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TRANSCRIPCIÓN

Vamos a buscar en nuestra Biblia Hebreos capítulo 11 por favor. Estudiamos la semana anterior que Dios es un Dios de vivos, no un Dios de muertos. El Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob no es un Dios de muertos, es un Dios de vivos. La semana pasada también estudiamos que los patriarcas y los profetas fallecieron con la esperanza de una promesa, la de ver una patria celestial. Y también nosotros vamos a partir creyendo que veremos esa patria celestial. Hoy yo quiero hablar de algo sencillo pero profundo. El mensaje se llama Por la fe. 

Hebreos 11: 3-5 (RV 1960): 3Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 4Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas, y muerto, aún habla por ella.  5Por la fe, Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 

Vamos a pedir al Espíritu Santo que haga la obra en nuestros corazones: Señor nadie puede transformar vidas, nadie puede cambiar la manera de pensar, nadie puede cambiar el espíritu con el que vemos las cosas, nadie puede cambiar la mentalidad más que el Santo Espíritu de Dios. En esta hora, Señor, nos rendimos a ti. Yo entiendo, Padre, que podemos escuchar un millón de predicaciones, podemos escuchar cientos de miles de sermones y si no disponemos nuestro corazón y no pedimos al Espíritu de Dios que nos abra el entendimiento, nada va a pasar en nuestras vidas. No queremos que esto sea un sermón más, de los tantos y tantos que hemos escuchado. Padre Santo, nos rendimos, nos arrodillamos, nos postramos delante de ti en espíritu para que obres en nuestra vida, mueve nuestra voluntad. Permite, Señor, que cuando el Espíritu de Dios nos hable y nos indique nuestros malos pensamientos, nuestras malas acciones, nuestras malas actitudes, podamos reconocer la necesidad que tenemos de arrepentirnos y devolvernos a ti. Bendice tu palabra en nuestros corazones. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

Hebreos es un libro muy especial porque nos muestra la fama de los hombres de fe, como le llaman algunos, pero también es especial porque nos dice varias cosas importantes, pero bien importantes, acerca de la fe. 

Hebreos 11: 1 (RV 1960): Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 

Hebreos 11: 6 (RV 1960): Pero sin fe es imposible agradar a Dios. 

Yo les he hablado del valor que representa la fe en lo personal. Nuestra fe es la que nos define, es la que nos indica ¿por qué pensamos como pensamos? ¿Por qué vivimos como vivimos? ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Cuáles son nuestras prioridades? 

Algunas personas hablamos mucho de la fe, pero hacemos cosas que no es vivir en realidad por la fe. En este capítulo se nos dice que muchas personas hicieron muchas cosas por la fe. ¿Y cómo se puede vivir por esa fe? ¿Qué tan importante es la fe para usted? ¿Qué es lo que usted hace? ¿Qué es lo que usted piensa? ¿Cómo se mueve? Solamente hay dos tipos de personas en este mundo: Los que tenemos fe en el Señor y los que no tienen fe en Dios. 

Hay una gran cantidad de gente en este mundo que no cree en Dios, que piensa que nosotros somos personas de segunda categoría, que somos ignorantes por lo que creemos, por la fe que tenemos en Dios; cuando la Biblia en realidad nos dice que nuestra fe es más preciosa que el oro. ¡Te puedes imaginar! Hoy se habla mucho del oro, ¿verdad?, y la Biblia dice que nuestra fe es más preciosa que eso. Es por ello que, al hablar de estas cosas, vale muchísimo la pena que usted se haga la pregunta y diga: ¿Qué tan importante es la fe para mi vida? 

Hebreos 11: 1-3 (RV 1960): 1Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Es la convicción de lo que no se ve, ahí hay un problema serio con la ciencia ¿no es cierto? Pero eso es fe, de eso se trata la fe. La fe da seguridad de lo que no vemos. ¿Por qué? Porque descansa, simple y sencillamente, en la fidelidad de Dios. Esto es lo difícil para la ciencia, creer en un ser invisible. Ellos dicen que nosotros creemos en un ser imaginario. ¿Puede creer usted que Dios es producto de la imaginación? Nosotros creemos que Dios creó el universo, pero nosotros no estábamos ahí, pero lo creemos. Esas son cosas que no vemos, ni nosotros, ni la ciencia tampoco. Cuando la ciencia habla sobre la teoría del Big Bang, yo les digo:  atajo de mentirosos si ellos no estuvieron allí. Ellos hablan de teorías, pero las teorías las podemos inventar también nosotros. Pero nosotros creemos que Dios hizo los cielos y la tierra. ¿Por qué? Por la fe. 

¿Usted cree que hay un cielo? ¿Usted cree que hay un trono en la gloria? ¿Usted cree que Jesús está sentado a la diestra del Dios Padre? ¿Usted cree que hay un mar de cristal? Calles de oro ¿quién las ha visto? ¡Nadie! ¡Se da cuenta!, esa es la fe, creer en esas cosas invisibles. No las hemos visto, por supuesto que no, pero las creemos, las creemos por la fe. Eso es lo que logra la fe. Estoy hablando de una fe bíblica, si la Biblia lo enseña, yo lo creo. Si Dios lo dice, yo lo creo. Lo invisible, son aquellas cosas que no hemos visto, pero las creemos porque Dios las enseña. 

La fe produce adoración y entrega. 

Hebreos 11: 4 (RV 1960): 4Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 

¿Cómo supo Abel que tenía que ofrecer sacrificio? ¿Cómo supo Caín que tenía que ofrecer a Dios sacrificio? La Biblia no lo dice explícitamente, nosotros creemos que es muy probable que Dios haya mencionado algo después de la caída de Adán y Eva. Pues Él tuvo que matar, seguramente, un animalito para utilizar las pieles para cubrir a Adán y a Eva.  Tal vez hubo algún tipo de instrucción de parte de Dios. 

Hebreos 11: 4 (NVI):  Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín y por ella recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía.

Hebreos 11: 4 (TLA): 4 Abel confió en Dios, y por eso le ofreció un sacrificio mejor que el de Caín. Por eso Dios consideró que Abel era justo, y aceptó sus ofrendas. Y aunque Abel ya está muerto, todavía podemos aprender mucho de la confianza que él tuvo en Dios.

¿Qué pasa entonces con los sacrificios? 

Abel dice: Yo tengo que ofrecer, tengo que entregar, un sacrificio en adoración. ¿Qué produce la fe? Produce adoración y entrega. Esto se aplica para el diezmo, las ofrendas, y para entregarle tiempo a solas para Dios. 

Yo no puedo vivir una vida sin adorar, no puedo, está dentro de mí. Yo comienzo mi día y digo: -Santo, santo, santo Señor, Dios todopoderoso. Digno eres de todas las cosas. Tú eres digno, Señor. Te alabo, Señor. Yo te glorifico. Yo te exalto. Yo comienzo mi día con un tema de alabanza, un tema de adoración; es decir, es que a mí me hace falta. ¿Por qué? Porque la fe produce un sentido de adoración. Yo me muero, realmente prefiero morirme si no puedo adorar. Es que esta Biblia me está diciendo que ponga mi mirada en las cosas de arriba. 

Cuando hablo de un sentido de adoración, quiero decir que se levante más temprano hermano, sea consciente de la adoración. Si el culto comienza a las 2 de la tarde, no llegue a las 2:30pm, eso habla mucho de su fe. No veas las cosas de Dios como cualquier cosa, hermano. Usted está viniendo a la casa del Rey, a la casa del Señor, para adorar, para bendecir, para exaltar su nombre. 

La fe produce deseo de ofrecer lo mejor que tenemos.

¿Qué es lo que se le ofrece a Dios? Pues a Dios se le ofrece lo mejor, lo mejor que tenemos, no lo que nos sobra. No es lo mejor para mí y lo peor para Dios, así no es la cosa. 

Proverbios 3: 9- 10 (RV 1960): 9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.

Proverbios 3: 9- 10 (TLA): 9 Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; 10 así nunca te faltará ni comida ni bebida. Dios es importante hermanos, muchas veces vivimos el evangelio al revés. Demuéstrele a Dios que para usted Él es lo más importante. Toda la Biblia está llena de eso. Mateo 10: 37 (RV 1960): El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;

Yo estaba reflexionando hace unos días en una gran cantidad de cosas, preparando unos estudios y digo: Mire, por todo el amor que nosotros le tengamos a nuestros padres, por todo el amor que le tengamos a nuestros hijos, por todo el amor que le tengamos a los nietos, todo es pasajero. Habrá un día que no habrá más memoria, porque será una eternidad. No vamos a pensar más en esas cosas terrenales. En esta tierra somos extranjeros y peregrinos. Dios, en su grande misericordia te da personas para que te eduquen, te da personas para que te ayuden en lo que tú te desarrollas; pero el Padre verdadero lo tenemos en el cielo. Las demás cosas se quedan en esta tierra hermano, simple y sencillamente. ¿Usted cree que sus hijos van a estar yendo al cementerio todos los años para celebrar su cumpleaños? Eso será solo por un tiempo; la vida pasa, las generaciones pasan. Todo eso se queda acá. Pero la fe manifiesta ese sentido de entrega, ese sentido de: ¿qué le doy a mi Dios? ¿Qué le voy a dar a mi Señor? ¿Le voy a dar lo mejor o le voy a dar lo que sobra? ¿Le doy una buena camisa o le doy la que no sirve? ¿Qué le doy? Es la fe la que produce ese sentido de adoración al Señor. 

La fe nos mueve a obedecer. 

Hebreos 11: 7-8 (RV 1960): 7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 

La fe también nos mueve a obedecer, aunque no entendamos lo que está pasando a nuestro alrededor. Dios le dijo a Noé: -Quiero que construyas un arca. Noé le dijo: Pero Señor, si aquí no hay ni mar. -Usted constrúyela. Noé dijo: Sí, Señor, ahora comenzaré. Abraham, quiero que dejes a tu papá, quiero que dejes a tu familia porque te voy a llevar a un lugar. Sí, Señor. ¿A dónde? Después te digo. La fe nos mueve a obedecer, aunque desconozcamos las circunstancias a nuestro alrededor. Si Dios dice hazlo, pues hay que hacerlo.

Uno de los ejemplos más complicados de todo esto, ¿sabe quién es? El de Job. ¿Qué dice la Biblia de Job? Perfecto, recto, temeroso de Dios y apartador del mal. ¿Qué más quiere? ¿Y qué le sucede? Y comienza a perder cada una de sus posesiones. Perdió lo que tenía, murieron sus hijos, le robaron su pertenencia y le cae una enfermedad. Él pudo haberle reclamado a Dios: Señor, pero si yo estoy viviendo conforme a tu voluntad, estoy haciendo las cosas como tú me has pedido que las haga. Yo creo que Job no entendía, porque él dice: No sé qué es lo que he hecho mal. No sé, no entiendo, pero como no entiendo lo que está pasando, ¡alabado sea su nombre! Entonces, esa es la fe. Te van a llegar pruebas, una después de la otra, hermano te va a caer una tormenta; y te vas a estar preguntando: ¿Cuándo se va a acabar todo esto? ¡Qué importa cuando se acabe! Se puede acabar cuando se acabe, pero usted haga lo que Dios le ha pedido que haga. Y dice la escritura que no se encontró en los labios de Job nada malo en contra de Dios. Cuando estamos en situaciones como la de Job es cuando verdaderamente se demuestra quién somos y qué tipo de fe es la que tenemos. ¿Cuántos de los que estamos acá no hemos atravesado por pruebas? Pero Dios es soberano y es digno de adoración. ¡Él es digno de adoración! Tal vez usted no ha aceptado la muerte de su hijo, pero yo estoy diciendo que la fe nos mueve a obedecer aun cuando no entendemos las cosas. ¿Cuánto tiempo va a tomar para que las entendamos? ¡Quién sabe! Yo no sé, pregúntenle a mi esposa que tiene 26 años de estar en silla de rueda; pero la fe, te mueve a obedecer aun cuando no entendemos las cosas que están a nuestro alrededor. Tenemos que permanecer firmes, fieles a nuestro Dios y a nuestra fe.

1 Juan 5: 4 (RV 1960): Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¡Bendito Dios! 

Bendito sea Dios que no fuimos rebeldes a la visión celestial. Ahora ofrezcamos un mejor sacrificio a nuestro Dios, iglesia. Trate mejor a las personas que están alrededor suyo, hábleles con cariño, hágalos sentirse bienvenidos. No le demos a Dios lo que sobra de nuestras vidas. Aprenda a venir temprano a la casa del Señor, especialmente si usted es parte de algún ministerio. No luce bien que usted vaya entrando a la mitad del servicio a la casa de Dios. Ofrezco un mejor sacrificio al Señor, recuerde lo que dice la palabra: Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

Vamos a orar. Padre querido, te damos gracias por tu palabra. Señor, ayúdanos a crecer en la fe. Ayúdanos a hacer tu voluntad. Este capítulo 11 de Hebreos nos habla tanto acerca de la fe, de situaciones, de circunstancias, de cosas por las que se atravesaron a lo largo de la vida y cómo la gente permaneció firme y fieles, todo por la fe. Permite que nosotros podamos permanecer firmes y fieles también por la fe, para darte la honra y la gloria que solo tu nombre merece y darte lo que es digno de nuestras vidas; no lo que nos sobra, sino honrarte con nuestro diario vivir.

Mientras todos oramos, si usted nunca ha recibido a Cristo en su corazón y usted me dice: Pastor, yo necesito a Dios en mi vida. Yo quiero entregarle mi vida a Jesucristo. Yo quiero entregarle mi alma al Señor. Yo le invito para que haga esta oración conmigo, dígale a Dios de esta forma: Señor Jesucristo, te pido perdón por mis pecados. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz. Me arrepiento de mis pecados. Te pido perdón por todas mis ofensas, Señor, y en este día abro mi corazón, abro mi vida y te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra. 

Padre, bendice esta palabra en nuestros corazones. Permite que podamos reflexionar en ella, Señor. Bendice a cada uno de mis hermanos, su familia. Que esta sea una semana de bendición para gloria tuya, en el nombre de Cristo Jesús oramos amén y amén. 

Amado mío, que la paz de Cristo los acompañe.