Las viudas
Agosto 28, 2022 – 1:30PM | Hebreos 6:1-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Libro de los Hechos 6:1-7 (Rv-60). Hace un momento leímos una porción de la escritura que habla acerca de las viudas. Hoy vamos a hablar de “Las viudas”. ¿Qué fue lo que pasó en esta porción de la escritura?
Dice la palabra del Señor: 1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
Pidamos a Dios que nos bendiga: Señor bendice este mensaje en nuestros corazones. Abre nuestro entendimiento, abre nuestra vida, nuestro corazón. Ayúdanos a servirte y hacerlo con pasión, con integridad, con honestidad, con amor. A dar el todo por el todo, porque tú eres digno. En el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.
La iglesia de los primeros cristianos, la iglesia del primer siglo, la iglesia primitiva, tenía varias características. La palabra del Señor dice que era una iglesia que permanecía unida; claro, era un tiempo de mucha persecución, y cada vez que hay persecución hay purificación también en la iglesia. Era una iglesia con muchos milagros, porque a través de los milagros se confirmaba la autoridad apostólica, ya Jesús no estaba, Jesús había partido a la gloria y ahora sus apóstoles estaban llevando adelante la obra del Señor en aquel entonces. Era una iglesia en constante crecimiento.
Con la venida del Espíritu Santo, en Hechos 2:41, 42, 46 (RV-60), dice: 41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Mire usted el inicio de la iglesia, ¡qué iglesia más bonita la que está comenzando! Tenía que ser una iglesia bien inteligente para saber ¿cuándo había que estar en el templo y cuándo había que estar en las casas? Alabando a Dios, teniendo favor con todo el pueblo. ¡Qué lindo que el Señor añadía cada día a la iglesia, los que habían de ser salvos!
Pero como toda iglesia que crece, los problemas no se dejan esperar. Las dificultades están ahí, había un conflicto. El conflicto surgió a la hora de atender a las viudas. En aquellos tiempos era normal atender a las viudas, especialmente las mayores de 60 años, lo acabamos de leer ahorita en Timoteo, donde Pablo le dice cuáles eran las medidas que debe seguir. Pablo recomienda a las viudas jóvenes que se vuelvan a casar, que tengas hijos y que caminen como el resto de las personas.
¿Qué dice la Biblia que hubo en aquellos días, iglesia?
Hechos 6:1 (RV-60): Murmuraciones.
Hechos 6:1 (TL Actual): Comenzó a haber problemas.
Hechos 6:1 (NVI): Se quejaron.
Hechos 6:1 (NTV): Hubo muestras de descontento.
La iglesia está creciendo, hay milagros, hay unidad, la cosa está caminando, la palabra se está predicando, el evangelio está llegando a los corazones, el Señor está añadiendo más gente a la casa de Dios; pero había un problema. Había descontento, había quejas.
Eran dos grupos: los griegos y los hebreos. Los griegos comenzaron a murmurar contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. Claro estos estos griegos eran judíos también, pero ellos habían sido influenciados por la cultura griega y también por la cultura romana. El grupo de los hebreos eran judíos que hablaban el arameo. La cuestión es que las viudas de ambos grupos eran cuidadas en el mismo lugar y existían quejas porque siempre atendían primero a las viudas hebreas antes que a las griegas. Un grupo se consideraba desatendido, no estaban contentos y se quejaron. Al mismo tiempo creían que había favoritismo.
Cuando la gente se queja, cuando la gente está descontenta, cuando hay algo que no le gusta; ¿a quién creen ustedes que buscan para quejarse? Al pastor.
Hay tres grandes áreas en la vida pastoral, específicamente en la cultura latina, al inicio de una iglesia. En área de la predicación, el pastor puede ser un buen comunicador, puede ser ese tipo de persona que llega al corazón cuando habla, que se conecta con la audiencia; o puede ser que a lo mejor no sea ese tipo de hombre que se conecta con la gente, ¿verdad? Podemos también entretener con el mensaje y no llegar al corazón.
La segunda área es el cuidado pastoral, y esa es una expectativa especialmente de la gente latina. En nuestra cultura, si usted va a tener un bebé, usted espera que su pastor esté en el hospital. Luego, el pastor lo debe bautizar, estar presente en su graduación. Si hay problemas en la pareja, el pastor tiene que apoyar la pareja, aconsejarlos. Orar por sus negocios, durante sus vacaciones, hasta en el funeral hermanos; es complicado, es muy complicado manejar todas las cosas.
En tercer lugar hay que administrar la iglesia. Esto casi siempre suele ser al principio de una de la iglesia; porque hay que cuidar el dinerito. Hay personas que vienen y no les importa, porque no les cuesta a ellos.
Entonces, usted puede ser un buen predicador y la gente estar encantada con eso, pero siempre van a haber personas que le van a decir: “Yo estuve en el hospital y usted no me fue a ver.” “Mi hijo estuvo padeciendo de tal cosa y usted ni me llamó por teléfono.” En las iglesias siempre hay un grupo que se siente abandonado, que no se le presta atención. Y siempre van a volver la mirada al pastor para pedir que se resuelva la situación. Hay iglesias que se dividen por asuntos como estos, ¿por qué? Porque es difícil tener contenta a toda la gente hermano, no se puede tener contentos a todos. ¿Cómo poder manejar todas las cosas al mismo tiempo?
Esto que estamos hablando, es lo mismo que hemos leído en Hechos capítulo 6, es precisamente lo que se presentó en esta iglesia naciente allá en Jerusalén. Es responsabilidad de la iglesia buscar solución al conflicto. En la iglesia primitiva había un conflicto, había un problema, había un grupo que se sentía que no le prestaban atención. Un grupo que decía: “A nosotros nos atienden por último y a aquellas señoras las atienden primero.”
Pongamos atención ya el ministerio existía, se servían las mesas, la iglesia estaba trabajando, estaba haciendo lo que le correspondía; pero el ministerio era ineficiente. Había descontento, y es muy probable que estas personas ya se habían quejado con los encargados, pero los encargados no que hicieron nada. ¿A quién buscan cuando no se hace nada? Al pastor.
En el versículo 2 (Hechos 6, RV-60) dice: 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Me gusta, porque esto habla de prioridad, notemos que los apóstoles no ignoraron el problema.
Digo esto para los pastores que nos escuchan, los problemas no se pueden ignorar, no se deben ignorar dentro de una iglesia. A los problemas de una iglesia hay que buscarle la solución. Yo he insistido toda la vida en esto: “Yo soy bombero, yo estoy para apagar fuego. Yo no ando con un poco de leña para echarle más leña a un problema.” Nosotros funcionamos bajo la filosofía de cero confrontaciones. Resolvemos los problemas en Cristo, en amor. A la gente le hemos dicho lo que tenemos que decirle en amor y con respeto, sin humillar a nadie, sin ofender a nadie en absoluto.
Cuando las iglesias ignoran los problemas, las quejas, las críticas; eventualmente las personas terminan abandonando la iglesia, porque se hartan.
Hace unos meses ustedes fueron testigos que cada domingo había entre 10 y 11 personas que nos visitaban, hubo un domingo que fueron 18 personas. Yo sentí en el corazón que esas personas no les estábamos prestado atención. Nadie tuvo que vino a hablar conmigo para decírmelo. Necesitamos a alguien que se encargue, pero no podemos recargar más a la gente, que ya tiene un montón de cargas en sus hombros. Entonces tratamos de buscar una solución y trajimos al hermano Segundo, que hizo la diferencia en el área de evangelismo. Cuando hay una necesidad, tenemos que buscar solución, no podemos ignorar. La iglesia no puede, simple y sencillamente, decir nosotros sigamos caminando a ver qué es lo que pasa, no.
Hermano usted es parte de la iglesia y lo que usted va a escuchar en esta hora es para usted también. Porque la Biblia dice que Dios ha repartido dones, ¿cierto o no?, usted tiene dones que Dios le dio para que los aprovechen en la casa del Señor y podamos perfeccionar a los santos.
Esta es la médula del mensaje: “Hay que hacer para Dios las cosas bien hechas, hay que hacer para Dios las cosas bien.” Dios es digno, se merece lo mejor. No a la mitad. Para lograr eso hay que amar a Dios, para eso hay que tener pasión por el evangelio.
Notemos que el razonamiento de los apóstoles, ellos entienden que hay un problema que resolver, pero reconocen que no es justo dejar la palabra de Dios para servir a las mesas. La pregunta es: ¿cómo resolvemos el conflicto?
El versículo 3, (Hechos 6, RV-60) dice: 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. (de este ministerio, de este servicio)
Los apóstoles no dijeron: “Busquen a cualquier hombre.” Notemos que están buscando personas para administrar la iglesia, que están buscando personas para servir las mesas. ¿Y cómo tienen que ser las personas que van a servir las mesas? De buen testimonio, llenos del Espíritu Santo, que sea gente sabia; no buscaron a cualquier persona, no llenaron el vacío. No se trata de llenar vacíos. Cuando usted busca un empleado, usted lo busca que produzca. Usted no busca a una persona que tiene que estar dando cuerda toda la vida para que haga lo que tiene que hacer, ¿cierto? Si eso sucede a nivel secular en el evangelio debe ser mucho mejor que eso, mucho mejor. Se requiere de líderes para resolver problemas, se requiere del liderazgo para resolver conflictos.
¿Por qué era necesario que fueran de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y personas sabias para servir las mesas? En primer lugar porque para Dios es lo mejor y número dos porque había dinero involucrado. ¿Cómo cree usted que compraban alimentos? ¿Cómo cree usted que se servía a las viudas?
Estamos en Hechos capítulo 6, ¿recuerda usted que en el capítulo 5 Ananías y Safira quisieron engañar al espíritu de Dios diciendo que habían vendido una propiedad en una cantidad que no era? Las personas vendían lo que tenían para poner el dinero a los pies de los apóstoles y esa platita que estaba ahí es la que se utilizaba para los ministerios. Había dinero de por medio, y cuando hay dinero usted no puede poner a cualquier persona. Para servir a Dios tienes que ser gente capacitada, con temor de Dios hermano; personas que entienden que 20 pesos son del Señor, no son míos. Hay que buscarse personas sabias para este ministerio.
Yo quiero, por favor, desafiarlo a usted. Pregúntese: ¿qué es lo que puedo dar yo para el reino? ¿Qué dones me ha dado Dios? ¿Será que puedo administrar, puedo hacer esto, puedo hacer lo otro, puedo hacer aquí, puedo hacer allá? Acérquese al pastor Emerson, a los líderes del ministerio. Cualquiera que sea el ministerio que Dios nos ha encomendado, debemos hacerlo y hacerlo bien. La gente me dice: Es que usted es muy exigente. Sí lo soy, soy, y seguiré siendo; hasta que me pegue otro infarto, pero voy a morir haciendo las cosas bien. No a la mitad, no Señor, no, no; de ninguna manera.
En el versículo 5 (Hechos 6, RV-60) dice: Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía. ¿Sabe por qué le agradó la propuesta? Porque vieron que se tomaron cartas en el asunto, que no se ignoró el problema, que no lo dejaron pasar, que los líderes de la iglesia resolvieron. Así es como debe ser en las congregaciones, como debe ser en las iglesias.
Mire que interesante, ¿sabe usted que los siete nombres que aparecen son griegos? Fueron los griegos los que se habían quejado, esto me indica que buscaron personas que entendían la necesidad inmediata, que entendían que había un problema que resolver.
Lo que sucedió en la iglesia primitiva, sucede en las iglesias hoy en día, cuando personas no encuentran respuestas de los líderes inmediatos buscan al pastor con una gran lista de cosas que se han desatendido. Esto lo que hace es agregar una carga bien pesada sobre los pastores. Y le digo que no es fácil, especialmente cuando se toma con seriedad el ministerio.
Cuando a mi hijo David le toca predicar aquí en la iglesia en el servicio en inglés, yo lo veo estresado. Y yo le digo: “yo sé lo que estás pasando, porque yo lo vivo.” Nadie se imagina. Mi esposa me dice algo y yo le respondo: “hija estoy ocupado con el sermón.” Pero si hace rato que estás preparando ese sermón. Hermano, usted no sabe la frustración que es tener un sermón listo para el domingo mediodía, y cuando lo agarro el domingo en la mañana creyendo que está listo, y lo leo (lo que yo llamo darle los últimos toques) y comienzo a hacer cambios porque a esa hora no me gusta, ¡Dios mío! Y luego preguntan ¿por qué tienen ataques al corazón? Yo no tomo la predicación como cualquier cosa, yo le dedico tiempo, yo vivo de esto y no puedo deshacerme de esto. Es un defecto de fábrica. Dice MacArthur que él dedica una hora de estudio por cada minuto que pasa en el púlpito. ¡Imagínate una predicación de 45 minutos! Son 45 horas de estudio. Esto que les digo ahora es para la gloria para Dios, Dios me libre de querer tomar gloria para mí, pero hermanos nuestro ministerio lo agradecen personas de otras partes del mundo. Le dedicamos tiempo a la palabra de Dios, uno no inventa los domingos acá.
Por eso entiendo cuando los apóstoles dijeron que no estaba bien dejar una cosa para hacer otra. No está bien que dejemos la palabra, que dejemos de orar, no está bien que dejemos estas cosas que son importantes, que son vitales en el evangelio; para tener que ir a hacer cosas que otros están haciendo mal. Entonces ¿qué fue lo que hicieron los apóstoles? Al saber la necesidad movilizaron a las personas capaces, porque ellos entendieron que debían persistir en la oración y en el ministerio de la palabra. (Versículo 4)
Yo estoy más que convencido que en este pueblo, que en esta iglesia, hay gente capaz, hay gente con corazón. Y hay algunos que tienen el corazón pero les hace falta un poquito la actitud; porque saben hacer bien las cosas pero tienen un carácter de muy pocos amigos, hay que resolver esa situación.
Había un ministerio, ¡Sí Señor!, pero era ineficiente. Había una necesidad y no le habían puesto atención, no se había capacitado a la gente, no se había implementado cambios para resolver la situación. Es por eso que los servidores, de esta iglesia, debemos servir a Dios con pasión, con fervor, sirvamos a Dios con inteligencia, con entusiasmo, con ganas amados míos, con ganas. ¡Demos lo mejor para Dios!
Excelencia, no es ser el mejor, sino hacer lo mejor. Excelencia es la cualidad de ser sobresaliente en el ministerio que Dios nos ha encomendado; es lo contrario de ser mediocre. Alguien dijo, por ahí, que la mediocridad es una región limitada al norte por el compromiso, al sur por la indecisión, al este por ideas preconcebidas y obsoletas; y al oeste por la falta de visión. Mediocridad es hacer menos de lo que podemos hacer.
¿Cree que Dios no está viendo? Los dueños de siempre andan buscando una persona en quien puedan confiar siempre, por eso son los que ganan más. Personas que se puede confiar en ellos, que usted le dice: ¿te puedes quedar media hora fíjate que me pasó esta situación? Y te responden: “con mucho gusto.” Si vamos a hacer algo hagámoslo bien, en todo sentido, aprenda como persona. En su casa haga bien las cosas. Si va a dar una clase de escuela dominical prepárela bien. Si va a tocar la guitarra tóquela bien. Si va a preparar el café en la iglesia prepárelo bien hermano. Si va a predicar prepárese bien. Si va a cantar en adoración, aprenda a cantar o mejor, tome clases de canto. En muchos lugares sucede que las personas insisten en hacer algo, a lo cual no han sido llamados a hacer. Si va a manejar el vehículo de la iglesia, manéjelo que sobresalga en el ministerio que Dios le ha dado. Si le piden que pinte una pared hágalo de la mejor manera hermano, es decir, Dios merece lo mejor iglesia ¿o no? Cuidado con las personas que hacen las cosas porque tienen que hacerlas, simplemente, porque los pusieron encargados. Personas que hacen las cosas a medias, personas que hacen las cosas a como caigan, personas que nunca logran los objetivos y ponen excusas para todo.
Hermano, un líder siempre tiene que tener los ojos puestos en la gente, siempre, siempre, siempre. ¿Por qué razón? Porque reclutar personas en el evangelio, en la obra del Señor, es algo necesario toda la vida. Es una frustración poner en una posición de liderazgo a alguien que no tiene las cualidades de líder, porque entonces no va a producir.
Los dones que tiene usted, recuerde que se los dio Dios. Un día el Señor le va a llamar a contar y ¿qué le va a contestar usted a Dios? Fíjate Señor, yo sé que me diste cinco talentos, pero es que estaba bien ocupado, como dicen algunos, pero mira aquí los tengo guardados. ¿Qué dirá Dios? ¡Siervo malo y negligente! Es palabra de Dios, no del pastor. La iglesia sirve, como medio, para que usted ponga sus dones al servicio del Señor; lo que sepa hacer, al servicio de Dios. Aquí hay familias lindas, maravillosas que están atentos para cualquier necesidad, “Pastor con mucho gusto, puedo servir en esto… nada más dígame que vamos y lo hacemos.”
Cuando se presenta una dificultad en esta iglesia, se busca una solución. Y cada vez que se presenta una necesidad en cualquier ministerio, hermano, se le presta atención. Yo doy gracias a Dios porque a mí las críticas no me molestan; claro cuando son sensatas y reales, por supuesto. Tenemos que prestarle atención a cada situación.
Esta iglesia, en sus comienzos, con el crecimiento que tenía se presentó una dificultad y había que poner la atención. Es que el Señor Jesucristo es digno, hermano, se lo merece, ¿no es cierto? Jesús nos ha salvado, nos ha redimido. Jesucristo no solamente es digno de un cuarto de mi tiempo, ni de la mitad, sino, que es digno de todo mi tiempo.
Yo como pastor pudiera decir: ¿Para qué voy a esclavizarme con una gran cantidad de libros en mi escritorio, donde duermo? ¿Para qué voy a venir a medianoche pensando que un autor determinado habla de tal cosa, yo estoy analizando este versículo, déjame ver un libro nuevo que hay ahora en internet? Yo puedo decir: “A mí que me importa si de todas manera estos ni entienden.” Yo pudiera tomar esa actitud. Pero lo que se hace para Dios hay que hacerlo bien hecho, no hay que esconder la basura debajo de la alfombra; hagamos bien las cosas. Dios se lo merece, Él ha sido tan bueno con nosotros, que lo que hagamos hay que hacerlo bien para honra y gloria de nuestro Señor. ¡Que den ganas! Que cuando la gente vea su ministerio quiera participar de su ministerio. ¡Qué bueno, ese hermano es buenísimo! Se interesa, sale adelante con esto, nos motiva, nos alienta, nos llama cuando no llegamos.
¡Que Dios nos ayude a todos a hacer lo máximo que podamos, con excelencia para la honra y la gloria del Dios al que servimos!
Incline su rostro vamos a orar.
Padre querido te damos gracias por tu palabra. Le damos gracias por este ministerio Señor. Ya casi a los 34 años que tú nos permites llegar. Gracias por sostenernos, gracias por bendecirnos por respaldarnos y te pido padre que nos ayudes a seguir adelante. Danos sabiduría a todos y pon en el corazón de cada uno de nosotros poder servirte con fervor, con pasión, con inteligencia, con amor, con gozo, para gloria de tu Santo nombre. Gracias por lo que has hecho por nosotros Señor, gracias por salvarnos, gracias por morir en la cruz, gracias por la redención que tenemos en Cristo. Lo menos que podemos hacer es poner los dones y talentos, que tú nos has dado, para gloria de tu Santo nombre. Bendice al pueblo Padre, bendícenos.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, déjeme decirle que Dios hizo una obra redentora en la cruz. Mandó a su hijo Jesucristo a morir al calvario por usted y por mí. Derramó su sangre preciosa, la única que limpia los pecados. Jesús murió por usted y Él le quiere salvar. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, usted no está aquí por casualidad. Usted está aquí porque Dios le ha traído, y le puso en el corazón venir en este día, porque Dios quería hablar con usted, hablar a su corazón y decirle cuánto le ama y lo que ha hecho por usted de la cruz del calvario. Ahora esta invitación es para usted: ¿Hay alguien que dice: Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle al Señor mi vida, entregarle a Dios mi corazón? Si hay alguna persona, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Si hay alguien que quiere entregar su vida a Cristo, levante su mano, déjenos orar por usted, Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida, Dios quiere salvarle. Usted que nos mira por las redes sociales, usted también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor te pido perdón por mis faltas. Te pido perdón por mis pecados, y en este día te entrego mi corazón. Te entrego mi vida.” Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido gracias te damos por este mensaje, por tu palabra. Te damos gracias por las actividades. Oramos por la juventud que está saliendo el día de mañana al campamento, bendice estos muchachos Señor, que pueda ser una experiencia transformadora en esta semana. Bendice a tu pueblo, en el nombre de Jesús amén y amén.
Dios me los bendiga mis amados. Seis de la tarde el servicio en inglés en la casa del Señor. ¡Bendiciones!
Las viudas
Agosto 28, 2022 – 1:30PM | Hebreos 6:1-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Libro de los Hechos 6:1-7 (Rv-60). Hace un momento leímos una porción de la escritura que habla acerca de las viudas. Hoy vamos a hablar de “Las viudas”. ¿Qué fue lo que pasó en esta porción de la escritura?
Dice la palabra del Señor: 1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
Pidamos a Dios que nos bendiga: Señor bendice este mensaje en nuestros corazones. Abre nuestro entendimiento, abre nuestra vida, nuestro corazón. Ayúdanos a servirte y hacerlo con pasión, con integridad, con honestidad, con amor. A dar el todo por el todo, porque tú eres digno. En el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.
La iglesia de los primeros cristianos, la iglesia del primer siglo, la iglesia primitiva, tenía varias características. La palabra del Señor dice que era una iglesia que permanecía unida; claro, era un tiempo de mucha persecución, y cada vez que hay persecución hay purificación también en la iglesia. Era una iglesia con muchos milagros, porque a través de los milagros se confirmaba la autoridad apostólica, ya Jesús no estaba, Jesús había partido a la gloria y ahora sus apóstoles estaban llevando adelante la obra del Señor en aquel entonces. Era una iglesia en constante crecimiento.
Con la venida del Espíritu Santo, en Hechos 2:41, 42, 46 (RV-60), dice: 41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Mire usted el inicio de la iglesia, ¡qué iglesia más bonita la que está comenzando! Tenía que ser una iglesia bien inteligente para saber ¿cuándo había que estar en el templo y cuándo había que estar en las casas? Alabando a Dios, teniendo favor con todo el pueblo. ¡Qué lindo que el Señor añadía cada día a la iglesia, los que habían de ser salvos!
Pero como toda iglesia que crece, los problemas no se dejan esperar. Las dificultades están ahí, había un conflicto. El conflicto surgió a la hora de atender a las viudas. En aquellos tiempos era normal atender a las viudas, especialmente las mayores de 60 años, lo acabamos de leer ahorita en Timoteo, donde Pablo le dice cuáles eran las medidas que debe seguir. Pablo recomienda a las viudas jóvenes que se vuelvan a casar, que tengas hijos y que caminen como el resto de las personas.
¿Qué dice la Biblia que hubo en aquellos días, iglesia?
Hechos 6:1 (RV-60): Murmuraciones.
Hechos 6:1 (TL Actual): Comenzó a haber problemas.
Hechos 6:1 (NVI): Se quejaron.
Hechos 6:1 (NTV): Hubo muestras de descontento.
La iglesia está creciendo, hay milagros, hay unidad, la cosa está caminando, la palabra se está predicando, el evangelio está llegando a los corazones, el Señor está añadiendo más gente a la casa de Dios; pero había un problema. Había descontento, había quejas.
Eran dos grupos: los griegos y los hebreos. Los griegos comenzaron a murmurar contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. Claro estos estos griegos eran judíos también, pero ellos habían sido influenciados por la cultura griega y también por la cultura romana. El grupo de los hebreos eran judíos que hablaban el arameo. La cuestión es que las viudas de ambos grupos eran cuidadas en el mismo lugar y existían quejas porque siempre atendían primero a las viudas hebreas antes que a las griegas. Un grupo se consideraba desatendido, no estaban contentos y se quejaron. Al mismo tiempo creían que había favoritismo.
Cuando la gente se queja, cuando la gente está descontenta, cuando hay algo que no le gusta; ¿a quién creen ustedes que buscan para quejarse? Al pastor.
Hay tres grandes áreas en la vida pastoral, específicamente en la cultura latina, al inicio de una iglesia. En área de la predicación, el pastor puede ser un buen comunicador, puede ser ese tipo de persona que llega al corazón cuando habla, que se conecta con la audiencia; o puede ser que a lo mejor no sea ese tipo de hombre que se conecta con la gente, ¿verdad? Podemos también entretener con el mensaje y no llegar al corazón.
La segunda área es el cuidado pastoral, y esa es una expectativa especialmente de la gente latina. En nuestra cultura, si usted va a tener un bebé, usted espera que su pastor esté en el hospital. Luego, el pastor lo debe bautizar, estar presente en su graduación. Si hay problemas en la pareja, el pastor tiene que apoyar la pareja, aconsejarlos. Orar por sus negocios, durante sus vacaciones, hasta en el funeral hermanos; es complicado, es muy complicado manejar todas las cosas.
En tercer lugar hay que administrar la iglesia. Esto casi siempre suele ser al principio de una de la iglesia; porque hay que cuidar el dinerito. Hay personas que vienen y no les importa, porque no les cuesta a ellos.
Entonces, usted puede ser un buen predicador y la gente estar encantada con eso, pero siempre van a haber personas que le van a decir: “Yo estuve en el hospital y usted no me fue a ver.” “Mi hijo estuvo padeciendo de tal cosa y usted ni me llamó por teléfono.” En las iglesias siempre hay un grupo que se siente abandonado, que no se le presta atención. Y siempre van a volver la mirada al pastor para pedir que se resuelva la situación. Hay iglesias que se dividen por asuntos como estos, ¿por qué? Porque es difícil tener contenta a toda la gente hermano, no se puede tener contentos a todos. ¿Cómo poder manejar todas las cosas al mismo tiempo?
Esto que estamos hablando, es lo mismo que hemos leído en Hechos capítulo 6, es precisamente lo que se presentó en esta iglesia naciente allá en Jerusalén. Es responsabilidad de la iglesia buscar solución al conflicto. En la iglesia primitiva había un conflicto, había un problema, había un grupo que se sentía que no le prestaban atención. Un grupo que decía: “A nosotros nos atienden por último y a aquellas señoras las atienden primero.”
Pongamos atención ya el ministerio existía, se servían las mesas, la iglesia estaba trabajando, estaba haciendo lo que le correspondía; pero el ministerio era ineficiente. Había descontento, y es muy probable que estas personas ya se habían quejado con los encargados, pero los encargados no que hicieron nada. ¿A quién buscan cuando no se hace nada? Al pastor.
En el versículo 2 (Hechos 6, RV-60) dice: 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Me gusta, porque esto habla de prioridad, notemos que los apóstoles no ignoraron el problema.
Digo esto para los pastores que nos escuchan, los problemas no se pueden ignorar, no se deben ignorar dentro de una iglesia. A los problemas de una iglesia hay que buscarle la solución. Yo he insistido toda la vida en esto: “Yo soy bombero, yo estoy para apagar fuego. Yo no ando con un poco de leña para echarle más leña a un problema.” Nosotros funcionamos bajo la filosofía de cero confrontaciones. Resolvemos los problemas en Cristo, en amor. A la gente le hemos dicho lo que tenemos que decirle en amor y con respeto, sin humillar a nadie, sin ofender a nadie en absoluto.
Cuando las iglesias ignoran los problemas, las quejas, las críticas; eventualmente las personas terminan abandonando la iglesia, porque se hartan.
Hace unos meses ustedes fueron testigos que cada domingo había entre 10 y 11 personas que nos visitaban, hubo un domingo que fueron 18 personas. Yo sentí en el corazón que esas personas no les estábamos prestado atención. Nadie tuvo que vino a hablar conmigo para decírmelo. Necesitamos a alguien que se encargue, pero no podemos recargar más a la gente, que ya tiene un montón de cargas en sus hombros. Entonces tratamos de buscar una solución y trajimos al hermano Segundo, que hizo la diferencia en el área de evangelismo. Cuando hay una necesidad, tenemos que buscar solución, no podemos ignorar. La iglesia no puede, simple y sencillamente, decir nosotros sigamos caminando a ver qué es lo que pasa, no.
Hermano usted es parte de la iglesia y lo que usted va a escuchar en esta hora es para usted también. Porque la Biblia dice que Dios ha repartido dones, ¿cierto o no?, usted tiene dones que Dios le dio para que los aprovechen en la casa del Señor y podamos perfeccionar a los santos.
Esta es la médula del mensaje: “Hay que hacer para Dios las cosas bien hechas, hay que hacer para Dios las cosas bien.” Dios es digno, se merece lo mejor. No a la mitad. Para lograr eso hay que amar a Dios, para eso hay que tener pasión por el evangelio.
Notemos que el razonamiento de los apóstoles, ellos entienden que hay un problema que resolver, pero reconocen que no es justo dejar la palabra de Dios para servir a las mesas. La pregunta es: ¿cómo resolvemos el conflicto?
El versículo 3, (Hechos 6, RV-60) dice: 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. (de este ministerio, de este servicio)
Los apóstoles no dijeron: “Busquen a cualquier hombre.” Notemos que están buscando personas para administrar la iglesia, que están buscando personas para servir las mesas. ¿Y cómo tienen que ser las personas que van a servir las mesas? De buen testimonio, llenos del Espíritu Santo, que sea gente sabia; no buscaron a cualquier persona, no llenaron el vacío. No se trata de llenar vacíos. Cuando usted busca un empleado, usted lo busca que produzca. Usted no busca a una persona que tiene que estar dando cuerda toda la vida para que haga lo que tiene que hacer, ¿cierto? Si eso sucede a nivel secular en el evangelio debe ser mucho mejor que eso, mucho mejor. Se requiere de líderes para resolver problemas, se requiere del liderazgo para resolver conflictos.
¿Por qué era necesario que fueran de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y personas sabias para servir las mesas? En primer lugar porque para Dios es lo mejor y número dos porque había dinero involucrado. ¿Cómo cree usted que compraban alimentos? ¿Cómo cree usted que se servía a las viudas?
Estamos en Hechos capítulo 6, ¿recuerda usted que en el capítulo 5 Ananías y Safira quisieron engañar al espíritu de Dios diciendo que habían vendido una propiedad en una cantidad que no era? Las personas vendían lo que tenían para poner el dinero a los pies de los apóstoles y esa platita que estaba ahí es la que se utilizaba para los ministerios. Había dinero de por medio, y cuando hay dinero usted no puede poner a cualquier persona. Para servir a Dios tienes que ser gente capacitada, con temor de Dios hermano; personas que entienden que 20 pesos son del Señor, no son míos. Hay que buscarse personas sabias para este ministerio.
Yo quiero, por favor, desafiarlo a usted. Pregúntese: ¿qué es lo que puedo dar yo para el reino? ¿Qué dones me ha dado Dios? ¿Será que puedo administrar, puedo hacer esto, puedo hacer lo otro, puedo hacer aquí, puedo hacer allá? Acérquese al pastor Emerson, a los líderes del ministerio. Cualquiera que sea el ministerio que Dios nos ha encomendado, debemos hacerlo y hacerlo bien. La gente me dice: Es que usted es muy exigente. Sí lo soy, soy, y seguiré siendo; hasta que me pegue otro infarto, pero voy a morir haciendo las cosas bien. No a la mitad, no Señor, no, no; de ninguna manera.
En el versículo 5 (Hechos 6, RV-60) dice: Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía. ¿Sabe por qué le agradó la propuesta? Porque vieron que se tomaron cartas en el asunto, que no se ignoró el problema, que no lo dejaron pasar, que los líderes de la iglesia resolvieron. Así es como debe ser en las congregaciones, como debe ser en las iglesias.
Mire que interesante, ¿sabe usted que los siete nombres que aparecen son griegos? Fueron los griegos los que se habían quejado, esto me indica que buscaron personas que entendían la necesidad inmediata, que entendían que había un problema que resolver.
Lo que sucedió en la iglesia primitiva, sucede en las iglesias hoy en día, cuando personas no encuentran respuestas de los líderes inmediatos buscan al pastor con una gran lista de cosas que se han desatendido. Esto lo que hace es agregar una carga bien pesada sobre los pastores. Y le digo que no es fácil, especialmente cuando se toma con seriedad el ministerio.
Cuando a mi hijo David le toca predicar aquí en la iglesia en el servicio en inglés, yo lo veo estresado. Y yo le digo: “yo sé lo que estás pasando, porque yo lo vivo.” Nadie se imagina. Mi esposa me dice algo y yo le respondo: “hija estoy ocupado con el sermón.” Pero si hace rato que estás preparando ese sermón. Hermano, usted no sabe la frustración que es tener un sermón listo para el domingo mediodía, y cuando lo agarro el domingo en la mañana creyendo que está listo, y lo leo (lo que yo llamo darle los últimos toques) y comienzo a hacer cambios porque a esa hora no me gusta, ¡Dios mío! Y luego preguntan ¿por qué tienen ataques al corazón? Yo no tomo la predicación como cualquier cosa, yo le dedico tiempo, yo vivo de esto y no puedo deshacerme de esto. Es un defecto de fábrica. Dice MacArthur que él dedica una hora de estudio por cada minuto que pasa en el púlpito. ¡Imagínate una predicación de 45 minutos! Son 45 horas de estudio. Esto que les digo ahora es para la gloria para Dios, Dios me libre de querer tomar gloria para mí, pero hermanos nuestro ministerio lo agradecen personas de otras partes del mundo. Le dedicamos tiempo a la palabra de Dios, uno no inventa los domingos acá.
Por eso entiendo cuando los apóstoles dijeron que no estaba bien dejar una cosa para hacer otra. No está bien que dejemos la palabra, que dejemos de orar, no está bien que dejemos estas cosas que son importantes, que son vitales en el evangelio; para tener que ir a hacer cosas que otros están haciendo mal. Entonces ¿qué fue lo que hicieron los apóstoles? Al saber la necesidad movilizaron a las personas capaces, porque ellos entendieron que debían persistir en la oración y en el ministerio de la palabra. (Versículo 4)
Yo estoy más que convencido que en este pueblo, que en esta iglesia, hay gente capaz, hay gente con corazón. Y hay algunos que tienen el corazón pero les hace falta un poquito la actitud; porque saben hacer bien las cosas pero tienen un carácter de muy pocos amigos, hay que resolver esa situación.
Había un ministerio, ¡Sí Señor!, pero era ineficiente. Había una necesidad y no le habían puesto atención, no se había capacitado a la gente, no se había implementado cambios para resolver la situación. Es por eso que los servidores, de esta iglesia, debemos servir a Dios con pasión, con fervor, sirvamos a Dios con inteligencia, con entusiasmo, con ganas amados míos, con ganas. ¡Demos lo mejor para Dios!
Excelencia, no es ser el mejor, sino hacer lo mejor. Excelencia es la cualidad de ser sobresaliente en el ministerio que Dios nos ha encomendado; es lo contrario de ser mediocre. Alguien dijo, por ahí, que la mediocridad es una región limitada al norte por el compromiso, al sur por la indecisión, al este por ideas preconcebidas y obsoletas; y al oeste por la falta de visión. Mediocridad es hacer menos de lo que podemos hacer.
¿Cree que Dios no está viendo? Los dueños de siempre andan buscando una persona en quien puedan confiar siempre, por eso son los que ganan más. Personas que se puede confiar en ellos, que usted le dice: ¿te puedes quedar media hora fíjate que me pasó esta situación? Y te responden: “con mucho gusto.” Si vamos a hacer algo hagámoslo bien, en todo sentido, aprenda como persona. En su casa haga bien las cosas. Si va a dar una clase de escuela dominical prepárela bien. Si va a tocar la guitarra tóquela bien. Si va a preparar el café en la iglesia prepárelo bien hermano. Si va a predicar prepárese bien. Si va a cantar en adoración, aprenda a cantar o mejor, tome clases de canto. En muchos lugares sucede que las personas insisten en hacer algo, a lo cual no han sido llamados a hacer. Si va a manejar el vehículo de la iglesia, manéjelo que sobresalga en el ministerio que Dios le ha dado. Si le piden que pinte una pared hágalo de la mejor manera hermano, es decir, Dios merece lo mejor iglesia ¿o no? Cuidado con las personas que hacen las cosas porque tienen que hacerlas, simplemente, porque los pusieron encargados. Personas que hacen las cosas a medias, personas que hacen las cosas a como caigan, personas que nunca logran los objetivos y ponen excusas para todo.
Hermano, un líder siempre tiene que tener los ojos puestos en la gente, siempre, siempre, siempre. ¿Por qué razón? Porque reclutar personas en el evangelio, en la obra del Señor, es algo necesario toda la vida. Es una frustración poner en una posición de liderazgo a alguien que no tiene las cualidades de líder, porque entonces no va a producir.
Los dones que tiene usted, recuerde que se los dio Dios. Un día el Señor le va a llamar a contar y ¿qué le va a contestar usted a Dios? Fíjate Señor, yo sé que me diste cinco talentos, pero es que estaba bien ocupado, como dicen algunos, pero mira aquí los tengo guardados. ¿Qué dirá Dios? ¡Siervo malo y negligente! Es palabra de Dios, no del pastor. La iglesia sirve, como medio, para que usted ponga sus dones al servicio del Señor; lo que sepa hacer, al servicio de Dios. Aquí hay familias lindas, maravillosas que están atentos para cualquier necesidad, “Pastor con mucho gusto, puedo servir en esto… nada más dígame que vamos y lo hacemos.”
Cuando se presenta una dificultad en esta iglesia, se busca una solución. Y cada vez que se presenta una necesidad en cualquier ministerio, hermano, se le presta atención. Yo doy gracias a Dios porque a mí las críticas no me molestan; claro cuando son sensatas y reales, por supuesto. Tenemos que prestarle atención a cada situación.
Esta iglesia, en sus comienzos, con el crecimiento que tenía se presentó una dificultad y había que poner la atención. Es que el Señor Jesucristo es digno, hermano, se lo merece, ¿no es cierto? Jesús nos ha salvado, nos ha redimido. Jesucristo no solamente es digno de un cuarto de mi tiempo, ni de la mitad, sino, que es digno de todo mi tiempo.
Yo como pastor pudiera decir: ¿Para qué voy a esclavizarme con una gran cantidad de libros en mi escritorio, donde duermo? ¿Para qué voy a venir a medianoche pensando que un autor determinado habla de tal cosa, yo estoy analizando este versículo, déjame ver un libro nuevo que hay ahora en internet? Yo puedo decir: “A mí que me importa si de todas manera estos ni entienden.” Yo pudiera tomar esa actitud. Pero lo que se hace para Dios hay que hacerlo bien hecho, no hay que esconder la basura debajo de la alfombra; hagamos bien las cosas. Dios se lo merece, Él ha sido tan bueno con nosotros, que lo que hagamos hay que hacerlo bien para honra y gloria de nuestro Señor. ¡Que den ganas! Que cuando la gente vea su ministerio quiera participar de su ministerio. ¡Qué bueno, ese hermano es buenísimo! Se interesa, sale adelante con esto, nos motiva, nos alienta, nos llama cuando no llegamos.
¡Que Dios nos ayude a todos a hacer lo máximo que podamos, con excelencia para la honra y la gloria del Dios al que servimos!
Incline su rostro vamos a orar.
Padre querido te damos gracias por tu palabra. Le damos gracias por este ministerio Señor. Ya casi a los 34 años que tú nos permites llegar. Gracias por sostenernos, gracias por bendecirnos por respaldarnos y te pido padre que nos ayudes a seguir adelante. Danos sabiduría a todos y pon en el corazón de cada uno de nosotros poder servirte con fervor, con pasión, con inteligencia, con amor, con gozo, para gloria de tu Santo nombre. Gracias por lo que has hecho por nosotros Señor, gracias por salvarnos, gracias por morir en la cruz, gracias por la redención que tenemos en Cristo. Lo menos que podemos hacer es poner los dones y talentos, que tú nos has dado, para gloria de tu Santo nombre. Bendice al pueblo Padre, bendícenos.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, déjeme decirle que Dios hizo una obra redentora en la cruz. Mandó a su hijo Jesucristo a morir al calvario por usted y por mí. Derramó su sangre preciosa, la única que limpia los pecados. Jesús murió por usted y Él le quiere salvar. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, usted no está aquí por casualidad. Usted está aquí porque Dios le ha traído, y le puso en el corazón venir en este día, porque Dios quería hablar con usted, hablar a su corazón y decirle cuánto le ama y lo que ha hecho por usted de la cruz del calvario. Ahora esta invitación es para usted: ¿Hay alguien que dice: Pastor yo necesito a Dios, yo quiero entregarle al Señor mi vida, entregarle a Dios mi corazón? Si hay alguna persona, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Si hay alguien que quiere entregar su vida a Cristo, levante su mano, déjenos orar por usted, Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida, Dios quiere salvarle. Usted que nos mira por las redes sociales, usted también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor te pido perdón por mis faltas. Te pido perdón por mis pecados, y en este día te entrego mi corazón. Te entrego mi vida.” Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido gracias te damos por este mensaje, por tu palabra. Te damos gracias por las actividades. Oramos por la juventud que está saliendo el día de mañana al campamento, bendice estos muchachos Señor, que pueda ser una experiencia transformadora en esta semana. Bendice a tu pueblo, en el nombre de Jesús amén y amén.
Dios me los bendiga mis amados. Seis de la tarde el servicio en inglés en la casa del Señor. ¡Bendiciones!