Espere con paciencia
Noviembre 26, 2023 – 1:30PM | Juan 11:1-5/19-21 (RV-60) | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde se llama: Espere con paciencia. Quiero hablar de unos, tres, casos bíblicos que nos dejan una enseñanza y tienen que ver con: el tiempo. Prestemos atención para que Dios hable a nuestro corazón. Vamos a irnos al Evangelio según San Juan capítulo 11.
Juan 11:1-5/17-21 (RV-60): 1Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de la ciudad de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos). 3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya 4ro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21Y Marta le dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. ¡Que Dios bendiga esta palabra!
Quisiera que prestemos atención a las cosas que aprendemos en este pasaje, con relación “al tiempo de Dios, al perfecto tiempo de Dios”.
Vamos a ver algunos pasajes de la biblia y vamos a extraer enseñanzas que puedan ayudar a nuestro diario vivir.
- Dios nunca llega antes. Dios nunca llega después. Dios siempre llega a tiempo, sin importar las circunstancias.
Jesús era muy amigo de Lázaro, de Marta y de María. Esta familia vivía cerca de Jerusalén, de tal manera que cada vez que Jesús descendía de Nazaret a Jerusalén pasaba por Betania y se hospedaba en casa de Lázaro, Marta y María.
Jesús estaba con sus discípulos predicando, en otra ciudad, cuando llega alguien (un mensajero) y le dice: -Señor, tu amigo, al que tú amas tanto, está enfermo. A lo mejor, Jesús le dijo: –Ah bueno, dígale que en estos días paso por allá. -No Señor, está grave. Dice la escritura que: Jesús se quedó unos días más donde estaba, al punto que cuando llegó a Betania Lázaro había muerto y estaban celebrando el funeral. La casa estaba llena de amigos, dolientes y personas que habían ido a darle el sentido pésame a Marta y María; Lázaro ya tenía cuatro días de haber muerto.
¿Puede imaginar a Marta y a María, desde que mandaron a llamar a Jesús, mirando por la ventana a ver si venía el maestro? Con la gran ilusión: que, si Jesús hubiera estado en ese lugar, su hermano no hubiera muerto.
Yo no sé, ¿cuántos de nosotros estamos esperando algo de parte de Dios? ¿Esperando un milagro, esperando que Dios mueva las aguas, esperando que algo suceda en nuestra vida, esperando su príncipe azul?
Esperar en Dios no es fácil, porque a veces pensamos que Dios tarda mucho. El mensaje se llama: Espere con paciencia.
Salmos 40:1-2 (NTV): 1Con paciencia esperé que el SEÑOR me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor. 2Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó. ¿Yo no sé cuántos de ustedes se consideran pacientes? En el tráfico, hoy en día, ¿quién es paciente? Si es súper complicado llegar a cualquier lugar hoy en día.
¿A qué horas llegó Jesús a la casa de Lázaro? Ni antes, ni después, llegó a tiempo; porque para Dios no hay nada imposible. Entonces, ¿qué nos preocupa? ¿qué el tiempo pasa? El tiempo siempre va a pasar. Muchos pensamos que Dios tiene todo, pero la experiencia y la vida nos ha enseñado que hay algo que Dios no tiene y es: reloj.
Jesús se quedó dos días más, y Él dijo: para la gloria de Dios se ha enfermado Lázaro.
- Cuando se trata del tiempo, Dios hace las cosas a su manera y no a nuestra manera.
Isaías 55:8-9 (RV-60): 8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Es decir, Dios hace las cosas a su manera.
¿Qué hubiera hecho usted, en el lugar de Jesús, si le dan la noticia que Lázaro está enfermo, que se está muriendo? Como humanos, hubiéramos dejado de hacer lo que estamos haciendo y, comenzamos a correr; pero es que Dios no hace las cosas así. A Dios no lo saca corriendo nadie, en absoluto. Jesús no salió corriendo, Jesús llegó cuatro días después.
Cuatro días “tarde”; pero esa palabra “tarde” es para nosotros no para Él. Jesús llegó a tiempo. Y esta es una esperanza para cada uno de nosotros, Jesús va a llegar a tiempo; pero eso sí: hay que esperar con paciencia.
Otra ilustración bíblica que tiene que ver con el tiempo, la promesa a Abraham.
Génesis 12:2 (RV-60): Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás de bendición.
Cuando Dios se le apareció Abraham, Abraham tenía 75 años y Sara 65 años. Dios le dice Abraham que salga de su aposento y que vea las estrellas. Abraham va y afirma que son muchas e incontables, y Dios le dice: -Así será tu descendencia, como las estrellas del cielo. Mire, ¡qué promesa la que Dios le dio a Abraham! Pero la promesa incluía también a Sara, la esposa de Abraham. Resulta que, después de pasados 10 años, ahora tenemos a Abraham de 85 y a Sara de 75, pero la promesa sigue ahí, no se ha cumplido aún. El mensaje de hoy se llama: Espere con paciencia, pero este sermón sería para Sara porque ella no podía esperar, y se le ocurre una idea (le dice a su esposo): -Quiero que tomes a mi sierva, a mi esclava, y te acuestes con ella. La Biblia no aclara si Abraham pudo tener una conversación con Sara y decirle: –Oye Sara, ¿por qué no esperamos con paciencia?
- Cuidado con las malas decisiones mientras esperamos en Dios.
¿Cómo se llama el sermón? Espere con paciencia. El peor enemigo mientras esperamos es: la desesperación o la impaciencia. La desesperación fue la que llevó a Sara a pensar en ideas, cuando Dios no había hablado nada de eso.
Hay una cosa bien importante que hay que notar: En el proceso Dios está viendo tu paciencia, porque lo ve todo, pero también está viendo tu desesperación. Y como Él es Dios, conoce a sus hijos porque Él es Padre. Me imagino que Dios debe decir: -este ya la va a regar, porque no sabe esperar; pero Dios se queda callado. La experiencia de la vida nos ha enseñado que, cada decisión que tomamos sin la aprobación de Dios, traerá sus consecuencias. Si Dios te dice: Espere con paciencia, ¿qué es lo que hay que hacer? Esperar con paciencia.
Dios no va a dejar de amarte porque tomes malas decisiones, pero las consecuencias las vas a sufrir. Es igual que los padres cuando ven a nuestros hijos que toman malas decisiones, ¿usted cree que los dejamos de amar? Claro que no, a los hijos no se les deja de amar, pero las consecuencias las tienen que sufrir, las tienen que pagar. Y este fue el caso, porque Sarita no tuvo la paciencia de saber esperar. Así que: Cuidado con las malas decisiones, mientras esperamos en Dios.
Hay otra ilustración que me llama mucho la atención y hemos hablado en cantidad de veces sobre ella: tiene que ver con Israel dándole vueltas al desierto por 40 largos años sin llegar a ningún lado.
Mientras preparaba este mensaje, yo me imaginaba al pueblo levantarse para caminar, ¿para dónde? Eso suele ser el mismo caso de aquellas personas que trabajan para comer, y comen para trabajar. Es que no hay ningún propósito en la vida, o sea, es para pasar el día. No hay un propósito en sus vidas, en su familia, no hay algo que completar para darle Gloria a Dios.
¿Por qué el pueblo de Israel caminó por caminar? Porque el pueblo ignoró algo.
Deuteronomio 8: 2(RV-60): 2Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Dios es el que sabe si vamos a obedecer o no vamos a obedecer. Dios es el que sabe si vamos a guardar su mandamiento o no lo vamos a guardar.
Y metió al pueblo en el desierto por cuarenta años y dijo Dios: ¡vamos a ver qué pasa aquí, caminen! ¿Y qué fue lo que encontró Dios? Quejas, chismes. Porque andaban hablando el uno con el otro: -deseo volver a Egipto. También encontró desobediencia, rebelión, cuestionamiento: -Y, ¿por qué nos trajo Dios a este lugar? Mejor nos hubiéramos muerto allá en Egipto. Un pueblo irritado, un pueblo con amargura.
Dios te metió en esa tierra para ver qué había en tu corazón. Y, ¿sabe qué es lo peor del caso? Que fueron cuarenta años para que se murieran todos los viejos, porque la nueva generación venía con una mentalidad diferente, una mentalidad distinta, pero los viejos ya no creían en Dios. Los viejos preferían seguir haciendo lo mismo que hacían antes en Egipto, trabajando como burros, eso preferían ellos. Que los maltrataran, que los obligaran a hacer su trabajo a la fuerza. Y Dios dijo: -Pues hasta que se mueran todos estarán cuarenta años en el desierto sin propósito.
Lo peor de todo esto es, en realidad, pasar esos cuarenta años en el desierto y no darte cuenta que estás en un desierto, lo peor es no reaccionar. Hay un principio fundamental en todas las áreas de la vida, y es: que no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Si sigues haciendo lo mismo, vas a seguir recibiendo el mismo resultado. Cuestionaron a Dios, se quejaron de lo que tenían, exigían a Dios, cuando Dios dice: Espere con paciencia.
Salmos 27:14 (NTV): Espera con paciencia al SEÑOR; sé valiente y esforzado; sí, espera al SEÑOR con paciencia. No tome decisiones basadas en sus emociones, espérese un poquitín, espérese a que aparezca el Señor. Espere que Dios le diga: ya es tiempo.
Salmos 37:7-8 (NTV): 7Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia a que la actúe. 8No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. ¡Qué más quiere! Cualquiera que sea la situación, cualquiera que sea lo que está esperando, Espere con paciencia en el nombre del Señor, porque somos sus hijos. Acuérdate que Él es un Padre amoroso y quiere lo mejor para nosotros. Ya no sigas enojado, deja a un lado tu ira, no pierdas los estribos; eso únicamente causa daño.
Quiero explicarte algo que la experiencia nos enseña, ¿cómo funciona Dios? Los ciclos de Dios, los planes, los propósitos, las fases de Dios. Dios funciona en fases, es decir, Dios no te va a llevar a la siguiente fase si no estás preparado todavía. Así funciona el Señor, porque Dios no prepara a sus hijos para el fracaso, Dios nos prepara para la siguiente fase.
Algunos deben de hacerse esta pregunta: ¿por qué Dios me hace esperar tanto? Y Dios siempre te dio una razón para dejar pasar tiempo, para cumplir una palabra. Yo no sé, ¿cuántos de ustedes se acuerdan cuando Dios le dijo al profeta Samuel que fuera a ungir a David por rey? Samuel fue y lo ungió, pero, ¿qué era David en ese momento? Un pastorcito de ovejas, ¿usted cree que David estaba preparado para ir a sentarse al trono de Israel al siguiente día? No, pero desde que Dios te da una promesa hasta su cumplimiento tiene que pasar tiempo, porque Dios no quiere llevarte al fracaso. Dios funciona en ciclos, Él te va llevando despacio porque te va enseñando lo que cuesta la vida, te va enseñando lo que te está esperando más adelante. Todo a su tiempo, nada es casualidad en el evangelio, Dios te va llevando despacio y nos enseña a eso: a esperar con paciencia.
El problema hoy en día es, que este mundo nos ofrece un montón de cosas rápidas, lo que sea: una noche de placer, un rato de placer, todo eso el mundo te lo ofrece; pero Dios no tiene reloj, ni tiene microwave (no hace nada rápido); porque hace las cosas por fases. Porque esa madurez, en el tiempo, es la que va a utilizar Dios para que tengas éxito el resto de tu vida, en todas las áreas. Las bendiciones de Dios son muy buenas para dártelas rápidamente.
- Cuidado con estar esperando algo que Dios nunca te prometió.
Cuidado con esperar lo que Dios no te ha prometido, porque vas a estar una vida esperando, te puedes pasar la vida esperando. ¿Cuál es el problema? Que a lo mejor Dios te dijo: -No, y no le pusiste atención.
¿Qué hacer si Dios dijo no? Hay dos cosas que hacer: la primera es meterse a la palabra de Dios. Si usted no se sumerge en la palabra, nunca va a conocer la voluntad del Señor. Me gustaría que entienda algo: “la voluntad de Dios no está escondida, la voluntad de Dios es revelada para sus hijos”.
Amado hermano, no bajará un ángel del cielo que le dirá, en su habitación, cual es la voluntad de Dios; para eso Dios nos dejó su palabra. Sumérjase en las escrituras. Lea, hable con el Señor, para que Dios te hable al corazón. Busca la presencia del Dios Todopoderoso. Examina tu corazón.
Pablo tenía un aguijón en la carne, si Pablo no hubiese estado sumergido en la palabra, lo hubiese sorprendido la muerte esperando que Dios le quitara el aguijón. Pero Dios le había dicho: No Pablo, no te lo voy a quitar, acostúmbrate a ese aguijón; bástate en mi gracia. Dios sabe cómo te mantiene, debemos tener mucho cuidado de estar esperando algo que Dios nunca te prometió.
- ¿Cómo saber si actúo o sigo esperando?
Recuerda algo, en los tiempos antiguos era fácil saber ¿qué hacer? porque Dios hablaba audiblemente a las personas. Cuando Dios habló con Abraham, le dijo: -Abraham te voy a dar un hijo. Y no solo una vez, en varias oportunidades se le apareció y habló con él.
Hoy no, hoy depende de nuestra relación con el Señor. Hoy depende de ¿cuánto conocimiento tenga yo de la palabra? Es que a veces no es ni necesario tener que escuchar un culto para saber ¿cuál es la voluntad de Dios? Suficiente con conocer las sagradas escrituras, ¿me explico? Suficiente con tener valores espirituales. Si usted tiene valores espirituales, las decisiones que usted tome en su vida van a ser basadas en esos valores. Es decir, usted va a actuar en base a sus valores, y esa es una forma de agradar a Dios y de escuchar la voz del Señor. ¿Actuamos o nos quedamos como estamos? Podemos pasar una vida esperando, si no sabemos, ¿cuándo actuar?
Salmos 119:81(RV-60): Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra. Este Salmos es respuesta a las dos situaciones que hemos planteado: Cuidado con estar esperando algo que Dios nunca te prometió y ¿Cómo saber cuándo puedo actuar o debo seguir esperando? Te repito, la voluntad de Dios no está escondida, la voluntad de Dios es revelada para sus hijos. Dios te revela su voluntad pero, el asunto es, ¿dónde la vas a encontrar? En la palabra bendita, en tu comunión con el Señor.
Si usted se reúne con un grupo de amigos que están fumando, que están tomando y que están contando chistes rojos, ¿usted cree que se le va a revelar Dios ahí? (Salmos 1:1) Bienaventurado aquel que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en silla de escarnecedores. Bienaventurada esa persona. Usted tiene que entender ¿dónde Dios se le va a revelar y dónde Dios le va a hablar a su vida? Eso es lo más importante para nosotros, eso es lo que queremos, que Dios nos hable. Dios utiliza todo lo que tiene que ver con el tiempo.
Hay una narración bíblica que es extremadamente curiosa, interesante, tiene que ver con este tema del tiempo, ¿sabe cuál es? Los doce largos años que José estuvo en la cárcel. ¿Sabe qué es lo peor del caso? Que fue injustamente, pero, ¿qué aprendemos nosotros de eso? ¿Sabe qué aprendemos? Que, aunque fue injustamente a la cárcel, Dios siempre estuvo con José, siempre, nunca lo abandonó. Aunque fueron doce años encarcelado injustamente la gracia de Dios estuvo con él. Solamente estando en la cárcel fue que él se pudo haber hecho amigo del copero y del panadero del rey.
Fueron doce años que tuvo contentamiento, que no se amargó. Dios funciona en base al tiempo y aún. Cuando José salió de la cárcel y estuvo en casa de Faraón, como el segundo por encima de todo Egipto, y volvió a ver a sus hermanos, aquellos que lo habían vendido, ¿sabe qué dijo él? Dios fue el que me trajo acá, es decir, jamás perdió su fe.
Yo sé que hay personas que han estado esperando un milagro por largo tiempo, y existe la posibilidad de que se agote la fe. Es por eso que hay que alimentarla constantemente, cuando nos encontramos vulnerables hacia el mundo. Las cosas en nuestra vida no salieron de la manera como nosotros esperábamos, el mundo te ofrece mil opciones, pero Dios te dice: Espere con paciencia. Dios está trabajando, aunque usted no lo vea. Te está llevando poco a poco. Dios trabaja en fases, y está trabajando en eso. Te está llevando para que hagas su voluntad. Déjame decirle, mi querido y amado hermano, que no hay nada más agradable que vivir bajo la voluntad del Dios Todopoderoso, Amén.
Demos gracias: Padre, en esta hora venimos delante de ti para agradecerte por todos esos episodios en nuestra vida donde el tiempo ha sido un factor determinante. Tú sabes, Señor, muy bien que esperar no es la mejor virtud. Especialmente cuando esperamos por sanidad, cuando estamos esperando un milagro, cuando no vemos la salida, cuando pensamos que a lo mejor te olvidaste de nosotros. Cuando no pasa nada, tu palabra para nosotros en este día es: Espera con paciencia, tú estás trabajando, estás poniendo en orden y preparando el camino para el momento de la bendición. Señor no permitas que nuestra impaciencia, nuestra desesperación, nos haga cometer errores innecesarios que vayan a agregar más dolor y tristeza a lo que ya estamos viviendo. Queremos tomarnos de la mano contigo Señor, y pedir al Espíritu de Dios que nos guíe. Espíritu Santo, ayúdanos, bendícenos.
Mientras, todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, puede hacerlo hoy. Si usted dice: Pastor, yo quisiera entregarle mi vida a Cristo en este día, entonces haga conmigo esta oración: “Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi alma. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. Este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal”. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Bendita palabra.
Padre querido, te pido que esta palabra que hemos escuchado en este día, podamos atesorarla en nuestro corazón. Bendice a tu pueblo, llévanos con tu paz y tu bendición, en el nombre de Jesús: Amén y amén.
Iglesia, que el Señor me los bendiga.
Espere con paciencia
Noviembre 26, 2023 – 1:30PM | Juan 11:1-5/19-21 (RV-60) | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
El mensaje de esta tarde se llama: Espere con paciencia. Quiero hablar de unos, tres, casos bíblicos que nos dejan una enseñanza y tienen que ver con: el tiempo. Prestemos atención para que Dios hable a nuestro corazón. Vamos a irnos al Evangelio según San Juan capítulo 11.
Juan 11:1-5/17-21 (RV-60): 1Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de la ciudad de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos). 3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya 4ro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21Y Marta le dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. ¡Que Dios bendiga esta palabra!
Quisiera que prestemos atención a las cosas que aprendemos en este pasaje, con relación “al tiempo de Dios, al perfecto tiempo de Dios”.
Vamos a ver algunos pasajes de la biblia y vamos a extraer enseñanzas que puedan ayudar a nuestro diario vivir.
- Dios nunca llega antes. Dios nunca llega después. Dios siempre llega a tiempo, sin importar las circunstancias.
Jesús era muy amigo de Lázaro, de Marta y de María. Esta familia vivía cerca de Jerusalén, de tal manera que cada vez que Jesús descendía de Nazaret a Jerusalén pasaba por Betania y se hospedaba en casa de Lázaro, Marta y María.
Jesús estaba con sus discípulos predicando, en otra ciudad, cuando llega alguien (un mensajero) y le dice: -Señor, tu amigo, al que tú amas tanto, está enfermo. A lo mejor, Jesús le dijo: –Ah bueno, dígale que en estos días paso por allá. -No Señor, está grave. Dice la escritura que: Jesús se quedó unos días más donde estaba, al punto que cuando llegó a Betania Lázaro había muerto y estaban celebrando el funeral. La casa estaba llena de amigos, dolientes y personas que habían ido a darle el sentido pésame a Marta y María; Lázaro ya tenía cuatro días de haber muerto.
¿Puede imaginar a Marta y a María, desde que mandaron a llamar a Jesús, mirando por la ventana a ver si venía el maestro? Con la gran ilusión: que, si Jesús hubiera estado en ese lugar, su hermano no hubiera muerto.
Yo no sé, ¿cuántos de nosotros estamos esperando algo de parte de Dios? ¿Esperando un milagro, esperando que Dios mueva las aguas, esperando que algo suceda en nuestra vida, esperando su príncipe azul?
Esperar en Dios no es fácil, porque a veces pensamos que Dios tarda mucho. El mensaje se llama: Espere con paciencia.
Salmos 40:1-2 (NTV): 1Con paciencia esperé que el SEÑOR me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor. 2Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó. ¿Yo no sé cuántos de ustedes se consideran pacientes? En el tráfico, hoy en día, ¿quién es paciente? Si es súper complicado llegar a cualquier lugar hoy en día.
¿A qué horas llegó Jesús a la casa de Lázaro? Ni antes, ni después, llegó a tiempo; porque para Dios no hay nada imposible. Entonces, ¿qué nos preocupa? ¿qué el tiempo pasa? El tiempo siempre va a pasar. Muchos pensamos que Dios tiene todo, pero la experiencia y la vida nos ha enseñado que hay algo que Dios no tiene y es: reloj.
Jesús se quedó dos días más, y Él dijo: para la gloria de Dios se ha enfermado Lázaro.
- Cuando se trata del tiempo, Dios hace las cosas a su manera y no a nuestra manera.
Isaías 55:8-9 (RV-60): 8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Es decir, Dios hace las cosas a su manera.
¿Qué hubiera hecho usted, en el lugar de Jesús, si le dan la noticia que Lázaro está enfermo, que se está muriendo? Como humanos, hubiéramos dejado de hacer lo que estamos haciendo y, comenzamos a correr; pero es que Dios no hace las cosas así. A Dios no lo saca corriendo nadie, en absoluto. Jesús no salió corriendo, Jesús llegó cuatro días después.
Cuatro días “tarde”; pero esa palabra “tarde” es para nosotros no para Él. Jesús llegó a tiempo. Y esta es una esperanza para cada uno de nosotros, Jesús va a llegar a tiempo; pero eso sí: hay que esperar con paciencia.
Otra ilustración bíblica que tiene que ver con el tiempo, la promesa a Abraham.
Génesis 12:2 (RV-60): Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás de bendición.
Cuando Dios se le apareció Abraham, Abraham tenía 75 años y Sara 65 años. Dios le dice Abraham que salga de su aposento y que vea las estrellas. Abraham va y afirma que son muchas e incontables, y Dios le dice: -Así será tu descendencia, como las estrellas del cielo. Mire, ¡qué promesa la que Dios le dio a Abraham! Pero la promesa incluía también a Sara, la esposa de Abraham. Resulta que, después de pasados 10 años, ahora tenemos a Abraham de 85 y a Sara de 75, pero la promesa sigue ahí, no se ha cumplido aún. El mensaje de hoy se llama: Espere con paciencia, pero este sermón sería para Sara porque ella no podía esperar, y se le ocurre una idea (le dice a su esposo): -Quiero que tomes a mi sierva, a mi esclava, y te acuestes con ella. La Biblia no aclara si Abraham pudo tener una conversación con Sara y decirle: –Oye Sara, ¿por qué no esperamos con paciencia?
- Cuidado con las malas decisiones mientras esperamos en Dios.
¿Cómo se llama el sermón? Espere con paciencia. El peor enemigo mientras esperamos es: la desesperación o la impaciencia. La desesperación fue la que llevó a Sara a pensar en ideas, cuando Dios no había hablado nada de eso.
Hay una cosa bien importante que hay que notar: En el proceso Dios está viendo tu paciencia, porque lo ve todo, pero también está viendo tu desesperación. Y como Él es Dios, conoce a sus hijos porque Él es Padre. Me imagino que Dios debe decir: -este ya la va a regar, porque no sabe esperar; pero Dios se queda callado. La experiencia de la vida nos ha enseñado que, cada decisión que tomamos sin la aprobación de Dios, traerá sus consecuencias. Si Dios te dice: Espere con paciencia, ¿qué es lo que hay que hacer? Esperar con paciencia.
Dios no va a dejar de amarte porque tomes malas decisiones, pero las consecuencias las vas a sufrir. Es igual que los padres cuando ven a nuestros hijos que toman malas decisiones, ¿usted cree que los dejamos de amar? Claro que no, a los hijos no se les deja de amar, pero las consecuencias las tienen que sufrir, las tienen que pagar. Y este fue el caso, porque Sarita no tuvo la paciencia de saber esperar. Así que: Cuidado con las malas decisiones, mientras esperamos en Dios.
Hay otra ilustración que me llama mucho la atención y hemos hablado en cantidad de veces sobre ella: tiene que ver con Israel dándole vueltas al desierto por 40 largos años sin llegar a ningún lado.
Mientras preparaba este mensaje, yo me imaginaba al pueblo levantarse para caminar, ¿para dónde? Eso suele ser el mismo caso de aquellas personas que trabajan para comer, y comen para trabajar. Es que no hay ningún propósito en la vida, o sea, es para pasar el día. No hay un propósito en sus vidas, en su familia, no hay algo que completar para darle Gloria a Dios.
¿Por qué el pueblo de Israel caminó por caminar? Porque el pueblo ignoró algo.
Deuteronomio 8: 2(RV-60): 2Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Dios es el que sabe si vamos a obedecer o no vamos a obedecer. Dios es el que sabe si vamos a guardar su mandamiento o no lo vamos a guardar.
Y metió al pueblo en el desierto por cuarenta años y dijo Dios: ¡vamos a ver qué pasa aquí, caminen! ¿Y qué fue lo que encontró Dios? Quejas, chismes. Porque andaban hablando el uno con el otro: -deseo volver a Egipto. También encontró desobediencia, rebelión, cuestionamiento: -Y, ¿por qué nos trajo Dios a este lugar? Mejor nos hubiéramos muerto allá en Egipto. Un pueblo irritado, un pueblo con amargura.
Dios te metió en esa tierra para ver qué había en tu corazón. Y, ¿sabe qué es lo peor del caso? Que fueron cuarenta años para que se murieran todos los viejos, porque la nueva generación venía con una mentalidad diferente, una mentalidad distinta, pero los viejos ya no creían en Dios. Los viejos preferían seguir haciendo lo mismo que hacían antes en Egipto, trabajando como burros, eso preferían ellos. Que los maltrataran, que los obligaran a hacer su trabajo a la fuerza. Y Dios dijo: -Pues hasta que se mueran todos estarán cuarenta años en el desierto sin propósito.
Lo peor de todo esto es, en realidad, pasar esos cuarenta años en el desierto y no darte cuenta que estás en un desierto, lo peor es no reaccionar. Hay un principio fundamental en todas las áreas de la vida, y es: que no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Si sigues haciendo lo mismo, vas a seguir recibiendo el mismo resultado. Cuestionaron a Dios, se quejaron de lo que tenían, exigían a Dios, cuando Dios dice: Espere con paciencia.
Salmos 27:14 (NTV): Espera con paciencia al SEÑOR; sé valiente y esforzado; sí, espera al SEÑOR con paciencia. No tome decisiones basadas en sus emociones, espérese un poquitín, espérese a que aparezca el Señor. Espere que Dios le diga: ya es tiempo.
Salmos 37:7-8 (NTV): 7Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia a que la actúe. 8No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. ¡Qué más quiere! Cualquiera que sea la situación, cualquiera que sea lo que está esperando, Espere con paciencia en el nombre del Señor, porque somos sus hijos. Acuérdate que Él es un Padre amoroso y quiere lo mejor para nosotros. Ya no sigas enojado, deja a un lado tu ira, no pierdas los estribos; eso únicamente causa daño.
Quiero explicarte algo que la experiencia nos enseña, ¿cómo funciona Dios? Los ciclos de Dios, los planes, los propósitos, las fases de Dios. Dios funciona en fases, es decir, Dios no te va a llevar a la siguiente fase si no estás preparado todavía. Así funciona el Señor, porque Dios no prepara a sus hijos para el fracaso, Dios nos prepara para la siguiente fase.
Algunos deben de hacerse esta pregunta: ¿por qué Dios me hace esperar tanto? Y Dios siempre te dio una razón para dejar pasar tiempo, para cumplir una palabra. Yo no sé, ¿cuántos de ustedes se acuerdan cuando Dios le dijo al profeta Samuel que fuera a ungir a David por rey? Samuel fue y lo ungió, pero, ¿qué era David en ese momento? Un pastorcito de ovejas, ¿usted cree que David estaba preparado para ir a sentarse al trono de Israel al siguiente día? No, pero desde que Dios te da una promesa hasta su cumplimiento tiene que pasar tiempo, porque Dios no quiere llevarte al fracaso. Dios funciona en ciclos, Él te va llevando despacio porque te va enseñando lo que cuesta la vida, te va enseñando lo que te está esperando más adelante. Todo a su tiempo, nada es casualidad en el evangelio, Dios te va llevando despacio y nos enseña a eso: a esperar con paciencia.
El problema hoy en día es, que este mundo nos ofrece un montón de cosas rápidas, lo que sea: una noche de placer, un rato de placer, todo eso el mundo te lo ofrece; pero Dios no tiene reloj, ni tiene microwave (no hace nada rápido); porque hace las cosas por fases. Porque esa madurez, en el tiempo, es la que va a utilizar Dios para que tengas éxito el resto de tu vida, en todas las áreas. Las bendiciones de Dios son muy buenas para dártelas rápidamente.
- Cuidado con estar esperando algo que Dios nunca te prometió.
Cuidado con esperar lo que Dios no te ha prometido, porque vas a estar una vida esperando, te puedes pasar la vida esperando. ¿Cuál es el problema? Que a lo mejor Dios te dijo: -No, y no le pusiste atención.
¿Qué hacer si Dios dijo no? Hay dos cosas que hacer: la primera es meterse a la palabra de Dios. Si usted no se sumerge en la palabra, nunca va a conocer la voluntad del Señor. Me gustaría que entienda algo: “la voluntad de Dios no está escondida, la voluntad de Dios es revelada para sus hijos”.
Amado hermano, no bajará un ángel del cielo que le dirá, en su habitación, cual es la voluntad de Dios; para eso Dios nos dejó su palabra. Sumérjase en las escrituras. Lea, hable con el Señor, para que Dios te hable al corazón. Busca la presencia del Dios Todopoderoso. Examina tu corazón.
Pablo tenía un aguijón en la carne, si Pablo no hubiese estado sumergido en la palabra, lo hubiese sorprendido la muerte esperando que Dios le quitara el aguijón. Pero Dios le había dicho: No Pablo, no te lo voy a quitar, acostúmbrate a ese aguijón; bástate en mi gracia. Dios sabe cómo te mantiene, debemos tener mucho cuidado de estar esperando algo que Dios nunca te prometió.
- ¿Cómo saber si actúo o sigo esperando?
Recuerda algo, en los tiempos antiguos era fácil saber ¿qué hacer? porque Dios hablaba audiblemente a las personas. Cuando Dios habló con Abraham, le dijo: -Abraham te voy a dar un hijo. Y no solo una vez, en varias oportunidades se le apareció y habló con él.
Hoy no, hoy depende de nuestra relación con el Señor. Hoy depende de ¿cuánto conocimiento tenga yo de la palabra? Es que a veces no es ni necesario tener que escuchar un culto para saber ¿cuál es la voluntad de Dios? Suficiente con conocer las sagradas escrituras, ¿me explico? Suficiente con tener valores espirituales. Si usted tiene valores espirituales, las decisiones que usted tome en su vida van a ser basadas en esos valores. Es decir, usted va a actuar en base a sus valores, y esa es una forma de agradar a Dios y de escuchar la voz del Señor. ¿Actuamos o nos quedamos como estamos? Podemos pasar una vida esperando, si no sabemos, ¿cuándo actuar?
Salmos 119:81(RV-60): Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra. Este Salmos es respuesta a las dos situaciones que hemos planteado: Cuidado con estar esperando algo que Dios nunca te prometió y ¿Cómo saber cuándo puedo actuar o debo seguir esperando? Te repito, la voluntad de Dios no está escondida, la voluntad de Dios es revelada para sus hijos. Dios te revela su voluntad pero, el asunto es, ¿dónde la vas a encontrar? En la palabra bendita, en tu comunión con el Señor.
Si usted se reúne con un grupo de amigos que están fumando, que están tomando y que están contando chistes rojos, ¿usted cree que se le va a revelar Dios ahí? (Salmos 1:1) Bienaventurado aquel que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en silla de escarnecedores. Bienaventurada esa persona. Usted tiene que entender ¿dónde Dios se le va a revelar y dónde Dios le va a hablar a su vida? Eso es lo más importante para nosotros, eso es lo que queremos, que Dios nos hable. Dios utiliza todo lo que tiene que ver con el tiempo.
Hay una narración bíblica que es extremadamente curiosa, interesante, tiene que ver con este tema del tiempo, ¿sabe cuál es? Los doce largos años que José estuvo en la cárcel. ¿Sabe qué es lo peor del caso? Que fue injustamente, pero, ¿qué aprendemos nosotros de eso? ¿Sabe qué aprendemos? Que, aunque fue injustamente a la cárcel, Dios siempre estuvo con José, siempre, nunca lo abandonó. Aunque fueron doce años encarcelado injustamente la gracia de Dios estuvo con él. Solamente estando en la cárcel fue que él se pudo haber hecho amigo del copero y del panadero del rey.
Fueron doce años que tuvo contentamiento, que no se amargó. Dios funciona en base al tiempo y aún. Cuando José salió de la cárcel y estuvo en casa de Faraón, como el segundo por encima de todo Egipto, y volvió a ver a sus hermanos, aquellos que lo habían vendido, ¿sabe qué dijo él? Dios fue el que me trajo acá, es decir, jamás perdió su fe.
Yo sé que hay personas que han estado esperando un milagro por largo tiempo, y existe la posibilidad de que se agote la fe. Es por eso que hay que alimentarla constantemente, cuando nos encontramos vulnerables hacia el mundo. Las cosas en nuestra vida no salieron de la manera como nosotros esperábamos, el mundo te ofrece mil opciones, pero Dios te dice: Espere con paciencia. Dios está trabajando, aunque usted no lo vea. Te está llevando poco a poco. Dios trabaja en fases, y está trabajando en eso. Te está llevando para que hagas su voluntad. Déjame decirle, mi querido y amado hermano, que no hay nada más agradable que vivir bajo la voluntad del Dios Todopoderoso, Amén.
Demos gracias: Padre, en esta hora venimos delante de ti para agradecerte por todos esos episodios en nuestra vida donde el tiempo ha sido un factor determinante. Tú sabes, Señor, muy bien que esperar no es la mejor virtud. Especialmente cuando esperamos por sanidad, cuando estamos esperando un milagro, cuando no vemos la salida, cuando pensamos que a lo mejor te olvidaste de nosotros. Cuando no pasa nada, tu palabra para nosotros en este día es: Espera con paciencia, tú estás trabajando, estás poniendo en orden y preparando el camino para el momento de la bendición. Señor no permitas que nuestra impaciencia, nuestra desesperación, nos haga cometer errores innecesarios que vayan a agregar más dolor y tristeza a lo que ya estamos viviendo. Queremos tomarnos de la mano contigo Señor, y pedir al Espíritu de Dios que nos guíe. Espíritu Santo, ayúdanos, bendícenos.
Mientras, todos oramos. Si usted nunca antes ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, puede hacerlo hoy. Si usted dice: Pastor, yo quisiera entregarle mi vida a Cristo en este día, entonces haga conmigo esta oración: “Señor Jesús, en este día te entrego mi corazón, te entrego mi alma. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. Este día te recibo como mi Señor y mi Salvador personal”. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su Bendita palabra.
Padre querido, te pido que esta palabra que hemos escuchado en este día, podamos atesorarla en nuestro corazón. Bendice a tu pueblo, llévanos con tu paz y tu bendición, en el nombre de Jesús: Amén y amén.
Iglesia, que el Señor me los bendiga.