¡El mejor Padre!
Junio 15, 2025 – 2:00PM | Salmos 68:4 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
día del Padre es casi imposible no traer a la memoria a nuestros hijos; digo, a mí me encanta mucho reflexionar y pensar en mis hijos (tengo fotografías de ellos desde que eran unos bebés) y recordar los buenos momentos. Yo he disfrutado a mis hijos; no sé si ellos me han disfrutado a mí, pero yo sí los he disfrutado a ellos. Es bueno disfrutar la familia, al fin y al cabo, eso es un regalo del cielo, ¿no es cierto? Algunas veces los queremos matar, pero se nos pasa rápido, ¿verdad? Se nos pasa rápido porque así son las cosas.
Vamos a ir al Salmo capítulo 68, versículo 4. El título de esta hora: Dios, el mejor Padre, sin lugar a duda. Dice la palabra:
Salmos 68: 4-6 (RV 1960): 4Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. 5Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. 6Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
Salmos 103: 13 (RV 1960): 13Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
¡Que Dios bendiga esta palabra! Gracias a Dios por los padres.
El 15 de junio del año 2023, en un artículo de BC Parent Magazine, dice que existe una crisis de falta de padres en Norteamérica. Afirma este artículo que 18.4 millones de niño (uno de cada cuatro) viven sin un padre biológico, sin un padrastro o un padre adoptivo. Y esto es pues Estados Unidos, porque es el campo muestral más grande. En Canadá, es el 12.8% de niños canadienses que viven en un hogar sin padre.
¿Qué impacto tiene esto en nuestra sociedad? ¿Será que tendrá algún impacto? Porque yo he escuchado a muchas madres decirles a sus hijos: “No eres ni el primero, ni tampoco serás el último.” Tienen razón en esa declaración, pero la pregunta es: ¿cuál es el impacto de crecer sin padre y crecer en un hogar sin papá?
- El 63% de suicidio de jóvenes sucede en un hogar donde no hay papá.
- El 90% de hijos que huyen de la casa, que se van de la casa porque dicen que ahí no se puede vivir, es de un hogar sin padre.
- El 85% de niños con desorden de conducta surge de un hogar sin padre.
- El 71% de jóvenes que abandonan la escuela es de hogar sin padre.
- El 75% de jovencitos adolescentes que son pacientes por abuso de drogadicción es el producto de un hogar sin papá.
- El 85% de jóvenes en prisión son de un hogar que no tienen papá. En consecuencia, tienen mayor probabilidad de ir a prisión o de cometer delitos.
Fíjate que la estadística dice que las mujeres que crecen en un hogar sin padre tienen siete veces más probabilidades de quedar embarazadas en la adolescencia. Mayor probabilidad de sufrir abuso, negligencia, mayor probabilidad de abusar de las drogas, el alcohol, y el doble de probabilidad de abandonar la escuela.
Estos indicadores ponen de relieve los enormes riesgos que enfrentan estos niños a lo largo de su vida. Pero es que todo esto tiene un comienzo, el alcohol tiene mucho que ver con esta situación, una juventud que busca entretenerse. Y no es mi propósito poner el dedo en la llaga, bajo ningún punto de vista, ¿verdad? Porque todos aquellos que tenemos hijos sabemos que nuestros hijos son una bendición. Pero todo comienza con un: nos vemos en una discoteca, yo te doy mi número de teléfono y tú me das el tuyo. Ahora nos conocemos, platicamos, nos volvemos a ver y nos vamos a la cama. La próxima llamada es para decir: “fíjate que salí embarazada”. Difícilmente hubo un gran amor ¿verdad?
Asalía Chots, autora del libro Where is dad? Who is daddy? (¿Dónde está papá? ¿Quién es papá?), creció sin conocer a su padre y explica que esta situación tuvo un profundo efecto en toda su vida. Ella dice que estos efectos se acentúan en días como este, cuando celebramos el Día del Padre.
Es bien importante también entender la influencia que tiene un papá sobre sus hijos. El rol de la madre es bien importante, porque no se trata de preguntarnos quién es más importante cuando se trata de influir, cuando se trata de influencia, es simplemente el diseño de Dios de servir como padre y madre de una manera complementaria. El rol de una madre siempre es importante cuando se trata de confianza, de cuidados y apego emocional. Pero a medida que el chamaquito, o la jovencita, madura, se hace de su padre un modelo para tomar decisiones, para crear valores. Y esto pues está estadísticamente comprobado.
El ministerio de hombres que nosotros hemos conocido, que se llama The Promise Keepers, que una vez llegaron a reunir un millón de hombres, este ministerio, y luego adicionalmente The Baptist Press, hicieron un estudio con las siguientes conclusiones:
- Un padre no va a la iglesia. Aunque la madre asista a la iglesia, solo 1 en 50 niños va a asistir a la iglesia regularmente, aunque su mamá vaya. Si el padre no va, 1 de 50 va a asistir a la iglesia.
- Cuando el padre asiste a la iglesia regularmente, aunque la madre no asista, 66% de los niños asisten regularmente. ¡Imagínate cómo son las cosas!
- Cuando el padre y la madre asisten, 71% de los niños asisten regularmente a la iglesia.
¿Te das cuenta? Porque el propósito es que hagamos conciencia, papás. Es decir, con mi fe, con el fundamento de mi cristianismo, con mi responsabilidad y necesidad de adorar, exaltar el nombre del Señor, detrás de mí vienen mis hijos. Detrás de mí.
Quiero mencionar algo: el amor de una madre no crea influencia. Mamá, usted puede amar entrañablemente a sus hijos, pero no le hacen caso aunque los ame con el alma. El hombre, un grito pega, y ahí van los chamaquitos como que son conejitos. Se necesita que los hombres entendamos la importancia de influenciar a nuestros hijos en amar a Dios, en ser cristianos, de fe, de principios, de valores, que venimos a la casa de Dios porque somos hijos de Dios.
He estado leyendo unos libros en estos días y me topé con un artista, Glenn Campbell, si mal no recuerdo, que este hombre llegó a ser extremadamente famoso, llegó a ganar cantidad de dinero, tuvo tres divorcios. Él cuenta en su testimonio: cuando él era un niño, su familia lo llevaba a la iglesia. Pero un día, cuando ya se saltó a la fama, se apartó de los caminos de Dios, y después de eso regresó al evangelio, pidió perdón al Señor y regresó. La Biblia dice (Mateo 6: 33): “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y las demás cosas Dios se va a encargar de añadirlas.”
¿Por qué razón creemos que Dios es el mejor padre?
Hay una expresión, hay una frase por ahí, que nosotros escuchamos muy a menudo de gente que dice: “Es que todos somos hijos de Dios.” Yo le quiero explicar a usted, si usted cree eso, le quiero explicar tranquilamente que, de acuerdo con la Biblia, no es así. Somos criaturas de Dios, pero lastimosamente, por la caída del hombre en el huerto del Edén, nos convertimos en hijos del diablo. De hecho, en Juan 8: 44, Jesús le dijo: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Eso es lo que la Biblia dice, antes de conocer a Cristo éramos perdidos estábamos en las tinieblas y muertos en nuestros delitos y pecados.
¿Cómo se puede pasar de muerte a vida? ¿Cómo se puede pasar de la oscuridad a la luz? ¿Cómo podemos hacer eso? Viniendo a los pies de Cristo Jesús. Es por eso por lo que al finalizar cada servicio usted escucha una invitación para que entregue su vida al Señor, donde usted hace una oración pidiéndole perdón al Señor por sus pecados e invitando a Jesús a su vida, así como lo hemos hecho la mayoría de los que están acá. Cuando una persona se arrepiente, le dice a Dios: Señor, te pido perdón por mis pecados. Te he ofendido. Perdóname, Señor. Me arrepiento de mis pecados. Y quiero pedir a tu hijo Jesucristo que venga a mi corazón. Quiero pedirle a tu hijo Jesús que venga a mi vida en este día. Señor, mira, yo he vivido tan indiferente a lo que sucedió allá en el monte Calvario, cuando Cristo murió en esa cruz por mis pecados. Entonces, este día yo reconozco lo que tú hiciste a favor mío. Perdóname, Señor. Mira qué oración más honesta, más sincera, sencilla. Y a partir de ese momento, usted comienza a alimentarse con la palabra. Usted lleva su Biblia, la lee, aunque no entienda usted lea todos los días, a eso se le llama alimentarse. Y cuando usted se alimenta, usted crece, y la palabra de Dios limpia, la palabra de Dios transforma. ¿Por qué? Porque esta palabra está viva, es viva y eficaz. Actúa como una espada de dos filos y penetra hasta partir el alma, los tuétanos, las coyunturas. Dice la Biblia que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
De repente, tú te das cuenta de que Dios está contigo. Entonces, esta Biblia cobra vida, amados míos. Esta Biblia cobra vida, y tú te comienzas a enamorar de Dios, y Dios te comienza a transformar, te cambia tu manera de pensar. Si eras un grosero con tu mujer, eras un grosero con tus hijos, entonces sucede la magia, el milagro que nosotros le llamamos. ¿Sabe cuál es ese milagro? Dios pone su Santo Espíritu dentro de nosotros.
Es que fíjate que antes, en el Antiguo Testamento, el Espíritu de Dios estaba fuera. Entonces, el Espíritu te decía: “No hagas esto.” Y usted decía: ¿Por qué no? “No hagas aquello.” El Espíritu cuando estuvo afuera de nosotros no tuvo éxito. Entonces, ¿qué dice Dios? Dice Dios: ” Voy a poner dentro de vosotros mi Espíritu.” Y nos pone su Espíritu dentro de nosotros. Y le dice el Señor a cada uno de nosotros: “Y con ese Espíritu que yo he puesto dentro de ti, voy a producir dentro de ti algo que tú no conoces. Es el fruto del Espíritu”.
Y si usted es una persona grosera, antipática, una persona que no puede hablar sin ofender, entonces el Señor te pone el Espíritu Santo que produce el primer fruto, que es el amor. Usted comienza a tratar bien a su esposa, a tratar bien a sus hijos. Usted que era un déspota, usted que no podía hablar sin decir malas palabras, usted que no podía hablar sin ofender a la gente, ya usted comienza a decir gracias, a decir por favor. Es que todos esos cambios los hace el Espíritu de Dios. ¿Sabe cómo se llama eso? Transformación, y la transformación tiene que ver con la santificación del individuo. Lo que sucede es un nuevo nacimiento, eso es lo que hace el Espíritu.
Después, si tú eres una persona amargada, pero amargada de esas que nada le alegran la vida, Dios te pone gozo. Y te comienzas a reír de las cosas, miras la vida de una manera distinta.
Luego, usted sufre de ansiedad, y si Dios te pone en el corazón paz. Y la paz vale más que cualquier cosa. La paz no tiene precio y sobrepasa todo entendimiento. Eso es lo que Dios hace.
¿Cuántos son impacientes aquí? Dios te pone paciencia. Dios te va poniendo en el corazón todas estas cositas para que haya una transformación dentro de tu vida. Ese es el milagro. Y a eso el Espíritu Santo le llama: el nuevo nacimiento.
Entonces, Dios comienza a tratar contigo. ¿Te das cuenta la diferencia que hay entre un hijo de Dios y una persona que no conoce a Dios?
Vivimos en un mundo convulsionado, en un mundo lleno de situaciones difíciles por todas partes. Si levantamos la cabeza y miramos a todas partes del mundo, ¿qué es lo que encontramos? Un mundo convulsionado, un país en guerra contra otro, otros países en guerra entre ellos mismos. Y si no se están matando con armas, los mata la droga. Y si no los mata la droga, las pandillas. Es así, es la realidad del mundo hoy.
Todos nosotros nacemos con necesidades emocionales porque Dios nos creó de esa manera, y una de ellas es la necesidad de sentirnos amados. Y la iglesia debe, tiene que ser un lugar así. El primero, tu casa: tu casa, tu mamá, tu papá, tus hermanos, y la casa del Señor.
Salmo 27:10 (RV 1960): Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá. Una de las primeras necesidades emocionales que Dios llena tu corazón y llena tu vida es la necesidad de amor. Por eso es por lo que nosotros podemos decir con toda certeza: Dios me ama. Dios me ama. Y déjame decirte, aunque usted crea que quizás cuando usted creció, cuando usted nació, que su mamá la fue a dejar a usted a un basurero y ahí la tiró porque ni ella la quiso, y a usted la regalaron, y a usted la despreciaron. Pudo haber pasado lo que sea, lo que se le ocurra, lo que quiera. Pero en este día, usted tiene que saber decir: “A mí, Dios me ama.” Dios lo dice en toda la bendita y eterna palabra. Y no solamente eso, sino que es tan grande el amor de Dios que se entregó por mí en la cruz del Calvario. Dios nos ama. No me venga a decir si usted tiene un problema con su mujer o usted tiene un problema con sus hijos. Son cosas pasajeras que suceden. Pero eso sí, mira, tu mujer te puede dejar de amar, porque eso pasa. Tu mujer te puede dejar de amar, tus hijos te pueden dejar de amar; pero Dios nunca, porque Dios no cambia. Amén. Dios no cambia.
Jeremías 31: 3 (RV 1960): Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Ese es el amor de Dios, un amor incondicional. Dios nos ama entrañablemente, nos ama incondicionalmente. Dios nos ama, no por qué, sino a pesar de.
¿Qué pasa cuando nos portamos mal? ¿Qué pasa cuando un hijo se porta mal? No estamos de acuerdo con su mal comportamiento, no estamos de acuerdo con sus malas decisiones, no estamos de acuerdo con su conducta, no estamos de acuerdo, pero no dejan de ser nuestros hijos. En ocasiones algunos de ellos lo han ofendido, le han dicho cosas que usted jamás ha escuchado pero ¿qué pasa? Son cosas que se pasan por alto con el correr del tiempo. Eso mismo ha hecho Dios por nosotros: amarnos entrañablemente y darnos valor.
Yo no sé si usted creció pensando que nadie lo quiere, que usted no le importa a nadie, lo que sea, pero ¿sabe qué dice Dios en Mateo 6:26?
Mateo 6: 26 (RV 1960): 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Yo tengo valor porque Dios me da valor. No permita que nadie le falte el respeto.
La iglesia, no puede tratar mal a nadie. Delante de Dios, todos somos iguales. Delante del Señor no hay personas con privilegios, de ninguna manera. Aquí usted debe de respetar a todo el mundo, debe de amar a todo el mundo, porque eso es lo que la Biblia nos enseña: a amar a Dios, a amar y respetar al prójimo.
Entienda una cosa: no todos somos iguales, pero eso no nos da el derecho de faltarle el respeto, ni de tratar a otros como si no fueran nada. A la gente se le respeta. Hay algunas personas que gente malcriada los maltrató y dejaron de venir a la iglesia. No señor, de ninguna manera, aquí todos somos cristianos, somos hijos de Dios. ¿Amén? Si Dios nos ama, si Dios nos respeta como sus hijos, si Dios nos valora, ¿por qué usted no hará lo mismo por otra persona? Es que Dios es un Padre que nos ama.
Yo no sé si usted alguna vez se sintió invisible, si sintió alguna vez que lo que dice no cuenta, que nadie le pone atención. Delante de Dios eso no sucede, porque Dios nos da valor.
Hermano, tenemos todo lo que un ser humano pueda necesitar, y Dios nos ha dado a nosotros el regalo más grande: Nos dio a Jesucristo, nos dio a su Hijo, su unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda, más tenga vida eterna. ¡Mire qué lindo, mire qué belleza! Por eso, Dios es el mejor Padre. Vuelva sus ojos al cielo y conozca a Dios. Conózcalo, siéntalo, vívalo, hable con Él. ¡Qué maravilla! ¡Qué lindo poder hablar con Dios de esa forma y sentirte amado por el Señor! Nos ha hecho sus hijos, nos ha bendecido. ¿Qué más podemos esperar?
Isaías 49:15 (RV 1960): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. Este es un versículo poderoso, hermanos. Dios nos ama, ¡qué lindo!, sin importar nuestro color, sin importar nuestra manera de pensar, Él es nuestro Dios. Él es nuestro Padre, y nos ama.
Yo no quiero que usted se vaya en este mediodía de la casa del Señor si usted todavía tiene dudas en su corazón, si usted no es un hijo de Dios. Esta tarde, al salir de aquí, usted tiene que salir con la plena confianza, con la plena seguridad, con la plena certeza de que usted es un hijo del Señor. Que pueda decir: “Mire, yo tengo a Cristo en mi alma. Yo soy cristiano por la gloria de Dios, por la gracia del Señor.”
Incline su rostro oremos al Señor: Padre, te damos gracias en este día cuando honramos a nuestros padres aquí en la tierra, y volvemos nuestra mirada al cielo para darte gracias porque tú eres nuestro Padre Celestial. Bendito seas por siempre, Señor.
Mientras todos oramos, si usted nunca ha hecho esta oración que le llamamos la oración del penitente, la oración del pecador, en la que usted habla con Dios y le pide perdón por sus pecados, dígale a Dios de esta manera: Señor, en este día te pido perdón por mis faltas. Me arrepiento de mis pecados. Te he ofendido, Señor. Vuelvo mi mirada a la cruz y reconozco lo que hiciste por mí al poner tu cuerpo y derramar tu sangre para el perdón de mis pecados. En este día, Señor, te recibo como mi Señor y suficiente Salvador personal. Si usted hizo esta oración conmigo en este momento, yo quiero animarle a que siga creciendo en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Señor, ponemos a estas personas que en este día han hecho esa oración ahí en su corazón delante de ti. Pedimos, Padre, que las bendigas. Oramos para que esa fe pueda crecer, que esa semilla que se ha sembrado en cada corazón con estas palabras pueda crecer, y podamos nacer de nuevo y conocerte como el Padre amoroso que tú eres.
Señor, te alabamos, te bendecimos. Despídenos con la paz que viene del cielo. En el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Felicidades una vez más para todos los padres!
¡El mejor Padre!
Junio 15, 2025 – 2:00PM | Salmos 68:4 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
día del Padre es casi imposible no traer a la memoria a nuestros hijos; digo, a mí me encanta mucho reflexionar y pensar en mis hijos (tengo fotografías de ellos desde que eran unos bebés) y recordar los buenos momentos. Yo he disfrutado a mis hijos; no sé si ellos me han disfrutado a mí, pero yo sí los he disfrutado a ellos. Es bueno disfrutar la familia, al fin y al cabo, eso es un regalo del cielo, ¿no es cierto? Algunas veces los queremos matar, pero se nos pasa rápido, ¿verdad? Se nos pasa rápido porque así son las cosas.
Vamos a ir al Salmo capítulo 68, versículo 4. El título de esta hora: Dios, el mejor Padre, sin lugar a duda. Dice la palabra:
Salmos 68: 4-6 (RV 1960): 4Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. 5Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. 6Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
Salmos 103: 13 (RV 1960): 13Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
¡Que Dios bendiga esta palabra! Gracias a Dios por los padres.
El 15 de junio del año 2023, en un artículo de BC Parent Magazine, dice que existe una crisis de falta de padres en Norteamérica. Afirma este artículo que 18.4 millones de niño (uno de cada cuatro) viven sin un padre biológico, sin un padrastro o un padre adoptivo. Y esto es pues Estados Unidos, porque es el campo muestral más grande. En Canadá, es el 12.8% de niños canadienses que viven en un hogar sin padre.
¿Qué impacto tiene esto en nuestra sociedad? ¿Será que tendrá algún impacto? Porque yo he escuchado a muchas madres decirles a sus hijos: “No eres ni el primero, ni tampoco serás el último.” Tienen razón en esa declaración, pero la pregunta es: ¿cuál es el impacto de crecer sin padre y crecer en un hogar sin papá?
- El 63% de suicidio de jóvenes sucede en un hogar donde no hay papá.
- El 90% de hijos que huyen de la casa, que se van de la casa porque dicen que ahí no se puede vivir, es de un hogar sin padre.
- El 85% de niños con desorden de conducta surge de un hogar sin padre.
- El 71% de jóvenes que abandonan la escuela es de hogar sin padre.
- El 75% de jovencitos adolescentes que son pacientes por abuso de drogadicción es el producto de un hogar sin papá.
- El 85% de jóvenes en prisión son de un hogar que no tienen papá. En consecuencia, tienen mayor probabilidad de ir a prisión o de cometer delitos.
Fíjate que la estadística dice que las mujeres que crecen en un hogar sin padre tienen siete veces más probabilidades de quedar embarazadas en la adolescencia. Mayor probabilidad de sufrir abuso, negligencia, mayor probabilidad de abusar de las drogas, el alcohol, y el doble de probabilidad de abandonar la escuela.
Estos indicadores ponen de relieve los enormes riesgos que enfrentan estos niños a lo largo de su vida. Pero es que todo esto tiene un comienzo, el alcohol tiene mucho que ver con esta situación, una juventud que busca entretenerse. Y no es mi propósito poner el dedo en la llaga, bajo ningún punto de vista, ¿verdad? Porque todos aquellos que tenemos hijos sabemos que nuestros hijos son una bendición. Pero todo comienza con un: nos vemos en una discoteca, yo te doy mi número de teléfono y tú me das el tuyo. Ahora nos conocemos, platicamos, nos volvemos a ver y nos vamos a la cama. La próxima llamada es para decir: “fíjate que salí embarazada”. Difícilmente hubo un gran amor ¿verdad?
Asalía Chots, autora del libro Where is dad? Who is daddy? (¿Dónde está papá? ¿Quién es papá?), creció sin conocer a su padre y explica que esta situación tuvo un profundo efecto en toda su vida. Ella dice que estos efectos se acentúan en días como este, cuando celebramos el Día del Padre.
Es bien importante también entender la influencia que tiene un papá sobre sus hijos. El rol de la madre es bien importante, porque no se trata de preguntarnos quién es más importante cuando se trata de influir, cuando se trata de influencia, es simplemente el diseño de Dios de servir como padre y madre de una manera complementaria. El rol de una madre siempre es importante cuando se trata de confianza, de cuidados y apego emocional. Pero a medida que el chamaquito, o la jovencita, madura, se hace de su padre un modelo para tomar decisiones, para crear valores. Y esto pues está estadísticamente comprobado.
El ministerio de hombres que nosotros hemos conocido, que se llama The Promise Keepers, que una vez llegaron a reunir un millón de hombres, este ministerio, y luego adicionalmente The Baptist Press, hicieron un estudio con las siguientes conclusiones:
- Un padre no va a la iglesia. Aunque la madre asista a la iglesia, solo 1 en 50 niños va a asistir a la iglesia regularmente, aunque su mamá vaya. Si el padre no va, 1 de 50 va a asistir a la iglesia.
- Cuando el padre asiste a la iglesia regularmente, aunque la madre no asista, 66% de los niños asisten regularmente. ¡Imagínate cómo son las cosas!
- Cuando el padre y la madre asisten, 71% de los niños asisten regularmente a la iglesia.
¿Te das cuenta? Porque el propósito es que hagamos conciencia, papás. Es decir, con mi fe, con el fundamento de mi cristianismo, con mi responsabilidad y necesidad de adorar, exaltar el nombre del Señor, detrás de mí vienen mis hijos. Detrás de mí.
Quiero mencionar algo: el amor de una madre no crea influencia. Mamá, usted puede amar entrañablemente a sus hijos, pero no le hacen caso aunque los ame con el alma. El hombre, un grito pega, y ahí van los chamaquitos como que son conejitos. Se necesita que los hombres entendamos la importancia de influenciar a nuestros hijos en amar a Dios, en ser cristianos, de fe, de principios, de valores, que venimos a la casa de Dios porque somos hijos de Dios.
He estado leyendo unos libros en estos días y me topé con un artista, Glenn Campbell, si mal no recuerdo, que este hombre llegó a ser extremadamente famoso, llegó a ganar cantidad de dinero, tuvo tres divorcios. Él cuenta en su testimonio: cuando él era un niño, su familia lo llevaba a la iglesia. Pero un día, cuando ya se saltó a la fama, se apartó de los caminos de Dios, y después de eso regresó al evangelio, pidió perdón al Señor y regresó. La Biblia dice (Mateo 6: 33): “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y las demás cosas Dios se va a encargar de añadirlas.”
¿Por qué razón creemos que Dios es el mejor padre?
Hay una expresión, hay una frase por ahí, que nosotros escuchamos muy a menudo de gente que dice: “Es que todos somos hijos de Dios.” Yo le quiero explicar a usted, si usted cree eso, le quiero explicar tranquilamente que, de acuerdo con la Biblia, no es así. Somos criaturas de Dios, pero lastimosamente, por la caída del hombre en el huerto del Edén, nos convertimos en hijos del diablo. De hecho, en Juan 8: 44, Jesús le dijo: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Eso es lo que la Biblia dice, antes de conocer a Cristo éramos perdidos estábamos en las tinieblas y muertos en nuestros delitos y pecados.
¿Cómo se puede pasar de muerte a vida? ¿Cómo se puede pasar de la oscuridad a la luz? ¿Cómo podemos hacer eso? Viniendo a los pies de Cristo Jesús. Es por eso por lo que al finalizar cada servicio usted escucha una invitación para que entregue su vida al Señor, donde usted hace una oración pidiéndole perdón al Señor por sus pecados e invitando a Jesús a su vida, así como lo hemos hecho la mayoría de los que están acá. Cuando una persona se arrepiente, le dice a Dios: Señor, te pido perdón por mis pecados. Te he ofendido. Perdóname, Señor. Me arrepiento de mis pecados. Y quiero pedir a tu hijo Jesucristo que venga a mi corazón. Quiero pedirle a tu hijo Jesús que venga a mi vida en este día. Señor, mira, yo he vivido tan indiferente a lo que sucedió allá en el monte Calvario, cuando Cristo murió en esa cruz por mis pecados. Entonces, este día yo reconozco lo que tú hiciste a favor mío. Perdóname, Señor. Mira qué oración más honesta, más sincera, sencilla. Y a partir de ese momento, usted comienza a alimentarse con la palabra. Usted lleva su Biblia, la lee, aunque no entienda usted lea todos los días, a eso se le llama alimentarse. Y cuando usted se alimenta, usted crece, y la palabra de Dios limpia, la palabra de Dios transforma. ¿Por qué? Porque esta palabra está viva, es viva y eficaz. Actúa como una espada de dos filos y penetra hasta partir el alma, los tuétanos, las coyunturas. Dice la Biblia que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
De repente, tú te das cuenta de que Dios está contigo. Entonces, esta Biblia cobra vida, amados míos. Esta Biblia cobra vida, y tú te comienzas a enamorar de Dios, y Dios te comienza a transformar, te cambia tu manera de pensar. Si eras un grosero con tu mujer, eras un grosero con tus hijos, entonces sucede la magia, el milagro que nosotros le llamamos. ¿Sabe cuál es ese milagro? Dios pone su Santo Espíritu dentro de nosotros.
Es que fíjate que antes, en el Antiguo Testamento, el Espíritu de Dios estaba fuera. Entonces, el Espíritu te decía: “No hagas esto.” Y usted decía: ¿Por qué no? “No hagas aquello.” El Espíritu cuando estuvo afuera de nosotros no tuvo éxito. Entonces, ¿qué dice Dios? Dice Dios: ” Voy a poner dentro de vosotros mi Espíritu.” Y nos pone su Espíritu dentro de nosotros. Y le dice el Señor a cada uno de nosotros: “Y con ese Espíritu que yo he puesto dentro de ti, voy a producir dentro de ti algo que tú no conoces. Es el fruto del Espíritu”.
Y si usted es una persona grosera, antipática, una persona que no puede hablar sin ofender, entonces el Señor te pone el Espíritu Santo que produce el primer fruto, que es el amor. Usted comienza a tratar bien a su esposa, a tratar bien a sus hijos. Usted que era un déspota, usted que no podía hablar sin decir malas palabras, usted que no podía hablar sin ofender a la gente, ya usted comienza a decir gracias, a decir por favor. Es que todos esos cambios los hace el Espíritu de Dios. ¿Sabe cómo se llama eso? Transformación, y la transformación tiene que ver con la santificación del individuo. Lo que sucede es un nuevo nacimiento, eso es lo que hace el Espíritu.
Después, si tú eres una persona amargada, pero amargada de esas que nada le alegran la vida, Dios te pone gozo. Y te comienzas a reír de las cosas, miras la vida de una manera distinta.
Luego, usted sufre de ansiedad, y si Dios te pone en el corazón paz. Y la paz vale más que cualquier cosa. La paz no tiene precio y sobrepasa todo entendimiento. Eso es lo que Dios hace.
¿Cuántos son impacientes aquí? Dios te pone paciencia. Dios te va poniendo en el corazón todas estas cositas para que haya una transformación dentro de tu vida. Ese es el milagro. Y a eso el Espíritu Santo le llama: el nuevo nacimiento.
Entonces, Dios comienza a tratar contigo. ¿Te das cuenta la diferencia que hay entre un hijo de Dios y una persona que no conoce a Dios?
Vivimos en un mundo convulsionado, en un mundo lleno de situaciones difíciles por todas partes. Si levantamos la cabeza y miramos a todas partes del mundo, ¿qué es lo que encontramos? Un mundo convulsionado, un país en guerra contra otro, otros países en guerra entre ellos mismos. Y si no se están matando con armas, los mata la droga. Y si no los mata la droga, las pandillas. Es así, es la realidad del mundo hoy.
Todos nosotros nacemos con necesidades emocionales porque Dios nos creó de esa manera, y una de ellas es la necesidad de sentirnos amados. Y la iglesia debe, tiene que ser un lugar así. El primero, tu casa: tu casa, tu mamá, tu papá, tus hermanos, y la casa del Señor.
Salmo 27:10 (RV 1960): Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá. Una de las primeras necesidades emocionales que Dios llena tu corazón y llena tu vida es la necesidad de amor. Por eso es por lo que nosotros podemos decir con toda certeza: Dios me ama. Dios me ama. Y déjame decirte, aunque usted crea que quizás cuando usted creció, cuando usted nació, que su mamá la fue a dejar a usted a un basurero y ahí la tiró porque ni ella la quiso, y a usted la regalaron, y a usted la despreciaron. Pudo haber pasado lo que sea, lo que se le ocurra, lo que quiera. Pero en este día, usted tiene que saber decir: “A mí, Dios me ama.” Dios lo dice en toda la bendita y eterna palabra. Y no solamente eso, sino que es tan grande el amor de Dios que se entregó por mí en la cruz del Calvario. Dios nos ama. No me venga a decir si usted tiene un problema con su mujer o usted tiene un problema con sus hijos. Son cosas pasajeras que suceden. Pero eso sí, mira, tu mujer te puede dejar de amar, porque eso pasa. Tu mujer te puede dejar de amar, tus hijos te pueden dejar de amar; pero Dios nunca, porque Dios no cambia. Amén. Dios no cambia.
Jeremías 31: 3 (RV 1960): Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Ese es el amor de Dios, un amor incondicional. Dios nos ama entrañablemente, nos ama incondicionalmente. Dios nos ama, no por qué, sino a pesar de.
¿Qué pasa cuando nos portamos mal? ¿Qué pasa cuando un hijo se porta mal? No estamos de acuerdo con su mal comportamiento, no estamos de acuerdo con sus malas decisiones, no estamos de acuerdo con su conducta, no estamos de acuerdo, pero no dejan de ser nuestros hijos. En ocasiones algunos de ellos lo han ofendido, le han dicho cosas que usted jamás ha escuchado pero ¿qué pasa? Son cosas que se pasan por alto con el correr del tiempo. Eso mismo ha hecho Dios por nosotros: amarnos entrañablemente y darnos valor.
Yo no sé si usted creció pensando que nadie lo quiere, que usted no le importa a nadie, lo que sea, pero ¿sabe qué dice Dios en Mateo 6:26?
Mateo 6: 26 (RV 1960): 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Yo tengo valor porque Dios me da valor. No permita que nadie le falte el respeto.
La iglesia, no puede tratar mal a nadie. Delante de Dios, todos somos iguales. Delante del Señor no hay personas con privilegios, de ninguna manera. Aquí usted debe de respetar a todo el mundo, debe de amar a todo el mundo, porque eso es lo que la Biblia nos enseña: a amar a Dios, a amar y respetar al prójimo.
Entienda una cosa: no todos somos iguales, pero eso no nos da el derecho de faltarle el respeto, ni de tratar a otros como si no fueran nada. A la gente se le respeta. Hay algunas personas que gente malcriada los maltrató y dejaron de venir a la iglesia. No señor, de ninguna manera, aquí todos somos cristianos, somos hijos de Dios. ¿Amén? Si Dios nos ama, si Dios nos respeta como sus hijos, si Dios nos valora, ¿por qué usted no hará lo mismo por otra persona? Es que Dios es un Padre que nos ama.
Yo no sé si usted alguna vez se sintió invisible, si sintió alguna vez que lo que dice no cuenta, que nadie le pone atención. Delante de Dios eso no sucede, porque Dios nos da valor.
Hermano, tenemos todo lo que un ser humano pueda necesitar, y Dios nos ha dado a nosotros el regalo más grande: Nos dio a Jesucristo, nos dio a su Hijo, su unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda, más tenga vida eterna. ¡Mire qué lindo, mire qué belleza! Por eso, Dios es el mejor Padre. Vuelva sus ojos al cielo y conozca a Dios. Conózcalo, siéntalo, vívalo, hable con Él. ¡Qué maravilla! ¡Qué lindo poder hablar con Dios de esa forma y sentirte amado por el Señor! Nos ha hecho sus hijos, nos ha bendecido. ¿Qué más podemos esperar?
Isaías 49:15 (RV 1960): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. Este es un versículo poderoso, hermanos. Dios nos ama, ¡qué lindo!, sin importar nuestro color, sin importar nuestra manera de pensar, Él es nuestro Dios. Él es nuestro Padre, y nos ama.
Yo no quiero que usted se vaya en este mediodía de la casa del Señor si usted todavía tiene dudas en su corazón, si usted no es un hijo de Dios. Esta tarde, al salir de aquí, usted tiene que salir con la plena confianza, con la plena seguridad, con la plena certeza de que usted es un hijo del Señor. Que pueda decir: “Mire, yo tengo a Cristo en mi alma. Yo soy cristiano por la gloria de Dios, por la gracia del Señor.”
Incline su rostro oremos al Señor: Padre, te damos gracias en este día cuando honramos a nuestros padres aquí en la tierra, y volvemos nuestra mirada al cielo para darte gracias porque tú eres nuestro Padre Celestial. Bendito seas por siempre, Señor.
Mientras todos oramos, si usted nunca ha hecho esta oración que le llamamos la oración del penitente, la oración del pecador, en la que usted habla con Dios y le pide perdón por sus pecados, dígale a Dios de esta manera: Señor, en este día te pido perdón por mis faltas. Me arrepiento de mis pecados. Te he ofendido, Señor. Vuelvo mi mirada a la cruz y reconozco lo que hiciste por mí al poner tu cuerpo y derramar tu sangre para el perdón de mis pecados. En este día, Señor, te recibo como mi Señor y suficiente Salvador personal. Si usted hizo esta oración conmigo en este momento, yo quiero animarle a que siga creciendo en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Señor, ponemos a estas personas que en este día han hecho esa oración ahí en su corazón delante de ti. Pedimos, Padre, que las bendigas. Oramos para que esa fe pueda crecer, que esa semilla que se ha sembrado en cada corazón con estas palabras pueda crecer, y podamos nacer de nuevo y conocerte como el Padre amoroso que tú eres.
Señor, te alabamos, te bendecimos. Despídenos con la paz que viene del cielo. En el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Felicidades una vez más para todos los padres!