• Instagram
  • Facebook
  • Youtube
  • Twitter
  • Mail
Tabernaculo El Redentor
  • Inicio
  • Iglesia
    • Nuestra Iglesia
    • Nuevo Visitante
    • Campaña Pro-templo
    • Pastor David
    • Contactar
      • Horarios
  • Sermones
    • Todos los sermones
    • Sermones Mañana
    • Estudios Bíblicos
    • Sermones Noche
    • Sermones – Solo audio
    • Búsqueda de Sermones
    • Sermones con transcripciones
    • Videos
  • En Vivo
  • En Acción
    • TBB en acción
    • Misiones
    • Iglesia El Redentor Guadalajara
  • Noticias
    • Las Últimas Noticias
    • Fotos de TBB
  • Eventos
    • Nuestros Eventos
    • Anuncios
  • Donación
  • Buscar
  • Menú

Estar Gozosos

Septiembre 8, 2024 – 2:00PM | 1 Tesalonisenses 5:16/ Gálatas 5:22-23 | Hna. Carmen Aguilera

Descargar Texto: Sermón en PDF

Etiquetas: 1 tesalonicenses, carmen diaz, galatas, septiembre 2024, transcripcion

TRANSCRIPCIÓN

Padre nuestro, Señor bendito, ¡alabado sea tu nombre! Señor te pedimos perdón por nuestras faltas, por nuestros pecados. Oh, Padre, ¿qué seríamos sin tu perdón? ¿Qué seríamos sin tu compañía? ¿Qué seríamos sin tu guía? Padre Santo, te rogamos que nos perdones. Te pedimos que no haya ningún tipo de obstáculo en este momento entre tu presencia y nosotros. Te necesitamos, Señor. Te ruego por cada alma, por cada persona que va a estar escuchando, Padre. Tú tuviste planificado este día desde el comienzo de la creación, tú tienes un propósito en este momento, para esta enseñanza, para esta palabra, para nuestras vidas. Nos ponemos en tus manos. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

Los cristianos somos personas diferentes del resto del planeta. No hay nada igual entre un cristiano y una persona que todavía no conoce a Cristo, en este punto estuvimos todos nosotros. En nosotros tiene que haber algo diferente, aunque estemos en la parada del bus, aunque estemos en el mercado, donde sea, tiene que haber en nosotros algo diferente, algo que se note.

Me gustaría hacerles una pregunta. Ustedes saben que mi hija empezó este año en la universidad y, por supuesto, estamos buscando amistades que sean cristianas. Ya conocemos algunos, pero seguimos buscando muchachas(os) que sean cristianas. Pero ¿cómo saber si una persona es cristiana? Ese es nuestro dilema. En el grupo había una muchacha con una cruz. ¿Será eso suficiente? ¿Qué ustedes les dirían a sus hijas(os) que deben mirar para saber si una persona es cristiana? Por los frutos, muy bien, que te muestre amor, que te muestre paz, que te muestre paciencia. No es seguro pero, quizás alguien que sirva a Dios. La manera de hablar, que no se avergüence del evangelio. ¿Cómo reacciona la persona? Si se fijan, la mayoría de esas cosas son relacionadas a Gálatas 5:22. 

Gálatas 5:22-23 (RV 1960): 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Cada uno de los cristianos que hemos nacido de nuevo tenemos ese fruto. Y ese fruto no son nueve frutos. Recuerden, es un solo fruto que se manifiesta en amor, gozo, paz. Lean conmigo: paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.

Maravilloso. Pero si se fijan, regresemos al 22. Hubo algo que saltamos en lo que dijimos: hablamos de que tuviera amor, que tuviera paz, que tuviera paciencia, que tuviera benignidad, que tuviera bondad, fe, mansedumbre, dijo el hermano, que tuviera dominio propio, templanza. ¿Alguien mencionó gozo? ¿Alguna vez ha conocido a alguien que dice: “Esa persona tiene amor, tiene paz, tiene paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio, templanza, pero es tremenda aburrida y tremenda amargada, no tiene a Cristo”? ¿Y por qué no lo hacemos con el gozo si lo hacemos con el resto? Si tiene paz, paciencia, benignidad, pero no tiene amor, decimos: ¡No, sin amor! El que no tiene amor no ha conocido a Cristo, dicen en las cartas de Juan. Entonces, ¿por qué denigran el gozo? ¿Por qué pensamos que yo tengo el derecho de vivir mi vida como una vida amargada, sin el gozo del Señor? Cuando Dios está diciendo tan claramente que el gozo es una manifestación tan importante, como las demás, en cuanto al fruto del Espíritu Santo; que se supone tenemos dentro. 

Sobre el gozo vamos a estar hablando hoy, yo necesito que cuando ustedes salgan de aquí, piensen la cantidad, la calidad y acerca de lo que es su gozo. ¿Realmente me está diciendo que yo soy una persona salva en Cristo? ¿Realmente? ¿O yo necesito arrepentirme hoy y recibir a Cristo como Señor y Salvador? Esa es la pregunta que quiero que tengamos dentro. 

1 Tesalonicenses 5:16 (RV 1960): 16 Estad siempre gozosos. Puede que a ustedes este versículo se le parezca a Filipenses 4:4 “Estad siempre gozosos”. El comentario que estaba leyendo decía que el énfasis de la oración no es tanto en “gozoso” como en “siempre”. O sea, si usted está gozoso los martes y los jueves y el resto de la semana no lo está, usted está incumpliendo, usted está sencillamente ofendiendo a Dios porque usted no está siempre gozoso. Es una orden, Dios dice: “Estad siempre gozoso”.

Pero ¿cómo yo voy a estar siempre gozosa, hermana, usted no sabe cómo subió el precio de la mantequilla la semana pasada? ¿Usted no sabe que yo perdí el trabajo? ¿Usted no sabe que mi hijo no habla inglés y está en una escuela que le está dando problemas y que yo no tengo para pagar la renta? ¿Cómo yo voy a estar siempre gozoso? ¿Es posible o no, estar siempre gozoso? El Señor nos está diciendo que es un mandato. Si es un mandato, se puede hacer.

¿Cómo yo puedo estar siempre gozoso? ¿Cuál es el plan de Dios para que nosotros estemos siempre gozosos? Las cuatro preguntas que vamos a tratar de resolver en los próximos 20 minutos son:

  1. ¿Qué es el gozo?
  2. ¿Qué gozo está hablando el Señor cuando dice “está siempre gozoso”?
  3. ¿Puede un inconverso tener gozo?
  4. ¿Cómo funciona ese gozo para que yo pueda usarlo las 24 horas del día y si realmente es importante cómo lo puedo proteger?

¿Qué cosa es el gozo del Señor? 

Esa definición es bien difícil de dar porque usualmente cuando uno dice gozo, uno dice: Bien, esto es una respuesta o un sentimiento positivo, ¿verdad? Yo me gozo comiendo comida mexicana. ¡Ay!, esos mexicanos si saben cocinar; pero no es de ese tipo de gozo que estamos hablando.

En el caso del gozo del Señor, es el gozo que recibimos con el Espíritu Santo. El concepto que da el pastor John Piper es: “El gozo es un sentimiento agradable en el alma, producido por el Espíritu Santo, cuando nosotros vemos y saboreamos quién es Dios, quién es Cristo y las cosas que hace Cristo en su creación, en el mundo y en nosotros”. 

¿Qué cosa es el gozo del Señor? Es la respuesta de mi alma, que la permite el Espíritu Santo, cuando yo me encuentro cara a cara con Cristo. Cara a cara con quién es realmente Cristo y qué cosas hace Cristo. Ese es el gozo del Señor.

¿Quién puede tener ese gozo? ¿Quién puede tener esa conversación? El hermano que no se avergüence del evangelio. Si yo te presento el evangelio y te empiezo a hablar de Cristo, y de repente: – ¡Ay!, ese tema tan aburrido. – ¡Ay!, Cristo de nuevo.  ¡Ay!, hablándome de nuevo de Cristo. Cuando una persona ya te dice: “¡Ay!, es muy aburrido, ese tema es muy tedioso; o por el contrario, se ofende cuando le muestras a Cristo, le muestras el evangelio, esa es tu primera señal de que esa persona no tiene a Cristo en el corazón. Porque si lo tuviera, tuviera el Espíritu Santo, tuviera el gozo del Señor. Y si tuviera el gozo del Señor, la respuesta ante el nombre de Cristo sería totalmente diferente. Eso no se piensa. Si usted tiene a Cristo en el corazón, si usted tiene el Espíritu Santo y le mencionan hablar de Cristo, inmediatamente el Espíritu Santo va a hacer que su alma diga: “Sí, yo me quiero deleitar”. Mi gozo dice: “Ahora no hagas nada, deja todo lo demás para después”. ¿Por qué? Porque soy una persona nueva. ¿Y cómo sucedió eso? Esa es la segunda pregunta que responderemos. 

¿Puede un inconverso tener gozo? 

No, una persona que no se goza, una persona que rechaza, una persona que lo ve aburrido, esa persona no tiene a Cristo en el corazón. 

Y sabemos que las personas naturales, muchos de nosotros lo éramos, vivíamos en el mundo y no queríamos saber nada de Cristo, pero un día pasó algo. Hermanos, les pido su atención porque este es el momento más asombroso de lo que les quiero contar. ¿Cómo es posible que un día una persona esté rechazando el Evangelio, que no quiere saber de Cristo y tú lo vuelves a ver seis meses después y esa persona está en fuego con el Espíritu Santo? Y tú le dices: ¿Y qué te pasó? -Ah, yo conocí a Cristo y estoy en una iglesia, y estoy sirviendo. Y mire, estamos recogiendo dinero para un templo y vamos a tener un edificio donde van a reunirse las naciones para la gloria de Cristo. Y tú te quedas preguntándote: ¿Qué pasó? Para mí, ese es el milagro más grande que puede hacer Dios. Dios creó todo lo que existe, Él lo creó de la nada. Él no necesitó tener algo para crear la tierra, Él lo creó todo de la nada. Pero cuando Él coge a una persona, como me cogió a mí, que no quería saber de Cristo y los convierte en una persona nueva, para mí, no hay nada que se compare con eso.

¿Qué pasa? Viene alguien y le presenta el plan del evangelio a esa persona que no conoce a Cristo y le dice: “Mira, tú tienes una condena de muerte en estos momentos. Tú tienes una deuda con el Dios del universo porque tú lo has ofendido, si tú murieras hoy, tú vas a ir precisamente al infierno. Porque tú has roto su ley, y tú lo has ofendido, no una vez, sino muchas. Y lo justo sería que si tú mueres en estos momentos, tú te vayas al infierno. Tú tienes esa condena, hermano. El Dios del universo pone delante de nosotros el bien y el mal, pero nosotros, con esa naturaleza pecaminosa con la que nacimos, decimos: “No, yo quiero el mal”. Dios nos ha permitido escoger entre decir verdad o mentira: No quiero decir verdad, prefiero decir mentira. Puedes ser fiel o infiel a tu esposa; no prefiero ser infiel. El pensamiento también es como si fuera pecado delante de Dios. Todos, absolutamente todos, todos, todos en este mundo venimos a este mundo así, bajo condena.

¡Pero Dios! Pero Dios dice en Juan 3:16 (RV 1960): 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

El mundo nos dice: Te estás perdiendo. No tienes vida eterna. Tienes condenación eterna. Te vas a ir al infierno. Pero Dios hizo lo que nadie se pudiera haber imaginado. Él dijo: “Alguien tiene que pagar por los pecados de esta persona, por sus mentiras, por sus engaños, por todo lo que hizo, para que esa persona pueda tener vida eterna conocer a Dios, tener al Espíritu Santo e irse con Dios. Tenemos necesidad de un Salvador. Alguien tiene que morir por mí”. 

¿Y qué fue lo que hizo Dios? Él envió a Su Hijo, a Su Hijo Jesucristo, lo envió a la tierra. Vivió una vida justa, nunca cometió un solo pecado y fue a la cruz a morir por mí y por todos aquellos que han puesto su fe en Él. ¿Y qué pasó en la cruz? Sucedió que cada uno de mis pecados fueron puestos en Cristo, como si Cristo hubiera vivido mi vida, como si Cristo hubiera dicho mis mentiras, como si Cristo hubiera robado lo que yo robé, como si Cristo hubiera tenido los abortos que yo me hice, como si Cristo, como si Cristo… todos mis pecados fueron puestos en Cristo. Y entonces, la justicia de Cristo fue puesta en mí y me envolvió con su manto de justicia delante de Dios. Ese es el milagro de la salvación. El único camino para salvación es a través de Cristo Jesús.

Son muchas las cosas que pasan durante el momento en que te presentan el evangelio y tú dices: Sé que estoy perdido, entonces sientes ese peso en el corazón porque Dios lo está permitiendo. Y tú dices: ¿Sabes qué? Sí, yo lo sé, he pecado y he ofendido al Dios del cielo y yo quiero salvación. Le pides perdón a Cristo por esos pecados, diciendo: “Señor, yo reconozco que tú eres Dios, que tú moriste en esa cruz para yo poder recibir salvación. Mis pecados fueron puestos en ti y tu justicia fue puesta en mí; de ahora en adelante yo puedo tener una vida justa delante de Dios”. Sí, me voy a equivocar, te voy a volver a pedir perdón y mis pecados van a seguir siendo perdonados en esa cruz.

¿Qué pasa en ese momento? El corazón de piedra que tenía meses antes, Dios lo rompe y me da un corazón de carne, un corazón que ama a Dios, ese es el cambio. Esa persona no tiene idea de lo que está pasando adentro porque no se siente nada diferente, pero está ocurriendo ese cambio en el momento en que uno pone su confianza en Jesucristo y recibe salvación. Tu corazón cambia, y a partir de ese momento el Espíritu Santo de Dios viene a vivir dentro de ti. El Espíritu Santo de Dios no es cualquier otro espíritu. Cuando viene a morar dentro de mí, yo tengo la garantía de mi salvación, de que yo no me tengo que preocupar por nada, de que Cristo va a regresar por su iglesia y me va a llevar con Él. Es la seguridad de que si yo muero, voy delante de la presencia del Señor. 

Cuando viene el Espíritu Santo, empieza a dar el fruto. ¿Cómo veo el fruto? Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio. Empieza a verse un día, el otro, el otro, el otro; esa es la maravilla de la salvación. Si me estás diciendo que a partir del momento que Dios está poniendo su Espíritu dentro de mí ¿voy a tener todo eso?  

La otra pregunta que a mí me encantó es: ¿se goza Dios? 

Hermanos, ¿usted cree que Dios se goza o Dios es un Dios aburrido, melancólico, triste, deprimido? Hay muchos versículos que dicen cómo Jehová, cómo Dios, cómo Jesucristo se goza. 

Sofonías 3:17 (RV 1960):  17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. Hermanos, si usted tiene a Cristo en el corazón, va a llegar el momento donde usted sentirá el gozo del Señor sobre nosotros con alegría.

Yo no me creo, esa es mi parte humana, que Dios se goza sobre mí con alegría, que va a callar de amor. Yo no creo que vaya a ser tanto el amor que mi Señor va a callar. ¿Usted se puede imaginar a Jehová cantando? ¡Alabado sea el Señor! ¡Alabado sea Dios! ¡Alabado sea Jesucristo! ¿El Señor cantando? Hermanos, nuestro Señor va a cantar, se va a regocijar sobre uno de nosotros. No lo olvidemos, esto solo puede ocurrir si nosotros hemos recibido salvación y vida eterna.

¿Se regocija Dios? Sí, se regocija. Se regocija por salvación, se regocija cuando confiamos en Él y, específicamente, se regocija en este momento cuando ya todo está terminado y estamos en su presencia por una eternidad.

¿Cómo yo puedo aplicar esto a mi vida?”. Porque hasta ahora estamos igual. Sabemos que Dios es poderoso, sabemos que Dios nos ama, sabemos que Él se goza, sabemos lo que tenemos que hacer para pasar de muerte a vida eterna. Sabemos que cuando eso pase, su gozo va a estar en nosotros. 

Ahora la pregunta es: Cuando ustedes se vayan a montar en el carro, y el niño venga de la escuela dominical con un pedazo de hielo, y se lo tire en el carro y le ensucia el carro. ¿Cómo usted va a mantener su gozo en los momentos difíciles de su día a día? ¿Cómo yo puedo mantener mi gozo cuando a mi esposo, o a mi hijo, le detectan una enfermedad como el cáncer? ¿Es posible en la práctica? La respuesta está en la palabra de Dios.

Salmos 16:11 (RV 1960): 11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. ¿Dónde hay plenitud de gozo? Hermanos, en su presencia. 

Después que somos salvos, nuestro método práctico para deleitarme en Jehová, para desearlo, es estar en la presencia de Dios, solo así veremos que el Espíritu Santo nos dará gozo y podrá nuestras prioridades en su lugar. Esto no se consigue en la cola del supermercado, ni un videojuego. 

Es delante de Dios en oración y en la lectura de su palabra donde podemos conocer a Dios, conocer a Cristo, conocer al Espíritu Santo tal como Él es. Usar la fuente que Dios nos ha dado para conocerlo, para poder tener fe, para poder saber cómo es Él.

¿Por qué tengo que orar si yo sé quién es Dios? El milagro de la oración consiste en que el Espíritu de Dios le dice al mío, y el mío le dice al de Él, quién es Dios. Si yo sé quién es Dios, yo no tengo razones para preocuparme.

Cuando yo decidí hablar del gozo, en el sermón de hoy, yo estaba teniendo un día maravilloso porque había recibido respuestas a algunos motivos de oración. Pero, en algún lugar detrás de mi cabeza, yo sentí (por decirlo de alguna manera): a Dios recordándome que el gozo no es solamente en los momentos como yo estaba, sino que yo iba a tener que hablar del gozo en el momento de la enfermedad, del gozo en el momento del desempleo. En ese momento no le di mucha importancia, hermanos. Al otro día, me empezó a llover, me empezó a llover y de nuevo, como Dios solo sabe, mi cabeza me decía: “Ay, por qué se me ocurrió”. Pero, en ese momento pude practicar esto: Pude ponerme de rodillas y decirle: Señor, yo no entiendo lo que está pasando. Yo no sé cómo vas a solucionar este problema, pero hay una cosa que sí sé: Tú eres Dios y estás en control de la situación. Tú podías haber escogido que esto pasara o que no pasara. Y tú dijiste: Lo que necesita Carmen en este día es que esto suceda; por tanto, yo estoy en el centro de tu voluntad. ¿Qué privilegio de estar en el centro de tu voluntad para poder disfrutar de tu presencia, para poder ser la espectadora de la maravilla que me vas a hacer mañana y que me vas a hacer el próximo día y el próximo día, Señor? Padre, no siento el gozo ahora, pero sé que lo tengo por fe”. Y ahí uno empieza a batallar, hermanos. Si usted sabe que Dios está en control, usted sabe que pase lo que pase hoy, Él es soberano y está dentro de su voluntad, que su voluntad es agradable y perfecta y que Dios está con nosotros, no contra nosotros. 

Entonces, ¿cómo yo no voy a tener gozo? ¿Cómo no voy a tener gozo? Me gusta lo que dicen los Redimidos: “El gozo que tengo yo, el mundo no me lo dio; y como no me lo dio, no me lo puede quitar”. ¿Quién me va a quitar el gozo de Dios? Nadie, nadie puede hacer eso porque hemos sido sellados con el Espíritu Santo.

Romanos 8: 35-39 (RV 1960): 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. El gozo del Señor va a estar activado, presente y funcionando en mi vida si yo estoy en la presencia de Dios tanto como pueda, alimentándome de quién es Él, confiando en Él, permitiendo que transforme mi mente. Para que Dios pueda transformar nuestra mente es necesario: leer la Biblia y orar activamente. 

¿Cómo no voy a tener gozo? ¡Confiemos en nuestro Señor! Si usted está en estos momentos aquí y ya ha recibido a Cristo y su Espíritu se está moviendo, ¡Alabado sea el nombre de Cristo! Ese es el gozo del Señor, esa es la manifestación del Espíritu Santo que nos está dando vida, que nos está dando la seguridad de nuestra salvación. Pero ahora, en los dos minutos que me quedan, voy a hablar a las personas que no. A las personas que, como yo un día, no entendían por qué otra persona está tan apasionada con el amor de Cristo, con el Espíritu Santo y con Su gozo.

¿Cómo es posible? Si nada de esto te ha hablado, a pesar de que lleves 20 años en la iglesia, escúchame. Este momento es para ti. No te vayas de aquí tal como llegaste. Dios te trajo con un propósito. Que tengas 10 años o tengas 100 años o en medio, Dios te trajo aquí con un propósito. Hoy puede ser el día de tu salvación. Hoy puede ser el día que Dios venga y te cambie el corazón de piedra y te dé un corazón de carne. Hoy puede ser el día que recibas un gozo que no va a importar lo que pase en tu vida. Vas a seguir teniéndolo porque es eterno y no depende de circunstancias.

Hoy es el día de salvación, dice la Biblia. Hoy es el día de salvación. Entonces, hermanos, con ese gozo que Dios nos dio, por favor, ayúdenme a orar en estos momentos. Si hay alguien, ya sea que esté aquí o que esté escuchando por internet, que no tenga a Cristo en el corazón glorifique a Dios en su vida cada día. 

Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu nombre. Padre, ¡cuánto te amamos, Señor! ¡Cuán conscientes estamos de quién tú eres, solo tú eres Dios. Solo tú eres Dios! Te cantamos, Señor: Abba, Padre, te glorificamos, Señor. Padre, sentimos en nuestro espíritu que tú eres el Dios creador del universo y que mandaste a tu Hijo a morir por nosotros. Que nos amaste y nos elegiste desde el principio de la creación para tu gloria, para tu honra eterna. Señor, te agradecemos por estos minutos. Te rogamos que derrames doble porción de tu Espíritu en la vida de cada una de las familias, en la vida de cada una de las personas, en la vida de cada uno de nuestros muchachos. Padre, Señor, porque nosotros vemos caras, pero corazones no sabemos. Pero ¡oh, Señor! Tal como un día lo hiciste conmigo y tal como un día lo hiciste con tantos aquí, queremos rogarte que rompas las ataduras del enemigo. Rompe las cadenas que el enemigo ha puesto, quita ese velo, para que las personas que están aquí escuchando, y que aún no tienen a Cristo puedan venir a tu encuentro. Señor, hoy es el día, hoy es la oportunidad.

Amigo o hermano que estás aquí con nosotros, si tú quieres que oremos contigo, este es tu momento. Puedes levantar tu mano y habrá alguien que irá contigo y te explicará cómo orar. Te va a explicar esos primeros pasos, que todos nosotros pasamos, y qué significa recibir a Cristo como Señor y salvador personal. Si hay una persona aquí que no conoce a Cristo, levante su mano. Este es su momento de salvación, este puede ser el momento que va a cambiar el resto de su vida. Este puede ser el momento que va a cambiar la tristeza en baile. Confiamos en que Dios está tocando corazones. Yo sé que puede parecer difícil levantar la mano; si no la quieres levantar, pero quieres hacer la oración conmigo, repite esta oración conmigo:  Padre nuestro, Señor, aquí estoy delante de tu presencia. Señor, te he fallado; pero tú has tocado mi corazón y me has mostrado que mi camino era de condenación y de muerte eterna, pero yo quiero vida. Padre, acepto a Cristo como Señor y Salvador. Reconozco que Él murió en la cruz por mis pecados, que mis pecados fueron puestos en Él, que esa sangre me limpia de cualquier culpa. Reconozco que la ira que tenías destinada para mí la pusiste en Cristo, y siendo yo limpio puedo gozar de la salvación. Te pido perdón una vez más por mis pecados y te ruego que me guíes en esta nueva vida. Seguimos orando, dándole gracias a Dios. 

Gracias Padre porque no hay nada en nuestra vida mejor que conocerte. Ponemos en tus manos nuestras vidas y te rogamos que te glorifiques en nosotros. Sea tu nombre exaltado en toda la creación. ¡Bendito seas Jehová! En el nombre de Cristo Jesús, amén y amén.

Muchas gracias, hermana Carmen. ¡Bendiciones iglesia!

Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en Linkedin
  • Compartir en Tumblr
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Consejos de la Biblia a las madres II
Sermones Cristianos de la hermana Carmen Diaz - Iglesia El Redentor- Iglesia Cristiana Identidad en Cristo
Sermones Cristianos - Hna Carmen Diaz - Iglesia El Redentor De las Tinieblas a La Luz
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana ¿Alguna vez usted dijo: te odio?
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Espíritu apagado
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana 5 días después


Estar Gozosos


Septiembre 8, 2024 – 2:00PM | 1 Tesalonisenses 5:16/ Gálatas 5:22-23 | Hna. Carmen Aguilera

Etiquetas: 1 tesalonicenses, carmen diaz, galatas, septiembre 2024, transcripcion


Descargar Texto: Sermón en PDF

TRANSCRIPCIÓN

Padre nuestro, Señor bendito, ¡alabado sea tu nombre! Señor te pedimos perdón por nuestras faltas, por nuestros pecados. Oh, Padre, ¿qué seríamos sin tu perdón? ¿Qué seríamos sin tu compañía? ¿Qué seríamos sin tu guía? Padre Santo, te rogamos que nos perdones. Te pedimos que no haya ningún tipo de obstáculo en este momento entre tu presencia y nosotros. Te necesitamos, Señor. Te ruego por cada alma, por cada persona que va a estar escuchando, Padre. Tú tuviste planificado este día desde el comienzo de la creación, tú tienes un propósito en este momento, para esta enseñanza, para esta palabra, para nuestras vidas. Nos ponemos en tus manos. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

Los cristianos somos personas diferentes del resto del planeta. No hay nada igual entre un cristiano y una persona que todavía no conoce a Cristo, en este punto estuvimos todos nosotros. En nosotros tiene que haber algo diferente, aunque estemos en la parada del bus, aunque estemos en el mercado, donde sea, tiene que haber en nosotros algo diferente, algo que se note.

Me gustaría hacerles una pregunta. Ustedes saben que mi hija empezó este año en la universidad y, por supuesto, estamos buscando amistades que sean cristianas. Ya conocemos algunos, pero seguimos buscando muchachas(os) que sean cristianas. Pero ¿cómo saber si una persona es cristiana? Ese es nuestro dilema. En el grupo había una muchacha con una cruz. ¿Será eso suficiente? ¿Qué ustedes les dirían a sus hijas(os) que deben mirar para saber si una persona es cristiana? Por los frutos, muy bien, que te muestre amor, que te muestre paz, que te muestre paciencia. No es seguro pero, quizás alguien que sirva a Dios. La manera de hablar, que no se avergüence del evangelio. ¿Cómo reacciona la persona? Si se fijan, la mayoría de esas cosas son relacionadas a Gálatas 5:22. 

Gálatas 5:22-23 (RV 1960): 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Cada uno de los cristianos que hemos nacido de nuevo tenemos ese fruto. Y ese fruto no son nueve frutos. Recuerden, es un solo fruto que se manifiesta en amor, gozo, paz. Lean conmigo: paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.

Maravilloso. Pero si se fijan, regresemos al 22. Hubo algo que saltamos en lo que dijimos: hablamos de que tuviera amor, que tuviera paz, que tuviera paciencia, que tuviera benignidad, que tuviera bondad, fe, mansedumbre, dijo el hermano, que tuviera dominio propio, templanza. ¿Alguien mencionó gozo? ¿Alguna vez ha conocido a alguien que dice: “Esa persona tiene amor, tiene paz, tiene paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio, templanza, pero es tremenda aburrida y tremenda amargada, no tiene a Cristo”? ¿Y por qué no lo hacemos con el gozo si lo hacemos con el resto? Si tiene paz, paciencia, benignidad, pero no tiene amor, decimos: ¡No, sin amor! El que no tiene amor no ha conocido a Cristo, dicen en las cartas de Juan. Entonces, ¿por qué denigran el gozo? ¿Por qué pensamos que yo tengo el derecho de vivir mi vida como una vida amargada, sin el gozo del Señor? Cuando Dios está diciendo tan claramente que el gozo es una manifestación tan importante, como las demás, en cuanto al fruto del Espíritu Santo; que se supone tenemos dentro. 

Sobre el gozo vamos a estar hablando hoy, yo necesito que cuando ustedes salgan de aquí, piensen la cantidad, la calidad y acerca de lo que es su gozo. ¿Realmente me está diciendo que yo soy una persona salva en Cristo? ¿Realmente? ¿O yo necesito arrepentirme hoy y recibir a Cristo como Señor y Salvador? Esa es la pregunta que quiero que tengamos dentro. 

1 Tesalonicenses 5:16 (RV 1960): 16 Estad siempre gozosos. Puede que a ustedes este versículo se le parezca a Filipenses 4:4 “Estad siempre gozosos”. El comentario que estaba leyendo decía que el énfasis de la oración no es tanto en “gozoso” como en “siempre”. O sea, si usted está gozoso los martes y los jueves y el resto de la semana no lo está, usted está incumpliendo, usted está sencillamente ofendiendo a Dios porque usted no está siempre gozoso. Es una orden, Dios dice: “Estad siempre gozoso”.

Pero ¿cómo yo voy a estar siempre gozosa, hermana, usted no sabe cómo subió el precio de la mantequilla la semana pasada? ¿Usted no sabe que yo perdí el trabajo? ¿Usted no sabe que mi hijo no habla inglés y está en una escuela que le está dando problemas y que yo no tengo para pagar la renta? ¿Cómo yo voy a estar siempre gozoso? ¿Es posible o no, estar siempre gozoso? El Señor nos está diciendo que es un mandato. Si es un mandato, se puede hacer.

¿Cómo yo puedo estar siempre gozoso? ¿Cuál es el plan de Dios para que nosotros estemos siempre gozosos? Las cuatro preguntas que vamos a tratar de resolver en los próximos 20 minutos son:

  1. ¿Qué es el gozo?
  2. ¿Qué gozo está hablando el Señor cuando dice “está siempre gozoso”?
  3. ¿Puede un inconverso tener gozo?
  4. ¿Cómo funciona ese gozo para que yo pueda usarlo las 24 horas del día y si realmente es importante cómo lo puedo proteger?

¿Qué cosa es el gozo del Señor? 

Esa definición es bien difícil de dar porque usualmente cuando uno dice gozo, uno dice: Bien, esto es una respuesta o un sentimiento positivo, ¿verdad? Yo me gozo comiendo comida mexicana. ¡Ay!, esos mexicanos si saben cocinar; pero no es de ese tipo de gozo que estamos hablando.

En el caso del gozo del Señor, es el gozo que recibimos con el Espíritu Santo. El concepto que da el pastor John Piper es: “El gozo es un sentimiento agradable en el alma, producido por el Espíritu Santo, cuando nosotros vemos y saboreamos quién es Dios, quién es Cristo y las cosas que hace Cristo en su creación, en el mundo y en nosotros”. 

¿Qué cosa es el gozo del Señor? Es la respuesta de mi alma, que la permite el Espíritu Santo, cuando yo me encuentro cara a cara con Cristo. Cara a cara con quién es realmente Cristo y qué cosas hace Cristo. Ese es el gozo del Señor.

¿Quién puede tener ese gozo? ¿Quién puede tener esa conversación? El hermano que no se avergüence del evangelio. Si yo te presento el evangelio y te empiezo a hablar de Cristo, y de repente: – ¡Ay!, ese tema tan aburrido. – ¡Ay!, Cristo de nuevo.  ¡Ay!, hablándome de nuevo de Cristo. Cuando una persona ya te dice: “¡Ay!, es muy aburrido, ese tema es muy tedioso; o por el contrario, se ofende cuando le muestras a Cristo, le muestras el evangelio, esa es tu primera señal de que esa persona no tiene a Cristo en el corazón. Porque si lo tuviera, tuviera el Espíritu Santo, tuviera el gozo del Señor. Y si tuviera el gozo del Señor, la respuesta ante el nombre de Cristo sería totalmente diferente. Eso no se piensa. Si usted tiene a Cristo en el corazón, si usted tiene el Espíritu Santo y le mencionan hablar de Cristo, inmediatamente el Espíritu Santo va a hacer que su alma diga: “Sí, yo me quiero deleitar”. Mi gozo dice: “Ahora no hagas nada, deja todo lo demás para después”. ¿Por qué? Porque soy una persona nueva. ¿Y cómo sucedió eso? Esa es la segunda pregunta que responderemos. 

¿Puede un inconverso tener gozo? 

No, una persona que no se goza, una persona que rechaza, una persona que lo ve aburrido, esa persona no tiene a Cristo en el corazón. 

Y sabemos que las personas naturales, muchos de nosotros lo éramos, vivíamos en el mundo y no queríamos saber nada de Cristo, pero un día pasó algo. Hermanos, les pido su atención porque este es el momento más asombroso de lo que les quiero contar. ¿Cómo es posible que un día una persona esté rechazando el Evangelio, que no quiere saber de Cristo y tú lo vuelves a ver seis meses después y esa persona está en fuego con el Espíritu Santo? Y tú le dices: ¿Y qué te pasó? -Ah, yo conocí a Cristo y estoy en una iglesia, y estoy sirviendo. Y mire, estamos recogiendo dinero para un templo y vamos a tener un edificio donde van a reunirse las naciones para la gloria de Cristo. Y tú te quedas preguntándote: ¿Qué pasó? Para mí, ese es el milagro más grande que puede hacer Dios. Dios creó todo lo que existe, Él lo creó de la nada. Él no necesitó tener algo para crear la tierra, Él lo creó todo de la nada. Pero cuando Él coge a una persona, como me cogió a mí, que no quería saber de Cristo y los convierte en una persona nueva, para mí, no hay nada que se compare con eso.

¿Qué pasa? Viene alguien y le presenta el plan del evangelio a esa persona que no conoce a Cristo y le dice: “Mira, tú tienes una condena de muerte en estos momentos. Tú tienes una deuda con el Dios del universo porque tú lo has ofendido, si tú murieras hoy, tú vas a ir precisamente al infierno. Porque tú has roto su ley, y tú lo has ofendido, no una vez, sino muchas. Y lo justo sería que si tú mueres en estos momentos, tú te vayas al infierno. Tú tienes esa condena, hermano. El Dios del universo pone delante de nosotros el bien y el mal, pero nosotros, con esa naturaleza pecaminosa con la que nacimos, decimos: “No, yo quiero el mal”. Dios nos ha permitido escoger entre decir verdad o mentira: No quiero decir verdad, prefiero decir mentira. Puedes ser fiel o infiel a tu esposa; no prefiero ser infiel. El pensamiento también es como si fuera pecado delante de Dios. Todos, absolutamente todos, todos, todos en este mundo venimos a este mundo así, bajo condena.

¡Pero Dios! Pero Dios dice en Juan 3:16 (RV 1960): 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

El mundo nos dice: Te estás perdiendo. No tienes vida eterna. Tienes condenación eterna. Te vas a ir al infierno. Pero Dios hizo lo que nadie se pudiera haber imaginado. Él dijo: “Alguien tiene que pagar por los pecados de esta persona, por sus mentiras, por sus engaños, por todo lo que hizo, para que esa persona pueda tener vida eterna conocer a Dios, tener al Espíritu Santo e irse con Dios. Tenemos necesidad de un Salvador. Alguien tiene que morir por mí”. 

¿Y qué fue lo que hizo Dios? Él envió a Su Hijo, a Su Hijo Jesucristo, lo envió a la tierra. Vivió una vida justa, nunca cometió un solo pecado y fue a la cruz a morir por mí y por todos aquellos que han puesto su fe en Él. ¿Y qué pasó en la cruz? Sucedió que cada uno de mis pecados fueron puestos en Cristo, como si Cristo hubiera vivido mi vida, como si Cristo hubiera dicho mis mentiras, como si Cristo hubiera robado lo que yo robé, como si Cristo hubiera tenido los abortos que yo me hice, como si Cristo, como si Cristo… todos mis pecados fueron puestos en Cristo. Y entonces, la justicia de Cristo fue puesta en mí y me envolvió con su manto de justicia delante de Dios. Ese es el milagro de la salvación. El único camino para salvación es a través de Cristo Jesús.

Son muchas las cosas que pasan durante el momento en que te presentan el evangelio y tú dices: Sé que estoy perdido, entonces sientes ese peso en el corazón porque Dios lo está permitiendo. Y tú dices: ¿Sabes qué? Sí, yo lo sé, he pecado y he ofendido al Dios del cielo y yo quiero salvación. Le pides perdón a Cristo por esos pecados, diciendo: “Señor, yo reconozco que tú eres Dios, que tú moriste en esa cruz para yo poder recibir salvación. Mis pecados fueron puestos en ti y tu justicia fue puesta en mí; de ahora en adelante yo puedo tener una vida justa delante de Dios”. Sí, me voy a equivocar, te voy a volver a pedir perdón y mis pecados van a seguir siendo perdonados en esa cruz.

¿Qué pasa en ese momento? El corazón de piedra que tenía meses antes, Dios lo rompe y me da un corazón de carne, un corazón que ama a Dios, ese es el cambio. Esa persona no tiene idea de lo que está pasando adentro porque no se siente nada diferente, pero está ocurriendo ese cambio en el momento en que uno pone su confianza en Jesucristo y recibe salvación. Tu corazón cambia, y a partir de ese momento el Espíritu Santo de Dios viene a vivir dentro de ti. El Espíritu Santo de Dios no es cualquier otro espíritu. Cuando viene a morar dentro de mí, yo tengo la garantía de mi salvación, de que yo no me tengo que preocupar por nada, de que Cristo va a regresar por su iglesia y me va a llevar con Él. Es la seguridad de que si yo muero, voy delante de la presencia del Señor. 

Cuando viene el Espíritu Santo, empieza a dar el fruto. ¿Cómo veo el fruto? Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio. Empieza a verse un día, el otro, el otro, el otro; esa es la maravilla de la salvación. Si me estás diciendo que a partir del momento que Dios está poniendo su Espíritu dentro de mí ¿voy a tener todo eso?  

La otra pregunta que a mí me encantó es: ¿se goza Dios? 

Hermanos, ¿usted cree que Dios se goza o Dios es un Dios aburrido, melancólico, triste, deprimido? Hay muchos versículos que dicen cómo Jehová, cómo Dios, cómo Jesucristo se goza. 

Sofonías 3:17 (RV 1960):  17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. Hermanos, si usted tiene a Cristo en el corazón, va a llegar el momento donde usted sentirá el gozo del Señor sobre nosotros con alegría.

Yo no me creo, esa es mi parte humana, que Dios se goza sobre mí con alegría, que va a callar de amor. Yo no creo que vaya a ser tanto el amor que mi Señor va a callar. ¿Usted se puede imaginar a Jehová cantando? ¡Alabado sea el Señor! ¡Alabado sea Dios! ¡Alabado sea Jesucristo! ¿El Señor cantando? Hermanos, nuestro Señor va a cantar, se va a regocijar sobre uno de nosotros. No lo olvidemos, esto solo puede ocurrir si nosotros hemos recibido salvación y vida eterna.

¿Se regocija Dios? Sí, se regocija. Se regocija por salvación, se regocija cuando confiamos en Él y, específicamente, se regocija en este momento cuando ya todo está terminado y estamos en su presencia por una eternidad.

¿Cómo yo puedo aplicar esto a mi vida?”. Porque hasta ahora estamos igual. Sabemos que Dios es poderoso, sabemos que Dios nos ama, sabemos que Él se goza, sabemos lo que tenemos que hacer para pasar de muerte a vida eterna. Sabemos que cuando eso pase, su gozo va a estar en nosotros. 

Ahora la pregunta es: Cuando ustedes se vayan a montar en el carro, y el niño venga de la escuela dominical con un pedazo de hielo, y se lo tire en el carro y le ensucia el carro. ¿Cómo usted va a mantener su gozo en los momentos difíciles de su día a día? ¿Cómo yo puedo mantener mi gozo cuando a mi esposo, o a mi hijo, le detectan una enfermedad como el cáncer? ¿Es posible en la práctica? La respuesta está en la palabra de Dios.

Salmos 16:11 (RV 1960): 11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. ¿Dónde hay plenitud de gozo? Hermanos, en su presencia. 

Después que somos salvos, nuestro método práctico para deleitarme en Jehová, para desearlo, es estar en la presencia de Dios, solo así veremos que el Espíritu Santo nos dará gozo y podrá nuestras prioridades en su lugar. Esto no se consigue en la cola del supermercado, ni un videojuego. 

Es delante de Dios en oración y en la lectura de su palabra donde podemos conocer a Dios, conocer a Cristo, conocer al Espíritu Santo tal como Él es. Usar la fuente que Dios nos ha dado para conocerlo, para poder tener fe, para poder saber cómo es Él.

¿Por qué tengo que orar si yo sé quién es Dios? El milagro de la oración consiste en que el Espíritu de Dios le dice al mío, y el mío le dice al de Él, quién es Dios. Si yo sé quién es Dios, yo no tengo razones para preocuparme.

Cuando yo decidí hablar del gozo, en el sermón de hoy, yo estaba teniendo un día maravilloso porque había recibido respuestas a algunos motivos de oración. Pero, en algún lugar detrás de mi cabeza, yo sentí (por decirlo de alguna manera): a Dios recordándome que el gozo no es solamente en los momentos como yo estaba, sino que yo iba a tener que hablar del gozo en el momento de la enfermedad, del gozo en el momento del desempleo. En ese momento no le di mucha importancia, hermanos. Al otro día, me empezó a llover, me empezó a llover y de nuevo, como Dios solo sabe, mi cabeza me decía: “Ay, por qué se me ocurrió”. Pero, en ese momento pude practicar esto: Pude ponerme de rodillas y decirle: Señor, yo no entiendo lo que está pasando. Yo no sé cómo vas a solucionar este problema, pero hay una cosa que sí sé: Tú eres Dios y estás en control de la situación. Tú podías haber escogido que esto pasara o que no pasara. Y tú dijiste: Lo que necesita Carmen en este día es que esto suceda; por tanto, yo estoy en el centro de tu voluntad. ¿Qué privilegio de estar en el centro de tu voluntad para poder disfrutar de tu presencia, para poder ser la espectadora de la maravilla que me vas a hacer mañana y que me vas a hacer el próximo día y el próximo día, Señor? Padre, no siento el gozo ahora, pero sé que lo tengo por fe”. Y ahí uno empieza a batallar, hermanos. Si usted sabe que Dios está en control, usted sabe que pase lo que pase hoy, Él es soberano y está dentro de su voluntad, que su voluntad es agradable y perfecta y que Dios está con nosotros, no contra nosotros. 

Entonces, ¿cómo yo no voy a tener gozo? ¿Cómo no voy a tener gozo? Me gusta lo que dicen los Redimidos: “El gozo que tengo yo, el mundo no me lo dio; y como no me lo dio, no me lo puede quitar”. ¿Quién me va a quitar el gozo de Dios? Nadie, nadie puede hacer eso porque hemos sido sellados con el Espíritu Santo.

Romanos 8: 35-39 (RV 1960): 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. El gozo del Señor va a estar activado, presente y funcionando en mi vida si yo estoy en la presencia de Dios tanto como pueda, alimentándome de quién es Él, confiando en Él, permitiendo que transforme mi mente. Para que Dios pueda transformar nuestra mente es necesario: leer la Biblia y orar activamente. 

¿Cómo no voy a tener gozo? ¡Confiemos en nuestro Señor! Si usted está en estos momentos aquí y ya ha recibido a Cristo y su Espíritu se está moviendo, ¡Alabado sea el nombre de Cristo! Ese es el gozo del Señor, esa es la manifestación del Espíritu Santo que nos está dando vida, que nos está dando la seguridad de nuestra salvación. Pero ahora, en los dos minutos que me quedan, voy a hablar a las personas que no. A las personas que, como yo un día, no entendían por qué otra persona está tan apasionada con el amor de Cristo, con el Espíritu Santo y con Su gozo.

¿Cómo es posible? Si nada de esto te ha hablado, a pesar de que lleves 20 años en la iglesia, escúchame. Este momento es para ti. No te vayas de aquí tal como llegaste. Dios te trajo con un propósito. Que tengas 10 años o tengas 100 años o en medio, Dios te trajo aquí con un propósito. Hoy puede ser el día de tu salvación. Hoy puede ser el día que Dios venga y te cambie el corazón de piedra y te dé un corazón de carne. Hoy puede ser el día que recibas un gozo que no va a importar lo que pase en tu vida. Vas a seguir teniéndolo porque es eterno y no depende de circunstancias.

Hoy es el día de salvación, dice la Biblia. Hoy es el día de salvación. Entonces, hermanos, con ese gozo que Dios nos dio, por favor, ayúdenme a orar en estos momentos. Si hay alguien, ya sea que esté aquí o que esté escuchando por internet, que no tenga a Cristo en el corazón glorifique a Dios en su vida cada día. 

Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu nombre. Padre, ¡cuánto te amamos, Señor! ¡Cuán conscientes estamos de quién tú eres, solo tú eres Dios. Solo tú eres Dios! Te cantamos, Señor: Abba, Padre, te glorificamos, Señor. Padre, sentimos en nuestro espíritu que tú eres el Dios creador del universo y que mandaste a tu Hijo a morir por nosotros. Que nos amaste y nos elegiste desde el principio de la creación para tu gloria, para tu honra eterna. Señor, te agradecemos por estos minutos. Te rogamos que derrames doble porción de tu Espíritu en la vida de cada una de las familias, en la vida de cada una de las personas, en la vida de cada uno de nuestros muchachos. Padre, Señor, porque nosotros vemos caras, pero corazones no sabemos. Pero ¡oh, Señor! Tal como un día lo hiciste conmigo y tal como un día lo hiciste con tantos aquí, queremos rogarte que rompas las ataduras del enemigo. Rompe las cadenas que el enemigo ha puesto, quita ese velo, para que las personas que están aquí escuchando, y que aún no tienen a Cristo puedan venir a tu encuentro. Señor, hoy es el día, hoy es la oportunidad.

Amigo o hermano que estás aquí con nosotros, si tú quieres que oremos contigo, este es tu momento. Puedes levantar tu mano y habrá alguien que irá contigo y te explicará cómo orar. Te va a explicar esos primeros pasos, que todos nosotros pasamos, y qué significa recibir a Cristo como Señor y salvador personal. Si hay una persona aquí que no conoce a Cristo, levante su mano. Este es su momento de salvación, este puede ser el momento que va a cambiar el resto de su vida. Este puede ser el momento que va a cambiar la tristeza en baile. Confiamos en que Dios está tocando corazones. Yo sé que puede parecer difícil levantar la mano; si no la quieres levantar, pero quieres hacer la oración conmigo, repite esta oración conmigo:  Padre nuestro, Señor, aquí estoy delante de tu presencia. Señor, te he fallado; pero tú has tocado mi corazón y me has mostrado que mi camino era de condenación y de muerte eterna, pero yo quiero vida. Padre, acepto a Cristo como Señor y Salvador. Reconozco que Él murió en la cruz por mis pecados, que mis pecados fueron puestos en Él, que esa sangre me limpia de cualquier culpa. Reconozco que la ira que tenías destinada para mí la pusiste en Cristo, y siendo yo limpio puedo gozar de la salvación. Te pido perdón una vez más por mis pecados y te ruego que me guíes en esta nueva vida. Seguimos orando, dándole gracias a Dios. 

Gracias Padre porque no hay nada en nuestra vida mejor que conocerte. Ponemos en tus manos nuestras vidas y te rogamos que te glorifiques en nosotros. Sea tu nombre exaltado en toda la creación. ¡Bendito seas Jehová! En el nombre de Cristo Jesús, amén y amén.

Muchas gracias, hermana Carmen. ¡Bendiciones iglesia!

Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en Linkedin
  • Compartir en Tumblr
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Consejos de la Biblia a las madres II
Sermones Cristianos de la hermana Carmen Diaz - Iglesia El Redentor- Iglesia Cristiana Identidad en Cristo
Sermones Cristianos - Hna Carmen Diaz - Iglesia El Redentor De las Tinieblas a La Luz
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana ¿Alguna vez usted dijo: te odio?
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Espíritu apagado
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana 5 días después

TBB El Redentor

2551 East 49 Ave|Vancouver, BC
V5S 1J6
Tfno: 604.659.4225
Servicios:
Domingos 2pm y 6:30pm
Miércoles 7pm

Enlaces

Pan Diario
La Biblia

Sermones Recientes

  • Sermones Cristianos - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia CristianaGracias a Diosoctubre 12, 2025 - 2:00 pm
  • Sermones Cristianos - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana¿Por qué Adán tomó del fruto?octubre 8, 2025 - 7:00 pm
  • Sermones Cristianos - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia CristianaLas mentiras más populares del diablooctubre 1, 2025 - 7:00 pm

Ultimas Noticias

  • Mes del amor y la amistad - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia CristianaPracticando la amistad bíblicafebrero 28, 2025 - 1:30 am
  • 300 valientes - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana300 valientesoctubre 13, 2024 - 4:16 pm
  • Noticias– Iglesia Cristiana - Iglesia Bautista TBB El RedentorAniversario 36 y noche Pro-templo 2024septiembre 24, 2024 - 12:23 am
  • ¡Este 10 de Agosto en TBB!agosto 7, 2024 - 11:47 pm
  • Noticias– Iglesia Cristiana - Iglesia Bautista TBB El RedentorNavidad: Celebrando el Verdadero Regalodiciembre 5, 2023 - 10:52 am

Más visitadas

  • Iglesia
  • Horarios
  • Campaña Pro-templo
  • Pastor David
  • Quién es Dios
  • Misiones
  • Casas de Oración
  • Contactar

Nuestro boletín

¡Suscríbete!
© 2018 · Derechos Reservados · All Rights Reserved · elredentor.com · tel.604.659.4225
  • Instagram
  • Facebook
  • Youtube
  • Twitter
  • Mail
Somos Polvo Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Crisis de aburrimiento
Desplazarse hacia arriba