El hombre mas dichoso del mundo
Julio 7, 2024 – 2:00PM | Romanos 4:6-8 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde se titula: El hombre más dichoso del mundo. Y cuando digo: el hombre, me quiero referir también a la mujer.
Algunos sinónimos de la palabra dichoso: afortunado, bienaventurado, feliz, bendito, gozoso, radiante, satisfecho. Lo contrario de dichoso sería: desafortunado, infeliz, desgraciado, calamitoso, amargado, desventurado, miserable, etcétera.
Un día de estos le pregunté a la Inteligencia Artificial (IA): ¿Quién es el hombre más dichoso del mundo? A ver, ¡qué me decía! Y la respuesta de la Inteligencia Artificial (IA) fue: La respuesta a esta pregunta puede variar según la perspectiva y los criterios utilizados para definir la dicha o felicidad. Yo dije: ¡de plano que es inteligente! Algunos podrían considerar que el hombre más dichoso del mundo es alguien que tiene éxito financiero, una familia amorosa, alguien que tiene salud o, estabilidad emocional. Otros podrían pensar en alguien que ha alcanzado la paz interior y la realización personal, independientemente de sus circunstancias externas. Y luego, la IA, hace una referencia sobre un monje budista que se llama Matthew Richard que lo han colocado como: la persona más feliz del mundo. Este monje habla de cómo alcanzar la felicidad, y da un montón de cuestiones.
Se dice que una persona dichosa posee cuatro cosas: Felicidad, que es una sensación de alegría, placer en la vida cotidiana, es decir, usted disfruta su vida. Satisfacción, es que está contento con la vida que usted lleva hoy. Plenitud, significa que su vida tiene sentido y propósito. Paz interior, hay calma, hay serenidad en su vida.
Me vuelvo a hacer la pregunta: ¿Quién es el hombre (mujer) más dichoso (a) del mundo? ¿Quién es esa persona que goza de felicidad, que es satisfecha, que es plena y que tiene paz interior en su alma? Y usted sabe que la palabra del Señor, la Biblia, tiene respuesta para todas estas inquietudes.
Romanos 4:6-8 (RV-60): 6Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. Estas palabras fueron dichas por el rey David en el Salmos 32.
Acuérdese que la palabra bienaventuranza, en el idioma original, significa macario, significa dichoso; por eso es que el sermón se llama: El hombre más dichoso del mundo. Están incluidas la felicidad, la satisfacción, la plenitud y la paz interior.
Romanos 4: 6 (NTV): 6David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzo para lograrlo. De acuerdo a la Biblia, de acuerdo con la perspectiva bíblica, una persona es dichosa, una persona es feliz, una persona logra satisfacción, plenitud, paz interior, cuando usted es declarado justo sin hacer ningún esfuerzo para lograrlo.
Romanos 4:6 (TLA): 6David nos habla de la felicidad de aquellos a los que, sin hacer nada para merecerlo, Dios declara inocentes por confiar en él. Así lo dice la Biblia.
El hombre más dichoso del mundo es aquel que ha sido justificado por la sangre preciosa de Cristo Jesús.
El mundo tiene un problema serio con la Biblia y con nosotros los evangélicos. El problema serio que tiene el mundo, los inconversos y los incrédulos, con la Biblia y con nosotros es que el mundo piensa que estamos locos, piensan que esto no tiene razón de ser. Este libro declara una cosa, este libro dice: (Romanos 3:23) Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, o sea, eso es lo que declara Dios: no vamos a poder entrar al cielo porque somos pecadores. Pero, dice Dios: Si tú depositas tu confianza en mi hijo Jesucristo, si tú crees en Él, si pones tu confianza absoluta en Él, entonces yo te justifico. Y usted dice: Dime qué es lo que tengo que hacer: Cree y confía en mi hijo, dice Dios, que yo te justifico.
Esta palabra que estamos leyendo del apóstol Pablo es una repetición de lo que dijo David en el Antiguo Testamento (AT), que el hombre más dichoso del mundo de aquel al que sus pecados le han sido perdonados.
Efesios 2:8 (RV-60): Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Significa declarar justo a un pecador, y a eso se le conoce como: un acto de misericordia.
Mira el expresidente Trump fue a la corte, no me acuerdo si por 32 o 34 cargos, y fue declarado culpable en todos. Y cuando la Biblia habla de que hemos sido destituidos, la Biblia está diciendo: usted no es inocente, tenemos una cuenta pendiente. Si usted tuviera el día de mañana que presentarse a una corte, donde su abogado ya le dijo: Mira, ¿sabes qué?, mínimo te caen 40 años hermano. ¿Cómo se sentiría usted, al saber que por los próximos 40 años usted no va a tener la posibilidad de ir a donde usted quiera? No podrá venir a comer pupusas aquí, no podrá venir a las actividades de la iglesia. Entonces ahí le van a entrar ganas de servir a Dios y de estar en la iglesia todo el tiempo, ahí sí. Pero, de repente, viene el Señor y te dice: Si tú pones tu confianza en Jesús, mi hijo, yo te declaro justo. Usted vuelve su mirada al Señor Jesús y dice: Señor creo que tú moriste por mí en esa cruz, Señor creo que esa sangre que tú derramaste es para el perdón de mis pecados, yo lo creo Señor. Y dice Dios: Te declaro justo. Entonces, dice el apóstol Pablo: ese es el hombre (mujer) más dichoso(a), a quien Dios ha declarado justo(a). Ese acto de misericordia.
Romanos 5:1(RV-60): Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Ahí está todo, ahí está la felicidad, la satisfacción, la plenitud, la paz interior; por eso es que la Biblia enseña que Dios nos ha traído de las tinieblas a la luz admirable.
Romanos 8:1(RV-60): Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. La justicia de Jesucristo en nosotros.
El rey David, en el AT, sabía lo que era ser un pecador culpable. Él conocía la seriedad del pecado. David no solamente pecó metiéndose con Betsabé, sino que, también mandó a matar a su esposo. Cuando David se dio cuenta de lo que había hecho, él dijo: Soy culpable, y de ahí surge el famoso Salmos 51; donde David dice: ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades, borra mis rebeliones. Él se sentía muy mal porque él había pecado, él era culpable delante de Dios. ¿Cómo se sentiría David si hubiera sido juzgado por sus obras delante del Dios justo? Dios debía condenarlo, pero David sabía por experiencia, que, si Dios lo declaraba justo, no había condenación alguna. Por eso David es el hombre más dichoso del mundo, porque que el Dios, el juez Justo de la tierra, te declara justo a ti sabiendo que eres culpable. Ese es un acto de misericordia de parte de Dios.
Cuenta la historia que una mujer vino delante de un rey a pedir misericordia por su hijo que había cometido un crimen. Le suplicó al rey para que tuviera misericordia de su hijo, y el rey le dijo: su hijo ha cometido un crimen y tiene que pagar lo que hizo. Y la madre le contestó: eso se llama justicia mi rey, yo no estoy pidiendo justicia, sino, misericordia. Y eso es lo que Dios hizo con nosotros. Si Dios actuara en justicia a hacia nosotros, estamos condenados todos, porque no hay una sola persona que pueda decir: “Yo soy justo, nunca he cometido ningún error, ningún pecado”. No existe tal cosa.
Colosenses 2:13-14 (RV-60): 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. No importa el color del pecado, la Biblia declara que, si usted se arrepiente y lo hace de una manera genuina, lo hace de todo corazón, si usted le pide perdón a Dios, usted recibirá ese perdón del cielo.
Salmos 103:11-14 (RV-60): 11Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 12Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. 14Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
Dichoso el hombre a quien Dios atribuye justicia sin tener que hacer nada más que confiar en Dios. Dicho aquellos cuyas iniquidades han sido perdonadas. Dichoso aquel cuyo pecado es cubierto con la sangre de Cristo.
La policía tiene un récord de los crímenes que han cometido las personas. Nosotros nos acordamos de las maldades que nos han hecho, porque somos buenos para eso, lo tenemos todo en la mente. Pero, sin embargo, cuando vamos a la palabra del Señor, Él dice: Que no se acordará más de nuestras iniquidades. ¿Se puede usted imaginar eso?
El pasado de una persona lo puede condenar, y esto es una situación bien, bien, interesante; y majestuosamente preparada por el Señor. Usted me habrá escuchado miles veces decirle a usted que el pasado no debe definir a nadie nunca; siempre y cuando usted tenga ahora una vida nueva. Porque, si su presente es el mismo que su pasado, entonces usted necesita conocer al Señor.
Hay personas que asisten a lugares para poder restablecer su vida, y tener una recuperación emocional de ciertas situaciones que marcaron su vida y eso no nos permite darnos cuenta de las maravillas que Dios ha hecho con nosotros. Es que mire hermano, el principio es fundamental y es claro, el que tiene a Cristo lo tiene todo. Sin importar de donde hemos venido, el salmista dijo (Salmos 40:1): Pacientemente esperé a Jehová, Y él se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, Puso mis pies sobre pena y enderezo mis pasos. Está hablando de una persona que se estaba hundiendo, es decir, alguien que tuvo un pasado terrible, pero se ha arrepentido, da gracias a Dios por lo que el Señor ha hecho en su vida; a una persona como esa, Dios lo declara justificada por su sangre preciosa. El pasado de nadie debe definirlo, pero eso sí, aférrese a Dios, agárrese fuerte del Señor, viva para el Señor, y se va a dar cuenta de cómo Dios va a desvanecer su pasado.
Si Dios declara, en su bendita y eterna palabra, que yo soy dichoso, que yo soy feliz, que yo soy una persona satisfecha, que yo debo tener paz interior; yo no tengo por qué permitirle a nada, ni a nadie, que me robe esa paz. ¿Por qué? Porque ese es un regalo maravilloso.
Dios es una fuente, una vasta fuente, inagotable; porque la paz de Dios nunca se va a acabar, jamás. La misericordia del Señor no se acaba, es eterna. La gracia de Dios no se acaba, es eterna. Lo que usted necesite, en cualquier momento, Dios se lo da, Dios se lo entrega. Pero a veces, nos aferramos a situaciones equivocadas: al trabajo, a la esposa(o), al cuerpo lindo que tenemos hoy; y nos tenemos que aferrar a Dios. Todo lo de este mundo se acaba, Dios nos entrega herramientas para hacer nuestra vida. Este cuerpo sostiene un alma, sostiene un espíritu y es en eso, en lo que Dios está interesado en su alma.
En el primer siglo, ¿usted sabe cómo murieron muchos discípulos? Desgarrados por los leones; fue un tiempo de persecución. ¿Sabía usted que Nerón daba vueltas desnudo en su carruaje en un estadio, y por la noche encendía las luces para dar sus vueltas? Y, ¿sabe cuáles eran las luces? Los cuerpos de los cristianos que los encendían como antorchas. Hubo un tiempo difícil, Jesús se los dijo a los discípulos: los van a perseguir. El Señor les dijo (Hechos 1:8): Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, hasta lo último de la tierra. ¿Y qué pasó? Que la gente no se fue, se quedó ahí en Jerusalén; entonces vino la persecución. Y la gente comenzó a irse. ¿A dónde se fueron? Se fueron a Judea, a Samaria. Pero, no es que llegaron con la Biblia para predicarla, iban huyendo de la persecución.
Dios está más interesado en tu alma, alimente su alma. No deje que situaciones de este mundo le quiten la felicidad, la satisfacción, la paz. ¡Ay pastor, es que tengo problemas! Esa es la vida que tenemos acá. Si la Biblia me está diciendo que yo soy dichoso, yo tengo que resolver las cosas que como ser humano puedo resolver, las que puedo resolver; porque las que no puedo resolver se la voy a dejar a Él. En nuestro diario vivir habrá eventos difíciles, pero, lo que yo tengo es mucho más grande que cualquier evento que me pase en esta vida, lo que tengo es más grande que cualquier cosa que venga. ¡Tengo a Dios!
Pablo estaba en una cárcel, hermanos, cuando dijo (Filipenses 4:4): Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! También le escribió a Timoteo y a Tito diciéndoles que hagan la obra que les ha mandado, no vayan a pensar ustedes que porque estoy preso no voy a estar supervisando. Y también envió mensajes a los corintios, las cartas de los corintos son respuestas del apóstol Pablo a las inquietudes que tenía la iglesia. ¿Dejó Pablo de trabajar? No, el pensamiento estaba libre. Cuando estaba libre se subía a un barco para ir a Asia menor a predicar, y le decían: Pablo te vamos a meter preso. Está bien, porque los presos también necesitan escuchar el evangelio. ¡Esa es la actitud! Pablo no permitió que ningún problema, ninguna situación en la vida lo hiciera sentir un desgraciado.
La palabra de Dios está diciendo que: el hombre más dichoso, es aquel a quien Dios ha justificado con la sangre de Cristo; y ese somos nosotros, por la gloria del Señor, somos nosotros por la gracia de Dios.
Resolvamos las cosas que tenemos que resolver en el nombre del Señor. Hagamos lo que tengamos que hacer. Aquellas cosas que están fuera de su alcance y no puedo hacer nada, déjeselo a Dios, entrégueselo a Dios. Ese hijo que está metido en la droga y usted no puede hacer nada; entrégueselo al Señor en sus manos preciosas. Usted debe orar todos los días, esperando que algún día toque la puerta de su casa y quiera rehabilitarse; pero no puede permitir que venga a quitarle esa paz, esa satisfacción, ese gozo, que el Señor ha puesto en su alma. Pero, si usted no se despega de eso, si usted no se aparta de eso, usted va a seguir llorando el resto de sus días.
Dios está interesado en nuestras almas, suelte su problema hermano y póngalo en las manos del Señor, busque a Dios, y después me cuenta cómo comenzará a ver la vida de una manera distinta.
Hay cosas que se presentan en la vida, e insisto en esto, que están fuera de nuestro alcance; y muchas veces son cosas bien delicadas. Cosas que lo convierten a usted en una persona inactiva, en un espectador. Usted ya no va a la iglesia, ya no sirve a Dios, ya usted no adora, no alaba, no glorifica al Señor, no lee la palabra, no ora, se aparta de sus responsabilidades cristianas; ¿por qué? Porque tiene un problema muy serio, dedica todo su tiempo a ver si lo resuelve; cuando lo que tiene que hacer es aferrarse a Dios. Porque la fuerza para soportar todas las cosas que le vengan en esta vida, vienen del cielo, de ningún otro lugar. Y eso es lo que dice David, y lo repite Pablo.
Isaías 43:25 (RV-60): Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Mira, ¡esto es una cosa tan linda, tan linda!
Mis hijos han cometido errores, yo jamás en la vida esperé que ellos no cometieran errores, pero ¿usted cree que y se los voy a estar sacando a cada rato? Jamás, ¿por qué? Porque son mis hijos, porque yo los amo, así como son. Dios nos dice que no se acordará de las cosas malas que hemos hecho, por amor a Él mismo, porque es nuestro Padre, porque nos ha justificado. No permita, por favor, hacerse esclavo de nada ni de nadie. ¡La vida cristiana es tan linda, tan maravillosa!
Póngase a hacer algo, gaste sus energías sirviéndole a Dios, sírvale al Señor, hágalo de todo corazón, hágalo con firmeza, hágalo con carácter, sirva al Señor. Hágalo como la palabra manda, póngase a servir; pero, recuerde lo que Dios le está diciendo: Usted es dichoso(a). Cualquier problema se queda pequeño si usted tiene a Cristo hermano. Cante una alabanza, escuche una predicación, dele la Gloria a Dios. Si usted alaba a Dios en todo, le aseguro que le sentirá sabor a carne a los frijoles. Cuando usted está bien con el Señor, cuando tiene paz en el corazón no le hace falta nada más.
Miqueas 7:19 (RV-60): Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Quiero terminar diciendo algo: Muchas veces nosotros decimos que todo es gratis, que la salvación es gratis; un momento. Cuando Cristo estaba en la cruz, el Señor tomó mis maldades, mis iniquidades y las puso sobre Jesús. Él llevó el precio de mis faltas, siendo yo pecador. ¿Por qué razón? Porque Dios sigue siendo justo, y nuestras faltas se deben pagar para que haya justicia. Y fue Jesucristo en la cruz del calvario, quien pagó mi sufrimiento por el pecado.
2 Corintios 5:21(RV-60): Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. ¡Bendito sea el nombre de Dios!
1 Pedro 2:24 (RV-60): Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. ¿Cuántos dichosos hay acá? Amén. ¡Gloria a Dios!
Somos dichosos y somos felices, no espere nada de la vida, en serio. A mí la vida a mí me ha hecho muy feliz, cuidado hermano. Con el respeto que todo el mundo merece, hay artistas que dejaron millones de dólares y se quitaron la vida. Comediantes que hicieron millones de dólares, famosos recibieron Oscar, que recibieron todos los premios habidos y por haber, pero los encontraron colgados en un closet de su apartamento, y así por el estilo.
¿Qué espera usted de la vida? Esperemos todo de Dios; y de Dios, iglesia, solo viene lo bueno, de Dios solo viene bendición. Si Dios dice que somos dichosos y somos felices, es porque somos dichosos y somos felices.
Usted tomó malas decisiones en su vida, todos las hemos tomado, todos. Usted la está pasando mal en este momento porque usted tomó una mala decisión en su vida. Todos hemos tenido períodos difíciles en algún momento de la vida, bíblicamente hablando, enmiende. Y lo que no pueda resolver, déjeselo a Dios.
Dios nos ha hecho dichosos, Dios ha puesto paz en nuestro corazón, el Señor nos ha dado satisfacción, el Señor nos ha dado tanta bendición; es por eso que estamos agradecidos y venimos a la casa del Señor y lo alabamos, lo exaltamos y le contamos a la gente sus maravillas, es por eso que somos fieles al Señor, hasta que Cristo venga, Amén.
Oremos: Padre te damos gracias en esta ahora por tu palabra. Gracias porque has hecho un milagro en nuestra vida, Señor. Ayúdanos a entender que nuestra mirada debe estar puesta solamente en Jesús, y nada más que en Jesús. Queremos honrar tu nombre, queremos exaltar tu nombre, queremos que tu nombre reciba honra, reciba gloria, Padre santo. Yo te pido por este pueblo, te pido por aquellas personas que han de escuchar este mensaje en las redes sociales, y que nos ayudes a entender que toda buena dádiva y don perfecto desciende del Padre de las luces, de nuestro bendito Señor, nuestro Salvador Jesucristo. Señor, tu palabra nos enseña que el hombre más dichoso, el hombre más feliz, más aventurado, más bendito, es aquel cuyas faltas han sido perdonadas, es aquel cuya maldad ha sido perdonada por Dios y declarado justo, y esos somos tus hijos. Por eso te alabamos, te bendecimos, te damos honra y te damos gloria.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón y dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, necesito a Dios en mi alma, yo quiero invitarle ahí donde está para que reciba a Jesucristo como el Señor y Salvador de su vida. A través de una oración de fe, dígale al Señor: Señor te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de todo corazón. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu preciosa sangre. En este día, Señor, te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, yo quiero animarle a crecer el conocimiento de Dios, de su anta y bendita palabra.
Señor en tus manos encomendamos nuestras vidas esta semana que estamos comenzando ahora. Que todo lo que hagamos lleve el sello de tu santa bendición. Gracias te damos por tu palabra, en el nombre de Jesús amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!
El hombre mas dichoso del mundo
Julio 7, 2024 – 2:00PM | Romanos 4:6-8 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde se titula: El hombre más dichoso del mundo. Y cuando digo: el hombre, me quiero referir también a la mujer.
Algunos sinónimos de la palabra dichoso: afortunado, bienaventurado, feliz, bendito, gozoso, radiante, satisfecho. Lo contrario de dichoso sería: desafortunado, infeliz, desgraciado, calamitoso, amargado, desventurado, miserable, etcétera.
Un día de estos le pregunté a la Inteligencia Artificial (IA): ¿Quién es el hombre más dichoso del mundo? A ver, ¡qué me decía! Y la respuesta de la Inteligencia Artificial (IA) fue: La respuesta a esta pregunta puede variar según la perspectiva y los criterios utilizados para definir la dicha o felicidad. Yo dije: ¡de plano que es inteligente! Algunos podrían considerar que el hombre más dichoso del mundo es alguien que tiene éxito financiero, una familia amorosa, alguien que tiene salud o, estabilidad emocional. Otros podrían pensar en alguien que ha alcanzado la paz interior y la realización personal, independientemente de sus circunstancias externas. Y luego, la IA, hace una referencia sobre un monje budista que se llama Matthew Richard que lo han colocado como: la persona más feliz del mundo. Este monje habla de cómo alcanzar la felicidad, y da un montón de cuestiones.
Se dice que una persona dichosa posee cuatro cosas: Felicidad, que es una sensación de alegría, placer en la vida cotidiana, es decir, usted disfruta su vida. Satisfacción, es que está contento con la vida que usted lleva hoy. Plenitud, significa que su vida tiene sentido y propósito. Paz interior, hay calma, hay serenidad en su vida.
Me vuelvo a hacer la pregunta: ¿Quién es el hombre (mujer) más dichoso (a) del mundo? ¿Quién es esa persona que goza de felicidad, que es satisfecha, que es plena y que tiene paz interior en su alma? Y usted sabe que la palabra del Señor, la Biblia, tiene respuesta para todas estas inquietudes.
Romanos 4:6-8 (RV-60): 6Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. Estas palabras fueron dichas por el rey David en el Salmos 32.
Acuérdese que la palabra bienaventuranza, en el idioma original, significa macario, significa dichoso; por eso es que el sermón se llama: El hombre más dichoso del mundo. Están incluidas la felicidad, la satisfacción, la plenitud y la paz interior.
Romanos 4: 6 (NTV): 6David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzo para lograrlo. De acuerdo a la Biblia, de acuerdo con la perspectiva bíblica, una persona es dichosa, una persona es feliz, una persona logra satisfacción, plenitud, paz interior, cuando usted es declarado justo sin hacer ningún esfuerzo para lograrlo.
Romanos 4:6 (TLA): 6David nos habla de la felicidad de aquellos a los que, sin hacer nada para merecerlo, Dios declara inocentes por confiar en él. Así lo dice la Biblia.
El hombre más dichoso del mundo es aquel que ha sido justificado por la sangre preciosa de Cristo Jesús.
El mundo tiene un problema serio con la Biblia y con nosotros los evangélicos. El problema serio que tiene el mundo, los inconversos y los incrédulos, con la Biblia y con nosotros es que el mundo piensa que estamos locos, piensan que esto no tiene razón de ser. Este libro declara una cosa, este libro dice: (Romanos 3:23) Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, o sea, eso es lo que declara Dios: no vamos a poder entrar al cielo porque somos pecadores. Pero, dice Dios: Si tú depositas tu confianza en mi hijo Jesucristo, si tú crees en Él, si pones tu confianza absoluta en Él, entonces yo te justifico. Y usted dice: Dime qué es lo que tengo que hacer: Cree y confía en mi hijo, dice Dios, que yo te justifico.
Esta palabra que estamos leyendo del apóstol Pablo es una repetición de lo que dijo David en el Antiguo Testamento (AT), que el hombre más dichoso del mundo de aquel al que sus pecados le han sido perdonados.
Efesios 2:8 (RV-60): Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Significa declarar justo a un pecador, y a eso se le conoce como: un acto de misericordia.
Mira el expresidente Trump fue a la corte, no me acuerdo si por 32 o 34 cargos, y fue declarado culpable en todos. Y cuando la Biblia habla de que hemos sido destituidos, la Biblia está diciendo: usted no es inocente, tenemos una cuenta pendiente. Si usted tuviera el día de mañana que presentarse a una corte, donde su abogado ya le dijo: Mira, ¿sabes qué?, mínimo te caen 40 años hermano. ¿Cómo se sentiría usted, al saber que por los próximos 40 años usted no va a tener la posibilidad de ir a donde usted quiera? No podrá venir a comer pupusas aquí, no podrá venir a las actividades de la iglesia. Entonces ahí le van a entrar ganas de servir a Dios y de estar en la iglesia todo el tiempo, ahí sí. Pero, de repente, viene el Señor y te dice: Si tú pones tu confianza en Jesús, mi hijo, yo te declaro justo. Usted vuelve su mirada al Señor Jesús y dice: Señor creo que tú moriste por mí en esa cruz, Señor creo que esa sangre que tú derramaste es para el perdón de mis pecados, yo lo creo Señor. Y dice Dios: Te declaro justo. Entonces, dice el apóstol Pablo: ese es el hombre (mujer) más dichoso(a), a quien Dios ha declarado justo(a). Ese acto de misericordia.
Romanos 5:1(RV-60): Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Ahí está todo, ahí está la felicidad, la satisfacción, la plenitud, la paz interior; por eso es que la Biblia enseña que Dios nos ha traído de las tinieblas a la luz admirable.
Romanos 8:1(RV-60): Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. La justicia de Jesucristo en nosotros.
El rey David, en el AT, sabía lo que era ser un pecador culpable. Él conocía la seriedad del pecado. David no solamente pecó metiéndose con Betsabé, sino que, también mandó a matar a su esposo. Cuando David se dio cuenta de lo que había hecho, él dijo: Soy culpable, y de ahí surge el famoso Salmos 51; donde David dice: ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades, borra mis rebeliones. Él se sentía muy mal porque él había pecado, él era culpable delante de Dios. ¿Cómo se sentiría David si hubiera sido juzgado por sus obras delante del Dios justo? Dios debía condenarlo, pero David sabía por experiencia, que, si Dios lo declaraba justo, no había condenación alguna. Por eso David es el hombre más dichoso del mundo, porque que el Dios, el juez Justo de la tierra, te declara justo a ti sabiendo que eres culpable. Ese es un acto de misericordia de parte de Dios.
Cuenta la historia que una mujer vino delante de un rey a pedir misericordia por su hijo que había cometido un crimen. Le suplicó al rey para que tuviera misericordia de su hijo, y el rey le dijo: su hijo ha cometido un crimen y tiene que pagar lo que hizo. Y la madre le contestó: eso se llama justicia mi rey, yo no estoy pidiendo justicia, sino, misericordia. Y eso es lo que Dios hizo con nosotros. Si Dios actuara en justicia a hacia nosotros, estamos condenados todos, porque no hay una sola persona que pueda decir: “Yo soy justo, nunca he cometido ningún error, ningún pecado”. No existe tal cosa.
Colosenses 2:13-14 (RV-60): 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. No importa el color del pecado, la Biblia declara que, si usted se arrepiente y lo hace de una manera genuina, lo hace de todo corazón, si usted le pide perdón a Dios, usted recibirá ese perdón del cielo.
Salmos 103:11-14 (RV-60): 11Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 12Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. 14Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
Dichoso el hombre a quien Dios atribuye justicia sin tener que hacer nada más que confiar en Dios. Dicho aquellos cuyas iniquidades han sido perdonadas. Dichoso aquel cuyo pecado es cubierto con la sangre de Cristo.
La policía tiene un récord de los crímenes que han cometido las personas. Nosotros nos acordamos de las maldades que nos han hecho, porque somos buenos para eso, lo tenemos todo en la mente. Pero, sin embargo, cuando vamos a la palabra del Señor, Él dice: Que no se acordará más de nuestras iniquidades. ¿Se puede usted imaginar eso?
El pasado de una persona lo puede condenar, y esto es una situación bien, bien, interesante; y majestuosamente preparada por el Señor. Usted me habrá escuchado miles veces decirle a usted que el pasado no debe definir a nadie nunca; siempre y cuando usted tenga ahora una vida nueva. Porque, si su presente es el mismo que su pasado, entonces usted necesita conocer al Señor.
Hay personas que asisten a lugares para poder restablecer su vida, y tener una recuperación emocional de ciertas situaciones que marcaron su vida y eso no nos permite darnos cuenta de las maravillas que Dios ha hecho con nosotros. Es que mire hermano, el principio es fundamental y es claro, el que tiene a Cristo lo tiene todo. Sin importar de donde hemos venido, el salmista dijo (Salmos 40:1): Pacientemente esperé a Jehová, Y él se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, Puso mis pies sobre pena y enderezo mis pasos. Está hablando de una persona que se estaba hundiendo, es decir, alguien que tuvo un pasado terrible, pero se ha arrepentido, da gracias a Dios por lo que el Señor ha hecho en su vida; a una persona como esa, Dios lo declara justificada por su sangre preciosa. El pasado de nadie debe definirlo, pero eso sí, aférrese a Dios, agárrese fuerte del Señor, viva para el Señor, y se va a dar cuenta de cómo Dios va a desvanecer su pasado.
Si Dios declara, en su bendita y eterna palabra, que yo soy dichoso, que yo soy feliz, que yo soy una persona satisfecha, que yo debo tener paz interior; yo no tengo por qué permitirle a nada, ni a nadie, que me robe esa paz. ¿Por qué? Porque ese es un regalo maravilloso.
Dios es una fuente, una vasta fuente, inagotable; porque la paz de Dios nunca se va a acabar, jamás. La misericordia del Señor no se acaba, es eterna. La gracia de Dios no se acaba, es eterna. Lo que usted necesite, en cualquier momento, Dios se lo da, Dios se lo entrega. Pero a veces, nos aferramos a situaciones equivocadas: al trabajo, a la esposa(o), al cuerpo lindo que tenemos hoy; y nos tenemos que aferrar a Dios. Todo lo de este mundo se acaba, Dios nos entrega herramientas para hacer nuestra vida. Este cuerpo sostiene un alma, sostiene un espíritu y es en eso, en lo que Dios está interesado en su alma.
En el primer siglo, ¿usted sabe cómo murieron muchos discípulos? Desgarrados por los leones; fue un tiempo de persecución. ¿Sabía usted que Nerón daba vueltas desnudo en su carruaje en un estadio, y por la noche encendía las luces para dar sus vueltas? Y, ¿sabe cuáles eran las luces? Los cuerpos de los cristianos que los encendían como antorchas. Hubo un tiempo difícil, Jesús se los dijo a los discípulos: los van a perseguir. El Señor les dijo (Hechos 1:8): Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, hasta lo último de la tierra. ¿Y qué pasó? Que la gente no se fue, se quedó ahí en Jerusalén; entonces vino la persecución. Y la gente comenzó a irse. ¿A dónde se fueron? Se fueron a Judea, a Samaria. Pero, no es que llegaron con la Biblia para predicarla, iban huyendo de la persecución.
Dios está más interesado en tu alma, alimente su alma. No deje que situaciones de este mundo le quiten la felicidad, la satisfacción, la paz. ¡Ay pastor, es que tengo problemas! Esa es la vida que tenemos acá. Si la Biblia me está diciendo que yo soy dichoso, yo tengo que resolver las cosas que como ser humano puedo resolver, las que puedo resolver; porque las que no puedo resolver se la voy a dejar a Él. En nuestro diario vivir habrá eventos difíciles, pero, lo que yo tengo es mucho más grande que cualquier evento que me pase en esta vida, lo que tengo es más grande que cualquier cosa que venga. ¡Tengo a Dios!
Pablo estaba en una cárcel, hermanos, cuando dijo (Filipenses 4:4): Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! También le escribió a Timoteo y a Tito diciéndoles que hagan la obra que les ha mandado, no vayan a pensar ustedes que porque estoy preso no voy a estar supervisando. Y también envió mensajes a los corintios, las cartas de los corintos son respuestas del apóstol Pablo a las inquietudes que tenía la iglesia. ¿Dejó Pablo de trabajar? No, el pensamiento estaba libre. Cuando estaba libre se subía a un barco para ir a Asia menor a predicar, y le decían: Pablo te vamos a meter preso. Está bien, porque los presos también necesitan escuchar el evangelio. ¡Esa es la actitud! Pablo no permitió que ningún problema, ninguna situación en la vida lo hiciera sentir un desgraciado.
La palabra de Dios está diciendo que: el hombre más dichoso, es aquel a quien Dios ha justificado con la sangre de Cristo; y ese somos nosotros, por la gloria del Señor, somos nosotros por la gracia de Dios.
Resolvamos las cosas que tenemos que resolver en el nombre del Señor. Hagamos lo que tengamos que hacer. Aquellas cosas que están fuera de su alcance y no puedo hacer nada, déjeselo a Dios, entrégueselo a Dios. Ese hijo que está metido en la droga y usted no puede hacer nada; entrégueselo al Señor en sus manos preciosas. Usted debe orar todos los días, esperando que algún día toque la puerta de su casa y quiera rehabilitarse; pero no puede permitir que venga a quitarle esa paz, esa satisfacción, ese gozo, que el Señor ha puesto en su alma. Pero, si usted no se despega de eso, si usted no se aparta de eso, usted va a seguir llorando el resto de sus días.
Dios está interesado en nuestras almas, suelte su problema hermano y póngalo en las manos del Señor, busque a Dios, y después me cuenta cómo comenzará a ver la vida de una manera distinta.
Hay cosas que se presentan en la vida, e insisto en esto, que están fuera de nuestro alcance; y muchas veces son cosas bien delicadas. Cosas que lo convierten a usted en una persona inactiva, en un espectador. Usted ya no va a la iglesia, ya no sirve a Dios, ya usted no adora, no alaba, no glorifica al Señor, no lee la palabra, no ora, se aparta de sus responsabilidades cristianas; ¿por qué? Porque tiene un problema muy serio, dedica todo su tiempo a ver si lo resuelve; cuando lo que tiene que hacer es aferrarse a Dios. Porque la fuerza para soportar todas las cosas que le vengan en esta vida, vienen del cielo, de ningún otro lugar. Y eso es lo que dice David, y lo repite Pablo.
Isaías 43:25 (RV-60): Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Mira, ¡esto es una cosa tan linda, tan linda!
Mis hijos han cometido errores, yo jamás en la vida esperé que ellos no cometieran errores, pero ¿usted cree que y se los voy a estar sacando a cada rato? Jamás, ¿por qué? Porque son mis hijos, porque yo los amo, así como son. Dios nos dice que no se acordará de las cosas malas que hemos hecho, por amor a Él mismo, porque es nuestro Padre, porque nos ha justificado. No permita, por favor, hacerse esclavo de nada ni de nadie. ¡La vida cristiana es tan linda, tan maravillosa!
Póngase a hacer algo, gaste sus energías sirviéndole a Dios, sírvale al Señor, hágalo de todo corazón, hágalo con firmeza, hágalo con carácter, sirva al Señor. Hágalo como la palabra manda, póngase a servir; pero, recuerde lo que Dios le está diciendo: Usted es dichoso(a). Cualquier problema se queda pequeño si usted tiene a Cristo hermano. Cante una alabanza, escuche una predicación, dele la Gloria a Dios. Si usted alaba a Dios en todo, le aseguro que le sentirá sabor a carne a los frijoles. Cuando usted está bien con el Señor, cuando tiene paz en el corazón no le hace falta nada más.
Miqueas 7:19 (RV-60): Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Quiero terminar diciendo algo: Muchas veces nosotros decimos que todo es gratis, que la salvación es gratis; un momento. Cuando Cristo estaba en la cruz, el Señor tomó mis maldades, mis iniquidades y las puso sobre Jesús. Él llevó el precio de mis faltas, siendo yo pecador. ¿Por qué razón? Porque Dios sigue siendo justo, y nuestras faltas se deben pagar para que haya justicia. Y fue Jesucristo en la cruz del calvario, quien pagó mi sufrimiento por el pecado.
2 Corintios 5:21(RV-60): Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. ¡Bendito sea el nombre de Dios!
1 Pedro 2:24 (RV-60): Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. ¿Cuántos dichosos hay acá? Amén. ¡Gloria a Dios!
Somos dichosos y somos felices, no espere nada de la vida, en serio. A mí la vida a mí me ha hecho muy feliz, cuidado hermano. Con el respeto que todo el mundo merece, hay artistas que dejaron millones de dólares y se quitaron la vida. Comediantes que hicieron millones de dólares, famosos recibieron Oscar, que recibieron todos los premios habidos y por haber, pero los encontraron colgados en un closet de su apartamento, y así por el estilo.
¿Qué espera usted de la vida? Esperemos todo de Dios; y de Dios, iglesia, solo viene lo bueno, de Dios solo viene bendición. Si Dios dice que somos dichosos y somos felices, es porque somos dichosos y somos felices.
Usted tomó malas decisiones en su vida, todos las hemos tomado, todos. Usted la está pasando mal en este momento porque usted tomó una mala decisión en su vida. Todos hemos tenido períodos difíciles en algún momento de la vida, bíblicamente hablando, enmiende. Y lo que no pueda resolver, déjeselo a Dios.
Dios nos ha hecho dichosos, Dios ha puesto paz en nuestro corazón, el Señor nos ha dado satisfacción, el Señor nos ha dado tanta bendición; es por eso que estamos agradecidos y venimos a la casa del Señor y lo alabamos, lo exaltamos y le contamos a la gente sus maravillas, es por eso que somos fieles al Señor, hasta que Cristo venga, Amén.
Oremos: Padre te damos gracias en esta ahora por tu palabra. Gracias porque has hecho un milagro en nuestra vida, Señor. Ayúdanos a entender que nuestra mirada debe estar puesta solamente en Jesús, y nada más que en Jesús. Queremos honrar tu nombre, queremos exaltar tu nombre, queremos que tu nombre reciba honra, reciba gloria, Padre santo. Yo te pido por este pueblo, te pido por aquellas personas que han de escuchar este mensaje en las redes sociales, y que nos ayudes a entender que toda buena dádiva y don perfecto desciende del Padre de las luces, de nuestro bendito Señor, nuestro Salvador Jesucristo. Señor, tu palabra nos enseña que el hombre más dichoso, el hombre más feliz, más aventurado, más bendito, es aquel cuyas faltas han sido perdonadas, es aquel cuya maldad ha sido perdonada por Dios y declarado justo, y esos somos tus hijos. Por eso te alabamos, te bendecimos, te damos honra y te damos gloria.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón y dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, necesito a Dios en mi alma, yo quiero invitarle ahí donde está para que reciba a Jesucristo como el Señor y Salvador de su vida. A través de una oración de fe, dígale al Señor: Señor te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de todo corazón. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu preciosa sangre. En este día, Señor, te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración conmigo, yo quiero animarle a crecer el conocimiento de Dios, de su anta y bendita palabra.
Señor en tus manos encomendamos nuestras vidas esta semana que estamos comenzando ahora. Que todo lo que hagamos lleve el sello de tu santa bendición. Gracias te damos por tu palabra, en el nombre de Jesús amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!