Fiesta en casa de Mateo
junio 19, 2022 – 1:30PM | Mateo 9:9 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir nuestras biblias, por favor, en el evangelio de Mateo capítulo 9 y vamos a leer los versículos del 9 al 13. “Fiesta en casa de Mateo”. Tengo una lección para este mediodía y espero que todos pongamos atención, que abramos los ojos del entendimiento y que Dios nos hable al corazón. Vamos a ver qué pasó en esta fiesta y quiero prácticamente enfocarme en una situación que sucedió acá.
Dice la palabra del Señor, Mateo 9: 9-13 (RV-60): 9Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 10Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 13Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Pidamos que Dios nos bendiga: Señor, al estudiar esta porción de la escritura pedimos que nos hables al corazón. Te pedimos perdón por nuestras faltas, nuestros malos pensamientos, y rogamos Señor el mensaje de tu palabra nos bendiga, nos enseñe y nos corrija también; en el nombre de Jesús, Amén.
Mateo trabajaba en la oficina de los impuestos, él cobraba impuestos (para Roma). Mateo, Marcos y Lucas nos presentan el llamamiento y la fiesta que se llevó a cabo en la casa de Mateo. En el versículo 9 dice que había muchos publicanos y pecadores sentados a la mesa. ¿Quién usted espera que esté allí si Mateo apenas lo acaban de llamar? Lo más seguro era que sus amistades hicieran lo mismo que él, cobrar impuestos, por tanto esos eran sus invitados. Estaban los invitados en la fiesta, ya estaban sentados a la mesa. Y como nunca faltan las personas que se sienten más santos que otros, nunca faltan los que te ponen un rótulo y te discriminan; llegaron los fariseos hipócritas y dijeron : ¿Cómo es posible que Jesús esté sentado con esta cantidad de pecadores?
Es decir: Hay personas que no conocen la misericordia de Dios o no la han entendido, y ese es mi mensaje para esta hora, sobre algo que sucedió precisamente en la casa de Mateo.
¿Qué es la “Misericordia”? La misericordia es un atributo divino, y la mejor palabra que identifica la misericordia es compasión. Si usted busca la definición de misericordia, va a encontrar 4.5 millones de sinónimos y significados, pero de una manera sencilla podríamos decir que: “Misericordia es la manifestación del amor de Dios al no darnos el castigo que merecemos, sino que nos da la oportunidad de recibir su perdón, por medio del sacrificio de Cristo en la cruz del calvario.
Existe diferencia entre Gracia y Misericordia; y es bien fácil poder recordarlo.
Misericordia: Es no recibir el castigo merecido. ¿Qué merecemos? La muerte, el castigo, la ira de Dios, el infierno.
Gracia: Es recibir un regalo inmerecido. ¿Qué regalo? La Salvación.
Voy a mencionar varios versículos que respaldan que Dios, por naturaleza, es un Dios de misericordia.
Salmos 36: 5 (RV-60): Jehová hasta los cielos llega tu misericordia.
Salmos 86: 5 (RV-60): Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para todos los que te invocan.
Salmos 86: 15 (RV-60): Más tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad. Es decir que Dios es por naturaleza un Dios de misericordia.
Ahora, si no hubiera sido por la misericordia de Dios ya hubiésemos sido consumidos.
Lamentaciones 3: 22 (RV-60): Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Te das cuenta de eso, ¿qué derecho tengo yo de hablar de los defectos de mi hermano? Si los dos estamos en el mismo saco, en el mismo bote. Dios ha tenido misericordia de él, Dios ha tenido misericordia de mí y dice el versículo que: por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos.
Nehemías 9: 31 (RV-60): Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. Una vez más no hemos sido consumidos, es decir: todos nos hemos faltado a las leyes divinas, todos hemos faltado a la palabra de Dios, pero por su gracia y su misericordia estamos en pie.
Entonces fíjate ya vimos que es la misericordia. La diferencia que hay entre la gracia y la misericordia. Vemos que Dios es un Dios misericordioso por naturaleza. Que si no fuera por la misericordia de Dios ya hubiéramos sido todos consumidos, eso enseña la palabra del Señor.
¿Qué pasó en la fiesta, en la casa de Mateo?
Lucas 5:27 (RV-60), este capítulo nos narra también lo que sucedió allá, dice: 27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos y le dijo: Sígueme. 28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. 29Y Leví (Mateo) le hizo gran banquete (una fiesta) en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
Lindo que Jesús no hace acepción de personas porque los publicanos eran prácticamente conocidos en aquel tiempo como traicioneros como traidores de la patria porque recogían impuestos no para Israel sino para Roma entonces eran personas despreciables por el resto del mundo, pero no para Jesús. Se nos habla del gran banquete en su casa, es decir una fiesta en la casa de Mateo. ¡Qué lindo! Acaban de hacerle el llamado: Sígueme, deja lo que estás haciendo, así le dice el Señor. Señor me encantaría hacerte una fiesta en mi casa, permíteme el privilegio. Aprobando la fiesta, el Señor le dice: vamos. Señores, había mucha gente en el banquete. ¿Compañeros de quién usted cree? Los compañeros de Mateo.
Lucas 5: 30 (RV-60) 30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebés con publicanos y pecadores? 31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino de los enfermos. 32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. En el capítulo 9 versículo 13 (9:13) Mateo agrega algo: 13Id pues y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio.
Los fariseos eran personas hipócritas, que no conocían la misericordia o no la habían aprendido. ¿Y quiénes son estas personas? Son personas que siempre están juzgando, ya sea a otras personas, juzgando situaciones, juzgando circunstancias.
Y esto es un problema serio aún en las iglesias. Cuando digo: “Yo quiero que por favor salgamos en esta tarde con esta enseñanza en el corazón. Ni uno de nosotros hermanos está limpio para juzgar las acciones de otra persona. Si usted juzga a alguien más, usted no ha entendido el evangelio.”
El Señor nos da una advertencia en Santiago 2: 13 (RV-60) dice: 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
Hermano yo les acabo de decir que por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos. Y aquí Dios está diciendo que habrá juicio sin misericordia, ¿con quién? ¿Con quién va a ser ese juicio sin misericordia, sabe con quién? Con aquella persona que no tiene misericordia de otra persona.
Le voy a decir algo Dios conoce los corazones y esto es lo maravilloso de la situación. Dios conoce los corazones, Dios sabe en realidad. Cuando yo le quiero sacar los trapos al sol a alguien, cuando yo quiero mencionar que esa persona es aquí, que esa persona es allá, que esa persona tal cosa, que yo te lo digo nada más para que tú sepas, yo te lo digo nada más para que tú tengas cuidado. ¡Hipócrita! Juicio sin misericordia se hará con usted, ¿por qué? Porque usted quiere que Dios tenga misericordia de usted, pero usted no la quiere tener de su prójimo. ¿Acaso usted no conoce o no ha aprendido que es Misericordia? Yo no estoy limpio para juzgar a alguien. La misericordia triunfa sobre el juicio, lo dice Dios.
Mire como presenta la NTV (Nueva Traducción Viviente) ese versículo, Santiago 2:13: 13No habrá compasión para quienes no hayan tenido compasión de otros, pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue. No habrá, lo dice Dios; pero si ustedes han sido compasivos, el día que te venga la prueba, el día que te venga el juicio; Dios será misericordioso con ustedes.
Hay una porción en la escritura (2do Samuel 9, RV-60); cuando David llegó a ser rey y dijo: ¿Hay alguien de la casa de Saúl que haya quedado, se acuerda? Y Siba (siervo de la casa de Saúl) buscó a Mefi-boset, hijo de Jonathán y se lo trajo al rey David. El rey David le dijo: a partir de ahora vas a comer conmigo a la mesa. Este pasaje de la escritura se utiliza para hablar acerca de la misericordia de un rey. Le quiero decir algo, cuando David pecó con Betsabé, que cometió adulterio. Dios lo castigó, se murió su hijo. Una de las preguntas que nos hacemos es, ¿por qué Dios no fue más duro con David? ¿Sabe por qué? Porque David era un hombre que trataba a la gente con misericordia. Y este versículo se vuelve una realidad si usted tiene misericordia con otras personas, el día que te toque, Dios va a tener misericordia de ti porque tienes un corazón compasivo con otra persona. Pero si usted es el tipo de persona que tira por el piso a otros, que lo pisotea, que le da tres patadas, que anda hablando estupideces de alguien con otra persona, anda hablando cosas que no son verdad, la palabra del Señor dice: que habrá juicio sin misericordia. (Santiago 2:13 RV.-60)
Yo quiero hablarles a ustedes de un sentir por naturaleza; me molesta que seamos así, hablar mal de la gente. Mi abuela decía: no podemos ver ojos bonitos en cara ajena. ¿Por qué nos cuesta? “A mí me gusta ese hermano porque ese hermano siempre anda riendo” –Usted dice eso porque no lo conoce- “Me encanta esa hermana porque semana siempre está sirviendo” –Ah, pero es una gran malcriada.-Siempre tenemos algo negativo que decir de las personas. Todos hemos cometido errores, sin lugar a dudas, todos hemos cometido errores; pero la biblia nos enseña que nosotros podemos ser compasivos con el pecador, no con el pecado; sino con el pecador. El creyente debe ser compasivo con el pecador.
Por ejemplo: A nosotros los creyentes se nos acusa, a los evangélicos, de que nosotros odiamos a los homosexuales. Se nos acusa de que nosotros odiamos a las lesbianas y no es cierto, de ninguna manera. ¿Por qué? Porque la biblia nos manda a ser compasivos. No estamos de acuerdo con su manera de vivir. Pero escúcheme una cosa: yo tampoco estoy de acuerdo con un ladrón (mañoso, hurtador) no estoy de acuerdo con eso. Tampoco con una persona que se droga, no está bien. Eso no significa que nosotros vamos a poner un cartel (rótulo, marca) a la persona, no significa que la vamos discriminar, la vamos a andar juzgando por todos lados. Todo el mundo merece otra oportunidad, ¿sí o no? ¿No nos han dado a nosotros otra oportunidad en muchas partes? ¿Quién soy yo para juzgar, pues?
Hay gente que les encanta juzgar a otras personas, porque ellos se consideran que se encuentran en una posición espiritual más elevada que otros, y lo hemos visto. Se encargan de mentir, y algunos hasta le aumentan cosas a otras que escuchan y vienen a decírselas al pastor, cuando las cosas en realidad no fueron así. Nosotros somos los principales maestros de nuestros hijos. Un hijo que crece en ese mundo de discriminación, de juzgar a la gente, donde hablas que el hermano fulano es así, que la hermana fulana es de aquella manera, es que la iglesia tal cosa, es que el pastor tal otra, es que el diácono aquí, es que la mujer allá; y nuestras expresiones en la casa, eso van a aprender nuestros hijos también.
Mateo hace la comida, y ahí están los grandes hipócritas juzgando: ¡Cómo es posible semejante cosa! ¡Cómo es posible esto! ¡Si este hombre fuera profeta, si este hombre aquí, si este hombre allá! ¿Y quiénes se han creído de ellos, por amor de Dios? Juicio sin misericordia se hará, con personas que no tienen misericordia con alguien más. ¿Qué nos cuesta hermanos quedarnos callados? ¿Por qué queremos que el mundo se dé cuenta? ¿Por qué no tenemos la sabiduría de resolver las cosas entre dos personas?
En esta iglesia nunca hemos expuesto a un hermano o una hermana por sus pecados; y mientras yo sea pastor no lo vamos a hacer. Porque si yo comienzo a hacer eso, quiere decir que yo me estoy considerando más limpio que cualquiera de ustedes, y eso no es cierto.
Dios nos manda a ser misericordiosos. Y cada vez que yo fallo, cada vez que yo falto a esta palabra, le estoy faltando a Dios. Porque Lucas 6:36 dice: 36Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. Es difícil, es difícil.
Debemos ser sabios a tal grado que debemos tratar la falta. Si usted me falta a mí, tratemos la falta, pero la Biblia nos manda a ser compasivos con el pecador, así como Dios es compasivo. Alguien viene y me dice un montón de cosas: “esta persona, esta hermana dijo que usted aquí y que usted allá.” Y yo sé cosas de esa hermana y me pica la lengua por decir: “¡Ah bueno, lo que pasa es que esa Señora es esto y es aquello!” ¿Cuál es la actitud más sabia y más cristiana en una situación como esa? Es quedarnos callados. Obviamente, se requiere de mayor sabiduría para eso, se requiere de mayor cercanía a Dios para eso, porque la naturaleza es contraria. Diríamos: “¡Para ahí, ya terminaste, porque yo tengo una lista de cosas que te quiero decir de esa Señora que mira se queda chiquita!” ¿Por qué? Porque la idea es demostrar que la persona es peor de lo que soy yo, y eso no es correcto. Como cristiano, como hijos de Dios que somos, no es correcto. ¿Qué gano yo con eso, qué gana usted con eso, dígame? Cuando tenemos esta palabra. Porque mire hermano el problema de nosotros los cristianos no tanto es leer la biblia ni comprenderla, es practicarla, es llevarla a cabo, es vivirla.
Hay varias cosas que Jesús dijo acá en este pasaje de la escritura: “misericordia quiero, no sacrificio”. ¿De qué sirve que usted se sacrifique con tantas cosas si no tiene misericordia de su hermano? ¿Por qué lo anda divulgando a medio mundo? ¿Cuál es el propósito? ¿Con qué propósito lo hace?
Ahora mire, si usted quiere resolver algo y usted busca al pastor y le dice: “mi hermano yo le quiero comentar. No se lo he comentado a nadie. Se lo comento a usted nada más, porque pasó esto, yo vi esto, entonces lo dejo con usted pastor. Yo no quiero meterme en esa situación. Yo ya estoy orando.” Y esa es una actitud más cristiana, esto es tener compasión de la gente. Cualquier cosa que haya hecho la persona, cualquiera. Porque si usted vio a una Señora haciendo cualquier cosa indebida y usted lo anda divulgando con su lengua que le está arrastrando en el piso, tanto pecado cometió una como la otra.
¿Qué significa entonces tener misericordia? Si la están pasando también en la casa de Mateo. Banquete, dice la escritura. Quiere decir que no eran pupusas de chicharrón la que había ahí para almorzar o para cenar. Pero no, deja de disfrutar el momento, deja de disfrutar la reunión, el gusto de conocer a otra persona para ponerse a criticar, a juzgar: Es que eso no está bien, es que eso no me gusta, es que eso aquí, es que eso allá. Y fastidian y fastidian. Y hay que tener tanto cuidado con gente así hermano, personas incluso dentro de las congregaciones. No les gusta nada, le molesta todo. ¡Eso no está bien! “Sed pues misericordioso como también vuestro padre es misericordioso”.
En Salmos 86:5 dice: 5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
El deseo de venganza siempre surge una situación como ésta y la venganza no es de Dios. Y repito, somos llamados a tratar con la falta de la gente. O sea, – ¿Me ofendiste? – Ya no me ofendas más, por favor. Pero no significa que te voy a odiar, no significa que a partir de ahora no te quiero dirigir la palabra, ni me hables siquiera. ¡Es que entonces no entendemos lo que es la misericordia! ¡Entonces no entendemos lo que es la compasión!
Yo estaba en la casa de una persona así, allá en mi país. Yo dejé mi país hace 33 años, muchas cosas han pasado todo este tiempo. Y fui a la casa de los hermanos, y el hermano que yo conocía hace mucho tiempo, me presento a su esposa (su nueva adquisición) y platicamos, y esto y lo otro. Pero del otro lado había una señora que yo decía es que esta señora la conozco. ¡Lo que pasa es que han pasado tantos años! Hay algunos hermanitos y hermanitas que lucen igual 35 años más tarde, pero hay otros que como que le pasó el tren encima. Y yo pregunté: ¿y esta hermana? -Pastor, me dijo, es mi ex. Entonces yo dije: ¿Y la que está aquí es la tuya? -Y me dijo, sí. La que está allá es la que era antes. (La que era antes, estaba con su marido, que a ese yo no lo conocía.) ¿Pero este relajo como es?, le digo. Y me contesta: No, no es ningún relajo, nos llevamos muy bien. Es más, algunos deben tener este tipo de experiencia, fíjese qué cosa más curiosa, nos llevamos mejor que cuando estábamos juntos. Y yo le dije: pero no como la canción de Maluma “Felices los cuatro”. No, no, que va. Usted considera que es una situación mala. Hermanos es que eso es compasión. De eso se trata. Si usted se pone es que esa vieja es aquí, que esa vieja es la prima del diablo, y que usted no la conoce. Es que todos tenemos algo que decir de alguien más, hermanos.
Dígame pues, usted que trabaja con su jefe y sabe que su jefe es mañoso, pues está robando, que mete las manos de vez en cuando por ahí y toda la situación. ¿Usted quién es para andarle contando a toda la empresa lo que está sucediendo si nadie le está preguntando nada usted? Y la pregunta es ¿Cuál es la intención? (Fíjate que yo estoy inventando este caso) Si la intención suya de que todo el mundo se dé cuenta que es mañoso para que lo pongan a usted en la posición de él, ¿usted cree que Dios no sabe? ¿Usted cree que es la manera más noble de llegar a esa posición? Porque juicio sin misericordia se hará con aquella persona que no tenga misericordia. ¡Hay que tener tanto, pero tanto cuidado hermanos!
Hubo un predicador que dijo (señalando a otro): ese hombre vive con su secretaria, deben quitarlo, ese hombre tal cosa… Fíjese que lo quitaron, porque era cierto; pero a la vuelta de un tiempo estaba felizmente casado, era presidente en otra universidad y toda esa cuestión. Pero el que juzgó sin misericordia a este predicador hasta este día no se levanta; y tenía un ministerio a nivel global. Yo había estado en su iglesia, la ciudad había mandado a poner rótulos con nombre de él (para decir que ya se acerca, a 50 millas se encuentra usted este ministerio). Todo se acabó por completo, ¿y por qué pastor? Porque juicio sin misericordia se hará, con aquella persona que no tiene misericordia. ¿Por qué no lo mandó a llamar? ¿Por qué no se sentó con él? ¿Por qué no le dijo: Mira hermano estoy escuchando esto, escucho lo otro, pero a mí no me consta, qué me dices de eso? Pero algo más, si es cierto, a resolver la situación. Pero no, él quería ser el único evangelista, que nadie compitiera con él, quería el pastel para él solo. Y la manera que encontró fue humillar al otro.
Yo digo que es simple y sencillamente, nuestra naturaleza humana. ¿Por qué usted no habla mal de sus hijos? A ellos los protege. Usted no hablará mal de su hija por más “alegre” que sea, por no decir otra cosa. ¿Y por qué con la otra gente usted cambia? Porque, o no conoce la misericordia o no la ha entendido. Usted no tiene derecho de denigrar a nadie.
Esto pasó en la casa de Mateo. Era un banquete, era una fiesta, había alegría, el hombre se había salvado, había dejado su lugar de trabajo, lo había dejado. Jesús le dijo: “Sígueme”. Una simple palabra y dejó todo y le siguió. El hombre se sintió tan contento, tan feliz, que él dijo: –“Señor, ¿será que si organizo una fiestecita en mi casa usted viene?” Jesús le dijo: “Claro que si” – ¿Podré invitar a mis compañeros, con los que trabajaba? Pero se colaron unos fariseos, unos escribas, que no disfrutaban de la fiesta, decían: “porque tu maestro tal cosa, porque ustedes aquí, porque ustedes allá”. ¿Cuál es su deseo de poner por el piso a otra gente, a ver? ¿Qué hay en ese corazón, dígame usted?
Iglesia, si no fuera por la misericordia de Dios, ¿qué sería de nosotros?
Por la misericordia de Dios, estamos en Canadá y para algunos ha sido un milagro.
Por la misericordia de Dios, un día nos predicaron el evangelio glorioso de Jesucristo, sin merecerlo.
Por la misericordia de Dios, nos entregamos a Jesús.
Por la misericordia de Dios, no hemos sido consumidos.
Por la misericordia de Dios, hemos llegado con vida hasta este día.
Por la misericordia de Dios, hemos sido bendecidos.
Por la misericordia de Dios, tenemos las riquezas que tenemos.
Por la misericordia de Dios, tenemos un techo en esta nación, en este país.
Por la misericordia de Dios, tenemos una linda familia.
Por la misericordia de Dios, tenemos una iglesia.
Por la misericordia de Dios, tenemos un trabajo.
Por la misericordia de Dios, podemos poner el pan en la mesa de nuestros hijos.
Por la misericordia de Dios, nos ha guardado con mano fuerte y con brazo extendido hasta este día.
Por la misericordia de Dios, nos ha librado de aquellos que nos han querido dañar.
Por la misericordia de Dios, nos ha librado de todas nuestras aflicciones.
Por la misericordia de Dios, somos salvos iglesia.
Por la misericordia de Dios, nuestros pecados han sido perdonados.
Por la misericordia de Dios, somos libres de las llamas del infierno.
Por la misericordia de Jehová, ningún arma forjada en contra nuestra ha prosperado, dice la bendita palabra del Señor.
Por la misericordia de Jehová, me ha guardado del día malo.
Por la misericordia de Jehová, hemos resistido duras pruebas que hemos atravesado.
Por la misericordia de Dios, algunos de los que estamos aquí estamos vivos a pesar del coronavirus.
Dijo el salmista (Salmos 118:1): Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
¡Alabad al Dios de los cielos porque para siempre su misericordia!
Incline su rostro oremos al Señor amados:
Padre querido, te pedimos perdón por los errores que hemos cometido al hablar mal de nuestros hermanos. Oramos por nuestras iniquidades, por nuestras transgresiones y te pedimos perdón por todas las veces que hemos juzgado, con o sin razón, porque entendemos por esta bendita palabra que no nos corresponde a nosotros Señor. Y que así como un día nosotros clamamos por misericordia, esa misma misericordia que tuviste de nosotros también debemos tener por nuestro prójimo. Tú palabra nos manda diciendo: Misericordiosos así como vuestro padre ha tenido misericordia de vosotros”. Ayúdanos Señor, especialmente aquellas personas en las iglesias que no han entendido tu misericordia, no la han comprendido todavía, o no la conocen. Lo que sí estamos plenamente seguros en esta hora Padre querido, es que si no fuera por tu misericordia ya hubiéramos sido consumidos mi Señor; es por eso que tú eres grande en misericordia. Te alabamos, te bendecimos, te adoramos y te damos gracias por habernos salvado; y habernos permitido llegar hasta este día.
Mientras todos oramos si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, esta tarde es una tarde de salvación. Dios le ama, Dios tiene un plan para su vida, un plan particular para su vida, Dios le quiere salvar. Si hay alguna persona que dice: “Pastor yo tengo la necesidad de entregarle mi vida a Dios, yo quiero comenzar una vida nueva en esta tarde”. Si hay alguien que quiere entregarle su vida a Cristo, ahí donde está, yo le invito para que se ponga de pie. Venga a los pies de Jesús. Póngase de pie, levante su mano. Alguien se va a acercar a usted. Hay alguna persona, que Dios le bendiga, ¡Gloria al Señor! ¡Gracias a Dios! Alguien más, venga a los pies de Cristo, venga a los pies de Jesús. Póngase de pie, levante su mano, no tenga pena, Dios le ama, tiene un plan maravilloso para su vida. Dios le quiere salvar, entregue su vida a Cristo. ¡Gloria al Señor, que Dios le bendiga! Gracias a Dios. ¿Alguien más? Dios quiere salvarle, comience una vida nueva hoy. Usted que no mira por internet, usted también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: Señor en este día me arrepiento. Te pido perdón. Señor reconozco que te he fallado. Padre en este día yo clamo por esa misericordia que se ha hablado hoy. Gracias por poner tu cuerpo en lugar del mío y derramar tu sangre preciosa. En este día te recibo como mi Señor y salvador personal. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre, nos gozamos de tu presencia en el nombre de Jesús, amén.
Amado mío que la paz de Cristo les acompañe, que Dios los bendiga a todos
Fiesta en casa de Mateo
junio 19, 2022 – 1:30PM | Mateo 9:9 | Dr. David Rodríguez
Etiquetas: junio 2022, mateo, pastor david rodriguez, transcripcion
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir nuestras biblias, por favor, en el evangelio de Mateo capítulo 9 y vamos a leer los versículos del 9 al 13. “Fiesta en casa de Mateo”. Tengo una lección para este mediodía y espero que todos pongamos atención, que abramos los ojos del entendimiento y que Dios nos hable al corazón. Vamos a ver qué pasó en esta fiesta y quiero prácticamente enfocarme en una situación que sucedió acá.
Dice la palabra del Señor, Mateo 9: 9-13 (RV-60): 9Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 10Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 13Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Pidamos que Dios nos bendiga: Señor, al estudiar esta porción de la escritura pedimos que nos hables al corazón. Te pedimos perdón por nuestras faltas, nuestros malos pensamientos, y rogamos Señor el mensaje de tu palabra nos bendiga, nos enseñe y nos corrija también; en el nombre de Jesús, Amén.
Mateo trabajaba en la oficina de los impuestos, él cobraba impuestos (para Roma). Mateo, Marcos y Lucas nos presentan el llamamiento y la fiesta que se llevó a cabo en la casa de Mateo. En el versículo 9 dice que había muchos publicanos y pecadores sentados a la mesa. ¿Quién usted espera que esté allí si Mateo apenas lo acaban de llamar? Lo más seguro era que sus amistades hicieran lo mismo que él, cobrar impuestos, por tanto esos eran sus invitados. Estaban los invitados en la fiesta, ya estaban sentados a la mesa. Y como nunca faltan las personas que se sienten más santos que otros, nunca faltan los que te ponen un rótulo y te discriminan; llegaron los fariseos hipócritas y dijeron : ¿Cómo es posible que Jesús esté sentado con esta cantidad de pecadores?
Es decir: Hay personas que no conocen la misericordia de Dios o no la han entendido, y ese es mi mensaje para esta hora, sobre algo que sucedió precisamente en la casa de Mateo.
¿Qué es la “Misericordia”? La misericordia es un atributo divino, y la mejor palabra que identifica la misericordia es compasión. Si usted busca la definición de misericordia, va a encontrar 4.5 millones de sinónimos y significados, pero de una manera sencilla podríamos decir que: “Misericordia es la manifestación del amor de Dios al no darnos el castigo que merecemos, sino que nos da la oportunidad de recibir su perdón, por medio del sacrificio de Cristo en la cruz del calvario.
Existe diferencia entre Gracia y Misericordia; y es bien fácil poder recordarlo.
Misericordia: Es no recibir el castigo merecido. ¿Qué merecemos? La muerte, el castigo, la ira de Dios, el infierno.
Gracia: Es recibir un regalo inmerecido. ¿Qué regalo? La Salvación.
Voy a mencionar varios versículos que respaldan que Dios, por naturaleza, es un Dios de misericordia.
Salmos 36: 5 (RV-60): Jehová hasta los cielos llega tu misericordia.
Salmos 86: 5 (RV-60): Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para todos los que te invocan.
Salmos 86: 15 (RV-60): Más tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad. Es decir que Dios es por naturaleza un Dios de misericordia.
Ahora, si no hubiera sido por la misericordia de Dios ya hubiésemos sido consumidos.
Lamentaciones 3: 22 (RV-60): Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Te das cuenta de eso, ¿qué derecho tengo yo de hablar de los defectos de mi hermano? Si los dos estamos en el mismo saco, en el mismo bote. Dios ha tenido misericordia de él, Dios ha tenido misericordia de mí y dice el versículo que: por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos.
Nehemías 9: 31 (RV-60): Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. Una vez más no hemos sido consumidos, es decir: todos nos hemos faltado a las leyes divinas, todos hemos faltado a la palabra de Dios, pero por su gracia y su misericordia estamos en pie.
Entonces fíjate ya vimos que es la misericordia. La diferencia que hay entre la gracia y la misericordia. Vemos que Dios es un Dios misericordioso por naturaleza. Que si no fuera por la misericordia de Dios ya hubiéramos sido todos consumidos, eso enseña la palabra del Señor.
¿Qué pasó en la fiesta, en la casa de Mateo?
Lucas 5:27 (RV-60), este capítulo nos narra también lo que sucedió allá, dice: 27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos y le dijo: Sígueme. 28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. 29Y Leví (Mateo) le hizo gran banquete (una fiesta) en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
Lindo que Jesús no hace acepción de personas porque los publicanos eran prácticamente conocidos en aquel tiempo como traicioneros como traidores de la patria porque recogían impuestos no para Israel sino para Roma entonces eran personas despreciables por el resto del mundo, pero no para Jesús. Se nos habla del gran banquete en su casa, es decir una fiesta en la casa de Mateo. ¡Qué lindo! Acaban de hacerle el llamado: Sígueme, deja lo que estás haciendo, así le dice el Señor. Señor me encantaría hacerte una fiesta en mi casa, permíteme el privilegio. Aprobando la fiesta, el Señor le dice: vamos. Señores, había mucha gente en el banquete. ¿Compañeros de quién usted cree? Los compañeros de Mateo.
Lucas 5: 30 (RV-60) 30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebés con publicanos y pecadores? 31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino de los enfermos. 32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. En el capítulo 9 versículo 13 (9:13) Mateo agrega algo: 13Id pues y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio.
Los fariseos eran personas hipócritas, que no conocían la misericordia o no la habían aprendido. ¿Y quiénes son estas personas? Son personas que siempre están juzgando, ya sea a otras personas, juzgando situaciones, juzgando circunstancias.
Y esto es un problema serio aún en las iglesias. Cuando digo: “Yo quiero que por favor salgamos en esta tarde con esta enseñanza en el corazón. Ni uno de nosotros hermanos está limpio para juzgar las acciones de otra persona. Si usted juzga a alguien más, usted no ha entendido el evangelio.”
El Señor nos da una advertencia en Santiago 2: 13 (RV-60) dice: 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
Hermano yo les acabo de decir que por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos. Y aquí Dios está diciendo que habrá juicio sin misericordia, ¿con quién? ¿Con quién va a ser ese juicio sin misericordia, sabe con quién? Con aquella persona que no tiene misericordia de otra persona.
Le voy a decir algo Dios conoce los corazones y esto es lo maravilloso de la situación. Dios conoce los corazones, Dios sabe en realidad. Cuando yo le quiero sacar los trapos al sol a alguien, cuando yo quiero mencionar que esa persona es aquí, que esa persona es allá, que esa persona tal cosa, que yo te lo digo nada más para que tú sepas, yo te lo digo nada más para que tú tengas cuidado. ¡Hipócrita! Juicio sin misericordia se hará con usted, ¿por qué? Porque usted quiere que Dios tenga misericordia de usted, pero usted no la quiere tener de su prójimo. ¿Acaso usted no conoce o no ha aprendido que es Misericordia? Yo no estoy limpio para juzgar a alguien. La misericordia triunfa sobre el juicio, lo dice Dios.
Mire como presenta la NTV (Nueva Traducción Viviente) ese versículo, Santiago 2:13: 13No habrá compasión para quienes no hayan tenido compasión de otros, pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue. No habrá, lo dice Dios; pero si ustedes han sido compasivos, el día que te venga la prueba, el día que te venga el juicio; Dios será misericordioso con ustedes.
Hay una porción en la escritura (2do Samuel 9, RV-60); cuando David llegó a ser rey y dijo: ¿Hay alguien de la casa de Saúl que haya quedado, se acuerda? Y Siba (siervo de la casa de Saúl) buscó a Mefi-boset, hijo de Jonathán y se lo trajo al rey David. El rey David le dijo: a partir de ahora vas a comer conmigo a la mesa. Este pasaje de la escritura se utiliza para hablar acerca de la misericordia de un rey. Le quiero decir algo, cuando David pecó con Betsabé, que cometió adulterio. Dios lo castigó, se murió su hijo. Una de las preguntas que nos hacemos es, ¿por qué Dios no fue más duro con David? ¿Sabe por qué? Porque David era un hombre que trataba a la gente con misericordia. Y este versículo se vuelve una realidad si usted tiene misericordia con otras personas, el día que te toque, Dios va a tener misericordia de ti porque tienes un corazón compasivo con otra persona. Pero si usted es el tipo de persona que tira por el piso a otros, que lo pisotea, que le da tres patadas, que anda hablando estupideces de alguien con otra persona, anda hablando cosas que no son verdad, la palabra del Señor dice: que habrá juicio sin misericordia. (Santiago 2:13 RV.-60)
Yo quiero hablarles a ustedes de un sentir por naturaleza; me molesta que seamos así, hablar mal de la gente. Mi abuela decía: no podemos ver ojos bonitos en cara ajena. ¿Por qué nos cuesta? “A mí me gusta ese hermano porque ese hermano siempre anda riendo” –Usted dice eso porque no lo conoce- “Me encanta esa hermana porque semana siempre está sirviendo” –Ah, pero es una gran malcriada.-Siempre tenemos algo negativo que decir de las personas. Todos hemos cometido errores, sin lugar a dudas, todos hemos cometido errores; pero la biblia nos enseña que nosotros podemos ser compasivos con el pecador, no con el pecado; sino con el pecador. El creyente debe ser compasivo con el pecador.
Por ejemplo: A nosotros los creyentes se nos acusa, a los evangélicos, de que nosotros odiamos a los homosexuales. Se nos acusa de que nosotros odiamos a las lesbianas y no es cierto, de ninguna manera. ¿Por qué? Porque la biblia nos manda a ser compasivos. No estamos de acuerdo con su manera de vivir. Pero escúcheme una cosa: yo tampoco estoy de acuerdo con un ladrón (mañoso, hurtador) no estoy de acuerdo con eso. Tampoco con una persona que se droga, no está bien. Eso no significa que nosotros vamos a poner un cartel (rótulo, marca) a la persona, no significa que la vamos discriminar, la vamos a andar juzgando por todos lados. Todo el mundo merece otra oportunidad, ¿sí o no? ¿No nos han dado a nosotros otra oportunidad en muchas partes? ¿Quién soy yo para juzgar, pues?
Hay gente que les encanta juzgar a otras personas, porque ellos se consideran que se encuentran en una posición espiritual más elevada que otros, y lo hemos visto. Se encargan de mentir, y algunos hasta le aumentan cosas a otras que escuchan y vienen a decírselas al pastor, cuando las cosas en realidad no fueron así. Nosotros somos los principales maestros de nuestros hijos. Un hijo que crece en ese mundo de discriminación, de juzgar a la gente, donde hablas que el hermano fulano es así, que la hermana fulana es de aquella manera, es que la iglesia tal cosa, es que el pastor tal otra, es que el diácono aquí, es que la mujer allá; y nuestras expresiones en la casa, eso van a aprender nuestros hijos también.
Mateo hace la comida, y ahí están los grandes hipócritas juzgando: ¡Cómo es posible semejante cosa! ¡Cómo es posible esto! ¡Si este hombre fuera profeta, si este hombre aquí, si este hombre allá! ¿Y quiénes se han creído de ellos, por amor de Dios? Juicio sin misericordia se hará, con personas que no tienen misericordia con alguien más. ¿Qué nos cuesta hermanos quedarnos callados? ¿Por qué queremos que el mundo se dé cuenta? ¿Por qué no tenemos la sabiduría de resolver las cosas entre dos personas?
En esta iglesia nunca hemos expuesto a un hermano o una hermana por sus pecados; y mientras yo sea pastor no lo vamos a hacer. Porque si yo comienzo a hacer eso, quiere decir que yo me estoy considerando más limpio que cualquiera de ustedes, y eso no es cierto.
Dios nos manda a ser misericordiosos. Y cada vez que yo fallo, cada vez que yo falto a esta palabra, le estoy faltando a Dios. Porque Lucas 6:36 dice: 36Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. Es difícil, es difícil.
Debemos ser sabios a tal grado que debemos tratar la falta. Si usted me falta a mí, tratemos la falta, pero la Biblia nos manda a ser compasivos con el pecador, así como Dios es compasivo. Alguien viene y me dice un montón de cosas: “esta persona, esta hermana dijo que usted aquí y que usted allá.” Y yo sé cosas de esa hermana y me pica la lengua por decir: “¡Ah bueno, lo que pasa es que esa Señora es esto y es aquello!” ¿Cuál es la actitud más sabia y más cristiana en una situación como esa? Es quedarnos callados. Obviamente, se requiere de mayor sabiduría para eso, se requiere de mayor cercanía a Dios para eso, porque la naturaleza es contraria. Diríamos: “¡Para ahí, ya terminaste, porque yo tengo una lista de cosas que te quiero decir de esa Señora que mira se queda chiquita!” ¿Por qué? Porque la idea es demostrar que la persona es peor de lo que soy yo, y eso no es correcto. Como cristiano, como hijos de Dios que somos, no es correcto. ¿Qué gano yo con eso, qué gana usted con eso, dígame? Cuando tenemos esta palabra. Porque mire hermano el problema de nosotros los cristianos no tanto es leer la biblia ni comprenderla, es practicarla, es llevarla a cabo, es vivirla.
Hay varias cosas que Jesús dijo acá en este pasaje de la escritura: “misericordia quiero, no sacrificio”. ¿De qué sirve que usted se sacrifique con tantas cosas si no tiene misericordia de su hermano? ¿Por qué lo anda divulgando a medio mundo? ¿Cuál es el propósito? ¿Con qué propósito lo hace?
Ahora mire, si usted quiere resolver algo y usted busca al pastor y le dice: “mi hermano yo le quiero comentar. No se lo he comentado a nadie. Se lo comento a usted nada más, porque pasó esto, yo vi esto, entonces lo dejo con usted pastor. Yo no quiero meterme en esa situación. Yo ya estoy orando.” Y esa es una actitud más cristiana, esto es tener compasión de la gente. Cualquier cosa que haya hecho la persona, cualquiera. Porque si usted vio a una Señora haciendo cualquier cosa indebida y usted lo anda divulgando con su lengua que le está arrastrando en el piso, tanto pecado cometió una como la otra.
¿Qué significa entonces tener misericordia? Si la están pasando también en la casa de Mateo. Banquete, dice la escritura. Quiere decir que no eran pupusas de chicharrón la que había ahí para almorzar o para cenar. Pero no, deja de disfrutar el momento, deja de disfrutar la reunión, el gusto de conocer a otra persona para ponerse a criticar, a juzgar: Es que eso no está bien, es que eso no me gusta, es que eso aquí, es que eso allá. Y fastidian y fastidian. Y hay que tener tanto cuidado con gente así hermano, personas incluso dentro de las congregaciones. No les gusta nada, le molesta todo. ¡Eso no está bien! “Sed pues misericordioso como también vuestro padre es misericordioso”.
En Salmos 86:5 dice: 5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
El deseo de venganza siempre surge una situación como ésta y la venganza no es de Dios. Y repito, somos llamados a tratar con la falta de la gente. O sea, – ¿Me ofendiste? – Ya no me ofendas más, por favor. Pero no significa que te voy a odiar, no significa que a partir de ahora no te quiero dirigir la palabra, ni me hables siquiera. ¡Es que entonces no entendemos lo que es la misericordia! ¡Entonces no entendemos lo que es la compasión!
Yo estaba en la casa de una persona así, allá en mi país. Yo dejé mi país hace 33 años, muchas cosas han pasado todo este tiempo. Y fui a la casa de los hermanos, y el hermano que yo conocía hace mucho tiempo, me presento a su esposa (su nueva adquisición) y platicamos, y esto y lo otro. Pero del otro lado había una señora que yo decía es que esta señora la conozco. ¡Lo que pasa es que han pasado tantos años! Hay algunos hermanitos y hermanitas que lucen igual 35 años más tarde, pero hay otros que como que le pasó el tren encima. Y yo pregunté: ¿y esta hermana? -Pastor, me dijo, es mi ex. Entonces yo dije: ¿Y la que está aquí es la tuya? -Y me dijo, sí. La que está allá es la que era antes. (La que era antes, estaba con su marido, que a ese yo no lo conocía.) ¿Pero este relajo como es?, le digo. Y me contesta: No, no es ningún relajo, nos llevamos muy bien. Es más, algunos deben tener este tipo de experiencia, fíjese qué cosa más curiosa, nos llevamos mejor que cuando estábamos juntos. Y yo le dije: pero no como la canción de Maluma “Felices los cuatro”. No, no, que va. Usted considera que es una situación mala. Hermanos es que eso es compasión. De eso se trata. Si usted se pone es que esa vieja es aquí, que esa vieja es la prima del diablo, y que usted no la conoce. Es que todos tenemos algo que decir de alguien más, hermanos.
Dígame pues, usted que trabaja con su jefe y sabe que su jefe es mañoso, pues está robando, que mete las manos de vez en cuando por ahí y toda la situación. ¿Usted quién es para andarle contando a toda la empresa lo que está sucediendo si nadie le está preguntando nada usted? Y la pregunta es ¿Cuál es la intención? (Fíjate que yo estoy inventando este caso) Si la intención suya de que todo el mundo se dé cuenta que es mañoso para que lo pongan a usted en la posición de él, ¿usted cree que Dios no sabe? ¿Usted cree que es la manera más noble de llegar a esa posición? Porque juicio sin misericordia se hará con aquella persona que no tenga misericordia. ¡Hay que tener tanto, pero tanto cuidado hermanos!
Hubo un predicador que dijo (señalando a otro): ese hombre vive con su secretaria, deben quitarlo, ese hombre tal cosa… Fíjese que lo quitaron, porque era cierto; pero a la vuelta de un tiempo estaba felizmente casado, era presidente en otra universidad y toda esa cuestión. Pero el que juzgó sin misericordia a este predicador hasta este día no se levanta; y tenía un ministerio a nivel global. Yo había estado en su iglesia, la ciudad había mandado a poner rótulos con nombre de él (para decir que ya se acerca, a 50 millas se encuentra usted este ministerio). Todo se acabó por completo, ¿y por qué pastor? Porque juicio sin misericordia se hará, con aquella persona que no tiene misericordia. ¿Por qué no lo mandó a llamar? ¿Por qué no se sentó con él? ¿Por qué no le dijo: Mira hermano estoy escuchando esto, escucho lo otro, pero a mí no me consta, qué me dices de eso? Pero algo más, si es cierto, a resolver la situación. Pero no, él quería ser el único evangelista, que nadie compitiera con él, quería el pastel para él solo. Y la manera que encontró fue humillar al otro.
Yo digo que es simple y sencillamente, nuestra naturaleza humana. ¿Por qué usted no habla mal de sus hijos? A ellos los protege. Usted no hablará mal de su hija por más “alegre” que sea, por no decir otra cosa. ¿Y por qué con la otra gente usted cambia? Porque, o no conoce la misericordia o no la ha entendido. Usted no tiene derecho de denigrar a nadie.
Esto pasó en la casa de Mateo. Era un banquete, era una fiesta, había alegría, el hombre se había salvado, había dejado su lugar de trabajo, lo había dejado. Jesús le dijo: “Sígueme”. Una simple palabra y dejó todo y le siguió. El hombre se sintió tan contento, tan feliz, que él dijo: –“Señor, ¿será que si organizo una fiestecita en mi casa usted viene?” Jesús le dijo: “Claro que si” – ¿Podré invitar a mis compañeros, con los que trabajaba? Pero se colaron unos fariseos, unos escribas, que no disfrutaban de la fiesta, decían: “porque tu maestro tal cosa, porque ustedes aquí, porque ustedes allá”. ¿Cuál es su deseo de poner por el piso a otra gente, a ver? ¿Qué hay en ese corazón, dígame usted?
Iglesia, si no fuera por la misericordia de Dios, ¿qué sería de nosotros?
Por la misericordia de Dios, estamos en Canadá y para algunos ha sido un milagro.
Por la misericordia de Dios, un día nos predicaron el evangelio glorioso de Jesucristo, sin merecerlo.
Por la misericordia de Dios, nos entregamos a Jesús.
Por la misericordia de Dios, no hemos sido consumidos.
Por la misericordia de Dios, hemos llegado con vida hasta este día.
Por la misericordia de Dios, hemos sido bendecidos.
Por la misericordia de Dios, tenemos las riquezas que tenemos.
Por la misericordia de Dios, tenemos un techo en esta nación, en este país.
Por la misericordia de Dios, tenemos una linda familia.
Por la misericordia de Dios, tenemos una iglesia.
Por la misericordia de Dios, tenemos un trabajo.
Por la misericordia de Dios, podemos poner el pan en la mesa de nuestros hijos.
Por la misericordia de Dios, nos ha guardado con mano fuerte y con brazo extendido hasta este día.
Por la misericordia de Dios, nos ha librado de aquellos que nos han querido dañar.
Por la misericordia de Dios, nos ha librado de todas nuestras aflicciones.
Por la misericordia de Dios, somos salvos iglesia.
Por la misericordia de Dios, nuestros pecados han sido perdonados.
Por la misericordia de Dios, somos libres de las llamas del infierno.
Por la misericordia de Jehová, ningún arma forjada en contra nuestra ha prosperado, dice la bendita palabra del Señor.
Por la misericordia de Jehová, me ha guardado del día malo.
Por la misericordia de Jehová, hemos resistido duras pruebas que hemos atravesado.
Por la misericordia de Dios, algunos de los que estamos aquí estamos vivos a pesar del coronavirus.
Dijo el salmista (Salmos 118:1): Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
¡Alabad al Dios de los cielos porque para siempre su misericordia!
Incline su rostro oremos al Señor amados:
Padre querido, te pedimos perdón por los errores que hemos cometido al hablar mal de nuestros hermanos. Oramos por nuestras iniquidades, por nuestras transgresiones y te pedimos perdón por todas las veces que hemos juzgado, con o sin razón, porque entendemos por esta bendita palabra que no nos corresponde a nosotros Señor. Y que así como un día nosotros clamamos por misericordia, esa misma misericordia que tuviste de nosotros también debemos tener por nuestro prójimo. Tú palabra nos manda diciendo: Misericordiosos así como vuestro padre ha tenido misericordia de vosotros”. Ayúdanos Señor, especialmente aquellas personas en las iglesias que no han entendido tu misericordia, no la han comprendido todavía, o no la conocen. Lo que sí estamos plenamente seguros en esta hora Padre querido, es que si no fuera por tu misericordia ya hubiéramos sido consumidos mi Señor; es por eso que tú eres grande en misericordia. Te alabamos, te bendecimos, te adoramos y te damos gracias por habernos salvado; y habernos permitido llegar hasta este día.
Mientras todos oramos si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, esta tarde es una tarde de salvación. Dios le ama, Dios tiene un plan para su vida, un plan particular para su vida, Dios le quiere salvar. Si hay alguna persona que dice: “Pastor yo tengo la necesidad de entregarle mi vida a Dios, yo quiero comenzar una vida nueva en esta tarde”. Si hay alguien que quiere entregarle su vida a Cristo, ahí donde está, yo le invito para que se ponga de pie. Venga a los pies de Jesús. Póngase de pie, levante su mano. Alguien se va a acercar a usted. Hay alguna persona, que Dios le bendiga, ¡Gloria al Señor! ¡Gracias a Dios! Alguien más, venga a los pies de Cristo, venga a los pies de Jesús. Póngase de pie, levante su mano, no tenga pena, Dios le ama, tiene un plan maravilloso para su vida. Dios le quiere salvar, entregue su vida a Cristo. ¡Gloria al Señor, que Dios le bendiga! Gracias a Dios. ¿Alguien más? Dios quiere salvarle, comience una vida nueva hoy. Usted que no mira por internet, usted también puede hacer lo mismo a través de una oración de fe, dígale al Señor: Señor en este día me arrepiento. Te pido perdón. Señor reconozco que te he fallado. Padre en este día yo clamo por esa misericordia que se ha hablado hoy. Gracias por poner tu cuerpo en lugar del mío y derramar tu sangre preciosa. En este día te recibo como mi Señor y salvador personal. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre, nos gozamos de tu presencia en el nombre de Jesús, amén.
Amado mío que la paz de Cristo les acompañe, que Dios los bendiga a todos