Robando a César y robando a Dios
Enero 19, 2025 – 2:00PM | Mateo 22:15-22 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra en el evangelio de Mateo capítulo 22 por favor.
Mateo 22: 15-21 (RV-60): 15Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. 16Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. 17Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? 18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Vamos a orar: Padre te pido que nos ayudes con el mensaje de tu palabra, que sea el Espíritu Santo que nos redarguye la verdad acerca de cómo vivir de acuerdo con tu voluntad, como hemos cantado en esta tarde. Te lo pedimos en el nombre de Jesús: amén.
He titulado al mensaje de esta tarde: Robando a César y robando a Dios.
Estamos en tiempos de impuestos, ¿a quién le gusta pagar impuestos? Y aunque no nos gusta pagar impuestos sí nos gusta disfrutar de lindas carreteras, de majestuosos puentes, nos encanta tener una policía que pone orden en la ciudad para mantenernos seguros, un ejército que defiende las fronteras de Canadá, ¿verdad? Es necesario pagar impuestos, aunque no disfrutemos pagarlos.
En el lenguaje popular usted habrá escuchado estas palabras, o frases, que se dice: hay dos cosas que son seguras en la vida: la muerte y los impuestos, y es cierto. Los impuestos nos recuerdan que no trabajamos solamente para nosotros, sino también para el gobierno.
En el tiempo de Jesús, como hemos visto acá, los impuestos era un tema tan importante como nuestros días. La Biblia tiene mucho que decir acerca de los tributos, acerca de los impuestos. La primera vez que aparece la palabra tributo (impuesto) es, en el libro de Génesis. A través de toda la Biblia encontramos situaciones que nos hablan acerca de los impuestos.
¿Qué dice la Biblia acerca de pagar impuestos? ¿Cuál debe ser la actitud del cristiano con relación a pagar impuestos?
1 Reyes capítulo 12:4 (NTV): -Su padre fue un amo muy duro- le dijeron-. Alivie los trabajos tan pesados y los impuestos tan altos que su padre impuso sobre nosotros. Entonces seremos sus leales súbditos. Aquí le están reclamando a Roboam, al hijo de Salomón.
Esdras 4:13 (NTV): El rey también debería saber que, si esa ciudad se reconstruye y se completan sus murallas, su reino se verá perjudicado, porque los judíos se negarán a pagar los tributos, los derechos aduaneros y los peajes correspondientes.
Nehemías 5:4 (NTV): Otros más decían: -Para poder pagar los impuestos, tuvimos que pedir dinero prestado dando nuestros campos y viñedos como garantía. Es decir, el tema de los impuestos es un tema que ha estado en la Biblia por siempre.
En nuestro texto de hoy (Mateo 22: 15-21), nos damos cuenta de que aparecen dos grupos: fariseos y herodianos. Fíjese hasta dónde llegaba la hipocresía de los religiosos, que fariseos y herodianos no se llevaban, al contrario: se odiaban los unos con los otros, porque eran grupos contrarios. Los fariseos se oponían a la ocupación romana, y los herodianos eran un partido político a favor de Herodes; sin embargo, cuando se trata de atacar el evangelio, cuando se trata de atacar a Jesús, se unen. Vinieron con palabras lisonjeras para atacar; pero a Dios no lo engaña nadie.
La pregunta es fácil: ¿debemos pagar impuestos o no debemos pagar impuestos? Pero como Jesús conocía la maldad y la malicia de esta gente, el Señor les responde de una manera majestuosa, les dio una gran lección.
Hay una porción de la escritura muy interesante en Mateo 17.
Mateo 17: 24-27 (NVI): 24Cuando llegaron a Capernaúm, los cobradores de impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: – ¿Tu maestro no paga el impuesto del templo? 25– Sí, lo paga. -contestó Pedro. Luego entró en la casa, pero antes de tener oportunidad de hablar, Jesús le preguntó: – ¿Qué te parece, Pedro? Los reyes, ¿cobran impuestos a su propia gente o a la gente que han conquistado? 26– Se los cobran a los que han conquistado -contestó Pedro. – Muy bien -dijo Jesús-, entonces, ¡los ciudadanos quedan exentos! 27Sin embargo, no queremos que se ofendan, así que desciende al lago y echa el anzuelo. Abre la boca del primer pez que saques y allí encontrarás una gran moneda de plata. Tómala y paga mi impuesto y el tuyo. Quiere decir que, Jesús pagó los impuestos. Sería lindo que nosotros hiciéramos lo mismo, ¿verdad?
¿Debemos los cristianos pagar impuestos o debemos buscar la manera de robarle al gobierno? Por eso le puse como título: Robando a César y robando a Dios.
Romanos 13: 6 (NTV): Por esas mismas razones, también paguen sus impuestos, pues los funcionarios de gobierno necesitan cobrar su sueldo. Ellos sirven a Dios con lo que hacen.
Esto significa que, esas autoridades las ha puesto Dios. No son autoridades espirituales, no son autoridades ministeriales como nosotros, no son autoridades evangélicas, no son autoridades cristianas; pero ¿sabe usted el caos y la anarquía que viviéramos si todo el mundo hace lo que quiere? Dios ha puesto las autoridades para que haya gente que ponga orden. Imagínate si no existiera orden de tránsito, ¿qué pasaría? Imagínate si usted puede hacer lo que desee donde quiera que usted vaya, esto sería una anarquía, sería un caos.
Hay que entender algo, vivimos en un mundo malo, vivimos en un mundo gobernado por Satanás el diablo. Dios ha puesto a las autoridades para proteger a la gente buena de la gente mala, simple y sencillamente. Este versículo Romanos 13: 6 (NTV) dice: Ellos sirven a Dios con lo que hacen, no es un servicio espiritual como el que usted recibe en una iglesia, pero Dios los ha puesto ahí, y el cristiano debe pagar sus impuestos.
Ojo con esto: No siempre van a ser los ángeles los que van a venir a cuidarte, a veces necesitas que la policía te cuide. Y para eso están ellos puestos ahí, para protegerle a usted de un montón de gente que le quiera causar daño.
Romanos 13: 7 (NTV): Ustedes den a cada uno lo que le deben: paguen los impuestos y demás aranceles a quien corresponda, y den respeto y honra a los que están en autoridad.
¿Por qué robando a César? Porque hacer trampa en los impuestos es robar. Este es un asunto de ética y conducta. Mentir para evitar pagar impuestos es: robar, y los cristianos no estamos llamados a mentir, ni a robar. Jesús dijo (Mateo 22:21): Dad, pues, a César lo que es de César
Escúcheme esto: Si usted hace trampa en los impuestos, créame, usted tiene la personalidad para hacer trampa en cualquier otra cosa.
¿De qué manera se le roba a César? No declarando todos los ingresos. Creando gastos falsos. Tomar dinero en efectivo debajo de la mesa. Montar un negocio falso para reclamar pérdidas y reducir impuestos. Empresas que no emiten las deducciones de fuentes adecuadas. Crear documentos o registros falsos, o engañosos. No me venga a decir que está bien robarle al gobierno, porque no está bien robarle a nadie.
Este es un asunto de dinero iglesia, y ¿qué dice la palabra del Señor? 1Timoteo 6:10 (RV-60). Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero.
Hay un dato, que salió del Congreso de los Estados Unidos en el año 2023, con el que me quedé sorprendido: alrededor de 300 millones de personas, de ellos 20 millones son millonarios, y de esos más de 1000 millonarios no han pagado impuestos al gobierno, estamos hablando de 200 billones de dólares que le deben al gobierno (solo en impuestos). De eso se trata el amor al dinero, las personas buscan la manera de cómo robar, de cómo hacer cosas para tener mejores ganancias, para que le vaya bien a la empresa a mí también. Las personas hacen cualquier cosa por tal de ganar dinero y/o robar al gobierno; pero el problema es que se está poniendo en peligro a usted, por amante del dinero, y también a su familia. Es cuestión de carácter, es cuestión de convicciones.
El problema de muchas personas es que creen que evadiendo impuestos van a tener una mejor posición económica, la pregunta es: ¿Por cuánto tiempo? Porque, cuando alguien hace las cosas correctas, el Señor te va a guiar porque caminos de justicia; pero cuando usted es un ladrón, tarde o temprano lo pueden encontrar.
Los cristianos evangélicos tenemos que entender que nos movemos en un mundo espiritual, esto significa que las consecuencias, de una o de otra manera, se terminan pagando. Por ejemplo: usted roba y tiene mucho dinero, pero tiene un matrimonio que es una desgracia. Yo le pregunto: ¿disfruta su dinero? Si tiene un hijo que no quiere saber nada de usted, ¿disfruta su dinero? Si tiene una hija que cada vez que le habla la maltrata, ¿disfruta su dinero? Cuando usted no conoce la palabra paz en su vida, ¿disfruta su bienestar? Nos movemos en un mundo espiritual, y esto es cuestión de integridad, es cuestión de principios, es cuestión de nuestra fe.
Hay cristianos que no les molesta robar, que no les molesta hacer trampa en alguna cosa; déjeme decirle que: para nada le va a molestar hacer trampa en otra. Entonces, ¿en qué terminan? Robando a César y robando a Dios.
Malaquías 3: 8-10 (RV-60): 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Mire hermano, yo conocí a Cristo a los 17 años y, desde los 17 años, ¡alabado sea mi Señor!, a mí esto me abrazó, esto me transformó. Yo a mi Señor le doy, así ha sido toda la vida. Le puedo comprobar, Dios te bendice, Dios te abre puertas, el Señor te pone en gracia, el Señor te da. Mucha gente le tiene miedo a la abundancia, pero Dios te lo está diciendo hermano.
Yo sé lo que es tener necesidad, pero debemos entender una cosa: para poder cosechar, hay que sembrar. Si usted no siembra, no cosecha. El evangelio es igual. Yo no le estoy pidiendo nada, lo que quiero es que aprenda, solo quiero que sea honesto con usted mismo. Todo lo que hago es para honrar a mi Señor, así es como lo veo yo. A mí las cosas materiales no me interesan; de que me sirve una casa si yo estoy deshonrando a mi Dios. De qué me sirve un carro de lujo si estoy deshonrando a mi Dios. De qué me sirve tener cosas y tener viajes, si estoy deshonrando a mi Dios. Honrar a mi Señor es prioridad, eso es lo que me dice en este libro sagrado (la Biblia). Debemos vivir para honrar al Señor, las demás cosas te las añade Dios.
1 Crónicas 16:29 (RV-60): Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad. Dice: debida, quiere decir que se la debemos. Dad a Dios lo que es de Dios.
Todo lo que hay en la tierra pertenece a Dios.
Job 41: 11 (RV-60): 11¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío. Todo lo que hay debajo del cielo es de Dios. No se trata de tener, de poseer, de acumular; se trata de honrarlo y de vivir para Él, eso es si es que usted cree en Él.
Salmos 50: 10-12 (RV-60): 10Porque mía es toda bestia del bosque. Y los millares de animales en los collados. 11Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. 12Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. ¡Aleluya! ¿Qué más quiere saber? Dios es el dueño de todo.
Hageo 2: 8 (RV-60): 8Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.
1 Crónicas 29: 11 (RV-60): 11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. De tal manera que todo es de Dios y todo pertenece a Dios.
Mi querida iglesia dele a César lo que es de César, y dele a Dios lo que es de Dios; ¿por qué? Porque Dios lo manda. No trate de robarle a uno, ni tampoco trate de robarle al otro; porque si le roba a uno se le va a hacer más fácil robarle al otro. El problema está en el corazón, el problema es el dinero.
Salmo 29: 2 (RV-60): Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Dele a Dios lo que es de Dios, exáltale con tus manos, ante su presencia glorifícate.
Quiero terminar con esta porción de la escritura. Un día, esto, lo vamos a ver nosotros.
Apocalipsis 5: 11-13 (RV-60): 11Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, 12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
¡Él es digno, sí, Él es digno! Imagínate que algunos no le dieron a Dios las riquezas, ni las pusieron a sus pies. Él es digno de toda alabanza, de toda adoración, Él es digno de mi vida, de mi alma, de mi adoración, de todo cuanto existe porque Él es el dueño de lo que está en el cielo y de lo que está en la tierra. ¡Bendito sea su nombre por los siglos de los siglos!
Vamos a orar: Padre querido te damos gracias por tu palabra en esta hora. Señor permite que la actitud de cada uno de nosotros pueda ser siempre aquella de honrar tu nombre, de exaltar tu nombre con lo que somos y con lo que tenemos. Hemos entendido Señor con claridad lo que tu palabra nos enseña y nos habla de la honestidad en nuestro diario caminar. Estamos confiados en ti mi Señor, permite que podamos atesorar estas enseñanzas en nuestra vida.
Mientras todos estamos en oración, si usted me dice en esta hora: Pastor quiero entregarle mi vida a Cristo, quiero comenzar una vida nueva con Dios, quiero pedirle que haga conmigo esta oración de fe. Ahí donde está, dígale al Señor: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor despídenos con tu paz, permite que podamos reflexionar acerca de lo que hemos escuchado. Bendice a este pueblo, en el nombre de Jesús te lo pedimos: Amén y amén.
Robando a César y robando a Dios
Enero 19, 2025 – 2:00PM | Mateo 22:15-22 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra en el evangelio de Mateo capítulo 22 por favor.
Mateo 22: 15-21 (RV-60): 15Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. 16Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. 17Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? 18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Vamos a orar: Padre te pido que nos ayudes con el mensaje de tu palabra, que sea el Espíritu Santo que nos redarguye la verdad acerca de cómo vivir de acuerdo con tu voluntad, como hemos cantado en esta tarde. Te lo pedimos en el nombre de Jesús: amén.
He titulado al mensaje de esta tarde: Robando a César y robando a Dios.
Estamos en tiempos de impuestos, ¿a quién le gusta pagar impuestos? Y aunque no nos gusta pagar impuestos sí nos gusta disfrutar de lindas carreteras, de majestuosos puentes, nos encanta tener una policía que pone orden en la ciudad para mantenernos seguros, un ejército que defiende las fronteras de Canadá, ¿verdad? Es necesario pagar impuestos, aunque no disfrutemos pagarlos.
En el lenguaje popular usted habrá escuchado estas palabras, o frases, que se dice: hay dos cosas que son seguras en la vida: la muerte y los impuestos, y es cierto. Los impuestos nos recuerdan que no trabajamos solamente para nosotros, sino también para el gobierno.
En el tiempo de Jesús, como hemos visto acá, los impuestos era un tema tan importante como nuestros días. La Biblia tiene mucho que decir acerca de los tributos, acerca de los impuestos. La primera vez que aparece la palabra tributo (impuesto) es, en el libro de Génesis. A través de toda la Biblia encontramos situaciones que nos hablan acerca de los impuestos.
¿Qué dice la Biblia acerca de pagar impuestos? ¿Cuál debe ser la actitud del cristiano con relación a pagar impuestos?
1 Reyes capítulo 12:4 (NTV): -Su padre fue un amo muy duro- le dijeron-. Alivie los trabajos tan pesados y los impuestos tan altos que su padre impuso sobre nosotros. Entonces seremos sus leales súbditos. Aquí le están reclamando a Roboam, al hijo de Salomón.
Esdras 4:13 (NTV): El rey también debería saber que, si esa ciudad se reconstruye y se completan sus murallas, su reino se verá perjudicado, porque los judíos se negarán a pagar los tributos, los derechos aduaneros y los peajes correspondientes.
Nehemías 5:4 (NTV): Otros más decían: -Para poder pagar los impuestos, tuvimos que pedir dinero prestado dando nuestros campos y viñedos como garantía. Es decir, el tema de los impuestos es un tema que ha estado en la Biblia por siempre.
En nuestro texto de hoy (Mateo 22: 15-21), nos damos cuenta de que aparecen dos grupos: fariseos y herodianos. Fíjese hasta dónde llegaba la hipocresía de los religiosos, que fariseos y herodianos no se llevaban, al contrario: se odiaban los unos con los otros, porque eran grupos contrarios. Los fariseos se oponían a la ocupación romana, y los herodianos eran un partido político a favor de Herodes; sin embargo, cuando se trata de atacar el evangelio, cuando se trata de atacar a Jesús, se unen. Vinieron con palabras lisonjeras para atacar; pero a Dios no lo engaña nadie.
La pregunta es fácil: ¿debemos pagar impuestos o no debemos pagar impuestos? Pero como Jesús conocía la maldad y la malicia de esta gente, el Señor les responde de una manera majestuosa, les dio una gran lección.
Hay una porción de la escritura muy interesante en Mateo 17.
Mateo 17: 24-27 (NVI): 24Cuando llegaron a Capernaúm, los cobradores de impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: – ¿Tu maestro no paga el impuesto del templo? 25– Sí, lo paga. -contestó Pedro. Luego entró en la casa, pero antes de tener oportunidad de hablar, Jesús le preguntó: – ¿Qué te parece, Pedro? Los reyes, ¿cobran impuestos a su propia gente o a la gente que han conquistado? 26– Se los cobran a los que han conquistado -contestó Pedro. – Muy bien -dijo Jesús-, entonces, ¡los ciudadanos quedan exentos! 27Sin embargo, no queremos que se ofendan, así que desciende al lago y echa el anzuelo. Abre la boca del primer pez que saques y allí encontrarás una gran moneda de plata. Tómala y paga mi impuesto y el tuyo. Quiere decir que, Jesús pagó los impuestos. Sería lindo que nosotros hiciéramos lo mismo, ¿verdad?
¿Debemos los cristianos pagar impuestos o debemos buscar la manera de robarle al gobierno? Por eso le puse como título: Robando a César y robando a Dios.
Romanos 13: 6 (NTV): Por esas mismas razones, también paguen sus impuestos, pues los funcionarios de gobierno necesitan cobrar su sueldo. Ellos sirven a Dios con lo que hacen.
Esto significa que, esas autoridades las ha puesto Dios. No son autoridades espirituales, no son autoridades ministeriales como nosotros, no son autoridades evangélicas, no son autoridades cristianas; pero ¿sabe usted el caos y la anarquía que viviéramos si todo el mundo hace lo que quiere? Dios ha puesto las autoridades para que haya gente que ponga orden. Imagínate si no existiera orden de tránsito, ¿qué pasaría? Imagínate si usted puede hacer lo que desee donde quiera que usted vaya, esto sería una anarquía, sería un caos.
Hay que entender algo, vivimos en un mundo malo, vivimos en un mundo gobernado por Satanás el diablo. Dios ha puesto a las autoridades para proteger a la gente buena de la gente mala, simple y sencillamente. Este versículo Romanos 13: 6 (NTV) dice: Ellos sirven a Dios con lo que hacen, no es un servicio espiritual como el que usted recibe en una iglesia, pero Dios los ha puesto ahí, y el cristiano debe pagar sus impuestos.
Ojo con esto: No siempre van a ser los ángeles los que van a venir a cuidarte, a veces necesitas que la policía te cuide. Y para eso están ellos puestos ahí, para protegerle a usted de un montón de gente que le quiera causar daño.
Romanos 13: 7 (NTV): Ustedes den a cada uno lo que le deben: paguen los impuestos y demás aranceles a quien corresponda, y den respeto y honra a los que están en autoridad.
¿Por qué robando a César? Porque hacer trampa en los impuestos es robar. Este es un asunto de ética y conducta. Mentir para evitar pagar impuestos es: robar, y los cristianos no estamos llamados a mentir, ni a robar. Jesús dijo (Mateo 22:21): Dad, pues, a César lo que es de César
Escúcheme esto: Si usted hace trampa en los impuestos, créame, usted tiene la personalidad para hacer trampa en cualquier otra cosa.
¿De qué manera se le roba a César? No declarando todos los ingresos. Creando gastos falsos. Tomar dinero en efectivo debajo de la mesa. Montar un negocio falso para reclamar pérdidas y reducir impuestos. Empresas que no emiten las deducciones de fuentes adecuadas. Crear documentos o registros falsos, o engañosos. No me venga a decir que está bien robarle al gobierno, porque no está bien robarle a nadie.
Este es un asunto de dinero iglesia, y ¿qué dice la palabra del Señor? 1Timoteo 6:10 (RV-60). Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero.
Hay un dato, que salió del Congreso de los Estados Unidos en el año 2023, con el que me quedé sorprendido: alrededor de 300 millones de personas, de ellos 20 millones son millonarios, y de esos más de 1000 millonarios no han pagado impuestos al gobierno, estamos hablando de 200 billones de dólares que le deben al gobierno (solo en impuestos). De eso se trata el amor al dinero, las personas buscan la manera de cómo robar, de cómo hacer cosas para tener mejores ganancias, para que le vaya bien a la empresa a mí también. Las personas hacen cualquier cosa por tal de ganar dinero y/o robar al gobierno; pero el problema es que se está poniendo en peligro a usted, por amante del dinero, y también a su familia. Es cuestión de carácter, es cuestión de convicciones.
El problema de muchas personas es que creen que evadiendo impuestos van a tener una mejor posición económica, la pregunta es: ¿Por cuánto tiempo? Porque, cuando alguien hace las cosas correctas, el Señor te va a guiar porque caminos de justicia; pero cuando usted es un ladrón, tarde o temprano lo pueden encontrar.
Los cristianos evangélicos tenemos que entender que nos movemos en un mundo espiritual, esto significa que las consecuencias, de una o de otra manera, se terminan pagando. Por ejemplo: usted roba y tiene mucho dinero, pero tiene un matrimonio que es una desgracia. Yo le pregunto: ¿disfruta su dinero? Si tiene un hijo que no quiere saber nada de usted, ¿disfruta su dinero? Si tiene una hija que cada vez que le habla la maltrata, ¿disfruta su dinero? Cuando usted no conoce la palabra paz en su vida, ¿disfruta su bienestar? Nos movemos en un mundo espiritual, y esto es cuestión de integridad, es cuestión de principios, es cuestión de nuestra fe.
Hay cristianos que no les molesta robar, que no les molesta hacer trampa en alguna cosa; déjeme decirle que: para nada le va a molestar hacer trampa en otra. Entonces, ¿en qué terminan? Robando a César y robando a Dios.
Malaquías 3: 8-10 (RV-60): 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Mire hermano, yo conocí a Cristo a los 17 años y, desde los 17 años, ¡alabado sea mi Señor!, a mí esto me abrazó, esto me transformó. Yo a mi Señor le doy, así ha sido toda la vida. Le puedo comprobar, Dios te bendice, Dios te abre puertas, el Señor te pone en gracia, el Señor te da. Mucha gente le tiene miedo a la abundancia, pero Dios te lo está diciendo hermano.
Yo sé lo que es tener necesidad, pero debemos entender una cosa: para poder cosechar, hay que sembrar. Si usted no siembra, no cosecha. El evangelio es igual. Yo no le estoy pidiendo nada, lo que quiero es que aprenda, solo quiero que sea honesto con usted mismo. Todo lo que hago es para honrar a mi Señor, así es como lo veo yo. A mí las cosas materiales no me interesan; de que me sirve una casa si yo estoy deshonrando a mi Dios. De qué me sirve un carro de lujo si estoy deshonrando a mi Dios. De qué me sirve tener cosas y tener viajes, si estoy deshonrando a mi Dios. Honrar a mi Señor es prioridad, eso es lo que me dice en este libro sagrado (la Biblia). Debemos vivir para honrar al Señor, las demás cosas te las añade Dios.
1 Crónicas 16:29 (RV-60): Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad. Dice: debida, quiere decir que se la debemos. Dad a Dios lo que es de Dios.
Todo lo que hay en la tierra pertenece a Dios.
Job 41: 11 (RV-60): 11¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío. Todo lo que hay debajo del cielo es de Dios. No se trata de tener, de poseer, de acumular; se trata de honrarlo y de vivir para Él, eso es si es que usted cree en Él.
Salmos 50: 10-12 (RV-60): 10Porque mía es toda bestia del bosque. Y los millares de animales en los collados. 11Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. 12Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. ¡Aleluya! ¿Qué más quiere saber? Dios es el dueño de todo.
Hageo 2: 8 (RV-60): 8Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.
1 Crónicas 29: 11 (RV-60): 11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. De tal manera que todo es de Dios y todo pertenece a Dios.
Mi querida iglesia dele a César lo que es de César, y dele a Dios lo que es de Dios; ¿por qué? Porque Dios lo manda. No trate de robarle a uno, ni tampoco trate de robarle al otro; porque si le roba a uno se le va a hacer más fácil robarle al otro. El problema está en el corazón, el problema es el dinero.
Salmo 29: 2 (RV-60): Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Dele a Dios lo que es de Dios, exáltale con tus manos, ante su presencia glorifícate.
Quiero terminar con esta porción de la escritura. Un día, esto, lo vamos a ver nosotros.
Apocalipsis 5: 11-13 (RV-60): 11Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, 12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
¡Él es digno, sí, Él es digno! Imagínate que algunos no le dieron a Dios las riquezas, ni las pusieron a sus pies. Él es digno de toda alabanza, de toda adoración, Él es digno de mi vida, de mi alma, de mi adoración, de todo cuanto existe porque Él es el dueño de lo que está en el cielo y de lo que está en la tierra. ¡Bendito sea su nombre por los siglos de los siglos!
Vamos a orar: Padre querido te damos gracias por tu palabra en esta hora. Señor permite que la actitud de cada uno de nosotros pueda ser siempre aquella de honrar tu nombre, de exaltar tu nombre con lo que somos y con lo que tenemos. Hemos entendido Señor con claridad lo que tu palabra nos enseña y nos habla de la honestidad en nuestro diario caminar. Estamos confiados en ti mi Señor, permite que podamos atesorar estas enseñanzas en nuestra vida.
Mientras todos estamos en oración, si usted me dice en esta hora: Pastor quiero entregarle mi vida a Cristo, quiero comenzar una vida nueva con Dios, quiero pedirle que haga conmigo esta oración de fe. Ahí donde está, dígale al Señor: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor despídenos con tu paz, permite que podamos reflexionar acerca de lo que hemos escuchado. Bendice a este pueblo, en el nombre de Jesús te lo pedimos: Amén y amén.