Que haya luz
septiembre 01, 2024 – 2:00PM | Hno. Enrique Torres
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TRANSCRIPCIÓN
Bendiciones iglesia. Vamos a orar para iniciar este momento de meditación, rogándole a Dios que sea Él quien hable a nuestras vidas y que edifique a la iglesia con su palabra.
Padre te damos gracias en esta tarde porque estamos en el mejor lugar que existe en esta ciudad, en la mejor iglesia que existe en este país y en este mundo, que es nuestra iglesia. La iglesia que tú compraste con la sangre de tu Hijo, por misericordia, por amor a tu nombre. Señor rogamos que tu palabra edifique nuestras vidas, que podamos aprender, que podamos glorificar tu nombre; te ruego Señor que las distracciones sean minimizadas, que en todo momento tú seas exaltado, en el nombre de Jesús amén.
El título de este mensaje de esta tarde es: Que haya luz. Está basado en el libro de Génesis, capítulo 1, y es el que vamos a estar estudiando en esta oportunidad. Es un relato que, yo creo, varios conocemos; el relato de la creación. Quiero hacer énfasis en un versículo, que es muy marcado, que se presenta en numerosas ocasiones en las escrituras porque es muy importante, y es precisamente el que le da título a este mensaje y son las palabras de Dios (Génesis 1) en la creación: “Que haya luz”.
Si existe un libro en las escrituras que es fundamental, que es fundacional, es precisamente el libro de Génesis. Sobre este libro recaen muchos relatos y muchos eventos que encontramos en las escrituras. También encontramos elementos que nos enseñan por qué ocurren ciertas cosas en el relato bíblico. Génesis nos da partida para el plan de redención que nuestro Dios diseñó, para redimir a la humanidad. Este libro cuenta con numerosas historias, por ejemplo: la creación, la caída del hombre, el diluvio, la vida de Noé, la vida de Abraham, de Jacob, encontramos la vida de los patriarcas, entre otros. Todos estos eventos y elementos se enumeran, se estudian, se mencionan en numerosas ocasiones en el Nuevo Testamento como manera de ejemplos pronunciados por nuestro Señor Jesucristo. También en el último libro de las escrituras, que es Apocalipsis, encontramos por ejemplo: un nuevo cielo y una nueva tierra, encontramos de nuevo un jardín, y en él El árbol de la vida. Encontramos la nueva Jerusalén. Dos personajes super importantes: Cristo y la iglesia. También encontramos la destrucción, de la muerte.
Entonces, Génesis es un libro muy importante para nosotros, como cristianos, para entender nuestra fe, para crecer y formar precisamente nuestro crecimiento espiritual.
Génesis 1: 1 (NVI): En el principio Dios creó los cielos y la tierra.
Venimos de una semana de misiones. Durante estos días se nos habló mucho acerca de la necesidad que hay que en otros pueblos de que se predique el evangelio. Una de las comunidades más grandes aquí en Vancouver es la comunidad de hindús o indios. Nos comentaba uno de nuestros hermanos expositores, que para este grupo en particular existen muchos dioses. Entonces si uno les habla de Dios, para ellos es un dios más. Pero es importante que notemos que el Dios que es presentado en el primer versículo de las escrituras, es el Dios creador del universo, y por lo tanto se encuentra arriba de cualquier otra criatura, llámese como se llame. Estamos hablando del Dios que envió a su Hijo Jesucristo para redimirnos de nuestra condición, que es una condición de muerte. De ese Dios está estamos hablando.
Génesis 1:2 (NVI): La tierra no tenía forma y estaba vacía, las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Quiero hacer unos comentarios sobre el relato que encontramos en Génesis capítulo 1. Sobre el de la creación hay varios debates, sobre ¿cuál debería ser la mejor interpretación de estos relatos? Una de las posiciones es de los que creen literalmente todas las palabras que se encuentran en Génesis. Otra posición es una interpretación más poética de este pasaje, por aquí yo me inclino.
Les explico: hay varias ocasiones en que las escrituras nos presentan eventos históricos, y acompañan de manera continua un relato tipo poético, que describen los mismos eventos. Ejemplo búsquenlo (Éxodo capítulo 14) ¿Qué hay en Éxodo capítulo 14? Está la salida del pueblo de Israel cruzando, en seco, el mar y cómo Dios cierra las aguas y destruye al faraón con su ejército. En el siguiente capítulo (Éxodo 15) encontramos el mismo relato nuevamente, los mismos eventos históricos, pero en esta ocasión en un canto que conocemos, como: El cántico de Moisés. Hay teólogos que se inclinan a pensar que el relato que encontramos en Génesis 1, sobre la creación y el relato subsecuente que está en Génesis capítulo 2 van de la mano; dándonos cuenta de verdades históricas, pero no de una manera necesariamente cronológica y precisa. El libro de Génesis no es un libro científico, no es un libro que tenga el lenguaje o el interés de explicar las cosas de manera científica. Y no tendría sentido, porque la ciencia ha evolucionado. Ejemplo: la palabra cáncer ¿aparece en las escrituras? No, no aparece, porque es una palabra que apareció recientemente. Otro ejemplo: medicina, medicamento o vacuna, para ser más precisos, no existía en aquellos días. Entonces el libro de Génesis, específicamente el capítulo 1, no está enfocado en mostrarnos de manera científica qué fue lo que ocurrió.
¿Cómo hacernos entender el relato? Como una expresión poética que contiene verdades fundamentales, acerca del creador del universo y su creación; pero no nos brinda un orden cronológico, lo que sí nos dice son verdades históricas para entender quién es Dios.
Génesis 1: 1-2 (NVI): 1Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. 2La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Hay otras versiones que nos ayudan a entender mejor estos versículos.
Génesis 1: 1-3 (TLA): 1Cuando Dios comenzó a crear el cielo y la tierra, 2la tierra no tenía forma, ni había en ella nada que tuviera vida. Las aguas estaban cubiertas por una gran oscuridad, pero sobre la superficie del agua se movía el Espíritu de Dios. 3Dijo entonces Dios: ¡Quiero que haya luz! ¡Y al instante hubo luz! Aquí vemos el milagro más importante del capítulo, porque refleja la autoridad de Dios y al mismo tiempo su persona.
Génesis 1:4-5 (NVI): 4Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. 5A la luz llamó día, y a las tinieblas noche. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día. Esta es una realidad fundamental para que podamos entender también el evangelio, como Dios a partir de la nada, a partir del caos, en medio de las tinieblas con el poder de su palabra dijo: Que haya luz, y la luz prevalece. Y Dios vio que la luz era buena, hermosa. Esa es la creación de nuestro Dios.
La luz nos permite percibir cosas, nos da calor para que podamos vivir, para que usted haya podido almorzar; Dios tuvo que crear algo con características tan únicas que, es precisamente lo que permite que nosotros los seres humanos estemos el día de hoy un poquito acalorados.
Vamos a lo que yo considero el segundo evento más importante que Dios crea.
Génesis 1: 27 (TLA): Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.
¿Qué significa que Dios haya creado al ser humano a su imagen? Hay diferentes interpretaciones, la mayoría coincide básicamente en que nosotros tenemos ciertas características de nuestro creador, por ejemplo: ser observadores, poder identificar problemas y proponer soluciones, poder crear (o si ustedes lo quieren llamar de otra manera: inventar) nuevas tecnologías, nuevos objetos, nuevos aparatos, nuevas maquinarias; esas son características que Dios ha depositado en nuestras vidas.
Estaba reflexionando un poquito acerca de todas las invenciones que yo he visto desde que nací. A mí me tocó ver la creación de el microondas, cosa que para todos nosotros ya es algo natural. Me tocó ver la creación de los teléfonos inalámbricos. Me tocó ver la creación del internet, la creación de los teléfonos inteligentes y ahora en estos últimos años la creación de la Inteligencia artificial. Son tantas y tantas las maravillas que el ser humano ha logrado cumplir a través de los diferentes descubrimientos, y es gracias a que somos hechos a imagen de nuestro Dios.
La escritura cierra este capítulo 1 de Génesis con un versículo que nos da otro elemento muy importante sobre qué es lo que está ocurriendo. Y es que la creación tiene un propósito.
Génesis 1: 31 (RV-60): Dios miró todo lo que había hecho y consideró que era muy bueno. Al final de esos seis días, Dios miró todo aquello que él había hecho. Todas las células, todos los átomos, todos los seres vivos que se encontraban en su mano, Él los miró; y consideró que eran muy buenos. Pero ¿buenos para qué? Una creación perfecta, buenos en su propósito particular, pero el propósito fundamental de la creación de Dios es que su creación le exalte. Los Salmos dicen, en varias ocasiones, que los cielos cuentan la gloria de Dios, que cuentan su magnificencia, lo esplendoroso que Él es.
En el Nuevo Testamento encontramos otro relato de la creación. En este momento es un relato basado en la persona de Cristo. Miremos lo que dice Colosenses sobre la persona de Cristo.
Colosenses 1: 15-16 (NVI): 15Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, 16porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Primogénito quiere decir el que se encuentra por encima de toda la creación.
Al inicio, en oración, decía: Señor, que no nos distraigamos sino que en este momento podamos exaltar tu nombre, créame que lo digo con todo mi corazón. Yo sé que hay calor, que nos distraemos; pero si estamos aquí es para exaltar a nuestro creador con lo que escuchemos, digamos o cantemos.
La Biblia también nos habla de otra fuente de luz, de una luz que es admirable, una luz que sobrepasa cualquier otra luz. Se describe en numerosas porciones de la Biblia.
Salmos 36: 9 (NVI) Porque en ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz.
Salmos 36: 9 (TLA): Sólo en ti se encuentra la fuente de la vida, y sólo en tu presencia podemos ver la luz.
Pusimos esta traducción para entender mejor su significado, lo que quiere decir es que: solo en Dios se encuentra la fuente de la vida, y que solo en su presencia podemos ver la luz. Podemos entender que en este mundo somos peregrinos, que encontraremos la luz admirable en plenitud cuando cerremos nuestros ojos a este mundo y los abramos para gozo eterno.
Juan 1: 1-5 (TLA): 1Antes de que todo comenzara, ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. 3Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. 4De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz. 5La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla!
Hacía un recuento mental de mi niñez, yo creo que varios pasamos por el trauma de que les apagaran la luz o que se fuera la luz. En la Ciudad de México, donde yo crecí, cuando llovía fuerte se escuchaban los granizos cayendo en los techos de concreto y quitaban la luz, y yo decía: ¡Dios mío! En el evangelio de Juan, la palabra luz, significa refugio, significa protección, Él es nuestra luz, quien nos permite encontrar propósito para nuestra vida. La luz alumbra en la oscuridad y nada puede destruirla.
Invitado, amigo, conocido que nos escuchas, necesitas de un milagro, y es: conocer la luz de Cristo en tu vida. Porque sin esa luz te encuentras en oscuridad, con despropósito, sin ningún objetivo en la vida que realmente sea compatible con la razón por la que tú fuiste creado.
La palabra oscuridad se asocia, como en Génesis, con el desorden, con el temor, con el vacío, con el despropósito. Caras vemos, corazones no sabemos; entre nosotros puede haber un hermano que esté pasando por una circunstancia que aplasta su corazón, que lo haga sentir vacío, en oscuridad, en temor; y por eso Jesús dice (Juan 12: 46): Yo soy la luz. Jesús es la luz para aquellos que están en oscuridad, en enfermedad, en tristeza; para aquellos que se encuentran en cansancio emocional, para los que están sin interés por la vida, para los de corazón oprimidos, para los amargados, para el que sufre gran dolor. Jesús dice: Yo soy la luz, yo soy tu refugio.
Jesús habló de nuevo a sus discípulos después del evento con la mujer adúltera.
Juan 8: 12(RV-60): Yo soy la luz del mundo el que me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. Si tu vida se encuentra en lucha frontal, despiadada y sangrienta con el pecado, debes saber que la única manera que puedes derrotar tu pecado es con la luz. Juan dice que la luz prevalece sobre las tinieblas.
Nuestros niños, que hace unos instantes pasaron a jóvenes, en los siguientes 9-10 meses, se encontrarán con diferentes retos en sus escuelas. Lamentablemente hermanos, es la condición de nuestro corazón, lo más fácil de copiar es lo malo. En la casa nos ven hacer cosas buenas, que edifican, que ayudan y de eso copian muy poco; pero si ven a alguien hacer lo malo, eso lo copian al instante. Tanto nuestros hijos como nosotros necesitamos, de la luz de Cristo para poder ver más allá de lo que aparece frente a nosotros, y poder realmente sentir, palpar y vivir, que nuestro propósito en la vida no es todo lo que ustedes digan; sino es exaltar al creador del universo.
Joven invitado, la luz que necesitas para tu vida se encuentra en Cristo. Si tú no tienes esa luz, la Biblia es clara y fulminante, te encuentras en tinieblas. Y esa puede ser la razón por la que varios de los que están acá en este momento dicen: ya me quiero ir; porque la luz no haya resplandecido aun en su corazón.
Jesús después de hablar con Nicodemo les dice a sus discípulos (Juan 3: 19 RV-60): que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Es por eso por lo que entre nosotros hay desdén, desánimo, es porque no hay luz en nuestro corazón. Mediten en eso: ¿Hay en mí esa luz que me permite reconocer que estoy para exaltar a Dios?
Juan 1: 9-11 (LBLA): 9Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre. 10En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. 11A los suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Existía la luz, aquella luz que dio origen a la luz de Génesis capítulo 1, es la luz verdadera. Ella es la que puede alumbrar a todo hombre, es la creadora del universo. Dice Juan que esa luz está presente aquí, en este momento, a través de su palabra; pero que entre nosotros ¡ay de aquellos que no le conocen! Escuchan las vibraciones, del sonido del micrófono, pero no tiene ningún efecto en su corazón. ¿Por qué? Porque tiene que ocurrir un milagro, ¿cuál es ese milagro? es el milagro de recibir a Cristo.
Juan 1: 12-13 (LBLA): 12Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre 13que no nacieron de sangre, no de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
¿Qué significa recibir a Cristo? Les dio el derecho, les dio el privilegio de ser llamados hijos de Dios; es decir, creer en su nombre. Creer significa, simple y sencillamente, depositar tu confianza totalmente en Él; reconociendo que tú no tienes ninguna palabra en tu vida que sea realmente definitiva, que la última palabra decisiva se encuentra en la voluntad de Dios totalmente.
Los que le recibieron, los que creen en su nombre, ellos son aquellos que no son nacidos de sangre, o porque alguien así lo decidió, o porque alguien así lo indicó o determinó; sino que son nacidos porque son producto de la voluntad de Dios. como lo es la luz en Génesis capítulo 1. Esos son los que pueden ver la luz.
Los que le recibieron, los que confían plenamente en Él. Si hay alguien entre nosotros, o nos escucha alguien, que no tiene esa confianza realmente fundamentada en la luz que es Cristo, la invitación es abierta y plena para usted en este momento. Reciba a Cristo, crea en Él, confíe en Él, busque de Él. En unos momentos estaremos orando y podrá rendir su corazón a Él. En unos momentos oraremos, y esa es quizás la oportunidad precisa para que usted a solas y en intimidad con Dios creador del universo rinda su corazón a Él.
Toda esta ilustración y toda esta espiritualización no es arbitraria o violenta la integridad de las escrituras.
2 Corintios 4: 6 (NVI): Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo. Si tú no estás creciendo espiritualmente, si el pecado te tiene abajo tirado; este es el momento para que clames a la luz, que es Cristo, y Él te permita el milagro de conocerle, de conocer su gloria, de conocer que en Él hay plenitud de gozo, que Él es la fuente de vida y que en Él se encuentra toda la gloria.
2 Corintios 4: 6 (TLA): Cuando Dios creó el mundo, dijo: “Que brille la luz donde ahora hay oscuridad”. Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza. El evangelio iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos que Él es el creador del universo, que nuestra alma no tiene ningún sentido de vida, si no es: exaltar a nuestro creador.
Roguemos por aquellos que se encuentran entre nosotros, por familiares, conocidos y amigos que no han visto esta luz, roguemos por ellos.
Juan 12: 46 (LBLA): Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. Para dejar atrás las tinieblas de pecado, la tristeza, el despropósito, la angustia, zozobra, temores; y pueda crecer en Cristo.
Vamos a orar: Padre te damos gracias por tu palabra. Por aquella palabra, como lo dice la escritura, que está presente en Génesis capítulo 1 y dio paso a la luz. Gracias porque tú eres la luz admirable, la luz que permite que nuestros corazones conozcan nuestro propósito, que es exaltarte. Rogamos por tu misericordia y tu perdón Señor, porque luchamos con nuestro pecado, con nuestras faltas, con nuestras actitudes. Rogamos que nos perdones Señor. Yo ruego por aquellos que se encuentran entre nosotros, que quizá le gustaría levantar su mano para que le apoyemos en oración, para que la luz brille en su corazón y puedan conocer la luz que les permita ver la magnificencia de Cristo.
Si en el internet, o en este lugar, alguien puede ver la luz de Cristo por primera vez en su corazón, le pedimos que levante su mano; queremos apoyarle en oración. Si se encuentra en las redes sociales, o estará escuchando este mensaje después, le invitamos a que ore, que clame a Dios pidiéndole el perdón de sus faltas, y rogando que esa luz siga brillando, prevaleciendo sobre las tinieblas. Abrace a Cristo como el tesoro más grande en su vida y en su corazón.
Gracias Padre por esta palabra. Gracias Dios por este día. Rogamos Señor que el todo lo que hagamos glorifique tu nombre, en el nombre de Jesús, amén.
¡Bendiciones!
Que haya luz
septiembre 01, 2024 – 2:00PM | Hno. Enrique Torres
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TRANSCRIPCIÓN
Bendiciones iglesia. Vamos a orar para iniciar este momento de meditación, rogándole a Dios que sea Él quien hable a nuestras vidas y que edifique a la iglesia con su palabra.
Padre te damos gracias en esta tarde porque estamos en el mejor lugar que existe en esta ciudad, en la mejor iglesia que existe en este país y en este mundo, que es nuestra iglesia. La iglesia que tú compraste con la sangre de tu Hijo, por misericordia, por amor a tu nombre. Señor rogamos que tu palabra edifique nuestras vidas, que podamos aprender, que podamos glorificar tu nombre; te ruego Señor que las distracciones sean minimizadas, que en todo momento tú seas exaltado, en el nombre de Jesús amén.
El título de este mensaje de esta tarde es: Que haya luz. Está basado en el libro de Génesis, capítulo 1, y es el que vamos a estar estudiando en esta oportunidad. Es un relato que, yo creo, varios conocemos; el relato de la creación. Quiero hacer énfasis en un versículo, que es muy marcado, que se presenta en numerosas ocasiones en las escrituras porque es muy importante, y es precisamente el que le da título a este mensaje y son las palabras de Dios (Génesis 1) en la creación: “Que haya luz”.
Si existe un libro en las escrituras que es fundamental, que es fundacional, es precisamente el libro de Génesis. Sobre este libro recaen muchos relatos y muchos eventos que encontramos en las escrituras. También encontramos elementos que nos enseñan por qué ocurren ciertas cosas en el relato bíblico. Génesis nos da partida para el plan de redención que nuestro Dios diseñó, para redimir a la humanidad. Este libro cuenta con numerosas historias, por ejemplo: la creación, la caída del hombre, el diluvio, la vida de Noé, la vida de Abraham, de Jacob, encontramos la vida de los patriarcas, entre otros. Todos estos eventos y elementos se enumeran, se estudian, se mencionan en numerosas ocasiones en el Nuevo Testamento como manera de ejemplos pronunciados por nuestro Señor Jesucristo. También en el último libro de las escrituras, que es Apocalipsis, encontramos por ejemplo: un nuevo cielo y una nueva tierra, encontramos de nuevo un jardín, y en él El árbol de la vida. Encontramos la nueva Jerusalén. Dos personajes super importantes: Cristo y la iglesia. También encontramos la destrucción, de la muerte.
Entonces, Génesis es un libro muy importante para nosotros, como cristianos, para entender nuestra fe, para crecer y formar precisamente nuestro crecimiento espiritual.
Génesis 1: 1 (NVI): En el principio Dios creó los cielos y la tierra.
Venimos de una semana de misiones. Durante estos días se nos habló mucho acerca de la necesidad que hay que en otros pueblos de que se predique el evangelio. Una de las comunidades más grandes aquí en Vancouver es la comunidad de hindús o indios. Nos comentaba uno de nuestros hermanos expositores, que para este grupo en particular existen muchos dioses. Entonces si uno les habla de Dios, para ellos es un dios más. Pero es importante que notemos que el Dios que es presentado en el primer versículo de las escrituras, es el Dios creador del universo, y por lo tanto se encuentra arriba de cualquier otra criatura, llámese como se llame. Estamos hablando del Dios que envió a su Hijo Jesucristo para redimirnos de nuestra condición, que es una condición de muerte. De ese Dios está estamos hablando.
Génesis 1:2 (NVI): La tierra no tenía forma y estaba vacía, las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Quiero hacer unos comentarios sobre el relato que encontramos en Génesis capítulo 1. Sobre el de la creación hay varios debates, sobre ¿cuál debería ser la mejor interpretación de estos relatos? Una de las posiciones es de los que creen literalmente todas las palabras que se encuentran en Génesis. Otra posición es una interpretación más poética de este pasaje, por aquí yo me inclino.
Les explico: hay varias ocasiones en que las escrituras nos presentan eventos históricos, y acompañan de manera continua un relato tipo poético, que describen los mismos eventos. Ejemplo búsquenlo (Éxodo capítulo 14) ¿Qué hay en Éxodo capítulo 14? Está la salida del pueblo de Israel cruzando, en seco, el mar y cómo Dios cierra las aguas y destruye al faraón con su ejército. En el siguiente capítulo (Éxodo 15) encontramos el mismo relato nuevamente, los mismos eventos históricos, pero en esta ocasión en un canto que conocemos, como: El cántico de Moisés. Hay teólogos que se inclinan a pensar que el relato que encontramos en Génesis 1, sobre la creación y el relato subsecuente que está en Génesis capítulo 2 van de la mano; dándonos cuenta de verdades históricas, pero no de una manera necesariamente cronológica y precisa. El libro de Génesis no es un libro científico, no es un libro que tenga el lenguaje o el interés de explicar las cosas de manera científica. Y no tendría sentido, porque la ciencia ha evolucionado. Ejemplo: la palabra cáncer ¿aparece en las escrituras? No, no aparece, porque es una palabra que apareció recientemente. Otro ejemplo: medicina, medicamento o vacuna, para ser más precisos, no existía en aquellos días. Entonces el libro de Génesis, específicamente el capítulo 1, no está enfocado en mostrarnos de manera científica qué fue lo que ocurrió.
¿Cómo hacernos entender el relato? Como una expresión poética que contiene verdades fundamentales, acerca del creador del universo y su creación; pero no nos brinda un orden cronológico, lo que sí nos dice son verdades históricas para entender quién es Dios.
Génesis 1: 1-2 (NVI): 1Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. 2La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Hay otras versiones que nos ayudan a entender mejor estos versículos.
Génesis 1: 1-3 (TLA): 1Cuando Dios comenzó a crear el cielo y la tierra, 2la tierra no tenía forma, ni había en ella nada que tuviera vida. Las aguas estaban cubiertas por una gran oscuridad, pero sobre la superficie del agua se movía el Espíritu de Dios. 3Dijo entonces Dios: ¡Quiero que haya luz! ¡Y al instante hubo luz! Aquí vemos el milagro más importante del capítulo, porque refleja la autoridad de Dios y al mismo tiempo su persona.
Génesis 1:4-5 (NVI): 4Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. 5A la luz llamó día, y a las tinieblas noche. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día. Esta es una realidad fundamental para que podamos entender también el evangelio, como Dios a partir de la nada, a partir del caos, en medio de las tinieblas con el poder de su palabra dijo: Que haya luz, y la luz prevalece. Y Dios vio que la luz era buena, hermosa. Esa es la creación de nuestro Dios.
La luz nos permite percibir cosas, nos da calor para que podamos vivir, para que usted haya podido almorzar; Dios tuvo que crear algo con características tan únicas que, es precisamente lo que permite que nosotros los seres humanos estemos el día de hoy un poquito acalorados.
Vamos a lo que yo considero el segundo evento más importante que Dios crea.
Génesis 1: 27 (TLA): Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.
¿Qué significa que Dios haya creado al ser humano a su imagen? Hay diferentes interpretaciones, la mayoría coincide básicamente en que nosotros tenemos ciertas características de nuestro creador, por ejemplo: ser observadores, poder identificar problemas y proponer soluciones, poder crear (o si ustedes lo quieren llamar de otra manera: inventar) nuevas tecnologías, nuevos objetos, nuevos aparatos, nuevas maquinarias; esas son características que Dios ha depositado en nuestras vidas.
Estaba reflexionando un poquito acerca de todas las invenciones que yo he visto desde que nací. A mí me tocó ver la creación de el microondas, cosa que para todos nosotros ya es algo natural. Me tocó ver la creación de los teléfonos inalámbricos. Me tocó ver la creación del internet, la creación de los teléfonos inteligentes y ahora en estos últimos años la creación de la Inteligencia artificial. Son tantas y tantas las maravillas que el ser humano ha logrado cumplir a través de los diferentes descubrimientos, y es gracias a que somos hechos a imagen de nuestro Dios.
La escritura cierra este capítulo 1 de Génesis con un versículo que nos da otro elemento muy importante sobre qué es lo que está ocurriendo. Y es que la creación tiene un propósito.
Génesis 1: 31 (RV-60): Dios miró todo lo que había hecho y consideró que era muy bueno. Al final de esos seis días, Dios miró todo aquello que él había hecho. Todas las células, todos los átomos, todos los seres vivos que se encontraban en su mano, Él los miró; y consideró que eran muy buenos. Pero ¿buenos para qué? Una creación perfecta, buenos en su propósito particular, pero el propósito fundamental de la creación de Dios es que su creación le exalte. Los Salmos dicen, en varias ocasiones, que los cielos cuentan la gloria de Dios, que cuentan su magnificencia, lo esplendoroso que Él es.
En el Nuevo Testamento encontramos otro relato de la creación. En este momento es un relato basado en la persona de Cristo. Miremos lo que dice Colosenses sobre la persona de Cristo.
Colosenses 1: 15-16 (NVI): 15Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, 16porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Primogénito quiere decir el que se encuentra por encima de toda la creación.
Al inicio, en oración, decía: Señor, que no nos distraigamos sino que en este momento podamos exaltar tu nombre, créame que lo digo con todo mi corazón. Yo sé que hay calor, que nos distraemos; pero si estamos aquí es para exaltar a nuestro creador con lo que escuchemos, digamos o cantemos.
La Biblia también nos habla de otra fuente de luz, de una luz que es admirable, una luz que sobrepasa cualquier otra luz. Se describe en numerosas porciones de la Biblia.
Salmos 36: 9 (NVI) Porque en ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz.
Salmos 36: 9 (TLA): Sólo en ti se encuentra la fuente de la vida, y sólo en tu presencia podemos ver la luz.
Pusimos esta traducción para entender mejor su significado, lo que quiere decir es que: solo en Dios se encuentra la fuente de la vida, y que solo en su presencia podemos ver la luz. Podemos entender que en este mundo somos peregrinos, que encontraremos la luz admirable en plenitud cuando cerremos nuestros ojos a este mundo y los abramos para gozo eterno.
Juan 1: 1-5 (TLA): 1Antes de que todo comenzara, ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. 3Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. 4De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz. 5La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla!
Hacía un recuento mental de mi niñez, yo creo que varios pasamos por el trauma de que les apagaran la luz o que se fuera la luz. En la Ciudad de México, donde yo crecí, cuando llovía fuerte se escuchaban los granizos cayendo en los techos de concreto y quitaban la luz, y yo decía: ¡Dios mío! En el evangelio de Juan, la palabra luz, significa refugio, significa protección, Él es nuestra luz, quien nos permite encontrar propósito para nuestra vida. La luz alumbra en la oscuridad y nada puede destruirla.
Invitado, amigo, conocido que nos escuchas, necesitas de un milagro, y es: conocer la luz de Cristo en tu vida. Porque sin esa luz te encuentras en oscuridad, con despropósito, sin ningún objetivo en la vida que realmente sea compatible con la razón por la que tú fuiste creado.
La palabra oscuridad se asocia, como en Génesis, con el desorden, con el temor, con el vacío, con el despropósito. Caras vemos, corazones no sabemos; entre nosotros puede haber un hermano que esté pasando por una circunstancia que aplasta su corazón, que lo haga sentir vacío, en oscuridad, en temor; y por eso Jesús dice (Juan 12: 46): Yo soy la luz. Jesús es la luz para aquellos que están en oscuridad, en enfermedad, en tristeza; para aquellos que se encuentran en cansancio emocional, para los que están sin interés por la vida, para los de corazón oprimidos, para los amargados, para el que sufre gran dolor. Jesús dice: Yo soy la luz, yo soy tu refugio.
Jesús habló de nuevo a sus discípulos después del evento con la mujer adúltera.
Juan 8: 12(RV-60): Yo soy la luz del mundo el que me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. Si tu vida se encuentra en lucha frontal, despiadada y sangrienta con el pecado, debes saber que la única manera que puedes derrotar tu pecado es con la luz. Juan dice que la luz prevalece sobre las tinieblas.
Nuestros niños, que hace unos instantes pasaron a jóvenes, en los siguientes 9-10 meses, se encontrarán con diferentes retos en sus escuelas. Lamentablemente hermanos, es la condición de nuestro corazón, lo más fácil de copiar es lo malo. En la casa nos ven hacer cosas buenas, que edifican, que ayudan y de eso copian muy poco; pero si ven a alguien hacer lo malo, eso lo copian al instante. Tanto nuestros hijos como nosotros necesitamos, de la luz de Cristo para poder ver más allá de lo que aparece frente a nosotros, y poder realmente sentir, palpar y vivir, que nuestro propósito en la vida no es todo lo que ustedes digan; sino es exaltar al creador del universo.
Joven invitado, la luz que necesitas para tu vida se encuentra en Cristo. Si tú no tienes esa luz, la Biblia es clara y fulminante, te encuentras en tinieblas. Y esa puede ser la razón por la que varios de los que están acá en este momento dicen: ya me quiero ir; porque la luz no haya resplandecido aun en su corazón.
Jesús después de hablar con Nicodemo les dice a sus discípulos (Juan 3: 19 RV-60): que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Es por eso por lo que entre nosotros hay desdén, desánimo, es porque no hay luz en nuestro corazón. Mediten en eso: ¿Hay en mí esa luz que me permite reconocer que estoy para exaltar a Dios?
Juan 1: 9-11 (LBLA): 9Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre. 10En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. 11A los suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Existía la luz, aquella luz que dio origen a la luz de Génesis capítulo 1, es la luz verdadera. Ella es la que puede alumbrar a todo hombre, es la creadora del universo. Dice Juan que esa luz está presente aquí, en este momento, a través de su palabra; pero que entre nosotros ¡ay de aquellos que no le conocen! Escuchan las vibraciones, del sonido del micrófono, pero no tiene ningún efecto en su corazón. ¿Por qué? Porque tiene que ocurrir un milagro, ¿cuál es ese milagro? es el milagro de recibir a Cristo.
Juan 1: 12-13 (LBLA): 12Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre 13que no nacieron de sangre, no de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
¿Qué significa recibir a Cristo? Les dio el derecho, les dio el privilegio de ser llamados hijos de Dios; es decir, creer en su nombre. Creer significa, simple y sencillamente, depositar tu confianza totalmente en Él; reconociendo que tú no tienes ninguna palabra en tu vida que sea realmente definitiva, que la última palabra decisiva se encuentra en la voluntad de Dios totalmente.
Los que le recibieron, los que creen en su nombre, ellos son aquellos que no son nacidos de sangre, o porque alguien así lo decidió, o porque alguien así lo indicó o determinó; sino que son nacidos porque son producto de la voluntad de Dios. como lo es la luz en Génesis capítulo 1. Esos son los que pueden ver la luz.
Los que le recibieron, los que confían plenamente en Él. Si hay alguien entre nosotros, o nos escucha alguien, que no tiene esa confianza realmente fundamentada en la luz que es Cristo, la invitación es abierta y plena para usted en este momento. Reciba a Cristo, crea en Él, confíe en Él, busque de Él. En unos momentos estaremos orando y podrá rendir su corazón a Él. En unos momentos oraremos, y esa es quizás la oportunidad precisa para que usted a solas y en intimidad con Dios creador del universo rinda su corazón a Él.
Toda esta ilustración y toda esta espiritualización no es arbitraria o violenta la integridad de las escrituras.
2 Corintios 4: 6 (NVI): Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo. Si tú no estás creciendo espiritualmente, si el pecado te tiene abajo tirado; este es el momento para que clames a la luz, que es Cristo, y Él te permita el milagro de conocerle, de conocer su gloria, de conocer que en Él hay plenitud de gozo, que Él es la fuente de vida y que en Él se encuentra toda la gloria.
2 Corintios 4: 6 (TLA): Cuando Dios creó el mundo, dijo: “Que brille la luz donde ahora hay oscuridad”. Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza. El evangelio iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos que Él es el creador del universo, que nuestra alma no tiene ningún sentido de vida, si no es: exaltar a nuestro creador.
Roguemos por aquellos que se encuentran entre nosotros, por familiares, conocidos y amigos que no han visto esta luz, roguemos por ellos.
Juan 12: 46 (LBLA): Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. Para dejar atrás las tinieblas de pecado, la tristeza, el despropósito, la angustia, zozobra, temores; y pueda crecer en Cristo.
Vamos a orar: Padre te damos gracias por tu palabra. Por aquella palabra, como lo dice la escritura, que está presente en Génesis capítulo 1 y dio paso a la luz. Gracias porque tú eres la luz admirable, la luz que permite que nuestros corazones conozcan nuestro propósito, que es exaltarte. Rogamos por tu misericordia y tu perdón Señor, porque luchamos con nuestro pecado, con nuestras faltas, con nuestras actitudes. Rogamos que nos perdones Señor. Yo ruego por aquellos que se encuentran entre nosotros, que quizá le gustaría levantar su mano para que le apoyemos en oración, para que la luz brille en su corazón y puedan conocer la luz que les permita ver la magnificencia de Cristo.
Si en el internet, o en este lugar, alguien puede ver la luz de Cristo por primera vez en su corazón, le pedimos que levante su mano; queremos apoyarle en oración. Si se encuentra en las redes sociales, o estará escuchando este mensaje después, le invitamos a que ore, que clame a Dios pidiéndole el perdón de sus faltas, y rogando que esa luz siga brillando, prevaleciendo sobre las tinieblas. Abrace a Cristo como el tesoro más grande en su vida y en su corazón.
Gracias Padre por esta palabra. Gracias Dios por este día. Rogamos Señor que el todo lo que hagamos glorifique tu nombre, en el nombre de Jesús, amén.
¡Bendiciones!