¡Si supieras!
Noviembre 19, 2023 – 1:30PM | Isaias 46:3-4 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Bueno vamos a leer la palabra, puestos en pie por favor. Al mensaje de esta tarde le he titulado: “Si supieras”.
Isaías 46:3-4 (NTV): 3Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. 4Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré.
Padre, agradecidos contigo. Por tus cuidados a lo largo de una vida. Háblanos al corazón. Bendícenos con esta palabra, en el nombre de Jesús te lo pedimos, Amén.
En esta porción de la escritura, que hemos leído, se nos dice que Dios ha tenido cuidado de nosotros desde que nacimos.
David, el salmista, dijo: Salmos 139:13-14(RV-60) 13Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
Hermanos, en esta tarde yo quiero reconocer cómo Dios nos ha cuidado a lo largo de una vida, sin que nos diéramos cuenta, algunas veces porque éramos niños, porque no estábamos pensando, porque no sabíamos que Dios nos cuidaba porque Dios tiene un propósito para nuestras vidas. Dios nos ha cuidado de desde el vientre de nuestra madre. Si usted cree, o ha creído, que usted fue un accidente (¡Ups!), se equivoca; porque este pasaje de la escritura nos enseña que Dios nos formó en el vientre de nuestra madre, y Dios ha cuidado de nosotros por toda la vida.
Puede surgir la pregunta: Pastor, ¿qué pasa con aquellas personas que han partido o las que se vieron envueltas en un accidente y fallecieron? La Biblia dice (Salmos 116:15 RV-60): Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. Hay un propósito que tenemos que lograr aquí en la vida, y, cuando ese propósito se logra tenemos que darnos nosotros por servidos, y estar listos para irnos a la presencia de nuestro Señor.
Quiero que veamos el caso de una persona que ni cuenta se dio de todo lo que hizo Dios para cuidarlo desde que nació.
Sería bueno que, al volver a casa en esta tarde, usted haga un recuento de su historia y pueda ver cómo la mano de Dios lo ha sostenido a lo largo de una vida. Situaciones que usted dijo: “Híjole hermano, por poquito y me pelo”, pero no se peló. Porque Dios funciona así, Dios funciona de esa manera.
- Moisés.
Usted puede ver con este personaje como desde antes de nacer somos especiales para Dios amados míos.
Éxodo 1:13-17 (RV-60): Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor. 15Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. ¿Quién se atrevería a no seguir las órdenes del rey? ¿Quién les dio la fuerza a las parteras para obedecer a Dios antes que a Faraón?
Éxodo 1:18-21 (RV-60): 18Y rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. Estas mujeres preservaron la vida de los niños, desobedecieron a un rey por obedecer a Dios, y Dios les hizo bien.
Ahora viene mi pregunta para usted: ¿Por qué cree usted que Dios permitió que las parteras no mataran a los varones? Porque Dios estaba preservando la vida, aún, desde antes de nacer. Moisés ni cuenta se dio de esto, ¿te das cuenta cómo Dios es tan maravilloso? ¡Te das cuenta la bendición del Señor! Dios lo ha cuidado aún desde antes de nacer. ¿Ha visto cómo Dios ha tenido un plan para su vida? Dios dijo a las parteras: “No, ustedes me van a hacer caso a mí y no van a matar a ningún niño. Porque van a nacer niños preciosos, con los cuales yo tengo un propósito y los tengo que preservar”. Ahí comienza esta historia.
De esa manera fue que Dios preservó la vida de Moisés. Moisés nació en un año en que los hijos de las mujeres hebreas eran asesinados en el instante que nacían. ¡Imagínate qué triste! Las mujeres tenían miedo de salir embarazadas en aquel entonces. En los tiempos que nació Moisés, quedar embarazada no era un evento para celebrar, al contrario, era un sentimiento de temor. Las mujeres no querían salir embarazadas porque iban a matar a su hijo. ¿Se puede imaginar usted cómo andaban los guardias por toda la ciudad, recorriendo las calles, invadiendo hogares donde escuchaban el llorar de un bebé? ¡Qué tiempos tan difíciles aquellos! ¡Qué cosa más terrible! ¿Cómo se puede hacer para que tu niño no llore? Porque si alguien se llega a dar cuenta que hay un bebé en la casa, lo van a venir a sacar, nos lo van a arrebatar de la mano, es orden de Faraón. Dios permitió que Moisés naciera, y desde antes de nacer lo cuidó.
Éxodo 2:1-(RV-60): 1Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3Pero ya no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. ¡Se puede imaginar usted qué momento más terrible! Poner al hijo de sus entrañas en el río, Moisés puso haber muerto; sin embargo, Dios lo cuidó. A esas alturas Moisés ni cuenta se daba de cómo Dios estaba presente cuidándole y protegiéndole.
Amado hermano sin lugar a dudas que, Dios nos ha cuidado desde que nacimos; y nos da padres para eso. Por eso que el texto con el que comenzamos dice: Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer.
Cualquiera diría: ¡Qué casualidad! Mire lo que dice la escritura:
Éxodo 2:5-6 (RV-60): 5Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Hermanos, esta doncella tuvo compasión, y esa compasión la puso Dios; porque si esa hija de Faraón hubiera sido leal a su papá, ¿qué hubiera dicho? ¡Mátenlo! ¿Te das cuenta cómo Dios nos ha cuidado?
¿Usted cree que la hija de Faraón salió a esa hora por casualidad? No. Si hubiera sido en lugar de la hija de Faraón el mismo faraón el que hubiera salido, ahí mismo hubiera aniquilado a Moisés. Pero, ¿sabes qué hermano? Dios pone personas a tu alrededor para protegerte y para cuidarte. La verdad que no es justo que nosotros le reclamemos a Dios, por las situaciones que hemos pasado en la vida; cuando por la gracia y misericordia del Señor estamos vivos. No es justo que le reclamemos a Dios por determinadas situaciones, cuando Dios ha estado ahí desde antes de nacer, y nos estuvo cuidando, y ni cuenta se dio usted; por eso el mensaje se llama: Si supieras.
Mi madre me cuenta que mi padre siempre andaba borracho, y cuando ella se fue al hospital a dar a luz, mi padre no estaba ahí en el hospital con ella. Cuando ella salió del hospital, estaba bien débil y comenzó a caminar despacio hacia la casa. En el camino pasó por una iglesia evangélica, que siempre había estado en ese lugar. Los pastores de la iglesia evangélica la conocían a ella, pero ella nunca había entrado a la iglesia. Ella dice que la esposa del pastor le dijo: ¡Ay doña Alicia, usted no va a poder con este niño! Déjenos al niño aquí, en lo que usted se repone. Dice mi mamá que ella no podía cuidarme, ya tenía mi hermano mayor a Freddy, y por esa razón tuvo que dejarme. Pero, cuando ella se sintió ya fortalecida regresó a la iglesia evangélica. Mi papá quería que me pusieran Carlos y cuando ella fue a buscarme me encontró bien perfumado y cuidadito. Entonces la esposa del pastor le dijo que me llamaban David; entonces mi mamá le dijo a la señora: No, se llama Carlos; ahí comenzaron: que Carlos, que David, hasta que mi mamá dijo: se va a llamar Carlos David. Cuando yo comienzo a hacer un recuento de mi vida, y veo como Dios me ha cuidado. Como a los 8 o 9 años yo creía que era Spiderman. Un día me subí al tendedero (para los que no saben es donde se tiende la ropa, para que le dé el sol) y me agarré de un tubo, quise brincar desde el tendedero hasta una ventana, pero me faltó la dirección y me di contra la pared, me caí de una altura de varios metros. Mi tía, que es enfermera, me dijo: David te levantamos muerto. Cuando te levantamos y comenzamos todos a llamar una ambulancia, de repente tú comenzaste a mirar para todos lados y decir: ¿Y qué pasó, y qué pasó, y qué pasó? Aunque mi niñez no fue la mejor, tengo recuerdos maravillosos. Había una señora que vivía al otro lado de la calle, que me trató tan bien, me trató tan bien, cuando todos me trataban tan mal en mi casa; yo sé que a esta señora Dios le puso compasión por mí. Yo la recuerdo, la recuerdo muy bien. Dios puso personas, a lo largo de una vida Dios las puso ahí. Entonces, no es justo que yo le reclame a Dios determinadas cosas que pasaron en mi vida; porque yo me doy cuenta que desde antes de nacer, Dios me estaba cuidando. Desde antes de nacer, Dios lo cuidó a usted.
Algunas personas dicen: “Pastor, yo fui a parar a la cárcel injustamente”. También José estuvo en la cárcel por 12 años, pero usted no sabe si el haber estado en la cárcel era para librarlo de una desgracia, usted no sabe eso. Usted no sabe si haber ido a parar al hospital fue para librarlo de una desgracia. Porque, lo que yo puedo apreciar acá, es que Dios nos ama, se preocupa por nosotros, y la palabra que hemos leído así lo dice. Los he cuidado desde antes de nacer. Aunque tu mamá te diga: “Con mis pobrezas te he criado, con mis migajas te he criado. Me quité el bocado de mi boca para dártelo a ti”. Todas esas cosas eran parte del cuidado divino, era Dios estando ahí. Dios se encargó de poner personas a tu alrededor para cuidarte, formarte, bendecirte y ayudarte porque Dios tuvo misericordia de ti.
Usted que se desvió en la vida, usted que tocó fondo en la vida por sus malas decisiones, por sus vicios, por unirse con la gente equivocada, por andar en un lugar donde no debería de andar y llegó a tocar fondo en la vida; amado aún ahí tocando fondo, ahí estaba Dios contigo. Lo lindo es que te rescató, que te levantó y hoy puedes estar alabando y adorando a Dios; porque ya encontraste y descubriste el propósito de Dios para tu alma.
Éxodo 2:7-10 (RV-60): 7Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 8Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 10Y cuando el niño creció ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué. ¿A quién llamó la joven? A la mamá del niño hermano. ¡Qué gran casualidad! ¿Usted cree que es casualidad? No, ha sido Dios, que ha estado ahí siempre.
Ojalá que Dios te abra los ojos del entendimiento en este día y te des cuenta que aún en la enfermedad, aún en la desgracia, aún en la dificultad, aún en medio del problema, Dios siempre estuvo ahí. Nada de esto es casualidad mi hermano, Dios estaba en medio de todo. ¡Qué satisfacción, Dios le permitió a esta mujer volver a estar con su bebé! Dios hizo que Moisés recibiera todos los conocimientos de los egipcios, en el palacio de Faraón.
Dios va forjando tu vida. Quiero decirte algo hermano: si hemos pasado por dificultades y la vida ha sido dura con nosotros, es la manera para hacernos hombrecitos y mujercitas, por eso Dios lo permitió. No todos aprendemos de la misma manera. Es lo mismo que les sucede a personas rebeldes, solamente aprenden con las experiencias de la vida, con los golpes de la vida, pero en medio de todas esas cosas Dios ha estado presente. No fue por casualidad que Dios llevó a Moisés al palacio de Faraón, aún las dificultades de la vida son una manera de hacernos crecer.
Se presentó una situación donde Moisés, por esas cosas de la vida, terminó matando a un egipcio; y ahora resulta que Faraón lo está buscando.
Éxodo 2:15 (RV-60) Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián. Una vez más vemos a Dios librando a Moisés. Es por este momento que Moisés ve la zarza ardiente, se cree que Moisés tenía unos 80 años de edad; y nos podemos dar cuenta de que Dios lo protegió milagrosamente, lo guardó de la muerte, lo cuidó en toda su vida. Entonces, ahora llega el momento de cumplir el propósito para el que Dios lo ha guardado e hizo todo lo que hizo por cuidarlo.
Éxodo 3: 9(RV-60): 9El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? ¿Recuerda cómo se llama el sermón? Si supieras; o sea, ¿me vienes a dar excusas ahora que te quiero mandar al propósito para el cuál te cuidé desde antes que nacieras?
Éxodo 3:12-14 (RV-60): 12Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. 13Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué le responderé? 14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Éxodo 4:10 (RV-60): Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. ¡Si supieras!, todo lo que yo he hecho por ti, no me estarías dando excusas Moisés.
Éxodo 4:11-13 (RV-60): Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. 13Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.
Éxodo 4:13 (NTV): Pero Moisés suplicó de nuevo: – ¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro.
Isaías 46:3-4 (NTV): 3Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. 4Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré.
¡Si supieras! ¿Por qué te quejas tanto de la vida? ¡Si supieras cómo Dios te ha cuidado! ¿Por qué estás lleno de tanta amargura? ¡Si supieras cómo Dios te ha protegido! Te diría Dios: ¿por qué me tratas con tanta indiferencia, si te he cuidado por toda una vida?
¿Sabe usted que hay personas que miran a Dios, al evangelio, al reino y a Jesucristo con indiferencia? ¡Si supieras! ¿Por qué me das lo que te sobra?, dice Dios, ¿Por qué te cuesta tanto adorarme? ¡Si supieras! ¿Por qué no me sirves de todo corazón? ¡Si supieras! ¿Por qué no me honras? ¡Si supieras! ¿Por qué no hay gratitud en tu corazón? ¡Si supieras! ¿Por qué no me amas como yo te amo a ti? ¡Si supieras! ¿Por qué te siento tan lejos?
Amados míos, al reflexionar en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, déjeme decirle que: bajo ningún punto de vista considero que las cosas que han pasado son casualidad. Dios te fue forjando, Dios te fue formando en la vida, de diferentes formas, de diferentes maneras, pero Él te fue forjando. Él estuvo ahí en cada momento, Él estuvo ahí en cada circunstancia. En tus caídas, Él te dio la mano para levantarte. En situaciones donde atravesaste problemas financieros Dios te sacó de donde estabas. Cuando perdiste a ese ser querido, ahí estaba el Señor para fortalecer tu corazón; y en este día Dios te dice: “Si supieras todo lo que he hecho por ti”.
Mientras preparaba esta este mensaje, en Nicaragua, yo recordaba tantas cosas hermanos. ¿Cuántas cosas no nos han pasado hermanos, que pensamos que no haremos el cuento? Pero Dios ha estado ahí, en cada problema Dios nos ha cuidado, porque Él sigue siendo Dios. Cada día hay adorar su nombre, exaltar su nombre y es digno de toda alabanza y de toda adoración, en medio de todo nuestro diario vivir. Durante todo el camino debemos decirle: “Señor gracias porque me cuidaste desde antes de nacer”. Dios promete estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y podemos decir: ¡Bendito sea su nombre!
Hermano, aquellos que anhelan la muerte, aquellos que han hecho algo en contra de su cuerpo, eso es despreciar el cuidado que Dios ha tenido contigo, desde antes de nacer y como te ha venido cuidando todos estos días hasta este momento. Hasta este día estamos en las manos del cordero de Dios que quita los pecados del mundo. En manos del Dios de la Gloria, del Dios de la Misericordia, del Dios que nos cuidó, del Dios que nos ha traído hasta donde estamos. ¡Bendito sea su nombre, que nos ha guardado y que nos ha cuidado desde antes de nacer hasta el día que lleguemos a su presencia, Amén!
Démosle gracias al Señor: Padre querido te adoramos, te bendecimos y entendemos perfectamente bien, como siempre has estado ahí, siempre nos has ayudado, siempre has puesto personas a nuestro alrededor que nos brinden la mano. Nunca nos abandonaste, porque nos has amado con amor eterno porque nos has guardado desde el inicio de nuestros días hasta hoy. ¡Bendito sea tu nombre por siempre! ¡Bendito sea tu nombre por la eternidad! Reconocemos todas tus bondades Padre Santo, reconocemos todos tus cuidados, aún las cosas más mínimas que pasaron en nuestra vida. Aún aquellas cosas que surgieron en nuestro corazón, aquellos deseos de nuestro corazón, que tú los cumpliste, ¡Alabado sea tu nombre! En este día reconocemos tus cuidados, reconocemos que tú has estado siempre allí. Te pedimos perdón por aquellas malas decisiones que hemos tomado en la vida que nos han alejado de ti Señor. Te alabamos porque nos regresaste al rebaño, nos trajiste al rebaño. ¡Bendito sea tu nombre!
Mientras todos oramos, en esta hora si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, este es un buen día, un buen momento para entregarle su corazón a Jesús. Si usted nunca ha recibido a Cristo, quiero invitarle ahí donde está sentadito, diga de esta manera: “Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por Jesucristo, nuestro Señor, quien derramó su sangre preciosa en la cruz para el perdón de mis pecados. En este día Señor, te recibo como mi Señor y mi Salvador”. Si usted hizo esta oración, quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Gracias Padre, permite que podamos reflexionar acerca de las verdades que hemos escuchado en este día, en el nombre de Jesús oramos: Amén y amén.
¡Bendiciones para todos!
Si supieras
Noviembre 19, 2023 – 1:30PM | Isaias 46:3-4 | Dr. David Rodríguez
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Bueno vamos a leer la palabra, puestos en pie por favor. Al mensaje de esta tarde le he titulado: “Si supieras”.
Isaías 46:3-4 (NTV): 3Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. 4Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré.
Padre, agradecidos contigo. Por tus cuidados a lo largo de una vida. Háblanos al corazón. Bendícenos con esta palabra, en el nombre de Jesús te lo pedimos, Amén.
En esta porción de la escritura, que hemos leído, se nos dice que Dios ha tenido cuidado de nosotros desde que nacimos.
David, el salmista, dijo: Salmos 139:13-14(RV-60) 13Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
Hermanos, en esta tarde yo quiero reconocer cómo Dios nos ha cuidado a lo largo de una vida, sin que nos diéramos cuenta, algunas veces porque éramos niños, porque no estábamos pensando, porque no sabíamos que Dios nos cuidaba porque Dios tiene un propósito para nuestras vidas. Dios nos ha cuidado de desde el vientre de nuestra madre. Si usted cree, o ha creído, que usted fue un accidente (¡Ups!), se equivoca; porque este pasaje de la escritura nos enseña que Dios nos formó en el vientre de nuestra madre, y Dios ha cuidado de nosotros por toda la vida.
Puede surgir la pregunta: Pastor, ¿qué pasa con aquellas personas que han partido o las que se vieron envueltas en un accidente y fallecieron? La Biblia dice (Salmos 116:15 RV-60): Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos. Hay un propósito que tenemos que lograr aquí en la vida, y, cuando ese propósito se logra tenemos que darnos nosotros por servidos, y estar listos para irnos a la presencia de nuestro Señor.
Quiero que veamos el caso de una persona que ni cuenta se dio de todo lo que hizo Dios para cuidarlo desde que nació.
Sería bueno que, al volver a casa en esta tarde, usted haga un recuento de su historia y pueda ver cómo la mano de Dios lo ha sostenido a lo largo de una vida. Situaciones que usted dijo: “Híjole hermano, por poquito y me pelo”, pero no se peló. Porque Dios funciona así, Dios funciona de esa manera.
- Moisés.
Usted puede ver con este personaje como desde antes de nacer somos especiales para Dios amados míos.
Éxodo 1:13-17 (RV-60): Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor. 15Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. ¿Quién se atrevería a no seguir las órdenes del rey? ¿Quién les dio la fuerza a las parteras para obedecer a Dios antes que a Faraón?
Éxodo 1:18-21 (RV-60): 18Y rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. Estas mujeres preservaron la vida de los niños, desobedecieron a un rey por obedecer a Dios, y Dios les hizo bien.
Ahora viene mi pregunta para usted: ¿Por qué cree usted que Dios permitió que las parteras no mataran a los varones? Porque Dios estaba preservando la vida, aún, desde antes de nacer. Moisés ni cuenta se dio de esto, ¿te das cuenta cómo Dios es tan maravilloso? ¡Te das cuenta la bendición del Señor! Dios lo ha cuidado aún desde antes de nacer. ¿Ha visto cómo Dios ha tenido un plan para su vida? Dios dijo a las parteras: “No, ustedes me van a hacer caso a mí y no van a matar a ningún niño. Porque van a nacer niños preciosos, con los cuales yo tengo un propósito y los tengo que preservar”. Ahí comienza esta historia.
De esa manera fue que Dios preservó la vida de Moisés. Moisés nació en un año en que los hijos de las mujeres hebreas eran asesinados en el instante que nacían. ¡Imagínate qué triste! Las mujeres tenían miedo de salir embarazadas en aquel entonces. En los tiempos que nació Moisés, quedar embarazada no era un evento para celebrar, al contrario, era un sentimiento de temor. Las mujeres no querían salir embarazadas porque iban a matar a su hijo. ¿Se puede imaginar usted cómo andaban los guardias por toda la ciudad, recorriendo las calles, invadiendo hogares donde escuchaban el llorar de un bebé? ¡Qué tiempos tan difíciles aquellos! ¡Qué cosa más terrible! ¿Cómo se puede hacer para que tu niño no llore? Porque si alguien se llega a dar cuenta que hay un bebé en la casa, lo van a venir a sacar, nos lo van a arrebatar de la mano, es orden de Faraón. Dios permitió que Moisés naciera, y desde antes de nacer lo cuidó.
Éxodo 2:1-(RV-60): 1Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3Pero ya no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. ¡Se puede imaginar usted qué momento más terrible! Poner al hijo de sus entrañas en el río, Moisés puso haber muerto; sin embargo, Dios lo cuidó. A esas alturas Moisés ni cuenta se daba de cómo Dios estaba presente cuidándole y protegiéndole.
Amado hermano sin lugar a dudas que, Dios nos ha cuidado desde que nacimos; y nos da padres para eso. Por eso que el texto con el que comenzamos dice: Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer.
Cualquiera diría: ¡Qué casualidad! Mire lo que dice la escritura:
Éxodo 2:5-6 (RV-60): 5Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Hermanos, esta doncella tuvo compasión, y esa compasión la puso Dios; porque si esa hija de Faraón hubiera sido leal a su papá, ¿qué hubiera dicho? ¡Mátenlo! ¿Te das cuenta cómo Dios nos ha cuidado?
¿Usted cree que la hija de Faraón salió a esa hora por casualidad? No. Si hubiera sido en lugar de la hija de Faraón el mismo faraón el que hubiera salido, ahí mismo hubiera aniquilado a Moisés. Pero, ¿sabes qué hermano? Dios pone personas a tu alrededor para protegerte y para cuidarte. La verdad que no es justo que nosotros le reclamemos a Dios, por las situaciones que hemos pasado en la vida; cuando por la gracia y misericordia del Señor estamos vivos. No es justo que le reclamemos a Dios por determinadas situaciones, cuando Dios ha estado ahí desde antes de nacer, y nos estuvo cuidando, y ni cuenta se dio usted; por eso el mensaje se llama: Si supieras.
Mi madre me cuenta que mi padre siempre andaba borracho, y cuando ella se fue al hospital a dar a luz, mi padre no estaba ahí en el hospital con ella. Cuando ella salió del hospital, estaba bien débil y comenzó a caminar despacio hacia la casa. En el camino pasó por una iglesia evangélica, que siempre había estado en ese lugar. Los pastores de la iglesia evangélica la conocían a ella, pero ella nunca había entrado a la iglesia. Ella dice que la esposa del pastor le dijo: ¡Ay doña Alicia, usted no va a poder con este niño! Déjenos al niño aquí, en lo que usted se repone. Dice mi mamá que ella no podía cuidarme, ya tenía mi hermano mayor a Freddy, y por esa razón tuvo que dejarme. Pero, cuando ella se sintió ya fortalecida regresó a la iglesia evangélica. Mi papá quería que me pusieran Carlos y cuando ella fue a buscarme me encontró bien perfumado y cuidadito. Entonces la esposa del pastor le dijo que me llamaban David; entonces mi mamá le dijo a la señora: No, se llama Carlos; ahí comenzaron: que Carlos, que David, hasta que mi mamá dijo: se va a llamar Carlos David. Cuando yo comienzo a hacer un recuento de mi vida, y veo como Dios me ha cuidado. Como a los 8 o 9 años yo creía que era Spiderman. Un día me subí al tendedero (para los que no saben es donde se tiende la ropa, para que le dé el sol) y me agarré de un tubo, quise brincar desde el tendedero hasta una ventana, pero me faltó la dirección y me di contra la pared, me caí de una altura de varios metros. Mi tía, que es enfermera, me dijo: David te levantamos muerto. Cuando te levantamos y comenzamos todos a llamar una ambulancia, de repente tú comenzaste a mirar para todos lados y decir: ¿Y qué pasó, y qué pasó, y qué pasó? Aunque mi niñez no fue la mejor, tengo recuerdos maravillosos. Había una señora que vivía al otro lado de la calle, que me trató tan bien, me trató tan bien, cuando todos me trataban tan mal en mi casa; yo sé que a esta señora Dios le puso compasión por mí. Yo la recuerdo, la recuerdo muy bien. Dios puso personas, a lo largo de una vida Dios las puso ahí. Entonces, no es justo que yo le reclame a Dios determinadas cosas que pasaron en mi vida; porque yo me doy cuenta que desde antes de nacer, Dios me estaba cuidando. Desde antes de nacer, Dios lo cuidó a usted.
Algunas personas dicen: “Pastor, yo fui a parar a la cárcel injustamente”. También José estuvo en la cárcel por 12 años, pero usted no sabe si el haber estado en la cárcel era para librarlo de una desgracia, usted no sabe eso. Usted no sabe si haber ido a parar al hospital fue para librarlo de una desgracia. Porque, lo que yo puedo apreciar acá, es que Dios nos ama, se preocupa por nosotros, y la palabra que hemos leído así lo dice. Los he cuidado desde antes de nacer. Aunque tu mamá te diga: “Con mis pobrezas te he criado, con mis migajas te he criado. Me quité el bocado de mi boca para dártelo a ti”. Todas esas cosas eran parte del cuidado divino, era Dios estando ahí. Dios se encargó de poner personas a tu alrededor para cuidarte, formarte, bendecirte y ayudarte porque Dios tuvo misericordia de ti.
Usted que se desvió en la vida, usted que tocó fondo en la vida por sus malas decisiones, por sus vicios, por unirse con la gente equivocada, por andar en un lugar donde no debería de andar y llegó a tocar fondo en la vida; amado aún ahí tocando fondo, ahí estaba Dios contigo. Lo lindo es que te rescató, que te levantó y hoy puedes estar alabando y adorando a Dios; porque ya encontraste y descubriste el propósito de Dios para tu alma.
Éxodo 2:7-10 (RV-60): 7Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 8Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 10Y cuando el niño creció ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué. ¿A quién llamó la joven? A la mamá del niño hermano. ¡Qué gran casualidad! ¿Usted cree que es casualidad? No, ha sido Dios, que ha estado ahí siempre.
Ojalá que Dios te abra los ojos del entendimiento en este día y te des cuenta que aún en la enfermedad, aún en la desgracia, aún en la dificultad, aún en medio del problema, Dios siempre estuvo ahí. Nada de esto es casualidad mi hermano, Dios estaba en medio de todo. ¡Qué satisfacción, Dios le permitió a esta mujer volver a estar con su bebé! Dios hizo que Moisés recibiera todos los conocimientos de los egipcios, en el palacio de Faraón.
Dios va forjando tu vida. Quiero decirte algo hermano: si hemos pasado por dificultades y la vida ha sido dura con nosotros, es la manera para hacernos hombrecitos y mujercitas, por eso Dios lo permitió. No todos aprendemos de la misma manera. Es lo mismo que les sucede a personas rebeldes, solamente aprenden con las experiencias de la vida, con los golpes de la vida, pero en medio de todas esas cosas Dios ha estado presente. No fue por casualidad que Dios llevó a Moisés al palacio de Faraón, aún las dificultades de la vida son una manera de hacernos crecer.
Se presentó una situación donde Moisés, por esas cosas de la vida, terminó matando a un egipcio; y ahora resulta que Faraón lo está buscando.
Éxodo 2:15 (RV-60) Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián. Una vez más vemos a Dios librando a Moisés. Es por este momento que Moisés ve la zarza ardiente, se cree que Moisés tenía unos 80 años de edad; y nos podemos dar cuenta de que Dios lo protegió milagrosamente, lo guardó de la muerte, lo cuidó en toda su vida. Entonces, ahora llega el momento de cumplir el propósito para el que Dios lo ha guardado e hizo todo lo que hizo por cuidarlo.
Éxodo 3: 9(RV-60): 9El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? ¿Recuerda cómo se llama el sermón? Si supieras; o sea, ¿me vienes a dar excusas ahora que te quiero mandar al propósito para el cuál te cuidé desde antes que nacieras?
Éxodo 3:12-14 (RV-60): 12Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. 13Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué le responderé? 14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Éxodo 4:10 (RV-60): Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. ¡Si supieras!, todo lo que yo he hecho por ti, no me estarías dando excusas Moisés.
Éxodo 4:11-13 (RV-60): Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. 13Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.
Éxodo 4:13 (NTV): Pero Moisés suplicó de nuevo: – ¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro.
Isaías 46:3-4 (NTV): 3Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. 4Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré.
¡Si supieras! ¿Por qué te quejas tanto de la vida? ¡Si supieras cómo Dios te ha cuidado! ¿Por qué estás lleno de tanta amargura? ¡Si supieras cómo Dios te ha protegido! Te diría Dios: ¿por qué me tratas con tanta indiferencia, si te he cuidado por toda una vida?
¿Sabe usted que hay personas que miran a Dios, al evangelio, al reino y a Jesucristo con indiferencia? ¡Si supieras! ¿Por qué me das lo que te sobra?, dice Dios, ¿Por qué te cuesta tanto adorarme? ¡Si supieras! ¿Por qué no me sirves de todo corazón? ¡Si supieras! ¿Por qué no me honras? ¡Si supieras! ¿Por qué no hay gratitud en tu corazón? ¡Si supieras! ¿Por qué no me amas como yo te amo a ti? ¡Si supieras! ¿Por qué te siento tan lejos?
Amados míos, al reflexionar en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, déjeme decirle que: bajo ningún punto de vista considero que las cosas que han pasado son casualidad. Dios te fue forjando, Dios te fue formando en la vida, de diferentes formas, de diferentes maneras, pero Él te fue forjando. Él estuvo ahí en cada momento, Él estuvo ahí en cada circunstancia. En tus caídas, Él te dio la mano para levantarte. En situaciones donde atravesaste problemas financieros Dios te sacó de donde estabas. Cuando perdiste a ese ser querido, ahí estaba el Señor para fortalecer tu corazón; y en este día Dios te dice: “Si supieras todo lo que he hecho por ti”.
Mientras preparaba esta este mensaje, en Nicaragua, yo recordaba tantas cosas hermanos. ¿Cuántas cosas no nos han pasado hermanos, que pensamos que no haremos el cuento? Pero Dios ha estado ahí, en cada problema Dios nos ha cuidado, porque Él sigue siendo Dios. Cada día hay adorar su nombre, exaltar su nombre y es digno de toda alabanza y de toda adoración, en medio de todo nuestro diario vivir. Durante todo el camino debemos decirle: “Señor gracias porque me cuidaste desde antes de nacer”. Dios promete estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y podemos decir: ¡Bendito sea su nombre!
Hermano, aquellos que anhelan la muerte, aquellos que han hecho algo en contra de su cuerpo, eso es despreciar el cuidado que Dios ha tenido contigo, desde antes de nacer y como te ha venido cuidando todos estos días hasta este momento. Hasta este día estamos en las manos del cordero de Dios que quita los pecados del mundo. En manos del Dios de la Gloria, del Dios de la Misericordia, del Dios que nos cuidó, del Dios que nos ha traído hasta donde estamos. ¡Bendito sea su nombre, que nos ha guardado y que nos ha cuidado desde antes de nacer hasta el día que lleguemos a su presencia, Amén!
Démosle gracias al Señor: Padre querido te adoramos, te bendecimos y entendemos perfectamente bien, como siempre has estado ahí, siempre nos has ayudado, siempre has puesto personas a nuestro alrededor que nos brinden la mano. Nunca nos abandonaste, porque nos has amado con amor eterno porque nos has guardado desde el inicio de nuestros días hasta hoy. ¡Bendito sea tu nombre por siempre! ¡Bendito sea tu nombre por la eternidad! Reconocemos todas tus bondades Padre Santo, reconocemos todos tus cuidados, aún las cosas más mínimas que pasaron en nuestra vida. Aún aquellas cosas que surgieron en nuestro corazón, aquellos deseos de nuestro corazón, que tú los cumpliste, ¡Alabado sea tu nombre! En este día reconocemos tus cuidados, reconocemos que tú has estado siempre allí. Te pedimos perdón por aquellas malas decisiones que hemos tomado en la vida que nos han alejado de ti Señor. Te alabamos porque nos regresaste al rebaño, nos trajiste al rebaño. ¡Bendito sea tu nombre!
Mientras todos oramos, en esta hora si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón, este es un buen día, un buen momento para entregarle su corazón a Jesús. Si usted nunca ha recibido a Cristo, quiero invitarle ahí donde está sentadito, diga de esta manera: “Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por Jesucristo, nuestro Señor, quien derramó su sangre preciosa en la cruz para el perdón de mis pecados. En este día Señor, te recibo como mi Señor y mi Salvador”. Si usted hizo esta oración, quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.
Gracias Padre, permite que podamos reflexionar acerca de las verdades que hemos escuchado en este día, en el nombre de Jesús oramos: Amén y amén.
¡Bendiciones para todos!