Cerca pero no dentro
Julio 03, 2022 – 1:30PM | Marcos 12:28-34 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el Evangelio según San Marcos, capítulo 12. El mensaje lo he titulado “Cerca pero no dentro”, quiero hablar de personas que están cerca del Reino de Dios, pero no están dentro del Reino de Dios.
Es importante mencionar que el único objetivo al predicar mensajes como este es: advertir a la gente. Hemos dicho muchas veces que estamos viviendo tiempos de crisis y de engaño, de personas que están viviendo un evangelio a su manera y no de acuerdo a lo que enseña la escritura. Y vale la pena que usted se vea frente al espejo espiritual, y mire hacia dónde está caminando. “Cerca pero no dentro”.
La historia que vamos a estudiar tiene que ver con Jesús, nuestro Señor, y un intérprete de la ley, un escriba. Un escriba era un copista de la ley, una persona que pasaba la escritura de un pergamino a otro, no traducía. Vamos a ver qué fue lo que sucedió, vamos a ver qué pasó.
Dice la palabra en Marcos 12: 28-34 (RV-60): 28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con toda tu fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. 32Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; 33y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con todo el alma, con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. 34Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
¡Que Dios bendiga esta palabra!
Ahora yo quiero que usted note, en esta conversación, que el escriba no contradijo lo que había dicho Jesús, el escriba no dijo yo no estoy de acuerdo con eso que tú estás diciendo. Pero, ¿qué le dijo Jesús?
¿Sabe qué le hubiéramos dicho nosotros, hermano, a este hombre? ¡Dios le bendiga hermano! ¡Gloria a Dios, usted es uno de los nuestros! ¿Verdad? ¡Qué lindo! Mire, usted parte de la iglesia. ¿Qué dijo Jesús? Jesús le dijo: “No estás lejos del reino”. ¿Usted cómo quiere estar? Yo quiero estar dentro, nada de cerca. Porque “No estás lejos” quiere decir muchas cosas.
Hablando de estar cerca:
Yo he estado cerca de la Casa Blanca, allá en Washington, pero yo nunca he entrado. El dúo Esperanza nos contó aquí un día a nosotros, que habían estado dos horas tocando en la Casa Blanca. Yo le dije: ¡Wow, qué privilegio hermano! Y, ¿quién los invitó? No, me dijo, estuvimos tocando, pero como no nos abrieron, nos fuimos. Yo he estado cerca del Palacio de Buckingham, en Londres, pero no he estado adentro.
No es lo mismo estar cerca de un lugar, que estar dentro del lugar. Se nos presentan situaciones en la vida, donde decimos (en mi rancho): “Por un pelito…” Por ejemplo: “Por poco me saco la lotería”, pero sigue siendo el mismo pobre de siempre porque no se la sacó, ¿no es cierto? Por poco me dan el trabajo, le dice a la esposa, pero no se lo dieron.
A mí me parece esta conversación interesante, con una diferencia mínima pero sustancial. En esta conversación. El contexto, es importante, es muy probable que esta porción que hemos leído sucedió el día jueves, antes del arresto de nuestro Señor Jesús. La última semanita, la que nosotros conocemos como: La Pasión.
Jesús venía de discutir con unos saduceos, y la Biblia dice que los saduceos no creían en la resurrección, ni tampoco creían en Los Ángeles. Los saduceos le habían hecho la pregunta Señor, ¿se acuerda de esa situación?, cuando se acercaron para tentarle y le dijeron: “Oye, nosotros conocemos de una mujer que su marido no le dio hijos, no le dio descendencia. El hombre tenía siete hermanos, y los siete hermanos fueron maridos de esta mujer. Allá en la resurrección, ¿con cuál de ellos va a estar? Jesús le dijo: “Están equivocados, ignoráis las escrituras”. Cuando, ahora, se le presenta este escriba, y eso es prácticamente el contexto del pasaje.
Ahora tiene que lidiar con un intérprete de la ley. Notemos que Jesús contestó la pregunta correctamente. Que le escriba estuvo de acuerdo con la respuesta de Jesús. Que Jesús se dio cuenta que le escriba había contestado sabiamente, pero aun así, a pesar de eso, Jesús le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Jesús no le dijo: “tú estás equivocado”, como le dijo a los saduceos.
Yo quiero que ponga atención a esto, por favor hermano. Porque hay muchas personas que no están equivocadas, pero el hecho de no estar equivocados no significa que estén dentro del reino. ¿Escuchó lo que le dije?
Usted debe entender algo: “No estar lejos, no significa: estar adentro”. Hermano yo quiero que le ponga atención a esto: El evangelio no lo podemos vivir a nuestra manera, no se puede, no se debe.
Entonces, ¿qué vio Jesús en este hombre?, es la pregunta. ¿Qué ve Dios, que nosotros no vemos? Porque a veces nosotros, simple y sencillamente juzgamos por las palabras que nos dicen las personas.
Vio a un religioso. Un religioso es una persona que conoce mucho de religión, pero que es capaz de matar en nombre de ella. Es por eso que cuando nosotros nos dicen: ¿A qué religión pertenecen ustedes? Nosotros usualmente contestamos: Mira nosotros no tenemos una religión, tenemos una fe. Cuando se estudia alguna de las definiciones de religión, se habla de creer en uno o varios dioses; nosotros no creemos en varios dioses. Nosotros creemos en un solo Dios que es Santo, Eterno y Verdadero, nada más.
¿Qué vió Jesús en este escriba? Vio a un religioso. Repito, los religiosos son capaces de matar en nombre de su religión, lo vemos en algunas religiones hoy en día. Una vez hicimos un viaje de parte de la iglesia, dejamos unas cuarenta personas más o menos a un viaje misionero, y fuimos a Puebla. Estábamos predicando el Evangelio, hermanos y de repente, escuchamos un ruido estruendoso. Fue un hombre, religioso del pueblo, con un machete y había quebrado el vidrio del vehículo en el que nosotros habíamos llegado a ese lugar. “Fuera de aquí, ¿que andan predicando?” Un religioso. Jesús vio un religioso que es capaz de matar, aun cuando Jesucristo nos ha dicho: que debemos amar a nuestros enemigos. Eso hace la diferencia, porque un religioso no conoce a Dios; conoce de Dios, pero, ¿a Dios? Todavía no lo ha experimentado.
¿Quiénes mataron a Jesús? Los religiosos. Las palabras más duras de Jesús fueron contra los religiosos (Mateo 23, RV-60).
Jesús dijo (Mateo 23:3-7): Los religiosos dicen y no hacen. Le ponen cargas a la gente que ni ellos son capaces de llevar. Hacen todas sus obras para ser vistos de los hombres. Aman los primeros asientos en las sinagogas. Aman los saludos de la gente en las plazas. Aman que le llamen Rabí, Rabí.
Jesús les dijo (Mateo 23:13-15): Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, cerráis el reino de los cielos, de los hombres; y vosotros ni entráis ni dejáis entrar. Devoráis las casas de las viudas, y como pretextos hacéis largas oraciones. (¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que llegaban a las 4 de la tarde, y hacían oraciones hasta las 6, era la hora de la cena, para que le dieran de comer.) Escribas y fariseos hipócritas, recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno, que vosotros.
¿Sabe qué más les dijo Jesús a los religiosos? Mateo 23:17 dice: ¡Insensatos y ciegos! Les dijo ciegos y guías de ciegos. (Mateo 23:23,25-27) Que diezman de sus cosechas, pero dejan aparte lo más importante que es la justicia y la misericordia. Les dijo: Hipócritas, que sacan el mosquito pero se tragan el camello. Limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de injusticia. Soy semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Le dijo algo más duro (Mateo 23:33-34): Serpientes, generación de víboras, ¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?
¿Pero sabe qué es lo peor? Que si usted le preguntaba a un escriba o a un fariseo, ¿para dónde iba al morir? Él decía que iba para la Gloria, a sentarse juntamente con Abraham.
¿Verdad que es triste vivir una mentira? ¿No cree usted que es triste vivir creyendo que el día que usted se muera se va a ir al cielo, y va a terminar en el infierno? Porque las cosas no son como usted cree, las cosas no son como usted piensa, son como Dios dice.
Me da tristeza, porque hay gente así. Son buenas personas, pero nadie va al cielo por ser bueno.
Por último terminó diciéndoles: Yo les enviaré profetas sabios y maestros. Pero algunos de ellos ustedes los van a matar, y a otros clavarán en una cruz. Y a otro golpearán en las sinagogas, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.
¡Imagínense usted! Los religiosos de los tiempos de Jesús hicieron todo esto, en nombre de su religión. Cuando Jesús les dijo amen a su prójimo, amen a su enemigo. A ellos les valió, vivieron la vida como ellos quisieron vivirla.
Ahora yo quiero hablarles a ustedes, rápidamente, de 8 “Verdades Bíblicas”.
Ponga atención, porque si le falta una de estas, corremos peligro. Son verdades que usted ya las sabe, pero que son bíblicas.
- Solo Cristo Salva. (Hechos 4: 12, RV-60) 12Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Jovencitos yo sé que en su escuela hay chinitos, hay hindúes, hay personas que pertenecen a otras religiones. Yo sé que en sus conversaciones a ustedes les dicen: “que cada quien, tiene su propia verdad, que no existen verdades absolutas”. Déjeme decirle que este libro (La Biblia) habla de una verdad absoluta: “Fuera de Dios, no hay Dios”. Y esta es la primera verdad: “Fuera de Jesucristo no hay salvación”. ¿Me escuchó? No hay.
Yo entiendo su gran amor por la Virgen María, créame lo entiendo; porque yo fui católico. Estudié en un colegio católico, yo tenía que ir a misa antes de entrar a clase todos los días. Yo fui el estudiante más preguntón de todo un colegio. Me dice amigo del cura para hacerle preguntas. El día que recibí a Cristo, lo fui a buscar, al padre Mejía y le dije: -Padre tengo una gran noticia. Y me dijo: –¿ahora qué? -Recibí a Cristo como mi Señor y Salvador. Y el padre me dijo: -David, está bien, pero no se lo digas a nadie. El problema es que allá en la iglesia me habían dicho que se lo contara todo el mundo. Me acuerdo que estaba el director dando la clase de filosofía, cuando él habló acerca del Papa; dijo que es infalible (que no comete errores). Y estaba yo levantando la mano, y le dije: -¿El Papa es hombre? Dice el director: –Claro que el Papa es hombre. Entonces le dije: -La Biblia dice que por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios. Si el papa es hombre es pecador, y si ha pecado él también comete errores. Y me dijo: –Carlos David Rodríguez Orellana, para afuera. Y yo, había llevado a la iglesia a un muchacho: Milton; ya había ido conmigo a la iglesia. Entonces él (Milton) se puso de pie y le dijo: —Padre, pero es que lo que David dice es cierto. –Para fuera usted también. Entonces, estábamos los dos fuera de la clase, paraditos platicando, cuando apareció el padre Mejía y dijo: _ Y ustedes, ¿qué hacen aquí? Y nosotros nos volvimos a ver, y le dijimos: -Nada. _ ¿Cómo que nada, qué hacen aquí? -Es que nos sacó el padre. _ ¿Y por qué lo sacó? Y nos volvimos a mirar, y comenzó aquello: dile tú, no dile tú, dile tú. Entonces le contamos al padre Mejía, y me dijo: _ Te lo dije, te lo dije.
Por eso digo: yo entiendo cuando personas dicen: Es que la Virgen María aquí, es que la Virgen María allá. Yo entiendo eso. Nosotros amamos a la Virgen María, la queremos, la respetamos, es la madre de nuestro bendito Salvador. Pero entienda que: Sólo Jesús salva, solo Jesús salva.
Yo entiendo que usted tiene un santo asignado, para usted San Andrés calzones cortos, llámele el santo que usted quiera. Santos, de acuerdo a este libro (La Biblia), es toda persona que ha confiado en Jesús; ese es santo. Lo dice la palabra del Señor, somos Santos.
No existe eso de considerar que un Santo es una persona perfecta. Entienda que perfecto: solo Dios. ¿Por qué no se nos llama santos? Porque hemos sido santificados con la sangre de Jesucristo. Es por eso que a la hora de referirnos a las personas de la Biblia decimos: San Mateo, San Marcos, San Juan, San Lucas, San Pablo; todos son santos.
- Cristo es el único camino al cielo. (1Timteo 2:5, RV-60): 5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
¿Qué significa eso? Significa que no es cierto eso que usted ha leído: que todos los caminos conducen hacia Jerusalén. No todos los caminos conducen hacia Dios.
También tiene que preguntarse: ¿Cuál Dios? ¿Usted quiere llegar a Jehová Dios el que está en la Gloria, que está en los cielos, el que mandó a Jesucristo a morir por nuestros pecados? A él se llega, solamente, por medio de Jesucristo hombre.
Cristo es el único camino al Padre. Él dijo: “Yo soy el camino”.
- La sangre preciosa de Cristo es la única que perdona los pecados. No hay nada más.
La palabra “Misa” significa “sacrificio”, ellos consideran la famosa transubstanciación a la hora que le dan a usted la ostia, la mojan nada más en el poquito de vino, ¿verdad? Esa ostia antes de ponérsela en su boca ellos dicen: “Este es el cuerpo de Cristo”. ¿Se da cuenta por qué es un sacrificio? Porque ellos creen que literalmente la ostia se convierte en el cuerpo de Jesús? Por eso es que la misa es un sacrificio, porque ellos están sacrificando a Cristo, cada vez que hay misa. Esto ocurre millones de veces, durante la semana, durante el mes, durante el año.
Cuando el libro de Hebreos (10:10 y 12, RV-60) dice: 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda de Cristo, hecha una vez y para siempre. 12Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios; entendemos que no es necesario estar sacrificando a Jesús todo el tiempo.
La sangre de Cristo es la única que perdona, ¿me escuchó?
No son buenas obras mi hermano. Mi amigo, porque usted enciende una candela o una vela todas las noches. No porque usted va a visitar un lugar cada cierto tiempo, como han hecho creer a un montón de gente en diversas partes de este mundo.
Colosenses 1:14, (RV-60) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados. Si usted no hace suya la sangre del Cordero, si usted no limpia su pecado con esa sangre, usted todavía tiene sus pecados.
- La Biblia es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. No trate de creer o hacer creer a otros, cosas que no están en la bendita y eterna palabra de Dios.
Ayer me preguntaba una persona muy respetuosa: Pastor, ¿qué es esto de bautizar a la gente? A mí me bautizaron cuando yo era un bebé. Le dije: Sí pero, aquí en la Biblia no hay ningún bebé bautizado. Al contrario, Jesús dijo (Marcos 16:15): Id por el mundo y predicar el evangelio. Haced discípulos, primero hacemos discípulos y es la persona quien toma la decisión de obedecer a Dios a través del bautismo.
Entonces esta palabra, bendita y eterna (La Biblia), es la máxima autoridad en materia de fe y práctica, por eso nosotros nos llamamos: “Tabernáculo Bíblico”, porque si está en la Biblia, tratamos la manera de someternos a ella.
2 Timoteo 3:16 (RV-60): Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Es la autoridad suprema, por tanto, nada que contradiga la revelación de Dios puede regular la vida del creyente. Esta palabra tiene vida, transforma el corazón de las personas, es viva y eficaz, más cortante que toda espada de dos filos, dice en las sagradas escrituras.
De tal manera que este es el libro sagrado, la bendita palabra del Señor.
La gente viene a contar: “Pastor y yo fui a una iglesia, y fíjese que la gente allá temblaba pastor.” ¿Muéstreme a alguien que estaba temblando en la Biblia, muéstrame a Jesús haciendo eso, muéstrame los discípulos haciendo eso? ¿Muéstrame a Jesús diciéndole la gente: hagan fila que los voy a tirar al suelo? Nosotros respetamos, pero yo aquí (en la Biblia) no lo encuentro, eso aquí no está.
Hay iglesias que son especialistas en motivar las emociones de la gente. Hay gente que es muy emotiva. Por eso yo le digo a la muchacha que está buscando novio: “pongan muchacho a ver una novela, si llora al final de la novela, tenga cuidado”.
- La salvación es por Fe. Efesios 2: 8-9 (RV-60) 8porque por gracia soy salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
Usted conoce una persona que no es creyente en Cristo Jesús, y usted le pregunta: ¿Si se muriera ahora a dónde cree que iría? La respuesta más común es: “mira yo no le hago mal a nadie.”
¿Sabe qué me han dicho a mí?: “Me porto mejor de cómo se comporta gente de su iglesia” Así como lo oye. Entonces, ¿qué es lo que me están tratando de decir? ¿Que se van al cielo porque se portan bien? Pero es por Fe, no es por obras.
Mire hermano, si fuera por obras, ¿dónde estaría Don Pablo Escobar? Con tantas buenas obras que hizo el hombre, solo ahí lo dejo porque peligra la patria.
Escuchen esto: Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, nadie puede salvarse a sí mismo. Dios tiene hijos, no tiene nietos. La salvación es por Fe, no por obras. La salvación es por Fe, no por penitencias.
- La salvación es por Gracia. Efesios 2:8 (Rv-60) 8porque por gracia soy salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. ¿Qué quiere decir esto? Que usted no la merece, es un regalo de Dios. La Gracia es un regalo inmerecido.
¿Cuántos tenemos a Cristo en el corazón acá? ¿Vamos al cielo? Si. ¿Por qué, porque lo merece? No. ¡Si no fuera por esa Gracia! Es un regalo de Dios. Es algo que el pecador recibe de forma inmerecida, basada en los méritos de Cristo en la cruz del Calvario; no nuestros.
Yo soy una persona que no le gusta la violencia, no me gustan los problemas, ese tipo de situaciones. Me he considerado, aún antes de conocer al Señor, una persona tranquila, misericordiosa; no me gusta que maltraten a la gente. Pero eso a mí no me hace salvo. A mí lo que me hace salvo es la sangre preciosa de Cristo en la cruz del Calvario. Los méritos de Él en esa Cruz. Yo no valgo nada, ni sirvo para nada, es Él.
Es por eso que somos salvo, por Gracia y solamente por Gracia.
- Para entrar al reino de los cielos hay que nacer de nuevo. Juan 3:3, (RV-60): De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:5, (RV-60): De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. ¡Así es que hay que nacer de nuevo!
Dije que iba a mencionar ocho verdades, y ahí hay un montón de cosas implícitas.
Una de las cosas más delicadas que yo puedo ver es: cuando una persona se acostumbra a estar escuchando estas verdades, por varias veces y sigue viviendo de igual manera. Debemos poner las cosas en orden delante del Señor.
Una persona que ha nacido de nuevo, quiere decir que: “Es nueva criatura”.
2 Corintios 5:17, (RV-60) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Eso quiere decir que el que robaba, ya no roba más. El envidioso(a), ya no es más envidioso(a). El chismoso(a), ya no es más chismoso(a). Si usted sigue siendo chismoso(a) usted no ha nacido de nuevo. Es que nacer de nuevo, es ser una nueva criatura.
Imagínese que usted vino a la casa del Señor viviendo con su novio. La historia es que se vinieron juntos de su país, o se unieron en el camino. Rentaron juntos un cuartito y se acostumbraron a vivir juntitos, que sin darse cuenta ya estaban durmiendo juntos. De eso hace ya seis años. Pero ahora viene a la casa del Señor, conoce a Jesucristo, conoce el Evangelio y le entrega su vida a Dios. Usted dice: ¿Qué quiere decir eso de no fornicar? Desde el punto de vista teológico, claro está. Significa que usted no debe estar teniendo relaciones sexuales con su novio, porque no están casados, porque el sexo es permitido únicamente dentro del matrimonio, de acuerdo con la escritura. Si después de eso usted sigue viviendo con su novio(a), sigue haciendo las cosas que antes hacían, ¿qué cambio es ese? ¿Qué vida nueva es esa? ¿No sabe qué usted ya se acostumbró a ese modo de vida? Usted sigue igual, sigue haciendo lo mismo. Usted no ha nacido de nuevo.
Ponga su atención a esta conversación de Jesús con ese intérprete (el escriba): “No estás lejos”, pero tampoco estás dentro.
Venir un domingo a la casa del Señor para que la palabra te limpie un poquitito, y seguir con tu modo de vida y con tu vulgaridad allá afuera; hermano no estás lejos pero tampoco estás dentro.
Si usted es el tipo de persona que el fin de semana a la hora de pagarle a sus empleados va con la botella de licor y con la cervezas, para emborracharlos; y el día domingo se viene a la casa del Señor; déjenme decirle: “Hay algo que usted no ha entendido, este libro sagrado (La Biblia) usted no lo ha entendido”. ¿Por qué no le regala Biblias? ¿Por qué no le dan 20 pesos más para que compren algo para sus hijos? ¿Por qué no hace la diferencia de otra manera?
El que no naciere de nuevo, no puede entrar al reino de los cielos.
- El evangelio es obediencia. La obediencia de hacer la voluntad de Dios. La palabra dice (Gálatas 2:20, Rv-60) Y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí.
La voluntad es que permanezcamos en el Señor, Él lo dijo (Juan 15:7, Rv-60): Sí permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. (Juan 15:4) El que no permanece en la vid no lleva fruto. Eso habla de una doctrina en la que yo creo con toda el alma y con todo el corazón y es: “La doctrina de la permanencia en el evangelio.”
Yo no creo en eso de que usted viene un domingo y falta cuatro; yo la verdad mi hermano no sé qué Biblia está leyendo usted. Pero en este libro sagrado vemos a Jesús diciéndole a la gente, no una, sino muchas veces: “Primeramente el reino de Dios, primeramente el reino de Dios, primeramente el reino de Dios.”
Después se preguntan ¿por qué les han pasado las cosas que les han pasado? ¿Por qué suceden las cosas que suceden? No sé qué Biblia están leyendo.
Yo creo en la doctrina de la permanencia en la fe, que el evangelio es un estilo de vida. Somos creyentes mañana lunes, somos creyentes el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y todos los días; no solamente el domingo a la hora que estamos aquí en la casa del Señor.
Cuando tenemos un encuentro genuino con Jesús, nunca volveremos a hacer la misma persona.
El escriba, un hombre de palabras sabias. Jesús se lo dijo: “Sabiamente ha contestado”. ¡Wow! Los filósofos también eran hombres de palabras sabias, pero, ¿qué pasa? Estaban equivocados. El escriba, quizás fue un hombre bueno, pero nadie se salva por ser bueno. El escriba estuvo de acuerdo con la enseñanza de Jesús, mucha gente está de acuerdo con Jesús, pero están fuera del reino de los cielos.
¿Usted cree en Jesús? “Yo Creo En Jesucristo.” Pero no obedecen a su palabra, viven vidas como si nunca hubieran conocido a Dios.
Sin duda que, este escriba era un gran estudioso de la ley, una persona con mucho conocimiento, bien informado, pero; el conocimiento no nos salva. Conocía los libros de la ley, los profetas, los sapienciales, ¿qué le hacía falta? Le hacía falta lo más importante: “Conocer a Jesús”.
El mensaje se llama: “Cerca pero no dentro”, ¿por qué hermano?
Porque este hombre tuvo en frente al autor de la salvación, este hombre no estaba lejos del reino, este escriba pudo haber entrado al reino de los cielos, ¿pero sabe qué? Prefirió seguir creyendo en su religión.
No está lejos, pero tampoco está dentro. Hoy en día hay muchas personas que “No estás lejos, pero tampoco estás dentro del reino”. Déjeme decirle, con tristeza en el corazón, que:
-Hay muchas personas que asisten a las iglesias que; No están lejos pero tampoco están dentro.
-Hay personas que tienen mucho conocimiento de la Biblia; No están lejos pero tampoco están dentro.
-Hay personas que tienen amigos que son creyentes; No están lejos pero tampoco están dentro del reino. Una esposa que su marido no asiste a la casa del Señor, que su marido vive como si no conociera a Dios; ese hombre no está lejos, porque tiene muy cerca a alguien que conoce a Jesucristo; pero tampoco está cerca.
¿Sabe qué me dijo un día, hace años, un hombre (inconverso) a mí? Estábamos precisamente en el Lago Whonnock (donde estábamos ayer). Mi mujer (cristiana) me dijo que un día va a salir como si fuese un cohete para allá para el cielo. Y yo le dije: –¡Ay qué bueno que nos vamos a ir! Y la mujer le dijo: –“¿nos vamos?” Eso me suena a orquesta, tú no te vas. ¿Sabe qué le dije yo? Me dice el hombre. -Para que veas que tengo fe, cuando usted salga disparada, me voy a agarrar de los pies suyos. La película se me hace bonita, déjeme decirle: “No está lejos del reino, pero no está dentro.” Porque entiende, pero quiere seguir viviendo su vida.
-Hay gente que dice: “Yo creo en Dios”; No está lejos pero no están dentro.
El escriba no fue el único que estuvo cerca. Hubo un hombre principal (en mi rancho quiere decir, que tiene plata, que tiene dinero), en Lucas 18:18 (RV-60), con una historia muy tierna, dice: 18Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 19Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. 20Los mandamientos sabes: No adulteraras, no matarás; no hurtarás; no dirá falso testimonio; honra a tu padre a tu madre. 21Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 22Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 23Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. 24Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuan difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
¿Qué esperaba este hombre? Este hombre quería que Jesús le dijera: “Hombre que bueno eres, tú eres de los nuestros, a partir de ahora no serán 12 sino 13 discípulos”. Pero Jesús no hizo eso; recuerde que nosotros vemos rostros, ¿pero qué mira Jesús?, Él mira el corazón.
Cuando le dice: “Aún te falta una cosa”, Jesús le estaba diciendo: “hay algo que te posee, hay algo que es más grande que esa pregunta que me estás haciendo. Mientras tú no dejes ir, no sueltes, no cambies eso que te posee, es imposible que entres al reino de los cielos.” Este hombre quería la vida eterna en sus propios términos. Pero Jesús vio su corazón, vio que le faltaba algo, había algo que este hombre no estaba dispuesto a hacer, no quería vender sus posesiones y darla a los pobres. Este joven tuvo su oportunidad.
Déjeme decirle, todos tenemos una oportunidad con Jesús. Todos, en la vida, hemos escuchado del Evangelio. Yo he visto miles de gente pasar por acá, que han escuchado, y se han ido así como entraron; pero la oportunidad la tuvieron. Estuvieron muy cerca de Jesús, lo tuvieron muy cerca, pero muy cerca.
Entonces quiero que piense en lo que usted cree, en lo que piensa, en sus familiares más cercanos, en sus hijos, hermanos, amigos que queremos tanto; personas muy cercanas. Piénselo por favor, no vaya a ser que usted no esté dentro. Puede que esté muy cerca, que no esté muy lejos; pero todavía le falta para entrar.
En este día nuestro bendito Salvador Jesucristo muestra su Gracia y su Misericordia. Recibir a Cristo es la decisión más importante de la vida. No es casarse o que usted desea estudiar. Recibir a Cristo es la única que nos va a indicar dónde vamos a pasar la eternidad, por tanto, si usted no conoce a Jesucristo como Señor y Salvador, este día es el día de su salvación.
Incline su rostro, oremos todos.
Padre querido, Espíritu Santo de Dios, tu palabra ha sido predicada y tú eres el único que puede convencer de pecado, de justicia, y de equidad. Señor nosotros te damos gracias porque el día que nos predicaron a Jesús, abrimos nuestro corazón y te entregamos nuestra vida. Ahora Señor esa oportunidad la tiene este pueblo. Pongo delante de ti, Señor, aquellas personas que no están lejos del reino, algunos están cerca, pero no están dentro. Yo te ruego en el nombre de Jesús, Padre Santo, que toques los corazones de aquellas personas que todavía no te conocen. Que se arrepientan de sus pecados y que confíen en Jesús como su Señor y Salvador.
Mientras todos oramos, sepa que Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere perdonar sus pecados. Dios quiere salvarle y darle la bendición más grande que un ser humano puede recibir, la bendición de la vida eterna. A eso vino Jesús a la cruz, para eso murió, para eso resucitó de entre los muertos. Si hay alguna persona que nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo en este momento. Alguien que dice: “Pastor yo necesito a Dios en mi vida.” Yo le invito donde está para que se ponga de pie o levante su mano, alguien se va a acercar a usted para orar con usted. Venga los pies de Cristo Jesús, entréguele al Señor su corazón. ¡Que Dios le bendiga, Gloria al Señor! (Un alma fue ganada para Cristo). Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale al Señor: Señor en este día reconozco que te he ofendido, reconozco que he pecado, y en esta hora te pido perdón. Sé que moriste por mí en la cruz. Me arrepiento de mis pecados Señor, sálvame hoy. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, te damos gracias por estas personas que están batallando en su corazón acerca de esta decisión tan importante, de conocerte como Señor y Dios. Te alabamos Señor, te bendecimos y te reconocemos como nuestro bendito Señor y Salvador. Bendice a esta iglesia, bendice estas personas en el nombre de Jesús te lo pedimos, Amén y amén.
Iglesia que la paz de Cristo les acompañe, Bendiciones.
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Vamos a abrir la palabra del Señor en el Evangelio según San Marcos, capítulo 12. El mensaje lo he titulado “Cerca pero no dentro”, quiero hablar de personas que están cerca del Reino de Dios, pero no están dentro del Reino de Dios.
Es importante mencionar que el único objetivo al predicar mensajes como este es: advertir a la gente. Hemos dicho muchas veces que estamos viviendo tiempos de crisis y de engaño, de personas que están viviendo un evangelio a su manera y no de acuerdo a lo que enseña la escritura. Y vale la pena que usted se vea frente al espejo espiritual, y mire hacia dónde está caminando. “Cerca pero no dentro”.
La historia que vamos a estudiar tiene que ver con Jesús, nuestro Señor, y un intérprete de la ley, un escriba. Un escriba era un copista de la ley, una persona que pasaba la escritura de un pergamino a otro, no traducía. Vamos a ver qué fue lo que sucedió, vamos a ver qué pasó.
Dice la palabra en Marcos 12: 28-34 (RV-60): 28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con toda tu fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. 32Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; 33y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con todo el alma, con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. 34Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
¡Que Dios bendiga esta palabra!
Ahora yo quiero que usted note, en esta conversación, que el escriba no contradijo lo que había dicho Jesús, el escriba no dijo yo no estoy de acuerdo con eso que tú estás diciendo. Pero, ¿qué le dijo Jesús?
¿Sabe qué le hubiéramos dicho nosotros, hermano, a este hombre? ¡Dios le bendiga hermano! ¡Gloria a Dios, usted es uno de los nuestros! ¿Verdad? ¡Qué lindo! Mire, usted parte de la iglesia. ¿Qué dijo Jesús? Jesús le dijo: “No estás lejos del reino”. ¿Usted cómo quiere estar? Yo quiero estar dentro, nada de cerca. Porque “No estás lejos” quiere decir muchas cosas.
Hablando de estar cerca:
Yo he estado cerca de la Casa Blanca, allá en Washington, pero yo nunca he entrado. El dúo Esperanza nos contó aquí un día a nosotros, que habían estado dos horas tocando en la Casa Blanca. Yo le dije: ¡Wow, qué privilegio hermano! Y, ¿quién los invitó? No, me dijo, estuvimos tocando, pero como no nos abrieron, nos fuimos. Yo he estado cerca del Palacio de Buckingham, en Londres, pero no he estado adentro.
No es lo mismo estar cerca de un lugar, que estar dentro del lugar. Se nos presentan situaciones en la vida, donde decimos (en mi rancho): “Por un pelito…” Por ejemplo: “Por poco me saco la lotería”, pero sigue siendo el mismo pobre de siempre porque no se la sacó, ¿no es cierto? Por poco me dan el trabajo, le dice a la esposa, pero no se lo dieron.
A mí me parece esta conversación interesante, con una diferencia mínima pero sustancial. En esta conversación. El contexto, es importante, es muy probable que esta porción que hemos leído sucedió el día jueves, antes del arresto de nuestro Señor Jesús. La última semanita, la que nosotros conocemos como: La Pasión.
Jesús venía de discutir con unos saduceos, y la Biblia dice que los saduceos no creían en la resurrección, ni tampoco creían en Los Ángeles. Los saduceos le habían hecho la pregunta Señor, ¿se acuerda de esa situación?, cuando se acercaron para tentarle y le dijeron: “Oye, nosotros conocemos de una mujer que su marido no le dio hijos, no le dio descendencia. El hombre tenía siete hermanos, y los siete hermanos fueron maridos de esta mujer. Allá en la resurrección, ¿con cuál de ellos va a estar? Jesús le dijo: “Están equivocados, ignoráis las escrituras”. Cuando, ahora, se le presenta este escriba, y eso es prácticamente el contexto del pasaje.
Ahora tiene que lidiar con un intérprete de la ley. Notemos que Jesús contestó la pregunta correctamente. Que le escriba estuvo de acuerdo con la respuesta de Jesús. Que Jesús se dio cuenta que le escriba había contestado sabiamente, pero aun así, a pesar de eso, Jesús le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Jesús no le dijo: “tú estás equivocado”, como le dijo a los saduceos.
Yo quiero que ponga atención a esto, por favor hermano. Porque hay muchas personas que no están equivocadas, pero el hecho de no estar equivocados no significa que estén dentro del reino. ¿Escuchó lo que le dije?
Usted debe entender algo: “No estar lejos, no significa: estar adentro”. Hermano yo quiero que le ponga atención a esto: El evangelio no lo podemos vivir a nuestra manera, no se puede, no se debe.
Entonces, ¿qué vio Jesús en este hombre?, es la pregunta. ¿Qué ve Dios, que nosotros no vemos? Porque a veces nosotros, simple y sencillamente juzgamos por las palabras que nos dicen las personas.
Vio a un religioso. Un religioso es una persona que conoce mucho de religión, pero que es capaz de matar en nombre de ella. Es por eso que cuando nosotros nos dicen: ¿A qué religión pertenecen ustedes? Nosotros usualmente contestamos: Mira nosotros no tenemos una religión, tenemos una fe. Cuando se estudia alguna de las definiciones de religión, se habla de creer en uno o varios dioses; nosotros no creemos en varios dioses. Nosotros creemos en un solo Dios que es Santo, Eterno y Verdadero, nada más.
¿Qué vió Jesús en este escriba? Vio a un religioso. Repito, los religiosos son capaces de matar en nombre de su religión, lo vemos en algunas religiones hoy en día. Una vez hicimos un viaje de parte de la iglesia, dejamos unas cuarenta personas más o menos a un viaje misionero, y fuimos a Puebla. Estábamos predicando el Evangelio, hermanos y de repente, escuchamos un ruido estruendoso. Fue un hombre, religioso del pueblo, con un machete y había quebrado el vidrio del vehículo en el que nosotros habíamos llegado a ese lugar. “Fuera de aquí, ¿que andan predicando?” Un religioso. Jesús vio un religioso que es capaz de matar, aun cuando Jesucristo nos ha dicho: que debemos amar a nuestros enemigos. Eso hace la diferencia, porque un religioso no conoce a Dios; conoce de Dios, pero, ¿a Dios? Todavía no lo ha experimentado.
¿Quiénes mataron a Jesús? Los religiosos. Las palabras más duras de Jesús fueron contra los religiosos (Mateo 23, RV-60).
Jesús dijo (Mateo 23:3-7): Los religiosos dicen y no hacen. Le ponen cargas a la gente que ni ellos son capaces de llevar. Hacen todas sus obras para ser vistos de los hombres. Aman los primeros asientos en las sinagogas. Aman los saludos de la gente en las plazas. Aman que le llamen Rabí, Rabí.
Jesús les dijo (Mateo 23:13-15): Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, cerráis el reino de los cielos, de los hombres; y vosotros ni entráis ni dejáis entrar. Devoráis las casas de las viudas, y como pretextos hacéis largas oraciones. (¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que llegaban a las 4 de la tarde, y hacían oraciones hasta las 6, era la hora de la cena, para que le dieran de comer.) Escribas y fariseos hipócritas, recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno, que vosotros.
¿Sabe qué más les dijo Jesús a los religiosos? Mateo 23:17 dice: ¡Insensatos y ciegos! Les dijo ciegos y guías de ciegos. (Mateo 23:23,25-27) Que diezman de sus cosechas, pero dejan aparte lo más importante que es la justicia y la misericordia. Les dijo: Hipócritas, que sacan el mosquito pero se tragan el camello. Limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de injusticia. Soy semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Le dijo algo más duro (Mateo 23:33-34): Serpientes, generación de víboras, ¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?
¿Pero sabe qué es lo peor? Que si usted le preguntaba a un escriba o a un fariseo, ¿para dónde iba al morir? Él decía que iba para la Gloria, a sentarse juntamente con Abraham.
¿Verdad que es triste vivir una mentira? ¿No cree usted que es triste vivir creyendo que el día que usted se muera se va a ir al cielo, y va a terminar en el infierno? Porque las cosas no son como usted cree, las cosas no son como usted piensa, son como Dios dice.
Me da tristeza, porque hay gente así. Son buenas personas, pero nadie va al cielo por ser bueno.
Por último terminó diciéndoles: Yo les enviaré profetas sabios y maestros. Pero algunos de ellos ustedes los van a matar, y a otros clavarán en una cruz. Y a otro golpearán en las sinagogas, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.
¡Imagínense usted! Los religiosos de los tiempos de Jesús hicieron todo esto, en nombre de su religión. Cuando Jesús les dijo amen a su prójimo, amen a su enemigo. A ellos les valió, vivieron la vida como ellos quisieron vivirla.
Ahora yo quiero hablarles a ustedes, rápidamente, de 8 “Verdades Bíblicas”.
Ponga atención, porque si le falta una de estas, corremos peligro. Son verdades que usted ya las sabe, pero que son bíblicas.
- Solo Cristo Salva. (Hechos 4: 12, RV-60) 12Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Jovencitos yo sé que en su escuela hay chinitos, hay hindúes, hay personas que pertenecen a otras religiones. Yo sé que en sus conversaciones a ustedes les dicen: “que cada quien, tiene su propia verdad, que no existen verdades absolutas”. Déjeme decirle que este libro (La Biblia) habla de una verdad absoluta: “Fuera de Dios, no hay Dios”. Y esta es la primera verdad: “Fuera de Jesucristo no hay salvación”. ¿Me escuchó? No hay.
Yo entiendo su gran amor por la Virgen María, créame lo entiendo; porque yo fui católico. Estudié en un colegio católico, yo tenía que ir a misa antes de entrar a clase todos los días. Yo fui el estudiante más preguntón de todo un colegio. Me dice amigo del cura para hacerle preguntas. El día que recibí a Cristo, lo fui a buscar, al padre Mejía y le dije: -Padre tengo una gran noticia. Y me dijo: –¿ahora qué? -Recibí a Cristo como mi Señor y Salvador. Y el padre me dijo: -David, está bien, pero no se lo digas a nadie. El problema es que allá en la iglesia me habían dicho que se lo contara todo el mundo. Me acuerdo que estaba el director dando la clase de filosofía, cuando él habló acerca del Papa; dijo que es infalible (que no comete errores). Y estaba yo levantando la mano, y le dije: -¿El Papa es hombre? Dice el director: –Claro que el Papa es hombre. Entonces le dije: -La Biblia dice que por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios. Si el papa es hombre es pecador, y si ha pecado él también comete errores. Y me dijo: –Carlos David Rodríguez Orellana, para afuera. Y yo, había llevado a la iglesia a un muchacho: Milton; ya había ido conmigo a la iglesia. Entonces él (Milton) se puso de pie y le dijo: —Padre, pero es que lo que David dice es cierto. –Para fuera usted también. Entonces, estábamos los dos fuera de la clase, paraditos platicando, cuando apareció el padre Mejía y dijo: _ Y ustedes, ¿qué hacen aquí? Y nosotros nos volvimos a ver, y le dijimos: -Nada. _ ¿Cómo que nada, qué hacen aquí? -Es que nos sacó el padre. _ ¿Y por qué lo sacó? Y nos volvimos a mirar, y comenzó aquello: dile tú, no dile tú, dile tú. Entonces le contamos al padre Mejía, y me dijo: _ Te lo dije, te lo dije.
Por eso digo: yo entiendo cuando personas dicen: Es que la Virgen María aquí, es que la Virgen María allá. Yo entiendo eso. Nosotros amamos a la Virgen María, la queremos, la respetamos, es la madre de nuestro bendito Salvador. Pero entienda que: Sólo Jesús salva, solo Jesús salva.
Yo entiendo que usted tiene un santo asignado, para usted San Andrés calzones cortos, llámele el santo que usted quiera. Santos, de acuerdo a este libro (La Biblia), es toda persona que ha confiado en Jesús; ese es santo. Lo dice la palabra del Señor, somos Santos.
No existe eso de considerar que un Santo es una persona perfecta. Entienda que perfecto: solo Dios. ¿Por qué no se nos llama santos? Porque hemos sido santificados con la sangre de Jesucristo. Es por eso que a la hora de referirnos a las personas de la Biblia decimos: San Mateo, San Marcos, San Juan, San Lucas, San Pablo; todos son santos.
- Cristo es el único camino al cielo. (1Timteo 2:5, RV-60): 5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
¿Qué significa eso? Significa que no es cierto eso que usted ha leído: que todos los caminos conducen hacia Jerusalén. No todos los caminos conducen hacia Dios.
También tiene que preguntarse: ¿Cuál Dios? ¿Usted quiere llegar a Jehová Dios el que está en la Gloria, que está en los cielos, el que mandó a Jesucristo a morir por nuestros pecados? A él se llega, solamente, por medio de Jesucristo hombre.
Cristo es el único camino al Padre. Él dijo: “Yo soy el camino”.
- La sangre preciosa de Cristo es la única que perdona los pecados. No hay nada más.
La palabra “Misa” significa “sacrificio”, ellos consideran la famosa transubstanciación a la hora que le dan a usted la ostia, la mojan nada más en el poquito de vino, ¿verdad? Esa ostia antes de ponérsela en su boca ellos dicen: “Este es el cuerpo de Cristo”. ¿Se da cuenta por qué es un sacrificio? Porque ellos creen que literalmente la ostia se convierte en el cuerpo de Jesús? Por eso es que la misa es un sacrificio, porque ellos están sacrificando a Cristo, cada vez que hay misa. Esto ocurre millones de veces, durante la semana, durante el mes, durante el año.
Cuando el libro de Hebreos (10:10 y 12, RV-60) dice: 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda de Cristo, hecha una vez y para siempre. 12Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios; entendemos que no es necesario estar sacrificando a Jesús todo el tiempo.
La sangre de Cristo es la única que perdona, ¿me escuchó?
No son buenas obras mi hermano. Mi amigo, porque usted enciende una candela o una vela todas las noches. No porque usted va a visitar un lugar cada cierto tiempo, como han hecho creer a un montón de gente en diversas partes de este mundo.
Colosenses 1:14, (RV-60) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados. Si usted no hace suya la sangre del Cordero, si usted no limpia su pecado con esa sangre, usted todavía tiene sus pecados.
- La Biblia es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. No trate de creer o hacer creer a otros, cosas que no están en la bendita y eterna palabra de Dios.
Ayer me preguntaba una persona muy respetuosa: Pastor, ¿qué es esto de bautizar a la gente? A mí me bautizaron cuando yo era un bebé. Le dije: Sí pero, aquí en la Biblia no hay ningún bebé bautizado. Al contrario, Jesús dijo (Marcos 16:15): Id por el mundo y predicar el evangelio. Haced discípulos, primero hacemos discípulos y es la persona quien toma la decisión de obedecer a Dios a través del bautismo.
Entonces esta palabra, bendita y eterna (La Biblia), es la máxima autoridad en materia de fe y práctica, por eso nosotros nos llamamos: “Tabernáculo Bíblico”, porque si está en la Biblia, tratamos la manera de someternos a ella.
2 Timoteo 3:16 (RV-60): Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Es la autoridad suprema, por tanto, nada que contradiga la revelación de Dios puede regular la vida del creyente. Esta palabra tiene vida, transforma el corazón de las personas, es viva y eficaz, más cortante que toda espada de dos filos, dice en las sagradas escrituras.
De tal manera que este es el libro sagrado, la bendita palabra del Señor.
La gente viene a contar: “Pastor y yo fui a una iglesia, y fíjese que la gente allá temblaba pastor.” ¿Muéstreme a alguien que estaba temblando en la Biblia, muéstrame a Jesús haciendo eso, muéstrame los discípulos haciendo eso? ¿Muéstrame a Jesús diciéndole la gente: hagan fila que los voy a tirar al suelo? Nosotros respetamos, pero yo aquí (en la Biblia) no lo encuentro, eso aquí no está.
Hay iglesias que son especialistas en motivar las emociones de la gente. Hay gente que es muy emotiva. Por eso yo le digo a la muchacha que está buscando novio: “pongan muchacho a ver una novela, si llora al final de la novela, tenga cuidado”.
- La salvación es por Fe. Efesios 2: 8-9 (RV-60) 8porque por gracia soy salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
Usted conoce una persona que no es creyente en Cristo Jesús, y usted le pregunta: ¿Si se muriera ahora a dónde cree que iría? La respuesta más común es: “mira yo no le hago mal a nadie.”
¿Sabe qué me han dicho a mí?: “Me porto mejor de cómo se comporta gente de su iglesia” Así como lo oye. Entonces, ¿qué es lo que me están tratando de decir? ¿Que se van al cielo porque se portan bien? Pero es por Fe, no es por obras.
Mire hermano, si fuera por obras, ¿dónde estaría Don Pablo Escobar? Con tantas buenas obras que hizo el hombre, solo ahí lo dejo porque peligra la patria.
Escuchen esto: Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, nadie puede salvarse a sí mismo. Dios tiene hijos, no tiene nietos. La salvación es por Fe, no por obras. La salvación es por Fe, no por penitencias.
- La salvación es por Gracia. Efesios 2:8 (Rv-60) 8porque por gracia soy salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. ¿Qué quiere decir esto? Que usted no la merece, es un regalo de Dios. La Gracia es un regalo inmerecido.
¿Cuántos tenemos a Cristo en el corazón acá? ¿Vamos al cielo? Si. ¿Por qué, porque lo merece? No. ¡Si no fuera por esa Gracia! Es un regalo de Dios. Es algo que el pecador recibe de forma inmerecida, basada en los méritos de Cristo en la cruz del Calvario; no nuestros.
Yo soy una persona que no le gusta la violencia, no me gustan los problemas, ese tipo de situaciones. Me he considerado, aún antes de conocer al Señor, una persona tranquila, misericordiosa; no me gusta que maltraten a la gente. Pero eso a mí no me hace salvo. A mí lo que me hace salvo es la sangre preciosa de Cristo en la cruz del Calvario. Los méritos de Él en esa Cruz. Yo no valgo nada, ni sirvo para nada, es Él.
Es por eso que somos salvo, por Gracia y solamente por Gracia.
- Para entrar al reino de los cielos hay que nacer de nuevo. Juan 3:3, (RV-60): De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:5, (RV-60): De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. ¡Así es que hay que nacer de nuevo!
Dije que iba a mencionar ocho verdades, y ahí hay un montón de cosas implícitas.
Una de las cosas más delicadas que yo puedo ver es: cuando una persona se acostumbra a estar escuchando estas verdades, por varias veces y sigue viviendo de igual manera. Debemos poner las cosas en orden delante del Señor.
Una persona que ha nacido de nuevo, quiere decir que: “Es nueva criatura”.
2 Corintios 5:17, (RV-60) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Eso quiere decir que el que robaba, ya no roba más. El envidioso(a), ya no es más envidioso(a). El chismoso(a), ya no es más chismoso(a). Si usted sigue siendo chismoso(a) usted no ha nacido de nuevo. Es que nacer de nuevo, es ser una nueva criatura.
Imagínese que usted vino a la casa del Señor viviendo con su novio. La historia es que se vinieron juntos de su país, o se unieron en el camino. Rentaron juntos un cuartito y se acostumbraron a vivir juntitos, que sin darse cuenta ya estaban durmiendo juntos. De eso hace ya seis años. Pero ahora viene a la casa del Señor, conoce a Jesucristo, conoce el Evangelio y le entrega su vida a Dios. Usted dice: ¿Qué quiere decir eso de no fornicar? Desde el punto de vista teológico, claro está. Significa que usted no debe estar teniendo relaciones sexuales con su novio, porque no están casados, porque el sexo es permitido únicamente dentro del matrimonio, de acuerdo con la escritura. Si después de eso usted sigue viviendo con su novio(a), sigue haciendo las cosas que antes hacían, ¿qué cambio es ese? ¿Qué vida nueva es esa? ¿No sabe qué usted ya se acostumbró a ese modo de vida? Usted sigue igual, sigue haciendo lo mismo. Usted no ha nacido de nuevo.
Ponga su atención a esta conversación de Jesús con ese intérprete (el escriba): “No estás lejos”, pero tampoco estás dentro.
Venir un domingo a la casa del Señor para que la palabra te limpie un poquitito, y seguir con tu modo de vida y con tu vulgaridad allá afuera; hermano no estás lejos pero tampoco estás dentro.
Si usted es el tipo de persona que el fin de semana a la hora de pagarle a sus empleados va con la botella de licor y con la cervezas, para emborracharlos; y el día domingo se viene a la casa del Señor; déjenme decirle: “Hay algo que usted no ha entendido, este libro sagrado (La Biblia) usted no lo ha entendido”. ¿Por qué no le regala Biblias? ¿Por qué no le dan 20 pesos más para que compren algo para sus hijos? ¿Por qué no hace la diferencia de otra manera?
El que no naciere de nuevo, no puede entrar al reino de los cielos.
- El evangelio es obediencia. La obediencia de hacer la voluntad de Dios. La palabra dice (Gálatas 2:20, Rv-60) Y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí.
La voluntad es que permanezcamos en el Señor, Él lo dijo (Juan 15:7, Rv-60): Sí permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. (Juan 15:4) El que no permanece en la vid no lleva fruto. Eso habla de una doctrina en la que yo creo con toda el alma y con todo el corazón y es: “La doctrina de la permanencia en el evangelio.”
Yo no creo en eso de que usted viene un domingo y falta cuatro; yo la verdad mi hermano no sé qué Biblia está leyendo usted. Pero en este libro sagrado vemos a Jesús diciéndole a la gente, no una, sino muchas veces: “Primeramente el reino de Dios, primeramente el reino de Dios, primeramente el reino de Dios.”
Después se preguntan ¿por qué les han pasado las cosas que les han pasado? ¿Por qué suceden las cosas que suceden? No sé qué Biblia están leyendo.
Yo creo en la doctrina de la permanencia en la fe, que el evangelio es un estilo de vida. Somos creyentes mañana lunes, somos creyentes el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y todos los días; no solamente el domingo a la hora que estamos aquí en la casa del Señor.
Cuando tenemos un encuentro genuino con Jesús, nunca volveremos a hacer la misma persona.
El escriba, un hombre de palabras sabias. Jesús se lo dijo: “Sabiamente ha contestado”. ¡Wow! Los filósofos también eran hombres de palabras sabias, pero, ¿qué pasa? Estaban equivocados. El escriba, quizás fue un hombre bueno, pero nadie se salva por ser bueno. El escriba estuvo de acuerdo con la enseñanza de Jesús, mucha gente está de acuerdo con Jesús, pero están fuera del reino de los cielos.
¿Usted cree en Jesús? “Yo Creo En Jesucristo.” Pero no obedecen a su palabra, viven vidas como si nunca hubieran conocido a Dios.
Sin duda que, este escriba era un gran estudioso de la ley, una persona con mucho conocimiento, bien informado, pero; el conocimiento no nos salva. Conocía los libros de la ley, los profetas, los sapienciales, ¿qué le hacía falta? Le hacía falta lo más importante: “Conocer a Jesús”.
El mensaje se llama: “Cerca pero no dentro”, ¿por qué hermano?
Porque este hombre tuvo en frente al autor de la salvación, este hombre no estaba lejos del reino, este escriba pudo haber entrado al reino de los cielos, ¿pero sabe qué? Prefirió seguir creyendo en su religión.
No está lejos, pero tampoco está dentro. Hoy en día hay muchas personas que “No estás lejos, pero tampoco estás dentro del reino”. Déjeme decirle, con tristeza en el corazón, que:
-Hay muchas personas que asisten a las iglesias que; No están lejos pero tampoco están dentro.
-Hay personas que tienen mucho conocimiento de la Biblia; No están lejos pero tampoco están dentro.
-Hay personas que tienen amigos que son creyentes; No están lejos pero tampoco están dentro del reino. Una esposa que su marido no asiste a la casa del Señor, que su marido vive como si no conociera a Dios; ese hombre no está lejos, porque tiene muy cerca a alguien que conoce a Jesucristo; pero tampoco está cerca.
¿Sabe qué me dijo un día, hace años, un hombre (inconverso) a mí? Estábamos precisamente en el Lago Whonnock (donde estábamos ayer). Mi mujer (cristiana) me dijo que un día va a salir como si fuese un cohete para allá para el cielo. Y yo le dije: –¡Ay qué bueno que nos vamos a ir! Y la mujer le dijo: –“¿nos vamos?” Eso me suena a orquesta, tú no te vas. ¿Sabe qué le dije yo? Me dice el hombre. -Para que veas que tengo fe, cuando usted salga disparada, me voy a agarrar de los pies suyos. La película se me hace bonita, déjeme decirle: “No está lejos del reino, pero no está dentro.” Porque entiende, pero quiere seguir viviendo su vida.
-Hay gente que dice: “Yo creo en Dios”; No está lejos pero no están dentro.
El escriba no fue el único que estuvo cerca. Hubo un hombre principal (en mi rancho quiere decir, que tiene plata, que tiene dinero), en Lucas 18:18 (RV-60), con una historia muy tierna, dice: 18Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 19Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. 20Los mandamientos sabes: No adulteraras, no matarás; no hurtarás; no dirá falso testimonio; honra a tu padre a tu madre. 21Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 22Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 23Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. 24Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuan difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
¿Qué esperaba este hombre? Este hombre quería que Jesús le dijera: “Hombre que bueno eres, tú eres de los nuestros, a partir de ahora no serán 12 sino 13 discípulos”. Pero Jesús no hizo eso; recuerde que nosotros vemos rostros, ¿pero qué mira Jesús?, Él mira el corazón.
Cuando le dice: “Aún te falta una cosa”, Jesús le estaba diciendo: “hay algo que te posee, hay algo que es más grande que esa pregunta que me estás haciendo. Mientras tú no dejes ir, no sueltes, no cambies eso que te posee, es imposible que entres al reino de los cielos.” Este hombre quería la vida eterna en sus propios términos. Pero Jesús vio su corazón, vio que le faltaba algo, había algo que este hombre no estaba dispuesto a hacer, no quería vender sus posesiones y darla a los pobres. Este joven tuvo su oportunidad.
Déjeme decirle, todos tenemos una oportunidad con Jesús. Todos, en la vida, hemos escuchado del Evangelio. Yo he visto miles de gente pasar por acá, que han escuchado, y se han ido así como entraron; pero la oportunidad la tuvieron. Estuvieron muy cerca de Jesús, lo tuvieron muy cerca, pero muy cerca.
Entonces quiero que piense en lo que usted cree, en lo que piensa, en sus familiares más cercanos, en sus hijos, hermanos, amigos que queremos tanto; personas muy cercanas. Piénselo por favor, no vaya a ser que usted no esté dentro. Puede que esté muy cerca, que no esté muy lejos; pero todavía le falta para entrar.
En este día nuestro bendito Salvador Jesucristo muestra su Gracia y su Misericordia. Recibir a Cristo es la decisión más importante de la vida. No es casarse o que usted desea estudiar. Recibir a Cristo es la única que nos va a indicar dónde vamos a pasar la eternidad, por tanto, si usted no conoce a Jesucristo como Señor y Salvador, este día es el día de su salvación.
Incline su rostro, oremos todos.
Padre querido, Espíritu Santo de Dios, tu palabra ha sido predicada y tú eres el único que puede convencer de pecado, de justicia, y de equidad. Señor nosotros te damos gracias porque el día que nos predicaron a Jesús, abrimos nuestro corazón y te entregamos nuestra vida. Ahora Señor esa oportunidad la tiene este pueblo. Pongo delante de ti, Señor, aquellas personas que no están lejos del reino, algunos están cerca, pero no están dentro. Yo te ruego en el nombre de Jesús, Padre Santo, que toques los corazones de aquellas personas que todavía no te conocen. Que se arrepientan de sus pecados y que confíen en Jesús como su Señor y Salvador.
Mientras todos oramos, sepa que Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere perdonar sus pecados. Dios quiere salvarle y darle la bendición más grande que un ser humano puede recibir, la bendición de la vida eterna. A eso vino Jesús a la cruz, para eso murió, para eso resucitó de entre los muertos. Si hay alguna persona que nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, pero quisiera hacerlo en este momento. Alguien que dice: “Pastor yo necesito a Dios en mi vida.” Yo le invito donde está para que se ponga de pie o levante su mano, alguien se va a acercar a usted para orar con usted. Venga los pies de Cristo Jesús, entréguele al Señor su corazón. ¡Que Dios le bendiga, Gloria al Señor! (Un alma fue ganada para Cristo). Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale al Señor: Señor en este día reconozco que te he ofendido, reconozco que he pecado, y en esta hora te pido perdón. Sé que moriste por mí en la cruz. Me arrepiento de mis pecados Señor, sálvame hoy. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, te damos gracias por estas personas que están batallando en su corazón acerca de esta decisión tan importante, de conocerte como Señor y Dios. Te alabamos Señor, te bendecimos y te reconocemos como nuestro bendito Señor y Salvador. Bendice a esta iglesia, bendice estas personas en el nombre de Jesús te lo pedimos, Amén y amén.
Iglesia que la paz de Cristo les acompañe, Bendiciones.