El mundo de los espíritus
Septiembre 03, 2018 – 1:30PM | 1 Corintios 2:11 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a buscar en nuestras Biblias, 1 Corintios capítulo 2 versículo 11. He titulado al estudio de esta hora: El mundo de los Espíritus.
1 Corintios 2:11 (RV-60): Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Que el Señor bendiga esta palabra.
En el idioma original la palabra espíritu es ruakh, también se conoce como neshamá o pneuma. Pero todas estas palabras, en el original bíblico, significan o pueden significar: aire, aliento, álito, viento, respiración, soplar, soplo. Esta palabra se usa indistintamente en la Biblia, unas veces alma y otras veces espíritu. También puede significar el ánimo de una persona, el enojo, espíritu, ímpetu, ira.
En pocas palabras el espíritu puede ser: la parte invisible que gobierna la mente y las emociones del ser humano.
En esta oportunidad nos vamos a enfocar en el espíritu del hombre, que tiene que ver con esa actitud, esa personalidad, de cómo el hombre piensa, cómo siente, si tiene fe o no tiene fe, si es optimista o es negativo; es decir, actitudes, rasgos de personalidad.
Quiero pedir la atención porque le voy a mostrar que nos enseña la palabra de Dios al respecto.
1 Timoteo 4:1 (RV-60): Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
Hechos 16:16 (RV-60): Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Estamos hablando de: El mundo de los Espíritus.
Números 5:14 (RV-60): Si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado. Está hablando de un espíritu del hombre, el celo, ya sea que la mujer haya sido infiel o no, pero es un espíritu y el espíritu de celos es un mal espíritu.
1Reyes 22:22 (RV-60): Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. Estas son esas personas que son máquinas de producir mentiras. Usted sabe que en el mundo real una mentira te lleva a otra mentira, y a otra mentira, al punto que su vida se vuelve una mentira por completo, porque no está acostumbrado a hablar con la verdad.
Lucas 13:11 (RV-60): Y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Quiero hablar de: El mundo de los Espíritus, que nos demos cuenta que, aunque vivimos en el año 2023 todavía existen espíritus a nuestro alrededor. Nosotros, los hijos de Dios, nos movemos en el mundo espiritual.
Quiero demostrarles algunas cosas interesantes en la Biblia, que nos hablan acerca de esta situación.
El espíritu de Moisés.
Números 11:1 (Rv-60): Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.
Aquí está Dios hablando en esta porción de la escritura. Fíjate que el pueblo de Israel fue un pueblo rebelde, que se quejaba, que habló en contra de Moisés, de Dios, eso quiere decir que había un espíritu; ¿sabe usted que hay un espíritu de murmuración? Estos espíritus, los que hemos mencionado, no son espíritus que vienen del cielo, no son espíritus que vienen de Dios; son malos espíritus, son demonios hermano. Muchas veces convivimos con estos demonios.
Fíjate en la escritura, el pueblo comenzó a hablar mal, murmuró, hablaron en contra de Moisés, hablaron en contra de Dios; entonces Dios se enojó, Dios se molestó; pero a Dios se le ocurre una idea, porque el pueblo ya tenía a Dios harto, y solamente Moisés estaba batallando con el pueblo.
Números 11:16-17 (RV-60): 16Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 17Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. ¿De qué se está hablando acá? ¿A qué espíritu se refiere? ¿Cómo era Moisés? Dice la escritura que: no ha existido sobre la tierra un hombre más manso, humilde, obediente, con deseo de hablar con Dios, con deseos de escuchar a Dios. El gran legislador de Israel, el intermediario, el hombre que unía dos partes, que unía a Dios con los hombres. El hombre que cuando Dios se molestaba, calmaba a Dios; cuando el pueblo se quejaba, trataba de calmar a Dios, ese era el espíritu de Moisés, y ¿sabe qué dijo Dios? Tomando de tu espíritu, Moisés, es la única manera que puedo aliviar tu carga. Notemos que Él no puso el espíritu de Moisés encima de todo el pueblo, Dios escogió a setenta varones nada más.
Números 11: 25 (RV-60): Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
El espíritu de Josué y Caleb.
Números 14: 24 (RV-60): Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.
Deuteronomio 34:9 (RV-60): Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
¿Cuál es la diferencia aquí?
Israel no tuvo fe, Josué y Caleb tuvieron fe. Israel no le creyó a Dios, Josué y Caleb le creyeron a Dios. Israel no quiso conquistar Canaán, Josué y Caleb estaban listos para conquistarla. Israel habló mal ante el pueblo y habló mal de Moisés, Josué y Caleb hablaron del poder de Dios. Israel dijo: la tierra es buena, pero nos van a comer esos moradores, nos van a matar; Josué y Caleb dijeron: Dios nos dará la victoria. Entonces, ¿qué dice Dios? Por cuanto en Caleb y en José hubo otro espíritu, a diferencia del espíritu que había en el pueblo. El pueblo tenía un espíritu de queja, un espíritu de derrotismo, un espíritu de temor (pensaban que no podrían entrar); con Josué y Caleb estuvo Dios.
El espíritu de Elías.
2 Reyes 2: 9-10 (RV-60): 9Cuando habían pasado, Elías le dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10Y él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no.
El profeta Eliseo pidió una doble porción del espíritu de Elías, el profeta de fuego. Un hombre de fe, un hombre que se dejó usar por Dios; un hombre que oró porque no lloviera, ¿y no llovió por cuánto tiempo? Tres años y medio. Después de tres años y medio el hombre volvió a orar y dice la escritura, que llovió. Un hombre que buscaba a Dios, un hombre que anhelaba de Dios, un hombre que quería de Dios. Ahora Eliseo dice: yo quiero una doble porción de ese espíritu, eso es lo que yo quiero.
¡Qué maravilla poder anhelar la devoción de una persona! ¡Qué lindo poder anhelar a un hombre de Dios! Un hombre que siempre esté en la casa del Señor. Que usted entra a la habitación y lo encuentra de rodillas leyendo la bendita y eterna palabra. Un hombre que se desvive por servir al Señor. Un hombre que ve el mundo espiritual como algo que satisface su alma, que satisface su vida; y no a una persona que cada día que pasa busca más del mundo y menos de Dios, que se enreda más en el mundo y se parece más al mundo, que lo que se parece a Dios. Eliseo pidió una doble porción de lo que Elías tenía, una doble porción del espíritu de Elías.
Fíjate que el mundo se había entregado a la idolatría, sin embargo, Elías permaneció fiel. Jezabel buscó al profeta Elías para matarlo. Elías fue fiel al Señor, anduvo huyendo de un lugar para otro, pero nunca abandonó a Dios; fue leal a sus principios, fue leal a sus valores, fue leal al reino.
El Espíritu de Daniel.
El capítulo seis de Daniel nos habla acerca de: Daniel en el foso de los leones, antes de eso, quiero que le ponga atención al versículo tres.
Daniel 6:3 (RV-60): Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre el reino. La escritura dice que Daniel era superior a los gobernadores, a las personas que estaban frente al gobierno de Babilonia, (que sería hoy Irak o Irán, más o menos). ¿Por qué? Porque en Daniel había un espíritu superior.
Déjame decirte algo mi querido y amado hermano: sí hay espíritus superiores, porque lo tenemos aquí en la escritura. ¿Por qué tenía Daniel un espíritu superior? Porque no se quiso contaminar con la comida del rey. ¿Por qué tenía Daniel un espíritu superior? Porque se rehusó a adorar al rey, aun cuando lo metieron al foso de los leones. Porque sirvió a varios reyes, a varios gobiernos, pero nunca negó a Jehová. Porque, aunque estaba cautivo y era un esclavo, siempre tuvo posiciones de renombre. Daniel llegó a ser la envidia de muchos. ¿Te das cuenta las cosas que nosotros podemos anhelar?
Hoy en día, ¿qué tenemos? Acabamos de pasar al frente los muchachos nuestros, al futuro nuestro. Si nos tomamos un tiempo y le comenzamos a preguntar: ¿quiénes son los héroes de estos niños? Los héroes de ellos son deportistas. Los héroes de ellos son cantantes de rap. Los héroes de ellos son influenciadores. Usted ha escuchado a uno de sus niños decir: “mami, papi, en la clase de escuela dominical oí acerca del profeta Daniel, yo quisiera una doble porción del espíritu de Daniel” ¿Ha escuchado eso usted? Ha escuchado usted que un niño le diga: ¡Yo quiero una doble porción del espíritu de Elías! ¡Yo quiero una doble porción del espíritu de Moisés! ¿Qué son las cosas que estamos anhelando hermanos?
Muchos de nosotros tenemos una atracción por el mundo que, nada más llega el viernes en la noche ya les pican los pies a muchas personas, para ir a meterse a lugares donde un cristiano no cabe. Muchas veces cuando predico sobre esto, a pastores en otras partes del mundo, les digo: ¿Qué es el anhelo más grande? Le pedimos a Dios una casa, le pedimos a Dios un carro; pero, ¿cuántos anhelamos en realidad ser usados por Dios de una manera poderosa? Siempre he dicho: Dios no unge computadoras, Dios no unge libros, edificios; Dios unge hombres y mujeres. Aquellos que doblan rodillas y le piden a Dios servirle, amarlo más, adorarlo más. ¿para qué es la vida? Cuántos hemos dicho: “Yo quiero la vida porque quiero servir a Dios”. Y eso no es fanatismo, créame, no es fanatismo.
Después de que usted ya vivió, después de que usted le dio la vuelta al mundo, después de que usted ya caminó por la calle más importantes de este mundo en el que vivimos, ¿de qué le sirve la vida?
Cuando las personas están enfermas, y me piden que oren por ellos yo pregunto: ¿Y para qué? ¿Qué harás con tu vida si el Señor te sana? Qué tal si le decimos al Señor: “Señor quiero que me sanes de esta enfermedad por favor, porque yo te quiero servir. Y si tú me sanas de esta enfermedad señor, créeme Padre amado que, voy a hablar con el pastor y con los hermanos para ponerme al Servicio del Señor”. Yo conozco personas que los médicos dijeron hasta aquí llegó, sin embargo, ellos hablaron con Dios y le prometieron cosas a Dios; hoy en día ellos dicen: yo vivo para el Señor. Algunos dicen: yo sé que estoy viviendo tiempo extra, porque Dios me dio ese tiempo extra, pero quiero vivir el resto de mis días para la honra y para la gloria de mi Dios.
¿El espíritu de quién tiene usted? El espíritu es la parte invisible que gobierna mi mente y mis emociones, ¿qué quiere decir esto? Esto hace que seamos cariñosos o antipáticos, amables o indiferentes, mansos o iracundos, humildes o soberbios, necios o sabios, pacientes o explosivos, compasivos o crueles, tranquilos o violentos, respetuosos o déspotas, tolerantes o inflexibles, complaciente o intransigente, ¿qué espíritu tiene usted? ¿Sabe cuál es el problema de esto? Quedarnos como estamos, porque hay cantidad de gente que simplemente dice: yo así soy ¿y qué? Ese es el espíritu del enemigo. Porque Dios transforma personas, Dios transforma vidas. Es muy probable que muchas de estas cosas, éramos nosotros antes de conocer a Jesucristo. Pero un día tuvimos un encuentro glorioso con Jesús, un día nos invitaron a una iglesia, y lo que usted pensó que era asistir a un a una reunión religiosa o por complacer a un compadre, nunca se imaginó que ese día, en ese lugar, iba a suceder ser una experiencia transformadora para el resto de sus días. Usted le entregó su vida a Jesús, le entregó su alma al Señor; y a partir de ese momento comienza una obra de regeneración espiritual.
Nosotros no podemos hacer nada por nosotros mismos, necesitamos una fuerza mayor, un espíritu superior. Cuando Dios ve nuestra necesidad, cuando Dios ve nuestra vida, cuando Dios se da cuenta lo necesitado que estamos, Dios nos hace una promesa y nos dice:
Ezequiel 36: 26-27 (RV-60): 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
En varias oportunidades se dice que: cuando la palabra espíritu está en letra minúscula está hablando del espíritu del hombre, cuando está en letra mayúscula habla del espíritu de Dios; pero lo que pasa es que muchas veces se usa de una manera indistinta. Pero quiero que noten la diferencia entre el versículo 26 y el 27.
Usted no puede cambiar por usted solo, es imposible, no puede. ¿Sabe qué es lo único que lo puede hacer a usted nuevo? Quitarle el corazón que tiene y dándole uno nuevo, y esa es la obra que el Espíritu Santo ha hecho en la vida de todas aquellas personas, que hemos recibido a Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador.
Si usted dice haber recibido a Jesucristo y su vida es exactamente la misma, es muy probable que usted esté engañado(a). Una persona violenta, déspota, inflexible, cruel, soberbio, arrogante, orgulloso que diga que recibió a Cristo (hace mucho tiempo), pero sigue siendo el mismo; no tenga la menor duda que usted está engañado. Usted tiene un espíritu dentro de usted que lo mantiene engañado. Recordemos, ¿quién es el padre de la mentira y del engaño? Satanás el diablo.
Dios cambia corazones. Es normal que comentamos un error, pero cuando disfrutamos el error, pero cuando disfrutamos el pecado y nos revolcamos en él, sin hacer absolutamente nada; debemos saber que algo no anda bien. Dios nos da un nuevo corazón, Él dice que esto es un milagro. El milagro del nuevo corazón se llama: “nuevo nacimiento”. Una persona puede venir a evangelio y permanecer por uno, diez, quince y hasta veinte largos años, si por alguna razón se aparta del evangelio; nunca conoció al Señor.
Le explico: Si yo no tengo a Dios yo no quiero la vida, no me sirve para nada. Yo no quiero que mis hijos tengan a un padre que después de conocer al Señor, ahora se entregó al mundo y vive para el mundo separado de Dios. No, yo le voy a crear más daño a mis hijos qué beneficio, le voy a hacer más daño a mi familia y le voy a hacer más daño a la sociedad donde vivo; ¿sabe por qué? Porque voy a ser el hazme reír de la gente. La gente va a decir: Mira a fulano, antes pasaba metido en la iglesia, anda míralo hoy, ya ni va.
¿Sabe cuál la diferencia? No es que Dios me necesite, es que yo lo necesito a Él. Ningún partido de fútbol me da la satisfacción que me da el evangelio. Déjeme decirle algo: Yo no creo que una persona deja de ser cristiano por irse a un concierto un día miércoles, yo no creo eso, la verdad. El problema está en que usted lo haga rutina, si usted viene a la iglesia solo un domingo al mes, es porque usted no necesita a Dios; porque el que lo necesita lo busca. ¡Ay, pero es que Dios está en todo lugar! Usted tiene toda la razón, ahora me lo está diciendo, ¿porque usted lo busque en la iglesia y en su casa, o me lo está diciendo como una justificación para no venir?
¿Sabe cuál es una de las frases más diabólicas que hay en este mundo? Dios conoce mi corazón, esa frase viene del infierno; porque todas las personas que la dicen, la usan para justificarse, para no venir, para no leer, para no buscar al Señor, para no hacer la voluntad de Dios.
Dice Dios: Te voy a dar un corazón nuevo. Te voy a quitar ese espíritu desgraciado que tienes de soberbia, ese espíritu que tienes de molestia, de enojo con todo el mundo; y te voy a dar un nuevo espíritu para que veas la vida de una manera diferente. Aquellas personas que cuando te veían venir querían salir huyendo; ahora van a querer estar cerca de ti, cuando se den cuenta que eres una nueva persona, van a querer estar cerca de ti. Porque Dios te va a dar un nuevo espíritu. ¿Y sabes qué? Te voy a hacer otro gran milagro, pondré dentro de vosotros a mi Santo Espíritu. ¡Aleluya!
Porque mira, es imposible hacer la voluntad de Dios si no es con la fuerza del Espíritu Santo, nosotros solos no podemos. Cuando Dios te manda a hacer algo, lo vas a poder hacer. Con Moisés: quiero que vayas donde faraón. ¿Yo? Pero es que ni me va a hacer caso. Claro que sí, porque yo voy a poner mi Espíritu dentro de ti. Cuando el Espíritu de Dios viene a morar a la vida de una persona, que no te quepa duda que somos personas diferentes.
Y ese evangelio en este mundo. Ese es el Espíritu Santo. Esa es la diferencia entre un creyente y una persona que no conoce a Dios. Esa es la inmensa diferencia, que tenemos al Espíritu de Dios.
Ese día, cuando usted le abre el corazón al Señor, el Espíritu Santo viene a morar dentro de usted. Muchas personas lloran cuando el Espíritu Santo llega a la vida de ellos, no es un requerimiento, pero ha pasado. Ese es el espíritu de Dios. Levítico 19:37 (RV-60): Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos, por obra. El que tiene el espíritu de Dios, es una persona diferente.
Hay personas que se vuelven irreconocibles en comparación a lo que eran antes. Hay esposas que dan testimonio de que sus maridos son nuevas personas, son nuevas criaturas. Otros no han cambiado nada, porque mucha gente lo que tiene es una religión; venir a la iglesia no lo hace cristiano a usted entiéndalo. Usted puede pasar veinte años sentado en una silla de la iglesia y no se convertirá en cristiano. Muchos predicadores dicen: usted puede vivir en un garaje el tiempo que quiera, y no se convertirá en carro. Sentarse en las sillas de la iglesia no lo hace creyente, para ser creyente hay que tener una experiencia transformadora con el Espíritu Santo de Dios. Cuando tienes una experiencia de este tipo, se te comienza a quitar el deseo de hacer cosas que no agradan a Dios; nace dentro de ti: el temor de Dios.
¿Recuerdan aquella mujer que fue encontrada en el acto mismo del adulterio? Yo estaba leyendo un libro, ¡y el autor presentaba de una manera tan espectacular esta porción de la palabra! Recuerdan cuando Jesús se levanta, le pregunta a la mujer: ¿dónde están los que te condenaban? No hay nadie, ninguno Señor. Pues vete, y no peques más. Este autor comentaba, de una manera imaginaria, como a la vuelta de seis meses esta mujer se encontró con uno de sus clientes. El cliente, por supuesto, le había ofrecido unas cuantas monedas por volver al mismo lodo cenagoso donde vivía antes. Y cómo esta mujer sintió la tentación, porque llevaba un año sola, sin estar con nadie; pero en ese momento volvieron las palabras de Jesús a su mente, a su corazón: “Vete y no peques más”. Y solamente cuando se tiene temor de Dios, se le puede decir: “no”, a un ofrecimiento barato. Solamente cuando se tienen los ojos al cielo, podemos saber que algo no anda bien. Las personas que no han nacido de nuevo, dan rienda suelta sus impulsos carnales, porque no son hijos(as) de Dios; solo tienen una experiencia religiosa; pero el que tiene a Cristo ha nacido de nuevo, ahora pertenece a la familia de Dios.
Incline su rostro oremos: Padre gracias por tu palabra, Señor, que nos hace echar una mirada a nuestro interior y reconocer en lo que nos hemos convertido. Te pedimos perdón Padre Santo. Damos gracias al Espíritu de Dios que, por la fe, habita en nuestros corazones. Como digo el apóstol: “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Y nosotros en Cristo la esperanza de darle Gloria a Jesús”. Señor trabaja en nuestras vidas. Espíritu Santo de Dios queremos ser reconocidos por tu fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; y no por el fruto de la carne Señor, que está lleno de cosas que vienen del espíritu de este mundo, del espíritu del enemigo.
Ahora yo te ruego por aquellas personas que nunca antes han tenido un encuentro personal con Cristo Jesús. Señor tú eres el que toca corazones, tú eres el que mueve voluntades. Ayúdanos Padre Santo. Danos un corazón dócil. Danos un corazón manso, humilde, que pueda aceptar tu Palabra y no resistirla. Señor, cualquier persona que esté aquí con nosotros con ese deseo, con esa ansia de conocerte Señor, que ese corazón, que ese espíritu pueda ser lleno del Espíritu de Dios y que milagros puedan ocurrir en las vidas de cada uno de nosotros a partir de este momento.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo, ¿quisiera hacerlo hoy? Si usted dice: Pastor yo necesito de Dios, yo quiero entregarle mi vida al Señor. ¿Hay alguna persona? Ahí donde está puede levantar su mano, ponerse de pie. Habrá una persona que se va a acercar a usted, va a hacer una oración con usted y le va a indicar de qué manera usted puede acercarse más a Dios. Usted puede hacer una oración dónde está, dígale al Señor: Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día Señor te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Amado mío, que la Paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.
El mundo de los espíritus
Septiembre 03, 2018 – 1:30PM | 1 Corintios 2:11 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
Vamos a buscar en nuestras Biblias, 1 Corintios capítulo 2 versículo 11. He titulado al estudio de esta hora: El mundo de los Espíritus.
1 Corintios 2:11 (RV-60): Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Que el Señor bendiga esta palabra.
En el idioma original la palabra espíritu es ruakh, también se conoce como neshamá o pneuma. Pero todas estas palabras, en el original bíblico, significan o pueden significar: aire, aliento, álito, viento, respiración, soplar, soplo. Esta palabra se usa indistintamente en la Biblia, unas veces alma y otras veces espíritu. También puede significar el ánimo de una persona, el enojo, espíritu, ímpetu, ira.
En pocas palabras el espíritu puede ser: la parte invisible que gobierna la mente y las emociones del ser humano.
En esta oportunidad nos vamos a enfocar en el espíritu del hombre, que tiene que ver con esa actitud, esa personalidad, de cómo el hombre piensa, cómo siente, si tiene fe o no tiene fe, si es optimista o es negativo; es decir, actitudes, rasgos de personalidad.
Quiero pedir la atención porque le voy a mostrar que nos enseña la palabra de Dios al respecto.
1 Timoteo 4:1 (RV-60): Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
Hechos 16:16 (RV-60): Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Estamos hablando de: El mundo de los Espíritus.
Números 5:14 (RV-60): Si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado. Está hablando de un espíritu del hombre, el celo, ya sea que la mujer haya sido infiel o no, pero es un espíritu y el espíritu de celos es un mal espíritu.
1Reyes 22:22 (RV-60): Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. Estas son esas personas que son máquinas de producir mentiras. Usted sabe que en el mundo real una mentira te lleva a otra mentira, y a otra mentira, al punto que su vida se vuelve una mentira por completo, porque no está acostumbrado a hablar con la verdad.
Lucas 13:11 (RV-60): Y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Quiero hablar de: El mundo de los Espíritus, que nos demos cuenta que, aunque vivimos en el año 2023 todavía existen espíritus a nuestro alrededor. Nosotros, los hijos de Dios, nos movemos en el mundo espiritual.
Quiero demostrarles algunas cosas interesantes en la Biblia, que nos hablan acerca de esta situación.
El espíritu de Moisés.
Números 11:1 (Rv-60): Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.
Aquí está Dios hablando en esta porción de la escritura. Fíjate que el pueblo de Israel fue un pueblo rebelde, que se quejaba, que habló en contra de Moisés, de Dios, eso quiere decir que había un espíritu; ¿sabe usted que hay un espíritu de murmuración? Estos espíritus, los que hemos mencionado, no son espíritus que vienen del cielo, no son espíritus que vienen de Dios; son malos espíritus, son demonios hermano. Muchas veces convivimos con estos demonios.
Fíjate en la escritura, el pueblo comenzó a hablar mal, murmuró, hablaron en contra de Moisés, hablaron en contra de Dios; entonces Dios se enojó, Dios se molestó; pero a Dios se le ocurre una idea, porque el pueblo ya tenía a Dios harto, y solamente Moisés estaba batallando con el pueblo.
Números 11:16-17 (RV-60): 16Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 17Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. ¿De qué se está hablando acá? ¿A qué espíritu se refiere? ¿Cómo era Moisés? Dice la escritura que: no ha existido sobre la tierra un hombre más manso, humilde, obediente, con deseo de hablar con Dios, con deseos de escuchar a Dios. El gran legislador de Israel, el intermediario, el hombre que unía dos partes, que unía a Dios con los hombres. El hombre que cuando Dios se molestaba, calmaba a Dios; cuando el pueblo se quejaba, trataba de calmar a Dios, ese era el espíritu de Moisés, y ¿sabe qué dijo Dios? Tomando de tu espíritu, Moisés, es la única manera que puedo aliviar tu carga. Notemos que Él no puso el espíritu de Moisés encima de todo el pueblo, Dios escogió a setenta varones nada más.
Números 11: 25 (RV-60): Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
El espíritu de Josué y Caleb.
Números 14: 24 (RV-60): Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.
Deuteronomio 34:9 (RV-60): Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
¿Cuál es la diferencia aquí?
Israel no tuvo fe, Josué y Caleb tuvieron fe. Israel no le creyó a Dios, Josué y Caleb le creyeron a Dios. Israel no quiso conquistar Canaán, Josué y Caleb estaban listos para conquistarla. Israel habló mal ante el pueblo y habló mal de Moisés, Josué y Caleb hablaron del poder de Dios. Israel dijo: la tierra es buena, pero nos van a comer esos moradores, nos van a matar; Josué y Caleb dijeron: Dios nos dará la victoria. Entonces, ¿qué dice Dios? Por cuanto en Caleb y en José hubo otro espíritu, a diferencia del espíritu que había en el pueblo. El pueblo tenía un espíritu de queja, un espíritu de derrotismo, un espíritu de temor (pensaban que no podrían entrar); con Josué y Caleb estuvo Dios.
El espíritu de Elías.
2 Reyes 2: 9-10 (RV-60): 9Cuando habían pasado, Elías le dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10Y él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no.
El profeta Eliseo pidió una doble porción del espíritu de Elías, el profeta de fuego. Un hombre de fe, un hombre que se dejó usar por Dios; un hombre que oró porque no lloviera, ¿y no llovió por cuánto tiempo? Tres años y medio. Después de tres años y medio el hombre volvió a orar y dice la escritura, que llovió. Un hombre que buscaba a Dios, un hombre que anhelaba de Dios, un hombre que quería de Dios. Ahora Eliseo dice: yo quiero una doble porción de ese espíritu, eso es lo que yo quiero.
¡Qué maravilla poder anhelar la devoción de una persona! ¡Qué lindo poder anhelar a un hombre de Dios! Un hombre que siempre esté en la casa del Señor. Que usted entra a la habitación y lo encuentra de rodillas leyendo la bendita y eterna palabra. Un hombre que se desvive por servir al Señor. Un hombre que ve el mundo espiritual como algo que satisface su alma, que satisface su vida; y no a una persona que cada día que pasa busca más del mundo y menos de Dios, que se enreda más en el mundo y se parece más al mundo, que lo que se parece a Dios. Eliseo pidió una doble porción de lo que Elías tenía, una doble porción del espíritu de Elías.
Fíjate que el mundo se había entregado a la idolatría, sin embargo, Elías permaneció fiel. Jezabel buscó al profeta Elías para matarlo. Elías fue fiel al Señor, anduvo huyendo de un lugar para otro, pero nunca abandonó a Dios; fue leal a sus principios, fue leal a sus valores, fue leal al reino.
El Espíritu de Daniel.
El capítulo seis de Daniel nos habla acerca de: Daniel en el foso de los leones, antes de eso, quiero que le ponga atención al versículo tres.
Daniel 6:3 (RV-60): Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre el reino. La escritura dice que Daniel era superior a los gobernadores, a las personas que estaban frente al gobierno de Babilonia, (que sería hoy Irak o Irán, más o menos). ¿Por qué? Porque en Daniel había un espíritu superior.
Déjame decirte algo mi querido y amado hermano: sí hay espíritus superiores, porque lo tenemos aquí en la escritura. ¿Por qué tenía Daniel un espíritu superior? Porque no se quiso contaminar con la comida del rey. ¿Por qué tenía Daniel un espíritu superior? Porque se rehusó a adorar al rey, aun cuando lo metieron al foso de los leones. Porque sirvió a varios reyes, a varios gobiernos, pero nunca negó a Jehová. Porque, aunque estaba cautivo y era un esclavo, siempre tuvo posiciones de renombre. Daniel llegó a ser la envidia de muchos. ¿Te das cuenta las cosas que nosotros podemos anhelar?
Hoy en día, ¿qué tenemos? Acabamos de pasar al frente los muchachos nuestros, al futuro nuestro. Si nos tomamos un tiempo y le comenzamos a preguntar: ¿quiénes son los héroes de estos niños? Los héroes de ellos son deportistas. Los héroes de ellos son cantantes de rap. Los héroes de ellos son influenciadores. Usted ha escuchado a uno de sus niños decir: “mami, papi, en la clase de escuela dominical oí acerca del profeta Daniel, yo quisiera una doble porción del espíritu de Daniel” ¿Ha escuchado eso usted? Ha escuchado usted que un niño le diga: ¡Yo quiero una doble porción del espíritu de Elías! ¡Yo quiero una doble porción del espíritu de Moisés! ¿Qué son las cosas que estamos anhelando hermanos?
Muchos de nosotros tenemos una atracción por el mundo que, nada más llega el viernes en la noche ya les pican los pies a muchas personas, para ir a meterse a lugares donde un cristiano no cabe. Muchas veces cuando predico sobre esto, a pastores en otras partes del mundo, les digo: ¿Qué es el anhelo más grande? Le pedimos a Dios una casa, le pedimos a Dios un carro; pero, ¿cuántos anhelamos en realidad ser usados por Dios de una manera poderosa? Siempre he dicho: Dios no unge computadoras, Dios no unge libros, edificios; Dios unge hombres y mujeres. Aquellos que doblan rodillas y le piden a Dios servirle, amarlo más, adorarlo más. ¿para qué es la vida? Cuántos hemos dicho: “Yo quiero la vida porque quiero servir a Dios”. Y eso no es fanatismo, créame, no es fanatismo.
Después de que usted ya vivió, después de que usted le dio la vuelta al mundo, después de que usted ya caminó por la calle más importantes de este mundo en el que vivimos, ¿de qué le sirve la vida?
Cuando las personas están enfermas, y me piden que oren por ellos yo pregunto: ¿Y para qué? ¿Qué harás con tu vida si el Señor te sana? Qué tal si le decimos al Señor: “Señor quiero que me sanes de esta enfermedad por favor, porque yo te quiero servir. Y si tú me sanas de esta enfermedad señor, créeme Padre amado que, voy a hablar con el pastor y con los hermanos para ponerme al Servicio del Señor”. Yo conozco personas que los médicos dijeron hasta aquí llegó, sin embargo, ellos hablaron con Dios y le prometieron cosas a Dios; hoy en día ellos dicen: yo vivo para el Señor. Algunos dicen: yo sé que estoy viviendo tiempo extra, porque Dios me dio ese tiempo extra, pero quiero vivir el resto de mis días para la honra y para la gloria de mi Dios.
¿El espíritu de quién tiene usted? El espíritu es la parte invisible que gobierna mi mente y mis emociones, ¿qué quiere decir esto? Esto hace que seamos cariñosos o antipáticos, amables o indiferentes, mansos o iracundos, humildes o soberbios, necios o sabios, pacientes o explosivos, compasivos o crueles, tranquilos o violentos, respetuosos o déspotas, tolerantes o inflexibles, complaciente o intransigente, ¿qué espíritu tiene usted? ¿Sabe cuál es el problema de esto? Quedarnos como estamos, porque hay cantidad de gente que simplemente dice: yo así soy ¿y qué? Ese es el espíritu del enemigo. Porque Dios transforma personas, Dios transforma vidas. Es muy probable que muchas de estas cosas, éramos nosotros antes de conocer a Jesucristo. Pero un día tuvimos un encuentro glorioso con Jesús, un día nos invitaron a una iglesia, y lo que usted pensó que era asistir a un a una reunión religiosa o por complacer a un compadre, nunca se imaginó que ese día, en ese lugar, iba a suceder ser una experiencia transformadora para el resto de sus días. Usted le entregó su vida a Jesús, le entregó su alma al Señor; y a partir de ese momento comienza una obra de regeneración espiritual.
Nosotros no podemos hacer nada por nosotros mismos, necesitamos una fuerza mayor, un espíritu superior. Cuando Dios ve nuestra necesidad, cuando Dios ve nuestra vida, cuando Dios se da cuenta lo necesitado que estamos, Dios nos hace una promesa y nos dice:
Ezequiel 36: 26-27 (RV-60): 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
En varias oportunidades se dice que: cuando la palabra espíritu está en letra minúscula está hablando del espíritu del hombre, cuando está en letra mayúscula habla del espíritu de Dios; pero lo que pasa es que muchas veces se usa de una manera indistinta. Pero quiero que noten la diferencia entre el versículo 26 y el 27.
Usted no puede cambiar por usted solo, es imposible, no puede. ¿Sabe qué es lo único que lo puede hacer a usted nuevo? Quitarle el corazón que tiene y dándole uno nuevo, y esa es la obra que el Espíritu Santo ha hecho en la vida de todas aquellas personas, que hemos recibido a Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador.
Si usted dice haber recibido a Jesucristo y su vida es exactamente la misma, es muy probable que usted esté engañado(a). Una persona violenta, déspota, inflexible, cruel, soberbio, arrogante, orgulloso que diga que recibió a Cristo (hace mucho tiempo), pero sigue siendo el mismo; no tenga la menor duda que usted está engañado. Usted tiene un espíritu dentro de usted que lo mantiene engañado. Recordemos, ¿quién es el padre de la mentira y del engaño? Satanás el diablo.
Dios cambia corazones. Es normal que comentamos un error, pero cuando disfrutamos el error, pero cuando disfrutamos el pecado y nos revolcamos en él, sin hacer absolutamente nada; debemos saber que algo no anda bien. Dios nos da un nuevo corazón, Él dice que esto es un milagro. El milagro del nuevo corazón se llama: “nuevo nacimiento”. Una persona puede venir a evangelio y permanecer por uno, diez, quince y hasta veinte largos años, si por alguna razón se aparta del evangelio; nunca conoció al Señor.
Le explico: Si yo no tengo a Dios yo no quiero la vida, no me sirve para nada. Yo no quiero que mis hijos tengan a un padre que después de conocer al Señor, ahora se entregó al mundo y vive para el mundo separado de Dios. No, yo le voy a crear más daño a mis hijos qué beneficio, le voy a hacer más daño a mi familia y le voy a hacer más daño a la sociedad donde vivo; ¿sabe por qué? Porque voy a ser el hazme reír de la gente. La gente va a decir: Mira a fulano, antes pasaba metido en la iglesia, anda míralo hoy, ya ni va.
¿Sabe cuál la diferencia? No es que Dios me necesite, es que yo lo necesito a Él. Ningún partido de fútbol me da la satisfacción que me da el evangelio. Déjeme decirle algo: Yo no creo que una persona deja de ser cristiano por irse a un concierto un día miércoles, yo no creo eso, la verdad. El problema está en que usted lo haga rutina, si usted viene a la iglesia solo un domingo al mes, es porque usted no necesita a Dios; porque el que lo necesita lo busca. ¡Ay, pero es que Dios está en todo lugar! Usted tiene toda la razón, ahora me lo está diciendo, ¿porque usted lo busque en la iglesia y en su casa, o me lo está diciendo como una justificación para no venir?
¿Sabe cuál es una de las frases más diabólicas que hay en este mundo? Dios conoce mi corazón, esa frase viene del infierno; porque todas las personas que la dicen, la usan para justificarse, para no venir, para no leer, para no buscar al Señor, para no hacer la voluntad de Dios.
Dice Dios: Te voy a dar un corazón nuevo. Te voy a quitar ese espíritu desgraciado que tienes de soberbia, ese espíritu que tienes de molestia, de enojo con todo el mundo; y te voy a dar un nuevo espíritu para que veas la vida de una manera diferente. Aquellas personas que cuando te veían venir querían salir huyendo; ahora van a querer estar cerca de ti, cuando se den cuenta que eres una nueva persona, van a querer estar cerca de ti. Porque Dios te va a dar un nuevo espíritu. ¿Y sabes qué? Te voy a hacer otro gran milagro, pondré dentro de vosotros a mi Santo Espíritu. ¡Aleluya!
Porque mira, es imposible hacer la voluntad de Dios si no es con la fuerza del Espíritu Santo, nosotros solos no podemos. Cuando Dios te manda a hacer algo, lo vas a poder hacer. Con Moisés: quiero que vayas donde faraón. ¿Yo? Pero es que ni me va a hacer caso. Claro que sí, porque yo voy a poner mi Espíritu dentro de ti. Cuando el Espíritu de Dios viene a morar a la vida de una persona, que no te quepa duda que somos personas diferentes.
Y ese evangelio en este mundo. Ese es el Espíritu Santo. Esa es la diferencia entre un creyente y una persona que no conoce a Dios. Esa es la inmensa diferencia, que tenemos al Espíritu de Dios.
Ese día, cuando usted le abre el corazón al Señor, el Espíritu Santo viene a morar dentro de usted. Muchas personas lloran cuando el Espíritu Santo llega a la vida de ellos, no es un requerimiento, pero ha pasado. Ese es el espíritu de Dios. Levítico 19:37 (RV-60): Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos, por obra. El que tiene el espíritu de Dios, es una persona diferente.
Hay personas que se vuelven irreconocibles en comparación a lo que eran antes. Hay esposas que dan testimonio de que sus maridos son nuevas personas, son nuevas criaturas. Otros no han cambiado nada, porque mucha gente lo que tiene es una religión; venir a la iglesia no lo hace cristiano a usted entiéndalo. Usted puede pasar veinte años sentado en una silla de la iglesia y no se convertirá en cristiano. Muchos predicadores dicen: usted puede vivir en un garaje el tiempo que quiera, y no se convertirá en carro. Sentarse en las sillas de la iglesia no lo hace creyente, para ser creyente hay que tener una experiencia transformadora con el Espíritu Santo de Dios. Cuando tienes una experiencia de este tipo, se te comienza a quitar el deseo de hacer cosas que no agradan a Dios; nace dentro de ti: el temor de Dios.
¿Recuerdan aquella mujer que fue encontrada en el acto mismo del adulterio? Yo estaba leyendo un libro, ¡y el autor presentaba de una manera tan espectacular esta porción de la palabra! Recuerdan cuando Jesús se levanta, le pregunta a la mujer: ¿dónde están los que te condenaban? No hay nadie, ninguno Señor. Pues vete, y no peques más. Este autor comentaba, de una manera imaginaria, como a la vuelta de seis meses esta mujer se encontró con uno de sus clientes. El cliente, por supuesto, le había ofrecido unas cuantas monedas por volver al mismo lodo cenagoso donde vivía antes. Y cómo esta mujer sintió la tentación, porque llevaba un año sola, sin estar con nadie; pero en ese momento volvieron las palabras de Jesús a su mente, a su corazón: “Vete y no peques más”. Y solamente cuando se tiene temor de Dios, se le puede decir: “no”, a un ofrecimiento barato. Solamente cuando se tienen los ojos al cielo, podemos saber que algo no anda bien. Las personas que no han nacido de nuevo, dan rienda suelta sus impulsos carnales, porque no son hijos(as) de Dios; solo tienen una experiencia religiosa; pero el que tiene a Cristo ha nacido de nuevo, ahora pertenece a la familia de Dios.
Incline su rostro oremos: Padre gracias por tu palabra, Señor, que nos hace echar una mirada a nuestro interior y reconocer en lo que nos hemos convertido. Te pedimos perdón Padre Santo. Damos gracias al Espíritu de Dios que, por la fe, habita en nuestros corazones. Como digo el apóstol: “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Y nosotros en Cristo la esperanza de darle Gloria a Jesús”. Señor trabaja en nuestras vidas. Espíritu Santo de Dios queremos ser reconocidos por tu fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; y no por el fruto de la carne Señor, que está lleno de cosas que vienen del espíritu de este mundo, del espíritu del enemigo.
Ahora yo te ruego por aquellas personas que nunca antes han tenido un encuentro personal con Cristo Jesús. Señor tú eres el que toca corazones, tú eres el que mueve voluntades. Ayúdanos Padre Santo. Danos un corazón dócil. Danos un corazón manso, humilde, que pueda aceptar tu Palabra y no resistirla. Señor, cualquier persona que esté aquí con nosotros con ese deseo, con esa ansia de conocerte Señor, que ese corazón, que ese espíritu pueda ser lleno del Espíritu de Dios y que milagros puedan ocurrir en las vidas de cada uno de nosotros a partir de este momento.
Si usted nunca antes ha recibido a Cristo, ¿quisiera hacerlo hoy? Si usted dice: Pastor yo necesito de Dios, yo quiero entregarle mi vida al Señor. ¿Hay alguna persona? Ahí donde está puede levantar su mano, ponerse de pie. Habrá una persona que se va a acercar a usted, va a hacer una oración con usted y le va a indicar de qué manera usted puede acercarse más a Dios. Usted puede hacer una oración dónde está, dígale al Señor: Señor, en este día te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz, al poner tu cuerpo y derramar tu sangre preciosa. En este día Señor te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Si usted hizo esta oración queremos animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Amado mío, que la Paz de Cristo les acompañe. Que Dios me los bendiga.