Transformación Espiritual
mayo 28, 2023 – 1:30pm | Romanos 12:1-2 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Les pido que prestemos un poco más de atención porque, conforme el tiempo va pasando
en la vida cristiana, nos podemos ir acostumbrando a situaciones que nos hacen perder
ese primer amor, vamos perdiendo esa pasión por Dios, por el evangelio; a tal grado que
nos acomodamos.
Con todo el respeto que merecen las personas que ven servicios por internet, yo no creo
que la intención de Dios haya sido que usted esté en pijamas, con un plato lleno de
palomitas, viendo el servicio de una iglesia; no creo que esa haya sido la intención de Dios.
A menos que usted esté enfermo y esté en un hospital.
La Biblia nos habla que cuando veamos que ya el tiempo esté cerca debemos estar más
atentos. Debemos velar constantemente y no dejar de congregarnos como algunos tienen
por costumbre.
En esta oportunidad yo quiero hablar de un tema que considero extremadamente
importante. No es para regalarlo, es para que usted. No piense en otra persona, es para
usted.
Recuerde una cosa, cuando se habla de salvación: es individual. Dios no tiene nietos, Dios
tiene hijos. El hecho que su mujer sea creyente, no lo hace a usted creyente. El hecho que
el esposo sea creyente, no hace a la mujer creyente. El hecho que su abuela sea creyente,
no lo hace a usted creyente.
Yo quiero hablarles de algunas fases, de algunas situaciones, y quiero que usted se ponga
frente al espejo. Quiero decirles, antes de comenzar, que le he pedido mucho a Dios que
nos hable al corazón en esta oportunidad. Que transforme nuestra manera de ver el
mundo, nuestra manera de ver las cosas y que tome el evangelio con toda la seriedad que
merece. Dice la palabra del Señor:
Romanos 12:1-2 (RV-60): 1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta.
Vamos a orar: Señor, te pido que quites el velo de tantas personas que nos hemos
acomodado a este mundo, que vivimos como vive el mundo, que hacemos las cosas que
hace el mundo; y que nuestra vida cristiana en lugar de ir mejorando ha ido para atrás.
Padre, entendemos que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados,
contra demonios. En esta hora yo te ruego, mi Señor, que permitas que sea el Espíritu
Santo quien hable a nuestras vidas y nos ayude a hacer los cambios necesarios. Te lo
pedimos en el nombre de Jesús, amén.
¿Cómo podemos saber si en realidad somos cristianos? ¿Cómo podemos saber si en
realidad hemos nacido de nuevo?
¿Porque venimos a la iglesia? No. ¿Porque usted participa de algún ministerio? Tampoco.
¿Porque se bautizó un día? No. ¿Porque lee la Biblia? No. ¿Porque diezma? No. ¿Porque
mira los servicios online? Tampoco. ¿Porque cree en Dios? La Biblia dice que: hasta los
demonios creen en Dios y tiemblan.
Sabemos que somos creyentes porque, desde el momento que conocimos a Jesucristo,
nuestra vida ha sido transformada por el poder del Espíritu Santo.
Aquí viene el desafío: la palabra clave es “cambio de vida”. Los cambios en la vida son
inevitables. Todos cambiamos, nos guste o no nos guste. Algunos estamos más gorditos,
otros más flaquitos, otros con menos pelo del que teníamos hace un tiempo. Los cambios
son inevitables; pero en la vida espiritual hay cambios que se pueden realizar y tenemos
que ser conscientes de ello.
La expectativa de Dios es que la experiencia de conocer a Jesucristo, como Señor y
Salvador, transforme nuestra vida. La expectativa de Dios es que nuestras vidas sean
transformadas.
¿Sabe cómo le llama la Biblia a esa transformación espiritual? Santificación. Pero yo le he
puesto el título de “Transformación espiritual”.
Hay cinco áreas de nuestra vida que se ven afectadas positivamente, cuando
verdaderamente conocemos a Dios. Yo quiero que en este momento usted se haga esa
pregunta porque, la respuesta a esa pregunta tiene que ver entre el cielo y el infierno.
El viernes pasado comentábamos con la hermana Leonela acerca de ese volcán en
Managua que a mí me asustó mucho, porque, déjeme decirle que ahí está el azufre y el
fuego del que habla la Biblia. ¡Créame! Y cuando yo veo eso, cuando yo vi eso ese día ahí
en Managua yo dije: ¡Dios mío! Y la Biblia eso le llama el lago que arde con fuego y azufre.
Es decir, este es un tema serio.
¿Cómo saber si usted no está jugando a la iglesita? ¿Cómo saber si usted lo único que ha
hecho es cambiar de nombre? Antes se llamaba católico, se llamaba evangélico, pero su
vida es la misma; no hay nada que haya cambiado.
Pensemos si en realidad Dios ha hecho la obra en nosotros. Yo tengo que permitirle al
Espíritu de Dios transformarme, porque Dios es el único que puede cambiar a las personas.
¿Sabe que yo puedo resistir a la palabra de Dios? ¿Sabe que yo puedo resistir el Espíritu
de Dios? ¿Sabe qué si el Espíritu me dice sí, yo digo no? Si el Espíritu me dice no, yo
puedo decir sí. Por ejemplo, si usted en este momento ahí donde está sentado, escucha
algo y usted dice en su interior: “yo no estoy de acuerdo con eso”. ¿Sabe qué está
haciendo? Resistiendo la palabra de Dios, porque lo que yo le estoy hablando no son
pensamientos personales, le estoy hablando lo que la eterna, gloriosa y bendita palabra del
Señor nos dice. Pero cuando usted dice: “yo no estoy de acuerdo con eso”, usted está
resistiendo la escritura. ¡Imposible que haya una transformación espiritual en su vida!
Cuando usted resiste la palabra, es imposible que haya transformación.
1. Cómo pensamos. (Cambiar nuestra manera de pensar).
Romanos 12:2 (NTV): 2No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena,
agradable y perfecta.
¿Qué está diciendo Dios ahí? Hay cosas que hace el mundo que un creyente no debe
hacer. Tenemos un enemigo con el que batallamos todos los días de nuestra vida. Nosotros
batallamos con nuestra naturaleza pecaminosa, que se resiste siempre, batallamos con el
diablo y batallamos con el mundo. Cuando digo que batallamos con el mundo eso es la
televisión, los amigos en el trabajo y amigos carnales en las iglesias. Cuando yo busco a
otros amigos, en la iglesia, que les gustan tener costumbres que tiene este mundo y como
a mí me gustan también, entonces yo me uno con ellos para que podamos hacer esas
cosas. Pero no soy yo, solo le estoy mostrando la bendita palabra del Señor. Yo quiero que
usted se quite, por amor de Dios, ese velo que tiene clavado en su cabeza y que no le
permite ver claramente qué dice la bendita palabra del Señor. No imiten las conductas ni
las costumbres de este mundo.
Y luego dice el espíritu de Dios, más bien dejen que Dios los transforme. Ese es el
mensaje: Transformación espiritual. Dejen, permitan, que Dios los transforme en
personas nuevas. De modo que, si alguno está en Cristo, ¿qué es?, nueva criatura es.
Personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Dicen los expertos que tratar de cambiar la conducta sin cambiar nuestra mentalidad es
una pérdida de tiempo. Es decir, por ejemplo, usted dice: yo voy a ir alcohólicos anónimos,
pero usted no cambia su mentalidad acerca de licor, ¿qué va a pasar? Nada. Usted puede
hacer todas las dietas que existen en el mundo. Si usted no cambia de mentalidad, ¿qué va
a pasar? Nada. ¿Por qué? Porque usted hace cosas creyendo que esas pastillas, creyendo
que esos jugos, creyendo que esas inyecciones, creyendo lo que sea le va a quitar la grasa
que tiene de más. Pero, si su mentalidad sigue siendo la misma, usted sigue comiendo,
sigue tragando las cosas que no debe, ¿qué va a pasar? Nada.
Renovar la mente significa que vamos a ver la vida a través de la palabra de Dios. No a
través de nuestra experiencia, ni de nuestras opiniones, ni de nuestra preferencia.
Una mente renovada cambia la mentira por la verdad. Le explico: Si una persona dice: las
iglesias son un negocio, los pastores son mañosos. Usted no conoce a Dios. Usted ha
pintado un poquito su negro de gris, porque su pasado le molesta tanto que entonces usted
asiste a la iglesia para pintar un poquito ese color y que la culpa no sea tanto. Una mente
renovada dice: no, la iglesia es el cuerpo de Cristo, la iglesia es una bendición, la iglesia es
la esposa del cordero. Una mente renovada puede decir: ¡Yo conozco a Jesucristo! Puede
decir: (Job 42:5) De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te han visto. Ahora te
conozco, ahora yo he tenido una experiencia revolucionaria en mi ser, yo te conozco mi
Señor.
La mente renovada piensa en base a la palabra de Dios, no en base a lo que dice la señora
de la esquina, ni el amigo mío, ni lo que dice su abuela siquiera. Es en base al
conocimiento de la palabra del Señor. Por ejemplo, ¿usted sabe cuánta gente sufre de
depresión? ¡Es increíble! Si usted por ejemplo dice: “A mí nadie me quiere”. Esa es su
naturaleza, eso es el diablo, eso es el mundo. ¿Pero la verdad de Dios cuál es? A mí Dios
me ama. ¡Esa es la verdad! Yo debo creer la verdad más que cualquier otra cosa. Usted le
importa a muchas personas, los creyentes no vivimos en base a emociones, sino en base a
convicción, en base a lo que la palabra del Señor nos dice.
Una mente renovada identifica y separa lo bueno de lo malo. Si la Biblia dice que es bueno,
entonces es bueno. Si la Biblia dice que es malo, hermanito lindo y querido, este libro
sagrado tiene razón.
Esa es la primera cosa que se afecta cuando yo conozco a Jesucristo: mi mente. El filtro de
la fe, el filtro de la Biblia.
2. Cómo vivimos. (Ser una persona diferente).
Dios quiere que seamos diferentes.
1 Corintios 6:9-11(RV-60): 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se
echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido
lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor
Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Aquí está diciendo que si usted es injusto no irá a la gloria, aunque pase sentado 40 años
aquí en esta silla. Tampoco parejas que viven juntos y tienen sexo sin haberse casado, no
importa que todo el mundo lo haga. Tenemos que vivir bajo el filtro de la Biblia.
Usted no le puede permitir a Juanito se ponga los zapatos de tacones de la mamá, como si
fuera una señora. ¡Ay mira el niño que lindo! ¡Qué bien camina con esos tacones el Juanito!
Usted necesita un nuevo cerebro la verdad, porque va a llorar más adelante. Si tiene
problema con entender esto, vamos al primer punto: lo que la Biblia dice que es bueno, no
dude usted que es bueno.
Si usted tiene una empresa y anda buscando la manera de hacerles trampas a sus
empleados que hicieron ocho horas, ponerle siete, ponerle seis. ¿Sabe cómo se llama eso?
Mañoso (ladrón). ¿Y qué dice la Biblia? Que no entrará al reino de Dios, porque para ir a la
gloria hay que tener una Transformación espiritual. Mientras usted siga actuando,
viviendo y pensando cómo lo hace el mundo, entonces no hay ningún cambio en su vida.
1Corintios 6: 11 (RV-60): 11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios. No dice: Y estos son, sino: Y esto erais, porque estoy hablando de cómo
vivimos. Luego dice: más ya habéis sido lavados. Dije la palabra transformación espiritual
tiene que ver con santificación. Ya habéis sido santificados.
La Transformación Espiritual produce un cambio sustancial en la vida la persona. Ya no
es la misma. Te doy un ejemplo.
Gálatas 1:13 (RV-60): 13Porque ya habéis oído acerca de mí conducta en otro tiempo en el
judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba. ¿Usted cree que
Pablo se convirtió y siguió persiguiendo a la iglesia? ¿De qué estoy hablando amado? De
Transformación Espiritual. Si usted sigue siendo la misma persona de antes, con las
mismas costumbres, con las mismas mañas, lo único que usted cambió de una banca de
una iglesia a una silla de otra iglesia. Hermano mire, ¡por amor de Dios!, revise su alma.
Hay mucha gente engañada hoy en día. Hay mucha gente engañada, creyendo que:
porque dedican hora y media el día domingo a una iglesia ya con eso estuvo, ya
cumplieron.
Es muy probable que Zaqueo cobraba más de lo que debía, porque Zaqueo era cobrador
de impuesto, y eso era lo que ellos hacían. Vamos a la Biblia.
Lucas 19:8 (RV-60): 8Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la
mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado. ¿Te das cuenta? ¿Cómo se llama esto? Se llama transformación. O sea,
aquí no tenemos a un mañoso regenerado, que sigue siendo mañoso lo que ahora es
evangélico. Así no es la cosa, así no funcionan las cosas.
Sabemos que hemos sido transformados, que estamos creciendo en la fe y en el
conocimiento de Dios, si es que experimentamos un cambio en nuestra vida. La
Transformación Espiritual tiene que ver con cambio.
Efesios 4:28 (RV-60): 28El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos
lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ponga
atención a este versículo. Dice: el que robaba no robe más. No dice: el que robaba, ahora
robe poquito. Hermano, esto es una transformación, esto es un cambio. Si usted antes
robaba, ya no robe más. Mire, si usted trabaja para una compañía de pintura y estaba
acostumbrada a llevarse los galones que sobraban a su casa, ¿Qué dice la palabra hoy?
Ahora que usted ya conoce a Dios, no lo haga. ¡Pídalo! Si se lo dan, chévere. Si no se lo
dan, no lo toque. ¿Qué es lo que hay que hacer? Pues trabaje hermano. Como todo el
mundo. Eso dice la Palabra.
3. Como reaccionamos. (Controlar nuestras emociones).
Esto tiene que ver con nuestras emociones, es decir, el control de nosotros mismos.
Efesios 4:31 (RV-60): 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia.
Yo le pregunto una cosa: ¿En su casa hay paz? ¿Se respira paz en su hogar? Usted puede
decir: Ah, ¡qué rico llegar a casa! Porque vivir con personas amargadas es un desastre.
Vivir con personas que se enojan por cualquier cosa es otro desastre. Y vivir con una
persona iracunda es otro desastre.
Antes de conocer al Espíritu de Dios, antes de conocer a Cristo, usted podía ser una
persona que cualquier cosa que pasare en su vida reaccionaba de una manera negativa,
reaccionaba de una manera iracunda. Tira cosas, avienta puertas, dice malas palabras,
maldice a la gente, maldice al mundo. Y usted puede decir, bueno, pero desde que conocí
al Señor Jesús, desde que Cristo es el Señor de mi vida: “Dios controla mi vida”. Hay
momentos que a mí me dan ganas, pero el Señor me controla.
Colosenses 3:8 (RV-60): 8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo,
malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. Yo no podría vivir en un hogar
donde se dicen malas palabras. ¡Me muero! Cuando era niño las escuché todas, cada día,
en mi casa. Y la Biblia, ¿qué dice? ¿Qué no hay problema? ¿Qué las siga diciendo? No.
De ninguna manera. Simple y sencillamente, si mi entorno no cambia yo voy a cambiar mi
entorno cueste lo que cueste.
Colosenses 3:9 (RV-60): 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo
hombre con sus hechos. Es una vida nueva hermanos, aún si usted le dice a su mujer ya
vengo, voy al súper. ¡Vaya al súper hombre! Muchos dicen: voy a hablar con mi jefe, y van
a hablar con otra persona. ¿Por qué? ¿Por qué tanta falsedad? ¡Esto es tan delicado! Si
yo sigo siendo la misma persona mentirosa de siempre, eso quiere decir que yo no he
conocido al Espíritu de Dios, que es el único que puede transformar a un individuo.
Colosenses 3:10 (RV-60): Y revestido del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del
que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. Por eso se llama nuevo
nacimiento.
La psicología secular les enseña a los individuos que ellos no son culpables de su
conducta, que no son culpables de sus actos, que somos el producto de la sociedad en la
que vivimos y el producto de nuestros padres. La palabra del Señor dice que no. dice que si
alguno está en Cristo es una nueva criatura. (Eso dice esta palabra). Su casa pudo haber
sido un infierno, pero si usted conoció a Dios usted es una nueva criatura, y el infierno ya
pasó. Ahora puede identificar cómo es el infierno, pero es una nueva criatura.
En cuestión de emociones hay una pregunta sencilla: ¿Hay alguien a quien usted no puede
perdonar? Si hay alguien a quien usted no puede perdonar, usted no conoce a Dios; y lo
dice la Palabra. ¿Cómo es posible que Dios lo perdona usted y usted no puede perdonar?
Y otra cosa que dice es que: si usted no perdona a su prójimo tampoco Dios lo perdona a
usted. ¿Hay alguna persona con quien usted está resentido? Hay alguien a quien usted
dice: No, yo a él no le hablo, si ese hombre aparece por aquí y yo agarro por otro lado. Lo
que no sabes es que el Señor, en el cielo, te va a poner al lado de esa persona durante una
eternidad.
¿Sabe por qué no ha sido transformado espiritualmente? Porque hoy nos afecta mucho el
mundo, las cosas que no edifican, personas a su alrededor que no ayudan, este mundo ha
colocado muchas cosas en nuestra cabeza. La gente a tu alrededor no te ayuda ni a
perdonar, ni a buscar más del Señor, ni arrepentirte de tus faltas.
4. Cómo amamos.
A medida que crecemos en la fe tenemos mayor compasión por la gente.
Colosenses 3:12-14 (NTV): 12Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y
amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad,
gentileza y paciencia. 13Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo
el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben
perdonar a otros. 14Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta
armonía.
¿Usted piensa que, manteniéndose igual, sin transformación podrá amar a otros? ¡Es que
yo así soy! Sí, todos sabemos que usted es así y nos da tristeza y nos da lástima. Porque
el que conoce al Espíritu de Dios ha sido transformado aún en su manera de amar, el
afecto que siente por otras personas. ¿Por qué? Porque ya el Espíritu de Dios nos quitó a
nosotros toda malicia, toda gritería, toda ira, todo enojo, todo resentimiento. Entonces
ahora podemos ver a la gente con compasión, con cariño, con amabilidad.
¿Es usted una persona amable con toda la gente? ¡Me fascina la gente amable! ¡Qué linda
es la gente así! La iglesia debe estar llena de gente así y no de personas pedantes,
humillantes, que con la mirada te quieren acribillar, la iglesia no debe ser así. Y eso habla
de la transformación del Espíritu de Dios.
¿Siente compasión por la gente? ¿Tiene paciencia con personas difíciles de convivir? A
esto, la Biblia le llama el fruto del Espíritu.
5. Cuánto anhelamos de Dios.
Salmo 42:1 (RV-60): 1Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por
ti, oh Dios, el alma mía.
¿Clama su alma por estar un ratito con el Señor? ¿Por la oración? ¿Hay un anhelo de
adorarlo? ¿Hay un anhelo de exaltarlo, de cantarle? ¿Hay un anhelo por abrir la palabra y
reír, llorar? ¿Siente al Espíritu de Dios hablándole a su vida? ¿Usted cae derramando
lágrimas y diciéndole Señor perdóname? En realidad, ¿anhela usted un tiempo con Dios, lo
anhela?
Yo sé que vivimos tiempos de mucha distracción (Netflix). Hermano, yo no considero que
sean pecado esas cosas. ¿Sabe que es pecado? Que le dé más al César que a Dios. Yo
no puedo pasar más tiempo metido en una cosa y dejando a Dios a un lado.
Es que nada más transforma la vida de un individuo, de un creyente, que la presencia de
Dios, más que el tiempo de adoración, más que un tiempo de alabanza, más que en tiempo
devocional, más que un tiempo donde solo estén usted y Dios solos; no importa la hora que
sea. El momento de poder decirle: “Mi alma te anhela Señor. Padre te adoro. ¡Qué tiempo
más precioso el que paso contigo Señor! ¡Cómo me encanta estar contigo, oh Dios! Te amo
Padre. ¿Cómo te pudiste haber fijado en mí si yo no soy digno de esto? Gracias por tu
misericordia Padre. Te alabo, te bendigo”.
Acaso es usted es el tipo de persona que no más el ratito que pasa aquí en el culto, y ya
está viendo la hora y diciendo: Cuándo va a terminar este viejo.
Salmo 84:2 (RV-60): 2Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi
corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
El pastor Jeremy, pastor de la iglesia canadiense, me decía: “David, yo admiro tu iglesia,
admiro la iglesia El Redentor. ¡Cuántos jóvenes! La gente se goza cuando viene, la gente
viene con alegría, la gente viene con entusiasmo. Me encanta ver a la gente venir a la
iglesia”. Y le digo yo: “Ha sido una bendición que hemos tenido por largos y largos años.
Ser una iglesia atractiva, para la gloria de Dios, una iglesia donde la gente le encanta estar,
le encanta venir”.
Comencé diciendo que los cambios son inevitables. Dije que: hay muchas cosas que
cambian y muchos han perdido su primer amor. Muchas personas comenzaron con un
amor ardiente por el evangelio, con un amor ardiente por Dios. Venían a todos los cultos,
servían, se movían, hacían la obra, les encantaba estar en la casa del Señor; y poco a
poco fueron perdiendo el ánimo, perdiendo el deseo de adorar. Ahora, llegan un ratito nada
más y salen corriendo a su casa y hasta el próximo domingo. Ya no anhela la presencia del
Dios Todopoderoso, de ese Dios que te redimió, que te salvó. De ese Dios que te levantó
cuando ya nadie daba nada por ti. De ese Dios que te dio la mano cuando tocaste fondo.
De ese Dios que sacó tu pie del pantano y lo puso sobre una roca firme. ¡Qué lindo todo lo
que Dios ha hecho por nosotros!
Mis queridos y amados hermanos, en este día, valdría la pena que dediquemos unos
minutos y pensemos en estas cosas. Porque déjame decirte que: los expertos dicen que
todos los años hay un diez o quince por ciento de personas que están sentadas en una
iglesia que no van a volver, y es cierto. Hay familias lindas, queridas que después de la
pandemia no regresaron a poner un pie más en la iglesia, no volvieron; y por más que se
les ha buscado y se les ha llamado no regresaron. Ahora, viven como si nunca hubieran
conocido al Señor.
Es por eso que es tan importante crecer en el conocimiento de Dios, amado mío. Es
importante que haya una Transformación Espiritual en nuestras vidas; para gloria de
Dios Padre, no para agradar al marido, ni para agradar a la mujer, ni para agradar a los
hijos, ni para agradar a nadie, sino para agradar a nuestro Bendito Padre celestial.
Demos gracias a Dios: Padre querido, este mensaje es un mensaje desafiante para
hacernos pensar, para hacernos reflexionar, sin el menor deseo de ofender a nadie,
simplemente entender cuál es tu voluntad, agradable y perfecta. Yo te ruego Señor, que
podamos dedicar unos minutos en este día y pensar en estas cosas que hemos hablado:
cómo pensamos, cómo vivimos, cómo amamos, cómo reaccionamos, y cuánto anhelamos
tu presencia Señor. Vivimos en un mundo lleno de distracciones, lleno de diversión. Nos
acercamos al tiempo de verano, en esta ciudad de Vancouver, donde se presta el tiempo
para apartarnos, hacernos a un lado de las cosas espirituales. Señor, ayúdanos, ayúdanos
Padre; algunos necesitan volver al primer amor, a esos primeros días cuando te conocimos
y estábamos locamente enamorados de ti Señor y del Evangelio. Revive Padre Santo esos
momentos maravillosos de nuestra vida, porque sin duda que tú eres digno, tú eres digno
de nuestra alabanza y de nuestra adoración.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, pero siente
la necesidad de Dios en esta hora. Si usted me dice: “Pastor yo necesito una vida nueva,
necesito a Dios en mi vida, yo quiero recibir a Cristo en mi corazón”. ¿Hay alguna persona
que quiere entregarle su corazón a Jesús? Ahí donde está yo le hago la invitación para que
se ponga de pie, levante su mano, entréguele su vida a Cristo. Esta decisión, que es la
decisión más importante mientras estemos en la tierra, la única con dividendos eternos.
Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través
de una oración dígale al Señor: Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te
entrego mi corazón, te entrego mi alma. Te doy gracias por poner tu cuerpo en la cruz y
derramar tu sangre preciosa. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el
conocimiento de Dios y su Bendita Palabra. Padre, despedirnos con tu paz y con tu
bendición. En el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Bendiciones iglesia!
Transformación Espiritual
mayo 28, 2023 – 1:30pm | Romanos 12:1-2 | Dr. David Rodríguez
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Les pido que prestemos un poco más de atención porque, conforme el tiempo va pasando
en la vida cristiana, nos podemos ir acostumbrando a situaciones que nos hacen perder
ese primer amor, vamos perdiendo esa pasión por Dios, por el evangelio; a tal grado que
nos acomodamos.
Con todo el respeto que merecen las personas que ven servicios por internet, yo no creo
que la intención de Dios haya sido que usted esté en pijamas, con un plato lleno de
palomitas, viendo el servicio de una iglesia; no creo que esa haya sido la intención de Dios.
A menos que usted esté enfermo y esté en un hospital.
La Biblia nos habla que cuando veamos que ya el tiempo esté cerca debemos estar más
atentos. Debemos velar constantemente y no dejar de congregarnos como algunos tienen
por costumbre.
En esta oportunidad yo quiero hablar de un tema que considero extremadamente
importante. No es para regalarlo, es para que usted. No piense en otra persona, es para
usted.
Recuerde una cosa, cuando se habla de salvación: es individual. Dios no tiene nietos, Dios
tiene hijos. El hecho que su mujer sea creyente, no lo hace a usted creyente. El hecho que
el esposo sea creyente, no hace a la mujer creyente. El hecho que su abuela sea creyente,
no lo hace a usted creyente.
Yo quiero hablarles de algunas fases, de algunas situaciones, y quiero que usted se ponga
frente al espejo. Quiero decirles, antes de comenzar, que le he pedido mucho a Dios que
nos hable al corazón en esta oportunidad. Que transforme nuestra manera de ver el
mundo, nuestra manera de ver las cosas y que tome el evangelio con toda la seriedad que
merece. Dice la palabra del Señor:
Romanos 12:1-2 (RV-60): 1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta.
Vamos a orar: Señor, te pido que quites el velo de tantas personas que nos hemos
acomodado a este mundo, que vivimos como vive el mundo, que hacemos las cosas que
hace el mundo; y que nuestra vida cristiana en lugar de ir mejorando ha ido para atrás.
Padre, entendemos que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados,
contra demonios. En esta hora yo te ruego, mi Señor, que permitas que sea el Espíritu
Santo quien hable a nuestras vidas y nos ayude a hacer los cambios necesarios. Te lo
pedimos en el nombre de Jesús, amén.
¿Cómo podemos saber si en realidad somos cristianos? ¿Cómo podemos saber si en
realidad hemos nacido de nuevo?
¿Porque venimos a la iglesia? No. ¿Porque usted participa de algún ministerio? Tampoco.
¿Porque se bautizó un día? No. ¿Porque lee la Biblia? No. ¿Porque diezma? No. ¿Porque
mira los servicios online? Tampoco. ¿Porque cree en Dios? La Biblia dice que: hasta los
demonios creen en Dios y tiemblan.
Sabemos que somos creyentes porque, desde el momento que conocimos a Jesucristo,
nuestra vida ha sido transformada por el poder del Espíritu Santo.
Aquí viene el desafío: la palabra clave es “cambio de vida”. Los cambios en la vida son
inevitables. Todos cambiamos, nos guste o no nos guste. Algunos estamos más gorditos,
otros más flaquitos, otros con menos pelo del que teníamos hace un tiempo. Los cambios
son inevitables; pero en la vida espiritual hay cambios que se pueden realizar y tenemos
que ser conscientes de ello.
La expectativa de Dios es que la experiencia de conocer a Jesucristo, como Señor y
Salvador, transforme nuestra vida. La expectativa de Dios es que nuestras vidas sean
transformadas.
¿Sabe cómo le llama la Biblia a esa transformación espiritual? Santificación. Pero yo le he
puesto el título de “Transformación espiritual”.
Hay cinco áreas de nuestra vida que se ven afectadas positivamente, cuando
verdaderamente conocemos a Dios. Yo quiero que en este momento usted se haga esa
pregunta porque, la respuesta a esa pregunta tiene que ver entre el cielo y el infierno.
El viernes pasado comentábamos con la hermana Leonela acerca de ese volcán en
Managua que a mí me asustó mucho, porque, déjeme decirle que ahí está el azufre y el
fuego del que habla la Biblia. ¡Créame! Y cuando yo veo eso, cuando yo vi eso ese día ahí
en Managua yo dije: ¡Dios mío! Y la Biblia eso le llama el lago que arde con fuego y azufre.
Es decir, este es un tema serio.
¿Cómo saber si usted no está jugando a la iglesita? ¿Cómo saber si usted lo único que ha
hecho es cambiar de nombre? Antes se llamaba católico, se llamaba evangélico, pero su
vida es la misma; no hay nada que haya cambiado.
Pensemos si en realidad Dios ha hecho la obra en nosotros. Yo tengo que permitirle al
Espíritu de Dios transformarme, porque Dios es el único que puede cambiar a las personas.
¿Sabe que yo puedo resistir a la palabra de Dios? ¿Sabe que yo puedo resistir el Espíritu
de Dios? ¿Sabe qué si el Espíritu me dice sí, yo digo no? Si el Espíritu me dice no, yo
puedo decir sí. Por ejemplo, si usted en este momento ahí donde está sentado, escucha
algo y usted dice en su interior: “yo no estoy de acuerdo con eso”. ¿Sabe qué está
haciendo? Resistiendo la palabra de Dios, porque lo que yo le estoy hablando no son
pensamientos personales, le estoy hablando lo que la eterna, gloriosa y bendita palabra del
Señor nos dice. Pero cuando usted dice: “yo no estoy de acuerdo con eso”, usted está
resistiendo la escritura. ¡Imposible que haya una transformación espiritual en su vida!
Cuando usted resiste la palabra, es imposible que haya transformación.
1. Cómo pensamos. (Cambiar nuestra manera de pensar).
Romanos 12:2 (NTV): 2No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena,
agradable y perfecta.
¿Qué está diciendo Dios ahí? Hay cosas que hace el mundo que un creyente no debe
hacer. Tenemos un enemigo con el que batallamos todos los días de nuestra vida. Nosotros
batallamos con nuestra naturaleza pecaminosa, que se resiste siempre, batallamos con el
diablo y batallamos con el mundo. Cuando digo que batallamos con el mundo eso es la
televisión, los amigos en el trabajo y amigos carnales en las iglesias. Cuando yo busco a
otros amigos, en la iglesia, que les gustan tener costumbres que tiene este mundo y como
a mí me gustan también, entonces yo me uno con ellos para que podamos hacer esas
cosas. Pero no soy yo, solo le estoy mostrando la bendita palabra del Señor. Yo quiero que
usted se quite, por amor de Dios, ese velo que tiene clavado en su cabeza y que no le
permite ver claramente qué dice la bendita palabra del Señor. No imiten las conductas ni
las costumbres de este mundo.
Y luego dice el espíritu de Dios, más bien dejen que Dios los transforme. Ese es el
mensaje: Transformación espiritual. Dejen, permitan, que Dios los transforme en
personas nuevas. De modo que, si alguno está en Cristo, ¿qué es?, nueva criatura es.
Personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.
Dicen los expertos que tratar de cambiar la conducta sin cambiar nuestra mentalidad es
una pérdida de tiempo. Es decir, por ejemplo, usted dice: yo voy a ir alcohólicos anónimos,
pero usted no cambia su mentalidad acerca de licor, ¿qué va a pasar? Nada. Usted puede
hacer todas las dietas que existen en el mundo. Si usted no cambia de mentalidad, ¿qué va
a pasar? Nada. ¿Por qué? Porque usted hace cosas creyendo que esas pastillas, creyendo
que esos jugos, creyendo que esas inyecciones, creyendo lo que sea le va a quitar la grasa
que tiene de más. Pero, si su mentalidad sigue siendo la misma, usted sigue comiendo,
sigue tragando las cosas que no debe, ¿qué va a pasar? Nada.
Renovar la mente significa que vamos a ver la vida a través de la palabra de Dios. No a
través de nuestra experiencia, ni de nuestras opiniones, ni de nuestra preferencia.
Una mente renovada cambia la mentira por la verdad. Le explico: Si una persona dice: las
iglesias son un negocio, los pastores son mañosos. Usted no conoce a Dios. Usted ha
pintado un poquito su negro de gris, porque su pasado le molesta tanto que entonces usted
asiste a la iglesia para pintar un poquito ese color y que la culpa no sea tanto. Una mente
renovada dice: no, la iglesia es el cuerpo de Cristo, la iglesia es una bendición, la iglesia es
la esposa del cordero. Una mente renovada puede decir: ¡Yo conozco a Jesucristo! Puede
decir: (Job 42:5) De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te han visto. Ahora te
conozco, ahora yo he tenido una experiencia revolucionaria en mi ser, yo te conozco mi
Señor.
La mente renovada piensa en base a la palabra de Dios, no en base a lo que dice la señora
de la esquina, ni el amigo mío, ni lo que dice su abuela siquiera. Es en base al
conocimiento de la palabra del Señor. Por ejemplo, ¿usted sabe cuánta gente sufre de
depresión? ¡Es increíble! Si usted por ejemplo dice: “A mí nadie me quiere”. Esa es su
naturaleza, eso es el diablo, eso es el mundo. ¿Pero la verdad de Dios cuál es? A mí Dios
me ama. ¡Esa es la verdad! Yo debo creer la verdad más que cualquier otra cosa. Usted le
importa a muchas personas, los creyentes no vivimos en base a emociones, sino en base a
convicción, en base a lo que la palabra del Señor nos dice.
Una mente renovada identifica y separa lo bueno de lo malo. Si la Biblia dice que es bueno,
entonces es bueno. Si la Biblia dice que es malo, hermanito lindo y querido, este libro
sagrado tiene razón.
Esa es la primera cosa que se afecta cuando yo conozco a Jesucristo: mi mente. El filtro de
la fe, el filtro de la Biblia.
2. Cómo vivimos. (Ser una persona diferente).
Dios quiere que seamos diferentes.
1 Corintios 6:9-11(RV-60): 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se
echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido
lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor
Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Aquí está diciendo que si usted es injusto no irá a la gloria, aunque pase sentado 40 años
aquí en esta silla. Tampoco parejas que viven juntos y tienen sexo sin haberse casado, no
importa que todo el mundo lo haga. Tenemos que vivir bajo el filtro de la Biblia.
Usted no le puede permitir a Juanito se ponga los zapatos de tacones de la mamá, como si
fuera una señora. ¡Ay mira el niño que lindo! ¡Qué bien camina con esos tacones el Juanito!
Usted necesita un nuevo cerebro la verdad, porque va a llorar más adelante. Si tiene
problema con entender esto, vamos al primer punto: lo que la Biblia dice que es bueno, no
dude usted que es bueno.
Si usted tiene una empresa y anda buscando la manera de hacerles trampas a sus
empleados que hicieron ocho horas, ponerle siete, ponerle seis. ¿Sabe cómo se llama eso?
Mañoso (ladrón). ¿Y qué dice la Biblia? Que no entrará al reino de Dios, porque para ir a la
gloria hay que tener una Transformación espiritual. Mientras usted siga actuando,
viviendo y pensando cómo lo hace el mundo, entonces no hay ningún cambio en su vida.
1Corintios 6: 11 (RV-60): 11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios. No dice: Y estos son, sino: Y esto erais, porque estoy hablando de cómo
vivimos. Luego dice: más ya habéis sido lavados. Dije la palabra transformación espiritual
tiene que ver con santificación. Ya habéis sido santificados.
La Transformación Espiritual produce un cambio sustancial en la vida la persona. Ya no
es la misma. Te doy un ejemplo.
Gálatas 1:13 (RV-60): 13Porque ya habéis oído acerca de mí conducta en otro tiempo en el
judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba. ¿Usted cree que
Pablo se convirtió y siguió persiguiendo a la iglesia? ¿De qué estoy hablando amado? De
Transformación Espiritual. Si usted sigue siendo la misma persona de antes, con las
mismas costumbres, con las mismas mañas, lo único que usted cambió de una banca de
una iglesia a una silla de otra iglesia. Hermano mire, ¡por amor de Dios!, revise su alma.
Hay mucha gente engañada hoy en día. Hay mucha gente engañada, creyendo que:
porque dedican hora y media el día domingo a una iglesia ya con eso estuvo, ya
cumplieron.
Es muy probable que Zaqueo cobraba más de lo que debía, porque Zaqueo era cobrador
de impuesto, y eso era lo que ellos hacían. Vamos a la Biblia.
Lucas 19:8 (RV-60): 8Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la
mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado. ¿Te das cuenta? ¿Cómo se llama esto? Se llama transformación. O sea,
aquí no tenemos a un mañoso regenerado, que sigue siendo mañoso lo que ahora es
evangélico. Así no es la cosa, así no funcionan las cosas.
Sabemos que hemos sido transformados, que estamos creciendo en la fe y en el
conocimiento de Dios, si es que experimentamos un cambio en nuestra vida. La
Transformación Espiritual tiene que ver con cambio.
Efesios 4:28 (RV-60): 28El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos
lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ponga
atención a este versículo. Dice: el que robaba no robe más. No dice: el que robaba, ahora
robe poquito. Hermano, esto es una transformación, esto es un cambio. Si usted antes
robaba, ya no robe más. Mire, si usted trabaja para una compañía de pintura y estaba
acostumbrada a llevarse los galones que sobraban a su casa, ¿Qué dice la palabra hoy?
Ahora que usted ya conoce a Dios, no lo haga. ¡Pídalo! Si se lo dan, chévere. Si no se lo
dan, no lo toque. ¿Qué es lo que hay que hacer? Pues trabaje hermano. Como todo el
mundo. Eso dice la Palabra.
3. Como reaccionamos. (Controlar nuestras emociones).
Esto tiene que ver con nuestras emociones, es decir, el control de nosotros mismos.
Efesios 4:31 (RV-60): 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia.
Yo le pregunto una cosa: ¿En su casa hay paz? ¿Se respira paz en su hogar? Usted puede
decir: Ah, ¡qué rico llegar a casa! Porque vivir con personas amargadas es un desastre.
Vivir con personas que se enojan por cualquier cosa es otro desastre. Y vivir con una
persona iracunda es otro desastre.
Antes de conocer al Espíritu de Dios, antes de conocer a Cristo, usted podía ser una
persona que cualquier cosa que pasare en su vida reaccionaba de una manera negativa,
reaccionaba de una manera iracunda. Tira cosas, avienta puertas, dice malas palabras,
maldice a la gente, maldice al mundo. Y usted puede decir, bueno, pero desde que conocí
al Señor Jesús, desde que Cristo es el Señor de mi vida: “Dios controla mi vida”. Hay
momentos que a mí me dan ganas, pero el Señor me controla.
Colosenses 3:8 (RV-60): 8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo,
malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. Yo no podría vivir en un hogar
donde se dicen malas palabras. ¡Me muero! Cuando era niño las escuché todas, cada día,
en mi casa. Y la Biblia, ¿qué dice? ¿Qué no hay problema? ¿Qué las siga diciendo? No.
De ninguna manera. Simple y sencillamente, si mi entorno no cambia yo voy a cambiar mi
entorno cueste lo que cueste.
Colosenses 3:9 (RV-60): 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo
hombre con sus hechos. Es una vida nueva hermanos, aún si usted le dice a su mujer ya
vengo, voy al súper. ¡Vaya al súper hombre! Muchos dicen: voy a hablar con mi jefe, y van
a hablar con otra persona. ¿Por qué? ¿Por qué tanta falsedad? ¡Esto es tan delicado! Si
yo sigo siendo la misma persona mentirosa de siempre, eso quiere decir que yo no he
conocido al Espíritu de Dios, que es el único que puede transformar a un individuo.
Colosenses 3:10 (RV-60): Y revestido del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del
que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. Por eso se llama nuevo
nacimiento.
La psicología secular les enseña a los individuos que ellos no son culpables de su
conducta, que no son culpables de sus actos, que somos el producto de la sociedad en la
que vivimos y el producto de nuestros padres. La palabra del Señor dice que no. dice que si
alguno está en Cristo es una nueva criatura. (Eso dice esta palabra). Su casa pudo haber
sido un infierno, pero si usted conoció a Dios usted es una nueva criatura, y el infierno ya
pasó. Ahora puede identificar cómo es el infierno, pero es una nueva criatura.
En cuestión de emociones hay una pregunta sencilla: ¿Hay alguien a quien usted no puede
perdonar? Si hay alguien a quien usted no puede perdonar, usted no conoce a Dios; y lo
dice la Palabra. ¿Cómo es posible que Dios lo perdona usted y usted no puede perdonar?
Y otra cosa que dice es que: si usted no perdona a su prójimo tampoco Dios lo perdona a
usted. ¿Hay alguna persona con quien usted está resentido? Hay alguien a quien usted
dice: No, yo a él no le hablo, si ese hombre aparece por aquí y yo agarro por otro lado. Lo
que no sabes es que el Señor, en el cielo, te va a poner al lado de esa persona durante una
eternidad.
¿Sabe por qué no ha sido transformado espiritualmente? Porque hoy nos afecta mucho el
mundo, las cosas que no edifican, personas a su alrededor que no ayudan, este mundo ha
colocado muchas cosas en nuestra cabeza. La gente a tu alrededor no te ayuda ni a
perdonar, ni a buscar más del Señor, ni arrepentirte de tus faltas.
4. Cómo amamos.
A medida que crecemos en la fe tenemos mayor compasión por la gente.
Colosenses 3:12-14 (NTV): 12Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y
amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad,
gentileza y paciencia. 13Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo
el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben
perdonar a otros. 14Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta
armonía.
¿Usted piensa que, manteniéndose igual, sin transformación podrá amar a otros? ¡Es que
yo así soy! Sí, todos sabemos que usted es así y nos da tristeza y nos da lástima. Porque
el que conoce al Espíritu de Dios ha sido transformado aún en su manera de amar, el
afecto que siente por otras personas. ¿Por qué? Porque ya el Espíritu de Dios nos quitó a
nosotros toda malicia, toda gritería, toda ira, todo enojo, todo resentimiento. Entonces
ahora podemos ver a la gente con compasión, con cariño, con amabilidad.
¿Es usted una persona amable con toda la gente? ¡Me fascina la gente amable! ¡Qué linda
es la gente así! La iglesia debe estar llena de gente así y no de personas pedantes,
humillantes, que con la mirada te quieren acribillar, la iglesia no debe ser así. Y eso habla
de la transformación del Espíritu de Dios.
¿Siente compasión por la gente? ¿Tiene paciencia con personas difíciles de convivir? A
esto, la Biblia le llama el fruto del Espíritu.
5. Cuánto anhelamos de Dios.
Salmo 42:1 (RV-60): 1Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por
ti, oh Dios, el alma mía.
¿Clama su alma por estar un ratito con el Señor? ¿Por la oración? ¿Hay un anhelo de
adorarlo? ¿Hay un anhelo de exaltarlo, de cantarle? ¿Hay un anhelo por abrir la palabra y
reír, llorar? ¿Siente al Espíritu de Dios hablándole a su vida? ¿Usted cae derramando
lágrimas y diciéndole Señor perdóname? En realidad, ¿anhela usted un tiempo con Dios, lo
anhela?
Yo sé que vivimos tiempos de mucha distracción (Netflix). Hermano, yo no considero que
sean pecado esas cosas. ¿Sabe que es pecado? Que le dé más al César que a Dios. Yo
no puedo pasar más tiempo metido en una cosa y dejando a Dios a un lado.
Es que nada más transforma la vida de un individuo, de un creyente, que la presencia de
Dios, más que el tiempo de adoración, más que un tiempo de alabanza, más que en tiempo
devocional, más que un tiempo donde solo estén usted y Dios solos; no importa la hora que
sea. El momento de poder decirle: “Mi alma te anhela Señor. Padre te adoro. ¡Qué tiempo
más precioso el que paso contigo Señor! ¡Cómo me encanta estar contigo, oh Dios! Te amo
Padre. ¿Cómo te pudiste haber fijado en mí si yo no soy digno de esto? Gracias por tu
misericordia Padre. Te alabo, te bendigo”.
Acaso es usted es el tipo de persona que no más el ratito que pasa aquí en el culto, y ya
está viendo la hora y diciendo: Cuándo va a terminar este viejo.
Salmo 84:2 (RV-60): 2Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi
corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
El pastor Jeremy, pastor de la iglesia canadiense, me decía: “David, yo admiro tu iglesia,
admiro la iglesia El Redentor. ¡Cuántos jóvenes! La gente se goza cuando viene, la gente
viene con alegría, la gente viene con entusiasmo. Me encanta ver a la gente venir a la
iglesia”. Y le digo yo: “Ha sido una bendición que hemos tenido por largos y largos años.
Ser una iglesia atractiva, para la gloria de Dios, una iglesia donde la gente le encanta estar,
le encanta venir”.
Comencé diciendo que los cambios son inevitables. Dije que: hay muchas cosas que
cambian y muchos han perdido su primer amor. Muchas personas comenzaron con un
amor ardiente por el evangelio, con un amor ardiente por Dios. Venían a todos los cultos,
servían, se movían, hacían la obra, les encantaba estar en la casa del Señor; y poco a
poco fueron perdiendo el ánimo, perdiendo el deseo de adorar. Ahora, llegan un ratito nada
más y salen corriendo a su casa y hasta el próximo domingo. Ya no anhela la presencia del
Dios Todopoderoso, de ese Dios que te redimió, que te salvó. De ese Dios que te levantó
cuando ya nadie daba nada por ti. De ese Dios que te dio la mano cuando tocaste fondo.
De ese Dios que sacó tu pie del pantano y lo puso sobre una roca firme. ¡Qué lindo todo lo
que Dios ha hecho por nosotros!
Mis queridos y amados hermanos, en este día, valdría la pena que dediquemos unos
minutos y pensemos en estas cosas. Porque déjame decirte que: los expertos dicen que
todos los años hay un diez o quince por ciento de personas que están sentadas en una
iglesia que no van a volver, y es cierto. Hay familias lindas, queridas que después de la
pandemia no regresaron a poner un pie más en la iglesia, no volvieron; y por más que se
les ha buscado y se les ha llamado no regresaron. Ahora, viven como si nunca hubieran
conocido al Señor.
Es por eso que es tan importante crecer en el conocimiento de Dios, amado mío. Es
importante que haya una Transformación Espiritual en nuestras vidas; para gloria de
Dios Padre, no para agradar al marido, ni para agradar a la mujer, ni para agradar a los
hijos, ni para agradar a nadie, sino para agradar a nuestro Bendito Padre celestial.
Demos gracias a Dios: Padre querido, este mensaje es un mensaje desafiante para
hacernos pensar, para hacernos reflexionar, sin el menor deseo de ofender a nadie,
simplemente entender cuál es tu voluntad, agradable y perfecta. Yo te ruego Señor, que
podamos dedicar unos minutos en este día y pensar en estas cosas que hemos hablado:
cómo pensamos, cómo vivimos, cómo amamos, cómo reaccionamos, y cuánto anhelamos
tu presencia Señor. Vivimos en un mundo lleno de distracciones, lleno de diversión. Nos
acercamos al tiempo de verano, en esta ciudad de Vancouver, donde se presta el tiempo
para apartarnos, hacernos a un lado de las cosas espirituales. Señor, ayúdanos, ayúdanos
Padre; algunos necesitan volver al primer amor, a esos primeros días cuando te conocimos
y estábamos locamente enamorados de ti Señor y del Evangelio. Revive Padre Santo esos
momentos maravillosos de nuestra vida, porque sin duda que tú eres digno, tú eres digno
de nuestra alabanza y de nuestra adoración.
Mientras todos oramos, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, pero siente
la necesidad de Dios en esta hora. Si usted me dice: “Pastor yo necesito una vida nueva,
necesito a Dios en mi vida, yo quiero recibir a Cristo en mi corazón”. ¿Hay alguna persona
que quiere entregarle su corazón a Jesús? Ahí donde está yo le hago la invitación para que
se ponga de pie, levante su mano, entréguele su vida a Cristo. Esta decisión, que es la
decisión más importante mientras estemos en la tierra, la única con dividendos eternos.
Usted que nos mira por las redes sociales, también usted puede hacer lo mismo a través
de una oración dígale al Señor: Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te
entrego mi corazón, te entrego mi alma. Te doy gracias por poner tu cuerpo en la cruz y
derramar tu sangre preciosa. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el
conocimiento de Dios y su Bendita Palabra. Padre, despedirnos con tu paz y con tu
bendición. En el nombre de Jesús, amén y amén.
¡Bendiciones iglesia!