Que Navidad traiga un verdadero arrepentimiento
Diciembre 24, 2023 – 1:30PM | 2 Pedro 3:9 | Pastor Francisco Javier Vázquez
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TRANSCRIPCIÓN
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! Anhelaba en mi corazón siempre estar en este lugar.
Para los que no me conocen, mi nombre es Francisco Javier Vázquez. Tengo en el evangelio más de 30 años, que el Señor tuvo misericordia de mí. Hace 14 años aproximadamente llegamos a la iglesia de El Redentor, en Guadalajara. La vida de mi familia y la mía cambió totalmente en ese lugar. Solamente Dios sabe, ¿cómo hace las cosas? ¿Cómo nos mueve? ¡Fue tremendo! Porque nosotros vivimos siempre en el centro, de cerca del centro de Guadalajara. Cuando mi esposa y yo buscamos casa, nos tocó como a una hora y treinta minutos de Guadalajara, y no sabíamos ¿por qué tan lejos? Pero cuando conocimos esa iglesia, el Señor dio respuesta a muchas de nuestras preguntas. Después de unos años, menos me imaginaba yo, que sería el pastor de esa iglesia. Los caminos de Dios hermano, son especiales, son hermosos. Dios hace grandes y maravillosas cosas. Hoy estamos aquí, y le doy gracias a Dios por la vida del pastor David. Gracias a toda esta iglesia que siempre ha apoyado a Guadalajara. A toda la gente tan linda que nos ha recibido acá. Aquí estamos para la honra y la gloria de nuestro Dios.
Vamos a entrar en la predicación, ¿verdad? Estamos celebrando sin duda un tiempo especial.
La Navidad: Es la celebración del momento histórico en el cual Dios, vino a la tierra en la persona de su Hijo amado Jesús, para reconciliar consigo al hombre pecador; mediante su muerte sustituta en la cruz. La Navidad es ese momento histórico en el cual Dios, en su amor incondicional, salió del cielo a la tierra, para que un día nosotros podamos salir de la tierra al cielo, por una eternidad. Son palabras de Charles Stanley.
Palabras que nos deben hacer reflexionar sobre lo que es la Navidad para nosotros como cristianos.
Sin duda, la Navidad es la fecha del acontecimiento más extraordinario para la humanidad. No importa cuál es la fecha en que nació Jesús, lo importante es que nació. Lo importante es que Dios se humanó para rescatar lo que se había perdido. La Navidad es el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Qué bueno que muchas personas lo recuerdan, muchas personas lo festejan, lo viven, cada quien a su manera.
El título de la predicación de esta tarde es: Que Navidad traiga un verdadero arrepentimiento.
No podemos, como cristianos, confundir la palabra arrepentimiento con remordimiento, ya que arrepentirse implica la acción de no volver a pecar, o, al menos esforzarnos al máximo para no hacerlo. En cambio, el remordimiento simplemente llama a sentir culpabilidad por lo que se hizo, pero ahí queda.
Jesús manda a arrepentirnos.
Mateo 4:17 (RV-60): Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. A eso vino nuestro Señor y Salvador Jesucristo, para que nosotros podamos tener ese arrepentimiento.
El arrepentirse implica humillarse delante del Señor, implica darle la honra, la gloria y la alabanza a Dios, implica fijar nuestra mirada en Jesucristo. También implica darle la espalda al pecado, debemos dejar de pensar en nosotros mismos. Es una hermosa fecha, es un hermoso tiempo, pero mucha gente anda pensando en sí misma, o en sus seres queridos. Recordar que Jesús nació es bueno, pero, es importante recordar que Él nació para morir y pagar por nuestros pecados, para redimirnos del pecado. ¡Cristo vive! Amén.
Oremos: Bendito y amado Padre celestial, estamos aquí delante de tu presencia para darte la honra, la gloria y la alabanza porque solamente tú eres digno. Amado Dios, que tu palabra hable a nuestras vidas, hable a lo profundo de nuestro corazón. Que podamos entender lo bueno de celebrar, pero mejor es, celebrar con un arrepentimiento genuino, un arrepentimiento verdadero dando honor, dando gloria a aquel que vino y pagó por nuestros pecados, aquel que derramó su sangre en el madero. Esa sangre preciosa que limpia nuestro pecado y nos da acceso delante de ti Señor. Gracias amado Dios por el sacrificio redentor de Jesucristo. Te rogamos que bendigas tu palabra, que la bendigas en nuestras vidas, en Cristo Jesús, Amén y amén.
2 Pedro 3:9 (RV-60): El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Es por eso que en este día quiero hablar de: arrepentimiento, Que navidad traiga un verdadero arrepentimiento, en la vida de nosotros.
Muchos le hemos entregado el corazón al Señor, pero no dejamos de pecar, no dejamos de fallar; por eso es importante que podamos entender que el arrepentimiento tiene que estar en nuestra vida. Debemos, con un corazón sincero, honrar y glorificar el nombre de Dios no solo aquí en el templo, sino cada día de nuestra vida, en cualquier lugar que estemos.
El arrepentimiento tiene que hacernos verdaderos adoradores.
Juan 4:23 (RV-60): Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Me llama la atención, cuando veo en la escritura, la palabra: verdadero. En muchas partes encontramos esta palabra: ser verdaderos adoradores, ser en verdad. Y esto significa, que a veces no lo somos, que a veces no somos esos verdaderos adoradores. La verdadera adoración viene de lo profundo del corazón del hombre hacia Dios, e implica obediencia, implica servicio, rendición, y sobre todo implica amor.
Vengo de una familia sumamente involucrada en la iglesia tradicional. Yo era de los que iba a misa desde niño, me inculcaron bastante y me gustaba lo religioso. Mi papá fue el primero que conoció del evangelio en mi familia. Y yo, como soy el mayor de los hijos, que siempre andaba con mi papá comencé a ir a la iglesia. El Señor comenzó a tratar con mi vida cuando tenía 19 años. Pasado un tiempo me enamoré del evangelio, y fue entonces que comencé a buscar a Dios completamente. A veces tenemos cariño por Dios, pero no estamos enamorados de Él. Y de Dios hay que estar enamorado, hay que sentir ese amor hacia Él, hay que quererlo agradar, hay que quererlo servir, hay que quererlo obedecer. Es como en el matrimonio, todos sabemos que no es fácil, pero con amor se sale adelante. Cuando usted está enamorado del Señor, deja cualquier cosa por agradarle al Señor. Hermano, si usted no está enamorado de Dios, no puede entender que estamos para la honra y la gloria de su nombre.
Vivir a Cristo es vivirlo todos los días, es vivir una vida que le honre, que le glorifique. El cristianismo no es una religión, es un estilo de vida que debemos manifestar todos los días, ¿cómo? Siendo diferentes a la de nuestra antigua manera de vivir. Cada uno sabe ¿qué éramos? ¿Qué hacíamos? ¿Cómo pensábamos? ¿Cuáles eran nuestras intenciones? El arrepentimiento nos hace verdaderos adoradores, pero, si no estamos enamorados de Dios, no puede haber un arrepentimiento genuino. Si no estamos firmes en la verdad, seremos seducidos por el pecado, si no estamos enamorados de Dios seremos atraídos fácilmente por el pecado.
Escuchaba una predicación donde decían: Los cristianos debemos tener una mentalidad bíblica. Yo estoy de acuerdo con eso, para alcanzar esa mentalidad bíblica debemos estar enamorados del Señor. Si no hay ese amor por el Señor, entonces nuestra mentalidad seguirá siendo la misma, quedar bien con nosotros mismos, con nuestros seres queridos.
El arrepentimiento te hace comprender que, Dios nos llama para la gloria y la alabanza de su nombre, por eso la adoración se convierte en una necesidad de nuestro espíritu. El verdadero arrepentimiento es capaz de dar a Dios, una verdadera adoración. Dios quiere una verdadera adoración; y solo la puede dar los verdaderos adoradores. Y los verdaderos adoradores son los que están enamorados de Dios.
¡Qué bueno que este tiempo traiga un verdadero arrepentimiento en nosotros! Que podamos reconocer que fallamos, que Dios es digno de ser exaltado, que Dios es digno de ser adorado. Dios conoce nuestras debilidades y conoce nuestras imperfecciones. ¡Qué gran amor que Dios tiene por nosotros! Siendo Dios, se humanó y vino a morir, a derramar su sangre preciosa por mí y por todos los que en el creen. Cuando entendemos eso y le damos ese valor al evangelio, ahí comienza la relación con el Señor, comienza esa relación personal, directa. Entonces nos enamoramos del Señor y venimos a este arrepentimiento, entonces Él dice: Yo estoy buscando verdaderos adoradores. No que me adoren una vez al año, no que me adoren una vez a la semana, no. Aquellos que adoran todos los días, porque el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Salmos 5: 7 (RV-60): Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. ¡Qué hermoso es tener este sentir de, entrar en la casa del Señor y adorar en su santo templo con temor! Esto solo lo podemos hacer estando enamorados del Señor.
Si no se enamora del Señor, no tendrá un verdadero arrepentimiento. Solo cuando nos arrepentimos podremos reconocer que no merecemos estar aquí hoy. Para mí es una bendición estar en la iglesia, predicar la palabra de Dios. A veces no me gusta lo que el Señor me manda a hacer, pero solo trato de ser obediente.
1 Crónicas 16: 8-12 (RV-60): 8Alabad a Jehová, invocad su nombre, Dad a conocer en los pueblos sus obras. 9Cantad a él, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 10Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 11Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente. 12Haced memoria de las maravillas que ha hecho, De sus prodigios, y de los juicios de su boca. Esta adoración solamente viene de un corazón que ama a Dios.
1 Crónicas 16:23-29 (RV-60): 23Cantad a Jehová toda la tierra, Proclamad de día en día su salvación. 24Cantad entre las gentes su gloria, Y en todos los pueblos sus maravillas. 25Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses. 26Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, Mas Jehová hizo los cielos. 27Alabanza y magnificencia delante de él; Poder y alegría en su morada. 28Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová gloria y poder. 29Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de su santidad. ¡Gloria a Dios! Todo esto solamente lo puede hacer un corazón verdaderamente arrepentido, un corazón que se ha enamorado de Dios.
Un corazón enamorado quiere estar en la casa de Dios. Un corazón enamorado quiere alabar el nombre de Dios. Un corazón enamorado quiere servir, ¿en cuál ministerio? En el que pueda, en el que haya oportunidad. Un corazón enamorado da, sin importar la cantidad. Pero, cuando no estamos enamorados todo esto, antes mencionado, cuesta trabajo. Cuando el corazón está verdaderamente arrepentido sabe que el tiempo es para Dios, su vida es para Dios, la gloria es para Dios, la honra es para Dios, nuestra vida es para para Dios.
El verdadero arrepentimiento escudriña el corazón.
Lamentaciones 3: 40 (RV-60): Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová.
¿Qué significa escudriñar? Es examinar con mucha atención nuestra vida espiritual. Es ver hacia dentro de nosotros.
Lamentaciones 3: 40 (NVI): Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del SEÑOR.
Si decimos: Soy cristiano, para la gloria y honra de Dios; debemos examinar si en nosotros hay un verdadero arrepentimiento. Si usted no le ha entregado su corazón al Señor, debe preguntarse: ¿Qué hay en su corazón? El que tiene un verdadero arrepentimiento reconoce lo importante que es hacernos día a día una autoevaluación, de: ¿cómo estamos viviendo nuestro caminar en Cristo Jesús? ¿Verdaderamente estamos enamorados de Él o estamos medio enamorados? ¿Será que solo le conocemos? No es lo mismo conocer de Dios que conocer a Dios. La diferencia es cuando nos enamoramos. Si estamos enamorados logramos reconocer cuando le fallamos al Señor, eso nos permite pedirle perdón al Señor. Lo vemos en la vida de David, que fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero, cometió errores. ¡Ah!, pero reconocía su falta delante de Dios, e iba y clamaba al bendito nombre del Señor, ¿por qué? Porque en él había ese enamoramiento y sabía que había que arrepentirse.
La palabra nos enseña que abogado tenemos para con el Padre, es Jesucristo. ¿Por qué? Porque Él sigue abogando por nosotros ante el Padre, porque seguimos fallando todos los días y hay que pedir perdón. Tenemos que pedir la guía del Señor.
Amós 4: 6-9 (RV-60): 6Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. 7También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. 8Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová. 9Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová. ¡Qué triste hermano! Todo lo que le acontecía al pueblo, pero no volvían al Señor.
Muchas veces nos pasan situaciones y no volvemos al Señor. Cuando la palabra nos enseña y nos dice que: Apartados de Él, nada somos. ¡Es triste! Cuando veo hermanos que se alejan, pienso: “Ahora que estás pasando por una situación, es cuando más se necesita del amor de Dios. Que ese amor por Dios te haga venir delante de sus pies”. Tal vez te equivocaste, pero ese amor te hace arrepentirte y pedirle perdón al Señor. En Cristo siempre vamos a encontrar consuelo porque Él es quien nos fortalece, Él es quien nos consuela, Él es quien nos ayuda, él es el que nunca nos abandona, nunca nos deja.
Job 5: 8-9 (RV-60): 8Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendara a él mi causa; 9El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número. ¡Qué pensamiento tan diferente! Pero la forma en que nosotros podamos venir, con un verdadero arrepentimiento, delante del Señor: es estar enamorados de Él. Es sentir su bendita presencia en nuestras vidas.
Hoy, yo le pregunto: ¿Qué tipo de arrepentimiento hay en su vida? Analizamos que hay arrepentimiento verdadero y hay remordimiento.
Mateo 3:8 (RV-60): 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. Y esto es: renunciar al pecado, manifestar un cambio de actitud, obedecer la palabra de Dios y buscar un constante crecimiento espiritual. Nada de esto podremos hacer si no estamos enamorados de nuestro Señor.
El verdadero arrepentimiento significa: un cambio de actitud en nuestra vida. Que esta navidad pueda traer en nosotros un verdadero arrepentimiento, para que podamos ser esos verdaderos adoradores, esos que sigue buscando el Padre.
Bendito y buen Dios, quiero darte gracias Señor por ese amor inmenso que tú has manifestado hacia nuestra vida. Gracias por tu misericordia, por tu fidelidad, por tu cuidado, por tu provisión, porque siempre Señor tú nos has guardado en tus benditas manos. Tú nos amas, pero ahora es necesario que cada uno de nosotros podamos amarte también a ti. Te suplico mi amado Dios que fortalezcas nuestro espíritu, que cada día Señor sea nuestro anhelo agradarte, servirte, hacer tu voluntad. Padre, crea en nosotros un amor genuino, un amor que reconozca tu amor grande hacia nosotros. Sabemos que tu amor es inmerecido, pero tú has deseado amarnos. Señor tú eres digno, tú lo mereces todo, que podamos nosotros amarte a ti, en Cristo Jesús te lo pedimos y damos gracias, Amén y amén.
Padre gracias por el mensaje de tu palabra. Queremos en este momento suplicar también tu presencia preciosa Señor entre nosotros. Agradecer y pedir al Espíritu Santo de Dios que toque corazones. Hemos escuchado: Que navidad traiga un arrepentimiento verdadero, un arrepentimiento genuino. Si usted que nos visita hoy, nunca antes ha recibido a Jesucristo en su corazón, mira qué época más preciosa para entregar el corazón a Jesús. Si usted dice: Pastor, yo nunca he recibido a Cristo en mi corazón y no sé cómo se hace, entonces quiero animarle a que haga esta oración conmigo. Ahí donde está, ahí en su corazón dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por Jesucristo, nuestro Señor. Gracias porque murió en la cruz, porque derramó su sangre preciosa y puso su cuerpo para que un día como hoy, yo tenga salvación. Me arrepiento de mis pecados, te pido perdón y te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Bendita palabra.
Padre Santo, gracias una vez más por este tiempo tan especial, donde podemos recordar el nacimiento de Jesús hace 2000 años. Señor nos ponemos en tus manos. Bendice el resto de este día, bendice a cada uno de mis hermanos, en el nombre de Jesús oramos; Amén y amén.
Que Navidad traiga un verdadero arrepentimiento
Diciembre 24, 2023 – 1:30PM | 2 Pedro 3:9 | Pastor Francisco Javier Vázquez
Etiquetas: 2 pedro, diciembre 2023, Pastor Francisco Vázquez, transcripcion
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TRANSCRIPCIÓN
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! Anhelaba en mi corazón siempre estar en este lugar.
Para los que no me conocen, mi nombre es Francisco Javier Vázquez. Tengo en el evangelio más de 30 años, que el Señor tuvo misericordia de mí. Hace 14 años aproximadamente llegamos a la iglesia de El Redentor, en Guadalajara. La vida de mi familia y la mía cambió totalmente en ese lugar. Solamente Dios sabe, ¿cómo hace las cosas? ¿Cómo nos mueve? ¡Fue tremendo! Porque nosotros vivimos siempre en el centro, de cerca del centro de Guadalajara. Cuando mi esposa y yo buscamos casa, nos tocó como a una hora y treinta minutos de Guadalajara, y no sabíamos ¿por qué tan lejos? Pero cuando conocimos esa iglesia, el Señor dio respuesta a muchas de nuestras preguntas. Después de unos años, menos me imaginaba yo, que sería el pastor de esa iglesia. Los caminos de Dios hermano, son especiales, son hermosos. Dios hace grandes y maravillosas cosas. Hoy estamos aquí, y le doy gracias a Dios por la vida del pastor David. Gracias a toda esta iglesia que siempre ha apoyado a Guadalajara. A toda la gente tan linda que nos ha recibido acá. Aquí estamos para la honra y la gloria de nuestro Dios.
Vamos a entrar en la predicación, ¿verdad? Estamos celebrando sin duda un tiempo especial.
La Navidad: Es la celebración del momento histórico en el cual Dios, vino a la tierra en la persona de su Hijo amado Jesús, para reconciliar consigo al hombre pecador; mediante su muerte sustituta en la cruz. La Navidad es ese momento histórico en el cual Dios, en su amor incondicional, salió del cielo a la tierra, para que un día nosotros podamos salir de la tierra al cielo, por una eternidad. Son palabras de Charles Stanley.
Palabras que nos deben hacer reflexionar sobre lo que es la Navidad para nosotros como cristianos.
Sin duda, la Navidad es la fecha del acontecimiento más extraordinario para la humanidad. No importa cuál es la fecha en que nació Jesús, lo importante es que nació. Lo importante es que Dios se humanó para rescatar lo que se había perdido. La Navidad es el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Qué bueno que muchas personas lo recuerdan, muchas personas lo festejan, lo viven, cada quien a su manera.
El título de la predicación de esta tarde es: Que Navidad traiga un verdadero arrepentimiento.
No podemos, como cristianos, confundir la palabra arrepentimiento con remordimiento, ya que arrepentirse implica la acción de no volver a pecar, o, al menos esforzarnos al máximo para no hacerlo. En cambio, el remordimiento simplemente llama a sentir culpabilidad por lo que se hizo, pero ahí queda.
Jesús manda a arrepentirnos.
Mateo 4:17 (RV-60): Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. A eso vino nuestro Señor y Salvador Jesucristo, para que nosotros podamos tener ese arrepentimiento.
El arrepentirse implica humillarse delante del Señor, implica darle la honra, la gloria y la alabanza a Dios, implica fijar nuestra mirada en Jesucristo. También implica darle la espalda al pecado, debemos dejar de pensar en nosotros mismos. Es una hermosa fecha, es un hermoso tiempo, pero mucha gente anda pensando en sí misma, o en sus seres queridos. Recordar que Jesús nació es bueno, pero, es importante recordar que Él nació para morir y pagar por nuestros pecados, para redimirnos del pecado. ¡Cristo vive! Amén.
Oremos: Bendito y amado Padre celestial, estamos aquí delante de tu presencia para darte la honra, la gloria y la alabanza porque solamente tú eres digno. Amado Dios, que tu palabra hable a nuestras vidas, hable a lo profundo de nuestro corazón. Que podamos entender lo bueno de celebrar, pero mejor es, celebrar con un arrepentimiento genuino, un arrepentimiento verdadero dando honor, dando gloria a aquel que vino y pagó por nuestros pecados, aquel que derramó su sangre en el madero. Esa sangre preciosa que limpia nuestro pecado y nos da acceso delante de ti Señor. Gracias amado Dios por el sacrificio redentor de Jesucristo. Te rogamos que bendigas tu palabra, que la bendigas en nuestras vidas, en Cristo Jesús, Amén y amén.
2 Pedro 3:9 (RV-60): El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Es por eso que en este día quiero hablar de: arrepentimiento, Que navidad traiga un verdadero arrepentimiento, en la vida de nosotros.
Muchos le hemos entregado el corazón al Señor, pero no dejamos de pecar, no dejamos de fallar; por eso es importante que podamos entender que el arrepentimiento tiene que estar en nuestra vida. Debemos, con un corazón sincero, honrar y glorificar el nombre de Dios no solo aquí en el templo, sino cada día de nuestra vida, en cualquier lugar que estemos.
El arrepentimiento tiene que hacernos verdaderos adoradores.
Juan 4:23 (RV-60): Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Me llama la atención, cuando veo en la escritura, la palabra: verdadero. En muchas partes encontramos esta palabra: ser verdaderos adoradores, ser en verdad. Y esto significa, que a veces no lo somos, que a veces no somos esos verdaderos adoradores. La verdadera adoración viene de lo profundo del corazón del hombre hacia Dios, e implica obediencia, implica servicio, rendición, y sobre todo implica amor.
Vengo de una familia sumamente involucrada en la iglesia tradicional. Yo era de los que iba a misa desde niño, me inculcaron bastante y me gustaba lo religioso. Mi papá fue el primero que conoció del evangelio en mi familia. Y yo, como soy el mayor de los hijos, que siempre andaba con mi papá comencé a ir a la iglesia. El Señor comenzó a tratar con mi vida cuando tenía 19 años. Pasado un tiempo me enamoré del evangelio, y fue entonces que comencé a buscar a Dios completamente. A veces tenemos cariño por Dios, pero no estamos enamorados de Él. Y de Dios hay que estar enamorado, hay que sentir ese amor hacia Él, hay que quererlo agradar, hay que quererlo servir, hay que quererlo obedecer. Es como en el matrimonio, todos sabemos que no es fácil, pero con amor se sale adelante. Cuando usted está enamorado del Señor, deja cualquier cosa por agradarle al Señor. Hermano, si usted no está enamorado de Dios, no puede entender que estamos para la honra y la gloria de su nombre.
Vivir a Cristo es vivirlo todos los días, es vivir una vida que le honre, que le glorifique. El cristianismo no es una religión, es un estilo de vida que debemos manifestar todos los días, ¿cómo? Siendo diferentes a la de nuestra antigua manera de vivir. Cada uno sabe ¿qué éramos? ¿Qué hacíamos? ¿Cómo pensábamos? ¿Cuáles eran nuestras intenciones? El arrepentimiento nos hace verdaderos adoradores, pero, si no estamos enamorados de Dios, no puede haber un arrepentimiento genuino. Si no estamos firmes en la verdad, seremos seducidos por el pecado, si no estamos enamorados de Dios seremos atraídos fácilmente por el pecado.
Escuchaba una predicación donde decían: Los cristianos debemos tener una mentalidad bíblica. Yo estoy de acuerdo con eso, para alcanzar esa mentalidad bíblica debemos estar enamorados del Señor. Si no hay ese amor por el Señor, entonces nuestra mentalidad seguirá siendo la misma, quedar bien con nosotros mismos, con nuestros seres queridos.
El arrepentimiento te hace comprender que, Dios nos llama para la gloria y la alabanza de su nombre, por eso la adoración se convierte en una necesidad de nuestro espíritu. El verdadero arrepentimiento es capaz de dar a Dios, una verdadera adoración. Dios quiere una verdadera adoración; y solo la puede dar los verdaderos adoradores. Y los verdaderos adoradores son los que están enamorados de Dios.
¡Qué bueno que este tiempo traiga un verdadero arrepentimiento en nosotros! Que podamos reconocer que fallamos, que Dios es digno de ser exaltado, que Dios es digno de ser adorado. Dios conoce nuestras debilidades y conoce nuestras imperfecciones. ¡Qué gran amor que Dios tiene por nosotros! Siendo Dios, se humanó y vino a morir, a derramar su sangre preciosa por mí y por todos los que en el creen. Cuando entendemos eso y le damos ese valor al evangelio, ahí comienza la relación con el Señor, comienza esa relación personal, directa. Entonces nos enamoramos del Señor y venimos a este arrepentimiento, entonces Él dice: Yo estoy buscando verdaderos adoradores. No que me adoren una vez al año, no que me adoren una vez a la semana, no. Aquellos que adoran todos los días, porque el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Salmos 5: 7 (RV-60): Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. ¡Qué hermoso es tener este sentir de, entrar en la casa del Señor y adorar en su santo templo con temor! Esto solo lo podemos hacer estando enamorados del Señor.
Si no se enamora del Señor, no tendrá un verdadero arrepentimiento. Solo cuando nos arrepentimos podremos reconocer que no merecemos estar aquí hoy. Para mí es una bendición estar en la iglesia, predicar la palabra de Dios. A veces no me gusta lo que el Señor me manda a hacer, pero solo trato de ser obediente.
1 Crónicas 16: 8-12 (RV-60): 8Alabad a Jehová, invocad su nombre, Dad a conocer en los pueblos sus obras. 9Cantad a él, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. 10Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. 11Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente. 12Haced memoria de las maravillas que ha hecho, De sus prodigios, y de los juicios de su boca. Esta adoración solamente viene de un corazón que ama a Dios.
1 Crónicas 16:23-29 (RV-60): 23Cantad a Jehová toda la tierra, Proclamad de día en día su salvación. 24Cantad entre las gentes su gloria, Y en todos los pueblos sus maravillas. 25Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses. 26Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, Mas Jehová hizo los cielos. 27Alabanza y magnificencia delante de él; Poder y alegría en su morada. 28Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová gloria y poder. 29Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de su santidad. ¡Gloria a Dios! Todo esto solamente lo puede hacer un corazón verdaderamente arrepentido, un corazón que se ha enamorado de Dios.
Un corazón enamorado quiere estar en la casa de Dios. Un corazón enamorado quiere alabar el nombre de Dios. Un corazón enamorado quiere servir, ¿en cuál ministerio? En el que pueda, en el que haya oportunidad. Un corazón enamorado da, sin importar la cantidad. Pero, cuando no estamos enamorados todo esto, antes mencionado, cuesta trabajo. Cuando el corazón está verdaderamente arrepentido sabe que el tiempo es para Dios, su vida es para Dios, la gloria es para Dios, la honra es para Dios, nuestra vida es para para Dios.
El verdadero arrepentimiento escudriña el corazón.
Lamentaciones 3: 40 (RV-60): Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová.
¿Qué significa escudriñar? Es examinar con mucha atención nuestra vida espiritual. Es ver hacia dentro de nosotros.
Lamentaciones 3: 40 (NVI): Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del SEÑOR.
Si decimos: Soy cristiano, para la gloria y honra de Dios; debemos examinar si en nosotros hay un verdadero arrepentimiento. Si usted no le ha entregado su corazón al Señor, debe preguntarse: ¿Qué hay en su corazón? El que tiene un verdadero arrepentimiento reconoce lo importante que es hacernos día a día una autoevaluación, de: ¿cómo estamos viviendo nuestro caminar en Cristo Jesús? ¿Verdaderamente estamos enamorados de Él o estamos medio enamorados? ¿Será que solo le conocemos? No es lo mismo conocer de Dios que conocer a Dios. La diferencia es cuando nos enamoramos. Si estamos enamorados logramos reconocer cuando le fallamos al Señor, eso nos permite pedirle perdón al Señor. Lo vemos en la vida de David, que fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero, cometió errores. ¡Ah!, pero reconocía su falta delante de Dios, e iba y clamaba al bendito nombre del Señor, ¿por qué? Porque en él había ese enamoramiento y sabía que había que arrepentirse.
La palabra nos enseña que abogado tenemos para con el Padre, es Jesucristo. ¿Por qué? Porque Él sigue abogando por nosotros ante el Padre, porque seguimos fallando todos los días y hay que pedir perdón. Tenemos que pedir la guía del Señor.
Amós 4: 6-9 (RV-60): 6Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. 7También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. 8Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová. 9Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová. ¡Qué triste hermano! Todo lo que le acontecía al pueblo, pero no volvían al Señor.
Muchas veces nos pasan situaciones y no volvemos al Señor. Cuando la palabra nos enseña y nos dice que: Apartados de Él, nada somos. ¡Es triste! Cuando veo hermanos que se alejan, pienso: “Ahora que estás pasando por una situación, es cuando más se necesita del amor de Dios. Que ese amor por Dios te haga venir delante de sus pies”. Tal vez te equivocaste, pero ese amor te hace arrepentirte y pedirle perdón al Señor. En Cristo siempre vamos a encontrar consuelo porque Él es quien nos fortalece, Él es quien nos consuela, Él es quien nos ayuda, él es el que nunca nos abandona, nunca nos deja.
Job 5: 8-9 (RV-60): 8Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendara a él mi causa; 9El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número. ¡Qué pensamiento tan diferente! Pero la forma en que nosotros podamos venir, con un verdadero arrepentimiento, delante del Señor: es estar enamorados de Él. Es sentir su bendita presencia en nuestras vidas.
Hoy, yo le pregunto: ¿Qué tipo de arrepentimiento hay en su vida? Analizamos que hay arrepentimiento verdadero y hay remordimiento.
Mateo 3:8 (RV-60): 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. Y esto es: renunciar al pecado, manifestar un cambio de actitud, obedecer la palabra de Dios y buscar un constante crecimiento espiritual. Nada de esto podremos hacer si no estamos enamorados de nuestro Señor.
El verdadero arrepentimiento significa: un cambio de actitud en nuestra vida. Que esta navidad pueda traer en nosotros un verdadero arrepentimiento, para que podamos ser esos verdaderos adoradores, esos que sigue buscando el Padre.
Bendito y buen Dios, quiero darte gracias Señor por ese amor inmenso que tú has manifestado hacia nuestra vida. Gracias por tu misericordia, por tu fidelidad, por tu cuidado, por tu provisión, porque siempre Señor tú nos has guardado en tus benditas manos. Tú nos amas, pero ahora es necesario que cada uno de nosotros podamos amarte también a ti. Te suplico mi amado Dios que fortalezcas nuestro espíritu, que cada día Señor sea nuestro anhelo agradarte, servirte, hacer tu voluntad. Padre, crea en nosotros un amor genuino, un amor que reconozca tu amor grande hacia nosotros. Sabemos que tu amor es inmerecido, pero tú has deseado amarnos. Señor tú eres digno, tú lo mereces todo, que podamos nosotros amarte a ti, en Cristo Jesús te lo pedimos y damos gracias, Amén y amén.
Padre gracias por el mensaje de tu palabra. Queremos en este momento suplicar también tu presencia preciosa Señor entre nosotros. Agradecer y pedir al Espíritu Santo de Dios que toque corazones. Hemos escuchado: Que navidad traiga un arrepentimiento verdadero, un arrepentimiento genuino. Si usted que nos visita hoy, nunca antes ha recibido a Jesucristo en su corazón, mira qué época más preciosa para entregar el corazón a Jesús. Si usted dice: Pastor, yo nunca he recibido a Cristo en mi corazón y no sé cómo se hace, entonces quiero animarle a que haga esta oración conmigo. Ahí donde está, ahí en su corazón dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por Jesucristo, nuestro Señor. Gracias porque murió en la cruz, porque derramó su sangre preciosa y puso su cuerpo para que un día como hoy, yo tenga salvación. Me arrepiento de mis pecados, te pido perdón y te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Bendita palabra.
Padre Santo, gracias una vez más por este tiempo tan especial, donde podemos recordar el nacimiento de Jesús hace 2000 años. Señor nos ponemos en tus manos. Bendice el resto de este día, bendice a cada uno de mis hermanos, en el nombre de Jesús oramos; Amén y amén.