Filisteo Incircunciso
Octubre 13, 2024 – 2:00PM | 1 Samuel 17:42-50 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Quisiera que usted pueda decir conmigo las siguientes dos palabras: Filisteo incircunciso, ese es el título del mensaje de esta tarde.
1Samuel 17: 42-50 (RV-60): 42Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. 48Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. ¡Que Dios bendiga esta palabra!
Los filisteos fueron enemigos acérrimos de Israel. Los filisteos eran un ejército bélico, agresivo, violento; además eran idólatras. Si usted lee la Biblia desde Génesis capítulo 10 aparecen los filisteos, y los encuentra desde Génesis hasta el libro de Zacarías. Vale la pena mencionar que, los filisteos fueron usados por Dios para castigar al pueblo de Israel cuando Israel se portaba mal. Los israelitas se referían a los filisteos como: filisteos incircuncisos, para demostrar que los filisteos no eran parte del pueblo de Dios.
Quisiera mencionar rápidamente, unos eventos en la Biblia, que tienen que ver con los filisteos. Usted quizás los conozca, pero tal vez no los ha puesto en orden.
1Samuel 4:10-11 (RV-60): 10Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. 11Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees. Los filisteos capturaron el arca del pacto y lo pusieron en el templo de Dagón, el dios de los filisteos, y ¿qué fue lo que pasó? Al siguiente día en la mañana cuando fueron a revisar, resulta que Dagón estaba postrado delante del arca del pacto, y pusieron a Dagón en su lugar. Fueron el siguiente día en la mañana, y volvieron a encontrar a Dagón que estaba postrado ante el arca del pacto de Jehová.
Jueces 13:1(RV-60): 1Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en manos de los filisteos por cuarenta largos años. Israel fue un pueblo desobediente y Dios lo castigó por cuarenta largos años Y ¿a quién usó Dios? A los filisteos.
El rey Saúl para entregarle a su hija Mical a David le dijo: te la entrego, pero con una condición, quiero que me traigas cien prepucios de 100 filisteos. Y David bien mandado fue y le trajo el prepucio de 200 filisteos.
Jueces 15:15-16 (RV-60): 15Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres. 16Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres. Sansón mató a 1000 hombres con la quijada de un asno (burro) y fueron filisteos también. Sansón se casó con una filistea, Dalila, que quería saber en qué consistía la fuerza de Sansón; hasta que lo traicionó con los filisteos. Los filisteos le sacaron los ojos a Sansón, lo ataron con cadenas y lo hicieron trabajar en la cárcel. Dice la Biblia que fue llevado al templo de los filisteos donde adoraban dioses paganos; y Sansón pidió que lo pusieran entre las dos columnas. Dice la palabra del Señor que en la parte alta del templo había tres mil filisteos (no sabemos cuántos había en la parte baja) y que Dios le dio fuerza a Sansón para derribar las columnas. Y termina diciendo la palabra del Señor que, en ese día Sansón mató más filisteos que lo que había matado en toda su vida.
Hoy en día no existen más los filisteos, lo único que quedó es lo que se conoce como Palestina, esa fue el área donde ellos vivieron hace muchísimo tiempo; eso para que tenga una idea. Por eso el mensaje se llama Filisteo incircunciso.
Es probable que, en este día, usted tenga en su vida un filisteo; Israel tenía el suyo. Este filisteo representa un problema que nos quita el sueño, una situación que nos causa miedo, un desafío fuera de nuestras manos, una batalla que nos hace dudar en nuestro diario caminar, una preocupación que perturba nuestra alma, una dificultad que nos hace desmayar, un conflicto interno que nos incomoda, que a veces nos humilla y nos desalienta. Puede ser un vicio, puede ser una pasión, puede ser un defecto, puede ser una adicción que no podemos conquistar. Un filisteo es un gigante que nos roba la paz, que nos roba la tranquilidad.
Israel tenía un filisteo que lo humillaba.
1 Samuel 17:4 (NTV): 4Luego Goliat, un campeón filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos para enfrentarse a las fuerzas de Israel. ¡Medía casi tres metros de altura! ¡Estaba grande este hombre!
1Samuel 17: 4(RV-60): 4Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.
1Samuel 17:11 (RV-60): 11Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo. Hermano, ¿usted ha tenido miedo alguna vez? ¿Alguna situación le ha causado miedo a usted en la vida? Saúl era el rey hermanos, el rey suele ser el comandante en jefe de los escuadrones. El comandante en jefe de un ejército, es como un presidente de un país; y si Saúl siendo rey tenía miedo, imagínese el pueblo.
1Samuel 17:16 (RV-60): 16Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días. El filisteo salía, mañana y tarde, a desafiar a los israelitas durante cuarenta días. ¡Qué prueba! Y lo peor del caso es, que usted ya sabe qué es lo que va a pasar mañana: va a encontrarse a un gigantón de 3m frente a usted que lo va a humillar, que le dirá miedoso, que lo va a destruir.
1Samuel 17:24 (NVI): 24Cada vez que los israelitas veían a Goliat huían despavoridos. ¿Se puede imaginar usted eso? Para que tenga una idea: el pueblo tenía miedo, el ejército tenía miedo, el rey Saúl tenía miedo.
La vida cristiana es una lucha constante, y nosotros los creyentes somos llamados a luchar con nuestros gigantes todos los días. Yo no sé cuál es el filisteo que le está robando la paz a usted. Yo no sé cuál es el filisteo que le está robando el gozo, que le está robando la tranquilidad; pero, ese filisteo se levanta, le grita, quiere robarle la moral, te intimida, te paraliza. Su tamaño causa pánico, espanto, terror. El filisteo Goliat provocó que un pueblo completo demostrara el espíritu de cobardía. ¿Alguna vez se ha sentido usted esa manera?
Pero aparece David. David era un hombre de desierto. David era el hombre del arpa, era músico, era escritor. Pero principalmente, mis queridos y amados hermanos, David sabía en quién había creído. David sabía que Dios es todopoderoso. David había experimentado el poder y la fuerza de Jehová. La Biblia dice que David había peleado con osos y con leones. David tenía una actitud diferente confiaba en Jehová.
1 Samuel 17:36 (RV-60): Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Yo me imagino que cuando dijo esas palabras sentía rabia. David tenía una actitud diferente.
Yo no sé, si usted está batallando con algún filisteo incircunciso en este momento; que lo humilla cada día, que lo hace sentir mal, que lo hace dudar. Yo sé que hay personas que están esperando sus documentos, y cada vez que visitan a su abogado no reciben una buena noticia. Hay situaciones complicadas, difíciles. Hace poco yo le preguntaba al hermano Daniel: ¿Su esposa Glenda sintió algún síntoma cuando estaban en El Salvador? Él me decía: no pastor, mi esposa se comenzó a sentir mal cuando llegamos acá. Fue un cáncer desgarrador, agresivo, por completo. Los primeros días que la hermana Glenda estaba en el hospital, yo vi a la hermana con una fe, ¡pero con una fe!, que yo dije: “Señor honra la fe de esta mujer, hónrala”. Fíjate que yo salí fortalecido de esa visita; ese día yo dije honra la fe de esta hermana, porque ella sabe en quién ha creído. Lastimosamente, con el correr de los días la situación se fue poniendo un poquito más complicada, y más complicada, y más complicada. Y eso va doblegando, quieras o no, tu fe. Ese es el filisteo incircunciso que está ahí, que te está doblegando cada día. Y usted siente que no puede hacer absolutamente nada, porque la solución está simple y sencillamente fuera de nuestras manos. Antes de viajar estuve visitando a la hermana Glenda (cuando ya no se podía visitar) y me dio mucho gusto porque fue la última sonrisa que vi en sus labios. Yo le dije: ¿Sabe qué? Vi el domingo pasado a Isabela corriendo en el jardín de la iglesia jugando con sus amiguitas. Y ese mismo día yo había visto a Luis tocando la guitarra, y mientras la tocaba, ¡estaba danzando! Yo le conté a ella, y me dijo: Mi hijo se goza cuando sirve al Señor. Ella con una gran sonrisa, muy alegre de saber que sus hijos estaban en los caminos del Señor. Y lo decía con gozo, con alegría. ¡Qué bendición! ¡Qué bendición! No vamos a poder vencer a este filisteo incircunciso si no confiamos en Dios. Nuestra fe tiene que estar por encima de todas las cosas.
Es muy probable que al final, no es lo que nosotros queríamos, pero lo maravilloso de la situación es que, ese filisteo en circunciso se va a acabar un día. Repito: no sé qué será lo que usted esté batallando en este instante, no sé qué será ese problema económico, esa renta que no ha pagado por dos o tres meses, ese jefe que tiene ahí en su trabajo que le está carcomiendo los huesos y usted no puede dejar el trabajo porque lo necesita. Esa situación complicada de un hijo que está metido en drogas, ese problema de su marido que llega con alcohol todos los días de su trabajo, o que lo despidieron tres, cuatro o cinco veces; no sé qué será ese gigante incircunciso que tenemos enfrente. Podrá ser quizá una deuda de 7 millones de dólares, ¡Filisteo desgraciado, que quita el sueño y que te hace levantar en la madrugada a pensar! Ese filisteo que se aprovecha de su altura, se aprovecha de su fuerza, y de que usted tiene su miedo. El rey Saúl tenía temor y todo su ejército tenía temor. Se puede imaginar que si tenían que mandar a un soldado todos los días a donde estaba este filisteo incircunciso, ¿usted cree que había voluntarios?
Yo puedo imaginar la escena, yo puedo imaginar a ese gigante de 3m y al pequeño David un chamaquito de 17 años, flaco, solo con una honda y unas piedras para enfrentar a ese gigante con una gran armadura, se trata de la actitud. No nos podemos someter al dominio del filisteo, no señor.
1Samuel 17:43-44(RV-60): 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Hermano eso es para ponerse a llorar. Pero David no se dejó intimidar; porque se trata de la actitud. David sabía en quién había creído. No podemos someternos al dominio de ningún filisteo. Si grita, déjelo que grite, si ruge déjelo que ruja, déjelo que hable, pero no se deje intimidar porque usted tiene a Dios de su lado. La Biblia nos enseña que somos mayoría, si tenemos el respaldo del Señor, no se deje doblegar no importa lo que sea.
Esto me lleva a una conclusión, y hago una pregunta: ¿Qué sabía David en ese instante? ¿Qué sabía David? Quiero mencionarle diez cosas que David sabía, y que nosotros sabemos perfectamente bien.
1.) Dios es fiel y siempre nos ayuda. No estoy diciendo que las cosas van a salir como usted y yo queremos, no señor, pero Él es fiel y siempre nos ayuda. Dios jamás nos ha dicho: -Vea usted cómo hace-. Dios dice: “Yo te ayudo, no temas, no desmayes, yo te ayudo. Siempre te voy a sostener con la diestra de mi justicia”. Busque a Dios, adore a Dios y exalte a Dios. Dele la honra que Él merece, demuéstrale que lo ama, a Él, más de lo que usted ama el mundo. David sabía eso, David sabía que Dios es fiel y que siempre nos ayuda bajo cualquier circunstancia.
2.) David sabía que el arma más poderosa es el nombre de Jehová. Tú vienes con espada, vienes con lanza, viene con jabalina, y qué dijo David: “Yo vengo en el nombre de Jehová, Dios de los ejércitos”. Pelee sus batallas en el nombre de Jehová, en el nombre del Señor, no ande con cuestiones de venganza, pelee en el nombre de Jehová y me cuenta.
3.) David sabía tenemos al Espíritu Santo que nos da la fuerza. Sabemos que el filisteo intimida, te acecha, pero tenemos al Espíritu de Dios que nos da la fuerza. Somos humanos y vamos a sentir miedo en algún momento en nuestra vida, pero Dios es bueno. Yo les he contado, que he tenido situaciones en mi vida, donde he creído que es el fin. Una vez fue en un avión, donde hubo una tremenda turbulencia que pensé que se caía el avión. Comencé a hacer una oración y dije: Señor, mis hijos, mi familia… Y Dios me habló al corazón y me dijo: ¿Tú piensas que yo no puedo cuidar a tus hijos mejor de lo que lo cuidas tú? Cuando la pandemia en 2020, también estuve a punto de partir. Y para el ataque al corazón, se me apareció este filisteo incircunciso en el camino y yo dije: Y si me muero, ¿quién va a pagar la deuda? Ese filisteo te mete miedo y te pone a dudar. David sabía que el filisteo te intimida, te acecha, pero los creyentes tenemos al Espíritu Santo que nos fortalece.
4.) David sabía que nadie puede provocar a Dios y no pagar el precio. David le dijo al filisteo: tú has venido a provocar a Jehová Dios de los escuadrones de Israel, nadie puede provocar a Dios y no pagar las consecuencias.
5.) David sabía que no es necesario un traje especial ni una espada para ganar nuestras batallas. Nuestras batallas las ganamos en el nombre de Jesús, con oración, con alabanza, con adoración y honrando el nombre de Dios, que es digno. Así se ganan las batallas, así se vencen a los filisteos incircuncisos.
6.) David sabía que, así como Dios lo había librado en otras oportunidades lo volvería a librar en ese momento. David dijo claramente: yo he peleado con osos, he peleado con leones y Dios me ha dado la batalla; de tal manera que, así como Dios te ha librado de una y de otra, te va a librar del filisteo incircunciso que tienes por delante.
7.) David sabía que cuando usted honra a Dios, Dios lo honra a usted.
1Samuel 17:45-46 (RV-60): 45Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Fíjate que David no está hablando de las hazañas que él ha hecho con bestias a las que se ha enfrentado; David le está dando la honra a Dios. Cuando usted honra a Dios, Dios lo honra también a usted.
8.) David sabía que no ha nacido el incircunciso que se burle de Dios y no pague las consecuencias.
No ha nacido aún quien se burle de Dios sin pagar la consecuencia; y este gigantón mucho menos.
9.) David sabía que para Dios no hay nada imposible.
El rey Saúl y el pueblo de Israel creían que el filisteo era invencible, pero David creía que para Dios no hay nada imposible. Hermano, escuche esto: Nada hay imposible para Dios, y a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien.
10.) David sabía que al filisteo incircunciso hay que cortarle la cabeza, porque si no se la cortas va a regresar.
Si usted se fija en la historia, David lanzó una piedra y le dio en la frente al filisteo incircunciso, el filisteo cayó sobre su rostro, pero estaba vivo. Dice la palabra que David salió corriendo, le quitó la espada al mismo filisteo, y le cortó la cabeza. Mis queridos y amados hermanos, hay situaciones en la vida que tienen que cortarse de raíz.
Alejandro Galeano cuando vino a predicar aquí hace unos 30 años más o menos (hoy él está en la presencia del Señor), nos contó una historia que a mí se me quedó grabada. Dice que una familia tenía un perrito y había un niño que estaba extremadamente encariñado con el perro; pero el perro se murió un día. Después de varias horas el hijo le preguntó al papá: ¿qué vamos a hacer con el perro? Lo vamos a enterrar. El hijo dijo: No, no, hay que enterrarlo, vamos a dejarlo para que yo pueda acariciarlo. El padre le dice: no se puede, hay que enterrar al perro porque va a heder muchísimo. Pero el niño insistió y el papá accedió a enterrarle una parte del cuerpo y dejarle la cola afuera, para que su hijo le acariciara la cola; y así darle una lección al niño. Los primeros días el niño acariciaba todos los días la cola del perro, pero según pasaban los días, aumentaba el mal olor. Llegó el momento que el niño no podía acercarse al lugar donde estaba su perro enterrado por el mal olor que había. La enseñanza del pastor era: si vas a enterrar el perro, que sea completo. Hay cosas que tienen que desaparecer desde la raíz, porque si las dejas vivas van a volver mal y te van a seguir fastidiando la vida el resto de tus días.
Mi querido y amado hermano, no importa que tenga un filisteo incircunciso frente a usted; en el nombre de Jesucristo todas las cosas son posibles. No se canse de luchar, no se canse de luchar, no se canse de luchar, que en el nombre de Dios vamos a salir adelante. Amén
Padre, te damos gracias Señor en esta tarde por tu palabra. Señor estamos batallando con muchas cosas y, algunas veces da la impresión que se levantan filisteos incircuncisos delante de nosotros que nos atemorizan, que se burlan de nosotros, y que nos parece que nos van a vencer; pero hemos aprendido que tú estás con nosotros, que has prometido cuidarnos, has prometido luchar batallas por nosotros. Sabemos que tú eres fiel, que has prometido ayudarnos en todas nuestras situaciones y nuestras circunstancias. Podremos sentir temor algún día, pero, tenemos al Espíritu de Dios que nos fortalece. Que el nombre de Dios es grande. Que cuando un creyente honra a Dios, Dios, honra a ese creyente. En este día mi Señor, este pueblo, esta iglesia te da a ti la honra y la gloria. Señor honramos tu nombre porque a lo largo de 36 años se nos han presentado una cantidad de filisteos incircuncisos, y por tu gracia y por tu misericordia nos has dado vida Señor. Te alabamos, tu pueblo se goza en tu presencia en este día. Hay gratitud en nuestros corazones, que inunda nuestra alma, inunda nuestro ser al recordar cada batalla, cada situación Padre. Tu nombre en este púlpito siempre ha sido levantado, tu nombre siempre ha sido exaltado, ¡Bendito seas tú por la eternidad!
Mientras todos oramos, si hay alguna persona con nosotros en esta tarde que dice: Pastor, yo necesito a Dios, yo estoy enfrentando a esos filisteos incircuncisos en mi vida. Yo necesito la fuerza del Padre Celestial. Necesito la ayuda del Dios Todopoderoso, comience invitando a Cristo a venir a su vida, a su corazón. Yo le invito, ahí donde está, para que haga esta oración conmigo: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón. Te entrego mi vida. Te entrego mi alma. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por poner tu cuerpo. Gracias por derramar tu sangre preciosa para el perdón de mis pecados. En este día me entrego a ti. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Señor gracias por tanta bondad. Despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús Amén y amén. ¡Bendiciones a todos!
Filisteo Incircuncizo
Octubre 13, 2024 – 2:00PM | 1 Samuel 17:42-50 | Dr. David Rodríguez
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Quisiera que usted pueda decir conmigo las siguientes dos palabras: Filisteo incircunciso, ese es el título del mensaje de esta tarde.
1Samuel 17: 42-50 (RV-60): 42Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. 48Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. ¡Que Dios bendiga esta palabra!
Los filisteos fueron enemigos acérrimos de Israel. Los filisteos eran un ejército bélico, agresivo, violento; además eran idólatras. Si usted lee la Biblia desde Génesis capítulo 10 aparecen los filisteos, y los encuentra desde Génesis hasta el libro de Zacarías. Vale la pena mencionar que, los filisteos fueron usados por Dios para castigar al pueblo de Israel cuando Israel se portaba mal. Los israelitas se referían a los filisteos como: filisteos incircuncisos, para demostrar que los filisteos no eran parte del pueblo de Dios.
Quisiera mencionar rápidamente, unos eventos en la Biblia, que tienen que ver con los filisteos. Usted quizás los conozca, pero tal vez no los ha puesto en orden.
1Samuel 4:10-11 (RV-60): 10Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. 11Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees. Los filisteos capturaron el arca del pacto y lo pusieron en el templo de Dagón, el dios de los filisteos, y ¿qué fue lo que pasó? Al siguiente día en la mañana cuando fueron a revisar, resulta que Dagón estaba postrado delante del arca del pacto, y pusieron a Dagón en su lugar. Fueron el siguiente día en la mañana, y volvieron a encontrar a Dagón que estaba postrado ante el arca del pacto de Jehová.
Jueces 13:1(RV-60): 1Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en manos de los filisteos por cuarenta largos años. Israel fue un pueblo desobediente y Dios lo castigó por cuarenta largos años Y ¿a quién usó Dios? A los filisteos.
El rey Saúl para entregarle a su hija Mical a David le dijo: te la entrego, pero con una condición, quiero que me traigas cien prepucios de 100 filisteos. Y David bien mandado fue y le trajo el prepucio de 200 filisteos.
Jueces 15:15-16 (RV-60): 15Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres. 16Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres. Sansón mató a 1000 hombres con la quijada de un asno (burro) y fueron filisteos también. Sansón se casó con una filistea, Dalila, que quería saber en qué consistía la fuerza de Sansón; hasta que lo traicionó con los filisteos. Los filisteos le sacaron los ojos a Sansón, lo ataron con cadenas y lo hicieron trabajar en la cárcel. Dice la Biblia que fue llevado al templo de los filisteos donde adoraban dioses paganos; y Sansón pidió que lo pusieran entre las dos columnas. Dice la palabra del Señor que en la parte alta del templo había tres mil filisteos (no sabemos cuántos había en la parte baja) y que Dios le dio fuerza a Sansón para derribar las columnas. Y termina diciendo la palabra del Señor que, en ese día Sansón mató más filisteos que lo que había matado en toda su vida.
Hoy en día no existen más los filisteos, lo único que quedó es lo que se conoce como Palestina, esa fue el área donde ellos vivieron hace muchísimo tiempo; eso para que tenga una idea. Por eso el mensaje se llama Filisteo incircunciso.
Es probable que, en este día, usted tenga en su vida un filisteo; Israel tenía el suyo. Este filisteo representa un problema que nos quita el sueño, una situación que nos causa miedo, un desafío fuera de nuestras manos, una batalla que nos hace dudar en nuestro diario caminar, una preocupación que perturba nuestra alma, una dificultad que nos hace desmayar, un conflicto interno que nos incomoda, que a veces nos humilla y nos desalienta. Puede ser un vicio, puede ser una pasión, puede ser un defecto, puede ser una adicción que no podemos conquistar. Un filisteo es un gigante que nos roba la paz, que nos roba la tranquilidad.
Israel tenía un filisteo que lo humillaba.
1 Samuel 17:4 (NTV): 4Luego Goliat, un campeón filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos para enfrentarse a las fuerzas de Israel. ¡Medía casi tres metros de altura! ¡Estaba grande este hombre!
1Samuel 17: 4(RV-60): 4Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.
1Samuel 17:11 (RV-60): 11Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo. Hermano, ¿usted ha tenido miedo alguna vez? ¿Alguna situación le ha causado miedo a usted en la vida? Saúl era el rey hermanos, el rey suele ser el comandante en jefe de los escuadrones. El comandante en jefe de un ejército, es como un presidente de un país; y si Saúl siendo rey tenía miedo, imagínese el pueblo.
1Samuel 17:16 (RV-60): 16Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días. El filisteo salía, mañana y tarde, a desafiar a los israelitas durante cuarenta días. ¡Qué prueba! Y lo peor del caso es, que usted ya sabe qué es lo que va a pasar mañana: va a encontrarse a un gigantón de 3m frente a usted que lo va a humillar, que le dirá miedoso, que lo va a destruir.
1Samuel 17:24 (NVI): 24Cada vez que los israelitas veían a Goliat huían despavoridos. ¿Se puede imaginar usted eso? Para que tenga una idea: el pueblo tenía miedo, el ejército tenía miedo, el rey Saúl tenía miedo.
La vida cristiana es una lucha constante, y nosotros los creyentes somos llamados a luchar con nuestros gigantes todos los días. Yo no sé cuál es el filisteo que le está robando la paz a usted. Yo no sé cuál es el filisteo que le está robando el gozo, que le está robando la tranquilidad; pero, ese filisteo se levanta, le grita, quiere robarle la moral, te intimida, te paraliza. Su tamaño causa pánico, espanto, terror. El filisteo Goliat provocó que un pueblo completo demostrara el espíritu de cobardía. ¿Alguna vez se ha sentido usted esa manera?
Pero aparece David. David era un hombre de desierto. David era el hombre del arpa, era músico, era escritor. Pero principalmente, mis queridos y amados hermanos, David sabía en quién había creído. David sabía que Dios es todopoderoso. David había experimentado el poder y la fuerza de Jehová. La Biblia dice que David había peleado con osos y con leones. David tenía una actitud diferente confiaba en Jehová.
1 Samuel 17:36 (RV-60): Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Yo me imagino que cuando dijo esas palabras sentía rabia. David tenía una actitud diferente.
Yo no sé, si usted está batallando con algún filisteo incircunciso en este momento; que lo humilla cada día, que lo hace sentir mal, que lo hace dudar. Yo sé que hay personas que están esperando sus documentos, y cada vez que visitan a su abogado no reciben una buena noticia. Hay situaciones complicadas, difíciles. Hace poco yo le preguntaba al hermano Daniel: ¿Su esposa Glenda sintió algún síntoma cuando estaban en El Salvador? Él me decía: no pastor, mi esposa se comenzó a sentir mal cuando llegamos acá. Fue un cáncer desgarrador, agresivo, por completo. Los primeros días que la hermana Glenda estaba en el hospital, yo vi a la hermana con una fe, ¡pero con una fe!, que yo dije: “Señor honra la fe de esta mujer, hónrala”. Fíjate que yo salí fortalecido de esa visita; ese día yo dije honra la fe de esta hermana, porque ella sabe en quién ha creído. Lastimosamente, con el correr de los días la situación se fue poniendo un poquito más complicada, y más complicada, y más complicada. Y eso va doblegando, quieras o no, tu fe. Ese es el filisteo incircunciso que está ahí, que te está doblegando cada día. Y usted siente que no puede hacer absolutamente nada, porque la solución está simple y sencillamente fuera de nuestras manos. Antes de viajar estuve visitando a la hermana Glenda (cuando ya no se podía visitar) y me dio mucho gusto porque fue la última sonrisa que vi en sus labios. Yo le dije: ¿Sabe qué? Vi el domingo pasado a Isabela corriendo en el jardín de la iglesia jugando con sus amiguitas. Y ese mismo día yo había visto a Luis tocando la guitarra, y mientras la tocaba, ¡estaba danzando! Yo le conté a ella, y me dijo: Mi hijo se goza cuando sirve al Señor. Ella con una gran sonrisa, muy alegre de saber que sus hijos estaban en los caminos del Señor. Y lo decía con gozo, con alegría. ¡Qué bendición! ¡Qué bendición! No vamos a poder vencer a este filisteo incircunciso si no confiamos en Dios. Nuestra fe tiene que estar por encima de todas las cosas.
Es muy probable que al final, no es lo que nosotros queríamos, pero lo maravilloso de la situación es que, ese filisteo en circunciso se va a acabar un día. Repito: no sé qué será lo que usted esté batallando en este instante, no sé qué será ese problema económico, esa renta que no ha pagado por dos o tres meses, ese jefe que tiene ahí en su trabajo que le está carcomiendo los huesos y usted no puede dejar el trabajo porque lo necesita. Esa situación complicada de un hijo que está metido en drogas, ese problema de su marido que llega con alcohol todos los días de su trabajo, o que lo despidieron tres, cuatro o cinco veces; no sé qué será ese gigante incircunciso que tenemos enfrente. Podrá ser quizá una deuda de 7 millones de dólares, ¡Filisteo desgraciado, que quita el sueño y que te hace levantar en la madrugada a pensar! Ese filisteo que se aprovecha de su altura, se aprovecha de su fuerza, y de que usted tiene su miedo. El rey Saúl tenía temor y todo su ejército tenía temor. Se puede imaginar que si tenían que mandar a un soldado todos los días a donde estaba este filisteo incircunciso, ¿usted cree que había voluntarios?
Yo puedo imaginar la escena, yo puedo imaginar a ese gigante de 3m y al pequeño David un chamaquito de 17 años, flaco, solo con una honda y unas piedras para enfrentar a ese gigante con una gran armadura, se trata de la actitud. No nos podemos someter al dominio del filisteo, no señor.
1Samuel 17:43-44(RV-60): 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Hermano eso es para ponerse a llorar. Pero David no se dejó intimidar; porque se trata de la actitud. David sabía en quién había creído. No podemos someternos al dominio de ningún filisteo. Si grita, déjelo que grite, si ruge déjelo que ruja, déjelo que hable, pero no se deje intimidar porque usted tiene a Dios de su lado. La Biblia nos enseña que somos mayoría, si tenemos el respaldo del Señor, no se deje doblegar no importa lo que sea.
Esto me lleva a una conclusión, y hago una pregunta: ¿Qué sabía David en ese instante? ¿Qué sabía David? Quiero mencionarle diez cosas que David sabía, y que nosotros sabemos perfectamente bien.
1.) Dios es fiel y siempre nos ayuda. No estoy diciendo que las cosas van a salir como usted y yo queremos, no señor, pero Él es fiel y siempre nos ayuda. Dios jamás nos ha dicho: -Vea usted cómo hace-. Dios dice: “Yo te ayudo, no temas, no desmayes, yo te ayudo. Siempre te voy a sostener con la diestra de mi justicia”. Busque a Dios, adore a Dios y exalte a Dios. Dele la honra que Él merece, demuéstrale que lo ama, a Él, más de lo que usted ama el mundo. David sabía eso, David sabía que Dios es fiel y que siempre nos ayuda bajo cualquier circunstancia.
2.) David sabía que el arma más poderosa es el nombre de Jehová. Tú vienes con espada, vienes con lanza, viene con jabalina, y qué dijo David: “Yo vengo en el nombre de Jehová, Dios de los ejércitos”. Pelee sus batallas en el nombre de Jehová, en el nombre del Señor, no ande con cuestiones de venganza, pelee en el nombre de Jehová y me cuenta.
3.) David sabía tenemos al Espíritu Santo que nos da la fuerza. Sabemos que el filisteo intimida, te acecha, pero tenemos al Espíritu de Dios que nos da la fuerza. Somos humanos y vamos a sentir miedo en algún momento en nuestra vida, pero Dios es bueno. Yo les he contado, que he tenido situaciones en mi vida, donde he creído que es el fin. Una vez fue en un avión, donde hubo una tremenda turbulencia que pensé que se caía el avión. Comencé a hacer una oración y dije: Señor, mis hijos, mi familia… Y Dios me habló al corazón y me dijo: ¿Tú piensas que yo no puedo cuidar a tus hijos mejor de lo que lo cuidas tú? Cuando la pandemia en 2020, también estuve a punto de partir. Y para el ataque al corazón, se me apareció este filisteo incircunciso en el camino y yo dije: Y si me muero, ¿quién va a pagar la deuda? Ese filisteo te mete miedo y te pone a dudar. David sabía que el filisteo te intimida, te acecha, pero los creyentes tenemos al Espíritu Santo que nos fortalece.
4.) David sabía que nadie puede provocar a Dios y no pagar el precio. David le dijo al filisteo: tú has venido a provocar a Jehová Dios de los escuadrones de Israel, nadie puede provocar a Dios y no pagar las consecuencias.
5.) David sabía que no es necesario un traje especial ni una espada para ganar nuestras batallas. Nuestras batallas las ganamos en el nombre de Jesús, con oración, con alabanza, con adoración y honrando el nombre de Dios, que es digno. Así se ganan las batallas, así se vencen a los filisteos incircuncisos.
6.) David sabía que, así como Dios lo había librado en otras oportunidades lo volvería a librar en ese momento. David dijo claramente: yo he peleado con osos, he peleado con leones y Dios me ha dado la batalla; de tal manera que, así como Dios te ha librado de una y de otra, te va a librar del filisteo incircunciso que tienes por delante.
7.) David sabía que cuando usted honra a Dios, Dios lo honra a usted.
1Samuel 17:45-46 (RV-60): 45Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Fíjate que David no está hablando de las hazañas que él ha hecho con bestias a las que se ha enfrentado; David le está dando la honra a Dios. Cuando usted honra a Dios, Dios lo honra también a usted.
8.) David sabía que no ha nacido el incircunciso que se burle de Dios y no pague las consecuencias.
No ha nacido aún quien se burle de Dios sin pagar la consecuencia; y este gigantón mucho menos.
9.) David sabía que para Dios no hay nada imposible.
El rey Saúl y el pueblo de Israel creían que el filisteo era invencible, pero David creía que para Dios no hay nada imposible. Hermano, escuche esto: Nada hay imposible para Dios, y a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien.
10.) David sabía que al filisteo incircunciso hay que cortarle la cabeza, porque si no se la cortas va a regresar.
Si usted se fija en la historia, David lanzó una piedra y le dio en la frente al filisteo incircunciso, el filisteo cayó sobre su rostro, pero estaba vivo. Dice la palabra que David salió corriendo, le quitó la espada al mismo filisteo, y le cortó la cabeza. Mis queridos y amados hermanos, hay situaciones en la vida que tienen que cortarse de raíz.
Alejandro Galeano cuando vino a predicar aquí hace unos 30 años más o menos (hoy él está en la presencia del Señor), nos contó una historia que a mí se me quedó grabada. Dice que una familia tenía un perrito y había un niño que estaba extremadamente encariñado con el perro; pero el perro se murió un día. Después de varias horas el hijo le preguntó al papá: ¿qué vamos a hacer con el perro? Lo vamos a enterrar. El hijo dijo: No, no, hay que enterrarlo, vamos a dejarlo para que yo pueda acariciarlo. El padre le dice: no se puede, hay que enterrar al perro porque va a heder muchísimo. Pero el niño insistió y el papá accedió a enterrarle una parte del cuerpo y dejarle la cola afuera, para que su hijo le acariciara la cola; y así darle una lección al niño. Los primeros días el niño acariciaba todos los días la cola del perro, pero según pasaban los días, aumentaba el mal olor. Llegó el momento que el niño no podía acercarse al lugar donde estaba su perro enterrado por el mal olor que había. La enseñanza del pastor era: si vas a enterrar el perro, que sea completo. Hay cosas que tienen que desaparecer desde la raíz, porque si las dejas vivas van a volver mal y te van a seguir fastidiando la vida el resto de tus días.
Mi querido y amado hermano, no importa que tenga un filisteo incircunciso frente a usted; en el nombre de Jesucristo todas las cosas son posibles. No se canse de luchar, no se canse de luchar, no se canse de luchar, que en el nombre de Dios vamos a salir adelante. Amén
Padre, te damos gracias Señor en esta tarde por tu palabra. Señor estamos batallando con muchas cosas y, algunas veces da la impresión que se levantan filisteos incircuncisos delante de nosotros que nos atemorizan, que se burlan de nosotros, y que nos parece que nos van a vencer; pero hemos aprendido que tú estás con nosotros, que has prometido cuidarnos, has prometido luchar batallas por nosotros. Sabemos que tú eres fiel, que has prometido ayudarnos en todas nuestras situaciones y nuestras circunstancias. Podremos sentir temor algún día, pero, tenemos al Espíritu de Dios que nos fortalece. Que el nombre de Dios es grande. Que cuando un creyente honra a Dios, Dios, honra a ese creyente. En este día mi Señor, este pueblo, esta iglesia te da a ti la honra y la gloria. Señor honramos tu nombre porque a lo largo de 36 años se nos han presentado una cantidad de filisteos incircuncisos, y por tu gracia y por tu misericordia nos has dado vida Señor. Te alabamos, tu pueblo se goza en tu presencia en este día. Hay gratitud en nuestros corazones, que inunda nuestra alma, inunda nuestro ser al recordar cada batalla, cada situación Padre. Tu nombre en este púlpito siempre ha sido levantado, tu nombre siempre ha sido exaltado, ¡Bendito seas tú por la eternidad!
Mientras todos oramos, si hay alguna persona con nosotros en esta tarde que dice: Pastor, yo necesito a Dios, yo estoy enfrentando a esos filisteos incircuncisos en mi vida. Yo necesito la fuerza del Padre Celestial. Necesito la ayuda del Dios Todopoderoso, comience invitando a Cristo a venir a su vida, a su corazón. Yo le invito, ahí donde está, para que haga esta oración conmigo: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón. Te entrego mi vida. Te entrego mi alma. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Gracias por poner tu cuerpo. Gracias por derramar tu sangre preciosa para el perdón de mis pecados. En este día me entrego a ti. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra.
Señor gracias por tanta bondad. Despídenos con tu paz y con tu bendición, en el nombre de Jesús Amén y amén. ¡Bendiciones a todos!