Uno en Cristo
Noviembre 12, 2023 – 1:30PM | Mateo 16:18 | Hno. Jocsan Díaz
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TRANSCRIPCIÓN
Buenas tardes hermanos, en el día de hoy traigo un tema que le pudiera parecer a algunos poco atractivo, pero creo que es importante para todos los cristianos conocerlo. Es precisamente la vida en la en la iglesia. Me lo he tenido que predicar, a mí mismo, varias veces; porque no soy el mejor ejemplo, tengo fallas como todos, pero quería tener la libertad de traerles este tema: La iglesia como familia.
Quisiera comenzar orando para que Dios bendiga este tiempo: Padre, Señor, que estás en los cielos te doy gracias infinitas por el privilegio que me das Señor, y la responsabilidad, de venir a traer tu palabra. Señor te pedimos que tú perdones nuestros pecados, que abras nuestro entendimiento, que podamos guardar tu palabra en nuestros corazones, que podamos obedecerla por encima de todo Señor. Te bendecimos Señor, te damos gracias por lo que eres en nuestras vidas. Que sea tu palabra, que sea tu Espíritu Santo quien me guíe en esta hora, en el nombre de Cristo Jesús: amén.
Quiero comenzar haciendo algunas preguntas, y no quiero que me las responda, solo piense en su mente la respuesta.
Estoy seguro que en más de una ocasión alguien le ha dicho a usted, o usted se lo ha dicho a alguien: “estaré orando por usted hermano”. Alguien está en una situación y le dice: “hermano yo voy a estar orando por usted”. ¿Lo hace o es solamente una frase y seguir el camino? Hace unos años, cuando mi hija estaba en el hospital, un hermano se me acercó (yo me sentía triste, me sentía mal) y me dice: ¿Qué te pasa? Le explico la situación y el hermano me dice: “Hay que orar, tienes que confiar en Dios. Hay que orar, voy a estar orando contigo.” Una semana más tarde se había ido de la iglesia, se había alejado los caminos del Señor. A veces somos, quizás, hipócritas dentro de la iglesia. En situaciones así, creo que como como cristianos, tenemos que saber lo que estamos haciendo, saber la función que tenemos dentro de la iglesia.
Muchos hermanos, cuando dan sus acciones de gracias, dicen: “los quiero y los amo a todos”. ¿En serio? ¿Los conoce a todos para decir algo así con tanta seguridad? Frases como: “Dios le bendiga”, pero la cara con que se lo dicen a uno es más bien: Dios lo desaparezca. También dicen: “Cuente conmigo para lo que sea”. A mí me lo han dicho, y en el momento de necesidad: No puedo estoy ocupado. Como cristianos las cosas que decimos tienen un peso y tenemos que cumplirlas. Tenemos que ser honestos, ¿acaso no somos una familia en Cristo? A eso nos llama la palabra, ¿sí o no?
Yo quisiera hablar algunas cositas acerca del compañerismo dentro de la iglesia. Desafortunadamente nosotros como cristianos hemos creado nuestro propio mundo. Creemos e interpretamos la Biblia como nos conviene, a veces cuestionamos lo que dice la palabra de Dios y luego no la creemos; si la palabra nos está diciendo algo, es eso y hay que obedecerlo.
Yo quisiera que usted no se vaya hoy de aquí sin entender: ¡cuán invaluable es la iglesia para el cristiano! ¡Cuán invaluable es la iglesia para la comunidad!
Normalmente desde el sábado nos preparamos para el servicio del domingo, ¿verdad? ¿A qué venimos a la iglesia? ¿A pasar un buen tiempo o es a aprender de la palabra del Señor? Yo creo que venimos a aprender de la palabra del Señor, también para apoyarnos los unos a los otros.
Yo hablo por mí, llegue a esta iglesia con el pelo negro, sin canas, hace veinte años y las amistades que tengo han salido de esta iglesia. Cuando hago una planificación de salir con alguien, es alguien de la iglesia. Algunos han conocido su media naranja en esta iglesia. Los mejores consejos los he escuchado en este lugar. Lo más importante de este lugar, en la iglesia, es que hemos conocido de Jesucristo, y eso vale mucho más que cualquier otra cosa en este mundo.
Dios ha puesto en nosotros de hecho, en todos los seres humanos, el deseo de tener comunión, el deseo de tener compañía. Estando usted dentro de la iglesia e incluso fuera, el ser humano busca estar en compañía de otros seres humanos. Dios puso eso en el corazón del ser humano. Una de las cosas malas que nos dejó la pandemia fue el encerrarnos en las casas, eso ha provocado un problema. Vemos en la actualidad que la gente está enferma, que están sufriendo porque por mucho tiempo no tuvieron comunicación con nadie. Relacionarnos es algo que como seres humanos necesitamos tener para el desarrollo y la salud mental. Para nosotros los cristianos también es necesario esa comunión, esa relación, ese compañerismo y lo encontramos dentro de la iglesia. Desafortunadamente después de la pandemia muchas personas no regresaron, se quedaron en sus casas, creen que no es necesario venir a la iglesia, creen que es igual ver el culto por internet. A esas personas yo quiero hablarles.
Mateo 16:18 (RV-60): Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mateo 16:18 (NTV): Ahora te digo que tú eres Pedro (que quiere decir “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará.
¿De quién es la iglesia? Es de Dios, no la creó el hombre. no la crean los pastores, es Dios quien la crea. Es una entidad espiritual, la mejor que existe en el mundo. En la iglesia cristiana no existen problemas de identidad. Hermano, usted ve organizaciones internacionales, por ejemplo: de fútbol que están defendiendo los derechos de la comunidad gay; ¿en qué tú estás? ¿Lo tuyo no es el fútbol? Atiende lo tuyo, deja de estar dando opiniones de otras cosas.
Como iglesia el mensaje es único, el mensaje es: la Biblia, el mensaje de salvación. Eso es algo que realmente es invaluable para la vida nuestra. Dice la palabra que Jesús es la cabeza de la iglesia, que nosotros como iglesia somos la esposa. Vamos a ser desposados en un momento, en el futuro, la palabra habla acerca de eso.
¿Ama usted a su iglesia? Una de las cosas que a mí me llama la atención es que en los eventos que hacemos una vez al año, las caras se repiten. ¿Y las demás personas dónde están? ¿Aman a su iglesia o no la aman?
Pablo habla a los maridos, en la carta a los efesios, y hace una asociación con Jesucristo.
Efesios 5:24-25 (RV-60): 24Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. ¿Qué hace usted por la iglesia? ¿Criticarla o realmente apoya?
Yo no sé para ustedes, pero venir a la iglesia y sentarme acá a escuchar de la palabra, convivir con ustedes me hace sentir bien. Yo no sabría que hacer un domingo si yo no tuviera iglesia. Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero la iglesia es lo más cercano al cielo, lo crea o no, es lo más cercano que vamos a experimentar. Sabemos que no es perfecta, para nada perfecta, ¿por qué? Porque todos somos pecadores. Pero cuando estemos en la gloria todos esos pecados van a desaparecer y vamos a vivir en comunión. La palabra nos manda a disfrutar nuestro tiempo en la iglesia, no se amargue, recuerde que la iglesia es el cuerpo de Cristo y tiene que amar a su iglesia. Muchos, desafortunadamente, no lo creen así.
Una de las definiciones de lo que es la iglesia cristiana, dice: Es una comunidad de individuos que comparten una fe común en Jesucristo, como su Señor y Salvador. Los creyentes se reúnen para adorar a Dios, aprender las enseñanzas de la Biblia, establecer vínculos de comunión y servir a los demás, guiados por el ejemplo de Jesucristo. La iglesia es vista como el cuerpo de creyentes que buscan cumplir la voluntad de Dios y extender el mensaje del Evangelio al mundo.
¿Se considera usted parte de la iglesia cristiana? ¿Cumple usted estos requisitos? No me lo responda, piense en ello.
Quiero preguntarle algo a los hombres: ¿Cuántos leen instrucciones cuando compran algo? Ya sea un microondas, refrigerador, una moto, lo que sea. Yo creo que nadie, ¿verdad? Nos cuesta trabajo leer las instrucciones, sobre todo cuando es ensamblar algo. Cuando yo compro algo que haya que ensamblar, si no sigo las instrucciones, al terminar de armar el objeto no es lo mismo que yo compré. Hermanos, la Biblia nos da instrucciones precisas que tenemos que seguir como cristianos y no lo hacemos. Escogemos las partes que nos conviene y las demás la dejamos fuera. La Biblia o se cree toda o no se cree.
Quiero que veamos requisitos bíblicos acerca de la iglesia. Y cómo Dios quiere que realmente nosotros vengamos a la iglesia y seamos parte de ella.
- Jesús lo espera.
Jesús espera que usted venga a la iglesia, que usted tenga comunión.
Mateo 18:15-17 (RV-60): 15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Cuando un discípulo está fuera de armonía con su hermano hay una iglesia que puede amarlo, seguirlo y si es necesario disciplinar, cosa que nosotros como iglesia no hacemos porque el concepto que tiene el pastor es más bien de perdonar. Pero este es Jesucristo hablando de la iglesia.
1Corintios 5:12-13(RV-60): 12Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad pues, a ese perverso dentro de vosotros.
Aquí hay dos implicaciones: una es que hay un “dentro” y hay un “fuera” de la iglesia. La otra es que: una persona puede ser excluida de “dentro” de la iglesia. Si estar fuera o dentro realmente no importa entonces la enseñanza de Pablo es inválida.
Usted pudiera decir que esto es cultural, que es propio solo para el tiempo que fue escrita la palabra, desgraciadamente, está sucediendo en la iglesia cristiana de hoy en día. Hay que entender que esto no solo se aplica al tiempo de Pablo. La palabra de Dios se lee y se interpreta completa, si usted solo usa una parte y la otra la desecha, usted está en peligro, su vida cristiana está en riesgo. Cuestionar un libro de la Biblia, puede llevarlo a cuestionarlo todo y ahí pierde el poder.
- Cristo nombra a líderes.
Hebreos 13:17(RV-60): Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
1Tesalonicenses 5:12(RV-60): Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan.
Hechos 20:28(RV-60): Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
La membresía de iglesia se implica en el requisito bíblico que los cristianos se someten a un grupo de líderes de la iglesia. Dice Hechos que somos un rebaño, ¿si no somos un rebaño para qué necesitamos pastores? La Biblia aquí una vez más nos está diciendo que necesitamos formar parte del cuerpo de Cristo.
Toda la estructura de la comprensión de Pedro sobre cómo funciona el liderazgo y la iglesia de los ancianos, presupone que las personas pertenecen a un rebaño. (Cuando digo: anciano, me estoy refiriendo a los pastores, personas con autoridad).
- No hay cristiano solitario.
En el Nuevo Testamento usted no va a encontrar ni un solo cristiano, ni uno solo, que no sea miembro responsable de una iglesia local. ¡Ah!, pero usted lo quiere ser, sobre todo ese que está viendo el servicio por el internet.
Es una contradicción, porque convertirse en cristiano significa estar unido a Cristo. Y la unión con Cristo se expresa en la unión con su cuerpo. Si usted es una mano en el cuerpo de Cristo, no puedes decirle al ojo: no te necesito. Eso no lo estoy diciendo yo.
1Corintios 12:21(RV-60): Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: no tengo necesidad de vosotros. Somos uno en Cristo hermano, como iglesia somos uno, somos el cuerpo del Señor. Como mismo tenemos células, tenemos órganos; eso es lo que somos nosotros dentro de la iglesia.
Lamentablemente conocemos de muchas personas que sufren, o han fallecido, de cáncer. Cuando una célula de nuestro cuerpo comienza a trabajar mal, eso puede llegar a destruir o dañar el cuerpo; eso mismo puede llegar a suceder en la iglesia. Hermanos, tenemos que reconocer que es realmente un don, un privilegio, el poder pertenecer a una iglesia. Es una bendición pertenecer a una iglesia, escuchar la palabra del Señor. No hay iglesia perfecta, lo hemos escuchado en este en este púlpito muchas veces.
A veces somos crueles, en mi opinión, dentro de la congregación. Algunas veces no nos acercamos al nuevo congregado, o al invitado. Estando las personas recién llegadas a nuestra iglesia les decimos cosas que los hacen sentir mal, ¿imagínese que usted llegue a un lugar y lo reciban de esa forma?
Hermanos, en Cristo somos uno, esa es la parte bonita, perdone a su hermano, si alguien le ofendió perdónalo, pero no se vaya de la iglesia, no hay razón. ¿Por qué se va a ir de la iglesia?
Efesios 5:29(RV-60): Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia. Yo no puedo aborrecer a nadie de aquí adentro, no puedo, ni ustedes pueden aborrecer tampoco a nadie, si realmente es cristiano. Si alguien le cae mal, pídale a Dios que le de paciencia, ore. La Biblia nos está mandando a vivir con bien, a estar en paz con todos.
Una de las cosas que a mí me llama mucho la atención es el compromiso que tenemos con la iglesia de Jesucristo. Es como mismo lo tenemos como nuestros hijos; es decir, venimos a la iglesia, formamos parte de la congregación, algo nos pasa nos vamos de iglesia. Lo hemos visto. Imagínese que usted tenga sus hijos y después de 10 años diga: “Oh ya terminé con esta gente. Ahora voy a buscarme otros hijos y listo”. ¿Quién hace eso? ¿Quién abandona a sus hijos? Como cristianos, una vez que somos parte del cuerpo de Cristo también somos parte de una iglesia y tenemos que mantenernos.
Cuando dos personas se casan dicen una promesa, ¿verdad?, que es así: “Prometo amarte, honrarte, cuidarte y ser fiel a ti, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe”. Eso dice el matrimonio y eso es lo que nosotros juramos, el día de que nos casamos. Cuando uno de ellos muere, la vida del otro sigue adelante. Como hijos de Dios aunque muramos vamos a seguir juntos (en la eternidad), ¿sí o no? Así que mejore la relación con su hermano porque va a pasar con él toda la eternidad, hay que trabajar dentro de la iglesia. La buena noticia es que cuando estemos en la presencia de Dios el pecado desaparece, los problemas que tenemos en la carne no existen.
Yo no sé si a usted le pasó algo, tampoco sé qué pudo ser; pero nada es razón para para irse de la iglesia. La iglesia lo ama usted.
Colosenses 1:24(RV-60): Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia. Sabemos que Pablo pasó muchísimas situaciones difíciles y él siguió amando su iglesia, a eso nos manda la palabra.
1Timoteo 3:15(RV-60): Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. ¡Quédese hermano en la iglesia! Aquellos que me están viendo desde el internet la palabra nos dice que tenemos que ser parte del cuerpo de Cristo.
En los anuncios escuchamos la palabra koinonía, es una palabra que se traduce en el Nuevo Testamento en muchísimas ocasiones y significa comunión, significa comunidad.
1Corintios 10:16(RV-60): La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Esta porción abarca varios aspectos, abarca la comunión con Dios, la comunión entre los creyentes, compartir recursos, participación en la cena del Señor, participación en la misión. A lo que nos estamos refiriendo aquí es, a una unión compartida: la participación compartida que tenemos junto a Cristo.
1Corintios 1:9(RV-60): Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Una comunión vertical, primeramente, con Dios.
1Juan 1:3(RV-60): Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. La palabra sigue hablando de comunión entre nosotros, en lo que es el cuerpo de Cristo.
Una parte importante de todo esto es la perseverancia. Muchos vamos a pasar por situaciones, vamos a caer, necesitamos de una persona que nos ayude a levantarnos, que nos anime, y eso tenemos que hacer nosotros; solamente vamos a experimentar algo así, si estamos aquí adentro.
En el tiempo de Jesucristo, los soldados romanos estaban bien preparados. Eran organizados en legiones, normalmente, cuando iban a la batalla iban en una formación que la llamaban: “tortuga”. Yo imagino que lo hayan visto en las películas donde utilizan los escudos y básicamente se encierran; es decir les tiran flechas, pero ahí no puede entrar absolutamente nada. Esa formación de caparazón era para protegerse, tenían un entrenamiento riguroso, intenso, y tenían también su equipamiento (casco, escudo, flechas, lanzas). De esa misma forma es la iglesia, cada uno de ustedes juega un papel importante dentro del cuerpo de Cristo. Todos debemos ser escudos, unidos y colaborando para protegernos de este mundo que nos odia. Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero el mundo odia la iglesia, el mundo odia la palabra de Dios. La sociedad (el mundo) ve la necesidad de tener tiendas que vendan marihuana, que vendan licor u otras bebidas alcohólicas; pero el mundo no ve la necesidad de tener iglesias, no la ve. Les caemos mal.
No sé si se dieron cuenta lo que sucedió en los premios Dove Award, que son los premios que se dan a las canciones cristianas. Se aparecieron un par de locos (no sé si eran dos o tres) vestidos de Drag Queen (hombres vestidos de mujer). ¿Con qué objetivo? La reacción de muchas personas fue ofenderse. Leí un escrito que decía: que ellos hacían eso porque saben que viniendo a un evento cristiano no les va a pasar nada, ¿por qué no lo hacen en una actividad musulmán? El mundo va en contra de nosotros y tenemos que nosotros, como iglesia, mantenernos unidos, cuidarnos los unos a los otros.
Debemos salvarnos. Cualquiera puede caer, pero si no le ayudamos desgraciadamente esas personas están destinados a una destrucción, tienen la eternidad en juego.
Hebreos 3: 12-13a (RV): 12Mirad, hermanos, que yo no haya en ninguno de vosotros corazón malo, de incredulidad, para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día. La iglesia de Cristo está, entre otras muchas razones, para poder apoyarnos unos a otros.
1Tesalonicenses 4:16-17 (RV-60): 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
La Biblia habla de un rapto, del rapto de la iglesia, si usted no es parte de la iglesia usted se va a quedar en este mundo; y la Biblia describe que en esta tierra se van a vivir momentos difíciles: de guerra, de muerte. Asegurémonos hermanos que somos parte del cuerpo de Cristo, ayudémonos los unos a los otros. Y si realmente nos importa nuestra familia, si realmente nos importan nuestras amistades, asegurémonos de que todos tengan a Jesucristo en el corazón.
Yo no sé a qué usted vino a la iglesia hoy, si vino buscando ayuda para que lo movieran, para que lo ayuden a encontrar un trabajo, yo no sé. Sólo sé que el mejor regalo que usted se puede encontrar en el día de hoy es: al Señor Jesucristo en su corazón. Y eso es un regalo que Dios nos da, solamente tenemos que abrir nuestro corazón a Él, y dejar que el Espíritu Santo entre en nuestro corazón y obre, y obre, y siga obrando entre nosotros. Hermanos que nuestro Señor nos siga ayudando, que nos siga guiando como iglesia, como cuerpo de Cristo que somos.
Oremos hermanos: Padre te damos gracias por tu palabra y por las enseñanzas que encontramos en ella. Te pedimos por la iglesia Padre, te pido que podamos reconocer la belleza y la gracia de pertenecer a la familia de Dios. Al unirnos con corazones comprometidos, encontramos fortaleza, amor, y un propósito divino. Que nuestras vidas reflejen la unidad y el testimonio transformador que experimentamos juntos en este sagrado viaje.
Gracias Padre por el mensaje de esta hora. Gracias por recordarnos Señor lo importante que es tu iglesia. Por recordar Señor que debemos de amarnos los unos a los otros. Reconocer que no hay iglesias perfectas, que todos estamos en proceso de mejora continua a través del Espíritu Santo. Reconocer que debemos amar, que debemos perdonar, que debemos ser fieles, que debemos permanecer en el lugar donde Dios nos ha traído. Este es el lugar donde Dios nos ha traído para transformarnos, para que nuestros hijos, para que los hijos de nuestros hijos, puedan seguir en este camino, el único camino que es Cristo, la verdad y la vida, porque nadie viene al Padre sino es por Él (Jesucristo).
Si usted está acá con nosotros y aún usted no le ha entregado su vida a Jesús, este es el día, no mañana, no dentro de un mes. Este es el día para que usted pueda tener la seguridad que: si usted cierra sus ojos en este mundo, usted los pueda abrir en la presencia de Dios. Si usted está acá entre nosotros, mis hermanos diáconos están en los pasillos para hacerle la mejor invitación de su vida y pueda tener a Cristo como Señor y Salvador. Si usted está en casa y no le ha entregado su vida a Jesús, le voy a invitar a que haga esta oración conmigo, una oración de fe: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios por enviar a Jesús a morir en mi lugar”. Si usted hizo esta oración conmigo le invitamos a que busque una iglesia para que siga creciendo. Si vive acá en Canadá, en la ciudad de Vancouver, le invitamos a que se congregue con nosotros y crezca junto en el conocimiento de la palabra.
Padre bendícenos, llévanos con bien. Que todo lo que hemos escuchado lo podamos atesorar y poner en práctica. Gracias por la vida de nuestro hermano Jocsan, por el mensaje que tú pusiste hoy, porque es necesario que crezcamos junto a la iglesia; en Cristo Jesús: amén y amén.
¡Hermanos bendiciones!
Uno en Cristo
Noviembre 12, 2023 – 1:30PM | Mateo 16:18 | Hno. Jocsan Díaz
Etiquetas: jocsan diaz, mateo, noviembre 2023, transcripcion
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Buenas tardes hermanos, en el día de hoy traigo un tema que le pudiera parecer a algunos poco atractivo, pero creo que es importante para todos los cristianos conocerlo. Es precisamente la vida en la en la iglesia. Me lo he tenido que predicar, a mí mismo, varias veces; porque no soy el mejor ejemplo, tengo fallas como todos, pero quería tener la libertad de traerles este tema: La iglesia como familia.
Quisiera comenzar orando para que Dios bendiga este tiempo: Padre, Señor, que estás en los cielos te doy gracias infinitas por el privilegio que me das Señor, y la responsabilidad, de venir a traer tu palabra. Señor te pedimos que tú perdones nuestros pecados, que abras nuestro entendimiento, que podamos guardar tu palabra en nuestros corazones, que podamos obedecerla por encima de todo Señor. Te bendecimos Señor, te damos gracias por lo que eres en nuestras vidas. Que sea tu palabra, que sea tu Espíritu Santo quien me guíe en esta hora, en el nombre de Cristo Jesús: amén.
Quiero comenzar haciendo algunas preguntas, y no quiero que me las responda, solo piense en su mente la respuesta.
Estoy seguro que en más de una ocasión alguien le ha dicho a usted, o usted se lo ha dicho a alguien: “estaré orando por usted hermano”. Alguien está en una situación y le dice: “hermano yo voy a estar orando por usted”. ¿Lo hace o es solamente una frase y seguir el camino? Hace unos años, cuando mi hija estaba en el hospital, un hermano se me acercó (yo me sentía triste, me sentía mal) y me dice: ¿Qué te pasa? Le explico la situación y el hermano me dice: “Hay que orar, tienes que confiar en Dios. Hay que orar, voy a estar orando contigo.” Una semana más tarde se había ido de la iglesia, se había alejado los caminos del Señor. A veces somos, quizás, hipócritas dentro de la iglesia. En situaciones así, creo que como como cristianos, tenemos que saber lo que estamos haciendo, saber la función que tenemos dentro de la iglesia.
Muchos hermanos, cuando dan sus acciones de gracias, dicen: “los quiero y los amo a todos”. ¿En serio? ¿Los conoce a todos para decir algo así con tanta seguridad? Frases como: “Dios le bendiga”, pero la cara con que se lo dicen a uno es más bien: Dios lo desaparezca. También dicen: “Cuente conmigo para lo que sea”. A mí me lo han dicho, y en el momento de necesidad: No puedo estoy ocupado. Como cristianos las cosas que decimos tienen un peso y tenemos que cumplirlas. Tenemos que ser honestos, ¿acaso no somos una familia en Cristo? A eso nos llama la palabra, ¿sí o no?
Yo quisiera hablar algunas cositas acerca del compañerismo dentro de la iglesia. Desafortunadamente nosotros como cristianos hemos creado nuestro propio mundo. Creemos e interpretamos la Biblia como nos conviene, a veces cuestionamos lo que dice la palabra de Dios y luego no la creemos; si la palabra nos está diciendo algo, es eso y hay que obedecerlo.
Yo quisiera que usted no se vaya hoy de aquí sin entender: ¡cuán invaluable es la iglesia para el cristiano! ¡Cuán invaluable es la iglesia para la comunidad!
Normalmente desde el sábado nos preparamos para el servicio del domingo, ¿verdad? ¿A qué venimos a la iglesia? ¿A pasar un buen tiempo o es a aprender de la palabra del Señor? Yo creo que venimos a aprender de la palabra del Señor, también para apoyarnos los unos a los otros.
Yo hablo por mí, llegue a esta iglesia con el pelo negro, sin canas, hace veinte años y las amistades que tengo han salido de esta iglesia. Cuando hago una planificación de salir con alguien, es alguien de la iglesia. Algunos han conocido su media naranja en esta iglesia. Los mejores consejos los he escuchado en este lugar. Lo más importante de este lugar, en la iglesia, es que hemos conocido de Jesucristo, y eso vale mucho más que cualquier otra cosa en este mundo.
Dios ha puesto en nosotros de hecho, en todos los seres humanos, el deseo de tener comunión, el deseo de tener compañía. Estando usted dentro de la iglesia e incluso fuera, el ser humano busca estar en compañía de otros seres humanos. Dios puso eso en el corazón del ser humano. Una de las cosas malas que nos dejó la pandemia fue el encerrarnos en las casas, eso ha provocado un problema. Vemos en la actualidad que la gente está enferma, que están sufriendo porque por mucho tiempo no tuvieron comunicación con nadie. Relacionarnos es algo que como seres humanos necesitamos tener para el desarrollo y la salud mental. Para nosotros los cristianos también es necesario esa comunión, esa relación, ese compañerismo y lo encontramos dentro de la iglesia. Desafortunadamente después de la pandemia muchas personas no regresaron, se quedaron en sus casas, creen que no es necesario venir a la iglesia, creen que es igual ver el culto por internet. A esas personas yo quiero hablarles.
Mateo 16:18 (RV-60): Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mateo 16:18 (NTV): Ahora te digo que tú eres Pedro (que quiere decir “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará.
¿De quién es la iglesia? Es de Dios, no la creó el hombre. no la crean los pastores, es Dios quien la crea. Es una entidad espiritual, la mejor que existe en el mundo. En la iglesia cristiana no existen problemas de identidad. Hermano, usted ve organizaciones internacionales, por ejemplo: de fútbol que están defendiendo los derechos de la comunidad gay; ¿en qué tú estás? ¿Lo tuyo no es el fútbol? Atiende lo tuyo, deja de estar dando opiniones de otras cosas.
Como iglesia el mensaje es único, el mensaje es: la Biblia, el mensaje de salvación. Eso es algo que realmente es invaluable para la vida nuestra. Dice la palabra que Jesús es la cabeza de la iglesia, que nosotros como iglesia somos la esposa. Vamos a ser desposados en un momento, en el futuro, la palabra habla acerca de eso.
¿Ama usted a su iglesia? Una de las cosas que a mí me llama la atención es que en los eventos que hacemos una vez al año, las caras se repiten. ¿Y las demás personas dónde están? ¿Aman a su iglesia o no la aman?
Pablo habla a los maridos, en la carta a los efesios, y hace una asociación con Jesucristo.
Efesios 5:24-25 (RV-60): 24Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. ¿Qué hace usted por la iglesia? ¿Criticarla o realmente apoya?
Yo no sé para ustedes, pero venir a la iglesia y sentarme acá a escuchar de la palabra, convivir con ustedes me hace sentir bien. Yo no sabría que hacer un domingo si yo no tuviera iglesia. Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero la iglesia es lo más cercano al cielo, lo crea o no, es lo más cercano que vamos a experimentar. Sabemos que no es perfecta, para nada perfecta, ¿por qué? Porque todos somos pecadores. Pero cuando estemos en la gloria todos esos pecados van a desaparecer y vamos a vivir en comunión. La palabra nos manda a disfrutar nuestro tiempo en la iglesia, no se amargue, recuerde que la iglesia es el cuerpo de Cristo y tiene que amar a su iglesia. Muchos, desafortunadamente, no lo creen así.
Una de las definiciones de lo que es la iglesia cristiana, dice: Es una comunidad de individuos que comparten una fe común en Jesucristo, como su Señor y Salvador. Los creyentes se reúnen para adorar a Dios, aprender las enseñanzas de la Biblia, establecer vínculos de comunión y servir a los demás, guiados por el ejemplo de Jesucristo. La iglesia es vista como el cuerpo de creyentes que buscan cumplir la voluntad de Dios y extender el mensaje del Evangelio al mundo.
¿Se considera usted parte de la iglesia cristiana? ¿Cumple usted estos requisitos? No me lo responda, piense en ello.
Quiero preguntarle algo a los hombres: ¿Cuántos leen instrucciones cuando compran algo? Ya sea un microondas, refrigerador, una moto, lo que sea. Yo creo que nadie, ¿verdad? Nos cuesta trabajo leer las instrucciones, sobre todo cuando es ensamblar algo. Cuando yo compro algo que haya que ensamblar, si no sigo las instrucciones, al terminar de armar el objeto no es lo mismo que yo compré. Hermanos, la Biblia nos da instrucciones precisas que tenemos que seguir como cristianos y no lo hacemos. Escogemos las partes que nos conviene y las demás la dejamos fuera. La Biblia o se cree toda o no se cree.
Quiero que veamos requisitos bíblicos acerca de la iglesia. Y cómo Dios quiere que realmente nosotros vengamos a la iglesia y seamos parte de ella.
- Jesús lo espera.
Jesús espera que usted venga a la iglesia, que usted tenga comunión.
Mateo 18:15-17 (RV-60): 15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Cuando un discípulo está fuera de armonía con su hermano hay una iglesia que puede amarlo, seguirlo y si es necesario disciplinar, cosa que nosotros como iglesia no hacemos porque el concepto que tiene el pastor es más bien de perdonar. Pero este es Jesucristo hablando de la iglesia.
1Corintios 5:12-13(RV-60): 12Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad pues, a ese perverso dentro de vosotros.
Aquí hay dos implicaciones: una es que hay un “dentro” y hay un “fuera” de la iglesia. La otra es que: una persona puede ser excluida de “dentro” de la iglesia. Si estar fuera o dentro realmente no importa entonces la enseñanza de Pablo es inválida.
Usted pudiera decir que esto es cultural, que es propio solo para el tiempo que fue escrita la palabra, desgraciadamente, está sucediendo en la iglesia cristiana de hoy en día. Hay que entender que esto no solo se aplica al tiempo de Pablo. La palabra de Dios se lee y se interpreta completa, si usted solo usa una parte y la otra la desecha, usted está en peligro, su vida cristiana está en riesgo. Cuestionar un libro de la Biblia, puede llevarlo a cuestionarlo todo y ahí pierde el poder.
- Cristo nombra a líderes.
Hebreos 13:17(RV-60): Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
1Tesalonicenses 5:12(RV-60): Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan.
Hechos 20:28(RV-60): Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
La membresía de iglesia se implica en el requisito bíblico que los cristianos se someten a un grupo de líderes de la iglesia. Dice Hechos que somos un rebaño, ¿si no somos un rebaño para qué necesitamos pastores? La Biblia aquí una vez más nos está diciendo que necesitamos formar parte del cuerpo de Cristo.
Toda la estructura de la comprensión de Pedro sobre cómo funciona el liderazgo y la iglesia de los ancianos, presupone que las personas pertenecen a un rebaño. (Cuando digo: anciano, me estoy refiriendo a los pastores, personas con autoridad).
- No hay cristiano solitario.
En el Nuevo Testamento usted no va a encontrar ni un solo cristiano, ni uno solo, que no sea miembro responsable de una iglesia local. ¡Ah!, pero usted lo quiere ser, sobre todo ese que está viendo el servicio por el internet.
Es una contradicción, porque convertirse en cristiano significa estar unido a Cristo. Y la unión con Cristo se expresa en la unión con su cuerpo. Si usted es una mano en el cuerpo de Cristo, no puedes decirle al ojo: no te necesito. Eso no lo estoy diciendo yo.
1Corintios 12:21(RV-60): Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: no tengo necesidad de vosotros. Somos uno en Cristo hermano, como iglesia somos uno, somos el cuerpo del Señor. Como mismo tenemos células, tenemos órganos; eso es lo que somos nosotros dentro de la iglesia.
Lamentablemente conocemos de muchas personas que sufren, o han fallecido, de cáncer. Cuando una célula de nuestro cuerpo comienza a trabajar mal, eso puede llegar a destruir o dañar el cuerpo; eso mismo puede llegar a suceder en la iglesia. Hermanos, tenemos que reconocer que es realmente un don, un privilegio, el poder pertenecer a una iglesia. Es una bendición pertenecer a una iglesia, escuchar la palabra del Señor. No hay iglesia perfecta, lo hemos escuchado en este en este púlpito muchas veces.
A veces somos crueles, en mi opinión, dentro de la congregación. Algunas veces no nos acercamos al nuevo congregado, o al invitado. Estando las personas recién llegadas a nuestra iglesia les decimos cosas que los hacen sentir mal, ¿imagínese que usted llegue a un lugar y lo reciban de esa forma?
Hermanos, en Cristo somos uno, esa es la parte bonita, perdone a su hermano, si alguien le ofendió perdónalo, pero no se vaya de la iglesia, no hay razón. ¿Por qué se va a ir de la iglesia?
Efesios 5:29(RV-60): Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia. Yo no puedo aborrecer a nadie de aquí adentro, no puedo, ni ustedes pueden aborrecer tampoco a nadie, si realmente es cristiano. Si alguien le cae mal, pídale a Dios que le de paciencia, ore. La Biblia nos está mandando a vivir con bien, a estar en paz con todos.
Una de las cosas que a mí me llama mucho la atención es el compromiso que tenemos con la iglesia de Jesucristo. Es como mismo lo tenemos como nuestros hijos; es decir, venimos a la iglesia, formamos parte de la congregación, algo nos pasa nos vamos de iglesia. Lo hemos visto. Imagínese que usted tenga sus hijos y después de 10 años diga: “Oh ya terminé con esta gente. Ahora voy a buscarme otros hijos y listo”. ¿Quién hace eso? ¿Quién abandona a sus hijos? Como cristianos, una vez que somos parte del cuerpo de Cristo también somos parte de una iglesia y tenemos que mantenernos.
Cuando dos personas se casan dicen una promesa, ¿verdad?, que es así: “Prometo amarte, honrarte, cuidarte y ser fiel a ti, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe”. Eso dice el matrimonio y eso es lo que nosotros juramos, el día de que nos casamos. Cuando uno de ellos muere, la vida del otro sigue adelante. Como hijos de Dios aunque muramos vamos a seguir juntos (en la eternidad), ¿sí o no? Así que mejore la relación con su hermano porque va a pasar con él toda la eternidad, hay que trabajar dentro de la iglesia. La buena noticia es que cuando estemos en la presencia de Dios el pecado desaparece, los problemas que tenemos en la carne no existen.
Yo no sé si a usted le pasó algo, tampoco sé qué pudo ser; pero nada es razón para para irse de la iglesia. La iglesia lo ama usted.
Colosenses 1:24(RV-60): Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia. Sabemos que Pablo pasó muchísimas situaciones difíciles y él siguió amando su iglesia, a eso nos manda la palabra.
1Timoteo 3:15(RV-60): Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. ¡Quédese hermano en la iglesia! Aquellos que me están viendo desde el internet la palabra nos dice que tenemos que ser parte del cuerpo de Cristo.
En los anuncios escuchamos la palabra koinonía, es una palabra que se traduce en el Nuevo Testamento en muchísimas ocasiones y significa comunión, significa comunidad.
1Corintios 10:16(RV-60): La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Esta porción abarca varios aspectos, abarca la comunión con Dios, la comunión entre los creyentes, compartir recursos, participación en la cena del Señor, participación en la misión. A lo que nos estamos refiriendo aquí es, a una unión compartida: la participación compartida que tenemos junto a Cristo.
1Corintios 1:9(RV-60): Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Una comunión vertical, primeramente, con Dios.
1Juan 1:3(RV-60): Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. La palabra sigue hablando de comunión entre nosotros, en lo que es el cuerpo de Cristo.
Una parte importante de todo esto es la perseverancia. Muchos vamos a pasar por situaciones, vamos a caer, necesitamos de una persona que nos ayude a levantarnos, que nos anime, y eso tenemos que hacer nosotros; solamente vamos a experimentar algo así, si estamos aquí adentro.
En el tiempo de Jesucristo, los soldados romanos estaban bien preparados. Eran organizados en legiones, normalmente, cuando iban a la batalla iban en una formación que la llamaban: “tortuga”. Yo imagino que lo hayan visto en las películas donde utilizan los escudos y básicamente se encierran; es decir les tiran flechas, pero ahí no puede entrar absolutamente nada. Esa formación de caparazón era para protegerse, tenían un entrenamiento riguroso, intenso, y tenían también su equipamiento (casco, escudo, flechas, lanzas). De esa misma forma es la iglesia, cada uno de ustedes juega un papel importante dentro del cuerpo de Cristo. Todos debemos ser escudos, unidos y colaborando para protegernos de este mundo que nos odia. Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero el mundo odia la iglesia, el mundo odia la palabra de Dios. La sociedad (el mundo) ve la necesidad de tener tiendas que vendan marihuana, que vendan licor u otras bebidas alcohólicas; pero el mundo no ve la necesidad de tener iglesias, no la ve. Les caemos mal.
No sé si se dieron cuenta lo que sucedió en los premios Dove Award, que son los premios que se dan a las canciones cristianas. Se aparecieron un par de locos (no sé si eran dos o tres) vestidos de Drag Queen (hombres vestidos de mujer). ¿Con qué objetivo? La reacción de muchas personas fue ofenderse. Leí un escrito que decía: que ellos hacían eso porque saben que viniendo a un evento cristiano no les va a pasar nada, ¿por qué no lo hacen en una actividad musulmán? El mundo va en contra de nosotros y tenemos que nosotros, como iglesia, mantenernos unidos, cuidarnos los unos a los otros.
Debemos salvarnos. Cualquiera puede caer, pero si no le ayudamos desgraciadamente esas personas están destinados a una destrucción, tienen la eternidad en juego.
Hebreos 3: 12-13a (RV): 12Mirad, hermanos, que yo no haya en ninguno de vosotros corazón malo, de incredulidad, para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día. La iglesia de Cristo está, entre otras muchas razones, para poder apoyarnos unos a otros.
1Tesalonicenses 4:16-17 (RV-60): 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
La Biblia habla de un rapto, del rapto de la iglesia, si usted no es parte de la iglesia usted se va a quedar en este mundo; y la Biblia describe que en esta tierra se van a vivir momentos difíciles: de guerra, de muerte. Asegurémonos hermanos que somos parte del cuerpo de Cristo, ayudémonos los unos a los otros. Y si realmente nos importa nuestra familia, si realmente nos importan nuestras amistades, asegurémonos de que todos tengan a Jesucristo en el corazón.
Yo no sé a qué usted vino a la iglesia hoy, si vino buscando ayuda para que lo movieran, para que lo ayuden a encontrar un trabajo, yo no sé. Sólo sé que el mejor regalo que usted se puede encontrar en el día de hoy es: al Señor Jesucristo en su corazón. Y eso es un regalo que Dios nos da, solamente tenemos que abrir nuestro corazón a Él, y dejar que el Espíritu Santo entre en nuestro corazón y obre, y obre, y siga obrando entre nosotros. Hermanos que nuestro Señor nos siga ayudando, que nos siga guiando como iglesia, como cuerpo de Cristo que somos.
Oremos hermanos: Padre te damos gracias por tu palabra y por las enseñanzas que encontramos en ella. Te pedimos por la iglesia Padre, te pido que podamos reconocer la belleza y la gracia de pertenecer a la familia de Dios. Al unirnos con corazones comprometidos, encontramos fortaleza, amor, y un propósito divino. Que nuestras vidas reflejen la unidad y el testimonio transformador que experimentamos juntos en este sagrado viaje.
Gracias Padre por el mensaje de esta hora. Gracias por recordarnos Señor lo importante que es tu iglesia. Por recordar Señor que debemos de amarnos los unos a los otros. Reconocer que no hay iglesias perfectas, que todos estamos en proceso de mejora continua a través del Espíritu Santo. Reconocer que debemos amar, que debemos perdonar, que debemos ser fieles, que debemos permanecer en el lugar donde Dios nos ha traído. Este es el lugar donde Dios nos ha traído para transformarnos, para que nuestros hijos, para que los hijos de nuestros hijos, puedan seguir en este camino, el único camino que es Cristo, la verdad y la vida, porque nadie viene al Padre sino es por Él (Jesucristo).
Si usted está acá con nosotros y aún usted no le ha entregado su vida a Jesús, este es el día, no mañana, no dentro de un mes. Este es el día para que usted pueda tener la seguridad que: si usted cierra sus ojos en este mundo, usted los pueda abrir en la presencia de Dios. Si usted está acá entre nosotros, mis hermanos diáconos están en los pasillos para hacerle la mejor invitación de su vida y pueda tener a Cristo como Señor y Salvador. Si usted está en casa y no le ha entregado su vida a Jesús, le voy a invitar a que haga esta oración conmigo, una oración de fe: “Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Señor me arrepiento. Gracias doy a Dios por enviar a Jesús a morir en mi lugar”. Si usted hizo esta oración conmigo le invitamos a que busque una iglesia para que siga creciendo. Si vive acá en Canadá, en la ciudad de Vancouver, le invitamos a que se congregue con nosotros y crezca junto en el conocimiento de la palabra.
Padre bendícenos, llévanos con bien. Que todo lo que hemos escuchado lo podamos atesorar y poner en práctica. Gracias por la vida de nuestro hermano Jocsan, por el mensaje que tú pusiste hoy, porque es necesario que crezcamos junto a la iglesia; en Cristo Jesús: amén y amén.
¡Hermanos bendiciones!