Problemas en el Matrimonio
febrero 13, 2022 – 1:30pm | Proverbios 11: 29 | Dr David Rodríguez
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor, por favor, mis amados hermanos, en el libro de Proverbios capítulo 11. Siempre estamos buscando la manera de ayudar a las parejas, a los matrimonios a vivir como Dios manda. Y en esta oportunidad el tema, el mensaje de este día, disculpe que es el día del amor verdad, pero: “Problemas en el matrimonio”, Proverbios capítulo 11 versículo 29.
La Biblia es la fuente de toda sabiduría, mis amados hermanos. La palabra del Señor es verdad. La palabra de Dios no se equivoca nunca. Y en este versículo en sus primeras letras, en sus primeras palabras dice: 29El que turba su casa heredará (¿Qué cosa?) viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón. El que turba su casa heredará viento, no puede heredar paz, no puede producir paz: el que turba su casa heredará viento y después del punto y coma dice: el necio. Porque el necio es el que turba su casa. El necio es el que produce vientos en su casa.
Luego quiero que pasemos a otro versículo que está en Proverbios 12:15, fíjate: primero “el que turba su casa” y luego en este versículo 15 El camino del necio es derecho en su opinión; más el que obedece al consejo ese es sabio. Este es un versículo maravilloso, maravilloso: el camino del necio es derecho en su opinión, ¿Qué significa eso? Que todas las personas necias creen que están en lo correcto. Que todas las personas necias creen que lo que ellos piensan, que lo que ellos creen, que lo que ellos dicen, así son las cosas.
Y luego como se nos está hablando del necio en Proverbios 27:15 se nos habla también de las señoras, por favor que todas las señoras busquen este versículo. Dice: 15Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa; son semejantes. En mi rancho dirían “énticas”. Entonces fíjate: (Proverbios 11:29): “El que turba a su casa hereda viento”, y eso es tanto el hombre o la mujer. Pero luego nos dice la escritura (Proverbios 12:15): “El camino del hombre necio es derecho en su opinión” pero “el que obedece al consejo es sabio”. Y luego en el caso de las señoras nos dice (Proverbios 27:15): “gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes”.
Que Dios bendiga esta palabra.
El matrimonio es un diseño divino, es un diseño de Dios. Desde Génesis capítulo 2 versículo 18, cuando Jehová Dios estaba creándolo todo: 18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo… ¿Escuchó? Es decir, Dios, que es nuestro creador, Él ha dicho: “No, no es bueno”. 18“…No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” En la Traducción en el Lenguaje Actual (TLA) el versículo dice de esta manera: “Luego Dios dijo: no está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle a alguien que lo acompañe y lo ayude”. Eso dice el versículo en la TLA. Es por eso que (Génesis 2:22 a 24): 22De la costilla que Jehová tomó del hombre hizo una mujer y la trajo a Adán. Cuando Adán se dio cuenta y la descubrió dijo: 23Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, (será llamada hembra), será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Y luego esa es la razón, según otras traducciones dice, por la cual en el versículo siguiente dice: 24Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Luego en el versículo 25 nos habla de esa intimidad: Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban. El hombre estaba desnudo con su mujer y no se avergonzaba, es decir desde el momento que el Señor dice en su palabra que 18no es bueno que el hombre esté solo, nos habla de necesidades que tenemos los hombres y las mujeres. Necesidad. Usted no la eligió mi querido hermano, usted no lo escogió mi querida hermana. Dios nos diseñó de esa manera. Hay necesidad emocional, necesidad social, de ayuda, de complemento.
Bueno el matrimonio, déjeme decirles, es una experiencia maravillosa cuando se sabe llevar. ¿Me escuchó? El matrimonio es una experiencia maravillosa cuando se sabe llevar. El matrimonio es un infierno cuando no se sabe llevar. El matrimonio nos permite tener intimidad en todas las áreas de nuestra vida. Una intimidad que no se puede obtener por ningún otro lugar. Intimidad emocional, es decir: abrir el corazón. Cuando la biblia dice (Génesis 2): 18haré ayuda idónea, está hablando de una compañera, está hablando de una amiga, de un amigo. El marido debe ser el mejor amigo que tiene la esposa. La esposa debe ser la mejor amiga que tiene el esposo, porque eso fue lo que Dios tenía en mente cuando creó esta necesidad, de intimidad emocional. Es maravilloso el matrimonio porque también nos ofrece intimidad familiar. ¿En qué sentido? Mire, fíjate que aunque los matrimonios sean el infierno más ardiente de este mundo, los hijos que produce el matrimonio son los seres más queridos. ¿Sí o no? Si la mayor cantidad de parejas que yo conozco que están separadas o divorciadas o ya rejuntada con segundos, terceros o cuartos, dicen ellos: “Mire yo lamento haberme casado con ese hombre, lamento haberme casado con esa mujer. Lo único bueno que salió de todo eso son mis hijos, son mis hijas” ¿Explico? Lo único. Entonces, eso solamente lo ofrece la relación matrimonial. Intimidad emocional, porque necesitamos abrir el corazón, porque necesitamos hablar con alguien. No cualquier cosa, no hablar de fútbol sino, hablar de intimidad del alma. Intimidad familiar porque nos produce a nuestros hijos. Intimidad social, porque obviamente nosotros compartimos con personas cercanas, con amigos. Compartimos con los papás de ella, los familiares de ella, que se convierten en mis familiares y mis familiares se convierten en los familiares de esta persona. Intimidad sexual, que es la cercanía a través del sexo sin miedos, sin temores; porque cuando Adán y Eva estaban juntos no tenían vergüenza de encontrarse el uno desnudo y el otro igual. Como pareja compartimos las ideas, los sueños, juntos miramos el horizonte. Si una pareja considera que las ideas, mire, que no se comparten; que los sueños, que el horizonte para nuestro futuro no es el mismo pero; hay que platicarlo, hay que hablarlo, hay que saber en qué dirección nos estamos moviendo.
Hay unas frases lindas acerca del matrimonio que me encantan. No son cualquier tipo de frases. Las encuentra usted, son frases de varios autores de varios libros, que hablan acerca de la vida matrimonial, de la relación matrimonial, y me gustó y escogí a algunas; por ejemplo:
“El matrimonio perfecto se compone de dos personas imperfectas que saben perdonar y no saben renunciar” Me encanta, me gusta. Se da cuenta usted que hay parejas que tienen ya 20 años de casados y en los 20 años de casados han tenido como 40 amenazas. Me voy a divorciar, te voy a dejar, me voy a ir, te voy a mandar a la fregada, voy a hacer aquí, voy a hacer allá. Entonces, este matrimonio, se compone de dos personas imperfectas que saben perdonar y no saben renunciar.
“El éxito del matrimonio no es cuestión de suerte, es: cuando dos personas toman seriamente la promesa de ayudarse cuidarse, ser pacientes, perdonarse y amarse en todo momento” ¡Dígame usted! Si el enunciado matrimonial lo dice: promete usted amar a esta mujer bajo cualquier circunstancia: en la tristeza, en la alegría, en prosperidad, en pobreza. ¿Y qué contesta usted? Lo prometo, dijo. Bueno, el éxito del matrimonio no es cuestión de suerte; “hay que bueno le fue aquello”. No, de ninguna manera. Es cuando dos personas toman seriamente la promesa de ayudarse, cuidarse, ser pacientes, perdonarse y amarse en todo momento.
“El matrimonio es una barca, que lleva dos personas por un mar tormentoso, si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde”. Me gusta eso.
Este otro es solamente para los que no están casados todavía, dice así: “El matrimonio es uno de los viajes más difíciles del mundo. Así que al elegir tu pareja, no escojas la más bonita, al más guapo, a la más dulce o al más complaciente, sino, tienes que buscar el mejor compañero de viaje”. Me gusta esto. Me encanta. Yo sé que algunos están diciendo: “la regué pues”. El matrimonio es uno de los viajes más difíciles del mundo; y lo que hemos estado casado, los que estamos casados sabemos que es así; así que al elegir tu pareja no escojas la más bonita, al más guapo la más dulce o el más complaciente, sino, que tienes que buscar al mejor compañero de viaje.
Esta última también me gusta: “En el matrimonio siempre hay motivos para divorciarse, la clave está en encontrar motivos para continuar juntos”. ¿Se dan cuenta?
Todos los matrimonios generalmente pasamos por las siguientes etapas o fases dentro de nuestra relación.
- Transición y Adaptación. Esa es la etapa de luna de miel, la emoción de conocernos, el descubrimiento de la intimidad. No han llegado hijos. ¡Qué bonito! Todavía se sienten mariposas en el estómago. Usted puede notar con ver a los ojos a la persona, que está enamorada, se nota, o entusiasmada, pues cualquiera de las dos, ¿Verdad? pero hay un brillo en los ojos del individuo, hay un brillo en los ojos de la persona, hay algo diferente y es esta etapa por la que todos atravesamos. Yo me acuerdo de cada una de estas etapas en mi vida matrimonial; cada una de ellas. Bueno esa es la primera.
Y luego comienza ya el complot de la vida. Nadie entra al matrimonio con el deseo de que su matrimonio sea una desgracia, nadie. Todos entramos al matrimonio ilusionados. Entramos al matrimonio con ilusión férrea, profunda. ¡Qué lindo, que rico, me encanta, me gusta!
- Cuando llegan los hijos. También es lindísimo, por supuesto que sí. Yo a mis hijos los he disfrutado y los he disfrutado al máximo. ¡Me encanta, me ha encantado! Pero, ¿qué es lo que pasa? Que llega a una tercera persona a la casa, entonces la atención ya pertenece a alguien más. Ya no es cuestión de que: mi amorcito, mamacita, mira un cafecito, por aquí. No, no, hay que estar ahí, no vaya a ser que con la almohada se ahoga el niño este, pues. Y nosotros que somos buenos latinos, ¿Verdad? Imagínate, bueno latinos. La intimidad, en nuestro hogar, en nuestra casa, la intimidad de nuestra alcoba, la perturbamos porque queremos dormir con el niño en medio de los dos. Yo me acuerdo de todo esto. Mi esposa siempre me mandaba a mí, por supuesto. Yo lo hacía encantado. Yo me había dormido metiéndole “la pacha”, decimos nosotros, “biberón” dicen en otros lados; en México le dicen “mamila” y en lugar de la mamila, de la pacha, el dedo tenía en la en la boca el niño. Pero entonces ya nos descuidamos el uno del otro, pero no es porque queramos descuidarnos, es por ley natural. El niño, la niña y claro ¿verdad? Y vamos a la tienda ya no estamos pensando en nosotros. Pensamos en la ropita del niño, los zapatitos del niño que no le quedaron. En, compremos esto, compramos aquí, compremos allá. Y para la nena, la niñita de la casa, de la princesa de la casa, yo a mi hija le decía: ¡La reina! Y mi esposa decía: la princesa, porque la reina soy yo. Llegan los hijos la atención es para alguien más.
- La educación y disciplina de los hijos. ¡Ay Dios mío! Aquí comienza a arder Troya. Les voy a decir por qué razón: porque se juntan dos temperamentos que no se ponen de acuerdo. Y aquí a nivel personal: nosotros sufrimos mucho con mi esposa. Porque su estilo de disciplinar, su estilo de castigar es uno y el mío es otro. Y, el problema más serio se presenta. Por ejemplo: mi esposa todo era, garrotear. Todo era el cinto y, “parará y te voy a castigar”. El mío toda la vida ha sido de platicar. Yo soy de: “sentémonos, platiquemos”. Pero mi estilo, mi esposa lo consideró todo el tiempo que no era el mejor estilo, que no era la mejor manera. Entonces es bien complicado cuando usted siendo una persona pacífica y tranquila llega a la casa y lo primero que su mujer le pida: “Sonáte a esos monos porque no sé qué, porque no sé cuándo, y aquí está el cinto, y aquí está el garrote y aquí está el hacha”… Y entonces usted dice: “No, no, no, no, no, entonces; yo quería platicar. No, no, así no. Entonces ahí comienza un conflicto terrible, ¿Verdad? Entonces la situación es bien complicada. “Porque tú eres un gran flojo, porque así nos educan los hijos. Y eso que ninguno de los dos habíamos tenido hijos antes, pero la edad, el orgullo. A esa edad tenemos un orgullo que llega al techo. Entonces ahí uno comienza a defenderse. ¿Y qué quieres tú? Pero no sé qué. Pero que no sé cuándo. Pero que tú aquí. Pero que tú allá. ¿Tú que te has creído? Y tú esto….Entonces en la relación matrimonial, claro no tuvimos, por eso digo: “como como quisiera haber sabido en aquel entonces, lo que se hoy. Haber vivido lo que ahora he vivido”. ¿Me explico? Pero hay situación de, claro como lo dos estamos jóvenes, ¿Verdad? Mi esposa caminaba en ese entonces, y me seguía por todos lados; si, si si. Yo iba al cuarto y ella iba detrás de mí, iba al baño y decía: abrí, o sea yo andaba huyendo. Y eso, eso creó un conflicto bastante, bastante serio. No nos pusimos de acuerdo. Yo tenía un método de disciplina, yo tenía un método de conversar, ella tenía otro, hasta la fecha. El pastor General, hermano Toby bromeaba con mi esposa. Cada vez que venía, él se hospedaba en nuestra casa los primeros años. Y le decía: “¿Miriam por cuántos meses ha castigado a Marcela?” ¿Cuántos meses está castigado Davisito? Bromeando con ella porque era así. Claro ahora, si estudiamos los métodos, platicamos de la situación y hemos llegado a ciertas conclusiones.
- Cuando los Hijos son Adolescentes. Ya sea 1, 2, 3 o 4; son otras personas adicionales a la pareja, que viven en nuestra casa y que ya opinan, señores. Que ya exigen. La señorita llega a 13 años y comienza a preguntar: ¿A qué horas puedo regresar? Y ahí está el conflicto en el hogar. ¿Puedo ir a quedarme con mis amigas? ¿Puedo ir a quedarme con no sé quién? ¿Puedo hacer tal cosa? ¿Puedo quedar con mi primo, con mi prima? Luego suceden desgracias. Yo sé que hay muchas madres, y padres también, que sienten un gran cargo de conciencia porque fueron extremadamente permisivos con sus hijos. Y ahora, ¿Qué es lo que tienen? Cría cuervos y te sacarán los ojos. ¿Ahora qué tienes? Tienes a hijos que se te enfrentan. Tienes a hijos que se ponen al lado tuyo como diciendo: ¿Y qué pues?¿Y tú que eres?¿Y tú quién aquí? ¿Tú quién allá? Y eso no hay cosa que le dé más tristeza a un padre, que un hijo lo confronte de esa manera. Porque los amamos, porque los criamos, porque nos han costado un montonazo; pero claro, como no tuvieron la disciplina adecuada, entonces ahora se creen más que cualquier cosa. Es complicado.
- La Educación. La educación de esos muchachotes. ¿Qué se le permite? ¿Qué no se le permite? ¿A qué hora llegan? ¿Quiénes son sus amistades? Y caemos en la número 6.
- Cansancio Emocional. Y es en esta etapa cuando la mayoría de parejas buscan un consejero. Corrijo, cuando la mayoría de mujeres. Porque si usted le pregunta al hombre dice: “No, si todo está bien”. “Se acaban de sonar, no, sí no pasa nada” Pero ya hay un cansancio emocional todas las frases anteriores causan desgaste, y nunca se habló acerca de ese cansancio. Pero estamos cansados ya, es decir: ya nos ofendimos demasiado. Ya nos dijimos demasiadas cosas. No supimos y no tuvimos la sabiduría de tomar el problema, ponerlo en la mesa, atacar el problema y resolver el problema; sino que nos comenzamos a atacar entre nosotros mismos. Que tú eres aquí, y tú eres allá, y tú no te quedas corto, y tú tal cosa, y tú tal otra. Entonces todo eso, nos va creando una gran distancia entre uno y el otro. Yo les he dicho a ustedes: “La vida matrimonial camina todos los días. La pregunta que tenemos que hacernos es ¿en qué dirección?” Y cuándo parejas vienen a buscar ayuda, a buscar consejería, desafortunadamente están bien lejos el uno del otro, tan lejos que uno ya está durmiendo en la sala. Ya se vive de una manera independiente. Uno piensa de una manera, el otro piensa de la otra. Ese cansancio emocional, ya cualquier cosita a la gente comienza a decir: “es que ya perdí la paciencia”. ¿Por qué? Porque cualquier cosita explotas. Cualquier pequeña gotita ya, es que ya no puedes, porque ya soportaste demasiado y no tuvimos la capacidad de sentarnos, de platicar.
Otra cosa hermanos, que es bien importante. Mira, esta iglesia por 30 años ha tenido Ministerio para Parejas. Pero hacer que el hombre venga a una reunión de “Vínculo de Amor”, hacer que el hombre venga a una reunión de parejas; piensan que es una pérdida de tiempo, cuando en realidad es “una inversión para su relación”. Porque muchos no estarían atravesando por las cosas que han atravesado, si por lo menos se hubieran expuesto a un consejo.
- La Evaluación de la Relación. ¿Qué significa eso? Significa que la mujer está lavando los platos pero está pensando en lo que está pasando en su casa. Significa que la mujer está metiendo la ropa a la lavadora pero lo que ocupa sus pensamientos, no es un corito, no es una alabanza. Sino, está evaluando el trato, los errores que se han cometido, los rechazos, las ofensas, las malas palabras. Se está dando, se está rumiando, se está metiendo cosas en la cabeza. Y esto aquí; y allá, y, bueno ese tipo de situación.
- Aceptación o confrontación. esto no lo va a encontrar en ningún libro porque yo lo he escrito. Es una frase de aceptación o confrontación. ¿Qué significa eso? Depende de su temperamento, depende de su carácter. Hay algunas personas que lo aceptan, entonces aprenden a vivir con una persona tóxica el resto de su vida. Aprende, se aprende. Yo conozco personas que los marido las tratan con las patas y viven con ellos 30 años, 40 años. Yo sé, yo sé de eso, he visto, he trabajado con personas así. Y hombres también, hombres verdad, que las mujeres le dicen: “tan bruto” y ellos jijijiji ¿Verdad? Se acostumbran, y así van caminando, así van pasando los años, van pasando. Por eso es que a esta etapa yo la llamé: aceptación o confrontación, o lo acepta o lo confronta. Hasta aquí llegamos, no más. Ya no quiero más. Ya no quiero seguir. Hasta que llega la situación. Entonces tenemos esas dos cosas: o aceptamos la situación o confrontamos. Pero vivir en confrontación todos los días. ¿Quién quiere vivir así por amor de Dios? ¿Quién quiere vivir peleando mañana tarde y noche? Eso es un desgaste mi hermano, no se puede vivir de esa manera. Bajo esa etapa de aceptación o confrontación, se nos presentan dos cosas: perdonamos y seguimos adelante; o si no se perdona, esa confrontación continúa. Luego viene esa la fase número 9
- Expectativa ¿Qué quiere decir eso? Se espera que después de tantos años la persona cambia, solo que hay un factor: algunas personas nunca cambian. Ahora, yo no quiero desanimarlo.
- Decisiones de Cambio o Resignación. A estas alturas pasaron muchos años. Entonces vienen situaciones como: es que yo no puedo vivir sola porque a mí no me alcanza el salario para pagar la renta. A mí no me alcanza el salario para pagar la comida. A mí no me alcanza el salario para tener un carro. Mis hijas ya se acostumbraron a que vamos en un carro por aquí, en un carro por allá. Ya se acostumbraron que el fin de semana salimos a comer. Ya se acostumbraron a comprar zapatos de 200 dólares. Ya se acostumbraron, se acostumbraron, se acostumbraron, entonces que le queda: resignación. Y esas cosas comienzan a meterse en su cabeza. Porque, repito no todas se pueden mantener a sí mismas. Otra cosa que yo he escuchado, que me lo han dicho: Ay pastor, es que yo no puedo vivir sin un hombre. Y yo digo: Ok. Y otra cosa más es que: no todas están dispuestas a comenzar de nuevo.
Ahora en los minutos que nos quedan, ¿Pastor y entonces cómo puedo lograr un matrimonio fuerte, estable, y duradero?
En primer lugar reconozca sus imperfecciones, hombre. Es que no se trata de pelear para demostrarle a mi cónyuge que yo tengo la razón. Esa es la batalla equivocada, no se trata de eso. Reconozca. Reconocer esa primera cosa. Pero, ¿Qué es lo que pasa? Su marido piensa que todo está bien. Usualmente, esto es casi por regla general, la mujer se está ahogando en un vaso de agua y el marido tranquilo viendo en el super ball, el soccer. Y la mujer piensa que hay problema, y le molesta que el hombre esté ahí, aplastadote, con la gran barriga afuera viendo el partido de fútbol, y dice ella: esta casa se está cayendo. Y el hombre dice entonces: ¡No seas tan exagerada! Necesitamos platicar. Cuando termine el partido; y ya el hombre se hace el mismo ¿Por qué? Porque según él, todo está bien. Y hay un problema serio, que no se ha resuelto. Hay cabos que no se han puesto juntos. Hay conversaciones que están pendientes desde hace mucho tiempo. Hay que reconocer nuestras imperfecciones y entender que cada vez que ofendemos o cometemos un error debemos pedir perdón. Efesios 4:32 dice: “Antes ser benignos unos con otros, (mire usted) misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
En segundo lugar, y esto tal vez es el más importante de todas las otras cosas de cómo lograr un matrimonio fuerte, estable y duradero: póngase a cuentas con Dios. Póngase a cuentas con Dios, las personas que yo conozco, la inmensa mayoría de gente con problemas matrimoniales están mal con el Señor. Están mal, están metidos en un vicio, están metidos en una porquería. Están fuera, alejados completamente del evangelio. ¿Cómo quieren que Dios intervenga? ¿Cómo quieren que Dios haga un milagro? ¿Cómo quieren que Dios manifieste su gloria en esa relación si están tan alejados? La iglesia la toman como cualquier cosa. ¿Agarra su biblia usted? ¿Lee la palabra del Señor? ¿Cuándo fue la última vez que se puso de rodillas a leer la palabra y clamar al cielo? Póngase a cuenta con Dios. Dios es el mejor consejero del mundo hermanos, escudriñe la palabra. Otra cosa, que es súper importante: si Dios le habla al corazón, obedézcale. Si a usted le dice el Señor en este momento: “mira le hablaste muy feo a tu esposa, le hablaste muy feo a tu mujer, eso no está bien” Dios le está hablando al corazón. Y usted dice: “pero es que ella aquí, pero es que ella allá”. Y el Señor le está diciendo: No, ve y ponte a cuentas con ella. Obedezca. Agarre ese orgullo maldito que tiene y tíralo en el toilet. Es su mujer. Ahora recuerde usted una cosa, además de su mujer, dice Dios: “Es mi hija”. Es tu esposa, pero también es tu hermana en Cristo. Has ofendido a una hermana en Cristo. Y si usted no perdona a la gente sus ofensas, Dios tampoco. Entonces, agarre su orgullo tírelo a la basura hermano o hermana. Yo he tenido personas aquí en consejería, parejas que me dicen: “Pastor tenemos 18 años de casados y él (o ella) nunca me ha pedido perdón”. Imagínate qué orgullo más inmenso. No, ¿Yo perdón? ¿Para qué? Que te perdone Dios. Que orgullo, ¿Verdad? Que orgullo. Cuando Dios le hable al corazón, obedezca. Escudriñe la palabra. Póngase a cuentas con Dios, mi hermano. Mire, no hay batalla que Dios pierda. Pero, busque al Señor, búsquelo de todo corazón. Métase. Que Dios le transforme el alma, que le transforme el corazón.
Entonces primero: “reconozca sus errores”. Segundo: “póngase a cuenta con Dios.
En tercer lugar: Mire, esfuércese por ser una mejor persona. Déjeme decirle algo: “usted debe tener buenas cualidades”, es por eso que su esposa se enamoró de usted. No por su linda cara, debe tener buenas cualidades hombre. Entonces trate; ya que la regamos, la embadornamos, como dicen algunos; trate de ser aquella persona que su esposa conoció. Trate de ser aquella persona que es que su esposo conoció. Trate la manera. Si su marido dice: “hija pero es que está muy amargada mi amor. Ahora cualquier cosita, ya comienzas a aventar cosas por aquí, a decir cosas por allá, a tirar indirectas, mija. Reconózcalo. Saque lo mejor que usted. Piénselo por un instante. Fíjate que yo en consejería le digo a las personas: Mire, trate de ser una mejor persona. Y escúchame esto: no lo haga por su mujer, hombre. Hágalo por usted mismo y por Dios. Hágalo por usted mismo y por Dios. Porque uno nunca sabe cómo va a terminar la situación. Ser mejor persona. Si usted dice: oye yo pienso que me estoy saliendo de onda, mano. ¡Hágalo! Trate de ser una mejor persona. Si usted es ofensivo, si usted daña, si usted dice malas palabras a su esposa, o a su esposo. Corríjase, pida perdón. Dígale: “Mira, hija linda, perdóname. Voy a intentarlo. La verdad es que sí, he sido un grosero contigo. Lo siento verdaderamente, pero a partir de ahora, quiero hacer las cosas diferentes.
Ahora, termino con esto: se necesita de dos personas dispuestas a resolver. (¿Me escuchó?) Hay un dicho que dice: “se necesitan dos, para que un matrimonio sea un éxito. Y se necesita uno, para que sea un fracaso”. Se lo repito: “se necesitan dos personas para que un matrimonio sea un éxito; y se necesita uno para que el matrimonio sea un fracaso”
Y quiero dejarlos ir con una sola palabra. Es la palabra: Voluntad. Cuando uno de los dos, ya no tiene voluntad de resolver una situación, es bien difícil. Uno de los dos. Porque, el hombre puede venir y rectificar. Puede decir: híjole mi hermano la regué. Pero a partir de ahora sí. Pero si usted llegó a ese puntito 8 que le mencioné. Donde la señora ya llegó al máximo grado de enfado. Donde ya no hay más nada. Cuando ya se hizo un daño emocional, eso es terrible. La verdad. No hay nada que puedas hacer. ¿Qué puedes hacer? Pero es que mira mi amor. No, no, no. Es que ya llegó ese punto. No hay voluntad. Y es triste. Le voy a decir ¿por qué? Es triste porque, que estén con uno por lástima, no se vale. Yo siempre he creído que un creyente no debe ser digno de lástima, jamás, jamás. ¡Tenemos a un Dios de Gloria en los cielos que nos ama! ¡Tenemos a un Dios de Gloria que nos perdona! Pero que alguien diga: “yo estoy aquí por vos, para que no te mueras de hambre” “Y vos mira, si lo que tienes, lo tienes por mí”. Y hay hombres todavía que le dice: “acuérdate donde te fui a recoger, allá a aquel pueblito, con los calzones cortos. Si vos andabas con chancletas, con sandalias, andaba descalzo y yo te he honrado.” Y se lo pasan diciendo eso todo el tiempo. Vivir por lástima no. ¡Tenemos a un Dios de Gloria en los cielos!
El salmos 127 versículo 1 nos dice: “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican”… En vano trabajan ustedes. Entonces señora, tómele un poquito más de amor a Dios y al reino. Señor, tómele un poquito más de amor a Dios y al reino. Porque si usted por sus propios medios trata de resolver sus problemas matrimoniales van a terminar en fracaso.
Ahora habiendo dicho esto. Yo, soy un hombre que creo poderosamente en la oración. Déjenme decirles que, cuando hay dos personas que dicen: bueno, ¿Sabes qué? Démonos la última oportunidad. Chévere. Hermano, si esas dos personas vuelven su rostro al creador de los cielos y la tierra. Si esas dos personas se comprometen a venir a la casa de Dios, a leer la bendita palabra del Señor juntos, a adorar a Dios juntos, a meterse en un ministerio, a trabajar en medio de todo esto. Yo he visto milagros en parejas. ¡Milagros! Dios cambia corazones hermano. Cuando creemos en el poder de la oración, y repito como pareja. Porque cuando uno de los dos dice: “hasta aquí”. Eso es bien complicado, eso es bien difícil. Pero recordemos, que para nuestro Dios no hay nada que sea imposible.
Incline su rostro. Oremos al Señor: Padre querido. Te damos gracias Señor por nuestras esposas. Gracias por los maridos que están acá presentes, por las esposas que están acá presentes. Señor, al escuchar tu palabra bendita en este día, reconocemos nuestras imperfecciones y te pedimos Señor que nos ayudes a seguir caminando. Te pido por cada una de aquellas parejas que están batallando, que sufren en silencio, por aquellos que lloran por alguna situación complicada en su vida matrimonial. Ten misericordia Señor. Queremos salir de tu casa en este día, creyendo, que a pesar de las dificultades, tú tienes poder. Que a pesar de nuestros inconvenientes, tú sigues en Gloria y tienes control de todas las cosas. Que tú puedes cambiar corazones, que puedes cambiar vidas. Te ruego mi Señor que bendigas a cada pareja, a cada matrimonio de esta iglesia.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón déjeme decirle: Que Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Quiero hacer esta invitación, para las personas que están en este momento en el templo, aquí con nosotros. Si usted quizá es la primera vez que está con nosotros y nunca antes ha recibido a Cristo. Déjeme decirle que Dios mandó a su hijo Jesús, a morir en la cruz del calvario, por usted y por mí. Que en Cristo hay perdón de pecados. Si usted me dice: “Pastor, yo necesito a Dios, nuestra familia, nuestra pareja, nuestro matrimonio necesita a Dios”. Entonces yo le invito para que dé ese primer paso. Es un paso de fe. Cuando usted le abre el corazón a Jesucristo y lo recibe como el Señor y Salvador personal. Si usted me dice: “Pastor, yo necesito a Dios en mi vida” yo le invito para que reciba Cristo en su corazón. Si hay alguna persona que quiere entregarle su vida al Señor. Ahí donde está, yo le invito para que se ponga de pie. Levante su mano. Alguien se va a acercar a usted para ayudarle a hacer una oración, que es la Oración del Penitente. ¡Que Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios! Si hay alguien más, levante su mano, póngase de pie. Entréguele su vida al Señor Jesucristo. No hablamos de cambiar de iglesia, no hablamos de cambiar de religión. Hablamos de conocer a Jesús, hablamos de comenzar una vida nueva con Dios, entréguele su vida a Cristo. Usted que nos mira por internet, también usted puede hacer lo mismo, a través de una oración de fe. Dígale: “Señor en este día, te pido perdón por mis faltas. Reconozco que soy pecador y te invito a que vengas a mi corazón y a mi vida. Si usted su esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa y Bendita palabra.
Mi Señor a ti y sólo a ti te damos la Honra y la Gloria. Bendice a tu pueblo. En el nombre de Jesús, Amén y amén.
Problemas en el Matrimonio
febrero 13, 2022 – 1:30pm | Proverbios 11: 29 | Dr David Rodríguez
Etiquetas: febrero 2022, pastor david rodriguez, proverbios, transcripcion
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor, por favor, mis amados hermanos, en el libro de Proverbios capítulo 11. Siempre estamos buscando la manera de ayudar a las parejas, a los matrimonios a vivir como Dios manda. Y en esta oportunidad el tema, el mensaje de este día, disculpe que es el día del amor verdad, pero: “Problemas en el matrimonio”, Proverbios capítulo 11 versículo 29.
La Biblia es la fuente de toda sabiduría, mis amados hermanos. La palabra del Señor es verdad. La palabra de Dios no se equivoca nunca. Y en este versículo en sus primeras letras, en sus primeras palabras dice: 29El que turba su casa heredará (¿Qué cosa?) viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón. El que turba su casa heredará viento, no puede heredar paz, no puede producir paz: el que turba su casa heredará viento y después del punto y coma dice: el necio. Porque el necio es el que turba su casa. El necio es el que produce vientos en su casa.
Luego quiero que pasemos a otro versículo que está en Proverbios 12:15, fíjate: primero “el que turba su casa” y luego en este versículo 15 El camino del necio es derecho en su opinión; más el que obedece al consejo ese es sabio. Este es un versículo maravilloso, maravilloso: el camino del necio es derecho en su opinión, ¿Qué significa eso? Que todas las personas necias creen que están en lo correcto. Que todas las personas necias creen que lo que ellos piensan, que lo que ellos creen, que lo que ellos dicen, así son las cosas.
Y luego como se nos está hablando del necio en Proverbios 27:15 se nos habla también de las señoras, por favor que todas las señoras busquen este versículo. Dice: 15Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa; son semejantes. En mi rancho dirían “énticas”. Entonces fíjate: (Proverbios 11:29): “El que turba a su casa hereda viento”, y eso es tanto el hombre o la mujer. Pero luego nos dice la escritura (Proverbios 12:15): “El camino del hombre necio es derecho en su opinión” pero “el que obedece al consejo es sabio”. Y luego en el caso de las señoras nos dice (Proverbios 27:15): “gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes”.
Que Dios bendiga esta palabra.
El matrimonio es un diseño divino, es un diseño de Dios. Desde Génesis capítulo 2 versículo 18, cuando Jehová Dios estaba creándolo todo: 18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo… ¿Escuchó? Es decir, Dios, que es nuestro creador, Él ha dicho: “No, no es bueno”. 18“…No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” En la Traducción en el Lenguaje Actual (TLA) el versículo dice de esta manera: “Luego Dios dijo: no está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle a alguien que lo acompañe y lo ayude”. Eso dice el versículo en la TLA. Es por eso que (Génesis 2:22 a 24): 22De la costilla que Jehová tomó del hombre hizo una mujer y la trajo a Adán. Cuando Adán se dio cuenta y la descubrió dijo: 23Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, (será llamada hembra), será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Y luego esa es la razón, según otras traducciones dice, por la cual en el versículo siguiente dice: 24Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Luego en el versículo 25 nos habla de esa intimidad: Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban. El hombre estaba desnudo con su mujer y no se avergonzaba, es decir desde el momento que el Señor dice en su palabra que 18no es bueno que el hombre esté solo, nos habla de necesidades que tenemos los hombres y las mujeres. Necesidad. Usted no la eligió mi querido hermano, usted no lo escogió mi querida hermana. Dios nos diseñó de esa manera. Hay necesidad emocional, necesidad social, de ayuda, de complemento.
Bueno el matrimonio, déjeme decirles, es una experiencia maravillosa cuando se sabe llevar. ¿Me escuchó? El matrimonio es una experiencia maravillosa cuando se sabe llevar. El matrimonio es un infierno cuando no se sabe llevar. El matrimonio nos permite tener intimidad en todas las áreas de nuestra vida. Una intimidad que no se puede obtener por ningún otro lugar. Intimidad emocional, es decir: abrir el corazón. Cuando la biblia dice (Génesis 2): 18haré ayuda idónea, está hablando de una compañera, está hablando de una amiga, de un amigo. El marido debe ser el mejor amigo que tiene la esposa. La esposa debe ser la mejor amiga que tiene el esposo, porque eso fue lo que Dios tenía en mente cuando creó esta necesidad, de intimidad emocional. Es maravilloso el matrimonio porque también nos ofrece intimidad familiar. ¿En qué sentido? Mire, fíjate que aunque los matrimonios sean el infierno más ardiente de este mundo, los hijos que produce el matrimonio son los seres más queridos. ¿Sí o no? Si la mayor cantidad de parejas que yo conozco que están separadas o divorciadas o ya rejuntada con segundos, terceros o cuartos, dicen ellos: “Mire yo lamento haberme casado con ese hombre, lamento haberme casado con esa mujer. Lo único bueno que salió de todo eso son mis hijos, son mis hijas” ¿Explico? Lo único. Entonces, eso solamente lo ofrece la relación matrimonial. Intimidad emocional, porque necesitamos abrir el corazón, porque necesitamos hablar con alguien. No cualquier cosa, no hablar de fútbol sino, hablar de intimidad del alma. Intimidad familiar porque nos produce a nuestros hijos. Intimidad social, porque obviamente nosotros compartimos con personas cercanas, con amigos. Compartimos con los papás de ella, los familiares de ella, que se convierten en mis familiares y mis familiares se convierten en los familiares de esta persona. Intimidad sexual, que es la cercanía a través del sexo sin miedos, sin temores; porque cuando Adán y Eva estaban juntos no tenían vergüenza de encontrarse el uno desnudo y el otro igual. Como pareja compartimos las ideas, los sueños, juntos miramos el horizonte. Si una pareja considera que las ideas, mire, que no se comparten; que los sueños, que el horizonte para nuestro futuro no es el mismo pero; hay que platicarlo, hay que hablarlo, hay que saber en qué dirección nos estamos moviendo.
Hay unas frases lindas acerca del matrimonio que me encantan. No son cualquier tipo de frases. Las encuentra usted, son frases de varios autores de varios libros, que hablan acerca de la vida matrimonial, de la relación matrimonial, y me gustó y escogí a algunas; por ejemplo:
“El matrimonio perfecto se compone de dos personas imperfectas que saben perdonar y no saben renunciar” Me encanta, me gusta. Se da cuenta usted que hay parejas que tienen ya 20 años de casados y en los 20 años de casados han tenido como 40 amenazas. Me voy a divorciar, te voy a dejar, me voy a ir, te voy a mandar a la fregada, voy a hacer aquí, voy a hacer allá. Entonces, este matrimonio, se compone de dos personas imperfectas que saben perdonar y no saben renunciar.
“El éxito del matrimonio no es cuestión de suerte, es: cuando dos personas toman seriamente la promesa de ayudarse cuidarse, ser pacientes, perdonarse y amarse en todo momento” ¡Dígame usted! Si el enunciado matrimonial lo dice: promete usted amar a esta mujer bajo cualquier circunstancia: en la tristeza, en la alegría, en prosperidad, en pobreza. ¿Y qué contesta usted? Lo prometo, dijo. Bueno, el éxito del matrimonio no es cuestión de suerte; “hay que bueno le fue aquello”. No, de ninguna manera. Es cuando dos personas toman seriamente la promesa de ayudarse, cuidarse, ser pacientes, perdonarse y amarse en todo momento.
“El matrimonio es una barca, que lleva dos personas por un mar tormentoso, si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde”. Me gusta eso.
Este otro es solamente para los que no están casados todavía, dice así: “El matrimonio es uno de los viajes más difíciles del mundo. Así que al elegir tu pareja, no escojas la más bonita, al más guapo, a la más dulce o al más complaciente, sino, tienes que buscar el mejor compañero de viaje”. Me gusta esto. Me encanta. Yo sé que algunos están diciendo: “la regué pues”. El matrimonio es uno de los viajes más difíciles del mundo; y lo que hemos estado casado, los que estamos casados sabemos que es así; así que al elegir tu pareja no escojas la más bonita, al más guapo la más dulce o el más complaciente, sino, que tienes que buscar al mejor compañero de viaje.
Esta última también me gusta: “En el matrimonio siempre hay motivos para divorciarse, la clave está en encontrar motivos para continuar juntos”. ¿Se dan cuenta?
Todos los matrimonios generalmente pasamos por las siguientes etapas o fases dentro de nuestra relación.
- Transición y Adaptación. Esa es la etapa de luna de miel, la emoción de conocernos, el descubrimiento de la intimidad. No han llegado hijos. ¡Qué bonito! Todavía se sienten mariposas en el estómago. Usted puede notar con ver a los ojos a la persona, que está enamorada, se nota, o entusiasmada, pues cualquiera de las dos, ¿Verdad? pero hay un brillo en los ojos del individuo, hay un brillo en los ojos de la persona, hay algo diferente y es esta etapa por la que todos atravesamos. Yo me acuerdo de cada una de estas etapas en mi vida matrimonial; cada una de ellas. Bueno esa es la primera.
Y luego comienza ya el complot de la vida. Nadie entra al matrimonio con el deseo de que su matrimonio sea una desgracia, nadie. Todos entramos al matrimonio ilusionados. Entramos al matrimonio con ilusión férrea, profunda. ¡Qué lindo, que rico, me encanta, me gusta!
- Cuando llegan los hijos. También es lindísimo, por supuesto que sí. Yo a mis hijos los he disfrutado y los he disfrutado al máximo. ¡Me encanta, me ha encantado! Pero, ¿qué es lo que pasa? Que llega a una tercera persona a la casa, entonces la atención ya pertenece a alguien más. Ya no es cuestión de que: mi amorcito, mamacita, mira un cafecito, por aquí. No, no, hay que estar ahí, no vaya a ser que con la almohada se ahoga el niño este, pues. Y nosotros que somos buenos latinos, ¿Verdad? Imagínate, bueno latinos. La intimidad, en nuestro hogar, en nuestra casa, la intimidad de nuestra alcoba, la perturbamos porque queremos dormir con el niño en medio de los dos. Yo me acuerdo de todo esto. Mi esposa siempre me mandaba a mí, por supuesto. Yo lo hacía encantado. Yo me había dormido metiéndole “la pacha”, decimos nosotros, “biberón” dicen en otros lados; en México le dicen “mamila” y en lugar de la mamila, de la pacha, el dedo tenía en la en la boca el niño. Pero entonces ya nos descuidamos el uno del otro, pero no es porque queramos descuidarnos, es por ley natural. El niño, la niña y claro ¿verdad? Y vamos a la tienda ya no estamos pensando en nosotros. Pensamos en la ropita del niño, los zapatitos del niño que no le quedaron. En, compremos esto, compramos aquí, compremos allá. Y para la nena, la niñita de la casa, de la princesa de la casa, yo a mi hija le decía: ¡La reina! Y mi esposa decía: la princesa, porque la reina soy yo. Llegan los hijos la atención es para alguien más.
- La educación y disciplina de los hijos. ¡Ay Dios mío! Aquí comienza a arder Troya. Les voy a decir por qué razón: porque se juntan dos temperamentos que no se ponen de acuerdo. Y aquí a nivel personal: nosotros sufrimos mucho con mi esposa. Porque su estilo de disciplinar, su estilo de castigar es uno y el mío es otro. Y, el problema más serio se presenta. Por ejemplo: mi esposa todo era, garrotear. Todo era el cinto y, “parará y te voy a castigar”. El mío toda la vida ha sido de platicar. Yo soy de: “sentémonos, platiquemos”. Pero mi estilo, mi esposa lo consideró todo el tiempo que no era el mejor estilo, que no era la mejor manera. Entonces es bien complicado cuando usted siendo una persona pacífica y tranquila llega a la casa y lo primero que su mujer le pida: “Sonáte a esos monos porque no sé qué, porque no sé cuándo, y aquí está el cinto, y aquí está el garrote y aquí está el hacha”… Y entonces usted dice: “No, no, no, no, no, entonces; yo quería platicar. No, no, así no. Entonces ahí comienza un conflicto terrible, ¿Verdad? Entonces la situación es bien complicada. “Porque tú eres un gran flojo, porque así nos educan los hijos. Y eso que ninguno de los dos habíamos tenido hijos antes, pero la edad, el orgullo. A esa edad tenemos un orgullo que llega al techo. Entonces ahí uno comienza a defenderse. ¿Y qué quieres tú? Pero no sé qué. Pero que no sé cuándo. Pero que tú aquí. Pero que tú allá. ¿Tú que te has creído? Y tú esto….Entonces en la relación matrimonial, claro no tuvimos, por eso digo: “como como quisiera haber sabido en aquel entonces, lo que se hoy. Haber vivido lo que ahora he vivido”. ¿Me explico? Pero hay situación de, claro como lo dos estamos jóvenes, ¿Verdad? Mi esposa caminaba en ese entonces, y me seguía por todos lados; si, si si. Yo iba al cuarto y ella iba detrás de mí, iba al baño y decía: abrí, o sea yo andaba huyendo. Y eso, eso creó un conflicto bastante, bastante serio. No nos pusimos de acuerdo. Yo tenía un método de disciplina, yo tenía un método de conversar, ella tenía otro, hasta la fecha. El pastor General, hermano Toby bromeaba con mi esposa. Cada vez que venía, él se hospedaba en nuestra casa los primeros años. Y le decía: “¿Miriam por cuántos meses ha castigado a Marcela?” ¿Cuántos meses está castigado Davisito? Bromeando con ella porque era así. Claro ahora, si estudiamos los métodos, platicamos de la situación y hemos llegado a ciertas conclusiones.
- Cuando los Hijos son Adolescentes. Ya sea 1, 2, 3 o 4; son otras personas adicionales a la pareja, que viven en nuestra casa y que ya opinan, señores. Que ya exigen. La señorita llega a 13 años y comienza a preguntar: ¿A qué horas puedo regresar? Y ahí está el conflicto en el hogar. ¿Puedo ir a quedarme con mis amigas? ¿Puedo ir a quedarme con no sé quién? ¿Puedo hacer tal cosa? ¿Puedo quedar con mi primo, con mi prima? Luego suceden desgracias. Yo sé que hay muchas madres, y padres también, que sienten un gran cargo de conciencia porque fueron extremadamente permisivos con sus hijos. Y ahora, ¿Qué es lo que tienen? Cría cuervos y te sacarán los ojos. ¿Ahora qué tienes? Tienes a hijos que se te enfrentan. Tienes a hijos que se ponen al lado tuyo como diciendo: ¿Y qué pues?¿Y tú que eres?¿Y tú quién aquí? ¿Tú quién allá? Y eso no hay cosa que le dé más tristeza a un padre, que un hijo lo confronte de esa manera. Porque los amamos, porque los criamos, porque nos han costado un montonazo; pero claro, como no tuvieron la disciplina adecuada, entonces ahora se creen más que cualquier cosa. Es complicado.
- La Educación. La educación de esos muchachotes. ¿Qué se le permite? ¿Qué no se le permite? ¿A qué hora llegan? ¿Quiénes son sus amistades? Y caemos en la número 6.
- Cansancio Emocional. Y es en esta etapa cuando la mayoría de parejas buscan un consejero. Corrijo, cuando la mayoría de mujeres. Porque si usted le pregunta al hombre dice: “No, si todo está bien”. “Se acaban de sonar, no, sí no pasa nada” Pero ya hay un cansancio emocional todas las frases anteriores causan desgaste, y nunca se habló acerca de ese cansancio. Pero estamos cansados ya, es decir: ya nos ofendimos demasiado. Ya nos dijimos demasiadas cosas. No supimos y no tuvimos la sabiduría de tomar el problema, ponerlo en la mesa, atacar el problema y resolver el problema; sino que nos comenzamos a atacar entre nosotros mismos. Que tú eres aquí, y tú eres allá, y tú no te quedas corto, y tú tal cosa, y tú tal otra. Entonces todo eso, nos va creando una gran distancia entre uno y el otro. Yo les he dicho a ustedes: “La vida matrimonial camina todos los días. La pregunta que tenemos que hacernos es ¿en qué dirección?” Y cuándo parejas vienen a buscar ayuda, a buscar consejería, desafortunadamente están bien lejos el uno del otro, tan lejos que uno ya está durmiendo en la sala. Ya se vive de una manera independiente. Uno piensa de una manera, el otro piensa de la otra. Ese cansancio emocional, ya cualquier cosita a la gente comienza a decir: “es que ya perdí la paciencia”. ¿Por qué? Porque cualquier cosita explotas. Cualquier pequeña gotita ya, es que ya no puedes, porque ya soportaste demasiado y no tuvimos la capacidad de sentarnos, de platicar.
Otra cosa hermanos, que es bien importante. Mira, esta iglesia por 30 años ha tenido Ministerio para Parejas. Pero hacer que el hombre venga a una reunión de “Vínculo de Amor”, hacer que el hombre venga a una reunión de parejas; piensan que es una pérdida de tiempo, cuando en realidad es “una inversión para su relación”. Porque muchos no estarían atravesando por las cosas que han atravesado, si por lo menos se hubieran expuesto a un consejo.
- La Evaluación de la Relación. ¿Qué significa eso? Significa que la mujer está lavando los platos pero está pensando en lo que está pasando en su casa. Significa que la mujer está metiendo la ropa a la lavadora pero lo que ocupa sus pensamientos, no es un corito, no es una alabanza. Sino, está evaluando el trato, los errores que se han cometido, los rechazos, las ofensas, las malas palabras. Se está dando, se está rumiando, se está metiendo cosas en la cabeza. Y esto aquí; y allá, y, bueno ese tipo de situación.
- Aceptación o confrontación. esto no lo va a encontrar en ningún libro porque yo lo he escrito. Es una frase de aceptación o confrontación. ¿Qué significa eso? Depende de su temperamento, depende de su carácter. Hay algunas personas que lo aceptan, entonces aprenden a vivir con una persona tóxica el resto de su vida. Aprende, se aprende. Yo conozco personas que los marido las tratan con las patas y viven con ellos 30 años, 40 años. Yo sé, yo sé de eso, he visto, he trabajado con personas así. Y hombres también, hombres verdad, que las mujeres le dicen: “tan bruto” y ellos jijijiji ¿Verdad? Se acostumbran, y así van caminando, así van pasando los años, van pasando. Por eso es que a esta etapa yo la llamé: aceptación o confrontación, o lo acepta o lo confronta. Hasta aquí llegamos, no más. Ya no quiero más. Ya no quiero seguir. Hasta que llega la situación. Entonces tenemos esas dos cosas: o aceptamos la situación o confrontamos. Pero vivir en confrontación todos los días. ¿Quién quiere vivir así por amor de Dios? ¿Quién quiere vivir peleando mañana tarde y noche? Eso es un desgaste mi hermano, no se puede vivir de esa manera. Bajo esa etapa de aceptación o confrontación, se nos presentan dos cosas: perdonamos y seguimos adelante; o si no se perdona, esa confrontación continúa. Luego viene esa la fase número 9
- Expectativa ¿Qué quiere decir eso? Se espera que después de tantos años la persona cambia, solo que hay un factor: algunas personas nunca cambian. Ahora, yo no quiero desanimarlo.
- Decisiones de Cambio o Resignación. A estas alturas pasaron muchos años. Entonces vienen situaciones como: es que yo no puedo vivir sola porque a mí no me alcanza el salario para pagar la renta. A mí no me alcanza el salario para pagar la comida. A mí no me alcanza el salario para tener un carro. Mis hijas ya se acostumbraron a que vamos en un carro por aquí, en un carro por allá. Ya se acostumbraron que el fin de semana salimos a comer. Ya se acostumbraron a comprar zapatos de 200 dólares. Ya se acostumbraron, se acostumbraron, se acostumbraron, entonces que le queda: resignación. Y esas cosas comienzan a meterse en su cabeza. Porque, repito no todas se pueden mantener a sí mismas. Otra cosa que yo he escuchado, que me lo han dicho: Ay pastor, es que yo no puedo vivir sin un hombre. Y yo digo: Ok. Y otra cosa más es que: no todas están dispuestas a comenzar de nuevo.
Ahora en los minutos que nos quedan, ¿Pastor y entonces cómo puedo lograr un matrimonio fuerte, estable, y duradero?
En primer lugar reconozca sus imperfecciones, hombre. Es que no se trata de pelear para demostrarle a mi cónyuge que yo tengo la razón. Esa es la batalla equivocada, no se trata de eso. Reconozca. Reconocer esa primera cosa. Pero, ¿Qué es lo que pasa? Su marido piensa que todo está bien. Usualmente, esto es casi por regla general, la mujer se está ahogando en un vaso de agua y el marido tranquilo viendo en el super ball, el soccer. Y la mujer piensa que hay problema, y le molesta que el hombre esté ahí, aplastadote, con la gran barriga afuera viendo el partido de fútbol, y dice ella: esta casa se está cayendo. Y el hombre dice entonces: ¡No seas tan exagerada! Necesitamos platicar. Cuando termine el partido; y ya el hombre se hace el mismo ¿Por qué? Porque según él, todo está bien. Y hay un problema serio, que no se ha resuelto. Hay cabos que no se han puesto juntos. Hay conversaciones que están pendientes desde hace mucho tiempo. Hay que reconocer nuestras imperfecciones y entender que cada vez que ofendemos o cometemos un error debemos pedir perdón. Efesios 4:32 dice: “Antes ser benignos unos con otros, (mire usted) misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
En segundo lugar, y esto tal vez es el más importante de todas las otras cosas de cómo lograr un matrimonio fuerte, estable y duradero: póngase a cuentas con Dios. Póngase a cuentas con Dios, las personas que yo conozco, la inmensa mayoría de gente con problemas matrimoniales están mal con el Señor. Están mal, están metidos en un vicio, están metidos en una porquería. Están fuera, alejados completamente del evangelio. ¿Cómo quieren que Dios intervenga? ¿Cómo quieren que Dios haga un milagro? ¿Cómo quieren que Dios manifieste su gloria en esa relación si están tan alejados? La iglesia la toman como cualquier cosa. ¿Agarra su biblia usted? ¿Lee la palabra del Señor? ¿Cuándo fue la última vez que se puso de rodillas a leer la palabra y clamar al cielo? Póngase a cuenta con Dios. Dios es el mejor consejero del mundo hermanos, escudriñe la palabra. Otra cosa, que es súper importante: si Dios le habla al corazón, obedézcale. Si a usted le dice el Señor en este momento: “mira le hablaste muy feo a tu esposa, le hablaste muy feo a tu mujer, eso no está bien” Dios le está hablando al corazón. Y usted dice: “pero es que ella aquí, pero es que ella allá”. Y el Señor le está diciendo: No, ve y ponte a cuentas con ella. Obedezca. Agarre ese orgullo maldito que tiene y tíralo en el toilet. Es su mujer. Ahora recuerde usted una cosa, además de su mujer, dice Dios: “Es mi hija”. Es tu esposa, pero también es tu hermana en Cristo. Has ofendido a una hermana en Cristo. Y si usted no perdona a la gente sus ofensas, Dios tampoco. Entonces, agarre su orgullo tírelo a la basura hermano o hermana. Yo he tenido personas aquí en consejería, parejas que me dicen: “Pastor tenemos 18 años de casados y él (o ella) nunca me ha pedido perdón”. Imagínate qué orgullo más inmenso. No, ¿Yo perdón? ¿Para qué? Que te perdone Dios. Que orgullo, ¿Verdad? Que orgullo. Cuando Dios le hable al corazón, obedezca. Escudriñe la palabra. Póngase a cuentas con Dios, mi hermano. Mire, no hay batalla que Dios pierda. Pero, busque al Señor, búsquelo de todo corazón. Métase. Que Dios le transforme el alma, que le transforme el corazón.
Entonces primero: “reconozca sus errores”. Segundo: “póngase a cuenta con Dios.
En tercer lugar: Mire, esfuércese por ser una mejor persona. Déjeme decirle algo: “usted debe tener buenas cualidades”, es por eso que su esposa se enamoró de usted. No por su linda cara, debe tener buenas cualidades hombre. Entonces trate; ya que la regamos, la embadornamos, como dicen algunos; trate de ser aquella persona que su esposa conoció. Trate de ser aquella persona que es que su esposo conoció. Trate la manera. Si su marido dice: “hija pero es que está muy amargada mi amor. Ahora cualquier cosita, ya comienzas a aventar cosas por aquí, a decir cosas por allá, a tirar indirectas, mija. Reconózcalo. Saque lo mejor que usted. Piénselo por un instante. Fíjate que yo en consejería le digo a las personas: Mire, trate de ser una mejor persona. Y escúchame esto: no lo haga por su mujer, hombre. Hágalo por usted mismo y por Dios. Hágalo por usted mismo y por Dios. Porque uno nunca sabe cómo va a terminar la situación. Ser mejor persona. Si usted dice: oye yo pienso que me estoy saliendo de onda, mano. ¡Hágalo! Trate de ser una mejor persona. Si usted es ofensivo, si usted daña, si usted dice malas palabras a su esposa, o a su esposo. Corríjase, pida perdón. Dígale: “Mira, hija linda, perdóname. Voy a intentarlo. La verdad es que sí, he sido un grosero contigo. Lo siento verdaderamente, pero a partir de ahora, quiero hacer las cosas diferentes.
Ahora, termino con esto: se necesita de dos personas dispuestas a resolver. (¿Me escuchó?) Hay un dicho que dice: “se necesitan dos, para que un matrimonio sea un éxito. Y se necesita uno, para que sea un fracaso”. Se lo repito: “se necesitan dos personas para que un matrimonio sea un éxito; y se necesita uno para que el matrimonio sea un fracaso”
Y quiero dejarlos ir con una sola palabra. Es la palabra: Voluntad. Cuando uno de los dos, ya no tiene voluntad de resolver una situación, es bien difícil. Uno de los dos. Porque, el hombre puede venir y rectificar. Puede decir: híjole mi hermano la regué. Pero a partir de ahora sí. Pero si usted llegó a ese puntito 8 que le mencioné. Donde la señora ya llegó al máximo grado de enfado. Donde ya no hay más nada. Cuando ya se hizo un daño emocional, eso es terrible. La verdad. No hay nada que puedas hacer. ¿Qué puedes hacer? Pero es que mira mi amor. No, no, no. Es que ya llegó ese punto. No hay voluntad. Y es triste. Le voy a decir ¿por qué? Es triste porque, que estén con uno por lástima, no se vale. Yo siempre he creído que un creyente no debe ser digno de lástima, jamás, jamás. ¡Tenemos a un Dios de Gloria en los cielos que nos ama! ¡Tenemos a un Dios de Gloria que nos perdona! Pero que alguien diga: “yo estoy aquí por vos, para que no te mueras de hambre” “Y vos mira, si lo que tienes, lo tienes por mí”. Y hay hombres todavía que le dice: “acuérdate donde te fui a recoger, allá a aquel pueblito, con los calzones cortos. Si vos andabas con chancletas, con sandalias, andaba descalzo y yo te he honrado.” Y se lo pasan diciendo eso todo el tiempo. Vivir por lástima no. ¡Tenemos a un Dios de Gloria en los cielos!
El salmos 127 versículo 1 nos dice: “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican”… En vano trabajan ustedes. Entonces señora, tómele un poquito más de amor a Dios y al reino. Señor, tómele un poquito más de amor a Dios y al reino. Porque si usted por sus propios medios trata de resolver sus problemas matrimoniales van a terminar en fracaso.
Ahora habiendo dicho esto. Yo, soy un hombre que creo poderosamente en la oración. Déjenme decirles que, cuando hay dos personas que dicen: bueno, ¿Sabes qué? Démonos la última oportunidad. Chévere. Hermano, si esas dos personas vuelven su rostro al creador de los cielos y la tierra. Si esas dos personas se comprometen a venir a la casa de Dios, a leer la bendita palabra del Señor juntos, a adorar a Dios juntos, a meterse en un ministerio, a trabajar en medio de todo esto. Yo he visto milagros en parejas. ¡Milagros! Dios cambia corazones hermano. Cuando creemos en el poder de la oración, y repito como pareja. Porque cuando uno de los dos dice: “hasta aquí”. Eso es bien complicado, eso es bien difícil. Pero recordemos, que para nuestro Dios no hay nada que sea imposible.
Incline su rostro. Oremos al Señor: Padre querido. Te damos gracias Señor por nuestras esposas. Gracias por los maridos que están acá presentes, por las esposas que están acá presentes. Señor, al escuchar tu palabra bendita en este día, reconocemos nuestras imperfecciones y te pedimos Señor que nos ayudes a seguir caminando. Te pido por cada una de aquellas parejas que están batallando, que sufren en silencio, por aquellos que lloran por alguna situación complicada en su vida matrimonial. Ten misericordia Señor. Queremos salir de tu casa en este día, creyendo, que a pesar de las dificultades, tú tienes poder. Que a pesar de nuestros inconvenientes, tú sigues en Gloria y tienes control de todas las cosas. Que tú puedes cambiar corazones, que puedes cambiar vidas. Te ruego mi Señor que bendigas a cada pareja, a cada matrimonio de esta iglesia.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón déjeme decirle: Que Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Quiero hacer esta invitación, para las personas que están en este momento en el templo, aquí con nosotros. Si usted quizá es la primera vez que está con nosotros y nunca antes ha recibido a Cristo. Déjeme decirle que Dios mandó a su hijo Jesús, a morir en la cruz del calvario, por usted y por mí. Que en Cristo hay perdón de pecados. Si usted me dice: “Pastor, yo necesito a Dios, nuestra familia, nuestra pareja, nuestro matrimonio necesita a Dios”. Entonces yo le invito para que dé ese primer paso. Es un paso de fe. Cuando usted le abre el corazón a Jesucristo y lo recibe como el Señor y Salvador personal. Si usted me dice: “Pastor, yo necesito a Dios en mi vida” yo le invito para que reciba Cristo en su corazón. Si hay alguna persona que quiere entregarle su vida al Señor. Ahí donde está, yo le invito para que se ponga de pie. Levante su mano. Alguien se va a acercar a usted para ayudarle a hacer una oración, que es la Oración del Penitente. ¡Que Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios! Si hay alguien más, levante su mano, póngase de pie. Entréguele su vida al Señor Jesucristo. No hablamos de cambiar de iglesia, no hablamos de cambiar de religión. Hablamos de conocer a Jesús, hablamos de comenzar una vida nueva con Dios, entréguele su vida a Cristo. Usted que nos mira por internet, también usted puede hacer lo mismo, a través de una oración de fe. Dígale: “Señor en este día, te pido perdón por mis faltas. Reconozco que soy pecador y te invito a que vengas a mi corazón y a mi vida. Si usted su esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa y Bendita palabra.
Mi Señor a ti y sólo a ti te damos la Honra y la Gloria. Bendice a tu pueblo. En el nombre de Jesús, Amén y amén.