El lugar Santísimo
Agosto 21, 2022 – 1:30PM | Hebreos 10:19-25 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el libro de Hebreos 10: 19-25 (RV-1960). En la tarde de hoy vamos a ver el pasaje en dos versiones bíblicas.
Dice la palabra del Señor en Hebreos 10: 19-25 (RV-1960): 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavado los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca.
Leamos estos mismos versículos en la NVI, Hebreos 10: 19 al 25: 19Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; 21y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios. 22Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. 23Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 24No dejemos de congregarnos, como acostumbran a hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
¡Que Dios bendiga esta palabra!
Quiero hablar en esta tarde acerca de “El Lugar Santísimo.”
El Lugar Santísimo era el lugar más sagrado del tabernáculo de Moisés. El lugar más sagrado cuando se construyó el templo de Salomón, allá en Jerusalén. Era una especie de cubo, no tenía ventanas. En el Lugar Santísimo se encontraba el Arca del Pacto (El Arca de la Alianza, como se le llama también.) A ese Lugar Santísimo entraba el Sumo Sacerdote una vez en el año nada más, nadie más podía entrar. La persona que entrara al Lugar Santísimo, ¿qué le pasaba?, se moría. Ahí se encontraba (Shekinah) la Gloria de Dios. El día de la expiación, el día del perdón este Sumo Sacerdote entraba hasta el Lugar Santísimo para quemar incienso y rociar la sangre de un animal que se había sacrificado sobre el propiciatorio del Arca, la tapadera del Arca. De esa manera el Sumo Sacerdote expiaba, primeramente, los pecados de él y al mismo tiempo los pecados del pueblo.
El Lugar Santísimo se encontraba separado del resto del Tabernáculo, del resto del templo, por un velo azul bordado con querubines de oro. Ese velo, el velo del templo como se le llamaba, era símbolo de la separación entre Dios y el hombre. En el Antiguo Testamento, usted puede recordar que, Dios advertía al pueblo que tuviera mucho cuidado; el pueblo tenía miedo de la presencia de Dios. Cuando ellos sabían que Dios y Moisés estaban en la punta de la montaña, el pueblo no quería acercarse siquiera a la montaña porque ellos tenían temor de morir por la presencia del Señor. En el libro de Éxodo hay un momento donde Dios le dice a Moisés: “Dile a tu hermano Aarón, que no puede estar entrando al Lugar Santísimo cuando él quiera, porque ahí está mi presencia.” Nadie podía tener acceso a ese lugar excepto el Sumo Sacerdote y solamente una vez en el año.
Antes, era una fiesta solemne y tenía que cuidarse cada cosita que decía la Biblia. No podían hacer las cosas como se les antojara. Antes de entrar, el Sumo Sacerdote al Lugar Santísimo en el día de la expiación, se hacía una fiesta inmensa para todo el pueblo de Israel. El Sumo Sacerdote tenía que lavarse, tenía que purificarse, ponerse ropas especiales, traer un incienso; de tal manera que el humo que se esparcía en ese Lugar Santísimo no permitiera, ni siquiera al Sumo Sacerdote, ver la presencia majestuosa de nuestro Señor. Traía la sangre sacrificial con él para expiación de los pecados, como dije primeramente, de él y después del pueblo. Dice la escritura que al Sumo Sacerdote le ponían una especie de campanitas en su ropaje y una cuerda, por si algo pasaba con el Sumo Sacerdote dentro del Lugar Santísimo poder sacarlo, pues nadie podía entrar a ese lugar.
En el Lugar Santísimo, cuando nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz del calvario, sucedió un acto milagroso; Mateo 27: 50 (RV-60): 50Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron. Es decir, nadie podía haberlo hecho tomando el velo desde la parte de abajo y romperlo, nadie podía acercarse a ese lugar. Dios hizo esto, que el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.
¿Qué significa eso? Que ahora, a partir de la muerte del cordero de Dios que quita los pecados del mundo, hay acceso al Lugar Santísimo por medio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
Hebreos 10: 19 (RV-60): 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo.
¿Sabe usted que estas palabras eran una ofensa, hermanos, para aquellos que tenían en la mente que no se puede entrar al Lugar Santísimo? ¿Cómo se les ocurrió a ustedes entrar al Lugar Santísimo? Pero ahora el escritor a los hebreos dice: “hermanos tenemos libertad para entrar al lugar santísimo, y esa libertad la tenemos única y exclusivamente por la sangre de nuestro Señor Jesucristo.”
¡Gloria a Dios! Ya no tenemos que depender de los sacerdotes para que realicen sacrificios una vez al año en nuestro favor, Jesús fue el sacrificio perfecto.
Quiero mostrarle tres versículos que están en Hebreos y quiero que le ponga atención a lo que nos dice cada versículo. Ya sabemos que podemos entrar por la sangre de Jesucristo.
Hebreos 4: 16 (RV-60) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Ponga su atención a una palabrita, la primera palabra que aparece en ese texto, ¿cuál es? Acerquémonos, dice el autor de Hebreos: “acerquémonos.”
Hebreos 7: 25 (RV-60) Por lo cual puede también salvar perpetuamente (eternamente) a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Hebreos 11: 6 (RV-60): Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Los tres versículos que hemos visto nos hablan de “Acercarnos a Dios”.
Acercarnos a Dios es un inmenso privilegio, es una bendición, es una gran honra; pero que desafortunadamente la vemos con indiferencia. ¡Qué cosa! Cuando nadie podía entrar al Lugar Santísimo, todo el mundo quería entrar, pero no se podía. Y ahora que podemos entrar al Lugar Santísimo estamos demasiado ocupados. Ahora que tenemos acceso, por la sangre del Cordero de Dios, estamos muy ocupados con nuestras cosas personales, cuando la escritura dice que debemos acercarnos a Dios.
¿Cuánto tiempo tenemos de ser cristianos? ¿Qué tan bien conocemos a Dios? ¿Qué tan bien conoce usted a su Dios? ¿Qué distancia hay entre usted y Dios? Sabe usted que hay cristianos que solamente se acercan a Dios cuando están en problemas. Solamente cuando tienen una dificultad que está fuera de su alcance resolver, entonces viene la frase: “Dios mío.” Solo cuando hay dificultad, porque si no, en su lista de valores la casa de Dios no existe. Buscar a Dios no está.
Si la Biblia dice: “Acerquémonos”. Debemos buscar la forma que podemos acercarnos.
Estamos hablando del Lugar Santísimo, estamos hablando de que el velo del templo se rasgó. Ya no existe más separación entre nosotros y Dios. Hay personas que tienen que entender que Dios está tratando con usted, no conmigo, acérquese usted al Señor. Hay muchas personas que son cristianos y las enseñanzas que reciben en la casa del Señor le pasa por arriba de la cabeza, ¿por qué? Porque salen de aquí y su vida sigue siendo la misma, no cambian nada, la misma historia.
Lo está diciendo la palabra del Señor: “Ya no hay más velo, ahora puedes entrar al Lugar Santísimo. No necesitas ir a buscar a un sacerdote, no necesitas esperar un año, no es necesario que vayas a matar un animalito para ofrecer sangre sacrificial. Ya el cordero de Dios que quita los pecados del mundo fue sacrificado. Ahora tú puedes entrar al trono, acerquémonos confiadamente. Dice la escritura confiadamente ¿por qué? Porque antes nadie se quería acercar, no se podía.
Ahora que dice la palabra: “Entremos con confianza no te va a pasar nada, porque la sangre de Cristo te ha limpiado. La sangre de Cristo que te hace digno, te justifica para poder entrar ante la presencia majestuosa del Dios al que amamos. Y ahora que podemos entrar, hay que andar rogando a los hermanos. Busque al Señor, acérquese.
¿Cómo puedo acercarme a Dios?
- Intimidad.
Usualmente la intimidad, en primer lugar, se utiliza a nivel de matrimonio. En la vida matrimonial uno no esconde nada, al principio le puede dar pena algunas cosas pero eso pasa; en el matrimonio hay intimidad.
Esta intimidad de la que hablamos acá ahora, tiene que ver con tiempo, el tiempo con Dios. El tiempo que pasamos juntos nos acerca y el tiempo que pasamos separados nos aleja de Dios.
Yo necesito tiempo con Dios, eso es real, lo he comprobado, yo necesito tiempo con mí Señor. No es que “yo quiero, que a mí me gustaría, no; es que necesito tiempo con mí Señor.” Y no se trata que Dios me necesite a mí, sino que yo lo necesito a Él. Usted le puede llamar como usted quiera. Hay 400 cosas importantes en este mundo, pero ninguna de ellas es más importante que mi Señor.
Otra persona que ha entendido muy bien eso, es mi amada esposa. Ella lee la Biblia todos los días a las 3:00 pm. Hace unos días eran las 3 de la tarde y tenía el televisor encendido, estaban pasando una noticia interesante, yo estaba viendo la noticia, ella agarró el control y apagó el televisor. La mamá (mi suegra) le dijo: “-Hija, pero si tu esposo está viendo las noticias. –Son las tres, es la hora que yo leo la Biblia, el que quiera verlo, que vaya a otro lado.” Le voy a decir algo: “Tiene toda la razón.” Vivimos en un mundo donde decimos una cosa pero hacemos otra.
Sin deseos de molestarlo, una pregunta: ¿Cuántas familias caminan alrededor de sus hijos? Piense en eso por un instante. Aquí tenemos una generación de chamaquitos que se criaron aquí, en la iglesia hermano. Si hasta los olvidábamos aquí, ¿no olvidé a mi hijo, un día, aquí en el templo? Todavía no me lo perdona. Los niños que pasan tiempo en la casa del Señor, hermano, usan más el cerebro. Dejarlo en su casa, con la mentira de que tiene que hacer la tarea, no es cierto. Usted da la media vuelta y agarran el teléfono los muchachos y se meten a hacer otras cosas.
Si yo quiero acercarme al Señor, yo necesito buscar intimidad con Dios. No puede haber intimidad si no hay tiempo. Anhele la presencia de Dios.
Hay un montón de: “tengo que hacer”; pero por encima de todo lo que tengo que hacer, mi tiempo con Dios vale oro. Yo tengo que realizarlo y vivirlo, de lo contrario hermano el versículo sigue ahí; el Señor está ahí en el Lugar Santísimo y te sigue diciendo: “Acércate hombre, acércate, conozcámonos.”
La Biblia habla de amigos íntimos, cuando se estudia la vida del Señor Jesucristo se habla de sus amigos íntimos (Pedro, Jacobo y Juan). A estos se los llevó a la transfiguración, cuando resucitó a una persona, sus amigos íntimos. ¿Por qué? Porque ellos han dedicado tiempo para pasar juntos. Es que no podemos seguir al Señor de lejos hermanos. Estoy hablando de acercarnos, de conocernos, de tener intimidad con Dios. Anhele la presencia del Señor.
Un día Jesús le dijo (Lucas 10:41-42) a una mujer, que estaba bien ocupada: 41Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. ¿Te das cuenta? ¿Cuántas Marta, Marta habrán aquí? Es que yo tengo que hacer cosas, que tengo que hacer aquí, que tengo que hacer allá. Sí pero no apaga el Netflix. El día sábado, llegan a la madrugada viendo películas y por eso llegan el domingo aquí durmiéndose en el culto.
¿Dígame qué puede aprender usted en la casa del Señor? ¿Cómo le puede hablar Dios a su vida? ¿Cómo le puede revelar esta bendita escritura el Señor cuando usted la lee? Cuando yo abro una página de la escritura digo: Señor revela me tu palabra háblame al corazón. ¿Qué hay aquí Señor?
Anhele la presencia de Dios, anhele la presencia del Señor, y eso requiere tiempo. Acueste al niño un rato, planifique su día, ponga las cosas que tiene que hacer, dedique un momento para hablar con el Señor. Busque la intimidad con Dios, entre al lugar santísimo.
Imagínense la presencia del Dios de la Gloria, delante de usted; la Santidad, la Majestuosidad de la presencia divina; y usted como un hijo que entra con humildad y con gratitud, por la sangre del Cordero de Dios. ¡Ay amados míos! ¿Cómo no acercarnos a buscar esa intimidad?
- Adoración.
No nos podemos acercar al Señor si no hay adoración.
Uno de mis hijos estaba escuchando una música un día de estos, y después de que escucho la música le dije: “¿Puedes cantarme hoy un corito?”
Quiero que piense esto, y quiero que lo piense con seriedad. ¿De qué manera adora usted a Dios? Especialmente aquellas personas que llegan a la iglesia cuando el tiempo de adoración ya pasó.
1er Crónicas 29: 11-13, (RV-690): 11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Dígame, ¿de qué manera adora usted a Dios?
Estoy hablando de intimidad, estoy hablando de adoración; porque recuerda: “Él es digno de toda la alabanza, él es digno de toda adoración.” Y una cosa linda del tiempo a solas con Dios, es que ahí no importa qué tan bien o qué tan mal cante usted. Porque si usted me escucha a cantar a mí cuando yo estoy en mi devocional es capaz que me diga: “Pastor sílbela mejor, ¿verdad?” Pero es que la alabanza al Señor sale del corazón, es un tiempo de adoración, esto es algo necesario.
Me preocupa la juventud principalmente, porque no hay esa disciplina de adoración. De ¿cómo adorar a Dios? No solamente cuando estamos en el servicio, solo cuando venimos al culto; sino pregúntese por un momento su hijo que tiene 14 o 16 años ¿de qué manera adora? Vienen a la reunión de jóvenes, ¡qué bueno! Yo he estado aquí en la reunión de jóvenes y jóvenes adultos, si usted escuchara a los muchachos cantar, es como que le pasa por arriba lo que están cantando; los mismos hermanos del grupo de adoración aquí al frente. ¡El tiempo de adoración es vital para acercarnos a Dios, hermanos!
Decirle a Dios cuánto lo amamos. Decirle al Señor todas estas cosas que el rey ha mencionado, tuyo es el poder, la gloria, la alabanza, el honor, el trono, mostrar tu corazón delante del Señor. Apréndase alabanzas, apréndase himnos. Nada de esto sucede por inercia; usted tiene que hacer el tiempo, tiene que hacer conciencia.
Yo no sé a cuántos de ustedes les pasa que fácilmente se pierden cuando están haciendo una cosa. Usted está escuchando una alabanza, por ejemplo, y de repente está pensando que dejó los frijoles en el fuego, y ahí se quedó a la mitad de la alabanza. Quizás está queriendo alabar al Señor y de repente se le ocurre alguna cosa, tengo que hablar a fulano de tal, y no termina la alabanza. ¡Qué barbaridad como me distraigo! Con mayor razón. En cuestión de alabanza se rompen moldes; pero usted puede danzar delante del Señor, en su casa, esta es una manera de adorar al Señor.
El punto es que adore mi hermano, es el punto que adore, que alabe, que glorifique al Señor; y en medio de las 400 cosas importantes que tenemos que hacer todo el día, entender que esto es más importante si es que yo quiero tener una relación fuerte con mi Señor.
Una persona estaba diciendo hace unos días: “Esa Señora fue mi profesora en discipulado y ahora, ya la Señora, ni viene a la iglesia.” ¿Qué pasa, pregúntese qué pasa con eso? Porque caemos en lo mismo, el Señor dice: “Acerquémonos pues, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia. Entre al Lugar Santísimo. Busque intimidad con Dios. Busque adoración.”
- Caminar juntos.
Debemos caminar juntos con Dios. La Biblia dice:
Génesis 5:24 (RV-60): 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó. Note esto, Enoc caminó con Dios.
Génesis 6: 9 (RV-60) Está hablando de Noé, ¿qué dice la escritura a cerca de Noé? 9Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
Tengo una pregunta para usted: ¿Usted cree que Jonás caminó con Dios?
Cuando digo “Camine con Dios” me refiero a la misma senda y en la misma dirección.
Hay personas que están caminando en la dirección contraria y Dios le dice: “no haga eso” y lo están haciendo. Dios dice: “no vaya ahí” y ellos van. Dios dice: “eso no le conviene”, a ellos le vale. Dios dice: “eso no está bien”, les vale.
¿Cómo puede usted acercarse a Dios, si usted va en dirección contraria a la dirección que Dios le está pidiendo que vaya? ¿Dígame usted?
Usted conoce personas de esta iglesia que se han casado con gente que no eran creyentes, yo también conozco gente. Ahora viene la pregunta: ¿Dónde están ahora? ¿Sabe qué? No están, ¿por qué razón? Porque usted no puede acercarse a Dios si usted está caminando en la dirección contraria a la que Dios le indica que camine.
Usted no va a llegar al lugar que usted quiere ir, si está caminando en la dirección equivocada. Y lastimosamente hay personas que están caminando en la dirección equivocada. No le escuchan consejo a nadie.
Una vez más le digo: Su negocio no es conmigo, es con el Señor. Yo solamente soy el mensajero. Yo lo que hago es recordarle lo que dice aquí (La Biblia). Revise por favor cómo está su brújula, revise la dirección que usted lleva. Revise su camino. Hay caminos que al hombre le parecen derecho, pero su fin es camino de muerte. Y el diablo es especialista en meternos mentiras en la cabeza. Creemos una mentira y creemos que: todo el mundo lo hace: “es que todo el mundo aquí, es que todo el mundo allá…” Mi hermano deje a un ladito lo que dice todo el mundo y pónganse las pilas, y mire lo que dice Dios en este libro sagrado; porque al final del día esto (La Biblia) es lo que vale.
Si nos queremos acercar a Dios: “Usted no puede amar al mundo y amar a Dios al mismo tiempo.” Olvídelo, no se puede.
1era Juan 2:15 (Rv-60) No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Hay personas que no pueden vivir sin amar al mundo. Hay personas, incluso cristianos, que dicen: “Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe”. ¿Qué quiere decir eso? ¿A dónde la vamos a tirar? ¿Quién cumpleaños? ¿Con quién vamos? ¿A dónde no sé qué…? ¿A dónde aquí…? ¿A dónde allá…?
Si usted sintiera lo mismo por la presencia de Dios su vida sería diferente. Recuerde que nos movemos en un mundo de espiritual, donde usted busca a Dios con el alma y con el corazón; y es Dios el que se encarga de poner el mundo de usted en orden. La palabra del Señor dice (Proverbio 17:6, Rv-60): “Cuando el hombre está en paz con Dios, Dios pone hasta los enemigos en paz con el hombre.” Así funciona el Señor.
El versículo, 1Juan 2:15 (RV-60) dice: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. Si usted todavía siente en su corazón, siente en su alma y dice: “es que a mí me pican los pies por ir a bailar, pastor. Yo quiero ir para ahí, dame la gasolina…” Si buscara a Dios como busca la gasolina, otra cosa sucedería en su vida.
En los cielos hay un Dios al que usted dice que ama. Repita el versículo: 1Juan 2:15-17 (RV-60) dice: 15No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Aquellos que me conocen a mí, de tantos años, saben que yo no soy una persona que está constantemente diciendo: “Que esto es malo, esto es pecado, que aquí, que allá…” A lo que me refiero es que todo requiere un balance en la vida, todo requiere un balance. Si yo le doy mi tiempo al mundo, si le doy mi vida al mundo, si le doy mi dinero al mundo, si le doy todo lo mío al mundo, al mundo, al mundo; no me venga hablar que el amor del Padre está en usted, porque no es cierto. Tenga cuidado, porque es probable que la dirección que usted lleve esté equivocada.
El velo del templo se dividió en dos, ahora tenemos acceso directo al Trono de la Gracia, hoy podemos entrar de rodillas delante de la presencia de Dios hablar con el Señor Jesucristo, a hablar con el Dios de la Gloria. Todo lo que en el Antiguo Testamento no pudieron hacer jamás, no pudieron. Había que buscar al legislador de Israel, a Moisés, y pedirle que fuera el intermediario entre el pueblo y Dios. Hoy no.
Y mira qué lindo: usted no necesita ser pastor para entrar, no necesita un título de universidad para entrar. Lo único que necesita es el “Anhelo de la presencia de Dios.”
Tenemos que entrar con humildad a la presencia de Dios, pero déjeme darle una pequeña recomendación: “Al estar en la presencia del Señor, disfrute la presencia de Dios. Deje sus problemitas a un lado, no venga usted al trono y Señor diciéndole yo te pido por mi suegra, mis cargas…” Disfrute la presencia de Dios y saldrá renovado; con deseos de volver a entrar, con ganas de regresar. Es un tiempo transformador amados míos, son tiempos espectaculares que no tienen precio.
Llegará el momento en su vida que podrás declarar esta frase: “Si tengo a Cristo, no me falta nada más. Si tengo a Jesús, no me falta nada más.” Entonces vamos a entender esas palabras del apóstol Pablo: “Lo tengo todo por basura”. No necesito nada, he aprendido a contestarme cualquiera que sea mi situación, cuando tienes a Dios cuando tienes a Cristo.
Iglesia el velo del templo se partió ya no hay separación entre nosotros y Dios, la bendita sangre de Jesucristo derramada en el calvario nos da acceso a Dios. El escritor de Hebreos dice: “Acerquémonos, acerquémonos, acerquémonos confiadamente al trono de la Gracia.”
Inclinen su rostro, demos gracias a Dios.
Padre te damos gracias por tu palabra bendita en esta hora, mi Señor, que nos desafía a pensar en la distancia que tenemos contigo Señor, a anhelar tu presencia, a buscar tu presencia. No solamente momentos delicados, en momentos difíciles de la vida, sino a reconocer qué tu Espíritu nos anhela con gemidos indecibles. Que el deseo del Padre, la comunión con sus hijos, que también el deseo de nosotros tus hijos sea la comunión contigo. Te amamos Señor, perdona nuestras faltas y ayúdanos a acercarnos más a ti, a buscar intimidad, a adorarte con el alma cuando estemos delante de tu presencia Señor. A anhelar a Dios más que al mundo, ayúdanos Señor.
Mientras todos oramos si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, déjeme decirle: “Dios le ama y tiene un plan maravilloso para su vida. Dios le quiere salvar. Dios quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna.” Si usted nunca antes ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, esta tarde es una tarde especial que Dios preparó desde antes de la fundación del mundo. Si hay alguna persona que dice: “Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle mi corazón, quiero entregarle mi vida al Señor.” Si hay alguna persona, yo le invito donde está para que se ponga de pie o levante su mano y nos deje orar por usted. ¿Alguna persona? Alguien que dice: “Pastor yo quiero que oren por mí.” ¡Venga a los pies de Cristo Jesús! Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo también a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario Señor. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida y te recibo como mi Señor y mi salvador.” Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido yo te ruego, Señor, que el mensaje de esta hora bendiga nuestras almas, que podamos acercarnos a ti, que podamos entrar confiadamente a ese Lugar Santísimo, en el nombre de Jesús oramos, amén y amén.
Amados que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.
El lugar Santísimo
Agosto 21, 2022 – 1:30PM | Hebreos 10:19-25 | Dr. David Rodríguez
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Vamos a abrir la palabra del Señor en el libro de Hebreos 10: 19-25 (RV-1960). En la tarde de hoy vamos a ver el pasaje en dos versiones bíblicas.
Dice la palabra del Señor en Hebreos 10: 19-25 (RV-1960): 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavado los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca.
Leamos estos mismos versículos en la NVI, Hebreos 10: 19 al 25: 19Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; 21y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios. 22Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. 23Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 24No dejemos de congregarnos, como acostumbran a hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
¡Que Dios bendiga esta palabra!
Quiero hablar en esta tarde acerca de “El Lugar Santísimo.”
El Lugar Santísimo era el lugar más sagrado del tabernáculo de Moisés. El lugar más sagrado cuando se construyó el templo de Salomón, allá en Jerusalén. Era una especie de cubo, no tenía ventanas. En el Lugar Santísimo se encontraba el Arca del Pacto (El Arca de la Alianza, como se le llama también.) A ese Lugar Santísimo entraba el Sumo Sacerdote una vez en el año nada más, nadie más podía entrar. La persona que entrara al Lugar Santísimo, ¿qué le pasaba?, se moría. Ahí se encontraba (Shekinah) la Gloria de Dios. El día de la expiación, el día del perdón este Sumo Sacerdote entraba hasta el Lugar Santísimo para quemar incienso y rociar la sangre de un animal que se había sacrificado sobre el propiciatorio del Arca, la tapadera del Arca. De esa manera el Sumo Sacerdote expiaba, primeramente, los pecados de él y al mismo tiempo los pecados del pueblo.
El Lugar Santísimo se encontraba separado del resto del Tabernáculo, del resto del templo, por un velo azul bordado con querubines de oro. Ese velo, el velo del templo como se le llamaba, era símbolo de la separación entre Dios y el hombre. En el Antiguo Testamento, usted puede recordar que, Dios advertía al pueblo que tuviera mucho cuidado; el pueblo tenía miedo de la presencia de Dios. Cuando ellos sabían que Dios y Moisés estaban en la punta de la montaña, el pueblo no quería acercarse siquiera a la montaña porque ellos tenían temor de morir por la presencia del Señor. En el libro de Éxodo hay un momento donde Dios le dice a Moisés: “Dile a tu hermano Aarón, que no puede estar entrando al Lugar Santísimo cuando él quiera, porque ahí está mi presencia.” Nadie podía tener acceso a ese lugar excepto el Sumo Sacerdote y solamente una vez en el año.
Antes, era una fiesta solemne y tenía que cuidarse cada cosita que decía la Biblia. No podían hacer las cosas como se les antojara. Antes de entrar, el Sumo Sacerdote al Lugar Santísimo en el día de la expiación, se hacía una fiesta inmensa para todo el pueblo de Israel. El Sumo Sacerdote tenía que lavarse, tenía que purificarse, ponerse ropas especiales, traer un incienso; de tal manera que el humo que se esparcía en ese Lugar Santísimo no permitiera, ni siquiera al Sumo Sacerdote, ver la presencia majestuosa de nuestro Señor. Traía la sangre sacrificial con él para expiación de los pecados, como dije primeramente, de él y después del pueblo. Dice la escritura que al Sumo Sacerdote le ponían una especie de campanitas en su ropaje y una cuerda, por si algo pasaba con el Sumo Sacerdote dentro del Lugar Santísimo poder sacarlo, pues nadie podía entrar a ese lugar.
En el Lugar Santísimo, cuando nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz del calvario, sucedió un acto milagroso; Mateo 27: 50 (RV-60): 50Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron. Es decir, nadie podía haberlo hecho tomando el velo desde la parte de abajo y romperlo, nadie podía acercarse a ese lugar. Dios hizo esto, que el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.
¿Qué significa eso? Que ahora, a partir de la muerte del cordero de Dios que quita los pecados del mundo, hay acceso al Lugar Santísimo por medio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
Hebreos 10: 19 (RV-60): 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo.
¿Sabe usted que estas palabras eran una ofensa, hermanos, para aquellos que tenían en la mente que no se puede entrar al Lugar Santísimo? ¿Cómo se les ocurrió a ustedes entrar al Lugar Santísimo? Pero ahora el escritor a los hebreos dice: “hermanos tenemos libertad para entrar al lugar santísimo, y esa libertad la tenemos única y exclusivamente por la sangre de nuestro Señor Jesucristo.”
¡Gloria a Dios! Ya no tenemos que depender de los sacerdotes para que realicen sacrificios una vez al año en nuestro favor, Jesús fue el sacrificio perfecto.
Quiero mostrarle tres versículos que están en Hebreos y quiero que le ponga atención a lo que nos dice cada versículo. Ya sabemos que podemos entrar por la sangre de Jesucristo.
Hebreos 4: 16 (RV-60) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Ponga su atención a una palabrita, la primera palabra que aparece en ese texto, ¿cuál es? Acerquémonos, dice el autor de Hebreos: “acerquémonos.”
Hebreos 7: 25 (RV-60) Por lo cual puede también salvar perpetuamente (eternamente) a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Hebreos 11: 6 (RV-60): Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Los tres versículos que hemos visto nos hablan de “Acercarnos a Dios”.
Acercarnos a Dios es un inmenso privilegio, es una bendición, es una gran honra; pero que desafortunadamente la vemos con indiferencia. ¡Qué cosa! Cuando nadie podía entrar al Lugar Santísimo, todo el mundo quería entrar, pero no se podía. Y ahora que podemos entrar al Lugar Santísimo estamos demasiado ocupados. Ahora que tenemos acceso, por la sangre del Cordero de Dios, estamos muy ocupados con nuestras cosas personales, cuando la escritura dice que debemos acercarnos a Dios.
¿Cuánto tiempo tenemos de ser cristianos? ¿Qué tan bien conocemos a Dios? ¿Qué tan bien conoce usted a su Dios? ¿Qué distancia hay entre usted y Dios? Sabe usted que hay cristianos que solamente se acercan a Dios cuando están en problemas. Solamente cuando tienen una dificultad que está fuera de su alcance resolver, entonces viene la frase: “Dios mío.” Solo cuando hay dificultad, porque si no, en su lista de valores la casa de Dios no existe. Buscar a Dios no está.
Si la Biblia dice: “Acerquémonos”. Debemos buscar la forma que podemos acercarnos.
Estamos hablando del Lugar Santísimo, estamos hablando de que el velo del templo se rasgó. Ya no existe más separación entre nosotros y Dios. Hay personas que tienen que entender que Dios está tratando con usted, no conmigo, acérquese usted al Señor. Hay muchas personas que son cristianos y las enseñanzas que reciben en la casa del Señor le pasa por arriba de la cabeza, ¿por qué? Porque salen de aquí y su vida sigue siendo la misma, no cambian nada, la misma historia.
Lo está diciendo la palabra del Señor: “Ya no hay más velo, ahora puedes entrar al Lugar Santísimo. No necesitas ir a buscar a un sacerdote, no necesitas esperar un año, no es necesario que vayas a matar un animalito para ofrecer sangre sacrificial. Ya el cordero de Dios que quita los pecados del mundo fue sacrificado. Ahora tú puedes entrar al trono, acerquémonos confiadamente. Dice la escritura confiadamente ¿por qué? Porque antes nadie se quería acercar, no se podía.
Ahora que dice la palabra: “Entremos con confianza no te va a pasar nada, porque la sangre de Cristo te ha limpiado. La sangre de Cristo que te hace digno, te justifica para poder entrar ante la presencia majestuosa del Dios al que amamos. Y ahora que podemos entrar, hay que andar rogando a los hermanos. Busque al Señor, acérquese.
¿Cómo puedo acercarme a Dios?
- Intimidad.
Usualmente la intimidad, en primer lugar, se utiliza a nivel de matrimonio. En la vida matrimonial uno no esconde nada, al principio le puede dar pena algunas cosas pero eso pasa; en el matrimonio hay intimidad.
Esta intimidad de la que hablamos acá ahora, tiene que ver con tiempo, el tiempo con Dios. El tiempo que pasamos juntos nos acerca y el tiempo que pasamos separados nos aleja de Dios.
Yo necesito tiempo con Dios, eso es real, lo he comprobado, yo necesito tiempo con mí Señor. No es que “yo quiero, que a mí me gustaría, no; es que necesito tiempo con mí Señor.” Y no se trata que Dios me necesite a mí, sino que yo lo necesito a Él. Usted le puede llamar como usted quiera. Hay 400 cosas importantes en este mundo, pero ninguna de ellas es más importante que mi Señor.
Otra persona que ha entendido muy bien eso, es mi amada esposa. Ella lee la Biblia todos los días a las 3:00 pm. Hace unos días eran las 3 de la tarde y tenía el televisor encendido, estaban pasando una noticia interesante, yo estaba viendo la noticia, ella agarró el control y apagó el televisor. La mamá (mi suegra) le dijo: “-Hija, pero si tu esposo está viendo las noticias. –Son las tres, es la hora que yo leo la Biblia, el que quiera verlo, que vaya a otro lado.” Le voy a decir algo: “Tiene toda la razón.” Vivimos en un mundo donde decimos una cosa pero hacemos otra.
Sin deseos de molestarlo, una pregunta: ¿Cuántas familias caminan alrededor de sus hijos? Piense en eso por un instante. Aquí tenemos una generación de chamaquitos que se criaron aquí, en la iglesia hermano. Si hasta los olvidábamos aquí, ¿no olvidé a mi hijo, un día, aquí en el templo? Todavía no me lo perdona. Los niños que pasan tiempo en la casa del Señor, hermano, usan más el cerebro. Dejarlo en su casa, con la mentira de que tiene que hacer la tarea, no es cierto. Usted da la media vuelta y agarran el teléfono los muchachos y se meten a hacer otras cosas.
Si yo quiero acercarme al Señor, yo necesito buscar intimidad con Dios. No puede haber intimidad si no hay tiempo. Anhele la presencia de Dios.
Hay un montón de: “tengo que hacer”; pero por encima de todo lo que tengo que hacer, mi tiempo con Dios vale oro. Yo tengo que realizarlo y vivirlo, de lo contrario hermano el versículo sigue ahí; el Señor está ahí en el Lugar Santísimo y te sigue diciendo: “Acércate hombre, acércate, conozcámonos.”
La Biblia habla de amigos íntimos, cuando se estudia la vida del Señor Jesucristo se habla de sus amigos íntimos (Pedro, Jacobo y Juan). A estos se los llevó a la transfiguración, cuando resucitó a una persona, sus amigos íntimos. ¿Por qué? Porque ellos han dedicado tiempo para pasar juntos. Es que no podemos seguir al Señor de lejos hermanos. Estoy hablando de acercarnos, de conocernos, de tener intimidad con Dios. Anhele la presencia del Señor.
Un día Jesús le dijo (Lucas 10:41-42) a una mujer, que estaba bien ocupada: 41Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. ¿Te das cuenta? ¿Cuántas Marta, Marta habrán aquí? Es que yo tengo que hacer cosas, que tengo que hacer aquí, que tengo que hacer allá. Sí pero no apaga el Netflix. El día sábado, llegan a la madrugada viendo películas y por eso llegan el domingo aquí durmiéndose en el culto.
¿Dígame qué puede aprender usted en la casa del Señor? ¿Cómo le puede hablar Dios a su vida? ¿Cómo le puede revelar esta bendita escritura el Señor cuando usted la lee? Cuando yo abro una página de la escritura digo: Señor revela me tu palabra háblame al corazón. ¿Qué hay aquí Señor?
Anhele la presencia de Dios, anhele la presencia del Señor, y eso requiere tiempo. Acueste al niño un rato, planifique su día, ponga las cosas que tiene que hacer, dedique un momento para hablar con el Señor. Busque la intimidad con Dios, entre al lugar santísimo.
Imagínense la presencia del Dios de la Gloria, delante de usted; la Santidad, la Majestuosidad de la presencia divina; y usted como un hijo que entra con humildad y con gratitud, por la sangre del Cordero de Dios. ¡Ay amados míos! ¿Cómo no acercarnos a buscar esa intimidad?
- Adoración.
No nos podemos acercar al Señor si no hay adoración.
Uno de mis hijos estaba escuchando una música un día de estos, y después de que escucho la música le dije: “¿Puedes cantarme hoy un corito?”
Quiero que piense esto, y quiero que lo piense con seriedad. ¿De qué manera adora usted a Dios? Especialmente aquellas personas que llegan a la iglesia cuando el tiempo de adoración ya pasó.
1er Crónicas 29: 11-13, (RV-690): 11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Dígame, ¿de qué manera adora usted a Dios?
Estoy hablando de intimidad, estoy hablando de adoración; porque recuerda: “Él es digno de toda la alabanza, él es digno de toda adoración.” Y una cosa linda del tiempo a solas con Dios, es que ahí no importa qué tan bien o qué tan mal cante usted. Porque si usted me escucha a cantar a mí cuando yo estoy en mi devocional es capaz que me diga: “Pastor sílbela mejor, ¿verdad?” Pero es que la alabanza al Señor sale del corazón, es un tiempo de adoración, esto es algo necesario.
Me preocupa la juventud principalmente, porque no hay esa disciplina de adoración. De ¿cómo adorar a Dios? No solamente cuando estamos en el servicio, solo cuando venimos al culto; sino pregúntese por un momento su hijo que tiene 14 o 16 años ¿de qué manera adora? Vienen a la reunión de jóvenes, ¡qué bueno! Yo he estado aquí en la reunión de jóvenes y jóvenes adultos, si usted escuchara a los muchachos cantar, es como que le pasa por arriba lo que están cantando; los mismos hermanos del grupo de adoración aquí al frente. ¡El tiempo de adoración es vital para acercarnos a Dios, hermanos!
Decirle a Dios cuánto lo amamos. Decirle al Señor todas estas cosas que el rey ha mencionado, tuyo es el poder, la gloria, la alabanza, el honor, el trono, mostrar tu corazón delante del Señor. Apréndase alabanzas, apréndase himnos. Nada de esto sucede por inercia; usted tiene que hacer el tiempo, tiene que hacer conciencia.
Yo no sé a cuántos de ustedes les pasa que fácilmente se pierden cuando están haciendo una cosa. Usted está escuchando una alabanza, por ejemplo, y de repente está pensando que dejó los frijoles en el fuego, y ahí se quedó a la mitad de la alabanza. Quizás está queriendo alabar al Señor y de repente se le ocurre alguna cosa, tengo que hablar a fulano de tal, y no termina la alabanza. ¡Qué barbaridad como me distraigo! Con mayor razón. En cuestión de alabanza se rompen moldes; pero usted puede danzar delante del Señor, en su casa, esta es una manera de adorar al Señor.
El punto es que adore mi hermano, es el punto que adore, que alabe, que glorifique al Señor; y en medio de las 400 cosas importantes que tenemos que hacer todo el día, entender que esto es más importante si es que yo quiero tener una relación fuerte con mi Señor.
Una persona estaba diciendo hace unos días: “Esa Señora fue mi profesora en discipulado y ahora, ya la Señora, ni viene a la iglesia.” ¿Qué pasa, pregúntese qué pasa con eso? Porque caemos en lo mismo, el Señor dice: “Acerquémonos pues, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia. Entre al Lugar Santísimo. Busque intimidad con Dios. Busque adoración.”
- Caminar juntos.
Debemos caminar juntos con Dios. La Biblia dice:
Génesis 5:24 (RV-60): 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó. Note esto, Enoc caminó con Dios.
Génesis 6: 9 (RV-60) Está hablando de Noé, ¿qué dice la escritura a cerca de Noé? 9Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
Tengo una pregunta para usted: ¿Usted cree que Jonás caminó con Dios?
Cuando digo “Camine con Dios” me refiero a la misma senda y en la misma dirección.
Hay personas que están caminando en la dirección contraria y Dios le dice: “no haga eso” y lo están haciendo. Dios dice: “no vaya ahí” y ellos van. Dios dice: “eso no le conviene”, a ellos le vale. Dios dice: “eso no está bien”, les vale.
¿Cómo puede usted acercarse a Dios, si usted va en dirección contraria a la dirección que Dios le está pidiendo que vaya? ¿Dígame usted?
Usted conoce personas de esta iglesia que se han casado con gente que no eran creyentes, yo también conozco gente. Ahora viene la pregunta: ¿Dónde están ahora? ¿Sabe qué? No están, ¿por qué razón? Porque usted no puede acercarse a Dios si usted está caminando en la dirección contraria a la que Dios le indica que camine.
Usted no va a llegar al lugar que usted quiere ir, si está caminando en la dirección equivocada. Y lastimosamente hay personas que están caminando en la dirección equivocada. No le escuchan consejo a nadie.
Una vez más le digo: Su negocio no es conmigo, es con el Señor. Yo solamente soy el mensajero. Yo lo que hago es recordarle lo que dice aquí (La Biblia). Revise por favor cómo está su brújula, revise la dirección que usted lleva. Revise su camino. Hay caminos que al hombre le parecen derecho, pero su fin es camino de muerte. Y el diablo es especialista en meternos mentiras en la cabeza. Creemos una mentira y creemos que: todo el mundo lo hace: “es que todo el mundo aquí, es que todo el mundo allá…” Mi hermano deje a un ladito lo que dice todo el mundo y pónganse las pilas, y mire lo que dice Dios en este libro sagrado; porque al final del día esto (La Biblia) es lo que vale.
Si nos queremos acercar a Dios: “Usted no puede amar al mundo y amar a Dios al mismo tiempo.” Olvídelo, no se puede.
1era Juan 2:15 (Rv-60) No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Hay personas que no pueden vivir sin amar al mundo. Hay personas, incluso cristianos, que dicen: “Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe”. ¿Qué quiere decir eso? ¿A dónde la vamos a tirar? ¿Quién cumpleaños? ¿Con quién vamos? ¿A dónde no sé qué…? ¿A dónde aquí…? ¿A dónde allá…?
Si usted sintiera lo mismo por la presencia de Dios su vida sería diferente. Recuerde que nos movemos en un mundo de espiritual, donde usted busca a Dios con el alma y con el corazón; y es Dios el que se encarga de poner el mundo de usted en orden. La palabra del Señor dice (Proverbio 17:6, Rv-60): “Cuando el hombre está en paz con Dios, Dios pone hasta los enemigos en paz con el hombre.” Así funciona el Señor.
El versículo, 1Juan 2:15 (RV-60) dice: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. Si usted todavía siente en su corazón, siente en su alma y dice: “es que a mí me pican los pies por ir a bailar, pastor. Yo quiero ir para ahí, dame la gasolina…” Si buscara a Dios como busca la gasolina, otra cosa sucedería en su vida.
En los cielos hay un Dios al que usted dice que ama. Repita el versículo: 1Juan 2:15-17 (RV-60) dice: 15No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Aquellos que me conocen a mí, de tantos años, saben que yo no soy una persona que está constantemente diciendo: “Que esto es malo, esto es pecado, que aquí, que allá…” A lo que me refiero es que todo requiere un balance en la vida, todo requiere un balance. Si yo le doy mi tiempo al mundo, si le doy mi vida al mundo, si le doy mi dinero al mundo, si le doy todo lo mío al mundo, al mundo, al mundo; no me venga hablar que el amor del Padre está en usted, porque no es cierto. Tenga cuidado, porque es probable que la dirección que usted lleve esté equivocada.
El velo del templo se dividió en dos, ahora tenemos acceso directo al Trono de la Gracia, hoy podemos entrar de rodillas delante de la presencia de Dios hablar con el Señor Jesucristo, a hablar con el Dios de la Gloria. Todo lo que en el Antiguo Testamento no pudieron hacer jamás, no pudieron. Había que buscar al legislador de Israel, a Moisés, y pedirle que fuera el intermediario entre el pueblo y Dios. Hoy no.
Y mira qué lindo: usted no necesita ser pastor para entrar, no necesita un título de universidad para entrar. Lo único que necesita es el “Anhelo de la presencia de Dios.”
Tenemos que entrar con humildad a la presencia de Dios, pero déjeme darle una pequeña recomendación: “Al estar en la presencia del Señor, disfrute la presencia de Dios. Deje sus problemitas a un lado, no venga usted al trono y Señor diciéndole yo te pido por mi suegra, mis cargas…” Disfrute la presencia de Dios y saldrá renovado; con deseos de volver a entrar, con ganas de regresar. Es un tiempo transformador amados míos, son tiempos espectaculares que no tienen precio.
Llegará el momento en su vida que podrás declarar esta frase: “Si tengo a Cristo, no me falta nada más. Si tengo a Jesús, no me falta nada más.” Entonces vamos a entender esas palabras del apóstol Pablo: “Lo tengo todo por basura”. No necesito nada, he aprendido a contestarme cualquiera que sea mi situación, cuando tienes a Dios cuando tienes a Cristo.
Iglesia el velo del templo se partió ya no hay separación entre nosotros y Dios, la bendita sangre de Jesucristo derramada en el calvario nos da acceso a Dios. El escritor de Hebreos dice: “Acerquémonos, acerquémonos, acerquémonos confiadamente al trono de la Gracia.”
Inclinen su rostro, demos gracias a Dios.
Padre te damos gracias por tu palabra bendita en esta hora, mi Señor, que nos desafía a pensar en la distancia que tenemos contigo Señor, a anhelar tu presencia, a buscar tu presencia. No solamente momentos delicados, en momentos difíciles de la vida, sino a reconocer qué tu Espíritu nos anhela con gemidos indecibles. Que el deseo del Padre, la comunión con sus hijos, que también el deseo de nosotros tus hijos sea la comunión contigo. Te amamos Señor, perdona nuestras faltas y ayúdanos a acercarnos más a ti, a buscar intimidad, a adorarte con el alma cuando estemos delante de tu presencia Señor. A anhelar a Dios más que al mundo, ayúdanos Señor.
Mientras todos oramos si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, déjeme decirle: “Dios le ama y tiene un plan maravilloso para su vida. Dios le quiere salvar. Dios quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna.” Si usted nunca antes ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, esta tarde es una tarde especial que Dios preparó desde antes de la fundación del mundo. Si hay alguna persona que dice: “Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle mi corazón, quiero entregarle mi vida al Señor.” Si hay alguna persona, yo le invito donde está para que se ponga de pie o levante su mano y nos deje orar por usted. ¿Alguna persona? Alguien que dice: “Pastor yo quiero que oren por mí.” ¡Venga a los pies de Cristo Jesús! Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo también a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario Señor. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida y te recibo como mi Señor y mi salvador.” Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido yo te ruego, Señor, que el mensaje de esta hora bendiga nuestras almas, que podamos acercarnos a ti, que podamos entrar confiadamente a ese Lugar Santísimo, en el nombre de Jesús oramos, amén y amén.
Amados que la paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.