Conociendo a Dios un poco más
Marzo 16, 2025 – 2:00PM | Colosenses 1:10 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde yo le he titulado: Conociendo a Dios un poco más.
Colosenses 1:10 (RV-60): Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.
Colosenses 1:10 (NTV): Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto, irán creciendo a medida que aprendan a conocer a Dios más y más.
¡Que Dios bendiga esta palabra que hemos leído!
Los creyentes debemos buscar la manera de conocer más a Dios. Dios está vivo, Dios es una persona, con Dios se habla. Es como un hijo que habla con su padre; por eso es bueno que conozcamos a Dios cada vez más.
Desde que usted conoció a Jesús como Señor y Salvador personal a la fecha, usted debe conocer a Dios de una manera más íntima, más especial, a eso le llamamos crecimiento espiritual.
La Biblia nos demanda, nos exige, ese crecimiento para evitar la ignorancia espiritual. El conocer a Dios no es una cosa de diente a labio, como mucha gente dice. Hay personas que creen conocer a Dios y en verdad no es así.
La Biblia dice (Mateo 7:22-23 RV-60): 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Eso me parece muy delicado.
Hay ciertos atributos que son básicos, por así decirlos, cuando se trata de conocer a Dios. Estoy seguro de que muchos de ustedes ya habrán escuchado acerca de estos atributos. Les voy a mencionar 10 rápidamente:
- Omnipotente: significa que Dios puede todas las cosas.
- Omnisciente: significa que Dios conoce todas las cosas. Dios conoce el pasado, Dios conoce el presente. Dios conoce las cosas que van a suceder.
- Omnisciencia: significa que Dios está en todo lugar.
- Santidad: significa que Dios es perfecto. Que Dios es sin pecado.
- Amor: significa que Dios es amor, su amor es ilimitado y es eterno.
- Justo: significa que Dios siempre hace lo que es correcto.
- Eterno: significa que no tiene ni principio ni fin.
- Fiel: significa que todo lo que Él ha prometido lo va a cumplir.
- Inmutable: significa que Dios no cambia.
- Misericordia: la escritura dice que Él es grande en misericordia, es decir, Dios es compasivo y es paciente para con todos. Él está esperando que procedamos al arrepentimiento.
Hay ciertas cosas con las que, pienso, algunas veces batallamos los cristianos evangélicos. Creo que valdría la pena que crezcamos en el conocimiento del Señor.
Por ejemplo: En las universidades se habla muchísimo, en la clase de filosofía, de que algunas personas dudan de la omnipotencia de Dios, usted lo habrá escuchado en las redes sociales. Aquellos que han estado en la universidad, habrán escuchado que te dicen: “¿Dios podría crear una piedra tan grande que Dios no la pueda levantar?”. Bueno lo que ellos están tratando de decir es que: si Dios no puede crear la piedra, quiere decir que no es todopoderoso; y si Dios no la puede levantar, quiere decir que Dios no es todopoderoso. De acuerdo con la Palabra de Dios (La Biblia) y con nuestra fe, Dios puede hacer todas las cosas, absolutamente todas. Dios no está sujeto a leyes físicas porque Él es Dios; pero al mismo tiempo Dios es un Dios coherente y no va a crear algo que vaya en contra de su esencia, de su naturaleza o de su voluntad. Pero sí hay cosas que Dios no puede hacer, por ejemplo: Dios no puede mentir, ¿no es cierto? Eso lo enseña la escritura. Dios no puede negarse a sí mismo, pero Dios no hace cosas contradictorias. Dios no hace renglones torcidos. Aunque la vida parezca llena de dificultades, de errores o caos, Dios tiene un propósito detrás de todo. Dios puede quebrantar las leyes de la naturaleza cuando Él tiene un propósito definido, cuando Él quiere; porque Él es un Dios coherente. Por ejemplo: Dios detuvo el sol y la luna, ¿sí o no? Dios abrió el Mar Rojo, abrió el río Jordán para que pasara su pueblo, porque Dios tenía un propósito definido. Dios resucitó a muertos, porque Dios tenía un propósito definido. Entonces, el jueguito de que Dios cree una piedra tan grande está fuera de lugar. Eso le sucede al que no conoce quién es nuestro Dios.
- La soberanía de Dios.
Este es un atributo que nos hace batallar bastante a los cristianos evangélicos. Cuando decimos que Dios es soberano, significa que Él tiene un poder absoluto sobre todas las cosas, que Él es el supremo gobernante del universo, que Dios no depende de nada, ni de nadie. Eso significa que en la vida van a suceder cosas que no nos gustan, aún a nosotros los cristianos evangélicos, pero como hijos de Dios tenemos que confiar en Él. Fíjese, nosotros no somos llamados a entender todas las cosas.
Hay cosas que vamos a pedir en oración que Dios no las va a contestar de la manera que queremos. Seres queridos van a morir, niños, madres, familiares cercanos; y aunque oremos, ayunemos, clamemos, hay cosas que van a suceder. Entonces no me diga: ¡Cómo es posible, tal cosa! Dios es Dios, acaso ¿usted no le conoce?
Estamos hablando de: Conociendo más a Dios. Él es el Rey, es el Señor, nosotros solo somos siervos inútiles.
Cuando yo podía ayunar desde las 6am, aprovechaba para explicarle a las personas que por ayunar usted no le va a doblar el brazo a Dios. Hay personas que dicen: “voy a ayunar tres días para que Dios me de lo que yo le estoy pidiendo”. Con eso usted no va a hacer que Dios cambie de opinión, si Él es inmutable, Él no cambia. Eso significa que habrá trabajos a los que algunos creyentes van a aplicar y no se lo van a dar; así sucederá con los préstamos y otras muchas cosas, es la soberanía de Dios.
Hace unos pocos meses estuvimos orando por un hermano en Cristo, allá en Colombia, que lastimosamente iba de retroceso en su carro y se le atravesó su hijita y la atropelló, eso fue triste. Cuando yo voy caminando en un hospital, yo oro por los que están a la izquierda, por los que están a la derecha, aún sin saber quiénes son ellos; porque las enfermedades son complicadas. También oro por las personas que están cuidando a los enfermos, hay familiares que han pasado años, y años, y años cuidando a un enfermo; algunos son más complicados que otros. Parte el alma y el corazón cuando usted va al Hospital infantil y ve a esos niños que están sufriendo; pero yo no me puedo poner delante de Dios a decirle: Señor, ¿cómo es posible que sucedan estas cosas si tú eres un Dios bueno? Yo no haría eso porque conozco la soberanía de Dios y que nosotros los cristianos evangélicos hemos sido llamados a que se haga la voluntad de Dios, aquí en la tierra como se hace en el cielo. El rey David siendo el dulce cantor de Israel, siendo el hombre conforme al corazón de Dios, se puso a ayunar para que no se muriera su hijo; y, ¿qué pasó? Se murió, ¿me explico? Nosotros oramos, clamamos, pedimos y esperamos que Dios tenga misericordia y suceda algo; pero si no sucede, ¡bendito sea su nombre! Amén. Esa es parte de la soberanía de Dios.
No me venga usted con historias que usted no está de acuerdo, porque eso lo que dice es: que usted no conoce a Dios.
- Las pruebas.
Dios nos prueba para saber qué hay en nuestro corazón. Hay dos maneras de responder a las pruebas: una es con adoración y la otra es con resentimiento. Job fue probado y respondió con adoración. La esposa de Job respondió con resentimiento. ¿Por qué? Porque las pruebas causan dolor, y Dios utiliza el dolor para purificar las más grandes experiencias espirituales que nosotros vivimos. En ese momento de dolor, de sufrimiento, el tiempo que utilizamos para reflexionar se quedan grabados en nuestra mente, en nuestro corazón, y son los momentos que hemos pasado en un hospital o en tribulación ante la presencia del Dios Todopoderoso.
Santiago 1: 2-3 (RV-60): 2Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. ¿Quién le va a dar gracias a Dios por la prueba? El que conoce a Dios. ¡Alabado sea tu nombre, bendito sea tu nombre! Aunque me duela, pero alabo tu nombre.
A nadie le gusta el sufrimiento, ni el dolor, pero la Biblia está llena de ejemplos de sufrimiento. Cuando se habla de Job, se le llama el sufrimiento injusto. José fue traicionado por sus hermanos y fue a la cárcel injustamente. David fue perseguido por el rey Saúl para matarlo. El profeta Elías quiso quitarse la vida. Pablo de Tarso dijo (2Corintios 11:23b-25, 27): 23en peligro de muerte muchas veces. 24De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en altamar; 27en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. El ejemplo por excelencia de sufrimiento es nuestro Señor Jesucristo. Y, ¿por qué es el ejemplo por excelencia? Porque Él es justo, Él era sin pecado y a pesar de todo eso, fue azotado, fue clavado, le pusieron una corona de espinas, le atravesaron una espada en su costado, y terminó en la cruz del calvario.
La pregunta de mucha gente: ¿por qué sufre el justo? ¿Por qué sufre el inocente? Jesucristo dijo (Juan 16:33 RV-60): Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. Conozca a Dios y no ande preguntando cosas que la misma Biblia responde. ¿Qué hacer en medio del sufrimiento? Confíe en Dios, y recuerde las escrituras.
Salmos 34:19 (RV-60): Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová. ¡Qué promesa! O sea, no estamos solos amados. Cuando alguien le hable acerca de ¿por qué Dios es tan injusto?; o, ¿por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? El Señor Jesucristo lo había dicho, ya sabíamos que íbamos a padecer.
- La sabiduría de Dios.
Dios es un Dios sabio. Hay cosas que no vamos a entender en este mundo.
1 Timoteo 1:17 (RV-60): Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos, Amén. Al único y sabio Dios.
Dios conoce todas las cosas pasadas, Dios conoce todas las cosas presentes, y Dios conoce lo que va a pasar. Dios es un Padre que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. La ecuación es bien sencilla, Él quiere lo mejor para nosotros. Él es sabio.
Déjeme explicarle algo que funciona para todo: Si a usted se le arruina el carro no va a buscar a un dentista para que se lo arregle, usted busca una persona que conozca del asunto; así es en todas las cosas de la vida. Si usted necesita una operación del corazón y está buscando un médico, usted le pregunta: Disculpe doctor, ¿a cuántas personas ha operado usted del corazón? No se preocupe, usted es el primero, pero por alguien se empieza. Y otro médico le dice: Yo tengo 150 operaciones del corazón. ¿A quién le va a confiar usted su corazón? Entonces ¿cómo no hacer lo mismo con Dios, que es un Dios sabio? En nuestra vida van a suceder ciertas situaciones que no vamos a entender, pero Él es un Padre y quiere lo mejor para nosotros. Cuando un padre, o madre le dice a un hijo(a): Ay hija(o) linda(o) perdóname, pero a mí se me hace que ese(a) muchacho(a) no es para ti. ¿Qué está tratando de hacer el padre, o madre? Anda buscando lo mejor para sus hijos, queremos evitarles una situación de tristeza, de dolor, de llanto; porque ya pasamos por allí, ya sabemos. Dios es sabio y quiere lo mejor para nosotros. Él dice: hijo solo confía en mí.
Hay mil cosas en la vida que no vamos a entender, pero Dios sabe lo que hace y quiere lo mejor para nosotros, eso tiene que ver con la sabiduría de Dios.
- Los celos de Dios.
Recuerden que esto se trata de conocer un poco más al Señor.
Éxodo 34:14 (RV-60): Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
No estamos hablando de una celotipia como la que tienen algunas mujeres, que habla de inseguridad y otras cosas; aquí estamos hablando de algo que proviene de nuestro Dios.
¿Qué significa que Dios no comparte su gloria con nadie? Dios nos anhela, el Espíritu Santo nos anhela con gemidos indecibles. Esto significa que Dios quiere ser la persona más importante en nuestra vida, por lo que el primero y más grande mandamiento dice (Lucas 10:27): Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente. O sea, con todo; y eso es lo que Dios quiere.
¿Qué significa los celos de Dios para con nosotros? Significa que la novia no puede ser más importante que Dios, que tus padres no pueden ser más importantes que Dios. Se acuerda de:
Mateo 8:21-22 (RV-60): 21Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Mateo 10: 37 (RV-60): 37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. ¡Qué le cuesta entender, por amor de Dios!
Ya hemos hablado hasta la saciedad de los ídolos modernos, hemos dicho que hoy en día tenemos: la imagen (apariencia), las redes. Dios nos anhela, ¿qué tanto tiempo dedica usted a las cosas de Dios? ¿Me podrá decir 200 versículos de memoria? Dios quiere ser una persona importante para nosotros. Nuestros negocios no pueden ser más importantes que Dios, tampoco nuestro trabajo, ni nuestro dinero puede ser más importante que el mismo Dios en nuestra vida. Dios no comparte su gloria con nadie.
Estamos hablando de situaciones que se pueden presentar, y que la mayoría de los creyentes tienen dificultades; por eso es necesario que sigamos conociendo a Dios un poco más.
- La sabiduría aplicada a nuestros hijos.
Proverbios 4:7 (NVI): La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las posesiones, adquiere discernimiento. La sabiduría y el discernimiento son regalos de Dios. Cuando vivimos en el temor de Dios y aplicamos la sabiduría y el discernimiento, nos vamos a meter en menos problemas en la vida. Sencillamente Dios me da estos regalos para que yo sea responsable de mis decisiones y de mis acciones.
Quiero que tenga en mente: sabiduría y discernimiento, ¿por qué? Porque en la vida se te va a presentar la verdad y el error, lo bueno y lo malo, lo sabio y la necedad, obras de luz y obras de las tinieblas, las obras del espíritu y las obras de la carne, lo que es justo y lo que es injusto, lo que es eterno y lo que es temporal, lo que conviene y lo que no conviene, la fe y la duda, la obediencia y la rebelión. Muchas personas siendo cristianos viven unas vidas desgraciadas ¿sabe por qué? Porque no han hecho uso de la sabiduría y el discernimiento que Dios nos ha dado. Estas dos cosas son un regalo de Dios para nuestra vida.
Yo conozco cristianos cometen un error y pasan una experiencia difícil en su vida, pero al paso de un tiempo vuelven a cometer otro error, y luego vuelven a cometer otro, o sea, nunca aprenden. ¿Acaso quiere que Dios baje de la gloria para hacer las cosas por usted? Dios no funciona de esa manera. Dios da a sus hijos sabiduría y discernimiento. No culpemos a Dios por nuestras desgracias.
Ayer hablando con mi hija, largo y tendido, recordábamos a ciertas personas que uno logra conocerle el corazón; y es a lo que la Biblia llama: discernimiento de espíritu. Usted no puede culpar a otra gente por las cosas malas que le pasan, porque esas son resultados de las decisiones que ha tomado usted en la vida.
Hay un filósofo, Epicuro, que plantea un problema sobre la existencia de un Dios omnipotente y un Dios que conoce todas las cosas. La pregunta que se hace este filósofo es bien sencilla: él dice: ¿puede Dios prevenir el mal? La respuesta de todo el mundo es: claro, Dios lo puede prevenir. Y entonces, ¿por qué no lo previene? Se utilizan argumentos filosóficos para mencionarte que: si no previene el mal no tiene todo poder, y luego que si no lo quiere prevenir es porque no es bueno. El problema es que este filósofo pensaba que el mal es una fuerza que viene del cosmos. Para él, el mal era un viento recio que llegaba del norte. ¡Por amor de Dios! Hermano, el mal está en el corazón del hombre. Si Dios quiere prevenir el mal, ¿Sabe qué es lo único que tiene que hacer? Matarnos.
Conociendo más a Dios nos damos cuenta de que el Señor simple y sencillamente conoce todas las cosas.
Hermano la vida sobre esta tierra no es nada en comparación a la eternidad. Lo que vivimos en este mundo es poco en comparación a la eternidad; pero el mal está en el hombre, no está en Dios. Eche un vistazo a la guerra entre Rusia y Ucrania, las cosas que han encontrado en México, mi país en El Salvador. Hoy los países se comparan, según los muertos al día que tenga cada uno, como si fuésemos animales.; el mundo en el que vivimos hoy, pero no podemos culpar a Dios. La maldad está en el corazón del hombre.
Quiero terminar con la famosa paradoja del infierno y la misericordia divina, que muchas personas dicen: Bueno, ¿cómo es posible que un Dios de tanto amor pueda mandar a una persona al infierno? Otros dicen: Yo no creo en su Dios, porque su Dios manda a la gente al infierno. Cuando alguien dice eso, yo le digo: Mire, es todo lo contrario. Dios quiere evitar que la gente vaya al infierno. Es más, Dios anhela tanto que las personas no vayan al infierno, que mandó a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo a morir por nosotros para evitar ir a ese lugar de tormento. El problema es que la gente insiste en rechazar a Jesús. La gente insiste en dejar a Dios a un lado. La gente insiste en querer vivir su vida. Insiste en apartar al Señor de todas las cosas que hacen, y culpar a Dios. Dios no manda nadie al infierno amados míos, son nuestros propios pecados, es nuestra propia maldad. Dios en su gran amor por esta humanidad, dijo a su Hijo: ve por favor, salva a este mundo perdido, derrama tu sangre preciosa para que todo aquel que deposite en ti su fe, confianza y te crea, sea justificado por tu sangre y será perdonado, entonces va a vivir con nosotros en la gloria eternamente y para siempre. No se trata de que Dios manda a las personas al infierno, todo lo contrario; Dios no quiere que la gente vaya a parar al infierno, porque sabe que va a tener un sufrimiento eterno. Por eso vemos todos los días la paciencia de Dios, Él es paciente con todos, y está esperando que procedamos al arrepentimiento.
Esta reunión no es casualidad. ¿Sabes qué Dios en su gran amor es capaz de traerle a usted desde su país, para Canadá, a una iglesia? Porque si usted se hubiera quedado en el país donde estaba, a lo mejor nunca hubiera asistido a una iglesia evangélica. Dios puede traerte de cualquier parte de este mundo, y hoy te dice: ¿sabes qué?, te voy a llevar a una ciudad linda y maravillosa para que escuches el mensaje de Jesucristo. No vengas a decir que Dios te quiere condenar, cuando mira todo lo que hizo. Y te llenas la boca diciendo: Mire me dieron visa, ¿yo no sé por qué? Si a un montón de gente se la niegan y a mí me la dieron. No has entendido que, la razón, el motivo por el cual Dios te trajo acá es: porque Dios quiere evitar que vayas a ese lugar de tormento, Dios quiere que lo conozcas y recibas a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu alma.
Oremos: Padre querido te damos gracias por tu palabra. Permite Señor que podamos conocerte cada día más. Que ese conocimiento nos lleve a acercarnos de una manera más íntima. Queremos conocerte Padre. Que aquellas personas que tienen un conocimiento muy superficial de ti puedan profundizar su relación contigo y enamorarse de esa relación íntima, de esa comunión maravillosa, de poder decir (Job 42:5): De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Gracias Señor por haber mandado a Jesucristo a morir por nosotros en la cruz del calvario. Gracias Señor por el perdón de nuestros pecados, por la vida eterna, por el regalo maravilloso de la salvación. ¡Bendito sea tu nombre!
Mientras todos oramos. Si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón y me dice: Yo necesito a Dios en mi vida, quiero entregarle mi vida a Dios en esta tarde, entonces le invito para que haga esta oración conmigo: Señor Jesús en este día te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Te doy gracias por poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Padre amado, te pedimos que el Santo Espíritu pueda guiar a las personas que han tomado hoy la decisión de entregar sus vidas a ti, que el amor tuyo y que la paz del cielo pueda llegar a sus corazones. Que puedan crecer en el conocimiento de Dios. Llévanos con tu paz y tu bendición a nuestros hogares, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados, ¡Dios les bendiga!
Conociendo a Dios un poco más
Marzo 16, 2025 – 2:00PM | Colosenses 1:10 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde yo le he titulado: Conociendo a Dios un poco más.
Colosenses 1:10 (RV-60): Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.
Colosenses 1:10 (NTV): Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto, irán creciendo a medida que aprendan a conocer a Dios más y más.
¡Que Dios bendiga esta palabra que hemos leído!
Los creyentes debemos buscar la manera de conocer más a Dios. Dios está vivo, Dios es una persona, con Dios se habla. Es como un hijo que habla con su padre; por eso es bueno que conozcamos a Dios cada vez más.
Desde que usted conoció a Jesús como Señor y Salvador personal a la fecha, usted debe conocer a Dios de una manera más íntima, más especial, a eso le llamamos crecimiento espiritual.
La Biblia nos demanda, nos exige, ese crecimiento para evitar la ignorancia espiritual. El conocer a Dios no es una cosa de diente a labio, como mucha gente dice. Hay personas que creen conocer a Dios y en verdad no es así.
La Biblia dice (Mateo 7:22-23 RV-60): 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Eso me parece muy delicado.
Hay ciertos atributos que son básicos, por así decirlos, cuando se trata de conocer a Dios. Estoy seguro de que muchos de ustedes ya habrán escuchado acerca de estos atributos. Les voy a mencionar 10 rápidamente:
- Omnipotente: significa que Dios puede todas las cosas.
- Omnisciente: significa que Dios conoce todas las cosas. Dios conoce el pasado, Dios conoce el presente. Dios conoce las cosas que van a suceder.
- Omnisciencia: significa que Dios está en todo lugar.
- Santidad: significa que Dios es perfecto. Que Dios es sin pecado.
- Amor: significa que Dios es amor, su amor es ilimitado y es eterno.
- Justo: significa que Dios siempre hace lo que es correcto.
- Eterno: significa que no tiene ni principio ni fin.
- Fiel: significa que todo lo que Él ha prometido lo va a cumplir.
- Inmutable: significa que Dios no cambia.
- Misericordia: la escritura dice que Él es grande en misericordia, es decir, Dios es compasivo y es paciente para con todos. Él está esperando que procedamos al arrepentimiento.
Hay ciertas cosas con las que, pienso, algunas veces batallamos los cristianos evangélicos. Creo que valdría la pena que crezcamos en el conocimiento del Señor.
Por ejemplo: En las universidades se habla muchísimo, en la clase de filosofía, de que algunas personas dudan de la omnipotencia de Dios, usted lo habrá escuchado en las redes sociales. Aquellos que han estado en la universidad, habrán escuchado que te dicen: “¿Dios podría crear una piedra tan grande que Dios no la pueda levantar?”. Bueno lo que ellos están tratando de decir es que: si Dios no puede crear la piedra, quiere decir que no es todopoderoso; y si Dios no la puede levantar, quiere decir que Dios no es todopoderoso. De acuerdo con la Palabra de Dios (La Biblia) y con nuestra fe, Dios puede hacer todas las cosas, absolutamente todas. Dios no está sujeto a leyes físicas porque Él es Dios; pero al mismo tiempo Dios es un Dios coherente y no va a crear algo que vaya en contra de su esencia, de su naturaleza o de su voluntad. Pero sí hay cosas que Dios no puede hacer, por ejemplo: Dios no puede mentir, ¿no es cierto? Eso lo enseña la escritura. Dios no puede negarse a sí mismo, pero Dios no hace cosas contradictorias. Dios no hace renglones torcidos. Aunque la vida parezca llena de dificultades, de errores o caos, Dios tiene un propósito detrás de todo. Dios puede quebrantar las leyes de la naturaleza cuando Él tiene un propósito definido, cuando Él quiere; porque Él es un Dios coherente. Por ejemplo: Dios detuvo el sol y la luna, ¿sí o no? Dios abrió el Mar Rojo, abrió el río Jordán para que pasara su pueblo, porque Dios tenía un propósito definido. Dios resucitó a muertos, porque Dios tenía un propósito definido. Entonces, el jueguito de que Dios cree una piedra tan grande está fuera de lugar. Eso le sucede al que no conoce quién es nuestro Dios.
- La soberanía de Dios.
Este es un atributo que nos hace batallar bastante a los cristianos evangélicos. Cuando decimos que Dios es soberano, significa que Él tiene un poder absoluto sobre todas las cosas, que Él es el supremo gobernante del universo, que Dios no depende de nada, ni de nadie. Eso significa que en la vida van a suceder cosas que no nos gustan, aún a nosotros los cristianos evangélicos, pero como hijos de Dios tenemos que confiar en Él. Fíjese, nosotros no somos llamados a entender todas las cosas.
Hay cosas que vamos a pedir en oración que Dios no las va a contestar de la manera que queremos. Seres queridos van a morir, niños, madres, familiares cercanos; y aunque oremos, ayunemos, clamemos, hay cosas que van a suceder. Entonces no me diga: ¡Cómo es posible, tal cosa! Dios es Dios, acaso ¿usted no le conoce?
Estamos hablando de: Conociendo más a Dios. Él es el Rey, es el Señor, nosotros solo somos siervos inútiles.
Cuando yo podía ayunar desde las 6am, aprovechaba para explicarle a las personas que por ayunar usted no le va a doblar el brazo a Dios. Hay personas que dicen: “voy a ayunar tres días para que Dios me de lo que yo le estoy pidiendo”. Con eso usted no va a hacer que Dios cambie de opinión, si Él es inmutable, Él no cambia. Eso significa que habrá trabajos a los que algunos creyentes van a aplicar y no se lo van a dar; así sucederá con los préstamos y otras muchas cosas, es la soberanía de Dios.
Hace unos pocos meses estuvimos orando por un hermano en Cristo, allá en Colombia, que lastimosamente iba de retroceso en su carro y se le atravesó su hijita y la atropelló, eso fue triste. Cuando yo voy caminando en un hospital, yo oro por los que están a la izquierda, por los que están a la derecha, aún sin saber quiénes son ellos; porque las enfermedades son complicadas. También oro por las personas que están cuidando a los enfermos, hay familiares que han pasado años, y años, y años cuidando a un enfermo; algunos son más complicados que otros. Parte el alma y el corazón cuando usted va al Hospital infantil y ve a esos niños que están sufriendo; pero yo no me puedo poner delante de Dios a decirle: Señor, ¿cómo es posible que sucedan estas cosas si tú eres un Dios bueno? Yo no haría eso porque conozco la soberanía de Dios y que nosotros los cristianos evangélicos hemos sido llamados a que se haga la voluntad de Dios, aquí en la tierra como se hace en el cielo. El rey David siendo el dulce cantor de Israel, siendo el hombre conforme al corazón de Dios, se puso a ayunar para que no se muriera su hijo; y, ¿qué pasó? Se murió, ¿me explico? Nosotros oramos, clamamos, pedimos y esperamos que Dios tenga misericordia y suceda algo; pero si no sucede, ¡bendito sea su nombre! Amén. Esa es parte de la soberanía de Dios.
No me venga usted con historias que usted no está de acuerdo, porque eso lo que dice es: que usted no conoce a Dios.
- Las pruebas.
Dios nos prueba para saber qué hay en nuestro corazón. Hay dos maneras de responder a las pruebas: una es con adoración y la otra es con resentimiento. Job fue probado y respondió con adoración. La esposa de Job respondió con resentimiento. ¿Por qué? Porque las pruebas causan dolor, y Dios utiliza el dolor para purificar las más grandes experiencias espirituales que nosotros vivimos. En ese momento de dolor, de sufrimiento, el tiempo que utilizamos para reflexionar se quedan grabados en nuestra mente, en nuestro corazón, y son los momentos que hemos pasado en un hospital o en tribulación ante la presencia del Dios Todopoderoso.
Santiago 1: 2-3 (RV-60): 2Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. ¿Quién le va a dar gracias a Dios por la prueba? El que conoce a Dios. ¡Alabado sea tu nombre, bendito sea tu nombre! Aunque me duela, pero alabo tu nombre.
A nadie le gusta el sufrimiento, ni el dolor, pero la Biblia está llena de ejemplos de sufrimiento. Cuando se habla de Job, se le llama el sufrimiento injusto. José fue traicionado por sus hermanos y fue a la cárcel injustamente. David fue perseguido por el rey Saúl para matarlo. El profeta Elías quiso quitarse la vida. Pablo de Tarso dijo (2Corintios 11:23b-25, 27): 23en peligro de muerte muchas veces. 24De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en altamar; 27en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. El ejemplo por excelencia de sufrimiento es nuestro Señor Jesucristo. Y, ¿por qué es el ejemplo por excelencia? Porque Él es justo, Él era sin pecado y a pesar de todo eso, fue azotado, fue clavado, le pusieron una corona de espinas, le atravesaron una espada en su costado, y terminó en la cruz del calvario.
La pregunta de mucha gente: ¿por qué sufre el justo? ¿Por qué sufre el inocente? Jesucristo dijo (Juan 16:33 RV-60): Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. Conozca a Dios y no ande preguntando cosas que la misma Biblia responde. ¿Qué hacer en medio del sufrimiento? Confíe en Dios, y recuerde las escrituras.
Salmos 34:19 (RV-60): Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová. ¡Qué promesa! O sea, no estamos solos amados. Cuando alguien le hable acerca de ¿por qué Dios es tan injusto?; o, ¿por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? El Señor Jesucristo lo había dicho, ya sabíamos que íbamos a padecer.
- La sabiduría de Dios.
Dios es un Dios sabio. Hay cosas que no vamos a entender en este mundo.
1 Timoteo 1:17 (RV-60): Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos, Amén. Al único y sabio Dios.
Dios conoce todas las cosas pasadas, Dios conoce todas las cosas presentes, y Dios conoce lo que va a pasar. Dios es un Padre que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. La ecuación es bien sencilla, Él quiere lo mejor para nosotros. Él es sabio.
Déjeme explicarle algo que funciona para todo: Si a usted se le arruina el carro no va a buscar a un dentista para que se lo arregle, usted busca una persona que conozca del asunto; así es en todas las cosas de la vida. Si usted necesita una operación del corazón y está buscando un médico, usted le pregunta: Disculpe doctor, ¿a cuántas personas ha operado usted del corazón? No se preocupe, usted es el primero, pero por alguien se empieza. Y otro médico le dice: Yo tengo 150 operaciones del corazón. ¿A quién le va a confiar usted su corazón? Entonces ¿cómo no hacer lo mismo con Dios, que es un Dios sabio? En nuestra vida van a suceder ciertas situaciones que no vamos a entender, pero Él es un Padre y quiere lo mejor para nosotros. Cuando un padre, o madre le dice a un hijo(a): Ay hija(o) linda(o) perdóname, pero a mí se me hace que ese(a) muchacho(a) no es para ti. ¿Qué está tratando de hacer el padre, o madre? Anda buscando lo mejor para sus hijos, queremos evitarles una situación de tristeza, de dolor, de llanto; porque ya pasamos por allí, ya sabemos. Dios es sabio y quiere lo mejor para nosotros. Él dice: hijo solo confía en mí.
Hay mil cosas en la vida que no vamos a entender, pero Dios sabe lo que hace y quiere lo mejor para nosotros, eso tiene que ver con la sabiduría de Dios.
- Los celos de Dios.
Recuerden que esto se trata de conocer un poco más al Señor.
Éxodo 34:14 (RV-60): Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
No estamos hablando de una celotipia como la que tienen algunas mujeres, que habla de inseguridad y otras cosas; aquí estamos hablando de algo que proviene de nuestro Dios.
¿Qué significa que Dios no comparte su gloria con nadie? Dios nos anhela, el Espíritu Santo nos anhela con gemidos indecibles. Esto significa que Dios quiere ser la persona más importante en nuestra vida, por lo que el primero y más grande mandamiento dice (Lucas 10:27): Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente. O sea, con todo; y eso es lo que Dios quiere.
¿Qué significa los celos de Dios para con nosotros? Significa que la novia no puede ser más importante que Dios, que tus padres no pueden ser más importantes que Dios. Se acuerda de:
Mateo 8:21-22 (RV-60): 21Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Mateo 10: 37 (RV-60): 37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. ¡Qué le cuesta entender, por amor de Dios!
Ya hemos hablado hasta la saciedad de los ídolos modernos, hemos dicho que hoy en día tenemos: la imagen (apariencia), las redes. Dios nos anhela, ¿qué tanto tiempo dedica usted a las cosas de Dios? ¿Me podrá decir 200 versículos de memoria? Dios quiere ser una persona importante para nosotros. Nuestros negocios no pueden ser más importantes que Dios, tampoco nuestro trabajo, ni nuestro dinero puede ser más importante que el mismo Dios en nuestra vida. Dios no comparte su gloria con nadie.
Estamos hablando de situaciones que se pueden presentar, y que la mayoría de los creyentes tienen dificultades; por eso es necesario que sigamos conociendo a Dios un poco más.
- La sabiduría aplicada a nuestros hijos.
Proverbios 4:7 (NVI): La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las posesiones, adquiere discernimiento. La sabiduría y el discernimiento son regalos de Dios. Cuando vivimos en el temor de Dios y aplicamos la sabiduría y el discernimiento, nos vamos a meter en menos problemas en la vida. Sencillamente Dios me da estos regalos para que yo sea responsable de mis decisiones y de mis acciones.
Quiero que tenga en mente: sabiduría y discernimiento, ¿por qué? Porque en la vida se te va a presentar la verdad y el error, lo bueno y lo malo, lo sabio y la necedad, obras de luz y obras de las tinieblas, las obras del espíritu y las obras de la carne, lo que es justo y lo que es injusto, lo que es eterno y lo que es temporal, lo que conviene y lo que no conviene, la fe y la duda, la obediencia y la rebelión. Muchas personas siendo cristianos viven unas vidas desgraciadas ¿sabe por qué? Porque no han hecho uso de la sabiduría y el discernimiento que Dios nos ha dado. Estas dos cosas son un regalo de Dios para nuestra vida.
Yo conozco cristianos cometen un error y pasan una experiencia difícil en su vida, pero al paso de un tiempo vuelven a cometer otro error, y luego vuelven a cometer otro, o sea, nunca aprenden. ¿Acaso quiere que Dios baje de la gloria para hacer las cosas por usted? Dios no funciona de esa manera. Dios da a sus hijos sabiduría y discernimiento. No culpemos a Dios por nuestras desgracias.
Ayer hablando con mi hija, largo y tendido, recordábamos a ciertas personas que uno logra conocerle el corazón; y es a lo que la Biblia llama: discernimiento de espíritu. Usted no puede culpar a otra gente por las cosas malas que le pasan, porque esas son resultados de las decisiones que ha tomado usted en la vida.
Hay un filósofo, Epicuro, que plantea un problema sobre la existencia de un Dios omnipotente y un Dios que conoce todas las cosas. La pregunta que se hace este filósofo es bien sencilla: él dice: ¿puede Dios prevenir el mal? La respuesta de todo el mundo es: claro, Dios lo puede prevenir. Y entonces, ¿por qué no lo previene? Se utilizan argumentos filosóficos para mencionarte que: si no previene el mal no tiene todo poder, y luego que si no lo quiere prevenir es porque no es bueno. El problema es que este filósofo pensaba que el mal es una fuerza que viene del cosmos. Para él, el mal era un viento recio que llegaba del norte. ¡Por amor de Dios! Hermano, el mal está en el corazón del hombre. Si Dios quiere prevenir el mal, ¿Sabe qué es lo único que tiene que hacer? Matarnos.
Conociendo más a Dios nos damos cuenta de que el Señor simple y sencillamente conoce todas las cosas.
Hermano la vida sobre esta tierra no es nada en comparación a la eternidad. Lo que vivimos en este mundo es poco en comparación a la eternidad; pero el mal está en el hombre, no está en Dios. Eche un vistazo a la guerra entre Rusia y Ucrania, las cosas que han encontrado en México, mi país en El Salvador. Hoy los países se comparan, según los muertos al día que tenga cada uno, como si fuésemos animales.; el mundo en el que vivimos hoy, pero no podemos culpar a Dios. La maldad está en el corazón del hombre.
Quiero terminar con la famosa paradoja del infierno y la misericordia divina, que muchas personas dicen: Bueno, ¿cómo es posible que un Dios de tanto amor pueda mandar a una persona al infierno? Otros dicen: Yo no creo en su Dios, porque su Dios manda a la gente al infierno. Cuando alguien dice eso, yo le digo: Mire, es todo lo contrario. Dios quiere evitar que la gente vaya al infierno. Es más, Dios anhela tanto que las personas no vayan al infierno, que mandó a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo a morir por nosotros para evitar ir a ese lugar de tormento. El problema es que la gente insiste en rechazar a Jesús. La gente insiste en dejar a Dios a un lado. La gente insiste en querer vivir su vida. Insiste en apartar al Señor de todas las cosas que hacen, y culpar a Dios. Dios no manda nadie al infierno amados míos, son nuestros propios pecados, es nuestra propia maldad. Dios en su gran amor por esta humanidad, dijo a su Hijo: ve por favor, salva a este mundo perdido, derrama tu sangre preciosa para que todo aquel que deposite en ti su fe, confianza y te crea, sea justificado por tu sangre y será perdonado, entonces va a vivir con nosotros en la gloria eternamente y para siempre. No se trata de que Dios manda a las personas al infierno, todo lo contrario; Dios no quiere que la gente vaya a parar al infierno, porque sabe que va a tener un sufrimiento eterno. Por eso vemos todos los días la paciencia de Dios, Él es paciente con todos, y está esperando que procedamos al arrepentimiento.
Esta reunión no es casualidad. ¿Sabes qué Dios en su gran amor es capaz de traerle a usted desde su país, para Canadá, a una iglesia? Porque si usted se hubiera quedado en el país donde estaba, a lo mejor nunca hubiera asistido a una iglesia evangélica. Dios puede traerte de cualquier parte de este mundo, y hoy te dice: ¿sabes qué?, te voy a llevar a una ciudad linda y maravillosa para que escuches el mensaje de Jesucristo. No vengas a decir que Dios te quiere condenar, cuando mira todo lo que hizo. Y te llenas la boca diciendo: Mire me dieron visa, ¿yo no sé por qué? Si a un montón de gente se la niegan y a mí me la dieron. No has entendido que, la razón, el motivo por el cual Dios te trajo acá es: porque Dios quiere evitar que vayas a ese lugar de tormento, Dios quiere que lo conozcas y recibas a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu alma.
Oremos: Padre querido te damos gracias por tu palabra. Permite Señor que podamos conocerte cada día más. Que ese conocimiento nos lleve a acercarnos de una manera más íntima. Queremos conocerte Padre. Que aquellas personas que tienen un conocimiento muy superficial de ti puedan profundizar su relación contigo y enamorarse de esa relación íntima, de esa comunión maravillosa, de poder decir (Job 42:5): De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Gracias Señor por haber mandado a Jesucristo a morir por nosotros en la cruz del calvario. Gracias Señor por el perdón de nuestros pecados, por la vida eterna, por el regalo maravilloso de la salvación. ¡Bendito sea tu nombre!
Mientras todos oramos. Si usted nunca ha recibido a Cristo en el corazón y me dice: Yo necesito a Dios en mi vida, quiero entregarle mi vida a Dios en esta tarde, entonces le invito para que haga esta oración conmigo: Señor Jesús en este día te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Te doy gracias por poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Padre amado, te pedimos que el Santo Espíritu pueda guiar a las personas que han tomado hoy la decisión de entregar sus vidas a ti, que el amor tuyo y que la paz del cielo pueda llegar a sus corazones. Que puedan crecer en el conocimiento de Dios. Llévanos con tu paz y tu bendición a nuestros hogares, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados, ¡Dios les bendiga!