Enseñanzas de Jesús a sus discípulos (III)
Marzo 10, 2024 – 2:00 PM | Juan 3:12-13 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el evangelio de Juan. Estamos a unas semanas de celebrar lo que se conoce como: la semana mayor, la semana santa; y queremos aprovechar este tiempo para hablar de Jesús y sus discípulos: Las cosas trascendentales que hicieron, ¿cómo el Señor los escogió?
La semana pasada vimos que, una de las cosas que Jesús hizo fue que, interrumpió la vida de los discípulos, les enseñó a servir, les enseñó a utilizar sus bienes para el reino, les enseñó también a utilizar las influencias que tenían para la extensión del reino, para beneficio del reino, y también les enseñó que el reino de Dios es primero. Vimos que Jesús tenía una multitud de discípulos, y que de esa multitud había doce que eran los más cercanos, de los doce, habían tres que eran sus preferidos, y había uno que era el favorito: Juan. También nos dimos cuenta que Jesús tenía mucha paciencia con sus discípulos y terminamos diciendo que Jesús nunca esperó perfección de parte de sus discípulos.
Quiero que guardemos en la mente y en el corazón que el enfoque principal del discipulado es: Llegar a ser una persona que tiene la disposición y el compromiso de aprender, crecer, someterse y obedecer la palabra del Señor.
Juan 3:12-13 (RV-60): 12Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. ¡Qué fuerza, qué poder, están encerradas en este versículo! Jesús dice: las cosas que hoy les he hablado son cosas de acá, cosas materiales, terrenales, y, aun así, no las creen; ¡si les cuento cuáles son las celestiales!
El mensaje se llama: “Las enseñanzas de Jesús a sus discipulos”. ¿Qué cosas Jesús enseñó a sus discípulos? Yo me hice una lista de cosas que yo he aprendido, hablando de las sagradas escrituras, que no tenía conocimiento. ¿Qué cosas nos ha enseñado Jesús, a nosotros, desde el momento que llegamos al evangelio?
Se dice que: las enseñanzas más populares de Jesús que encontramos en los evangelios son tres: las bienaventuranzas, el Padre nuestro y las parábolas. Se dice que, de las parábolas, las más populares son: El hijo pródigo, El buen samaritano y La parábola del sembrador. Jesús enseñó con diferentes métodos, usó historias, usó objetos, ilustraciones visuales, usó dichos. ¿Saben ustedes que, en los evangelios, Jesús hizo trescientas siete preguntas? Hacer preguntas fue parte del método de Jesús, por ejemplo: ¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Qué te parece Simón, los reyes de la tierra de quién cobran sus tributos: de sus hijos o de los extraños? Hay un dato que es más curioso todavía, ¿sabe usted que a Jesús le hicieron ciento ochenta y tres (183) preguntas en los evangelios y solamente contestó tres (3)? Las enseñanzas de Jesús dejaban asombrados a los que las oían.
Marcos 1:22 (RV-60): 22Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Jesús hablaba con autoridad, cuando Jesús hablaba la gente escuchaba, cuando Jesús hablaba la gente no bostezaba, cuando Jesús hablaba la gente no se dormía. Jesús hablaba cosas que eran nuevas a los oídos de los oyentes. Eran palabras provocativas, provocaban el pensamiento de aquellos que estaban escuchando, porque les hablaba con historias y envolvía las enseñanzas en medio de historia. Cuarenta y cinco (45) veces llamaron a Jesús: Maestro. Sabemos que el mensaje principal de las enseñanzas de Jesús es: “El reino de los cielos se ha acercado, por tanto, arrepentíos y creed al evangelio”.
Hay enseñanzas que Jesús le dio a sus discípulos, que los discípulos no entendieron; pero, era tanta la autoridad de Jesús que tenían miedo preguntarle.
Juan 16: 16-22 (RV-60): 16Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 17Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? 18Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. 19Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. 22También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
Marcos 9:30-32 (RV-60): 30Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
Las enseñanzas de Jesús eran confrontativas, desafiantes y radicales; y a la gente no le gusta eso. Hoy en día a la gente no le gusta que los confronten con nada. ¿Qué cosas enseñó Jesús a sus discípulos? ¿Qué cosas ha aprendido usted?
A lo largo de esta semana he pensado en varios de los que están acá, desde el día que vinieron al evangelio hasta la fecha. Yo sé el estado espiritual de muchos, se percibe el tiempo que una persona ha dedicado al Señor durante la semana, el conocimiento que ha adquirido. Yo he seguido el crecimiento de muchos de ustedes, desde el día que le entregaron su vida al Señor, hasta este momento. Dios transforma el corazón. No hay un corazón, por muy duro que sea, que Dios no pueda cambiar. Si Dios, en su grande misericordia ha puesto los ojos en usted, por más que usted quiera huir, no va a poder huir si Dios ha puesto los ojos en usted, si Dios lo ha escogido a usted.
¿Qué cosas les enseñó Jesús a sus discípulos? ¿Qué cosas aprendieron? Y la verdad hermanos, que el Señor, no solamente te interrumpe tus planes sino también tu propósito.
Amar a Dios por encima de todas las cosas.
Por naturaleza nadie nace amando a Dios; es más, tenemos hijos que nacieron en el seno de nuestra familia (la iglesia) y no aman a Dios. Nadie nace amando a Dios, se aprende a amar a Dios.
Por naturaleza nos amamos a nosotros mismos, por ejemplo: Pedro amaba pescar, su barco, su casa, su esposa (porque tenía suegra). Pero cuando Jesús llega a tu vida, te enseña a amar a Dios por encima de todas las cosas. Jesús te dice: “quiero que ames a Dios con todo el corazón, quiero que lo ames con toda tu alma, quiero que lo ames con toda tu mente y quiero que lo ames con todas tus fuerzas”. Este es el principal mandamiento.
Les acabo de decir que las enseñanzas de Jesús son confrontativas, desafiantes y son radicales. Porque mire, por naturaleza amamos a nuestros hijos, ¿verdad? ¿Sabes qué te dice Señor? Que debes amarlo más a Él, que a tus hijos.
Si usted en este instante le preguntara a Dios: Señor, ¿cuál es el principal mandamiento de todos? Él te dirá: que ames a Dios por encima de todas las cosas. ¿Puede imaginarse usted a Pedro, a Juan, a los hijos de Zebedeo?
¿Se imagina a Mateo?, que era cobrador de impuestos, cuando Jesús le dijo: sígueme; eso implicaba dejar lo que estaba haciendo, dejar su comodidad, el dinero; la enseñanza es radical
Ama a tu prójimo.
Jesús no solamente te enseña amar a Dios por encima de todas las cosas, sino que después de eso sabes que te da un segundo mandamiento. Y, ¿sabes qué te dice? Que ames a tu prójimo. Jesús no te dice que ames al prójimo como amas a Dios; no, te dice: Ama a tu prójimo, así como te amas a ti mismo.
¿Cuánto tiempo dedicó usted, en usted mismo, antes de venir a la iglesia? ¿Se queda usted con hambre teniendo comida? ¿No cubrimos nuestro cuerpo cuando tenemos frío? Entonces Dios te dice: Así como te amas a ti, ama a tu prójimo.
Mateo era considerado un traidor, ¿por qué? Porque era judío y trabajaba para Roma. Había un arreglo entre los publicanos y los romanos. El romano le decía: tú cobra el impuesto a tu gente, de todo lo que tú cobres me das una parte y tú te quedas con la otra. Entonces los judíos odiaban a los que cobraban los impuestos. Pero el Señor lo llama, y luego llama a los hijos de Zebedeo, y luego llama a los hijos del trueno; y ¿qué hizo el Señor? Los puso a todos juntos, y les dijo: “Ámense”. Como que el Señor, de una manera muy especial, escogió personas y las puso en un solo lugarcito. Fueron enseñanzas radicales.
El Señor dice primero: Amen a Dios por encima de todas las cosas. Luego quiero que: Amen a su prójimo como a ustedes mismos.
Yo me puedo imaginar a Pedro diciéndole: -Señor, tengo que ir a pescar. –No Pedro, tienes que buscar el reino de Dios y su justicia primero. -Pero Señor, ¿y las cosas que necesitamos? –No te preocupes, serán añadidas (Mateo 6:33). ¿Dígame si no es radical eso, a ver? ¿A quién le gusta eso?
Otras enseñanzas radicales:
No le haga a otra persona lo que no le gustaría que le hagan a usted. (Lucas 7:12) Es decir, no pague mal por mal.
Mire esta enseñanza (Lucas 6:27-28): Amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan. Si alguien te saca el dedo en la calle, ¿qué es lo que hay que hacer? Decirle: Dios le bendiga. Señor bendice esa persona que ven ese carro, aunque yo no lo conozco. ¿Es eso lo que hace usted? Dígame si, ¿no es una enseñanza radical ésta? ¿Sabe por qué? Porque Jesús enseñó cosas que van en contra de nuestra naturaleza, porque nosotros nos queremos vengar de una persona que nos ha hecho daño; pero, el Señor dice: No.
Una de las cosas, que me he dado cuenta, que son más difíciles para la gente es: aprender a perdonar. A mucha gente le cuesta perdonar. Un día, queriendo justificarse, uno de sus discípulos le dijo: Señor, ¿verdad que yo debo perdonar solo hasta siete veces? No, setenta veces siete, quiere decir: acostúmbrate a perdonar. ¿Sabe qué es lo peor de no perdonar? Que el Señor te dice: Si tú no perdonas, yo no te perdono.
La falta de perdón puede ser una puerta para invitar demonios a la vida, porque no es posible que Él perdonó mis pecados, y yo no pueda perdonar a una persona sus ofensas. Por mucho daño que le hayan ocasionado, por mucho daño, Dios quiere hacernos libre. Y una manera de hacernos libre, amados míos, es a través del perdón.
Es una inmensa cantidad de enseñanzas la que Jesús dio a sus discípulos.
Les dijo: No juzguen para que no sean juzgados. (Lucas 6:37). Este es un problema serio, aún en el mundo cristiano, porque hay mucha gente que juzga a otros, y les garantizo que no tienen limpio su dedo. La Biblia dice que no juzguéis; nos encanta ver lo oscuro de otra persona, para que el mío se vea gris.
Yo conozco personas que parecen ser honorables, lucen respetables, son convincentes al hablar; pero hablan mal de otros y hasta mienten; porque tienen un mal corazón; no pueden probar lo que hablan.
Las enseñanzas que le dio Jesús a los discípulos, no solamente fueron a los discípulos, también son para usted y son para mí. Quiero que ponga atención a estos versículos,
Mateo 7:24-27 (RV-60): 24Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpeto contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
¿Qué quiere decir eso? Que las enseñanzas de Jesús, no son para que nos pasen por arriba de la cabeza mis amados, las enseñanzas de Jesús son para hacerlas y para practicarlas. El que las practica, cuando vengan los problemas, cuando vengan las lluvias, la casa va a permanecer firme; porque está fundada sobre la roca. Pero la casa del que no practica las enseñanzas de Jesús, será destruida.
Amados hermanos, las enseñanzas de Jesús son radicales. Las enseñanzas de Jesús son desafiantes en realidad, que Dios nos ayude a hacer su voluntad.
Padre, te damos gracias en esta tarde por tu palabra. Te damos gracias Señor por todo lo que has hecho en nuestras vidas; y de una manera muy especial, yo quiero darte gracias por todo lo que tú nos has enseñado a lo largo de nuestro caminar. Cosas nuevas a nuestros oídos Padre, cosas nuevas a nuestra vida. Gracias porque cambiaste por completo nuestra manera de pensar, cambiaste por completo nuestro caminar, nuestro propósito en la vida, nuestra visión; lo cambiaste todo. Gracias por interrumpir nuestro diario caminar Señor, y poner en nuestros corazones al Espíritu Santo. Enseñanzas transformadoras de tu palabra, enseñanzas desafiantes, enseñanzas radicales. Te damos honra y te damos gloria. ¡Qué privilegio el de tus discípulos de recibir todas estas cosas directamente de ti!
Mientras oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, si nunca antes usted ha invitado a Jesús a venir a su vida, pero usted siente necesidad de Dios, ahí donde está usted puede recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Puede hacerlo a través de una oración de fe, dígale al Señor de esta manera: Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te pido perdón por mis pecados y te doy gracias por lo que hiciste en la cruz a mi favor. En este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Gracias Padre por refrescar nuestros corazones en este día, y gracias por tantos milagros a nuestro alrededor; en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!
Ensenanzas de Jesus
Marzo 10, 2024 – 2:00 PM | Juan 3:12-13 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en el evangelio de Juan. Estamos a unas semanas de celebrar lo que se conoce como: la semana mayor, la semana santa; y queremos aprovechar este tiempo para hablar de Jesús y sus discípulos: Las cosas trascendentales que hicieron, ¿cómo el Señor los escogió?
La semana pasada vimos que, una de las cosas que Jesús hizo fue que, interrumpió la vida de los discípulos, les enseñó a servir, les enseñó a utilizar sus bienes para el reino, les enseñó también a utilizar las influencias que tenían para la extensión del reino, para beneficio del reino, y también les enseñó que el reino de Dios es primero. Vimos que Jesús tenía una multitud de discípulos, y que de esa multitud había doce que eran los más cercanos, de los doce, habían tres que eran sus preferidos, y había uno que era el favorito: Juan. También nos dimos cuenta que Jesús tenía mucha paciencia con sus discípulos y terminamos diciendo que Jesús nunca esperó perfección de parte de sus discípulos.
Quiero que guardemos en la mente y en el corazón que el enfoque principal del discipulado es: Llegar a ser una persona que tiene la disposición y el compromiso de aprender, crecer, someterse y obedecer la palabra del Señor.
Juan 3:12-13 (RV-60): 12Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. ¡Qué fuerza, qué poder, están encerradas en este versículo! Jesús dice: las cosas que hoy les he hablado son cosas de acá, cosas materiales, terrenales, y, aun así, no las creen; ¡si les cuento cuáles son las celestiales!
El mensaje se llama: “Las enseñanzas de Jesús a sus discipulos”. ¿Qué cosas Jesús enseñó a sus discípulos? Yo me hice una lista de cosas que yo he aprendido, hablando de las sagradas escrituras, que no tenía conocimiento. ¿Qué cosas nos ha enseñado Jesús, a nosotros, desde el momento que llegamos al evangelio?
Se dice que: las enseñanzas más populares de Jesús que encontramos en los evangelios son tres: las bienaventuranzas, el Padre nuestro y las parábolas. Se dice que, de las parábolas, las más populares son: El hijo pródigo, El buen samaritano y La parábola del sembrador. Jesús enseñó con diferentes métodos, usó historias, usó objetos, ilustraciones visuales, usó dichos. ¿Saben ustedes que, en los evangelios, Jesús hizo trescientas siete preguntas? Hacer preguntas fue parte del método de Jesús, por ejemplo: ¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Qué te parece Simón, los reyes de la tierra de quién cobran sus tributos: de sus hijos o de los extraños? Hay un dato que es más curioso todavía, ¿sabe usted que a Jesús le hicieron ciento ochenta y tres (183) preguntas en los evangelios y solamente contestó tres (3)? Las enseñanzas de Jesús dejaban asombrados a los que las oían.
Marcos 1:22 (RV-60): 22Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Jesús hablaba con autoridad, cuando Jesús hablaba la gente escuchaba, cuando Jesús hablaba la gente no bostezaba, cuando Jesús hablaba la gente no se dormía. Jesús hablaba cosas que eran nuevas a los oídos de los oyentes. Eran palabras provocativas, provocaban el pensamiento de aquellos que estaban escuchando, porque les hablaba con historias y envolvía las enseñanzas en medio de historia. Cuarenta y cinco (45) veces llamaron a Jesús: Maestro. Sabemos que el mensaje principal de las enseñanzas de Jesús es: “El reino de los cielos se ha acercado, por tanto, arrepentíos y creed al evangelio”.
Hay enseñanzas que Jesús le dio a sus discípulos, que los discípulos no entendieron; pero, era tanta la autoridad de Jesús que tenían miedo preguntarle.
Juan 16: 16-22 (RV-60): 16Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 17Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? 18Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. 19Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. 22También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
Marcos 9:30-32 (RV-60): 30Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
Las enseñanzas de Jesús eran confrontativas, desafiantes y radicales; y a la gente no le gusta eso. Hoy en día a la gente no le gusta que los confronten con nada. ¿Qué cosas enseñó Jesús a sus discípulos? ¿Qué cosas ha aprendido usted?
A lo largo de esta semana he pensado en varios de los que están acá, desde el día que vinieron al evangelio hasta la fecha. Yo sé el estado espiritual de muchos, se percibe el tiempo que una persona ha dedicado al Señor durante la semana, el conocimiento que ha adquirido. Yo he seguido el crecimiento de muchos de ustedes, desde el día que le entregaron su vida al Señor, hasta este momento. Dios transforma el corazón. No hay un corazón, por muy duro que sea, que Dios no pueda cambiar. Si Dios, en su grande misericordia ha puesto los ojos en usted, por más que usted quiera huir, no va a poder huir si Dios ha puesto los ojos en usted, si Dios lo ha escogido a usted.
¿Qué cosas les enseñó Jesús a sus discípulos? ¿Qué cosas aprendieron? Y la verdad hermanos, que el Señor, no solamente te interrumpe tus planes sino también tu propósito.
Amar a Dios por encima de todas las cosas.
Por naturaleza nadie nace amando a Dios; es más, tenemos hijos que nacieron en el seno de nuestra familia (la iglesia) y no aman a Dios. Nadie nace amando a Dios, se aprende a amar a Dios.
Por naturaleza nos amamos a nosotros mismos, por ejemplo: Pedro amaba pescar, su barco, su casa, su esposa (porque tenía suegra). Pero cuando Jesús llega a tu vida, te enseña a amar a Dios por encima de todas las cosas. Jesús te dice: “quiero que ames a Dios con todo el corazón, quiero que lo ames con toda tu alma, quiero que lo ames con toda tu mente y quiero que lo ames con todas tus fuerzas”. Este es el principal mandamiento.
Les acabo de decir que las enseñanzas de Jesús son confrontativas, desafiantes y son radicales. Porque mire, por naturaleza amamos a nuestros hijos, ¿verdad? ¿Sabes qué te dice Señor? Que debes amarlo más a Él, que a tus hijos.
Si usted en este instante le preguntara a Dios: Señor, ¿cuál es el principal mandamiento de todos? Él te dirá: que ames a Dios por encima de todas las cosas. ¿Puede imaginarse usted a Pedro, a Juan, a los hijos de Zebedeo?
¿Se imagina a Mateo?, que era cobrador de impuestos, cuando Jesús le dijo: sígueme; eso implicaba dejar lo que estaba haciendo, dejar su comodidad, el dinero; la enseñanza es radical
Ama a tu prójimo.
Jesús no solamente te enseña amar a Dios por encima de todas las cosas, sino que después de eso sabes que te da un segundo mandamiento. Y, ¿sabes qué te dice? Que ames a tu prójimo. Jesús no te dice que ames al prójimo como amas a Dios; no, te dice: Ama a tu prójimo, así como te amas a ti mismo.
¿Cuánto tiempo dedicó usted, en usted mismo, antes de venir a la iglesia? ¿Se queda usted con hambre teniendo comida? ¿No cubrimos nuestro cuerpo cuando tenemos frío? Entonces Dios te dice: Así como te amas a ti, ama a tu prójimo.
Mateo era considerado un traidor, ¿por qué? Porque era judío y trabajaba para Roma. Había un arreglo entre los publicanos y los romanos. El romano le decía: tú cobra el impuesto a tu gente, de todo lo que tú cobres me das una parte y tú te quedas con la otra. Entonces los judíos odiaban a los que cobraban los impuestos. Pero el Señor lo llama, y luego llama a los hijos de Zebedeo, y luego llama a los hijos del trueno; y ¿qué hizo el Señor? Los puso a todos juntos, y les dijo: “Ámense”. Como que el Señor, de una manera muy especial, escogió personas y las puso en un solo lugarcito. Fueron enseñanzas radicales.
El Señor dice primero: Amen a Dios por encima de todas las cosas. Luego quiero que: Amen a su prójimo como a ustedes mismos.
Yo me puedo imaginar a Pedro diciéndole: -Señor, tengo que ir a pescar. –No Pedro, tienes que buscar el reino de Dios y su justicia primero. -Pero Señor, ¿y las cosas que necesitamos? –No te preocupes, serán añadidas (Mateo 6:33). ¿Dígame si no es radical eso, a ver? ¿A quién le gusta eso?
Otras enseñanzas radicales:
No le haga a otra persona lo que no le gustaría que le hagan a usted. (Lucas 7:12) Es decir, no pague mal por mal.
Mire esta enseñanza (Lucas 6:27-28): Amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan. Si alguien te saca el dedo en la calle, ¿qué es lo que hay que hacer? Decirle: Dios le bendiga. Señor bendice esa persona que ven ese carro, aunque yo no lo conozco. ¿Es eso lo que hace usted? Dígame si, ¿no es una enseñanza radical ésta? ¿Sabe por qué? Porque Jesús enseñó cosas que van en contra de nuestra naturaleza, porque nosotros nos queremos vengar de una persona que nos ha hecho daño; pero, el Señor dice: No.
Una de las cosas, que me he dado cuenta, que son más difíciles para la gente es: aprender a perdonar. A mucha gente le cuesta perdonar. Un día, queriendo justificarse, uno de sus discípulos le dijo: Señor, ¿verdad que yo debo perdonar solo hasta siete veces? No, setenta veces siete, quiere decir: acostúmbrate a perdonar. ¿Sabe qué es lo peor de no perdonar? Que el Señor te dice: Si tú no perdonas, yo no te perdono.
La falta de perdón puede ser una puerta para invitar demonios a la vida, porque no es posible que Él perdonó mis pecados, y yo no pueda perdonar a una persona sus ofensas. Por mucho daño que le hayan ocasionado, por mucho daño, Dios quiere hacernos libre. Y una manera de hacernos libre, amados míos, es a través del perdón.
Es una inmensa cantidad de enseñanzas la que Jesús dio a sus discípulos.
Les dijo: No juzguen para que no sean juzgados. (Lucas 6:37). Este es un problema serio, aún en el mundo cristiano, porque hay mucha gente que juzga a otros, y les garantizo que no tienen limpio su dedo. La Biblia dice que no juzguéis; nos encanta ver lo oscuro de otra persona, para que el mío se vea gris.
Yo conozco personas que parecen ser honorables, lucen respetables, son convincentes al hablar; pero hablan mal de otros y hasta mienten; porque tienen un mal corazón; no pueden probar lo que hablan.
Las enseñanzas que le dio Jesús a los discípulos, no solamente fueron a los discípulos, también son para usted y son para mí. Quiero que ponga atención a estos versículos,
Mateo 7:24-27 (RV-60): 24Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpeto contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
¿Qué quiere decir eso? Que las enseñanzas de Jesús, no son para que nos pasen por arriba de la cabeza mis amados, las enseñanzas de Jesús son para hacerlas y para practicarlas. El que las practica, cuando vengan los problemas, cuando vengan las lluvias, la casa va a permanecer firme; porque está fundada sobre la roca. Pero la casa del que no practica las enseñanzas de Jesús, será destruida.
Amados hermanos, las enseñanzas de Jesús son radicales. Las enseñanzas de Jesús son desafiantes en realidad, que Dios nos ayude a hacer su voluntad.
Padre, te damos gracias en esta tarde por tu palabra. Te damos gracias Señor por todo lo que has hecho en nuestras vidas; y de una manera muy especial, yo quiero darte gracias por todo lo que tú nos has enseñado a lo largo de nuestro caminar. Cosas nuevas a nuestros oídos Padre, cosas nuevas a nuestra vida. Gracias porque cambiaste por completo nuestra manera de pensar, cambiaste por completo nuestro caminar, nuestro propósito en la vida, nuestra visión; lo cambiaste todo. Gracias por interrumpir nuestro diario caminar Señor, y poner en nuestros corazones al Espíritu Santo. Enseñanzas transformadoras de tu palabra, enseñanzas desafiantes, enseñanzas radicales. Te damos honra y te damos gloria. ¡Qué privilegio el de tus discípulos de recibir todas estas cosas directamente de ti!
Mientras oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, si nunca antes usted ha invitado a Jesús a venir a su vida, pero usted siente necesidad de Dios, ahí donde está usted puede recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Puede hacerlo a través de una oración de fe, dígale al Señor de esta manera: Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te pido perdón por mis pecados y te doy gracias por lo que hiciste en la cruz a mi favor. En este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Gracias Padre por refrescar nuestros corazones en este día, y gracias por tantos milagros a nuestro alrededor; en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo le acompañe. ¡Que Dios me los bendiga!