Cinco Preguntas que Dios nos hace
Noviembre 16, 2025 – 2:00PM | Mateo 17:5 | Dr. David Rodríguez
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TRANSCRIPCIÓN
La Biblia está llena de preguntas, cantidad de preguntas. Se dice que Jesús hizo más de 300 preguntas, y que en toda la Biblia tenemos casi 3,000 o 3,300 preguntas, dependiendo de la de la versión que estemos leyendo. Solo en el libro de Job, Dios le hizo 77 preguntas a Job.
Es muy probable que en este momento tengamos muchas cosas que nos preocupen. Pueden ser afanes: ¿será que apagué la estufa o no la apagué? ¿Será que el gato se quedó adentro o se quedó afuera? Qué sé yo, las cosas que usted le están preocupando, pero quiero no quiero ser fatalista bajo ningún punto de vista; solo quiero hablar de cosas que son válidas, que son importantes porque en cualquier momento damos el último respiro. Hoy estamos, más tarde ya no estamos, en cualquier momento nuestro corazón latirá por la última vez. De toda la gran cantidad de preguntas que se encuentran en la Biblia, yo he escogido cinco nada más. Cinco preguntas que Dios nos puede hacer antes de morir, y que deberíamos nosotros mismos hacernos. También pienso que para hacernos estas preguntas no deberíamos esperar a estar cerca de la muerte para pensar en ellas. Estas preguntas tienen que ver con lo que Dios nos pide. Y tiene que hacerlas hoy, mientras que hay oportunidad de cambiar cosas, mientras hay gracia de Dios disponible.
Son preguntas que, aunque usted crea hoy que no les importa, Dios se las va a hacer porque están escritas en la Biblia y van a suceder. Está como que usted me diga: Yo no creo en un juicio final. Bueno, usted dirá que no, pero el creador de los cielos y la tierra dice: -Sí, hay un juicio. Dios no te va a preguntar si fuiste feliz, Dios no te va a preguntar cuántas lágrimas derramaste; esas cosas no son relevantes para el Señor, porque el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que conoce la palabra sabe cómo moverse en esta vida, cómo moverse en este mundo.
1- ¿Qué hiciste con Jesús?
Fíjate que en el Antiguo Testamento Dios mandó profetas, pero en el Nuevo Testamento Dios mandó a su Hijo, a su Hijo amado. Y algunas versiones dicen muy amado.
Mateo 17: 5 (NTV): 5 No había terminado de hablar cuando una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él». Es decir, ni una sola persona sobre la faz de la tierra puede ignorar a Jesucristo. Ni una.
Las personas que se quedaron en la casa este día, ellos pueden hacer con sus vidas lo que quieran, pero esa pregunta Dios no la va a pasar por alto. Porque Dios mandó a su Hijo a salvar al mundo, a morir en una cruz por usted y por mí.
Desde hace 2000 años se predica de Jesús como el Hijo de Dios, el salvador de nuestras almas. ¿Qué hizo usted con Jesús durante todos estos años?
Yo he visto personas que se han invitado a venir a la iglesia, han venido, se ha estado orando por esas personas durante mucho tiempo, y un día han llegado y se han levantado en medio de la predicación porque encontraron la predicación ofensiva, ¿saben por qué? Porque ellos no creen lo que estaban escuchando, no creen lo que se estaba diciendo acá. Muchos dicen: -Es que lo que pasa es que yo tengo a un Dios diferente del que predican ustedes. Hermanos, la gente puede tener opiniones diversas acerca de Dios, acerca de Jesucristo; pero esta pregunta Dios no la va a obviar, ni la va a pasar por alto. ¿Qué hiciste con mi hijo Jesús? ¿Qué hiciste con Jesús?
Mateo 26:67-68 (NTV): 67 Entonces comenzaron a escupirle en la cara a Jesús y a darle puñetazos. Algunos le daban bofetadas 68 y se burlaban: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién te golpeó esta vez?». Dice que algunas personas le escupieron en la cara, que otros le dieron golpes. ¿Qué hizo usted con Jesús?
Algunos han hecho negocio de Jesús, como Judas, que lo cambió por 30 monedas. Otros lo han distorsionado, han creado un Cristo a su gusto, sin cruz, sin santidad, sin demandas, sin arrepentimiento. Otros lo han reducido, lo tratan como un buen maestro, simplemente como un líder religioso, mas no como Dios hecho hombre. Otros lo han reemplazado, ponen en su lugar ídolos modernos: dinero, éxito, entretenimiento, ideologías. Otros lo han callado, no quieren que se predique su nombre, que se lea su palabra, que se hable de su evangelio. Otros lo han ridiculizado, se burlan de Él, se burlan de su iglesia, se burlan de su moral y de su obra redentora. Muchos lo han insultado. Blasfemias abiertas, algunas sutiles, pero siempre blasfemias. Le dicen: Señor, Señor; pero no hacen su voluntad. Lo han desobedecido sabiendo lo que Él pide. Otros lo han olvidado, lo subestiman y en fin, otros lo tienen como si fuera un escapulario colgado en algún lugar. ¿Qué ha hecho usted con Jesús?
A Jesucristo lo hice mi Señor y mi Salvador. ¡Qué bendición tenemos como iglesia! ¿Se da cuenta la importancia de estar reunidos aquí como un solo cuerpo y poder decir: -Para mí Jesucristo es lo mejor que me ha pasado en la vida-. A mí me podrán quitar el dinero, me podrán quitar la salud, me podrán quitar lo que sea, pero el que tiene a Cristo tiene la vida. Amén.
2- ¿Qué importancia tiene el reino de Dios para usted?
Yo sé que todos tienen planes, que si el trabajo, los niños, y tantas otras cosas; pero quiero decirles algo: esta pregunta yo te garantizo que te la van a hacer, ¿sabes por qué? Porque todos sabemos que no estamos aquí por casualidad, estamos aquí porque hay un propósito, ¿no es cierto? Y ese propósito ¿con qué cree usted que tiene que ver? Con el reino, el propósito tiene que ver con el reino.
¿Qué importancia tiene mi reino en tu vida?, pregunta Dios. Algunos quizás tienen un negocito, ¡qué bueno gracias a Dios! Pero yo les voy a hacer una pregunta bien incómoda. ¿Qué es más importante para usted, su negocito o el reino? Seguramente usted me va a decir: ¡Ay pastor!, pero es que de mi negocito yo como. Entonces ¿qué vamos a hacer con ese versículo de Mateo 6:33?
Mateo 6: 33 (RV 1960): 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6: 33 (NTV): 33 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. ¿Sabe usted lo que significa por encima de todo lo demás? Esto es por encima de su marido, por encima de su mujer, por encima de sus hijos, por encima de sus nietos, por encima de su negocio, por encima de sus planes, por encima, por encima.
Quiero que el reino de Dios sea de vital importancia para usted. ¿Dice eso la Biblia o no lo dice? Entonces, esto es importantísimo. A veces nos cuesta soltar, hermano, nos cuesta soltar cuando la promesa de Dios dice que si tú buscas primeramente el reino de Dios y su justicia, lo que tú necesitas será añadido.
Le he contado otras veces que me encontré una vez a un hombre y le dije: -Brother, hace rato que no lo veo-. Me dijo él: *Estoy trabajando los domingos, si me mantiene usted, dejo de trabajar y voy al culto el domingo*. Yo le contesté: -No, siga como burro, siga no más, ¿verdad? Hermanos, la promesa la hace Dios no la hago yo. Es el Señor quien le está diciendo a usted esto. Allá usted si quiere confiar o no.
Cuando Jesús comenzó el ministerio público decía:
Mateo 4: 17 (RV 1960): Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Jesús le dijo a Pilato:
Juan 18: 36 (RV 1960): Mi reino no es de este mundo.
También les dijo a los discípulos:
Lucas 11: 20 (RV 1960): Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
¿Qué entendemos por reino?
Los creyentes nos movemos en un mundo espiritual. Cuando usted piensa en un reino, piensa en un rey. Dios es el rey, del reino al que pertenecemos nosotros. Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad. Es por eso por lo que los creyentes tenemos un rey, y el creyente debe de someterse a ese reinado. Ese reino tiene leyes, tiene mandamientos. Dios quiere que nosotros, como sus hijos, obedezcamos esos mandamientos. El rey pide cosas porque Él es el rey. ¿Sabe qué cosas pide? Que se le adore. Que se le sirva. Que se le honre, esas son las cosas que pide el rey. El rey nos escoge y nos da una misión. Por eso digo, tenemos una misión acá. Hay que evangelizar, hay que discipular, hay que buscar a los perdidos, hay que rescatar a los que se han apartado; de eso se trata el reino. Si usted no lo quiere hacer, ya eso es cosa suya.
¿Qué tan importante es el reino de Dios para su vida? ¿Cómo mira las cosas del Señor? ¿Cómo mira las cosas de la iglesia?
Por ejemplo, si yo le digo a usted que lo vamos a mandar a la China mañana para que vaya a evangelizar. Usted me va a decir: ¡Qué bueno pastor! Pero le quiero hacer una pregunta pastor: Y ¿el boleto? ¿Dónde voy a vivir? ¿Qué voy a comer? O sea, yo estoy dispuesto a ir y predicar el evangelio. La respuesta es: para eso está la iglesia. ¿Se da cuenta por qué la insistencia que le demos al Señor, que seamos generosos? Para realizar la misión de Dios se necesita fondos.
Quiero que sepa una cosa, no es malo divertirse, no es malo ir a pasear. No señor, pero todo tiene su tiempo y su lugar. Pero escoger el mundo en lugar de Dios, no creo.
3- ¿Qué hiciste con lo que te di?
Los principios bíblicos dicen que todo lo que tenemos me lo dio ¿quién? Dios. Cuando llegamos a este mundo ¿cómo llegamos? Sin nada, chulones, desnudos. Y ¿cómo nos vamos a ir? De igual manera. Este tema siempre es un poco complicado, pero la Biblia es clara.
Hageo 2: 8 (RV 1960): Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. El asunto del dinero es un asunto espiritual. Esta es una pregunta que no se la va a poder quitar de encima usted.
Yo no veo desnudo a nadie aquí y los veo bien alimentados, algunos un poquito pasaditos de peso. ¿Qué quiere decir? Que Dios nos ha bendecido. Y ahora Dios te hace la pregunta: ¿Qué hiciste con lo que yo te di?
Yo tuve una prima, ya está con el Señor, que a ella la mandaron a los Estados Unidos a estudiar por 5 años. Le mandaban dinero para pagarse la universidad y nunca fue. ¿Cómo se sentiría usted como padre? El padre la quería matar cuando se enteró, ahora imagínese lo que va a hacer Dios con usted.
Tenemos una misión como iglesia, pero también tenemos una misión de una manera individual. Usted tiene la misión de comunicarle el evangelio a sus hijos, a las personas que conoce. ¿Qué hiciste con lo que te di?, te pregunta Dios.
Mateo 6: 24 (RV 1960): Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lo dijo Jesús. Cuando Dios pide que lo honremos con nuestros bienes, está probando quién manda en nuestra vida, quién gobierna nuestra vida.
Mateo 6: 21 (RV 1960): 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Jesús lo dijo, el corazón sigue al tesoro. Dar al Señor es una proclamación de decir: Mi seguridad está en Dios.
La Biblia dice que Dios es el dueño de todas las cosas, por supuesto que sí. Dar, es un acto de adoración. Dar es un acto de adoración. Abel adoró a Dios dando lo mejor. Abraham adoró dando a Melquisedec. Israel adoraba trayendo las primicias. La iglesia adora de igual manera con generosidad. En pocas palabras, así como es nuestra responsabilidad llevar el mensaje, también es nuestra responsabilidad extender el reino de los cielos.
4- ¿Naciste de nuevo?
Juan 3: 3 (RV 1960): 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Que no le quepa duda de que esa pregunta le va a salir en el examen. ¡Créame! esa pregunta va a salir en el examen.
Nadie puede nacer de nuevo si no experimenta un arrepentimiento genuino. Dios transforma, Dios cambia al individuo, cambia a la persona. Ya no somos lo que éramos antes. ¿Perfectos? Nunca vamos a ser mientras estemos en este cuerpo; pero una cosa es cometer un pecado, cometer un error; y otra cosa es vivir en pecado. Son dos cosas diferentes.
Hay cuatro cosas que pueden demostrar si en realidad yo he nacido de nuevo.
- La fe. Alimentar la fe debe ser muy importante para usted, venir a la iglesia, leer la biblia, orar. Hay personas que pueden pasar meses sin asistir a la iglesia y no les pasa absolutamente nada, pareciera que no les hace falta Dios, no les hace falta la Biblia, no les hace falta reunirse, no les hace falta nada. ¿Crees que esa persona ha nacido de nuevo? El que no nace de nuevo no va a entrar al reino. Esta Biblia no se equivoca. La fe necesita ser alimentada.
- La comunión. Cultivar mi relación con Jesús. La comunión es vital, es importante. No importa que usted no sea un buen cantante, pero cántele a su Señor. Hable con el Señor, no tenga secretos con Él, hable con el corazón abierto.
- La transformación. ¿Dios cambió mis emociones negativas, mis malos sentimientos? ¿Usted sigue amargado(a)? ¿Ya no siente ese rencor de cuando tenía 13 años porque alguien lo dañó? ¿Aprendió a perdonar usted o hay alguien en su vida que todavía no puede perdonar? Cuando una persona ha cambiado, ese negativismo, esos malos sentimientos, esa amargura ya no están más; porque el Espíritu Santo ahora vive en ella y le ha enseñado a perdonar. Y comienza a experimentar una paz profunda con Dios y con el prójimo.
- La obediencia. De nada me sirve decir que tengo fe si no obedezco. ¿Qué áreas de nuestra vida se han visto afectadas por el pecado, por la desobediencia?
5- ¿Terminaste la Carrera?
2Timoteo 4:7 (RV 1960): He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Esta quinta pregunta tiene que ver con perseverancia. No basta empezar bien, Dios quiere que permanezcamos firmes y fieles.
Apocalipsis 2:10 (RV 1960): Sé fiel hasta la muerte.
¿Se acuerdan de que antes teníamos bancas en lugar de sillas? Y por esta iglesia en 37 años han pasado, yo diría, miles de personas. Hoy solo en funerales me encuentro a la gente o cuando voy a casar a alguien. Algunos me saludan, y cuando les pregunto: ¿dónde te congregas? No, ya no, pero yo sigo creyendo en Dios, me dicen. Sí, también los demonios creen.
Esta pregunta lo que significa es: ¿estás todavía caminando en la carrera, todavía estás ahí o te apartaste? Porque esto no es una carrera para ver quién llega primero, o ver quién llega antes. Esta es una carrera para ir despacio. Y si usted no puede porque le duele la rodilla, vaya despacito, pero no deje de caminar, yo no creo en tirar la toalla. Hay que caminar aunque sea despacito, pero no podemos dejar de seguir caminando.
Que no le quepa duda de que Dios le va a hacer esta pregunta, porque la vida cristiana es para toda la vida. Esto es lo que se llama: la doctrina de la perseverancia de los santos. Debemos permanecer activamente en la fe, desde que conocemos a Cristo como Salvador y Señor, hasta el día que el Señor nos llame a su presencia.
2 Juan 1:9 (RV 1960): 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo. ¿Qué dice la palabra? Por más que venga a la iglesia, por más que diga: Yo soy cristiano; si tú no has perseverado en la doctrina de Cristo, se va a extraviar.
Dios nos pide que no retrocedamos, que no abandonemos nuestra fe, que no cambiemos el amor a Dios por el amor al mundo. Mire hermano, no existe ninguna iglesia perfecta, no hay; en todas las iglesias hay gente malcriada. Que eso no sea motivo para que usted se aparte. El que ama a Dios, el que se ha arrepentido de una manera genuina, va a permanecer en las buenas, en las malas, en las pruebas, en la tentación, en medio de la tormenta, en tiempos de hambre, en la salud, en la enfermedad, porque aquí estamos hasta que suene la trompeta; hasta que Cristo venga o nos llame a su divina presencia.
Pero esa es la bendita esperanza, mis queridos y amados hermanos, no dejemos que sea demasiado tarde para este examen.
- ¿Qué hiciste con mi hijo Jesús? Lo hice, mi Señor y mi Salvador.
- ¿Qué importancia tiene mi reino en tu vida? El Señor es prioridad para mí. Todo lo que tiene que ver con la iglesia, todo lo que tiene que ver con Jesús, todo lo que tiene que ver con el Señor para mí es prioridad.
- ¿Qué hiciste con lo que te di? Señor lo pusimos a tus pies para honra y gloria tuya. Estamos construyendo un templo, como iglesia, para gloria de tu nombre.
- ¿Naciste de nuevo? Por la gloria de Dios, Señor.
- ¿Terminaste la carrera? Sigo caminando hasta el día que tú me llames a tu presencia. Gloria a Dios.
Oremos. Padre, te damos gracias por tu presencia con nosotros en esta hora, obra en medio de tu pueblo. Padre, permite que podamos santificar nuestras almas con el poder del Espíritu Santo. Queremos hacer tu voluntad y solamente tu voluntad. Ayúdanos, Señor. Sabemos que tú eres un Dios de milagros, el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Obra en medio de tu pueblo, Padre. Bendice esta iglesia que te ama.
Te ruego encarecidamente por las almas, por los corazones, que están acá sin Cristo. Si usted me quiere invitar a Jesús a venir a su corazón y esa fe que tienen los cristianos. Repite esta oración conmigo ahí donde está: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. En este día te entrego mi vida. Te entrego mi corazón, te entrego mi alma. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra. Señor, despídenos con tu paz y con tu bendición. En el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Bendiciones para todos!
Cinco Preguntas que Dios nos hace
Noviembre 16, 2025 – 2:00PM | Mateo 17:5 | Dr. David Rodríguez
Etiquetas: 1 pedro, noviembre 2025, pastor david rodriguez, transcripcion
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TRANSCRIPCIÓN
La Biblia está llena de preguntas, cantidad de preguntas. Se dice que Jesús hizo más de 300 preguntas, y que en toda la Biblia tenemos casi 3,000 o 3,300 preguntas, dependiendo de la de la versión que estemos leyendo. Solo en el libro de Job, Dios le hizo 77 preguntas a Job.
Es muy probable que en este momento tengamos muchas cosas que nos preocupen. Pueden ser afanes: ¿será que apagué la estufa o no la apagué? ¿Será que el gato se quedó adentro o se quedó afuera? Qué sé yo, las cosas que usted le están preocupando, pero quiero no quiero ser fatalista bajo ningún punto de vista; solo quiero hablar de cosas que son válidas, que son importantes porque en cualquier momento damos el último respiro. Hoy estamos, más tarde ya no estamos, en cualquier momento nuestro corazón latirá por la última vez. De toda la gran cantidad de preguntas que se encuentran en la Biblia, yo he escogido cinco nada más. Cinco preguntas que Dios nos puede hacer antes de morir, y que deberíamos nosotros mismos hacernos. También pienso que para hacernos estas preguntas no deberíamos esperar a estar cerca de la muerte para pensar en ellas. Estas preguntas tienen que ver con lo que Dios nos pide. Y tiene que hacerlas hoy, mientras que hay oportunidad de cambiar cosas, mientras hay gracia de Dios disponible.
Son preguntas que, aunque usted crea hoy que no les importa, Dios se las va a hacer porque están escritas en la Biblia y van a suceder. Está como que usted me diga: Yo no creo en un juicio final. Bueno, usted dirá que no, pero el creador de los cielos y la tierra dice: -Sí, hay un juicio. Dios no te va a preguntar si fuiste feliz, Dios no te va a preguntar cuántas lágrimas derramaste; esas cosas no son relevantes para el Señor, porque el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que conoce la palabra sabe cómo moverse en esta vida, cómo moverse en este mundo.
1- ¿Qué hiciste con Jesús?
Fíjate que en el Antiguo Testamento Dios mandó profetas, pero en el Nuevo Testamento Dios mandó a su Hijo, a su Hijo amado. Y algunas versiones dicen muy amado.
Mateo 17: 5 (NTV): 5 No había terminado de hablar cuando una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él». Es decir, ni una sola persona sobre la faz de la tierra puede ignorar a Jesucristo. Ni una.
Las personas que se quedaron en la casa este día, ellos pueden hacer con sus vidas lo que quieran, pero esa pregunta Dios no la va a pasar por alto. Porque Dios mandó a su Hijo a salvar al mundo, a morir en una cruz por usted y por mí.
Desde hace 2000 años se predica de Jesús como el Hijo de Dios, el salvador de nuestras almas. ¿Qué hizo usted con Jesús durante todos estos años?
Yo he visto personas que se han invitado a venir a la iglesia, han venido, se ha estado orando por esas personas durante mucho tiempo, y un día han llegado y se han levantado en medio de la predicación porque encontraron la predicación ofensiva, ¿saben por qué? Porque ellos no creen lo que estaban escuchando, no creen lo que se estaba diciendo acá. Muchos dicen: -Es que lo que pasa es que yo tengo a un Dios diferente del que predican ustedes. Hermanos, la gente puede tener opiniones diversas acerca de Dios, acerca de Jesucristo; pero esta pregunta Dios no la va a obviar, ni la va a pasar por alto. ¿Qué hiciste con mi hijo Jesús? ¿Qué hiciste con Jesús?
Mateo 26:67-68 (NTV): 67 Entonces comenzaron a escupirle en la cara a Jesús y a darle puñetazos. Algunos le daban bofetadas 68 y se burlaban: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién te golpeó esta vez?». Dice que algunas personas le escupieron en la cara, que otros le dieron golpes. ¿Qué hizo usted con Jesús?
Algunos han hecho negocio de Jesús, como Judas, que lo cambió por 30 monedas. Otros lo han distorsionado, han creado un Cristo a su gusto, sin cruz, sin santidad, sin demandas, sin arrepentimiento. Otros lo han reducido, lo tratan como un buen maestro, simplemente como un líder religioso, mas no como Dios hecho hombre. Otros lo han reemplazado, ponen en su lugar ídolos modernos: dinero, éxito, entretenimiento, ideologías. Otros lo han callado, no quieren que se predique su nombre, que se lea su palabra, que se hable de su evangelio. Otros lo han ridiculizado, se burlan de Él, se burlan de su iglesia, se burlan de su moral y de su obra redentora. Muchos lo han insultado. Blasfemias abiertas, algunas sutiles, pero siempre blasfemias. Le dicen: Señor, Señor; pero no hacen su voluntad. Lo han desobedecido sabiendo lo que Él pide. Otros lo han olvidado, lo subestiman y en fin, otros lo tienen como si fuera un escapulario colgado en algún lugar. ¿Qué ha hecho usted con Jesús?
A Jesucristo lo hice mi Señor y mi Salvador. ¡Qué bendición tenemos como iglesia! ¿Se da cuenta la importancia de estar reunidos aquí como un solo cuerpo y poder decir: -Para mí Jesucristo es lo mejor que me ha pasado en la vida-. A mí me podrán quitar el dinero, me podrán quitar la salud, me podrán quitar lo que sea, pero el que tiene a Cristo tiene la vida. Amén.
2- ¿Qué importancia tiene el reino de Dios para usted?
Yo sé que todos tienen planes, que si el trabajo, los niños, y tantas otras cosas; pero quiero decirles algo: esta pregunta yo te garantizo que te la van a hacer, ¿sabes por qué? Porque todos sabemos que no estamos aquí por casualidad, estamos aquí porque hay un propósito, ¿no es cierto? Y ese propósito ¿con qué cree usted que tiene que ver? Con el reino, el propósito tiene que ver con el reino.
¿Qué importancia tiene mi reino en tu vida?, pregunta Dios. Algunos quizás tienen un negocito, ¡qué bueno gracias a Dios! Pero yo les voy a hacer una pregunta bien incómoda. ¿Qué es más importante para usted, su negocito o el reino? Seguramente usted me va a decir: ¡Ay pastor!, pero es que de mi negocito yo como. Entonces ¿qué vamos a hacer con ese versículo de Mateo 6:33?
Mateo 6: 33 (RV 1960): 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6: 33 (NTV): 33 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. ¿Sabe usted lo que significa por encima de todo lo demás? Esto es por encima de su marido, por encima de su mujer, por encima de sus hijos, por encima de sus nietos, por encima de su negocio, por encima de sus planes, por encima, por encima.
Quiero que el reino de Dios sea de vital importancia para usted. ¿Dice eso la Biblia o no lo dice? Entonces, esto es importantísimo. A veces nos cuesta soltar, hermano, nos cuesta soltar cuando la promesa de Dios dice que si tú buscas primeramente el reino de Dios y su justicia, lo que tú necesitas será añadido.
Le he contado otras veces que me encontré una vez a un hombre y le dije: -Brother, hace rato que no lo veo-. Me dijo él: *Estoy trabajando los domingos, si me mantiene usted, dejo de trabajar y voy al culto el domingo*. Yo le contesté: -No, siga como burro, siga no más, ¿verdad? Hermanos, la promesa la hace Dios no la hago yo. Es el Señor quien le está diciendo a usted esto. Allá usted si quiere confiar o no.
Cuando Jesús comenzó el ministerio público decía:
Mateo 4: 17 (RV 1960): Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Jesús le dijo a Pilato:
Juan 18: 36 (RV 1960): Mi reino no es de este mundo.
También les dijo a los discípulos:
Lucas 11: 20 (RV 1960): Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
¿Qué entendemos por reino?
Los creyentes nos movemos en un mundo espiritual. Cuando usted piensa en un reino, piensa en un rey. Dios es el rey, del reino al que pertenecemos nosotros. Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad. Es por eso por lo que los creyentes tenemos un rey, y el creyente debe de someterse a ese reinado. Ese reino tiene leyes, tiene mandamientos. Dios quiere que nosotros, como sus hijos, obedezcamos esos mandamientos. El rey pide cosas porque Él es el rey. ¿Sabe qué cosas pide? Que se le adore. Que se le sirva. Que se le honre, esas son las cosas que pide el rey. El rey nos escoge y nos da una misión. Por eso digo, tenemos una misión acá. Hay que evangelizar, hay que discipular, hay que buscar a los perdidos, hay que rescatar a los que se han apartado; de eso se trata el reino. Si usted no lo quiere hacer, ya eso es cosa suya.
¿Qué tan importante es el reino de Dios para su vida? ¿Cómo mira las cosas del Señor? ¿Cómo mira las cosas de la iglesia?
Por ejemplo, si yo le digo a usted que lo vamos a mandar a la China mañana para que vaya a evangelizar. Usted me va a decir: ¡Qué bueno pastor! Pero le quiero hacer una pregunta pastor: Y ¿el boleto? ¿Dónde voy a vivir? ¿Qué voy a comer? O sea, yo estoy dispuesto a ir y predicar el evangelio. La respuesta es: para eso está la iglesia. ¿Se da cuenta por qué la insistencia que le demos al Señor, que seamos generosos? Para realizar la misión de Dios se necesita fondos.
Quiero que sepa una cosa, no es malo divertirse, no es malo ir a pasear. No señor, pero todo tiene su tiempo y su lugar. Pero escoger el mundo en lugar de Dios, no creo.
3- ¿Qué hiciste con lo que te di?
Los principios bíblicos dicen que todo lo que tenemos me lo dio ¿quién? Dios. Cuando llegamos a este mundo ¿cómo llegamos? Sin nada, chulones, desnudos. Y ¿cómo nos vamos a ir? De igual manera. Este tema siempre es un poco complicado, pero la Biblia es clara.
Hageo 2: 8 (RV 1960): Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. El asunto del dinero es un asunto espiritual. Esta es una pregunta que no se la va a poder quitar de encima usted.
Yo no veo desnudo a nadie aquí y los veo bien alimentados, algunos un poquito pasaditos de peso. ¿Qué quiere decir? Que Dios nos ha bendecido. Y ahora Dios te hace la pregunta: ¿Qué hiciste con lo que yo te di?
Yo tuve una prima, ya está con el Señor, que a ella la mandaron a los Estados Unidos a estudiar por 5 años. Le mandaban dinero para pagarse la universidad y nunca fue. ¿Cómo se sentiría usted como padre? El padre la quería matar cuando se enteró, ahora imagínese lo que va a hacer Dios con usted.
Tenemos una misión como iglesia, pero también tenemos una misión de una manera individual. Usted tiene la misión de comunicarle el evangelio a sus hijos, a las personas que conoce. ¿Qué hiciste con lo que te di?, te pregunta Dios.
Mateo 6: 24 (RV 1960): Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lo dijo Jesús. Cuando Dios pide que lo honremos con nuestros bienes, está probando quién manda en nuestra vida, quién gobierna nuestra vida.
Mateo 6: 21 (RV 1960): 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Jesús lo dijo, el corazón sigue al tesoro. Dar al Señor es una proclamación de decir: Mi seguridad está en Dios.
La Biblia dice que Dios es el dueño de todas las cosas, por supuesto que sí. Dar, es un acto de adoración. Dar es un acto de adoración. Abel adoró a Dios dando lo mejor. Abraham adoró dando a Melquisedec. Israel adoraba trayendo las primicias. La iglesia adora de igual manera con generosidad. En pocas palabras, así como es nuestra responsabilidad llevar el mensaje, también es nuestra responsabilidad extender el reino de los cielos.
4- ¿Naciste de nuevo?
Juan 3: 3 (RV 1960): 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Que no le quepa duda de que esa pregunta le va a salir en el examen. ¡Créame! esa pregunta va a salir en el examen.
Nadie puede nacer de nuevo si no experimenta un arrepentimiento genuino. Dios transforma, Dios cambia al individuo, cambia a la persona. Ya no somos lo que éramos antes. ¿Perfectos? Nunca vamos a ser mientras estemos en este cuerpo; pero una cosa es cometer un pecado, cometer un error; y otra cosa es vivir en pecado. Son dos cosas diferentes.
Hay cuatro cosas que pueden demostrar si en realidad yo he nacido de nuevo.
- La fe. Alimentar la fe debe ser muy importante para usted, venir a la iglesia, leer la biblia, orar. Hay personas que pueden pasar meses sin asistir a la iglesia y no les pasa absolutamente nada, pareciera que no les hace falta Dios, no les hace falta la Biblia, no les hace falta reunirse, no les hace falta nada. ¿Crees que esa persona ha nacido de nuevo? El que no nace de nuevo no va a entrar al reino. Esta Biblia no se equivoca. La fe necesita ser alimentada.
- La comunión. Cultivar mi relación con Jesús. La comunión es vital, es importante. No importa que usted no sea un buen cantante, pero cántele a su Señor. Hable con el Señor, no tenga secretos con Él, hable con el corazón abierto.
- La transformación. ¿Dios cambió mis emociones negativas, mis malos sentimientos? ¿Usted sigue amargado(a)? ¿Ya no siente ese rencor de cuando tenía 13 años porque alguien lo dañó? ¿Aprendió a perdonar usted o hay alguien en su vida que todavía no puede perdonar? Cuando una persona ha cambiado, ese negativismo, esos malos sentimientos, esa amargura ya no están más; porque el Espíritu Santo ahora vive en ella y le ha enseñado a perdonar. Y comienza a experimentar una paz profunda con Dios y con el prójimo.
- La obediencia. De nada me sirve decir que tengo fe si no obedezco. ¿Qué áreas de nuestra vida se han visto afectadas por el pecado, por la desobediencia?
5- ¿Terminaste la Carrera?
2Timoteo 4:7 (RV 1960): He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Esta quinta pregunta tiene que ver con perseverancia. No basta empezar bien, Dios quiere que permanezcamos firmes y fieles.
Apocalipsis 2:10 (RV 1960): Sé fiel hasta la muerte.
¿Se acuerdan de que antes teníamos bancas en lugar de sillas? Y por esta iglesia en 37 años han pasado, yo diría, miles de personas. Hoy solo en funerales me encuentro a la gente o cuando voy a casar a alguien. Algunos me saludan, y cuando les pregunto: ¿dónde te congregas? No, ya no, pero yo sigo creyendo en Dios, me dicen. Sí, también los demonios creen.
Esta pregunta lo que significa es: ¿estás todavía caminando en la carrera, todavía estás ahí o te apartaste? Porque esto no es una carrera para ver quién llega primero, o ver quién llega antes. Esta es una carrera para ir despacio. Y si usted no puede porque le duele la rodilla, vaya despacito, pero no deje de caminar, yo no creo en tirar la toalla. Hay que caminar aunque sea despacito, pero no podemos dejar de seguir caminando.
Que no le quepa duda de que Dios le va a hacer esta pregunta, porque la vida cristiana es para toda la vida. Esto es lo que se llama: la doctrina de la perseverancia de los santos. Debemos permanecer activamente en la fe, desde que conocemos a Cristo como Salvador y Señor, hasta el día que el Señor nos llame a su presencia.
2 Juan 1:9 (RV 1960): 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo. ¿Qué dice la palabra? Por más que venga a la iglesia, por más que diga: Yo soy cristiano; si tú no has perseverado en la doctrina de Cristo, se va a extraviar.
Dios nos pide que no retrocedamos, que no abandonemos nuestra fe, que no cambiemos el amor a Dios por el amor al mundo. Mire hermano, no existe ninguna iglesia perfecta, no hay; en todas las iglesias hay gente malcriada. Que eso no sea motivo para que usted se aparte. El que ama a Dios, el que se ha arrepentido de una manera genuina, va a permanecer en las buenas, en las malas, en las pruebas, en la tentación, en medio de la tormenta, en tiempos de hambre, en la salud, en la enfermedad, porque aquí estamos hasta que suene la trompeta; hasta que Cristo venga o nos llame a su divina presencia.
Pero esa es la bendita esperanza, mis queridos y amados hermanos, no dejemos que sea demasiado tarde para este examen.
- ¿Qué hiciste con mi hijo Jesús? Lo hice, mi Señor y mi Salvador.
- ¿Qué importancia tiene mi reino en tu vida? El Señor es prioridad para mí. Todo lo que tiene que ver con la iglesia, todo lo que tiene que ver con Jesús, todo lo que tiene que ver con el Señor para mí es prioridad.
- ¿Qué hiciste con lo que te di? Señor lo pusimos a tus pies para honra y gloria tuya. Estamos construyendo un templo, como iglesia, para gloria de tu nombre.
- ¿Naciste de nuevo? Por la gloria de Dios, Señor.
- ¿Terminaste la carrera? Sigo caminando hasta el día que tú me llames a tu presencia. Gloria a Dios.
Oremos. Padre, te damos gracias por tu presencia con nosotros en esta hora, obra en medio de tu pueblo. Padre, permite que podamos santificar nuestras almas con el poder del Espíritu Santo. Queremos hacer tu voluntad y solamente tu voluntad. Ayúdanos, Señor. Sabemos que tú eres un Dios de milagros, el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Obra en medio de tu pueblo, Padre. Bendice esta iglesia que te ama.
Te ruego encarecidamente por las almas, por los corazones, que están acá sin Cristo. Si usted me quiere invitar a Jesús a venir a su corazón y esa fe que tienen los cristianos. Repite esta oración conmigo ahí donde está: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados. Me arrepiento de mis faltas. Te doy gracias por lo que hiciste en la cruz del Calvario. En este día te entrego mi vida. Te entrego mi corazón, te entrego mi alma. Si usted hizo esta oración, yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios y su bendita palabra. Señor, despídenos con tu paz y con tu bendición. En el nombre de Jesús, amén y amén.
Amados míos, que la paz de Cristo les acompañe.
¡Bendiciones para todos!

