El Engaño del Siglo
mayo 31, 2020 – 1:30PM | Juan 10: 14-26 | Dr David Rodríguez
TRANSCRIPCIÓN
Juan capítulo 10, versículo 14 y 15. He titulado el mensaje de esta hora “El Engaño del Siglo”. Estudiantes de ética, este es uno de esos sermones donde el título del sermón no tiene ninguna relación con el texto pero sí con el contenido, lo cual es posible hacer. Ninguna conexión directa sin indirecta porque a medida que desarrollamos el mensaje, entonces entiende el porqué se le dio el título al mensaje y de qué forma se relaciona con el texto.
La palabra del señor dice así “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, (Juan 10:15) así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.” qué les parece amados míos, qué bonito verdad, que repitamos todos esos dos versículos, qué lindo, ojalá que podamos seguir de esta manera todo este tiempo, leamos todos “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, (Juan 10:15) así como el Padre me conoce…”amén.
Vamos a orar, Señor, yo te pido que el mensaje de esta hora pueda bendecir corazones y pueda llevarnos a la reflexión importante acerca de este tema, bendice a tu pueblo, bendice a los presentes y aquellos que están viéndonos por las redes sociales, en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.
El título del sermón “el engaño más grande en la vida”, el engaño más grande no es una mentira común, no es que me engañaron para robarme dinero, no es una infidelidad en el matrimonio; el engaño más grande en la vida es creer que somos ovejas cuando en realidad no lo somos, que es equivalente a creer que vamos al cielo cuando en realidad vamos al infierno.
Déjeme decirle algo, mensajes como el de ahora no son populares en los púlpitos evangélicos, usted no va a escuchar un mensaje que le mencione el infierno a uno de esos predicadores populares que usted escucha por las redes sociales que le hablan de que saque el campeón que está dentro de usted y todo ese montón de cosas, no lo va a escuchar porque esta gente no menciona el infierno cuando la Biblia sí lo menciona, y no una vez sino una gran cantidad de veces. Es por eso que yo he titulado este mensaje “El engaño del Siglo” y el engaño del siglo en realidad es tratar de vivir creyendo que somos las ovejas del Señor cuando en realidad no somos ovejas del Señor.
Yo he puesto especial énfasis en el versículo 14 en esta palabra “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, -y no solamente eso- y las mías me conocen,”. Fíjate que de todos los animales en el mundo, Jesús escogió la oveja como un ejemplo para compararla con nosotros.
En la Biblia Reina Valera 1960, la palabra “oveja” aparece doscientas sesenta y siete veces. Abel, Moisés, David, fueron pastores de ovejas y cuando el Señor Jesús, en el capítulo 10 de San Juan habló acerca de las ovejas, la gente que lo escuchó entendió el mensaje perfectamente bien, porque el pueblo de Israel estaba extremadamente familiarizado con las ovejas, ellos entendían el mensaje de las ovejas.
Entonces, yo quiero que usted ponga atención a dos textos en este momento, primero el que tenemos enfrente, “conozco mis ovejas” notemos, yo soy su pastor y es mi responsabilidad predicar este tema, es mi responsable y siento carga en el alma y en el corazón por esto, porque yo no quiero que usted muera engañado y mucho menos bajo mí pastorado, yo quiero hablar las cosas claras como son, esto es un tema muy sentimental porque yo sé que todas aquellas esposas que tienen maridos inconversos, quieren que se salven; porque yo sé que todos aquellos maridos que tienen mujeres que son medio así que de volada, quieren que se salven; yo sé que aquellas parejas que vienen a la Iglesia y sus hijos no asisten, quieren que se salven; yo sé que usted ve a sus hijos que nunca en la vida toman una Biblia, que nunca los ha visto orar, que nunca los ha visto con deseo de venir a la Iglesia, usted quiere que se salven. Y comenzamos a meternos cosas en la cabeza, creyendo que son cuando en realidad no son. Por eso es el engaño del siglo, creer que soy cristiano, creer que voy al cielo, creer que soy una oveja del Señor cuando en realidad ni me parezco, yo quiero explicarle bien esta tarde la diferencia.
En el versículo que tiene enfrente dice “mis ovejas”, note eso, Jesús está hablando y dice “son mis ovejas”, pero ahora quiero que vea el versículo 26: “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas…”. Los dos versículos que les he mostrado hablan de quiénes son las ovejas del Señor y quienes no son ovejas del Señor, lo dice claro la Escritura. No se trata de quien quiero yo que se salve, no se trata de qué es lo que yo pienso, se trata de qué es lo que dice Dios.
¿Soy yo verdaderamente una oveja del Señor? el tema es delicado porque cuidadito se queda uno fuera de la fiesta, cuidadito y vivimos una vida creyendo que conocemos a Dios cuando en realidad no lo conocemos, creyendo que voy para el cielo cuando del dicho.
Hace poco estaba conversando con una persona, que su esposo venía a la Iglesia hace muchísimos años y yo me acuerdo que él nunca se bautizó y cuando yo le decía “Brother, ¿cuándo te vas a bautizar?”, él me contestaba de esta manera “pastor, ¿para que me bautizó? Si mire, yo ya levanté la mano”. Esa era la respuesta de él “yo ya levanté la mano, con eso es suficiente” qué triste verdad, qué triste vivir una vida pensando que por haber levantado la mano, Dios le entregó el pasaporte de la vida eterna, pues, ya Dios le dijo “ay, mira hijo, qué bueno que levantaste la mano fíjate, porque al cielo entran todos los que levantan la mano”.
Entonces aquí viene el desarrollo de esta situación, en primera de Pedro capítulo 2 versículo 25 dice que nosotros antes de conocer a Cristo éramos como ovejas descarriadas. Una vez más la palabra “ovejas”, “ovejas descarriadas” es por eso que la mayoría de nosotros o de algunas personas que se convirtieron al evangelio ya cuando tenían una mayoría de edad traen un lastre de pecado, que probaron una cosa, probaron la otra, probaron aquí, hicieron aquí, hicieron allá porque no conocían del evangelio, por eso dice la palabra que antes de conocer a Cristo, éramos como ovejas descarriadas.
Nosotros los pastores, sabemos por la experiencia y por la sabiduría que Dios nos da, hay tres elementos que los pastores siempre debemos tener cuando se trata de ovejas. By the way (por cierto), usted sabe que de acuerdo a la escritura las ovejas tienen prácticamente tres problemas serios, número uno son bobitas; número 2, las ovejas no tienen sentido de dirección, si una oveja se va por este camino, igual que nosotros verdad, no sabe cómo regresar. He tenido pastores aquí hospedados en un lugar que yo los he dejado en un hotel, han salido a la calle a dar una vuelta y a la vuelta del rato me han llamado por teléfono, que están perdidos, y estaban atrás del hotel, hay gente que es así, yo medio soy así pero eso sí, el cerebro que tengo es para apuntar y tomo fotos a la calle una, la otra calle por acá, para saber dónde estoy, entonces, esa es la segunda situación.
Primera, son bobas, cuando digo son bobas es esto, no tienen sentido común, toman decisiones bobas, toman decisiones tontas sin consultar, se les dice que hacer y hace lo que se le ronca a su gana. Segundo, no tienen sentido de dirección. Y en tercer lugar, son indefensas, es el gran montonazo de lana que tienen, las ovejas necesitan ser trasquiladas porque la lana puede llegar a un momento que les cubre incluso los ojos y no miran las pobrecitas.
Entonces, el Señor nos compara con las ovejas, a lo largo de las escrituras las ovejas, de hecho, el mensaje de la noche se llama “ovejas rebeldes”, yo le quería poner “ovejas y cabras” pero muy feo, entonces mejor “ovejas rebeldes” que es lo mismo. Yo le explico que son cabras pero de otra manera más bonita.
Entonces los pastores tenemos que tener tres cosas con nosotros por ley y los pastores de aquel entonces de igual manera, uno era el aceite, se acuerda usted “aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite…” (Salmos 23:5) el aceite sirve para los golpes que se dan las ovejitas, el aceite sirve también para ponerle en la cabecita para evitar que los insectos molesten a las pobres ovejas, entonces el pastor siempre anda cargando su aceite.
La otra cosa es el cayado, el cayado es esa vara de pastor que tiene el arco en la parte de atrás ¿sabe para qué sirve? El cayado sirve para poner quietas a las ovejas. Esta semana cuando estaba preparando este mensaje, me puse a ver varios vídeos y es que hay unas ovejas que son tremendas, hay unos vídeos en YouTube donde llevan a las ovejas a tomar agua y hay unas que se le meten como que fueran chino, perdón, como que fueran, que uno esté en la gran fila y se le meten y qué onda aquí y como ya llego, ya llego y dígame ¿qué le dice usted? Hay unas ovejas que se meten y apartan a la ovejita que llegó primero porque les vale, hay ovejas que son así entonces el cayado sirve para eso, sirve para tranquilizar. Entonces, ¿sabe qué es lo que hace el pastor? le pone el cayado en el cuello y le pegó un jalón, la ovejita entiende que el pastor está diciendo “quieto”. Pero hay otras delicadas, aquellas que hay que andar sobando, se enojan cuando el pastor les pegue el jalón y qué pasó y qué onda pero eso lo vamos a hablar en la noche.
Tercero es la vara, el pastor tiene la vara para defender a las ovejitas, se acuerda que la semana pasada hablamos del lobo, para defenderlas de los lobos que se la quieren comer, cuando un lobo se acerca al rebaño y ve al pastor que tiene el garrote en la mano, se va, porque no quiere morir de un garrotazo entonces se va.
En Juan capítulo 10 encontramos 5 características de las ovejas de Cristo, si usted se da cuenta en el versículo 14, primera cosa, versículo 14 “yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”.
Primera característica de una oveja de Jesús, conoce a Dios. Esta palabra “conocer” no significa “saber de”, esta palabra “conocer” significa “relación íntima”, de eso se trata. Yo le pregunto a usted ¿y usted conoce a Trudeau (primer ministro de Canadá)? yo hasta el papá cuando, yo lo conozco por la televisión, lo conozco en YouTube, pero a él personalmente yo no lo conozco, esto está hablando de conocer personalmente a Dios, no de saber de Dios, no de haber oído de Dios, sino de poder decir “sí, yo tengo una relación personal con Él, yo lo conozco”.
Hay un versículo que siempre me ha encantado y esto para mí es el termómetro espiritual para saber si usted conoce a Dios o no, primera de Juan 4, versículo 7 y 8 dice así “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” mira qué lindo “y conoce a Dios”, pero mire el siguiente versículo “El que no ama, no ha conocido a Dios…” Aquí viene el termómetro, piense usted, ¿hay alguna persona en este mundo a quien usted no ama? si hay alguna persona con la que usted siente rencor en su corazón, usted no conoce a Dios. Usted me puede recitar de memoria las bienaventuranzas las 7 Iglesias del apocalipsis, usted me puede decir los libros de la Biblia desde atrás hasta adelante, me puede decir lo que quiera, un creyente debe destilar amor.
Y otra cosa más, amor para todos, no solo para unas personas, no solamente para mi grupito y tú, porque hay personas que solamente aman a su familia, nada más, aparte de sus hijos, no, olvidese que ellos van a hacer algo a beneficio, a favor de alguien más, de ninguna manera. Y este versículo por eso es bien delicado y por eso yo le he llamado a este mensaje “el engaño del siglo” porque yo no quiero que usted siga viviendo su vida creyendo que usted es un oveja de Dios cuando en realidad usted no es una oveja de Dios.
De eso se trata, conocer al Señor y conocer a Dios de una manera personal, cuando uno conoce a Dios de una manera personal, no se puede vivir sin Dios, imposible, donde quiera que usted va en la vida, usted habla del evangelio, con quien quiera que usted interactúa sabe que usted es cristiano. No podemos vivir sin el Señor porque lo conocemos, le hablamos a la gente, se nota, se siente.
Pero hay personas que son tan indiferentes, pero tan indiferentes, el hecho de que usted esté aquí este día en la casa del Señor habla mucho de su fe, habla mucho del deseo que teníamos de venir, de regresar a la casa, sabe que otras personas lo vieron con indiferencia “de todas maneras lo miramos por internet” pero dicen que conocen a Dios, yo no sé a cuál dios conocen en realidad.
Entonces, primera cosa, conocen a su pastor, ¿conoce usted a Dios? pero ¿lo conoce de verdad? Y recuerda esta situación que es bien importante, imposible conocer a Dios y que tu vida siga siendo la misma, lo que implica que personas que viven con usted, tienen que testificar que Dios ha obrado una transformación milagrosa en su vida.
Hace unos días me decía una persona “pastor, fíjese que mi papá tiene de conocer a Cristo como 10 años pero es un mal hablado” me dice la hija “pero mi papá es un mal hablado, si es que malas palabras por aquí, malas palabras por allá, en inglés y en español”, el señor ir a hacer un trámite al welfare no puede, pero decir malas palabras se las puede todas. Y acuérdate de una cosa, no es posible conocer a Dios y no tener una vida transformada, porque si su vida no ha sido transformada por el poder de Dios, usted sabe de Dios pero a Él no lo conoce todavía, porque cuando tú conoces a Dios, tú las riegas y en el instante mismo Dios te habla al corazón y Dios te dice que eso no está bien, que tienes que aprender a pedir disculpas a la gente, tienes que aprender a pedir perdón a la gente.
Siempre que hablo de esto me acuerdo de esa pareja que tuve mi oficina que me dijo “pastor, tenemos 18 largos años de casados, él jamás en 18 años me ha pedido perdón, nunca, y todas las veces que hemos peleado en estos 18 años, que hemos discutido, soy yo -dice ella- la que tengo que ir donde él, la que tengo que contentarlo, la que tengo que ya cuando pasan 2 o 3 días porque él no habla, él no pide disculpas de nada, porque él es el faraón”. Conocer a Dios transforma la vida de las personas, entonces esa es la situación y ¿por qué le digo esto? porque yo no quiero que usted se pase el resto de su vida creyendo que usted es un oveja del Señor cuando en realidad no lo es, y hermano, hágale caso a su mujer, hombre. Si su esposa le dice “mire hijo, a mí se me hace que usted necesita…” y usted comienza a responder “es que vos, contigo no sé…” hermano, póngale atención, es probable que tenga toda la razón, póngale atención.
A veces, mi esposa me ha dicho “ve y es pastor” usted piensa que a mí esas cosas yo no le pongo atención, por supuesto que le pongo atención, yo soy una persona normal también ¿me entiende? pero claro, eso me lo ha dicho nomás como dos veces en 35 años, pero yo le pongo atención, porque no podemos vivir la vida como se nos ronca la santa gana, no se puede, no se debe, eso es uno, conoce a su pastor.
Segundo, conoce su voz, en el versículo 27 dice “Mis ovejas oyen mi voz…”. Una vez que estaba en Rabat, en Marruecos, eso es al norte de África, me pasó una experiencia muy bonita, vi por la primera vez quizá porque ni en Israel había visto eso, a un pastor que iba caminando por una calle y le iban siguiendo quizás más de 100 ovejas, un espectáculo lindísimo, maravilloso ver al hombre caminando al frente y como 100 ovejas que van siguiéndolo como un ejército, bien interesante y bonito.
Entre nosotros había un pastor, entonces él nos contó algo que a mí nunca se me olvida, él dice de que una vez un pastor fue a un lago y le iban siguiendo como 100 ovejas y las llevó a tomar agua a ese lago pero al rato apareció otro pastor como con otras 100, y al rato apareció el tercero con otras 100 ovejas, imagínese usted como 300 ovejas tomando agua, y dice que pues, si usted ve estos vídeos en YouTube se va a dar cuenta, que hay algunas ovejas que son locas, así como en otras Iglesias. Entonces las ovejas se comenzaron a mezclar, se metieron una por aquí, otra por allá y dice que esta persona dijo “vaya, hoy sí se fregaron, ¿cómo van a saber las ovejas con quién se tiene que ir? si ya se confundieron entre todas, ya se mezclaron entre todas” y dice que los tres pastores se pusieron a platicar pero cuando terminaron de platicar salió el primer pastor y le habló a sus ovejas y de entre el grupo de las trescientas, salieron todas sus ovejas siguiendo la voz de su pastor, al rato salió el segundo y el segundo les habló a sus ovejas y salió el otro grupo de las ovejas siguiendo a su pastor, y se quedaron el otro grupo que pertenecía al tercer pastor.
Eso a mí se me quedó para toda la vida, porque eso tiene sentido cuando dice la escritura “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”. Se me hace bien interesante porque eso surge, puede surgir como el caso de un padre con sus hijos, póngale un papá que tiene diez hijos y se juntan tres papás que tienen diez hijo cada uno, usted puede ver que los hijos están revueltos todos ellos pero cuando papá dice “vámonos”, ya sabe quiénes son los que se van con él.
La voz es así, la voz del pastor es así, hermano, pero en la noche vamos a hablar un poquito más de esto, de aquellas personas que no les importa la voz de quien quiera que sea, ellos oyen a cualquiera porque tienen espíritu de contradicción, pero eso en la noche, ahorita vamos a quedarnos con esto.
Entonces, primero, conoce al pastor; segundo, conoce su voz, es decir, las ovejas obedecen a la voz del pastor, conocen la voz.
Dice la palabra del Señor, en Juan 10:5, mire qué interesante, dice: “Mas al extraño no seguirán, -confían en el Señor- sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.” qué interesante esto, se me hace interesante, se me hace lindo. Cuando una persona conoce la palabra, cuando una persona conoce a Dios, no va a seguir a los extraños y eso es una cosa que las ovejas tienen que aprender, hay una gran cantidad de personas que nos dicen un montón de tonteras en la cabeza, nos meten cosas y nos meten cuestiones, tengan mucho cuidado, no siga la voz de los extraños, siga la voz del Pastor y Jesucristo es el buen pastor.
Oyen su voz también, oyen la voz, no solamente la conocen sino que oyen, cuando dice la Escritura “oyen” quiere decir que hacen lo que el pastor le dice, eso es en el versículo 3, mire usted en 10:3 que dice “las ovejas oyen su voz”. Hay dos cosas, una es conocer la voz, porque usted sabe quién habló ¿verdad? y es bien fácil, yo estoy metido en mi oficina y cuando se ríen personas aquí afuera yo sé quién es porque algunos son bien escandalosos y digo “ah, es el fulano”, “ah, es el mengano”, yo conozco la voz.
Una cosa es reconocer la voz pero otra cosa es prestar atención y obedecer a lo que se está diciendo y el Señor dice “mis ovejas conocen mi voz, mis ovejas oyen mi voz”, por ejemplo, si una persona dice “no, a mí no me gusta ir a la Iglesia”, no me venga a decir que usted es oveja porque Él lo está diciendo, el evangelio no es para vivirlo como usted lo entiende, el evangelio es para obedecerlo, este es el libro, el único libro, donde desde el principio hasta el fin Dios no te dice “mira, entiéndalo como tú quieres”, este es un libro de reglas, de obediencia, este libro no te pregunta si usted cree que Jesucristo es Dios, te dice que Jesucristo es Dios y que hay que creerlo, te dice que Jesucristo es el Señor y que hay que obedecerlo.
Cuando usted comienza “es que la verdad que yo no creo” ahí la comenzó a regar, esto es una de las verdades más tristes que hay en la vida, porque uno tiene gente linda, gente maravillosa que uno conoce, que quisiera que se salvara, que uno quisiera que fueran ovejas del Señor pero no lo son y le explico en un rato el porqué.
Luego el versículo 4 dice que le siguen, “y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” Ahora fíjate, si el pastor tiene sus ovejas tomando agua y dice “vámonos, vámonos, vámonos”, ¿qué hacen las ovejas? le siguen, la oveja no dice “no, mira, yo me voy a ir con este”, “no, yo me voy a quedar otra ratito nomás por aquí”, “no, voy para Metro (centro comercial)”, siguen, obedecen, “me siguen”.
Jesús se movía de un lado para otro y las ovejas le seguían, esos tiene ciertos, especialmente para aquellas personas que han aceptado el llamado para el ministerio, el Señor llama a Mateo, le dice “sígueme” y dice la Escritura que dejándolo todo le siguió. Cuando la Biblia te dice “sígueme”, cuando la Biblia te dice que Jesús dijo que el que quiere ser su discípulo que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que le siga, es una orden, “sígame” es una orden, por eso es que aquel le dijo “mira, yo te voy a seguir pero primero deja que entierre mi padre” dijo “no, deja que los muertos entierren a sus muertos, tú ven y sígueme y anuncia el reino de Dios” es una orden, entonces yo no puedo decirle “no, Señor, es que mira, yo te quería seguir pero mucho hipócrita en la Iglesia, hombre”, y el Señor le dice “yo quería que me siguieras en medio de los hipócritas porque no te estoy preguntando si hay hipócritas, te estoy dando una orden, sígueme.”
Eso es lo único que aplicamos nosotros a la religión, a la fe, la hipocresía, a lo único porque en su trabajo hay gente hipócrita pero usted sigue trabajando ahí, el welfare tiene gente hipócrita pero usted sigue recogiendo su cheque, su familia mmmm pero usted sigue ahí con ellos. La Iglesia es la única que no, la rebelión está en el corazón.
Veamos qué dice la Biblia de quiénes no son las ovejas del Señor, Juan capítulo 10 versículo 22, Él mismo lo dijo, entonces entienda por favor, los que son ovejas del Señor son personas que conocen al pastor, que conocen su voz, que oyen su voz porque lo obedecen, que confían en Él y le siguen.
¿Qué dijo Él de los que no son sus ovejas? Juan 10:22 dice la palabra: “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. -Me encanta esto porque nos dice hasta el tiempo- Era invierno, (Juan 10:23) y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. (Juan 10:24) Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. (Juan 10:25) Jesús le respondió: Os lo he dicho, y no creéis…” dígame una cosa, ¿cuánto tiempo tiene usted explicando estas cosas a las personas que usted más ama?, ¿qué más quieren por amor de Dios?
“Dínoslo abiertamente” no fregues si ya te dije 40 mil veces te dije ya, que vengas a la Iglesia, que escuche la palabra, que oigas al Señor, que lea la palabra de Dios. ¿Cuántas veces te ha dicho? Pero, hermano, no creen y que Jesús llegó a un punto que les dijo “miren, si no me quieren creer a mí por lo menos crean a las obras que yo hago pues, ustedes han visto todo lo que yo he hecho en este tiempo. No me creen a mí, crean las obras que he hecho, pero saben que ni me creen a mí ni tampoco creen a las obras”.
Las personas que no creen, toda esa gente que sus vecinos, nuestros compañeros de trabajo, familiares, que les hemos hablado y hablado y hablado, les hemos dicho y les hemos explicado, no creen, no creen, no creen, lo siento mucho, la Biblia dice “ustedes no son mis ovejas”, nosotros queremos que sean, pero esto dice el Señor.
Por eso el engaño más grande del mundo, del siglo, no tiene que ver con la gente inconversa ¿sabe con quién tiene que ver? con aquellas personas que se dicen que son cristianos y no lo son porque nos siguen al Señor y esto es una cosa bien delicada porque mira, te lo explico en un minuto, hay ciertas cosas en la vida cristiana que nosotros no entendemos, no entendemos, hermano, lo que tenemos que hacer es obedecer.
Ahora, dígame, mire esta matemática que no la va a comprender usted, ni yo tampoco pero mire esta matemática, esta ecuación científica, una persona asiste a la casa del Señor, sirve a Dios, ama a Dios, tiene una relación personal con Dios, pero tiene un defecto, como los tenemos todos, entonces vienen las otras personas y de ninguna manera exaltan sus bondades, sino se fijan en su defecto, entonces vengo yo y digo “no, yo por eso no voy, para ser hipócrita como él, mejor yo no voy” ahora ya te hago una pregunta una pregunta ¿quién de los dos cree usted que está haciendo la voluntad de Dios? por más que yo quiera señalar a esa persona, no, porque por obra no se salva a nadie, es por la fe y obediencia a su palabra.
Cuando yo digo no “es que yo no”, “es que no”, “es que para mí”, “es que aquella persona”, “es que aquella familia”, “que aquel…”, simple y sencillamente usted no es de las ovejas del Señor, lo siento mucho, porque para esto hay que obedecer, usted sería un mal soldado, usted no sería soldado.
En primer lugar hay que ser hombre para eso y no hay que andarle poniendo defecto “ah no, yo no porque ese coronel no me gusta”, “ay no, yo no quiero, yo quería ir al ejército pero ese capitán es muy duro”, “yo quería ser del ejército pero ese general a mí no me cae bien” entonces siga como está y eso es un problema serio que existe hoy en día en la mentalidad de muchas personas que los tenemos en nuestras casas viviendo y usted llega hoy y va y le dice “vieras qué lindo el mensaje, vieras qué bonito” y le dice “sí a mí me gusta”, “no, sí es bonito” sí pero no cambia nada en su vida, las cosas siguen igual, sigue criticando y sigue ¿sabes por qué razón? porque no es de las ovejas del Señor.
Versículo 26 “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas…” eso me da un golpe en la cabeza, sabe por qué razón, me rehúso a querer decir que voy a decir. Es como si Jesús dijera “tú no es que no eres mi oveja porque no crees, es que porque no eres mi oveja es que no crees”, there is a huge difference (hay una gran diferencia).
La prueba está que, lo único que necesitan algunas personas es que venga un ángel del cielo y aún bajando un ángel del cielo, tampoco creerían, porque va a bajar un ángel y van a criticar al ángel “yo pensé que eran más bonitos los ángeles, está feo ese baboso”.
Una vez me dijo a mí el pastor de esta Iglesia, pero no era la Taylor, era el que estaba antes, yo le pregunté a él por los servicios de la noche, que por qué no tenían culto en la noche y el pastor me contestó de esta manera y me dijo “oye David, si yo le digo a mi congregación hoy al mediodía que el Espíritu Santo va a venir en persona a predicar a la noche, tampoco vienen” eso ya está fregado, ya es una religión la que uno tiene pues, entonces esto es bien delicado porque ¿qué más podemos hacer? ¿qué más podemos modelarles el camino a la gente? que se den cuenta que nosotros sí bajo cualquier circunstancia aquí estamos. “Los que no creen, no son de mis ovejas” lo dijo el Señor.
Lo quiere ver de la manera como yo se lo acabo de expresar en este momento, versículo 25 “Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; (versículo 26) pero vosotros -aquí viene el asunto- no creéis, porque no sois de mis ovejas…”, es decir, si ustedes fueran mis ovejas, me creerían; pero como no son, por eso no me creen. Esto es triste, hermano, por eso, bendito el nombre de Dios, que el día que nos predicaron el glorioso evangelio no fuimos rebeldes al mensaje del Señor, hermano, bendito el nombre de Dios, bendito el nombre del Señor.
Yo una vez nomás, una vez entré a la Iglesia, claro, cuando era más chamaquito, yo me acuerdo que una vez que era un jovencito, andaba con un gran cuate, un amigo mío, que ahora es pastor en Xochimilco, en México. Andábamos caminando por una calle y vimos que decía una gran campaña de no sé qué pero éramos chamacos y veníamos de fregar, pues, y aquel me dijo “mira, entremos, hombre, a ver qué ondas aquí” y entramos. Usted sabe, era una Iglesia pentecostal y esa Iglesia pentecostal estaba viendo quién está ahí por primera vez, nos agarraron dos personas y nos llevaron hasta enfrente y nosotros hasta que ya estábamos en el altar “arrodillese”, nos arrodillamos, “oren” nosotros también oramos sin saber lo que estábamos haciendo y salimos de ahí, nos dijeron “ahora ustedes ya recibieron a Cristo”, éramos chamaquitos, teníamos como 11 años y salimos y nos acordamos después. Después otra vez a la escuela y todas las cosas, seguimos, pero nos acordamos de eso, ya a los 17 años cuando yo llego a la Iglesia y recibo a Cristo, y esto fue una cosa bien divertida porque cuando yo voy le digo a mi amigo, que está en México, le digo “mira, fíjate que fui a la Iglesia y recibí a Cristo” y me dijo “pero si nosotros ya lo habíamos recibido hace muchos años, ¿no te acordás?” y le digo “no me acuerdo” ya me comenzó a explicar y me acordé que habíamos entrado en la Iglesia cuando andaba medio zurumbo ese día, habíamos entrado a esa Iglesia pero mira, el 17 de junio, una sola vez escuché el mensaje en mano y yo estaba esperando que dieran la invitación para ponerme de pie y entregarle mi vida al Señor.
Hayy personas que usted se puede sacar el corazón ponérselos en frente y le van a poner una excusa, le va a decir “ah, muchas gracias, entonces tiene corazón”. Entonces ¿por qué no crees?, ¿no eres su oveja porque no crees o no crees porque no eres su oveja?
Juan 5:40 lo dice bien claro “Y no queréis venir a mí…”, más claro no canta un gallo aunque sea tartamudo, no queréis, “entonces pastor…”, el pastor dice “no quiere, no quiere”, “no una, pastor, toda la semana” no quiere y eso es un atentado contra uno mismo porque es una rebelión abierta para con Dios, esto es lo que yo considero que es el engaño del siglo, pensar, creer.
Hace tiempo, y se los he contado a ustedes, estamos en un parque y apareció el esposo de una hermana de la Iglesia, nos pusimos a conversar con este hombre y resulta que una semanita antes yo había predicado acerca del arrebatamiento, acerca del rapto, y hablando de la fe, el hombre me dijo, “no -me dijo- mire cuando mi mujer llega del culto, yo le pregunto contame de qué hablo el pastor, entonces el culto lo recibo de parte de ella, cada vez, el domingo o el miércoles. No me acuerdo que fecha me llegó contando de que un día el Señor va a venir y que se van a ir con Él” y le dije “¿y usted?”, él me dijo “yo le dije a mi mujer que yo aunque sea de una pata de ella me agarró” eso es lo que puede pensar él, eso es el engaño del siglo porque nadie puede salvar a nadie más que Cristo, y escuchen esto, en el evangelio no hay codependencia espiritual
En el noviazgo cuando una jovencita o un jovencito dice “ay, es que yo ando buscando una muchacha que me ayude espiritualmente” o la señorita dice “no, es que yo quiero un muchacho que me ayude espiritualmente”, eso es un error porque para eso tiene a Dios, tiene a Jesucristo, tiene el Espíritu Santo, usted tiene que depender de Dios, no tiene que estar utilizando el bastón espiritual de nadie. Porque si buscamos a alguien, vamos a depender de esa persona y el día que estas personas no venga ¿qué va a pasar con usted?, el día que esa persona no lea la Biblia ¿qué pasa con usted?.
Gracias a Dios, en mi caso, con mi esposa ,jamás en la vida mi esposa ha sido dependiente de mí en su vida espiritual, nunca, y qué bueno, porque somos bien independientes espiritualmente hablando, y que bueno que no depende de mí, imagínense si la primera vez que se subió al carro le puse yo al hermanos Camilo Sesto y al hermano Roberto Carlos. Me acuerdo como que fue ayer, yo queriendo enamorarla y me dice “vaya, yo queriendo crecer espiritualmente y mire usted lo que me pone” qué bueno que no dependió de mí, menos mal que yo tenía el plan B, el plan C y el plan D, inmediatamente saque a Camilo Sesto y puse al hermano Danny Berrios. Le dije “aquí no ha pasado nada, aquí tenemos toda la artillería lista”.
Pero qué bueno que tampoco yo he dependido de ella en ningún sentido.
Hace unos días estaba pensando en eso, yo digo, yo porque platicando con Fernando por cierto, y Fernando me hacía la pregunta y me dice que “¿cómo se siente usted haber crecido sin padre?” y me quedo dando vuelta a la situación, yo dije “a pesar que fue una necesidad emocional, yo jamás en la vida he dependido de nadie con mis necesidades emocionales más que de Dios” porque al final del día, es Dios y usted.
Yo no puedo estar dependiendo de que, por eso se da cuenta que montón de gente “pastor, me ora” cuanta gente que viene me dice “usted que está más cerca del Señor, pastor, ore por mí” su abuelita, cerca están los que están muriendo, yo no estoy cerca y otra cosa más, la distancia la elegimos nosotros, no Dios. Podemos pedir a la congregación que ore por lo que estamos pasando, eso sí está bien pero aquí hay gente, usted se acuerda que yo he tenido clientes, hermano, como yo le llamo que después de cada culto están aquí pidiendo oración, y personas especialmente en pentecostales, viven acostumbrados a eso.
Yo asisto a Iglesias todos los años, pero todos los años, que se hace un llamado al altar en todos los cultos de la vida, todos, yo tengo 20 años asistiendo a esa Iglesia y he visto a la misma persona al frente, hermanos ya divorciados, hermanos ya desmadrados con sus vidas y todo, pero siguen pasando al frente pensando que hay algo místico allá de él, no, si es su relación con Dios, hermano, es su relación y usted está tan cerca del Señor como lo puedo estar yo, eso es importantísimo.
Entonces ¿qué pasa? no quieren, hombre, hay gente que no quiere por más que le diga, por más que la busque, no quieren. Hay personas que se molesta porque se les quitó un ministerio, se molestan porque se les cambia de posición, a mi me quitaron 40 ministerios en mi vida, me los han quitado, “mire, no, hoy lo vamos a poner aquí”, “mire, hoy no, lo queremos en el parqueo” vaya a cuidar carros “ahora no, lo queremos aquí con los niños”, “no, hoy tal cosa” vaya, démosle, “hoy queremos que nos ayuda a recoger” démosle también.
Porque uno ama a Dios, hasta que el Señor lo pone en el lugar que lo quiere poner, pero si usted es una persona delicada que se molesta por cualquier cosa, entonces usted no ama a Dios con toda su alma, con todo su corazón, porque amar al Señor es es una situación sin precedentes, es algo que sin condiciones, es un amor incondicional, no es una cuestión que por lo que hiciste o por lo que no hiciste conmigo, no, yo le sirvo porque él es digno de ser servido, esto es una cosa delicadísima.
Las ovejas del Señor oyen su voz y lo siguen; las ovejas del Señor, conocen al Señor y yo quiero, con este mensaje, pedirle de favor que usted reflexione y deje de ver a fulano, sutano y mengano. Piense en usted mismo ¿seré yo una oveja del Señor?, ¿me considero yo una oveja del Señor? y qué tan cierto es eso, yo le animo a que hablé con su esposa, hablé con su esposo, hablé con personas cercanas a usted que le puedan dar el mejor consejo y escuchen, mi hermano, porque el peor engaño de la vida es vivir creyendo que el día que muramos vamos a ir al cielo, y qué triste va a ser que usted se encuentre con este versículo que diga “no, es que tú no eres mi oveja”, y esta es una cosa bien pero bien delicada. Incline su rostro, oremos al Señor.
Padre querido, tu palabra nos habla con tanta pero tanta claridad, mis ovejas, “yo las conozco” dice tu palabra, “yo las conozco”, gracias Señor. Si tú nombras las estrellas por nombre, nos conoces también a nosotros por nombre. Te alabamos y te bendecimos, yo quiero suplicarte, Padre, vivimos tiempos de desilusión, de engaño y quiero rogarte por todas esas personas que creen, que piensan que te conocen pero no te obedecen, Padre, pero no te aman, no te sirven, no te buscan, no te adoran, no te honran.
Padre querido, toca esos corazones, mi Señor, este mensaje puede ayudarles a reflexionar de la necesidad de obedecer a lo que tú nos mandas en cosas aunque no nos parezcan, si tú lo mandas, hay que hacerlo, bendice a tu pueblo.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón pero quisiera hacerlo en esta hora dígale al Señor “Señor, en este día te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, te doy gracias por poner tu cuerpo, por derramar tu sangre, gracias Señor por ese sacrificio, allá en la cruz del calvario. En este día abro mi corazón, me arrepiento de mis pecados y te entrego mi corazón y mi vida”.
Ahora aquí en el santuario, si usted nunca antes ha recibido a Cristo y quisiera hacerlo, nosotros quisiéramos guiarle y decirle como a través de una oración, a través del arrepentimiento, a través de poner nuestra fe en el Señor, usted puede obtener la salvación que es a través de Cristo Jesús. Si hay alguna persona, tenemos consejeros aquí alrededor que están dispuestos a ayudarle con esta decisión. Si usted está en casa y abrió su corazón al Señor, le animamos a crecer en el conocimiento de Dios y de su bendita palabra.
Padre querido, te alabamos y te bendecimos en el nombre de Cristo Jesús, amén y amén.
El Engaño del Siglo
mayo 31, 2020 – 1:30PM | Juan 10: 14-26 | Dr David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Juan capítulo 10, versículo 14 y 15. He titulado el mensaje de esta hora “El Engaño del Siglo”. Estudiantes de ética, este es uno de esos sermones donde el título del sermón no tiene ninguna relación con el texto pero sí con el contenido, lo cual es posible hacer. Ninguna conexión directa sin indirecta porque a medida que desarrollamos el mensaje, entonces entiende el porqué se le dio el título al mensaje y de qué forma se relaciona con el texto.
La palabra del señor dice así “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, (Juan 10:15) así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.” qué les parece amados míos, qué bonito verdad, que repitamos todos esos dos versículos, qué lindo, ojalá que podamos seguir de esta manera todo este tiempo, leamos todos “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, (Juan 10:15) así como el Padre me conoce…”amén.
Vamos a orar, Señor, yo te pido que el mensaje de esta hora pueda bendecir corazones y pueda llevarnos a la reflexión importante acerca de este tema, bendice a tu pueblo, bendice a los presentes y aquellos que están viéndonos por las redes sociales, en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.
El título del sermón “el engaño más grande en la vida”, el engaño más grande no es una mentira común, no es que me engañaron para robarme dinero, no es una infidelidad en el matrimonio; el engaño más grande en la vida es creer que somos ovejas cuando en realidad no lo somos, que es equivalente a creer que vamos al cielo cuando en realidad vamos al infierno.
Déjeme decirle algo, mensajes como el de ahora no son populares en los púlpitos evangélicos, usted no va a escuchar un mensaje que le mencione el infierno a uno de esos predicadores populares que usted escucha por las redes sociales que le hablan de que saque el campeón que está dentro de usted y todo ese montón de cosas, no lo va a escuchar porque esta gente no menciona el infierno cuando la Biblia sí lo menciona, y no una vez sino una gran cantidad de veces. Es por eso que yo he titulado este mensaje “El engaño del Siglo” y el engaño del siglo en realidad es tratar de vivir creyendo que somos las ovejas del Señor cuando en realidad no somos ovejas del Señor.
Yo he puesto especial énfasis en el versículo 14 en esta palabra “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, -y no solamente eso- y las mías me conocen,”. Fíjate que de todos los animales en el mundo, Jesús escogió la oveja como un ejemplo para compararla con nosotros.
En la Biblia Reina Valera 1960, la palabra “oveja” aparece doscientas sesenta y siete veces. Abel, Moisés, David, fueron pastores de ovejas y cuando el Señor Jesús, en el capítulo 10 de San Juan habló acerca de las ovejas, la gente que lo escuchó entendió el mensaje perfectamente bien, porque el pueblo de Israel estaba extremadamente familiarizado con las ovejas, ellos entendían el mensaje de las ovejas.
Entonces, yo quiero que usted ponga atención a dos textos en este momento, primero el que tenemos enfrente, “conozco mis ovejas” notemos, yo soy su pastor y es mi responsabilidad predicar este tema, es mi responsable y siento carga en el alma y en el corazón por esto, porque yo no quiero que usted muera engañado y mucho menos bajo mí pastorado, yo quiero hablar las cosas claras como son, esto es un tema muy sentimental porque yo sé que todas aquellas esposas que tienen maridos inconversos, quieren que se salven; porque yo sé que todos aquellos maridos que tienen mujeres que son medio así que de volada, quieren que se salven; yo sé que aquellas parejas que vienen a la Iglesia y sus hijos no asisten, quieren que se salven; yo sé que usted ve a sus hijos que nunca en la vida toman una Biblia, que nunca los ha visto orar, que nunca los ha visto con deseo de venir a la Iglesia, usted quiere que se salven. Y comenzamos a meternos cosas en la cabeza, creyendo que son cuando en realidad no son. Por eso es el engaño del siglo, creer que soy cristiano, creer que voy al cielo, creer que soy una oveja del Señor cuando en realidad ni me parezco, yo quiero explicarle bien esta tarde la diferencia.
En el versículo que tiene enfrente dice “mis ovejas”, note eso, Jesús está hablando y dice “son mis ovejas”, pero ahora quiero que vea el versículo 26: “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas…”. Los dos versículos que les he mostrado hablan de quiénes son las ovejas del Señor y quienes no son ovejas del Señor, lo dice claro la Escritura. No se trata de quien quiero yo que se salve, no se trata de qué es lo que yo pienso, se trata de qué es lo que dice Dios.
¿Soy yo verdaderamente una oveja del Señor? el tema es delicado porque cuidadito se queda uno fuera de la fiesta, cuidadito y vivimos una vida creyendo que conocemos a Dios cuando en realidad no lo conocemos, creyendo que voy para el cielo cuando del dicho.
Hace poco estaba conversando con una persona, que su esposo venía a la Iglesia hace muchísimos años y yo me acuerdo que él nunca se bautizó y cuando yo le decía “Brother, ¿cuándo te vas a bautizar?”, él me contestaba de esta manera “pastor, ¿para que me bautizó? Si mire, yo ya levanté la mano”. Esa era la respuesta de él “yo ya levanté la mano, con eso es suficiente” qué triste verdad, qué triste vivir una vida pensando que por haber levantado la mano, Dios le entregó el pasaporte de la vida eterna, pues, ya Dios le dijo “ay, mira hijo, qué bueno que levantaste la mano fíjate, porque al cielo entran todos los que levantan la mano”.
Entonces aquí viene el desarrollo de esta situación, en primera de Pedro capítulo 2 versículo 25 dice que nosotros antes de conocer a Cristo éramos como ovejas descarriadas. Una vez más la palabra “ovejas”, “ovejas descarriadas” es por eso que la mayoría de nosotros o de algunas personas que se convirtieron al evangelio ya cuando tenían una mayoría de edad traen un lastre de pecado, que probaron una cosa, probaron la otra, probaron aquí, hicieron aquí, hicieron allá porque no conocían del evangelio, por eso dice la palabra que antes de conocer a Cristo, éramos como ovejas descarriadas.
Nosotros los pastores, sabemos por la experiencia y por la sabiduría que Dios nos da, hay tres elementos que los pastores siempre debemos tener cuando se trata de ovejas. By the way (por cierto), usted sabe que de acuerdo a la escritura las ovejas tienen prácticamente tres problemas serios, número uno son bobitas; número 2, las ovejas no tienen sentido de dirección, si una oveja se va por este camino, igual que nosotros verdad, no sabe cómo regresar. He tenido pastores aquí hospedados en un lugar que yo los he dejado en un hotel, han salido a la calle a dar una vuelta y a la vuelta del rato me han llamado por teléfono, que están perdidos, y estaban atrás del hotel, hay gente que es así, yo medio soy así pero eso sí, el cerebro que tengo es para apuntar y tomo fotos a la calle una, la otra calle por acá, para saber dónde estoy, entonces, esa es la segunda situación.
Primera, son bobas, cuando digo son bobas es esto, no tienen sentido común, toman decisiones bobas, toman decisiones tontas sin consultar, se les dice que hacer y hace lo que se le ronca a su gana. Segundo, no tienen sentido de dirección. Y en tercer lugar, son indefensas, es el gran montonazo de lana que tienen, las ovejas necesitan ser trasquiladas porque la lana puede llegar a un momento que les cubre incluso los ojos y no miran las pobrecitas.
Entonces, el Señor nos compara con las ovejas, a lo largo de las escrituras las ovejas, de hecho, el mensaje de la noche se llama “ovejas rebeldes”, yo le quería poner “ovejas y cabras” pero muy feo, entonces mejor “ovejas rebeldes” que es lo mismo. Yo le explico que son cabras pero de otra manera más bonita.
Entonces los pastores tenemos que tener tres cosas con nosotros por ley y los pastores de aquel entonces de igual manera, uno era el aceite, se acuerda usted “aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite…” (Salmos 23:5) el aceite sirve para los golpes que se dan las ovejitas, el aceite sirve también para ponerle en la cabecita para evitar que los insectos molesten a las pobres ovejas, entonces el pastor siempre anda cargando su aceite.
La otra cosa es el cayado, el cayado es esa vara de pastor que tiene el arco en la parte de atrás ¿sabe para qué sirve? El cayado sirve para poner quietas a las ovejas. Esta semana cuando estaba preparando este mensaje, me puse a ver varios vídeos y es que hay unas ovejas que son tremendas, hay unos vídeos en YouTube donde llevan a las ovejas a tomar agua y hay unas que se le meten como que fueran chino, perdón, como que fueran, que uno esté en la gran fila y se le meten y qué onda aquí y como ya llego, ya llego y dígame ¿qué le dice usted? Hay unas ovejas que se meten y apartan a la ovejita que llegó primero porque les vale, hay ovejas que son así entonces el cayado sirve para eso, sirve para tranquilizar. Entonces, ¿sabe qué es lo que hace el pastor? le pone el cayado en el cuello y le pegó un jalón, la ovejita entiende que el pastor está diciendo “quieto”. Pero hay otras delicadas, aquellas que hay que andar sobando, se enojan cuando el pastor les pegue el jalón y qué pasó y qué onda pero eso lo vamos a hablar en la noche.
Tercero es la vara, el pastor tiene la vara para defender a las ovejitas, se acuerda que la semana pasada hablamos del lobo, para defenderlas de los lobos que se la quieren comer, cuando un lobo se acerca al rebaño y ve al pastor que tiene el garrote en la mano, se va, porque no quiere morir de un garrotazo entonces se va.
En Juan capítulo 10 encontramos 5 características de las ovejas de Cristo, si usted se da cuenta en el versículo 14, primera cosa, versículo 14 “yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”.
Primera característica de una oveja de Jesús, conoce a Dios. Esta palabra “conocer” no significa “saber de”, esta palabra “conocer” significa “relación íntima”, de eso se trata. Yo le pregunto a usted ¿y usted conoce a Trudeau (primer ministro de Canadá)? yo hasta el papá cuando, yo lo conozco por la televisión, lo conozco en YouTube, pero a él personalmente yo no lo conozco, esto está hablando de conocer personalmente a Dios, no de saber de Dios, no de haber oído de Dios, sino de poder decir “sí, yo tengo una relación personal con Él, yo lo conozco”.
Hay un versículo que siempre me ha encantado y esto para mí es el termómetro espiritual para saber si usted conoce a Dios o no, primera de Juan 4, versículo 7 y 8 dice así “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” mira qué lindo “y conoce a Dios”, pero mire el siguiente versículo “El que no ama, no ha conocido a Dios…” Aquí viene el termómetro, piense usted, ¿hay alguna persona en este mundo a quien usted no ama? si hay alguna persona con la que usted siente rencor en su corazón, usted no conoce a Dios. Usted me puede recitar de memoria las bienaventuranzas las 7 Iglesias del apocalipsis, usted me puede decir los libros de la Biblia desde atrás hasta adelante, me puede decir lo que quiera, un creyente debe destilar amor.
Y otra cosa más, amor para todos, no solo para unas personas, no solamente para mi grupito y tú, porque hay personas que solamente aman a su familia, nada más, aparte de sus hijos, no, olvidese que ellos van a hacer algo a beneficio, a favor de alguien más, de ninguna manera. Y este versículo por eso es bien delicado y por eso yo le he llamado a este mensaje “el engaño del siglo” porque yo no quiero que usted siga viviendo su vida creyendo que usted es un oveja de Dios cuando en realidad usted no es una oveja de Dios.
De eso se trata, conocer al Señor y conocer a Dios de una manera personal, cuando uno conoce a Dios de una manera personal, no se puede vivir sin Dios, imposible, donde quiera que usted va en la vida, usted habla del evangelio, con quien quiera que usted interactúa sabe que usted es cristiano. No podemos vivir sin el Señor porque lo conocemos, le hablamos a la gente, se nota, se siente.
Pero hay personas que son tan indiferentes, pero tan indiferentes, el hecho de que usted esté aquí este día en la casa del Señor habla mucho de su fe, habla mucho del deseo que teníamos de venir, de regresar a la casa, sabe que otras personas lo vieron con indiferencia “de todas maneras lo miramos por internet” pero dicen que conocen a Dios, yo no sé a cuál dios conocen en realidad.
Entonces, primera cosa, conocen a su pastor, ¿conoce usted a Dios? pero ¿lo conoce de verdad? Y recuerda esta situación que es bien importante, imposible conocer a Dios y que tu vida siga siendo la misma, lo que implica que personas que viven con usted, tienen que testificar que Dios ha obrado una transformación milagrosa en su vida.
Hace unos días me decía una persona “pastor, fíjese que mi papá tiene de conocer a Cristo como 10 años pero es un mal hablado” me dice la hija “pero mi papá es un mal hablado, si es que malas palabras por aquí, malas palabras por allá, en inglés y en español”, el señor ir a hacer un trámite al welfare no puede, pero decir malas palabras se las puede todas. Y acuérdate de una cosa, no es posible conocer a Dios y no tener una vida transformada, porque si su vida no ha sido transformada por el poder de Dios, usted sabe de Dios pero a Él no lo conoce todavía, porque cuando tú conoces a Dios, tú las riegas y en el instante mismo Dios te habla al corazón y Dios te dice que eso no está bien, que tienes que aprender a pedir disculpas a la gente, tienes que aprender a pedir perdón a la gente.
Siempre que hablo de esto me acuerdo de esa pareja que tuve mi oficina que me dijo “pastor, tenemos 18 largos años de casados, él jamás en 18 años me ha pedido perdón, nunca, y todas las veces que hemos peleado en estos 18 años, que hemos discutido, soy yo -dice ella- la que tengo que ir donde él, la que tengo que contentarlo, la que tengo que ya cuando pasan 2 o 3 días porque él no habla, él no pide disculpas de nada, porque él es el faraón”. Conocer a Dios transforma la vida de las personas, entonces esa es la situación y ¿por qué le digo esto? porque yo no quiero que usted se pase el resto de su vida creyendo que usted es un oveja del Señor cuando en realidad no lo es, y hermano, hágale caso a su mujer, hombre. Si su esposa le dice “mire hijo, a mí se me hace que usted necesita…” y usted comienza a responder “es que vos, contigo no sé…” hermano, póngale atención, es probable que tenga toda la razón, póngale atención.
A veces, mi esposa me ha dicho “ve y es pastor” usted piensa que a mí esas cosas yo no le pongo atención, por supuesto que le pongo atención, yo soy una persona normal también ¿me entiende? pero claro, eso me lo ha dicho nomás como dos veces en 35 años, pero yo le pongo atención, porque no podemos vivir la vida como se nos ronca la santa gana, no se puede, no se debe, eso es uno, conoce a su pastor.
Segundo, conoce su voz, en el versículo 27 dice “Mis ovejas oyen mi voz…”. Una vez que estaba en Rabat, en Marruecos, eso es al norte de África, me pasó una experiencia muy bonita, vi por la primera vez quizá porque ni en Israel había visto eso, a un pastor que iba caminando por una calle y le iban siguiendo quizás más de 100 ovejas, un espectáculo lindísimo, maravilloso ver al hombre caminando al frente y como 100 ovejas que van siguiéndolo como un ejército, bien interesante y bonito.
Entre nosotros había un pastor, entonces él nos contó algo que a mí nunca se me olvida, él dice de que una vez un pastor fue a un lago y le iban siguiendo como 100 ovejas y las llevó a tomar agua a ese lago pero al rato apareció otro pastor como con otras 100, y al rato apareció el tercero con otras 100 ovejas, imagínese usted como 300 ovejas tomando agua, y dice que pues, si usted ve estos vídeos en YouTube se va a dar cuenta, que hay algunas ovejas que son locas, así como en otras Iglesias. Entonces las ovejas se comenzaron a mezclar, se metieron una por aquí, otra por allá y dice que esta persona dijo “vaya, hoy sí se fregaron, ¿cómo van a saber las ovejas con quién se tiene que ir? si ya se confundieron entre todas, ya se mezclaron entre todas” y dice que los tres pastores se pusieron a platicar pero cuando terminaron de platicar salió el primer pastor y le habló a sus ovejas y de entre el grupo de las trescientas, salieron todas sus ovejas siguiendo la voz de su pastor, al rato salió el segundo y el segundo les habló a sus ovejas y salió el otro grupo de las ovejas siguiendo a su pastor, y se quedaron el otro grupo que pertenecía al tercer pastor.
Eso a mí se me quedó para toda la vida, porque eso tiene sentido cuando dice la escritura “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”. Se me hace bien interesante porque eso surge, puede surgir como el caso de un padre con sus hijos, póngale un papá que tiene diez hijos y se juntan tres papás que tienen diez hijo cada uno, usted puede ver que los hijos están revueltos todos ellos pero cuando papá dice “vámonos”, ya sabe quiénes son los que se van con él.
La voz es así, la voz del pastor es así, hermano, pero en la noche vamos a hablar un poquito más de esto, de aquellas personas que no les importa la voz de quien quiera que sea, ellos oyen a cualquiera porque tienen espíritu de contradicción, pero eso en la noche, ahorita vamos a quedarnos con esto.
Entonces, primero, conoce al pastor; segundo, conoce su voz, es decir, las ovejas obedecen a la voz del pastor, conocen la voz.
Dice la palabra del Señor, en Juan 10:5, mire qué interesante, dice: “Mas al extraño no seguirán, -confían en el Señor- sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.” qué interesante esto, se me hace interesante, se me hace lindo. Cuando una persona conoce la palabra, cuando una persona conoce a Dios, no va a seguir a los extraños y eso es una cosa que las ovejas tienen que aprender, hay una gran cantidad de personas que nos dicen un montón de tonteras en la cabeza, nos meten cosas y nos meten cuestiones, tengan mucho cuidado, no siga la voz de los extraños, siga la voz del Pastor y Jesucristo es el buen pastor.
Oyen su voz también, oyen la voz, no solamente la conocen sino que oyen, cuando dice la Escritura “oyen” quiere decir que hacen lo que el pastor le dice, eso es en el versículo 3, mire usted en 10:3 que dice “las ovejas oyen su voz”. Hay dos cosas, una es conocer la voz, porque usted sabe quién habló ¿verdad? y es bien fácil, yo estoy metido en mi oficina y cuando se ríen personas aquí afuera yo sé quién es porque algunos son bien escandalosos y digo “ah, es el fulano”, “ah, es el mengano”, yo conozco la voz.
Una cosa es reconocer la voz pero otra cosa es prestar atención y obedecer a lo que se está diciendo y el Señor dice “mis ovejas conocen mi voz, mis ovejas oyen mi voz”, por ejemplo, si una persona dice “no, a mí no me gusta ir a la Iglesia”, no me venga a decir que usted es oveja porque Él lo está diciendo, el evangelio no es para vivirlo como usted lo entiende, el evangelio es para obedecerlo, este es el libro, el único libro, donde desde el principio hasta el fin Dios no te dice “mira, entiéndalo como tú quieres”, este es un libro de reglas, de obediencia, este libro no te pregunta si usted cree que Jesucristo es Dios, te dice que Jesucristo es Dios y que hay que creerlo, te dice que Jesucristo es el Señor y que hay que obedecerlo.
Cuando usted comienza “es que la verdad que yo no creo” ahí la comenzó a regar, esto es una de las verdades más tristes que hay en la vida, porque uno tiene gente linda, gente maravillosa que uno conoce, que quisiera que se salvara, que uno quisiera que fueran ovejas del Señor pero no lo son y le explico en un rato el porqué.
Luego el versículo 4 dice que le siguen, “y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” Ahora fíjate, si el pastor tiene sus ovejas tomando agua y dice “vámonos, vámonos, vámonos”, ¿qué hacen las ovejas? le siguen, la oveja no dice “no, mira, yo me voy a ir con este”, “no, yo me voy a quedar otra ratito nomás por aquí”, “no, voy para Metro (centro comercial)”, siguen, obedecen, “me siguen”.
Jesús se movía de un lado para otro y las ovejas le seguían, esos tiene ciertos, especialmente para aquellas personas que han aceptado el llamado para el ministerio, el Señor llama a Mateo, le dice “sígueme” y dice la Escritura que dejándolo todo le siguió. Cuando la Biblia te dice “sígueme”, cuando la Biblia te dice que Jesús dijo que el que quiere ser su discípulo que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que le siga, es una orden, “sígame” es una orden, por eso es que aquel le dijo “mira, yo te voy a seguir pero primero deja que entierre mi padre” dijo “no, deja que los muertos entierren a sus muertos, tú ven y sígueme y anuncia el reino de Dios” es una orden, entonces yo no puedo decirle “no, Señor, es que mira, yo te quería seguir pero mucho hipócrita en la Iglesia, hombre”, y el Señor le dice “yo quería que me siguieras en medio de los hipócritas porque no te estoy preguntando si hay hipócritas, te estoy dando una orden, sígueme.”
Eso es lo único que aplicamos nosotros a la religión, a la fe, la hipocresía, a lo único porque en su trabajo hay gente hipócrita pero usted sigue trabajando ahí, el welfare tiene gente hipócrita pero usted sigue recogiendo su cheque, su familia mmmm pero usted sigue ahí con ellos. La Iglesia es la única que no, la rebelión está en el corazón.
Veamos qué dice la Biblia de quiénes no son las ovejas del Señor, Juan capítulo 10 versículo 22, Él mismo lo dijo, entonces entienda por favor, los que son ovejas del Señor son personas que conocen al pastor, que conocen su voz, que oyen su voz porque lo obedecen, que confían en Él y le siguen.
¿Qué dijo Él de los que no son sus ovejas? Juan 10:22 dice la palabra: “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. -Me encanta esto porque nos dice hasta el tiempo- Era invierno, (Juan 10:23) y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. (Juan 10:24) Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. (Juan 10:25) Jesús le respondió: Os lo he dicho, y no creéis…” dígame una cosa, ¿cuánto tiempo tiene usted explicando estas cosas a las personas que usted más ama?, ¿qué más quieren por amor de Dios?
“Dínoslo abiertamente” no fregues si ya te dije 40 mil veces te dije ya, que vengas a la Iglesia, que escuche la palabra, que oigas al Señor, que lea la palabra de Dios. ¿Cuántas veces te ha dicho? Pero, hermano, no creen y que Jesús llegó a un punto que les dijo “miren, si no me quieren creer a mí por lo menos crean a las obras que yo hago pues, ustedes han visto todo lo que yo he hecho en este tiempo. No me creen a mí, crean las obras que he hecho, pero saben que ni me creen a mí ni tampoco creen a las obras”.
Las personas que no creen, toda esa gente que sus vecinos, nuestros compañeros de trabajo, familiares, que les hemos hablado y hablado y hablado, les hemos dicho y les hemos explicado, no creen, no creen, no creen, lo siento mucho, la Biblia dice “ustedes no son mis ovejas”, nosotros queremos que sean, pero esto dice el Señor.
Por eso el engaño más grande del mundo, del siglo, no tiene que ver con la gente inconversa ¿sabe con quién tiene que ver? con aquellas personas que se dicen que son cristianos y no lo son porque nos siguen al Señor y esto es una cosa bien delicada porque mira, te lo explico en un minuto, hay ciertas cosas en la vida cristiana que nosotros no entendemos, no entendemos, hermano, lo que tenemos que hacer es obedecer.
Ahora, dígame, mire esta matemática que no la va a comprender usted, ni yo tampoco pero mire esta matemática, esta ecuación científica, una persona asiste a la casa del Señor, sirve a Dios, ama a Dios, tiene una relación personal con Dios, pero tiene un defecto, como los tenemos todos, entonces vienen las otras personas y de ninguna manera exaltan sus bondades, sino se fijan en su defecto, entonces vengo yo y digo “no, yo por eso no voy, para ser hipócrita como él, mejor yo no voy” ahora ya te hago una pregunta una pregunta ¿quién de los dos cree usted que está haciendo la voluntad de Dios? por más que yo quiera señalar a esa persona, no, porque por obra no se salva a nadie, es por la fe y obediencia a su palabra.
Cuando yo digo no “es que yo no”, “es que no”, “es que para mí”, “es que aquella persona”, “es que aquella familia”, “que aquel…”, simple y sencillamente usted no es de las ovejas del Señor, lo siento mucho, porque para esto hay que obedecer, usted sería un mal soldado, usted no sería soldado.
En primer lugar hay que ser hombre para eso y no hay que andarle poniendo defecto “ah no, yo no porque ese coronel no me gusta”, “ay no, yo no quiero, yo quería ir al ejército pero ese capitán es muy duro”, “yo quería ser del ejército pero ese general a mí no me cae bien” entonces siga como está y eso es un problema serio que existe hoy en día en la mentalidad de muchas personas que los tenemos en nuestras casas viviendo y usted llega hoy y va y le dice “vieras qué lindo el mensaje, vieras qué bonito” y le dice “sí a mí me gusta”, “no, sí es bonito” sí pero no cambia nada en su vida, las cosas siguen igual, sigue criticando y sigue ¿sabes por qué razón? porque no es de las ovejas del Señor.
Versículo 26 “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas…” eso me da un golpe en la cabeza, sabe por qué razón, me rehúso a querer decir que voy a decir. Es como si Jesús dijera “tú no es que no eres mi oveja porque no crees, es que porque no eres mi oveja es que no crees”, there is a huge difference (hay una gran diferencia).
La prueba está que, lo único que necesitan algunas personas es que venga un ángel del cielo y aún bajando un ángel del cielo, tampoco creerían, porque va a bajar un ángel y van a criticar al ángel “yo pensé que eran más bonitos los ángeles, está feo ese baboso”.
Una vez me dijo a mí el pastor de esta Iglesia, pero no era la Taylor, era el que estaba antes, yo le pregunté a él por los servicios de la noche, que por qué no tenían culto en la noche y el pastor me contestó de esta manera y me dijo “oye David, si yo le digo a mi congregación hoy al mediodía que el Espíritu Santo va a venir en persona a predicar a la noche, tampoco vienen” eso ya está fregado, ya es una religión la que uno tiene pues, entonces esto es bien delicado porque ¿qué más podemos hacer? ¿qué más podemos modelarles el camino a la gente? que se den cuenta que nosotros sí bajo cualquier circunstancia aquí estamos. “Los que no creen, no son de mis ovejas” lo dijo el Señor.
Lo quiere ver de la manera como yo se lo acabo de expresar en este momento, versículo 25 “Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; (versículo 26) pero vosotros -aquí viene el asunto- no creéis, porque no sois de mis ovejas…”, es decir, si ustedes fueran mis ovejas, me creerían; pero como no son, por eso no me creen. Esto es triste, hermano, por eso, bendito el nombre de Dios, que el día que nos predicaron el glorioso evangelio no fuimos rebeldes al mensaje del Señor, hermano, bendito el nombre de Dios, bendito el nombre del Señor.
Yo una vez nomás, una vez entré a la Iglesia, claro, cuando era más chamaquito, yo me acuerdo que una vez que era un jovencito, andaba con un gran cuate, un amigo mío, que ahora es pastor en Xochimilco, en México. Andábamos caminando por una calle y vimos que decía una gran campaña de no sé qué pero éramos chamacos y veníamos de fregar, pues, y aquel me dijo “mira, entremos, hombre, a ver qué ondas aquí” y entramos. Usted sabe, era una Iglesia pentecostal y esa Iglesia pentecostal estaba viendo quién está ahí por primera vez, nos agarraron dos personas y nos llevaron hasta enfrente y nosotros hasta que ya estábamos en el altar “arrodillese”, nos arrodillamos, “oren” nosotros también oramos sin saber lo que estábamos haciendo y salimos de ahí, nos dijeron “ahora ustedes ya recibieron a Cristo”, éramos chamaquitos, teníamos como 11 años y salimos y nos acordamos después. Después otra vez a la escuela y todas las cosas, seguimos, pero nos acordamos de eso, ya a los 17 años cuando yo llego a la Iglesia y recibo a Cristo, y esto fue una cosa bien divertida porque cuando yo voy le digo a mi amigo, que está en México, le digo “mira, fíjate que fui a la Iglesia y recibí a Cristo” y me dijo “pero si nosotros ya lo habíamos recibido hace muchos años, ¿no te acordás?” y le digo “no me acuerdo” ya me comenzó a explicar y me acordé que habíamos entrado en la Iglesia cuando andaba medio zurumbo ese día, habíamos entrado a esa Iglesia pero mira, el 17 de junio, una sola vez escuché el mensaje en mano y yo estaba esperando que dieran la invitación para ponerme de pie y entregarle mi vida al Señor.
Hayy personas que usted se puede sacar el corazón ponérselos en frente y le van a poner una excusa, le va a decir “ah, muchas gracias, entonces tiene corazón”. Entonces ¿por qué no crees?, ¿no eres su oveja porque no crees o no crees porque no eres su oveja?
Juan 5:40 lo dice bien claro “Y no queréis venir a mí…”, más claro no canta un gallo aunque sea tartamudo, no queréis, “entonces pastor…”, el pastor dice “no quiere, no quiere”, “no una, pastor, toda la semana” no quiere y eso es un atentado contra uno mismo porque es una rebelión abierta para con Dios, esto es lo que yo considero que es el engaño del siglo, pensar, creer.
Hace tiempo, y se los he contado a ustedes, estamos en un parque y apareció el esposo de una hermana de la Iglesia, nos pusimos a conversar con este hombre y resulta que una semanita antes yo había predicado acerca del arrebatamiento, acerca del rapto, y hablando de la fe, el hombre me dijo, “no -me dijo- mire cuando mi mujer llega del culto, yo le pregunto contame de qué hablo el pastor, entonces el culto lo recibo de parte de ella, cada vez, el domingo o el miércoles. No me acuerdo que fecha me llegó contando de que un día el Señor va a venir y que se van a ir con Él” y le dije “¿y usted?”, él me dijo “yo le dije a mi mujer que yo aunque sea de una pata de ella me agarró” eso es lo que puede pensar él, eso es el engaño del siglo porque nadie puede salvar a nadie más que Cristo, y escuchen esto, en el evangelio no hay codependencia espiritual
En el noviazgo cuando una jovencita o un jovencito dice “ay, es que yo ando buscando una muchacha que me ayude espiritualmente” o la señorita dice “no, es que yo quiero un muchacho que me ayude espiritualmente”, eso es un error porque para eso tiene a Dios, tiene a Jesucristo, tiene el Espíritu Santo, usted tiene que depender de Dios, no tiene que estar utilizando el bastón espiritual de nadie. Porque si buscamos a alguien, vamos a depender de esa persona y el día que estas personas no venga ¿qué va a pasar con usted?, el día que esa persona no lea la Biblia ¿qué pasa con usted?.
Gracias a Dios, en mi caso, con mi esposa ,jamás en la vida mi esposa ha sido dependiente de mí en su vida espiritual, nunca, y qué bueno, porque somos bien independientes espiritualmente hablando, y que bueno que no depende de mí, imagínense si la primera vez que se subió al carro le puse yo al hermanos Camilo Sesto y al hermano Roberto Carlos. Me acuerdo como que fue ayer, yo queriendo enamorarla y me dice “vaya, yo queriendo crecer espiritualmente y mire usted lo que me pone” qué bueno que no dependió de mí, menos mal que yo tenía el plan B, el plan C y el plan D, inmediatamente saque a Camilo Sesto y puse al hermano Danny Berrios. Le dije “aquí no ha pasado nada, aquí tenemos toda la artillería lista”.
Pero qué bueno que tampoco yo he dependido de ella en ningún sentido.
Hace unos días estaba pensando en eso, yo digo, yo porque platicando con Fernando por cierto, y Fernando me hacía la pregunta y me dice que “¿cómo se siente usted haber crecido sin padre?” y me quedo dando vuelta a la situación, yo dije “a pesar que fue una necesidad emocional, yo jamás en la vida he dependido de nadie con mis necesidades emocionales más que de Dios” porque al final del día, es Dios y usted.
Yo no puedo estar dependiendo de que, por eso se da cuenta que montón de gente “pastor, me ora” cuanta gente que viene me dice “usted que está más cerca del Señor, pastor, ore por mí” su abuelita, cerca están los que están muriendo, yo no estoy cerca y otra cosa más, la distancia la elegimos nosotros, no Dios. Podemos pedir a la congregación que ore por lo que estamos pasando, eso sí está bien pero aquí hay gente, usted se acuerda que yo he tenido clientes, hermano, como yo le llamo que después de cada culto están aquí pidiendo oración, y personas especialmente en pentecostales, viven acostumbrados a eso.
Yo asisto a Iglesias todos los años, pero todos los años, que se hace un llamado al altar en todos los cultos de la vida, todos, yo tengo 20 años asistiendo a esa Iglesia y he visto a la misma persona al frente, hermanos ya divorciados, hermanos ya desmadrados con sus vidas y todo, pero siguen pasando al frente pensando que hay algo místico allá de él, no, si es su relación con Dios, hermano, es su relación y usted está tan cerca del Señor como lo puedo estar yo, eso es importantísimo.
Entonces ¿qué pasa? no quieren, hombre, hay gente que no quiere por más que le diga, por más que la busque, no quieren. Hay personas que se molesta porque se les quitó un ministerio, se molestan porque se les cambia de posición, a mi me quitaron 40 ministerios en mi vida, me los han quitado, “mire, no, hoy lo vamos a poner aquí”, “mire, hoy no, lo queremos en el parqueo” vaya a cuidar carros “ahora no, lo queremos aquí con los niños”, “no, hoy tal cosa” vaya, démosle, “hoy queremos que nos ayuda a recoger” démosle también.
Porque uno ama a Dios, hasta que el Señor lo pone en el lugar que lo quiere poner, pero si usted es una persona delicada que se molesta por cualquier cosa, entonces usted no ama a Dios con toda su alma, con todo su corazón, porque amar al Señor es es una situación sin precedentes, es algo que sin condiciones, es un amor incondicional, no es una cuestión que por lo que hiciste o por lo que no hiciste conmigo, no, yo le sirvo porque él es digno de ser servido, esto es una cosa delicadísima.
Las ovejas del Señor oyen su voz y lo siguen; las ovejas del Señor, conocen al Señor y yo quiero, con este mensaje, pedirle de favor que usted reflexione y deje de ver a fulano, sutano y mengano. Piense en usted mismo ¿seré yo una oveja del Señor?, ¿me considero yo una oveja del Señor? y qué tan cierto es eso, yo le animo a que hablé con su esposa, hablé con su esposo, hablé con personas cercanas a usted que le puedan dar el mejor consejo y escuchen, mi hermano, porque el peor engaño de la vida es vivir creyendo que el día que muramos vamos a ir al cielo, y qué triste va a ser que usted se encuentre con este versículo que diga “no, es que tú no eres mi oveja”, y esta es una cosa bien pero bien delicada. Incline su rostro, oremos al Señor.
Padre querido, tu palabra nos habla con tanta pero tanta claridad, mis ovejas, “yo las conozco” dice tu palabra, “yo las conozco”, gracias Señor. Si tú nombras las estrellas por nombre, nos conoces también a nosotros por nombre. Te alabamos y te bendecimos, yo quiero suplicarte, Padre, vivimos tiempos de desilusión, de engaño y quiero rogarte por todas esas personas que creen, que piensan que te conocen pero no te obedecen, Padre, pero no te aman, no te sirven, no te buscan, no te adoran, no te honran.
Padre querido, toca esos corazones, mi Señor, este mensaje puede ayudarles a reflexionar de la necesidad de obedecer a lo que tú nos mandas en cosas aunque no nos parezcan, si tú lo mandas, hay que hacerlo, bendice a tu pueblo.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón pero quisiera hacerlo en esta hora dígale al Señor “Señor, en este día te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, te doy gracias por poner tu cuerpo, por derramar tu sangre, gracias Señor por ese sacrificio, allá en la cruz del calvario. En este día abro mi corazón, me arrepiento de mis pecados y te entrego mi corazón y mi vida”.
Ahora aquí en el santuario, si usted nunca antes ha recibido a Cristo y quisiera hacerlo, nosotros quisiéramos guiarle y decirle como a través de una oración, a través del arrepentimiento, a través de poner nuestra fe en el Señor, usted puede obtener la salvación que es a través de Cristo Jesús. Si hay alguna persona, tenemos consejeros aquí alrededor que están dispuestos a ayudarle con esta decisión. Si usted está en casa y abrió su corazón al Señor, le animamos a crecer en el conocimiento de Dios y de su bendita palabra.
Padre querido, te alabamos y te bendecimos en el nombre de Cristo Jesús, amén y amén.