Los atributos de Dios
Febrero 12, 2023 – 1:30PM | Salmos 145:2-3 | Hno.Enrique Torres
TRANSCRIPCIÓN
Buenas tardes hermanos, este es nuestro momento de aprendizaje. Pidamos al Señor que bendiga nuestras vidas con su palabra: Padre te damos gracias en esta tarde, porque estamos en el mejor lugar. En el lugar que podemos convivir unos con otros, tener un momento agradable; pero sobre todo porque podemos acercarnos a ti y expresar lo que hay en nuestro corazón. Te pedimos que hables a nuestro corazón por medio de tu palabra. Te ruego que sea tu Espíritu Santo quien dirija este momento, que sea para exaltación de tu nombre, para que ti Gloria brille y nosotros sirvamos precisamente para glorificar tu nombre, en el nombre de Jesús; amén.
Hermanos los invito a que me acompañen a leer en sus Biblias en Salmos 145. Solamente para tener un poquito de contexto, vamos a iniciar con ese pasaje. Este Salmos, quizás algunos de ustedes lo conocen por una alabanza o por un himno.
Salmos 145: 1-3 (RV-60): 1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2 Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. 3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.
Yo no sé si ustedes han conocido alguna vez alguna persona con la que ustedes se han identificado o con la que quizás ustedes les gustaría pasar más tiempo. Quizás sea, ¿no sé?, su cónyuge, su papá. Si usted tuvo una persona, un papá, del cual usted le gustaba aprender y escuchar las enseñanzas, escuchar su consejo, quizás sea esa persona con la que usted le gustaba pasar tiempo. Quizás pudo haber sido un maestro en la universidad o en la primaria. En algún lugar usted debe encontrar una persona con la que le haya gustado pasar tiempo. Quizás ya esté pensando en alguien, o quizás no conozca aún a la persona usted que le gustaría pasar esa cantidad de tiempo. O, por el contrario, una persona con la que no le gusta pasar tiempo. Yo recuerdo que tenía en el trabajo anterior una jefa, mi supervisora, y era una persona con la que a mí no me gustaba pasar nadita de tiempo, porque era una persona bastante ruda, bastante rígida en su forma de ser. Y yo le rogaba a Dios para que el tiempo se fuera lo más rápido posible. Pero hay personas con las que sí nos gusta pasar el tiempo y es porque las vamos conociendo a través de nuestra interacción con ellas, o a través de experiencias, que dejan marcada nuestra vida; o a través de situaciones en las que sentimos que esas personas nos apoyan.
Ese acercamiento que tenemos con las personas es precisamente el acercamiento que debemos tener hacia la persona de Dios. Esta serie, acerca de Los Atributos de Dios, tiene precisamente esa función: “Que nos acerquemos a conocer más a Dios. Que sintamos, que Dios es esa persona con la que quizás ustedes han soñado, que les gustaría tener las largas conversaciones, aprender más de ella o sentir más su presencia. Ese es el propósito de esta serie: que podamos percibir cada uno de esos atributos que le vamos a explicar. Que podamos percibirlos en nuestro corazón y en nuestra mente, que nos ayuden a enriquecer nuestra vida en oración, en confianza hacia Dios, en alabanza hacia Él y en todas las etapas de nuestra vida.” Esos atributos pueden ser un fundamento que nos ayude a estar confiados en quién es nuestro Dios.
Lo que sí es un hecho y es definitivo es que, para poder conocer una persona se necesita de tiempo, se necesita de interés, se necesita de recursos, se necesita de una interacción continua con esa persona. Yo recuerdo cuando era novio de mi esposa pues gastamos una cantidad brutal de tiempo. No había mensajes de textos todavía, les cuento jóvenes. Entonces teníamos que hablar por teléfono. Me despedía, por ejemplo, yo de ella cuando la iba a visitar a su casa, viajaba unos 40 minutos de regreso a mi domicilio, a mi casa y lo primero que hacía cuando llegaba era reportarme. Y otra vez, otra hora; pero era bonito porque uno estaba conociendo a esa persona y uno pasaba un tiempo agradable contándole. Que si tomé el camión tal y venía poquita gente. Puras cosas que no tienen nada de importancia, pero al final de cuentas uno siente algo bonito porque esa persona le está poniendo a uno atención; y de esa manera, esa persona también te está conociendo y tú estás conociendo a esa persona cuando tú le compartes de ti. Y eso es lo que se requiere de nosotros para que podamos conocer más de Dios.
Estos sermones, que vamos a tener en las próximas semanas, serán esa oportunidad para mostrar nuestro interés en conocer a Dios. Para que nuestra interacción, a través de nuestra lectura de la Biblia, de la oración y de circunstancias que vivamos, se encuentre fortalecida de saber quién es nuestro Dios. Pero sobre todo se requiere de mucho tiempo.
Ustedes habrán notado que, en la vida espiritual, la forma en que ustedes perciben a Dios no es la misma que como lo hacían hace años cuando estaban viviendo otras circunstancias. Hay circunstancias en la vida que van pasando y van marcando nuestro corazón; y Dios está ahí para marcar también nuestra vida. Y ese conocimiento deja profundamente marcado nuestro ser.
Quiero comentar con ustedes cuatro cosas, por decirlo así, acerca de los atributos de Dios.
- Nunca vamos a poder conocer a Dios completamente en nuestra condición actual.
Desafortunadamente, y realmente, no contamos con la capacidad de percibir quién es Dios. Pero sí tenemos la ayuda de la palabra para poder darnos cuenta de ¿quién es Dios y qué es lo que Él quiere de nosotros?
La realidad es que Él es un ser infinito y nosotros somos finitos. Él es un ser que vive en la eternidad, pero nosotros somos seres creados, y por eso nuestra capacidad es una capacidad limitada. Debemos comprender eso de una manera segura, profunda en el corazón; porque podemos encontrarnos con personas que son agresivas contra el evangelio. Personas se refieren a Dios como si fuera un ser inventado o creado en nuestra imaginación. Pero no estamos hablando de un ser que fue inventado en nuestra mente, estamos hablando del creador del universo, de aquel que nuestra mente finita no puede percibir de manera completa. Estamos hablando de un ser que es Santo, y que, por nuestra condición de pecado, por lo que hay en nuestra mente, nuestra sociedad, nuestra maldad, no podemos comprender de manera directa, de manera plena.
Salmos 145: 3 (RV-60): 3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable. No podemos conocer su grandeza, no podemos conocer la plenitud de su persona; porque Él es grande y por lo tanto Él es digno de suprema alabanza. En otra manera, en otras palabras, no hay manera que su grandeza nosotros la podamos medir, cuantificar, describir de manera completa. Por ejemplo, los biólogos, que describen las células ¿cómo se originan? ¿Cuál es su proceso de reproducción, de vida, de muerte? Eso no es posible hacer con Dios.
- No podemos comprender su entendimiento.
Salmos 147: 5 (RV-60): 5Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito. Estamos hablando de un ser que puede entender, comprender y conoce todo desde siempre; mientras que nuestra capacidad está limitada. Nosotros tenemos solamente un cerebro que fue originado por el creador del universo y no puede comprender la profundidad de su amor, la profundidad de su sabiduría y la profundidad de su soberanía. Dice la escritura que Él tiene mucho poder y entendimiento; cosas que nosotros no podemos, a veces, separar y comprender; Él sí lo puede hacer. No podemos comprender su conocimiento.
Salmos 139: 6 (RV-60): 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, y no lo puedo comprender. Así es el conocimiento de Dios, es más alto que el de nosotros.
Hay personas que son muy, inteligentes, por decirlo de alguna manera, que pueden resolver grandes problemas, ¿quizás los que juegan ajedrez o los que hacen ciencia? Se habla de personas que pueden resolver problemas que, solamente algunas personas en el planeta saben de qué se trata el problema. Pero Dios les dice a esas personas: “Su problema en física, en química, en matemáticas, en cualquier campo de la ciencia, me da risa. Yo ya lo resolví.” Porque su conocimiento (el de Dios) es maravilloso, es amplio.
Salmos 139: 17 (RV-60): ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
Nuestra capacidad es finita. Tenemos solamente unos años de vida en esta tierra y por lo tanto tenemos solamente una oportunidad para poder percibirlo con este cuerpo, con esta mente, de una manera limitada.
La palabra de Dios nos ayuda a comprender ¿de quién estamos hablando? Quiero mencionarle algunas características de la persona de Dios, y otras que podemos percibir más, de manera humana. Por ejemplo:
Hablando del nombre de Dios. Hay algunos pasajes, voy a leer quizás solamente uno o dos, donde se nos habla acerca de la persona de Dios de una manera metafórica.
Isaías 31:4 (RV-60): Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado.
Deuteronomio 32: 11 (RV-60): Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas. Así se describe Dios a sí mismo, como un águila.
Isaías 53:7 (RV-60): Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Este es un pasaje conocido, acerca de la persona de Jesucristo, se nos presenta Dios como el cordero.
Mateo 23:37 (RV-60): Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados; cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos. Jesús mismo habló de Dios como una gallina.
Otros pasajes presentan a Dios como el sol, la estrella de la mañana, como la luz, como una antorcha, como el fuego, como una fuente, como una roca, como un escondedero, como una torre, como una sombra, como un escudo, como un templo. Todas estas son descripciones metafóricas que nos ayudan a percibir cuál es la persona de Dios.
Pero también hay descripciones metafóricas con un tinte humano que nos ayudan a percibirlo de una manera más tocante a nuestra persona. Por ejemplo:
Isaías 61:10 (RV-60) En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Aquí se nos describe como el novio.
Isaías 54:5 (RV-60): Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Aquí se nos habla de Dios como un esposo.
Deuteronomio 32:6 (RV-60): ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció. Como un padre.
Hebreos 11:10 (RV-60): porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
También hay otras descripciones con un tinte humano: como un juez, un rey, varón de guerra, con un pastor y también con un médico.
¿Tenemos limitaciones? Si, nuestro pecado nos limita totalmente, no podemos comprender con profundidad la persona de Dios. Pero la escritura nos habla de una manera extremadamente rica sobre quién es Dios, cómo se comporta y cómo podemos nosotros aprender de Él con todas estas expresiones.
¿Qué son los atributos de Dios?
Quiero darles la siguiente definición sencilla: Los atributos de Dios se refieren a cualidades propias de la persona de Dios. Eso es un atributo, una cualidad propia de Dios.
Quizás usted puede pensar en su cónyuge, en su hijo o en su hija; y usted puede decir rápidamente una palabra. Podemos asociar rápidamente palabras, pero si le digo: piense en Dios. ¿Qué palabra vendría a su mente? Amor, dijeron algunos. Hay varias palabras que nos describen la persona de Dios. Cualidades propias de Él, de su persona y que son precisamente conocidos como: atributos de Dios.
Ese es el nombre técnico: “Atributos de Dios”. Pero son solamente eso, cualidades propias de la persona de Dios.
Durante los años se han realizado diferentes estudiosos teólogos que han hecho una clasificación de los atributos de Dios, para que podamos nosotros entenderlos de una manera estructurada. Esas clasificaciones no son perfectas. Hay diferentes puntos de vistas, pero son solo categorías para ayudarnos a comprender mejor.
La clasificación más común que existe, es solamente en dos ramas:
- Atributos incomunicables.
- Atributos comunicables.
¿A qué se refiere esto? La palabra comunicación simplemente quiere decir: que se transmite algo hacia otra persona o hacia otra fuente.
En este caso (incomunicables) estamos hablando de cualidades de Dios, que no se pueden comunicar. Por ejemplo, la Biblia nos dice: sed santo porque yo soy santo. Pero no dice: sean omnipresentes porque yo lo soy. Bueno, ese atributo de omnipresencia es un ejemplo de algo que Dios no transmite hacia nosotros. Ese es un atributo incomunicable.
Aquellos que son comunicables, son atributos que están presentes en la persona de Dios y también en nosotros, por ejemplo: Dios es bondadoso, y también nos ha capacitado de alguna manera para ser bondadosos. Dios es amoroso, es justo, es un ser espiritual, es misericordioso, es sabio, Él es Santo y nos ha capacitado de alguna manera para que respondamos también de esa misma manera.
Pero Él es un ser glorioso, omnisciente, omnipresente, independiente, inmutable, uno solo, soberano, eterno, invisible e infinito; todos estos son atributos incomunicables, que Él no los comparte con nosotros. Son cualidades totalmente propias de la persona de Dios. Que no podamos comprender todo sobre Dios no es una mala noticia, porque nunca acabaremos de explorar la persona de Dios.
No sé si ustedes les llama la atención, pero siempre que venimos y estamos despiertos aprendemos algo de la persona de Dios; o algo Dios nos hace aprender acerca de nosotros. Entonces que Dios sea infinito y que no podamos comprenderlo con totalidad, nos dice que venir a la iglesia tiene un valor porque siempre iremos avanzando poco a poco en nuestro conocimiento de la persona de Dios.
Hay varios atributos que los conocemos, los que mencionaba hace unos instantes, en declaraciones que la iglesia ha acuñado al paso de los años; o también por ejemplo en algunas canciones. En cuanto a declaraciones quizás ustedes conocen estas palabras: “Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra.” Es una declaración de fe más o menos de los años 300 o sea hace 1700 años se escribió. Es una declaración de fe que empieza precisamente hablando de la persona de Dios como Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Los atributos de Dios están reflejados en nuestra himnología, en lo que nosotros cantamos. No lo voy a intentar porque tengo mala voz, pero la letra dice así: “Cuando el Señor me llame a su presencia, al dulce hogar, al cielo de esplendor, le adoraré cantando la grandeza de su poder y de su infinito amor. ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande su poder y su infinito amor! Estos son algunos ejemplos de cómo la iglesia enseña acerca de los atributos de Dios. Quizás no con nombres técnicos, pero sí enseñando cuál es la persona de nuestro Dios.
También hay que tener cuidado, esta serie nos ayudará a aprender más, porque en ocasiones cometemos errores respecto a los atributos de Dios. Por ejemplo, hay cantos que hablan acerca de la Gloria de Dios de manera errónea. Hay uno por ahí que nosotros cantamos y dice: “Dame tu gloria”. Cuando la Biblia dice que su Gloria Él no la comparte con nadie, porque es un atributo incomunicable.
La iglesia al paso del tiempo ha procurado que la enseñanza refleje la persona de Dios para que nosotros podamos percibir quién es Él; con canciones, con himnos, con declaraciones de fe, con varias herramientas. La iglesia ha procurado que aprendamos más acerca de la persona de Dios.
Conocer los atributos de Dios tiene un beneficio para nosotros, y es que: El conocer mejor a Dios, afectará nuestra vida.
Job 42: 5 (RV-60): De oídas yo te había oído; mas ahora mis ojos te ven. En otras palabras: yo tenía ya una idea, un pensamiento de quién eras tú, pero ahora mis ojos te pueden ver con plenitud, puedo percibir mejor quién eres tú. Después de haber vivido todo lo que Job vivió, todo el sufrimiento que él pasó, llega él a esa conclusión, por supuesto Dios le ayuda.
- El conocer a Dios afectará profundamente nuestra vida.
Las predicaciones que escucharemos en la siguiente semana pueden resultar algunas un poquito técnicas, pero si ponemos atención, eso formará una semilla en nuestra vida que dará un fruto y que afectará la manera en que nosotros vivimos.
Dijo un joven esas palabras: “Y o sabía que por ahí andabas, te conocía, te alababa, pero ahora puedo entender mejor quién eres tú”. Conocer a Dios cambia nuestra manera de pensar, afecta también nuestras emociones y también nuestros sentimientos. Dios se encargará en múltiples ocasiones de nuestra vida moldear nuestras emociones y nuestros sentimientos.
Salmos 62: 5-6 (RV-60): Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. Está hablando el salmista consigo mismo y son palabras profundas. Estos salmos, y muchos otros, son parte de lo que se conoce como: Los Salmos de tristeza o, Salmos de precarios; donde se expresando un dolor profundo.
El conocer a Dios a través de las situaciones que vayamos a pasar en la vida, marcará profundamente nuestras emociones y nuestros sentimientos. Marcará nuestra manera de pensar, nuestra manera de responder en la vida también.
- Dios está interesado en que nosotros le conozcamos.
Algunos, quizás, en este momento digan: “Ya me quiero ir.” “Mejor me hubiese quedado en casa.” Pero, tarde o temprano, sea aquí, sea en otra oportunidad, Dios se encargará de que le conozcamos. Él se va a encargar de que eso así suceda.
Hay una condición: “Que tú seas de Dios.” Si tú no eres de Dios puedes pasar la vida completa, hasta el último suspiro que tengas en tus pulmones, sin conocer y percibir quién es Él de verdad. Pero si tú eres de Dios, si tú genuinamente eres de Dios, Él se va a encargar de que tú lo conozcas.
2 Pedro 3:18 (RV-60): Antes bien, creced en la gracia y en él conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. La escritura nos exhorta a que nosotros aprendamos acerca de la persona de Dios.
Debemos darle gracias de que nuestro pastor, nuestra iglesia, da la oportunidad para que haya este tipo de predicaciones. Habrá algunas predicaciones que quizás pasen encima de nuestra cabeza, no tengamos toda la atención porque venimos del trabajo, venimos de alguna situación; pero Dios encontrará la oportunidad de que le conozcamos A Él. También que esos atributos que le pertenecen solamente a Él fragüen en nuestra vida y sirvan como un fundamento para lo que vayamos a atravesar en cualquier instante de nuestra vida. Dios quiere que nosotros le conozcamos; y esa es nuestra tarea, y ese es nuestro deber. en un mundo donde hay demasiada distracción, en un mundo donde Dios nos ha dado un don, que nosotros desperdiciamos y se llama “atención.” Ese don se desperdicie todos los días y a cada instante de nuestra vida. El YouTube, ya lo he dicho aquí antes, no se va a acabar.
Pero el apóstol Pablo nos dice: Antes bien, creced en la gracia y en él conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Lo natural de un ser vivo es crecer. Una planta que usted pone en la tierra, lo natural es que crezca. Dios nos ha dado vida, y lo natural es que nosotros manifestemos esa vida. Dios está interesado en que nosotros le conozcamos, que sepamos cuáles son esas cualidades, esos atributos que solamente Él posee.
Filipenses 1:6 (RV-60): Estoy persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Este pasaje no está hablando una persona como nosotros, del siglo XXI que tiene automóvil, que viaja en avión, que tiene un celular, que cuenta con agua potable, que cuenta con todos los servicios. Está hablando una persona que luchó, literalmente, con sus propias manos para que avanzara el evangelio. Y dice: estoy convencidísimo de que el que comenzó en aquellos que son de Dios, en aquellos que Él comenzó su milagro, una buena obra; Él la va a terminar hasta el día de Jesucristo. Entonces son dos realidades en una moneda: Dios nos demanda que le conozcamos y se va a encargar de que así sea. Es como cuando los papás les dicen a los hijos: tienes que hacer esto, y se encargan los papás de que así sea. La enseñanza va acompañada de la disciplina y Dios se encargará de que nosotros le conozcamos.
Efesios 1:15-19 (RV-60) 15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe el Señor Jesús, y de vuestro amor para con los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de Gloria os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.
Pablo está orando Señor haz un milagro. Y esa debe ser nuestra oración hoy: Señor haz un milagro. Que el celular se descomponga. Que se les caiga el toilet a los jóvenes. ¡Algunos son a prueba de agua, verdad! Pero bueno, que algo pase. O, ¿Por qué oramos nosotros los papás? Por Milagros. Nosotros también debemos orar por un milagro para nuestra vida. Señor haz un milagro en mi corazón. ¿Por qué hay tantos jóvenes en depresión? ¿Por qué hay tantas personas que se van quitando la vida o abusando de drogas y sustancias? Porque no hay esperanza, porque no hay expectativa en sus vidas de decir: “algo mejor me está esperando allá adelante.”
Oremos hermanos por nuestros jóvenes, por nuestros familiares, por aquellos que no conocen de Dios. Que Dios haga un milagro. También por aquellos que ya conocen de Dios y que están perdidos, que su atención está en otra cosa (Wakanda, Avatar).
Dios está interesado en que aprendamos acerca de su persona, les tengo una noticia: la mejor manera en que Dios lo va a hacer (es el método número uno en que se va a encargar) es a través del sufrimiento. Lo vivió José en Egipto, lo vivió Job, lo vivió Abraham, lo vivió David, lo vivieron todos. Yo sé que es un tema recurrente en la iglesia, el hablar del sufrimiento, pero es que así es. Nuestra vida, tarde o temprano, se enfrentará con circunstancias que son sumamente difíciles y si no está ese fundamento bien colocado sucumbiremos fácilmente.
Salmos 119:75 (RV-60) Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Ese es nuestro Dios. ¿Por qué? Porque Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción. Porque Jesús dijo: el ladrón viene para robar, matar y destruir. Y así hay diferentes pasajes, donde Dios nos dice en este mundo dolor, hay enfermedad, hay cáncer, hay covid y todo lo demás. Habrá situaciones que no vamos a comprender. ¿Por qué Dios permitió? No sé si ustedes han tenido esa pregunta, yo la he tenido recientemente. ¿Por qué, Dios, permitiste tal y tal situación? Cuando yo estuve orando por tal circunstancia, clamándote, suplicándote que no ocurriera. ¿Por qué llegó esa enfermedad, ese cáncer, ese covid, esa situación financiera terrible a mi vida? Cuando yo te clamaba que no ocurriera así.
Dice el apóstol Pablo (Romanos 9: 14) hablando acerca de la soberanía de Dios en medio del sufrimiento, hablando Dios de quién es Él: 14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo quiera tener misericordia, y me compadeceré del que yo me compadecer.
Dios que es absolutamente soberano en todas sus decisiones y el método que lo va a demostrar es: “poniéndonos de rodillas enfrente de Él y clamando: Señor yo ya no puedo hacer nada.” En las circunstancias más complicadas de nuestra vida, podemos descansar en su eternidad. Podemos descansar en su inmutabilidad, Él no cambia. Lo que Él dijo que va a hacer lo va a hacer. Lo que Él prometió lo va a hacer. Su amor, su justicia, su misericordia no tienen variación alguna. En las circunstancias más difíciles podemos descansar en su omnipresencia. Descansa, Dios está contigo, no estás solo. Dios está presente en todos los momentos, cuando te escondes, donde pienses que nadie te ve, donde sientas la tristeza más profunda, ahí está Dios con los que Él ama. En las circunstancias más difíciles de tu vida descansa en su omnisciencia, porque Dios conoce completamente todo desde siempre y para siempre.
Termino hermanos leyendo un pasaje de descanso. Descansa hermano. Descansa en la persona de Dios. Conócelo. Dice el Salmos 23:2 (RV-60): 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Conozcámoslo, busquémoslo y descansemos en Él, en su persona.
Oremos: Padre, gracias por ese momento de reflexión que tenemos en tu persona. Suplicamos Padre que en este mensaje y en los que vengan en las siguientes semanas nos ayude a conocerte mejor Señor, y a dejar ese fundamento que requiere nuestra vida para salir adelante en los momentos que enfrentaremos. Señor, gracias porque sabemos que podemos descansar en ti, podemos descansar en tu presencia, podemos descansar en tu amor, podemos descansar en tu misericordia. Padre, ruego que ayudes nuestro corazón a enfocar nuestra atención más hacia ti y menos hacia las trampas que este mundo ofrece. Ayúdanos Dios a escapar de las distracciones y a enfocarnos más en tu persona.
Te pedimos, oh Dios, que todo lo que se dijo en este púlpito se pueda quedar en nuestra mente y corazón. Que podamos ser hacedores de tu palabra, no solo oidores; para que podamos llegar a cumplir ese propósito que tú quieres. Para que podamos llegar a la altura del varón perfecto
Si usted está acá, si usted nos visita por primera vez o ya tiene varias ocasiones, y no le ha entregado su vida a Jesús; este es el día. Dios lo ha traído con un propósito grande y eterno estar a cuentas con Él, Dios quiere perdonarlo. Usted no está aquí por casualidad. No está acá porque lo invitaron, fue Dios el que lo trajo. Mis hermanos diáconos están por los pasillos para poder orar con usted y por usted, para que tome la mejor decisión de su vida: entregarle su vida, su ser, a Jesucristo. Él dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. Yo quiero que usted haga esta oración conmigo, una oración de fe, repita después de mi: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios por enviar a Jesús a morir en mi lugar.” Si usted hizo esta oración conmigo, le invitamos a que busque una iglesia donde se predique la sana doctrina o que nos acompañe.
Amado Padre, bendice cada familia, cada persona, por Cristo Jesús: Amén y amén.
¡Que Dios les bendiga Iglesia! Buenas tardes.
Los atributos de Dios
Febrero 12, 2023 – 1:30PM | Salmos 145:2-3 | Hno.Enrique Torres
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Buenas tardes hermanos, este es nuestro momento de aprendizaje. Pidamos al Señor que bendiga nuestras vidas con su palabra: Padre te damos gracias en esta tarde, porque estamos en el mejor lugar. En el lugar que podemos convivir unos con otros, tener un momento agradable; pero sobre todo porque podemos acercarnos a ti y expresar lo que hay en nuestro corazón. Te pedimos que hables a nuestro corazón por medio de tu palabra. Te ruego que sea tu Espíritu Santo quien dirija este momento, que sea para exaltación de tu nombre, para que ti Gloria brille y nosotros sirvamos precisamente para glorificar tu nombre, en el nombre de Jesús; amén.
Hermanos los invito a que me acompañen a leer en sus Biblias en Salmos 145. Solamente para tener un poquito de contexto, vamos a iniciar con ese pasaje. Este Salmos, quizás algunos de ustedes lo conocen por una alabanza o por un himno.
Salmos 145: 1-3 (RV-60): 1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2 Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. 3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.
Yo no sé si ustedes han conocido alguna vez alguna persona con la que ustedes se han identificado o con la que quizás ustedes les gustaría pasar más tiempo. Quizás sea, ¿no sé?, su cónyuge, su papá. Si usted tuvo una persona, un papá, del cual usted le gustaba aprender y escuchar las enseñanzas, escuchar su consejo, quizás sea esa persona con la que usted le gustaba pasar tiempo. Quizás pudo haber sido un maestro en la universidad o en la primaria. En algún lugar usted debe encontrar una persona con la que le haya gustado pasar tiempo. Quizás ya esté pensando en alguien, o quizás no conozca aún a la persona usted que le gustaría pasar esa cantidad de tiempo. O, por el contrario, una persona con la que no le gusta pasar tiempo. Yo recuerdo que tenía en el trabajo anterior una jefa, mi supervisora, y era una persona con la que a mí no me gustaba pasar nadita de tiempo, porque era una persona bastante ruda, bastante rígida en su forma de ser. Y yo le rogaba a Dios para que el tiempo se fuera lo más rápido posible. Pero hay personas con las que sí nos gusta pasar el tiempo y es porque las vamos conociendo a través de nuestra interacción con ellas, o a través de experiencias, que dejan marcada nuestra vida; o a través de situaciones en las que sentimos que esas personas nos apoyan.
Ese acercamiento que tenemos con las personas es precisamente el acercamiento que debemos tener hacia la persona de Dios. Esta serie, acerca de Los Atributos de Dios, tiene precisamente esa función: “Que nos acerquemos a conocer más a Dios. Que sintamos, que Dios es esa persona con la que quizás ustedes han soñado, que les gustaría tener las largas conversaciones, aprender más de ella o sentir más su presencia. Ese es el propósito de esta serie: que podamos percibir cada uno de esos atributos que le vamos a explicar. Que podamos percibirlos en nuestro corazón y en nuestra mente, que nos ayuden a enriquecer nuestra vida en oración, en confianza hacia Dios, en alabanza hacia Él y en todas las etapas de nuestra vida.” Esos atributos pueden ser un fundamento que nos ayude a estar confiados en quién es nuestro Dios.
Lo que sí es un hecho y es definitivo es que, para poder conocer una persona se necesita de tiempo, se necesita de interés, se necesita de recursos, se necesita de una interacción continua con esa persona. Yo recuerdo cuando era novio de mi esposa pues gastamos una cantidad brutal de tiempo. No había mensajes de textos todavía, les cuento jóvenes. Entonces teníamos que hablar por teléfono. Me despedía, por ejemplo, yo de ella cuando la iba a visitar a su casa, viajaba unos 40 minutos de regreso a mi domicilio, a mi casa y lo primero que hacía cuando llegaba era reportarme. Y otra vez, otra hora; pero era bonito porque uno estaba conociendo a esa persona y uno pasaba un tiempo agradable contándole. Que si tomé el camión tal y venía poquita gente. Puras cosas que no tienen nada de importancia, pero al final de cuentas uno siente algo bonito porque esa persona le está poniendo a uno atención; y de esa manera, esa persona también te está conociendo y tú estás conociendo a esa persona cuando tú le compartes de ti. Y eso es lo que se requiere de nosotros para que podamos conocer más de Dios.
Estos sermones, que vamos a tener en las próximas semanas, serán esa oportunidad para mostrar nuestro interés en conocer a Dios. Para que nuestra interacción, a través de nuestra lectura de la Biblia, de la oración y de circunstancias que vivamos, se encuentre fortalecida de saber quién es nuestro Dios. Pero sobre todo se requiere de mucho tiempo.
Ustedes habrán notado que, en la vida espiritual, la forma en que ustedes perciben a Dios no es la misma que como lo hacían hace años cuando estaban viviendo otras circunstancias. Hay circunstancias en la vida que van pasando y van marcando nuestro corazón; y Dios está ahí para marcar también nuestra vida. Y ese conocimiento deja profundamente marcado nuestro ser.
Quiero comentar con ustedes cuatro cosas, por decirlo así, acerca de los atributos de Dios.
- Nunca vamos a poder conocer a Dios completamente en nuestra condición actual.
Desafortunadamente, y realmente, no contamos con la capacidad de percibir quién es Dios. Pero sí tenemos la ayuda de la palabra para poder darnos cuenta de ¿quién es Dios y qué es lo que Él quiere de nosotros?
La realidad es que Él es un ser infinito y nosotros somos finitos. Él es un ser que vive en la eternidad, pero nosotros somos seres creados, y por eso nuestra capacidad es una capacidad limitada. Debemos comprender eso de una manera segura, profunda en el corazón; porque podemos encontrarnos con personas que son agresivas contra el evangelio. Personas se refieren a Dios como si fuera un ser inventado o creado en nuestra imaginación. Pero no estamos hablando de un ser que fue inventado en nuestra mente, estamos hablando del creador del universo, de aquel que nuestra mente finita no puede percibir de manera completa. Estamos hablando de un ser que es Santo, y que, por nuestra condición de pecado, por lo que hay en nuestra mente, nuestra sociedad, nuestra maldad, no podemos comprender de manera directa, de manera plena.
Salmos 145: 3 (RV-60): 3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable. No podemos conocer su grandeza, no podemos conocer la plenitud de su persona; porque Él es grande y por lo tanto Él es digno de suprema alabanza. En otra manera, en otras palabras, no hay manera que su grandeza nosotros la podamos medir, cuantificar, describir de manera completa. Por ejemplo, los biólogos, que describen las células ¿cómo se originan? ¿Cuál es su proceso de reproducción, de vida, de muerte? Eso no es posible hacer con Dios.
- No podemos comprender su entendimiento.
Salmos 147: 5 (RV-60): 5Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito. Estamos hablando de un ser que puede entender, comprender y conoce todo desde siempre; mientras que nuestra capacidad está limitada. Nosotros tenemos solamente un cerebro que fue originado por el creador del universo y no puede comprender la profundidad de su amor, la profundidad de su sabiduría y la profundidad de su soberanía. Dice la escritura que Él tiene mucho poder y entendimiento; cosas que nosotros no podemos, a veces, separar y comprender; Él sí lo puede hacer. No podemos comprender su conocimiento.
Salmos 139: 6 (RV-60): 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, y no lo puedo comprender. Así es el conocimiento de Dios, es más alto que el de nosotros.
Hay personas que son muy, inteligentes, por decirlo de alguna manera, que pueden resolver grandes problemas, ¿quizás los que juegan ajedrez o los que hacen ciencia? Se habla de personas que pueden resolver problemas que, solamente algunas personas en el planeta saben de qué se trata el problema. Pero Dios les dice a esas personas: “Su problema en física, en química, en matemáticas, en cualquier campo de la ciencia, me da risa. Yo ya lo resolví.” Porque su conocimiento (el de Dios) es maravilloso, es amplio.
Salmos 139: 17 (RV-60): ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
Nuestra capacidad es finita. Tenemos solamente unos años de vida en esta tierra y por lo tanto tenemos solamente una oportunidad para poder percibirlo con este cuerpo, con esta mente, de una manera limitada.
La palabra de Dios nos ayuda a comprender ¿de quién estamos hablando? Quiero mencionarle algunas características de la persona de Dios, y otras que podemos percibir más, de manera humana. Por ejemplo:
Hablando del nombre de Dios. Hay algunos pasajes, voy a leer quizás solamente uno o dos, donde se nos habla acerca de la persona de Dios de una manera metafórica.
Isaías 31:4 (RV-60): Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado.
Deuteronomio 32: 11 (RV-60): Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas. Así se describe Dios a sí mismo, como un águila.
Isaías 53:7 (RV-60): Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Este es un pasaje conocido, acerca de la persona de Jesucristo, se nos presenta Dios como el cordero.
Mateo 23:37 (RV-60): Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados; cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos. Jesús mismo habló de Dios como una gallina.
Otros pasajes presentan a Dios como el sol, la estrella de la mañana, como la luz, como una antorcha, como el fuego, como una fuente, como una roca, como un escondedero, como una torre, como una sombra, como un escudo, como un templo. Todas estas son descripciones metafóricas que nos ayudan a percibir cuál es la persona de Dios.
Pero también hay descripciones metafóricas con un tinte humano que nos ayudan a percibirlo de una manera más tocante a nuestra persona. Por ejemplo:
Isaías 61:10 (RV-60) En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Aquí se nos describe como el novio.
Isaías 54:5 (RV-60): Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Aquí se nos habla de Dios como un esposo.
Deuteronomio 32:6 (RV-60): ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció. Como un padre.
Hebreos 11:10 (RV-60): porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
También hay otras descripciones con un tinte humano: como un juez, un rey, varón de guerra, con un pastor y también con un médico.
¿Tenemos limitaciones? Si, nuestro pecado nos limita totalmente, no podemos comprender con profundidad la persona de Dios. Pero la escritura nos habla de una manera extremadamente rica sobre quién es Dios, cómo se comporta y cómo podemos nosotros aprender de Él con todas estas expresiones.
¿Qué son los atributos de Dios?
Quiero darles la siguiente definición sencilla: Los atributos de Dios se refieren a cualidades propias de la persona de Dios. Eso es un atributo, una cualidad propia de Dios.
Quizás usted puede pensar en su cónyuge, en su hijo o en su hija; y usted puede decir rápidamente una palabra. Podemos asociar rápidamente palabras, pero si le digo: piense en Dios. ¿Qué palabra vendría a su mente? Amor, dijeron algunos. Hay varias palabras que nos describen la persona de Dios. Cualidades propias de Él, de su persona y que son precisamente conocidos como: atributos de Dios.
Ese es el nombre técnico: “Atributos de Dios”. Pero son solamente eso, cualidades propias de la persona de Dios.
Durante los años se han realizado diferentes estudiosos teólogos que han hecho una clasificación de los atributos de Dios, para que podamos nosotros entenderlos de una manera estructurada. Esas clasificaciones no son perfectas. Hay diferentes puntos de vistas, pero son solo categorías para ayudarnos a comprender mejor.
La clasificación más común que existe, es solamente en dos ramas:
- Atributos incomunicables.
- Atributos comunicables.
¿A qué se refiere esto? La palabra comunicación simplemente quiere decir: que se transmite algo hacia otra persona o hacia otra fuente.
En este caso (incomunicables) estamos hablando de cualidades de Dios, que no se pueden comunicar. Por ejemplo, la Biblia nos dice: sed santo porque yo soy santo. Pero no dice: sean omnipresentes porque yo lo soy. Bueno, ese atributo de omnipresencia es un ejemplo de algo que Dios no transmite hacia nosotros. Ese es un atributo incomunicable.
Aquellos que son comunicables, son atributos que están presentes en la persona de Dios y también en nosotros, por ejemplo: Dios es bondadoso, y también nos ha capacitado de alguna manera para ser bondadosos. Dios es amoroso, es justo, es un ser espiritual, es misericordioso, es sabio, Él es Santo y nos ha capacitado de alguna manera para que respondamos también de esa misma manera.
Pero Él es un ser glorioso, omnisciente, omnipresente, independiente, inmutable, uno solo, soberano, eterno, invisible e infinito; todos estos son atributos incomunicables, que Él no los comparte con nosotros. Son cualidades totalmente propias de la persona de Dios. Que no podamos comprender todo sobre Dios no es una mala noticia, porque nunca acabaremos de explorar la persona de Dios.
No sé si ustedes les llama la atención, pero siempre que venimos y estamos despiertos aprendemos algo de la persona de Dios; o algo Dios nos hace aprender acerca de nosotros. Entonces que Dios sea infinito y que no podamos comprenderlo con totalidad, nos dice que venir a la iglesia tiene un valor porque siempre iremos avanzando poco a poco en nuestro conocimiento de la persona de Dios.
Hay varios atributos que los conocemos, los que mencionaba hace unos instantes, en declaraciones que la iglesia ha acuñado al paso de los años; o también por ejemplo en algunas canciones. En cuanto a declaraciones quizás ustedes conocen estas palabras: “Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra.” Es una declaración de fe más o menos de los años 300 o sea hace 1700 años se escribió. Es una declaración de fe que empieza precisamente hablando de la persona de Dios como Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Los atributos de Dios están reflejados en nuestra himnología, en lo que nosotros cantamos. No lo voy a intentar porque tengo mala voz, pero la letra dice así: “Cuando el Señor me llame a su presencia, al dulce hogar, al cielo de esplendor, le adoraré cantando la grandeza de su poder y de su infinito amor. ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande su poder y su infinito amor! Estos son algunos ejemplos de cómo la iglesia enseña acerca de los atributos de Dios. Quizás no con nombres técnicos, pero sí enseñando cuál es la persona de nuestro Dios.
También hay que tener cuidado, esta serie nos ayudará a aprender más, porque en ocasiones cometemos errores respecto a los atributos de Dios. Por ejemplo, hay cantos que hablan acerca de la Gloria de Dios de manera errónea. Hay uno por ahí que nosotros cantamos y dice: “Dame tu gloria”. Cuando la Biblia dice que su Gloria Él no la comparte con nadie, porque es un atributo incomunicable.
La iglesia al paso del tiempo ha procurado que la enseñanza refleje la persona de Dios para que nosotros podamos percibir quién es Él; con canciones, con himnos, con declaraciones de fe, con varias herramientas. La iglesia ha procurado que aprendamos más acerca de la persona de Dios.
Conocer los atributos de Dios tiene un beneficio para nosotros, y es que: El conocer mejor a Dios, afectará nuestra vida.
Job 42: 5 (RV-60): De oídas yo te había oído; mas ahora mis ojos te ven. En otras palabras: yo tenía ya una idea, un pensamiento de quién eras tú, pero ahora mis ojos te pueden ver con plenitud, puedo percibir mejor quién eres tú. Después de haber vivido todo lo que Job vivió, todo el sufrimiento que él pasó, llega él a esa conclusión, por supuesto Dios le ayuda.
- El conocer a Dios afectará profundamente nuestra vida.
Las predicaciones que escucharemos en la siguiente semana pueden resultar algunas un poquito técnicas, pero si ponemos atención, eso formará una semilla en nuestra vida que dará un fruto y que afectará la manera en que nosotros vivimos.
Dijo un joven esas palabras: “Y o sabía que por ahí andabas, te conocía, te alababa, pero ahora puedo entender mejor quién eres tú”. Conocer a Dios cambia nuestra manera de pensar, afecta también nuestras emociones y también nuestros sentimientos. Dios se encargará en múltiples ocasiones de nuestra vida moldear nuestras emociones y nuestros sentimientos.
Salmos 62: 5-6 (RV-60): Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. Está hablando el salmista consigo mismo y son palabras profundas. Estos salmos, y muchos otros, son parte de lo que se conoce como: Los Salmos de tristeza o, Salmos de precarios; donde se expresando un dolor profundo.
El conocer a Dios a través de las situaciones que vayamos a pasar en la vida, marcará profundamente nuestras emociones y nuestros sentimientos. Marcará nuestra manera de pensar, nuestra manera de responder en la vida también.
- Dios está interesado en que nosotros le conozcamos.
Algunos, quizás, en este momento digan: “Ya me quiero ir.” “Mejor me hubiese quedado en casa.” Pero, tarde o temprano, sea aquí, sea en otra oportunidad, Dios se encargará de que le conozcamos. Él se va a encargar de que eso así suceda.
Hay una condición: “Que tú seas de Dios.” Si tú no eres de Dios puedes pasar la vida completa, hasta el último suspiro que tengas en tus pulmones, sin conocer y percibir quién es Él de verdad. Pero si tú eres de Dios, si tú genuinamente eres de Dios, Él se va a encargar de que tú lo conozcas.
2 Pedro 3:18 (RV-60): Antes bien, creced en la gracia y en él conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. La escritura nos exhorta a que nosotros aprendamos acerca de la persona de Dios.
Debemos darle gracias de que nuestro pastor, nuestra iglesia, da la oportunidad para que haya este tipo de predicaciones. Habrá algunas predicaciones que quizás pasen encima de nuestra cabeza, no tengamos toda la atención porque venimos del trabajo, venimos de alguna situación; pero Dios encontrará la oportunidad de que le conozcamos A Él. También que esos atributos que le pertenecen solamente a Él fragüen en nuestra vida y sirvan como un fundamento para lo que vayamos a atravesar en cualquier instante de nuestra vida. Dios quiere que nosotros le conozcamos; y esa es nuestra tarea, y ese es nuestro deber. en un mundo donde hay demasiada distracción, en un mundo donde Dios nos ha dado un don, que nosotros desperdiciamos y se llama “atención.” Ese don se desperdicie todos los días y a cada instante de nuestra vida. El YouTube, ya lo he dicho aquí antes, no se va a acabar.
Pero el apóstol Pablo nos dice: Antes bien, creced en la gracia y en él conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Lo natural de un ser vivo es crecer. Una planta que usted pone en la tierra, lo natural es que crezca. Dios nos ha dado vida, y lo natural es que nosotros manifestemos esa vida. Dios está interesado en que nosotros le conozcamos, que sepamos cuáles son esas cualidades, esos atributos que solamente Él posee.
Filipenses 1:6 (RV-60): Estoy persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Este pasaje no está hablando una persona como nosotros, del siglo XXI que tiene automóvil, que viaja en avión, que tiene un celular, que cuenta con agua potable, que cuenta con todos los servicios. Está hablando una persona que luchó, literalmente, con sus propias manos para que avanzara el evangelio. Y dice: estoy convencidísimo de que el que comenzó en aquellos que son de Dios, en aquellos que Él comenzó su milagro, una buena obra; Él la va a terminar hasta el día de Jesucristo. Entonces son dos realidades en una moneda: Dios nos demanda que le conozcamos y se va a encargar de que así sea. Es como cuando los papás les dicen a los hijos: tienes que hacer esto, y se encargan los papás de que así sea. La enseñanza va acompañada de la disciplina y Dios se encargará de que nosotros le conozcamos.
Efesios 1:15-19 (RV-60) 15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe el Señor Jesús, y de vuestro amor para con los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de Gloria os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.
Pablo está orando Señor haz un milagro. Y esa debe ser nuestra oración hoy: Señor haz un milagro. Que el celular se descomponga. Que se les caiga el toilet a los jóvenes. ¡Algunos son a prueba de agua, verdad! Pero bueno, que algo pase. O, ¿Por qué oramos nosotros los papás? Por Milagros. Nosotros también debemos orar por un milagro para nuestra vida. Señor haz un milagro en mi corazón. ¿Por qué hay tantos jóvenes en depresión? ¿Por qué hay tantas personas que se van quitando la vida o abusando de drogas y sustancias? Porque no hay esperanza, porque no hay expectativa en sus vidas de decir: “algo mejor me está esperando allá adelante.”
Oremos hermanos por nuestros jóvenes, por nuestros familiares, por aquellos que no conocen de Dios. Que Dios haga un milagro. También por aquellos que ya conocen de Dios y que están perdidos, que su atención está en otra cosa (Wakanda, Avatar).
Dios está interesado en que aprendamos acerca de su persona, les tengo una noticia: la mejor manera en que Dios lo va a hacer (es el método número uno en que se va a encargar) es a través del sufrimiento. Lo vivió José en Egipto, lo vivió Job, lo vivió Abraham, lo vivió David, lo vivieron todos. Yo sé que es un tema recurrente en la iglesia, el hablar del sufrimiento, pero es que así es. Nuestra vida, tarde o temprano, se enfrentará con circunstancias que son sumamente difíciles y si no está ese fundamento bien colocado sucumbiremos fácilmente.
Salmos 119:75 (RV-60) Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Ese es nuestro Dios. ¿Por qué? Porque Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción. Porque Jesús dijo: el ladrón viene para robar, matar y destruir. Y así hay diferentes pasajes, donde Dios nos dice en este mundo dolor, hay enfermedad, hay cáncer, hay covid y todo lo demás. Habrá situaciones que no vamos a comprender. ¿Por qué Dios permitió? No sé si ustedes han tenido esa pregunta, yo la he tenido recientemente. ¿Por qué, Dios, permitiste tal y tal situación? Cuando yo estuve orando por tal circunstancia, clamándote, suplicándote que no ocurriera. ¿Por qué llegó esa enfermedad, ese cáncer, ese covid, esa situación financiera terrible a mi vida? Cuando yo te clamaba que no ocurriera así.
Dice el apóstol Pablo (Romanos 9: 14) hablando acerca de la soberanía de Dios en medio del sufrimiento, hablando Dios de quién es Él: 14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo quiera tener misericordia, y me compadeceré del que yo me compadecer.
Dios que es absolutamente soberano en todas sus decisiones y el método que lo va a demostrar es: “poniéndonos de rodillas enfrente de Él y clamando: Señor yo ya no puedo hacer nada.” En las circunstancias más complicadas de nuestra vida, podemos descansar en su eternidad. Podemos descansar en su inmutabilidad, Él no cambia. Lo que Él dijo que va a hacer lo va a hacer. Lo que Él prometió lo va a hacer. Su amor, su justicia, su misericordia no tienen variación alguna. En las circunstancias más difíciles podemos descansar en su omnipresencia. Descansa, Dios está contigo, no estás solo. Dios está presente en todos los momentos, cuando te escondes, donde pienses que nadie te ve, donde sientas la tristeza más profunda, ahí está Dios con los que Él ama. En las circunstancias más difíciles de tu vida descansa en su omnisciencia, porque Dios conoce completamente todo desde siempre y para siempre.
Termino hermanos leyendo un pasaje de descanso. Descansa hermano. Descansa en la persona de Dios. Conócelo. Dice el Salmos 23:2 (RV-60): 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Conozcámoslo, busquémoslo y descansemos en Él, en su persona.
Oremos: Padre, gracias por ese momento de reflexión que tenemos en tu persona. Suplicamos Padre que en este mensaje y en los que vengan en las siguientes semanas nos ayude a conocerte mejor Señor, y a dejar ese fundamento que requiere nuestra vida para salir adelante en los momentos que enfrentaremos. Señor, gracias porque sabemos que podemos descansar en ti, podemos descansar en tu presencia, podemos descansar en tu amor, podemos descansar en tu misericordia. Padre, ruego que ayudes nuestro corazón a enfocar nuestra atención más hacia ti y menos hacia las trampas que este mundo ofrece. Ayúdanos Dios a escapar de las distracciones y a enfocarnos más en tu persona.
Te pedimos, oh Dios, que todo lo que se dijo en este púlpito se pueda quedar en nuestra mente y corazón. Que podamos ser hacedores de tu palabra, no solo oidores; para que podamos llegar a cumplir ese propósito que tú quieres. Para que podamos llegar a la altura del varón perfecto
Si usted está acá, si usted nos visita por primera vez o ya tiene varias ocasiones, y no le ha entregado su vida a Jesús; este es el día. Dios lo ha traído con un propósito grande y eterno estar a cuentas con Él, Dios quiere perdonarlo. Usted no está aquí por casualidad. No está acá porque lo invitaron, fue Dios el que lo trajo. Mis hermanos diáconos están por los pasillos para poder orar con usted y por usted, para que tome la mejor decisión de su vida: entregarle su vida, su ser, a Jesucristo. Él dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. Yo quiero que usted haga esta oración conmigo, una oración de fe, repita después de mi: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios por enviar a Jesús a morir en mi lugar.” Si usted hizo esta oración conmigo, le invitamos a que busque una iglesia donde se predique la sana doctrina o que nos acompañe.
Amado Padre, bendice cada familia, cada persona, por Cristo Jesús: Amén y amén.
¡Que Dios les bendiga Iglesia! Buenas tardes.