Las abundantes riquezas de su gracia
Enero 21, 2024 – 1:30PM | Juan 8:1-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Bueno vamos a abrir la palabra por favor mis amados en Efesios capítulo dos. Al mensaje de esta tarde le he titulado: “Las abundantes riquezas de su gracia”. Así te largo, a propósito.
Efesios 2: 4-9 (RV-60): 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
¿Cómo es Dios? Rico; quiero que note la palabra misericordia. Luego quiero que note la palabra amor, en el mismo versículo. Dios es rico en misericordia ¿por qué? Por su gran amor con que nos amó, ¿sabe quién es el único que puede entender este versículo? Una persona que es padre y una persona que es madre, solo ellos. El versículo 5 dice que estábamos muertos y Él (Cristo) nos dio vida; no es que estábamos vivos y nos mató, sino al revés, estábamos muertos y nos dio vida juntamente con Cristo.
Cuando se trata de exaltar a Dios, cuando se trata de decir lo máximo del Señor, a veces no sé qué decir. Yo decía: Señor, ¿cómo puedo expresar lo agradecido que estoy, se me hace muy simple: agradecidísimo. Y el Señor me contestó, ¿sabe qué me dijo? Hay una cosa, hay una palabra más grande que agradecido: “obediencia”.
Dios es grande, es único, es incomparable, es fiel, es verdadero, es Santo, es eterno. Es Rey, pero no solo es rey: es Rey de reyes. Es Señor, pero no solo es señor: es Señor de señores, y fuera de Él no hay Dios. ¡Ese es Dios! Quiero hablar de: Las abundantes riquezas de su gracia.
Juan 1:14 (RV-60): Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:17 (RV-60): Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Lucas 4:22 (RV-60): Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca.
Hay dos palabras que muchas veces se utilizan indistintamente, la palabra misericordia y la palabra gracia.
Misericordia es, recibir de parte de Dios lo que nosotros no merecemos. Por ejemplo: el perdón, ¿usted cree que merece el perdón de Dios? No, pero eso es misericordia, esa es la misericordia. Ejemplo: Después que David pecó con Betzabé escribió el Salmos 51. En el Salmos 51, David le dice a Dios: Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia.
Gracia es, recibir de Dios todo lo bueno que hemos encontrado en estos pasajes. ¿Misericordia? No merecemos la misericordia de Dios porque somos pecadores. ¿El amor? No merecemos que Dios nos ame, pero Él nos amó primero. Efesios 2: 5-6 (RV-60) 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Por eso es que, muchas personas consideran que la gracia es el regalo inmerecido, nos ha hecho sentar en lugares celestiales con Cristo Jesús cuando nosotros no lo merecemos. Todas esas cosas son la gracia.
Quiero ilustrarles la gracia. El Dr. Billy Graham, en uno de sus libros, cuenta de que un día él estaba manejando en un pequeño pueblo en los Estados Unidos. No se dio cuenta e iba a exceso de velocidad y lo paró un policía que le dijo: usted va a una velocidad excesiva y tengo que ponerle una multa; Billy Graham solo se disculpa. El policía le dice: ahora usted va a tener que ir a la corte, a lo que Billy le dice: si, lo sé, he fallado. Cuando el juez le pregunta: ¿usted se considera culpable o no culpable? El Dr. Graham le dice: soy culpable. Tendrá que pagar una multa. Pero, resulta que el juez logró reconocer al gran predicador Billy Graham y le dice: Aquí está la multa, pero yo sé quién es usted, entonces el juez se metió la mano en el bolsillo y puso el billete mientras le decía: yo pagaré su multa, y también quiero llevarlo a cenar. Billy Graham cuenta que lo llevó a cenar al mejor restaurante de la ciudad. Eso hermanos es gracia, en lugar del castigo por la infracción, mire todo lo que recibió este hombre. Esto mismo es lo que recibimos de parte de Dios.
Fíjate, a pesar de que no hay un hombre, ni una mujer, limpio de pecado; nosotros somos más propensos a sentenciar, a humillar, a avergonzar, a degradar o a condenar a una persona antes de perdonarla, y es injusto. Bien dijo aquella persona: antes de señalarme con el dedo, asegúrate que lo tengas limpio.
Aspectos sencillos de esa Gracia Divina.
- El primer ejemplo, que quiero compartir con ustedes hoy, de la gracia de Dios, lo encontramos en Juan.
En esta porción de la escritura, que vamos a leer ahora, se habla de una mujer que la encontraron teniendo sexo. Recuerde que cuando Jesús iba al monte de los Olivos era para orar.
Juan 8:1-11 (RV-60). 1Y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3Entonces los y escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Sepa hermanos que en todos lados hay fariseos, en el trabajo, en la iglesia, en la familia, en todos lados. ¿Qué quiere decir adulterio? Significa que la mujer estaba con un hombre en ese instante, en el mismo acto. ¡Qué cosas verdad! ¡Qué tremendo eso! Si Jesús hubiera dicho: “apedréenla”, como dice la ley de Moisés, le hubieran cuestionado sobre el amor del que predicaba el Señor. Y si hubiese dicho: “Yo la perdono”, enseguida le dirían: ah, entonces estás en contra de la ley de Moisés. De eso se trataba, de condenar a Jesús.
El mensaje se llama; Las abundantes riquezas de su gracia. Decía hace un rato que en todos lados hay fariseos. Mientras el mundo ridiculiza, Jesús te levanta. El mundo condena Jesús te salva. El mundo te rechaza, Jesús te hace su hijo y te da su reino. ¿Cuál es la actitud de la gente ante una situación como esta? ¡Cómo nos cuesta aprender de la gracia de Jesús! Es por eso que es: “Las abundantes riquezas de su gracia”, una gracia incomprensible. La Biblia dice que cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Una de las cosas que me ha ayudado a mí, en el ministerio, y en la vida, es que yo no espero perfección de nadie. Mis tres hijos, por ejemplo, yo no espero perfección de ellos. Pero, ¿usted cree que yo como papá estoy contento cuando ellos hacen cosas incorrectas? No, por supuesto que no, pero al mismo tiempo soy padre. Es un error esperar perfección de mis hijos, ¿por qué? Porque no lo voy a lograr. Pero al mismo tiempo, les he dicho a ellos, cualquier situación que llegue a pasar, el único que va a estar ahí con ustedes soy yo; las demás personas van a aprovechar la situación para acusarlos, para humillarlos. Porque soy padre. Somos tremendos para acusar a otras personas, somos tremendos para humillar a otras personas, para resaltar los errores de otra persona, cuando nosotros hacemos lo mismo. Dios nos manifiesta las abundantes riquezas de su gracia.
Jesús tenía esta mujer enfrente (que se había equivocado) y le pudo haber dicho 40 cosas. Por más que se especule no sabemos nada de ella. El acto del adulterio es cuando participa una persona que es casada, lo que significa que esa mujer estaba teniendo una relación íntima con una persona casada. Sin lugar a dudas, no era ningún familiar de los que estaban ahí, sin embargo, notamos la maravillosa gracia de Jesús.
Otro ejemplo de la Gracia de Dios, lo encontramos en el evangelio de Lucas.
Lucas 7:36 (RV-60) 36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
¿Usted conoce personas así, que se creen superiores a otros? Yo le tengo muchísimo miedo a aquellas personas que piensan que, porque ellos no toman (beben) son perfectos, porque no dicen una mala palabra son perfectos, que porque no pegan un grito de vez en cuando son perfectos, y eso los hace a ellos pensar que están al nivel de los ángeles, ¿verdad? Entonces ven a otras personas inferiores porque ellos están superiores. Yo conozco predicadores que no conocen la palabra gracia, no la conocen, todo es señalar lo malo de otros, humillar todo es condenar, todo es maldecir.
Aquí tenemos a este hombre que comenzó a criticar a la mujer, ¿Qué tipo de persona es él que critica, si la palabra dice que un fariseo era una persona hipócrita? Imagínate el fariseo no creyó que Jesús entraría a casa de un fariseo, y entró. Hay personas que solo quieren sacarle beneficios de Jesús para ellos, pero no para otras personas.
Por 35 largos años se me ha criticado, a mí como pastor, por no poner en disciplina a personas en esta iglesia. Cuando me preguntan por qué, yo le digo: porque tendría que comenzar con usted, porque usted está acusando otras personas. ¿Quién somos nosotros para eso? Otra razón: si yo digo que vamos a poner en disciplina a los que han pecado, no podríamos estar aquí enfrente hermano.
Este fariseo acusó a esta mujer, claro él lo pensó nada más. La gracia va en contra de legalismo, la gracia va en contra de juzgar al hombre; la gracia lo redime. Una de las cosas lindísimas del evangelio es que: el evangelio es de oportunidades. Jesús muestra salvación, la salvación, la gracia, es un regalo inmerecido.
Quiero hablar de algo: la gracia no puede ser pisoteada, cuidado con la reincidencia. Hay peligro en la reincidencia. Cuando Jesús habló con esta mujer que fue encontrada en el acto del adulterio, le dijo: vete y no lo vuelvas a hacer. La maravilla de una situación como esta es aprender de los errores. El peor problema que puede tener una persona es: no aprender de los errores que ha cometido. Si no quieres volver a pasar una experiencia como la que has vivido, entonces, no vuelvas a hacer lo que has hecho mal, simple y sencillamente.
1Pedro 2:16 (RV-60): Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.
2Pedro 2:22 (RV-60): Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. Es decir, el cerdo que ya se lavó se vuelve a revolcar en el lodo. El Señor también nos está diciendo aquí: ¡hay que tener cuidado con esto! Es cierto que: Las abundantes riquezas de la gracia de Dios van más allá de lo que una persona puede concebir, pero, el Señor te dice: “cuidado con la reincidencia”; o sea; sácale provecho a ese error, sácale provecho a esa situación. El Señor te dice: No puedes pisotear la sangre de Cristo. No puedes pisotear la gracia del Señor.
Romanos 6:1-2(RV-60): 1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? La gracia no es permiso para seguir haciendo lo que usted quiere hacer, en ninguna manera. No se puede vivir en el fango, no se puede seguir revolcando en el pecado.
Lucas 23:39-4 (RV-60): 39Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. La gracia de Dios sobrepasa todo entendimiento. El doctor Scotfield decía: la ley bendice al que es bueno, la gracia salva al que es malo. Si hubiéramos sido alguno de nosotros a quien le habla este ladrón, le hubiéramos dicho: ¿cómo es posible que seas mañoso (ladrón) y te quieras salvar? Pero esa es la gracia de Dios.
Hay una historia que dice: que un hombre se murió y llegó al cielo. Usted sabe, ¿verdad?, que todo el mundo pone a San Pedro, con las llaves, a la entrada del cielo. Entonces dice que San Pedro lo recibió a la entrada y le dijo al hombre: te voy a decir cómo funcionan las cosas aquí en el cielo. Tú necesitas 100 puntos para poder entrar en el cielo. Me vas a decir todas las obras buenas que hiciste y yo te voy a asignar cierta cantidad de puntos, por cada cosa buena que hayas hecho. Cuando acumules 100 puntos, entonces podrás entrar para quedarte aquí eternamente en el cielo. El hombre comienza: Estuve casado con la misma mujer por 50 años y nunca la engañé, ni siquiera en mis pensamientos. Pedro le dijo: ¡Magnífico!, eso equivale a tres puntos. ¡Tres puntos! Dijo el hombre. Asistí a la iglesia toda mi vida, y apoyé la iglesia con mis diezmos, con mis ofrendas y sirviendo a Dios. Pedro le dijo: maravilloso, eso tiene el valor de un punto. ¡Un punto!, le dijo el hombre. ¿Qué te parece esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles comida, dándoles ropa también. ¡Fantástico!, le dijo Pedro, otros dos puntos a favor de tu cuenta. Y el hombre dijo: ¡dos puntos! Y le dijo el hombre: ¡Si sigo así Pedro, solamente por la gracia de Dios podré entrar al cielo! Y Pedro le dijo: ¡Bienvenido! No hay nada que nosotros podamos hacer para entrar al cielo, más que por la gracia maravillosa y la riqueza de la gracia del bendito Dios al que amamos y adoramos.
Oremos: Padre, sin lugar a dudas que Las abundantes riquezas de tu gracia exceden nuestras expectativas. ¡Maravillosa Gracia! No somos merecedores de nada más que de la muerte y la condenación; pero tu gracia nos ha salvado. No merecemos el cielo, pero tu gracia nos ha redimido. No merecemos el perdón, pero tu gracia nos ha perdonado. No merecemos nada en este mundo, pero Las abundantes riquezas de tu gracia son las que nos dan la entrada a tu gloria. ¿Cómo no estar agradecido Señor? ¿Cómo no estar agradecido contigo después de todo lo que haces a favor nuestro? ¡Te alabamos! Este pueblo te honra, este pueblo reconoce que tú eres digno de todo sacrificio, de toda alabanza, de toda adoración. Reconocemos Señor que no somos buenos por naturaleza, somos malos por naturaleza; pero que nos has adoptado como tus hijos y nos ves con amor, con piedad, con compasión. ¿Cómo no agradecerte tanta bondad tuya, mi Señor?
Mientras todos oramos. Déjeme decirle que no hay nada que usted pueda hacer para ganar la gloria, no hay nada que usted pueda hacer para entrar al cielo. A la gloria entramos por misericordia y por gracia de Dios. Y en este día, ahí donde está, si usted nunca antes ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador personal hoy puede hacerlo. Ahí dónde está puede decirle a Dios que usted lo quiere recibir en su corazón. Si hay alguna persona que nunca antes ha recibido a Cristo, haga esta oración conmigo dígale: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por poner tu cuerpo y derramar tu sangre para el perdón de mis faltas. En este día te recibo como mi Señor y mi salvador Personal. Si usted hizo esta oración, queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor, una vez más, gracias por tanto amor, por tanta misericordia tuya. Te alabamos Señor. Te exaltamos y te damos gracias por las decisiones que las personas han tomado en este momento, en el nombre de Jesús oramos: Amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe.
Las abundantes riquezas de su gracia
Enero 21, 2024 – 1:30PM | Juan 8:1-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Bueno vamos a abrir la palabra por favor mis amados en Efesios capítulo dos. Al mensaje de esta tarde le he titulado: “Las abundantes riquezas de su gracia”. Así te largo, a propósito.
Efesios 2: 4-9 (RV-60): 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
¿Cómo es Dios? Rico; quiero que note la palabra misericordia. Luego quiero que note la palabra amor, en el mismo versículo. Dios es rico en misericordia ¿por qué? Por su gran amor con que nos amó, ¿sabe quién es el único que puede entender este versículo? Una persona que es padre y una persona que es madre, solo ellos. El versículo 5 dice que estábamos muertos y Él (Cristo) nos dio vida; no es que estábamos vivos y nos mató, sino al revés, estábamos muertos y nos dio vida juntamente con Cristo.
Cuando se trata de exaltar a Dios, cuando se trata de decir lo máximo del Señor, a veces no sé qué decir. Yo decía: Señor, ¿cómo puedo expresar lo agradecido que estoy, se me hace muy simple: agradecidísimo. Y el Señor me contestó, ¿sabe qué me dijo? Hay una cosa, hay una palabra más grande que agradecido: “obediencia”.
Dios es grande, es único, es incomparable, es fiel, es verdadero, es Santo, es eterno. Es Rey, pero no solo es rey: es Rey de reyes. Es Señor, pero no solo es señor: es Señor de señores, y fuera de Él no hay Dios. ¡Ese es Dios! Quiero hablar de: Las abundantes riquezas de su gracia.
Juan 1:14 (RV-60): Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:17 (RV-60): Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Lucas 4:22 (RV-60): Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca.
Hay dos palabras que muchas veces se utilizan indistintamente, la palabra misericordia y la palabra gracia.
Misericordia es, recibir de parte de Dios lo que nosotros no merecemos. Por ejemplo: el perdón, ¿usted cree que merece el perdón de Dios? No, pero eso es misericordia, esa es la misericordia. Ejemplo: Después que David pecó con Betzabé escribió el Salmos 51. En el Salmos 51, David le dice a Dios: Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia.
Gracia es, recibir de Dios todo lo bueno que hemos encontrado en estos pasajes. ¿Misericordia? No merecemos la misericordia de Dios porque somos pecadores. ¿El amor? No merecemos que Dios nos ame, pero Él nos amó primero. Efesios 2: 5-6 (RV-60) 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Por eso es que, muchas personas consideran que la gracia es el regalo inmerecido, nos ha hecho sentar en lugares celestiales con Cristo Jesús cuando nosotros no lo merecemos. Todas esas cosas son la gracia.
Quiero ilustrarles la gracia. El Dr. Billy Graham, en uno de sus libros, cuenta de que un día él estaba manejando en un pequeño pueblo en los Estados Unidos. No se dio cuenta e iba a exceso de velocidad y lo paró un policía que le dijo: usted va a una velocidad excesiva y tengo que ponerle una multa; Billy Graham solo se disculpa. El policía le dice: ahora usted va a tener que ir a la corte, a lo que Billy le dice: si, lo sé, he fallado. Cuando el juez le pregunta: ¿usted se considera culpable o no culpable? El Dr. Graham le dice: soy culpable. Tendrá que pagar una multa. Pero, resulta que el juez logró reconocer al gran predicador Billy Graham y le dice: Aquí está la multa, pero yo sé quién es usted, entonces el juez se metió la mano en el bolsillo y puso el billete mientras le decía: yo pagaré su multa, y también quiero llevarlo a cenar. Billy Graham cuenta que lo llevó a cenar al mejor restaurante de la ciudad. Eso hermanos es gracia, en lugar del castigo por la infracción, mire todo lo que recibió este hombre. Esto mismo es lo que recibimos de parte de Dios.
Fíjate, a pesar de que no hay un hombre, ni una mujer, limpio de pecado; nosotros somos más propensos a sentenciar, a humillar, a avergonzar, a degradar o a condenar a una persona antes de perdonarla, y es injusto. Bien dijo aquella persona: antes de señalarme con el dedo, asegúrate que lo tengas limpio.
Aspectos sencillos de esa Gracia Divina.
- El primer ejemplo, que quiero compartir con ustedes hoy, de la gracia de Dios, lo encontramos en Juan.
En esta porción de la escritura, que vamos a leer ahora, se habla de una mujer que la encontraron teniendo sexo. Recuerde que cuando Jesús iba al monte de los Olivos era para orar.
Juan 8:1-11 (RV-60). 1Y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3Entonces los y escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Sepa hermanos que en todos lados hay fariseos, en el trabajo, en la iglesia, en la familia, en todos lados. ¿Qué quiere decir adulterio? Significa que la mujer estaba con un hombre en ese instante, en el mismo acto. ¡Qué cosas verdad! ¡Qué tremendo eso! Si Jesús hubiera dicho: “apedréenla”, como dice la ley de Moisés, le hubieran cuestionado sobre el amor del que predicaba el Señor. Y si hubiese dicho: “Yo la perdono”, enseguida le dirían: ah, entonces estás en contra de la ley de Moisés. De eso se trataba, de condenar a Jesús.
El mensaje se llama; Las abundantes riquezas de su gracia. Decía hace un rato que en todos lados hay fariseos. Mientras el mundo ridiculiza, Jesús te levanta. El mundo condena Jesús te salva. El mundo te rechaza, Jesús te hace su hijo y te da su reino. ¿Cuál es la actitud de la gente ante una situación como esta? ¡Cómo nos cuesta aprender de la gracia de Jesús! Es por eso que es: “Las abundantes riquezas de su gracia”, una gracia incomprensible. La Biblia dice que cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Una de las cosas que me ha ayudado a mí, en el ministerio, y en la vida, es que yo no espero perfección de nadie. Mis tres hijos, por ejemplo, yo no espero perfección de ellos. Pero, ¿usted cree que yo como papá estoy contento cuando ellos hacen cosas incorrectas? No, por supuesto que no, pero al mismo tiempo soy padre. Es un error esperar perfección de mis hijos, ¿por qué? Porque no lo voy a lograr. Pero al mismo tiempo, les he dicho a ellos, cualquier situación que llegue a pasar, el único que va a estar ahí con ustedes soy yo; las demás personas van a aprovechar la situación para acusarlos, para humillarlos. Porque soy padre. Somos tremendos para acusar a otras personas, somos tremendos para humillar a otras personas, para resaltar los errores de otra persona, cuando nosotros hacemos lo mismo. Dios nos manifiesta las abundantes riquezas de su gracia.
Jesús tenía esta mujer enfrente (que se había equivocado) y le pudo haber dicho 40 cosas. Por más que se especule no sabemos nada de ella. El acto del adulterio es cuando participa una persona que es casada, lo que significa que esa mujer estaba teniendo una relación íntima con una persona casada. Sin lugar a dudas, no era ningún familiar de los que estaban ahí, sin embargo, notamos la maravillosa gracia de Jesús.
Otro ejemplo de la Gracia de Dios, lo encontramos en el evangelio de Lucas.
Lucas 7:36 (RV-60) 36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
¿Usted conoce personas así, que se creen superiores a otros? Yo le tengo muchísimo miedo a aquellas personas que piensan que, porque ellos no toman (beben) son perfectos, porque no dicen una mala palabra son perfectos, que porque no pegan un grito de vez en cuando son perfectos, y eso los hace a ellos pensar que están al nivel de los ángeles, ¿verdad? Entonces ven a otras personas inferiores porque ellos están superiores. Yo conozco predicadores que no conocen la palabra gracia, no la conocen, todo es señalar lo malo de otros, humillar todo es condenar, todo es maldecir.
Aquí tenemos a este hombre que comenzó a criticar a la mujer, ¿Qué tipo de persona es él que critica, si la palabra dice que un fariseo era una persona hipócrita? Imagínate el fariseo no creyó que Jesús entraría a casa de un fariseo, y entró. Hay personas que solo quieren sacarle beneficios de Jesús para ellos, pero no para otras personas.
Por 35 largos años se me ha criticado, a mí como pastor, por no poner en disciplina a personas en esta iglesia. Cuando me preguntan por qué, yo le digo: porque tendría que comenzar con usted, porque usted está acusando otras personas. ¿Quién somos nosotros para eso? Otra razón: si yo digo que vamos a poner en disciplina a los que han pecado, no podríamos estar aquí enfrente hermano.
Este fariseo acusó a esta mujer, claro él lo pensó nada más. La gracia va en contra de legalismo, la gracia va en contra de juzgar al hombre; la gracia lo redime. Una de las cosas lindísimas del evangelio es que: el evangelio es de oportunidades. Jesús muestra salvación, la salvación, la gracia, es un regalo inmerecido.
Quiero hablar de algo: la gracia no puede ser pisoteada, cuidado con la reincidencia. Hay peligro en la reincidencia. Cuando Jesús habló con esta mujer que fue encontrada en el acto del adulterio, le dijo: vete y no lo vuelvas a hacer. La maravilla de una situación como esta es aprender de los errores. El peor problema que puede tener una persona es: no aprender de los errores que ha cometido. Si no quieres volver a pasar una experiencia como la que has vivido, entonces, no vuelvas a hacer lo que has hecho mal, simple y sencillamente.
1Pedro 2:16 (RV-60): Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.
2Pedro 2:22 (RV-60): Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. Es decir, el cerdo que ya se lavó se vuelve a revolcar en el lodo. El Señor también nos está diciendo aquí: ¡hay que tener cuidado con esto! Es cierto que: Las abundantes riquezas de la gracia de Dios van más allá de lo que una persona puede concebir, pero, el Señor te dice: “cuidado con la reincidencia”; o sea; sácale provecho a ese error, sácale provecho a esa situación. El Señor te dice: No puedes pisotear la sangre de Cristo. No puedes pisotear la gracia del Señor.
Romanos 6:1-2(RV-60): 1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? La gracia no es permiso para seguir haciendo lo que usted quiere hacer, en ninguna manera. No se puede vivir en el fango, no se puede seguir revolcando en el pecado.
Lucas 23:39-4 (RV-60): 39Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. La gracia de Dios sobrepasa todo entendimiento. El doctor Scotfield decía: la ley bendice al que es bueno, la gracia salva al que es malo. Si hubiéramos sido alguno de nosotros a quien le habla este ladrón, le hubiéramos dicho: ¿cómo es posible que seas mañoso (ladrón) y te quieras salvar? Pero esa es la gracia de Dios.
Hay una historia que dice: que un hombre se murió y llegó al cielo. Usted sabe, ¿verdad?, que todo el mundo pone a San Pedro, con las llaves, a la entrada del cielo. Entonces dice que San Pedro lo recibió a la entrada y le dijo al hombre: te voy a decir cómo funcionan las cosas aquí en el cielo. Tú necesitas 100 puntos para poder entrar en el cielo. Me vas a decir todas las obras buenas que hiciste y yo te voy a asignar cierta cantidad de puntos, por cada cosa buena que hayas hecho. Cuando acumules 100 puntos, entonces podrás entrar para quedarte aquí eternamente en el cielo. El hombre comienza: Estuve casado con la misma mujer por 50 años y nunca la engañé, ni siquiera en mis pensamientos. Pedro le dijo: ¡Magnífico!, eso equivale a tres puntos. ¡Tres puntos! Dijo el hombre. Asistí a la iglesia toda mi vida, y apoyé la iglesia con mis diezmos, con mis ofrendas y sirviendo a Dios. Pedro le dijo: maravilloso, eso tiene el valor de un punto. ¡Un punto!, le dijo el hombre. ¿Qué te parece esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles comida, dándoles ropa también. ¡Fantástico!, le dijo Pedro, otros dos puntos a favor de tu cuenta. Y el hombre dijo: ¡dos puntos! Y le dijo el hombre: ¡Si sigo así Pedro, solamente por la gracia de Dios podré entrar al cielo! Y Pedro le dijo: ¡Bienvenido! No hay nada que nosotros podamos hacer para entrar al cielo, más que por la gracia maravillosa y la riqueza de la gracia del bendito Dios al que amamos y adoramos.
Oremos: Padre, sin lugar a dudas que Las abundantes riquezas de tu gracia exceden nuestras expectativas. ¡Maravillosa Gracia! No somos merecedores de nada más que de la muerte y la condenación; pero tu gracia nos ha salvado. No merecemos el cielo, pero tu gracia nos ha redimido. No merecemos el perdón, pero tu gracia nos ha perdonado. No merecemos nada en este mundo, pero Las abundantes riquezas de tu gracia son las que nos dan la entrada a tu gloria. ¿Cómo no estar agradecido Señor? ¿Cómo no estar agradecido contigo después de todo lo que haces a favor nuestro? ¡Te alabamos! Este pueblo te honra, este pueblo reconoce que tú eres digno de todo sacrificio, de toda alabanza, de toda adoración. Reconocemos Señor que no somos buenos por naturaleza, somos malos por naturaleza; pero que nos has adoptado como tus hijos y nos ves con amor, con piedad, con compasión. ¿Cómo no agradecerte tanta bondad tuya, mi Señor?
Mientras todos oramos. Déjeme decirle que no hay nada que usted pueda hacer para ganar la gloria, no hay nada que usted pueda hacer para entrar al cielo. A la gloria entramos por misericordia y por gracia de Dios. Y en este día, ahí donde está, si usted nunca antes ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador personal hoy puede hacerlo. Ahí dónde está puede decirle a Dios que usted lo quiere recibir en su corazón. Si hay alguna persona que nunca antes ha recibido a Cristo, haga esta oración conmigo dígale: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por poner tu cuerpo y derramar tu sangre para el perdón de mis faltas. En este día te recibo como mi Señor y mi salvador Personal. Si usted hizo esta oración, queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Señor, una vez más, gracias por tanto amor, por tanta misericordia tuya. Te alabamos Señor. Te exaltamos y te damos gracias por las decisiones que las personas han tomado en este momento, en el nombre de Jesús oramos: Amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe.