos los días. Y si no logramos nosotros la manera de sacarlo de nuestro sistema nos vamos a enfermar y mientras más edad se tiene, es peor aún. Cuando en hogares hay pleitos, hay gritos, hay ofensas, maltratos e indiferencias son todos los días eso cansa, desanima, agota, desalienta a las personas.
- Vicios.
Hijos en vicios, que usted no sabe qué es lo que va a pasar, no sabe a cuándo le va a llegar la llamada para decirle: estamos llamando del hospital porque su hijo está aquí por una situación de un vicio.
Y venimos a la casa del Señor y escuchamos palabra; luego salimos de aquí para enfrentarnos a la misma situación, eso no es vida. Porque a paz nos ha llamado el Señor.
- La fatiga:
Personas que trabajan y trabajan, y nunca alcanza el dinero para nada, muy ocupados. A eso agreguemos los cambios significativos en la vida que, automáticamente, te meten a un desierto; y la vida en el desierto es cruel. La vida en ese desierto se siente solo, triste, abandonado. ¿Cuántas personas no están aquí porque andan huyendo de una situación? Y tal vez no es huyendo de la justicia, del sistema legal en su país; pero se hartaron de una situación. ¿Usted ha llegado un punto de decir: Ni un día más, no lo aguanto, se acabó esta cosa?
- Cambio significativo.
Un divorcio, terminar con su novia(o), por ejemplo. Eso puede meter a una persona al desierto. Personas que nunca pensaron en las consecuencias de sus actos y terminan en prisión; esto cambia la vida.
- Una larga enfermedad.
- Desempleo.
- La traición.
Problemas que se extienden demasiado, y aquellos que no tienen solución. Cansado de dar y no recibir nada. Las fuerzas, amados míos, están en Dios.
Lo lindo de todo esto, en el pasaje de la escritura que leímos (versículo 4):
1 Reyes 19: 4 (RV-60) 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. El basta ya, no es una falta de respeto hacia Dios, es un cansancio.
1 Reyes 19: 4 (NTV): Basta ya Señor, quítame la vida.
1 Reyes 19: 4 (NVI): Estoy harto Señor Estoy harto sí. Eso es un cansancio.
Lo peor de todo esto que hemos mencionado es que usted no puede cambiar a la persona que vive con usted. Usted no puede cambiar los vicios que tienen sus hijos, los hábitos que tienen sus hijos, usted no puede cambiar situaciones. Si usted tiene una hija que le va mal con su marido, usted no puede hacer nada, usted está sufriendo algo que usted no puede resolver; y todo esto causa son grandes gastes en realidad.
Repito, a veces los altos niveles de presión lo llevan hacia un camino incorrecto donde se comenten locuras, solo es cuestión de tiempo; muchas personas saben lo que estoy hablando porque lo han vivido. Dicen que uno se acostumbra a todas las circunstancias, a todas las situaciones, pero todo tiene su límite.
1 Reyes 19: 4-5 (RV-60): 4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Echarse debajo, quiere decir que se quedó dormido, eso es cansancio hermano.
Aquí viene la maravilla del Evangelio, aquí viene la maravilla cuando conocemos a Dios: Es que la fuerza viene del cielo. Usted, entienda esto, se puede sentir solo pero no está solo. Porque las promesas de Dios son reales, Dios promete ayudarte, Él dice: “Yo te ayudo”.
Si usted no está viviendo esta situación de un desgaste emocional en su vida, si usted no está agotado física, espiritual ni emocionalmente, usted no está exhausto, no está fatigado, no está desalentado; es bueno que entienda esto: que cuando se sienta mal usted puede ubicarse dónde está. Entienda hermano que no hay tiempo para eso, no se puede dar el lujo de deprimirse. No se puede dar el lujo de desgastarse.
Hay personas que tienen los ojos puestos en usted; y sabemos, perfectamente bien, que la fuerza viene de arriba. Y cuando usted logra verse en el espejo espiritual y logra entender la situación, usted debe decir: yo no puedo permitir esto. Pase lo que pase, porque situaciones pasan en nuestra vida: la pérdida de un ser querido, como la esposa o el esposo. ¿Se da cuenta usted que en algunos casos muere la señora, mayor ya, y a la vuelta de un rato el señor ya se siente mal? Es ahí donde tenemos nosotros que entender nuestra posición, y no permitir que esos pensamientos vengan a nuestra cabeza.
Elías estaba sintiéndose solo en el desierto, y viene un ángel y le dice: Elías, levántate, come. Ya se le había quitado el hambre. Esa es la ayuda de Dios, que viene del cielo.
1Reyes 19: 6 (RV-60): 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua, y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. ¡Qué lindo!
Yo leo este versículo y veo gracia, veo la gracia de Dios, eso veo. ¿Estás cansado? Yo sé lo que tú necesitas y te lo voy a dar. Y te llega el ángel de Dios y lo deja dormir hermano, lo alimenta y lo deja descansar. No crea que Dios te va a dejar tirado. No piense que Dios te va a dejar abandonado con la situación por la que estás viviendo, ¡no señor! El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. El ángel de Dios está ahí, es que no estamos solos amados, no estamos solos, el Señor lo ha prometido. Él ha prometido ayudarnos, nunca te dejaré, nunca te desampararé.
Cuando la persona se quiere morir ¿sabe qué es lo que tiene en mente? Que se acabó el asunto, hasta aquí llegué, no hay más nada que hacer; pero ¿sabe qué dijo Dios? Te equivocas, 7porque largo camino te resta; es decir, no he terminado contigo, falta. Y, a veces, Dios tiene que enfermarte porque es la única manera como puedes descansar.
Elías, aquí quién dice ¿cuándo se acaba esto? No eres tú, soy yo, dice Dios. Lo que tú necesitas es fuerza. Tu problema es desgastes emocional, eso es tu problema; pero yo te voy a dar fuerza, yo te voy a animar, yo te voy a levantar. Las fuerzas del búfalo. Vas a seguir adelante, hay mucho que hacer todavía, tienes propósito en esta vida Elías.
Salmos 46: 1(RV-60): Dios es nuestro amparo y fortaleza nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. La fuerza viene del cielo.
Nahúm 1:7 (RV-60): Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
Salmos 55:22 (RV-60): Hecha sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Si estás cansado, Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
¿Te sientes quebrantado de corazón?
Salmos 147:3 (RV-60): El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. ¡Gloria a Dios! ¡Gloria al Señor! ¿Estás quebrantado de corazón? Él sana los quebrantados. ¿Tienes heridas emocionales? Él venda tus heridas. Es que no estás solo en este mundo, es que Dios está contigo. A lo mejor la persona física que estaba con usted, su esposo o su hijo, partieron; pero solo no estamos en este mundo Dios está con nosotros. Él te fortalece en el momento de necesidad.
Hermano, si te sientes desgastado eso no es el fin del mundo. Toma tu tiempo, descansa por un momento, quítate esas cosas de la cabeza de que: no, tú no puedes descansar. Somos hijos de Dios, amado, Él es un Padre; ¿cómo se siente usted cuando ve a sus hijos tomando vacaciones, y le manda fotografías de la playa? ¡Qué gran satisfacción! Jesús disfrutó con sus discípulos. No todo fue predicación, no todo fue vigilia, no todo fue oración. ¿Cree usted que uno no puede pasar buenos momentos con hermanos en Cristo y disfrutar buenas cosas? Claro que sí, eso no es pecado hermano.
Dios dice: No, no hemos terminado todavía Elías.
1Reyes 19: 8-9 (RV-60): 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el Monte de Dios. 9Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? Cando él (Elías) pensó que ya todo se había acabado, mire usted, cuarenta días y cuarenta noches más. Con la fuerza de Dios, con el poder del Señor.
Podemos tener momentos de tristeza, podemos tener momentos de desgaste; pero cuando una persona vuelve sus ojos al cielo, cuando tú te arrodillas y le cantas al Señor, y alabas su nombre, y glorificas el nombre del Señor; sucede un milagro. ¡Es que Él es la fuente de nuestra fortaleza!
Yo he pecado, y en algún momento le he dicho al Señor: “¿ya para qué, pues? Ya se acabó esta cosa. ¿Y qué va a pasar con la iglesia? Que vea Dios qué va a pasar con la iglesia. Y cuando el Señor te fortalece tú dices: ¡Señor gracias! Disculpa lo que te dije, qué bueno que tú no haces caso a lo que uno te pide Señor. ¡Bendito sea el nombre del Señor, Gracias a Dios!
Así es que, si estamos sufriendo por ese desgaste emocional, vuelva a sus ojos al cielo. (Salmos 121: 1-2) ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. ¡Aleluya!
Oremos: Padre querido. Muchos de los que estamos acá hemos atravesado por situaciones como ésta, múltiples veces. A tal grado Señor de ya no querer seguir caminando más, de decir quizás las mismas palabras de Elías ¿para qué vivir? Pero bendito sea tu nombre, eternamente y para siempre, que tú dices: largo camino te resta, descansa, come, porque largo camino te resta. Las cosas no han terminado, hay mucho que hacer por el reino, hay mucho que hacer para la gloria de Dios. Señor gracias porque en ese momento difícil de nuestra vida, cuando tocamos fondo, cuando estábamos vulnerables, sin esperanza, sin energía y sin fuerza; ahí llegó el ángel a fortalecernos, a levantarnos y a decir largo camino te resta. Gracias Señor, bendito seas por siempre. ¡Bendito seas por siempre!
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador hoy es un buen momento. Hay alguien que dice: Pastor, yo nunca he recibido a Cristo en mi corazón, yo nunca he abierto mi corazón al evangelio; pero yo necesito a Dios y quisiera recibir al Señor en mi corazón en este día. Si hay alguna persona quiere entregarle su vida a Jesucristo, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Un hermano de nuestra iglesia se va a acercar a usted para orar con usted y por usted. No tenga pena, no tenga miedo. ¡Venga a los pies de Jesús! Usted que nos mira por las redes sociales también puede hacer lo mismo. Dígale: Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te recibo como mi Señor y suficiente Salvador personal. Yo creo que tú eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. En este día te entrego mi vida, te entrego mi corazón.
Si usted hizo esta oración, nosotros queremos animarle a seguir creciendo en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, bendice esta palabra en nuestros corazones, en el nombre de Jesús amén y amén.
¡Dios los bendiga a todos!