Dios, un Dios personal
Septiembre 18, 2022 – 1:30PM | Isaias 43:1-7 | Dr. David Rodríguez
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
En esta en esta tarde quiero tocar un tema que es importante, por supuesto, como todos los temas que se tocan aquí en la casa del Señor. Yo quiero hablar en esta hora acerca de Dios, como un Dios personal. Cuando digo “un Dios”, no tiene que confundirse con el hecho de que hay otros; porque todos los creyentes sabemos que hay un solo Dios, santo y verdadero.
Isaías 43: 1-7, (Rv-60): 1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo o Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 6Diré al norte: Da acá; y al sur: No te detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, 7todos los llamados de mi nombre, para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
¡Qué Dios bendiga esta linda palabra!
Dios, es un Dios personal.
Dios creó al hombre, le puso nombre, le hizo un jardín para que lo trabajara, para que lo guardara, para que lo cuidara. Puso árboles de deliciosos frutos para el hombre, para Adán. Lo vio solo y le hizo ayuda idónea. El hombre desobedece, peca contra Dios y aun así, habiendo desobedecido, Dios extiende su mano hacia el hombre; porque Dios siempre ha querido alcanzar a la humanidad. Y nos presenta el maravilloso “Plan de salvación.” Ese fue el trato, la manera como Dios se relacionó con Adán. Se relacionó con sus hijos con Caín y Abel. Mostró su carácter, mostró su temperamento, le dijo a Caín: “No me gusta lo que me has traído. La ofrenda de tu hermano sí, me agrada.”
Más adelante la historia nos dice, la escritura, que Dios vio a un hombre que era justo. Y apareció por ahí un hombre que caminó con Dios y tuvo una relación tan estrecha Dios con este hombre llamado Enoc, que desapareció porque Dios se lo llevó.
Luego aparece otro individuo. Dios se da cuenta que todo el pensamiento del hombre era hacer el mal. Entonces se busca a otro hombre y se encuentra con Noé. Tiene una relación con Noé, le cuenta sus planes a Noé: “Mira Noé, voy a deshacer todo esto, porque todos estos hombres son malos.” Luego hace un pacto con los hijos de Noé. Después vuelve la maldad a los hombres, quisieron construir una torre que llegara hasta el cielo y entonces Dios confunde los lenguajes.
Después apareció otro personaje a quien Dios se le aparece y le dice: “Quiero que te vayas de tu tierra y de su parentela a un lugar que yo te mostraré”, dice la palabra que este hombre le hizo caso a Dios. Su nombre: Abraham. Dios le promete un hijo y luego Dios se relaciona él (Isaac) y le reitera las promesas que le había hecho a su papá (Abraham). Este Isaac tiene dos hijos, Jacob y Esaú, y tiene una relación especial también con Jacob.
Luego surge otro personaje, tan interesante, que se conoce como: “El gran legislador de Israel”, nuestro querido Moisés.
La Biblia nos enseña que: Dios es un Dios personal. Que trató con Saúl, que trató con David, que trató con Salomón, con Elías, con Eliseo, con Isaías, con Jeremías, con Daniel; Dios es un Dios personal
Dios no es una fuerza impersonal, no es un Dios que está lejísimos, inalcanzable. No es un Dios con quien nadie puede hablar o un Dios que nadie se le puede acercar, no, Dios es un Dios personal, que se relaciona con nosotros. La Biblia enseña que Dios es un Dios vivo, Dios no es un Dios de muertos. Dios está vivo y se relaciona con sus hijos.
Quiero mencionarles que Dios es un padre. Hay un versículo en la Biblia que es bastante conocido por todos, Juan 1:12 (RV-60): Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Esa palabra “potestad” es una palabra legal, como cuando se va a adoptar a alguien (teknon). Entonces, de acuerdo este versículo, cuando alguien le dice a usted: “es que todos somos hijos de Dios.” No es cierto, todos somos criaturas de Dios; pero hijo solamente aquel que ha depositado su fe y confianza en el Señor Jesucristo.
Dios es un Dios personal. Dios me conoce a mí, Dios lo conoce a usted, y nos conoce de una manera personal; ese es Dios.
Salmos 139: 1-6, 13 (RV-60): 1Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender. 13Porque tú formaste mis entrañas, tú me hiciste en el vientre de mi madre. (No hay nada de mí que Dios no conozca, Dios nos conoce, Dios sabe todo.)
Isaías 49: 15 (RV-60): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. (Eso lo dice Dios.)
Mateo 10: 29-31 (RV-60): 29¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30Pues aún vuestros cabellos están todos contados. 31Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Dios nos conoce, nos conoce por nombre. Conoce nuestra intimidad. Cuando hablamos de que Dios nos conoce, no se trata de un conocimiento vago o generalizado. Dios nos conoce bien, porque Él es un Dios personal.
El conocimiento de Dios es algo vital. (Aquí es la parte que me preocupa de este mensaje.)
Oseas 6:6 (RV-60): Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocausto. Es decir, usted puede hacer cualquier sacrificio, el que usted quiera; dice Dios: “preferiría que me conozcas”.
Filipenses 3:8 (Rv-60): Y ciertamente aún estimo todas las cosas como pérdida, por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús.
¿Por qué es tan importante conocer a Dios?
Hermanos, no se puede amar a alguien que no se conoce. Yo me puedo pasar todos los domingos diciendo: “Ame a Dios, ámelo con todo el corazón, ámelo con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas” Pero si usted no lo conoce ¿cómo lo va a amar? Usted no puede amar a Dios, si no lo conoce. Es más, no se puede confiar en una persona que usted no conoce. De ahí la importancia de conocer al Señor.
¿Cómo sabemos si amamos a Dios?
1 Juan 2:3 (RV-60): 3Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. Es muy fácil, es sencillo. Estos versículos le pasamos, por encima, muy rápido. Hermano, guardar los mandamientos significa “obediencia”.
Hermano, el conocimiento a Dios tiene que ver en conocer lo que a Él le gusta y lo que no le gusta. A Dios lo podemos conocer de una manera íntima. Jesús tuvo doce discípulos, de los doce discípulos había tres, ¿verdad?, que eran los más cercanos a Él. Eran: Pedro, Jacobo y Juan, de ellos el más cercano a Jesús era Juan. Jesús tenía unos amigos en una ciudad que se llama Betania. Ahí vivía Lázaro, Martha y María. Y la escritura nos dice que Jesús cuando estaba en Betania, tenía dónde quedarse.
Job 42:5 (RV-60) dice: De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Hermanos si yo les pegunto a ustedes por un personaje, digamos, la reina Isabel, reina de Inglaterra. Estamos viendo por la televisión increíbles vídeos de todo lo que han realizado con la muerte de ella, 70 años en el poder. Es muy probable que nosotros sepamos de la reina, pero la pregunta es: ¿y la conocemos? No, no sabemos cómo se tomaba el té la señora, no sabemos a qué hora se levantaba. Entonces el temor que puede ocurrir en el evangelio es que usted sepa de Dios, pero no conozca a Dios. Cuando digo “sepa de Dios” es porque muchos cristianos están informados acerca de Dios, saben que Dios existe, saben que está en el cielo, saben que mandó a Jesucristo. Ellos están informados, ellos saben; pero la pregunta es: ¿Lo conoce usted?
Hay personas que solo tienen una tradición de fe. ¿Cómo es eso? Mi abuela me llevaba, cuando yo era niño, a la iglesia y a mí me gustaba. Cuando se murió mi abuela la vecina me llevaba, yo crecí en una iglesia, es por eso que ustedes me escuchan bromear a mí diciendo: “que ésta es la misa del mediodía”. ¿Por qué? Porque no los voy a volver a ver hasta el próximo domingo al mediodía, y para muchas personas ese es su modo de vida en la fe. Es decir, ellos saben de Dios, hay una costumbre de asistir a la iglesia, pero conocer a Dios es distinto. Dios quiere tener intimidad con nosotros, porque Él es un Dios personal.
No puede no puede haber un conocimiento de Dios si no hay una relación con Dios. Relación, es la manera de conocernos, debemos relacionarnos para conocernos. No me venga a decir que usted conoce a Dios, si usted no tiene una relación con Dios. Si usted vive su vida donde usted es el centro de ella, si solo le interesa el bienestar suyo, de su esposo(a), el bienestar de sus hijos, si pasan los días y no lee la biblia, ¿Cómo quiere conocer a Dios si no hay relación con Él?
Perdóneme, pero yo debo aclarar bien esto porque esto es delicadísimo, ¿cómo puedo pasar yo un día sin tener una relación con el Señor? Yo les decía, hace unos días, que la primera vez que Dios me dio la oportunidad de estar Grecia, andaba yo solo. El día domingo yo busqué un culto, esta última vez que fuimos nos reunimos todos y tuvimos un servicio. ¿Sabes cómo piensan algunas personas? Yo estoy de vacaciones y no estaré buscando una iglesia para ir, mejor me voy a la playa. A esas personas solo le interesa satisfacer su propio cuerpo, sus necesidades personales y no a Dios, porque no hay una necesidad de Dios dentro del alma. Sin embargo, hay hermanos que cuando viajan a su país y regresan me dicen: “pastor, me estuve congregando allá en una iglesia donde el pastor lo conoce, le mandan saludos” ¡Qué lindo es eso!
Cuando hay amor, cuando hay relación, uno quiere estar siempre junto a la persona que uno ama ¿sí o no? Eso significa que usted quiere estar con la otra persona y entonces, que usted quiere una relación estrecha con Dios. Si no hay relación no hay conocimiento y lo que tenemos entonces es una religión y eso nos da un conocimiento bien superfluo del evangelio. No es lo mismo una relación superficial que una relación íntima, estrecha.
Una relación personal involucra la vida privada. Cuando hablo de relación con Dios, hablo de vida personal, de vida privada. Usted no le puede esconder nada a Dios. Debemos someter nuestra vida a Dios, rendirnos por completo a Dios, al Señor. Esto incluye no esconder pecados, no debo, porque significa que no conozco a Dios. Sabemos que conocemos a Dios, cuando guardamos sus mandamientos y eso significa ser obedientes.
Repito la pregunta: ¿Qué es lo que tiene usted con Dios? ¿Lo conoce en realidad o siente mayor atracción por otras cosas? ¿Preferiría andar caminando frente a la playa o estar aquí en el culto?
Hay personas que sienten la necesidad profunda de estar en la casa del Señor, personas que han estado hospitalizados con la vía intravenosa (IV), canalizada para pasar medicamentos, y han pedido permiso en el hospital para venir a servir a la casa del Señor; porque sienten la necesidad profunda de estar aquí en la casa de Dios. Otros han pedido permiso los días domingos y se han sentado en una silla, allá, al final porque ellos quieren estar en la casa del Señor. Ahí hay necesidad, hay ahí relación, ahí hay conocimiento. Pero si para usted estar aquí es una carga, vino obligado, si usted preferiría estar con sus nietecitos allá en su casa comiendo carne asada; ¡Usted no tiene relación con Dios!
No puede haber conocimientos sin tener una relación. No puede haber conocimiento personal si no se involucra nuestra vida privada, nuestros pensamientos más íntimos o nuestras emociones. Si usted no involucra a Dios en su vida privada, usted no conoce a Dios.
El peligro de creer que conocemos a Dios.
Yo conocí a Cristo en 1979, un montón de años, nunca me he apartado del evangelio, por la gracia y misericordia del Señor, porque Él me ha sostenido. ¿Errores? 44 mil 384 y contando, porque somos así, vamos a morir pecando todos. He visto de todo. Pero el mal más doloroso es ver a una persona en el evangelio y que a la vuelta de un tiempo se aparte, ¿Y te digo por qué? Porque es más fácil convencer a una persona, que no conoce a Dios, para que venga a la casa del Señor; que convencer a alguien que ya estuvo un día en la casa de Dios, para que regrese.
Santiago 2:19 (RV-60): Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. No se trata simple y sencillamente de saber, se trata de conocer.
Mateo 7:21-22 (RV-60) 21No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Iglesia esté conmigo en este versículo que tiene enfrente, esa gente creían que conocían a Dios, ¿Qué le dijo Dios? No sé quiénes son ustedes. Ese es el peligro del que estoy hablando hoy, y del que he venido hablando por los últimos 30 años.
El peligro de creer que usted sí lo conoce, cuando en realidad no lo conoce, ¿por qué? Porque no existe una relación entre usted y el Señor, no hay. Usted sigue a Dios de una manera vaga, superficial, usted sigue a Dios porque es domingo y no hay otra cosa más que hacer. Porque prefiere estar aquí antes de quedarse con su mujer (marido) que es una amargada(o). ¿Pero relación, necesidad de estar en la casa de Dios? No hay. Yo considero que es un peligro terrible.
Hay personas que todavía no han entendido el evangelio. El evangelio no es acerca de usted, ni de su niño(a), el evangelio es acerca de Dios. Cuando las personas se molestan en la iglesia porque no les prestan la atención suficiente, son personas que están propensas a apartarse de los caminos de Dios porque nunca lo entendieron; para ellos el evangelio circula alrededor de ellos. Hay personas que le han dado la vuelta a más de diez iglesias esperando encontrar la iglesia perfecta, se enfocan en ellos, sus gustos, necesidades y se enfadan o se retiran: ¡Nunca conocieron a Dios!
Pablo dijo: Filipenses 3:8 (RV-60): Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
La familia, tanto que predicamos de la familia, tanto que hablamos de del amor a los hijos, cuando la Biblia dice todo lo contrario. Mateo 10: 37 (RV-60): El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo a hija más que a mí, no es digno de mí. Nosotros viviendo todo lo contrario. Hay hermanos que no vienen a la iglesia porque la niña está durmiendo y no se puede despertar. Otros dicen: la iglesia no se acaba, el otro domingo podemos ir. No entienden que Dios es primero, lo dice la Biblia, no lo digo yo.
Quiero hablarles de un hombre, un mago, en Hechos 8, y quiero que lleve la secuencia en estos versículos que vamos a ver.
Hechos 8: 9, 13, 18 (RV-60): 9Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 13También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 18Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero. Este hombre Simón, que vivía en Samaria, se convierte al evangelio y se bautizó; andaba con Felipe, que era el predicador de ese lugar. Simón estaba maravillado con las señales y los milagros que estaba viendo, comparaba lo que veía con lo que él antes hacía, dándose cuenta que todo lo que él antes hacía era mentiras, reconociendo así el gran poder de Dios. Pero Simón, quería tener el poder del Espíritu de Dios por medio del dinero, en pocas palabras: una corrupción santa. ¡Y eso que era creyente el hombre!
Entonces Pedro le dijo Hechos 8: 20-21 (RV-60): 20Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
¿Usted cree que Simón pensaba que era creyente? Claro que sí, si se había bautizado, él era amigo del pastor. Aquí viene la pregunta, y este es el gran temor: ¿Usted cree que Simón conocía a Dios?
Simón estaba engañado, solo estaba fascinado por los milagros, por las maravillas, por las cosas que él veía. ¿Pero a Dios? ¡A Dios no lo conocía! Ese es el gran peligro, del que yo le hablo, y ese es el gran temor. Que usted asista a la iglesia por pura costumbre, que usted piensa que con venir a un culto ya usted tiene la salvación, y hasta su último nieto también. Porque usted así concibe las cosas del evangelio, relación con Dios usted no tiene.
Dios, es un Dios personal. Que el Espíritu de Dios nos anhela con gemidos indecibles. El Espíritu de Dios anhela que yo me ponga de rodillas, que yo levante mis manos al cielo, cada día, y adore a mi Señor, que yo lo exalte, que tenga una palabra de gratitud con Dios. He aprendido tantas cosas en estos últimos años de mi vida de Fe y una de ellas es hablar con el Señor, exponerle mi corazón y derramar mi alma a Dios; pero todos los días busco de Dios, es una necesidad relacionarme con mi Señor. De mantener, hacer crecer mi relación personal y el amor a Dios. No sé si son por los años pero últimamente le una porción de la escritura y hasta me saca las lágrimas, de ver como es Dios, como funciona, como Dios trató con las personas, como las personas le obedecieron.
Pero si a usted Dios le hace falta solo el día domingo, por costumbre, déjeme decirle hermano: Simón también pensaba que conocía a Dios, y no lo conocía. Porque sus actos, sus hechos, demostraban todo lo contrario. Que Dios nos ayude y tenga misericordia de nosotros.
Incline su rostro oremos al Señor:
Padre querido al venir a tu presencia oramos por nosotros mismos, Señor. ¡Cuánta gente engañada! ¡Cuánta gente piensa, cree que te conocen! Pero al final del día resulta que no. Al final del día lo que hay es una religiosidad. Al final del día lo que hay es una costumbre. Esa información acerca de ti permite que podamos decir: De oídas que había oído pero ahora mis ojos te ven, pero ahora te conozco Señor, ahora sé quién eres. La palabra del Señor nos enseña que es el Espíritu de Dios el que nos revela al Hijo, y en esta hora Dios quiere revelarte a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Usted no está aquí por casualidad, usted está aquí porque Dios le ha traído, porque Dios tiene un plan particular para usted. Dios quiere que usted le conozca, que se relacione con Él y tenga una vida nueva.
Mientras, todos oramos. Si hay alguna persona que me dice: “Pastor yo siento la necesidad de Dios en mi corazón. Siento la necesidad de Dios en mi vida. Yo necesito a Cristo.” Si hay una persona que quiere recibir a Jesús como su Señor y Salvador personal, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Si hay alguien que dice: “Pastor yo quiero entregarle mi vida a Dios.” Alguien se va a acercar a usted, para hacer una oración con y por usted; para indicarle de qué forma usted le puede pedir a Dios que venga a su corazón, que venga a su vida. ¿Hay alguna persona? Venga los pies de Cristo. Póngase de pie o levante su mano. Entregue su vida al Señor. Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis faltas y te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. En este día, te recibo como mi Señor y Salvador personal.” Si usted hizo esta oración con nosotros, queremos invitarles para que siga creciendo en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Padre querido te damos gracias por tu palabra, permite que la podamos atesorar en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, hoy, a las 6 de la tarde tenemos un mensaje para hombres y mujeres: “La lujuria.” Aquí les espero. ¡Que Dios me los bendiga!
Dios, un Dios personal
Septiembre 18, 2022 – 1:30PM | Isaias 43:1-7 | Dr. David Rodríguez
Etiquetas: isaias, pastor david rodriguez, septiembre 2022, transcripcion
Descargar Texto: Sermón en PDF
TRANSCRIPCIÓN
En esta en esta tarde quiero tocar un tema que es importante, por supuesto, como todos los temas que se tocan aquí en la casa del Señor. Yo quiero hablar en esta hora acerca de Dios, como un Dios personal. Cuando digo “un Dios”, no tiene que confundirse con el hecho de que hay otros; porque todos los creyentes sabemos que hay un solo Dios, santo y verdadero.
Isaías 43: 1-7, (Rv-60): 1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo o Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 6Diré al norte: Da acá; y al sur: No te detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, 7todos los llamados de mi nombre, para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
¡Qué Dios bendiga esta linda palabra!
Dios, es un Dios personal.
Dios creó al hombre, le puso nombre, le hizo un jardín para que lo trabajara, para que lo guardara, para que lo cuidara. Puso árboles de deliciosos frutos para el hombre, para Adán. Lo vio solo y le hizo ayuda idónea. El hombre desobedece, peca contra Dios y aun así, habiendo desobedecido, Dios extiende su mano hacia el hombre; porque Dios siempre ha querido alcanzar a la humanidad. Y nos presenta el maravilloso “Plan de salvación.” Ese fue el trato, la manera como Dios se relacionó con Adán. Se relacionó con sus hijos con Caín y Abel. Mostró su carácter, mostró su temperamento, le dijo a Caín: “No me gusta lo que me has traído. La ofrenda de tu hermano sí, me agrada.”
Más adelante la historia nos dice, la escritura, que Dios vio a un hombre que era justo. Y apareció por ahí un hombre que caminó con Dios y tuvo una relación tan estrecha Dios con este hombre llamado Enoc, que desapareció porque Dios se lo llevó.
Luego aparece otro individuo. Dios se da cuenta que todo el pensamiento del hombre era hacer el mal. Entonces se busca a otro hombre y se encuentra con Noé. Tiene una relación con Noé, le cuenta sus planes a Noé: “Mira Noé, voy a deshacer todo esto, porque todos estos hombres son malos.” Luego hace un pacto con los hijos de Noé. Después vuelve la maldad a los hombres, quisieron construir una torre que llegara hasta el cielo y entonces Dios confunde los lenguajes.
Después apareció otro personaje a quien Dios se le aparece y le dice: “Quiero que te vayas de tu tierra y de su parentela a un lugar que yo te mostraré”, dice la palabra que este hombre le hizo caso a Dios. Su nombre: Abraham. Dios le promete un hijo y luego Dios se relaciona él (Isaac) y le reitera las promesas que le había hecho a su papá (Abraham). Este Isaac tiene dos hijos, Jacob y Esaú, y tiene una relación especial también con Jacob.
Luego surge otro personaje, tan interesante, que se conoce como: “El gran legislador de Israel”, nuestro querido Moisés.
La Biblia nos enseña que: Dios es un Dios personal. Que trató con Saúl, que trató con David, que trató con Salomón, con Elías, con Eliseo, con Isaías, con Jeremías, con Daniel; Dios es un Dios personal
Dios no es una fuerza impersonal, no es un Dios que está lejísimos, inalcanzable. No es un Dios con quien nadie puede hablar o un Dios que nadie se le puede acercar, no, Dios es un Dios personal, que se relaciona con nosotros. La Biblia enseña que Dios es un Dios vivo, Dios no es un Dios de muertos. Dios está vivo y se relaciona con sus hijos.
Quiero mencionarles que Dios es un padre. Hay un versículo en la Biblia que es bastante conocido por todos, Juan 1:12 (RV-60): Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Esa palabra “potestad” es una palabra legal, como cuando se va a adoptar a alguien (teknon). Entonces, de acuerdo este versículo, cuando alguien le dice a usted: “es que todos somos hijos de Dios.” No es cierto, todos somos criaturas de Dios; pero hijo solamente aquel que ha depositado su fe y confianza en el Señor Jesucristo.
Dios es un Dios personal. Dios me conoce a mí, Dios lo conoce a usted, y nos conoce de una manera personal; ese es Dios.
Salmos 139: 1-6, 13 (RV-60): 1Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender. 13Porque tú formaste mis entrañas, tú me hiciste en el vientre de mi madre. (No hay nada de mí que Dios no conozca, Dios nos conoce, Dios sabe todo.)
Isaías 49: 15 (RV-60): ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. (Eso lo dice Dios.)
Mateo 10: 29-31 (RV-60): 29¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30Pues aún vuestros cabellos están todos contados. 31Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Dios nos conoce, nos conoce por nombre. Conoce nuestra intimidad. Cuando hablamos de que Dios nos conoce, no se trata de un conocimiento vago o generalizado. Dios nos conoce bien, porque Él es un Dios personal.
El conocimiento de Dios es algo vital. (Aquí es la parte que me preocupa de este mensaje.)
Oseas 6:6 (RV-60): Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocausto. Es decir, usted puede hacer cualquier sacrificio, el que usted quiera; dice Dios: “preferiría que me conozcas”.
Filipenses 3:8 (Rv-60): Y ciertamente aún estimo todas las cosas como pérdida, por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús.
¿Por qué es tan importante conocer a Dios?
Hermanos, no se puede amar a alguien que no se conoce. Yo me puedo pasar todos los domingos diciendo: “Ame a Dios, ámelo con todo el corazón, ámelo con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas” Pero si usted no lo conoce ¿cómo lo va a amar? Usted no puede amar a Dios, si no lo conoce. Es más, no se puede confiar en una persona que usted no conoce. De ahí la importancia de conocer al Señor.
¿Cómo sabemos si amamos a Dios?
1 Juan 2:3 (RV-60): 3Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. Es muy fácil, es sencillo. Estos versículos le pasamos, por encima, muy rápido. Hermano, guardar los mandamientos significa “obediencia”.
Hermano, el conocimiento a Dios tiene que ver en conocer lo que a Él le gusta y lo que no le gusta. A Dios lo podemos conocer de una manera íntima. Jesús tuvo doce discípulos, de los doce discípulos había tres, ¿verdad?, que eran los más cercanos a Él. Eran: Pedro, Jacobo y Juan, de ellos el más cercano a Jesús era Juan. Jesús tenía unos amigos en una ciudad que se llama Betania. Ahí vivía Lázaro, Martha y María. Y la escritura nos dice que Jesús cuando estaba en Betania, tenía dónde quedarse.
Job 42:5 (RV-60) dice: De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Hermanos si yo les pegunto a ustedes por un personaje, digamos, la reina Isabel, reina de Inglaterra. Estamos viendo por la televisión increíbles vídeos de todo lo que han realizado con la muerte de ella, 70 años en el poder. Es muy probable que nosotros sepamos de la reina, pero la pregunta es: ¿y la conocemos? No, no sabemos cómo se tomaba el té la señora, no sabemos a qué hora se levantaba. Entonces el temor que puede ocurrir en el evangelio es que usted sepa de Dios, pero no conozca a Dios. Cuando digo “sepa de Dios” es porque muchos cristianos están informados acerca de Dios, saben que Dios existe, saben que está en el cielo, saben que mandó a Jesucristo. Ellos están informados, ellos saben; pero la pregunta es: ¿Lo conoce usted?
Hay personas que solo tienen una tradición de fe. ¿Cómo es eso? Mi abuela me llevaba, cuando yo era niño, a la iglesia y a mí me gustaba. Cuando se murió mi abuela la vecina me llevaba, yo crecí en una iglesia, es por eso que ustedes me escuchan bromear a mí diciendo: “que ésta es la misa del mediodía”. ¿Por qué? Porque no los voy a volver a ver hasta el próximo domingo al mediodía, y para muchas personas ese es su modo de vida en la fe. Es decir, ellos saben de Dios, hay una costumbre de asistir a la iglesia, pero conocer a Dios es distinto. Dios quiere tener intimidad con nosotros, porque Él es un Dios personal.
No puede no puede haber un conocimiento de Dios si no hay una relación con Dios. Relación, es la manera de conocernos, debemos relacionarnos para conocernos. No me venga a decir que usted conoce a Dios, si usted no tiene una relación con Dios. Si usted vive su vida donde usted es el centro de ella, si solo le interesa el bienestar suyo, de su esposo(a), el bienestar de sus hijos, si pasan los días y no lee la biblia, ¿Cómo quiere conocer a Dios si no hay relación con Él?
Perdóneme, pero yo debo aclarar bien esto porque esto es delicadísimo, ¿cómo puedo pasar yo un día sin tener una relación con el Señor? Yo les decía, hace unos días, que la primera vez que Dios me dio la oportunidad de estar Grecia, andaba yo solo. El día domingo yo busqué un culto, esta última vez que fuimos nos reunimos todos y tuvimos un servicio. ¿Sabes cómo piensan algunas personas? Yo estoy de vacaciones y no estaré buscando una iglesia para ir, mejor me voy a la playa. A esas personas solo le interesa satisfacer su propio cuerpo, sus necesidades personales y no a Dios, porque no hay una necesidad de Dios dentro del alma. Sin embargo, hay hermanos que cuando viajan a su país y regresan me dicen: “pastor, me estuve congregando allá en una iglesia donde el pastor lo conoce, le mandan saludos” ¡Qué lindo es eso!
Cuando hay amor, cuando hay relación, uno quiere estar siempre junto a la persona que uno ama ¿sí o no? Eso significa que usted quiere estar con la otra persona y entonces, que usted quiere una relación estrecha con Dios. Si no hay relación no hay conocimiento y lo que tenemos entonces es una religión y eso nos da un conocimiento bien superfluo del evangelio. No es lo mismo una relación superficial que una relación íntima, estrecha.
Una relación personal involucra la vida privada. Cuando hablo de relación con Dios, hablo de vida personal, de vida privada. Usted no le puede esconder nada a Dios. Debemos someter nuestra vida a Dios, rendirnos por completo a Dios, al Señor. Esto incluye no esconder pecados, no debo, porque significa que no conozco a Dios. Sabemos que conocemos a Dios, cuando guardamos sus mandamientos y eso significa ser obedientes.
Repito la pregunta: ¿Qué es lo que tiene usted con Dios? ¿Lo conoce en realidad o siente mayor atracción por otras cosas? ¿Preferiría andar caminando frente a la playa o estar aquí en el culto?
Hay personas que sienten la necesidad profunda de estar en la casa del Señor, personas que han estado hospitalizados con la vía intravenosa (IV), canalizada para pasar medicamentos, y han pedido permiso en el hospital para venir a servir a la casa del Señor; porque sienten la necesidad profunda de estar aquí en la casa de Dios. Otros han pedido permiso los días domingos y se han sentado en una silla, allá, al final porque ellos quieren estar en la casa del Señor. Ahí hay necesidad, hay ahí relación, ahí hay conocimiento. Pero si para usted estar aquí es una carga, vino obligado, si usted preferiría estar con sus nietecitos allá en su casa comiendo carne asada; ¡Usted no tiene relación con Dios!
No puede haber conocimientos sin tener una relación. No puede haber conocimiento personal si no se involucra nuestra vida privada, nuestros pensamientos más íntimos o nuestras emociones. Si usted no involucra a Dios en su vida privada, usted no conoce a Dios.
El peligro de creer que conocemos a Dios.
Yo conocí a Cristo en 1979, un montón de años, nunca me he apartado del evangelio, por la gracia y misericordia del Señor, porque Él me ha sostenido. ¿Errores? 44 mil 384 y contando, porque somos así, vamos a morir pecando todos. He visto de todo. Pero el mal más doloroso es ver a una persona en el evangelio y que a la vuelta de un tiempo se aparte, ¿Y te digo por qué? Porque es más fácil convencer a una persona, que no conoce a Dios, para que venga a la casa del Señor; que convencer a alguien que ya estuvo un día en la casa de Dios, para que regrese.
Santiago 2:19 (RV-60): Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. No se trata simple y sencillamente de saber, se trata de conocer.
Mateo 7:21-22 (RV-60) 21No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Iglesia esté conmigo en este versículo que tiene enfrente, esa gente creían que conocían a Dios, ¿Qué le dijo Dios? No sé quiénes son ustedes. Ese es el peligro del que estoy hablando hoy, y del que he venido hablando por los últimos 30 años.
El peligro de creer que usted sí lo conoce, cuando en realidad no lo conoce, ¿por qué? Porque no existe una relación entre usted y el Señor, no hay. Usted sigue a Dios de una manera vaga, superficial, usted sigue a Dios porque es domingo y no hay otra cosa más que hacer. Porque prefiere estar aquí antes de quedarse con su mujer (marido) que es una amargada(o). ¿Pero relación, necesidad de estar en la casa de Dios? No hay. Yo considero que es un peligro terrible.
Hay personas que todavía no han entendido el evangelio. El evangelio no es acerca de usted, ni de su niño(a), el evangelio es acerca de Dios. Cuando las personas se molestan en la iglesia porque no les prestan la atención suficiente, son personas que están propensas a apartarse de los caminos de Dios porque nunca lo entendieron; para ellos el evangelio circula alrededor de ellos. Hay personas que le han dado la vuelta a más de diez iglesias esperando encontrar la iglesia perfecta, se enfocan en ellos, sus gustos, necesidades y se enfadan o se retiran: ¡Nunca conocieron a Dios!
Pablo dijo: Filipenses 3:8 (RV-60): Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
La familia, tanto que predicamos de la familia, tanto que hablamos de del amor a los hijos, cuando la Biblia dice todo lo contrario. Mateo 10: 37 (RV-60): El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo a hija más que a mí, no es digno de mí. Nosotros viviendo todo lo contrario. Hay hermanos que no vienen a la iglesia porque la niña está durmiendo y no se puede despertar. Otros dicen: la iglesia no se acaba, el otro domingo podemos ir. No entienden que Dios es primero, lo dice la Biblia, no lo digo yo.
Quiero hablarles de un hombre, un mago, en Hechos 8, y quiero que lleve la secuencia en estos versículos que vamos a ver.
Hechos 8: 9, 13, 18 (RV-60): 9Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 13También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 18Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero. Este hombre Simón, que vivía en Samaria, se convierte al evangelio y se bautizó; andaba con Felipe, que era el predicador de ese lugar. Simón estaba maravillado con las señales y los milagros que estaba viendo, comparaba lo que veía con lo que él antes hacía, dándose cuenta que todo lo que él antes hacía era mentiras, reconociendo así el gran poder de Dios. Pero Simón, quería tener el poder del Espíritu de Dios por medio del dinero, en pocas palabras: una corrupción santa. ¡Y eso que era creyente el hombre!
Entonces Pedro le dijo Hechos 8: 20-21 (RV-60): 20Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
¿Usted cree que Simón pensaba que era creyente? Claro que sí, si se había bautizado, él era amigo del pastor. Aquí viene la pregunta, y este es el gran temor: ¿Usted cree que Simón conocía a Dios?
Simón estaba engañado, solo estaba fascinado por los milagros, por las maravillas, por las cosas que él veía. ¿Pero a Dios? ¡A Dios no lo conocía! Ese es el gran peligro, del que yo le hablo, y ese es el gran temor. Que usted asista a la iglesia por pura costumbre, que usted piensa que con venir a un culto ya usted tiene la salvación, y hasta su último nieto también. Porque usted así concibe las cosas del evangelio, relación con Dios usted no tiene.
Dios, es un Dios personal. Que el Espíritu de Dios nos anhela con gemidos indecibles. El Espíritu de Dios anhela que yo me ponga de rodillas, que yo levante mis manos al cielo, cada día, y adore a mi Señor, que yo lo exalte, que tenga una palabra de gratitud con Dios. He aprendido tantas cosas en estos últimos años de mi vida de Fe y una de ellas es hablar con el Señor, exponerle mi corazón y derramar mi alma a Dios; pero todos los días busco de Dios, es una necesidad relacionarme con mi Señor. De mantener, hacer crecer mi relación personal y el amor a Dios. No sé si son por los años pero últimamente le una porción de la escritura y hasta me saca las lágrimas, de ver como es Dios, como funciona, como Dios trató con las personas, como las personas le obedecieron.
Pero si a usted Dios le hace falta solo el día domingo, por costumbre, déjeme decirle hermano: Simón también pensaba que conocía a Dios, y no lo conocía. Porque sus actos, sus hechos, demostraban todo lo contrario. Que Dios nos ayude y tenga misericordia de nosotros.
Incline su rostro oremos al Señor:
Padre querido al venir a tu presencia oramos por nosotros mismos, Señor. ¡Cuánta gente engañada! ¡Cuánta gente piensa, cree que te conocen! Pero al final del día resulta que no. Al final del día lo que hay es una religiosidad. Al final del día lo que hay es una costumbre. Esa información acerca de ti permite que podamos decir: De oídas que había oído pero ahora mis ojos te ven, pero ahora te conozco Señor, ahora sé quién eres. La palabra del Señor nos enseña que es el Espíritu de Dios el que nos revela al Hijo, y en esta hora Dios quiere revelarte a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Usted no está aquí por casualidad, usted está aquí porque Dios le ha traído, porque Dios tiene un plan particular para usted. Dios quiere que usted le conozca, que se relacione con Él y tenga una vida nueva.
Mientras, todos oramos. Si hay alguna persona que me dice: “Pastor yo siento la necesidad de Dios en mi corazón. Siento la necesidad de Dios en mi vida. Yo necesito a Cristo.” Si hay una persona que quiere recibir a Jesús como su Señor y Salvador personal, ahí donde está yo le invito para que se ponga de pie o levante su mano. Si hay alguien que dice: “Pastor yo quiero entregarle mi vida a Dios.” Alguien se va a acercar a usted, para hacer una oración con y por usted; para indicarle de qué forma usted le puede pedir a Dios que venga a su corazón, que venga a su vida. ¿Hay alguna persona? Venga los pies de Cristo. Póngase de pie o levante su mano. Entregue su vida al Señor. Usted que nos mira por las redes sociales, usted puede hacer lo mismo a través de una oración de fe. Dígale al Señor: “Señor en este día te pido perdón por mis faltas y te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del calvario. En este día, te recibo como mi Señor y Salvador personal.” Si usted hizo esta oración con nosotros, queremos invitarles para que siga creciendo en el conocimiento de Dios, de su santa y bendita palabra.
Padre querido te damos gracias por tu palabra, permite que la podamos atesorar en nuestros corazones, en el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, hoy, a las 6 de la tarde tenemos un mensaje para hombres y mujeres: “La lujuria.” Aquí les espero. ¡Que Dios me los bendiga!