Busque a Dios
Marzo 05, 2023 – 1:30PM | Isaias 55:6-7 | Dr. David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el libro de Isaías capítulo 55 por favor y vamos a leer los versículos 6 y 7. El mensaje de esta tarde le he titulado: “Busque a Dios.”
Isaías 55: 6-7 (RV-60): 6Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y véelvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Comienza el versículo seis diciendo “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado” ¡Que Dios bendiga esta palabra en nuestros corazones!
Si usted se mete a Google y escribe ahí: ¿qué busca la gente hoy en día? Se va a dar cuenta que:
- Felicidad, la gente quiere ser feliz.
- Seguridad Financiera. Por eso la gente trabaja tanto, por eso la gente se busca dos, tres, trabajos; y es capaz de cualquier cosa. Por el trabajo se pierden matrimonios, por el trabajo se pierden relaciones familiares, por el trabajo se pierden los cultos, por el trabajo se pierde la devoción a Dios, a la casa del Señor por el trabajo.
- Romance, la gente busca romance, es decir amor. Y algunas personas, ya desesperadas, pues se meten a las redes sociales y andan buscando a otros solteros desesperados.
- Éxito, quieren tener éxito en la vida.
- Placer, complacencia, diversión.
- Independencia. En la mayoría de los casos son las mujeres quienes buscan esto.
- Aceptación.
- Reconocimiento.
Otros estudios dicen que depende del tipo de persona que usted sea, o la profesión que usted tenga, así serán las cosas que busca en la vida. Por ejemplo: un deportista busca triunfo, quiere triunfar en su profesión. Un narcisista busca alimentar su ego, combustible para alimentarlo. Una persona tóxica lo que busca es, una víctima a quien deshacerle la vida.
Y bueno, buscar a Dios es de gente sabia. Hay un pasaje de la escritura relacionado y quiero que le ponga atención, por favor, en Salmos 14 el versículo 1, notará la palabra necio; y en el versículo 2 note la palabra entendido.
Salmos 14: 1-2 (Rv-60): 1Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. 2Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.
Eso dice el necio: no hay Dios. Una persona escribió en redes sociales lo siguiente: Yo no busco a Dios, porque no lo necesito. Yo tengo la capacidad suficiente para enfrentarme a los problemas que me plantea la vida, sin tener que recurrir a seres mágicos, invisibles, que supuestamente te ayudan. (El necio dice: No hay Dios.) Otra persona escribió: Yo no creo en la existencia de Dios, ni necesito una figura paternal porque soy adulto. Si necesito ayuda, la busco entre mis semejantes; que al fin de cuentas son los únicos que te pueden proporcionar ayuda realmente. (El necio dice: No hay Dios.) Otro escribió: ¿Por qué buscas a Dios, teniendo todo lo necesario a tu alrededor? ¿Eres tan desdichado que tienes que buscar a un ser invisible? Si te esforzaras a cambiar tu realidad con la ayuda de otras personas, no andarías buscando a un ser que no existe.
Y no importa ¿qué tipo de necios hay? Porque hay necios de todas las formas; hay personas que van a la universidad y, por haber terminado una carrera universidad, se consideran los más grandes filósofos. La Biblia, la palabra del Señor dice: quienquiera que niegue la existencia de Dios, es necio. ¿Por qué? Porque la Biblia nos manda a buscar a Dios, y nos dice: el que busca a Dios, es una persona sabia.
Vivimos en un mundo de múltiples pensamientos y filosofías. Dice el necio en su corazón: no hay Dios. Ahora hay muchas personas que son agnósticos. Hace una semana, el sábado anterior, celebramos una boda en el centro de la ciudad. (Y usted sabe, que como pastor la licencia para casar me la da la ciudad, el gobierno y tenemos que atender a las personas que quieren casarse.) Curiosamente la persona con la que conversaba (el novio) me dice: Yo soy agnóstico. Y el agnóstico, mis amados hermanos, es la persona que no afirma la existencia, ni la inexistencia de Dios; mientras no sean demostrables. Por ejemplo: Este Señor chileno, tan conocido de televisión, Don Francisco, él es agnóstico; dice: “Yo no creo en Dios, ni tampoco digo que no existe, pero tampoco digo que existe.” Y déjeme decirles hermanos que el evangelio es como el embarazo, o está o no está; porque nadie está medio embarazado. Usted no se puede quedar en el medio, a veces siento que sí y a veces siento que no; no puede.
La Biblia dice que: el que no cree en Dios es necio. Y podrá ser su hijo, y podrá ser su hija, y podrá ser su yerno, su nuera, su suegra, su madre, podrá ser su padre; que sigue siendo necio. Fíjese el versículo con el que comenzamos (Isaías 55:6): Buscad a Dios mientras puede ser hallado. Y fíjese, yo tengo por ahí un sermón que se llama: la bendición de los problemas; porque la gente se pone más sensible, espiritualmente hablando, cuando tiene un problema. Nadie piensa en el cielo, nadie piensa en la eternidad, ni en la muerte, hasta que no tenga un velorio (en un funeral). Hay momentos en la vida, donde nos ponemos más sensibles espiritualmente. Ninguna persona, que tiene un yate, que tiene fortuna, que tiene dinero, que tiene lo que se le ocurra, va a buscar a Dios; pero cuando llega la aflicción, cuando llega la necesidad, cuando te aprieta la angustia; entonces hasta el más ateo dice: ¡Dios mío!
1Crónicas 16: 11 (RV-60) dice: Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.
Salmos 105: 4 (RV-60): Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro.
Amós 5:6 (RV-60): Buscad a Jehová y vivid.
Sofonías 2:3 (RV-60): Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra.
¡Buscad a Jehová! Hay personas que están en grandes problemas, en grandísimos problemas y, aun así, no buscan a Dios.
Vamos al pasaje de 2 Crónicas. Este pasaje es bien interesante y se ha malinterpretado, algunos pastores piensan que no hay que ir al doctor. Recuerde que Asa era El rey de Judá.
2Crónica 16:11-12 (RV-60): 11Más he aquí los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no busco a Jehová, sino a los médicos. El pasaje no dice: que no hay que buscar a los médicos. Dios da sabiduría a los doctores, pero nosotros unimos las dos cosas; nosotros vamos al doctor, pero le pedimos a la iglesia que nos ayude a orar. ¿Por qué? Porque nosotros creemos que la oración del justo puede mucho. Nosotros creemos que, si dos o tres nos reunimos en el nombre del Señor, ahí estará el Señor en medio de nosotros. Y este rey, en lugar de buscar a Dios, buscó a los hombres.
Yo quiero hablarles de personas que, a lo mejor en este momento, están pasando por una dificultad, que está pasando por un problema y, aun así, no buscan a Dios. Están mal económicamente, y no buscan a Dios. Los hijos andan perdidos, y no buscan a Dios. Un matrimonio en la cuerda floja, y no buscan a Dios. Endeudados hasta el cuello, y no buscan a Dios. Vicios en la familia, y aun así no buscan a Dios. Hay problemas legales, y no buscan a Dios. Están a punto de perder todo lo que tienen y aun así no buscan a Dios. Hay un miembro de la familia que amenaza con quitarse la vida, y aun así no buscan a Dios. Situación migratoria (en Canadá está complicadísima) y, aun así, no buscan a Dios. En la familia no hay paz, hay pleitos todos los días, hay peleas entre el primo y el sobrino, pelea la tía con el tío, pelea todo el mundo; y aun así no buscan a Dios. Hermano, es triste la situación en la que vivimos, usted debe conocer personas, debe tener familiares muy cercanos, que están atravesando situaciones complicadas y, aun así, no buscan a Dios. Esta iglesia ha tenido sus puertas abiertas por los últimos treinta y cuatro años, vamos para treinta y cinco, y nunca hemos cerrado. Nosotros tenemos un lema acá: “Ni pregunte, si va a haber culto o no, siempre hay.”
Le quiero plantear una situación que yo la he visto múltiples, pero múltiples, veces: “Dios no tiene nietos, Dios tiene hijos.” Usted puede interceder por un hijo, por una hija, por un amigo, por una amiga, por un compañero de trabajo; pero si esa persona (por la que usted está intercediendo) no busca a Dios; no va a pasar nada. Créame, yo sé que hay gente muy sensible. Una mamá estaba muy angustiada, muy desesperada, por una situación que estaba atravesando su hijo. La hermana pidió oración a muchas personas por la situación que estaba atravesando. Podemos orar todo lo que usted quiera, pero si ese hijo(a) no busca a Dios, nada va a pasar. Quítese de la mente que: porque usted es cristiano, sus hijos pueden vivir la vida como se le ronca la gana; eso no funciona así.
Otra cosa más, algunas veces le ponemos una curita (band-aid), a una gran infección y la curita no puede resolver ese problema.
Yo recibo gente que vienen a hablar conmigo: Ay pastor, fíjate que yo quisiera que usted hablara con mi hijo. Si usted viera cuantos problemas tienen ellos pastor, yo no sé qué voy a hacer. La mujer muy angustiada frente a mí. Yo le digo: ¿Y de qué manera le ayudo? Vaya a hablar con ellos. Es que no es así la cosa hermano, no es así. Yo entiendo su angustia, pero esa gente necesita buscar a Dios, tienen que buscar al Señor. Yo no puedo buscar a Dios en lugar suyo. Por eso el mensaje se llama así: Busque a Dios.
Dios tiene hijos no nietos, si sus hijos quieren ser salvos ellos necesitan venir a la casa del Señor y entregarle su vida a Cristo. Yo no puedo salvar ni a mis hijos, aun siendo pastor, no puedo. Ellos ya están con la edad suficiente para buscar a Dios, están con edad para arrepentirse de sus pecados. Yo puedo interceder, pero no me voy a angustiar por la vida de ellos.
Yo pasé una situación hace mucho tiempo, con mi hermano mayor, que ya está en la presencia del Señor. Mi hermano era el tipo de persona que estaba siempre, con la gente equivocada, en el lugar equivocado, a la hora equivocada; toda la vida. Imagínese que era como si lo planificara. Me llamaban: mire, tu hermano está preso. ¿Y qué pasó? Fíjate que estaba con unos marihuanos, a él no le encontraron nada, pero como estaba con ellos se lo llevaron. Otra vez me llama mi mamá, como a la una de la madrugada, para decirme que mi hermano se fue a la calle, se subió a un autobús que ya venía llenísimo y se cayó del autobús. Se había quebrado tres costillas, se ha quebrado una pierna, ese era mi hermano. Y a mí, eso me angustiaba. Ese fue el hijo preferido de mi mamá, ella me dice que no, solo que ese era el que más la necesitaba. Todo esto a mí me angustiaba mucho, yo me acuerdo que el pastor me decía: ¿qué te pasa? Fíjese pastor es que mi hermano otra vez… Hasta que yo me di cuenta que, yo me puedo angustiar, pero eso no resuelve ningún problema. ¡Por amor de Dios! Mire, yo puedo poner a la congregación completa a orar por mi angustia, pero no estoy resolviendo el problema de, ¿qué es lo que me angustia? Hasta que le dije: “tienes que buscar a Dios hermano, tienes que buscar a Dios.” Hay un tipo de oración que se llaman: oraciones agresivas ¿verdad? Algo así como: “Señor quiébrale una pata.” Porque si no, no entiende. Pero quizás no la dije bien, porque no solo se la quebró sino, se la cortaron. Pero gracias a Dios, se entregó al Señor. Llegaba el pastor a casa, tenían casa de oración en la casa, se hicieron bien amigos del pastor. Ya no se iba a la calle a las dos de la mañana, ya no volvió al hospital, no lo volvieron a meter preso; se compuso. “Buscad a Dios, mientras pueda ser hallado.” Hay personas que necesitan una oración agresiva, porque aquí se cumple aquella porción de la palabra (Mateo 5: 29) hermano: Si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego. Piense en eso.
Entonces reconozca esta situación: “La gente tiene que buscar a Dios.” No se canse mamá, no se canse de ese hijo perdido, de ese hijo que no quiere nada, de esa pareja que le dice: “Ay mamá, ya vas otra vez con tus cosas.” Sí mi hijo lindo, porque sin Dios no somos nada. Porque tus problemas se van a empeorar si tú no buscas al creador de los cielos y la tierra. Tienes que buscar a Dios. ¡Busca del Señor! ¡Busca al Señor!
Muchos buscaron a Dios por un milagro. Nosotros no dudamos que Dios, es un Dios de milagros, que es el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Si usted necesita un milagro, venga a Jesús hermano, así como lo hicieron tantas personas. Como lo hizo la mujer del flujo, como lo hicieron paralíticos, como lo hicieron ciegos, pero lo importante es que “busque de Jesús”. Busque al Señor.
El problema de buscar a Dios por un milagro es, ¿qué pasa después de recibir el milagro? Yo, en esta iglesia, he visto cientos de gente recibir el milagro que andaban buscando, el milagro que necesitaban; pero una vez recibieron el milagro le dieron la espalda a Dios. Hemos tenido personas que han prometido a Dios, dando testimonio, que el día que ellos lograran lo que le pedían a Dios, iban a estar aquí y de aquí nadie los sacaba. Al siguiente domingo ya no estaban. Ese es el problema de buscar a Dios por un milagro. Lo vemos en los diez leprosos, sanó a los diez; pero ¿cuántos regresaron? Uno solo, nadie más. No está mal buscar a Dios por un milagro, la pregunta es: ¿qué va a hacer usted cuando Dios le haya cumplido su milagro?
Los primeros versículos del capítulo dos de Mateo, nos habla de los reyes magos, y me encanta ese pasaje; porque es la contrapartida de lo que acabo de mencionar. Esta porción de la escritura me encanta, por una sencilla razón, ¿por qué los magos buscaron a Jesús? No fue para pedirle un milagro; los magos no buscaron a Jesús porque necesitaran algo. Lo buscaron, tal vez, por la razón correcta que una persona debe buscar a Jesús: para adorarlo y para entregarle lo mejor.
Mateo 2:1-2 (RV-60): 1Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Esa es y debe ser la razón principal, la máxima expresión de gratitud, debe ser la adoración. Vinieron a adorar a Jesús y le trajeron regalos. La actitud correcta, no vinieron a pedir un milagro, no vinieron de lejos para ver a un actor famoso, a un artista famoso, vinieron para adorar. Zaqueo se subió a un árbol para ver pasar a Jesús, no quería nada Zaqueo, pero recibió todo. Nicodemo lo buscó porque tenía preguntas, pero lo buscó de corazón. No es necesario, hermano, que le hablen a usted por teléfono para adorar a Dios. No es necesario que vaya a una comitiva de la iglesia a decirle; debe nacerle en el alma, en el corazón. No es que Dios necesite de nosotros, es que nosotros necesitamos de Dios. ¿Por qué le cuesta tanto a la gente meterse eso en la cabeza? Insisto, hay personas que la están pasando muy, pero muy, mal y, aun así, no buscan a Dios.
Dios bendice a los que le buscan. Hay una porción de la escritura muy linda que nos habla acerca del rey Uzías. 2 Crónicas 26: 1-5 (RV-60): 1Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual tenía dieciséis años de edad, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su padre. 2Uzías edificó a Elot, y la restituyó a Judá después que el rey Amasías durmió con sus padres. 3De dieciséis años niño era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén. 4E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre. 5Y Uzías persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías (el profeta), entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
2 Crónicas 26: 5 (NTV): Uzías buscó a Dios en el tiempo de Zacarías, quien le enseñó a temer a Dios; y mientras el rey buscó la dirección del SEÑOR, Dios le dio éxito.
2 Crónicas 26: 5 (TL Actual): El profeta Zacarías le enseñó a Uzías a respetar y amar a Dios, y mientras el profeta vivió Uzías obedeció a Dios, y por eso Dios lo hizo prosperar.
La palabra prosperar en este contexto, no significa tener dinero en el bolsillo; significa buen vivir. Entonces, la prosperidad a la que Dios se refiere es el buen vivir en todas las áreas de tu vida. El que busca a Jehová con el corazón, prospera en su matrimonio, prospera en su trabajo, prospera con sus hijos, prospera con la familia, prospera en todas las áreas de la vida. Es el buen vivir en Dios. ¿Y para quién es esa bendición? Para el que busca a Dios.
Que no le quepa la menor duda, que los obstáculos para buscar a Dios son demasiados; a tal grado que usted va a tener que utilizar convicciones firmes, convicciones férreas, para adorar a Dios. Va a a tener que luchar contra cantidad de cosas por Dios y su reino de Dios.
Mateo 6: 33 (RV-60) Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas. Ya el Señor en el mismo Mateo nos dice que veamos las aves del campo, que veamos los lirios; que ni Salomón con toda su gloria se vistió como ellos. Dice que Dios te va a alimentar, que Dios te va a dar un lugar donde vivir; pero hay que buscarlo de corazón.
¿Cuál es el problema tenemos hoy en día? Hay algunas personas que, si les aparece algo más en su calendario el domingo, la iglesia le valió un bledo. Entonces, ¿cómo quieres resolver tus situaciones, si Dios no es primero para ti? No debes buscar al Señor solo para que Dios te haga un milagrito, no hermano. A Dios hay que buscarlo porque Él es digno de alabanza. Porque él es digno de adoración. Debe haber una necesidad profunda en el alma de decir: No, es mi Dios primero. Él es mi Dios. Busque a Dios hermano, en las buenas y en las malas. Busque a Dios cuando esté en paz, cuando está en tribulación. Cuando está en pleito con su mujer, cuando esté en paz con su mujer; ¡Busque a Dios! Cuando las cosas van bien en su trabajo, cuando van mal en el trabajo, ¡Busca a Dios! En tiempo de salud, en tiempo de enfermedad, no importa cuál sea la situación, ¡Busque a Dios! Si se va a cambiar de ciudad, cualquiera que sea la ciudad para donde usted se va a ir; Busque a Dios. Si va a cambiar de país, cualquiera que sea el país para donde se va a ir; Busque a Dios.
Me atrevo a decir lo siguiente: si por algún motivo, alguna circunstancia en su vida usted la regó, usted falló usted, cometió un pecado, usted cometió un error; llámele de la manera que usted le quiera llamar, por amor de Dios: ¡Levántese y Busque a Dios! ¡Busque a Dios en todo momento!
Si nosotros, que estamos en la casa del Señor, tenemos nuestros problemas, tenemos nuestras dificultades; ¿cómo no estarán aquellos que no buscan a Dios? Mi hermano, hay bendición para aquellas personas que Buscan a Dios.
El pastor general, el papá de Pastor Junior, decía algo que escuché ahora a Pastor Junior repetir lo mismo. Él decía: usted está pasando problemas en su vida, véngase al culto domingo en la mañana, domingo en la tarde y miércoles. Y le aseguro, que a la vuelta de tres meses la mitad de sus problemas se van a resolver. Porque la palabra no falla. De ahí salió de la famosa expresión: “cristianos de tres tercios”. ¡Busquemos a Dios hermano!
Y ese es mi interés con la escuela bíblica. Que esos niños que están ahí enfrente en la escuela bíblica ahora, conozcan a Dios y permanezcan en el evangelio, que busquen a Dios. Que aprendan a buscar a Dios, a tener convicciones firmes. Ha sucedido que sus padres se han alejado del Señor, pero los hijos ahí están; eso quiere decir que la semilla que se sembró en esos corazones ha germinado, esa semilla ha dado fruto por la gracia del Señor. De igual manera con los adolescentes, de igual manera con el resto de los ministerios de la iglesia. Ese es el propósito de esta congregación, que usted conozca, busque y crezca en el conocimiento do nuestro bendito Señor y Salvador.
Cualquiera que sea su circunstancia, ¡Busque a Dios! A las personas, a nuestro alrededor, que la están pasando muy mal; insista, ¡Busque a Dios! ¡Busque a Dios! ¡Busque a Dios!
Oremos, Padre querido te damos gracias Señor, porque tú siempre tomas la iniciativa. Tu palabra dice: que nuestro Señor Jesucristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Quiero que pongas en nuestros corazones el deseo férreo, la necesidad de buscarte cada día, de venir a tu casa para adorarte como un solo cuerpo. Pongo esta congregación en tus manos preciosas. Y pongo en tus manos, a todas aquellas personas que han atravesado por la silla de esta iglesia Señor, y que hoy en día se han enfriado. Los que en un tiempo te buscaron, pero que ahora se han olvidado de ti. Por nosotros mismos Señor, para que nunca desaparezca el deseo de buscarte. Que se una necesidad diaria, que podamos anhelarte como el aire que respiramos cada día, que podamos decir (Salmos 42:1): Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mientras todos oramos, Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere salvarle. Dice la palabra (Juan 1:12): Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, le dio potestad de llegar a ser hijos de Dios. Si en esta tarde hay alguna persona que me dice: Pastor, yo necesito a Dios en mi vida. Yo necesito a Cristo en mi corazón. Quiero comenzar una vida nueva, quiero en este país comenzar, y hacer las cosas bien. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, en esta tarde, yo le invito. ¿Hay alguien que quiere recibir a Jesús en su corazón? Yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano, déjenos orar por usted. Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración. Dígale al Señor: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. Gracias por la sangre preciosa de Jesús. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Bendita Palabra.
Padre querido, gracias por tu palabra de este día. Abrimos nuestro corazón, también para el resto del día, para que nos sigas hablando. Llévanos en paz y bendición en el nombre de Jesús: amén y amén.
Amado mío, que la paz de Cristo les acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!
Busque a Dios
Marzo 05, 2023 – 1:30PM | Isaias 55:6-7 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el libro de Isaías capítulo 55 por favor y vamos a leer los versículos 6 y 7. El mensaje de esta tarde le he titulado: “Busque a Dios.”
Isaías 55: 6-7 (RV-60): 6Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y véelvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Comienza el versículo seis diciendo “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado” ¡Que Dios bendiga esta palabra en nuestros corazones!
Si usted se mete a Google y escribe ahí: ¿qué busca la gente hoy en día? Se va a dar cuenta que:
- Felicidad, la gente quiere ser feliz.
- Seguridad Financiera. Por eso la gente trabaja tanto, por eso la gente se busca dos, tres, trabajos; y es capaz de cualquier cosa. Por el trabajo se pierden matrimonios, por el trabajo se pierden relaciones familiares, por el trabajo se pierden los cultos, por el trabajo se pierde la devoción a Dios, a la casa del Señor por el trabajo.
- Romance, la gente busca romance, es decir amor. Y algunas personas, ya desesperadas, pues se meten a las redes sociales y andan buscando a otros solteros desesperados.
- Éxito, quieren tener éxito en la vida.
- Placer, complacencia, diversión.
- Independencia. En la mayoría de los casos son las mujeres quienes buscan esto.
- Aceptación.
- Reconocimiento.
Otros estudios dicen que depende del tipo de persona que usted sea, o la profesión que usted tenga, así serán las cosas que busca en la vida. Por ejemplo: un deportista busca triunfo, quiere triunfar en su profesión. Un narcisista busca alimentar su ego, combustible para alimentarlo. Una persona tóxica lo que busca es, una víctima a quien deshacerle la vida.
Y bueno, buscar a Dios es de gente sabia. Hay un pasaje de la escritura relacionado y quiero que le ponga atención, por favor, en Salmos 14 el versículo 1, notará la palabra necio; y en el versículo 2 note la palabra entendido.
Salmos 14: 1-2 (Rv-60): 1Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. 2Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.
Eso dice el necio: no hay Dios. Una persona escribió en redes sociales lo siguiente: Yo no busco a Dios, porque no lo necesito. Yo tengo la capacidad suficiente para enfrentarme a los problemas que me plantea la vida, sin tener que recurrir a seres mágicos, invisibles, que supuestamente te ayudan. (El necio dice: No hay Dios.) Otra persona escribió: Yo no creo en la existencia de Dios, ni necesito una figura paternal porque soy adulto. Si necesito ayuda, la busco entre mis semejantes; que al fin de cuentas son los únicos que te pueden proporcionar ayuda realmente. (El necio dice: No hay Dios.) Otro escribió: ¿Por qué buscas a Dios, teniendo todo lo necesario a tu alrededor? ¿Eres tan desdichado que tienes que buscar a un ser invisible? Si te esforzaras a cambiar tu realidad con la ayuda de otras personas, no andarías buscando a un ser que no existe.
Y no importa ¿qué tipo de necios hay? Porque hay necios de todas las formas; hay personas que van a la universidad y, por haber terminado una carrera universidad, se consideran los más grandes filósofos. La Biblia, la palabra del Señor dice: quienquiera que niegue la existencia de Dios, es necio. ¿Por qué? Porque la Biblia nos manda a buscar a Dios, y nos dice: el que busca a Dios, es una persona sabia.
Vivimos en un mundo de múltiples pensamientos y filosofías. Dice el necio en su corazón: no hay Dios. Ahora hay muchas personas que son agnósticos. Hace una semana, el sábado anterior, celebramos una boda en el centro de la ciudad. (Y usted sabe, que como pastor la licencia para casar me la da la ciudad, el gobierno y tenemos que atender a las personas que quieren casarse.) Curiosamente la persona con la que conversaba (el novio) me dice: Yo soy agnóstico. Y el agnóstico, mis amados hermanos, es la persona que no afirma la existencia, ni la inexistencia de Dios; mientras no sean demostrables. Por ejemplo: Este Señor chileno, tan conocido de televisión, Don Francisco, él es agnóstico; dice: “Yo no creo en Dios, ni tampoco digo que no existe, pero tampoco digo que existe.” Y déjeme decirles hermanos que el evangelio es como el embarazo, o está o no está; porque nadie está medio embarazado. Usted no se puede quedar en el medio, a veces siento que sí y a veces siento que no; no puede.
La Biblia dice que: el que no cree en Dios es necio. Y podrá ser su hijo, y podrá ser su hija, y podrá ser su yerno, su nuera, su suegra, su madre, podrá ser su padre; que sigue siendo necio. Fíjese el versículo con el que comenzamos (Isaías 55:6): Buscad a Dios mientras puede ser hallado. Y fíjese, yo tengo por ahí un sermón que se llama: la bendición de los problemas; porque la gente se pone más sensible, espiritualmente hablando, cuando tiene un problema. Nadie piensa en el cielo, nadie piensa en la eternidad, ni en la muerte, hasta que no tenga un velorio (en un funeral). Hay momentos en la vida, donde nos ponemos más sensibles espiritualmente. Ninguna persona, que tiene un yate, que tiene fortuna, que tiene dinero, que tiene lo que se le ocurra, va a buscar a Dios; pero cuando llega la aflicción, cuando llega la necesidad, cuando te aprieta la angustia; entonces hasta el más ateo dice: ¡Dios mío!
1Crónicas 16: 11 (RV-60) dice: Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.
Salmos 105: 4 (RV-60): Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro.
Amós 5:6 (RV-60): Buscad a Jehová y vivid.
Sofonías 2:3 (RV-60): Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra.
¡Buscad a Jehová! Hay personas que están en grandes problemas, en grandísimos problemas y, aun así, no buscan a Dios.
Vamos al pasaje de 2 Crónicas. Este pasaje es bien interesante y se ha malinterpretado, algunos pastores piensan que no hay que ir al doctor. Recuerde que Asa era El rey de Judá.
2Crónica 16:11-12 (RV-60): 11Más he aquí los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no busco a Jehová, sino a los médicos. El pasaje no dice: que no hay que buscar a los médicos. Dios da sabiduría a los doctores, pero nosotros unimos las dos cosas; nosotros vamos al doctor, pero le pedimos a la iglesia que nos ayude a orar. ¿Por qué? Porque nosotros creemos que la oración del justo puede mucho. Nosotros creemos que, si dos o tres nos reunimos en el nombre del Señor, ahí estará el Señor en medio de nosotros. Y este rey, en lugar de buscar a Dios, buscó a los hombres.
Yo quiero hablarles de personas que, a lo mejor en este momento, están pasando por una dificultad, que está pasando por un problema y, aun así, no buscan a Dios. Están mal económicamente, y no buscan a Dios. Los hijos andan perdidos, y no buscan a Dios. Un matrimonio en la cuerda floja, y no buscan a Dios. Endeudados hasta el cuello, y no buscan a Dios. Vicios en la familia, y aun así no buscan a Dios. Hay problemas legales, y no buscan a Dios. Están a punto de perder todo lo que tienen y aun así no buscan a Dios. Hay un miembro de la familia que amenaza con quitarse la vida, y aun así no buscan a Dios. Situación migratoria (en Canadá está complicadísima) y, aun así, no buscan a Dios. En la familia no hay paz, hay pleitos todos los días, hay peleas entre el primo y el sobrino, pelea la tía con el tío, pelea todo el mundo; y aun así no buscan a Dios. Hermano, es triste la situación en la que vivimos, usted debe conocer personas, debe tener familiares muy cercanos, que están atravesando situaciones complicadas y, aun así, no buscan a Dios. Esta iglesia ha tenido sus puertas abiertas por los últimos treinta y cuatro años, vamos para treinta y cinco, y nunca hemos cerrado. Nosotros tenemos un lema acá: “Ni pregunte, si va a haber culto o no, siempre hay.”
Le quiero plantear una situación que yo la he visto múltiples, pero múltiples, veces: “Dios no tiene nietos, Dios tiene hijos.” Usted puede interceder por un hijo, por una hija, por un amigo, por una amiga, por un compañero de trabajo; pero si esa persona (por la que usted está intercediendo) no busca a Dios; no va a pasar nada. Créame, yo sé que hay gente muy sensible. Una mamá estaba muy angustiada, muy desesperada, por una situación que estaba atravesando su hijo. La hermana pidió oración a muchas personas por la situación que estaba atravesando. Podemos orar todo lo que usted quiera, pero si ese hijo(a) no busca a Dios, nada va a pasar. Quítese de la mente que: porque usted es cristiano, sus hijos pueden vivir la vida como se le ronca la gana; eso no funciona así.
Otra cosa más, algunas veces le ponemos una curita (band-aid), a una gran infección y la curita no puede resolver ese problema.
Yo recibo gente que vienen a hablar conmigo: Ay pastor, fíjate que yo quisiera que usted hablara con mi hijo. Si usted viera cuantos problemas tienen ellos pastor, yo no sé qué voy a hacer. La mujer muy angustiada frente a mí. Yo le digo: ¿Y de qué manera le ayudo? Vaya a hablar con ellos. Es que no es así la cosa hermano, no es así. Yo entiendo su angustia, pero esa gente necesita buscar a Dios, tienen que buscar al Señor. Yo no puedo buscar a Dios en lugar suyo. Por eso el mensaje se llama así: Busque a Dios.
Dios tiene hijos no nietos, si sus hijos quieren ser salvos ellos necesitan venir a la casa del Señor y entregarle su vida a Cristo. Yo no puedo salvar ni a mis hijos, aun siendo pastor, no puedo. Ellos ya están con la edad suficiente para buscar a Dios, están con edad para arrepentirse de sus pecados. Yo puedo interceder, pero no me voy a angustiar por la vida de ellos.
Yo pasé una situación hace mucho tiempo, con mi hermano mayor, que ya está en la presencia del Señor. Mi hermano era el tipo de persona que estaba siempre, con la gente equivocada, en el lugar equivocado, a la hora equivocada; toda la vida. Imagínese que era como si lo planificara. Me llamaban: mire, tu hermano está preso. ¿Y qué pasó? Fíjate que estaba con unos marihuanos, a él no le encontraron nada, pero como estaba con ellos se lo llevaron. Otra vez me llama mi mamá, como a la una de la madrugada, para decirme que mi hermano se fue a la calle, se subió a un autobús que ya venía llenísimo y se cayó del autobús. Se había quebrado tres costillas, se ha quebrado una pierna, ese era mi hermano. Y a mí, eso me angustiaba. Ese fue el hijo preferido de mi mamá, ella me dice que no, solo que ese era el que más la necesitaba. Todo esto a mí me angustiaba mucho, yo me acuerdo que el pastor me decía: ¿qué te pasa? Fíjese pastor es que mi hermano otra vez… Hasta que yo me di cuenta que, yo me puedo angustiar, pero eso no resuelve ningún problema. ¡Por amor de Dios! Mire, yo puedo poner a la congregación completa a orar por mi angustia, pero no estoy resolviendo el problema de, ¿qué es lo que me angustia? Hasta que le dije: “tienes que buscar a Dios hermano, tienes que buscar a Dios.” Hay un tipo de oración que se llaman: oraciones agresivas ¿verdad? Algo así como: “Señor quiébrale una pata.” Porque si no, no entiende. Pero quizás no la dije bien, porque no solo se la quebró sino, se la cortaron. Pero gracias a Dios, se entregó al Señor. Llegaba el pastor a casa, tenían casa de oración en la casa, se hicieron bien amigos del pastor. Ya no se iba a la calle a las dos de la mañana, ya no volvió al hospital, no lo volvieron a meter preso; se compuso. “Buscad a Dios, mientras pueda ser hallado.” Hay personas que necesitan una oración agresiva, porque aquí se cumple aquella porción de la palabra (Mateo 5: 29) hermano: Si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego. Piense en eso.
Entonces reconozca esta situación: “La gente tiene que buscar a Dios.” No se canse mamá, no se canse de ese hijo perdido, de ese hijo que no quiere nada, de esa pareja que le dice: “Ay mamá, ya vas otra vez con tus cosas.” Sí mi hijo lindo, porque sin Dios no somos nada. Porque tus problemas se van a empeorar si tú no buscas al creador de los cielos y la tierra. Tienes que buscar a Dios. ¡Busca del Señor! ¡Busca al Señor!
Muchos buscaron a Dios por un milagro. Nosotros no dudamos que Dios, es un Dios de milagros, que es el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Si usted necesita un milagro, venga a Jesús hermano, así como lo hicieron tantas personas. Como lo hizo la mujer del flujo, como lo hicieron paralíticos, como lo hicieron ciegos, pero lo importante es que “busque de Jesús”. Busque al Señor.
El problema de buscar a Dios por un milagro es, ¿qué pasa después de recibir el milagro? Yo, en esta iglesia, he visto cientos de gente recibir el milagro que andaban buscando, el milagro que necesitaban; pero una vez recibieron el milagro le dieron la espalda a Dios. Hemos tenido personas que han prometido a Dios, dando testimonio, que el día que ellos lograran lo que le pedían a Dios, iban a estar aquí y de aquí nadie los sacaba. Al siguiente domingo ya no estaban. Ese es el problema de buscar a Dios por un milagro. Lo vemos en los diez leprosos, sanó a los diez; pero ¿cuántos regresaron? Uno solo, nadie más. No está mal buscar a Dios por un milagro, la pregunta es: ¿qué va a hacer usted cuando Dios le haya cumplido su milagro?
Los primeros versículos del capítulo dos de Mateo, nos habla de los reyes magos, y me encanta ese pasaje; porque es la contrapartida de lo que acabo de mencionar. Esta porción de la escritura me encanta, por una sencilla razón, ¿por qué los magos buscaron a Jesús? No fue para pedirle un milagro; los magos no buscaron a Jesús porque necesitaran algo. Lo buscaron, tal vez, por la razón correcta que una persona debe buscar a Jesús: para adorarlo y para entregarle lo mejor.
Mateo 2:1-2 (RV-60): 1Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Esa es y debe ser la razón principal, la máxima expresión de gratitud, debe ser la adoración. Vinieron a adorar a Jesús y le trajeron regalos. La actitud correcta, no vinieron a pedir un milagro, no vinieron de lejos para ver a un actor famoso, a un artista famoso, vinieron para adorar. Zaqueo se subió a un árbol para ver pasar a Jesús, no quería nada Zaqueo, pero recibió todo. Nicodemo lo buscó porque tenía preguntas, pero lo buscó de corazón. No es necesario, hermano, que le hablen a usted por teléfono para adorar a Dios. No es necesario que vaya a una comitiva de la iglesia a decirle; debe nacerle en el alma, en el corazón. No es que Dios necesite de nosotros, es que nosotros necesitamos de Dios. ¿Por qué le cuesta tanto a la gente meterse eso en la cabeza? Insisto, hay personas que la están pasando muy, pero muy, mal y, aun así, no buscan a Dios.
Dios bendice a los que le buscan. Hay una porción de la escritura muy linda que nos habla acerca del rey Uzías. 2 Crónicas 26: 1-5 (RV-60): 1Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual tenía dieciséis años de edad, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su padre. 2Uzías edificó a Elot, y la restituyó a Judá después que el rey Amasías durmió con sus padres. 3De dieciséis años niño era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén. 4E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre. 5Y Uzías persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías (el profeta), entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
2 Crónicas 26: 5 (NTV): Uzías buscó a Dios en el tiempo de Zacarías, quien le enseñó a temer a Dios; y mientras el rey buscó la dirección del SEÑOR, Dios le dio éxito.
2 Crónicas 26: 5 (TL Actual): El profeta Zacarías le enseñó a Uzías a respetar y amar a Dios, y mientras el profeta vivió Uzías obedeció a Dios, y por eso Dios lo hizo prosperar.
La palabra prosperar en este contexto, no significa tener dinero en el bolsillo; significa buen vivir. Entonces, la prosperidad a la que Dios se refiere es el buen vivir en todas las áreas de tu vida. El que busca a Jehová con el corazón, prospera en su matrimonio, prospera en su trabajo, prospera con sus hijos, prospera con la familia, prospera en todas las áreas de la vida. Es el buen vivir en Dios. ¿Y para quién es esa bendición? Para el que busca a Dios.
Que no le quepa la menor duda, que los obstáculos para buscar a Dios son demasiados; a tal grado que usted va a tener que utilizar convicciones firmes, convicciones férreas, para adorar a Dios. Va a a tener que luchar contra cantidad de cosas por Dios y su reino de Dios.
Mateo 6: 33 (RV-60) Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas. Ya el Señor en el mismo Mateo nos dice que veamos las aves del campo, que veamos los lirios; que ni Salomón con toda su gloria se vistió como ellos. Dice que Dios te va a alimentar, que Dios te va a dar un lugar donde vivir; pero hay que buscarlo de corazón.
¿Cuál es el problema tenemos hoy en día? Hay algunas personas que, si les aparece algo más en su calendario el domingo, la iglesia le valió un bledo. Entonces, ¿cómo quieres resolver tus situaciones, si Dios no es primero para ti? No debes buscar al Señor solo para que Dios te haga un milagrito, no hermano. A Dios hay que buscarlo porque Él es digno de alabanza. Porque él es digno de adoración. Debe haber una necesidad profunda en el alma de decir: No, es mi Dios primero. Él es mi Dios. Busque a Dios hermano, en las buenas y en las malas. Busque a Dios cuando esté en paz, cuando está en tribulación. Cuando está en pleito con su mujer, cuando esté en paz con su mujer; ¡Busque a Dios! Cuando las cosas van bien en su trabajo, cuando van mal en el trabajo, ¡Busca a Dios! En tiempo de salud, en tiempo de enfermedad, no importa cuál sea la situación, ¡Busque a Dios! Si se va a cambiar de ciudad, cualquiera que sea la ciudad para donde usted se va a ir; Busque a Dios. Si va a cambiar de país, cualquiera que sea el país para donde se va a ir; Busque a Dios.
Me atrevo a decir lo siguiente: si por algún motivo, alguna circunstancia en su vida usted la regó, usted falló usted, cometió un pecado, usted cometió un error; llámele de la manera que usted le quiera llamar, por amor de Dios: ¡Levántese y Busque a Dios! ¡Busque a Dios en todo momento!
Si nosotros, que estamos en la casa del Señor, tenemos nuestros problemas, tenemos nuestras dificultades; ¿cómo no estarán aquellos que no buscan a Dios? Mi hermano, hay bendición para aquellas personas que Buscan a Dios.
El pastor general, el papá de Pastor Junior, decía algo que escuché ahora a Pastor Junior repetir lo mismo. Él decía: usted está pasando problemas en su vida, véngase al culto domingo en la mañana, domingo en la tarde y miércoles. Y le aseguro, que a la vuelta de tres meses la mitad de sus problemas se van a resolver. Porque la palabra no falla. De ahí salió de la famosa expresión: “cristianos de tres tercios”. ¡Busquemos a Dios hermano!
Y ese es mi interés con la escuela bíblica. Que esos niños que están ahí enfrente en la escuela bíblica ahora, conozcan a Dios y permanezcan en el evangelio, que busquen a Dios. Que aprendan a buscar a Dios, a tener convicciones firmes. Ha sucedido que sus padres se han alejado del Señor, pero los hijos ahí están; eso quiere decir que la semilla que se sembró en esos corazones ha germinado, esa semilla ha dado fruto por la gracia del Señor. De igual manera con los adolescentes, de igual manera con el resto de los ministerios de la iglesia. Ese es el propósito de esta congregación, que usted conozca, busque y crezca en el conocimiento do nuestro bendito Señor y Salvador.
Cualquiera que sea su circunstancia, ¡Busque a Dios! A las personas, a nuestro alrededor, que la están pasando muy mal; insista, ¡Busque a Dios! ¡Busque a Dios! ¡Busque a Dios!
Oremos, Padre querido te damos gracias Señor, porque tú siempre tomas la iniciativa. Tu palabra dice: que nuestro Señor Jesucristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Quiero que pongas en nuestros corazones el deseo férreo, la necesidad de buscarte cada día, de venir a tu casa para adorarte como un solo cuerpo. Pongo esta congregación en tus manos preciosas. Y pongo en tus manos, a todas aquellas personas que han atravesado por la silla de esta iglesia Señor, y que hoy en día se han enfriado. Los que en un tiempo te buscaron, pero que ahora se han olvidado de ti. Por nosotros mismos Señor, para que nunca desaparezca el deseo de buscarte. Que se una necesidad diaria, que podamos anhelarte como el aire que respiramos cada día, que podamos decir (Salmos 42:1): Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mientras todos oramos, Dios le ama. Tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere salvarle. Dice la palabra (Juan 1:12): Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, le dio potestad de llegar a ser hijos de Dios. Si en esta tarde hay alguna persona que me dice: Pastor, yo necesito a Dios en mi vida. Yo necesito a Cristo en mi corazón. Quiero comenzar una vida nueva, quiero en este país comenzar, y hacer las cosas bien. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, en esta tarde, yo le invito. ¿Hay alguien que quiere recibir a Jesús en su corazón? Yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano, déjenos orar por usted. Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración. Dígale al Señor: “Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. Gracias por la sangre preciosa de Jesús. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida.” Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Bendita Palabra.
Padre querido, gracias por tu palabra de este día. Abrimos nuestro corazón, también para el resto del día, para que nos sigas hablando. Llévanos en paz y bendición en el nombre de Jesús: amén y amén.
Amado mío, que la paz de Cristo les acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!