El gran valor de la salvación
Enero 26, 2025 – 2:00PM | Hebreos 2:1-3 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
¿Cuántos hemos sido salvos por la sangre del cordero que quita los pecados del mundo? ¡Amén, amén, amén! Dios es bueno, ¿no es cierto? Todo el tiempo Dios es bueno, Dios es bueno todo el tiempo.
Vamos a abrir la palabra de Dios, por favor en el libro de Hebreos. Quiero hablar acerca de: El gran valor de la salvación.
Hebreos 2: 1-4 (RV-60): 1Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimiento del Espíritu Santo según su voluntad.
Hebreos 2: 3 (TLA): Con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad. ¡Que Dios bendiga esta lectura!
Las definiciones de salvación, la inmensa mayoría, pegan bastante con lo que enseña la Biblia. Entre tantas definiciones les quiero presentar dos.
Salvación: Es el acto soberano de Dios, en el cual libera del castigo eterno del pecado a aquellos que aceptan por la fe, sus condiciones de arrepentimiento naciendo a una nueva vida.
Salvación: Es el acto soberano de Dios, en el cual libera del castigo eterno del pecado a aquellos que han sido escogidos por Dios, desde antes de la fundación del mundo.
Una persona que es salva por la gracia de Dios y que ha puesto su fe en Jesucristo, recibe el perdón de los pecados, es redimido de su culpa, es declarada justa y es santificado por Dios para vivir en obediencia y para vivir con Cristo en la eternidad, eso nos enseña la Biblia; en pocas palabras es bien importante el tema de hoy. Me interesa que tengamos la plena seguridad del perdón de nuestros pecados y de la vida eterna.
La Biblia declara que hay un cielo y que hay un infierno. Al cielo vamos los que hemos depositado nuestra fe y confianza en Dios, aquellos que hemos sido escogidos desde antes de la fundación del mundo. Al infierno van aquellas personas que han rechazado a Cristo, vamos a ponerlo de esa manera, y también van a ir al infierno aquellas personas que nunca mostraron una fe bíblica. ¿Qué significa eso? Hay una gran cantidad de personas dentro de las iglesias evangélicas, que creen las cosas como ellos dicen y no como la Biblia las enseña. Son personas que han adquirido una fe pero a su manera, son aquellos que dicen: Es que para mí, tal cosa. Es que lo que yo creo… Entonces, ya su fe no es bíblica, y así las cosas no funcionan con el Señor.
¿Por qué tiene tanto valor nuestra salvación? ¿Por qué nuestra salvación es tan grande? Vamos a ver varios pasajes de la escritura, quiero que le pongamos atención y que nos gocemos, que le demos honra y gloria a Dios por lo que Dios ha hecho en nuestras almas.
- Él escribió nuestro nombre desde antes de la fundación del mundo.
Efesios 1:3-5 (RV-60): 3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Hermano, Dios es soberano y hace las cosas según el designio de su voluntad.
Los que estamos acá en este día, si usted está aquí es porque usted tiene fe en Dios, es porque usted le ha entregado su vida a Jesucristo, es porque sus convicciones en el Señor, en la palabra, usted cree lo que Dios dice. Te puedes imaginar: antes de la fundación del mundo, antes de Génesis capítulo 1 versículo 1. Antes de todo eso ya Dios por gracia, por su voluntad, por soberanía, nos había escogido. ¿Puedes imaginar tú eso? Que Dios sabía, desde antes de todas estas cosas, que una persona llamada Carlos David Rodríguez iba a nacer en el Pasaje Cañas, barrio San Esteban, número 17, cerca de la avenida; a ese que está en esa casa lo vamos a redimir con la sangre de mi Hijo, que un día va a llegar allá Jerusalén y lo van a colgar en un madero. Por eso la salvación es grande, porque Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo. ¿Qué hice yo, y qué hizo usted, para que Dios me escogiera? Nada, porque no podemos. No existe ninguna obra que nosotros podamos hacer para que Él pueda otorgarnos la salvación por nuestras obras. Es por su designio, es por su soberanía, es por su voluntad. ¿Por qué a mí y no a otro? Porque Dios es soberano.
Usted y yo no merecemos esta salvación pero Dios por gracia nos salvó, solo es por gracia. Dios sabía que no somos merecedores de la salvación, porque no hay justos ni aún uno. Es más muchos de los que estamos acá, quizás, nos avergonzamos de algo que hemos hecho en la vida; pero Dios, a pesar de eso por su gracia y por su misericordia nos ha redimido. ¿Usted cree que usted merece estar ante la presencia del Dios creador y sustentador de todas las cosas? La respuesta es no, no lo merecemos, pero por gracia por gracia solamente por gracia.
Tito 3: 5 (RV-60): Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
Es por eso por lo que, a veces, los pastores y predicadores que nos ponemos detrás de este púlpito a predicar el evangelio, lo hacemos con tristeza al ver la indiferencia de tantas y tantas personas. Porque saben que Cristo fue a la cruz del calvario, que Dios anotó su nombre en el libro de la vida del cordero desde antes de la fundación del mundo; pero que prefieren hacer otras cosas en lugar de venir y darle honra y gloria a aquel que nos ha salvado. Por eso la salvación es grande, mi nombre está escrito en ese libro de la vida, en ese libro del cordero, desde antes de la fundación del mundo Jesús lo escribió ahí y yo no lo merezco, yo no lo merecía.
Por eso es por lo que la vida de ningún cristiano puede ser una vida desgraciada.
Mientras veíamos este video de la iglesia perseguida, yo decía: sí, son nuestros hermanos en Cristo y lamentamos mucho lo que está sucediendo; pero lo que ellos están haciendo, lo están haciendo para la honra y para la gloria de Dios. A pesar de que los están persiguiendo y viven en condiciones difíciles, hay algo que nadie les puede quitar; les pueden quitar su libertad, pero la salvación no se la quita a nadie. Esos hermanitos en Cristo van a estar con nosotros en la gloria, porque Dios escribió el nombre de ellos desde antes de la fundación del mundo.
Cuando yo era un niño, entre 8 y 10 años, un día tocaron a la puerta los Testigos de Jehová y mi tía les abrió la puerta, los pasó adelante y los escuchó. Ninguno de los hijos de ella, mis primos, la quiso acompañar a las reuniones de Testigos de Jehová, y yo como yo el animalito de carga, entonces me llevó, así pasó un domingo, otro domingo, hasta que ya éramos Testigos de Jehová. Yo llegué a colaborar en la construcción de un salón del reino. Hasta un día que la señora que nos daba clases dejó de asistir y en ese instante mi tía dejó todo eso. Luego fui a un colegio que se llama Ricaldone, pero no pude estudiar ahí porque había que pagar mucho dinero y yo no tenía dinero. Entonces mis tíos me mandaron a un colegio llamado Don Bosco, un colegio católico. Entonces fui a caer en las manos de unos curas, y gran amigo que me hice de ellos. Recuerdo que el padre Mejías, buenísima persona, me decía: Tú la traes para cura. Yo le decía: no, no padre, me gustan las muchachas. Imagínate, Testigo de Jehová, después con los curas, ¡cómo no estar agradecido de mi Señor Jesucristo! Ahora estamos adorando al Rey de reyes y Señor de señores, porque nuestros nombres estaban escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo. ¡Bendito Dios!
Bendito es Dios, porque escoge personas. Los apóstoles no decidieron ser apóstoles, Jesús los escogió. Los profetas no decidieron ser profetas, Dios los escogió. Israel no decidió ser el pueblo escogido por Dios, Dios lo escogió. Nosotros no decidimos Dios nos escogió, y nos escogió desde antes de la fundación del mundo.
Romanos 8:28-30 (RV-60): Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.
Romanos 9:16 (RV-60): Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino del que Dios tiene misericordia. ¡Gloria al Señor!
Por eso la salvación es grande. Por eso no la merecemos iglesia, pero él dice: No es que yo te escogí porque lo merezcas, te escogí por mi gracia, por mi soberanía, eso dice Dios. Si fuera por bonitos no pasamos la prueba. Si fuera por carácter y temperamento no pasamos la prueba. Si fuera por ser una persona justa o que no comete error tampoco pasamos la prueba. Entonces Dios te dice: Para que veas qué tan grande es mi gracia y mi misericordia, yo te he escogido para alabarte, para justificarte y para que un día estés conmigo en la gloria.
2. Él pagó nuestra deuda completa.
Todos nacemos con una deuda.
Tenemos la deuda económica. Para todos aquellos que piensan que Canadá es el sueño dorado, ¿sabe que en marzo 2024 la deuda Nacional del gobierno de Canadá alcanzó 1500 billones de dólares? Eso es lo que debe este país, si el gobierno dijera que entre todos tendremos que pagar ¿sabe cuánto nos tocaría a cada canadiense? Por persona 32,764,049 canadienses, para que tenga una idea. Cuando se termine este gobierno las cosas van a cambiar de una manera increíble, porque alguien tiene que pagar esta deuda.
Nacemos con una deuda espiritual. ¿Por qué una deuda espiritual?
Romanos 6: 23 (RV-60): Porque la paga es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Ahí está la deuda, disculpe ¿cuánto tengo que pagar por ese pecado del huerto Edén? No señor, es que eso no se paga con dinero. Y entonces, ¿con qué se paga? Con la muerte, y muerte eterna. Todos cargamos esa deuda aunque usted diga: ¿pero qué culpa tengo yo? Ninguna, pero hay que pagarla.
Porque el pecado entró por un hombre y ese pecado pasó a todos. Nacemos con esa deuda, hemos ofendido a Dios con nuestros pecados, por lo tanto tenemos una deuda con Dios; es decir, somos culpables. Eso quiere decir, que si nos llevan a juicio somos culpables. ¿Has pecado alguna vez? Sí. Entonces has ofendido la santidad de Dios, ofendiste la gloria de Dios, y eres culpable.
Romanos 3:24 (TLA): Pero él nos ama mucho, y nos declara cómo inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecía nuestros pecados. ¿Cuántos le dan Gloria a Dios? ¡Bendito sea el nombre del Señor! ¡Alabado sea Dios! ¿Qué significa esto? Él pagó mi deuda y pagó su deuda.
El diablo nos sigue acusando y diciendo que le debemos a Dios; pero Jesús sigue intercediendo delante del Padre diciendo: no Papá, no Abba, esa deuda está pagada en la cruz del calvario. Bien dijo el apóstol Pablo escribiendo a la iglesia en Corinto (1Corinitios 6:20): Porque habéis sido comprados por precio. Cuando alguien dice es que la salvación es gratis, hay que tener cuidado con eso. Gratis no, el precio fue bien elevado: la sangre de Jesús, la sangre de Cristo.
3. Nos ha dado acceso directo a la presencia del Padre.
Efesios 2: 12-13 (RV-60): 12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Ahora estamos cerca mis amados hermanos. ¿Sabe qué fue lo que hizo Dios? Dios nos dio acceso al trono de la gracia.
Hebreos 4: 16 (RV-60): Acerquémonos, pues, confiadamente a dónde al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Ahora con la salvación el Señor te dice: Acércate confiadamente al trono de la gracia. ¡Qué privilegio iglesia, qué privilegio! Dios desde el momento que usted dice: Padre nuestro que estás en los cielos, se abren las puertas de los cielos y Dios te dice: Sí hijo mío. Porque Él es un padre. Y, ¿qué padre no escucha a su hijo? Y más cuando su hijo está en aflicción.
¿Te das cuenta por qué la salvación es tan grande? Porque tenemos acceso, podemos hablar con Dios como un hijo habla con su papá.
Ese es Dios, por eso la salvación es grande. Yo no necesito ir a buscar a alguien para para que sea un intermediario. Yo escuché a una persona en esta semana, que sacó completamente de contexto el pasaje de cuando Jesús estaba en Caná de Galilea y convirtió el agua en vino. Este hombre dice que la mamá (María) fue a buscar a Jesús, y que Jesús no le niega nada a la mamá; y es por medio de la mamá que nosotros tenemos beneficios. Eso no es lo que dice la escritura, la palabra dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, y ese es Jesucristo hombre.
La salvación es tan grande porque: Él escribió nuestro nombre desde antes de la fundación del mundo. Él pagó nuestra deuda completa. Nos ha dado acceso directo a la presencia del Padre.
4. Por la paz que produce.
Juan 14:27 (RV-60): La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La paz mental es un tesoro invaluable que impacta profundamente nuestra calidad de vida. Personas que tienen paz en el corazón, que tienen paz tiene en el alma, tienen una mejor calidad de vida. La paz mental es como un refugio en medio de un caos profundo. Cuando la mente está tranquila las preocupaciones pierden su fuerza. Cuando estamos en paz con nosotros mismos, como producto de una salvación, somos más paciente, más comprensivos, más empáticos con las personas a nuestro alrededor porque hay paz en el alma. Esa paz interior nos da la capacidad de evitar conflictos innecesarios. Una mente en paz no tiene miedo, eso produce la salvación en el alma, en el corazón.
A largo de mi ministerio he conocido varias personas que han estado a punto de morir, y no tienen paz, y esa falta de paz no les deja morir tranquilamente. Cuando hemos llegado donde ellos, les hemos tomado de la mano y le hemos dicho: usted necesita tener paz con Dios y paz en el alma. Usted repita conmigo esta oración… Y usted hace la oración con esta persona, y esta persona clama al Señor, y a la vuelta de unos minutos pasa la presencia del Señor en paz.
Dios es bueno, y nosotros no merecemos la salvación que Él nos ha dado. ¡Alabado sea Jesucristo! ¡Bendito sea nuestro salvador que fue a la cruz, y se entregó a sí mismo por nosotros, para que un día como hoy nosotros podamos venir a un templo como este y podamos exaltar y alabar su nombre. Decirle: Señor, yo quiero reconocer ese sacrificio que hiciste por mí el resto de mis días. Yo no considero que haya algo más importante en mi vida que agradecer a Dios, porque Jesucristo fue a la cruz del calvario. Con todo el amor que uno pueda tenerle a su familia, con todo el amor que uno pueda tenerle a los hijos, con todo el amor que pueda tenerle usted a sus nietos, con todo el amor que pueda tenerle usted a su trabajo, a sus amistades, al dinero que usted tiene, a la casita, con todo el amor que usted pueda tenerle a lo que sea; nada de eso es comparable con lo que Cristo hizo por nosotros amados.
Entonces, ¿cómo no vivir eterna y profundamente agradecido con Dios? Si le vamos a pedir más días al Señor, que sea para darle honra a su nombre. Si le vamos a pedir más años al Señor, que sea para exaltar su nombre. Si le vamos a pedir salud a Dios, que sea para hacer cosas para su reino, para que el nombre de Cristo sea puesto bien en alto y otras personas puedan venir al conocimiento de Jesús.
Demos gracias: Padre querido, te alabamos Señor, te exaltamos. Esta iglesia te ama, te adora y reconocemos lo que hiciste por nosotros en la cruz del Calvario. Señor son más de 10,000 cosas por las cuales la salvación es grande, por el gran valor que tiene la salvación, y especialmente por Jesús nuestro bendito Señor y nuestro bendito Salvado. Señor añoramos ese día cuando vamos a estar delante de tu presencia, ¿cómo será ese día cuando caminemos por calles de oro, cuando caminemos por un mar de cristal, cuando acerquemos al trono de la gracia? Padre Santo, bendito sea tu nombre por lo que has preparado para nosotros.
Ahora te ruego por aquellas personas que nunca han hecho una profesión de fe, toca corazones Espíritu Santo. Si usted dice: Pastor, yo necesito a Dios, yo necesito al Señor en mi vida. Yo quiero invitarle para que haga una oración conmigo, dígale al Señor de esta manera: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Reconozco lo que hiciste en la cruz del Calvario al poner tu cuerpo y derramar tu sangre. En esta tarde te recibo como mi Señor y Salvador personal. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús, amén y amén. ¡Dios me los bendiga!
El gran valor de la salvación
Enero 26, 2025 – 2:00PM | Hebreos 2:1-3 | Dr. David Rodríguez
Etiquetas: enero 2025, hebreos, pastor david rodriguez, transcripcion
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¿Cuántos hemos sido salvos por la sangre del cordero que quita los pecados del mundo? ¡Amén, amén, amén! Dios es bueno, ¿no es cierto? Todo el tiempo Dios es bueno, Dios es bueno todo el tiempo.
Vamos a abrir la palabra de Dios, por favor en el libro de Hebreos. Quiero hablar acerca de: El gran valor de la salvación.
Hebreos 2: 1-4 (RV-60): 1Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimiento del Espíritu Santo según su voluntad.
Hebreos 2: 3 (TLA): Con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad. ¡Que Dios bendiga esta lectura!
Las definiciones de salvación, la inmensa mayoría, pegan bastante con lo que enseña la Biblia. Entre tantas definiciones les quiero presentar dos.
Salvación: Es el acto soberano de Dios, en el cual libera del castigo eterno del pecado a aquellos que aceptan por la fe, sus condiciones de arrepentimiento naciendo a una nueva vida.
Salvación: Es el acto soberano de Dios, en el cual libera del castigo eterno del pecado a aquellos que han sido escogidos por Dios, desde antes de la fundación del mundo.
Una persona que es salva por la gracia de Dios y que ha puesto su fe en Jesucristo, recibe el perdón de los pecados, es redimido de su culpa, es declarada justa y es santificado por Dios para vivir en obediencia y para vivir con Cristo en la eternidad, eso nos enseña la Biblia; en pocas palabras es bien importante el tema de hoy. Me interesa que tengamos la plena seguridad del perdón de nuestros pecados y de la vida eterna.
La Biblia declara que hay un cielo y que hay un infierno. Al cielo vamos los que hemos depositado nuestra fe y confianza en Dios, aquellos que hemos sido escogidos desde antes de la fundación del mundo. Al infierno van aquellas personas que han rechazado a Cristo, vamos a ponerlo de esa manera, y también van a ir al infierno aquellas personas que nunca mostraron una fe bíblica. ¿Qué significa eso? Hay una gran cantidad de personas dentro de las iglesias evangélicas, que creen las cosas como ellos dicen y no como la Biblia las enseña. Son personas que han adquirido una fe pero a su manera, son aquellos que dicen: Es que para mí, tal cosa. Es que lo que yo creo… Entonces, ya su fe no es bíblica, y así las cosas no funcionan con el Señor.
¿Por qué tiene tanto valor nuestra salvación? ¿Por qué nuestra salvación es tan grande? Vamos a ver varios pasajes de la escritura, quiero que le pongamos atención y que nos gocemos, que le demos honra y gloria a Dios por lo que Dios ha hecho en nuestras almas.
- Él escribió nuestro nombre desde antes de la fundación del mundo.
Efesios 1:3-5 (RV-60): 3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Hermano, Dios es soberano y hace las cosas según el designio de su voluntad.
Los que estamos acá en este día, si usted está aquí es porque usted tiene fe en Dios, es porque usted le ha entregado su vida a Jesucristo, es porque sus convicciones en el Señor, en la palabra, usted cree lo que Dios dice. Te puedes imaginar: antes de la fundación del mundo, antes de Génesis capítulo 1 versículo 1. Antes de todo eso ya Dios por gracia, por su voluntad, por soberanía, nos había escogido. ¿Puedes imaginar tú eso? Que Dios sabía, desde antes de todas estas cosas, que una persona llamada Carlos David Rodríguez iba a nacer en el Pasaje Cañas, barrio San Esteban, número 17, cerca de la avenida; a ese que está en esa casa lo vamos a redimir con la sangre de mi Hijo, que un día va a llegar allá Jerusalén y lo van a colgar en un madero. Por eso la salvación es grande, porque Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo. ¿Qué hice yo, y qué hizo usted, para que Dios me escogiera? Nada, porque no podemos. No existe ninguna obra que nosotros podamos hacer para que Él pueda otorgarnos la salvación por nuestras obras. Es por su designio, es por su soberanía, es por su voluntad. ¿Por qué a mí y no a otro? Porque Dios es soberano.
Usted y yo no merecemos esta salvación pero Dios por gracia nos salvó, solo es por gracia. Dios sabía que no somos merecedores de la salvación, porque no hay justos ni aún uno. Es más muchos de los que estamos acá, quizás, nos avergonzamos de algo que hemos hecho en la vida; pero Dios, a pesar de eso por su gracia y por su misericordia nos ha redimido. ¿Usted cree que usted merece estar ante la presencia del Dios creador y sustentador de todas las cosas? La respuesta es no, no lo merecemos, pero por gracia por gracia solamente por gracia.
Tito 3: 5 (RV-60): Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
Es por eso por lo que, a veces, los pastores y predicadores que nos ponemos detrás de este púlpito a predicar el evangelio, lo hacemos con tristeza al ver la indiferencia de tantas y tantas personas. Porque saben que Cristo fue a la cruz del calvario, que Dios anotó su nombre en el libro de la vida del cordero desde antes de la fundación del mundo; pero que prefieren hacer otras cosas en lugar de venir y darle honra y gloria a aquel que nos ha salvado. Por eso la salvación es grande, mi nombre está escrito en ese libro de la vida, en ese libro del cordero, desde antes de la fundación del mundo Jesús lo escribió ahí y yo no lo merezco, yo no lo merecía.
Por eso es por lo que la vida de ningún cristiano puede ser una vida desgraciada.
Mientras veíamos este video de la iglesia perseguida, yo decía: sí, son nuestros hermanos en Cristo y lamentamos mucho lo que está sucediendo; pero lo que ellos están haciendo, lo están haciendo para la honra y para la gloria de Dios. A pesar de que los están persiguiendo y viven en condiciones difíciles, hay algo que nadie les puede quitar; les pueden quitar su libertad, pero la salvación no se la quita a nadie. Esos hermanitos en Cristo van a estar con nosotros en la gloria, porque Dios escribió el nombre de ellos desde antes de la fundación del mundo.
Cuando yo era un niño, entre 8 y 10 años, un día tocaron a la puerta los Testigos de Jehová y mi tía les abrió la puerta, los pasó adelante y los escuchó. Ninguno de los hijos de ella, mis primos, la quiso acompañar a las reuniones de Testigos de Jehová, y yo como yo el animalito de carga, entonces me llevó, así pasó un domingo, otro domingo, hasta que ya éramos Testigos de Jehová. Yo llegué a colaborar en la construcción de un salón del reino. Hasta un día que la señora que nos daba clases dejó de asistir y en ese instante mi tía dejó todo eso. Luego fui a un colegio que se llama Ricaldone, pero no pude estudiar ahí porque había que pagar mucho dinero y yo no tenía dinero. Entonces mis tíos me mandaron a un colegio llamado Don Bosco, un colegio católico. Entonces fui a caer en las manos de unos curas, y gran amigo que me hice de ellos. Recuerdo que el padre Mejías, buenísima persona, me decía: Tú la traes para cura. Yo le decía: no, no padre, me gustan las muchachas. Imagínate, Testigo de Jehová, después con los curas, ¡cómo no estar agradecido de mi Señor Jesucristo! Ahora estamos adorando al Rey de reyes y Señor de señores, porque nuestros nombres estaban escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo. ¡Bendito Dios!
Bendito es Dios, porque escoge personas. Los apóstoles no decidieron ser apóstoles, Jesús los escogió. Los profetas no decidieron ser profetas, Dios los escogió. Israel no decidió ser el pueblo escogido por Dios, Dios lo escogió. Nosotros no decidimos Dios nos escogió, y nos escogió desde antes de la fundación del mundo.
Romanos 8:28-30 (RV-60): Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.
Romanos 9:16 (RV-60): Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino del que Dios tiene misericordia. ¡Gloria al Señor!
Por eso la salvación es grande. Por eso no la merecemos iglesia, pero él dice: No es que yo te escogí porque lo merezcas, te escogí por mi gracia, por mi soberanía, eso dice Dios. Si fuera por bonitos no pasamos la prueba. Si fuera por carácter y temperamento no pasamos la prueba. Si fuera por ser una persona justa o que no comete error tampoco pasamos la prueba. Entonces Dios te dice: Para que veas qué tan grande es mi gracia y mi misericordia, yo te he escogido para alabarte, para justificarte y para que un día estés conmigo en la gloria.
2. Él pagó nuestra deuda completa.
Todos nacemos con una deuda.
Tenemos la deuda económica. Para todos aquellos que piensan que Canadá es el sueño dorado, ¿sabe que en marzo 2024 la deuda Nacional del gobierno de Canadá alcanzó 1500 billones de dólares? Eso es lo que debe este país, si el gobierno dijera que entre todos tendremos que pagar ¿sabe cuánto nos tocaría a cada canadiense? Por persona 32,764,049 canadienses, para que tenga una idea. Cuando se termine este gobierno las cosas van a cambiar de una manera increíble, porque alguien tiene que pagar esta deuda.
Nacemos con una deuda espiritual. ¿Por qué una deuda espiritual?
Romanos 6: 23 (RV-60): Porque la paga es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Ahí está la deuda, disculpe ¿cuánto tengo que pagar por ese pecado del huerto Edén? No señor, es que eso no se paga con dinero. Y entonces, ¿con qué se paga? Con la muerte, y muerte eterna. Todos cargamos esa deuda aunque usted diga: ¿pero qué culpa tengo yo? Ninguna, pero hay que pagarla.
Porque el pecado entró por un hombre y ese pecado pasó a todos. Nacemos con esa deuda, hemos ofendido a Dios con nuestros pecados, por lo tanto tenemos una deuda con Dios; es decir, somos culpables. Eso quiere decir, que si nos llevan a juicio somos culpables. ¿Has pecado alguna vez? Sí. Entonces has ofendido la santidad de Dios, ofendiste la gloria de Dios, y eres culpable.
Romanos 3:24 (TLA): Pero él nos ama mucho, y nos declara cómo inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecía nuestros pecados. ¿Cuántos le dan Gloria a Dios? ¡Bendito sea el nombre del Señor! ¡Alabado sea Dios! ¿Qué significa esto? Él pagó mi deuda y pagó su deuda.
El diablo nos sigue acusando y diciendo que le debemos a Dios; pero Jesús sigue intercediendo delante del Padre diciendo: no Papá, no Abba, esa deuda está pagada en la cruz del calvario. Bien dijo el apóstol Pablo escribiendo a la iglesia en Corinto (1Corinitios 6:20): Porque habéis sido comprados por precio. Cuando alguien dice es que la salvación es gratis, hay que tener cuidado con eso. Gratis no, el precio fue bien elevado: la sangre de Jesús, la sangre de Cristo.
3. Nos ha dado acceso directo a la presencia del Padre.
Efesios 2: 12-13 (RV-60): 12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Ahora estamos cerca mis amados hermanos. ¿Sabe qué fue lo que hizo Dios? Dios nos dio acceso al trono de la gracia.
Hebreos 4: 16 (RV-60): Acerquémonos, pues, confiadamente a dónde al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Ahora con la salvación el Señor te dice: Acércate confiadamente al trono de la gracia. ¡Qué privilegio iglesia, qué privilegio! Dios desde el momento que usted dice: Padre nuestro que estás en los cielos, se abren las puertas de los cielos y Dios te dice: Sí hijo mío. Porque Él es un padre. Y, ¿qué padre no escucha a su hijo? Y más cuando su hijo está en aflicción.
¿Te das cuenta por qué la salvación es tan grande? Porque tenemos acceso, podemos hablar con Dios como un hijo habla con su papá.
Ese es Dios, por eso la salvación es grande. Yo no necesito ir a buscar a alguien para para que sea un intermediario. Yo escuché a una persona en esta semana, que sacó completamente de contexto el pasaje de cuando Jesús estaba en Caná de Galilea y convirtió el agua en vino. Este hombre dice que la mamá (María) fue a buscar a Jesús, y que Jesús no le niega nada a la mamá; y es por medio de la mamá que nosotros tenemos beneficios. Eso no es lo que dice la escritura, la palabra dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, y ese es Jesucristo hombre.
La salvación es tan grande porque: Él escribió nuestro nombre desde antes de la fundación del mundo. Él pagó nuestra deuda completa. Nos ha dado acceso directo a la presencia del Padre.
4. Por la paz que produce.
Juan 14:27 (RV-60): La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La paz mental es un tesoro invaluable que impacta profundamente nuestra calidad de vida. Personas que tienen paz en el corazón, que tienen paz tiene en el alma, tienen una mejor calidad de vida. La paz mental es como un refugio en medio de un caos profundo. Cuando la mente está tranquila las preocupaciones pierden su fuerza. Cuando estamos en paz con nosotros mismos, como producto de una salvación, somos más paciente, más comprensivos, más empáticos con las personas a nuestro alrededor porque hay paz en el alma. Esa paz interior nos da la capacidad de evitar conflictos innecesarios. Una mente en paz no tiene miedo, eso produce la salvación en el alma, en el corazón.
A largo de mi ministerio he conocido varias personas que han estado a punto de morir, y no tienen paz, y esa falta de paz no les deja morir tranquilamente. Cuando hemos llegado donde ellos, les hemos tomado de la mano y le hemos dicho: usted necesita tener paz con Dios y paz en el alma. Usted repita conmigo esta oración… Y usted hace la oración con esta persona, y esta persona clama al Señor, y a la vuelta de unos minutos pasa la presencia del Señor en paz.
Dios es bueno, y nosotros no merecemos la salvación que Él nos ha dado. ¡Alabado sea Jesucristo! ¡Bendito sea nuestro salvador que fue a la cruz, y se entregó a sí mismo por nosotros, para que un día como hoy nosotros podamos venir a un templo como este y podamos exaltar y alabar su nombre. Decirle: Señor, yo quiero reconocer ese sacrificio que hiciste por mí el resto de mis días. Yo no considero que haya algo más importante en mi vida que agradecer a Dios, porque Jesucristo fue a la cruz del calvario. Con todo el amor que uno pueda tenerle a su familia, con todo el amor que uno pueda tenerle a los hijos, con todo el amor que pueda tenerle usted a sus nietos, con todo el amor que pueda tenerle usted a su trabajo, a sus amistades, al dinero que usted tiene, a la casita, con todo el amor que usted pueda tenerle a lo que sea; nada de eso es comparable con lo que Cristo hizo por nosotros amados.
Entonces, ¿cómo no vivir eterna y profundamente agradecido con Dios? Si le vamos a pedir más días al Señor, que sea para darle honra a su nombre. Si le vamos a pedir más años al Señor, que sea para exaltar su nombre. Si le vamos a pedir salud a Dios, que sea para hacer cosas para su reino, para que el nombre de Cristo sea puesto bien en alto y otras personas puedan venir al conocimiento de Jesús.
Demos gracias: Padre querido, te alabamos Señor, te exaltamos. Esta iglesia te ama, te adora y reconocemos lo que hiciste por nosotros en la cruz del Calvario. Señor son más de 10,000 cosas por las cuales la salvación es grande, por el gran valor que tiene la salvación, y especialmente por Jesús nuestro bendito Señor y nuestro bendito Salvado. Señor añoramos ese día cuando vamos a estar delante de tu presencia, ¿cómo será ese día cuando caminemos por calles de oro, cuando caminemos por un mar de cristal, cuando acerquemos al trono de la gracia? Padre Santo, bendito sea tu nombre por lo que has preparado para nosotros.
Ahora te ruego por aquellas personas que nunca han hecho una profesión de fe, toca corazones Espíritu Santo. Si usted dice: Pastor, yo necesito a Dios, yo necesito al Señor en mi vida. Yo quiero invitarle para que haga una oración conmigo, dígale al Señor de esta manera: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Reconozco lo que hiciste en la cruz del Calvario al poner tu cuerpo y derramar tu sangre. En esta tarde te recibo como mi Señor y Salvador personal. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús, amén y amén. ¡Dios me los bendiga!