El impresionante amor de Dios
Diciembre 11, 2022 – 1:30PM | Efesios 3:14-21 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a ponernos de pie, por favor, para leer una porción de la escritura. Efesios capítulo 3, vamos a leer del versículo 14 al 21, en la versión RV-60 y en la Nueva Traducción Viviente.
He titulado al estudio de esta hora: “El impresionante amor de Dios.” Leamos alternadamente, dice la palabra Efesios 3: 14-21 (RV-60): Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Leamos el mismo pasaje pero en la Nueva Traducción Viviente:
Efesios 3: 14-21 (NTV): 14Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, 15el creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. 16Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. 17Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. 18Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. 20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. 21 ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.
Respire profundo y diga: “Dios me ama”. De eso quiero hablar en esta hora, de: “El impresionante amor de Dios.”
La Biblia dice que Dios es amor. La palabra amor puede resultar una palabra distorsionada para muchos de nosotros. Hablaremos primeramente acerca de nuestra experiencia con el amor.
Amar y ser amados es una necesidad emocional de cada individuo. Nuestra experiencia con el amor comienza en la niñez: la indiferencia, el rechazo, un hijo no deseado, un hijo abandonado, falto de amor, falto de cariño; estas cosas pueden afectar emocionalmente a una persona. La experiencia del amor como jóvenes, en un hogar donde no se escuchan palabras de cariño o de afecto; si en su casa lo único a lo que se exponen es a gritos, a palabras soeces; también pueden afectar nuestras emociones. La experiencia del amor como adultos marca nuestra personalidad y nuestro carácter. Estoy hablando del concepto del amor, y de qué manera puede influir para que exista una distorsión. (Por ejemplo: una mujer que le ha ido mal en el matrimonio, puede llegar un punto de decir: Yo no creo en los hombres porque todos son cortados con la misma tijera). También amamos de acuerdo a cómo se nos presenta la vida, amar de una manera condicional: te quiero porque me atiendes, te quiero porque te levantas temprano, te quiero porque me ayudas, te quiero porque me das esto, te quiero porque haces esto, te quiero porque haces aquello, un amor condicional.
El amor de Dios es diferente, el amor de Dios no es superficial o temporal. El amor de Dios no es semejante al amor de una persona que un día te dice: te amo; y el siguiente día te dice: te odio. El amor de Dios hacia nosotros es un amor incondicional.
¿Cómo es el amor de Dios?
El amor de Dios es real y se puede experimentar. Como hemos leído en estos pasajes de la escritura, el amor de Dios sobrepasa a todo entendimiento. Hay cosas que no podemos comprender del amor de Dios, ¿por qué? Porque va más allá de cualquier explicación. En el mundo no existe una criatura (hombre una mujer, una madre o padre) que ame de la misma manera que ama Dios. El amor de Dios es enorme, es inmenso, es gigantesco, es incalculable, es grandioso, infinito, es colosal, exorbitante, ilimitado porque es sin medida. Es inagotable, porque nunca se acaba. Es inmensurable, porque no se puede medir. Es eterno, porque es infinito. El amor de Dios es puro, porque el amor de Dios no es tóxico.
Frederick Martín Lehman escribió un himno, que hemos cantado en más de alguna oportunidad aquí en este púlpito, que se llama “Oh amor de Dios.” Y él dice en este himno: Si fuera tinta todo el mar, y todo el cielo un gran papel, Y cada hombre un escritor, y cada hoja un pincel. Nunca podrían describir el gran amor de Dios; Que al hombre pudo redimir de su pecado atroz.
¿Por qué nos ama Dios?
Dios nos ama porque, en esencia, Dios es amor.
1 Juan 4:8 (RV-60): El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Y nos ama tanto, mis queridos y amados hermanos, que Dios nos escogió para ser sus hijos, ¿te puedes imaginar?
Efesios 1:5 (RV-60): en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
Hay una historia que ha dado vueltas ahí en internet, de un de un niñito que había ido un sitio donde adoptas mascotas (perritos), para adoptar una. El niño vio a un perrito que le faltaba una patita y él dijo: “a ese quiero”. El hombre le decía: “Niño, pero es que no te das cuenta que el perrito no va a poder caminar bien, el perito en lugar de ayudarte va a ser una pena.” No, yo a ese quiero, porque a ese yo le voy a dar cariño, a ese yo le voy a dar amor… Hermanos este pasaje de la escritura, yo sé que no somos perros, pero dice: “Que él nos predestinó para ser hijos suyos.” Esto habla de su amor, esto habla de su amor. ¿Por qué escogerme a mí? ¿Por qué a usted? ¿Si nosotros no nosotros no hicimos nada para que Dios nos amara y nos escogiera? Por eso es: “El impresionante amor de Dios.” ¿Por qué escogerme a mí? Porque yo quise, dice Dios, por mi propia voluntad.
Romanos 5: 8 (RV-60): Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. ¿Qué significa esto? Significa que Dios conoce de nosotros lo bueno, lo malo y lo feo. Pero aun así, Dios no espera que recibamos a Cristo para amarnos. Dios no espera que dejemos nuestros pecados para amarnos, Dios no espera que nos regeneremos para amarnos. Si alguna persona está metido en la cárcel en este momento, Dios no espera que esa persona salga de la cárcel, para amar a esa persona. No espera que tengamos una vida regenerada, nos amó aun siendo pecadores, por eso es: “Impresionante el amor de Dios.” Es increíble, es incomprensible, como Dios puede decir: “Me lo llevo.”
Aquí en la ciudad, en la provincia, hay una gran cantidad de Foster Homes; son lugares donde tienen niños que sus padres los han abandonado (porque no los quieren) o una variedad inmensa de razones, hay niños incluso que han cometido crímenes. Usted llega y dice: “mire a ese muchacho que está ahí, a ese me quiero llevar.” Así mismo Dios dice: “Me lo llevo, no importa como haya sido, lo voy a amar, le voy a dar cariño, lo voy a abrazar, le voy a dar lo que nunca ha tenido.”
Por eso dice ese versículo que tenemos enfrente, Romanos 5: 8 (RV-60), Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Dios no te dice: Mira, para que yo te ame tienes que regenerarte primero. Para que yo te ame tienes que dejar todas tus maldades primero. Para que yo te ame tienes que dejar todos tus pecados primero. Para que yo te ame tienes que dejar tus vicios, para que yo te ame tienes que…” No, Dios dice: “aun siendo pecadores Cristo te ama, por eso murió.
Su amor para con nosotros, Dios no espera que tengamos una vida regenerada. Es muy probable que usted en algún momento en su vida haya dicho: “pero si yo hice esto, pero si yo hice aquello, pero si yo cometí tal maldad, pero si yo cometí tal inmoralidad, ¿cómo es posible que Dios me va a amar? El versículo que tiene enfrente le está diciendo que Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros.
Hay una mentalidad por ahí hermanos que yo vengo escuchando desde los años setenta, más o menos, que dice: “Si cuando Cristo venga te encuentra pecando, te quedas, no te vas al cielo.” Yo me pregunto: ¿Quién deja de pecar? Si desde el momento en que pienso que yo sí merezco, porque yo no estoy pecando; y aquel no merece porque él sí está pecando; ya estoy pecando yo, ¿sí o no? Es que la Biblia enseña eso, Dios sabe que vamos a morir cometiendo errores.
A veces nos pasamos una vida tratando de ser dignos del amor de Dios, a mí esto me ha martirizado por muchas generaciones. En realidad, es necesario detenerse un rato y pensar: ¿Quién es Dios y qué significa este atributo eterno de Dios? Cuando pienso en tratar la manera de ser digno, o querer ganarme el amor de Dios: “Es que si me porto mal, Dios no me va a querer. Es que se me porto mal, Dios me va a rechazar. Es que si me porto mal, va a pasar esto. Es que se me puedo tomar va a pasar lo otro. Entonces, me pregunto: ¿Quién se puede ganar el amor de Dios? Nadie se puede ganar el amor de Dios. A veces nos esforzamos tratando de hacer cosas para que Dios me ame, sentimos miedo de perder ese amor de Dios porque no soy un buen esposo. Con miedo a perder el amor de Dios, porque en realidad no soy buen hijo, no soy un buen padre. Si estamos aquí (en la iglesia) es precisamente por eso, porque somos indignos, el único digno es Él. Muchas veces queremos hacer todo lo necesario para que Dios nos siga amando, déjeme decirle algo: “Dios nos ama, y nos ama, entrañablemente. No hay persona que nos conozca mejor, que como nos conoce Dios, no hay. Delante de Dios no tenemos nada que probar, nada que perder y nada que esconder. Dios nos ama a pesar de lo que somos, ¿sabe por qué? Porque Dios es un Padre amoroso.
Hay cosas que hacen nuestros hijos, que a nosotros no nos gusta; pero, ¿dejan de ser nuestros hijos? Claro que no. Los castigamos pero no dejamos de amarlos (si está el hijo en la cárcel para allá va el padre y la madre a verlos y llevarles alimentos) como hace Dios con nosotros, porque Dios es un Padre amoroso.
Quiero decirle algo más: “Dios nos da valor.” Puede que yo no valga nada para usted, que usted sea el tipo de persona para quien pesa más los errores de la gente que los deseos de superar los errores; pero para Dios si valemos. Jeremías 31:3 (RV-60): Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué misericordia. Para Dios sí valemos hermanos.
Hay cada situaciones que algunos pasamos durante la niñez, cosas que nos dijeron, que van en contra de lo que es amor, respeto, el valor que merecen las personas. Hace unos días yo decía: Hay dos tipos de padre, ¿verdad? Cuando el niño derrama el vaso de leche hay padres que le dicen: ¿Acaso eres estúpido? La verdad es que usted no sirve para nada, ¿cómo es posible? Y se la pasan diciendo y ofendiendo. Pero hay otros que dicen: No pasa nada, esto fue un accidente, eso le pasa a cualquier persona.
Es muy probable que usted no se valore por los errores cometidos, y quiero que usted entienda, sobre todo en la juventud. Yo sé que se cometen errores y que una de las de las armas más poderosas del diablo se llama la culpabilidad. El diablo te hace sentir culpable para que usted se sienta un desgraciado, le mete en la cabeza que no es posible que Dios te ame por el tipo de persona que tú eres. Eso dice: “Te he amado con amor eterno.”
Cuando yo pienso en “El impresionante amor de Dios” todo se me estremece, me transforma; y lo creo con el alma y con el corazón. Todavía me sigo preguntando, a mis sesenta años, ¿cómo fue posible que mi papá nos pudo abandonar? Me pregunto ¿cómo es posible que un padre pueda abandonar a sus hijos y dejarlos ahí a la intemperie e irse? El único padre que he conocido es el Padre que está en los cielos. El único amor de padre que yo conozco es el que está en los cielos. En más de una oportunidad le he dicho: “Papá tú eres el único papá que yo conozco, el único amor de Padre que yo conozco en la vida.” Dios nos valora y es posible que usted no se valore, que usted piensa que Dios no lo ama, que usted piensa que Dios a usted lo ha desechado, que usted cree que Dios no lo quiere; no es así.
Un día una jovencita atravesó por una situación de esas, complicadas o difíciles, por las que atraviesa muchos jóvenes, y en un momento de desconexión con la realidad, trató de quitarse la vida. Yo recuerdo que al conversar esta niña ella lloraba y lloraba. Y me decía: es que no es posible que Dios me ame, no es posible que Dios me ame. Yo creo que a mí Dios no me ama, a mí no me quiere nadie. El amor de Dios es impresionante, el amor de Dios no se puede medir, el amor de Dios es lo más grande que un hijo de Dios puede experimentar. Dios no espera que seas bueno para amarte. Dios no espera que seas perfecto para amarte, Él te ama porque Él en esencia es amor. ¡Qué importa lo que te diga el resto de las personas! ¡Qué importa lo que te diga la gente! Lo que importa es lo que dice Dios, Dios te da valor porque eres su hijo, valemos tanto que entregó a su hijo a morir por nosotros. Delante de Dios tenemos valor.
Otra cosa que es importantísima: El amor de Dios no cambia.
Amados míos, podemos cambiar nosotros pero Él no cambia. En la sociedad los hombres amamos condicionalmente. En momentos en la vida usted ama a una persona, y más adelante ama otra.
El autor del libro El trueno apacible dijo lo siguiente: “El amor de Dios nunca cesa, aunque lo despreciemos, aunque lo ignoremos, lo rechacemos, lo resistamos, nos revelemos, aunque seamos desobedientes Él no cambia. Nuestra maldad no puede disminuir su amor, nuestra bondad no puede aumentarlo, Dios no nos ama menos si fallamos o más si tenemos éxito. El amor de Dios nunca cambia. ¡Gloria a Dios hermano, Gloria a Dios! ¡Bendito sea el Señor!
¿Imagínese que Dios fuera diferente? Si Dios dijera: si te portas mal, ya no te amo; estaríamos fregados todos. Me pongo a pensar en el padre del hijo pródigo, cuando el hijo pródigo se fue a malgastar su herencia perdidamente, ¿usted cree que el padre dejó de amarlo? Yo le aseguro que ese padre salía todos los días a ver al horizonte, a ver cuándo aparecería a su hijo. Cuando el hijo vino ¿qué hizo el padre? Se le tiró encima, se abrazaron. ¿Qué dijo el padre? Hagamos fiesta. Es que ese es el amor de padre. Es que ese es el amor de Dios, es un amor que no cambia iglesia.
Cuando nosotros cometemos un error le da tristeza al padre, porque el papá quiere ver bien a su hijo. Cuando Dios te dice: no te vayas por este camino hijo. Y usted agarra por ese camino, al Padre le da tristeza; porque dice: “Te estoy diciendo que no te vayas por ahí, vas a regresar todo dañado, tu dolor es mi dolor hijo; a mí me duele.” Dios no te deja de amar nunca, a pesar de nuestros errores él es Dios. El amor de Dios no cambia. Dios me ama. Somos amados y aceptados por Dios. Como sus hijos tenemos el favor de Dios, el amor de Dios y la bendición de Dios. Amado debemos aprender a disfrutar ese amor.
Isaías 49: 15 (RV-60): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de comparecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. ¡Aleluya, Gloria a Dios! Él nunca se olvidará de ti, ese es Dios. Son varias las cosas que sabemos de Dios, pero hay una cosa de las que yo sé con el alma: “el único que me ama a pesar de lo que soy es Dios.”
Platicaba con un amigo mío que atravesó por una situación bien difícil, atacado porque se creó un escándalo. Él me dijo: David yo acudí a mi mamá, la busqué, cuando sucedió esta situación; y la mamá le dijo una barbaridad que en resumen es: resuelva usted los problemas de casa por otro lado. Él me dijo: David, en medio de mi crisis, el único que nunca me dejó de amar fue Dios. ¡Qué rico! ¿No es cierto? ¡Qué bueno es saberlo, entenderlo y experimentarlo!
Hermanos yo insisto que es una cuestión de todos los días, el tratar de ser mejor, de ser buena gente, de ser digno. Yo no quiero que Dios me vea de lejos, yo no quiero que el Señor me haga a un lado, yo quiero estar bien con Dios, para que me ame y te dice Dios: “Pero si con amor eterno te he amado. Mandé a mi Hijo a la cruz para salvarte, para redimirte, para purificarte, para glorificarte, para justificarte; ¿y me vienes ahora con eso? Yo te amo dice Dios.
A veces escuchamos tanto al mundo, escuchamos tanto a la gente, escuchamos tanta televisión que nos mete en la cabeza que el amor es condicional. No, el amor de Dios es eterno. No importa los errores que hayamos cometido en la vida.
Un pastor bautista de Londres, Inglaterra, allá por 1800 dijo: El amor de Dios por usted, es como el río Amazonas, que fluye para regar una flor. Imagínate, Dios es capaz de hacer que fluya un río completo como el Amazonas con el propósito de regar una flor; disfruta de ese río, de Dios, que fluye de amor por cada uno de nosotros amados hermanos. Ese es el amor de Dios. ¡Qué lindo que el amor de Dios no cambia! El amor de Dios no cambia jamás. Disfrute el amor de Dios, experimente el amor de Dios; no mendigue el amor de nadie mi querido y amado hermano. El amor de Dios es pleno y suficiente.
El amor de Dios se manifiesta a nosotros, sus hijos, por medio de su misericordia y su perdón. ¿Qué sería de nosotros amados? Lamentaciones 3:22 (RV-60): Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos. Nada nos puede separar del amor de Dios.
Romanos 8:35, 38-39 (RV-60): ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni l por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Si usted está atravesando por algún tipo de sufrimiento, mi hermano, no piense que Dios no lo quiere; que Dios no lo ama. Recuerde que Jesucristo dijo: En el mundo tendréis aflicción. Lo que usted tiene que entender del amor de Dios es que: “En medio de la prueba Dios nunca lo abandonó, en medio del sufrimiento Dios estuvo con usted. En medio de su problema Dios nunca lo deja, nunca lo abandona. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” ¡Gloria a Dios! Nada nos podrá separar. Ese es el amor de Dios.
Joven, cuando esa jovencita que le juró amor eterno, lo mande a pasear; el amor de Dios nunca cambia. Yo le digo a mis hijos: solo hay alguien que los ama más que yo, ¿quién cree usted que es? Dios. Yo creo mucho en la teología del desapego, cuando uno se apega demasiado a los hijos o se pega demasiado a las personas que está a su alrededor, se sufre un montón, la verdad que sí. El único amor seguro en la vida es el amor de Dios, nada más. Por más que alguien te venga diciendo: No, yo no soy igual que las otras. Mentiras, no es cierto. El único amor eterno, es el amor de Dios. El único que te puede mira a los ojos, en el momento que cometiste un error, y te dice: “yo te sigo amando a pesar de lo que eres”; es Dios, es el único. El amor que no cambia, y la manifestación más grande de amor de Dios: 1Juan 4:9 (RV-60): En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en qué en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. (Para que tengamos vida eterna, este versículo es un equivalente a Juan 3: 16).
¿Qué más quiere hermano? El día que a usted se le pase por la cabeza que usted no vale nada, Dios le dice: ¿cómo me vienes a decir eso, si yo entregué a mi Hijo por ti? ¿Cómo me vienes a decir que no te amo, si entregué a mi Hijo por ti? Mira lo lindo y lo maravilloso de Dios iglesia, es que Dios nos quiere así como somos: gorditos, feítos, blanquito, negrito, amarillo, alto, chaparrito; como quiera. ¿Cómo miramos a los hijos? Uno los mira con amor, con cariño; Dios así nos ama y su amor no cambia jamás.
Démosle gracias a Dios:
Padre te damos gracias por el gran amor con el que tú nos amas. No hay motivos Señor, para sentirnos tristes si tú nos amas. No hay razón para sentirnos sin valor si tú nos amas. No hay razón de sentirnos solos si tú nos amas. Aunque el enemigo nos quiera meter cosas en la cabeza, aunque el enemigo meta culpabilidad en nuestro corazón, tu palabra nos enseña que tú nos amas, y que tu amor no cambia; que con amor eterno nos has amado. ¡Bendito sea tu nombre! Gracias Señor, gracias por hacer por nosotros lo que este mundo no puede hacer. El hombre cambia, la mujer cambia, pero tú nunca cambias. Te alabamos, gracias por mostrar ese gran amor a este mundo, te adoramos eternamente y para siempre.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, pero usted quiere hacerlo hoy, y me dice: Pastor, yo tengo necesidad de Dios en mi vida. Yo necesito al Señor. Yo quiero comenzar una vida nueva con Dios hoy. Si hay alguna persona que quiere entregarle su corazón a Jesucristo, yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Queremos orar por usted y con usted en esta tarde. ¿Hay alguna persona que dice: Pastor yo quiero que oren por mí, yo quiero entregarle mi vida a Dios? ¿Hay alguien? ¡Venga a los pies de Cristo!
Usted que nos ve por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste por mí en la cruz, al poner tu cuerpo y derramar tu sangre por mis pecados. En este día te recibo como mi Señor y mi salvador.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra. Gracias Señor, despídenos con tu paz y bendición, en el nombre de Jesús: amén y amén.
¡Bendiciones!
El impresionante amor de Dios
Diciembre 11, 2022 – 1:30PM | Efesios 3:14-21 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a ponernos de pie, por favor, para leer una porción de la escritura. Efesios capítulo 3, vamos a leer del versículo 14 al 21, en la versión RV-60 y en la Nueva Traducción Viviente.
He titulado al estudio de esta hora: “El impresionante amor de Dios.” Leamos alternadamente, dice la palabra Efesios 3: 14-21 (RV-60): Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Leamos el mismo pasaje pero en la Nueva Traducción Viviente:
Efesios 3: 14-21 (NTV): 14Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, 15el creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. 16Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. 17Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. 18Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. 20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. 21 ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.
Respire profundo y diga: “Dios me ama”. De eso quiero hablar en esta hora, de: “El impresionante amor de Dios.”
La Biblia dice que Dios es amor. La palabra amor puede resultar una palabra distorsionada para muchos de nosotros. Hablaremos primeramente acerca de nuestra experiencia con el amor.
Amar y ser amados es una necesidad emocional de cada individuo. Nuestra experiencia con el amor comienza en la niñez: la indiferencia, el rechazo, un hijo no deseado, un hijo abandonado, falto de amor, falto de cariño; estas cosas pueden afectar emocionalmente a una persona. La experiencia del amor como jóvenes, en un hogar donde no se escuchan palabras de cariño o de afecto; si en su casa lo único a lo que se exponen es a gritos, a palabras soeces; también pueden afectar nuestras emociones. La experiencia del amor como adultos marca nuestra personalidad y nuestro carácter. Estoy hablando del concepto del amor, y de qué manera puede influir para que exista una distorsión. (Por ejemplo: una mujer que le ha ido mal en el matrimonio, puede llegar un punto de decir: Yo no creo en los hombres porque todos son cortados con la misma tijera). También amamos de acuerdo a cómo se nos presenta la vida, amar de una manera condicional: te quiero porque me atiendes, te quiero porque te levantas temprano, te quiero porque me ayudas, te quiero porque me das esto, te quiero porque haces esto, te quiero porque haces aquello, un amor condicional.
El amor de Dios es diferente, el amor de Dios no es superficial o temporal. El amor de Dios no es semejante al amor de una persona que un día te dice: te amo; y el siguiente día te dice: te odio. El amor de Dios hacia nosotros es un amor incondicional.
¿Cómo es el amor de Dios?
El amor de Dios es real y se puede experimentar. Como hemos leído en estos pasajes de la escritura, el amor de Dios sobrepasa a todo entendimiento. Hay cosas que no podemos comprender del amor de Dios, ¿por qué? Porque va más allá de cualquier explicación. En el mundo no existe una criatura (hombre una mujer, una madre o padre) que ame de la misma manera que ama Dios. El amor de Dios es enorme, es inmenso, es gigantesco, es incalculable, es grandioso, infinito, es colosal, exorbitante, ilimitado porque es sin medida. Es inagotable, porque nunca se acaba. Es inmensurable, porque no se puede medir. Es eterno, porque es infinito. El amor de Dios es puro, porque el amor de Dios no es tóxico.
Frederick Martín Lehman escribió un himno, que hemos cantado en más de alguna oportunidad aquí en este púlpito, que se llama “Oh amor de Dios.” Y él dice en este himno: Si fuera tinta todo el mar, y todo el cielo un gran papel, Y cada hombre un escritor, y cada hoja un pincel. Nunca podrían describir el gran amor de Dios; Que al hombre pudo redimir de su pecado atroz.
¿Por qué nos ama Dios?
Dios nos ama porque, en esencia, Dios es amor.
1 Juan 4:8 (RV-60): El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Y nos ama tanto, mis queridos y amados hermanos, que Dios nos escogió para ser sus hijos, ¿te puedes imaginar?
Efesios 1:5 (RV-60): en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
Hay una historia que ha dado vueltas ahí en internet, de un de un niñito que había ido un sitio donde adoptas mascotas (perritos), para adoptar una. El niño vio a un perrito que le faltaba una patita y él dijo: “a ese quiero”. El hombre le decía: “Niño, pero es que no te das cuenta que el perrito no va a poder caminar bien, el perito en lugar de ayudarte va a ser una pena.” No, yo a ese quiero, porque a ese yo le voy a dar cariño, a ese yo le voy a dar amor… Hermanos este pasaje de la escritura, yo sé que no somos perros, pero dice: “Que él nos predestinó para ser hijos suyos.” Esto habla de su amor, esto habla de su amor. ¿Por qué escogerme a mí? ¿Por qué a usted? ¿Si nosotros no nosotros no hicimos nada para que Dios nos amara y nos escogiera? Por eso es: “El impresionante amor de Dios.” ¿Por qué escogerme a mí? Porque yo quise, dice Dios, por mi propia voluntad.
Romanos 5: 8 (RV-60): Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. ¿Qué significa esto? Significa que Dios conoce de nosotros lo bueno, lo malo y lo feo. Pero aun así, Dios no espera que recibamos a Cristo para amarnos. Dios no espera que dejemos nuestros pecados para amarnos, Dios no espera que nos regeneremos para amarnos. Si alguna persona está metido en la cárcel en este momento, Dios no espera que esa persona salga de la cárcel, para amar a esa persona. No espera que tengamos una vida regenerada, nos amó aun siendo pecadores, por eso es: “Impresionante el amor de Dios.” Es increíble, es incomprensible, como Dios puede decir: “Me lo llevo.”
Aquí en la ciudad, en la provincia, hay una gran cantidad de Foster Homes; son lugares donde tienen niños que sus padres los han abandonado (porque no los quieren) o una variedad inmensa de razones, hay niños incluso que han cometido crímenes. Usted llega y dice: “mire a ese muchacho que está ahí, a ese me quiero llevar.” Así mismo Dios dice: “Me lo llevo, no importa como haya sido, lo voy a amar, le voy a dar cariño, lo voy a abrazar, le voy a dar lo que nunca ha tenido.”
Por eso dice ese versículo que tenemos enfrente, Romanos 5: 8 (RV-60), Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Dios no te dice: Mira, para que yo te ame tienes que regenerarte primero. Para que yo te ame tienes que dejar todas tus maldades primero. Para que yo te ame tienes que dejar todos tus pecados primero. Para que yo te ame tienes que dejar tus vicios, para que yo te ame tienes que…” No, Dios dice: “aun siendo pecadores Cristo te ama, por eso murió.
Su amor para con nosotros, Dios no espera que tengamos una vida regenerada. Es muy probable que usted en algún momento en su vida haya dicho: “pero si yo hice esto, pero si yo hice aquello, pero si yo cometí tal maldad, pero si yo cometí tal inmoralidad, ¿cómo es posible que Dios me va a amar? El versículo que tiene enfrente le está diciendo que Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros.
Hay una mentalidad por ahí hermanos que yo vengo escuchando desde los años setenta, más o menos, que dice: “Si cuando Cristo venga te encuentra pecando, te quedas, no te vas al cielo.” Yo me pregunto: ¿Quién deja de pecar? Si desde el momento en que pienso que yo sí merezco, porque yo no estoy pecando; y aquel no merece porque él sí está pecando; ya estoy pecando yo, ¿sí o no? Es que la Biblia enseña eso, Dios sabe que vamos a morir cometiendo errores.
A veces nos pasamos una vida tratando de ser dignos del amor de Dios, a mí esto me ha martirizado por muchas generaciones. En realidad, es necesario detenerse un rato y pensar: ¿Quién es Dios y qué significa este atributo eterno de Dios? Cuando pienso en tratar la manera de ser digno, o querer ganarme el amor de Dios: “Es que si me porto mal, Dios no me va a querer. Es que se me porto mal, Dios me va a rechazar. Es que si me porto mal, va a pasar esto. Es que se me puedo tomar va a pasar lo otro. Entonces, me pregunto: ¿Quién se puede ganar el amor de Dios? Nadie se puede ganar el amor de Dios. A veces nos esforzamos tratando de hacer cosas para que Dios me ame, sentimos miedo de perder ese amor de Dios porque no soy un buen esposo. Con miedo a perder el amor de Dios, porque en realidad no soy buen hijo, no soy un buen padre. Si estamos aquí (en la iglesia) es precisamente por eso, porque somos indignos, el único digno es Él. Muchas veces queremos hacer todo lo necesario para que Dios nos siga amando, déjeme decirle algo: “Dios nos ama, y nos ama, entrañablemente. No hay persona que nos conozca mejor, que como nos conoce Dios, no hay. Delante de Dios no tenemos nada que probar, nada que perder y nada que esconder. Dios nos ama a pesar de lo que somos, ¿sabe por qué? Porque Dios es un Padre amoroso.
Hay cosas que hacen nuestros hijos, que a nosotros no nos gusta; pero, ¿dejan de ser nuestros hijos? Claro que no. Los castigamos pero no dejamos de amarlos (si está el hijo en la cárcel para allá va el padre y la madre a verlos y llevarles alimentos) como hace Dios con nosotros, porque Dios es un Padre amoroso.
Quiero decirle algo más: “Dios nos da valor.” Puede que yo no valga nada para usted, que usted sea el tipo de persona para quien pesa más los errores de la gente que los deseos de superar los errores; pero para Dios si valemos. Jeremías 31:3 (RV-60): Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué misericordia. Para Dios sí valemos hermanos.
Hay cada situaciones que algunos pasamos durante la niñez, cosas que nos dijeron, que van en contra de lo que es amor, respeto, el valor que merecen las personas. Hace unos días yo decía: Hay dos tipos de padre, ¿verdad? Cuando el niño derrama el vaso de leche hay padres que le dicen: ¿Acaso eres estúpido? La verdad es que usted no sirve para nada, ¿cómo es posible? Y se la pasan diciendo y ofendiendo. Pero hay otros que dicen: No pasa nada, esto fue un accidente, eso le pasa a cualquier persona.
Es muy probable que usted no se valore por los errores cometidos, y quiero que usted entienda, sobre todo en la juventud. Yo sé que se cometen errores y que una de las de las armas más poderosas del diablo se llama la culpabilidad. El diablo te hace sentir culpable para que usted se sienta un desgraciado, le mete en la cabeza que no es posible que Dios te ame por el tipo de persona que tú eres. Eso dice: “Te he amado con amor eterno.”
Cuando yo pienso en “El impresionante amor de Dios” todo se me estremece, me transforma; y lo creo con el alma y con el corazón. Todavía me sigo preguntando, a mis sesenta años, ¿cómo fue posible que mi papá nos pudo abandonar? Me pregunto ¿cómo es posible que un padre pueda abandonar a sus hijos y dejarlos ahí a la intemperie e irse? El único padre que he conocido es el Padre que está en los cielos. El único amor de padre que yo conozco es el que está en los cielos. En más de una oportunidad le he dicho: “Papá tú eres el único papá que yo conozco, el único amor de Padre que yo conozco en la vida.” Dios nos valora y es posible que usted no se valore, que usted piensa que Dios no lo ama, que usted piensa que Dios a usted lo ha desechado, que usted cree que Dios no lo quiere; no es así.
Un día una jovencita atravesó por una situación de esas, complicadas o difíciles, por las que atraviesa muchos jóvenes, y en un momento de desconexión con la realidad, trató de quitarse la vida. Yo recuerdo que al conversar esta niña ella lloraba y lloraba. Y me decía: es que no es posible que Dios me ame, no es posible que Dios me ame. Yo creo que a mí Dios no me ama, a mí no me quiere nadie. El amor de Dios es impresionante, el amor de Dios no se puede medir, el amor de Dios es lo más grande que un hijo de Dios puede experimentar. Dios no espera que seas bueno para amarte. Dios no espera que seas perfecto para amarte, Él te ama porque Él en esencia es amor. ¡Qué importa lo que te diga el resto de las personas! ¡Qué importa lo que te diga la gente! Lo que importa es lo que dice Dios, Dios te da valor porque eres su hijo, valemos tanto que entregó a su hijo a morir por nosotros. Delante de Dios tenemos valor.
Otra cosa que es importantísima: El amor de Dios no cambia.
Amados míos, podemos cambiar nosotros pero Él no cambia. En la sociedad los hombres amamos condicionalmente. En momentos en la vida usted ama a una persona, y más adelante ama otra.
El autor del libro El trueno apacible dijo lo siguiente: “El amor de Dios nunca cesa, aunque lo despreciemos, aunque lo ignoremos, lo rechacemos, lo resistamos, nos revelemos, aunque seamos desobedientes Él no cambia. Nuestra maldad no puede disminuir su amor, nuestra bondad no puede aumentarlo, Dios no nos ama menos si fallamos o más si tenemos éxito. El amor de Dios nunca cambia. ¡Gloria a Dios hermano, Gloria a Dios! ¡Bendito sea el Señor!
¿Imagínese que Dios fuera diferente? Si Dios dijera: si te portas mal, ya no te amo; estaríamos fregados todos. Me pongo a pensar en el padre del hijo pródigo, cuando el hijo pródigo se fue a malgastar su herencia perdidamente, ¿usted cree que el padre dejó de amarlo? Yo le aseguro que ese padre salía todos los días a ver al horizonte, a ver cuándo aparecería a su hijo. Cuando el hijo vino ¿qué hizo el padre? Se le tiró encima, se abrazaron. ¿Qué dijo el padre? Hagamos fiesta. Es que ese es el amor de padre. Es que ese es el amor de Dios, es un amor que no cambia iglesia.
Cuando nosotros cometemos un error le da tristeza al padre, porque el papá quiere ver bien a su hijo. Cuando Dios te dice: no te vayas por este camino hijo. Y usted agarra por ese camino, al Padre le da tristeza; porque dice: “Te estoy diciendo que no te vayas por ahí, vas a regresar todo dañado, tu dolor es mi dolor hijo; a mí me duele.” Dios no te deja de amar nunca, a pesar de nuestros errores él es Dios. El amor de Dios no cambia. Dios me ama. Somos amados y aceptados por Dios. Como sus hijos tenemos el favor de Dios, el amor de Dios y la bendición de Dios. Amado debemos aprender a disfrutar ese amor.
Isaías 49: 15 (RV-60): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de comparecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. ¡Aleluya, Gloria a Dios! Él nunca se olvidará de ti, ese es Dios. Son varias las cosas que sabemos de Dios, pero hay una cosa de las que yo sé con el alma: “el único que me ama a pesar de lo que soy es Dios.”
Platicaba con un amigo mío que atravesó por una situación bien difícil, atacado porque se creó un escándalo. Él me dijo: David yo acudí a mi mamá, la busqué, cuando sucedió esta situación; y la mamá le dijo una barbaridad que en resumen es: resuelva usted los problemas de casa por otro lado. Él me dijo: David, en medio de mi crisis, el único que nunca me dejó de amar fue Dios. ¡Qué rico! ¿No es cierto? ¡Qué bueno es saberlo, entenderlo y experimentarlo!
Hermanos yo insisto que es una cuestión de todos los días, el tratar de ser mejor, de ser buena gente, de ser digno. Yo no quiero que Dios me vea de lejos, yo no quiero que el Señor me haga a un lado, yo quiero estar bien con Dios, para que me ame y te dice Dios: “Pero si con amor eterno te he amado. Mandé a mi Hijo a la cruz para salvarte, para redimirte, para purificarte, para glorificarte, para justificarte; ¿y me vienes ahora con eso? Yo te amo dice Dios.
A veces escuchamos tanto al mundo, escuchamos tanto a la gente, escuchamos tanta televisión que nos mete en la cabeza que el amor es condicional. No, el amor de Dios es eterno. No importa los errores que hayamos cometido en la vida.
Un pastor bautista de Londres, Inglaterra, allá por 1800 dijo: El amor de Dios por usted, es como el río Amazonas, que fluye para regar una flor. Imagínate, Dios es capaz de hacer que fluya un río completo como el Amazonas con el propósito de regar una flor; disfruta de ese río, de Dios, que fluye de amor por cada uno de nosotros amados hermanos. Ese es el amor de Dios. ¡Qué lindo que el amor de Dios no cambia! El amor de Dios no cambia jamás. Disfrute el amor de Dios, experimente el amor de Dios; no mendigue el amor de nadie mi querido y amado hermano. El amor de Dios es pleno y suficiente.
El amor de Dios se manifiesta a nosotros, sus hijos, por medio de su misericordia y su perdón. ¿Qué sería de nosotros amados? Lamentaciones 3:22 (RV-60): Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos. Nada nos puede separar del amor de Dios.
Romanos 8:35, 38-39 (RV-60): ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni l por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Si usted está atravesando por algún tipo de sufrimiento, mi hermano, no piense que Dios no lo quiere; que Dios no lo ama. Recuerde que Jesucristo dijo: En el mundo tendréis aflicción. Lo que usted tiene que entender del amor de Dios es que: “En medio de la prueba Dios nunca lo abandonó, en medio del sufrimiento Dios estuvo con usted. En medio de su problema Dios nunca lo deja, nunca lo abandona. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” ¡Gloria a Dios! Nada nos podrá separar. Ese es el amor de Dios.
Joven, cuando esa jovencita que le juró amor eterno, lo mande a pasear; el amor de Dios nunca cambia. Yo le digo a mis hijos: solo hay alguien que los ama más que yo, ¿quién cree usted que es? Dios. Yo creo mucho en la teología del desapego, cuando uno se apega demasiado a los hijos o se pega demasiado a las personas que está a su alrededor, se sufre un montón, la verdad que sí. El único amor seguro en la vida es el amor de Dios, nada más. Por más que alguien te venga diciendo: No, yo no soy igual que las otras. Mentiras, no es cierto. El único amor eterno, es el amor de Dios. El único que te puede mira a los ojos, en el momento que cometiste un error, y te dice: “yo te sigo amando a pesar de lo que eres”; es Dios, es el único. El amor que no cambia, y la manifestación más grande de amor de Dios: 1Juan 4:9 (RV-60): En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en qué en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. (Para que tengamos vida eterna, este versículo es un equivalente a Juan 3: 16).
¿Qué más quiere hermano? El día que a usted se le pase por la cabeza que usted no vale nada, Dios le dice: ¿cómo me vienes a decir eso, si yo entregué a mi Hijo por ti? ¿Cómo me vienes a decir que no te amo, si entregué a mi Hijo por ti? Mira lo lindo y lo maravilloso de Dios iglesia, es que Dios nos quiere así como somos: gorditos, feítos, blanquito, negrito, amarillo, alto, chaparrito; como quiera. ¿Cómo miramos a los hijos? Uno los mira con amor, con cariño; Dios así nos ama y su amor no cambia jamás.
Démosle gracias a Dios:
Padre te damos gracias por el gran amor con el que tú nos amas. No hay motivos Señor, para sentirnos tristes si tú nos amas. No hay razón para sentirnos sin valor si tú nos amas. No hay razón de sentirnos solos si tú nos amas. Aunque el enemigo nos quiera meter cosas en la cabeza, aunque el enemigo meta culpabilidad en nuestro corazón, tu palabra nos enseña que tú nos amas, y que tu amor no cambia; que con amor eterno nos has amado. ¡Bendito sea tu nombre! Gracias Señor, gracias por hacer por nosotros lo que este mundo no puede hacer. El hombre cambia, la mujer cambia, pero tú nunca cambias. Te alabamos, gracias por mostrar ese gran amor a este mundo, te adoramos eternamente y para siempre.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, pero usted quiere hacerlo hoy, y me dice: Pastor, yo tengo necesidad de Dios en mi vida. Yo necesito al Señor. Yo quiero comenzar una vida nueva con Dios hoy. Si hay alguna persona que quiere entregarle su corazón a Jesucristo, yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Queremos orar por usted y con usted en esta tarde. ¿Hay alguna persona que dice: Pastor yo quiero que oren por mí, yo quiero entregarle mi vida a Dios? ¿Hay alguien? ¡Venga a los pies de Cristo!
Usted que nos ve por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste por mí en la cruz, al poner tu cuerpo y derramar tu sangre por mis pecados. En este día te recibo como mi Señor y mi salvador.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra. Gracias Señor, despídenos con tu paz y bendición, en el nombre de Jesús: amén y amén.
¡Bendiciones!