El Valor del Reino
Julio 10, 2022 – 1:30PM | Mateo 44-46 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el evangelio de Mateo capítulo 13. En este capítulo hay una gran cantidad de parábolas, y vamos a enfocarnos en los versículos 44 al 46.
Dice la palabra del Señor, Mateo 13: 44-46 (RV-60): 44Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
He titulado el mensaje de esta hora: “El tesoro y la perla”.
Notemos que en el versículo 44 dice: “que el reino de los cielos es…”; esto es una comparación de una enseñanza terrenal con una experiencia espiritual o una enseñanza espiritual.
Pidamos a Dios que nos bendiga. Espíritu Santo de Dios, oramos Padre querido para que esta palabra tuya no caiga en saco roto, para que no seamos oidores olvidadizos Señor. Que el mensaje de esta hora bendiga a nuestras almas, nuestros corazones y que pueda ayudarnos en gran manera. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Estas dos parábolas, que hemos leído, nos hablan del valor inmensurable que tiene el Reino de Dios. Jesús dijo estas dos palabras para mostrar el valor infinito del Reino del Señor. Quiero hablar en esta tarde acerca del valor del Reino, el valor del Evangelio, el valor de Jesús.
En aquellos tiempos era muy común enterrar tesoros, especialmente en la tierra de Palestina. Recuerde que la ciudad de Jerusalén fue invadida a unas 19 veces aproximadamente. Dicen los historiadores que cuando se acercaba un enemigo algunas personas enterraban comida, enterraban cosas de valor o cosas importantes, por si ellos eran llevados cautivos o los enemigos venían y arrasaban con la ciudad. Esto lo hacían con la esperanza de alguna oportunidad de regresar y poder excavar otra vez y conseguir y recuperar su tesoro. Obviamente muchos de ellos morían y ya no regresaban más. De tal manera que, enterrar tesoros en aquel entonces era algo común porque no existía el Banco Internacional de Belén, no existía el Banco de Jericó o el Banco de Jerusalén. Esas cosas no existían en aquel entonces.
Ahora, estas dos parábolas nos dan varias lecciones y me gustaría que poco a poco fuéramos nosotros escudriñando estas cosas.
En primer lugar nos damos cuenta que de alguna manera nos vamos a encontrar con el tesoro y con la perla de alguna forma. Notemos que hay una diferencia entre estos dos personajes. El primero, fíjese, no andaba buscando un tesoro, se lo encontró. Pero el segundo andaba buscando perlas preciosas. Entonces aquí tenemos a uno que no andaba buscando y lo encontró, y a otro que sí andaba buscando y lo encontró.
Ande buscando a Dios o no lo ande buscando, lo va a encontrar. Los casos que buscan a Dios son raros y mínimos, pero hay. Por ejemplo, en la Biblia se nos presenta el caso de Nicodemo buscó a Jesús, ¿no es cierto? El caso de Zaqueo que se subió a un árbol, porque él quería ver a Jesús. Los famosos magos, fueron y buscaron a Jesús. Aunque por regla general, casi siempre es al revés, es Dios quien nos busca.
Usted puede decir: ¡Qué suerte tuvieron esos hombres, uno se encuentra una perla preciosa y otro un tesoro! Déjeme decirle algo; la Biblia nos enseña que somos salvos por Gracia. Nosotros los cristianos evangélicos no creemos en la suerte, nosotros creemos en la Providencia Divina. Tanto el hombre que se encontró el tesoro, como el que se encontró la perla preciosa fueron guiados por Dios, porque sin Dios no encontramos nada en la vida. La iniciativa siempre la toma Dios. Fue Dios quien guió los pasos del hombre, quien lo llevó al campo. Fue Dios quien hizo que se encontrara ese tesoro.
Dice la Biblia en Romanos 3:11 (RV: 60): No hay quien busque a Dios. Entonces nos damos cuenta que algunas persona vamos a encontrar a Dios aunque no lo andemos buscando. Veamos algunos casos:
*La samaritana. ¿Qué estaba haciendo la samaritana? La samaritana fue al pozo a sacar agua, ¡a eso fue! La mujer no dijo: ¡Ay quiero ver si encuentro a Jesús! Ella ni lo conocía, comenzó a conversar con el Señor y ahí tuvo el encuentro con el Señor, no lo andaba buscando.
*Juan y Pedro, la escritura dice que estaban remendando redes cuando apareció el Señor, y se encontraron con Jesús de esa manera.
*¿Qué estaba haciendo Mateo? Trabajando, recogiendo impuestos públicos, y apareció Jesús, ¿y qué le dijo? Sígueme.
*Saulo, ¿usted cree que él andaba buscando a Jesús? Saulo andaba buscando a los cristianos para meterlos presos, sin embargo se encontró con el Señor.
Quiere decir hermano: que no es casualidad que nos encontremos con Dios, que no es casualidad que nos encontremos con el reino de los cielos, no es casualidad. Usted dice: ¡Ay mire qué casualidad, me dieron la visa para ir a Canadá! ¡Ay mire qué casualidad me encontré una iglesia! Yo les he encontrado de una familia de esta iglesia que se encontraron con la hermana Dina, y ella les invitó a venir a la iglesia, le dijo donde quedaba situada. La familia, muy gentil y muy amable, le dijeron: “¡Ah sí, muchas gracias! Ahí vamos a llegar un día”. Ellos no vinieron. Pasaron los días y no vinieron. A la vuelta de unas semanas, se encuentran con una persona en el autobús que hablaban español y le dice: “Mire, yo asisto a una iglesia, queda en la 49, ¿por qué no vienen un día?” Ya eran dos veces, ¡mire qué casualidad!, ¿Verdad? Tampoco vinieron. Luego se encuentra por tercera vez a otra persona de esta iglesia que los invita a venir. “¿Y dónde queda su iglesia?”, pregunta ésta familia. Le responden: “en la 49”. El esposo le dice a la Señora: “Ya, ahora si tenemos que ir, es que es demasiado; o sea demasiada casualidad”. No, nada pasa por casualidad. Dios se encarga de preparar todas las cosas.
A algunas personas Dios nos sacó del lugar donde vivíamos, porque si nos hubiéramos quedado en ese lugar donde vivíamos nunca hubiéramos ido a la iglesia. Algunos, me cuentan que le tiraban piedras al techo de una iglesia evangélica, y el techo era de lámina. ¡Imagínate! ¿Cuándo se iban a meter a esa iglesia? Dios es capaz de mover reinos, Dios es capaz de mover leyes, Dios es capaz de mover gobernantes, con tal de lograr un objetivo. Nos damos cuenta nosotros que uno de esos hombres no andaba buscando y se lo encontró, el otro sí andaba buscando y también lo encontró.
Notemos que encontrar el tesoro produce gozo. Dice Mateo 13:44, Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo, y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. ¿Por qué? Porque el reino de Dios, porque Jesucristo mismo produce gozo, produce alegría, produce satisfacción.
Todas las cosas que tenemos en la vida, todas las cosas materiales hoy las tenemos, pero mañana las podemos perder; y perdóneme pero la realidad a nuestro alrededor nos enseña, que a veces aún el matrimonio, se puede perder. Todo el mundo se casa para estar unidos para siempre, pero la vida es así. Los hijos, los bienes materiales. Un día tenemos algo, el siguiente día no tenemos nada. Claro cosas que nos producen gozo, pero que a la vuelta de un tiempo nos producen amargura. El evangelio es el único que produce un gozo eterno, nada más, el reino de los cielos.
Esta porción de la escritura nos ofrece la posibilidad de despojarnos de todo lo que tenemos a cambio del tesoro. Y estos hombres, los dos que tenemos acá, reconocen el inmenso valor que tiene el reino de los cielos. Se despojaron de todo lo que tenían, lo vendieron todo y compraron el campo (con el tesoro escondido) y la perla preciosa.
Se dice que la perla más cara del mundo fue descubierta por un pescador filipino en los mares de la isla de Palawan y que mide 26 pulgadas. Esa perla gigante, hoy en día, está valorada en 100 millones de dólares.
Mi querido y amado hermano el reino de Dios, el evangelio de Jesucristo es un gran tesoro. Se dice que los dos hombres más poderosos del mundo, los más ricos son: Jeff Bezos, de Amazon y en Elon Musk de Tesla. ¿Qué pueden hacer estos hombres con ese dinero? Pueden ir hasta la luna si lo desean. Pero la bendición de ser un hijo de Dios, es más valiosa que todas las posesiones que el hombre más rico puede tener. El valor del reino es mucho más elevado a todas las riquezas del mundo. Es un precio incalculable.
El evangelio nos ofrece todo lo que una persona necesita en esta vida y en la otra, todo. Mira por nombrarte algunas, cuando encontramos el gran tesoro, cuando encontramos la perla de gran precio:
– Encontramos vida eterna.
– Perdón de pecados.
– Somos justificados delante de Dios.
– Tenemos paz para con Dios.
– Somos libres de toda condenación.
– Nos convertimos en hijos de Dios, por la sangre de Cristo, miembros de la familia de la Fe.
– Tenemos acceso directo al padre celestial.
– Herencia en la gloria.
– Somos perdonados.
– Una vida transformada.
– Tenemos comunión con Jesucristo.
– Nos hacemos ciudadanos del cielo.
– Alcanzado por su Gracia.
– Nacidos de nuevo.
– Dios ha prometido ayudarnos siempre,
– Dice que soy elegido, soy templo y morada del Espíritu Santo.
– En Cristo tengo esperanza.
– Un día voy a resucitar de entre los muertos.
– Que ha cambiado mi corazón.
– Que en mí puso: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
-Que mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria.
– Que todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
– Ha prometido que el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
– También ha prometido que el día que cierre los ojos aquí los voy a abrir en el cielo, porque Él fue a preparar lugar para nosotros, para que donde Él esté nosotros también estemos.
¿Dígame usted si el reino de los cielos no es lo más valioso que existe en esta vida? No hay otra cosa. Porque mira, estas persona que les he nombrado que tienen toda la plata del mundo, con todo el dinero no pueden comprar lo que les acabo de mencionar. No pueden tener la paz que solamente Dios da, el reino de Dios.
Cuando uno va a la universidad le enseñan lo que se conoce como la teoría del valor subjetivo. Esto, prácticamente, quiere decir que el valor de las cosas es subjetivo, es decir, que lo que tiene valor para mí, puede que no tenga valor para usted. Yo acabo de vender un carro hace unos meses, y el carro tenía mucho valor para mí. Pero, ¿usted cree que la gente me va a dar a mí el dinero que yo estoy pidiendo porque el carro tiene valor para mí? Esa es la teoría del valor subjetivo. En las universidades lo explican de la siguiente manera: “si usted viviera solo en su casa, su casa se está quemando, y llegan los bomberos y le dicen que tiene cinco minutos para sacar lo que usted quiera de la casa”. Ese es el valor subjetivo.
Dios tiene un sistema de valores, y a esto quiero llegar, iglesia.
- Mateo 6:33, (RV-60): Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Yo quiero que usted le permita el Espíritu de Dios hablar su corazón, hablar su alma y darse cuenta que aún muchos de los que nos llamamos ser cristianos, no vivimos conforme al sistema de valores de Dios.
¿Sabe qué hay? Hay un mal y me he dado cuenta últimamente, la boca habla lo que sea. La boca habla grandezas, la boca habla grandes cosas. “¿Y usted es cristiano? Si, por la gracia de Dios.” No es cierto. Eso es como aquella persona que usted le habla de Dios, y le dice: “es que yo soy católico”. ¿Católico, cuándo fue la última vez que fue a la iglesia? Este… cuando se casó mi hermana hace como10 años.
Esto quiere decir que con la boca decimos cosas, pero con nuestros hechos negamos lo que decimos, lo negamos. No me malentienda porque la línea entre una cosa (decir) y la otra (hacer) es bien fina. Tener una casa no es malo, tener riqueza no es malo, apreciar el trabajo no es malo. Pero tenga cuidado, en esta semana he conversado con dos personas que a los 25 años de trabajar con una empresa, le dieron una patada y lo dejaron en la calle, le dijeron nos vemos.
¿Qué quiere decir el versículo? De acuerdo al sistema de valores de Dios, el Reino de Dios es más importante que nuestro trabajo, más importante que los bienes que nosotros tenemos.
2. Mateo 6: 19- 20, (RV-60): 19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. ¿Te das cuenta?
3. Marcos 12: 30, (RV-60): Y amarás al Señor tu Dios con el corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Este es el sistema de valores divino, no el mío hermano. ¿No le parece que a veces vivimos un sistema tergiversado, patas arriba de nuestros valores? Eso sí, aparecemos en la iglesia y mucha gente luce bien espiritufláutica.
4. Colosenses 3:2, (RV-60): Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. ¿Sabe qué significa eso querido hermano mío? Que yo debo revisar mi sistema de valores. Dios espera que el sistema de valores de nosotros, sea similar al de Él. Debemos hacer las cosas de acuerdo al sistema de Dios. Si hay algo que me estorba en la vida, yo debo quitar eso que me estorba, aunque me produzca mucho dinero.
Si alguien me dice: “Pastor yo con tantas ganas quise ir a la iglesia pero no puedo, porque mi trabajo me lo impide pastor.” Hermano, sólo tendrá una vida nada más, y esa vida se la dio Dios para alabanza de su Gloria. ¿Acaso usted no cree que Dios le puede dar un trabajo mejor que el que tiene?
Hermanos, nosotros medimos nuestro sistema en base a otras personas. Yo tengo una mejor posición aquí en Canadá que en el otro fulano porque yo soy bien vivo, porque yo me compré aquí, porque yo me compré allá, porque yo dije aquí, porque tengo este trabajo.
Nosotros debemos medirnos con el sistema de valores divino, con el sistema de Dios.
Leímos una historia, hace un momento, en Marcos 10:17, (RV-60): 17Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Hermanos nosotros medimos la espiritualidad de la gente por las cosas que vemos, ¿verdad? Este hombre se puso de rodillas, cualquiera diría: “¡Mire que señor más espiritual, mire como adora!”
Y la frase “le amó” es bien interesante, porque quiere decir: “tuvo compasión de él”, pero ¿sabe qué significa en realidad? Le tuvo lástima.
De acuerdo al sistema de valores de Dios, hacer tesoros en el cielo es mucho más importante que hacer tesoros en la tierra. ¡Estos son los valores divinos! Pero para el rico no.
¿Me está diciendo usted que tomar la cruz, seguir a Jesús tiene mucho más valor que ser una persona rica y millonaria? ¿Tiene eso más valor que darle la vuelta al mundo en un jet, que tener todas las mujeres y todos los carros que yo quiera? ¿Me está diciendo usted que seguir a Jesús y tomar la cruz, tiene mayor valor que ser rico?
Y surge entonces esta pregunta: ¿Cuánto tiempo te duran las riquezas? Andrés García, que a mí me cae bien, ese señor ha tenido más de mil mujeres. Ese señor ahora está muriendo, ayer en una entrevista dijo: “Yo me quiero morir.” ¿Sabe por qué? Porque la belleza se acaba, la riqueza se acaba, la fama se acaba, las leyendas se acaban; pero mi Dios permanece para siempre. El reino de los cielos es lo mejor que le puede pasar a una persona.
Marcos 10: 22, (RV-60): Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Yo estoy acostumbrado a una vida diferente. Estoy acostumbrado a manejar un buen carro. Estoy acostumbrado a ir a comer al mejor restaurant. Yo estoy acostumbrado a sacar a comer las mejores chicas que me parece. Yo estoy acostumbrados a dar la vuelta al mundo en un jet.
¿Y cuánto tiempo te va a durar eso? ¿Cuánto tiempo tendrás la fama? ¿Cuántos años les duró la fama a los futbolistas que más dinero ganan en la historia o en el mundo?
De acuerdo al sistema de valores del Señor le dice: “Deja tus riquezas, toma una cruz. Está diciendo que tomar la cruz tiene más valor que todas las riquezas del mundo”.
Los valores de personas que dicen que son cristianos. Hay que tener cuidado con eso.
¿Cómo es posible que hay tanta gente ciega?
Piense en sus hijos, piense en su esposo o su esposa que no está aquí en este día, piensa en amigos, piense en familiares, piense en amigos, en compañeros, piensa en personas que un día le dijeron que son creyentes, piensen en ellos. Usted se pregunta: ¿Dónde están ellos si el reino de los cielos es lo que tiene más valor en este mundo?
La Biblia misma nos da la respuesta: 1ª de Corintios 2: 14, (RV-60): El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios. ¿Qué quiere decir eso? Que no han nacido de nuevo.
¿Por qué la gente es ciega? ¿Por qué hay personas que no pueden ver? Porque hay personas que en base a lo que tienen, creen que eso es lo más grande que hay en la vida, que hay en el mundo. El sistema de valores de Dios es diferente.
Este hombre compró el campo, vendió todo lo que tenía. ¿Por qué? Porque se dio cuenta que lo que había allí era un tesoro escondido, y ese tesoro es el Reino de los Cielos, ese tesoro es Jesucristo, ese tesoro es el evangelio, ese tesoro es Dios y es lo más importante; no hay nada más importante.
Todos amamos a nuestros hijos y somos capaces de dar la vida y el alma por ellos. Pero llega un día que tus hijos no te van a hacer caso, es la ley de la vida, ellos van a tener sus prioridades. Antes de que muriera Vicente Fernández, yo estaba escuchando una entrevista donde se quejaba, ¿Yo no sé qué hice mal con mis hijos?, porque sus hijos lo habían abandonado; y eso que les iba a dejar un montón de plata todos ellos. Porque los hijos van a hacer su vida, y no podemos estar metiendo las narices en la vida de nuestros hijos, ni ellos lo desean tampoco.
Y ese es nuestro tesoro, y Dios claramente, específico y puntualmente: “Donde esté tu tesoro allí va a estar tu corazón.”
Lastimosamente hay mucha gente que por más que usted le diga y que le explique, siguen siendo ciega la persona. Bueno, una razón es porque la persona no ha nacido de nuevo, porque el que ha nacido de nuevo entiende que Dios no se compara con nadie.
La otra razón es peor todavía, está ciega.
2da Corintios 4: 4, (RV-60): en los cuales el dios de este siglo (satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio dela gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Yo estoy más que seguro que muchos de ustedes ni se preguntan el día domingo se van a ir a la casa de Dios, porque saben que este es el tesoro escondido. Porque saben que esta es la perla de gran precio y que de acuerdo al sistema de valores de Dios; no hay nada que se compare con el Reino de los cielos, absolutamente nada.
Para mucha gente el tesoro escondido no tiene valor, y estamos hablando que es el reino de los cielos y que es lo que más valor tiene, pero mucha gente lo menosprecia. Fíjate que cuando yo era niño, el tío con el que yo me crié (que me decía me iba a adoptar y nunca me adoptó, él ya murió). Para navidad, hace 50 años, él sacaba un billete (nuevo) de a 1, y un billete (viejo y arrugado) de a 5, y me ponía a escoger cuál yo quería, yo siempre escogía el de 1. Pero yo no entendía el valor de las cosas y él nunca me decía nada. Cuando yo fui adquiriendo entendimiento, entonces supe escoger mejor, luego cambió el regalo. A lo que me refiero es, que no hay problema cuando usted no sabe el valor de las cosas por ignorancia, pero cuando usted tiene conocimiento y aun así, usted escoge ir a comprar tomates al súper en vez de venir a adorar a Dios; perdóneme pero usted tiene un atrofiamiento de la mente y/o del corazón.
El reino de Dios no tiene comparación, no Señor no, esto no tiene comparación. Ni todo el oro del mundo se puede comparar al tesoro escondido y a la perla de gran precio. Nada es más importante que el evangelio, nada es más importante que el Señor.
Cuando Jimmy Carter era presidente de los EEUU, el hombre hacía tiempo para ir a su iglesia. ¿No me diga que usted está más ocupado que él? Personas que tienen compromiso con Dios, con el Señor, que conocen a Dios con el alma, que lo conocen con el corazón.
Mateo 16:26, (RV-60): ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Yo le hago una pregunta a usted en este momento: ¿Qué es más importante para usted el alma o el cuerpo? No me conteste por favor, porque yo le acabo de decir que somos buenos con la boca.
Conozco personas que son capaces de gastar todo su salario para verse mejor, y a la hora de pasar la ofrenda le ponen 5 pesos y para colmo lo ponen con desprecio. Pero en su cuerpo son capaces de ponerse y de quitarse lo que sea, y de gastar lo que sea, y ¿usted me va a venir a decir a mí que para usted su alma es más importante que su cuerpo?
¿Cuánto se ha gastado este tipo de gente para su crecimiento en la fe, para su crecimiento en el alma? Para su crecimiento no son capaces de gastar 10 pesos. Yo creo que hay demasiada ignorancia en el pueblo de Dios, amados míos, demasiada ignorancia. Muchos años en el evangelio y no somos capaces de meternos a la palabra y decir: ¿qué está hablando Dios conmigo? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cómo va a ser más importante para mí un partido de fútbol que el reino? ¿A quién le escribió Dios esto?
Ah, otra cosa, no la agarre conmigo; porque yo estoy leyendo lo que dice aquí (La Biblia).
Es que usted, de acuerdo a la palabra (La Biblia), el dios de este siglo (Satanás) le ha cegado el entendimiento y usted no comprende. Podrá bajar el mismo Espíritu de Dios a darle todas las explicaciones, y el siguiente domingo se va a quedar en su casa viendo el programa, ¿por qué? Porque dice la escritura que está ciego. ¿Cuántas veces ha hablado usted con el alma, con el corazón, con esas personas que tanto ama usted, con esos que tanto quiere? Como dijo Pablo (Romanos 9:3, RV-60) “Como quisiera ser anatema a cambio de que ustedes conocieran el evangelio”.
El sistema de Dios es diferente del nuestro hermano. No se trata de que el pastor nos quiere tener ahí metidos en la iglesia, ese no es el chiste hermano, al final del día su negocio no es conmigo. Yo soy un mensajero suyo, nada más, que estoy aquí para decir las verdades como están escritas en este libro (la Biblia). No estoy aquí para darle un masaje espiritual del día domingo, hermano créalo, estamos aquí para hacer la voluntad de Dios.
Me dan tristeza esas personas, igual que el pasaje, ese hombre se puso afligido, triste; pensó que querían quitarle su dinero y por eso se fue. Jesús lo amó, dice la escritura, ¿pero saben qué significa? Significa que le digo lástima, le dio tristeza, ¿cómo es posible que no entiendes, cómo es posible que no reconoces el valor inigualable del Evangelio? El evangelio no se compara con nada ni con nadie, amados míos.
¡Bendito sea Dios que nos permitió que encontráramos este tesoro escondido! ¡Bendito mi Dios que encontramos la perla de gran precio, nuestro Salvador Jesucristo, nuestro bendito Señor y Salvador! Que no se compara con la mejor oferta que nos puedan dar en este mundo, no se compara.
Yo les he contado en varias oportunidades parte de mi testimonio, y les he dicho que yo toda la vida quise trabajar en un banco. Como había nacido y crecido en un lugar de negocios, con mi familia, pues siempre quise hacer eso, y tuve la oportunidad. Estaba en la mejor posición para seguir adelante, y Dios puso cosas ahí de por medio. Pero el día el día que se presentó la oportunidad de servir a Dios, mi jefe que era inconversa, por supuesto que no podía estar entendiendo estas cosas, me dijo: “Oiga David, dice, usted aquí en esta empresa (Un banco reconocido allá en mi país) tiene un futuro brillante”. Yo estaba estudiando en universidad, me levantaba a las 4:30 de la mañana, entraba a las 6 a la universidad salía a las 8:15, ya a las 8:30 de la mañana (corriendo) yo estaba en el banco, salía a las 5 de la tarde y a las 6 estaba en el colegio de teología de El Salvador. Yo les cuento eso a mis hijos para que sepan del sacrificio que hay que hacer para poder salir adelante. Y curiosamente, el día que yo fui a pedirle permiso a mi jefe para entrar 15 minutos más tarde todos los días, porque cuando salía de la universidad a las 8:20 no alcanzaba llegar a las 8:30. ¿En cuál universidad usted estudia? Ahí yo le expliqué todo, y “curiosamente”, ¿verdad?, porque no existe la suerte ni cosas por el estilo. Yo también voy a estudiar ahí, y llegamos a un acuerdo, de Dios todo. Pero cuando mí me dijeron que se podía dejar mi trabajo, dejar el banco para servirle a Dios el resto de la vida ella me dijo: “no cometa esa locura, usted tiene un futuro brillante en este lugar, no cometa esa locura”. Y cometí esa locura, porque fue locura en ese instante, pero ya pasaron 43 años y déjeme decirle que: “Le doy gracias a Dios todos los días de mi vida por haber tomado esa decisión, que era una locura en ese momento.” Porque mis queridos y amados hermanos, de acuerdo al sistema de valores de Dios, hay que buscar primeramente el reino de Dios y su justicia.
Padre te alabamos, te bendecimos Señor. ¡Cómo quisiéramos que todas las personas le dieran el mismo valor que le damos nosotros a tu reino! ¡Cómo quisiéramos que la gente entendiera que no existe sobre la faz de la tierra nada más importante, de mayor valor que el Reino de Dios, que Dios mismo, que Cristo el Señor, el Sustentador de todas las cosas, el Autor y Consumador de nuestra Fe!
Padre te alabamos, te bendecimos por Jesús nuestro Señor. Gracias padre querido, porque por largos y largos años nos has sustentado, nos has mantenido. Te ruego por todas aquellas personas que batallan cada día Señor, entre lo más importante para ellos. Cuando nos damos cuenta en esta tarde cuál es tu sistema de valores, qué son las cosas que verdaderamente te importan, ¿qué son las cosas que están cerca de tu corazón Señor? ¿Qué es el Reino? ¿Qué es el hacer tesoros aquí en la tierra? ¿Qué es amar a Dios con todo el alma, con todo el corazón, con todas nuestras fuerzas? ¿Qué es poner nuestra mirada en las cosas de arriba? ¿Qué es poner los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe? Padre celestial, Espíritu Santo de Dios toca corazones.
Mientras todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, déjeme decirle que Dios le ama, usted no está aquí por casualidad. Usted está aquí porque Dios le ha traído en este día, domingo, porque Dios tiene un plan especial para su vida. Un plan muy particular, muy personal. Mientras todos estamos orando, yo quiero invitarlo a usted para que le entregue su vida a Jesucristo. La palabra del Señor dice: (Juan 3:16) De tal manera amó Dios al mundo, que daba a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. (Romanos 10:9) Que sin confesares con tu boca, que Jesús es el Señor, y creyeras en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Si hay alguien en esta hora que dice: “Pastor yo necesito a Dios, yo necesito a Cristo, yo quiero recibir a Jesús.” ¿Hay alguna persona? Yo le invito para que se ponga de pie ahí donde está, póngase de pie, levante su mano. Alguien se va a acercar para orar con y por usted. Mientras la iglesia ora, venga a los pies de Cristo Jesús, Venga al Señor, (¡Que Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios!) ¿Alguien más? No tenga pena, solo le vamos a tomar un minutito nada más, solo queremos orar con usted. ¿Habrá una persona más que dice pastor yo quiero entregarle mi corazón al Señor? Yo no estoy hablando de cambiar de religión, estoy hablando de comenzar una relación con el Señor Jesucristo, con nuestro bendito Salvador. Póngase de pie, levante su mano, venga. (¡Qué Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios, que Dios le bendiga!) Habrá alguien más, venga a los pies de Jesús, entregue su corazón a Cristo, venga al Señor, venga el Señor. Mira, no hay nada más importante en este mundo, póngase en las manos de Jesús, comienza una vida nueva en este día.
Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Reconozco que te he ofendido, me arrepiento Señor y te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por salvarme. Señor en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida”. Si usted hizo esta oración queremos animarte a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Gloria al Señor, amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos
El Valor del Reino
Julio 10, 2022 – 1:30PM | Mateo 44-46 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el evangelio de Mateo capítulo 13. En este capítulo hay una gran cantidad de parábolas, y vamos a enfocarnos en los versículos 44 al 46.
Dice la palabra del Señor, Mateo 13: 44-46 (RV-60): 44Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
He titulado el mensaje de esta hora: “El tesoro y la perla”.
Notemos que en el versículo 44 dice: “que el reino de los cielos es…”; esto es una comparación de una enseñanza terrenal con una experiencia espiritual o una enseñanza espiritual.
Pidamos a Dios que nos bendiga. Espíritu Santo de Dios, oramos Padre querido para que esta palabra tuya no caiga en saco roto, para que no seamos oidores olvidadizos Señor. Que el mensaje de esta hora bendiga a nuestras almas, nuestros corazones y que pueda ayudarnos en gran manera. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Estas dos parábolas, que hemos leído, nos hablan del valor inmensurable que tiene el Reino de Dios. Jesús dijo estas dos palabras para mostrar el valor infinito del Reino del Señor. Quiero hablar en esta tarde acerca del valor del Reino, el valor del Evangelio, el valor de Jesús.
En aquellos tiempos era muy común enterrar tesoros, especialmente en la tierra de Palestina. Recuerde que la ciudad de Jerusalén fue invadida a unas 19 veces aproximadamente. Dicen los historiadores que cuando se acercaba un enemigo algunas personas enterraban comida, enterraban cosas de valor o cosas importantes, por si ellos eran llevados cautivos o los enemigos venían y arrasaban con la ciudad. Esto lo hacían con la esperanza de alguna oportunidad de regresar y poder excavar otra vez y conseguir y recuperar su tesoro. Obviamente muchos de ellos morían y ya no regresaban más. De tal manera que, enterrar tesoros en aquel entonces era algo común porque no existía el Banco Internacional de Belén, no existía el Banco de Jericó o el Banco de Jerusalén. Esas cosas no existían en aquel entonces.
Ahora, estas dos parábolas nos dan varias lecciones y me gustaría que poco a poco fuéramos nosotros escudriñando estas cosas.
En primer lugar nos damos cuenta que de alguna manera nos vamos a encontrar con el tesoro y con la perla de alguna forma. Notemos que hay una diferencia entre estos dos personajes. El primero, fíjese, no andaba buscando un tesoro, se lo encontró. Pero el segundo andaba buscando perlas preciosas. Entonces aquí tenemos a uno que no andaba buscando y lo encontró, y a otro que sí andaba buscando y lo encontró.
Ande buscando a Dios o no lo ande buscando, lo va a encontrar. Los casos que buscan a Dios son raros y mínimos, pero hay. Por ejemplo, en la Biblia se nos presenta el caso de Nicodemo buscó a Jesús, ¿no es cierto? El caso de Zaqueo que se subió a un árbol, porque él quería ver a Jesús. Los famosos magos, fueron y buscaron a Jesús. Aunque por regla general, casi siempre es al revés, es Dios quien nos busca.
Usted puede decir: ¡Qué suerte tuvieron esos hombres, uno se encuentra una perla preciosa y otro un tesoro! Déjeme decirle algo; la Biblia nos enseña que somos salvos por Gracia. Nosotros los cristianos evangélicos no creemos en la suerte, nosotros creemos en la Providencia Divina. Tanto el hombre que se encontró el tesoro, como el que se encontró la perla preciosa fueron guiados por Dios, porque sin Dios no encontramos nada en la vida. La iniciativa siempre la toma Dios. Fue Dios quien guió los pasos del hombre, quien lo llevó al campo. Fue Dios quien hizo que se encontrara ese tesoro.
Dice la Biblia en Romanos 3:11 (RV: 60): No hay quien busque a Dios. Entonces nos damos cuenta que algunas persona vamos a encontrar a Dios aunque no lo andemos buscando. Veamos algunos casos:
*La samaritana. ¿Qué estaba haciendo la samaritana? La samaritana fue al pozo a sacar agua, ¡a eso fue! La mujer no dijo: ¡Ay quiero ver si encuentro a Jesús! Ella ni lo conocía, comenzó a conversar con el Señor y ahí tuvo el encuentro con el Señor, no lo andaba buscando.
*Juan y Pedro, la escritura dice que estaban remendando redes cuando apareció el Señor, y se encontraron con Jesús de esa manera.
*¿Qué estaba haciendo Mateo? Trabajando, recogiendo impuestos públicos, y apareció Jesús, ¿y qué le dijo? Sígueme.
*Saulo, ¿usted cree que él andaba buscando a Jesús? Saulo andaba buscando a los cristianos para meterlos presos, sin embargo se encontró con el Señor.
Quiere decir hermano: que no es casualidad que nos encontremos con Dios, que no es casualidad que nos encontremos con el reino de los cielos, no es casualidad. Usted dice: ¡Ay mire qué casualidad, me dieron la visa para ir a Canadá! ¡Ay mire qué casualidad me encontré una iglesia! Yo les he encontrado de una familia de esta iglesia que se encontraron con la hermana Dina, y ella les invitó a venir a la iglesia, le dijo donde quedaba situada. La familia, muy gentil y muy amable, le dijeron: “¡Ah sí, muchas gracias! Ahí vamos a llegar un día”. Ellos no vinieron. Pasaron los días y no vinieron. A la vuelta de unas semanas, se encuentran con una persona en el autobús que hablaban español y le dice: “Mire, yo asisto a una iglesia, queda en la 49, ¿por qué no vienen un día?” Ya eran dos veces, ¡mire qué casualidad!, ¿Verdad? Tampoco vinieron. Luego se encuentra por tercera vez a otra persona de esta iglesia que los invita a venir. “¿Y dónde queda su iglesia?”, pregunta ésta familia. Le responden: “en la 49”. El esposo le dice a la Señora: “Ya, ahora si tenemos que ir, es que es demasiado; o sea demasiada casualidad”. No, nada pasa por casualidad. Dios se encarga de preparar todas las cosas.
A algunas personas Dios nos sacó del lugar donde vivíamos, porque si nos hubiéramos quedado en ese lugar donde vivíamos nunca hubiéramos ido a la iglesia. Algunos, me cuentan que le tiraban piedras al techo de una iglesia evangélica, y el techo era de lámina. ¡Imagínate! ¿Cuándo se iban a meter a esa iglesia? Dios es capaz de mover reinos, Dios es capaz de mover leyes, Dios es capaz de mover gobernantes, con tal de lograr un objetivo. Nos damos cuenta nosotros que uno de esos hombres no andaba buscando y se lo encontró, el otro sí andaba buscando y también lo encontró.
Notemos que encontrar el tesoro produce gozo. Dice Mateo 13:44, Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo, y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. ¿Por qué? Porque el reino de Dios, porque Jesucristo mismo produce gozo, produce alegría, produce satisfacción.
Todas las cosas que tenemos en la vida, todas las cosas materiales hoy las tenemos, pero mañana las podemos perder; y perdóneme pero la realidad a nuestro alrededor nos enseña, que a veces aún el matrimonio, se puede perder. Todo el mundo se casa para estar unidos para siempre, pero la vida es así. Los hijos, los bienes materiales. Un día tenemos algo, el siguiente día no tenemos nada. Claro cosas que nos producen gozo, pero que a la vuelta de un tiempo nos producen amargura. El evangelio es el único que produce un gozo eterno, nada más, el reino de los cielos.
Esta porción de la escritura nos ofrece la posibilidad de despojarnos de todo lo que tenemos a cambio del tesoro. Y estos hombres, los dos que tenemos acá, reconocen el inmenso valor que tiene el reino de los cielos. Se despojaron de todo lo que tenían, lo vendieron todo y compraron el campo (con el tesoro escondido) y la perla preciosa.
Se dice que la perla más cara del mundo fue descubierta por un pescador filipino en los mares de la isla de Palawan y que mide 26 pulgadas. Esa perla gigante, hoy en día, está valorada en 100 millones de dólares.
Mi querido y amado hermano el reino de Dios, el evangelio de Jesucristo es un gran tesoro. Se dice que los dos hombres más poderosos del mundo, los más ricos son: Jeff Bezos, de Amazon y en Elon Musk de Tesla. ¿Qué pueden hacer estos hombres con ese dinero? Pueden ir hasta la luna si lo desean. Pero la bendición de ser un hijo de Dios, es más valiosa que todas las posesiones que el hombre más rico puede tener. El valor del reino es mucho más elevado a todas las riquezas del mundo. Es un precio incalculable.
El evangelio nos ofrece todo lo que una persona necesita en esta vida y en la otra, todo. Mira por nombrarte algunas, cuando encontramos el gran tesoro, cuando encontramos la perla de gran precio:
– Encontramos vida eterna.
– Perdón de pecados.
– Somos justificados delante de Dios.
– Tenemos paz para con Dios.
– Somos libres de toda condenación.
– Nos convertimos en hijos de Dios, por la sangre de Cristo, miembros de la familia de la Fe.
– Tenemos acceso directo al padre celestial.
– Herencia en la gloria.
– Somos perdonados.
– Una vida transformada.
– Tenemos comunión con Jesucristo.
– Nos hacemos ciudadanos del cielo.
– Alcanzado por su Gracia.
– Nacidos de nuevo.
– Dios ha prometido ayudarnos siempre,
– Dice que soy elegido, soy templo y morada del Espíritu Santo.
– En Cristo tengo esperanza.
– Un día voy a resucitar de entre los muertos.
– Que ha cambiado mi corazón.
– Que en mí puso: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
-Que mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria.
– Que todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
– Ha prometido que el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
– También ha prometido que el día que cierre los ojos aquí los voy a abrir en el cielo, porque Él fue a preparar lugar para nosotros, para que donde Él esté nosotros también estemos.
¿Dígame usted si el reino de los cielos no es lo más valioso que existe en esta vida? No hay otra cosa. Porque mira, estas persona que les he nombrado que tienen toda la plata del mundo, con todo el dinero no pueden comprar lo que les acabo de mencionar. No pueden tener la paz que solamente Dios da, el reino de Dios.
Cuando uno va a la universidad le enseñan lo que se conoce como la teoría del valor subjetivo. Esto, prácticamente, quiere decir que el valor de las cosas es subjetivo, es decir, que lo que tiene valor para mí, puede que no tenga valor para usted. Yo acabo de vender un carro hace unos meses, y el carro tenía mucho valor para mí. Pero, ¿usted cree que la gente me va a dar a mí el dinero que yo estoy pidiendo porque el carro tiene valor para mí? Esa es la teoría del valor subjetivo. En las universidades lo explican de la siguiente manera: “si usted viviera solo en su casa, su casa se está quemando, y llegan los bomberos y le dicen que tiene cinco minutos para sacar lo que usted quiera de la casa”. Ese es el valor subjetivo.
Dios tiene un sistema de valores, y a esto quiero llegar, iglesia.
- Mateo 6:33, (RV-60): Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Yo quiero que usted le permita el Espíritu de Dios hablar su corazón, hablar su alma y darse cuenta que aún muchos de los que nos llamamos ser cristianos, no vivimos conforme al sistema de valores de Dios.
¿Sabe qué hay? Hay un mal y me he dado cuenta últimamente, la boca habla lo que sea. La boca habla grandezas, la boca habla grandes cosas. “¿Y usted es cristiano? Si, por la gracia de Dios.” No es cierto. Eso es como aquella persona que usted le habla de Dios, y le dice: “es que yo soy católico”. ¿Católico, cuándo fue la última vez que fue a la iglesia? Este… cuando se casó mi hermana hace como10 años.
Esto quiere decir que con la boca decimos cosas, pero con nuestros hechos negamos lo que decimos, lo negamos. No me malentienda porque la línea entre una cosa (decir) y la otra (hacer) es bien fina. Tener una casa no es malo, tener riqueza no es malo, apreciar el trabajo no es malo. Pero tenga cuidado, en esta semana he conversado con dos personas que a los 25 años de trabajar con una empresa, le dieron una patada y lo dejaron en la calle, le dijeron nos vemos.
¿Qué quiere decir el versículo? De acuerdo al sistema de valores de Dios, el Reino de Dios es más importante que nuestro trabajo, más importante que los bienes que nosotros tenemos.
2. Mateo 6: 19- 20, (RV-60): 19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. ¿Te das cuenta?
3. Marcos 12: 30, (RV-60): Y amarás al Señor tu Dios con el corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Este es el sistema de valores divino, no el mío hermano. ¿No le parece que a veces vivimos un sistema tergiversado, patas arriba de nuestros valores? Eso sí, aparecemos en la iglesia y mucha gente luce bien espiritufláutica.
4. Colosenses 3:2, (RV-60): Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. ¿Sabe qué significa eso querido hermano mío? Que yo debo revisar mi sistema de valores. Dios espera que el sistema de valores de nosotros, sea similar al de Él. Debemos hacer las cosas de acuerdo al sistema de Dios. Si hay algo que me estorba en la vida, yo debo quitar eso que me estorba, aunque me produzca mucho dinero.
Si alguien me dice: “Pastor yo con tantas ganas quise ir a la iglesia pero no puedo, porque mi trabajo me lo impide pastor.” Hermano, sólo tendrá una vida nada más, y esa vida se la dio Dios para alabanza de su Gloria. ¿Acaso usted no cree que Dios le puede dar un trabajo mejor que el que tiene?
Hermanos, nosotros medimos nuestro sistema en base a otras personas. Yo tengo una mejor posición aquí en Canadá que en el otro fulano porque yo soy bien vivo, porque yo me compré aquí, porque yo me compré allá, porque yo dije aquí, porque tengo este trabajo.
Nosotros debemos medirnos con el sistema de valores divino, con el sistema de Dios.
Leímos una historia, hace un momento, en Marcos 10:17, (RV-60): 17Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Hermanos nosotros medimos la espiritualidad de la gente por las cosas que vemos, ¿verdad? Este hombre se puso de rodillas, cualquiera diría: “¡Mire que señor más espiritual, mire como adora!”
Y la frase “le amó” es bien interesante, porque quiere decir: “tuvo compasión de él”, pero ¿sabe qué significa en realidad? Le tuvo lástima.
De acuerdo al sistema de valores de Dios, hacer tesoros en el cielo es mucho más importante que hacer tesoros en la tierra. ¡Estos son los valores divinos! Pero para el rico no.
¿Me está diciendo usted que tomar la cruz, seguir a Jesús tiene mucho más valor que ser una persona rica y millonaria? ¿Tiene eso más valor que darle la vuelta al mundo en un jet, que tener todas las mujeres y todos los carros que yo quiera? ¿Me está diciendo usted que seguir a Jesús y tomar la cruz, tiene mayor valor que ser rico?
Y surge entonces esta pregunta: ¿Cuánto tiempo te duran las riquezas? Andrés García, que a mí me cae bien, ese señor ha tenido más de mil mujeres. Ese señor ahora está muriendo, ayer en una entrevista dijo: “Yo me quiero morir.” ¿Sabe por qué? Porque la belleza se acaba, la riqueza se acaba, la fama se acaba, las leyendas se acaban; pero mi Dios permanece para siempre. El reino de los cielos es lo mejor que le puede pasar a una persona.
Marcos 10: 22, (RV-60): Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Yo estoy acostumbrado a una vida diferente. Estoy acostumbrado a manejar un buen carro. Estoy acostumbrado a ir a comer al mejor restaurant. Yo estoy acostumbrado a sacar a comer las mejores chicas que me parece. Yo estoy acostumbrados a dar la vuelta al mundo en un jet.
¿Y cuánto tiempo te va a durar eso? ¿Cuánto tiempo tendrás la fama? ¿Cuántos años les duró la fama a los futbolistas que más dinero ganan en la historia o en el mundo?
De acuerdo al sistema de valores del Señor le dice: “Deja tus riquezas, toma una cruz. Está diciendo que tomar la cruz tiene más valor que todas las riquezas del mundo”.
Los valores de personas que dicen que son cristianos. Hay que tener cuidado con eso.
¿Cómo es posible que hay tanta gente ciega?
Piense en sus hijos, piense en su esposo o su esposa que no está aquí en este día, piensa en amigos, piense en familiares, piense en amigos, en compañeros, piensa en personas que un día le dijeron que son creyentes, piensen en ellos. Usted se pregunta: ¿Dónde están ellos si el reino de los cielos es lo que tiene más valor en este mundo?
La Biblia misma nos da la respuesta: 1ª de Corintios 2: 14, (RV-60): El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios. ¿Qué quiere decir eso? Que no han nacido de nuevo.
¿Por qué la gente es ciega? ¿Por qué hay personas que no pueden ver? Porque hay personas que en base a lo que tienen, creen que eso es lo más grande que hay en la vida, que hay en el mundo. El sistema de valores de Dios es diferente.
Este hombre compró el campo, vendió todo lo que tenía. ¿Por qué? Porque se dio cuenta que lo que había allí era un tesoro escondido, y ese tesoro es el Reino de los Cielos, ese tesoro es Jesucristo, ese tesoro es el evangelio, ese tesoro es Dios y es lo más importante; no hay nada más importante.
Todos amamos a nuestros hijos y somos capaces de dar la vida y el alma por ellos. Pero llega un día que tus hijos no te van a hacer caso, es la ley de la vida, ellos van a tener sus prioridades. Antes de que muriera Vicente Fernández, yo estaba escuchando una entrevista donde se quejaba, ¿Yo no sé qué hice mal con mis hijos?, porque sus hijos lo habían abandonado; y eso que les iba a dejar un montón de plata todos ellos. Porque los hijos van a hacer su vida, y no podemos estar metiendo las narices en la vida de nuestros hijos, ni ellos lo desean tampoco.
Y ese es nuestro tesoro, y Dios claramente, específico y puntualmente: “Donde esté tu tesoro allí va a estar tu corazón.”
Lastimosamente hay mucha gente que por más que usted le diga y que le explique, siguen siendo ciega la persona. Bueno, una razón es porque la persona no ha nacido de nuevo, porque el que ha nacido de nuevo entiende que Dios no se compara con nadie.
La otra razón es peor todavía, está ciega.
2da Corintios 4: 4, (RV-60): en los cuales el dios de este siglo (satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio dela gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Yo estoy más que seguro que muchos de ustedes ni se preguntan el día domingo se van a ir a la casa de Dios, porque saben que este es el tesoro escondido. Porque saben que esta es la perla de gran precio y que de acuerdo al sistema de valores de Dios; no hay nada que se compare con el Reino de los cielos, absolutamente nada.
Para mucha gente el tesoro escondido no tiene valor, y estamos hablando que es el reino de los cielos y que es lo que más valor tiene, pero mucha gente lo menosprecia. Fíjate que cuando yo era niño, el tío con el que yo me crié (que me decía me iba a adoptar y nunca me adoptó, él ya murió). Para navidad, hace 50 años, él sacaba un billete (nuevo) de a 1, y un billete (viejo y arrugado) de a 5, y me ponía a escoger cuál yo quería, yo siempre escogía el de 1. Pero yo no entendía el valor de las cosas y él nunca me decía nada. Cuando yo fui adquiriendo entendimiento, entonces supe escoger mejor, luego cambió el regalo. A lo que me refiero es, que no hay problema cuando usted no sabe el valor de las cosas por ignorancia, pero cuando usted tiene conocimiento y aun así, usted escoge ir a comprar tomates al súper en vez de venir a adorar a Dios; perdóneme pero usted tiene un atrofiamiento de la mente y/o del corazón.
El reino de Dios no tiene comparación, no Señor no, esto no tiene comparación. Ni todo el oro del mundo se puede comparar al tesoro escondido y a la perla de gran precio. Nada es más importante que el evangelio, nada es más importante que el Señor.
Cuando Jimmy Carter era presidente de los EEUU, el hombre hacía tiempo para ir a su iglesia. ¿No me diga que usted está más ocupado que él? Personas que tienen compromiso con Dios, con el Señor, que conocen a Dios con el alma, que lo conocen con el corazón.
Mateo 16:26, (RV-60): ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Yo le hago una pregunta a usted en este momento: ¿Qué es más importante para usted el alma o el cuerpo? No me conteste por favor, porque yo le acabo de decir que somos buenos con la boca.
Conozco personas que son capaces de gastar todo su salario para verse mejor, y a la hora de pasar la ofrenda le ponen 5 pesos y para colmo lo ponen con desprecio. Pero en su cuerpo son capaces de ponerse y de quitarse lo que sea, y de gastar lo que sea, y ¿usted me va a venir a decir a mí que para usted su alma es más importante que su cuerpo?
¿Cuánto se ha gastado este tipo de gente para su crecimiento en la fe, para su crecimiento en el alma? Para su crecimiento no son capaces de gastar 10 pesos. Yo creo que hay demasiada ignorancia en el pueblo de Dios, amados míos, demasiada ignorancia. Muchos años en el evangelio y no somos capaces de meternos a la palabra y decir: ¿qué está hablando Dios conmigo? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cómo va a ser más importante para mí un partido de fútbol que el reino? ¿A quién le escribió Dios esto?
Ah, otra cosa, no la agarre conmigo; porque yo estoy leyendo lo que dice aquí (La Biblia).
Es que usted, de acuerdo a la palabra (La Biblia), el dios de este siglo (Satanás) le ha cegado el entendimiento y usted no comprende. Podrá bajar el mismo Espíritu de Dios a darle todas las explicaciones, y el siguiente domingo se va a quedar en su casa viendo el programa, ¿por qué? Porque dice la escritura que está ciego. ¿Cuántas veces ha hablado usted con el alma, con el corazón, con esas personas que tanto ama usted, con esos que tanto quiere? Como dijo Pablo (Romanos 9:3, RV-60) “Como quisiera ser anatema a cambio de que ustedes conocieran el evangelio”.
El sistema de Dios es diferente del nuestro hermano. No se trata de que el pastor nos quiere tener ahí metidos en la iglesia, ese no es el chiste hermano, al final del día su negocio no es conmigo. Yo soy un mensajero suyo, nada más, que estoy aquí para decir las verdades como están escritas en este libro (la Biblia). No estoy aquí para darle un masaje espiritual del día domingo, hermano créalo, estamos aquí para hacer la voluntad de Dios.
Me dan tristeza esas personas, igual que el pasaje, ese hombre se puso afligido, triste; pensó que querían quitarle su dinero y por eso se fue. Jesús lo amó, dice la escritura, ¿pero saben qué significa? Significa que le digo lástima, le dio tristeza, ¿cómo es posible que no entiendes, cómo es posible que no reconoces el valor inigualable del Evangelio? El evangelio no se compara con nada ni con nadie, amados míos.
¡Bendito sea Dios que nos permitió que encontráramos este tesoro escondido! ¡Bendito mi Dios que encontramos la perla de gran precio, nuestro Salvador Jesucristo, nuestro bendito Señor y Salvador! Que no se compara con la mejor oferta que nos puedan dar en este mundo, no se compara.
Yo les he contado en varias oportunidades parte de mi testimonio, y les he dicho que yo toda la vida quise trabajar en un banco. Como había nacido y crecido en un lugar de negocios, con mi familia, pues siempre quise hacer eso, y tuve la oportunidad. Estaba en la mejor posición para seguir adelante, y Dios puso cosas ahí de por medio. Pero el día el día que se presentó la oportunidad de servir a Dios, mi jefe que era inconversa, por supuesto que no podía estar entendiendo estas cosas, me dijo: “Oiga David, dice, usted aquí en esta empresa (Un banco reconocido allá en mi país) tiene un futuro brillante”. Yo estaba estudiando en universidad, me levantaba a las 4:30 de la mañana, entraba a las 6 a la universidad salía a las 8:15, ya a las 8:30 de la mañana (corriendo) yo estaba en el banco, salía a las 5 de la tarde y a las 6 estaba en el colegio de teología de El Salvador. Yo les cuento eso a mis hijos para que sepan del sacrificio que hay que hacer para poder salir adelante. Y curiosamente, el día que yo fui a pedirle permiso a mi jefe para entrar 15 minutos más tarde todos los días, porque cuando salía de la universidad a las 8:20 no alcanzaba llegar a las 8:30. ¿En cuál universidad usted estudia? Ahí yo le expliqué todo, y “curiosamente”, ¿verdad?, porque no existe la suerte ni cosas por el estilo. Yo también voy a estudiar ahí, y llegamos a un acuerdo, de Dios todo. Pero cuando mí me dijeron que se podía dejar mi trabajo, dejar el banco para servirle a Dios el resto de la vida ella me dijo: “no cometa esa locura, usted tiene un futuro brillante en este lugar, no cometa esa locura”. Y cometí esa locura, porque fue locura en ese instante, pero ya pasaron 43 años y déjeme decirle que: “Le doy gracias a Dios todos los días de mi vida por haber tomado esa decisión, que era una locura en ese momento.” Porque mis queridos y amados hermanos, de acuerdo al sistema de valores de Dios, hay que buscar primeramente el reino de Dios y su justicia.
Padre te alabamos, te bendecimos Señor. ¡Cómo quisiéramos que todas las personas le dieran el mismo valor que le damos nosotros a tu reino! ¡Cómo quisiéramos que la gente entendiera que no existe sobre la faz de la tierra nada más importante, de mayor valor que el Reino de Dios, que Dios mismo, que Cristo el Señor, el Sustentador de todas las cosas, el Autor y Consumador de nuestra Fe!
Padre te alabamos, te bendecimos por Jesús nuestro Señor. Gracias padre querido, porque por largos y largos años nos has sustentado, nos has mantenido. Te ruego por todas aquellas personas que batallan cada día Señor, entre lo más importante para ellos. Cuando nos damos cuenta en esta tarde cuál es tu sistema de valores, qué son las cosas que verdaderamente te importan, ¿qué son las cosas que están cerca de tu corazón Señor? ¿Qué es el Reino? ¿Qué es el hacer tesoros aquí en la tierra? ¿Qué es amar a Dios con todo el alma, con todo el corazón, con todas nuestras fuerzas? ¿Qué es poner nuestra mirada en las cosas de arriba? ¿Qué es poner los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe? Padre celestial, Espíritu Santo de Dios toca corazones.
Mientras todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, déjeme decirle que Dios le ama, usted no está aquí por casualidad. Usted está aquí porque Dios le ha traído en este día, domingo, porque Dios tiene un plan especial para su vida. Un plan muy particular, muy personal. Mientras todos estamos orando, yo quiero invitarlo a usted para que le entregue su vida a Jesucristo. La palabra del Señor dice: (Juan 3:16) De tal manera amó Dios al mundo, que daba a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. (Romanos 10:9) Que sin confesares con tu boca, que Jesús es el Señor, y creyeras en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Si hay alguien en esta hora que dice: “Pastor yo necesito a Dios, yo necesito a Cristo, yo quiero recibir a Jesús.” ¿Hay alguna persona? Yo le invito para que se ponga de pie ahí donde está, póngase de pie, levante su mano. Alguien se va a acercar para orar con y por usted. Mientras la iglesia ora, venga a los pies de Cristo Jesús, Venga al Señor, (¡Que Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios!) ¿Alguien más? No tenga pena, solo le vamos a tomar un minutito nada más, solo queremos orar con usted. ¿Habrá una persona más que dice pastor yo quiero entregarle mi corazón al Señor? Yo no estoy hablando de cambiar de religión, estoy hablando de comenzar una relación con el Señor Jesucristo, con nuestro bendito Salvador. Póngase de pie, levante su mano, venga. (¡Qué Dios le bendiga! ¡Gracias a Dios, que Dios le bendiga!) Habrá alguien más, venga a los pies de Jesús, entregue su corazón a Cristo, venga al Señor, venga el Señor. Mira, no hay nada más importante en este mundo, póngase en las manos de Jesús, comienza una vida nueva en este día.
Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Reconozco que te he ofendido, me arrepiento Señor y te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por salvarme. Señor en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida”. Si usted hizo esta oración queremos animarte a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Padre querido despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Gloria al Señor, amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos