35 años, a Dios sea la Gloria
Octubre 29, 2023 – 1:30PM | Salmos 24:10 | Dr. David Rodriguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a ir a la palabra de Dios, si usted tiene su Biblia en las manos, o algún dispositivo, busquemos el Salmos 24 en la versión RV-60, el capítulo se titula: El Rey de gloria. Yo he titulado en este día, con su permiso, al mensaje: 35 años, a Dios sea la gloria.
Quiero que tengamos claro que todo lo que voy a mencionar en los próximos minutos es para darle la Gloria y la Honra a Dios, bajo ningún punto de vista queremos nosotros considerar que todo lo que ha sucedido estos años es por nosotros, solo la gracia y misericordia de Dios.
Salmos 24:10 (RV-60): ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.
Salmos 29:1-2(RV-60): 1Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad Jehová la gloria y el poder. 2Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
Salmos 104: 31 (RV-60): Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
Salmos 19:1 (RV-60): Los cielos cuentan la gloria de Dios.
Salmos 24:10 (RV-60): ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.
Salmos 66:2 (RV-60): Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.
Salmos 104:31 (RV-60): Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
1Crónicas 29:11 (RV-60): Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y dar poder a todos.
Oremos: Señor, son 35 años que tú nos has permitido estar en este lugar; y en este día Señor te damos a ti toda la gloria, toda la honra, te bendecimos, te exaltamos, glorificamos tu nombre. Háblanos y bendícenos este fin de semana Señor que estaremos honrando tu nombre una vez más. Que tu nombre pueda ser exaltado, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
En estos 35 años Dios ha sido bueno, y a Él le damos la gloria. Hay un Salmos muy especial que quiero que lo veamos.
Salmos 138 (Rv-60): Te alabaré con todo mi corazón; Delante de los dioses te cantaré salmos. 2Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 3El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma. 4Te alabarán, oh Jehová todos los reyes de la tierra, Porque han oído los dichos de tu boca. 5Y cantarán de los caminos de Jehová, Porque la gloria de Jehová es grande. 6Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. 7Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra. 8Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.
Podemos pasar el día completo, y el resto de los años, dándole gracias a Dios. Pero en esta oportunidad, de una manera muy específica, quisiera dar gracias a Dios por varias cosas. En función de la celebración de nuestro 35 aniversario, quiero dar gracias a Dios:
- Por su Fidelidad.
Salmos 138:2 (Rv-60): 2Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
Cuando las personas se casan, se hacen un montón de promesas; pero lo que pasa es que cuando nos casamos, lo hacemos con todo el amor del mundo y no vemos los defectos de la pareja; y por otro lado no prevemos si podemos vivir con los cambios que produce la vida en ambos individuos. Pero si de algo debemos estar seguros es que cambiamos. Ya vivimos juntos, estamos en una sola casa; el día que estuvimos en un altar nos prometimos mil cosas: amarnos, cuidarnos, protegernos, estar el uno para el otro en la salud, en la enfermedad, en las buenas, en las malas, todo eso. Pero somos seres emocionales, es decir; en ese momento la vida abundaba de amor, la vida abundaba de cariño, la vida abundaba de permitir que la otra persona cometiera ciertos errores y nosotros dejar pasar esos errores. Pero lastimosamente, no todo el mundo responde de igual forma a las circunstancias de la vida. A medida que van avanzando los años, vamos cambiando por varias razones: vienen los hijos y eso trae tensión, trae estrés. A medida que van avanzando los chamaquitos nos va quitando la vida, y todos reaccionamos de manera distinta. La mamá reacciona de una manera, el papá reacciona de la otra, y en lugar de irnos acercando nos vamos alejando. Perdemos la paciencia, pegamos dos o tres gritos (cosa que nunca en la vida había pasado) y eso daña, eso va creando una brecha o una distancia grande. Si no tratamos eso desde el principio, llegamos a un momento donde es casi imposible manejar la situación; porque somos seres emocionales, y como seres emocionales tenemos límites, a todos se nos llena la copa. Siempre decimos que todo matrimonio es una olla de presión, cuando no se sabe manejar la situación.
Pero al pensar en los 35 años que tenemos, entendemos que la fidelidad de Dios no cambia. Dios es fiel, aunque nosotros cambiemos, Él no cambia. La fidelidad de Dios es constante y es confiable. Si Dios dice que nos va a amar siempre, créame: nos va a amar siempre. A lo largo de estos años yo he visto esa fidelidad, porque la fidelidad de Dios es una característica fundamental de su naturaleza divina. Él no puede negarse a sí mismo. Dios nos ama bajo cualquier circunstancia.
2 Timoteo 2:13 (RV-60): Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. Un amigo te puede fallar, un esposo te puede fallar, una esposa te puede fallar, un padre te puede fallar, una madre te puede fallar, ¿pero Dios? Dios nunca falla, porque Él no puede faltar a sí mismo. Él ha dicho: con amor eterno te he amado.
Cuando yo pienso en 35 largos años, hermano yo lo único que puedo hacer en esta tarde es testificar de la fidelidad de nuestro Dios. Veo la gloria de Dios, nos ha cuidado, nos ha sostenido, nos ha provisto, nos ha bendecido en estos 35 años. Altas y bajas, errores y aciertos, defectos y virtudes, en medio de todas las circunstancias la fidelidad de Dios ha estado ahí, siempre con nosotros. Dios es fiel. No nos ha dejado, no nos ha abandonado. Él ha estado en cada circunstancia. Cuando yo pienso en todos los aspectos y todas las circunstancias de la vida, la mano de Dios ha estado ahí con nosotros.
Como iglesia hemos atravesado mil cosas, pero Dios ha sido fiel, el Señor ha sido fiel. Por la gracia de Dios la iglesia no le debe ni cinco centavos a nadie, nunca hemos defraudado a nadie. Yo quiero darle gracias a Dios por su fidelidad.
- Por la bendición de ser bendición a otras personas.
Por la bendición de ser una bendición.
Salmos 138:2b (RV-60): 2bPorque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
Miles de personas han escuchado el evangelio en esta iglesia. Hemos bautizado y discipulado a cientos de creyentes. A lo largo de los años nunca hemos cancelado un culto, ni en tiempos de pandemia; y por todo eso le damos a Dios la gloria y la honra.
Quiero hablarles de algo, que nunca me gusta hablar y por eso les pido disculpas. Nuestro ministerio ingresó a las redes sociales en el año 2012, hace 11 años que estamos transmitiendo en las redes sociales. En YouTube tenemos 1700 videos de predicaciones y 172,000 suscriptores. En los últimos 5 años, a donde quiera que el Señor nos lleva a predicar, hay personas que vienen de lejos (viajan horas) porque quieren conocer de nuestro ministerio. Ustedes han sido testigos de familias que han venido aquí, a este lugar, de México y de otros países porque querían conocer este ministerio. A Dios le damos la gloria y por eso yo le puse a esto: “Gracias a Dios por la bendición de ser bendición a otras personas”.
Fíjate que hace unos días estábamos en Panamá con Jorge Francis, en una convención, yo me atrevería a decir por lo menos había entre unas 10 o 15 mil personas. Le digo a Jorge: me voy a dar una vuelta. Había gente de 80 países, supuestamente, en el lugar. Vale la pena mencionar que era una Convención Mundial Misionera Pentecostal, pero, al fin y al cabo: misionera mundial y eso es lo que nos interesa, para estar al día de lo que está pasando en el mundo. Al siguiente día yo fui al mall y se me acercó un hombre con su teléfono, y traía la página nuestra, y me dice: “¿usted es el pastor David? Yo le respondí: Sí, por la gracia de Dios. Él me comenta: yo lo vi ayer en la convención, pero le dije a mi esposa: no es posible, si esto es una convención pentecostal, el pastor David no debe andar por acá. Pero nos quedamos con la duda, ¡es que se parece tanto! Y me dice él, Julián se llama el hermano, nosotros somos una iglesia pentecostal en Colombia, los días viernes nosotros ponemos un sermón de El Redentor en nuestra iglesia”. ¡Así es como nosotros crecemos hermano! Yo le puedo contar experiencia tras experiencia, tras experiencia, países que ven nuestros sermones; La gloria sea para el Señor.
El país que más mira los sermones nuestros en YouTube es México con 10 millones de personas. Le sigue los Estados Unidos con 9 millones. Colombia 2.2 millones. Perú 1,700000. Chile 1,500000 personas. Argentina 1,400000. Ecuador 1,200000 Guatemala 902000 personas, sigue El Salvador, España, Honduras, Venezuela, República Dominicana, Costa Rica, Canadá, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico, Paraguay. Italia con 61000 personas. Uruguay 102000 personas que siguen nuestro ministerio. El Reino Unido 7000. Alemania 18000 ¡Dios mío! Belice, Japón, Australia, Suecia, Francia, Cuba, Suiza, Holanda, Bélgica, Noruega, Curasao. Rusia, Aruba, Dinamarca, Islas Caimán, Guinea Ecuatorial, Israel, India, Portugal, Antigua y Barbudas, Austria, Hong Kong, Corea del Sur, Ucrania e Indonesia. Mira, en realidad: ¡Gloria a Dios por esto! ¡Gloria a Dios por el privilegio de ser una bendición! Porque nos permite llevar la palabra hasta lo último de la tierra.
Hemos superado, en gran manera, que las personas solo vienen a los cultos cuando predica el pastor David. Tenemos muchos predicadores que se preparan para llevar la palabra, y eso a mí me llena de gran satisfacción.
Gracias a Dios por su fidelidad, gracias a Dios por la bendición de bendecir al mundo con esta palabra gloriosa y eterna.
- Por llamarme al ministerio.
1 Timoteo 1:12(RV-60): Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio. Quiero darle gracias a Dios porque me llamó al ministerio.
Si yo tuviera que llamar personas para el ministerio, yo no me hubiera llamado a mí mismo. Quiero hacer público mi agradecimiento a Dios por su llamamiento. Este próximo domingo cumplo 40 largos años de haber sido ordenado al ministerio, 5 de noviembre de 1983; pero le sirvo al Señor desde 1980. Dios me capacitó, me instruyó, me preparó, en la mejor iglesia de El Salvador (El Tabernáculo Amigos de Israel) y con lo que yo considero el mejor mentor, que fue, nuestro hermano Toby.
Quiero reconocer públicamente, y a través de toda a las redes, que yo entiendo que yo no soy el mejor pastor, no soy el mejor predicador, no soy un gran comunicador, pero que he servido a Dios de corazón, he servido a Dios con el alma, he servido a Dios con pasión y siempre he dedicado mi tiempo para servir al Señor en todo lo que Dios me ha pedido que haga. Le doy gracias al Señor porque me ha permitido predicar en 35 países del mundo, le doy la gloria a Dios por una vida de ministerio.
Le doy gracias a Dios por el apoyo de mi familia; sin eso sería prácticamente imposible. (Por el apoyo de mi suegra en el cuidado de mi esposa, por su la condición de mi esposa. A mis hijos también, que han sabido entender el llamado de Dios). Yo no tengo un trabajo de las 7 de la mañana a las 3 de la tarde, esto es algo de todo el tiempo, de todo el día y de todas las horas. Por eso glorifico el nombre del Señor y a Él, solamente a él, le doy la honra y la gloria.
- Por la Iglesia.
Le doy gloria a Dios por ustedes, por la iglesia. ¡Dios mío llegamos a 35 años! Dios ha sido bueno, hemos experimentado su gracia, hemos experimentado su misericordia, su paciencia.
Hace un año, precisamente, hicimos una encuesta. La pregunta que hacía a varias personas de la iglesia era: ¿qué es lo que más le gusta de su iglesia? Las respuestas fueron (en el siguiente orden): la predicación, que se predica la sana doctrina, que la gente se siente en casa, la visión misionera, somos una iglesia activa, alegre, viva. Como número seis, por el alcance que realizamos, porque se pueden desarrollar los dones, por la organización, por la adoración y por el compañerismo.
En estos 35 años hemos tenido servidores excepcionales que en su tiempo dieron lo mejor del reino, para la gloria de Dios hemos tenido gente maravillosa en nuestra iglesia. Servidores que se entregaron con sacrificio por su ministerio, y gracias a Dios por ellos.
Quiero también agradecer a una gran cantidad de familias que han sido extremadamente generosas a lo largo de los años, en todo sentido. Personas con las que podemos contar como iglesia. Hermanos que están acá en este momento que cuando la iglesia necesita algo, yo puedo acercarme a ellos con toda la libertad del mundo. Yo jamás en la vida los he molestado para pedir cosas personales, y tampoco lo haré, con la ayuda del Señor. Pienso que no es ético, pienso que no es correcto, pienso que no está bien mezclar una cosa con la otra; y además Dios sabe, yo prefiero amarrarme la tripa, que tener que poner en mal el evangelio.
Gracias a Dios por nuestra iglesia, porque también hemos aprendido a darle importancia a los valores espirituales. En esta iglesia valoramos muchas cosas, por ejemplo: valoramos la adoración, ¿sabe por qué? Porque si hay algo que produce la gratitud es: la adoración. La gratitud produce adoración. Valoramos la predicación de la eterna palabra del Señor. Valoramos el amor por las almas. Valoramos el amor por los hermanos; tanto así, que hablamos de respetarnos los unos a los otros, de tratar a la gente con dignidad, con el respeto, con el cariño que las personas merecen. Creemos en la restauración de la gente. Creemos que, si usted cometió un error, si usted falló, esta iglesia seguirá siendo una iglesia para usted. Usted puede regresar las veces que quiera. Yo quiero que como iglesia le veamos con cariño, con aprecio, ¿sabe por qué? Porque perfecto solo Dios, nadie más, todos nos equivocamos. Indiscutiblemente tenemos que andar como la Biblia nos manda, como personas que hemos sido lavadas con la sangre de Jesucristo, pero que cometemos errores los cometemos. Valoramos la oración y valoramos también la obra misionera.
- Por la fortaleza en tiempos difíciles.
Salmos 138: 3 (RV-60): El día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi alma.
Al hacer un recuento de estos 35 años, en el ministerio, me he encontrado con etapas difíciles en mi vida. Me di cuenta que enfrenté tiempos de soledad. Desconozco la vida de muchos otros pastores, pero; en el ministerio hay tiempos de soledad, tiempos de confusión, ¿cuántas veces uno se ha preguntado si está haciendo lo correcto? ¿O si estamos en el lugar correcto? Tiempos de desánimo, de desafíos económicos, ¡Dios mío!
Nosotros ahora estamos, por la gracia de Dios, disfrutando tiempos distintos; pero la vimos a palitos. Yo les he mencionado a ustedes en varias oportunidades que la dependencia de Dios hay que pasarla carne propia, es una materia que no se da en el seminario. Hay situaciones y circunstancias que usted atraviesa donde puede ver lo difícil que son esos tiempos de decepción.
El domingo pasado escuchaba a Juan Carlos Aguirre en su sermón, sobre su experiencia pastoreando una obra. Hay cosas que usted no sabe, que yo no acostumbro a mencionarlas en este púlpito, porque yo estoy aquí para animarlo, motivarlo, para que usted salga a conquistar este mundo, para que usted se llene de esperanza, se llene de fe, de confianza. Yo no voy a venir a traerle los problemas personales, ni de la iglesia para ponerlo encima de sus hombros. Solo le pedimos que ore, que nos ayude a orar para vencer tribulaciones; pero sabemos que Dios ha estado allí siempre para fortalecernos.
Quiero darle gracias a Dios por familias, tenemos familias en esta iglesia que tienen más 30 años con nosotros.
Quiero mencionar algo que es bien importante: aquí hay personas que forman parte de la historia de los primeros 35 años, pero déjame decirle: hay mucha gente que van a formar parte de la historia de los próximos 35 años. Usted que está llegando, usted que tiene unos añitos nada más acá, usted que está nuevo, créame: usted va a ser parte de la historia de esta iglesia. Confiemos en que Dios pueda poner personas idóneas y sabias, al lado suyo.
Estamos determinados, en el nombre del Señor, a construir un templo para dar gloria a Dios, eso es por su gracia y por su misericordia. Queremos dejar las cosas tan bien puestas, de tal manera, que ese templo no se convierta en una bodega, en un restaurante o en ninguna otra cosa más, que un santuario donde se alabe el nombre de Jehová Dios y se predique la eterna y bendita palabra de nuestro Señor Jesucristo. Que sea algo digno, para la gloria del Señor. Si usted no estuvo en la iglesia desde los inicios, pero no fue posible; usted es parte de lo que falta, usted es parte de lo que viene.
- Por la perseverancia de la iglesia.
2 Juan 1:9 (RV-60): Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo.
La perseverancia de los santos significa (esto lo escribí yo): que los cristianos debemos permanecer activamente en la fe y dando fruto, desde que conocemos a Cristo como Salvador y Señor, hasta que el Señor nos llame a su presencia. ¿Qué significa esto? Que hemos sido llamados a perseverar en la fe, en la doctrina de Cristo, a dar fruto hasta que Cristo venga.
Hermanos con mucha tristeza les digo que: en 1988, cuando llegamos a Canadá, tuve en mis manos un directorio telefónico hispano, había 118 iglesias latinas. Hoy, treinta y cinco años más tarde, son contadas con los dedos de las manos las iglesias que han quedado.
Hace unos años vino a hablar conmigo un hermano, yo lo conozco, y me dijo: “Pastor, yo quiero moverme a su iglesia. Yo pertenezco a -tal- iglesia, pero esa iglesia está pasando por un problema bien serio (y me comentó el problema que estaba pasando en la iglesia). Es por eso que vengo a presentarme con usted. En aquella iglesia hago esto, y hago aquí, y hago allá, y hago tal cosa, y hago la otra, y me quiero mover para acá”. Entonces yo le dije mire hermano, vamos a hacer algo: usted se va a regresar a su iglesia, va a permanecer en su iglesia hasta que se resuelva el problema que tiene su iglesia en este momento y cuando esa iglesia haya resuelto su problema, y las cosas estén en paz y en tranquilidad; entonces usted vuelve y se hace miembro de esta iglesia. Y me pregunta: ¿pero por qué pastor? Porque si usted está abandonando aquella iglesia, porque está pasando un problema, usted va a hacer lo mismo conmigo el día que pase un problema en este lugar. Yo no quiero que usted se acostumbre a andar huyendo de las iglesias porque se presenta un problema o una situación. Estamos en la iglesia en las buenas y en las malas.
Le quiero dar gracias a Dios porque hemos pasado 1000 problemas, y 500 de ellos, usted ni cuenta se ha dado. Mil situaciones, pero cada domingo y cada miércoles, hemos estado en este púlpito predicando el glorioso Evangelio y diciendo siempre que: en Cristo hay esperanza y hay salvación.
Si nos detenemos a ver los problemas no avanzamos, porque los problemas no se van a acabar jamás de la vida. Los problemas son parte de una congregación. No existe una sola iglesia que diga: nosotros no tenemos ningún problema, por la gracia de Dios. En todas hay dificultades. El que anda brincando de iglesia en iglesia, buscando la iglesia perfecta no la va a encontrar, ese no ha entendido el evangelio todavía.
Yo le doy gracias a Dios porque Dios ha sido tan fiel con el Tabernáculo Bíblico Bautista El Redentor, porque ha estado con nosotros en cada circunstancia y en cada situación. Por todas y cada una de las cosas que han pasado en esta iglesia, desde las cosas más maravillosas (como el hecho de estar pagando ahora un terreno), hasta las cosas más mínimas que han pasado. De todo eso hay un solo protagonista, y ese ha sido nuestro bendito Señor Jesucristo, a quien sea la honra y la gloria por los siglos de los siglos.
Oremos: Padre, te damos gracias. Gracias por tu fidelidad, por tu misericordia, por tu compasión, por tu paciencia. Por ese amor eterno con el que nos has amado. Por la manera como nos has corregido. Por la forma como nos has animado a seguir constantes en la esperanza. En estos 35 años hemos visto tu gloria en medio de situaciones y circunstancias, tú has estado ahí. En este día de una manera muy especial, y en esta semana completa, volvemos nuestra mirada a la gloria nuestra mirada al cielo y te decimos: ¡Bendito sea tu nombre, bendito sea tu nombre! Gracias por esa esperanza que nos has dado de que un día te veremos cara a cara.
Por aquellos hermanos queridos que han partido a tu presencia Señor, les recordamos en este día también. Agradecido por la vida de ellos, por haber llegado hasta el final. Permite que cada uno de nosotros podamos decir como el apóstol Pablo: “Hemos peleado la buena batalla, hemos acabado la carrera, y hemos guardado la fe”. Bendícenos Padre.
Mientras todos oramos en esta hora, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón; déjeme decirle que: Dios le ama, Dios tiene un plan maravilloso para usted. Dios le quiere salvar, quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo, ahí donde está usted puede hacer esta oración conmigo y decirle al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Reconozco que te he ofendido, me arrepiento. Te doy gracias por Jesucristo, porque fue a la cruz por mí. Porque derramó su sangre por mí, en este día yo te entrego mi vida, te entrego mi corazón”. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor gracias, gracias, por tu palabra. Gracias por estos años. Permite Señor que podamos tener la fuerza para seguir adelante en los que hacen faltan y que nos preocupemos todos porque tu nombre pueda ser exaltado, aquí y en el mundo entero; en el nombre de Jesús oramos: amén y amén.
Amados míos que la paz de Cristo les acompañe.
35 años, a Dios sea la Gloria
Octubre 29, 2023 – 1:30PM | Salmos 24:10 | Dr. David Rodriguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a ir a la palabra de Dios, si usted tiene su Biblia en las manos, o algún dispositivo, busquemos el Salmos 24 en la versión RV-60, el capítulo se titula: El Rey de gloria. Yo he titulado en este día, con su permiso, al mensaje: 35 años, a Dios sea la gloria.
Quiero que tengamos claro que todo lo que voy a mencionar en los próximos minutos es para darle la Gloria y la Honra a Dios, bajo ningún punto de vista queremos nosotros considerar que todo lo que ha sucedido estos años es por nosotros, solo la gracia y misericordia de Dios.
Salmos 24:10 (RV-60): ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.
Salmos 29:1-2(RV-60): 1Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad Jehová la gloria y el poder. 2Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
Salmos 104: 31 (RV-60): Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
Salmos 19:1 (RV-60): Los cielos cuentan la gloria de Dios.
Salmos 24:10 (RV-60): ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.
Salmos 66:2 (RV-60): Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.
Salmos 104:31 (RV-60): Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
1Crónicas 29:11 (RV-60): Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y dar poder a todos.
Oremos: Señor, son 35 años que tú nos has permitido estar en este lugar; y en este día Señor te damos a ti toda la gloria, toda la honra, te bendecimos, te exaltamos, glorificamos tu nombre. Háblanos y bendícenos este fin de semana Señor que estaremos honrando tu nombre una vez más. Que tu nombre pueda ser exaltado, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
En estos 35 años Dios ha sido bueno, y a Él le damos la gloria. Hay un Salmos muy especial que quiero que lo veamos.
Salmos 138 (Rv-60): Te alabaré con todo mi corazón; Delante de los dioses te cantaré salmos. 2Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 3El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma. 4Te alabarán, oh Jehová todos los reyes de la tierra, Porque han oído los dichos de tu boca. 5Y cantarán de los caminos de Jehová, Porque la gloria de Jehová es grande. 6Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. 7Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra. 8Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.
Podemos pasar el día completo, y el resto de los años, dándole gracias a Dios. Pero en esta oportunidad, de una manera muy específica, quisiera dar gracias a Dios por varias cosas. En función de la celebración de nuestro 35 aniversario, quiero dar gracias a Dios:
- Por su Fidelidad.
Salmos 138:2 (Rv-60): 2Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
Cuando las personas se casan, se hacen un montón de promesas; pero lo que pasa es que cuando nos casamos, lo hacemos con todo el amor del mundo y no vemos los defectos de la pareja; y por otro lado no prevemos si podemos vivir con los cambios que produce la vida en ambos individuos. Pero si de algo debemos estar seguros es que cambiamos. Ya vivimos juntos, estamos en una sola casa; el día que estuvimos en un altar nos prometimos mil cosas: amarnos, cuidarnos, protegernos, estar el uno para el otro en la salud, en la enfermedad, en las buenas, en las malas, todo eso. Pero somos seres emocionales, es decir; en ese momento la vida abundaba de amor, la vida abundaba de cariño, la vida abundaba de permitir que la otra persona cometiera ciertos errores y nosotros dejar pasar esos errores. Pero lastimosamente, no todo el mundo responde de igual forma a las circunstancias de la vida. A medida que van avanzando los años, vamos cambiando por varias razones: vienen los hijos y eso trae tensión, trae estrés. A medida que van avanzando los chamaquitos nos va quitando la vida, y todos reaccionamos de manera distinta. La mamá reacciona de una manera, el papá reacciona de la otra, y en lugar de irnos acercando nos vamos alejando. Perdemos la paciencia, pegamos dos o tres gritos (cosa que nunca en la vida había pasado) y eso daña, eso va creando una brecha o una distancia grande. Si no tratamos eso desde el principio, llegamos a un momento donde es casi imposible manejar la situación; porque somos seres emocionales, y como seres emocionales tenemos límites, a todos se nos llena la copa. Siempre decimos que todo matrimonio es una olla de presión, cuando no se sabe manejar la situación.
Pero al pensar en los 35 años que tenemos, entendemos que la fidelidad de Dios no cambia. Dios es fiel, aunque nosotros cambiemos, Él no cambia. La fidelidad de Dios es constante y es confiable. Si Dios dice que nos va a amar siempre, créame: nos va a amar siempre. A lo largo de estos años yo he visto esa fidelidad, porque la fidelidad de Dios es una característica fundamental de su naturaleza divina. Él no puede negarse a sí mismo. Dios nos ama bajo cualquier circunstancia.
2 Timoteo 2:13 (RV-60): Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. Un amigo te puede fallar, un esposo te puede fallar, una esposa te puede fallar, un padre te puede fallar, una madre te puede fallar, ¿pero Dios? Dios nunca falla, porque Él no puede faltar a sí mismo. Él ha dicho: con amor eterno te he amado.
Cuando yo pienso en 35 largos años, hermano yo lo único que puedo hacer en esta tarde es testificar de la fidelidad de nuestro Dios. Veo la gloria de Dios, nos ha cuidado, nos ha sostenido, nos ha provisto, nos ha bendecido en estos 35 años. Altas y bajas, errores y aciertos, defectos y virtudes, en medio de todas las circunstancias la fidelidad de Dios ha estado ahí, siempre con nosotros. Dios es fiel. No nos ha dejado, no nos ha abandonado. Él ha estado en cada circunstancia. Cuando yo pienso en todos los aspectos y todas las circunstancias de la vida, la mano de Dios ha estado ahí con nosotros.
Como iglesia hemos atravesado mil cosas, pero Dios ha sido fiel, el Señor ha sido fiel. Por la gracia de Dios la iglesia no le debe ni cinco centavos a nadie, nunca hemos defraudado a nadie. Yo quiero darle gracias a Dios por su fidelidad.
- Por la bendición de ser bendición a otras personas.
Por la bendición de ser una bendición.
Salmos 138:2b (RV-60): 2bPorque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
Miles de personas han escuchado el evangelio en esta iglesia. Hemos bautizado y discipulado a cientos de creyentes. A lo largo de los años nunca hemos cancelado un culto, ni en tiempos de pandemia; y por todo eso le damos a Dios la gloria y la honra.
Quiero hablarles de algo, que nunca me gusta hablar y por eso les pido disculpas. Nuestro ministerio ingresó a las redes sociales en el año 2012, hace 11 años que estamos transmitiendo en las redes sociales. En YouTube tenemos 1700 videos de predicaciones y 172,000 suscriptores. En los últimos 5 años, a donde quiera que el Señor nos lleva a predicar, hay personas que vienen de lejos (viajan horas) porque quieren conocer de nuestro ministerio. Ustedes han sido testigos de familias que han venido aquí, a este lugar, de México y de otros países porque querían conocer este ministerio. A Dios le damos la gloria y por eso yo le puse a esto: “Gracias a Dios por la bendición de ser bendición a otras personas”.
Fíjate que hace unos días estábamos en Panamá con Jorge Francis, en una convención, yo me atrevería a decir por lo menos había entre unas 10 o 15 mil personas. Le digo a Jorge: me voy a dar una vuelta. Había gente de 80 países, supuestamente, en el lugar. Vale la pena mencionar que era una Convención Mundial Misionera Pentecostal, pero, al fin y al cabo: misionera mundial y eso es lo que nos interesa, para estar al día de lo que está pasando en el mundo. Al siguiente día yo fui al mall y se me acercó un hombre con su teléfono, y traía la página nuestra, y me dice: “¿usted es el pastor David? Yo le respondí: Sí, por la gracia de Dios. Él me comenta: yo lo vi ayer en la convención, pero le dije a mi esposa: no es posible, si esto es una convención pentecostal, el pastor David no debe andar por acá. Pero nos quedamos con la duda, ¡es que se parece tanto! Y me dice él, Julián se llama el hermano, nosotros somos una iglesia pentecostal en Colombia, los días viernes nosotros ponemos un sermón de El Redentor en nuestra iglesia”. ¡Así es como nosotros crecemos hermano! Yo le puedo contar experiencia tras experiencia, tras experiencia, países que ven nuestros sermones; La gloria sea para el Señor.
El país que más mira los sermones nuestros en YouTube es México con 10 millones de personas. Le sigue los Estados Unidos con 9 millones. Colombia 2.2 millones. Perú 1,700000. Chile 1,500000 personas. Argentina 1,400000. Ecuador 1,200000 Guatemala 902000 personas, sigue El Salvador, España, Honduras, Venezuela, República Dominicana, Costa Rica, Canadá, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico, Paraguay. Italia con 61000 personas. Uruguay 102000 personas que siguen nuestro ministerio. El Reino Unido 7000. Alemania 18000 ¡Dios mío! Belice, Japón, Australia, Suecia, Francia, Cuba, Suiza, Holanda, Bélgica, Noruega, Curasao. Rusia, Aruba, Dinamarca, Islas Caimán, Guinea Ecuatorial, Israel, India, Portugal, Antigua y Barbudas, Austria, Hong Kong, Corea del Sur, Ucrania e Indonesia. Mira, en realidad: ¡Gloria a Dios por esto! ¡Gloria a Dios por el privilegio de ser una bendición! Porque nos permite llevar la palabra hasta lo último de la tierra.
Hemos superado, en gran manera, que las personas solo vienen a los cultos cuando predica el pastor David. Tenemos muchos predicadores que se preparan para llevar la palabra, y eso a mí me llena de gran satisfacción.
Gracias a Dios por su fidelidad, gracias a Dios por la bendición de bendecir al mundo con esta palabra gloriosa y eterna.
- Por llamarme al ministerio.
1 Timoteo 1:12(RV-60): Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio. Quiero darle gracias a Dios porque me llamó al ministerio.
Si yo tuviera que llamar personas para el ministerio, yo no me hubiera llamado a mí mismo. Quiero hacer público mi agradecimiento a Dios por su llamamiento. Este próximo domingo cumplo 40 largos años de haber sido ordenado al ministerio, 5 de noviembre de 1983; pero le sirvo al Señor desde 1980. Dios me capacitó, me instruyó, me preparó, en la mejor iglesia de El Salvador (El Tabernáculo Amigos de Israel) y con lo que yo considero el mejor mentor, que fue, nuestro hermano Toby.
Quiero reconocer públicamente, y a través de toda a las redes, que yo entiendo que yo no soy el mejor pastor, no soy el mejor predicador, no soy un gran comunicador, pero que he servido a Dios de corazón, he servido a Dios con el alma, he servido a Dios con pasión y siempre he dedicado mi tiempo para servir al Señor en todo lo que Dios me ha pedido que haga. Le doy gracias al Señor porque me ha permitido predicar en 35 países del mundo, le doy la gloria a Dios por una vida de ministerio.
Le doy gracias a Dios por el apoyo de mi familia; sin eso sería prácticamente imposible. (Por el apoyo de mi suegra en el cuidado de mi esposa, por su la condición de mi esposa. A mis hijos también, que han sabido entender el llamado de Dios). Yo no tengo un trabajo de las 7 de la mañana a las 3 de la tarde, esto es algo de todo el tiempo, de todo el día y de todas las horas. Por eso glorifico el nombre del Señor y a Él, solamente a él, le doy la honra y la gloria.
- Por la Iglesia.
Le doy gloria a Dios por ustedes, por la iglesia. ¡Dios mío llegamos a 35 años! Dios ha sido bueno, hemos experimentado su gracia, hemos experimentado su misericordia, su paciencia.
Hace un año, precisamente, hicimos una encuesta. La pregunta que hacía a varias personas de la iglesia era: ¿qué es lo que más le gusta de su iglesia? Las respuestas fueron (en el siguiente orden): la predicación, que se predica la sana doctrina, que la gente se siente en casa, la visión misionera, somos una iglesia activa, alegre, viva. Como número seis, por el alcance que realizamos, porque se pueden desarrollar los dones, por la organización, por la adoración y por el compañerismo.
En estos 35 años hemos tenido servidores excepcionales que en su tiempo dieron lo mejor del reino, para la gloria de Dios hemos tenido gente maravillosa en nuestra iglesia. Servidores que se entregaron con sacrificio por su ministerio, y gracias a Dios por ellos.
Quiero también agradecer a una gran cantidad de familias que han sido extremadamente generosas a lo largo de los años, en todo sentido. Personas con las que podemos contar como iglesia. Hermanos que están acá en este momento que cuando la iglesia necesita algo, yo puedo acercarme a ellos con toda la libertad del mundo. Yo jamás en la vida los he molestado para pedir cosas personales, y tampoco lo haré, con la ayuda del Señor. Pienso que no es ético, pienso que no es correcto, pienso que no está bien mezclar una cosa con la otra; y además Dios sabe, yo prefiero amarrarme la tripa, que tener que poner en mal el evangelio.
Gracias a Dios por nuestra iglesia, porque también hemos aprendido a darle importancia a los valores espirituales. En esta iglesia valoramos muchas cosas, por ejemplo: valoramos la adoración, ¿sabe por qué? Porque si hay algo que produce la gratitud es: la adoración. La gratitud produce adoración. Valoramos la predicación de la eterna palabra del Señor. Valoramos el amor por las almas. Valoramos el amor por los hermanos; tanto así, que hablamos de respetarnos los unos a los otros, de tratar a la gente con dignidad, con el respeto, con el cariño que las personas merecen. Creemos en la restauración de la gente. Creemos que, si usted cometió un error, si usted falló, esta iglesia seguirá siendo una iglesia para usted. Usted puede regresar las veces que quiera. Yo quiero que como iglesia le veamos con cariño, con aprecio, ¿sabe por qué? Porque perfecto solo Dios, nadie más, todos nos equivocamos. Indiscutiblemente tenemos que andar como la Biblia nos manda, como personas que hemos sido lavadas con la sangre de Jesucristo, pero que cometemos errores los cometemos. Valoramos la oración y valoramos también la obra misionera.
- Por la fortaleza en tiempos difíciles.
Salmos 138: 3 (RV-60): El día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi alma.
Al hacer un recuento de estos 35 años, en el ministerio, me he encontrado con etapas difíciles en mi vida. Me di cuenta que enfrenté tiempos de soledad. Desconozco la vida de muchos otros pastores, pero; en el ministerio hay tiempos de soledad, tiempos de confusión, ¿cuántas veces uno se ha preguntado si está haciendo lo correcto? ¿O si estamos en el lugar correcto? Tiempos de desánimo, de desafíos económicos, ¡Dios mío!
Nosotros ahora estamos, por la gracia de Dios, disfrutando tiempos distintos; pero la vimos a palitos. Yo les he mencionado a ustedes en varias oportunidades que la dependencia de Dios hay que pasarla carne propia, es una materia que no se da en el seminario. Hay situaciones y circunstancias que usted atraviesa donde puede ver lo difícil que son esos tiempos de decepción.
El domingo pasado escuchaba a Juan Carlos Aguirre en su sermón, sobre su experiencia pastoreando una obra. Hay cosas que usted no sabe, que yo no acostumbro a mencionarlas en este púlpito, porque yo estoy aquí para animarlo, motivarlo, para que usted salga a conquistar este mundo, para que usted se llene de esperanza, se llene de fe, de confianza. Yo no voy a venir a traerle los problemas personales, ni de la iglesia para ponerlo encima de sus hombros. Solo le pedimos que ore, que nos ayude a orar para vencer tribulaciones; pero sabemos que Dios ha estado allí siempre para fortalecernos.
Quiero darle gracias a Dios por familias, tenemos familias en esta iglesia que tienen más 30 años con nosotros.
Quiero mencionar algo que es bien importante: aquí hay personas que forman parte de la historia de los primeros 35 años, pero déjame decirle: hay mucha gente que van a formar parte de la historia de los próximos 35 años. Usted que está llegando, usted que tiene unos añitos nada más acá, usted que está nuevo, créame: usted va a ser parte de la historia de esta iglesia. Confiemos en que Dios pueda poner personas idóneas y sabias, al lado suyo.
Estamos determinados, en el nombre del Señor, a construir un templo para dar gloria a Dios, eso es por su gracia y por su misericordia. Queremos dejar las cosas tan bien puestas, de tal manera, que ese templo no se convierta en una bodega, en un restaurante o en ninguna otra cosa más, que un santuario donde se alabe el nombre de Jehová Dios y se predique la eterna y bendita palabra de nuestro Señor Jesucristo. Que sea algo digno, para la gloria del Señor. Si usted no estuvo en la iglesia desde los inicios, pero no fue posible; usted es parte de lo que falta, usted es parte de lo que viene.
- Por la perseverancia de la iglesia.
2 Juan 1:9 (RV-60): Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo.
La perseverancia de los santos significa (esto lo escribí yo): que los cristianos debemos permanecer activamente en la fe y dando fruto, desde que conocemos a Cristo como Salvador y Señor, hasta que el Señor nos llame a su presencia. ¿Qué significa esto? Que hemos sido llamados a perseverar en la fe, en la doctrina de Cristo, a dar fruto hasta que Cristo venga.
Hermanos con mucha tristeza les digo que: en 1988, cuando llegamos a Canadá, tuve en mis manos un directorio telefónico hispano, había 118 iglesias latinas. Hoy, treinta y cinco años más tarde, son contadas con los dedos de las manos las iglesias que han quedado.
Hace unos años vino a hablar conmigo un hermano, yo lo conozco, y me dijo: “Pastor, yo quiero moverme a su iglesia. Yo pertenezco a -tal- iglesia, pero esa iglesia está pasando por un problema bien serio (y me comentó el problema que estaba pasando en la iglesia). Es por eso que vengo a presentarme con usted. En aquella iglesia hago esto, y hago aquí, y hago allá, y hago tal cosa, y hago la otra, y me quiero mover para acá”. Entonces yo le dije mire hermano, vamos a hacer algo: usted se va a regresar a su iglesia, va a permanecer en su iglesia hasta que se resuelva el problema que tiene su iglesia en este momento y cuando esa iglesia haya resuelto su problema, y las cosas estén en paz y en tranquilidad; entonces usted vuelve y se hace miembro de esta iglesia. Y me pregunta: ¿pero por qué pastor? Porque si usted está abandonando aquella iglesia, porque está pasando un problema, usted va a hacer lo mismo conmigo el día que pase un problema en este lugar. Yo no quiero que usted se acostumbre a andar huyendo de las iglesias porque se presenta un problema o una situación. Estamos en la iglesia en las buenas y en las malas.
Le quiero dar gracias a Dios porque hemos pasado 1000 problemas, y 500 de ellos, usted ni cuenta se ha dado. Mil situaciones, pero cada domingo y cada miércoles, hemos estado en este púlpito predicando el glorioso Evangelio y diciendo siempre que: en Cristo hay esperanza y hay salvación.
Si nos detenemos a ver los problemas no avanzamos, porque los problemas no se van a acabar jamás de la vida. Los problemas son parte de una congregación. No existe una sola iglesia que diga: nosotros no tenemos ningún problema, por la gracia de Dios. En todas hay dificultades. El que anda brincando de iglesia en iglesia, buscando la iglesia perfecta no la va a encontrar, ese no ha entendido el evangelio todavía.
Yo le doy gracias a Dios porque Dios ha sido tan fiel con el Tabernáculo Bíblico Bautista El Redentor, porque ha estado con nosotros en cada circunstancia y en cada situación. Por todas y cada una de las cosas que han pasado en esta iglesia, desde las cosas más maravillosas (como el hecho de estar pagando ahora un terreno), hasta las cosas más mínimas que han pasado. De todo eso hay un solo protagonista, y ese ha sido nuestro bendito Señor Jesucristo, a quien sea la honra y la gloria por los siglos de los siglos.
Oremos: Padre, te damos gracias. Gracias por tu fidelidad, por tu misericordia, por tu compasión, por tu paciencia. Por ese amor eterno con el que nos has amado. Por la manera como nos has corregido. Por la forma como nos has animado a seguir constantes en la esperanza. En estos 35 años hemos visto tu gloria en medio de situaciones y circunstancias, tú has estado ahí. En este día de una manera muy especial, y en esta semana completa, volvemos nuestra mirada a la gloria nuestra mirada al cielo y te decimos: ¡Bendito sea tu nombre, bendito sea tu nombre! Gracias por esa esperanza que nos has dado de que un día te veremos cara a cara.
Por aquellos hermanos queridos que han partido a tu presencia Señor, les recordamos en este día también. Agradecido por la vida de ellos, por haber llegado hasta el final. Permite que cada uno de nosotros podamos decir como el apóstol Pablo: “Hemos peleado la buena batalla, hemos acabado la carrera, y hemos guardado la fe”. Bendícenos Padre.
Mientras todos oramos en esta hora, si usted nunca antes ha recibido a Cristo en el corazón; déjeme decirle que: Dios le ama, Dios tiene un plan maravilloso para usted. Dios le quiere salvar, quiere perdonar sus pecados y darle la bendición de la vida eterna. Si usted nunca antes ha recibido a Cristo, ahí donde está usted puede hacer esta oración conmigo y decirle al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis pecados. Reconozco que te he ofendido, me arrepiento. Te doy gracias por Jesucristo, porque fue a la cruz por mí. Porque derramó su sangre por mí, en este día yo te entrego mi vida, te entrego mi corazón”. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Señor gracias, gracias, por tu palabra. Gracias por estos años. Permite Señor que podamos tener la fuerza para seguir adelante en los que hacen faltan y que nos preocupemos todos porque tu nombre pueda ser exaltado, aquí y en el mundo entero; en el nombre de Jesús oramos: amén y amén.
Amados míos que la paz de Cristo les acompañe.