De qué sirve ganar todo en la vida, si pierdes el alma
Enero 16, 2022 – 1:30PM| Mateo 16: 24 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Quiero en esta tarde continuar con una serie que se llama “Cuando Dios hace preguntas”.
La primera pregunta la hizo el Señor Jesús a sus discípulos y les dijo: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Cuándo le dijeron, bueno unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que Jeremías, otros que alguno de los profetas. Ahí viene una de las preguntas más cruciales, ¿Quién es Jesús para usted? Ese mensaje es importantísimo, porque habla acerca del Señorío de Cristo. Ese mensaje le va a indicar a usted, si usted conoce a Dios o no lo conoce. Ese mensaje le va a indicar si usted conoce a Jesucristo, o lo que usted tiene nada más es una religión como antes de conocer al Señor.
Yo quiero recomendarle, por favor, que escuche estos mensajes están online y están gratis hermano. Usted lo puede bajar las veces que usted quiera. Ahora si usted quiere escuchar un sermón remasterizado entonces tiene que ser de los que vendemos acá. Puede escuchar la serie completa.
La segunda pregunta se trata de un milagro que el Señor Jesucristo hizo a diez leprosos, y la pregunta de Jesús fue: ¿y los otros nueve dónde están? Pero lo parafraseamos ese día y dijimos: ¿Dónde están los que recibieron un favor?
En esta tarde, la pregunta número tres: ¿De qué sirve ganar todo en la vida, si pierdes el alma?
Mateo capítulo 16 versículo 24 hasta el 26, la palabra del Señor (Mateo 16: 24-26) (RV-60) dice así: 24Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganaré todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Padre yo te pido, en el nombre de Jesús, que abras el entendimiento de tu pueblo, que abras el entendimiento en estos minutos de aquellas personas, que les es difícil Señor, abrir el corazón. Te ruego que en estos momentos tu Espíritu Santo pueda hacer ese milagro. Bendice este mensaje en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, Amén.
¿De qué sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
El versículo 26 dice: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganara todo el mundo, y perdiera su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Ese mismo versículo (26) en la Nueva Traducción Viviente (NTV) dice: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?
La Traducción el Lenguaje Actual (TLA) dice: De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al final de cuentas, pierde su vida y nadie puede dar nada para salvarla.
Bueno, antes de hablar del alma me gustaría hablar del cuerpo.
La Biblia dice (Génesis 3:19. RV-60): “que el cuerpo es polvo, y al polvo vamos a volver.”
Cuenta una historia de que un día unas personas traviesas se metieron a una joyería. No se metieron a robar, es lo curioso, sino que se metieron a cambiar los precios de las cosas. Dicen que a las pulseras que valían 100 y 200 dólares, les cambiaron el precio y le pusieron el precio de anillos de diamantes que valían 10 mil, 12 mil, 13 mil dólares. A los anillos de diamantes, que valían 12 mil y 13 miles, le pusieron el precio de las pulseras que valían 100 y 200 dólares. Eso lo hicieron en toda la joyería”.
Este hombre hace una reflexión y dice: “parece ser que el diablo hizo lo mismo, le cambió el precio a las cosas y nos hace creer a nosotros, que el dinero tiene más valor que el alma. Nos hace creer a nosotros que el trabajo tiene más valor que las cosas espirituales. Nos hace aferrarnos más a las cosas de este mundo, aun cuando Dios nos dice que no amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Pero da la impresión como que el diablo cambió los precios y le entregamos la vida al mundo, y le entregamos la vida al trabajo y le entregamos la vida a nuestros sueños, y le entregamos la vida a la familia, y le entregamos la vida a las cosas que nosotros consideramos que tienen tanto y tanto valor. Y descuidamos aquello que en realidad tiene valor, como es el alma.
Entiendo, mis amados hermanos, que hay que mantener el cuerpo saludable; sin embargo, vivimos en tiempos de una gran obsesión por el cuidado del cuerpo. ¿Cuánto gasta usted en cuidar su cuerpo? ¿Qué precio tiene el cuerpo y qué precio tiene el alma? ¿Cuánto tiempo dedica usted para cuidar su cuerpo? Este mundo está excesivamente, desmesuradamente lleno de consejos de cómo cuidar el cabello, cómo cuidar las uñas, cómo cuidar las cejas para que no se le caigan? ¿Cómo cuidar las manos, los pies?
Yo lo veo en mi casa, mi esposa tiene crema para la mañana, crema para el mediodía, crema para la noche. Yo solamente la crema con queso, es la única que me gusta. Pero hay crema para esto y para aquello. Nosotros los hombres somos más simples con esas cuestiones. ¡Es increíble como cuidamos el cuerpo!
¿Cuál es el valor del alma? Un alma tiene más valor que todas las riquezas del mundo; pero recuerden; vemos la vida de una manera distinta, porque el diablo cambió los precios.
El español Amancio Ortega ocupó los principales periódicos canadienses la semana pasada. Él es el dueño de la tienda de ropa Zara, con más de 2.000 tiendas en el mundo. Hace tres días el Sr. Amancio compró The Royal Bank Plaza, el edificio más alto de Toronto. Pagó 1.2 billones de dólares, el Sr. Amancio. Son dos torres que tienen 1.5 millones de pies cuadrados, las ventanas del edificio están revestidas de oro de 24 quilates.
Mis queridos y amados hermanos, si pudiéramos comprar todo el oro del mundo, todas las casas o los edificios de la ciudad, si pudiera comprar todas las mansiones del país, y después seguir por las de otros países, si pudiera comprar todos los barcos y aviones del mundo, y llegar a ser el propietario de todas las empresas del mundo, pero pierde su alma, ¿de qué te sirve? Lo dice la palabra de Dios, la Biblia. Esa era la enseñanza, que un alma vale más que todos los tesoros en el mundo.
La pregunta de Jesús: ¿De qué sirve al hombre ganar el mundo y perder su alma? Es una respuesta obvia. ¿Por qué es obvia? ¿Porque en realidad nadie puede ganar el mundo? ¿Quién puede comprar todos los edificios de Canadá, los de EEUU, los de España, los de Francia, Italia? ¿Quién puede? Nadie puede. En segundo lugar, si pudiera, no sería para siempre. Pero además está comprobado, que si pudiera o si fuera para siempre, hay un problema: el hombre nunca estaría satisfecho. Porque el hombre nunca está satisfecho con lo que tiene. El hombre siempre quiere más, y quiere más, y quiere más, y quiere más.
Ahora déjeme decirle en unos minutos ¿Por qué razón el alma tiene tanto valor?
- Nuestra alma tiene tanto valor porque ha sido creada a la imagen de Dios. (Génesis 2:7) dice: 7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, (¿Y qué hizo Dios?) y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Es decir, Dios nos dio vida.
Nuestro cuerpo al final del día se compone de dos partes. No vamos a entrar en esa dicotomía o tricotomía de alma-espíritu-cuerpo; porque en realidad la Biblia utiliza la palabra espíritu y alma de una manera indistinta en los originales. Cuando dice espíritu, también se utiliza la palabra “pneuman”, que se usa para alma y espíritu. Entonces lo que entendemos es lo siguiente, que el hombre está formado de dos partes: una parte material y una parte inmaterial. Una parte material y una parte espiritual. Dios formó al hombre del polvo. Pero si solo lo forma del polvo es una estatua, ¿sí? Pero Dios sopló, y cuando Dios sopla, le da aliento de vida. Entonces el alma es: lo más caro que puede haber. Es lo más importante que pueda haber. Porque somos hechos a imagen de Dios. Dios nos da vida, a esa parte inmaterial. ¿Qué es lo que Dios logra? Que nosotros podamos tener comunión con ese ser creador, que es Dios. Es por eso que el alma es lo más importante, porque podemos tener comunión con el Señor, porque este es un alma viviente. Mira hermano, el día que nos muramos, el cuerpo va a la tierra. ¿Pero el alma? El alma está hecha a la imagen de Dios.
- En segundo lugar porque El alma es eterna.
Lo único que usted posee que no muere es el alma. Lo demás, todo, su carrito se hace viejo, se queda. Su cuerpo, se hace viejo, todo lo que posees. Mateo 10:28 (RV-60) dice: 28Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. El alma es eterna. Esta alma desde que Dios la formó nunca muere. Estoy hablando de conceptos bíblicos. Usted me viene a decir que su profesor de Filosofía dice otra cosa, o que su profesor de Antropología dice otra cosa; ellos pueden decir lo que quieran. Yo le estoy diciendo lo que dice Dios; y el alma es eterna.
- En tercer lugar, por el precio que se pagó por ella.
En 1 Pedro 1:18-19 (RV-60) dice: 18Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. ¿Qué precio tiene eso, a ver? El alma tiene un alto valor por el precio que se pagó. Se pagó la sangre del cordero de Dios, que quita los pecados del mundo. La única manera de redimir esa alma, es a través de la sangre de Jesús. ¿Y qué precio tiene eso? ¿Dónde puede conseguir usted la sangre de Cristo, dónde?
- En cuarto lugar porque el alma es donde habita el Espíritu Santo.
Mira lo que dice 1ª Corintios 3:16 16¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Mire hermano yo estaba preparando este mensaje, y entre las lecturas que he tenido en estas semanas, encontré unas cosas que me resultaron interesantes. No quise meterme tanto en eso, pero hay personas que le han vendido el alma al diablo. Entre ellos cantantes populares, artistas de cine que quisieron ser famosos y vendieron sus almas al diablo. Es más, ¿sabe usted que algunas personas han publicado que venden su alma al mejor postor? Claro, todo eso tiene que ver con satanismo, todo eso tiene que ver con un espíritu de maldad, con el príncipe de las tinieblas.
Otra cosas que estudié en estos días, son aquellas personas que han blasfemado el nombre de Dios. Un ejemplo es un vídeo del expresidente de Venezuela donde él dice por televisión y está en YouTube, Dios es mentiroso, Dios es mentiroso, ¿dónde está el Señor este? Ya no está, y así por el estilo.
Ahora, sabe usted, dice el libro de los Salmos: dice el necio en su corazón no hay Dios. La gran diferencia entre las personas que viven en este mundo que se burlan de Dios, que dicen que nosotros, que nuestra mente es la que ha creado a un Dios y se burlan de nosotros los hijos del Señor hay una inmensa diferencia entre ellos y nosotros. Yo antes lo leía y me molestaba, hoy lo veo y me da tristeza. Porque la diferencia es esto: que el hombre natural no percibe las cosas que son espirituales.
¿Por qué usted escucha estas verdades y dice amén? ¿Por qué usted escucha estas verdades y dice Gloria a Dios? ¿Por qué usted escucha estas verdades cuando le decimos hermano un día vamos a abrir los ojos ante la presencia del Señor y usted dice amén? Porque tiene el Espíritu de Dios en su ser, en su alma.
¿Por qué esa gente cree que estamos locos? Porque no tienen el Espíritu de Dios. Porque le han cerrado la puerta al Espíritu de Dios.
Miren ahora por redes sociales una gran cantidad de gente que hace chistes acerca del Señor. Cuando yo escucho a alguien que quiere mencionar el nombre de Dios y dicen que los cristianos estúpidos que creen, en ese instante yo me fijo bien quién es para no volver a verle la cara. Porque no me gusta que hablen así de mi Dios, de mi Señor, ni de mi salvación, ni de la redención que tenemos en Cristo Jesús, de ninguna manera. Pero, ¿por qué la gente piensa así? Porque no tienen el Espíritu y este pasaje de la escritura dice: “acaso ustedes no saben que este cuerpo es templo es templo del Espíritu de Dios, porque el espíritu mora acá. No mora en el cuerpo, mora en nuestra alma.” Es por eso que el alma hermanos tiene un precio extremadamente elevado. Nuestro cuerpo se convierte en el templo del Espíritu Santo.
Otra cosa, Jesús habló de la importancia del alma. En varias oportunidades Jesús mostró que el alma es mucho más importante que el cuerpo y que todas las riquezas, o las satisfacciones que una persona pueda tener en esta vida. Como este pasaje que estamos estudiando “¿De qué le sirve al hombre si ganare todo el dinero del mundo?” Cuando Pablo le dijo Señor ayúdame con este aguijón, el Señor le digo: bástate mi Gracia. Los ladrones en la cruz: uno pedía que librara su cuerpo y el otro pedía que le librara su alma. A este Jesús le dijo: de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Jesús trató una historia de una persona que se preocupó solamente de satisfacer los deseos del cuerpo y se olvidó de lo más importante. A esta historia se le llama “La parábola del rico insensato”. Lucas 12:16 nos habla acerca de esta parábola. 16También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Dejémoslo ahí. Eso que usted ve aquí no es malo. Que los negocios prosperen no es malo. Tener riquezas no es malo. Multiplicar las riquezas no es malo. Continuamos con el versículo siguiente: 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos? Mire usted, la gran incógnita, la gran pregunta de este hombre: ¿Qué haré porque no tengo donde guardar? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19y diré a mi alma: Alma, mucho bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Este hombre tiene dos problemas serios: en primer lugar Dios está fuera de la ecuación y en segundo lugar en ningún momento el hombre dice que va a bendecir la obra del Señor con sus riquezas.
Entonces fíjate, tener bienes no es malo. Multiplicar los bienes tampoco es malo. Usted tiene una casita que quiere tener dos, eso es bueno. Usted tiene dos y quiere tener tres, también es bueno. Tiene tres y quiere tener cuatro, también es bueno. Pero sabe que es malo, que Dios no sea parte de la ecuación. Y sabe que también es malo, que usted sea un tacaño de primera marca. Porque yo siempre he creído y la Biblia lo menciona en diferentes formas: personas que tienen y no bendicen la obra de Dios, simple y sencillamente no conocen a Dios. Porque si lo conocieran le entregarían todo lo que tienen.
Mi hermano este hombre dijo: “¿Sabes qué?, esta es la filosofía de vivir para tener y gozar. Vive, goza lo que tú quieras. ¿Se acuerda usted de aquella canción tan vieja que decía: “tres cosas hay en la vida? Salud, dinero y amor. Y sabe qué más decía: y el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios”. Pero es que hermano, el que hizo esa canción no es creyente. El que hizo esa canción no conocía a Dios.
El problema de este hombre es que no tomó en cuenta a Dios. El problema de este hombre es que su confianza estaba en la cuenta de banco. ¡Ya sé qué es lo que voy a hacer! Me voy a comprar una casa con frente a la playa. Eso es lo que voy a hacer. Y usted trabajó como loco aquí, se dedicó a usted mismo, se dedicó a su trabajo, nunca vino a la iglesia porque estaba ocupado con su trabajo y luego cuando ya tenía la platita para irse frente a la playa, se murió. Y dice Dios: “¿para dónde ibas?”
En el versículo 20, mi hermano, que no le quepa la menor duda que Dios se va a ser presente aunque usted no lo invite. Porque ahí aparece Dios, pero no aparece como un invitado. Ahí aparece Dios, pero no aparece como el objeto de adoración. Ahí aparece Dios, pero no aparece como lo más grande que puede haber para el hombre. No, aparece Dios para decirle: “a ti se te olvida quién es el que manda aquí”. Y sabe que le dijo: le digo, necio. La palabra “necio” en el original es “afron” y por definición, para que le quede guardadito, es indocto, insensato y una persona con la que no se puede razonar. ¿Por qué? Porque usted cree que tiene la razón. La prueba es, que usted va a salir de este culto y va a seguir haciendo lo mismo.
¿De qué sirve ganar riqueza, fama, placer y gloria? Y después muere y va al infierno. ¿De qué sirve la gloria terrena o el placer, si perdemos la oportunidad de la vida eterna? Eso le pasó a este hombre. Mire mi querido hermano, por amor de Dios, escuche esto (Mateo 6:33. RV-60): “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas”. ¡Qué cuesta entender eso por amor de Dios! Mire, yo he escuchado no diez, veinte, cientos de testimonios de personas que han dicho: es que yo abro la tienda el día domingo porque es el día cuando más vendo. Esas personas se convirtieron al evangelio, se convirtieron al evangelio, cerraron sus tiendas el día domingo y la vuelta de unos años sabe que dijeron: ahora ganamos más en la semana, que lo que ganaba cuando abría el día domingo. ¿Y cómo así? Sencillamente porque este libro, que lo escribió Dios, dice: “más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas” Es que eso dice Salmos (23:6): “el bien y la misericordia de Jehová me seguirán todos los días de mi vida”. No dice que yo la voy a estar siguiendo. No dice que yo voy a andar detrás de ella. No, el bien y la misericordia me seguirán. Entiéndelo por favor. Cuando Dios ve tu corazón, cuando Dios mira desde el cielo que tenéis un corazón que lo quieres adorar, que lo quieres bendecir, que lo quieres exaltar y que lo vas a poner a Él, por encima de todas las cosas del mundo, Dios ¿sabe qué es lo que hace? bendecirte y bendecirte y bendecirte. Pero nosotros no comprendemos esto. Por eso te digo: el diablo cambió los precios. Porque vamos a ir y vamos a seguir haciendo las mismas cosas.
Jesús vino a salvar las almas. Lucas 9:56 56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Entonces hay que entender que el Señor vino para salvar nuestras almas, para redimir nuestras almas. ¡A eso vino el Señor! Juan 3:17 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Mis queridos y amados hermanos, el día que muramos nuestro cuerpo ya sabemos para dónde va. Génesis 3:19 lo dice bien claro: 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. El día que muramos ya sabemos para dónde va este cuerpo hermoso que tenemos. ¿Y su alma?
Me acuerdo de un hermano que se encontró con otro hermano en el súper y le dijo: hermano ya tenemos rato de no verlo en la iglesia. Lo extrañamos. Este le digo: mire es que yo tengo que trabajar porque tengo que comer. Yo no puedo pasar metido en la iglesia todo el tiempo o, ¿me va a mantener usted? Si me mantiene usted, entonces yo voy a la iglesia. ¡Qué manera más bruta de pensar! ¿Verdad? Eso habla de una persona ignorante, porque esto no le escribió ningún pastor. Esto no le escribió ninguna iglesia. Esto lo escribió el Rey de Reyes y Señor de Señores, nuestro Salvador, nuestro Redentor. Él nos ha dejado esto como manual. ¿Pero sabes cuál es el problema de la iglesia? Que la iglesia escucha, escucha, escucha, escucha y sigue haciendo las cosas de la misma manera como siempre las ha hecho. Sin confiar en Dios. Sin decir: “Señor, yo en tus manos, yo me voy a dedicar a tu negocio”. Por eso es que uno aprende en liderazgo a ocuparse de las cosas de Dios y Dios se va a ocupar de las suyas. ¡Ocúpese de las cosas del Señor! Dios se va a ocupar de las suyas. Pero insistimos hermano. Queremos nosotros darle gusto a esta carne. Queremos darle gusto a las cosas que pide este cuerpo, y descuidamos por completo el alma. Dejamos a Dios a un lado. Podemos pasar semanas sin escuchar palabra del Señor. Podemos meternos a nuestros negocios y a veces da tristeza.
Yo conozco a una Señora, que no menciono su nombre, que está agachadita de tanto trabajar. Trabajó toda su vida. La pobre, tiene dos hijos, tiene muchísimo dinero esta Señora, ella me lo ha dicho, y sus hijos no le hablan. Están enemistados con ella. ¡Y agarrada! Porque yo le ha hablado del proyecto nuestro y me ha dicho: “vamos a orar por usted.” Y yo le digo: ¿hermana, todo esto a quién se lo va a dejar? Pues ni modo, a mis hijos. Imagínate y no le dirigen la palabra. ¿Usted cree que eso es bendición hermano? Sabe que, no le digo por respeto, pero vergüenza debería darle. ¿Cómo se va a presentar delante de Dios? Hermano si usted puede escuchar el primer mensaje: ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Eso habla de ¿quién es Jesús para usted? Seguro que algunos le hemos dado más a nuestros hijos que lo que le hemos dado a Dios. Entonces, ¿quién es su Dios? ¡Ah, si usted lo conociera! ¡Si usted lo hubiera experimentado en su alma y en su corazón! No por gusto hermano, los mismos seres vivientes que están alrededor del trono, no por gusto los 24 ancianos que están alrededor del trono, caen de rodillas delante de la presencia del Señor y le dicen: ¡Santo, Santo, Santo, digno, tú eres el único digno de toda la alabanza y de toda adoración!
Pero nuestras vidas aquí en la tierra son diferentes. Nuestras vidas aquí en la tierra son distintas. Vivimos diferente de como la palabra dice que debemos vivir.
Mire no es primera vez que yo le digo esto y se lo repito, una de las “actividades religiosas”, le voy a llamar de esta manera con cuidado, más difíciles para nosotros los pastores es un funeral. Hermano qué cosa más triste eso, porque todos queremos que la persona que falleció esté en el cielo. Todos queremos eso. Se murió Al Capone y tiene una gran placa ahí en su mausoleo: Que la paz de Dios.., Que goce en paz.., no sé qué. Que descanse en paz… ¡Créame! No se lo digo hermano con deseo de menospreciar a nadie, ni ofender a nadie. Pero déjeme decirle algo: las personas que han muerto sin Cristo no pueden estar en paz. ¡Entiéndalo! Que descanse en paz. El único que descansa en paz es aquel que ha conocido a Cristo como Señor y Salvador. Perdóneme, pero si sus hijos, sus nietos, su esposo, su esposa, sus primos, su abuela murieron sin Cristo, ahórrese esas palabras: “¡Que descanse en paz!” El que conoce esta Biblia lo sabe perfectamente.
Platicaba con una persona hace 2 días y me hacia el comentario de alguien que había muerto recientemente. Y la persona me decía: “¡qué tristeza, qué tristeza, qué tristeza morir de esa manera, qué tristeza morir de esa forma, qué tristeza morir así!” Y yo le dije no, discúlpeme pero no. ¿Sabe qué es tristeza? Hacernos la pregunta: ¿Dónde está en este momento? Porque ella me decía: Gracias a Dios que mis hijos no andan en esos caminos. La pregunta no es esa. El sentir no es ese. Qué tristeza la manera como murió. La pregunta es: ¿Dónde se encuentran ahora que ya murieron? ¡Esa es la pregunta! Y te lo digo por una sencilla razón, porque Ezequiel 18:4 dice: 4He aquí todas las almas son mías (Dice Dios); como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. ¿Sabe que está diciendo? No me venga a decir un chamaquito: Es que mi papá es pastor, y como mi papá es pastor pues yo estoy bien con Dios. ¡No señor! Los padres pagarán por sus pecados y los hijos pagarán por su pecado. Papá, mamá, si usted no se preocupa que sus hijos tengan una relación personal con el Señor, déjeme decirle que cuando ellos se mueran va a ir al infierno. Y el infierno es un lugar de tormento eterno, mi hermano. Por eso digo:
A veces la mentalidad que tenemos es una mentalidad terrenal. Una persona que se dice cristiana (pseudocristiana) me dijo: ¡Es que la verdad que quien sabe cuando uno se muere! No lo puedo creer. Yo me quería morir. Yo me quería morir cuando lo escuché. Esa persona no conoce a Dios. Y acá, miren si con ese me quería morir, con esta me quería morir 80 veces. Platiqué con un pastor esta semana y hablamos de varias cosas. Me estaba preguntando del COVID y toda la cosa y le respondí que todos estábamos bien. ¿Y usted como está? Le pregunté. Bien, me dice, aquí esperando el día que el Señor nos llame para llegar a su presencia, si Él lo permite. ¿Es que la salvación es por fe? “A ver si lo permite verdad”. Y le dije yo, hermano pero la salvación ya pagó Cristo por nosotros en la cruz del Calvario. “Si. Primero Dios que sí”, me dijo. Yo colgué no vaya a ser que se pegue esta cosa. Yo no lo puedo creer. Y así vivimos muchos lastimosamente.
Mire hermano, le compramos seguro a la casa, le compramos seguro al carro. Hay personas que le compran seguro a las joyas. Yo sé de personas que aseguran sus piernas (me refiero a jugadores, a modelos, a ese tipo de personas que viven de eso) ¿Y el alma quien la asegura? Solo hay una manera de asegurar el alma en la eternidad: “La sangre preciosa de Cristo”. No hay otra. Y déjeme decirle que esto que usted está escuchando ahora usted no lo va a escuchar en esos predicadores que usted oye durante la semana: “saca el campeón que está dentro de ti”.
¿De qué sirve al hombre si ganare el mundo y pierde su alma?
¿De qué sirve? Va a perseguir sus sueños como me dijo un día un joven en esta iglesia: Pastor vengo a despedirme porque voy a estudiar en la universidad de la isla. Y le dije: ¿pero por qué te está despidiendo? Porque me voy a dedicar exclusivamente a mis estudios. ¿Y Dios qué? Porque haces a Dios a un lado, si no se puede vivir sin Dios. Es decir: ¿Vas a cambiar tu alma por tus sueños?
Créame, todos, todos los sueños en este mundo son posibles, si usted pone a Dios primero. Los negocitos que usted tiene van a funcionar si usted pone a Dios primero. Aquellas cosas que le pueden ocasionar una ganancia le van a funcionar si pone a Dios primero, de lo contrario mátese usted. Y al final del día, no va a tener ni una cosa ni la otra. Porque hay que buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia. (Mateo 6:33)
Y la pregunta de este mediodía: ¿De qué le sirve al hombre si ganare todo el mundo pero pierde su alma?
¡Jesucristo vino a salvar las almas! Mi querido y amado hermano, guarde su alma del mal. Mi querido y amado hermano, alimente su alma. El salmo 103:2 dice: 2Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Incline su rostro. Oremos al Señor.
Padre, al reflexionar en esta pregunta Señor, tan pero tan importante, nos sentimos desafiados Padre. Especialmente aquellas personas que hemos hecho el evangelio a un lado por lograr nuestros sueños. Hemos hecho el evangelio a un lado por lograr nuestros objetivos. Cuando esta palabra tuya nos está diciendo que todas las batallas están garantizadas en Cristo cuando Dios es primero. Señor al escuchar esta palabra este día, reconocemos que de nada sirve ganar todo en este mundo, porque al final del día nada nos podemos llevar. Sin embargo aquella persona que se rinde a tus pies, aquella persona que te adora por encima de todas las cosas, gozará de esa satisfacción el día que partamos de este mundo. Escuchar esas palabras eternas y gloriosas: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. (Mt 25:21) Gracias Padre por esa promesa. Recuerdo ese momento cuando tus discípulos vinieron y te dijeron (Lucas 10): 17Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y las palabras de Jesús fueron: 20no os regocijéis de que los demonios se sujetan, regocijaos más bien que vuestros nombres están escritos en el libro de la vida del cordero” ¡Que privilegio Padre! ¡Qué privilegio Señor! Te bendecimos. Honramos tu nombre.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, este día es un buen día para que usted le abra su corazón a Jesús y lo reciba como el Señor de su vida. Mientras oramos, si hay alguien acá en el templo que dice: “Pastor, yo necesito a Dios este día. Yo necesito al Señor en mi vida”. Si hay alguna persona que quiere recibir a Cristo en el corazón, allí donde está yo le invito para que levante su mano. Póngase de pie. Si hay alguien que quiere entregarle su vida a Cristo póngase de pie. Hay alguien que se va a acercar a usted y le va a ayudar a orar e invitarlo a entregarle su vida y corazón a Cristo Jesús.
Usted que nos mira por Internet. También usted puede hacer lo mismo a través de una oración como esta. Dígale: Señor, reconozco que soy pecador. Me arrepiento de mis pecados y en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida, te entrego mi alma. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Santa y Bendita palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y tu bendición. En el nombre de Jesús, Amén y amén.
De qué sirve ganar todo en la vida, si pierdes el alma
Enero 16, 2022 – 1:30PM| Mateo 16: 24 | Dr. David Rodríguez
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Quiero en esta tarde continuar con una serie que se llama “Cuando Dios hace preguntas”.
La primera pregunta la hizo el Señor Jesús a sus discípulos y les dijo: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Cuándo le dijeron, bueno unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que Jeremías, otros que alguno de los profetas. Ahí viene una de las preguntas más cruciales, ¿Quién es Jesús para usted? Ese mensaje es importantísimo, porque habla acerca del Señorío de Cristo. Ese mensaje le va a indicar a usted, si usted conoce a Dios o no lo conoce. Ese mensaje le va a indicar si usted conoce a Jesucristo, o lo que usted tiene nada más es una religión como antes de conocer al Señor.
Yo quiero recomendarle, por favor, que escuche estos mensajes están online y están gratis hermano. Usted lo puede bajar las veces que usted quiera. Ahora si usted quiere escuchar un sermón remasterizado entonces tiene que ser de los que vendemos acá. Puede escuchar la serie completa.
La segunda pregunta se trata de un milagro que el Señor Jesucristo hizo a diez leprosos, y la pregunta de Jesús fue: ¿y los otros nueve dónde están? Pero lo parafraseamos ese día y dijimos: ¿Dónde están los que recibieron un favor?
En esta tarde, la pregunta número tres: ¿De qué sirve ganar todo en la vida, si pierdes el alma?
Mateo capítulo 16 versículo 24 hasta el 26, la palabra del Señor (Mateo 16: 24-26) (RV-60) dice así: 24Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganaré todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Padre yo te pido, en el nombre de Jesús, que abras el entendimiento de tu pueblo, que abras el entendimiento en estos minutos de aquellas personas, que les es difícil Señor, abrir el corazón. Te ruego que en estos momentos tu Espíritu Santo pueda hacer ese milagro. Bendice este mensaje en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, Amén.
¿De qué sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
El versículo 26 dice: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganara todo el mundo, y perdiera su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Ese mismo versículo (26) en la Nueva Traducción Viviente (NTV) dice: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?
La Traducción el Lenguaje Actual (TLA) dice: De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al final de cuentas, pierde su vida y nadie puede dar nada para salvarla.
Bueno, antes de hablar del alma me gustaría hablar del cuerpo.
La Biblia dice (Génesis 3:19. RV-60): “que el cuerpo es polvo, y al polvo vamos a volver.”
Cuenta una historia de que un día unas personas traviesas se metieron a una joyería. No se metieron a robar, es lo curioso, sino que se metieron a cambiar los precios de las cosas. Dicen que a las pulseras que valían 100 y 200 dólares, les cambiaron el precio y le pusieron el precio de anillos de diamantes que valían 10 mil, 12 mil, 13 mil dólares. A los anillos de diamantes, que valían 12 mil y 13 miles, le pusieron el precio de las pulseras que valían 100 y 200 dólares. Eso lo hicieron en toda la joyería”.
Este hombre hace una reflexión y dice: “parece ser que el diablo hizo lo mismo, le cambió el precio a las cosas y nos hace creer a nosotros, que el dinero tiene más valor que el alma. Nos hace creer a nosotros que el trabajo tiene más valor que las cosas espirituales. Nos hace aferrarnos más a las cosas de este mundo, aun cuando Dios nos dice que no amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Pero da la impresión como que el diablo cambió los precios y le entregamos la vida al mundo, y le entregamos la vida al trabajo y le entregamos la vida a nuestros sueños, y le entregamos la vida a la familia, y le entregamos la vida a las cosas que nosotros consideramos que tienen tanto y tanto valor. Y descuidamos aquello que en realidad tiene valor, como es el alma.
Entiendo, mis amados hermanos, que hay que mantener el cuerpo saludable; sin embargo, vivimos en tiempos de una gran obsesión por el cuidado del cuerpo. ¿Cuánto gasta usted en cuidar su cuerpo? ¿Qué precio tiene el cuerpo y qué precio tiene el alma? ¿Cuánto tiempo dedica usted para cuidar su cuerpo? Este mundo está excesivamente, desmesuradamente lleno de consejos de cómo cuidar el cabello, cómo cuidar las uñas, cómo cuidar las cejas para que no se le caigan? ¿Cómo cuidar las manos, los pies?
Yo lo veo en mi casa, mi esposa tiene crema para la mañana, crema para el mediodía, crema para la noche. Yo solamente la crema con queso, es la única que me gusta. Pero hay crema para esto y para aquello. Nosotros los hombres somos más simples con esas cuestiones. ¡Es increíble como cuidamos el cuerpo!
¿Cuál es el valor del alma? Un alma tiene más valor que todas las riquezas del mundo; pero recuerden; vemos la vida de una manera distinta, porque el diablo cambió los precios.
El español Amancio Ortega ocupó los principales periódicos canadienses la semana pasada. Él es el dueño de la tienda de ropa Zara, con más de 2.000 tiendas en el mundo. Hace tres días el Sr. Amancio compró The Royal Bank Plaza, el edificio más alto de Toronto. Pagó 1.2 billones de dólares, el Sr. Amancio. Son dos torres que tienen 1.5 millones de pies cuadrados, las ventanas del edificio están revestidas de oro de 24 quilates.
Mis queridos y amados hermanos, si pudiéramos comprar todo el oro del mundo, todas las casas o los edificios de la ciudad, si pudiera comprar todas las mansiones del país, y después seguir por las de otros países, si pudiera comprar todos los barcos y aviones del mundo, y llegar a ser el propietario de todas las empresas del mundo, pero pierde su alma, ¿de qué te sirve? Lo dice la palabra de Dios, la Biblia. Esa era la enseñanza, que un alma vale más que todos los tesoros en el mundo.
La pregunta de Jesús: ¿De qué sirve al hombre ganar el mundo y perder su alma? Es una respuesta obvia. ¿Por qué es obvia? ¿Porque en realidad nadie puede ganar el mundo? ¿Quién puede comprar todos los edificios de Canadá, los de EEUU, los de España, los de Francia, Italia? ¿Quién puede? Nadie puede. En segundo lugar, si pudiera, no sería para siempre. Pero además está comprobado, que si pudiera o si fuera para siempre, hay un problema: el hombre nunca estaría satisfecho. Porque el hombre nunca está satisfecho con lo que tiene. El hombre siempre quiere más, y quiere más, y quiere más, y quiere más.
Ahora déjeme decirle en unos minutos ¿Por qué razón el alma tiene tanto valor?
- Nuestra alma tiene tanto valor porque ha sido creada a la imagen de Dios. (Génesis 2:7) dice: 7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, (¿Y qué hizo Dios?) y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Es decir, Dios nos dio vida.
Nuestro cuerpo al final del día se compone de dos partes. No vamos a entrar en esa dicotomía o tricotomía de alma-espíritu-cuerpo; porque en realidad la Biblia utiliza la palabra espíritu y alma de una manera indistinta en los originales. Cuando dice espíritu, también se utiliza la palabra “pneuman”, que se usa para alma y espíritu. Entonces lo que entendemos es lo siguiente, que el hombre está formado de dos partes: una parte material y una parte inmaterial. Una parte material y una parte espiritual. Dios formó al hombre del polvo. Pero si solo lo forma del polvo es una estatua, ¿sí? Pero Dios sopló, y cuando Dios sopla, le da aliento de vida. Entonces el alma es: lo más caro que puede haber. Es lo más importante que pueda haber. Porque somos hechos a imagen de Dios. Dios nos da vida, a esa parte inmaterial. ¿Qué es lo que Dios logra? Que nosotros podamos tener comunión con ese ser creador, que es Dios. Es por eso que el alma es lo más importante, porque podemos tener comunión con el Señor, porque este es un alma viviente. Mira hermano, el día que nos muramos, el cuerpo va a la tierra. ¿Pero el alma? El alma está hecha a la imagen de Dios.
- En segundo lugar porque El alma es eterna.
Lo único que usted posee que no muere es el alma. Lo demás, todo, su carrito se hace viejo, se queda. Su cuerpo, se hace viejo, todo lo que posees. Mateo 10:28 (RV-60) dice: 28Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. El alma es eterna. Esta alma desde que Dios la formó nunca muere. Estoy hablando de conceptos bíblicos. Usted me viene a decir que su profesor de Filosofía dice otra cosa, o que su profesor de Antropología dice otra cosa; ellos pueden decir lo que quieran. Yo le estoy diciendo lo que dice Dios; y el alma es eterna.
- En tercer lugar, por el precio que se pagó por ella.
En 1 Pedro 1:18-19 (RV-60) dice: 18Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. ¿Qué precio tiene eso, a ver? El alma tiene un alto valor por el precio que se pagó. Se pagó la sangre del cordero de Dios, que quita los pecados del mundo. La única manera de redimir esa alma, es a través de la sangre de Jesús. ¿Y qué precio tiene eso? ¿Dónde puede conseguir usted la sangre de Cristo, dónde?
- En cuarto lugar porque el alma es donde habita el Espíritu Santo.
Mira lo que dice 1ª Corintios 3:16 16¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Mire hermano yo estaba preparando este mensaje, y entre las lecturas que he tenido en estas semanas, encontré unas cosas que me resultaron interesantes. No quise meterme tanto en eso, pero hay personas que le han vendido el alma al diablo. Entre ellos cantantes populares, artistas de cine que quisieron ser famosos y vendieron sus almas al diablo. Es más, ¿sabe usted que algunas personas han publicado que venden su alma al mejor postor? Claro, todo eso tiene que ver con satanismo, todo eso tiene que ver con un espíritu de maldad, con el príncipe de las tinieblas.
Otra cosas que estudié en estos días, son aquellas personas que han blasfemado el nombre de Dios. Un ejemplo es un vídeo del expresidente de Venezuela donde él dice por televisión y está en YouTube, Dios es mentiroso, Dios es mentiroso, ¿dónde está el Señor este? Ya no está, y así por el estilo.
Ahora, sabe usted, dice el libro de los Salmos: dice el necio en su corazón no hay Dios. La gran diferencia entre las personas que viven en este mundo que se burlan de Dios, que dicen que nosotros, que nuestra mente es la que ha creado a un Dios y se burlan de nosotros los hijos del Señor hay una inmensa diferencia entre ellos y nosotros. Yo antes lo leía y me molestaba, hoy lo veo y me da tristeza. Porque la diferencia es esto: que el hombre natural no percibe las cosas que son espirituales.
¿Por qué usted escucha estas verdades y dice amén? ¿Por qué usted escucha estas verdades y dice Gloria a Dios? ¿Por qué usted escucha estas verdades cuando le decimos hermano un día vamos a abrir los ojos ante la presencia del Señor y usted dice amén? Porque tiene el Espíritu de Dios en su ser, en su alma.
¿Por qué esa gente cree que estamos locos? Porque no tienen el Espíritu de Dios. Porque le han cerrado la puerta al Espíritu de Dios.
Miren ahora por redes sociales una gran cantidad de gente que hace chistes acerca del Señor. Cuando yo escucho a alguien que quiere mencionar el nombre de Dios y dicen que los cristianos estúpidos que creen, en ese instante yo me fijo bien quién es para no volver a verle la cara. Porque no me gusta que hablen así de mi Dios, de mi Señor, ni de mi salvación, ni de la redención que tenemos en Cristo Jesús, de ninguna manera. Pero, ¿por qué la gente piensa así? Porque no tienen el Espíritu y este pasaje de la escritura dice: “acaso ustedes no saben que este cuerpo es templo es templo del Espíritu de Dios, porque el espíritu mora acá. No mora en el cuerpo, mora en nuestra alma.” Es por eso que el alma hermanos tiene un precio extremadamente elevado. Nuestro cuerpo se convierte en el templo del Espíritu Santo.
Otra cosa, Jesús habló de la importancia del alma. En varias oportunidades Jesús mostró que el alma es mucho más importante que el cuerpo y que todas las riquezas, o las satisfacciones que una persona pueda tener en esta vida. Como este pasaje que estamos estudiando “¿De qué le sirve al hombre si ganare todo el dinero del mundo?” Cuando Pablo le dijo Señor ayúdame con este aguijón, el Señor le digo: bástate mi Gracia. Los ladrones en la cruz: uno pedía que librara su cuerpo y el otro pedía que le librara su alma. A este Jesús le dijo: de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Jesús trató una historia de una persona que se preocupó solamente de satisfacer los deseos del cuerpo y se olvidó de lo más importante. A esta historia se le llama “La parábola del rico insensato”. Lucas 12:16 nos habla acerca de esta parábola. 16También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Dejémoslo ahí. Eso que usted ve aquí no es malo. Que los negocios prosperen no es malo. Tener riquezas no es malo. Multiplicar las riquezas no es malo. Continuamos con el versículo siguiente: 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos? Mire usted, la gran incógnita, la gran pregunta de este hombre: ¿Qué haré porque no tengo donde guardar? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19y diré a mi alma: Alma, mucho bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Este hombre tiene dos problemas serios: en primer lugar Dios está fuera de la ecuación y en segundo lugar en ningún momento el hombre dice que va a bendecir la obra del Señor con sus riquezas.
Entonces fíjate, tener bienes no es malo. Multiplicar los bienes tampoco es malo. Usted tiene una casita que quiere tener dos, eso es bueno. Usted tiene dos y quiere tener tres, también es bueno. Tiene tres y quiere tener cuatro, también es bueno. Pero sabe que es malo, que Dios no sea parte de la ecuación. Y sabe que también es malo, que usted sea un tacaño de primera marca. Porque yo siempre he creído y la Biblia lo menciona en diferentes formas: personas que tienen y no bendicen la obra de Dios, simple y sencillamente no conocen a Dios. Porque si lo conocieran le entregarían todo lo que tienen.
Mi hermano este hombre dijo: “¿Sabes qué?, esta es la filosofía de vivir para tener y gozar. Vive, goza lo que tú quieras. ¿Se acuerda usted de aquella canción tan vieja que decía: “tres cosas hay en la vida? Salud, dinero y amor. Y sabe qué más decía: y el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios”. Pero es que hermano, el que hizo esa canción no es creyente. El que hizo esa canción no conocía a Dios.
El problema de este hombre es que no tomó en cuenta a Dios. El problema de este hombre es que su confianza estaba en la cuenta de banco. ¡Ya sé qué es lo que voy a hacer! Me voy a comprar una casa con frente a la playa. Eso es lo que voy a hacer. Y usted trabajó como loco aquí, se dedicó a usted mismo, se dedicó a su trabajo, nunca vino a la iglesia porque estaba ocupado con su trabajo y luego cuando ya tenía la platita para irse frente a la playa, se murió. Y dice Dios: “¿para dónde ibas?”
En el versículo 20, mi hermano, que no le quepa la menor duda que Dios se va a ser presente aunque usted no lo invite. Porque ahí aparece Dios, pero no aparece como un invitado. Ahí aparece Dios, pero no aparece como el objeto de adoración. Ahí aparece Dios, pero no aparece como lo más grande que puede haber para el hombre. No, aparece Dios para decirle: “a ti se te olvida quién es el que manda aquí”. Y sabe que le dijo: le digo, necio. La palabra “necio” en el original es “afron” y por definición, para que le quede guardadito, es indocto, insensato y una persona con la que no se puede razonar. ¿Por qué? Porque usted cree que tiene la razón. La prueba es, que usted va a salir de este culto y va a seguir haciendo lo mismo.
¿De qué sirve ganar riqueza, fama, placer y gloria? Y después muere y va al infierno. ¿De qué sirve la gloria terrena o el placer, si perdemos la oportunidad de la vida eterna? Eso le pasó a este hombre. Mire mi querido hermano, por amor de Dios, escuche esto (Mateo 6:33. RV-60): “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas”. ¡Qué cuesta entender eso por amor de Dios! Mire, yo he escuchado no diez, veinte, cientos de testimonios de personas que han dicho: es que yo abro la tienda el día domingo porque es el día cuando más vendo. Esas personas se convirtieron al evangelio, se convirtieron al evangelio, cerraron sus tiendas el día domingo y la vuelta de unos años sabe que dijeron: ahora ganamos más en la semana, que lo que ganaba cuando abría el día domingo. ¿Y cómo así? Sencillamente porque este libro, que lo escribió Dios, dice: “más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas” Es que eso dice Salmos (23:6): “el bien y la misericordia de Jehová me seguirán todos los días de mi vida”. No dice que yo la voy a estar siguiendo. No dice que yo voy a andar detrás de ella. No, el bien y la misericordia me seguirán. Entiéndelo por favor. Cuando Dios ve tu corazón, cuando Dios mira desde el cielo que tenéis un corazón que lo quieres adorar, que lo quieres bendecir, que lo quieres exaltar y que lo vas a poner a Él, por encima de todas las cosas del mundo, Dios ¿sabe qué es lo que hace? bendecirte y bendecirte y bendecirte. Pero nosotros no comprendemos esto. Por eso te digo: el diablo cambió los precios. Porque vamos a ir y vamos a seguir haciendo las mismas cosas.
Jesús vino a salvar las almas. Lucas 9:56 56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Entonces hay que entender que el Señor vino para salvar nuestras almas, para redimir nuestras almas. ¡A eso vino el Señor! Juan 3:17 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Mis queridos y amados hermanos, el día que muramos nuestro cuerpo ya sabemos para dónde va. Génesis 3:19 lo dice bien claro: 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. El día que muramos ya sabemos para dónde va este cuerpo hermoso que tenemos. ¿Y su alma?
Me acuerdo de un hermano que se encontró con otro hermano en el súper y le dijo: hermano ya tenemos rato de no verlo en la iglesia. Lo extrañamos. Este le digo: mire es que yo tengo que trabajar porque tengo que comer. Yo no puedo pasar metido en la iglesia todo el tiempo o, ¿me va a mantener usted? Si me mantiene usted, entonces yo voy a la iglesia. ¡Qué manera más bruta de pensar! ¿Verdad? Eso habla de una persona ignorante, porque esto no le escribió ningún pastor. Esto no le escribió ninguna iglesia. Esto lo escribió el Rey de Reyes y Señor de Señores, nuestro Salvador, nuestro Redentor. Él nos ha dejado esto como manual. ¿Pero sabes cuál es el problema de la iglesia? Que la iglesia escucha, escucha, escucha, escucha y sigue haciendo las cosas de la misma manera como siempre las ha hecho. Sin confiar en Dios. Sin decir: “Señor, yo en tus manos, yo me voy a dedicar a tu negocio”. Por eso es que uno aprende en liderazgo a ocuparse de las cosas de Dios y Dios se va a ocupar de las suyas. ¡Ocúpese de las cosas del Señor! Dios se va a ocupar de las suyas. Pero insistimos hermano. Queremos nosotros darle gusto a esta carne. Queremos darle gusto a las cosas que pide este cuerpo, y descuidamos por completo el alma. Dejamos a Dios a un lado. Podemos pasar semanas sin escuchar palabra del Señor. Podemos meternos a nuestros negocios y a veces da tristeza.
Yo conozco a una Señora, que no menciono su nombre, que está agachadita de tanto trabajar. Trabajó toda su vida. La pobre, tiene dos hijos, tiene muchísimo dinero esta Señora, ella me lo ha dicho, y sus hijos no le hablan. Están enemistados con ella. ¡Y agarrada! Porque yo le ha hablado del proyecto nuestro y me ha dicho: “vamos a orar por usted.” Y yo le digo: ¿hermana, todo esto a quién se lo va a dejar? Pues ni modo, a mis hijos. Imagínate y no le dirigen la palabra. ¿Usted cree que eso es bendición hermano? Sabe que, no le digo por respeto, pero vergüenza debería darle. ¿Cómo se va a presentar delante de Dios? Hermano si usted puede escuchar el primer mensaje: ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Eso habla de ¿quién es Jesús para usted? Seguro que algunos le hemos dado más a nuestros hijos que lo que le hemos dado a Dios. Entonces, ¿quién es su Dios? ¡Ah, si usted lo conociera! ¡Si usted lo hubiera experimentado en su alma y en su corazón! No por gusto hermano, los mismos seres vivientes que están alrededor del trono, no por gusto los 24 ancianos que están alrededor del trono, caen de rodillas delante de la presencia del Señor y le dicen: ¡Santo, Santo, Santo, digno, tú eres el único digno de toda la alabanza y de toda adoración!
Pero nuestras vidas aquí en la tierra son diferentes. Nuestras vidas aquí en la tierra son distintas. Vivimos diferente de como la palabra dice que debemos vivir.
Mire no es primera vez que yo le digo esto y se lo repito, una de las “actividades religiosas”, le voy a llamar de esta manera con cuidado, más difíciles para nosotros los pastores es un funeral. Hermano qué cosa más triste eso, porque todos queremos que la persona que falleció esté en el cielo. Todos queremos eso. Se murió Al Capone y tiene una gran placa ahí en su mausoleo: Que la paz de Dios.., Que goce en paz.., no sé qué. Que descanse en paz… ¡Créame! No se lo digo hermano con deseo de menospreciar a nadie, ni ofender a nadie. Pero déjeme decirle algo: las personas que han muerto sin Cristo no pueden estar en paz. ¡Entiéndalo! Que descanse en paz. El único que descansa en paz es aquel que ha conocido a Cristo como Señor y Salvador. Perdóneme, pero si sus hijos, sus nietos, su esposo, su esposa, sus primos, su abuela murieron sin Cristo, ahórrese esas palabras: “¡Que descanse en paz!” El que conoce esta Biblia lo sabe perfectamente.
Platicaba con una persona hace 2 días y me hacia el comentario de alguien que había muerto recientemente. Y la persona me decía: “¡qué tristeza, qué tristeza, qué tristeza morir de esa manera, qué tristeza morir de esa forma, qué tristeza morir así!” Y yo le dije no, discúlpeme pero no. ¿Sabe qué es tristeza? Hacernos la pregunta: ¿Dónde está en este momento? Porque ella me decía: Gracias a Dios que mis hijos no andan en esos caminos. La pregunta no es esa. El sentir no es ese. Qué tristeza la manera como murió. La pregunta es: ¿Dónde se encuentran ahora que ya murieron? ¡Esa es la pregunta! Y te lo digo por una sencilla razón, porque Ezequiel 18:4 dice: 4He aquí todas las almas son mías (Dice Dios); como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. ¿Sabe que está diciendo? No me venga a decir un chamaquito: Es que mi papá es pastor, y como mi papá es pastor pues yo estoy bien con Dios. ¡No señor! Los padres pagarán por sus pecados y los hijos pagarán por su pecado. Papá, mamá, si usted no se preocupa que sus hijos tengan una relación personal con el Señor, déjeme decirle que cuando ellos se mueran va a ir al infierno. Y el infierno es un lugar de tormento eterno, mi hermano. Por eso digo:
A veces la mentalidad que tenemos es una mentalidad terrenal. Una persona que se dice cristiana (pseudocristiana) me dijo: ¡Es que la verdad que quien sabe cuando uno se muere! No lo puedo creer. Yo me quería morir. Yo me quería morir cuando lo escuché. Esa persona no conoce a Dios. Y acá, miren si con ese me quería morir, con esta me quería morir 80 veces. Platiqué con un pastor esta semana y hablamos de varias cosas. Me estaba preguntando del COVID y toda la cosa y le respondí que todos estábamos bien. ¿Y usted como está? Le pregunté. Bien, me dice, aquí esperando el día que el Señor nos llame para llegar a su presencia, si Él lo permite. ¿Es que la salvación es por fe? “A ver si lo permite verdad”. Y le dije yo, hermano pero la salvación ya pagó Cristo por nosotros en la cruz del Calvario. “Si. Primero Dios que sí”, me dijo. Yo colgué no vaya a ser que se pegue esta cosa. Yo no lo puedo creer. Y así vivimos muchos lastimosamente.
Mire hermano, le compramos seguro a la casa, le compramos seguro al carro. Hay personas que le compran seguro a las joyas. Yo sé de personas que aseguran sus piernas (me refiero a jugadores, a modelos, a ese tipo de personas que viven de eso) ¿Y el alma quien la asegura? Solo hay una manera de asegurar el alma en la eternidad: “La sangre preciosa de Cristo”. No hay otra. Y déjeme decirle que esto que usted está escuchando ahora usted no lo va a escuchar en esos predicadores que usted oye durante la semana: “saca el campeón que está dentro de ti”.
¿De qué sirve al hombre si ganare el mundo y pierde su alma?
¿De qué sirve? Va a perseguir sus sueños como me dijo un día un joven en esta iglesia: Pastor vengo a despedirme porque voy a estudiar en la universidad de la isla. Y le dije: ¿pero por qué te está despidiendo? Porque me voy a dedicar exclusivamente a mis estudios. ¿Y Dios qué? Porque haces a Dios a un lado, si no se puede vivir sin Dios. Es decir: ¿Vas a cambiar tu alma por tus sueños?
Créame, todos, todos los sueños en este mundo son posibles, si usted pone a Dios primero. Los negocitos que usted tiene van a funcionar si usted pone a Dios primero. Aquellas cosas que le pueden ocasionar una ganancia le van a funcionar si pone a Dios primero, de lo contrario mátese usted. Y al final del día, no va a tener ni una cosa ni la otra. Porque hay que buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia. (Mateo 6:33)
Y la pregunta de este mediodía: ¿De qué le sirve al hombre si ganare todo el mundo pero pierde su alma?
¡Jesucristo vino a salvar las almas! Mi querido y amado hermano, guarde su alma del mal. Mi querido y amado hermano, alimente su alma. El salmo 103:2 dice: 2Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Incline su rostro. Oremos al Señor.
Padre, al reflexionar en esta pregunta Señor, tan pero tan importante, nos sentimos desafiados Padre. Especialmente aquellas personas que hemos hecho el evangelio a un lado por lograr nuestros sueños. Hemos hecho el evangelio a un lado por lograr nuestros objetivos. Cuando esta palabra tuya nos está diciendo que todas las batallas están garantizadas en Cristo cuando Dios es primero. Señor al escuchar esta palabra este día, reconocemos que de nada sirve ganar todo en este mundo, porque al final del día nada nos podemos llevar. Sin embargo aquella persona que se rinde a tus pies, aquella persona que te adora por encima de todas las cosas, gozará de esa satisfacción el día que partamos de este mundo. Escuchar esas palabras eternas y gloriosas: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. (Mt 25:21) Gracias Padre por esa promesa. Recuerdo ese momento cuando tus discípulos vinieron y te dijeron (Lucas 10): 17Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y las palabras de Jesús fueron: 20no os regocijéis de que los demonios se sujetan, regocijaos más bien que vuestros nombres están escritos en el libro de la vida del cordero” ¡Que privilegio Padre! ¡Qué privilegio Señor! Te bendecimos. Honramos tu nombre.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, este día es un buen día para que usted le abra su corazón a Jesús y lo reciba como el Señor de su vida. Mientras oramos, si hay alguien acá en el templo que dice: “Pastor, yo necesito a Dios este día. Yo necesito al Señor en mi vida”. Si hay alguna persona que quiere recibir a Cristo en el corazón, allí donde está yo le invito para que levante su mano. Póngase de pie. Si hay alguien que quiere entregarle su vida a Cristo póngase de pie. Hay alguien que se va a acercar a usted y le va a ayudar a orar e invitarlo a entregarle su vida y corazón a Cristo Jesús.
Usted que nos mira por Internet. También usted puede hacer lo mismo a través de una oración como esta. Dígale: Señor, reconozco que soy pecador. Me arrepiento de mis pecados y en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida, te entrego mi alma. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Santa y Bendita palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y tu bendición. En el nombre de Jesús, Amén y amén.