El que lo busca, lo encuentra
Marzo 19, 2023 – 1:30PM | Jeremías 29:13 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir nuestras Biblias en el libro de Jeremías, capítulo 29, versículo 13. Exactamente dice así:
Jeremías 29:13 (RV-60): Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
¡Que Dios bendiga la lectura de esta palabra!
El cinco de marzo hablamos el tema: “Busque a Dios.” La semana pasada: “Solo los sabios buscan a Dios.” En esta oportunidad: “El que lo busca lo encuentra.”
Me atrevería a decir que el 90% de las personas que estamos aquí, no nacimos en Canadá. ¿Qué venimos a buscar a Canadá? ¡No me diga que vino a buscar a Dios! La mayoría de gente viene a un país tan lindo, tan maravilloso y tan acogedor como este; buscando una mejor vida, mejores oportunidades para la familia. Yo sé que algunas personas especialmente de edad avanzada que sufren con el frío, tienen problemas con dolores en los huesos, la nieve y todo esto; y quisieran regresarse a su rancho, sobre todo cuando vienen de un lugar caliente. Se quedan por amor a la familia, por amor a los hijos.
Hace unas semanas decíamos que, en unas encuestas que se han realizado, lo primero que buscan las personas es la felicidad. Otros, los solteros, creen que la felicidad está en el matrimonio. La gente busca seguridad financiera, otros buscan amor, otros buscan éxito, placer, etcétera. El milagro es que muchas gentes vinieron, precisamente, a buscar todas esas cosas; y por la gracia y misericordia de Dios, se encontraron con Dios. Es increíble la cantidad de personas que, han pasado por esta iglesia y, se han encontrado con Dios, porque ignoraban el plan divino. A Dios no lo sorprende nadie. Todo forma parte de un plan majestuoso, un plan precioso.
Salmos 53: 2 (RV-60) Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios.
Hace unas semanas hablé acerca de los Reyes Magos. Estos Reyes Magos, que solamente los encontramos en el Evangelio de Mateo, dice la escritura que venían del Oriente. Algunos piensan que eran persas, otros dicen que eran nobles, escribas; y que esa es la razón por la que siguieron la estrella. Otras versiones no dicen magos, dice sabios. Otra versión, les dicen astrólogos; pero lo interesante de la situación es que, esta gente vino de muy lejos hasta Belén a buscar al Mesías. No se ponen de acuerdo los estudiosos porque unos dicen que fueron mil cuatrocientos kilómetros, y otros dicen que fueron dos mil setecientos kilómetros que caminaron, lo que sí dicen algunos, es que a estos hombres les tomó bastante tiempo llegar, pero finalmente lo encontraron (al mesías).
El pasaje de la escritura que hemos leído dice: Jeremías 29:13 (RV-60): Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Porque en realidad, lo que estamos diciendo es que: El que busca a Dios lo encuentra, pero dice el versículo: si me buscas de todo vuestro corazón.
Los Reyes lo buscaron y lo encontraron. Si ponemos atención, en el mismo pasaje de la escritura, nos habla de los ángeles que llegaron donde estaban los pastores. Dice la escritura que fue multitud de ángeles, con una canción maravillosa que podemos leer en esa porción de la palabra. Pero después de que los ángeles se fueron, los pastores dijeron: vamos a Belén a buscar a Jesús, y lo encontraron.
Hay personas que no andaban buscando a Dios, pero Dios los andaba buscando a ellos que no le quepa duda.
Mateo 4:18-22 (RV-60): 19Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombre. 20Ellos entonces, dejando al instante de las redes, le siguieron. 21Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. Mire usted, ninguno de ellos andaba buscando a Dios, pero Jesús los andaba buscando a ellos. Es el caso de cientos de personas que vinieron a Canadá a hacer algo, pero Dios tenía otros planes. ¿Usted cree que usted está aquí sentado por casualidad?
¿Sabe qué dijo Dios de Jeremías (1:5)? Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Es decir, esto no es casualidad. Esta reunión la preparó Dios desde antes de la fundación del mundo. Dios sabía que usted estaría aquí en Vancouver. Si a usted le preguntan, usted diría: “No, pues yo vine a visitar a unos familiares, yo no había planificado pasar un domingo aquí metido. Pero fíjate que, me encontré unos amigos que me invitaron y aquí estoy.” ¡Ah! Mire hemos visto testimonios como usted no tiene idea, de personas que se encuentran a alguien en el Sky tren y le dan una tarjetita de nuestra iglesia (TBB El Redentor) y los invitan a venir a la iglesia. Se bajan del Sky tren, se van a un restaurante, se encuentran a otros latinos que se los invitan a la iglesia, a la misma iglesia. Luego se van para su casa. Van al súper que está cerca de la casa y, se encuentran a un latino y los invita a la misma iglesia. Y la gente dice: ¡Esto qué es! ¡Es demasiado! Y viene para acá, encuentran al Señor y desde entonces no lo saca nadie de aquí. Es que Dios tiene un plan, Dios tiene un mensaje para usted y le está diciendo que: “Si usted busca a Dios, y lo busca de todo corazón, lo va a encontrar.”
Si en su corazón, en su interior, usted está buscando algo porque hay un vacío o una insatisfacción; si usted lleva tres o cuatro trabajos y no encuentra satisfacción en el trabajo. Si lleva tres o cuatro matrimonios, y no encuentra satisfacción en el matrimonio. Si ya visitó una cantidad de países en el mundo, y no encuentra satisfacción; usted lo que usted necesita es a Dios. Y el que busca Dios de todo corazón, lo encuentra.
Recordemos que los pensamientos de Dios son superiores a los nuestros. Usted viene con una idea y Dios te la cambia. Viene con un propósito y Dios te lo cambia. El problema de esto es, que también surge la necedad de personas a las que Dios le ha dicho: Yo te traje a Canadá para esto; pero ellos insisten en hacer lo otro. Ahí está la necedad de personas como Jonás. Si Dios dice: Ve a Nínive, es para Nínive hermano, no es para donde usted desee. Hay personas que no andaban buscando a Dios, pero Dios los andaba buscando a ellos. Dios va a mover situaciones, trabajos, te mueve hasta de país; porque te anda buscando. También fue el caso de Mateo.
Mateo 9:9 (RV-60): Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. Es decir, usted no anda buscando a Dios, pero Dios te cae ahí. ¿De qué manera? Con un compañero de trabajo, con una amiga, con un amigo. Porque Dios te busca. Dios tiene planes.
Hace tiempo estuvo acá en este púlpito, un hombre que había sido científico en Inglaterra y lo trajeron a dar testimonio. ¡Lindo testimonio! Yo me acuerdo que el hombre decía que él era ateo, pero sucedió una cosa interesante; él tenía un gran amigo que era científico también, y lo fue a visitar a otra ciudad. Se llevó una gran sorpresa al llegar donde estaba su gran amigo científico. Él se había convertido al evangelio. Y este hombre (el que estaba dando el testimonio) decía: es que no es posible que un hombre tan inteligente pueda creer en un Dios que no se mira, que no se ve. Su amigo, tomó la Biblia y comenzó a explicar la palabra del Señor; y explicaba y explicaba. Así se convirtió él también al evangelio. Dios tiene sus métodos hermano. Es por eso que Dios nos manda a abrir la boca, a hablar del Evangelio a toda criatura. A cualquier persona, a sus hijos, sus compañeros de trabajo, siempre con mucho respeto, con mucho cariño.
Las personas que se encuentran con Dios nunca vuelven a ser las mismas, nunca jamás.
Salmo 30: 11 (RV-60): Has cambiado mi lamento en baile, Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. ¿Qué significan esas palabras? Bueno lo explica mejor la nueva traducción viviente.
Salmo 30: 11 (NTV): Tú cambiaste mi duelo en alegre danza, Me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría. ¡Gloria a Dios!
Porque mira, aquí hay personas que hemos sufrido un montón. Somos muchos los que no nacimos con estrellas, sino que nacimos estrellados, la verdad. También conozco muchos que han nacido en cuna de oro, gracias a Dios. Yo me acuerdo que mis primos con los que yo vivía, a los nueve diez años ya habían estado en Disney; yo a esa edad ni Cojutepeque conocía. Ustedes saben que yo no conocí a mi padre. Y mi tío, me ofreció hacerme hijo de él, adoptarme; me decía: “Vos vas a ser mi hijo, te voy a dar mi apellido, te voy a adoptar.” Eso nunca sucedió porque solo me decía eso, cuando estaba borracho. Cuando estaba sobrio, le decía: ¿qué pasó con lo de la adopción? Me respondía: No no, el sábado platicamos. El sábado, ya estaba borracho otra vez. Por eso les digo que ese versículo que ha sido una realidad en mi vida. Pero desde que yo conocí a Cristo, mi vida jamás volvió a ser la misma. Y déjeme decirle: Jamás usted fue el mismo.
Porque nos damos cuenta que aquí en la cabeza traemos un montón de tonteras. A algunas personas nos cuesta darle vuelta a la página de la vida, nos cuesta decir se acabó. ¿Sabe qué? Las misericordias de Jehová son nuevas cada mañana. ¿Para qué vamos a estar viviendo eventos del pasado donde nos dañaron, donde nos hirieron? Nosotros sigamos viviendo la vida en el nombre de Jesús, agradecidos con Dios por cada oportunidad. Dele vuelta a la página ya.
Dios hace que vivamos la vida cristiana de una manera maravillosa hermanos. Primero nos salva, le da propósito a nuestra vida, comienza un proceso de regeneración. Es que mira, la vida cristiana es maravillosa. Cuando llegamos al evangelio todo nos parece raro, ¿verdad? Las personas cantando, de momento cierran los ojos, pasan los pastores y hablan de un montón de actividades; después a recoger las ofrendas. Pero luego viene la palabra del Señor, y Dios te toca el corazón, Dios te habla hermano. Mire es raro, podrá ver uno que otro que se resisten a la palabra; pero la inmensa mayoría salen contentos de haber escuchado palabra de Dios, ¿sabe por qué? Porque la Biblia dice: que esta palabra bendita es miel al paladar. Además, dice la escritura: Que esta palabra hace sabio al sencillo, esta palabra es bendición, esta palabra es prosperidad, esta palabra es paz, es tranquilidad. Mire usted va a tener una semana más bonita, si el día domingo lo pasa en la casa del Señor. Créame, su semana será más bendecida, su semana será más prosperada, si usted viene y se llena de la bendita palabra del Señor. A la vuelta de un tiempo usted estará cantando también, a la vuelta de otro tiempo usted estará preguntando ¿cómo puede hacer para servir? Y después, estará levantando las manos en gratitud delante del Señor. Diciendo: ¡Qué lindo es Dios! ¡Qué maravilloso es el Señor! Y usted comienza a dar testimonio, dice: “Dios me salvó, Él me perdonó, tuvo misericordia de mí.” Por eso, cuando una persona busca a Dios y se encuentra con Dios, nunca vuelve a ser la misma persona.
¿Qué significa, en realidad, Buscar a Dios?
Buscar a Dios implica un cambio de vida. En el Antiguo Testamento se narra, como el pueblo de Israel fue esclavo en Egipto y como Dios libró al pueblo de Israel con mano poderosa. Más de cuatrocientos años Israel fue esclavo de Egipto. Dios mandó diez plagas, y la última de las plagas fue: la muerte de los primogénitos. Me gustaría mostrarles un par de cositas interesantes que sucedieron en ese entorno.
Éxodo 7:5 (RV-60): Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos. Egipto, en sentido espiritual, representa pecado y muerte. Dios sacó al pueblo, Dios liberó al pueblo de Israel de Egipto, del pecado y de la muerte; así como nos libró a nosotros del pecado y de la muerte.
Éxodo 12: 37-38 (RV-60): Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. En este versículo se encuentra encerada la cantidad de personas que, prácticamente, salió de Egipto. Algunos dicen que dos millones de personas. Si usted a estos seiscientos mil hombres, le agrega las esposas e hijos, pueden ser casi dos millones.
Le quiero hacer una pregunta, sobre el versículo 38: ¿Quiénes son ellos, a los que se refiere la escritura como multitud?
Recuerdan que en el versículo anterior dice: Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, pues estos fueron los egipcios que dijeron: “Hemos visto el gran poder de Dios, y nos queremos ir con ustedes.” Estos egipcios no se quedaron en Egipto, estos habían creído en Dios y se fueron con el pueblo de Dios.
¿A qué me refiero con esto? Estoy diciendo que, buscar a Dios implica un cambio de vida. Buscar a Dios no es una decisión pasiva hermano, hay que hacer algo. Usted puede imaginar lo que implica, lo que significó en realidad, para estas personas egipcias decirle al pueblo de Israel: “¿Nos podemos ir con usted?” ¿Usted puede imaginar eso? ¿Qué opinión tuvo faraón, qué dijo faraón? ¿Qué pasó con la familia? Y eso implica conocer a Dios, eso implica Buscar a Dios. Buscar a Dios significa que yo tengo que salir de ese lugar en el que yo me siento bien, antes de conocerle, para seguir a Dios. Todos venimos del mundo, de un lugar de perdición; significa dejar de un lado todo lo que usted está acostumbrado.
Yo le hago esta pregunta: Si usted se convierte al evangelio ¿seguirá viviendo de la misma manera? Egipto era símbolo de turbación, de angustia. Algunos autores le llaman el horno de hierro de la aflicción; y en sentido espiritual, el mundo. Entonces, ¿cómo puede usted salir del mundo, convertirse al evangelio, y su vida seguir igual? ¿En qué está usted? La Biblia misma dice (1 Juan 2:15): No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Buscar a Dios implica, una vida nueva.
¿Por qué algunos amigos suyos no creen que usted se entregó al evangelio? Porque no ha visto ningún cambio en usted. Porque hasta los mismos inconversos saben que no es cierto, que usted sigue siendo el mismo. Por eso estoy hablando de que, se requiere en realidad de un cambio de vida. Aún los mismos egipcios, si querían seguir a Jehová tenían que dejar a Egipto, tenían que hacer a un lado Egipto.
¿Usted recuerda cuando Moisés pidió a faraón que dejara ir al pueblo? ¿Recuerda qué fue lo que dijo? “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. Deja ir a mi pueblo para que me adore. Deja ir a mi pueblo para que puedan ofrecer sacrificios a Jehová.” Es decir, para eso nos sacó Dios del mundo, ¿o no?
La atracción por el mundo, claro que hay atracción. ¿Por qué? Porque la concupiscencia ha quedado almacenada en el disco duro. La concupiscencia son todas aquellas cosas que hicimos antes de conocer a Cristo. Y eso hace que, muchas veces, se actúe de esa manera. “El buscar a Dios” es algo diferente, es algo distinto.
Jeremías 29:13 (RV-60) Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Mi experiencia buscando a Dios. Desde niño yo tuve contacto con la fe, no porque yo quise sino porque una tía (más bien con la que yo me crié) ella ingresó a los Testigos de Jehová, entonces me llevó. Yo comencé a conocer cómo funcionan ellos, pero después de eso, mi tía se salió y me sacó a mí también. Luego yo entré a un colegio católico, yo estudié en el colegio San Juan Bosco, ahí pues aprendí mucho acerca del catolicismo. Me hice amigo de sacerdotes, y la razón por la que nos hicimos amigos era por la cantidad de preguntas que yo tenía, eran muchas mis inquietudes. Por ejemplo, yo no creía en la confesión, ¿se puede imaginar que estudié en un colegio católico yo nunca me confesé con los sacerdotes? Todavía estaba en el colegio cuando conocí a Cristo. Imagínate cuál era mi ignorancia, que yo no me aguantaba por llegar el siguiente día al colegio para contarle al padre Mejías lo que había hecho. Me fui a buscar al cura y le digo: -padre, no sabe usted lo que yo hice ayer. Y me dice: ¿Qué hiciste David? -Recibí a Cristo como mi Señor y mi Salvador. Se me quedó viendo y me dijo: ¿Cómo así? Entonces le conté: -Me invitaron al Tabernáculo Bíblico Bautista amigo de Israel, fui al culto, hicieron una invitación para recibir a Cristo y yo me puse de pie; recibí a Cristo en mi corazón padre. El padre dijo: mira David, guárdate eso para ti mismo. No hagas ruido, no le cuentes a nadie. El problema es, que cuando fui el miércoles el pastor en el culto dijo que había que contarle a todo el mundo. Entonces dije yo: aquí hay un problema. Entonces regresé otra vez con el cura y le digo: mire, a mí me dijeron que cuente esto a todos. El cura me respondió: Sí, pero te estoy diciendo que si tú le cuentas a la gente del colegio lo que has hecho, te van a terminar echando de aquí. Y tenía mucha razón el padre Mejías.
Haciendo un análisis y una reflexión, a lo largo de los años desde que yo era niño yo buscaba a Dios. Desde niño, y mi búsqueda era una búsqueda infantil verdaderamente llena de inquietudes. “Dios mío, ¿y yo porque no tengo papá? Esa era mi pregunta y yo cuestionaba a Dios. Pero yo, en mi humilde condición de niño, sabía que había un Dios. Yo me acuerdo que, a la hora de la comida, aún sin conocer al Señor, yo ponía mis manos juntas y le daba gracias a Dios por la comida.
Algunos de los que estamos acá, hemos estado en una religión no una fe; porque fe es una relación personal con Dios y religión es, una serie de normas que te impone una iglesia donde te dicen que tienes que seguirlas. Ayer, les decía a los hermanos del grupo de adoración, en una reunión que tuvimos, lo que ustedes hacen en público debe ser un reflejo de lo que ustedes hacen en privado. Adorar en público, debe ser un reflejo de su adoración en privado. Yo me atrevo a decir que: Dios ha tenido misericordia de muchos de nosotros que estuvimos involucrados en lugares que, en realidad no era el plan divino. Estuvimos involucrados en sectas, estuvimos involucrados en religiones, estuvimos involucrados en grupos pseudoespirituales, que utilizan la espiritualidad como un engaño, pero que al final del día son rituales que no te llevan a Dios. Y como buscamos a Dios de todo corazón, de allí nos sacó Dios, de ahí nos libertó el Señor, de ahí nos redimió nuestro bendito Señor eterno. A veces, amados míos, es necesario desaprender ciertas cosas, para aprender otras.
Estaba leyendo un libro, de un de un niño que dice que estaba viendo a su mamá cocinando un pedazo de carne en una parrilla. Y que el niño le preguntó a la mamá: -Mamá, ¿por qué, si la parrilla es rectangular, cortas la carne redonda? Y la mamá le dijo: –¡Yo que sé! Yo así vi a tu abuela. Pregúntale a tu abuela. Y el niño va y le pregunta a la abuela, diciendo: -Abuela, ¿por qué si la parrilla es rectangular cortan la carne redonda? La abuela dijo: !Yo qué sé! Yo así vi a tu bisabuela y por eso lo hago así. Entonces, dicen en el libro que, va donde la bisabuela y le pregunta: -Si la parrilla es rectangular, ¿por qué cortan la carne redonda? Y la bisabuela le dijo: _Mira hijo, en mis tiempos las parrillas eran redondas, entonces cortábamos los pedazos de carne redondo para que cupieran en la parrilla. La razón por la que tu mamá y tu abuela la cortan redonda teniendo una parrilla rectangular, no tengo ni la más mínima idea. ¿Qué significa eso? Que hay personas que siguen haciendo las cosas porque su mamá las hizo de esa manera, y porque su abuela las hizo de esa manera. No saben ¿por qué creen lo que creen? No saben, ¿por qué hacen lo que hacen? Por eso, a veces hermano, para buscar a Dios es necesario desaprender ciertas cosas que hemos aprendido. Usted es responsable delante de Dios, especialmente con esta palabra que usted ha escuchado ahora.
La Biblia nos dice que: El que busca a Dios de todo corazón, lo encuentra. Dios está cerca de las personas que le buscan. Mis queridos y amados hermanos, mis amigos; por semana venimos diciendo “Busque a Dios, y búsquelo de todo corazón.”
Demos gracias.
Padre querido, te damos gracias por tu palabra. Te adoramos, te bendecimos, en esta hora exaltamos tu nombre y nos damos cuenta por tu palabra eterna que, El que busca a Dios lo encuentra. Señor gracias por la sinceridad con la que tanta gente te busca Señor. En este día estamos en tu casa, precisamente, porque tenemos el buen deseo, y el buen corazón de buscarte y encontrarte.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón y en esta tarde usted me dice: “Pastor yo necesito a Dios en mi vida. Yo quiero comenzar una vida nueva con el Señor.” Dice la palabra del Señor (Juan1:12): Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. En esta oportunidad, le estamos invitando a recibir a Jesucristo como el Señor de su vida, como el Salvador de su alma. El que se acerca a Dios, Dios se acerca a él. El que busca a Dios lo encuentra. En esta oportunidad Dios quiere ser parte de su vida. Seguimos orando con los rostros inclinados y ojos cerrados, Dios le ama. Dios tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere salvarle, quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna. ¿Hay alguna persona que necesite a Dios, qué quiera entregarle su vida a Jesús? Yo le invito donde está para que se ponga de pie, levante su mano; no tenga pena, no tenga vergüenza. ¡Venga a los pies de Jesús, entréguele su corazón al Señor! Si usted nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale: Señor en este día te pido perdón por mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, gracias. Atesoramos esta palabra en nuestros corazones. Bendícenos en esta semana que comenzamos en este día, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Que Dios me los bendiga!
El que lo busca, lo encuentra
Marzo 19, 2023 – 1:30PM | Jeremías 29:13 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir nuestras Biblias en el libro de Jeremías, capítulo 29, versículo 13. Exactamente dice así:
Jeremías 29:13 (RV-60): Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
¡Que Dios bendiga la lectura de esta palabra!
El cinco de marzo hablamos el tema: “Busque a Dios.” La semana pasada: “Solo los sabios buscan a Dios.” En esta oportunidad: “El que lo busca lo encuentra.”
Me atrevería a decir que el 90% de las personas que estamos aquí, no nacimos en Canadá. ¿Qué venimos a buscar a Canadá? ¡No me diga que vino a buscar a Dios! La mayoría de gente viene a un país tan lindo, tan maravilloso y tan acogedor como este; buscando una mejor vida, mejores oportunidades para la familia. Yo sé que algunas personas especialmente de edad avanzada que sufren con el frío, tienen problemas con dolores en los huesos, la nieve y todo esto; y quisieran regresarse a su rancho, sobre todo cuando vienen de un lugar caliente. Se quedan por amor a la familia, por amor a los hijos.
Hace unas semanas decíamos que, en unas encuestas que se han realizado, lo primero que buscan las personas es la felicidad. Otros, los solteros, creen que la felicidad está en el matrimonio. La gente busca seguridad financiera, otros buscan amor, otros buscan éxito, placer, etcétera. El milagro es que muchas gentes vinieron, precisamente, a buscar todas esas cosas; y por la gracia y misericordia de Dios, se encontraron con Dios. Es increíble la cantidad de personas que, han pasado por esta iglesia y, se han encontrado con Dios, porque ignoraban el plan divino. A Dios no lo sorprende nadie. Todo forma parte de un plan majestuoso, un plan precioso.
Salmos 53: 2 (RV-60) Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios.
Hace unas semanas hablé acerca de los Reyes Magos. Estos Reyes Magos, que solamente los encontramos en el Evangelio de Mateo, dice la escritura que venían del Oriente. Algunos piensan que eran persas, otros dicen que eran nobles, escribas; y que esa es la razón por la que siguieron la estrella. Otras versiones no dicen magos, dice sabios. Otra versión, les dicen astrólogos; pero lo interesante de la situación es que, esta gente vino de muy lejos hasta Belén a buscar al Mesías. No se ponen de acuerdo los estudiosos porque unos dicen que fueron mil cuatrocientos kilómetros, y otros dicen que fueron dos mil setecientos kilómetros que caminaron, lo que sí dicen algunos, es que a estos hombres les tomó bastante tiempo llegar, pero finalmente lo encontraron (al mesías).
El pasaje de la escritura que hemos leído dice: Jeremías 29:13 (RV-60): Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Porque en realidad, lo que estamos diciendo es que: El que busca a Dios lo encuentra, pero dice el versículo: si me buscas de todo vuestro corazón.
Los Reyes lo buscaron y lo encontraron. Si ponemos atención, en el mismo pasaje de la escritura, nos habla de los ángeles que llegaron donde estaban los pastores. Dice la escritura que fue multitud de ángeles, con una canción maravillosa que podemos leer en esa porción de la palabra. Pero después de que los ángeles se fueron, los pastores dijeron: vamos a Belén a buscar a Jesús, y lo encontraron.
Hay personas que no andaban buscando a Dios, pero Dios los andaba buscando a ellos que no le quepa duda.
Mateo 4:18-22 (RV-60): 19Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombre. 20Ellos entonces, dejando al instante de las redes, le siguieron. 21Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. Mire usted, ninguno de ellos andaba buscando a Dios, pero Jesús los andaba buscando a ellos. Es el caso de cientos de personas que vinieron a Canadá a hacer algo, pero Dios tenía otros planes. ¿Usted cree que usted está aquí sentado por casualidad?
¿Sabe qué dijo Dios de Jeremías (1:5)? Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Es decir, esto no es casualidad. Esta reunión la preparó Dios desde antes de la fundación del mundo. Dios sabía que usted estaría aquí en Vancouver. Si a usted le preguntan, usted diría: “No, pues yo vine a visitar a unos familiares, yo no había planificado pasar un domingo aquí metido. Pero fíjate que, me encontré unos amigos que me invitaron y aquí estoy.” ¡Ah! Mire hemos visto testimonios como usted no tiene idea, de personas que se encuentran a alguien en el Sky tren y le dan una tarjetita de nuestra iglesia (TBB El Redentor) y los invitan a venir a la iglesia. Se bajan del Sky tren, se van a un restaurante, se encuentran a otros latinos que se los invitan a la iglesia, a la misma iglesia. Luego se van para su casa. Van al súper que está cerca de la casa y, se encuentran a un latino y los invita a la misma iglesia. Y la gente dice: ¡Esto qué es! ¡Es demasiado! Y viene para acá, encuentran al Señor y desde entonces no lo saca nadie de aquí. Es que Dios tiene un plan, Dios tiene un mensaje para usted y le está diciendo que: “Si usted busca a Dios, y lo busca de todo corazón, lo va a encontrar.”
Si en su corazón, en su interior, usted está buscando algo porque hay un vacío o una insatisfacción; si usted lleva tres o cuatro trabajos y no encuentra satisfacción en el trabajo. Si lleva tres o cuatro matrimonios, y no encuentra satisfacción en el matrimonio. Si ya visitó una cantidad de países en el mundo, y no encuentra satisfacción; usted lo que usted necesita es a Dios. Y el que busca Dios de todo corazón, lo encuentra.
Recordemos que los pensamientos de Dios son superiores a los nuestros. Usted viene con una idea y Dios te la cambia. Viene con un propósito y Dios te lo cambia. El problema de esto es, que también surge la necedad de personas a las que Dios le ha dicho: Yo te traje a Canadá para esto; pero ellos insisten en hacer lo otro. Ahí está la necedad de personas como Jonás. Si Dios dice: Ve a Nínive, es para Nínive hermano, no es para donde usted desee. Hay personas que no andaban buscando a Dios, pero Dios los andaba buscando a ellos. Dios va a mover situaciones, trabajos, te mueve hasta de país; porque te anda buscando. También fue el caso de Mateo.
Mateo 9:9 (RV-60): Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. Es decir, usted no anda buscando a Dios, pero Dios te cae ahí. ¿De qué manera? Con un compañero de trabajo, con una amiga, con un amigo. Porque Dios te busca. Dios tiene planes.
Hace tiempo estuvo acá en este púlpito, un hombre que había sido científico en Inglaterra y lo trajeron a dar testimonio. ¡Lindo testimonio! Yo me acuerdo que el hombre decía que él era ateo, pero sucedió una cosa interesante; él tenía un gran amigo que era científico también, y lo fue a visitar a otra ciudad. Se llevó una gran sorpresa al llegar donde estaba su gran amigo científico. Él se había convertido al evangelio. Y este hombre (el que estaba dando el testimonio) decía: es que no es posible que un hombre tan inteligente pueda creer en un Dios que no se mira, que no se ve. Su amigo, tomó la Biblia y comenzó a explicar la palabra del Señor; y explicaba y explicaba. Así se convirtió él también al evangelio. Dios tiene sus métodos hermano. Es por eso que Dios nos manda a abrir la boca, a hablar del Evangelio a toda criatura. A cualquier persona, a sus hijos, sus compañeros de trabajo, siempre con mucho respeto, con mucho cariño.
Las personas que se encuentran con Dios nunca vuelven a ser las mismas, nunca jamás.
Salmo 30: 11 (RV-60): Has cambiado mi lamento en baile, Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. ¿Qué significan esas palabras? Bueno lo explica mejor la nueva traducción viviente.
Salmo 30: 11 (NTV): Tú cambiaste mi duelo en alegre danza, Me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría. ¡Gloria a Dios!
Porque mira, aquí hay personas que hemos sufrido un montón. Somos muchos los que no nacimos con estrellas, sino que nacimos estrellados, la verdad. También conozco muchos que han nacido en cuna de oro, gracias a Dios. Yo me acuerdo que mis primos con los que yo vivía, a los nueve diez años ya habían estado en Disney; yo a esa edad ni Cojutepeque conocía. Ustedes saben que yo no conocí a mi padre. Y mi tío, me ofreció hacerme hijo de él, adoptarme; me decía: “Vos vas a ser mi hijo, te voy a dar mi apellido, te voy a adoptar.” Eso nunca sucedió porque solo me decía eso, cuando estaba borracho. Cuando estaba sobrio, le decía: ¿qué pasó con lo de la adopción? Me respondía: No no, el sábado platicamos. El sábado, ya estaba borracho otra vez. Por eso les digo que ese versículo que ha sido una realidad en mi vida. Pero desde que yo conocí a Cristo, mi vida jamás volvió a ser la misma. Y déjeme decirle: Jamás usted fue el mismo.
Porque nos damos cuenta que aquí en la cabeza traemos un montón de tonteras. A algunas personas nos cuesta darle vuelta a la página de la vida, nos cuesta decir se acabó. ¿Sabe qué? Las misericordias de Jehová son nuevas cada mañana. ¿Para qué vamos a estar viviendo eventos del pasado donde nos dañaron, donde nos hirieron? Nosotros sigamos viviendo la vida en el nombre de Jesús, agradecidos con Dios por cada oportunidad. Dele vuelta a la página ya.
Dios hace que vivamos la vida cristiana de una manera maravillosa hermanos. Primero nos salva, le da propósito a nuestra vida, comienza un proceso de regeneración. Es que mira, la vida cristiana es maravillosa. Cuando llegamos al evangelio todo nos parece raro, ¿verdad? Las personas cantando, de momento cierran los ojos, pasan los pastores y hablan de un montón de actividades; después a recoger las ofrendas. Pero luego viene la palabra del Señor, y Dios te toca el corazón, Dios te habla hermano. Mire es raro, podrá ver uno que otro que se resisten a la palabra; pero la inmensa mayoría salen contentos de haber escuchado palabra de Dios, ¿sabe por qué? Porque la Biblia dice: que esta palabra bendita es miel al paladar. Además, dice la escritura: Que esta palabra hace sabio al sencillo, esta palabra es bendición, esta palabra es prosperidad, esta palabra es paz, es tranquilidad. Mire usted va a tener una semana más bonita, si el día domingo lo pasa en la casa del Señor. Créame, su semana será más bendecida, su semana será más prosperada, si usted viene y se llena de la bendita palabra del Señor. A la vuelta de un tiempo usted estará cantando también, a la vuelta de otro tiempo usted estará preguntando ¿cómo puede hacer para servir? Y después, estará levantando las manos en gratitud delante del Señor. Diciendo: ¡Qué lindo es Dios! ¡Qué maravilloso es el Señor! Y usted comienza a dar testimonio, dice: “Dios me salvó, Él me perdonó, tuvo misericordia de mí.” Por eso, cuando una persona busca a Dios y se encuentra con Dios, nunca vuelve a ser la misma persona.
¿Qué significa, en realidad, Buscar a Dios?
Buscar a Dios implica un cambio de vida. En el Antiguo Testamento se narra, como el pueblo de Israel fue esclavo en Egipto y como Dios libró al pueblo de Israel con mano poderosa. Más de cuatrocientos años Israel fue esclavo de Egipto. Dios mandó diez plagas, y la última de las plagas fue: la muerte de los primogénitos. Me gustaría mostrarles un par de cositas interesantes que sucedieron en ese entorno.
Éxodo 7:5 (RV-60): Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos. Egipto, en sentido espiritual, representa pecado y muerte. Dios sacó al pueblo, Dios liberó al pueblo de Israel de Egipto, del pecado y de la muerte; así como nos libró a nosotros del pecado y de la muerte.
Éxodo 12: 37-38 (RV-60): Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. En este versículo se encuentra encerada la cantidad de personas que, prácticamente, salió de Egipto. Algunos dicen que dos millones de personas. Si usted a estos seiscientos mil hombres, le agrega las esposas e hijos, pueden ser casi dos millones.
Le quiero hacer una pregunta, sobre el versículo 38: ¿Quiénes son ellos, a los que se refiere la escritura como multitud?
Recuerdan que en el versículo anterior dice: Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, pues estos fueron los egipcios que dijeron: “Hemos visto el gran poder de Dios, y nos queremos ir con ustedes.” Estos egipcios no se quedaron en Egipto, estos habían creído en Dios y se fueron con el pueblo de Dios.
¿A qué me refiero con esto? Estoy diciendo que, buscar a Dios implica un cambio de vida. Buscar a Dios no es una decisión pasiva hermano, hay que hacer algo. Usted puede imaginar lo que implica, lo que significó en realidad, para estas personas egipcias decirle al pueblo de Israel: “¿Nos podemos ir con usted?” ¿Usted puede imaginar eso? ¿Qué opinión tuvo faraón, qué dijo faraón? ¿Qué pasó con la familia? Y eso implica conocer a Dios, eso implica Buscar a Dios. Buscar a Dios significa que yo tengo que salir de ese lugar en el que yo me siento bien, antes de conocerle, para seguir a Dios. Todos venimos del mundo, de un lugar de perdición; significa dejar de un lado todo lo que usted está acostumbrado.
Yo le hago esta pregunta: Si usted se convierte al evangelio ¿seguirá viviendo de la misma manera? Egipto era símbolo de turbación, de angustia. Algunos autores le llaman el horno de hierro de la aflicción; y en sentido espiritual, el mundo. Entonces, ¿cómo puede usted salir del mundo, convertirse al evangelio, y su vida seguir igual? ¿En qué está usted? La Biblia misma dice (1 Juan 2:15): No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Buscar a Dios implica, una vida nueva.
¿Por qué algunos amigos suyos no creen que usted se entregó al evangelio? Porque no ha visto ningún cambio en usted. Porque hasta los mismos inconversos saben que no es cierto, que usted sigue siendo el mismo. Por eso estoy hablando de que, se requiere en realidad de un cambio de vida. Aún los mismos egipcios, si querían seguir a Jehová tenían que dejar a Egipto, tenían que hacer a un lado Egipto.
¿Usted recuerda cuando Moisés pidió a faraón que dejara ir al pueblo? ¿Recuerda qué fue lo que dijo? “Deja ir a mi pueblo para que me sirva. Deja ir a mi pueblo para que me adore. Deja ir a mi pueblo para que puedan ofrecer sacrificios a Jehová.” Es decir, para eso nos sacó Dios del mundo, ¿o no?
La atracción por el mundo, claro que hay atracción. ¿Por qué? Porque la concupiscencia ha quedado almacenada en el disco duro. La concupiscencia son todas aquellas cosas que hicimos antes de conocer a Cristo. Y eso hace que, muchas veces, se actúe de esa manera. “El buscar a Dios” es algo diferente, es algo distinto.
Jeremías 29:13 (RV-60) Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Mi experiencia buscando a Dios. Desde niño yo tuve contacto con la fe, no porque yo quise sino porque una tía (más bien con la que yo me crié) ella ingresó a los Testigos de Jehová, entonces me llevó. Yo comencé a conocer cómo funcionan ellos, pero después de eso, mi tía se salió y me sacó a mí también. Luego yo entré a un colegio católico, yo estudié en el colegio San Juan Bosco, ahí pues aprendí mucho acerca del catolicismo. Me hice amigo de sacerdotes, y la razón por la que nos hicimos amigos era por la cantidad de preguntas que yo tenía, eran muchas mis inquietudes. Por ejemplo, yo no creía en la confesión, ¿se puede imaginar que estudié en un colegio católico yo nunca me confesé con los sacerdotes? Todavía estaba en el colegio cuando conocí a Cristo. Imagínate cuál era mi ignorancia, que yo no me aguantaba por llegar el siguiente día al colegio para contarle al padre Mejías lo que había hecho. Me fui a buscar al cura y le digo: -padre, no sabe usted lo que yo hice ayer. Y me dice: ¿Qué hiciste David? -Recibí a Cristo como mi Señor y mi Salvador. Se me quedó viendo y me dijo: ¿Cómo así? Entonces le conté: -Me invitaron al Tabernáculo Bíblico Bautista amigo de Israel, fui al culto, hicieron una invitación para recibir a Cristo y yo me puse de pie; recibí a Cristo en mi corazón padre. El padre dijo: mira David, guárdate eso para ti mismo. No hagas ruido, no le cuentes a nadie. El problema es, que cuando fui el miércoles el pastor en el culto dijo que había que contarle a todo el mundo. Entonces dije yo: aquí hay un problema. Entonces regresé otra vez con el cura y le digo: mire, a mí me dijeron que cuente esto a todos. El cura me respondió: Sí, pero te estoy diciendo que si tú le cuentas a la gente del colegio lo que has hecho, te van a terminar echando de aquí. Y tenía mucha razón el padre Mejías.
Haciendo un análisis y una reflexión, a lo largo de los años desde que yo era niño yo buscaba a Dios. Desde niño, y mi búsqueda era una búsqueda infantil verdaderamente llena de inquietudes. “Dios mío, ¿y yo porque no tengo papá? Esa era mi pregunta y yo cuestionaba a Dios. Pero yo, en mi humilde condición de niño, sabía que había un Dios. Yo me acuerdo que, a la hora de la comida, aún sin conocer al Señor, yo ponía mis manos juntas y le daba gracias a Dios por la comida.
Algunos de los que estamos acá, hemos estado en una religión no una fe; porque fe es una relación personal con Dios y religión es, una serie de normas que te impone una iglesia donde te dicen que tienes que seguirlas. Ayer, les decía a los hermanos del grupo de adoración, en una reunión que tuvimos, lo que ustedes hacen en público debe ser un reflejo de lo que ustedes hacen en privado. Adorar en público, debe ser un reflejo de su adoración en privado. Yo me atrevo a decir que: Dios ha tenido misericordia de muchos de nosotros que estuvimos involucrados en lugares que, en realidad no era el plan divino. Estuvimos involucrados en sectas, estuvimos involucrados en religiones, estuvimos involucrados en grupos pseudoespirituales, que utilizan la espiritualidad como un engaño, pero que al final del día son rituales que no te llevan a Dios. Y como buscamos a Dios de todo corazón, de allí nos sacó Dios, de ahí nos libertó el Señor, de ahí nos redimió nuestro bendito Señor eterno. A veces, amados míos, es necesario desaprender ciertas cosas, para aprender otras.
Estaba leyendo un libro, de un de un niño que dice que estaba viendo a su mamá cocinando un pedazo de carne en una parrilla. Y que el niño le preguntó a la mamá: -Mamá, ¿por qué, si la parrilla es rectangular, cortas la carne redonda? Y la mamá le dijo: –¡Yo que sé! Yo así vi a tu abuela. Pregúntale a tu abuela. Y el niño va y le pregunta a la abuela, diciendo: -Abuela, ¿por qué si la parrilla es rectangular cortan la carne redonda? La abuela dijo: !Yo qué sé! Yo así vi a tu bisabuela y por eso lo hago así. Entonces, dicen en el libro que, va donde la bisabuela y le pregunta: -Si la parrilla es rectangular, ¿por qué cortan la carne redonda? Y la bisabuela le dijo: _Mira hijo, en mis tiempos las parrillas eran redondas, entonces cortábamos los pedazos de carne redondo para que cupieran en la parrilla. La razón por la que tu mamá y tu abuela la cortan redonda teniendo una parrilla rectangular, no tengo ni la más mínima idea. ¿Qué significa eso? Que hay personas que siguen haciendo las cosas porque su mamá las hizo de esa manera, y porque su abuela las hizo de esa manera. No saben ¿por qué creen lo que creen? No saben, ¿por qué hacen lo que hacen? Por eso, a veces hermano, para buscar a Dios es necesario desaprender ciertas cosas que hemos aprendido. Usted es responsable delante de Dios, especialmente con esta palabra que usted ha escuchado ahora.
La Biblia nos dice que: El que busca a Dios de todo corazón, lo encuentra. Dios está cerca de las personas que le buscan. Mis queridos y amados hermanos, mis amigos; por semana venimos diciendo “Busque a Dios, y búsquelo de todo corazón.”
Demos gracias.
Padre querido, te damos gracias por tu palabra. Te adoramos, te bendecimos, en esta hora exaltamos tu nombre y nos damos cuenta por tu palabra eterna que, El que busca a Dios lo encuentra. Señor gracias por la sinceridad con la que tanta gente te busca Señor. En este día estamos en tu casa, precisamente, porque tenemos el buen deseo, y el buen corazón de buscarte y encontrarte.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón y en esta tarde usted me dice: “Pastor yo necesito a Dios en mi vida. Yo quiero comenzar una vida nueva con el Señor.” Dice la palabra del Señor (Juan1:12): Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. En esta oportunidad, le estamos invitando a recibir a Jesucristo como el Señor de su vida, como el Salvador de su alma. El que se acerca a Dios, Dios se acerca a él. El que busca a Dios lo encuentra. En esta oportunidad Dios quiere ser parte de su vida. Seguimos orando con los rostros inclinados y ojos cerrados, Dios le ama. Dios tiene un plan maravilloso para su vida. Dios quiere salvarle, quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna. ¿Hay alguna persona que necesite a Dios, qué quiera entregarle su vida a Jesús? Yo le invito donde está para que se ponga de pie, levante su mano; no tenga pena, no tenga vergüenza. ¡Venga a los pies de Jesús, entréguele su corazón al Señor! Si usted nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale: Señor en este día te pido perdón por mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Padre querido, gracias. Atesoramos esta palabra en nuestros corazones. Bendícenos en esta semana que comenzamos en este día, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Que Dios me los bendiga!