En todo tiempo
Octubre 15, 2023 – 1:30PM | Salmos 34:1-3 | Dr. David Rodriguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en Salmos 34 por favor. Tengo un mensaje sencillo para esta tarde, al mensaje le he llamado: En todo tiempo.
Salmos 34:1-3 (RV-60): 1Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
Salmos 145:1-3 (RV-60): 1Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. 3Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.
Padre querido, háblanos al corazón de una manera muy especial. Espíritu Santo de Dios bendice nuestras vidas, nuestras almas, y que el mensaje de tu palabra pueda ayudarnos en este día, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
El mensaje se llama En todo tiempo, yo voy a hablar de cosas bien sencillas, pero bien importantes, quiero hablar de adoración.
Salmos 34:1-3 (RV-60): 1Bendeciré a Jehová en todo tiempo.
Cuando buscamos la definición de adoración vamos a encontrar cientos, miles, de definiciones. Si usted comienza a escudriñar cada una de esas definiciones se va a dar cuenta que a una le hace falta una cosita; no creo yo que podamos quedarnos con una sola definición de lo que es adoración. Yo les voy a dar una definición sencilla, no tanto, pero ponga atención.
¿Qué es adoración? Es el acto mediante el cual se reconoce la santidad, majestad y poder de Dios. Expresado por reverencia, honra, honor, respeto y amor. Manifestado a través de la alabanza, la oración, la celebración de culto, el servicio, el sacrificio y acción de gracias. La adoración se desarrolla de una manera personal y colectiva.
¿Por qué Dios pide, busca, demanda o exige adoración?
Si usted lee toda la Biblia se va a dar cuenta que Dios demanda adoración; Él no necesita ser adorado por usted ni por mí, porque Él sigue siendo Dios. En la entrada triunfal a Jerusalén, dice la palabra del Señor (Lucas 19: 28-44) que, la gente alababa a Dios: “bendito el que viene en el nombre del Señor”. Y dice la escritura que se acercaron los fariseos y le dijeron a Jesús: “Maestro reprende a tus discípulos.” Y, ¿sabe qué contestó Jesús? “Si estos hombres y estas mujeres no me alaban, las piedras clamarían”. Es decir, Él no necesita nuestra adoración.
Dios demanda adoración, simple y sencillamente, porque Él es digno.
Apocalipsis 4:11 (RV-60): Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Nadie, en este mundo merece adoración, solamente Dios.
El liderazgo moderno hace que, a las personas que servimos al Señor, se nos tenga que felicitar por las cosas que hacemos; cuando en realidad el único digno es Dios. Jesús pone un ejemplo de aquel esclavo que viene de trabajar y llega a su casa. ¿Usted cree que el esclavo llega a la casa y se va a dormir? ¿O que el esclavo llega a la casa y se hace comida él primero y después le va a dar a su patrón? No, llega a seguir sirviendo. ¿Por qué? Porque siervos inútiles somos, y lo que deberíamos hacer, eso hemos hecho. Pero el mundo de hoy dice que: tenemos que darle el golpecito en espalda a las personas, para que se sienta bien.
Dios es un Dios celoso, que no va a compartir su gloria con nadie.
Éxodo 20:3-6 (RV-60): 3No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5No te inclinará a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Acuérdese de aquellas personas que, cuando salieron de su país, su abuela le dio una imagen y le dijo: “Ay hija, esta imagen te va a cuidar en todo el camino”, cuando la Biblia misma dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza.
La siguiente pregunta no es para responderla a nivel de congregación, no a nivel de iglesia, sino en lo personal: ¿Estoy adorando a Dios de una manera apropiada?
Recuerde que la relación con Dios es una relación personal, entonces es válida esa pregunta. Sería bueno preguntarnos siempre, ¿por qué hacemos las cosas? ¿Por qué vino usted hoy a la casa de Dios? Es bueno que nos hagamos ciertas preguntas.
Dicen que en una pareja recién casados la esposa hizo su comidita. El esposo había comprado un buen pedazo de jamón, la esposa le cortó los dos extremos al pedazo de jamón y los tiró a la basura. Cuando el marido vió eso le pregunta: ¿qué estás haciendo? La esposa le responde: es que mi mamá así lo hacía. ¿Y por qué hacía tu mamá eso? Yo no sé, yo creo que por darle más sabor. Entonces el marido le habló por teléfono a la suegra y le dijo: Le quiero hacer una pregunta, mi esposa me dice que usted cuando prepara el jamón le corta las puntas y lo tira a la basura, ¿por qué lo hace? Sí, le dijo la señora. Yo lo hago así, porque así lo hacía mi mamá. Entonces el hombre llamó a la abuela, y le dijo: Señora, ¿usted a la hora de cocinar jamón le cortaba las puntas? Si, le dijo la señora. ¿Por qué hacía eso? La señora le respondió: porque no me cabía en la cazuela que tenía. Hay personas que hacen cosas y ni saben por qué las hacen.
Cuando hablamos de Dios, es importante que usted se haga la pregunta si como persona, como hijo, ¿estoy adorando de la manera correcta, apropiada a Dios? Entonces yo le pregunto: ¿por qué está usted aquí? ¿Por qué vino? ¿Por qué viene a la iglesia? ¿Entiende lo que es adorar? ¿Lo entiende? ¿Lo comprende? ¿Lo ha digerido?
- Prepare su corazón para la adoración.
Efesios 5:19-20 (RV-60): 19Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
El domingo es el día que nosotros venimos a la casa del Señor para adorar. Entonces, desde que yo me levanto por la mañana, tengo que preparar mi corazón para la adoración; yo no voy a poner a Vicente Fernández ¿me explico? Porque tengo que preparar el corazón para la adoración, desde que usted se levanta tenga un espíritu de adoración.
Yo he escuchado a varias personas decir: “el día domingo es el día que más relajo hay en mi casa”. ¡Eso no puede ser! Yo insto a los sacerdotes del hogar a que pongan en orden su casa, porque eso no puede ser.
Los judíos nos enseñan muchísimas cosas con relación a esto, pero muchas cosas. Cuando va llegando el shabat, desde el viernes por la tarde, todo el país sabe que están en shabat; hasta los turistas nos damos cuenta. Hemos llegado a hoteles donde practican ese tipo de ritual, las comidas son diferentes; o sea, son estrictos en ese tipo de situaciones.
El día domingo usted tiene que preparar su corazón en adoración, porque es lo máximo que puede haber en la vida de un cristiano. El tiempo de adoración es un tiempo súper especial. Usted tiene que conectar con Dios. Hay muchos cristianos tienen problemas para conectar con el Dios. La mejor manera de explicarlo es: cuando usted mete al microondas una bolsa de palomitas de maíz (rositas de maíz, popcorn) yo le aseguro que habrá varias semillas que no van a explotar (pop); sabiendo que todas estaban en la bolsa, que recibieron el mismo calor, pero no todas explotaron. Ocurre lo mismo en la iglesia, todos escuchan el mismo sermón, cantan las mismas alabanzas, leen los mismos versículos de la Biblia; pero algunas personas no pueden conectar con Dios. Una razón bien, pero bien, importante es: jamás entre por las puertas de la iglesia son haber confesados sus pecados. Le estoy hablando de cosas bien elementales y bien sencillas.
Yo sé que alunas personas tienen mal el enfoque. El día domingo, las madres, lo primero que tienen en la cabeza es: ¿qué le hace de comer a sus hijos? Y no es así, el día domingo es del Señor. Hay unas mamás, cristianas evangélicas, que los domingos cierran la cocina. El enfoque principal del día domingo es la adoración a Dios. No puede haber ninguna cosa más importante que la adoración al Señor.
Confiese sus pecados a Dios en oración, porque esto prepara el corazón para la palabra. Desde la mañana usted comienza: “Padre mío escudriña mi corazón. Padre mío escudriña mis pensamientos. Yo te pido perdón Señor, te pido perdón. Este es un día de ir a tu casa, este es un día de adorarte Padre, y yo quiero hacerlo de la mejor manera. Señor quiero que me hables al corazón”. Eso es prepararse, eso es irse preparando. El día domingo yo me quiero enfocar en adoración desde muy temprano.
En la iglesia Fe, en años pasados, una vez me invitaron a predicar y estábamos sentados temprano esperando. El culto de ellos comenzaba a las 11am. Las personas estaban caminando por todos lados, pero faltando como unos 7 minutos para las 11 de la mañana; la gente entra al culto y no había nadie allá afuera, todo el mundo estaba aquí sentado. El pastor viendo el reloj y esperando que marcara las 11am. Esa cultura no la tenemos nosotros los hispanos, no la tenemos. Yo pregunto: ¿cuándo la vamos a tener? ¡Por amor de Dios! Estamos hablando de adorar al Rey de reyes y Señor de señores. En la definición que yo le di de adoración, tiene que ver la palabra reverencia, tiene que ver la palabra respeto. ¡Por amor de Dios!
- Tome tiempo para orar y reflexionar.
Salmos 27:4 (NTV): Lo único que le pido al Señor -lo que más anhelo- es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.
Salmos 27:4 (TLA): Dios mío, sólo una cosa de pido, sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura y buscarte en oración.
Hace un mes, más o menos, estábamos en Panamá en un congreso misionero y notamos algo. Notamos que los hombres entraban al evento y se ponían de rodillas, y no creas que 2 minutos, estoy hablando de orar y reflexionar.
No estamos acostumbrados a reflexionar. Yo soy un fiel creyente en la reflexión bíblica, por supuesto. Vivimos en un mundo lleno de ruido, en un mundo lleno de vicios, en un mundo lleno de muchas cosas que ya nos robaron la reflexión. Hay personas que no pueden estar tranquilos si no tienen algo que les suene en el oído, o algo que estén viendo.
Me fascina dedicar tiempo a la reflexión, porque la reflexión te lleva a hacer un examen de tu corazón, de tu vida. ¡Eso es la reflexión!
Yo me acuerdo cuando compramos nuestro primer apartamento, el cuarto de David Jr. tenía una ventana bien grande, había un jardín de la en la parte de atrás con unos árboles preciosos. Recuerdo que yo me sentaba ahí, con la Biblia abierta, a meditar y reflexionar. Y una de las cosas que más recuerdo yo, de ese apartamento, es ese lugarcito mío; lo recuerdo muchísimo. ¿Por qué? Porque pasé cosas muy lindas con el Señor en la reflexión, en la meditación, en la oración, todo esto prepara tu corazón. Hermano, no nos podemos llamar cristianos evangélicos si no hacemos estas cosas. Porque entonces lo que hicimos fue cambiar de religión, pero seguimos haciendo lo mismo.
Cuando hacemos el tiempo necesario para orar y reflexionar, vamos a ser más sensibles al Espíritu. Vas a comenzar a ver cosas que otra gente ve, pero que usted no ve.
La adoración fluye cuando meditamos en su palabra. Dr. John MacArthur, Jr. (uno de los grandes predicadores de nuestros tiempos) dice que él nunca ha visto tanta ignorancia y falta de conocimiento sobre la Biblia, de los cristianos evangélicos, como hoy en día. La gente se sabe las letras de las canciones, pero no hacen ningún esfuerzo por aprenderse un versículo bíblico, ningún esfuerzo. ¡Imagínate la gran ignorancia de nuestros tiempos sobre de la palabra del Señor!
Hebreos 4:12 (NTV): Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestro pensamiento y deseos más íntimos.
En mi tiempo devocional, esta palabra a mí me hace reír y me hace llorar, es increíble. Hermano, ¿cómo podemos vivir la vida ignorando el libro sagrado y eterno (la Biblia)?
La defendemos a capa y espada sin saber lo que estamos defendiendo. Decimos que Cristo es la respuesta y ni siquiera conocemos la pregunta. La palabra me exhorta, me examina, me confronta, me reprende, me amonesta, me corrige. La palabra de Dios me hace sensible al Espíritu; de tal manera que, si yo tengo conocimiento de esta palabra, si estoy en un lugar donde no debía estar no me siento cómodo.
Todos esos muchachos que al terminar una reunión de jóvenes se van para el centro de la ciudad a involucrarse con las cosas del mundo y piensan que no es malo, ¿sabe por qué piensan así? Porque no hay sensibilidad al Espíritu. ¿Cómo el Espíritu te va a hablar, si no hay ninguna conexión? Es la palabra la que nos hace sensible al Espíritu de Dios. Hay personas que por más que el Espíritu les hable no escuchan; y cuando escuchan están tan obstinados que tampoco obedecen.
- La adoración surge de un corazón agradecido.
Santo Tomás de Aquino, en su libro La suma teológica, dice que existen tres niveles de gratitud. Sería bueno que usted se pregunte: ¿en cuál nivel está usted?
Superficial: (reconocer). Reconocen el beneficio recibido, el favor recibido. Es un reconocimiento cognitivo. Ejemplo: personas que no vienen a la iglesia porque ven el culto por internet. Este nivel de gratitud es temporal.
Intermedio: (apreciar). Aprecian lo que se hizo por nosotros. Dan gracias, bendicen a la persona que nos dio algo a cambio de nada. Este nivel de gratitud es temporal.
Profundo: (comprometido). Es el nivel de compromiso hacia la persona que nos ha ayudado. ¿Se da cuenta por qué hay personas muy comprometidas y otras muy lejos de estar comprometidos?
¿Por qué adoramos? Porque Él es digno de alabanza. ¡Él es digno! Yo adoro porque Él tuvo misericordia de mí. Adoro porque Él ha sido fiel conmigo. Adoro porque Él ha provisto mis necesidades, porque Él me ha sostenido, porque me ha ayudado siempre, porque me da fuerzas cuando ya no me quedan ningunas, porque no me ha pagado conforme a mis obras. Por el precio tan elevado que pagó Jesucristo en la cruz del calvario; y porque el día que cierre los ojos aquí lo voy a abrir allá con Él. Si yo tengo gratitud yo reacciono en adoración, en servicio, en compromiso.
- Adoración es un estilo de vida.
La adoración no es solamente del día domingo, es un estilo de vida. Guarde eso en el corazón.
Romanos 12:2 (NTV): No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más buen dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderás a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Hay un teólogo que decía: “si usted no adora los siete días, no puede adorar un día”. De eso se trata, es que no podemos dejar de ser cristianos. Usted se imagina que nosotros no seamos cristianos el lunes, el martes; el miércoles un ratito en la noche. Ni jueves, ni viernes, ni sábado seríamos cristianos, ¿qué tipo de creyentes podemos ser si no andamos buscando a Dios todos los días?
Yo le ruego a Dios, y le digo: “Señor yo quiero que mi alma anhele al Espíritu Santo, yo quiero que mi alma anhele al Espíritu de Dios.” No que anhele el mundo, no una fiesta, no una invitación rodeado de amigos; no estoy diciendo que sea malo, pero estoy hablando de anhelar. Así como cuando usted dice: me quiero comer …esto… Hay que pedirle a Dios: “Señor, yo quiero anhelar las cosas tuyas, quiero anhelarlas, quiero tenerlas en el corazón, buscarlas, quiero estar ahí.
Yo aprovecho los viajes largos para escuchar sermones, y me alegra cuando es bien largo el trayecto porque puedo escucharlo completo; ¡y me gozo! Para mí no es una carga, yo lo disfruto muchísimo ¿sabe por qué? Porque el Señor me habla.
Cuando la Biblia te dice que no ames al mundo, es por una razón hermanos. ¿Sabe por qué muchas personas no hacen “pop” como las palomitas? Porque alimentan mucho la carne, alimentan demasiado la carne. Busque un tiempo para la adoración, su vida puede ser transformada, pero depende de lo que usted alimente, ¿la carne o el espíritu?, tiene que buscar de Dios.
Estaba viendo esta mañana el reporte de las casas de oración, siete personas, seis personas, cinco personas, tres personas en una casa de oración, ¿verdad? La que más tenía eran diez personas. Un viernes en una casa de adoración produce más alimento que haciendo cualquier otra cosa en su vida. Día de ayuno y oración, ¡qué oportunidad más valiosa, por amor de Dios! Son doce largas horas ¡qué rico! Eso es alimento, la casa del Señor, la palabra del Señor, la lectura de la Biblia; eso es alimento, alimento, alimento.
La adoración no solamente es el domingo, la adoración no solamente del diente al labio, la adoración es un estilo de vida. El culto comienza y termina, la adoración a Dios no termina jamás.
Hablando con la mujer samaritana (Juan 4:21-23), 21Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.
Hermanos comencé diciendo que es válida la pregunta: ¿La adoración mía ante el Padre es la adoración apropiada? No vaya a ser que me haya encontrado por largos años ofreciendo el sacrificio de los necios, haciendo cosas que en realidad no agradan a Dios, que no es eso lo que Él está pidiendo. La adoración al Señor es un estilo de vida.
Oremos: Padre querido te damos gracias por tu palabra. Señor hemos aprendido en esta tarde la importancia de la adoración. La relevancia que tiene este tiempo tan especial cuando venimos delante de tu presencia a expresar, con el corazón, lo que verdaderamente sentimos hacia ti. Con el alma, Señor, te agradecemos de todo corazón. Si de alguna manera nuestra gratitud ha sido superficial o intermedia, Señor queremos que nuestra gratitud sea profunda, queremos comprometernos contigo, con el reino, para gloria tuya Señor, para gloria de tu nombre.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, pero quisiera hacerlo hoy; yo le invito ahí donde está que le diga al Señor de la siguiente manera: “Señor Jesús, en este día yo te recibo en mi corazón como mi Señor y mi Salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Te doy gracias Señor por haber puesto tu cuerpo y derramado tu sangre en la cruz del Calvario”. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa Palabra.
Señor despídenos con tu paz, con tu bendición, y permite que podamos reflexionar acerca de estas verdades, en el nombre de Jesús te lo pedimos: amén y amén.
Amados míos que la paz de Cristo le acompañe. Que Dios me los bendiga.
En todo tiempo
Octubre 15, 2023 – 1:30PM | Salmos 34:1-3 | Dr. David Rodriguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a abrir la palabra del Señor en Salmos 34 por favor. Tengo un mensaje sencillo para esta tarde, al mensaje le he llamado: En todo tiempo.
Salmos 34:1-3 (RV-60): 1Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
Salmos 145:1-3 (RV-60): 1Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. 3Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.
Padre querido, háblanos al corazón de una manera muy especial. Espíritu Santo de Dios bendice nuestras vidas, nuestras almas, y que el mensaje de tu palabra pueda ayudarnos en este día, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
El mensaje se llama En todo tiempo, yo voy a hablar de cosas bien sencillas, pero bien importantes, quiero hablar de adoración.
Salmos 34:1-3 (RV-60): 1Bendeciré a Jehová en todo tiempo.
Cuando buscamos la definición de adoración vamos a encontrar cientos, miles, de definiciones. Si usted comienza a escudriñar cada una de esas definiciones se va a dar cuenta que a una le hace falta una cosita; no creo yo que podamos quedarnos con una sola definición de lo que es adoración. Yo les voy a dar una definición sencilla, no tanto, pero ponga atención.
¿Qué es adoración? Es el acto mediante el cual se reconoce la santidad, majestad y poder de Dios. Expresado por reverencia, honra, honor, respeto y amor. Manifestado a través de la alabanza, la oración, la celebración de culto, el servicio, el sacrificio y acción de gracias. La adoración se desarrolla de una manera personal y colectiva.
¿Por qué Dios pide, busca, demanda o exige adoración?
Si usted lee toda la Biblia se va a dar cuenta que Dios demanda adoración; Él no necesita ser adorado por usted ni por mí, porque Él sigue siendo Dios. En la entrada triunfal a Jerusalén, dice la palabra del Señor (Lucas 19: 28-44) que, la gente alababa a Dios: “bendito el que viene en el nombre del Señor”. Y dice la escritura que se acercaron los fariseos y le dijeron a Jesús: “Maestro reprende a tus discípulos.” Y, ¿sabe qué contestó Jesús? “Si estos hombres y estas mujeres no me alaban, las piedras clamarían”. Es decir, Él no necesita nuestra adoración.
Dios demanda adoración, simple y sencillamente, porque Él es digno.
Apocalipsis 4:11 (RV-60): Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Nadie, en este mundo merece adoración, solamente Dios.
El liderazgo moderno hace que, a las personas que servimos al Señor, se nos tenga que felicitar por las cosas que hacemos; cuando en realidad el único digno es Dios. Jesús pone un ejemplo de aquel esclavo que viene de trabajar y llega a su casa. ¿Usted cree que el esclavo llega a la casa y se va a dormir? ¿O que el esclavo llega a la casa y se hace comida él primero y después le va a dar a su patrón? No, llega a seguir sirviendo. ¿Por qué? Porque siervos inútiles somos, y lo que deberíamos hacer, eso hemos hecho. Pero el mundo de hoy dice que: tenemos que darle el golpecito en espalda a las personas, para que se sienta bien.
Dios es un Dios celoso, que no va a compartir su gloria con nadie.
Éxodo 20:3-6 (RV-60): 3No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5No te inclinará a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Acuérdese de aquellas personas que, cuando salieron de su país, su abuela le dio una imagen y le dijo: “Ay hija, esta imagen te va a cuidar en todo el camino”, cuando la Biblia misma dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza.
La siguiente pregunta no es para responderla a nivel de congregación, no a nivel de iglesia, sino en lo personal: ¿Estoy adorando a Dios de una manera apropiada?
Recuerde que la relación con Dios es una relación personal, entonces es válida esa pregunta. Sería bueno preguntarnos siempre, ¿por qué hacemos las cosas? ¿Por qué vino usted hoy a la casa de Dios? Es bueno que nos hagamos ciertas preguntas.
Dicen que en una pareja recién casados la esposa hizo su comidita. El esposo había comprado un buen pedazo de jamón, la esposa le cortó los dos extremos al pedazo de jamón y los tiró a la basura. Cuando el marido vió eso le pregunta: ¿qué estás haciendo? La esposa le responde: es que mi mamá así lo hacía. ¿Y por qué hacía tu mamá eso? Yo no sé, yo creo que por darle más sabor. Entonces el marido le habló por teléfono a la suegra y le dijo: Le quiero hacer una pregunta, mi esposa me dice que usted cuando prepara el jamón le corta las puntas y lo tira a la basura, ¿por qué lo hace? Sí, le dijo la señora. Yo lo hago así, porque así lo hacía mi mamá. Entonces el hombre llamó a la abuela, y le dijo: Señora, ¿usted a la hora de cocinar jamón le cortaba las puntas? Si, le dijo la señora. ¿Por qué hacía eso? La señora le respondió: porque no me cabía en la cazuela que tenía. Hay personas que hacen cosas y ni saben por qué las hacen.
Cuando hablamos de Dios, es importante que usted se haga la pregunta si como persona, como hijo, ¿estoy adorando de la manera correcta, apropiada a Dios? Entonces yo le pregunto: ¿por qué está usted aquí? ¿Por qué vino? ¿Por qué viene a la iglesia? ¿Entiende lo que es adorar? ¿Lo entiende? ¿Lo comprende? ¿Lo ha digerido?
- Prepare su corazón para la adoración.
Efesios 5:19-20 (RV-60): 19Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
El domingo es el día que nosotros venimos a la casa del Señor para adorar. Entonces, desde que yo me levanto por la mañana, tengo que preparar mi corazón para la adoración; yo no voy a poner a Vicente Fernández ¿me explico? Porque tengo que preparar el corazón para la adoración, desde que usted se levanta tenga un espíritu de adoración.
Yo he escuchado a varias personas decir: “el día domingo es el día que más relajo hay en mi casa”. ¡Eso no puede ser! Yo insto a los sacerdotes del hogar a que pongan en orden su casa, porque eso no puede ser.
Los judíos nos enseñan muchísimas cosas con relación a esto, pero muchas cosas. Cuando va llegando el shabat, desde el viernes por la tarde, todo el país sabe que están en shabat; hasta los turistas nos damos cuenta. Hemos llegado a hoteles donde practican ese tipo de ritual, las comidas son diferentes; o sea, son estrictos en ese tipo de situaciones.
El día domingo usted tiene que preparar su corazón en adoración, porque es lo máximo que puede haber en la vida de un cristiano. El tiempo de adoración es un tiempo súper especial. Usted tiene que conectar con Dios. Hay muchos cristianos tienen problemas para conectar con el Dios. La mejor manera de explicarlo es: cuando usted mete al microondas una bolsa de palomitas de maíz (rositas de maíz, popcorn) yo le aseguro que habrá varias semillas que no van a explotar (pop); sabiendo que todas estaban en la bolsa, que recibieron el mismo calor, pero no todas explotaron. Ocurre lo mismo en la iglesia, todos escuchan el mismo sermón, cantan las mismas alabanzas, leen los mismos versículos de la Biblia; pero algunas personas no pueden conectar con Dios. Una razón bien, pero bien, importante es: jamás entre por las puertas de la iglesia son haber confesados sus pecados. Le estoy hablando de cosas bien elementales y bien sencillas.
Yo sé que alunas personas tienen mal el enfoque. El día domingo, las madres, lo primero que tienen en la cabeza es: ¿qué le hace de comer a sus hijos? Y no es así, el día domingo es del Señor. Hay unas mamás, cristianas evangélicas, que los domingos cierran la cocina. El enfoque principal del día domingo es la adoración a Dios. No puede haber ninguna cosa más importante que la adoración al Señor.
Confiese sus pecados a Dios en oración, porque esto prepara el corazón para la palabra. Desde la mañana usted comienza: “Padre mío escudriña mi corazón. Padre mío escudriña mis pensamientos. Yo te pido perdón Señor, te pido perdón. Este es un día de ir a tu casa, este es un día de adorarte Padre, y yo quiero hacerlo de la mejor manera. Señor quiero que me hables al corazón”. Eso es prepararse, eso es irse preparando. El día domingo yo me quiero enfocar en adoración desde muy temprano.
En la iglesia Fe, en años pasados, una vez me invitaron a predicar y estábamos sentados temprano esperando. El culto de ellos comenzaba a las 11am. Las personas estaban caminando por todos lados, pero faltando como unos 7 minutos para las 11 de la mañana; la gente entra al culto y no había nadie allá afuera, todo el mundo estaba aquí sentado. El pastor viendo el reloj y esperando que marcara las 11am. Esa cultura no la tenemos nosotros los hispanos, no la tenemos. Yo pregunto: ¿cuándo la vamos a tener? ¡Por amor de Dios! Estamos hablando de adorar al Rey de reyes y Señor de señores. En la definición que yo le di de adoración, tiene que ver la palabra reverencia, tiene que ver la palabra respeto. ¡Por amor de Dios!
- Tome tiempo para orar y reflexionar.
Salmos 27:4 (NTV): Lo único que le pido al Señor -lo que más anhelo- es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.
Salmos 27:4 (TLA): Dios mío, sólo una cosa de pido, sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura y buscarte en oración.
Hace un mes, más o menos, estábamos en Panamá en un congreso misionero y notamos algo. Notamos que los hombres entraban al evento y se ponían de rodillas, y no creas que 2 minutos, estoy hablando de orar y reflexionar.
No estamos acostumbrados a reflexionar. Yo soy un fiel creyente en la reflexión bíblica, por supuesto. Vivimos en un mundo lleno de ruido, en un mundo lleno de vicios, en un mundo lleno de muchas cosas que ya nos robaron la reflexión. Hay personas que no pueden estar tranquilos si no tienen algo que les suene en el oído, o algo que estén viendo.
Me fascina dedicar tiempo a la reflexión, porque la reflexión te lleva a hacer un examen de tu corazón, de tu vida. ¡Eso es la reflexión!
Yo me acuerdo cuando compramos nuestro primer apartamento, el cuarto de David Jr. tenía una ventana bien grande, había un jardín de la en la parte de atrás con unos árboles preciosos. Recuerdo que yo me sentaba ahí, con la Biblia abierta, a meditar y reflexionar. Y una de las cosas que más recuerdo yo, de ese apartamento, es ese lugarcito mío; lo recuerdo muchísimo. ¿Por qué? Porque pasé cosas muy lindas con el Señor en la reflexión, en la meditación, en la oración, todo esto prepara tu corazón. Hermano, no nos podemos llamar cristianos evangélicos si no hacemos estas cosas. Porque entonces lo que hicimos fue cambiar de religión, pero seguimos haciendo lo mismo.
Cuando hacemos el tiempo necesario para orar y reflexionar, vamos a ser más sensibles al Espíritu. Vas a comenzar a ver cosas que otra gente ve, pero que usted no ve.
La adoración fluye cuando meditamos en su palabra. Dr. John MacArthur, Jr. (uno de los grandes predicadores de nuestros tiempos) dice que él nunca ha visto tanta ignorancia y falta de conocimiento sobre la Biblia, de los cristianos evangélicos, como hoy en día. La gente se sabe las letras de las canciones, pero no hacen ningún esfuerzo por aprenderse un versículo bíblico, ningún esfuerzo. ¡Imagínate la gran ignorancia de nuestros tiempos sobre de la palabra del Señor!
Hebreos 4:12 (NTV): Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestro pensamiento y deseos más íntimos.
En mi tiempo devocional, esta palabra a mí me hace reír y me hace llorar, es increíble. Hermano, ¿cómo podemos vivir la vida ignorando el libro sagrado y eterno (la Biblia)?
La defendemos a capa y espada sin saber lo que estamos defendiendo. Decimos que Cristo es la respuesta y ni siquiera conocemos la pregunta. La palabra me exhorta, me examina, me confronta, me reprende, me amonesta, me corrige. La palabra de Dios me hace sensible al Espíritu; de tal manera que, si yo tengo conocimiento de esta palabra, si estoy en un lugar donde no debía estar no me siento cómodo.
Todos esos muchachos que al terminar una reunión de jóvenes se van para el centro de la ciudad a involucrarse con las cosas del mundo y piensan que no es malo, ¿sabe por qué piensan así? Porque no hay sensibilidad al Espíritu. ¿Cómo el Espíritu te va a hablar, si no hay ninguna conexión? Es la palabra la que nos hace sensible al Espíritu de Dios. Hay personas que por más que el Espíritu les hable no escuchan; y cuando escuchan están tan obstinados que tampoco obedecen.
- La adoración surge de un corazón agradecido.
Santo Tomás de Aquino, en su libro La suma teológica, dice que existen tres niveles de gratitud. Sería bueno que usted se pregunte: ¿en cuál nivel está usted?
Superficial: (reconocer). Reconocen el beneficio recibido, el favor recibido. Es un reconocimiento cognitivo. Ejemplo: personas que no vienen a la iglesia porque ven el culto por internet. Este nivel de gratitud es temporal.
Intermedio: (apreciar). Aprecian lo que se hizo por nosotros. Dan gracias, bendicen a la persona que nos dio algo a cambio de nada. Este nivel de gratitud es temporal.
Profundo: (comprometido). Es el nivel de compromiso hacia la persona que nos ha ayudado. ¿Se da cuenta por qué hay personas muy comprometidas y otras muy lejos de estar comprometidos?
¿Por qué adoramos? Porque Él es digno de alabanza. ¡Él es digno! Yo adoro porque Él tuvo misericordia de mí. Adoro porque Él ha sido fiel conmigo. Adoro porque Él ha provisto mis necesidades, porque Él me ha sostenido, porque me ha ayudado siempre, porque me da fuerzas cuando ya no me quedan ningunas, porque no me ha pagado conforme a mis obras. Por el precio tan elevado que pagó Jesucristo en la cruz del calvario; y porque el día que cierre los ojos aquí lo voy a abrir allá con Él. Si yo tengo gratitud yo reacciono en adoración, en servicio, en compromiso.
- Adoración es un estilo de vida.
La adoración no es solamente del día domingo, es un estilo de vida. Guarde eso en el corazón.
Romanos 12:2 (NTV): No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más buen dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderás a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Hay un teólogo que decía: “si usted no adora los siete días, no puede adorar un día”. De eso se trata, es que no podemos dejar de ser cristianos. Usted se imagina que nosotros no seamos cristianos el lunes, el martes; el miércoles un ratito en la noche. Ni jueves, ni viernes, ni sábado seríamos cristianos, ¿qué tipo de creyentes podemos ser si no andamos buscando a Dios todos los días?
Yo le ruego a Dios, y le digo: “Señor yo quiero que mi alma anhele al Espíritu Santo, yo quiero que mi alma anhele al Espíritu de Dios.” No que anhele el mundo, no una fiesta, no una invitación rodeado de amigos; no estoy diciendo que sea malo, pero estoy hablando de anhelar. Así como cuando usted dice: me quiero comer …esto… Hay que pedirle a Dios: “Señor, yo quiero anhelar las cosas tuyas, quiero anhelarlas, quiero tenerlas en el corazón, buscarlas, quiero estar ahí.
Yo aprovecho los viajes largos para escuchar sermones, y me alegra cuando es bien largo el trayecto porque puedo escucharlo completo; ¡y me gozo! Para mí no es una carga, yo lo disfruto muchísimo ¿sabe por qué? Porque el Señor me habla.
Cuando la Biblia te dice que no ames al mundo, es por una razón hermanos. ¿Sabe por qué muchas personas no hacen “pop” como las palomitas? Porque alimentan mucho la carne, alimentan demasiado la carne. Busque un tiempo para la adoración, su vida puede ser transformada, pero depende de lo que usted alimente, ¿la carne o el espíritu?, tiene que buscar de Dios.
Estaba viendo esta mañana el reporte de las casas de oración, siete personas, seis personas, cinco personas, tres personas en una casa de oración, ¿verdad? La que más tenía eran diez personas. Un viernes en una casa de adoración produce más alimento que haciendo cualquier otra cosa en su vida. Día de ayuno y oración, ¡qué oportunidad más valiosa, por amor de Dios! Son doce largas horas ¡qué rico! Eso es alimento, la casa del Señor, la palabra del Señor, la lectura de la Biblia; eso es alimento, alimento, alimento.
La adoración no solamente es el domingo, la adoración no solamente del diente al labio, la adoración es un estilo de vida. El culto comienza y termina, la adoración a Dios no termina jamás.
Hablando con la mujer samaritana (Juan 4:21-23), 21Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.
Hermanos comencé diciendo que es válida la pregunta: ¿La adoración mía ante el Padre es la adoración apropiada? No vaya a ser que me haya encontrado por largos años ofreciendo el sacrificio de los necios, haciendo cosas que en realidad no agradan a Dios, que no es eso lo que Él está pidiendo. La adoración al Señor es un estilo de vida.
Oremos: Padre querido te damos gracias por tu palabra. Señor hemos aprendido en esta tarde la importancia de la adoración. La relevancia que tiene este tiempo tan especial cuando venimos delante de tu presencia a expresar, con el corazón, lo que verdaderamente sentimos hacia ti. Con el alma, Señor, te agradecemos de todo corazón. Si de alguna manera nuestra gratitud ha sido superficial o intermedia, Señor queremos que nuestra gratitud sea profunda, queremos comprometernos contigo, con el reino, para gloria tuya Señor, para gloria de tu nombre.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo en su corazón, pero quisiera hacerlo hoy; yo le invito ahí donde está que le diga al Señor de la siguiente manera: “Señor Jesús, en este día yo te recibo en mi corazón como mi Señor y mi Salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Te doy gracias Señor por haber puesto tu cuerpo y derramado tu sangre en la cruz del Calvario”. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios y de su Santa Palabra.
Señor despídenos con tu paz, con tu bendición, y permite que podamos reflexionar acerca de estas verdades, en el nombre de Jesús te lo pedimos: amén y amén.
Amados míos que la paz de Cristo le acompañe. Que Dios me los bendiga.